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EL MARCO 17 + 1 ENTRE CHINA Y EUROPA

Giancarlo Elia Valori*

Imagen de David Yu en Pixabay

En marzo de 2019, el primer ministro chino Li Keqiang hizo un largo viaje a Europa del Este.

La referencia para ese viaje, llena de reuniones bilaterales, fue la que se encuentra en la Declaración Conjunta de la Cumbre UE-China del 9 de abril de 2019.

Un documento en el que, como es habitual, se señalan algunos puntos clave: en primer lugar, la Asociación Estratégica Integral, que reafirma el multilateralismo estratégico mundial, así como el “desarrollo sostenible” —lo que queramos decir con este término—, pero en el que, sin embargo, la UE reafirma su política de una sola China.

También reafirma el apoyo al Grupo de Trabajo Cibernético UE-China; el fortalecimiento de la Fuerza de Acción de Addis Abeba; la financiación a la agencia conjunta de migración; la voluntad de lograr una economía global e inclusiva; apoyo al Grupo Mixto de Reforma de la OMC y más apoyo al G20; la acción conjunta para el “Foro Global sobre el exceso de capacidad del acero”, así como la reforma del sistema financiero internacional y el examen de las nuevas cuotas del FMI; el “Acuerdo climático de París” y su Protocolo de Montreal; la Asociación Azul para los Océanos.

Con respecto a la política exterior —como si todo lo demás no lo fuera—, se hace referencia explícita al apoyo de ambos actores, a saber, la UE y China, para la JCPOA nuclear de 2015 con Irán. También se menciona el proceso de paz en Afganistán, así como Venezuela.

En esta lista de cuestiones bilaterales también está la petición de una solución pacífica y democrática para Kabul.

Por no hablar —por supuesto— de la Ley del Mar y, por último, de la situación en Myanmar.

Una enciclopedia de temas internacionales muy importantes, que sólo se proclaman y se mencionan como títulos. Pero, por lo que sé, ni siquiera en conversaciones confidenciales han ido más allá de las buenas intenciones con las que, como todos sabemos, el camino al infierno está pavimentado.

En esa Cumbre, la tensión podría percibirse fácilmente.

China quería tener a la UE de su lado, en un momento de máxima tensión comercial con los Estados Unidos, mientras que la UE tenía cada vez más dudas sobre la ampliación —el llamado Marco 17+1— de la Iniciativa Franja y Ruta a los Balcanes y la ex Yugoslavia.

Cabe recordar que Italia, Hungría, Grecia y Portugal rompieron la unidad de la UE hacia China en ese momento.

¿Fue sólo una señal para la UE? ¿O una elección bien considerada basada en el hecho de que la UE era una estructura tecnócrata que operaba codo con codo con los Estados miembros —como ha dicho Alemania—, pero no los sustituyó? Aún no lo sabemos.

Lo que es seguro, sin embargo, es que la seducción china hacia el Mediterráneo y la UE oriental se basa en dos hechos: la lentitud de Estados Unidos se desvincula del pilar de la OTAN de la UE, independientemente de su futuro presidente, y la conciencia de China de que tiene que lidiar con una UE que ahora es un “tigre de papel”.

Sin embargo, China llevó a cabo una operación aún más práctica, al menos siguiendo la lógica confuciana: el apoyo a una red de cinturones y carreteras, a saber, el “Marco 16+1 de cooperación con los países de Europa Central y Oriental” —que celebra su octavo aniversario— al que se unió Grecia.

La reunión sobre la que estamos hablando tuvo lugar en Dubrovnik en abril de 2019.

La lógica del Marco chino es estar estrechamente relacionada con la “Iniciativa de los Tres Mares” de 2016, una iniciativa de la UE en la que China simplemente participó.

Como se indicó anteriormente, en ese momento Grecia se unió al grupo.

Sin embargo, el Marco se creó en Budapest en 2012 para fomentar la cooperación entre los (entonces) 16 países europeos más China, sobre la base de la nueva Ruta de la Seda China y la inversión en infraestructura, con miras a crear la línea exprés tierra-mar entre China y Europa.

Además de Grecia, los países europeos que participan en el Marco son la República Checa, Polonia, Hungría, Albania, Bosnia-Herzegovina, Bulgaria, Croacia, Estonia, Lituania, Rumania, Serbia, Macedonia, Montenegro, Eslovaquia y Eslovenia.

Entre los participantes actuales, 16 son Estados miembros de la UE, cinco son miembros de la zona del euro, cuatro son candidatos a participar en la moneda única e incluso uno es un Estado miembro potencial de la UE. Desde el punto de vista geopolítico, China ha construido un formato ad hoc básicamente dentro de la UE, un mecanismo que minimiza los riesgos de crisis en la Eurozona, crea un espacio autónomo de interés para China e incluso puede crear una mainmise china dentro de la UE, lo que también podría socavar su desarrollo futuro, si lo hay.

El consorcio chino que gestiona la operación es China-Road and Bridge Corporation, una subsidiaria de China Communication Construction Company, una empresa incluida en la lista Fortune 500. La idea subyacente de los países de Europa oriental era utilizar el apoyo chino para estimular su desarrollo pero, en un documento del gobierno checo, se señala que los compromisos bilaterales ahora apenas se respetan.

Esto se debe al coronavirus y a la actual crisis financiera en los países europeos, así como a una carga de deuda a menudo elevada por parte de China. La UE, sin embargo, ha cambiado su enfoque político y económico hacia China, considerando más rápidamente sus estándares normales.

En enero de 2019, de hecho, la Federación de Industrias Alemanas (BDI) publicó un documento que definió a China como un “inversor sistémico” y pidió a la UE que hiciera más estrictas sus normas y reglamentos con vistas a competir con China y proteger a sus empresas.

Esto fue seguido en marzo de 2019 por un documento del Servicio Europeo de Acción Exterior, la estructura con sede en Bruselas que cree que es un servicio secreto, a menudo con resultados cómicos.

El documento nos decía que era necesario: a) fortalecer las relaciones con China, aunque con cuidado, en vista de promover intereses comunes a nivel mundial; b) controlar la inversión china en la UE, en pie de igualdad (grandes posibilidades) y c) para empujar a China hacia una economía “sostenible”.

Un psicolingüista debería ayudarnos a investigar los efectos de la palabra “global” en la mente de los líderes políticos actuales.

El documento también nos informaba de que la UE debería buscar una relación más sólida y, sobre todo, mutua a nivel económico.

Por último, se sostuvo —casualmente— que los países del Marco 17+1 deberían actuar en una relación homogénea con las leyes de la UE. Podemos estar seguros de que lo harán.

Luego estaba la misma vieja historia sobre los “derechos humanos” y el evidente desarrollo “sostenible”, por no hablar del cambio climático, las afirmaciones de China sobre el Mar de China Meridional que, imaginamos, se perseguirían con o sin las “buenas almas” de la UE, así como la solicitud de una conexión entre China y la UE en Europa del Este —aparte del Marco 17+1— que se perseguiría de todos modos hasta que China viera su interés, y por último, la repetición sustancial del acuerdo entre China y la UE declarado antes de 2019.

