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R.I.P.

F. Javier Blasco Robledo*

Hace ya casi un año y medio, caramba como corre el tiempo y más para aquellos que ya bordamos los setenta en nuestros galones de la espalda, escribí y publiqué un artículo, que titulé España está perdida y cuyo link aparece a continuación https://sites.google.com/site/articulosfjavierblasco/espa%C3%B1a-est%C3%A1-perdida[i]

Muchos de mis amigos —buenos todos, al menos en intención— me tildaron de ser un tanto exagerado, prematuro, desconfiado del gobierno y reticente de la capacidad de reacción de los españoles, de  quienes se aseguraba que no iban a consentir tales cosas y pondrían el pie en pared para evitar tales tropelías; y hasta una de las editoriales que tiene a bien publicarme la mayor parte de lo que sale de mi pluma, lo tituló poniendo la frase entre interrogantes para dar lugar a la duda o cómo un punto de fuga, cuando yo lo que quería era firmar categóricamente que sí, que España estaba perdida.

Pero si vaticiné tal situación hace ya tanto tiempo, no por ser más listo que los demás, pero si muy observador y desconfiado de las falsas promesas, de los vendedores de humo o un mágico crecepelo y de aquellos que son capaces de renunciar a su propia madre o dignidad por un miserable plato de lentejas, tampoco yo podía pensar que íbamos a llegar a donde estamos desde las últimas semanas y hasta donde, con mucha probabilidad, vamos a llegar de seguir por este camino, como mucho me temo y que tristemente, me reafirmo en que así será.

Con diferentes golpes de efecto, nocturnidad, alevosía, unas injustificadas prisas y usando todos los caminos más torticeros e indignos de un hombre que presume de ser un político de consenso, calado y de que pasará a la historia por su buen hacer, Sánchez sin encomendarse a nadie y actuando como un puro sátrapa, ha dado la vuelta a todo como si fuera un vulgar o simple calcetín.

No se ha parado ante nada, ha hecho oídos sordos a todo y a todos los que no le seguían su camino y con auténticas mentiras como lo de homogeneizar el país con el resto de Europa o apaciguar las malsanas ínfulas catalanas, ha legislado a toda prisa y mal, sin pararse a contemplar ni siquiera, las posibles consecuencias de su torpe, inepto y precipitado caminar. 

Los comunistas, golpistas y filo terroristas son ahora los que le dictan las leyes al oído o incluso legislan ellos mismos a su conveniencia; los que deciden que se debe hacer, cómo y cuándo se puede juzgar los delitos que han dejado en agua de borrajas o que simplemente, han desaparecido para poderlo volver a hacer con plenas garantías de que ni siquiera tendrán que sufrir el paripé de la irrisoria y vergonzosa situación que hemos tenido que soportar en benéfico de unos vulgares malhechores e indignos de ser llamados españoles, a cambio de mantener al presidente, menos votado de la historia, en su silla para que mientras goza de ella, sea la herramienta que destroce a España, de tal modo y manera que será muy difícil reconocer y casi imposible de recuperar tras el paso de este sunami que nos azota continua y constantemente por todos los costados.

No han dejado títere con cabeza, todo lo han tenido que modificar, manosear y ensuciar. Ya no existe la familia, ni tampoco la numerosa; los hijos son del Estado y no de sus progenitores; se practica libremente la eutanasia; el aborto es libre, gratuito y sin cortapisas ni siquiera por la edad; se ha implantado una desproporcionada mejora de derechos de los transexuales; la enseñanza en castellano es imposible en cada vez más rincones del solar patrio; las diferencias en impuestos y prebendas entre regiones es cada vez más soez, abultada e interesada, mientras se ataca ferozmente a regiones que, limpia y honradamente, quieren competir con el resto a base de hacer las suyas mucho más atractivas en cuestión de impuestos e impedimentos administrativos que las demás; las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado y los militares son menospreciados, vilipendiados y, hasta de forma humillante, se les retira de sus despliegues nacionales porque persiguen a los que atentan contra ella o apestan al amar demasiado a España.

