Archivo de la etiqueta: Reino Unido

AFGANISTÁN: EL EJÉRCITO DE ANTIGUOS INTÉRPRETES OLVIDADOS.

Marco Crabu*

La consigna debe ser firme e inequívoca: ¡nadie se queda atrás!

El 30 de abril, en vísperas de la gran retirada de la coalición estadounidense y los países de la OTAN en Afganistán, un ejército de antiguos intérpretes olvidados, que sirvieron a los contingentes militares occidentales —incluida Italia— durante la larga y compleja «guerra eterna», se reunió en Kabul para pedir en voz alta que se ayudara a la comunidad internacional a salir del país. Temen por sus vidas y las de sus familias mientras las fuerzas armadas occidentales se preparan para regresar a sus hogares. “… Los insurgentes, especialmente los talibanes, se vengarán y nos cortarán la cabeza…”, dice uno de los antiguos intérpretes entrevistados por la prensa internacional, explicando precisamente que la milicia islamista y fundamentalista los considera espías e infieles servidores de invasores extranjeros.

¿Qué papel han desempeñado los intérpretes afganos en el conflicto?

Fonte: AFP

Llevaron a cabo algunas de las tareas más sucias y peligrosas durante la guerra en Afganistán mediante la recopilación de información sobre los fundamentalistas talibanes, la advertencia de ataques y la interceptación de las comunicaciones de los insurgentes. Se trataba de consultores lingüísticos y culturales reclutados directamente por la coalición de la OTAN o individualmente por el contingente militar de los países occidentales o, en algunas situaciones, por contratistas internacionales privados que operaban allí. Eran civiles, no soldados, pero sin ellos, las fuerzas armadas de la OTAN no podrían haber librado esta larga y difícil guerra. Ciertamente lo hicieron por el salario (unos $30.71/día) con el que pudieron mantenerse y a sus familias. Pero lo que a menudo no surge es que se creó una especie de sentimiento indisoluble entre ellos y nuestros militares que superaron todas las barreras lingüísticas, culturales y religiosas. En resumen, se estableció una verdadera hermandad de armas incluso a riesgo de la propia seguridad. Y en algunos casos, en lugar de ser protegidos por el gobierno del contingente aliado para el que operaban, los que pedían ayuda quedaban relegados a la incertidumbre y a largas esperas para recibir la ansiada visa de expatriación, para ellos y para sus familias, con la esperanza de comenzar una nueva vida lejos de su patria, pero sobre todo de la amenaza de los fundamentalistas que mientras tanto recuperaban terreno sobre las fuerzas regulares.

Durante este largo conflicto, docenas y docenas de intérpretes y traductores afganos (y empleados en general) perdieron la vida o sufrieron torturas indecibles en ataques selectivos de los talibanes. Otros, por su parte, resultaron heridos en operaciones de “combate” o durante patrullas a bordo de vehículos militares blindados.

Partiendo de una revisión del contexto, la situación en Afganistán no es actualmente la más halagüeña y los analistas internacionales advierten que la violencia podría aumentar drásticamente a lo largo de 2021. El tímido proceso de paz podría colapsar, aumentando la probabilidad de una guerra civil prolongada, con miles de víctimas y el activismo simultáneo de grupos terroristas (de los que, entre otras cosas, ya hay algunas advertencias), en particular Isis y Al Qaeda.

Y seguramente uno puede imaginar los efectos de una larga guerra civil que podría ser reprimida en la ya maltrecha y tambaleante sociedad afgana. Tampoco debemos subestimar el flujo migratorio de personas desesperadas que se dirigen en masa en dirección a las fronteras más cercanas y que inevitablemente caerán en picada en las guarniciones fronterizas de los países vecinos. El propio Pakistán teme estas consecuencias afganas y está presionando a la comunidad internacional (especialmente a Rusia y China) para que adopte todas las contramedidas necesarias y urgentes con este fin, pero en particular le preocupa profundamente que en algunas partes del país no se establezcan “bolsas” fundamentalistas de talibanes aliados a grupos terroristas; por ejemplo en Beluchistán, donde la presencia del Estado es muy lábil y se penetra fácilmente desde el exterior a través de la línea Durand, y donde ha habido durante mucho tiempo una ola de radicalización religiosa incluso en grupos étnicos dóciles como los barelvi.

