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LA AUTONOMÍA ESTRATÉGICA INDIA EN LA GIRA EUROPEA DE MODI: RUSIA, POLONIA Y UCRANIA

Julio Francisco Sotés Morales*

El primer ministro de la India, Narendra Modi, con el presidente de la Federación de Rusia, Vladimir Putin. Foto: VV Krishnan.

La conversión de la India en una gran potencia y la ruta trazada por el gobierno en la visión de Viksit Bharat como el camino hacia la transformación del país en una nación integralmente desarrollada para 2047 y anunciada con motivo del 78 Día de la Independencia de la India el pasado 15 de agosto, implican no solo el desarrollo de los resortes internos y los cambios sociales que ello conlleva, sino una mayor relevancia en el escenario internacional. Desde 2014 con la llegada de Narendra Modi y su partido (Bharatiya Janata Party, BJP, por sus siglas en inglés) al gobierno, la política exterior del país se ha tornado más asertiva en cuanto a sus compromisos con la vecindad, con el este de Asia y con el resto del mundo de acuerdo con la propia visión concéntrica dentro de la estructura de la política exterior india.

La reciente gira del Primer ministro indio Narendra Modi por Rusia en julio y por Polonia y Ucrania en agosto de 2024 no solo acaparó las miradas de la prensa y de los analistas internacionales, sino que planteó nuevas interrogantes tanto para el futuro del conflicto ruso-ucraniano como para el rol de la India en dicho diferendo como en sus propias aspiraciones de ascenso y consolidación globales. Es por ello que el presente análisis aborda las principales líneas sobe las que se basaron los recientes encuentros de Modi y sus implicaciones en el contexto geopolítico europeo, global e indio.

La 22a Cumbre Anual India-Rusia

Entre el 8 y el 9 de julio de 2024, el primer ministro indio Narendra Modi realizó una visita oficial a Rusia con motivo de la 22a Cumbre Bilateral entre sus principales líderes. Ya Modi y Putin se habían reunido anteriormente en varias ocasiones, pero desde el estallido del conflicto armado ruso-ucraniano, los encuentros físicos disminuyeron. La última cumbre bilateral de ese tipo se celebró en Nueva Delhi en 2021, la última visita oficial de Modi a Rusia fue en el año 2019 para el foro económico en Vladivostok y el último encuentro al más alto nivel ocurrió en 2022 en el marco de la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS) en Samarcanda, Uzbekistán. Este intercambio constituyó la primera visita bilateral de Modi al extranjero después de asumir su tercer mandato consecutivo frente al gobierno de la India[1].

Los antecedentes y las relaciones entre ambos países son históricas y datan desde la Guerra Fría en el que el gobierno de Indira Gandhi se alineó con la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) mediante el Tratado de Paz, Amistad y Cooperación de 1971, ante la alianza estratégica entre Pakistán, China y Estados Unidos. De ese acuerdo se derivó un reforzamiento de los lazos económicos, políticos y de defensa que caracterizaron las relaciones bilaterales hasta la década de los años 90. Con la implosión de la URSS, el giro hacia Occidente de India, la asunción de la mayoría de los compromisos soviéticos por la nueva Rusia y la llegada de Putin al gobierno ruso, los lazos bilaterales han ido en ascenso, principalmente en el mantenimiento y consolidación de los vínculos de defensa y la alineación en mecanismos multilaterales alternativos.

La compra de armamentos hacia la inversión conjunta, el desarrollo y la producción de tecnologías y sistemas defensivos avanzados, la cooperación en el área energética, principalmente en los hidrocarburos y en la energía nuclear, el intercambio en los lanzamientos de satélites y mecanismos de navegación y teledetección, y la colaboración entre instituciones académicas y culturales en áreas como los idiomas, la danza, la música y el yoga, han destacado en los más de 22 años de relaciones al más alto nivel bajo la clasificación de Asociación Estratégica Especial y Privilegiada[2]. India cuenta con unos 3.500 tanques de origen ruso (T-72 y T-90S), fabricados en su territorio bajo licencia, y una flota de aviones de combate Sukhoi y MiG (MiG-21, Su-30 y MiG-29). Todos los petroleros de reabastecimiento aéreo (Il-78), y más de la mitad de sus submarinos convencionales son de diseño soviético además de un submarino de propulsión nuclear. El portaaviones Admiral Gorshkov, renovado de la época soviética, y contratos de adquisición de cuatro fragatas y ocho sistemas de defensa aérea de última generación y de largo alcance S-400, componen el espectro de tecnología soviético/rusa dentro de las fuerzas armadas indias[3]. Los proyectos bilaterales actualmente en curso incluyen la producción del misil crucero Brahmos, el establecimiento de la empresa conjunta Indo-Russia Rifles Private Limited (IRRPL), la producción de rifles AK-203 en India bajo la iniciativa Make in India y la celebración de los ejercicios militares conjuntos INDRA.

Según un comunicado de prensa del Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (SIPRI, por sus siglas en inglés), entre los años 2019 y 2023, las exportaciones de armamento ruso a la India representaron el 34% del 68% del total de las exportaciones rusas de armamento a Asia y Oceanía. India, como el principal importador de armas del mundo, entre 2019 y 2023 compró el 36% de las exportaciones rusas de armamento, aunque “este fue el primer período de cinco años desde 1960-64 en el que las entregas de Rusia (o de la Unión Soviética antes de 1991) representaron menos de la mitad de las importaciones de armas de la India”[4]. Con el estallido del conflicto en Ucrania, las importaciones rusas a India han aumentado, incrementando así el déficit comercial desfavorable para Nueva Delhi que, según los especialistas, responde exclusivamente a la importación barata de petróleo crudo ruso. El comercio bilateral actual es de 65.700 millones de dólares; en 2023-24, las exportaciones de la India a Rusia fueron de 4.300 millones de dólares, mientras que las importaciones impulsadas por el petróleo crudo ascendieron a 61.400 millones de dólares[5].

Con respecto a las importaciones de petróleo crudo ruso a menor precio motivadas por las sanciones de EE.UU. y los países de la Unión Europea (UE), la participación de este producto y sus derivados en el comercio mutuo fue del 88%. En julio de 2024 la compra de petróleo crudo ascendió a un total de 23.504 millones de rupias (2.800 millones de dólares)[6] [7], una notable transformación si se tiene en cuenta que antes del conflicto armado ruso-ucraniano, las compras a Rusia eran menos del 1% del total, mientras que dos años después han ascendido vertiginosamente al 37%. También las importaciones de carbón figuran como uno de los rubros estratégicos: “desde el 5 de diciembre de 2022 hasta finales de julio de 2024, India compró el 18 por ciento de todas las exportaciones de carbón de Rusia”[8].

Teniendo en cuenta este contexto bilateral y el hecho de que ambas naciones cooperan en el marco del BRICS+ y en la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS) como mecanismos multilaterales de nuevo tipo contestatarios al orden occidental-liberal, además de las frecuentes abstenciones indias ante las condenas a las acciones militares rusas en Ucrania, se puede percibir que los vínculos entre los dos Estados se encuentran en un excelente momento. En tal sentido, la reunión entre Putin y Modi en el marco de la 22a Cumbre Bilateral demostró la salud de los lazos y la voluntad política de profundizarlos. Los tres documentos resultantes (la declaración conjunta, la declaración de los líderes sobre el desarrollo de áreas estratégicas de cooperación económica para el período hasta 2030 y la lista de nueve memorandos de entendimiento y acuerdos firmados[9]) evidencian el reforzamiento en las áreas de cooperación actuales, la búsqueda de nuevos sectores para cooperar y el fortalecimiento de los mecanismos de diálogo intergubernamentales. Igualmente, se le ha otorgado especial atención a la relación económica y comercial: se ha fijado un objetivo de 100.000 millones de dólares para el comercio bilateral, se impulsará un TLC sobre bienes entre la India y la Unión Económica Euroasiática (UEE), se negociará un acuerdo en materia migratoria y de movilidad y el mejoramiento de la conectividad en transporte[10].

Otros aspectos importantes en la discusión de los temas bilaterales fue el fortalecimiento de la cooperación cultural, turística[11] y entre personas. De igual forma, la cooperación en ciencia y tecnología, en los recursos bancarios y de pago en monedas locales, así como en los ámbitos espacial y de la energía nuclear[12], figuraron como elementos centrales. En el caso del desequilibrio comercial desfavorable para India debido a que sus exportaciones hacia Rusia siguen siendo relativamente bajas, se planteó en la declaración conjunta la necesidad de equilibrar ese aspecto, al igual que el excedente de rupias en los fondos rusos debido al comercio en monedas locales. La solución planteada fue la inversión en empresas conjuntas y proyectos de colaboración rusos en India que favorecerá el gasto de esas rupias acumuladas, y la posible inversión india en áreas de cooperación en el Lejano Oriente de Rusia para favorecer el intercambio de divisas y un balance del comercio. También se acordó la fabricación de piezas de repuesto y plataformas para armas y equipos de defensa de origen ruso en la India en el marco de la iniciativa Make in India.

India y Polonia: una relación de valores compartidos

Las relaciones de la India con Europa se han enmarcado tradicionalmente hacia las naciones occidentales, en lo principal hacia Reino Unido, Francia, Portugal y los Países Bajos, debido al pasado e historia común que comparten desde la llegada de los europeos con los viajes de exploración desde el siglo XVI, las pugnas entre estas naciones por las factorías indias, la consolidación de la Compañía de las Indias Orientales en el siglo XVII como principal ente administrativo del territorio, el dominio directo de la Corona Británica en calidad de virreinato a partir de 1858 y el establecimiento del Raj británico de la India hasta la independencia y partición en 1947. Sin embargo, las relaciones con otras naciones europeas, incluso antes de la independencia, constituyen factores que influyeron en el posterior establecimiento de vínculos diplomáticos y en la cordialidad de dichos lazos. Polonia constituye un ejemplo de ello.

El establecimiento formal de las relaciones diplomáticas entre la India y Polonia ocurrió en el año 1954 y las respectivas embajadas se abrieron en 1957. La alineación de Polonia al conjunto de países denominados socialistas dirigido por la URSS y la ideología y política exterior practicada por India durante la Guerra Fría, constituyeron elementos de alineación entre los dos países. Además, en ese período se efectuaron numerosos encuentros de alto nivel por ambas partes: tres visitas presidenciales de India a Polonia (1970, 1986 y 1996), tres visitas de primeros ministros (1955, 1967, 1979), tres visitas de presidentes polacos a territorio indio (1994,1998), dos de primeros ministros (1957 y 1973) y de otros funcionarios partidistas de alto rango. Las últimas visitas de importancia datan a los años 2009 y 2010[13].

Entre los dos países se llevan a cabo consultas a nivel de Ministerios de Asuntos Exteriores e intercambios parlamentarios. Los acuerdos vigentes recogen una amplia gama de sectores como la cooperación cultural, en ciencia y tecnología, la lucha contra la delincuencia organizada y el terrorismo internacional, en materia de defensa, la extradición, la cooperación económica, en el campo de la salud y las ciencias médicas, en el turismo, en la coproducción audiovisual, la prevención de la doble tributación y la evasión fiscal, la exención de visado para funcionarios diplomáticos, la agricultura, la minería del carbón y la asistencia jurídica en materia penal. Igualmente, desde septiembre de 2019 las capitales están enlazadas en un vuelo directo de LOT Polish Airlines[14].

En el aspecto histórico y cultural, ambas naciones están unidas por fuertes lazos, desde el estudio de la indiología y el sánscrito en la Universidad Jagellónica de Cracovia desde 1860, el establecimiento en 1932 del Departamento de Indología del Instituto Oriental de la Universidad de Varsovia, el mayor centro de estudios indios de Europa Central, hasta los más de 300 mil practicantes de yoga en todo el territorio polaco en mil centros de yoga y con 8 mil profesores desde hace más de 100 años[15]. Un aspecto relevante en la historia de los vínculos es la actuación del maharajá de Jamnagar[16] (Jam Saheb Digvijaysinhji Ranjitsinhji) entre 1942 y 1948 durante la Segunda Guerra Mundial al ayudar a más de 6 mil mujeres y niños polacos otorgándoles refugio en los estados principescos de Jamnagar y Kolhapur[17]. Además, en 1944 polacos e indios unieron sus fuerzas para recuperar la colina y el monasterio de Montecassino, expulsando a las fuerzas alemanas y abriendo el camino a los aliados hacia Roma[18].

