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KIRGUISTÁN EVACUA A MILES DE PERSONAS TRAS LOS ENFRENTAMIENTOS EN TAYIKISTÁN

Isabel Stanganelli*

Cualquier límite es siempre convencional, aunque se haya establecido sobre accidentes geográficos naturales. Pero su trazado en Asia Central ha sido particularmente problemático. En la era soviética los límites no eran más que líneas dibujadas, simples demarcaciones administrativas a los fines de una mejor organización territorial por parte de Moscú. Pero ante la sorpresiva independencia, esas líneas se transformaron en límites internacionales y dieron lugar a conflictos nacionales y regionales. Es frecuente escuchar o leer sobre Nagorno Karabaj, en el Cáucaso, pero la existencia de enclaves en Asia Central es menos conocida aunque igualmente parece escapar a todos los intentos de explicación.

Enclave

Perteneciente a

Se encuentra en

Kairagach (Qalacha Occidental)

Tayikistán

Kirguistán

Qalacha

Uzbekistán

Kirguistán

Sarvaksoi/Sarvaki-bolo

Tayikistán

Uzbekistán

Barak

Kirguistán

Uzbekistán

Dzhangail

Uzbekistán

Kirguistán

Sakhimardam/Iordan

Uzbekistán

Kirguistán

Sokh

Uzbekistán

Kirguistán

Voruk

Tayikistán

Kirguistán

A las consecuencias del caprichoso y confuso trazado de los límites internacionales en Asia Central se suma el gran porcentaje de población nómade. Además de la porosidad de las fronteras (comparten el fértil y a la vez altamente palúdico valle de Ferghana), las políticas de los Estados —en manos del clan o alianza de clanes predominante en cada sector fronterizo en disputa— son elementos clave también frente a las guerras contra el terrorismo. Esta situación ha incrementado la carrera armamentista regional y la abundancia de proveedores aleja más la paz. Muchas cuestiones limítrofes son estratégicamente “reavivadas” desde el exterior.

En el caso de Kirguistán-Tayikistán, se trata de Estados reducidos, no complementarios económicamente, disímiles cultural y políticamente, lo que ha hecho que sus relaciones no sean neutras. Sí comparten malas relaciones con Uzbekistán de cuyas rutas y electricidad dependen por lo que se han animado a emprender en forma conjunta obras de infraestructura para salvar esa dificultad. Como se observa en el cuadro, en Kirguistán se encuentran dos de los enclaves tayikos Kairagach y Voruk, en la región Batken.

Este resulta el problema más importante, señalado como posible ruta de exportación de drogas y de grupos terroristas decididos a atacar por esta vía a Uzbekistán.

Los frecuentes corrimientos unilaterales de las líneas demarcatorias entre los tres Estados y la existencia de campos minados en las fajas fronterizas y alrededor de los enclaves son algunos de los hechos que dejan fuentes de trabajo, rutas de caravanas, altares sagrados del Islam tradicional sufista, etc., dentro de otros Estados.

Hoy se están levantando también vallas y alambrados, a la vez que se instalan puestos de control que además de ser parte de delimitaciones políticas son obstáculos sociales y culturales. Frecuentemente la población debe atravesar territorios vecinos para arribar a otros sectores de sus propios países. Los regímenes de visa y el filtro encubierto que constituyen los costosos visados a los países vecinos crean situaciones enervantes. Para quienes deben trasladarse entre algunos países de Asia central, suele ser más traumático tratar con funcionarios de la frontera que con terroristas.

Los respectivos presidentes indican que las medidas unilaterales de demarcación adoptadas son indispensables.

Entre Tayikistán y Kirguistán el más importante problema en Ferghana es el enclave Vorukh —115 hectáreas—, que carece de una fuente de agua potable, hecho que ha producido casos de fiebre tifoidea y falta agua para irrigación. Existe una fuente de agua potable del otro lado del límite, en Tayikistán, pero el área intermedia está minada desde la década de 1990 supuestamente para prevenir los avances de terroristas. La mayoría de los residentes no tiene los medios para adquirir visas y generalmente el puesto limítrofe próximo —Ravot— permanece cerrado. En consecuencia, muchos se arriesgan a través del campo minado para visitar a sus parientes y amigos en Tayikistán.