Sólo para evitar permanecer en un mundo imaginario, debemos recordar aquí un concepto maquiavélico muy útil: “No hay que evitar la guerra, sólo se puede posponer en beneficio de los demás”.

Sin mencionar que “los Estados no están gobernados y mantenidos con palabras”. ¿Cuál es la solución al dilema? Con toda probabilidad, la UE ha tenido una fuerte advertencia de los Estados Unidos y está tratando de frenar, ralentizar y restringir sus relaciones con China.

En relación con el 5G, una cuestión clave para los Estados Unidos, la Comisión Europea ha señalado una serie de “medidas necesarias”.

El documento de la UE nos dice que la red 5G es muy importante —justo lo que necesitábamos— y que la Unión también apoya la competencia y el mercado mundial. A continuación, enumera las agencias europeas que se ocupan de ella.

Por último, la solución para la UE es fomentar la ciberseguridad “a través de la diversidad de proveedores a la hora de construir la red”.

Cabe recordar que Japón firmó un acuerdo con la UE sobre las mismas cuestiones en septiembre de 2019.

Sin embargo, todo se sabrá una vez que el mecanismo de selección de inversiones extranjeras de la UE haya dado sus resultados, teniendo en cuenta que se puso en marcha el 10 de abril de 2019 y se aplicará antes del 11 de octubre de 2020. Está relacionada con la Comunicación de la Comisión “Una nueva estrategia industrial para Europa”, que sostiene que “necesitamos una nueva forma de hacer negocios en Europa” y que esto debe “reflejar nuestros valores y tradiciones de mercado social”.

También afirma que “nuestra estrategia industrial es emprendedora en espíritu y acción”, pero también que “la escalabilidad es fundamental en la economía digitalizada” —y este es otro punto clave para nosotros.

Un tema esencial, pero dejado al margen.

Dejemos de lado las otras banalidades y trivialidades típicas de los manifestantes de 1968 recién convertidos a la economía de mercado.

Evidentemente, la nueva Agencia tendrá los siguientes objetivos: crear un “mecanismo de cooperación entre la Comisión Europea y los Estados miembros para intercambiar información” —como si no estuviera ya en vigor— para permitir a la Comisión realizar una evaluación (obviamente no obligatoria) para detener las operaciones relativas a cualquier inversión extranjera —aunque no está clara si para las PYME o de otro tipo— para que los Estados miembros autoricen a “comentar” sobre las inversiones extranjeras en la UE; para enumerar una secuencia —aunque no exhaustiva— de los sectores de inversión extranjera que podrían desencadenar un análisis por parte de esta organización tan poderosa: infraestructura y tecnología críticas, insumos críticos, acceso a datos personales y finalmente garantía de pluralismo de los medios, que poco tiene que ver con ello, pero “todo vale” y cada poco ayuda.

Eso es todo, hasta ahora.

En diciembre de 2015, China creó la Fuerza de Apoyo Estratégico del Ejército Popular de Liberación (PLASSF), la estructura de las Fuerzas Armadas chinas que se ocupan de la ciberguerra, la guerra espacial y las operaciones electrónicas. ¿Tiene la UE algo similar?

Obviamente no. Además, la OTAN tiene una política de ciberdefensa, definida en la Cumbre de Gales de septiembre de 2014 y en la Cumbre de Varsovia de 2016. Pero no tiene una agencia conjunta para la política cibernética, que no es sólo la defensa, sino también el ataque.

 

* Copresidente del Consejo Asesor Honoris Causa. El Profesor Giancarlo Elia Valori es un eminente economista y empresario italiano. Posee prestigiosas distinciones académicas y órdenes nacionales. El Señor Valori ha dado conferencias sobre asuntos internacionales y economía en las principales universidades del mundo, como la Universidad de Pekín, la Universidad Hebrea de Jerusalén y la Universidad Yeshiva de Nueva York. Actualmente preside el «International World Group», es también presidente honorario de Huawei Italia, asesor económico del gigante chino HNA Group y miembro de la Junta de Ayan-Holding. En 1992 fue nombrado Oficial de la Legión de Honor de la República Francesa, con esta motivación: “Un hombre que puede ver a través de las fronteras para entender el mundo” y en 2002 recibió el título de “Honorable” de la Academia de Ciencias del Instituto de Francia.

 

Nota: traducido al español por el Equipo de la SAEEG con expresa autorización del autor. 

©2020-saeeg®

 

EL ASCENSO DE BEIJING Y LA CONFRONTACIÓN SINO-ESTADOUNIDENSE.

Ruvislei González Saez*

 

El mundo actual se encuentra en un momento complejo derivado por múltiples factores. Sin embargo uno de ellos se expresa en la confrontación estratégica entre las dos mayores economías del mundo, es decir, Estados Unidos y China. Todo parecía a finales de 2019 que las relaciones entre Washington y Beijing iban a mejorar cuando se logró concretar la primera fase del acuerdo bilateral generado con posterioridad a los grandes choques comerciales. Sin embargo, el declive de la hegemonía estadounidense reforzada por las acciones unilaterales de la actual administración de Donald Trump, conducen a un mayor nivel de desencuentros entre ambas potencias.

Para entender lo que está sucediendo hoy en el mundo entre las dos grandes naciones, hay que ir más allá de la confrontación comercial y examinar el fenómeno con una perspectiva de trascendencia global y de largo plazo. La economía es la fortaleza de Estados Unidos, pero también de China. La nación asiática es la segunda mayor del mundo en términos nominales y ya en términos de paridad de poder de compra rebasó a Estados Unidos (Tabla 1). Aun cuando en términos nominales su desarrollo es más bajo, ya China actúa como gran potencia. Cuando se llega a un nivel de desarrollo es inevitable la confrontación en distintos planos con la potencia hegemónica. Es un principio del pensamiento geoestratégico. No debe olvidarse que ya Beijing es el principal socio de más de la mitad de los países del mundo y muchos dependen de China como la mayor fuente de sus importaciones.

Tabla 1: Algunos indicadores comparativos entre Estados Unidos y China

Fuente: Elaboración del autor con diversas fuentes, 2020.

El resurgimiento de China como potencia es reciente y por eso su mayor presencia presenta un desafío para Washington, el de acomodar a esta nueva potencia emergente o impedir su ascenso. Lo que pase con estas dos grandes naciones tendrá un enorme impacto en el resto del mundo.

Relaciones políticas

El peligro actual no es el ascenso de China en sí, sino cómo Estados Unidos reacciona a este progreso y a su consecuente pérdida de hegemonía. Son dos naciones que irán hacia una mayor confrontación. El incremento de las tensiones conducirá a que Estados Unidos busque espacios de concertación política que excluyan la participación China o minimice su presencia. Tal es el caso de la convocatoria a la cumbre del G-7 (ampliada) para septiembre con la participación además de otros países como Corea del Sur, India, Australia, probablemente Brasil y también Rusia. Por mucho que lo intente, es difícil aislar a China en el actual contexto. Lo que provocará es el reforzamiento de la proyección externa de Beijing, en la que puede desarrollar con sus fuertes capacidades el poder inteligente o el suave, mediante asistencias a países que lo necesiten en el actual contexto de pandemia.