Y si los ex intérpretes afganos y sus familias llegaran finalmente a estos probables corredores humanitarios, todavía no tendrían escapatoria porque casi con toda seguridad tropezarían con sus verdugos.

Fonte: Forces.net

En vista de todo, algunos países de la OTAN ya han comenzado a tomarse en serio este tema, reconociendo la solidaridad y la gratitud que se les debe por luchar “hombro con hombro” con los militares de los contingentes occidentales.

En los últimos años, sin embargo, las visas estadounidenses para la repatriación de ex empleados afganos se han detenido repentinamente porque la inteligencia estadounidense ha informado del peligro de infiltración terrorista entre las líneas de retorno del país asiático. El general Mark Milley, jefe del Estado Mayor Conjunto, dijo que el gobierno de Estados Unidos está desarrollando nuevos planes para evacuar a los empleados afganos y sus familias, y no solo a los intérpretes, sino a cualquiera que haya trabajado para el contingente militar estadounidense en Afganistán. Según la Embajada de Estados Unidos en Kabul, todavía hay 18.000 empleados afganos que han solicitado el SIV —la visa especial de inmigración estadounidense— aproximadamente equivalente al número total que han recibido en casi dos décadas de conflicto. Los funcionarios estadounidenses están tratando de restablecer los procedimientos de evaluación de solicitud de SIV en una carrera lenta contra el tiempo, por lo que se están estudiando nuevas opciones además de la Visa Especial de Inmigrante que acelerará el proceso. Estados Unidos ha anunciado que su embajada en Kabul permanecerá abierta y operativa incluso después de la retirada de las tropas.

Fonte: TheTimes

El Reino Unido, a su vez, ha anunciado que pronto acelerará el traslado del personal afgano que ha trabajado con sus militares, dando prioridad a aquellos que actualmente están empleados (o ex empleados) y se consideran de alto riesgo. Hasta el momento, el Reino Unido ha reubicado a 1.360 afganos desplegados allí durante todo el conflicto de 20 años y se espera que otros 3.000 se incluyan pronto en los planes para desmovilizarse de Afganistán.

El gobierno australiano también ha tomado medidas al respecto, tramitando urgentemente las solicitudes de visado a docenas de intérpretes afganos que trabajan o han trabajado para las Fuerzas de Defensa australianas (ADF), en medio de la creciente preocupación por su seguridad tras el cierre de la Embajada de Australia en Kabul y la retirada en curso de los contingentes occidentales. Australia ha admitido a unos 600 intérpretes desde 2013, pero todavía son muy pocos, porque los procedimientos de visado son más lentos y engorrosos que los británicos, y el cierre de la Embajada en Kabul solo aumentará los retrasos.

E Italia, ¿qué decisión ha decidido tomar sobre la concesión del estatuto de refugiado a los antiguos intérpretes y a sus familias?

Fonte: Difesa.it

Ayer, el Ministro de Defensa Lorenzo Guerini, en la base de Camp Arena en Herat (sede del Comando de Asistencia de Asesoramiento de Trenes Oeste – TAAC-W, Comando de la OTAN dirigido por la misión italiana de apoyo resuelto), durante la sentida ceremonia de arrío de la bandera—que significa la retirada del contingente italiano de Afganistán— y en presencia de las autoridades italianas, estadounidenses, albanesas y afganas además de una gran cantidad de periodistas que llegaron desde Italia en un vuelo militar (tumultuoso) que despegó de Pratica di Mare (a la que también asistió el Director de nuestra revista web OFCS.report), expresó amplias garantías con respecto a la cuestión debatida de los intérpretes: “La cuestión de los colaboradores afganos es muy cercana a nuestros corazones —dijo—, aseguro al público que nadie será abandonado. Italia no se olvida de los que colaboran con nosotros”. A través de la Operación Aquila, por tanto, se han definido las listas de personal civil que apoya al contingente italiano, que equivalen a 270 unidades —más otras 400 por verificar de nuevo—, que a partir de mediados de junio serán tomadas y reasentadas en la Patria por el Ministerio del Interior. Sin embargo, para ser totalmente honestos, la cuestión de los antiguos intérpretes y del personal civil afgano en general, a pesar de la repatriación de 116 operadores en 2014 con motivo de la primera retirada parcial del contingente italiano, ha sido tratada intermitentemente por Italia en los últimos años, como fue el caso inicialmente de la mayoría de las naciones de la coalición aliada, por lo que algunas dudas pueden ser preexistentes.