Pasaron décadas para lograr una delimitación clara para reducir los riesgos de tensiones interestatales. Además el derecho internacional provee de mecanismos para solución de controversias. Pero para ello se requiere de la voluntad de las partes enfrentadas. El realismo de los presidentes involucrados en Ferghana, el autoritarismo de sus gobiernos y la gran represión que ejercen sobre sus pueblos, hacen de las cuestiones limítrofes causas nacionalistas que los afectan y motivan. Cada incidente fronterizo es percibido como una afrenta al culto de sus personalidades y también como elemento aglutinante de los clanes opositores. Cualquier negociación suele percibirse como signo de debilidad. Pero si los acuerdos de delimitación se llevan a cabo sin tener en cuenta los intereses de los pueblos afectados por ellos pueden ocasionar enfrentamientos, aislamiento y resentimiento de los lugareños.

La delimitación precisa de todo Estado es un atributo de su soberanía. El proceso de solución de diferendos suele ser lento pero, si es acelerado por razones políticas, puede intensificar los conflictos que pretende conjurar. Si continúan las iniciativas unilaterales para resolver las cuestiones limítrofes, sin duda se multiplicarán los enfrentamientos inter-étnicos, es mayor el riesgo de manifestaciones violentas y también la posibilidad de incrementar el reclutamiento en organizaciones terroristas.

Así llegamos a los hechos producidos el 28 y 29 de abril 2021, en los alrededores del enclave tayiko de Vorukh, cuando Kirguistán debió evacuar a unos 10.000 ciudadanos tras enfrentamientos en Tayikistán por reclamos territoriales y acceso al agua. Vorukh es un valle intermontano conocido por sus damascos; está aguas arriba de las aldeas kirguisas que compiten por el agua que se usa en irrigación.

Otras fuentes informaron como motivo del enfrentamiento la instalación de cámaras de vigilancia cerca de la frontera con lo que comenzó la participación de militares de los dos Estados. Ambos bandos se culparon mutuamente por la escalada de tensiones y finalmente acordaron un alto al fuego, retirar personal y equipo militar a lugares de despliegue permanente, después de los peores combates en años con más de 150 muertes.

Rusia, aliada tanto de Tayikistán como de Kirguistán, dijo que supervisaría el conflicto. El Ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, instó a ambos países a respetar el acuerdo. También Uzbekistán y Turquía se ofrecieron a brindar asistencia a ambos países y mediar en el conflicto.

La cuestión es aún más compleja pues no solo ambos Estados pertenecen a la Organización de Cooperación de Shanghai y a la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (CEI), sino que se encuentran muy próximos a Afganistán, por lo que se trata de una señal extra de inestabilidad en una etapa delicada.

 

* Profesora y Doctora en Geografía (UNLP). Magíster en Relaciones Internacionales (UNLP). Secretaria Académica del CEID y de la SAEEG. Es experta en cuestiones de Geopolítica, Política Internacional y en Fuentes de energía, cambio climático y su impacto en poblaciones carenciadas. 

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LA CRISIS ENTRE RUSIA Y UCRANIA

Giancarlo Elia Valori*

Ucrania, la UE y Estados Unidos han interactuado a menudo entre sí y la crisis en Donbass es difícil de detener, ya que la situación en la frontera ruso-ucraniana se ha sobrecalentado desde mediados de marzo. El 13 de abril, el Ministro de Asuntos Exteriores ucraniano participó en la reunión extraordinaria del Comité OTAN-Ucrania y mantuvo conversaciones con el Secretario General de la OTAN Jens Stoltenberg y el Secretario de Estado de los Estados Unidos Tony Blinken, con la esperanza de obtener el apoyo de los países de la OTAN en la confrontación con Rusia.

El mismo día, el presidente estadounidense Biden habló con su homólogo ruso Putin. El presidente Biden reiteró el apoyo de Estados Unidos a Ucrania y propuso celebrar una cumbre en un tercer país en los próximos meses para discutir exhaustivamente los problemas actuales que enfrentan los dos países.