No obstante, ambas partes están conscientes de que en el peor de los escenarios deben fomentar el diálogo político. La estrategia de la administración Trump es presionar hasta el límite para llevar contra la pared a la contraparte y que esta ceda. En última instancia el diálogo político es el que permitirá resolver la situación, teniendo en cuenta que la conflagración armada no es el escenario que desea ninguna de las partes.

La confrontación y posición aislacionista de Estados Unidos, genera expectativas negativas y una mayor percepción global de la pérdida de hegemonía estadounidense. En tanto presiona para retirarse de organismos internacionales, China promueve la multilateralidad. Beijing percibe que necesita aumentar la colaboración multilateral en su beneficio y las propias acciones aislacionistas de Trump, acercan a varias naciones a China, incluso algunos de los propios aliados estadounidenses han mejorado el diálogo con Beijing, pese a que no confían en el gigante asiático.

Por otro lado, la promesa de China de aportar dos mil millones de dólares a la Organización Mundial de la Salud, posterior a la suspensión de Estados Unidos, conlleva a un mejoramiento de la imagen china, justo en momentos en que el mundo percibe una drástica proyección negativa estadounidense. A ello deben sumarse los ataques mediáticos occidentales en relación con la calidad de los productos sanitarios y de los intereses de la ayuda china.

Relaciones Económicas

En lo económico, aunque Estados Unidos basa su llamada guerra comercial en el déficit que tiene con China, lo interesante es que el creciente déficit en el comercio de bienes estadounidenses con la nación asiática no es ni siquiera el de los años de este siglo, sino desde 1985. Incluso ya en los años 2000 ese déficit ya se dio durante el período de la administración republicana, de 2001-2008, bajo el gobierno de George W. Bush. Aunque bajo la administración demócrata de Barack Obama hubo un incremento, ya venía sucediendo con más fuerza. Bajo la administración de Trump continuó profundizándose pese a la llamada “guerra comercial”. El problema de Estados Unidos de su déficit con China no se resolverá mediante el establecimiento de aranceles o presiones. Es un tema estructural del modelo económico estadounidense que ya está agotado y que incide también en una crisis no solo económica, sino también política.

Ello no sucede de igual manera con el comercio de servicios en el que Estados Unidos tiene un gran superávit.

Interesante es que el discurso de Trump no refleja claridad y son otros los objetivos presentes. El déficit comercial de Estados Unidos con China es histórico. Pero en la misma que ha crecido el déficit, a su vez ha aumentado el nivel de empleo en los Estados Unidos, fenómeno contrario al discurso del presidente estadounidense (ver gráfico 1). Es necesario buscar pretextos para justificar una confrontación. La potencia hegemónica está en declive y tiene la amenaza de ser suplantada por Beijing. Tiene que actuar fuerte para evitar que se demore a toda costa esa caída estadounidense y ese ascenso chino. Solo que la conducción de Trump acelera el proceso mediante el aislacionismo y sus posturas extremas tanto dentro de su país como fuera.

 

Gráfico 1: Correlación entre el crecimiento del déficit comercial estadounidense con China y el crecimiento del empleo.

Fuente: Meltzer & Chenai, 2019

Las relaciones económicas bilaterales presentan un alto grado de interconexión, e interdependencia mutua, por lo que una confrontación afecta a las dos partes. Las medidas unilaterales estadounidenses perturban también a sus propias compañías radicadas en el gigante asiático. Sin embargo, la nueva Ley de Inversiones de China del 2019, puesta en vigor en el 2020, aumenta la apertura en el sector financiero en el que bancos estadounidenses pueden invertir en bancos chinos. Ello incide en la persistencia de la interconexión sino-estadounidense.

China constituye el tercer mercado para las exportaciones estadounidenses de bienes, después de Canadá y México. También lo es para las exportaciones de servicios luego de Reino Unido y Canadá. De hecho el comercio de servicios de Estados Unidos con China tiene superávits, del cual juegan un papel importante los viajes, educación, puertos y servicios financieros. Si Trump sigue aplicando medidas restriccionistas, puede conducir a reducir los viajes de turistas y la presencia de estudiantes chinos a Estados Unidos, lo que dañará grandemente a las exportaciones de servicios de la primera potencia (Consejo de Negocios Estados Unidos-China, 2020).

En sentido general, Estados Unidos tiene más que perder que China en el mediano y largo plazo, teniendo en cuenta que el mayor crecimiento en las exportaciones de servicios estadounidenses se concentra en China, con incrementos de 229% en el período 2009-2018. Mientras, en el comercio de bienes, como principales fuentes de importaciones de China en el 2019 en primer lugar, más que Estados Unidos, están la Unión Europea (275 mil millones de dólares), Corea del Sur (173,08 mil millones de dólares), Taiwán (172,71 mil millones de dólares), Japón (171,30 mil millones de dólares) y luego la nación americana (122,34 mil millones de dólares) (Consejo de Negocios Estados Unidos-China, 2020).

Estados Unidos decrece como mercado suministrador de China y a la larga decrecerá más (por las posiciones estadounidenses y por decisión china también). El mercado chino hoy y en el futuro puede ser más importante para reanimar la economía estadounidense, a partir del cambio de modelo chino que promueve las importaciones. Sin embargo, la confrontación estratégica es tan fuerte que impide pensar en una correcta recuperación estadounidense, porque los intereses son de sobrevivencia hegemónica y no de recuperación económica. El tema del déficit no es nuevo, ni se resolverá con todas las sanciones que quiera imponer la administración actual. Pero sí puede lograr que mediante la iniciativa de la Franja y la Ruta (IFR), China desarrolle su propio mercado, tanto para exportaciones, como suministrador. Países como Brasil, India, Argentina y otros pueden convertirse en sustitutos de productos agrícolas estadounidenses y así puede suceder en otros sectores. No obstante, aún la dependencia china de algunas mercancías estadounidenses es relevante, en especial las tecnológicas.

El aumento de la influencia comercial china sobre los gobiernos se complementará con la presencia cada vez mayor de empresas y equipos chinos en los sectores tecnológicos, incluidas las redes 5G y las arquitecturas de vigilancia, mientras la posición estadounidense va en detrimento y que solo se limita a presionar a gobiernos, sin ofrecer ninguna respuesta económica, financiera ni oportuna para las naciones implicadas.

Las medidas proteccionistas de Trump involucran dos tipos de costos: a) el mayor costo asociado a las importaciones y b) los costos asociados a las menores exportaciones que ahora enfrentarán medidas de represalia. El primero de esos costos tiene un impacto diferenciado sobre los diversos estados de la Unión, dependiendo de su estructura productiva y comercial. Una confrontación comercial aún mayor con China afectará no solamente a ambos, sino también al resto del mundo, mucho más en el actual contexto de pandemia y crisis global. Por lo que el método más reciente estadounidense no es atacar por lo económico, sino por otras vías para afectar políticamente a China.