Se ataca ferozmente a las instituciones como la Iglesia y la Corona sin que pase nada; se pueden malversar fondos públicos con toda impunidad; los pederastas están saliendo de las cárceles porque a una inculta e inepta ministra de Podemos le dio la gana de presentar una ley, gracias a la cual se están beneficiando aquellos ya juzgados, confesos y condenados que tanto daño han hecho y seguirán haciendo debido a su nueva situación de libertad; el asalto al poder judicial y el dominio del Tribunal Constitucional, es cuestión de pocos días o semanas tras cumplir algún aspecto formal y está por ver, que va a pasar en Cataluña y cuando, indudablemente, se celebrará esa consulta popular para afianzar y exigir impunemente su independencia.

Me he dejado en el tintero algún que otro deleznable aspecto porque pienso que la retahíla de los párrafos anteriores es más que significativa, abrumadora y vergonzante para todo aquel que ama a España, sus tierras, usos, costumbres e historia y ven que además de todo ello, debido a la nefasta Ley de enseñanza, está es lo peor y más sectario que hayamos tenido nunca en nuestro país.

Muchos con algo de sentido común y confianza en las instituciones superiores pensaban que, a tenor de lo ocurrido en Hungría y Polonia, Europa no le iba a consentir a este dictador hacer ni la mitad de las cosas que ya ha hecho, a pesar de que algún partido de la oposición lo haya denunciado formalmente. Pero Sánchez, como buen trilero y engaña personas de buena intención, ha conseguido sortear todos los escollos. Su labia, promesas falsas y, sobre todo, nuestra posición como importante potencia europea tras la salida del Reino Unido es muy fuerte y además, sería un gran fracaso poner en peligro una cesta en la que los europeos han depositado tantos huevos, incluso a pesar de que el sátrapa no cumple con ninguno de los requisitos y compromisos que se le han marcado para disfrutar de tales huevos. 

A pesar de todo lo anterior, del vergonzoso y usurero asalto a nuestros bolsillos en impuestos y de que la economía está como está, los españoles a lo suyo -el futbol, los toros, las vacaciones, la subvenciones, la paguita por la cara, los puentes y mirando para otro lado continuamente; ya muy pocos levantan la voz. Cómo la inmensa mayoría de los medios están comprados y atiborrados de beneficios y prebendas, son incapaces de llevar la contraria, reconocer su ineptitud o criticar al gobierno, en un momento en el que sin el maná del Estado es muy difícil la supervivencia personal y colectiva.

Nuestra política exterior en el entorno que nos rodea y allende los mares, nunca ha caído más baja gracias a las actuaciones y decisiones personales de un incompetente, pesimamente asesorado por diplomáticos o aficionados de brujo que desconocen nuestra historia, nuestros antecedentes y como se las gastan aquellos a los que, sin merecerlo les das la mano y mañana se ríen en tu cara y además, te piden el brazo entero.

Si hace un año y medio, aseguraba que España estaba en peligro, ahora a la vista de lo visto y con las previsiones cercanas -de nuevo negadas por el Ejecutivo como de costumbre antes de ser efectivas- aseguro con un gran dolor de corazón y con la impotencia o amargura de ser un hombre ya mayor y jubilado, que nuestra ilusionante y democrática España, aquella por la que tanto esfuerzo, sangre y sudores hemos derramado, está enterrada.

DESCANSE EN PAZ.      

 

* Coronel de Ejército de Tierra (Retirado) de España. Diplomado de Estado Mayor, con experiencia de más de 40 años en las FAS. Ha participado en Operaciones de Paz en Bosnia Herzegovina y Kosovo y en Estados Mayores de la OTAN (AFSOUTH-J9). Agregado de Defensa en la República Checa y en Eslovaquia. Piloto de helicópteros, Vuelo Instrumental y piloto de pruebas. Miembro de la SAEEG.

 

Nota

[i] En el sitio de la SAEEG en https://saeeg.org/index.php/2021/08/11/espana-esta-perdida/.

HECHO EN ARGENTINA

Iris Speroni*

Es una cancha inclinada y el árbitro que juega en contra es el BCRA como ejecutor y nuestra dirigencia política como autor intelectual del crimen.

 

En los últimos años describí el daño que la diferencia de tipo de cambio produce en los sectores exportadores, en particular, en los agropecuarios, fácilmente cuantificable: 100.000 familias menos en los últimos 15 años, retraso respecto a los países limítrofes, caída del nivel de vida general de la población, desocupación, informalización del trabajo con su consecuente abuso y desesperanza, tristeza generalizada.

Hoy quiero referirme al perjuicio que el retraso cambiario provoca en los sectores industriales, en particular en los cordones industriales.