Como prueba de esta reiterada inconsistencia, llegó incluso la directiva del general Alberto Vezzoli, que tenía las características de una auténtica ducha de agua fría para las esperanzas de los intérpretes afganos: los contratos de 11 colaboradores no se volverían a confirmar al 31 de diciembre de 2020, al igual que no estaban incluidos en los programas de protección contra posibles represalias de los fundamentalistas talibanes. Y otros 38 contratos estaban igualmente preparados, suspendidos de trabajo y salario en los meses comprendidos entre enero y abril con la esperanza de que algunos se resumieran (una esperanza que de hecho se ha materializado afortunadamente). Sin embargo, las solicitudes de aclaración de los intérpretes afganos, que han llegado a las órdenes de Herat, no han ido seguidas de respuestas oficiales de nuestro Ministerio de Defensa.

Las razones de este tratamiento inexplicable se han atribuido formalmente, por un lado, a la pandemia de Covid-19, por otro a la falta de financiación del fondo de la misión en el extranjero y, por último, a los oscuros problemas de seguridad o al mal desempeño del personal afgano. Pero la verdadera razón era que Italia estaba a punto de retirar su contingente y el personal civil afgano empleado durante todos estos años tuvo que ser desempacado (se puede agregar sin ninguna gratitud).

A pesar de las reiteradas garantías del Ministerio de Defensa, el tema ha involucrado en poco tiempo a diversos ámbitos de la opinión pública que han mostrado interés y solidaridad en circunstancias que no son fáciles de comprender para todos.

El foco de atención en el asunto fue la iniciativa del conocido periodista italiano, enviado de guerra y colaborador de “Il Giornale”, Fausto Biloslavo y Gen. a.c. (aus.) Giorgio Battisti, ex jefe de estado mayor del Comando de la ISAF (2013-2014), a quien se unieron rápidamente varios oficiales del ejército (ahora de licencia) que sirvieron a Italia en la misión en Afganistán. En una reciente conferencia organizada por el Club Atlántico de Bolonia, el presidente de la asociación, Gen. b. (re-60) Giuseppe Paglialonga, expresando su solidaridad más amplia con los antiguos intérpretes afganos, también pidió la participación activa en acciones concretas de los Clubes Atlánticos Italianos, mostrando la gratitud correcta a aquellos que han demostrado una gran lealtad y un espíritu de sacrificio junto con nuestro personal militar empleado en las operaciones en el país asiático. La paracaidista partidista, condecorada y medallista de oro al valor militar, Paola del Din, también apoyó la causa escribiendo directamente a la Ministra de Defensa y expresando su pesar por la situación actual que ha surgido, un vergonzoso retraso en las repatriaciones, y lanzando la propuesta para un posible reasentamiento de ex intérpretes afganos en nuestro país como mediadores culturales en apoyo de los centros de recepción que pueblan a los inmigrantes de su propia etnia, en su mayoría de la llamada ruta de los Balcanes.

Por supuesto, debemos asegurarnos, y si es necesario movilizarnos, de que se pongan en marcha todas las acciones necesarias, en primer lugar para que no se reúnan en centros de acogida a su llegada a Italia porque no se vería bien. En su lugar, sería apropiado organizar un transporte específico y darles un alojamiento digno. Además, sería necesario facilitar al mismo tiempo los procedimientos burocráticos y evitar que los intérpretes, una vez en Italia, sean abandonados a su suerte en las profundidades del SPRAR, el Sistema de Protección para Solicitantes de Asilo y Refugiados. De hecho, son muchos los casos de operadores afganos repatriados a Italia en 2014, que tras el periodo inicial se sintieron abandonados y ni siquiera estaban empleados en el trabajo que siempre han realizado en Afganistán, tanto que se sintieron obligados a marcharse y buscar suerte en otro lugar. No debemos olvidar que se trata de personas educadas, a veces graduadas, algunos ex pilotos de la fuerza aérea, y se espera que no sean empleados en trabajos de bajo nivel. Los diversos Mohses, Bashir, Isaac, Samir y muchos otros están deseando reunirse con su segunda patria, Italia.

