UN ANÁLISIS COMPARATIVO ENTRE LAS CAPACIDADES DE LAS FFAA DURANTE LA GUERRA DE MALVINAS Y LA ACTUALIDAD

Mariano Ramella*

El presente análisis comparativo entre las capacidades de las FFAA durante la Guerra de Malvinas y la actualidad, fue realizado por el autor mediante la información obrante en la prensa especializada y en la prensa general.

I. Armada de la República Argentina

1. Aviación Naval

1.1. Escuadrillas aeronavales de caza y ataque

Primera escuadrilla aeronaval de caza y ataque

En 1982, durante la guerra de Malvinas, estaba conformada por 10 aviones Aermachi de entrenamiento avanzado y ataque ligero. Durante la guerra operaron desde las islas. Sufrieron algunos derribos y el 14 de junio algunos de sus aviones fueron capturados por los británicos; hoy lucen como trofeo de guerra en museos del Reino Unido.

Los pocos aviones sobrevivientes de esta escuadrilla prestaron servicio unos pocos años más y fueron dados de baja por falta de repuestos. La Armada nunca pudo conseguir un reemplazo de este sistema de armas por falta de presupuesto y de esta manera la Primera Escuadrilla de Caza y Ataque fue dada de baja definitivamente.

Segunda escuadrilla aeronaval de caza y ataque

En 1982 estaba compuesta por 5 aviones Super Etendart de un total de 14 que habían sido comprados a Francia. Los 9 restantes llegaron una vez terminado el conflicto. Este sistema de armas produjo el hundimiento del destructor tipo 42 HMS Sheffield y del buque portacontenedores Atlantic Conveyor; que se encontraba repleto de helicópteros, aviones Harrier, municiones, pertrechos y víveres. Además, atacó y produjo averías al portaviones HMS invincible en un ataque conjunto con la Fuerza aérea Argentina, que utilizó 4 aviones A4 C Skyhawk, 2 de los cuales fueron derribados.

Durante el gobierno del presidente Macri se compraron 5 aviones más del tipo Super Etendart Modernise, pero nunca fueron utilizados hasta la actualidad debido a que llegaron con los cartuchos de los asientos eyectores vencidos y como son de origen británico hasta el día de hoy no se consiguieron nuevos.

De los Super Etendart anteriores ninguno se encuentra operativo en la actualidad; por lo que la Segunda Escuadrilla de Caza y Ataque aeronaval sigue existiendo hasta la actualidad, pero sin aviones en servicio.

Tercera escuadrilla aeronaval de caza y ataque:

En 1982 estaba compuesta por 8 aviones A4Q Skyhawk, que operaban desde el portaviones ARA 25 de Mayo. Más avanzado el conflicto pasaron a operar desde tierra. Sufrieron varios derribos, pero también hundieron y dañaron a varios buques de la Royal Navy.

Algunos años después de la guerra fueron dados de baja y nunca fueron reemplazados, por lo cual la Armada decidió cerrar también la Tercera Escuadrilla de Caza y Ataque.

En resumen, de las tres escuadrillas aeronavales de caza y ataque hoy solo sobrevive la segunda, pero sin un solo avión operativo al día de la fecha.

1.2. Escuadrilla Aeronaval Antisubmarina

En el año 1982 contaba con 6 aviones Grumman S-2T Turbotracker. Cumplieron muchas misiones de escolta y protección contra posibles ataques de submarinos al portaviones ARA 25 de Mayo. Lo hicieron en gran forma, no permitiendo que ningún submarino británico pudiera acercarse.

En los años ‘90, cuatro de estos aviones fueron re-motorizados y se les introdujeron varias modernizaciones a la electrónica y aviónica de los aparatos. De esta forma prestaron servicio muchos años más, hasta que el último Tracker realizó su último vuelo en 2021. Al momento de escribirse este informe, volvió a quedar en servicio un Turbotracker aunque con capacidad de exploración y no antisubmarina.

1.3. Escuadrilla Aeronaval de Exploración

En 1982 contaba con 2 aviones SP 2 H Neptune. Prestaron un gran servicio en la búsqueda de náufragos del hundimiento del crucero ARA General Belgrano. También fueron ellos quienes localizaron al destructor HMS Sheffield para que pudiera ser atacado por los Super Etendart con sus misiles Exocet. Además, realizaron tareas de exploración y búsqueda de la flota inglesa durante todo el conflicto.

Algunos años después fueron dados de baja por ser aviones muy antiguos y fueron reemplazados por varios aviones Orion P3B, los cuales se utilizaron por muchos años hasta que quedaron todos fuera de servicio. En la actualidad esta escuadrilla, al igual que la antisubmarina, no cuenta con ningún avión en servicio ni posible reemplazo cercano.