En cuanto a las relaciones económicas y comerciales, Polonia es el principal socio comercial de India en Europa Central y Oriental. “Durante el período 2013-2023, el comercio bilateral total con Polonia ha experimentado un aumento del 192%, es decir, de 1.950 millones de dólares en 2013 a 5.720 millones de dólares en 2023. La balanza comercial sigue siendo en gran medida favorable a la India en 2023”[19]. Principalmente, India exporta artículos textiles, metales básicos, productos de la industria química, productos vegetales, artículos de cerámica y vidrio y maquinaria y aparatos mecánicos. En cambio, Polonia exporta a la India hierro y acero, máquinas y aparatos eléctricos y sus partes, barcos, embarcaciones y estructuras flotantes, caucho y sus manufacturas, combustibles y aceites minerales. En 2023-24, las importaciones de Polonia procedentes de la India son aproximadamente el doble de sus exportaciones y aunque Varsovia se ha mantenido como el principal socio de Nueva Delhi en la región, los volúmenes comerciales generales entre la India y Polonia siguen siendo limitados. En general, la India es el 36º mayor mercado de exportación de Polonia y el 24º mayor socio de importación[20].

Existen actualmente 18 empresas indias que operan significativamente en Polonia, destacándose el sector de las Tecnologías de la Información. Las empresas indias de TI como Infosys, Tata Consultancy Services y Wipro son importantes inversores y contribuyen significativamente al mercado laboral de Polonia[21] [22]. Las inversiones polacas en la India ascienden a unos 685 millones de dólares, mientras que la inversión india en territorio polaco asciende a 3 mil millones de dólares. Empresas como TZMO, Can Pack y Polmor[23] están dejando su huella en sectores que van desde el envasado hasta las tecnologías limpias.

La cooperación sectorial es destacada en la minería y en la energía, en el procesamiento de alimentos, las TICs, los productos farmacéuticos y químicos, los textiles y la ingeniería. La defensa es un ámbito que cabe brindarle especial atención debido a la importancia estratégica que supone para ambos países. Por un lado, Polonia es miembro de la OTAN y recientemente se ha visto involucrada en la modernización de su equipamiento obsoleto; por otro, India tiene necesidad constante de adquisición de armamentos y crecimiento de sus estructuras defensivas acorde a sus necesidades como potencia en ascenso[24]. El Grupo WB, la mayor empresa privada de defensa de Polonia, a través de WB India, ofrece sistemas militares y electrónicos avanzados. “India y Polonia llevan mucho tiempo cooperando en un modelo específico de vehículos blindados de recuperación (ARV) conocido como WZT-3. Este vehículo ha sido coproducido por la polaca Bumar y la india BEML, que han sido fundamentales en el apoyo al tanque de batalla principal T-72”[25].

La visita oficial del primer ministro indio Narendra Modi a Polonia por invitación de su homólogo Donald Tusk efectuada entre el 21 y el 22 de agosto de 2024 fue el escenario propicio para la celebración de los 70 años de relaciones bilaterales. En los encuentros de alto nivel se acordaron varias líneas de acción que reconfiguran y fortalecen los vínculos: un plan de 5 años para el mejoramiento de la cooperación multisectorial, un acuerdo sobre seguridad social para mejorar el movimiento de trabajadores calificados, la ampliación de la cooperación de defensa y seguridad y la elevación de sus relaciones a una Asociación Estratégica. El Plan de 5 años, como guía de la colaboración entre los dos Estados, permitiría un mayor enfoque en áreas priorizadas de la Asociación Estratégica como los diálogos políticos y de seguridad, el comercio y la inversión, el clima, energía, minería y tecnología, el transporte y la conectividad y las relaciones entre India y la UE.

Resulta importante destacar el rol de los más de 25 mil indios residentes en Polonia, de los cuales cerca de 5 mil son estudiantes[26]. Ellos han desempeñado un papel decisivo en la influencia de la cultura y la historia indias en esa nación, así como en el acercamiento de los lazos bilaterales. “El gobierno y el pueblo polacos han ofrecido una valiosa ayuda durante la Operación Ganga para la evacuación de los más de 4.000 estudiantes indios de Ucrania”[27].

Modi en Ucrania: el punto y seguido de la gira europea

Tras el fin del viaje de Modi a Polonia, el primer ministro indio inició su visita oficial de medio día a Ucrania. Esta visita es catalogada como histórica por varios factores: primeramente, porque es la primera de un primer ministro indio tras el establecimiento oficial de relaciones diplomáticas en 1992, y segundo, porque se enmarca en un contexto en que Ucrania y Rusia se enfrentan en un conflicto armado desde febrero de 2022. “La visita a Kiev se concretó después de que Modi se reuniera con el presidente Volodymyr Zelenskyy en el marco de la Cumbre del G7 en Italia en junio de 2024”[28]. Según declaraciones oficiales, además de discutir sobre el fin del conflicto armado, el encuentro entre delegaciones al más alto nivel tiene el propósito de profundizar los lazos bilaterales.

Las relaciones entre ambos países se catalogan como históricas y estrechas. La India fue uno de los primeros países en reconocer a Ucrania tras la disolución de la URSS. Estableció oficialmente sus relaciones diplomáticas en enero de 1992 y ya en mayo abría una embajada en la capital del país eslavo, mientras que Ucrania lo hacía en febrero de 1993, siendo esta su primera embajada en un país asiático. Desde ese momento han cooperado en todas las esferas sobre una base jurídica sólida: comercio y cooperación económica; relaciones diplomáticas y consulares; cooperación en el ámbito de la cultura, las artes, la educación, el turismo, el deporte y los medios de comunicación; establecimiento de una comisión intergubernamental para los aspectos comerciales, económicos, científicos, tecnológicos, industriales y culturales; consultas entre Ministerios de Asuntos Exteriores; servicios aéreos; prevención de la evasión fiscal; sobre la marina mercante; asuntos penales; información clasificada; utilización pacífica del espacio ultraterrestre; extradición; intercambio y cooperación en materia de seguridad nuclear y protección radiológica; y cooperación en la defensa[29].

En materia de defensa, los intercambios se han centrado en la tecnología y el equipamiento militar. “Los misiles aire-aire R-27 fabricados en Ucrania se utilizan en los cazas SU-30MKI operados por la Fuerza Aérea de la India (IAF)”[30]. Los vínculos económicos y comerciales han sido significativos en los últimos 25 años. Ucrania figura entre los principales 50 socios comerciales indios y en el año 2020 India fue el principal destino de exportación de mercancías ucranianas en Asia y el quinto destino de exportación total de Ucrania. “En el primer semestre de 2024, el volumen del comercio bilateral ascendió a 1.070 millones de dólares[31]. Las exportaciones de mercancías de Ucrania ascendieron a 0,41 mil millones de dólares y las importaciones a 0,66 mil millones de dólares. La balanza comercial negativa de Ucrania ascendió a 0,25 mil millones de dólares”[32]. Las grasas y los aceites de origen vegetal, el maíz, la hulla y antracita son los principales productos exportados a la India, mientras que los productos farmacéuticos, los combustibles minerales, los derivados del petróleo y la destilación, el acero laminado y maquinaria eléctrica constituyen las exportaciones indias a Ucrania.

La cooperación en materia de asistencia humanitaria mediante donaciones de medicamentos y equipos médicos se han incrementado luego del inicio del conflicto armado ruso-ucraniano[33]. De igual forma, la actividad de la diáspora india, que en su mayoría son estudiantes de medicina y profesionales de negocios en los sectores de la farmacéutica, el embalaje y los servicios, han contribuido sobremanera a elevar los lazos sociales y culturales. La promoción de las becas de los programas ITEC (Cooperación Técnica y Económica de la India), ICCR (Consejo India de Relaciones Culturales) y Kendriya Hindi Sansthan, facilitan un mayor contacto entre los pueblos. La existencia de más de 30 asociaciones/grupos culturales ucranianos, repartidos por todo el país, que se dedican a la promoción de las formas de arte indias, el yoga, la filosofía, el Ayurveda y la espiritualidad; así como la filmación de películas indias en territorio ucraniano, son las principales aristas de la cooperación cultural bajo el Tratado de Amistad y Cooperación de 1992[34].

Las visitas y reuniones al más alto nivel se han llevado a cabo desde el propio inicio de las relaciones bilaterales. Se han efectuado tres vistas del presidente de Ucrania a la India (1992, 2002 y 2012), dos visitas del presidente indio a Ucrania (1993 y 2005), tres encuentros entre el presidente ucraniano y el primer ministro indio en el marco de reuniones en organizaciones multilaterales (2021, 2023 y 2024), una visita parlamentaria en 2003, 6 vistas del ministro de exteriores ucraniano a India (1994, 1997, 2003, 2011, 2017 y 2024) y 9 consultas políticas. El impacto y asilamiento internacional que supuso la pandemia del COVID-19 y el posterior inicio y mantenimiento del conflicto ruso-ucraniano que ha convertido al país en un escenario de guerra, ha determinado un distanciamiento en estos encuentros bilaterales. Asimismo, la postura abstencionista de India con respecto a las condenas y apoyo de los países occidentales por la invasión rusa, también ha supuesto una condena por parte de los altos funcionarios del gobierno ucraniano y un declive considerable en los intercambios mutuos.

Durante la reunión bilateral entre Modi y Zelenskyy en Kiev el pasado 23 de agosto de 2024, ambos dirigentes expresaron su deseo de impulsar las relaciones bilaterales y elevarlas de asociación integral a una Asociación Estratégica Integral. Se debatió sobre la mejora de la cooperación en áreas como el comercio, la agricultura, los productos farmacéuticos, la defensa, la educación, la ciencia, la tecnología, la cultura, la infraestructura pública digital, la industria, la fabricación y la energía verde mediante una mayor participación de las empresas y la industria de ambas naciones[35]. Se firmaron cuatro acuerdos que permitirán crear condiciones de mercado mutuamente favorables, aunar esfuerzos para la participación india en una futura reconstrucción y recuperación de la estructura ucraniana dañada por la guerra, promover vínculos directos entre instituciones culturales, e incentivar los intereses farmacéuticos[36].

“Sí, estamos listos (para entablar relaciones directas con la India y comprar productos fabricados en la India en un futuro próximo). Di todos estos mensajes a sus productores. Como dije, estamos listos para intercambiar…estamos listos para comprar. Estamos listos para producir. Estamos listos para abrir sus empresas aquí o estamos listos para abrir nuestras empresas en la India. Así que estamos muy dispuestos a ese diálogo y a ese trabajo” .[37]

Como preludio a este encuentro entre los dos dirigentes, se produjo la vista del canciller ucraniano Dmytro Kuleba a la India y su reunión con su homólogo indio Subrahmanyam Jaishankar para el fortalecimiento de las relaciones bilaterales en marzo de 2024. Además, es importante acotar la designación del General de División retirado Oleksandr Polishchuk como nuevo embajador ucraniano en Nueva Delhi después de la vacancia del puesto durante más de un año[38] y de un enfriamiento de los lazos ante la postura india por el conflicto bélico con Rusia. También, durante el reciente encuentro con Modi, el presidente ucraniano recibió un lote de cuatro de los cubos BHISHM (Iniciativa de Salud Bharat para Sahyog Hita y Maitri) para hacer frente a emergencias médicas[39].

¿La gira pacificadora de Modi?

Como es ampliamente conocido y estudiado, el patrón conductual de India en sus relaciones internacionales ha estado experimentando un proceso de transformación: de un no alineamiento tácito hacia una autonomía estratégica, un multialineamiento y un no alineamiento declarativo. Ello ha sido reforzado por las políticas del BJP y de Modi en el poder en India desde 2014 con la implementación de varias políticas internacionales como el Actuar en el Este, el Vecindario Primero, una liberalización económica dirigida por el Estado, la potenciación de las capacidades del país en el ámbito de la diplomacia pública y la diversificación de los socios comerciales, siempre con la premisa de la protección y el logro de los intereses nacionales. El ascenso de India como potencia mundial, requiere inevitablemente un respaldo internacional y un diseño económico, comercial, financiero y de relaciones internacionales diversificado, distendido, atendido al más alto nivel y que responda a esos intereses nacionales. En tal sentido, la profundización de las relaciones indo-rusas a partir del estallido del conflicto ruso-ucraniano no han sido lo correctamente comprendidas por los socios indios en Occidente, principalmente por Estados Unidos, Ucrania y la mayoría de los países de la UE.

“La India se ha abstenido en todas la resoluciones y mociones presentadas en foros internacionales que han criticado a Moscú por invadir Ucrania. Por ejemplo, de 21 resoluciones presentadas en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (CSNU), la Asamblea General de las Naciones Unidas (AGNU), el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas y el Organismo Internacional de Energía Atómica, se ha abstenido en todas las resoluciones excepto una. El 24 de agosto de 2022, India votó a favor de la resolución SC/15004 del CSNU para permitir la participación virtual del presidente Zelenskyy en el CSNU y la AGNU”.[40]

La compra de petróleo ruso a menor precio y la evasión de las sanciones impuestas por EE.UU. y la UE a su importación y el abstencionismo han supuesto una percepción occidental de que India está alineada con Rusia en el conflicto armado. Sin embargo, se desconoce el bagaje histórico entre los dos países, las relaciones con Ucrania y los esfuerzos reiterados de Modi de apaciguar la escalada de la confrontación armada mediante llamadas telefónicas y encuentros en foros multilaterales. Las giras de Modi por Europa no son casuales, al contrario, si bien se declara la intención de ampliar las relaciones bilaterales y profundizarlas con países que nunca han sido prioridad para India, el aspecto geopolítico ocupa un rol central. Específicamente en los viajes a Rusia, Polonia y a Ucrania en julio-agosto de 2024, el factor estratégico se encuentra solapado detrás de acuerdos comerciales, reconocimiento a los vínculos históricos y ampliación de la cooperación.