La razón por la que las partes han caído en una situación tan tensa está obviamente relacionada con el conflicto histórico entre Ucrania y Rusia. Desde principios de 2021, el gobierno ucraniano ha tomado una serie de medidas en temas como la situación en el este de Ucrania y las relaciones con Rusia.

Fotos difundidas por la agencia de noticias Reuters y algunas redes sociales mostraron que las tropas rusas reunidas en la frontera tenían sistemas de misiles antiaéreos como Doyle y Beech, así como algunos tanques y vehículos blindados.

BBC, Reuters, Associated Press y otros medios occidentales informaron oficialmente que Rusia había enviado recientemente un gran número de tropas a las zonas fronterizas orientales de Crimea y Ucrania.

Ante esta tensa situación, el gobierno ucraniano ha tomado a menudo medidas internas y externas y también ha intensificado su interacción con los gobiernos turco y estadounidense.

El 2 de abril, el presidente Biden habló por primera vez con el presidente ucraniano, el populista y ex actor, Volodymyr Oleksandrovych Zelens’ky, quien dijo que no permitiría que su país enfrentara solo la presión de Rusia cuando la situación en el este de Ucrania se intensificaba y empeoraba.

El 5 de abril, el portavoz del Departamento de Estado, Edward Price, acusó al ejército ruso de reunir un gran número de tropas en la frontera ruso-ucraniana y pidió explicaciones al bando ruso. Además, la Marina estadounidense había planeado enviar dos buques de guerra al mar Negro a través del Bósforo del 14 al 15 de abril, pero el 15 de abril, la parte turca declaró que el plan había sido cancelado.

Con una referencia específica a las relaciones turco-ucranianas, el Presidente Zelensky visitó Turquía el 10 de abril y se reunió con el Presidente turco Erdoğan para discutir la situación en el este de Ucrania, así como otras cuestiones. El Presidente Erdoğan también subrayó que Turquía apoyaba la integridad territorial y la soberanía de Ucrania, y su posición no era reconocer la anexión de Crimea, que el idiota Jrushchov regaló a Ucrania después de unas copas en 1954, menos de un año después de la muerte de Stalin. Teniendo en cuenta su estrecha mentalidad y su ignorancia grosera, no entendía que la Constitución estalinista del 5 de diciembre de 1936 tuviera una base jurídica fundada y también respetara la secesión de las Repúblicas de la URSS (Artículo 17: “Toda república federada conserva el derecho de secesión libre de la URSS”). Como es bien sabido, la primera consecuencia destructiva del alcohol es la pérdida de control mental.

Además, la reciente cooperación e interacción militar entre Ucrania y Turquía también ha suscitado mucha preocupación. Según Al Jazeera, en 2018 Ucrania compró 6 vehículos aéreos no tripulados TB2 (UAV) de fabricación turca y 200 armas guiadas por precisión por un precio total de 69 millones de dólares. El 15 de marzo de 2021, varios aviones de transporte C-17 volaron de Turquía a Ucrania, portando armas y equipo.

Según el informe, en el reciente conflicto sobre Nagorno-Karabaj, Ucrania envió expertos militares para vigilar de cerca cómo el ejército azerbaiyano utilizó esos aviones no tripulados de hecho turcos. Algunos de ellos dijeron que encontraron que los métodos de guerra del ejército azerbaiyano “tienen mucho en común” con la guerra de las fuerzas gubernamentales ucranianas contra los militantes en el Este.

El 13 de abril, el sitio web de noticias militares Defense Blog informó que el avión no tripulado TB2 había sido desplegado cerca de Donbass, mientras que funcionarios del Ministerio de Relaciones Exteriores ruso presentaron una protesta pública. Vale la pena señalar que Turquía fue sólo la primera parada en la visita al extranjero pagada por el presidente populista Zelensky. También se reunió con el presidente francés Macron. Previamente, los líderes de Alemania y Francia habían celebrado una videoconferencia con el presidente ruso Putin. El portavoz del presidente Zelensky comentó que las partes no deben excluir a Ucrania al tomar alguna decisión al respecto.