2. Flota de mar (FLOMAR)

A mediados de la década de 1970 la Armada Argentina decidió realizar una profunda modernización de su flota de mar y para eso le encargó la construcción de cuatro destructores de la clase Meko 360 al astillero Aleman Blohm + Voss. Dichos destructores llegaban para reemplazar a los viejos destructores de la segunda guerra mundial de la clase Fletcher y clase Gearing, los destructores ARA Bouchard, ARA Piedrabuena, ARA Seguí y ARA Comodoro Py. Estos viejos destructores participaron de la guerra de Malvinas, dado que los nuevos de la clase Meko 360 empezaron a llegar al país recién en 1983. Los 4 nuevos destructores fueron construidos en Hamburgo y fueron bautizados como ARA Almirante Brown, ARA La Argentina, ARA Heroína y ARA Sarandí.

Como parte de esta modernización de la flota de mar también se llegó a un acuerdo con el astillero Aleman Blohm + Voss para construir con su licencia y materiales llegados de Alemania, 6 corbetas de la clase Meko 140 en Argentina. El lugar de construcción fue Astilleros Rio Santiago.

Las seis nuevas corbetas fueron denominadas ARA Espora, ARA Rosales, ARA Spiro, ARA Parker, ARA Robinson y ARA Gómez Roca. Las dos últimas demoraron más tiempo en ser construidas por problemas presupuestarios, pero finalmente fueron concluidas y puestas en servicio.

La Armada también cuenta con tres corbetas francesas de la clase A 69 llamadas ARA Drummond, ARA Guerrico y ARA Granville.

Así mismo hasta hace poco tiempo contaba con dos destructores tipo 42, gemelos del Sheffield y el Coventry británicos, ambos hundidos por la aviación argentina. Uno de ellos, el ARA Hércules, fue remodelado hace varios años y dejó de ser un destructor para pasar a ser un buque logístico multipropósito, con capacidad para transportar una compañía reforzada de infantería de marina con todo su equipo. Al momento de redactar este informe, se conoció la noticia que el ARA Hércules va a ser próximamente radiado de servicio, con lo que la Argentina perdió la capacidad de desembarco anfibio.

El otro destructor tipo 42 llamado ARA Santísima Trinidad, que tuvo un destacado desempeño en la recuperación de Malvinas, se hallaba en muy mal estado de conservación y de forma insólita se hundió estando amarrado al muelle en la base de Puerto Belgrano. Mucho tiempo después fue reflotado y llevado a dique seco en estado deplorable. Así se encuentra al día de hoy.

Todos los buques citados en este informe (salvo la ARA Robinson y la ARA Gómez Roca) tienen ya cerca de 40 años y están al límite de su vida útil. Los cuatro destructores Meko 360 necesitan una profunda modernización o un reemplazo. Cuatro de las seis corbetas Meko 140 están en una situación similar.

Las tres corbetas de la clase A 69 directamente van a ser sacadas del servicio porque ya prácticamente no navegan.

No hay por el momento ningún plan de modernización o de compra de ningún, destructor, fragata o corbeta para tratar de paliar estas deficiencias.

En el gobierno del presidente Macri se adquirieron cuatro OPV nuevas. Las OPV son patrulleras oceánicas modernas, pero tienen una finalidad de patrullaje y control de la pesca ilegal. No pueden ser consideradas seriamente como buques de guerra, porque tienen como armamento solamente un cañón de 30 mm y dos ametralladoras de 12,7 mm. Asimismo, no tienen sonar, con lo que son totalmente sordas y no pueden escuchar nada de lo que sucede debajo del mar. En una situación real de guerra, un submarino podría acercarse hasta casi tocarlas.

Además de lo descripto anteriormente, la Armada Argentina perdió a fines de los años ‘90 su capacidad expedicionaria. Esta pérdida se debió a la baja del portaviones ARA 25 de Mayo que prestó servicios en la Armada desde 1969 hasta 1997. Fue vendido como chatarra para desguace a la India. Este era un portaviones de la clase Colossus, que había sido comprado a los Países Bajos para reemplazar al portaviones ARA Independencia. El ARA 25 de Mayo nunca fue reemplazado ni lo será.

Para colmo de males el buque de desembarco ARA Cabo San Antonio utilizado para el desembarco en Malvinas también fue dado de baja y nunca reemplazado. Este buque prestó servicios en la Armada entre los años 1971 y 1997.

ARA Cabo San Antonio (Guerra de las Malvinas) – RLaborde

Con la baja del portaviones y el buque de desembarco se perdió la capacidad expedicionaria y también la capacidad de operar los aviones de caza, antisubmarinos y de exploración desde la cubierta del portaviones. Luego de 1997 los aviones pasaron a operar desde tierra, hasta que todos fueron quedando fuera de servicio por falta de mantenimiento; hoy la Armada no tiene ningún avión de caza, antisubmarino o de exploración operativo.