Este fenómeno, que hoy solamente voy a enunciar, debería ser estudiado en profundidad, toda vez que es lo contrario a lo que las élites gobernantes (tanto del FdT como de JxC) sostienen. De hecho afirman, sin que les tiemble la mandíbula, que las autoridades buscan el retraso cambiario para “defender el salario de la población”.

Esto último es mentira. La defensa del salario es sólo una excusa para mantener el régimen que realmente prefieren: transformar el dinero mal habido (a.k.a. “el canuto”) a divisas valuadas a mitad de precio. Un empresario proveedor del Estado transforma sus dividendos a dólares subvaluados, acrecentando su ganancia medida en dólares. De igual forma, un político corrupto que recibe sobornos, transforma los mismos a dólares a mitad de precio; en ese sencillo acto duplica el valor del fruto de su crimen gracias a la gentileza del BCRA.

Ésa es la razón y no otra por la cual los políticos (FdT, PRO, UCR, CC) y sus amigos proveedores del Estado custodian con uñas, dientes y malas artes al dólar deprimido, aunque la consecuencia —a esta altura, luego de 11 años consecutivos—- sea imposible de ocultar: salario inferior al de Brasil, pobreza generalizada, desocupación, 50% de trabajo informal, jubilaciones miserables, cierre permanente de explotación (industriales y/o agropecuarias y/o comerciales), quiebra general del aparato productivo.

El dólar atrasado conjuntamente con la alta carga impositiva, genera un efecto de pinzas que asfixia a las explotaciones industriales, en particular a las PyMes, hasta lograr llevarlas a la quiebra.

Es cierto que algunos industriales se favorecen con el dólar barato. Compran rollos de tela en India, China o Pakistán con un dólar a $ 176 (07/12/2022, BNA). Luego lo llevan a cooperativas textiles para su confección à façon (eufemismo por pagar salarios por debajo del convenio colectivo de trabajo y no respetar las reglas de seguridad laboral). Usan energía eléctrica subsidiada por el Estado Nacional. Luego, el producto final lo venden a precios de la Quinta Avenida de Nueva York.

Pero son los menos.

Para el resto de los industriales, la situación es más que diferente. La producción industrial no agroindustrial es de calidad media o alta en la mayoría de los casos. No tan buena como la alemana (supongamos) pero no de mala calidad como la peor del sudeste asiático. Ha sobrevivido e incluso exportado por mantenerse en un rango intermedio entre los precios de los productos alemanes de gran calidad y los precios de productos chinos de baja calidad.

Eso les permitió tener su propio nicho. A eso hay que agregar producciones, a veces de pequeños volúmenes de exotismos de calidad. Como los helicópteros de Cicaré, o las tablas de surf de fibra de vidrio. Excelencia y buen precio. Imbatibles.

Hay productos críticos. Argentina necesita tener al menos un fabricante de jeringas descartables. Importar vietnamitas puede ser más barato, pero en caso de riesgo en la cadena de suministros, por la razón que sea, uno no puede quedarse sin insumos claves. Es un tema de seguridad nacional. El ejemplo de las jeringas puede extrapolarse a más de decenas de miles de productos.

Lo deseable es tener un mercado que conviva con productos de gran calidad, medios y muy baratos, para todos los usos y gustos y de todos los orígenes. De igual manera, poder exportar productos industrializados al nicho de mercado que nos cuadre.

Todo esto, que funcionó y que dio lugar a la industrialización media de nuestro país, es triturado por acciones coordinadas del Estado Nacional. La primera y más grave es el tipo de cambio atrasado. Toda industria argentina debe competir no con el mundo sino con el mundo a mitad de precio, ya que quien importa y compite con el productor argentino, compra con un dólar a $ 176 y no a $ 316: paga el 55,7% del valor del producto, por obra y gracia del BCRA. Ningún arancel aduanero, suponiendo que exista, puede compensar esta distorsión de precios. Por más eficiente que sea un industrial, por más salarios de hambre que pague (los salarios nuestros son inferiores a los brasileños y a los chinos) puede lograr que sus costos sean casi la mitad de los competidores.

Es una cancha inclinada y el árbitro que juega en contra es el BCRA como ejecutor y nuestra dirigencia política como autor intelectual del crimen.

Si por alguna razón un industrial logra sobrevivir la política cambiaria todavía le queda la inestabilidad macroeconómica y fiscal.