El encuentro entre Modi y Putin en Moscú el pasado mes de julio produjo reacciones desde Occidente y desde el propio panorama político interno indio. Las señales simbólicas del abrazo entre los dos dirigentes, de la condecoración de Modi con el más alto honor civil de Rusia, la Orden de San Andrés Apóstol y las coincidencias de que en el contexto de dicha cumbre se atacara con misiles el mayor Hospital Pediátrico de Ucrania[41] y que al día siguiente comenzara la cumbre de la OTAN en Washington, condujeron a una reacción airada por parte de los medios y los líderes occidentales. “El embajador de EE.UU. en la India, Eric Garcetti, expresó su preocupación por el viaje de Modi. Mientras tanto, el portavoz del Departamento de Estado, Matthew Miller, instó a la India a utilizar su relación única con Rusia para ayudar a poner fin al conflicto en Ucrania”[42]. Desde la presidencia ucraniana se criticó a la visita de Modi a Moscú como un precedente equivocado y se expresó “la decepción de ver al líder de la mayor democracia del mundo reunirse con un dictador y un invasor”[43].

Por su parte, la política interna india ha estado dividida en torno a la postura de su país con respecto al conflicto ruso-ucraniano. Mientras que los partidos de izquierda criticaron a Rusia por la invasión de territorios ucranianos, culparon a las políticas de la OTAN y de Estados Unidos por promover una escalada del conflicto al no reconocer las garantías de seguridad abogadas por Rusia, el Partido del Congreso solicitaba el fin de la política neutral india y que esta se alineara con Kiev, premisa que fue cambiando con el transcurso de los acontecimientos y la actitud cautelosa de la India entre los dos frentes en disputa. Esta actitud responde a un factor ya característico de la formulación e implementación de la política exterior de India: la paradoja de la soberanía. “Las acciones del gobierno indio son contrarias a los principios clave de política exterior de la India, la Carta de la ONU y el derecho internacional”[44]. Este aspecto, sumado a la búsqueda de bases sólidas de apoyo a su rol como líder del Sur Global[45], su rol como actor clave en la negociación del fin del conflicto, y el reajuste de los posibles daños geopolíticos y morales del encuentro con Putin, son los elementos definitorios de la gira europea de Modi.

“La visita de Modi es más que un mero acto de equilibrio geopolítico para apaciguar a los socios occidentales tras un acercamiento con Rusia”[46]. Y es que Polonia no está en el itinerario del líder indio de casualidad. La coincidencia con el 70 aniversario del establecimiento de las relaciones diplomáticas sirvió de pretexto para que India lograra una Asociación Estratégica con el país más grande de Europa Central. El interés de India de impulsar las negociaciones estancadas con Europa sobre la firma de un Tratado de Libre Comercio tienen a Varsovia como uno de los ejes principales de apoyo cuando en el primer semestre de 2025 el país se convierta en el presidente del Consejo de la Unión Europea y su rol como presidente hasta junio de 2025 del Grupo de Visegrado[47], aspectos que convierten en este período a Polonia como el líder de los países de Europa Central y para ojos indios en la puerta de entrada al resto del continente. A su vez, asegurar el respaldo polaco a las principales iniciativas que promueve India en su aspiración de consolidarse como potencia global y líder de los países del Sur (el apoyo a su aspiración de ocupar un asiento permanente en el CSNU y la afiliación a la Alianza Solar Internacional y a la Coalición para la Infraestructura Resiliente a los Desastres) y aprovechar la ola de diversificación antichina que se implementa desde el panorama empresarial europeo, fueron otros aspectos relevantes.

El acercamiento y profundización de los lazos indo-polacos en un contexto europeo marcado por las sanciones antirrusas y la escalada del conflicto en Ucrania, tiene un profundo significado geopolítico y geoestratégico para India. Por un lado, a la luz pública el acercamiento a un miembro de la OTAN y uno de los bastiones antirrusos del continente europeo es primordial para demostrar al mundo la esencia de la autonomía estratégica en la política exterior de la India. En segunda instancia, la membresía de Polonia en la UE significa que, al fortalecer los lazos con Polonia, India también puede mejorar su presencia económica en la UE. Y en último lugar, los acuerdos en materia de defensa concertados, son un medio para diversificar la adquisición de armamento y tecnología defensiva y no depender únicamente de un mercado mayoritario como el ruso.

En el caso de la visita a Kiev, las intenciones de Modi más allá de acercar sus vínculos multisectoriales, fue de equilibrar los impactos públicos de su anterior visita a Moscú y de la postura que India ha mantenido desde el inicio del conflicto armado. Para Occidente, específicamente para Ucrania, la falta de voluntad política india de condenar a Rusia por la transgresión de su soberanía ha constituido un factor determinante en el enfriamiento de los lazos bilaterales. Las constantes apelaciones de los dirigentes indios a una política de maximizar los intereses nacionales sobre la base del alineamiento estratégico no han disuadido a Ucrania de recelar tal postura. No obstante, India se ha posicionado como un actor que busca la paz y el fin del conflicto por medio de métodos negociadores y la diplomacia. “Modi ha reiterado en numerosas ocasiones en foros internacionales la posición de la India de poner fin a la guerra entre Rusia y Ucrania mediante la diplomacia y el diálogo. Incluso en su reunión con Putin durante su visita de dos días a Rusia en julio, subrayó que no hay solución en el campo de batalla, el diálogo y la diplomacia son el camino a seguir”[48].

Si bien los países aliados a Ucrania han condenado la actitud abstencionista india, los simbolismos en la actuación de los representantes indios y sus mensajes a sus homólogos rusos contradicen esta postura, aunque con tonos un poco tímidos. La posición india es de solo acatar las sanciones impuestas por el CSNU y no las impuestas de manera unilateral por varios Estados. Del mismo modo, desde el comienzo de la agresión armada, los diplomáticos y el propio primer ministro indios han criticado indirectamente la violación del derecho a la soberanía e integridad territorial por parte de Rusia en clara flagrancia de dos de los cinco principios del Panscheel como eje articulador del no alineamiento declarativo indio. Además, las abstenciones de Modi de reunirse con Putin en Moscú en los años 2022 y 2023 y el mensaje que le trasladó en el marco de la cumbre de la OCS en Uzbekistán en 2022 que “la era actual no es de guerra”, constituyen indicios de que, si bien el alineamiento indio con Rusia es meramente estratégico por la profunda interconexión energética, armamentística y geopolítica en el que China juega un rol decisivo, tal postura no es ni definitiva ni inquebrantable. El encuentro indo-ruso en julio de 2024 y la posterior reunión con el líder ucraniano demostraron a la opinión pública, analistas, expertos y decisores de política y seguridad internacionales que India tiene una concepción propia de sus asociaciones y alianzas globales.

“Una Eurasia inestable no es del interés de la India y Nueva Delhi desearía ver una resolución de la guerra entre Rusia y Ucrania pronto”[49]. A pesar de ser un actor externo, India ha mantenido un rol destacado durante todo el conflicto al asumir una posición comprometida activamente por la paz. Aunque las declaraciones del Ministerio de Asuntos Exteriores de India de que no se presentaría una propuesta de paz concreta durante las conversaciones de alto nivel de la gira europea de Modi, el tema sí fue el principal asunto a tratar, incluso la propuesta de mediador y facilitador de India como garante de distención y paz estuvo sobre la mesa de diálogo.

Los impactos que generó el estallido del conflicto para la economía india y sus intereses geopolíticos fueron determinantes en que el país fuera uno de los primeros en criticar a las partes en conflicto. “La guerra en Ucrania ofrece a la India la oportunidad de demostrar su capacidad diplomática y mejorar su posición global. Al interactuar con ambas partes y promover el diálogo, la India puede contribuir a reducir la escalada del conflicto y, potencialmente, allanar el camino hacia una solución pacífica”[50]. Los encuentros del primer ministro Modi con los líderes de Polonia y Ucrania seis semanas después de reunirse con Putin revirtieron la imagen occidental de una India alineada totalmente a los intereses rusos. La gira ha sembrado confianza en India como un país neutral, ha afianzado su rol de líder del Sur Global y su compromiso por el logro de la paz, aunque detrás se encuentren intereses geopolíticos y estratégicos vitales para el desarrollo del país como una potencia mundial. La competencia con China y el evitar un mayor acercamiento sino-ruso también es un factor que influye sobremanera en el activismo indio de buscar la paz y de asegurar su rol como país autónomo.

“Desde un punto de vista estructural, la India no tiene el peso necesario para navegar por la compleja dinámica de seguridad euroasiática que condujo al conflicto en Ucrania. Por lo tanto, si miramos más allá del impulso a la paz, la creciente presión occidental sobre la India para la controvertida visita de Modi a Rusia, un país que está abiertamente en desacuerdo con el mundo occidental, implicaba tácitamente el apoyo de India a las ambiciones geopolíticas de Moscú. Por lo tanto, la visita de Modi a Moscú requería una seria estrategia de recalibración para la India si el país esperaba mantener su status internacional como un Estado estratégicamente autónomo” .[51]

Consideraciones finales

Se ha observado una progresiva transformación del paradigma de la proyección externa india. Desde su independencia y durante toda la Guerra Fría, India fue el baluarte e impulsor del no alineamiento, con el viraje hacia Occidente y las necesidades nacionales de diversificar mercados y socios, el no alineamiento pasó al marco declarativo mientras que la autonomía estratégica ha caracterizado el devenir internacional indio contemporáneo.

El ascenso como gran potencia para India, requiere un mayor relacionamiento no solo con sus vecinos del área inmediata a sus fronteras, sino que una mayor expansión de sus mercados y la búsqueda de socios diversos que contribuyan a su desarrollo. La reciente gira del primer ministro indio por Rusia, Polonia y Ucrania, viene a reforzar la idea de que India busca posicionarse como un actor clave en la mediación del conflicto ruso-ucraniano, además de mostrar su intención de expandir sus relaciones con otras naciones que antes no eran prioridad. Tales visitas complementan los encuentros de Modi con sus homólogos de Alemania, Francia, Italia, Dinamarca, Islandia, Finlandia, Suecia, Noruega y Austria.

Se demostró que la política exterior india funciona sobre la base de una autonomía estratégica que busca maximizar sus intereses nacionales. La profundización de la Asociación Estratégica Especial y Privilegiada con Rusia, la elevación de las relaciones a Asociación Estratégica con Polonia y el deseo de establecer una Asociación Estratégica Integral con Ucrania fueron aspectos que resaltaron dentro de los diálogos bilaterales de Modi con sus homólogos europeos.

A pesar de que se logró un intercambio en amplios sectores de las relaciones bilaterales como la economía y el comercio, la defensa, la energía, los intercambios culturales y las TICs, el tema estratégico y geopolítico estuvo en el centro de las conversaciones de alto nivel. Con Polonia, el interés indio radica en lograr un punto de apoyo del que se considera actualmente el líder de Europa Central para facilitar la entrada de India al continente europeo. Por su parte, en el caso de las visitas a Rusia y a Ucrania, si bien se tocaron asuntos bilaterales y de cooperación, el tema central fue buscar un panorama propicio para lograr un marco negociador que ponga fin al conflicto armado ruso-ucraniano. No obstante, el objetivo fundamental radicó en cambiar la perspectiva occidental de una India alineada a Rusia pese a que ello contradiga los principios de la política exterior india.

India busca mediante la mediación y la resolución pacífica de las hostilidades, consolidarse como gran potencia a nivel mundial, y posicionarse como líder de las naciones del Sur Global, aspectos decisivos dentro de su estrategia de ascenso como nación desarrollada.

  

* Investigador del Centro de Investigaciones de Política Internacional, Especialista en Asia Meridional, Licenciado en Relaciones Internacionales por el Instituto Superior de Relaciones Internacionales “Raúl Roa García” de La Habana, Cuba; Máster en Historia Contemporánea y Relaciones Internacionales por la Universidad de La Habana. sotesjulio@gmail.com.

ORCID: 0000-0002-8066-9104

 

Referencias y bibliografía

[1] Históricamente este privilegio quedaba para las naciones del vecindario inmediato de la India, es decir, para los países del Sur de Asia.

[2] La mejora de las relaciones políticas, económicas, comerciales, científico-técnicas, culturales y de defensa y seguridad, fueron refrendadas en la firma de la Declaración sobre la Asociación Estratégica India-Rusia en el año 2000. El actual nivel de las relaciones fue establecido en el año 2010.