3. Fuerza de submarinos

A mediados de la década del ‘70 la Armada Argentina encaró un ambicioso programa, que consistía en poder llegar a tener a comienzos de la década de 1990 la cantidad de ocho submarinos operativos. Para eso ensambló dos submarinos nuevos de origen alemán en astilleros del país. Eran 2 submarinos de la clase 209 1200. Esos submarinos fueron el ARA Salta y el ARA San Luis. El programa se continuaba con la compra de seis submarinos del tipo TR 1700 de tecnología alemana al astillero Thyssen Nordseewerke. Los dos primeros serian construidos en Alemania y los otros cuatro en el astillero Domecq García de Argentina.

Al comenzar la guerra de Malvinas ya estaban disponibles el ARA Salta y el ARA San Luis. De los otros seis había dos en Alemania en su fase final de construcción, pero recién pudieron ser entregados a partir de 1984. Por lo tanto, para la guerra de Malvinas la fuerza de submarinos estaba constituida por los ya citados ARA Salta y ARA San Luis y además se contaba con dos viejos submarinos de la Segunda Guerra Mundial. Eran dos submarinos de la clase Balao modernizados a la clase Guppy II, el ARA Santa Fe y el ARA Santiago del Estero.

Este último no estaba ya en condiciones de operar; entonces, con la guerra ya comenzada, la Armada decidió simular que el submarino salía en una misión y lo hizo zarpar de noche. El submarino salió de la base en Mar del Plata navegando en superficie porque no estaba en condiciones de ir a inmersión. Aprovechando la oscuridad siguió navegando en superficie hasta arribar a otro apostadero de la Armada, donde fue camuflado para no ser descubierto por la inteligencia británica y así tener inquietos a los ingleses, que siempre pensaron que el ARA Santiago del Estero podía estar en aguas próximas a Malvinas.

De los otros tres submarinos, los que tuvieron actuación destacada fueron el ARA Santa Fe que desembarcó buzos tácticos el 2 de abril en la recuperación de las islas y posteriormente tuvo otra misión donde llevó una fracción de infantes de marina, más armamento y provisiones, a las islas Georgias. Luego de cumplir esa misión y cuando se dirigía de vuelta al continente fue atacado en superficie antes de alcanzar aguas más profundas que le permitieran sumergirse. El ataque fue realizado por helicópteros británicos dejándolo seriamente averiado y obligándolo a volver a Georgias donde quedó escorado junto a un muelle.

También el ARA San Luis tuvo una actuación destacada, que no pudo coronarse con ningún hundimiento porque se le rompió la computadora de control tiro y al momento de atacar a la flota en tres oportunidades, lo debió hacer con guiado manual de torpedo y los ataques no resultaron efectivos. Pese a eso la Royal Navy sólo lograba detectarlo al lanzar los torpedos pero luego lo perdía y nunca logro encontrarlo para hundirlo. Su gemelo, el ARA Salta, no pudo entrar en combate porque se dirigió varias veces a la zona del conflicto, pero siempre tuvo que volver por ruidos que no pudieron ser corregidos pese al esfuerzo de los mecánicos de la Armada.

El submarino ARA Santa Fe luego de ser atacado en la bahía de Grytviken, Georgias del Sur.

Volviendo a lo expuesto anteriormente sobre la construcción de los TR 1700, sólo los dos fabricados en Alemania (ARA Santa Cruz y ARA San Juan) pudieron servir en la Armada. La programada construcción de los otros cuatro en Argentina fue un fracaso total. Los alemanes mandaron todas las piezas en cajas y cumplieron con su parte.

Argentina comenzó con la construcción de dos de ellos llegando al 70 % de terminación en uno y 30 % de terminación en el otro para luego abandonar por completo el proyecto. Los dos últimos ni siquiera se empezaron y las piezas que se encontraban en las cajas fueron utilizadas como repuestos para el ARA Santa Cruz y el ARA San Juan.

Situación actual

El momento que atraviesa la fuerza de submarinos actualmente es el peor de su historia. Por primera vez desde su creación la fuerza no cuenta con ningún submarino operativo. El ARA San Luis se encuentra fuera de servicio desde mediados de la década del ‘90 cuando fue llevado a astillero para hacer su reparación de media vida, pero esta nunca fue realizada por falta de presupuesto. El ARA Santa Cruz también entró a astillero hace varios años para hacer una reparación grande pero quedó suspendida por falta de presupuesto. Ya se da por seguro que no será retomada, con lo cual el submarino será sacado del servicio activo. Su gemelo, el ARA San Juan, se hundió en el Atlántico sur, en un episodio conocido por todos.