Los altos líderes de seguridad estadounidenses, por garantizar sus estrategias, están promoviendo el corte de las cadenas de suministros y los vínculos educativos entre los dos países y ello causará, a corto plazo, quizás una victoria de presión a Estados Unidos, pero al mediano y largo plazo causarán pérdidas significativas a la competitividad estadounidense. Lo peor es que este concepto es manejado por altos cargos en la Casa Blanca e intentan a toda costa retornar las empresas estadounidenses. Las cadenas de suministros globales están formadas por países de todo el mundo con el propósito de maximizar su ganancia y estas se han movido hacia zonas con costos laborales menores. Incluso los datos muestran que las empresas no han hecho gran caso a los políticos al punto que, en 2019, las cifras expresaron que el valor agregado de la industria manufacturera de Estados Unidos al PIB cayó al 11%, el nivel más bajo desde 1947. La Cámara de Comercio advirtió al gobierno que no fuera demasiado lejos con el tema de retirar la cadena de suministro estadounidense de China porque dañaría mucho a los propios Estados Unidos. 

Relaciones financieras

En lo financiero, el dólar es la moneda internacional dominante y lo será por un buen tiempo, la que es utilizada como una de las cartas más preciadas por Washington para la confrontación con China. Sin embargo, desde hace más de 10 años, China es el mayor prestamista del mundo. Actualmente presta mucho más que el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional juntos y por si fuera poco ha ido creando sus propias instituciones financieras como es el Banco Asiático de Inversiones e Infraestructura (BAII) y el Banco de Desarrollo de los BRICS, así como el Fondo para la Ruta de la Seda, entre otros. Incluso ya bancos chinos han sobrepasado a bancos estadounidenses.

El Banco Comercial e Industrial de China es el mayor del mundo, luego le sigue la Corporación Banco de Construcción de China (uno de los bancos más antiguos de China fundado en 1954), el Banco Agrícola de China. Es decir los tres bancos más grandes del mundo son chinos, luego el cuarto es japonés y el quinto vuelve a ser chino, el Banco de China, mientras en el sexto lugar es el estadounidense Banco de América J.P. Morgan y luego en el noveno lugar el Banco de América (BAC) y en el décimo Wells Fargo (Berger, 2020).

Por otro lado, China es el país poseedor de las mayores reservas internacionales de divisas, con capacidad para hacerle frente a la actual y compleja situación del Covid-19 y la fuerte crisis económica que viene. El gigante asiático a inicios de 2020 poseía 3,399 billones de dólares, mientras el segundo mayor poseedor de reservas es Japón con 1,387 billones de dólares. Estados Unidos se encuentra muy por detrás con 0,129 billones de dólares. Suiza, Hong Kong, Arabia Saudita, República de Corea, entre otros, tienen más reservas que Estados Unidos (FMI, 2020). Ello demuestra que en lo financiero va perdiendo espacios, aunque el dólar sigue siendo la joya de la corona, lo más preciado.

En los últimos años, China se había caracterizado por ser el principal poseedor de los títulos de deuda (bonos del tesoro) de Estados Unidos. Esto suponía un grado de interrelación, en la que el gigante asiático tenía en sus manos un arma para maniobrar ante cualquier eventualidad, pero a su vez, eso le convertía en el principal financista del gobierno estadounidense, incluyendo los gastos del complejo militar. China ha estado financiando indirectamente al propio Departamento de Defensa al comprarle bonos del tesoro estadounidense. Ante la creciente rivalidad, desde 2018, China comenzó a desprenderse de los bonos pasando de esta manera al segundo lugar después de Japón, país que se ubica como el mayor poseedor en el 2020 (ver gráfico 2).

Gráfico 2: Principales poseedor de bonos del tesoro estadounidense en los años 2017 y 2020 en miles de millones de dólares.

Fuente: Elaboración del autor con datos de: http://ticdata.treasury.gov/Publish/mfh.txt, 2020.

La confrontación sino-estadounidense ha tenido muchas repercusiones y ha estado vinculado al impacto en los mercados financieros. En ese sentido, el incremento de la incertidumbre geopolítica provoca que los inversores se interesen por el oro como activo de refugio, a partir del interés de los bancos centrales en especial los de China y Rusia. De hecho, en 2018 se hicieron las mayores compras de metal de los últimos 50 años. La cada vez mayor preocupación china por las acciones estadounidenses le han motivado a desmarcarse del dominio internacional de la economía estadounidense por medio de dos de sus mayores activos: el dólar y los bonos del tesoro.

Entre diciembre y julio de 2019, el Banco Popular de China adquirió más de 70 toneladas de oro. Todo apunta a que esta progresiva reducción de la posesión de bonos del tesoro por parte de China responde, a su deseo de enfrentar a la presión que ejercen los Estados Unidos desde el punto de vista comercial con la imposición de aranceles. El desprendimiento de todos los bonos por parte de China podría conducir a consecuencias muy graves para la economía estadounidense, ya que el país emite bonos del tesoro por valor de un billón de dólares anuales. La maniobra de China podría encarecer el coste de financiación del gobierno estadounidense, extendiéndolo hacia el conjunto de la deuda y asfixiando la tasa de crecimiento de su economía. Pero también le afectaría a Beijing porque una venta a gran escala provocaría una importante depreciación del dólar respecto al yuan, lo que afectaría la competitividad de la economía china y provocaría una desestabilizante fuga de capitales (Pedraza, 2019).

Tema tecnológico en las relaciones

Más allá de la guerra de los aranceles, el objetivo básico de Trump apunta a dificultar el avance chino en materia de ciencia y tecnología. En particular, esta inquietud ha surgido después de conocer la iniciativa Made in China 2025, en la cual China busca construir liderazgo global en 10 áreas críticas, incluyendo tecnologías de información, robótica, aeroespacial, vehículos eléctricos, biotecnologías e inteligencia artificial.

Para ello, la administración Trump propuso actuar en dos ámbitos: a) barreras a la inversión china en empresas estadounidenses de tecnología; b) bloqueo a las exportaciones de alta tecnología dirigidas a China. Para lo primero, el Departamento del Tesoro aplicaría una normativa que prohíbe compra de empresas tecnológicas e impone un techo de 25% a la propiedad de inversionistas chinos en compañías estadounidenses de “tecnologías industrialmente significativas” y ese techo puede variar, en función de consideraciones especiales. A su vez, el Consejo de Seguridad Nacional y el Departamento del Comercio están desarrollando programas para reforzar el control de estas exportaciones, particularmente las dirigidas a China. Estados Unidos se queja de la intervención del gobierno chino en apoyo a sus empresas, mientras el gobierno estadounidense está haciendo lo mismo, solo para frenar a China.

La postura china alega el derecho a poder invertir libremente, sin restricciones administrativas o de índole política. El argumento estadounidense alude al hecho que la frontera entre la inversión privada y el Estado en China sería demasiado tenue y, por ende, cualquier inversión china en Estados Unidos tendría detrás al Estado. De allí que bloquearle el acceso a las tecnologías de punta desarrolladas en Estados Unidos limitaría el avance de la iniciativa Made in China 2025.

El dominio de la tecnología de quinta generación (5G), en el marco de la Cuarta Revolución Industrial, permitirá dar el salto a la nación que la desarrolle. Ello permitió sobresalir a la Inglaterra de entonces como la gran potencia y posteriormente a Estados Unidos. La 5G consentirá el desarrollo del internet de las cosas (IoT), la conducción autónoma, la impresión en tercera dimensión (3D), la industria 4.0, la telemedia, el uso masivo big data. La disputa geopolítica se refiere a la posibilidad de creación y uso de la tecnología como fuente de crecimiento y desarrollo económico, así como de seguridad militar.