[3] France 24. “La dependencia de India de las armas rusas explica sus reservas sobre Ucrania, según expertos”. France 24, 24/03/2022, https://www.france24.com/es/minuto-a-minuto/20220324-la-dependencia-de-india-de-las-armas-rusas-explica-sus-reservas-sobre-ucrania-seg%C3%BAn-expertos.

[4] SIPRI. “Las importaciones de armas europeas casi se duplican, las exportaciones estadounidenses y francesas aumentan, las exportaciones rusas caen estrepitosamente”. Comunicado de Prensa SIPRI, 11/03/2024, https://www.sipri.org/sites/default/files/AT%20press%20release%20ESP.pdf.

[5] Press Trust of India. “Local currency trade, exports, FTA will boost India-Russia commerce: GTRI”. Business Standard, 18/07/2024, https://www.business-standard.com/external-affairs-defence-security/news/local-currency-trade-exports-fta-will-boost-india-russia-commerce-gtri-124071800481_1.html

[6] Según datos de exportación de ambos países, en julio de 2024 India superó a China como el mayor comprador mundial de petróleo ruso y sus derivados con un estimado de 2,07 millones de barriles por día, lo que representó un 12% más que el año pasado. Mineras tanto, China importó en julio 1,76 millones de barriles por día, suponiendo una contracción de 7,4% menos que en el mismo período de 2023. (Ver: Verma, Nidhi. “India surpasses China to become Russia’s top oil buyer in July”. Reuters, 22/08/2024, https://www.reuters.com/markets/commodities/india-surpasses-china-become-russias-top-oil-buyer-july-2024-08-22/#:~:text=NEW%20DELHI%2C%20Aug%2022%20(Reuters,comparison%20of%20import%20data%20showed.

[7] Deccan Herald. “Indi.a imports Rs 23,504 crore-worth of crude oil from Russia in July 2024”. Deccan Herald, 15/08/2024, https://www.deccanherald.com/india/india-imports-rs-23504-crore-worth-of-crude-oil-from-russia-in-july-2024-3151549

[8] Ídem.

[9] Ambas partes firmaron un Memorando de Entendimiento para un programa de cooperación India-Rusia en esferas comerciales, económicas e inversión en el extremo oriental de Rusia para el periodo 2024-2029, así como principios de cooperación en la zona ártica de la Federación de Rusia. Otro resultado significativo de las conversaciones bilaterales es el Acuerdo Marco Conjunto para la Promoción de la Inversión entre Invest India y el JSC “Management Company del Fondo de Inversión Directa de Rusia”. Esto buscará facilitar la inversión de las empresas rusas en el mercado indio promoviendo y fomentando la cooperación en inversión. Se firmó un memorando de entendimiento (MoU) entre el Consejo de Promoción Comercial de la India y la Organización Pública de toda Rusia “Business Russia” para promover el comercio y la inversión bilateral, organizar reuniones B2B y eventos de promoción empresarial; e intercambio de delegaciones comerciales; un memorando de entendimiento entre el Ministerio de Medio Ambiente, Bosques y Cambio Climático y el Ministerio de Desarrollo Económico de la Federación de Rusia sobre las cuestiones del cambio climático y el desarrollo con bajas emisiones de carbono. Se firmó un memorando de entendimiento entre el Centro Nacional de Investigación Polar y Oceánica de la India y el Instituto de Investigación del Ártico y la Antártida de Rusia sobre cooperación en investigación y logística en las regiones polares; un acuerdo de cooperación entre el Centro de Arbitraje Internacional de la India y el Tribunal de Arbitraje Comercial Internacional de la Cámara de Comercio e Industria de la Federación de Rusia para facilitar la solución de controversias de derecho civil de carácter comercial. Por último, entre otros memorandos de entendimiento firmados se encuentran los celebrados entre Survey of India y el Servicio Federal de Registro Estatal, Catastro y Cartografía de la Federación de Rusia; Prasar Bharati y ANO “TV-Novosti” sobre cooperación y colaboración en materia de radiodifusión, y la Comisión de Farmacopea de la India y el “Centro científico para la evaluación experta de productos medicinales” de la Institución Presupuestaria Estatal Federal de Rusia. (Ver: NDTV. “India, Russia Sign 9 Agreements On Trade, Climate During PM Modi’s Moscow Visit”. NDTV, 09/07/2024, https://www.ndtv.com/world-news/india-russia-sign-9-agreements-on-trade-climate-during-pm-modis-moscow-visit-6070175).

[10] A través del Corredor Chennai-Vladivostok (Marítimo Oriental), el Corredor Internacional Norte-Sur y el uso del potencial de la Ruta del Mar del Norte (Ver: Bhatia, Rajiv. “India-Russia relations march ahead”. Gateway House, 18/07/2024, https://www.gatewayhouse.in/india-russia-relations-march-ahead/.

[11] El flujo de turistas en el primer semestre de 2024 hacia Rusia desde la India aumentó en un 30,6%, según datos oficiales de las autoridades rusas.

[12] La cooperación en materia de energía nuclear con Rusia es estratégica para India. De los 24 reactores nucleares operativos en India con una producción total de 8.080 MW, dos son de fabricación rusa que generan casi el 30% de la producción total. De los 10 reactores que se encuentran en construcción, 4 son rusos y proporcionarán la mitad de la producción planificada de 8.000 MW. La aspiración de India de alcanzar para 2070 las cero emisiones de gases de efecto invernadero, cuentan con la cooperación con Rusia como un elemento clave debido al estancamiento de las negociaciones con Francia y Estados Unidos y a que actualmente la generación de energía eléctrica por la vía nuclear en el país representa solo el 2% del total (Ver: Yousuf, Danish y Barthwal, Namita. “After Modi’s Moscow Trip, Where Do India-Russia Relations Stand?” The Diplomat, 19/07/2024, https://thediplomat.com/2024/07/after-modis-moscow-trip-where-do-india-russia-relations-stand/).

[13] Embassy of India, Poland. “India-Poland Relations. India-Poland Relations”, julio, 2024, https://www.indianembassywarsaw.gov.in/page/pol-relat/.

[14] Ídem.

[15] Ídem.

[16] Ocho escuelas primarias y secundarias polacas llevan el nombre de Jam Saheb, conocido como el “Buen Maharajá” en Polonia. En octubre de 2014 se inauguró un monumento en memoria de Jam Saheb en la plaza del Buen Maharajá, distrito de Ochota, Varsovia (Polonia). En noviembre de 2017 se inauguró en Varsovia otra placa que conmemora el campamento de Valivade-Kolhapur, cerca del monumento conmemorativo de la guerra de Montecassino.

[17] Shankar IAS Parliament. “India- Poland Bilateral Relationship”. Shankar IAS Parliament, 26/08/2024, https://www.shankariasparliament.com/current-affairs/india-poland-bilateral-relationship.

[18] Bonikowska, Małgorzata; Lukaszuk, Tomasz y Surdel, Bruno. “India and Poland: Time for a strategic partnership”. Observer Research Foundation, 21/08/2024, https://www.orfonline.org/research/india-and-poland-time-for-a-strategic-partnership.

[19] Ver Embassy of India, Poland. Ob. Cit.

[20] En 2023-2024 las exportaciones de la India a Polonia fueron de 2.436,27 millones de dólares, un crecimiento del 4,87% con respecto al período anterior. En sentido inverso, las importaciones fueron de 1.504, 26 millones de dólares, un 10,09% de crecimiento (Ver: Rao, Archana y Cyrill, Melissa. “India and Poland Upgrade Bilateral Relations to ‘Strategic Partnership’”. India Briefing, 26/08/2024, https://www.india-briefing.com/news/india-and-poland-upgrade-bilateral-relations-to-strategic-partnership-34084.html/.

[21] Otras empresas indias que operan en Polonia son las de los sectores de TI y subcontratación, como Genpact, KPIT-Info systems, HCL, L&T Tech y Zensar Technologies. Otras empresas indias que tienen presencia en Polonia son UFLEX, Essel Propack, VVF, etc. Algunas empresas que han entrado en el mercado polaco a través de adquisiciones son Berger Paints India, Escorts, Glenmark Pharmaceuticals, Lambda Therapeutics Research, Lumel SA y Tata Global Beverages. Se estima que emplean a casi 10.000 ciudadanos polacos (Ver: Embassy of India, Poland. Op. cit).

[22] IAS GYAN. “India Poland Relations”. IAS GYAN, 23/08/2024, https://www.iasgyan.in/daily-current-affairs/india-poland-relations#.

[23] Otras empresas polacas en India son: SECO/WARWICK, Maflow Group, Billenium, EKOLOG, Solaris y JBM Auto (Ver: Embassy of India, Poland. Ob. cit).

[24] En el año 2002, la empresa polaca Bumar-Łabędy desempeñó un papel crucial en la mejora de las capacidades operativas de los tanques T-72, que son un parte vital de la flota del cuerpo blindado indio. La India firmó un contrato por 73 millones de dólares para sistemas de guía de armas de fabricación polaca para modernizar unos 250 tanques T-72. Ese mismo año, el Ministerio de Finanzas polaco ofreció una línea de crédito de 200 millones de dólares para la venta de armas a la India, lo que fue seguido de acuerdos para proporcionar asistencia técnica para producir radares y suministrar paracaídas de combate al ejército indio (Ver: Wankhede, Rahul. “Strengthening Strategic Ties: The Evolution of India-Poland Defence Cooperation”. The Daily Guardian, 23/08/2024, https://thedailyguardian.com/strengthening-strategic-ties-the-evolution-of-india-poland-defence-cooperation/).

[25] Ver Rao, Archana y Cyrill, Melissa. Op. cit.

[26] Los indios son el cuarto grupo más grande de trabajadores extranjeros registrados en el sistema de seguridad social polaco (conocido como ZUS), con 20.549 registrados en 2023. El año pasado, los indios también fueron el tercer grupo de trabajadores inscritos en el ZUS con mayor crecimiento, solo detrás de los bielorrusos y los ucranianos, con 4.588 nuevos trabajadores agregados en un año (Ver: Ptak, Alicja. “Poland and India upgrade relations during first visit by Indian PM in 45 years”.  Fundacja Notes From Poland, 22/08/2024, https://notesfrompoland.com/2024/08/22/poland-and-india-upgrade-relations-during-first-visit-by-indian-pm-in-45-years/).

[27] Ver Wankhede, Rahul. Op. cit.

[28] Verma, Raj. “Ukraine Visit | Modi unlikely to have a peace plan with him”. Deccan Herald, 21/08/2024, https://www.deccanherald.com/opinion/ukraine-visit-modi-unlikely-to-have-a-peace-plan-with-him-3158802,

[29] Embassy of Ukraine in the Republic of India. “Ukraine-India Bilateral Trade”. Embassy of Ukraine in the Republic of India, 15/01/2024, https://india.mfa.gov.ua/en/partnership/cooperation-between-ukraine-and-india/438-torgovelyno-jekonomichne-spivrobitnictvo-mizh-ukrajinoju-ta-indijeju/ukraine-india-bilateral-trade#:~:text=Ukraine%2DIndia%20Bilateral%20Trade%20%7C%20Embassy,in%20the%20Republic%20of%20India&text=In%20the%20first%20half%20of,from%20India%20%E2%80%93%200.66%20billion%20USD.

[30] ForumIAS. “India-Ukraine Relations- Significance and Challenges- Explained Pointwise”. ForumIAS, 23/08/2024, https://forumias.com/blog/india-ukraine-relations-significance-and-challenges-explained-pointwise/.

[31] El volumen del comercio entre India y Ucrania ha caído de 3.390 millones de dólares en 2021-22 a 710 millones de dólares en 2023-24, debido a la actual crisis entre Rusia y Ucrania. Ello ha afectado a las importaciones de productos agrícolas, de construcción de maquinaria y militares de la India procedentes de Ucrania.

[32] Ver Embassy of Ukraine in the Republic of India. Op. cit.

[33] La India ha proporcionado 17 envíos de 99,3 toneladas de asistencia humanitaria a Ucrania tras la guerra entre Ucrania y Rusia. La ayuda y la asistencia comprenden medicamentos, mantas, tiendas de campaña, lonas impermeables y equipo médico. Las empresas farmacéuticas indias han donado más de 8 millones de dólares en asistencia médica y asistencia financiera a Ucrania.

[34] Ver ForumIAS. Op cit.

[35] Ministry of External Affairs, Government of India. “India-Ukraine Joint Statement on the Visit of Prime Minister of India to Ukraine”. Ministry of External Affairs, Government of India, 23/08/2024, https://www.mea.gov.in/bilateral-documents.htm?dtl/38214/IndiaUQBqhHGzyLlUXZHT521txL5Wgff2nnTGFMk-FffhfGJrbQqynister_of_India_to_Ukraine#:~:text=Underlining%20the%20importance%20of%20defence,India%20and%20cooperation%20in%20emerging.