La consigna debe ser firme e inequívoca: ¡Nadie se queda atrás!

 

* Licenciado en Ciencias Sociológicas, Facultad de Ciencias Políticas de l Universidad de Bolonia. Especialista en Seguridad, Geopolítica y Defensa.

 

Artículo publicado originalmente el 09/06/2021 en OFCS.Report – Osservatorio – Focus per la Cultura della Sicurezza, Roma, Italia, https://www.ofcs.it/internazionale/afghanistan-lesercito-degli-ex-interpreti-dimenticati/#gsc.tab=0

¿A QUIÉNES APOYAN ALGUNOS TEÓRICOS EN LA CUESTIÓN MALVINAS?

César Augusto Lerena*

El abogado Marcelo Kohen, “de nacionalidad argentina y residente en Suiza, es Profesor de Derecho Internacional en el Instituto de Altos Estudios Internacionales y del Desarrollo de Ginebra, Suiza”, miembro del Comité sobre la Cuestión Malvinas, Georgias y Sandwich del Sur, exponiendo en el Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales (CARI).

El Medio LMNeuquén publicó el 6 de junio pasado un artículo de Juan Robledo “Cómo recuperar Malvinas agrandando la argentinidad”. Un muy interesante “copete” que se cae en pedazos a poco de leer las ponderaciones de este autor a algunas propuestas que considera novedosas.

Podemos coincidir que las declamaciones y los apoyos teóricos que la Argentina viene recibiendo desde siempre y en particular desde la sanción de la Res. 2065 de las Naciones Unidas, no nos llevarán a ningún lado; pero, decir que “Ni estamos más cerca de recuperar las Malvinas, ni el Reino Unido se muestra más dispuesto a la negociación” es simplificar una cuestión que tiene una gran complejidad y cuyos resultados no pueden esperarse como manifiesta, de “una nueva acción política” que no define cuál, aunque luego termina indicando el “hecho político nuevo” lo movilizó la propuesta (2018) del abogado Marcelo Kohen que, Robledo, define erróneamente (¿?) como “la única propuesta concreta que hoy existe para recuperar la soberanía sobre el archipiélago y que en lo fundamental se resume a cuatro palabras: Soberanía argentina, autonomía isleña”.

Ya se había referido Robledo en un artículo de Infobae (15/01/2020) al proyecto de Kohen pero, llamar a la proposición que habilita a los isleños a un referéndum para determinar su autonomía “la única propuesta concreta para recuperar la soberanía argentina”, podría entenderse como una idea británica, pero no, es una proposición absolutamente execrable de un abogado argentino experto en derecho internacional que parece ignorar la Disposición Transitoria Primera de la Constitución Nacional que reza: «La Nación Argentina ratifica su legítima e imprescriptible soberanía sobre las islas Malvinas, Georgias del Sur y Sándwich del Sur y los espacios marítimos e insulares correspondientes, por ser parte integrante del territorio nacional. La recuperación de dichos territorios y el ejercicio pleno de la soberanía, respetando el modo de vida de sus habitantes, y conforme a los principios del Derecho Internacional, constituyen un objetivo permanente e irrenunciable del pueblo argentino». Esta ridícula iniciativa nos llevaría de facto a renunciar a este objetivo, que la voluntad popular consagró en 1994.