Finalmente, el ARA Salta se encuentra amarrado al muelle en la base de submarinos de Mar del Plata y se usa para que los cursantes de la escuela de submarinos puedan ver uno por dentro. Ese es su único uso porque no puede navegar ni va a ser reparado porque ya está obsoleto.

Ante este panorama Brasil ofreció vender muy barato dos submarinos clase 209 1400 con un tiempo de vida medianamente razonable y mayor modernización que nuestros 209 pero ni el gobierno de Macri ni el actual se mostraron interesados. En los últimos días el ministro de defensa Jorge Taiana manifestó que están interesados en adquirir cuatro submarinos nuevos de la clase Scorpene que fabrica la francesa Naval Group; pero con los antecedentes ya citados resulta muy difícil creer que esto se pueda llegar a realizar.

Mientras tanto la Armada manda periódicamente a algún pequeño contingente de oficiales y suboficiales submarinistas a ejercitar en submarinos de Perú y Brasil para no perder totalmente la capacidad del personal ante la falta de medios propios.

II. FUERZA AÉREA ARGENTINA

Para la guerra de Malvinas Argentina contaba aproximadamente con:

9 Camberra (bombarderos de altura)

19 Mirage III

26 Dagger (versión israelí del Mirage)

68 Douglas A4B y A4C

Un lote de aviones Pucara anti-insurgencia y de ataque ligero.

Los aviones citados no estaban necesariamente todos disponibles al comienzo de la guerra, pero fueron incorporándose a medida que eran puestos a punto.

Actualidad

Los aviones Mirage III y Dagger (FINGER) fueron dados de baja en 2015. Desde ese momento se barajan muchas alternativas para su reemplazo. Tanto con aviones nuevos como con usados.

Respecto a las ofertas de aviones 0 Km, Argentina recibió ofertas de: MIG 35 rusos, JF 17 Thunder Block 3 chino – pakistaní, HAL Tejas de la India, Gripen de Suecia y KAI FA 50 de Corea del Sur.

Respecto a los usados con actualizaciones se ofrecieron Mirage 2000 de Francia, Kfir de Israel, F16 Block 40/42 y 50/52 de Estados Unidos. También F18 Hornet de Estados Unidos. Este último es bimotor con lo cual la FAA difícilmente lo acepte.

También hubo ofertas de Aermachi M – 346 de Italia, pero este es un avión subsónico que tal vez podría ser considerado para reemplazo de los A4 AR, de los que hablaremos más adelante.

Han pasado ya siete años de la baja del sistema de armas Mirage con lo cual Argentina perdió la capacidad de intercepción supersónica. La demora en su reemplazo se debe en primer lugar a la falta de voluntad política del gobierno del presidente Macri primero y luego del gobierno del presidente Alberto Fernández.

Otro tema importante a tener en cuenta es que cuando Argentina intenta alguna gestión para comprar armamento de origen occidental, aparece la presión británica sobre el posible vendedor para tratar de frenar la operación.

Al día de la fecha la opción que se encuentra más avanzada es la del caza chino – pakistaní JF 17 Thunder. Una delegación de la FAA estuvo varios días en China probando el avión. Tampoco se descarta alguna oferta superadora de Estados Unidos para evitar que Argentina compre armamento chino.

La oferta israelí de Kfir usado pero modernizado con aviónica de ultima generación y radar AESA mas misiles de corto y mediano alcance y misiles anti-buque parece bastante interesante también.

1. Sistema de armas A4 AR Fighting Hawk

Este avión fue incorporado a la FAA a fines de los años ‘90. Se trata de un Douglas A4 M de la marina estadounidense que fue modificado a pedido de Argentina por la empresa Lockheed Martin. Es decir que fue reformado y modernizado a medida de los requerimientos de la FAA. Se adquirieron 36 unidades, 32 de ellas monoplaza y 4 biplaza para entrenamiento de los pilotos. Es una versión bastante superior a los A4B y A4C que prestaron servicios durante muchos años. Incluso el A4 AR tiene algo de la aviónica del F16. Es un cazabombardero subsónico.

Con el correr de los años y la falta de presupuesto muchas naves quedaron fuera de servicio. Inclusive 4 de ellas sufrieron destrucción total en distintos accidentes. Hace tres o cuatro años se tocó fondo y llegó a haber solo uno o dos operativos. A partir de ese momento y ante la seguridad de que no llegaría ningún reemplazo para este sistema de armas se dispuso intentar recuperar la mayor cantidad de unidades posibles. El primer objetivo fue llegar a 12 y posteriormente de ser posible a 18. Al día de hoy se encuentran operativos 6 o 7 unidades.

Los trabajos de recuperación se hacen en los talleres de la FAA en Río Cuarto (Córdoba) y en la V Brigada Aérea de Villa Reynolds (San Luis).