En cuanto a los avances tecnológicos y la porción del mercado, solo tres compañías combinadas dominan el 80%, Huawei, Ericsson y Nokia. Tan solo la compañía china domina el 30,1%, mientras Ericsson el 26,4% y Nokia el 22,2%. China lleva la delantera con las patentes esenciales estándar 5G con el 35,1%, mientras Estados Unidos el 14,29%. Incluso Corea del Sur está por encima 21,4% (The Center for Global Studies, 2019). Ya China y Estados Unidos trabajan en investigaciones hacia la 6G.

El conflicto tecnológico se ha centrado en las cuestiones de la 5G y la confrontación con Huawei, sin embargo, poco se habla de las llamadas tierras raras que son indispensables en componentes de los equipos de telecomunicaciones para uso comerciales industriales, pero también militares. En ese sentido, Estados Unidos tiene cinco grandes proveedores, de los cuales China es por mucho el principal. En el 2018, China envió a Estados Unidos 12.557 toneladas métricas (t/m), en segundo lugar Estonia 1.072 t/m, Corea del Sur, 937 t/m, Malasia 860 t/m y Japón 567 t/m. Entre las industrias que utilizan las tierras raras en sus producciones están las de avances electrónicos, equipos médicos, (imanes, baterías, fósforos), turbinas de viento, catalizadores, etc. El 60% del uso en Estados Unidos en el 2018 fue para el desarrollo de catalizadores (Congressional Research Service, 2019). 

Fortalezas de China

En sentido general, la fortaleza china opera más por el lado productivo y comercial. Después de la crisis de 2008, China ha venido aportando entre 30 y 35% al crecimiento anual del PIB mundial; es el principal mercado para las exportaciones de la Unión Europea (UE), Japón, Corea del Sur, Brasil y para el G-20, por lo tanto, un menor crecimiento en China golpeará las exportaciones de todas estas economías. Una recuperación china post-pandemia será decisiva para la recuperación global.

China tiene en la confrontación la fortaleza de que es además el hub de las cadenas de valor asiáticas y el principal socio comercial de más de la mitad de los países y territorios en el mundo. Dados los altos grados de integración productiva en esta zona, el castigo a las exportaciones chinas terminará siendo un castigo a los países asiáticos que aportan partes, piezas, componentes y servicios en la “Fábrica China”, la que finalmente ensambla los productos y los envía al exterior. Cerca del 35% de las exportaciones chinas son de ensamblaje. Por tanto, una guerra comercial con China afectará severamente a Japón, Corea, Hong Kong y Singapur, economías que proveen a China de buena parte de los bienes, insumos y servicios que culminan siendo integrados en la “fábrica china” para ser exportados al mundo.

Por otra parte, China compra el 60% de las exportaciones estadounidenses de soja; es el principal mercado automotriz, de PC y celulares en el mundo, en tanto las principales empresas estadounidenses y la UE están radicadas en China y podrían verse afectadas por la guerra comercial.

China es además el segundo mayor acreedor de Estados Unidos, por la tenencia de papeles del Tesoro norteamericano y, por tanto, es también el segundo principal financista de los desequilibrios fiscales y externo de la economía estadounidense. La parte china parece estar mejor posicionada que la estadounidense para una guerra de mayor alcance. 

Debilidades de China

El principal impacto de las medidas proteccionistas de Trump en contra de las exportaciones chinas se ha estado sintiendo en las bolsas, toda vez que, luego de tales medidas, las bolsas chinas muestran importantes caídas. El eslabón financiero-bursátil parece ser el eslabón más débil en la jugada china. China es también el principal acreedor de Estados Unidos y, por ende, a través de la compra que realiza de los bonos del Tesoro es también el principal financista del desequilibrio externo de Washington. En teoría, esta posesión de títulos podría ser leída como un arma decisiva de China en esta confrontación. Sin embargo, esta tiene sus límites. Hacer uso de esta peligrosa arma, absteniéndose de comprar bonos o deshaciéndose por grandes cantidades hará caer el precio de dichos títulos de deuda, incrementándose la tasa de interés de los mismos. Esa mayor tasa de interés afectaría adversamente el nivel de actividad en la economía mundial, riesgo al que ni China ni Estados Unidos están dispuestos a correr en este preciso momento de crisis global.

El principal objetivo chino es seguir avanzando en sus estrategias, Made in China 2025, la de 2035 y 2049, momento en que se produciría “el retorno a la normalidad histórica”. Desde esta lógica de largo plazo, el desafío de la política china es administrar el conflicto con Estados Unidos, sin cerrar las puertas a la negociación. El principal reto en la administración del conflicto es evitar shocks macro-financieros desestabilizadores. Un tercer eje, admitiendo que el conflicto será de larga duración, es ampliar el arco de alianzas y asociaciones.

Una restricción por parte de China hacia Estados Unidos es estratégica, incluso para la industria militar, por lo que la búsqueda de otros proveedores resulta de vital importancia para Washington. Ello puede conllevar en caso de países que posean tierras raras y sus gobiernos posean regímenes del no agrado de Estados Unidos puede conducir a intentos de golpes de Estado para posicionarse de tales recursos, como está sucediendo con otro recurso, es decir el litio en Bolivia.

Seguridad y Defensa

En las cuestiones de seguridad y defensa, China ha emprendido un amplio proceso de modernización de sus fuerzas armadas, en particular de su rama naval, la Armada del Ejército Popular de Liberación (AEPL). La prioridad otorgada a la producción y el lanzamiento de nuevas y modernas plataformas ha venido aparejada con un aumento de la importancia relativa de las fuerzas navales en la estrategia de defensa nacional del país. En línea con lo que el pensamiento estratégico sobre el poder marítimo ha venido señalando durante más de un siglo, cabe sostener que los aspectos comerciales y militares del ascenso de China como gran potencia están estrechamente interrelacionados.

En los temas militares, aún Estados Unidos tiene la hegemonía, sin hablar de las cuestiones de gastos, no obstante, las capacidades chinas van en aumento. China avanza como potencia exportadora de armamento y varias de sus empresas se ubican en el ranking de las mayores compañías productoras de armamentos y de servicios militares. Aunque Estados Unidos siga en la delantera con compañías como Lockheed Martin, Boeing, entre otras, ya la Corporación de Industria de la Aviación de China (AVIC) se ubicó como la primera compañías china y la sexta mundial que más venta de armamentos realizó, mientras el Grupo de Industrias del Norte de China (NORINCO) y el Grupo de Tecnologías Electrónicas de China (CETC), se ubicaron en la octava y novena (SIPRI, 2020). Es decir que estas compañías han sobrepasado incluso a rusas y francés y se ubican en la competencia con Estados Unidos.