Nuestra macroeconomía se caracteriza por inflación, altas tasas de interés, retrasos en la cadena de pagos, cambios bruscos en los precios relativos y cambios regulatorios permanentes. A eso debemos agregar inestabilidad en los suministros porque, (¿quién hubiera podido imaginarlo?) regalar dólares a mitad de precio lleva a faltas periódicas de divisas.

Por lo tanto nuestro industrial hasta ahora debe:

  • competir contra importadores que obtienen el producto al 55,7% de su valor.
  • pagar tasas de interés superiores a 70% y/o descontar cheques a tasas entre 90% y 120%.
  • inflación permanente de costos.
  • devaluación diaria de los valores a cobrar (las ventas pendientes de cobro de la empresa pierden su valor en forma diaria gracias a que la inflación es del 7% mensual).

A esto hay que agregar el abuso fiscal. Quien produce debe pagar impuestos por adelantado (percepciones y retenciones de impuestos a los ingresos brutos y previsionales e IVA cuando se cobran las facturas por ventas). Impuestos a las transacciones: impuestos a las transferencias bancarias (a.k.a. “impuesto al cheque”), IVA, impuesto a los ingresos brutos, tasas de seguridad e higiene entre otros. Impuestos adelantados por ganancias futuras.

Para una empresa pequeña y mediana los costos son diversos, dañinos y distorsivos. Los impuestos pagados por adelantado le quitan capital de trabajo. Le impiden crecer, reponer maquinaria o insumos, mejoras, e incluso llegan a poner a riesgo su propia cadena de pagos. Los impuestos argentinos no sólo son muchos y caros (altas alícuotas) sino difíciles. Las reglamentaciones son intrincadas y se necesitan verdaderos expertos en criptografía para descifrarlos.

Los particulares no deberían ser agentes de retención de otros civiles. Cobrar impuestos es una obligación de las agencias estatales y sus decenas de miles de empleados bien pagos. Ser agente de retención es una carga pública injusta por la carga horaria que significa. Uno está haciendo el trabajo que corresponde a otros.

Todo esto hasta acá puede parecer una queja y lloriqueo de la patronal.

Sin embargo, la contrapartida ha sido el cierre de decenas de miles de empresas, la desindustrialización del país, la vulnerabilidad con insumos críticos, la devaluación del trabajo, la condena a millones de argentinos a la informalidad (la “economía social”, eufemismo que usa el presidente Alberto Fernández), la pobreza y la pérdida de dignidad.

Once años de manipulación del tipo de cambio, once años de caída del PBI per cápita y reducción del salario de US$ 750 por mes a US$ 250.

Soluciones
  • Tipo de cambio sin manipulación del BCRA (a.k.a. “alto” o “competitivo”).
  • Eliminación de decenas de impuestos y reformulación de los que queden.
  • Tasa de interés moderada.
  • Eliminación de la inflación.
  • Reservas en el BCRA.
  • Una Aduana que funcione y no sea un nido de contrabandistas.
  • Echar a los que gobiernan.

 

* Licenciada de Economía (UBA), Master en Finanzas (UCEMA), Posgrado Agronegocios, Agronomía (UBA).

 

Artículo publicado el 10/12/2022 en Restaurar, http://restaurarg.blogspot.com/2022/12/hecho-en-argentina.html,

LA VENTANITA: BRASIL

Iris Speroni*

Realidad que hace 20 años que no existe. Los funcionarios viven, verdaderamente, en otro mundo.

 

En “Una ventana al mundo” (http://restaurarg.blogspot.com/2022/10/una-ventana-al-mundo.html) afirmé:

Entender el comercio argentino internacional es lo que nos va a dar la pauta para pensar el país futuro. También para desenmascarar mentiras de nuestros gobernantes. Lloran impotencia, “no se puede”, “el mundo nos juega en contra”, “faltan dólares”, para justificar su inoperancia o corrupción.

Argentina es un país rico. Argentina es un país poderoso. Argentina es un país lleno de posibilidades, próspero y fecundo. No hay razones objetivas para estar endeudados ni que haya pobres.

Según datos del INDEC, el superávit comercial de la Argentina desde el 2000 al 2021 fue de US$ 183.482.000.000.

Fuente: INDEC. Elaboración propia.

Tener superávit comercial es la norma y no la excepción. Las exportaciones no pararon de crecer, en parte por la pérdida de poder adquisitivo de la población, en mayor medida porque ha cambiado el entorno mundial. La lógica de posguerra que tanto nos perjudicó hace 20 años que no existe más.

