Inés Speroni*
Lo intangible: Seguridad, Salud y Educación
Un país tiene que tener el equipo necesario (HARD POWER): economía, trabajo, moneda dura, maquinaria, caminos, FFCC, etc. HARDPOWER: LAS COSAS, EL TRABAJO Y LA POBLACIÓN.
A esto hay que sumarle que todo eso sirve sí y sólo si uno tiene FFAA. Bien pertrechadas, bien entrenadas, bien pagas.
Pero el bienestar general, que es a lo que debe apuntar todo aquél que quiera gobernar la Argentina, hay que sumar lo que hace a la vida de las personas.
Toda decisión que se tome debe tener dos controles (dos baremos) y preguntarse si pasa o no pasa ambos. 1. La grandeza de la Nación. 2. La felicidad del pueblo argentino.
Ejemplo: tener una moneda dura (sin inflación) ¿pasa o no pasa 1 y 2? Sí en 1, porque el país necesita una moneda constante (que puede ser la propia, patrón oro, convertibilidad con otra moneda o substitución por otra). Y también en 2, porque el impuesto inflacionario lo pagan los más humildes; que no haya inflación es quitar un impuesto.
Veamos otro ejemplo: si el Estado obliga al uso de una moneda electrónica, donde se hace seguimiento de todo lo que uno gasta y eventualmente puede restringirle el acceso de su dinero a una persona, ¿cumple con 1 y 2? Aún si se tratara de moneda dura ¿cumple? Una moneda electrónica puede ser monitoreada desde el exterior [1]. Por lo que si el país no es autónomo en defender sus datos (incluidos los saldos de las cuentas individuales), es un sistema vulnerable que no hace a la grandeza de la Nación (no pasa 1). Y si es un sistema donde una autoridad gubernamental puede inhibir a un individuo acceder a su dinero, no pasa 2 [2].
Dentro de las responsabilidades que tendrá el próximo gobierno se encuentran las “hard” o “duras”, como enderezar la moneda y el BCRA, generar las condiciones para que aumenten exportaciones, empleo y salario medio, mejorar la infraestructura de carga; proveer energía no sólo para el aparato productivo actual sino para las necesidades futuras [3] y lo más importante de todo, tener FFAA.
No sólo lo que entendemos por tradicional (Marina, Ejército, FFAA). Ahora, también, necesitamos gente que sepa de informática y comunicaciones (que la hay). Nuestras FFAA necesitan presupuesto y apoyo del próximo presidente. Con un buen trabajo coordinado con la AFI, la cual no sé si tiene personal de esa calidad (tal vez sí). Menuda tarea tienen las próximas autoridades luego de cuatro décadas de desmantelamiento.
Pero también necesitamos ocuparnos de lo suave. De lo soft.
Durante los 40 años de administración socialdemócrata (radicales, kirchneristas, JxC, aún el menemismo del consenso de Washington) abandonaron o directamente boicotearon los servicios de seguridad, salud y educación. Los tres hacen a la felicidad del Pueblo. Y un pueblo fuerte, sano e instruido hace a la grandeza de la Nación.
No es cierto que los conservadores que gobernaron desde Sarmiento (1868) hasta que asumió Yrigoyen (1916), no se ocuparon de los servicios que debe brindar la autoridad. Sí se ocuparon. Lo hicieron y mucho.
Sarmiento encargó un censo (1869) y relevó el nivel de instrucción de la población. Dio horrible. Pusieron manos a la obra y para el censo de 1914, los analfabetos no llegaban al 5% de la población (a pesar de la gran cantidad de inmigrantes iletrados). Curiosidad: el analfabetismo era menor en las damas que en los caballeros.
Lo mismo podemos decir de la salud. Quienes gobernaban entendieron que necesitaban una población sana —para ocupar el territorio, para ser una de las mayores naciones de la tierra, por lo que sea—. No sólo éramos una de las 10 primeras economías del mundo a principio de siglo XX, sino uno de los países con mayor instrucción elemental y con mejor servicio de salud, a nivel de los países europeos prósperos. Hubo toda una corriente denominada sanitarista, que se ocupó primero de la prevención de enfermedades y luego de los servicios asistenciales. Ahí se hicieron esos magníficos hospitales con mármoles y jardines. Crearon el Instituto Malbrán (1916) para estudiar las enfermedades infectocontagiosas humanas; a nivel de lo mejor de lo mejor, a la par de Londres o París.
Tenemos una enorme cantidad de próceres médicos. Sólo nombraré al Dr. Ramos Mejía, en el entendimiento que fue toda una política pública conservadora y una corriente de pensamiento. Dentro de las recomendaciones de salud pública estaba tener parques, paseos y plazas a intervalos regulares para que toda la población urbana, aunque uno fuera muy muy pobre, tuviera cerca árboles y “salud”. Comparen esa forma de pensar con los “estatistas” actuales, que se llenan la boca de más Estado y más derechos. Esos tipos feos, malos, abusadores (los conservadores) querían que uno, aunque fuera un jornalero que dormía en una pieza de inquilinato, tuviera cerca una plaza [4]. Por último, y termino con el tema urbanismo, que me apasiona, está el período de Fresco, gobernador de la Provincia de Buenos Aires, que es responsable de armar ciudades en todo el interior de la provincia, con su plaza, iglesia, municipalidad, teatro, escuela, comisaría, hospital y banco provincial. Al servicio de la población, civilizando el desierto.