La tendencia de los gastos militares ha ido en aumento en los últimos años. Estados Unidos impulsan el crecimiento global del gasto militar. Tan solo el incremento estadounidense en el 2019 equivale al total de gastos militares de Alemania en el propio año. Ello se basa en su concepción de retorno de la rivalidad entre las grandes potencias. Lo que evidencia la clara concepción de confrontación con China. Este último es el segundo país de mayor gasto militar, pero por mucho muy por debajo de la nación americana.

En este conflicto debe resaltarse el desarrollo de las armas hipersónicas, las cuales China logró hacer funcionar 600 segundos el reactor para misiles de crucero hipersónicos durante un ensayo terrestre, lo que supera los resultados de las pruebas del avión hipersónico experimental estadounidense X-51 que solo funcionó durante 210 segundos. China ha revelado su arma nuclear más avanzada, el misil balístico intercontinental DF-41, capaz de golpear el territorio estadounidense en 30 minutos y llevar múltiples ojivas nucleares.

En la confrontación de Estados Unidos con Beijing, la región del mar del Sur de China es clave. Es el espacio más inmediato para poder frenar a China, pero es también en el que más confrontación China está teniendo con otros actores. Por lo que avivar el conflicto por cualquiera de las dos partes, le será favorable a Estados Unidos en sus justificaciones, pero lo que más afectados podrán verse con los pequeños Estados y territorios involucrados. En ese sentido, no es casual el acercamiento con de Washington con Taiwán y las políticas relacionadas con seguridad establecidas en el Taiwan Relations Act (H.R. 2479/P.L. 96-8 of April 10, 1979), a la vez del interés de fortalecer los lazos con naciones del Sudeste Asiático que bordean el mar del Sur de China. 

Asuntos particulares estratégicos para Estados Unidos: Tíbet y Xinjiang

Estados Unidos en su proyección contra China, utiliza los temas de derechos humanos para atacar al gigante asiático. Las campañas de subversión y ataques han sido constantes, por lo que el incremento de la confrontación con Beijing llevará a un aumento de la atención a los temas del Tíbet y el Xinjiang. Estados Unidos de manera directa ha venido inmiscuyéndose en los asuntos internos de China y ha venido aplicando una serie de políticas violando la soberanía nacional. En ese sentido el Departamento de Estado desde 2001 ha desarrollado acciones como el Programa Democracia, financiamiento de la agencia National Endowment for Democracy (NED). Por otro lado, el gobierno estadounidense en coauspicio con la Voz de América (VOA) y Radio Libre de Asia (RFA en inglés) provee fuentes externas de opinión, noticias alternativas (montadas), lo traducen al mandarín, cantonés, tibetano e incluso al idioma uigur. A su vez, Estados Unidos aprobó la Ley de Acceso Recíproco al Tíbet del 2018 en la que exige al Departamento de Estado que informe al Congreso anualmente sobre los niveles de acceso que otorga el gobierno chino a diplomáticos, periodistas y turistas estadounidenses a áreas tibetanas de China y las barreras para entrar a estas áreas (Congressional Research Service, 2020).

Hay otras acciones como la Ley de Política Tibetana del 2002, restricciones de exportación e importación, algunas de las cuales se aplicaron en octubre de 2019 con el supuesto pretexto de que fueron mercancías producidas en la región de Xinjiang mediante explotación de la fuerza laboral. Sin embargo, es un pretexto hipócrita cuando sus propias empresas (estadounidenses) realizan producciones bajo trabajos forzosos en países africanos y latinoamericanos. 

Hong Kong:

Según el tratado de devolución firmado en 1984, la ciudad funciona como un territorio semiautónomo, bajo el principio de un país, dos sistemas. Esto le ha permitido gozar de derechos como la libertad de expresión, un sistema judicial independiente y un sistema capitalista que lo hace el centro financiero más importante de Asia. El acuerdo consagrado en la Ley Básica de Hong Kong, garantiza el estatus al menos hasta el 2047. La cuestión de Hong Kong se ha venido complicando desde el 2019 cuando se aprueba la Ley de extradición en abril de ese mismo año. Las protestas pacíficas fueron transformándose en acciones violentas al punto de tomar la Asamblea legislativa y de colocar la bandera colonial. Esta acción fue un claro mensaje para las autoridades de Beijing, pero no de simples manifestaciones, detrás existen otras fuerzas externas que mueven algunos hilos.

Ya en el 2020, la Ley aprobada en Beijing, en la Asamblea Popular Nacional, es decir de Seguridad Nacional para Hong Kong prohíbe cualquier acto de traición, secesión, sedición y subversión contra el Gobierno Popular Central, así como el robo de secretos de Estado. Las organizaciones políticas de Hong Kong no podrán tener vínculos con organizaciones políticas extranjeras, ni estas podrán propiciar actividades en la ciudad.

Estados Unidos y la Unión Europea ven en el movimiento un peligroso intento de recortar libertades y fortalecer la vigilancia sobre los opositores y activistas. Antes que se aprobara la ley, Estados Unidos ya había respondido con contundencia. El propio secretario de Estado, Mike Pompeo, en una reacción ambigua anunció que su país dejaba de reconocer a Hong Kong como un territorio autónomo. La decisión de la Casa Blanca puede tener serias consecuencias en materia económica. Hong Kong, que generaba confianza por las garantías de su enorme y tradicional sector financiero, alberga a más de 1.200 compañías estadounidenses y de acuerdo con la Oficina del Censo estadounidense, solo en el primer trimestre de 2020, Estados Unidos exportó 6.360 millones de dólares en bienes hacia la isla e importó 952 millones. Hong Kong es una pieza que la administración Trump usa en su competencia con China (Castrillón, 2020).

Algunos intentan comparar las acciones de Beijing con la adhesión de Crimea a Rusia en 2014, situación diferente de lugar y contexto. Muchos critican a China por su Ley de Seguridad Nacional y estas críticas, por supuesto, vienen de potencias occidentales. Hong Kong es hoy un factor relevante en la geopolítica de confrontación con China. Beijing tiene claridad de que esta ciudad puede ser objeto de una llamada “revolución de colores”. Detrás de estas movilizaciones, las cuales una gran parte pueden ser genuinas, pero pacíficas, hay otro porcentaje que es más violento y promueve acciones y declaraciones mucho más enfocadas en cambio de régimen. Estos grupos son preparados y financiados por agencias externas. Beijing ha dado un paso que puede ser criticado, pero es correcta en función de proteger su seguridad nacional.

Estados Unidos busca todas las vías posibles para frenar a China en su ascenso. Su pérdida de hegemonía condiciona buscar desestabilizaciones en el gigante asiático ya sea en el Tíbet o Xinjiang. Pero es Hong Kong la clave hoy. Hay fuentes que exponen la presencia de la NED, mediante soporte a grupos de jóvenes en Hong Kong. Ya la NED había intentado con el apoyo a legisladores opositores como Lee Cheuk-yan, jefe de la Confederación de Uniones Comerciales quien recibió fondos para financiar campañas de los “Ocupa”. En marzo del 2019, el vicepresidente Mike Pence se reunió con legisladores hongkoneses opositores en Washington. En mayo, figuras políticas llamadas “pro-democracia” se reunieron con figuras representativas de la NED en Hong Kong. Dos días antes, Martin Lee y su delegación viajaron a Washington para reunirse con el secretario de Estado, Mike Pompeo. Posteriormente sucedieron otras reuniones y acciones en julio y agosto de 2019. Encima los medios de comunicación particularmente la cadena estadounidense Fox News se encargó de transmitir líneas de mensajes. Se unieron Facebook, Twiter, YouTube y Google. Por si fuera poco, en agosto de 2019, Julie Eaden del Consulado General de Estados Unidos tuvo reuniones con jóvenes del Demosisto Party en un hotel de la ciudad (Dimsumdaily, 2019).