Sin embargo funcionarios, políticos y economistas continúan aún hoy su lloriqueo de “restricción externa”, “la falta de dólares no nos deja crecer”, etc. Realidad que hace 20 años que no existe. Los funcionarios viven, verdaderamente, en otro mundo.

En lo que va del gobierno de Alberto Fernández, el superávit comercial superó los US$ 31.684 millones. ¿De qué restricción externa hablan los funcionarios? ¿Por qué lloran “falta de dólares”? Argentina no hace más que exportar, no hace más que producir divisas, no hace otra cosa que traer divisas al país, las cuales mágicamente desaparecen luego de ser entregadas a las autoridades nacionales.

En lo que va del gobierno de Alberto Fernández, el superávit comercial superó los US$ 31.684 millones. ¿De qué restricción externa hablan los funcionarios?

¿Qué pasó con esos US$ 31.684 millones? La respuesta es fácil: las autoridades federales las malvenden a mitad de precio. ¿A cualquiera? Nooooo. Sólo a los amigos. Si uno vende un bien a mitad de precio, liquida las existencias. Por eso no hay reservas en el BCRA, porque —a los amigos— las venden a precio vil. Esos US$ 31.684 millones es dinero robado por el gobierno federal a las provincias, origen del 99,6% de las exportaciones. La más perjudicada de ellas es la provincia de Buenos Aires, responsable del 35% del total.

Mientras, los senadores, responsables constitucionales de velar por el tipo de cambio, la prosperidad de las provincias y supervisar la actuación del BCRA, miran para otro lado. 

Brasil: la ventanita

En la nota anterior “UNA VENTANA AL MUNDO”, sostuve y lo sostengo ahora, que Argentina vive un momento propicio único. No por nuestra habilidad, porque los gobernantes argentinos patean en contra, sino porque cambiaron las circunstancias internacionales, las cuales desde hace 20 años nos favorecen.

Cuando Argentina ingresó al Mercosur, durante las presidencias de Alfonsín y Sarney, la propaganda política fue que nos abriríamos al mundo vía Brasil, usándolo de locomotora y como piloto del TC, iríamos chupados, para aumentar nuestro comercio internacional.

Nada de lo prometido sucedió. El Mercosur no abrió ni un solo mercado, todo lo que exportamos bien o mal, es por las nuestras. Por el contrario, Brasil es el principal exportador de carne bovina, con la marca “carne sudamericana”. Brasil recibió la industria que se desarraigó de la Argentina para instalarse allá. Para que eso sucediera, nuestro “socio” dio exenciones impositivas, leyes laborables más laxas y créditos blandos. A su vez instaló toda suerte de barreras paraarancelarias contra nuestros productos. Al no haber aranceles desde Brasil a la Argentina, gran parte de las empresas multinacionales se instalaron allá y desde ahí atienden el mercado argentino. Hoy, 35 años después, el mercado interno nuestro es pequeño.

No era esa la situación durante los gobiernos de Alfonsín y Menem. El sueldo argentino era 3 veces superior al brasileño. Éramos menos habitantes pero con mayor poder adquisitivo, con lo cual fue nuestro mercado doméstico el que financió la instalación de las industrias multinacionales en Brasil. Eso hasta que mejoró la calidad de vida de sus trabajadores. Financiado —en parte— por nosotros.

Esta transformación fue ampliamente facilitada por los funcionarios argentinos, los grandes gestores de la desindustrialización de nuestro país. ¿Qué explicación razonable existe para que Unilever mueva shampoo, pasta dentífrica y jabón de tocador 3.000 km por camión? Las medidas que tomaron los funcionarios argentinos —complementarias a las brasileñas— fueron:

    • altos impuestos locales,
    • altos sobrecostos laborales (los costos por encima de los salarios percibidos),
    • inestabilidad macroeconómica en la forma de inflación, tasa de interés alta,
    • pero la medida crucial fue un tipo de cambio artificialmente bajo.

Nuestros gobernantes ni siquiera tuvieron la entereza de dejar algunas actividades a resguardo. Acceder a que Brasil nos superara en agricultura, ganadería e industria mientras se conservaban algunos cotos. Ejemplo: maquinaria agrícola y lácteos. Nosotros le compraríamos cualquier cosa a Brasil a costa de nuestras industrias, como automotrices y artículos de tocador pero los brasileños desarrollarían su campo con maquinaria agrícola argentina (nuestro industria es más que centenaria y contemporánea de la norteamericana).