Según la Casa Blanca, el presidente Biden expresó su preocupación por la presencia militar rusa en la frontera con Ucrania e instó al presidente Putin a desescalar la tensión. La Casa Blanca concluyó: “El presidente Biden destacó el firme compromiso de Estados Unidos con la soberanía y la integridad territorial de Ucrania”. El Kremlin subrayó: “Durante el intercambio de opiniones sobre la crisis interna de Ucrania, el presidente Putin esbozó las bases para las medidas del ‘paquete de Minsk’ (acuerdo de alto el fuego) del 12 de febrero de 2015 como una solución política”.

Por esta razón, en julio de 2020, el grupo de contacto tripartito sobre Ucrania (Ucrania, Rusia y la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa) celebró una videoconferencia con representantes de las fuerzas armadas civiles en la región de Donbass, en el este de Ucrania, con miras a lograr un alto el fuego global en la región a fin de llegar a un futuro acuerdo.

Sin embargo, desde finales de febrero de 2021, los incidentes y las víctimas han aumentado en el este de Ucrania. Las fuerzas gubernamentales ucranianas y las fuerzas armadas civiles en el Este se han acusado mutuamente de romper el acuerdo de alto el fuego.

El gobierno ucraniano dijo a finales de marzo que la reunión de tropas rusas en sus zonas fronterizas representaba una grave amenaza para la seguridad nacional. Por el contrario, la parte rusa cree que es precisamente porque las fuerzas militares de los países de la OTAN y otras partes se están volviendo más activas en áreas cercanas a la frontera rusa que Rusia se ha visto obligada a permanecer vigilante, garantizando la estabilidad y la seguridad en su frontera.

Durante ese período, el lado ruso tuvo reacciones que sorprendieron a Occidente. Además de la información sobre la movilización de tropas que se informó intensamente en los medios occidentales, Rusia también envió señales más intensas a través de los canales de medios de comunicación. Russia Today planteó públicamente la cuestión del “Donbass ruso” por primera vez mientras participaba en el Foro “Rusia-Donbass” el 28 de enero de 2021. Rusia subrayó que no se descarta recuperar el “modelo de Crimea” en situaciones desesperadas y controlar directamente la región de Donbass.

En apoyo de Ucrania, la Administración del presidente Biden revirtió la decisión del expresidente Trump de retirar tropas de Alemania el 13 de abril. Mientras tanto, tanto el secretario de Defensa estadounidense Lloyd James Austin III como el secretario de Estado Blinken visitaron países europeos en la primera quincena de abril. El 13 de abril Austin anunció que, además de detener la retirada, Estados Unidos enviaría 500 soldados adicionales a Alemania. Cuando se le preguntó si la medida fue diseñada para transmitir un mensaje a Rusia, Austin dijo que estaba “enviando una señal a la OTAN” para mostrar el compromiso de Estados Unidos con la alianza transatlántica y con Alemania.

Al mismo tiempo, Blinken se reunió con los aliados de la OTAN en Bruselas y mantuvo una reunión separada con el ministro ucraniano de Asuntos Exteriores, Dmytro Ivanovyč Kuleba. Blinken le dijo: “Estados Unidos apoya firmemente la integridad territorial y la soberanía de Ucrania”. Y el Ministro respondió que Ucrania necesitaba urgentemente la ayuda de la OTAN.

También cabe señalar que la OTAN siguió prestando asistencia a Ucrania. El 10 de marzo, una delegación de comandantes de la fuerza terrestre de la OTAN, encabezada por el teniente general de la OTAN Roger Cloutier, llegó a Ucrania. Según un informe anterior en el sitio web de noticias Ukrinform, el ejército ucraniano comentó que el viaje demostró que la OTAN consideraba a Ucrania como un “socio estratégico”.

Según el Secretario General Stoltenberg, la OTAN está proporcionando actualmente diversas formas de ayuda al ejército ucraniano, incluyendo entrenamiento, ejercicios conjuntos y modernización militar. Aunque Ucrania no es un Estado miembro de la OTAN, ha obtenido armas occidentales como el misil antitanque Javelin a través de varios canales.