2. Camberra

Estos cazabombarderos de altura fueron sacados del servicio activo algunos años después de la guerra de Malvinas y nunca fueron reemplazados.

3. Pucara

Dejaron de prestar servicio como los conocíamos y actualmente se trabaja en una modificación a la versión Pucara Fénix. Esta nueva versión del Pucara lo convierte en un avión de exploración y patrullaje, dejando de lado su capacidad de ataque ligero.

4. IA 63 Pampa

Este avión es un aparato de entrenamiento avanzado y bombardero ligero fabricado en el país. Se está trabajando para reconvertir a la mayor parte posible de los Pampa ya existentes a la versión Pampa 3 Block 2 que cuenta con mayores capacidades que las versiones anteriores.

5. Aviación de transporte

En los últimos tiempos la FAA adquirió cuatro unidades de SAAB 340 B con capacidad para transportar 40 personas. Son aparatos biturbo hélice. Ya llegaron tres de las cuatro unidades. El objetivo es ir reemplazando los viejos Foker.

También se adquirieron doce aviones Beechcraft TC Huron con capacidad para 10 personas.

La FAA todavía tiene en servicio algunas unidades de Hércules C 130, pero está en la búsqueda de adquirir algunas unidades usadas, pero en mejor estado que las que posee actualmente.

 

* Participa en el espacio de pensamiento y acción “Iniciativa D”.

©2022-saeeg®

 

LA VENTANITA: BRASIL

Iris Speroni*

Realidad que hace 20 años que no existe. Los funcionarios viven, verdaderamente, en otro mundo.

 

En “Una ventana al mundo” (http://restaurarg.blogspot.com/2022/10/una-ventana-al-mundo.html) afirmé:

Entender el comercio argentino internacional es lo que nos va a dar la pauta para pensar el país futuro. También para desenmascarar mentiras de nuestros gobernantes. Lloran impotencia, “no se puede”, “el mundo nos juega en contra”, “faltan dólares”, para justificar su inoperancia o corrupción.

Argentina es un país rico. Argentina es un país poderoso. Argentina es un país lleno de posibilidades, próspero y fecundo. No hay razones objetivas para estar endeudados ni que haya pobres.

Según datos del INDEC, el superávit comercial de la Argentina desde el 2000 al 2021 fue de US$ 183.482.000.000.

Fuente: INDEC. Elaboración propia.

Tener superávit comercial es la norma y no la excepción. Las exportaciones no pararon de crecer, en parte por la pérdida de poder adquisitivo de la población, en mayor medida porque ha cambiado el entorno mundial. La lógica de posguerra que tanto nos perjudicó hace 20 años que no existe más.

Sin embargo funcionarios, políticos y economistas continúan aún hoy su lloriqueo de “restricción externa”, “la falta de dólares no nos deja crecer”, etc. Realidad que hace 20 años que no existe. Los funcionarios viven, verdaderamente, en otro mundo.

En lo que va del gobierno de Alberto Fernández, el superávit comercial superó los US$ 31.684 millones. ¿De qué restricción externa hablan los funcionarios? ¿Por qué lloran “falta de dólares”? Argentina no hace más que exportar, no hace más que producir divisas, no hace otra cosa que traer divisas al país, las cuales mágicamente desaparecen luego de ser entregadas a las autoridades nacionales.

En lo que va del gobierno de Alberto Fernández, el superávit comercial superó los US$ 31.684 millones. ¿De qué restricción externa hablan los funcionarios?

¿Qué pasó con esos US$ 31.684 millones? La respuesta es fácil: las autoridades federales las malvenden a mitad de precio. ¿A cualquiera? Nooooo. Sólo a los amigos. Si uno vende un bien a mitad de precio, liquida las existencias. Por eso no hay reservas en el BCRA, porque —a los amigos— las venden a precio vil. Esos US$ 31.684 millones es dinero robado por el gobierno federal a las provincias, origen del 99,6% de las exportaciones. La más perjudicada de ellas es la provincia de Buenos Aires, responsable del 35% del total.

Mientras, los senadores, responsables constitucionales de velar por el tipo de cambio, la prosperidad de las provincias y supervisar la actuación del BCRA, miran para otro lado. 

Brasil: la ventanita

En la nota anterior “UNA VENTANA AL MUNDO”, sostuve y lo sostengo ahora, que Argentina vive un momento propicio único. No por nuestra habilidad, porque los gobernantes argentinos patean en contra, sino porque cambiaron las circunstancias internacionales, las cuales desde hace 20 años nos favorecen.

Cuando Argentina ingresó al Mercosur, durante las presidencias de Alfonsín y Sarney, la propaganda política fue que nos abriríamos al mundo vía Brasil, usándolo de locomotora y como piloto del TC, iríamos chupados, para aumentar nuestro comercio internacional.