Considerar de “la medida más polémica” a la posibilidad de que los isleños puedan realizar un referéndum y mediante él adquirir la soberanía plena, parece un tanto liviana para calificar lo que es una falta de respeto a la inteligencia, que tira a la basura los derechos históricos, territoriales y geográficos de Argentina, el esfuerzo de miles de combatientes y el de los 649 muertos que perdieron su vida defendiendo esos derechos. Más aún, cuando dentro de esa propuesta, Kohen mantiene vigente la misma situación de hoy: serían los isleños quienes digan si algún argentino puede radicarse en Malvinas; es decir que a la hora del referéndum seguirían siendo los británicos o sus descendientes los únicos que votarán. Un verdadero dislate, que adquiere especial gravedad, porque este “experto” integra hoy el Consejo Nacional de Malvinas y, entre otras cosas promueve, al igual que el Reino Unido, las Organizaciones Regionales de Ordenamiento Pesquero (OROP) que son un instrumento destinado a que los Estados de Bandera se apropien de la administración de los recursos de los Estados ribereños, fortalecería la posición británica en Malvinas y violaría las prescripciones de la citada Disposición de nuestra Constitución.

Se refiere Robledo, a los antecedentes de Kohen y, yo los preciso: junto a Susana Ruiz Cerutti, (que intervino en las negociaciones del Conflicto del Beagle que significaron la pérdida para la Argentina de las islas Picton, Nueva y Lennox) trabajó en el caso de la pastera Bosnia, en el que la Corte entendió, que “Uruguay no violó sus obligaciones para evitar la contaminación” y tardó seis meses para obtener la certificación de la OMI que acreditó el estatus militar del buque, para acreditar su condición de inembargable y destrabar el embargo de la Fragata ARA Libertad retenida en Ghana. Con juristas así, no necesitamos enemigos.

Sobre este señor, que hace 20 años vive dando clases teóricas en Suiza y que Juan Robledo considera el autor de “la única propuesta concreta que existe para recuperar la soberanía” se omite —pequeño detalle— que hoy asesora al presidente de la Nación respecto a la formulación de la Política de Estado en el Consejo.

No es riguroso Robledo cuando dice que los británicos implantados en Malvinas por el Reino Unido “son un pueblo de unos 3000 habitantes de habla inglesa…” ya que las partes en disputa son la Argentina y el Reino Unido como bien refieren las Resoluciones de la Naciones Unidas 1514 (XV), 2065 (XX), 3160 /XXVIII) y 31/49 etc. y no los isleños, que no constituyen un pueblo autóctono y en su gran mayoría son súbditos británicos y un 30% de ellos empleados del gobierno (AgendaMalvinas, 06/06/2021) como el propio medio probritánico Mercoprees.com lo precisa (05/06/2021).

Sinceramente no creo que tres mil isleños británicos vayan a modificar los hábitos y costumbres de los 45 millones de argentinos, como tampoco que la frase del francés Ernest Renan, a “quien le encantaba la verdad” (así al menos lo indica su lápida), pueda aplicarse a la relación argentino-británica, ya que no hemos tenido “glorias comunes en el pasado y una voluntad común en el presente”, más bien todo lo contrario. Las invasiones inglesas de 1806 y 1807 son un ejemplo. El quiebre de la unidad rioplatense y la posterior independencia de la Banda Oriental otro. En 1825 el Reino Unido y la Argentina firmaron un Tratado de Paz y Amistad y ocho años después —en 1833— lo violaron e invadieron Malvinas. En 1845 los aguantamos en “la vuelta de Obligado” y —entre otras cosas— en 1982 torpedearon al buque ARA Gral. Belgrano fuera del área de Exclusión… Además de que podríamos fundar con más detalle las razones de la recuperación de Malvinas, no hay tal historia patagónica común con los isleños y, que pese a que éstos, habitan en un archipiélago de Tierra del Fuego no tienen vocación de sociabilizar con esta provincia. Solo cumplen el mandato geopolítico del Reino Unido de Gran Bretaña de controlar el Atlántico Sur y el Estrecho de Magallanes y discutir derechos sobre la Antártida, mientras tienen militarizado un área donde todos los países de África occidental y América Oriental han suscripto el Acuerdo de “Zona de Paz y Cooperación en el Atlántico Sur”. Modestamente pienso que la mayoría de los argentinos no tendrán un sentimiento en común, mientras Malvinas esté ocupada en forma prepotente por el Reino Unido.