Nos preguntamos si vale la pena una tercera guerra mundial, en caso de una invasión de la zona geopolítica rusa por parte de la OTAN. ¿Vale la pena tener al menos entre 4.000 y 5.000 millones de muertos y un planeta devastado en el tiempo, con el que los 20 millones de muertos de la Segunda Guerra Mundial parecerían un accidente automovilístico en comparación? ¿Y para qué? ¿Por el viejo odio interétnico que a terceros les gustaría explotar para su propio beneficio, probablemente creyendo que están contrarrestando al ejército panameño o granadino?

Supongamos que la República Popular China enviara una fuerza expedicionaria —con unidades de la Armada y misiles— a su México amistoso: ¿qué crees que pasaría?

 

* Copresidente del Consejo Asesor Honoris Causa. El Profesor Giancarlo Elia Valori es un eminente economista y empresario italiano. Posee prestigiosas distinciones académicas y órdenes nacionales. El Señor Valori ha dado conferencias sobre asuntos internacionales y economía en las principales universidades del mundo, como la Universidad de Pekín, la Universidad Hebrea de Jerusalén y la Universidad Yeshiva de Nueva York. Actualmente preside el «International World Group», es también presidente honorario de Huawei Italia, asesor económico del gigante chino HNA Group y miembro de la Junta de Ayan-Holding. En 1992 fue nombrado Oficial de la Legión de Honor de la República Francesa, con esta motivación: “Un hombre que puede ver a través de las fronteras para entender el mundo” y en 2002 recibió el título de “Honorable” de la Academia de Ciencias del Instituto de Francia.

 

Artículo traducido al español por el Equipo de la SAEEG con expresa autorización del autor. Prohibida su reproducción. 

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AFGANISTÁN LUEGO DE CASI VEINTE AÑOS DE OCUPACIÓN

Isabel Stanganelli*

Imagen de Amber Clay en Pixabay

Hacia 2017 los medios nos indicaban que Kabul continuaba perdiendo control sobre las provincias afganas. Nunca dejó de perderlo. La región que no estaba bajo control talibán desde 1996, la de la Alianza del Norte, ahora no solo está logrando dicho control sino que la ocupación atrajo además al ISIS. A ello se suma que las tropas preparadas para contrarrestarlos suelen simpatizar con ellos. Por supuesto no todas, pero sí las suficientes. La siempre débil Kabul ahora debía negociar con los talibán (grupo terrorista según la ONU, que no aspira a lograr territorios fuera de Afganistán) para intentar detener el avance de ISIS, que continuaba ganando adeptos. Lo único que pedían los talibán para intentar detener al ya poderoso ISIS era el retiro de tropas extranjeras del país, pero el gobierno de Kabul continuaba considerando a los talibán como el enemigo.

En ese momento una opción era que las fuerzas de seguridad se ocuparan de los centros urbanos y los talibán de los rurales. Otra es que justamente por esta situación se reconociera “tablas” en el ajedrez entre ambos. Postergar la resolución de este dilema a largo plazo daría mayores ventajas a los talibán. Esta sería la tercera posibilidad. En cualquiera de los casos la situación para los vecinos (y es especial los refugiados) se mantendría crítica.

En verdad, aparecieron las mismas posibilidades que se consideran desde octubre de 2001. Que Estados Unidos neutralice cualquier posible ayuda a los talibán desde Pakistán (no olvidar que pueden enfrentar a ISIS) y también se evalúa que los talibán —en su mayoría étnicamente pashtu—, que llegaron al poder con el apoyo de Estados Unidos —directa o indirectamente a través de los servicios de Inteligencia paquistaníes (ISI), fueron removidos del poder por las fuerzas estadounidenses, abriendo una caja de Pandora, ya que no sólo no llevaron la paz a Afganistán sino que también permitieron que los terroristas del ISIS se convirtieran en parte del conflicto.

La capacidad de los Servicios de Inteligencia afganos para recopilar información sigue siendo definitivamente escasa y proviene principalmente de las principales ciudades[1].

Además, los países de la OTAN que aún participan en operaciones militares en Afganistán tienen ideas muy diferentes sobre su rol en el país[2]. “En resumen, la variada presencia de la OTAN y de las coaliciones iniciales de los dispuestos en la Guerra contra el Terror no tenía ideas claras y probablemente ni siquiera sabía dónde realmente estaban”.