Salud, seguridad, educación
El nuevo gobierno debe ocuparse de estas tres cosas. Lo hará como crea que debe hacerlo. Y le pondrá la motosierra a lo que crea. Para eso se lo vota, para que haga lo que tenga que hacer.
Pero son tres dimensiones gubernamentales de las cuales habrá que ocuparse. La seguridad es un mandato que figura en el preámbulo de la constitución. Es una obligación del gobernante. La educación elemental también lo es. La salud se inscribe dentro del “bienestar general”.
La educación no se arregla repartiendo bonos a las familias. Si el plan obligatorio educativo incluye la ESI y miles de barrabasadas más, todo eso hay que desmontarlo. No lo soluciona la escuela parroquial, la cual debe cumplir con los demenciales contenidos vigentes actuales. Mi propuesta en educación es:
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- Educación Nacional (que las provincias lo devuelvan a la Nación [5]).
- Educación primaria de calidad. Volver a los textos utilizados antes de las reformas de Alfonsín, sistema de calificación, disciplina de los docentes y de los alumnos vigente a diciembre de 1975 [6]. Los niños tienen que salir de 7mo grado con lectura de corrido, entender textos, álgebra y cálculo, geografía, historia, ciencias naturales. Regla de oro: ¿Entienden un contrato de alquiler o uno prendario para comprar una moto? Son las cosas que la gente necesita para el día a día.
- Secundario. Examen de ingreso, asistencia de docencia, docentes calificados, exámenes, notas bimestrales, boletín, contenidos de 1975 + informática. Los socialdemócratas quisieron sacar todo y dejar sólo el bachiller, como buenos inútiles que son. Poner más escuelas agrarias, industriales, peritos mercantiles, y normales para hacer maestros a la antigüita. El gremio que más empleados tiene en el país es el de comercio y ¡cerraron los colegios mercantiles!
- Escuelas de oficios. 50% de los chicos no terminan el secundario porque el secundario es una estafa que sólo le sirve al gremio docente y a los gobernantes. Primaria más oficio hasta los 16. Herrero, albañil, pintor, construcción en seco, electricista, mecánico, carpintero, talabartero, sastre, zapatero, etc. Con la opción de hacer dos años más y terminar la educación media. Para una familia apretada de dinero, es una enorme solución. Agregaría que los muchachos que hagan oficios reciban una beca mensual hasta que se reciban (16) y puedan empezar a trabajar. Luego darles la opción de terminar la secundaria en horario nocturno.
- Universidades. Hay que replantearlas. Deben tener examen de ingreso (muchas lo tienen), requisitos para mantener la regularidad y criterios de calidad para otorgar los títulos. Y debe de haber cupos. ¿cuántos sociólogos necesitamos? Determinados estudios —enfermería, ingeniería, exactas— deben recibir becas. ¿Debemos subsidiar las universidades privadas? Yo creo que no. Los presupuestos de algunas universidades públicas son simplemente delirantes mientras otras que están haciendo un buen trabajo no reciben lo suficiente.
Salud
Volver a un servicio nacional de salud. Consultorios externos seis días por semana y dos turnos en las zonas más pobladas. La gente que trabaja toda la semana y trabaja por la paga, no puede faltar para hacerse una revisión y eso hace que todo diagnóstico sea tardío. Debe de haber consultorios los sábados para esos casos. Las tardes dedicadas a gerontología. Esto último permitiría desafectar o modificar el PAMI.
Medicina preventiva de dos maneras: a) exámenes anuales obligatorios, para detección temprana de enfermedades; b) vida sana.
Vida sana implica controlar la calidad de los alimentos y la práctica de deportes.
Invertir en hospitales por todo el país. No tener un único Garrahan sino hacer cuatro réplicas en el interior para que la gente viaje menos. Llevar la calidad [7].
Y no nos engañemos: el servicio de salud que nos da este Estado presente y con más derechos, no es bueno. Hay mucho que hacer para mejorar.
Entiendo el deporte desde dos puntos: softpower o propaganda del país, y salud. Todos los niños deberían hacer deportes [8].
Hoy el ministerio de salud está al servicio de la industria farmacéutica. Hacen lo que les dicen acríticamente. Los funcionarios tanto de Macri como de Alberto Fernández fueron puestos por la Fundación Huésped, que es la gran lobbista de la industria. Esta relación malsana y ajena a 1, la grandeza de la Patria y 2, la felicidad del pueblo, debe cortarse. Motosierra a la Fundación Huésped y su manía de colocar ministros de salud.
Argentina viene con tasa decreciente de nacimientos desde hace 20 años. Tenemos menos niños anualmente ahora que en el 2000. Es una tendencia que hay que revertir lo antes posible. Si la gente empieza a ganar más dinero y tener moneda segura y poder hacerse o comprar una casa, probablemente la tendencia se revierta sola. En ese caso vamos a necesitar más licenciados en obstetricia y más médicos obstetras. Que se dediquen a tener nenes y no a “no tener” nenes. Hay un trabajo fenomenal por delante.