Fortalecer la Argentina es una condición necesaria para recuperar Malvinas, pero decir “agrandar la argentinidad tanto como sea necesario para que los argentinos nacidos en las islas se sientan incluidos en ella” es desconocer la Constitución del gobierno ilegal en Malvinas y las normas británicas al respecto: los hijos de británicos nacidos en Malvinas son británicos. Podrán obtener la doble nacionalidad todos los isleños que así lo deseen, pero el gobierno de los archipiélagos, los espacios marítimos y los recursos naturales son patrimonio de todos los argentinos y su administración debe regirse por la Constitución Nacional y la de la Provincia de Tierra del Fuego.

Finalmente son muy llamativas las afirmaciones de Robledo cuando dice que “Con un diseño muy parecido al que incluía la propuesta de Kohen (…) se creó el Consejo de Malvinas”, ya que sinceramente a juzgar por las propias propuestas referidas sería muy preocupante que ello hubiera ocurrido y, por otro lado, que “La virtualidad, hasta el momento ha conspirado contra la elaboración de propuestas concretas para las cuales se necesitan un diálogo y una confidencialidad más propia de la presencialidad…”. Incluir al propio presidente de la Nación en un Cuerpo meramente asesor es un verdadero disparate; pero, aceptar que se puede postergar un año y medio —después de tantos años con o sin Consejo— la elaboración de una Política de Estado por la pandemia, en materia tan sensible y grave, mientras médicos, enfermeros, policías, mozos, colectiveros, cajeros de supermercado, recolectores de basura, en fin, millones de argentinos, deja de manifiesto la escasa vocación de los funcionarios del área de Malvinas de la Cancillería por recuperar la soberanía de los Archipiélagos invadidos. Cuesta aceptar lo que ya muchos comentan: que el Consejo de Malvinas es solo un mascarón de proa para respaldar la inacción (¿?) o acciones sin el debate de una estrategia seria. Mientras el Consejo está en estado de hibernación, tres mil británicos en Malvinas siguen ocupando nuestros espacios, mejorando su logística, desarrollando sus puertos y explotando nuestros recursos por un valor de mil millones de dólares anuales de un país con el 45% de pobres e indigentes. Los actuales funcionarios y sus asesores no han modificado una sola política de las diseñadas por el Proceso, Caputo, Ruiz Cerutti, Cavallo, Di Tella, Malcorra y Faurie (Léase el Proceso Militar, Alfonsín, Menem y Macri).

Refiere también el articulista al libro “Las Malvinas entre el derecho y la historia” escrito por Marcelo Kohen y Facundo Rodriguez, aunque no dice que este último, miembro del CARI, fue «el subsecretario de Malvinas del PJ Macrista de Rosana Bertone; estuvo a la cabeza de un proyecto de Ley que pretendía legitimar los Tratados de Madrid y el Acuerdo de Foradori-Duncan (…) y hoy asesora al gobierno de Tierra del Fuego que plantea absolutamente lo contrario» (#Mercenarios de Malvinas. AgendaMalvinas, 30/08/2020) y que ellos, más Federico Frigerio (PRO) y Lucila Crexel (Movimiento Neuquino) con la presentación de Daniel Filmus y bajo la organización de la recién creada Asociación REDAPPE que integra éste y otros de la Cancillería (una suerte de autobombo) nos cuentan sobre «la Construcción de una Política de Estado sobre Malvinas: el papel del Consejo Nacional de Malvinas». Habría que decirles a “estos expertos” que la Constitución refiere a “espacios correspondientes” y no “circundantes” como erróneamente anuncia el aviso de la disertación aludida. Entiendo que los organizadores y disertantes no desconocen que el Reino Unido tiene ocupados más de 1,6 millones de km2; disputa más de 1,4 millones de km2 de la plataforma continental y también la Antártida Argentina. ¿Algo más que circundantes no? ¿Estarán enterados de esta disertación del Coordinador del Consejo y de alguno de sus miembros, el resto de éstos?