Hong Kong es un tema que no es solo del Partido Republicano en Estados Unidos, es bipartidista, porque es el asunto China. La pérdida de hegemonía estadounidense preocupa al establishment de ambos partidos y por tanto Hong Kong es estratégico, por lo que se le está dando gran atención y se profundizará. La subversión, el financiamiento a líderes opositores, las campañas propagandistas y otras acciones que tradicionalmente se realizan contra gobiernos que Estados Unidos tiene intención de destruir. Estas acciones también se realizan contra Venezuela, Cuba, Irán, Siria, etc., y no deben dejar de tenerse en cuenta. Ni la USAID, ni la NED entran a un país con propósitos loables, sino hay un propósito de inteligencia detrás.

A través de los movimientos estudiantiles como Demosisto, el Escolarismo y otros, la NED y el Instituto de la NED (INED, sostenido por la líder del Congreso, Nancy Pelosi del Partido Demócrata), tienen penetrado el sistema de educación total en Hong Kong, desde la primaria, hasta las universidades. Por ejemplo, han invertido dinero en el Centro de Estudios Comparativos de la Universidad de Hong Kong (Pinkstone, 2019).

Creer que es original el movimiento contra Beijing y la independencia de Hong Kong, es una completa ignorancia. Hay que tener claro que las manos de Estados Unidos están introducidas completamente en la ciudad china. No debe descartarse tampoco la presencia británica. Esto es una batalla de inteligencia infiltrada en la sociedad de Hong Kong y con un trabajo fuerte de mediano y largo plazo. Washington no escatimará acciones para lograr los cambios que se propone. No es casual tampoco una mayor atención a Taiwán, mediante la llamada Nueva Ley Taipei.

Los medios manipulan las líneas de mensajes, incluso varios dirigentes estadounidenses, por ejemplo en las protestas de Hong Kong, los manifestantes eran luchadores por la libertad, eran héroes, sin embargo, los manifestantes en Estados Unidos son llamados terroristas, delincuentes y anarquistas. Lo que es una burda y clara manipulación de los intereses del establishment estadounidense. Lo preocupante es que la introducción de las agencias de asistencia como USAID y NED llega con propósitos supuestamente loables para ayudar en temas sensibles como educación, salud, particularmente VIH, combate a la pobreza, etc. Pero detrás hay todo un complejo de inteligencia para reconocer como viven los sectores más desfavorecidos e incidir sobre su pensamiento mediante psicología y más eficientemente asistencia material que es mucho más importante.

Conclusiones

Sin lugar a dudas la confrontación estratégica entre Estados Unidos y China parte de que el primero considera que el segundo es su principal competidor estratégico. Beijing le plantea a Washington el más significativo desafío en su hegemonía global en el actual siglo XXI.

Estados Unidos no percibe a China como un reto con su competencia industrial, sino que ya reconocen que a paridad de poder de compra es la mayor economía del mundo, en términos absolutos es la economía que más contribuye al crecimiento económico global, la mayor nación exportadora y la mayor nación comercial. A su vez, el PIB a precios de mercado muestra aproximadamente la mayor formación de capital fijo y creación de valor industrial, así como otras variables. No obstante, es importante destacar que aún hay elementos muy importantes en los que China aún está muy por detrás. Aún debe pasar un buen tiempo para que Beijing supere a Washington en términos nominales.

Si las tendencias del crecimiento de la nación asiática actual se mantienen, China sobrepasará en todos los sentidos a Estados Unidos como la mayor economía del mundo en el 2030 y posiblemente con la actual pandemia y crisis en menor tiempo. En la misma medida que Washington pueda retrasar ese proceso, será mucho más factible para mantener su hegemonía.

Un decrecimiento de la economía China afectará en primer lugar a China, en segundo lugar a Japón, Rusia, pero en cuarto lugar a los propios Estados Unidos dada la interdependencia.

Estados Unidos y China tienen responsabilidades comunes como el combate a los efectos del cambio climático, gobernanza global multilateral (el hecho que Trump quiera desarrollar una cumbre del G-7 ampliado con Corea del Sur, India, Australia, incluso Rusia y probablemente Brasil sin China es un intento de dividir, mientras China intenta sumar en su concepción de un mundo compartido de mutuo beneficio) y otros asuntos. Sin embargo la confrontación estratégica les aleja por dos caminos y genera tensiones y confusión a nivel global. A la larga obliga a que el resto del mundo tenga que elegir entre uno u otro bando y ello si puede afianzar el resurgir de una probable segunda Guerra Fría, aun cuando ya algunos manifiestan que ya existe.

Estados Unidos aún sigue siendo el país más fuerte económicamente y más poderoso militarmente, pero su declinación es imparable. Hay claridad de que hay pérdida de hegemonía, no se está en discusión de ello, lo que está en discusión es ¿cómo será está pérdida?

La IFR no solo es el programa más importante de la política exterior china bajo el mandato de Xi Jinping, sino el vehículo geoestratégico de la proyección global de China en un momento clave de su resurgimiento como una de las potencias principales del mundo. Sin embargo, su grandioso ascenso en este periodo está chocando con la resistencia cada vez más abierta de Estados Unidos a renunciar a su hegemonía y unilateralismo en los asuntos internacionales. En ese marco, la IFR representa una política inteligente de China para avanzar en su indetenible ascenso, al tiempo que busca minimizar los riesgos asociados con un enfrentamiento abierto con Estados Unidos.

Aun en algunos círculos chinos, especialmente el de negocios, se mantiene el interés por acercarse a Estados Unidos y lo ven como un potencial socio. Sin embargo, esa visión quizás conformada por esos que estudiaron en la nación americana o que por asuntos económicos han estado muy ligados con la nación americana, les impide ver que la gran potencia necesita conservar su hegemonía a toda costa y que el objetivo principal es eliminar todo aquel que se le convierta en una amenaza.

* Centro de Investigaciones de Política Internacional, Cuba.

 

Bibliografía

Aquino, Carlos. La nueva configuración geopolítica entre China y EEUU, postpandemia. Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Perú. Ppt, 2020. [Consulta: 27 mayo, 2020].

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Castrillón David. ¿Qué les espera a Hong Kong con la polémica ley de seguridad impuesta por China? Entrevista en el diario la semana, 2020. <https://www.semana.com>. [Consulta: mayo, 2020].

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Pinkstone, Mark. Riot in Hong Kong is all about independence. China Daily. October, 7, 2019.  <https://www.chinadailyhk.com/aricles/105/30/91/1570454672028.html>. [Consulta: junio, 2020].