[36] Acuerdo de Cooperación en el campo de la Agricultura y la Industria Alimentaria; Memorando de Entendimiento sobre Cooperación en el campo de la Regulación de Productos Médicos; Memorando de Entendimiento sobre Asistencia Humanitaria India para la Implementación de Proyectos de Desarrollo Comunitario de Alto Impacto; y el Programa de Cooperación Cultural para 2024-2028.

[37] The Economic Times. “’Ready to open Ukraine companies in India, buy ‘Made-in-India’ products’: President Zelenskyy”. The Economic Times, 24/08/2024, https://economictimes.indiatimes.com/news/india/ready-to-open-ukraine-companies-in-india-buy-made-in-india-products-president-zelenskyy/articleshow/112753184.cms?from=mdr.

[38] Financial Express. “Ukraine-India Relations: A Look at Humanitarian Aid and Diplomatic Endeavors”. Financial Express, 06/08/2023 https://www.financialexpress.com/business/defence-ukraine-india-relations-a-look-at-humanitarian-aid-and-diplomatic-endeavors-3201549/.

[39] Cada cubo BHISHM puede manejar aproximadamente 200 casos de emergencia, atendiendo una amplia gama de necesidades médicas como traumatismos, quemaduras, fracturas y shock (Ver: Trigunayat, Anil. “It can’t be a dialogue of the deaf: How Zelensky chiding India for buying Russian oil is plain hypocrisy”. Firstpost, 26/08/2024, https://www.firstpost.com/opinion/it-cant-be-a-dialogue-of-the-deaf-how-zelensky-chiding-india-for-buying-russian-oil-is-plain-hypocrisy-13808221.html).

[40] Verma, Raj. “Interests trump principles and values: India’s neutrality in the Russia-Ukraine war”. Taylor & Francis Group, 11/08/2024, https://www.tandfonline.com/doi/full/10.1080/13523260.2024.2388003#abstract.

[41] Inmediatamente después de sucedido el hecho, el Kremlin y el Ministerio de Defensa ruso afirmaron que el ataque no provino de ningún arma rusa, sino que la propia defensa ucraniana destruyó el hospital infantil Okhmatdyt, el centro pediátrico más grande de Ucrania. Por su parte, desde Ucrania se afirma categóricamente que el ejército ruso lanzó el misil de crucero de largo alcance Kh-101 que destruyó la instalación pediátrica. Irónicamente y no por casualidad, uno de los primeros actos públicos y oficiales de Modi en Kiev fue la visita a un memorial dedicado a las víctimas infantiles tanto de la Segunda Guerra Mundial como del conflicto en curso. Ello evidencia que no solo la guerra se lleva en el teatro de operaciones sobre el campo de batalla, sino que también a través de simbolismos. En este caso se puede observar que las autoridades ucranianas quisieron sensibilizar a Modi y mostrarle los efectos reales de la guerra sobre la población urbana, especialmente sobre los niños.

[42] Ver  Yousuf, Danish y Barthwal, Namita. Op. cit.

[43] Pal, Aayush. “PM Modi’s Historic Visit to Ukraine: Balancing Ties Amid Conflict”. Samvada World, 23/08/2024, https://samvadaworld.com/world/pm-modis-historic-visit-to-ukraine-balancing-ties-amid-conflict/.

[44] Ver Verma, Raj. Op. cit.

[45] Para la presente investigación, el autor entiende por Sur Global como una categoría híbrida que va más allá de los factores históricos y geográficos y que tiene a la distribución del poder y a la toma de decisiones como elementos centrales. El término, al no tener una inclinación geográfica, incluye países de los hemisferios Norte y Sur que han sido históricamente relegados a los márgenes del orden tradicional establecido por las potencias mundiales. Este grupo de países comparten una posición estructural de periferia en el sistema internacional capitalista. Es una expresión lingüística de una realidad geopolítica emergente.

[46] Bisaria, Ajay. “Warzone Diplomacy”. Observer Research Foundation, 22/08/2024, https://www.orfonline.org/english/research/warzone-diplomacy.

[47] Una alianza política y cultural informal de cuatro países de Europa central: la República Checa, Hungría, Polonia y Eslovaquia.

[48] Ver Verma, Raj. Op. cit.

[49] Pant, Harsh V. “Ukraine’s India Outreach, And The Search For New Friends”. Observer Research Foundation, 03/04/2024, https://www.orfonline.org/research/ukraine-s-india-outreach-and-the-search-for-new-friends.

[50] Velangi, Amey. “Peacemaker vs Peacemaker: India and China’s Diplomatic Duel Over Ukraine”. The Diplomat, 26/08/2024, https://thediplomat.com/2024/08/peacemaker-vs-peacemaker-india-and-chinas-diplomatic-duel-over-ukraine/.

[51] Siddharth Jayaprakash, Rajoli. “The Limits of Strategic Autonomy: Modi’s Visit to Ukraine”. Russian International Affairs Council (RIAC), 30/08/2024, https://russiancouncil.ru/en/analytics-and-comments/columns/eurasian-policy/the-limits-of-strategic-autonomy-modi-s-visit-to-ukraine/.

 

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A 84 AÑOS DEL INICIO DE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL. ENFOQUES Y APORTES  SOBRE EL ACONTECIMIENTO MAYOR DEL SIGLO XX.

Alberto Hutschenreuter*

A las 4:45 horas del 1° de septiembre de 1939, el acorazado alemán Schleswig-Holstein, fondeado a las afueras de Danzig (Polonia), en el Mar Báltico, efectuó los primeros disparos de la Segunda Guerra Mundial lanzando varios proyectiles de 280 milímetros contra la Base Naval de Westerplatte, situada en la desembocadura del Vístula en el Mar Báltico y defendida por 210 soldados del Ejército Polaco.

 

El presente texto, al que se han incorporado adaptaciones y algunos datos, se encuentra desarrollado y con las citas pertinentes en el libro de Alberto Hutschenreuter, Un mundo extraviado. Apreciaciones estratégicas sobre el entorno internacional contemporáneo, Editorial Almaluz, Buenos Aires, 2019.

 

El 9 de mayo de 1945 finalizó la Segunda Guerra Mundial. Si bien la contienda continuaría unos meses más en el territorio del Asia-Pacífico, aquel día finalizaron los combates en Europa. La fecha resulta por demás oportuna para realizar algunas apreciaciones y recordaciones acerca de la confrontación interestatal más total y exterminadora de la historia de la humanidad.

La contienda se había iniciado el 1° de setiembre de 1939, cuando a las 4:45 de la mañana los cañones del viejo acorazado alemán SMS Schleswig-Holstein abrieron fuego contra la fortificación polaca de Westerplatte, situada en la desembocadura del Vístula en el Mar Báltico. El ataque fue la señal para la puesta en marcha de la “Operación Fall Weiss”: la invasión de Alemania a lo largo de toda la frontera de Polonia.

Apenas dos semanas después, retraso en parte porque aún había algunos combates con Japón en el sureste de su territorio, la Unión Soviética, cumpliendo la parte secreta del pacto del 23 de agosto con la Alemania nazi, invadió la parte oriental de este país. Con esta “campaña de liberación”, según la denominación que se dio en el Kremlin a la operación, una vez más el Estado de Polonia desapareció como entidad política soberana eurocentral.

En su conciso pero preciso trabajo Al borde del abismo. Diez días que condujeron a la Segunda Guerra Mundial, el británico Richard Overy desmenuza los acontecimientos que siguieron a la masiva invasión alemana, destacando el grado de perplejidad y confusión reinante en Gran Bretaña y Francia, los garantes de la independencia de Polonia.

La declaración de guerra no fue inmediata, y ello se explica en función de discusiones entre ambos actores en relación con la organización de la movilización, de posibilidades de negociaciones (con mediación de Italia) con Hitler, y hasta de especulaciones sobre una crisis en la conducción nazi ante la inminencia de una guerra europea de escala.

Por ello, bien destaca el prestigioso historiador británico, el domingo 3 de setiembre fue el día que se inició la Segunda Guerra Mundial, el día que el primer ministro Neville Chamberlain se vio obligado a declarar “una guerra que no quería”. Pero no solamente Chamberlain no quería un enfrentamiento con Alemania: durante la segunda mitad de los años treinta, Gran Bretaña fue uno de los dos actores europeos que más defendió y practicó la política de “apaciguamiento” frente a una Alemania geopolíticamente revisionista. Dicha política fue seguida incluso en 1938, “el año de las grandes decisiones”, según el muy buen texto de Giles MacDonough, cuando el poder nacionalsocialista ya era importante, si bien faltabaN cumplirse planes militares, particularmente en el sector naval alemán.

En gran medida, ello se debió no solamente a la tremenda conmoción que había causado la Primera Guerra Mundial en la sociedad británica y en muchos de sus líderes políticos, sino a que en materia de percepción de amenazas a la seguridad nacional no era el totalitarismo nacionalsocialista sino el totalitarismo soviético el principal peligro.

Conocedor de esta percepción, Hitler astutamente se presentaba a sí mismo como la principal salvaguarda frente al reto soviético. En 1934 advirtió que “Defender a Europa contra la amenaza bolchevique es la tarea a la que nos comprometemos para los próximos doscientos años”.

Por ello, como muy bien sostiene el historiador estadounidense John Lukacs, “La idea de que la Alemania nacionalsocialista era un baluarte contra el comunismo bárbaro apoyado por Rusia era compartida por muchas personas […] dicha idea fue un importante elemento subyacente en el apaciguamiento, tendencia política de muchos conservadores británicos, de la mayoría de los miembros de su Parlamento elegido en 1935”.

Incluso en tiempos tan avanzados como en 1938, el año de “las grandes decisiones” adoptadas por Alemania y el año que Checoslovaquia fue ofrendada a Hitler para “asegurar la paz en Europa”, el secretario de Relaciones Exteriores de Gran Bretaña Lord Halifax sostenía firmemente que “Hitler había prestado grandes servicios no solamente a la Alemania, sino a toda Europa Occidental al cerrar el paso al comunismo”. Por tanto, “era legítimo ver a la Alemania nazi como un muro de contención occidental al bolchevismo”. Más todavía, la idea del nacionalsocialismo como salvaguarda de Europa se mantuvo en ciertos espacios de la política británica tras la invasión alemana a la Unión Soviética en 1941, meses después que Alemania había intentado doblegar a Gran Bretaña.

Desde estos términos, bien podríamos considerar que la concepción de “contención” a la Unión Soviética, que signó la política exterior occidental desde el final de la IIGM, tuvo “anticipaciones” durante los años treinta e incluso elaboraciones teóricas anteriores, como la poco conocida propuesta polaca (muy anterior a la del geopolítico estadounidense Nicholas Spykman) de rodear a la URSS por medio de un “cordón sanitario”.

Seguramente, cuando en setiembre de 1939 Gran Bretaña y Francia se vieron constreñidas a declarar la guerra a Alemania, no pocos en aquellos países habrán lamentado no haber frenado firmemente a Hitler cuando fue posible hacerlo, es decir, el 7 de marzo de 1936, cuando a través de un ejercicio relámpago Alemania ocupó Renania.

El asalto a Renania, región ocupada por las tropas aliadas tras la IGM y desmilitarizada en 1930 como expresión de buena voluntad con la República de Weimar y su política de reconciliación en tiempos del “Pacto de Locarno” (que garantizaba las fronteras en Europa Occidental pero dejaba abierta una puerta para la revisión de las fronteras del este), fue justificado por Hitler porque, según éste, el acuerdo franco-soviético de febrero de 1936 implicaba una violación del “Pacto de Locarno”; por tanto, dicha obligación había dejado de tener vigencia.

Pero importa tener presente que la ocupación fue llevada adelante asumiendo un riesgo enorme si Francia reaccionaba. En su obra “Entre bastidores. De Versalles a Nuremberg”, Paul Schmidt (intérprete principal de Hitler) sostiene que escuchó decir al líder nazi que “Las cuarenta y ocho horas que siguieron a nuestra ocupación de Renania han sido las más emocionantes de mi vida. Si entonces los franceses hubiesen marchado sobre Renania, nosotros, avergonzados, habríamos tenido que retirarnos, pues las fuerzas de que disponíamos no hubieran bastado de ningún modo, ni siquiera para ofrecer una resistencia mediocre”.

En 1945, el propio general Heinz Guderian sostuvo que las fuerzas alemanas que ocuparon Renania no estaban preparadas para afrontar un choque militar con Francia, e incluso habían recibido instrucciones precisas del general Werner von Blomberg de retirarse si Francia lanzaba un contraataque.

Pero Francia, que desde el momento que decidió construir la “Línea Maginot” dejó en claro que abandonaba su estrategia ofensiva, si es que realmente tuvo alguna desde el fin de la Primera Guerra Mundial, se limitó (ante el desconcierto del Ministerio de Relaciones Exteriores de Alemania) a reclamar ante el Consejo de la Sociedad de las Naciones, para entonces una organización depreciada. En otros términos, quedaba suficientemente claro que Francia se desentendía militarmente del espacio este europeo, donde, gracias a la habilísima diplomacia de Gustav Stresemann durante los años veinte, nunca se alcanzó un “Locarno” que lo resguardara.