Lo cierto, que mientras los responsables del área se esconden detrás de los visillos por la pandemia y cobran rigurosamente sus sueldos a fin de mes, en Malvinas quedaron 649 héroes defendiendo el territorio nacional y miles de combatientes se jugaron la vida por un Patria soberana. El 12 de junio de 1974, ya hace 47 años, el Gral. Perón en su último mensaje nos decía: «Cuando el pueblo tiene la persuasión de su destino, no hay nada que temer. Ni la verdad, ni el engaño, ni la violencia, ni ninguna otra circunstancia, podrá influir sobre este pueblo en un sentido negativo, como tampoco podrá influir sobre nosotros para que cambiemos una dirección que, sabemos, es la dirección de la Patria».

 

* Experto en Atlántico Sur y Pesca. Ex Secretario de Estado, ex Secretario de Bienestar Social (Provincia de Corrientes). Ex Profesor Universidad UNNE y FASTA. Ex asesor en la Honorable Cámara de Diputados y en el Senado de la Nación. Doctor en Ciencias. Consultor, escritor, autor de 26 libros (entre ellos “Malvinas. Biografía de la Entrega”, 2009) y articulista de la especialidad. En prensa: “Argentina. La Casa Común. La Encíclica Laudato Si’ El Cuidado de la Casa Común. Comentada”, 2021.

 

©2021-saeeg® 

10 de junio de 2021, Día de la afirmación de los Derechos Argentinos sobre las Malvinas, Islas y Sector Antártico

 

GUAYANA ESEQUIBA: CUALQUIER OMISIÓN O IMPRUDENCIA SE PAGA CON CRECES Y CON CRUCES

Abraham Gómez R.*

Dr. Abraham Gómez R.

El Derecho Internacional Público, aunque delicado para mencionar los asuntos de Estados, es preciso y categórico para explicitar los desenvolvimientos de reclamos o pleitos interestatales. Igualmente, la normativa internacional se manifiesta muy concreta ante un evento que requiera atender un asunto contencioso, para lograr alcanzar las soluciones.

Lo anterior queda condicionado a lo siguiente: siempre y cuando las partes conflictuadas expresen manifiesta e inequívocamente las disposiciones a resolver el hecho litigioso.

Veámoslo así, en nuestro caso particular por la zona del Esequibo. Lo voy a decir directamente.

Si continuamos con la dejadez frente a lo que nos corresponde histórica y jurídicamente; si no nos pronunciamos a tiempo contra lo que aún se viene perpetrando, que vulnera nuestros intereses soberanos; si damos muestras de indiferencias, en vez de formular las denuncias oportunas y contundentes; o permitir que los gobiernos guyaneses sigan dando concesiones a empresas transnacionales para la exploración, explotación y comercialización de los vastos recursos que tiene la Guayana Esequiba, no solo en el territorio, sino en su proyección atlántica. Entonces, sépase que todas estas omisiones, desatenciones y desintereses conspiran contra nosotros en los reclamos que desde hace más de un siglo hemos hecho de esa zona; porque, nuestra conducta displicente se puede llegar a interpretar como desistimiento de nuestra causa.

Los silencios oficializados se pagan caros. Tales quietudes las conocemos como Aquiescencias. Las mencionadas actitudes estatales (o por lo menos, la de algunos funcionarios (in)competentes) conforman incomprensivas permisividades.

Resulta inaceptable que quienes deben reaccionar y protestar se quedan inermes (en poses pusilánimes) ante decisiones arbitrarias, hechos agresivos u ofensivos del Estado guyanés frente a Venezuela.

Entre nosotros los Esequibistas viene aflorando una común y compartida inquietud, que se manifiesta en interrogantes del tipo: por qué quienes tienen las competencias en materia de Relaciones Exteriores —particularmente en lo atinente a la Guayana Esequiba— no convocan a las mejores capacidades de compatriotas, densamente formados, para diseñar las expeditas estrategias, y comenzar a discernir nuestros escritos de alegaciones de Hecho y de Derecho, que debe nutrir al Memorial de Contestación de la demanda, que nos interpuso la excolonia británica, en la Corte Internacional de Justicia.

Nos llama la atención que siendo, como lo volvemos a mencionar, un asunto de Estado que debe concitar la unidad nacional, haya tanta opacidad por parte de quienes manejan la Política Exterior en nuestro país.