Nada de lo prometido sucedió. El Mercosur no abrió ni un solo mercado, todo lo que exportamos bien o mal, es por las nuestras. Por el contrario, Brasil es el principal exportador de carne bovina, con la marca “carne sudamericana”. Brasil recibió la industria que se desarraigó de la Argentina para instalarse allá. Para que eso sucediera, nuestro “socio” dio exenciones impositivas, leyes laborables más laxas y créditos blandos. A su vez instaló toda suerte de barreras paraarancelarias contra nuestros productos. Al no haber aranceles desde Brasil a la Argentina, gran parte de las empresas multinacionales se instalaron allá y desde ahí atienden el mercado argentino. Hoy, 35 años después, el mercado interno nuestro es pequeño.

No era esa la situación durante los gobiernos de Alfonsín y Menem. El sueldo argentino era 3 veces superior al brasileño. Éramos menos habitantes pero con mayor poder adquisitivo, con lo cual fue nuestro mercado doméstico el que financió la instalación de las industrias multinacionales en Brasil. Eso hasta que mejoró la calidad de vida de sus trabajadores. Financiado —en parte— por nosotros.

Esta transformación fue ampliamente facilitada por los funcionarios argentinos, los grandes gestores de la desindustrialización de nuestro país. ¿Qué explicación razonable existe para que Unilever mueva shampoo, pasta dentífrica y jabón de tocador 3.000 km por camión? Las medidas que tomaron los funcionarios argentinos —complementarias a las brasileñas— fueron:

    • altos impuestos locales,
    • altos sobrecostos laborales (los costos por encima de los salarios percibidos),
    • inestabilidad macroeconómica en la forma de inflación, tasa de interés alta,
    • pero la medida crucial fue un tipo de cambio artificialmente bajo.

Nuestros gobernantes ni siquiera tuvieron la entereza de dejar algunas actividades a resguardo. Acceder a que Brasil nos superara en agricultura, ganadería e industria mientras se conservaban algunos cotos. Ejemplo: maquinaria agrícola y lácteos. Nosotros le compraríamos cualquier cosa a Brasil a costa de nuestras industrias, como automotrices y artículos de tocador pero los brasileños desarrollarían su campo con maquinaria agrícola argentina (nuestro industria es más que centenaria y contemporánea de la norteamericana).

Nada de eso sucedió.

Se llevaron nuestros ingenieros e hicieron sus propias máquinas. Pasado tanto tiempo creo que la creación del Mercosur tuvo como objetivo consolidar a Brasil como líder/controlador del subcontinente y darle un golpe mortal al movimiento obrero argentino, verdadero objetivo de todo esto. 

La importancia del tipo de cambio

Cuando no hay aranceles, el tipo de cambio es la única barrera. Si el tipo de cambio está artificiosamente bajo, como sucede ininterrumpidamente en los últimos 11 años, se compran dólares (o reales o euros) a mitad de precio y eso permite adquirir productos importados también a mitad de precio. Si, además, no tengo aranceles, como sucede con Brasil, todo lo brasileño cuesta la mitad de su precio (¡gracias a las políticas nacionales de BCRA!). Lo que faculta a colocarlo en el mercado local a precio internacional calculado a dólar libre y duplicar así las ganancias. 

La ventana que es una trampera

Veamos los números del INDEC.

El saldo comercial Argentina-Brasil de enero de 2000 a octubre de 2022 fue deficitario en US$ 54.438.634.143.230 (pérdida de cincuenta y cuatro mil cuatrocientos treinta y ocho millones seiscientos treinta y cuatro mil doscientos treinta dólares).

Excepto durante los gobiernos de De la Rúa y Duhalde y por el último año de gobierno de Macri (2019) —por la caída del poder adquisitivo—, todos los santos años le pasamos dinero a Brasil.

Nosotros nos esforzábamos a vender al mundo (al punto de tener superávit comercial) para financiar a Brasil. De hecho, al resto del mundo sin contar Brasil le vendimos US$ 235.075 millones (2000-2021) para poder darle el 23% de lo obtenido a nuestros socios brasileños.

Hoy Brasil no nos necesita más. Tienen reservas, una macroeconomía estable, exportan al punto de poder prescindir de nuestro mercado, sus obreros ganan más que los nuestros.

Distinto era el cantar cuando Kirchner le compraba aviones a Embraer, fabricados por ingenieros formados en Córdoba y con aluminio de Aluar. Cuando Kirchner prohibía la exportación de carne argentina para que Brasil se quedara con nuestros mercados. Cuando los gobernantes argentinos firmaban protocolos especiales para la industria automotriz para que los argentinos compraran 600.000 automóviles al año, la mayoría de ellos brasileños.