Renania, por tanto, representó una “compuerta geopolítica” central durante los años treinta, puesto que implicó, por parte de una revisionista Alemania, volcar un interés político sobre un espacio crítico, decisión que posteriormente tuvo consecuencias trascendentales. En retrospectiva, acaso fue una situación que, de haberse tomado decisiones de fuerza, podía haber alterado el curso hacia la guerra.

Volviendo al comienzo de la IIGM, resulta interesante destacar los enfoques existentes, puesto que proporcionan una perspectiva más amplia respecto de aquello que Enrique Dussel ha denominado el “eurocentrismo de la modernidad”, esto es, hechos de importancia que tienen lugar en el mundo, pero que se “lateralizan” o incluso desdeñan por efecto de la fuerza hegemonizadora del centro euro-atlántico.

Desde esta lógica, sin duda que la IIGM se inició en setiembre de 1939; pero desde una perspectiva menos eurocéntrica y atendiendo a los historiadores asiáticos, la catástrofe se habría iniciado casi una década antes, en 1931, cuando los japoneses ocuparon y se anexaron parte de China, llevándose a cabo la primera traición decisiva de la Sociedad de las Naciones, invadiendo el país a gran escala en 1937.

Por su parte, en su voluminosa obra sobre la IIGM Antony Beevor no inicia la historia de la conflagración con la invasión de Alemania a Polonia el primero de setiembre de 1939, sino el 12 de mayo, cuando, tras casi tres años de tensiones y querellas fronterizas, un incidente en el este del Estado satélite soviético de Mongolia Exterior (en Nomonhan/Khalkhin Gol) precipitó la abierta confrontación militar entre la URSS y Japón. La guerra finalizó el mismo 31 de agosto de 1939, cuando el embajador japonés en Moscú recibió instrucciones de iniciar inmediatamente conversaciones con la URSS. Por sus trascendentales consecuencias, el conflicto bien puede considerarse otra de las “compuertas geopolíticas” (en tiempos de guerra) del siglo XX.

En efecto, la confrontación, que se inició por cuestiones casi estrictamente políticas-territoriales, tuvo como resultado que el derrotado Japón orientara sus intereses hacia las posesiones de los países europeos en la región del Asia-Pacífico, orientación que le permitiría a la URSS concentrarse en sus intereses en Europa (es decir, en las ganancias derivadas del pacto de no agresión de agosto de 1939 con Alemania) y, poco después, hacer frente a un (nuevo) reto externo a su supervivencia.

Respecto de estos enfoques no euroatlánticos sobre el verdadero inicio de la IIGM, es pertinente considerar las reflexiones del experto Rafael Poch-de Feliu: “En 1939, ni Londres ni Washington se opusieron al ataque japonés contra Mongolia (la batalla de Khalkhin Gol produjo más muertos que toda la campaña de la invasión alemana a Francia). Cuando Alemania ataca Polonia, la guerra tenía ya ocho años de historia en el mundo. El mundo de los dominios imperiales de Asia y África, donde la invasión, la crueldad y el racismo no contaban, mientras no colisionaran con los propios intereses”.

Volviendo a 1939, el historiador Gerhard Weinberg nos proporciona datos categóricos en relación con el inicio de la guerra ese año estratégico del siglo. Para este autor, los hechos proporcionan suficiente respaldo: considera que, si bien son importantes los acontecimientos de Manchuria en 1931, o la invasión de Italia en Abisinia, o el estallido de la guerra civil española en 1936, o el comienzo de las hostilidades abiertas entre Japón y China en 1937. En los términos de Weimberg, “El punto de vista que adoptamos aquí es que esos fueron conflictos de un tipo diferente. Las dos fechas relativas con Asia oriental marcan la reanudación de los impulsos expansionistas locales de Japón; la operación en el África nororiental fue la reanudación de la expansión colonial de Italia; la guerra civil española empezó y siguió siendo hasta el final un conflicto limitado a las fronteras de ese país. Aunque en todos estos casos otras potencias proporcionaron ayuda a uno u otro bando, en ninguno participaron de forma abierta más países que los directamente involucrados (…) Aunque en 1939 la guerra comenzó en Europa, la confrontación tuvo desde el principio aspectos mundiales e involucró a una gran cantidad de países”.

Otra de las observaciones pertinentes sobre la IIGM es la relacionada con las implicancias de la muerte de uno de los nazis más temibles e influyentes.

Reinhard Heydrich era el hombre más poderoso de las SS y el más temido de la Europa ocupada por Alemania, particularmente en Bohemia y Moravia, donde se desempeñaba implacablemente como “viceprotector” del Reich.

Heydrich era un experto en tareas sucias; acaso su mejor obra fue urdir el plan para convencer a Stalin de que el mariscal Mijail Tujachevsky, uno de los militares más competentes de la URSS, conspiraba contra él: en la purga de 1937 Tujachevsky fue eliminado. De este modo, Alemania alcanzó un resultado altamente favorable en relación con sus intenciones de predominancia en una futura guerra, puesto que logró se eliminara a uno de los militares soviéticos más aptos para dirigir una eventual guerra contra Alemania, la que años después ocurrió.

Pero existe una hipótesis poco conocida en relación con el atentado mortal que comandos checos entrenados por los británicos perpetraron contra el “Reichsprotektor” en mayo de 1942.

En su libro sobre sobre Heydrich, el escritor francés Laurent Binet expone un testimonio de Helmut Knochen, comandante en jefe de la seguridad en Francia. Según éste, en París Heydrich le había manifestado que era necesario lograr una paz de compromiso porque en ningún caso Alemania podría ganar la guerra.

Siempre según Knochen, que hacia el final de su larga vida continuó afirmando esta revelación, Heydrich planeaba derrocar a Hitler a fin de lograr aquel objetivo; pero Churchill no estaba dispuesto a aceptar una paz de compromiso con una Alemania geopolíticamente expandida ni ser privado de derrotar a Hitler. De allí el título de una de las obras más interesantes sobre uno de los estadistas emblemáticos durante la contienda, La guerra de Churchill, del británico Max Hastings.

En breve, los británicos habrían apoyado a los checos porque temían que el perspicaz Heydrich apartara a Hitler y salvara al régimen nazi por medio de una paz de compromiso, situación que, desde la perspectiva del “realismo ofensivo”, hubiese implicado para Alemania (que en 1942 conservaba el equilibrio a su favor, aunque sus fuerzas casi habían llegado al máximo de su avance) la obtención de ganancias de poder frente a la peor de las perspectivas en un estado de guerra: derrota nacional, rendición incondicional y ocupación internacional, que fue  finalmente la suerte corrida por Alemania en 1945.

Finalmente, la predominancia del eurocentrismo también ha estampado una “cartografía mental” relativa al Occidente como el espacio donde se desarrollaron eventos mayores que condujeron a la decisión y el final de la guerra.

En relación con esto último, si solamente consideráramos que los dos países que más bajas sufrieron como consecuencia de la guerra no fueron países de Europa Occidental sino de Eurasia y Asia (la Unión Soviética y China, 26 millones y 12 millones, respectivamente), seguramente nos replantearíamos algunas de nuestras certidumbres acerca de los eventos militares decisivos.

Sin duda que acontecimientos como los desembarcos en Sicilia, Italia continental en 1943 y Normandía en 1944 fueron determinantes en el rumbo de la guerra: se trata de episodios grandemente conocidos precisamente por ello. Pero los acontecimientos que tuvieron lugar en el frente oriental fueron más decisivos y es muy posible que se tenga menos certidumbre sobre ellos, más aún en cuanto a la planificación central de las operaciones, tecnologías, aplicación táctica, inteligencia, etc. 

Solamente a modo comparativo en relación con los acontecimientos en un frente y en otro, consideremos las siguientes cifras extraídas de un reciente trabajo de Michael Jones: “En los estadios iniciales de la batalla de Kursk, del 5 al 13 de julio de 1943, 69.000 soldados del Ejército Rojo habían muerto, los habían apresado o bien habían desaparecido en combate. En la contraofensiva soviética de Orel, en julio y a principios de agosto, cayeron 113.000 soldados rusos. Y las acciones contra Belgorod y Jarkov, que cerraron la campaña, sumaron otros 72.000. El total de 271.000 bajas en el Ejército Rojo llama mucho la atención si lo comparamos con las cifras de bajas de la “Operación Husky”, la invasión aliada a Sicilia, del 10 al 17 de agosto. Allí las fuerzas estadounidenses contabilizaron 2.572 muertos y 1.012 desaparecidos y prisioneros; los británicos sumaron 2.721 muertos y los canadienses, 562. El infierno del frente oriental era incomparablemente peor que cualquier otro escenario de guerra”.

La caída de la Unión Soviética fue un factor que coadyuvó a que salieran a luz materiales inéditos y, por tanto, se ampliaran sensiblemente los conocimientos sobre la guerra nazi-soviética, “la guerra del siglo XX”, como bien la denominó Ian Kershaw. Pero, aun así, no deja de sorprender lo desconocida que resulta en Occidente esta verdadera confrontación de exterminio.

Ante todo, es necesario recordar que el este europeo era el espacio ambicionado por Hitler. En su libro Mi lucha, Hitler no deja duda acerca de ello; apenas inicia su capítulo sobre “Orientación política hacia el Este”, advierte: “La política exterior del Estado racista tiene que asegurarle a la raza que abarca ese Estado los medios de subsistencia sobre este planeta, estableciendo una relación natural, vital y sana entre la densidad y el aumento de población, por un lado, y la extensión y la calidad del suelo en que se habita, por otro. Sólo un territorio suficientemente amplio puede garantizar a un pueblo la libertad de su vida […] Nosotros, los nacionalsocialistas, hemos puesto deliberadamente punto final a la orientación de la política exterior alemana de anteguerra. Ahora comenzaremos allí donde hace seiscientos años se había quedado. Detenemos el eterno éxodo germánico hacia el sur y el oeste de Europa y dirigimos la mirada hacia las tierras del este. Cerramos al fin la era de la política colonial y comercial de la anteguerra y pasamos a orientar la política territorial alemana del porvenir”.

Esta visión geopolítica de Hitler en relación con el territorio del este del continente ha sido uno de los elementos que más ha contribuido a presentar a Hitler como un neto líder revolucionario, un “Raumpolitiker”, un político del territorio según Weinberg; sin embargo, se suele omitir que la idea de conquista de un gran espacio alemán provenía de mucho antes del ascenso del nazismo al poder.

En su detallado trabajo sobre la administración del imperio nazi en el espacio del este, Mark Mazower, siguiendo estudios del historiador británico Lewis Namier, dicha idea se remonta a 1848, a la misma Paulskirche de Frankfort, una asamblea nacional alemana que abarcó diversas cuestiones entre las que se destacó la necesidad de una patria unificada “cuya superioridad cultural y económica atraería irresistiblemente a los polacos, a los checos y a otros eslavos; hablaron sobre un dominio que se extendería desde el Báltico hasta el sureste de Europa”.

En esta línea, Bismarck representó la unidad alemana; no obstante este logro estratégico mayor, el maestro del mejor realismo alemán es visto como un líder que se contentó con una “Pequeña Alemania”, se acercó mucho a Rusia y renunció a toda marcha hacia el este. Pero después de la IGM se retomó el interés por el espacio del este, hasta que finalmente en 1941 se procedió a materializar la concepción de una “Gran Alemania”.

Como Gran Bretaña y Francia habían garantizado la independencia de Polonia, la guerra con Alemania fue inevitable; pero Europa Occidental no era el escenario considerado por Hitler en materia de conquista y colonización. Más todavía, en sus memorias Albert Speer, una de las personas más cercanas a Hitler, asegura que después del 3 de setiembre Hitler demoró un tiempo en tomar conciencia de que había desatado una guerra de escala en Europa: estaba seguro que Gran Bretaña y Francia eran potencias decadentes y pusilánimes (repetía que había reparado en sus “blanduras” durante el “Pacto de Múnich”) como para iniciar una gran guerra; estimaba que, en todo caso, iniciarían un gran bloqueo económico.

Richard Overy sostiene que aquí se plantea una de las principales dificultades de la guerra: “Establecer si Hitler buscaba una guerra local contra Polonia en 1939, como siempre dijo, o si decidió en algún momento de ese año volverse hacia el oeste y librar una guerra europea general”.

Como sea, considerando los verdaderos propósitos de Hitler, acaso podemos decir que la contundente ofensiva de Alemania en el frente occidental tuvo un carácter casi “anti-geopolítico”, es decir, el régimen decidió avanzar sobre espacios que no se relacionaban (mayormente) con su interés nacional y su necesidad de autosuficiencia. Más todavía, dicho carácter “anti-geopolítico” acaso implicó minimizar (no despreciar) al actor de mayor visión geopolítica, Gran Bretaña, tal vez porque nunca había sido un objetivo militar de Alemania e incluso el país con el que hasta último momento Hitler creyó posible alcanzar algún tipo de acuerdo.