Abramos los ojos y analicemos que no es poca cosa la Pretensión Procesal de Guyana; y detrás de ellos, incontables empresas transnacionales en una lúdica de intereses de múltiples aristas.

Sabemos que ya el caso se encuentra en proceso jurídico en la CIJ; sin embargo, el gobierno actual de la excolonia británica continúa entregando concesiones, a diestra y siniestra, a las empresas transnacionales para que se instalen en la Zona de Reclamación y en su correspondiente proyección marítima.

Cada semana, se incorpora a este festín voraz una empresa diferente por la concesión otorgada desde el gobierno de Irfaan Ali; con la finalidad de emprender labores de explotación ilegal y abusiva, de nuestros recursos, contrariando el contenido del Acuerdo de Ginebra de 1966

De todos es sabido que Guyana está citada para el 08 de marzo del próximo año, para que insista o desista jurídicamente del recurso ya interpuesto contra nuestro país; y ratifique o retire la pretensión procesal que contiene en su petitorio.

Prestemos atención a lo siguiente. La interposición de acciones en nuestra contra, que es bastante, la conocemos en su totalidad.  La hemos leído con precisión, analizado y estudiado académicamente. Cuyo contenido se resume (y sintetiza) de la manera siguiente: ellos insisten en pedirle a la CIJ que confirme la validez legal y efecto vinculante del Laudo Arbitral de París, dictado el 3 de octubre de 1899, documento que siempre ha sido considerado por Venezuela como írrito y nulo; dos adjetivaciones calificativas adosadas desde sus orígenes.

Guyana pide en su pretensión procesal que la CIJ ratifique que el citado Laudo constituyó una “liquidación completa, perfecta y definitiva” de todas las cuestiones relacionadas con la determinación fronteriza. En otras palabras, aspiran que Tribunal de La Haya sentencie como Cosa Juzgada, con base en los hechos que narra en su escrito.

Orgullosos de nuestra venezolanidad proclamamos que no hay nada que temer; porque lo que Guyana está pidiendo ante el Alto Tribunal de La Haya es rebatible y desmontable.  El objeto de la demanda no tiene el menor asidero. La contra Parte no posee el menor documento que los respalde.

Los coagentes del gobierno guyanés, para esta controversia, tienen más de un año instalados en La Haya, sede de la CIJ; con honorarios carísimos y logística a todo dar; gastos sufragados por las empresas transnacionales que se encuentran esquilmando nuestros recursos.

Ese equipo, que litiga en la CIJ, está integrado por: Sean D. Murphy (inglés), de la Facultad de Derecho de la Universidad de George Washington y asesor jurídico de la embajada de EE.UU en La Haya; además, Paul Reichler (estadounidense) socio y codirector del Grupo de Litigación y Arbitraje Internacional de Foley Hoag; Payam Akhavam (Iraní) profesor en la Universidad McGill en Montreal, miembro de la Corte Permanente de Arbitraje y Shridath Ramphal (guyanés), exministro de Relaciones Exteriores y de Justicia de ese país.

Ese equipo no nos atemoriza ni nos arredra; porque lo hemos dicho, en muchas ocasiones, que nosotros estamos asistidos de plena razón y Justo Título traslaticio; además poseemos enjundiosos elementos probatorios: históricos, jurídicos, cartográficos, políticos, geográficos y morales.

Nuestra sugerencia —una vez más— a la Cancillería venezolana es para que estructure nuestro equipo multidisciplinario. Nosotros tenemos muy dignos y experimentados profesionales del derecho, historia, sociología, antropología, geografía etc. suficientemente conocedores de la controversia por la Guayana Esequiba, prestos a representar a Venezuela. Entonces convoquen y habiliten —oficialmente— nuestro equipo que el país quiere conocer. Equipo que con legítima disposición patriótica nos defenderá en marzo del 2023.

 

* Miembro de la Academia Venezolana de la Lengua. Miembro de la Fundación Venezuela Esequiba. Miembro del Instituto de Estudios de la Frontera Venezolana (IDEFV).

 

Publicado originalmente en Disenso Fértil https://abraham-disensofrtil.blogspot.com/