El amor del kirchnerismo a Lula nos costó US$ 36.396 millones de déficit comercial (doce años: 2004-2015) [1].

Cuando vean los cordones industriales de Rosario o el Gran Buenos Aires, llenos de fábricas abandonadas y de gente que vive de changas: acá tienen la explicación. 

Solución

Subir el tipo de cambio. El arancel es irrelevante cuando uno tiene naciones sin arancel o cuando no se controla el contrabando. El tipo de cambio alto es el mejor incentivo a la industria porque protege de las multinacionales instaladas en Brasil y del contrabando por igual.

Hubo cierre de actividades ex profeso, sin esperar que las medidas macroeconómicas tomadas corrieran su curso, como fue desmantelar FFMM y los astilleros, cerrar el laboratorio de investigaciones de YPF y tantas otras. Hay que revertirlo.

Con el gobierno de Alberto Fernández, Argentina pidió ingresar a los BRICS, lo que es una medida acertada. Eso permitirá tener una relación adulta y más equilibrada con nuestro vecino.

Nada servirá mientras el dólar siga artificialmente bajo. El tipo de cambio bajo y la caída del PBI per cápita van de la mano.

Nada servirá mientras continúen los mismos funcionarios a cargo de la administración del Estado.

 

* Licenciada de Economía (UBA), Master en Finanzas (UCEMA), Posgrado Agronegocios, Agronomía (UBA).

 

Nota

[1] Déficit año a año con Brasil durante los 12 años de gobierno kirchnerista.

 

Notas relacionadas

Una ventana al mundo. http://restaurarg.blogspot.com/2022/10/una-ventana-al-mundo.html

Más de lo mismo. http://restaurarg.blogspot.com/2020/08/mas-de-lo-mismo.html

 

Artículo publicado el 26/11/2022 por Restaurar, http://restaurarg.blogspot.com/2022/11/la-ventanita-brasil.html

GUAYANA ESEQUIBA: ESCENARIOS PROBABLES DE RESOLUCIÓN DE LA CORTE

Abraham Gómez R.*

Con racional optimismo me permito celebrar el inmenso entusiasmo avivado en la población venezolana, la cual se ha mostrado (en todas partes) de acuerdo con las gestiones desarrolladas para reclamar y defender jurídicamente —por ante la Sala Juzgadora de la ONU— la extensión territorial que nos desgajaron por el costado este de nuestra geografía.

Así, además, percibimos, directamente en nuestros encuentros presenciales en las universidades, plena solidaridad con las decisiones que viene tomando el Ejecutivo Nacional, con las cuales queda involucrado todo el país, porque se ha asumido como Política de Estado, sin distinciones de ninguna naturaleza.

Los pleitos internos y ajustes de cuentas, por otros motivos y circunstancias, corresponden a conceptos diferentes a esta importante y trascendental determinación patriótica.

El presente asunto litigioso —el más importante de las relaciones exteriores de Venezuela— debe concitar una absoluta unidad nacional, sin imprudentes exclusiones, sin dejar a nadie a un costado porque tenga una ideología divergente, o piense y milite en organización política contraria al gobierno.

Lo vengo diciendo en todas mis conferencias, en los siguientes términos: está errado y muy equivocado quien crea que puede aprovechar esta controversia para sacarle dividendo político-partidista.

En la controversia internacional en que nos encontramos imbuidos es obligante constituir un tejido hermoso de todos los sectores de la vida activa del país.

Hay que marcar un precedente de integridad y solidaridad nacional, en tanto desafío, en este tramo epocal de nuestra historia, para reivindicar la memoria de nuestros próceres, quienes también lucharon por la restitución de lo que se nos arrebató vilmente.

Cometería un delito de lesa patria quien se preste a hacerle comparsa a la parte que nos adversa en este pleito.

La semana pasada, la delegación diplomática guyanesa dio manifestaciones que viene con todo, a jugársela completa; nosotros también estamos dispuestos a la confrontación jurídica, sin dilaciones innecesaria e injustificadas; con nuestros Justos Títulos traslaticios que nos acreditan como los verdaderos y legítimos propietarios de tales 159.500 km2 y su correspondiente proyección atlántica.

Por mucha oposición que se sienta (u odios mal curados) por el actual gobierno, sería sumamente grave que algún compatriota entre a coquetear, a aupar y a conectarse —en escritos hechos públicos o en conversaciones privadas— con la fórmula jurídica que ha estructurado la ex colonia británica contra nosotros.

Si alguien, con bastantes y comprobados conocimientos en Derecho Internacional Público, cree que la delegación diplomática que nos representó en la Corte Internacional de Justicia ha incurrido en desaciertos estratégicos en las Audiencias recién realizadas en La Haya, entonces, lo más aconsejable es que con la mayor discreción y privacidad se lo haga saber.