Pero en abril de 1940 Alemania invadió Noruega, un país clave geoeconómica y geopolíticamente, y aquí algunos expertos encuentran uno de los “momentos en los que Hitler perdió la guerra”: la Kriegsmarine enfrentó una tenaz resistencia por parte de Noruega (que causó el hundimiento del principal acorazado alemán), al tiempo que perdió destructores debido a los ataques de los navíos británicos. Pero en Noruega no solamente se afectaron recursos que podían haber sido útiles en una invasión a Gran Bretaña través del Canal de la Mancha, sino que el acontecimiento produjo el alejamiento de Chamberlain y el nombramiento de Winston Churchill, uno de los pocos realistas británicos que (ya desde antes de 1933) había considerado y advertido seriamente en relación con las intenciones revisionistas de Hitler, como bien lo documenta en su temprana y reconocida obra “La Segunda Guerra Mundial”.

Acaso resulte interesante u original destacar que, si bien siempre se asociará a Chamberlain con la política de apaciguamiento, hay quienes no colocan al líder británico entre “los políticos débiles que hicieron posible el camino a la guerra”.

Por caso, en su imprescindible trabajo La Segunda Guerra Mundial. Objetivos de guerra y estrategia de las grandes potencias, Andreas Hillgruber, sostiene que la política de apaciguamiento, mantenida desde 1937, “no nacía de una debilidad moral frente a la actitud antidemocrática de las dictaduras, sino que era una secuencia de una política realista según la cual Gran Bretaña, al ser una potencia mundial ‘aventajada’ y no hallarse, en absoluto, a la altura de las exigencias planteadas por la amenaza en tres zonas de tensión (al este de Asia, la zona del Mediterráneo y Europa), necesitaba urgentemente la paz para que no se disgregara, al menos durante un tiempo […] su imperio mundial cuyos principales puntos neurálgicos eran la India y el mundo árabe; en cambio, cualquier nueva gran guerra aceleraría el proceso de disolución del Imperio, iniciado en la guerra de 1914-1918”.

Pero el momento estratégico de la derrota de la Alemania nazi tuvo lugar en el escenario oriental ante la Unión Soviética, el actor que Hitler ansiaba convertir en “un lejano y pequeño país del Asia”.

En su excelente trabajo Por qué ganaron los aliados, Richard Overy sostiene que, efectivamente, el teatro de operaciones decisivo estuvo en el frente oriental: “Cuesta ver cómo habría derrotado el mundo democrático al nuevo imperio alemán sin la resistencia soviética, como no fuera sentándose a esperar que se inventaran las armas atómicas. La gran paradoja de la IIGM es que la democracia se salvó gracias a los esfuerzos del comunismo”.

Como habíamos destacado anteriormente, en términos geopolíticos el este era el espacio ambicionado por Hitler. Suele atribuirse a los geopolíticos alemanes haber estimulado esa apetencia; sin embargo, si bien es cierto que la geopolítica (nacida en tiempos de la unidad de Alemania) implicaba una lógica de incremento de poder nacional en base a la obtención de espacio vital (nadie como los geopolíticos alemanes, comenzando por Friedrich Ratzel y Karl Haushofer, lo comprendían y defendían en dichos términos), quizá no sea un dato demasiado conocido que después dela IGM existió una confluencia de concepciones geopolíticas entre expertos alemanes y rusos que parecía estar detrás del acercamiento y la cooperación (a partir del Tratado de Rapallo en 1922) entre los dos derrotados y parias en “La gran Guerra” (1914-1918).

Pero mientras los verdaderos geopolíticos alemanes y rusos, K. Haushofer y  P. Savitski, por citar a dos de los más importantes, consideraban que era vital la complementación entre los países y desestimaban conceptos como unidad de la sangre y el suelo, los “geopolíticos orgánicos” del nazismo urdían explicaciones que justificaran sus necesidades de espacios; por caso, sosteniendo lo que bien podría denominarse “equilibrio de colonialismos”, es decir, así como las potencias europeas habían colonizado África siguiendo una geopolítica de cuño “civilizacional”, para usar el término de John Agnew, Alemania podía hacer lo propio en relación a los espacios habitados por “razas inferiores”, según la expresión de Alfred Rosemberg (quien luego sería ministro de los Territorios Ocupados).

“Intoxicadas por las fáciles victorias obtenidas sobre los ejércitos de Europa Occidental”, como lo expresara el mariscal Georgi Zhúkov, y prácticamente sin evaluar “hipótesis de fracasos” en función de “los usos de la historia”, particularmente “la derrota de Napoleón en Rusia” (para expresarlo en las mismas palabras con que se titula la imprescindible obra de Philippe-Paul de Ségur publicada en 1824),  ni considerar las serias (y repetidas) advertencias del Jefe de la Oficina para la Economía Armamentística de la Wehrmacht, general Thomas, relativas con las dificultades logísticas que enfrentarían los soldados una vez que se adentraran en la inmensidad del espacio ruso, en junio de 1941 tres millones de soldados alemanes iniciaron la “Operación Barbarroja”.

En principio, casi no había duda sobre los resultados de la operación: acaso considerando el pésimo desempeño de las fuerzas soviéticas en la guerra contra Finlandia, según la misma inteligencia británica en menos de dos semanas Hitler lograría la decisión; los más pesimistas estimaban poco más de sesenta días. Pero el tiempo fue pasando y lo que en principio fue una invasión se transformó en una campaña, la peor de las situaciones para todo agresor externo, con todos los inconvenientes relativos al abastecimiento y las provisiones que ello implicaba.

Suele ser un lugar habitual la referencia sobre la táctica de tierra arrasada por parte de los rusos. Sin embargo, si bien históricamente la profundidad del país ha sido un activo muy utilizado por sus gobernantes ante invasiones del exterior, la ofensiva fue la estrategia clave de la URSS ante los soldados alemanes, sobre todo a partir de los últimos meses de 1941, el momento decisivo para Moscú y para la misma suerte de la IIGM.

En 1812 los soldados de Napoleón vencían una y otra vez a los rusos, pero ello no conducía a nada, ni siquiera cuando tomaron Moscú. Pero en 1941 la caída de Moscú hubiese significado un golpe prácticamente decisivo. Por ello, es importante recordar que durante aquellos meses de 1941 hubo sitios y confrontaciones que tuvieron un significado estratégico de escala: en octubre de 1941 el general Guderian recibió la orden de tomar Tula, un sitio del que se casi no se sabe nada, pero cuya defensa por parte de la URSS resultó crítica para que no cayera la capital. Más todavía, el fracaso de Guderian (que en su obra Panzerleader reconoce el impacto determinante que causó en Tula la aparición del tanque soviético T-34) hizo que la contraofensiva lanzada por Stalin el 5 de diciembre fuera más contundente. Se trató de la primera gran derrota de Alemania. Para entonces, la “vencedora” URSS había perdido varios millones de soldados.

Hubo otros dos escenarios de decisión mayor en el frente oriental no siempre considerados en su verdadera dimensión: Stalingrado y Kursk.

En su gran novela Vida y Destino, Vasili Grossman, un testigo directo de los acontecimientos en el frente oriental, sostiene que la victoria de la URSS en Stalingrado, lograda hacia principios de 1943, determinó el resultado de la guerra. Es posible que ello haya sido así, puesto que, tras una prolongada confrontación de exterminio, más de 300.000 alemanes de la Wehrmacht quedaron en un “Kessel” o cerco listos para ser aniquilados. Pero fue en Kursk, en julio de 1943, donde se dio la batalla decisiva de la IIGM: cerca de tres millones de hombres, más de cinco mil tanques/cañones de asalto, veinte mil cañones, morteros/lanzaderas de cohetes, más de ocho mil aviones, etc., encendieron el denominado “saliente de Kurks”, según datos que nos proporcionan autores como David Glantz y Jonathan House en su imprescindible y minuciosa obra Choque de colosos, o Roman Töppel en una obra reciente.

La victoria de los soviéticos fue contundente, y, tras Kursk, el avance del Ejército Rojo constituyó la primera ofensiva estival desde que comenzó la guerra con Alemania. No obstante, aún en una fecha avanzada de la guerra como la segunda mitad de 1944 no se había logrado una victoria soviética concluyente: no fue hasta la “Operación Bagration” (Bielorrusia), entre junio y agosto de ese año, el equivalente oriental a la operación occidental en Normandía, cuando las fuerzas soviéticas destruyeron al ejército alemán del centro y el camino hacia Berlín entonces quedó más despejado.

De todos modos, Kursk fue la clave de bóveda en relación con la decisión militar en el frente del este. Como sostiene Richard Overy: “La victoria soviética en Kursk, donde había tanto en juego, fue la más importante de la guerra. Puede equipararse con las grandes batallas del pasado, Sedán en 1870, y Borodino, Leipzig y Waterloo en la época de Napoleón. Fue el momento en que la iniciativa pasó al bando soviético”.

Hoy casi nadie considera que Hitler haya tenido como propósito alcanzar un imperio mundial. Su ambición geopolítica mayor, acaso “la ambición geopolítica del siglo”, fue, una vez rechazado un plan de arrebatar Ucrania a la URSS como solución de los problemas relativos con el “Lebensraum” (“espacio vital”), imperar en el vasto espacio del este de Europa a fin de hacer viable la vieja idea de una “Gran Alemania”. Es posible que tras semejante objetivo Europa Occidental fuera considerada, pero solamente en relación con eliminar toda esperanza de Gran Bretaña de contar con la URSS para derrotarlo, una clásica técnica de maximización de poder interestatal.

Sin restar importancia a las operaciones y frentes en el sector occidental de Europa, donde, como bien sostiene Weinberg los Aliados se encontraban librando una guerra en múltiples frentes, el este fue el verdadero y más encarnizado escenario de la guerra. En el este Alemania sufrió la mayor cantidad de bajas, y fue en el este donde se produjeron las batallas decisivas: cuando la URSS había logrado la decisión y se encaminaba hacia la obtención de la rendición de Alemania, aún no se había realizado el desembarco en Normandía. Cuando la URSS había logrado la victoria en la batalla de todas las batallas, Kursk, 1943, donde como se sostuvo participaron tres millones de soldados, recién se realizó la Conferencia de Teherán (entre Stalin, Churchill y Roosevelt), cuyo tema central fue la apertura de un segundo frente en Europa Occidental.

Por último, por demás interesante resulta el análisis que realiza el historiador británico Andrews Roberts en relación con las posibilidades que tuvo Alemania de alcanzar la victoria si otras hubieran sido las decisiones tomadas. Para este autor, Hitler cometió una pluralidad de desaciertos, desde haber iniciado las hostilidades cuando todavía en las tres fuerzas restaban tres o cuatro años para completar el poderío militar hasta extraer lecciones equivocadas de la Guerra de Invierno de los rusos contra Finlandia, pasando por la declaración de guerra a los Estados Unidos tras Pearl Harbour, etc. Pero el gran error de la Alemania nazi fue lanzar la Operación Barbarroja en junio de 1941.

En palabras del citado autor:

“Considerando que Rommel había tomado Tobruk y llegado a unos 96 kilómetros de Alejandría en octubre de 1942 con las 12 divisiones del Áfrika Korps, una fracción de la fuerza lanzada contra Rusia hubiera debido barrer a los británicos de Egipto, Palestina, Irán e Irak mucho antes de lo previsto. Tomar El Cairo habría abierto cuatro brillantes perspectivas: en concreto, la captura con relativa facilidad de los casi indefensos campos petrolíferos de Irán e Irak; la expulsión de la Royal Navy de Alejandría, su mayor base en el Mediterráneo; el cierre del Canal de Suez a los barcos aliados; y la posibilidad de atacar India desde el noroeste, como amenazaba hacer Japón desde el nordeste. Estacionados en Oriente Próximo, los alemanes podrían haber cortado el suministro de petróleo a Gran Bretaña, además de constituir una amenaza contra la India británica desde el oeste, y contra la Unión Soviética y el Cáucaso desde el sur. Aunque Gran Bretaña hubiera seguido combatiendo desde las metrópolis del Reino Unido, Canadá e India, importando el petróleo de Estados Unidos, toda amenaza británica al flanco sur hubiera desaparecido”.