Hubo una retirada del territorio afgano en diciembre de 2016 que dejó operacionales a unos 8.400 efectivos y costaba a los Estados Unidos 3.200 millones de dólares/año.

Hacia septiembre de 2020, luego de 19 años de lucha, se seguían sosteniendo conversaciones para lograr un cese del fuego. Mientras, se debatía en ellas si se definía a la guerra como yihad, el intercambio de prisioneros, sobre qué sistema de escuelas perduraría en el país, reconstrucción, etc., el Covid estaba tan presente como la continuación de las batallas y masacres y como la ausencia de líderes reconocidos en las negociaciones.

En noviembre de 2020 Trump impulsó el retiro de tropas tanto de Afganistán como del Medio Oriente, basándose en el compromiso y en la acción común. En realidad esa era la intención de Trump desde que inició su mandato. La cuestión quedó para Biden que redujo el contingente en Afganistán a 4.500 hombres con la condición de reducción de la violencia y cambiando la agenda mientras trascendía la existencia de conversaciones entre el gobierno afgano y los talibán. Esto hizo pensar que tal vez el retiro era precipitado… también de Irak.

Actualmente el debate se centra en si quedarse es seguir invirtiendo en corrupción, producción de heroína en Afganistán y continuar guerras sin fin.

En resumen, no menos de 4.500 efectivos hasta que se tengan garantías de que el accionar de Al-Qaeda se haya detenido. Tampoco desean dejar armamento que pueda caer en manos erróneas.

El hecho es que el costo de la guerra en Afganistán ya superó los 2.260 billones de dólares y no deja de incrementarse mientras ya a fines de abril de 2021 el Reino Unido y la OTAN amenazan con retornar si reaparece alguna amenaza para el “mundo libre”. Pero aunque retiren a su último efectivo —la nueva fecha sería el 11 de septiembre, fecha en que se cumplirán 20 años del atentado contra el World Trade Center y el Pentágono—, los costos seguirían sumándose: gastos de contingencia para operaciones en el exterior (OCO), los intereses de los préstamos incurridos durante estas casi dos décadas —530.000 millones de dólares—. Si la situación empeora, la intención de Londres sería retornar a Afganistán con la OTAN, por lo que el Reino Unido debe permanecer preparado, aunque por el momento tiene solo 750 efectivos y su función es de entrenamiento.

O sea: Estados Unidos no cumplirá la fecha establecida como límite por Trump: 1° de mayo, pero sí la OTAN. De tal manera que se retiraría el 11 de septiembre

A todo esto, los talibán festejan haber vencido a Estados Unidos. Manifestaron que quieren un Estado Islámico regido por la sharia y que continuarán la yihad. Posiblemente sea una expresión de deseo, pero evidentemente no querrán una democracia al estilo “occidental” sino una república islámica purificada de la influencia occidental y no un emirato islámico. De todos modos Washington elige creer que la modalidad talibán sería más moderada que en el pasado y que en Estados vecinos (Pakistán). Prefieren ignorar que ahora el ISIS está presente en Afganistán, junto con Al-Qaeda, y otros grupos militantes.

No solo podrían desestabilizar a Afganistán sino dispersarse a China, Pakistán e Irán. De todos modos Rusia, China e Irán estarían más interesados en velar por la gestión talibán que los Estados Unidos.

 

* Profesora y Doctora en Geografía (UNLP). Magíster en Relaciones Internacionales (UNLP). Secretaria Académica del CEID y de la SAEEG. Es experta en cuestiones de Geopolítica, Política Internacional y en Fuentes de energía, cambio climático y su impacto en poblaciones carenciadas.

 

Referencias

[1] Véase en esta página el artículo de Giancarlo Elia Valori, “Los Servicios de Inteligencia afganos”. Sociedad Argentina de Estudios Estratégicos y Globales (SAEEG), 08/11/2020, https://saeeg.org/index.php/2020/11/08/los-servicios-de-inteligencia-afganos/ .

[2] Ídem.

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