La salud privada ha demostrado ser un desastre en la Argentina, con más quejas, tal vez, que la pública. Actualmente vemos que gran parte del servicio de prepagas es derivado a los hospitales estatales. Privatizar la salud, por lo tanto, no es una solución.
Seguridad
La seguridad es un trabajo coordinado entre la policía y la justicia ordinaria. Es responsabilidad de las provincias. Si la salud y la educación vuelven a la nación, la responsabilidad de los gobernadores se limitará a rutas provinciales, justicia y policía.
Por lo que se deben poner a trabajar en eso.
Policías bien pagos, bien entrenados, bien pertrechados y descansados. Cantidad suficiente de efectivos. Gente sensata y con calle al frente de la fuerza.
Hoy por hoy el punto más débil es la justicia.
Y nadie, nadie los controla.
Si llevan adelante los procesos, si acusan, si buscan a los prófugos. Prácticamente es la tarea más importante de las Legislaturas provinciales: controlar a fiscales y jueces y no lo hacen.
Si se empieza a hacer un control de cerca, muchos fiscales y jueces volarán por la ventana. También se podría evaluar si los fiscales penales de crímenes ordinarios no deberían ser electos, como en EEUU. El papelón que cometieron contra el carnicero de Zárate, dos años procesado para ser sobreseído por un tribunal popular, nunca tuvo consecuencias ni para el fiscal ni para el juez de instrucción. Y por último, deberíamos ir a tribunales populares en todo el país —como ya está en provincia de Buenos Aires— y tal vez en varios fueros. Hemos visto el juicio civil de Depp contra su ex esposa. ¿Hubiera sido ése el resultado con un tribunal de jueces? ¿Un tribunal popular le hubiera dado la tenencia de Lucio Dupuy a su madre y la concubina de ésta? El Preámbulo de la Constitución le dice a las autoridades cuáles son sus obligaciones —que son varias—. Dos de ellas son: administración de justicia y paz interior.
Es tiempo de decirle a los gobernadores: tenés dos trabajos. Hacélos.
Queda pendiente Suave II (Relaciones Exteriores, publicidad, imagen de Argentina en el exterior, el verdadero softpower)
Notas
[1] Excepto que uno tenga una división de las FFAA (o de la AFI) hábil en defensa electrónica que impida un ataque semejante.
[2] Lo vimos en la cuarentena eterna donde prohibían viajar, usar la SUBE, había que sacar permiso para salir a la calle, etc. Si el dinero es electrónico, pueden inmovilizar una cuenta por una orden del gobierno. Ya sucedió en Canadá en el 2022.
[3] Si el proyecto es triplicar o quintuplicar las exportaciones, necesito energía eléctrica para la demanda proyectada. Lo mismo sucede con la infraestructura de transporte de carga o la necesidad de personal calificado.
[4] No sólo en Buenos Aires. Todas las ciudades del interior tienen la misma disposición. Frutilla del postre: las plazas las diseñaba Thays. Por lo que si uno era un albañil que volvía a Temperley, pasaba por la Plaza Constitución diseñada por Thays con bellísimos árboles de todo el país. Hoy —con los gobernantes socialdemócratas muy preocupados por la diversidad y la ampliación de derechos— le propinan a nuestro trabajador el siguiente paisaje: la plaza de Thays voló y en su lugar hay un galpón vidriado. Desde la parada del colectivo hasta la entrada hay un páramo. Si llueve, uno se empapa. Tiene que sortear heces humanas y fisuras que van a tratar de clavarle una faca y quitarle lo que tenga encima. Hago esta comparación para poder diferenciar entre los discursos de nuestros “benefactores” (1983-2023) y nuestra realidad. ¿Qué respeto tiene un gobernante a un trabajador si lo somete a estar dos horas en un transporte público, de frecuencia escasa, sucio y donde el trasbordo es una aventura? Amén que los paisajes urbanos son apocalípticos. Otro ejemplo de urbanismo al servicio de las personas es el diseño original de La Plata.
[5] Dar por muertas todas las reformas desde Alfonsín a hoy.
[6] Último período de estado de derecho previo a las reformas socialdemócratas.
[7] Traer médicos de otros países que quieran un cambio de vida. Paradójicamente, hoy se homologa automáticamente un título de médico de nuestroamericanos pero de un irlandés o un inglés o francés o italiano, no. ¡Vamos!
[8] Yo pondría un subsidio por niño hasta los 18 años, que se paga una suma fija desde el estado al club de su elección (si es un club caro pagará la diferencia la familia, pero si es standard, la suma debería cubrir la cuota, el tercer tiempo, las remeras, etc.). ¿Por qué? Porque es más barato esto que luego todo el circuito de delincuencia juvenil con sus comisarías, asistentes sociales, fueros juveniles (jueces y fiscales) y reformatorios.
* Artículo publicado originalmente el 15/03/2023 por Restaurar, http://restaurarg.blogspot.com/2023/04/suave-suave.html