Hitler hubiera podido escoger el momento para la invasión de Rusia desplazando al Grupo de Ejércitos del Sur unos cientos de kilómetros, de Irak a Astracán, en vez de los 1600 kilómetros que tuvo que recorrer en 1941 y 1942. Tomando en consideración hasta qué punto Stalin desechaba la idea de que Hitler lo atacara en 1941 (a pesar de los 80 informes de inteligencia de docenas de fuentes no relacionadas entre sí de todo el mundo, algunos de los cuales indicaban la fecha del inicio, que le informaban que Barbarroja era inminente), no hay razón para pensar que la URSS habría estado mejor preparada el verano de 1942, o en 1943, de lo que estaba en 1941. El Grupo de los Ejércitos del Sur debió tomar el Cáucaso desde el sur y no desde el oeste. Marchando entre los mares Caspio y Negro, una invasión alemana desde el Cáucaso y el sur de Rusia habría aislado a Europa de sus suministros no siberianos de petróleo. Como señaló Frederick von Mallenthin respecto de El Alamein, una división motorizada sin combustible no es más que chatarra”.

La batalla de Berlín fue la última de la guerra total de 1939-1945 en Europa. Se trató del último esfuerzo alemán antes de que el almirante Karl Dönitz, designado presidente de Alemania el día que Hitler se quitó la vida, ordenara la rendición incondicional en la noche del 8 al 9 de mayo.

En su imprescindible obra Berlín. La caída: 1945, Antony Beevor proporciona detalles notables sobre la dura confrontación soviético-alemana. Las fuertes líneas de defensa que se habían dispuesto prolongaron durante dos semanas el asalto final al Reichstag iniciado hacia mediados de abril en las colinas de Seelow.

Cuando se cumplen 84 años del inicio de la Segunda Guerra Mundial, es pertinente recordar brevemente acontecimientos decisivos de esa conflagración total, el acontecimiento más trascendente del siglo XX, sobre todo cuando como nunca antes disponemos de tantas autorizadas referencias y fuentes.

* Alberto Hutschenreuter es miembro de la SAEEG. Su último libro, recientemente publicado, se titula El descenso de la política mundial en el siglo XXI. Cápsulas estratégicas y geopolíticas para sobrellevar la incertidumbre, Almaluz, CABA, 2023.

 

Textos utilizados y lecturas sugeridas (en español)

Albert Speer, Memorias, El Acantilado, 2001.

Andreas Hillgruber, La Segunda Guerra Mundial. Objetivos de guerra y estrategia de las grandes potencias, Alianza Universidad, Madrid, 1995.

Andrew Roberts, La tormenta de la guerra. Nueva historia de la Segunda Guerra Mundial, Siglo XXI de España Editores, 2012.

Antony Beevor, La Segunda Guerra Mundial, Pasado & Presente Barcelona, 2012.

Alexandr Werth, Rusia en la guerra 1941-1945, Ediciones Grijalbo, México, 1968.

Alan John P. Taylor, Los orígenes de la Segunda Guerra Mundial, Ediciones Sieghels, Buenos Aires, 2015.

David Glantz, Jonathan House, Choque de colosos. La victoria del Ejército Rojo sobre Hitler, Desperta Ferro Ediciones, Madrid, 2017.

Friedrich Paulus, Stalingrado y yo, La Esfera de los Libros, Madrid, 2017.

Gerhrard L. Weinberg, La Segunda Guerra Mundial. Una historia esencial, Crítica, Barcelona, 2016.

Gerhard L. Weinberg, Un mundo en armas. La Segunda Guerra Mundial: una visión de conjunto, Grijalbo, Barcelona (dos volúmenes), 1995.

Georgi Zhukov, Grandes batallas de la Segunda Guerra Mundial, Ediciones Península, Barcelona, 2009.

Giles MacDonogh, Hitler 1938. El año de las grandes decisiones, Crítica, Barcelona, 2010.

Henry Kissinger, Diplomacia, Fondo de Cultura Económica, México, 1998.

Iván Kónev, El año 45, Editorial Progreso, Moscú.

Jacques Robichon, Grandes dossiers del III Reich, Ediciones G.P., Barcelona, 1971.

John Luckacs, Junio de 1941. Hitler y Stalin, Fondo de Cultura Económica, México, 2008.

Laurence Rees, Una guerra de exterminio. Hitler contra Stalin, Memoria Crítica, Barcelona, 2006.

Laurent Binet, HHhH (Himmlers Hirn heisst Heydrich), Seix Barral, Buenos Aires, 2012.

Lidell Hart, Historia de la Segunda Guerra Mundial, Luis de Caralt, 1970.

Michael Jones, El trasfondo humano de la guerra. Con el ejército soviético de Stalingrado a Berlín, Memoria Crítica, Barcelona, 2012.

Mark Mazower, El imperio de Hitler, Crítica, Barcelona, 2008.

Max Hastings, La guerra de Churchill. La historia ignorada de la Segunda Guerra Mundial, Crítica, Barcelona, 2012.

Norman Stone, Breve historia de la Segunda Guerra Mundial, Ariel, Barcelona, 2013.

Philippe-Paul De Ségur, La derrota de Napoleón en Rusia, Duomo Ediciones, Barcelona, 2010.

Richard Overy, Al borde del abismo. Diez días que condujeron a la Segunda Guerra Mundial, Tusquets, Barcelona, 2010.

Roman Töppel, Kurks 1943. La batalla más grande de la Segunda Guerra Mundial, Ediciones Salamina, España, 2018.

Vasili Grossman, Vida y destino, Círculo de Lectores, España, 2007.

Williamson Murray y Allan R. Millett, La Guerra que había que ganar, Crítica, Barcelona, 2002.

Winston Churchill, La Segunda Guerra Mundial, La Esfera de los Libros, Madrid, 2004.

 

Artículo publicado el 01/09/2023 en Abordajes.blogspot.com, http://abordajes.blogspot.com/

TARDE Y MAL, COMO DE COSTUMBRE

F. Javier Blasco*

La Comunidad Internacional (CI) y todos los organismos que la integran, viven, moran o pululan en su entorno son un cumulo de “buenos y grandes propósitos” pero excesivamente lentas o improductivas en sus resoluciones. Resoluciones o decisiones que muchas veces llegan tarde, resultan ineficaces, demasiado descafeinadas o inservibles para paliar los efectos del problema que las suscitó.

De entre todos ellos y dejando a un lado a la ONU, que se lleva el primer premio en ineficacia, destaca la UE; esa costosísima y mastodóntica organización en la que están basadas tantas ilusiones y esperanzas aunque sigue sin cambiar sus ritmos o el guion para decidirse a intervenir con eficacia y rotundidad en lugares o momentos decisivos.

Tradicionalmente, aunque casi siempre a trancas y barrancas, sigue placida y tranquilamente los pasos marcados por el Tío Sam y suele llegar no solo tarde, sino también mal allí donde se esperaba una mayor rapidez o enérgica decisión en asuntos que son propios por afectar a sus intereses, de su incumbencia según sus estatutos, heredados del devenir de las cosas o salpicados por circunstancias vecinas o cercanas.

Se llegó tarde a impedir el vergonzoso Brexit y sus consecuencias tan terribles para tiros y troyanos; no se ha manejado bien ninguna de las sucesivas crisis económicas al introducir peligrosos cambios de criterio; es patente su indecisión con Suramérica o África o ante las crisis de refugiados y la pandemia del coronavirus mostró no solo grandes deficiencias en materia sanitaria, sino en coordinación, cooperación y economía de esfuerzos, así como en la protección de sus gentes y fronteras.

En materia político democrática, bandera que saca y ondea al viento en cualquier ocasión o motivo, dejamos mucho que desear; la ordenes europeas de detención no se aplican entre sus miembros; algunos países como Hungría y Polonia han venido haciendo de su capa un sallo en materia de control de los órganos de la administración de justicia y en su forma de cubrirlos sin que, durante mucho tiempo, se tomaran medidas coercitivas contra ellos. Hecho éste que ha sido vergonzosamente copiado por España, a la que, de momento y mucho me temo que, de forma definitiva, tan solo se le han dirigido unas pequeñas ‘reprimendas’ en formato de recomendaciones a pesar de haber llevado a cabo acciones de dudoso pelaje democrático y muy intrusivas en el sistema de funcionamiento y cobertura democrática de cargos de sus elementos fundamentales.

Asistimos con autentico pavor a los debates sobre seguridad y defensa con los que llevamos años analizando el sexo de los ángeles y cuál sería la posición más conveniente para ser tomados en serio internacionalmente o pudiéramos dotarnos de una posibilidad de intervención o defensa más que suficiente que nos diera consistencia y aumentara nuestra sensación de seguridad basada en capacidades propias y no ser tan dependientes de una dubitativa OTAN que siempre camina de la mano de EEUU sobre un delicado hilo de alambre que, cualquier día, se puede romper.

Llevamos casi un año con la guerra en Ucrania llamando a nuestras puertas y somos incapaces de tomar una acción conjunta lo suficientemente seria a pesar de que dicho conflicto afecta de lleno a nuestros vecinos, las propias fuentes de energía y las soluciones ante las amenazas rusas.

Los ucranios, con su presidente Zelenski a la cabeza, tras ciertas escaramuzas o reacciones de diversas consecuencias, han aprendido la lección de que solo con trajes de invierno, un gran coraje y mucho amor a su tierra, no se puede hacer frente a un mastodonte como es Rusia en manos de un lunático, a quien no le importa sacrificar a miles de sus hombres, la propia economía e invertir lo que sea necesario en armamento con tal de ver satisfecho su ego.

En este contexto y como la ayuda militar exterior había decrecido mucho salvo por parte de EEUU, ha aparecido sobre el tablero la necesidad de que la CI le dote de carros de combate más modernos, potentes y eficaces tipo: Leopard (alemán), Abrams A1 (norteamericano) o el Challenger 2 (británico) entre otros, para hacer frente sin paliativos a la dura contraofensiva que esperan para esta primavera.

Tras muchos dimes y diretes, el presidente Biden decidió recientemente mandar 31 carros de combate (número equivalente a un Batallón de carros ucranio) y presionar a su colega alemán a que haga un gesto similar y que, además, permita a países europeos (Polonia y la República Checa entre otros) —que cuentan en sus dotaciones con dicho carro del mismo o anteriores modelos— a mandar estos sin las restricciones contractuales de su empleo fuera del territorio europeo.

Anteayer, se tomó la decisión al respecto y Alemania dotará con una Compañía de dichos carros a Ucrania (unos 12) y los polacos y los checos se aprestan a donar un número indeterminado lo antes posible, así como el Reino Unido ha marcado una fecha muy próxima para que lleguen sus carros. Incluso Marruecos, que no tiene nada que ver en este entierro, ya ha mandado unos 20 carros T-72 recientemente modernizados y sin tanta alaraca.

España y nuestro presidente, especialista en márquetin y en vender humo, ante la precipitación de las decisiones de los demás y por no quedarse atrás —como venía haciendo tal y como se demostró al no acudir y menospreciar la cumbre de Ramstein el pasado día 20 donde se discutieron los apoyos internacionales a prestar— a pesar de la oposición de una parte del gobierno y de los partidos que le sustentan en el cargo, cambió sus reiteradas negativas y justificaciones de obsolencia e inoperatividad de la mayoría de nuestras existencias de ese tipo, a anunciar un apoyo, indefinido en todos los aspectos como el modelo (hay varios), cantidad, recuperación de su operatividad, plazos de entrega, piezas de repuesto, entrenamiento de tripulaciones y personal de mantenimiento.

Está claro que estos movimientos políticos solo suponen una venta de humo, agitar el adormecido público, mostrase dispuesto a cambiar de imagen y no quedarse en el pelotón de cola; cosa que mucho me temo, será así finalmente, porque tanta palabrería y gestos huecos mostrando giros bruscos de opinión, no gustan nada a nadie y menos a nuestros aliados.  

En cualquier caso, las sofisticadas máquinas de guerra actuales no son sencillos juguetes que se arrancan y se sale al campo con ellos sin realizar previamente muchas semanas de adiestramiento, su mantenimiento es difícil y sofisticado y las piezas de repuesto no suelen ser compatibles.

Mezclar tantos modelos en un mismo cesto en manos inexpertas puede suponer que se queden todos fuera de servicio en poco tiempo, salvo que se les adiestre adecuadamente y se mantenga in situ un apoyo en mantenimiento más que adecuado, como exigen los tiempos de guerra; elementos que justifican la exigencia de Zelenski para que los apoyos se centraran en los Leopard, el mejor carro actual.

Mucho me temo que toda esta parafernalia, exigirá demasiados esfuerzos extras y mucho tiempo; tiempo, que no dispone Ucrania, y no será más que otro brindis al sol de la CI para acallar sus insanas conciencias y que algunos políticos, muy cercanos a nosotros, han visto una gran oportunidad en mejorar su imagen personal al cambiar de opinión de forma súbita.

 

* Coronel de Ejército de Tierra (Retirado) de España. Diplomado de Estado Mayor, con experiencia de más de 40 años en las FAS. Ha participado en Operaciones de Paz en Bosnia Herzegovina y Kosovo y en Estados Mayores de la OTAN (AFSOUTH-J9). Agregado de Defensa en la República Checa y en Eslovaquia. Piloto de helicópteros, Vuelo Instrumental y piloto de pruebas. Miembro de la SAEEG.