Nada de eso sucedió.

Se llevaron nuestros ingenieros e hicieron sus propias máquinas. Pasado tanto tiempo creo que la creación del Mercosur tuvo como objetivo consolidar a Brasil como líder/controlador del subcontinente y darle un golpe mortal al movimiento obrero argentino, verdadero objetivo de todo esto. 

La importancia del tipo de cambio

Cuando no hay aranceles, el tipo de cambio es la única barrera. Si el tipo de cambio está artificiosamente bajo, como sucede ininterrumpidamente en los últimos 11 años, se compran dólares (o reales o euros) a mitad de precio y eso permite adquirir productos importados también a mitad de precio. Si, además, no tengo aranceles, como sucede con Brasil, todo lo brasileño cuesta la mitad de su precio (¡gracias a las políticas nacionales de BCRA!). Lo que faculta a colocarlo en el mercado local a precio internacional calculado a dólar libre y duplicar así las ganancias. 

La ventana que es una trampera

Veamos los números del INDEC.

El saldo comercial Argentina-Brasil de enero de 2000 a octubre de 2022 fue deficitario en US$ 54.438.634.143.230 (pérdida de cincuenta y cuatro mil cuatrocientos treinta y ocho millones seiscientos treinta y cuatro mil doscientos treinta dólares).

Excepto durante los gobiernos de De la Rúa y Duhalde y por el último año de gobierno de Macri (2019) —por la caída del poder adquisitivo—, todos los santos años le pasamos dinero a Brasil.

Nosotros nos esforzábamos a vender al mundo (al punto de tener superávit comercial) para financiar a Brasil. De hecho, al resto del mundo sin contar Brasil le vendimos US$ 235.075 millones (2000-2021) para poder darle el 23% de lo obtenido a nuestros socios brasileños.

Hoy Brasil no nos necesita más. Tienen reservas, una macroeconomía estable, exportan al punto de poder prescindir de nuestro mercado, sus obreros ganan más que los nuestros.

Distinto era el cantar cuando Kirchner le compraba aviones a Embraer, fabricados por ingenieros formados en Córdoba y con aluminio de Aluar. Cuando Kirchner prohibía la exportación de carne argentina para que Brasil se quedara con nuestros mercados. Cuando los gobernantes argentinos firmaban protocolos especiales para la industria automotriz para que los argentinos compraran 600.000 automóviles al año, la mayoría de ellos brasileños.

El amor del kirchnerismo a Lula nos costó US$ 36.396 millones de déficit comercial (doce años: 2004-2015) [1].

Cuando vean los cordones industriales de Rosario o el Gran Buenos Aires, llenos de fábricas abandonadas y de gente que vive de changas: acá tienen la explicación. 

Solución

Subir el tipo de cambio. El arancel es irrelevante cuando uno tiene naciones sin arancel o cuando no se controla el contrabando. El tipo de cambio alto es el mejor incentivo a la industria porque protege de las multinacionales instaladas en Brasil y del contrabando por igual.

Hubo cierre de actividades ex profeso, sin esperar que las medidas macroeconómicas tomadas corrieran su curso, como fue desmantelar FFMM y los astilleros, cerrar el laboratorio de investigaciones de YPF y tantas otras. Hay que revertirlo.

Con el gobierno de Alberto Fernández, Argentina pidió ingresar a los BRICS, lo que es una medida acertada. Eso permitirá tener una relación adulta y más equilibrada con nuestro vecino.

Nada servirá mientras el dólar siga artificialmente bajo. El tipo de cambio bajo y la caída del PBI per cápita van de la mano.

Nada servirá mientras continúen los mismos funcionarios a cargo de la administración del Estado.

 

* Licenciada de Economía (UBA), Master en Finanzas (UCEMA), Posgrado Agronegocios, Agronomía (UBA).

 

Nota

[1] Déficit año a año con Brasil durante los 12 años de gobierno kirchnerista.

 

Notas relacionadas

Una ventana al mundo. http://restaurarg.blogspot.com/2022/10/una-ventana-al-mundo.html

Más de lo mismo. http://restaurarg.blogspot.com/2020/08/mas-de-lo-mismo.html

 

Artículo publicado el 26/11/2022 por Restaurar, http://restaurarg.blogspot.com/2022/11/la-ventanita-brasil.html