En la Academia hemos aprendido que las correcciones que mayor efecto surten son precisamente las que se hacen en privado; con mucha más razón aun, cuando hay un adversario inescrupuloso, dispuesto a sacarle provecho a cualquier desliz, por mínimo que sea; peor todavía, cuando le mostramos el “supuesto error nuestro” desde nuestra propia cancha.

Hay un viejo refrán que cobra fuerza, en este momento: “los trapitos sucios se lavan en casa”.

Requerimos de las mejores inteligencias de Venezuela, por cuanto, no es poca cosa la que estamos encarando en el pleito por fronteras interestatales en América, más prolongado.

Nos aprestamos a esperar la decisión sentencial que pueda tomar ese Cuerpo Juzgador, en base a la Excepción Preliminar que introdujimos, el pasado 07 de junio, considerada cuestión incidental, donde pedimos la inadmisibilidad de la Acción interpuesta por Guyana contra Nosotros. Excepción Preliminar que como parte demandada planteamos conforme al artículo 79 del Reglamento:

“1. Cualquier excepción a la competencia de la Corte o a la admisibilidad de la solicitud, o cualquier otra excepción sobre la cual el demandado pide que la Corte se pronuncie antes de continuar el procedimiento sobre el fondo…”

“9. La Corte, oídas las partes, decidirá por medio de un fallo, en el que aceptará o rechazará la excepción o declarará que la excepción no tiene, en las circunstancias del caso, un carácter exclusivamente preliminar. Si la Corte rechazara la excepción o declarara que no tiene un carácter exclusivamente preliminar, fijará los plazos para la continuación del procedimiento…”

Nos preguntan, con insistencia, qué resultará; cómo resolverá la Corte, después de haber escuchado —la semana pasada en Audiencias Públicas— a las Partes conflictuadas.

La gente desea conocer —hipotéticamente— con qué nos podríamos conseguir, en esta decisión preliminar, pronunciada con anticipación, que no va —obviamente— al fondo del asunto; es decir, la validez o invalidez del Laudo Arbitral de París, del 03 de octubre de 1899; sino decidir si se admite o no la demanda que presentó la República Cooperativa de Guyana, el 29 de marzo del año 2018, contra la República Bolivariana de Venezuela.

Supongamos que la Corte desestima la demanda, e inmediatamente reenvía el caso al Secretario General de la ONU, para que explore y alcance otra alternativa de solución “práctica y satisfactoria” para ambas partes, conforme al artículo 33 de la Carta de las Naciones Unidas. Dígase, la negociación directa, la mediación, la conciliación y hasta un nuevo arbitraje; pero esta vez, excluyendo el arreglo judicial porque quedó desechado por la Sala.

La Corte también podría desestimar la Demanda y ordenar a las Partes a que reestablezcan una negociación directa, sin la participación del citado funcionario de las Naciones Unidas; dentro de lo contemplado en el Acuerdo de Ginebra del 17 de febrero de 1966.

Atendamos también a la siguiente probabilidad. El Alto Tribunal puede sentenciar como admitida la demanda, y emite órdenes para continuar con el Proceso en las fases subsiguientes; impelida, entonces, a conocer el fondo de la litis.

De darse el escenario anteriormente señalado, a Venezuela le correspondería, entre otras disposiciones: declarar significativa e inequívocamente la competencia de la Corte y manifestar plena voluntad de hacerse parte del juicio (Forum Prorogatum).

También nuestra delegación, en esa condicionante, puede declarar la incompetencia de la Corte para avanzar con este juicio y deja sentada su incomparecencia.

Podría nuestro país, además, como contundente estrategia: manifestar su comparecencia bajo protesta, y en el mismo acto recusar a la jueza australiana Hilary Christiane Mary Charlesworth, porque tiene severos impedimentos jurisdiccionales; dado que ella fue la juez ad-hoc de Guyana, hace apenas dos años; con lo cual tiene seriamente comprometida su imparcialidad en el juicio.

Venezuela, al darse por concernida en el probable juicio, podría solicitar la incorporación del Reino Unido, como parte interesada, por ser el causante del despojo y provocador de la controversia; no obstante, el Principio de Consentimiento previo (“Caso oro amonedado de Roma-Albania 1943”).

Venezuela podría formalizar, ante la Corte, la incorporación de un Amicus Curiae para reforzar la documentación de probanza y la vocería nuestra en ese Cuerpo Sentenciador.

 

* Miembro de la Academia Venezolana de la Lengua. Miembro del Instituto de Estudios Fronterizos de Venezuela (IDEFV). Asesor de la Comisión de Defensa del Esequibo y la Soberanía Territorial. Asesor de la Fundación Venezuela Esequiba.