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EL COVID-19 Y SU POSIBLE IMPACTO ECONÓMICO EN ASIA PACÍFICO EN EL 2020: CASO CHINA

Ruvislei González Saez*

Asia Pacífico se ha catalogado como la región más dinámica económicamente en el planeta en los últimos años, pese al proceso de ralentización que venía mostrando la economía global. Varias han sido las razones que lo han justificado, pero especialmente el avance de dos grandes actores, China e India, con los más altos índices de crecimiento de las últimas décadas, a partir de sus procesos de reformas iniciados en 1978 y 1991 respectivamente. También sobresalen Japón, República de Corea y un grupo de países del Sudeste Asiático como Indonesia, Malasia, Tailandia, Singapur, Filipinas y Vietnam.

Por otro lado, la situación internacional se ha complejizado en los últimos años por la confrontación entre Estados Unidos y China, la ralentización de la economía mundial, las llamadas amenazas globales como el terrorismo, el narcotráfico, el tráfico de personas, entre otras, pero debe añadirse otra que había pasado casi desapercibido, que es el avance de enfermedades que atacan a humanos y animales originadas o expandidas hacia Asia convertidas en pandemias regionales y hasta globales. Sobresalen el virus de Nipah (1999-2001), H5N1 (2003), SARS (2003), H1N1 (2009), H7N9 (2013), por citar algunas en tan solo 25 años. Sin embargo, se torna preocupante la situación mundial, a partir de la expansión del coronavirus COVID-19, cuyo epicentro inicial fue en Wuhan, China a finales de 2019 y ya se ha expandido por más de 180 países y territorios en el mundo en 2020 (abril).

La economía global ya venía mostrando síntomas de desaceleración desde el año 2017 (gráfico 1). Sin embargo, el impacto del COVID-19, a medida de que se ha expandido, condiciona efectos devastadores a la estabilidad mundial. Luego de la paralización de una gran cantidad de sectores en el mundo, se prevé una contracción del producto interno bruto (PIB) global a niveles más intensos y distintos, posiblemente que los sufridos durante la crisis financiera internacional de los años 2008-2009.

Gráfico 1: Crecimiento de las principales economías 2017-2019 en % del PIB.

Fuente: Banco Asiático de Desarrollo (BAD), 2020:4.

Según el Banco Mundial (BM) y el Fondo Monetario Internacional (FMI), el COVID-19 está afectando y afectará al mundo a través de cinco canales de transmisión de la crisis:

    1. Disminución de la actividad económica de varios de los principales socios comerciales en el comercio de bienes. China por ejemplo, es un destino importante para las exportaciones de varias economías, por lo que las ventas podrían caer hasta alrededor del 10,7%, mientras, con la recuperación china existen afectaciones derivados de la propagación del COVID-19 en Estados Unidos y Europa.
    2. Caída de la demanda de servicios de turismo, (impactará más severamente a Europa, Estados Unidos, este de Asia y el Caribe). Se calcula que si la prohibición de viajes a causa del virus se prolonga por dos o tres meses, la actividad turística se contraería un 21% y 30% respectivamente.
    3. Interrupción de las cadenas globales de valor (CGV), especialmente en aquellos países que importan partes y bienes intermedios para sus sectores manufactureros, al principio desde China y ahora desde Estados Unidos y Europa básicamente.
    4. Caída de los precios de los productos básicos (commodities), sobre todo para los países exportadores de materias primas. El precio del petróleo cayó por debajo de US$ 30 el barril, con alto nivel de inestabilidad.
    5. Mayor aversión al riesgo de los inversionistas y el empeoramiento de las condiciones financieras globales. Parte de estos efectos ya se aprecian en la fuerte disminución de los índices bursátiles en la región de Asia.

En el mejor de los escenarios, el COVID-19 tendrá un impacto para el mundo de pérdidas valoradas en US$ 76.963 millones, es decir 0,1% del PIB global, en tanto para China tendrá impactos negativos de alrededor de los US$ 43.890 millones, es decir, un 0,3% del PIB total del gigante asiático, mientras para las naciones emergentes asiáticas (excluyendo a China y sí incluyendo a Vietnam) pérdidas de 0,2% del PIB, valoradas las pérdidas en alrededor de US$ 15.658 millones (BAD, 2020).

En un escenario moderado del impacto del COVID-19, el mundo tendría pérdidas de 0,2% como porcentaje del total del PIB global, con un momento de alrededor de US$ 155.948 millones. En tanto China, 0,8% del PIB total, con un monto de US$ 103.056 millones y las economías emergentes de Asia sin China se afectarían en conjunto un 0,2% del PIB combinado para un valor de US$ 22.284 millones. Hay que suponer que el mejoramiento de las condiciones en China, puede cambiar el panorama de afectación más favorable para Asia, pero no así para Estados Unidos (BAD, 2020).

En el peor de los escenarios se prevé pérdidas del 0,4% del total del PIB global valoradas en alrededor de US$ 346.975 millones, mientras China tendría pérdidas de un 1,7% del total del PIB con valores de US$ 236.793 millones. En ese sentido, las economías emergentes de Asia (sin China), contemplando a Vietnam, tendrían una pérdida del 0,5% del PIB combinado por valores de US$ 42.243 millones (BAD, 2020).

En estos momentos, el comercio mundial de bienes sufre reducciones, a partir de la paralización de muchos de los procesos. Sin embargo, el mejoramiento de las condiciones en China contribuye a poner en marcha la economía (con límites por las conexiones de las CGV). Ante esta situación, se complejiza para varias naciones asiáticas las exportaciones a los Estados Unidos y la Unión Europea (UE), lo que devendrá en elevados niveles de reducción de las exportaciones (abril-mayo). Los servicios, tendrán afectaciones severas de continuar la situación, especialmente el turismo y con ello las aerolíneas, hoteles y procesos asociados. Se proyecta elevadas caídas de arribo de turistas internacionales en el mundo, por encima de la crisis del 2008 y de las afectaciones de la pandemia SARS en 2003. Ello puede suponer desplomes entre 290 y 440 millones de turistas que dejarán de arribar a los diferentes destinos en el mundo, es decir, entre un 20% y un 30% (ver gráfico 2) y generar pérdidas entre US$ 300 y 450 mil millones al sector a nivel global. En ese sentido, el incremento sostenido del turismo a nivel global puede decaer a niveles entre el año 2012 y el 2014. (UNWTO, 2020).

Gráfico 2: Proyección de recepción de turismo en el mundo en miles de millones de dólares.

Fuente UNWTO, 2020.

Según (OIT, 2020), se encuentran 1250 millones de personas en riesgo de perder empleos. El organismo considera que es la peor situación después de la Segunda Guerra Mundial. Los sectores de más afectaciones son los de alimentos y alojamiento, ventas e industria manufacturera. Estos, juntos, representan el 35,7% del empleo global. Asia en cambio busca alternativas para generar empleos, especialmente China, mientras Japón, República de Corea, Vietnam, Singapur, entre otros desarrollan el teletrabajo como forma de mantener activos los procesos.

Economía asiática

Aunque Asia Pacífico se ha mantenido en los últimos años como la región de mayor dinamismo en el crecimiento económico global, también venía sufriendo una desaceleración como parte de la economía mundial. A la hora de analizar por subregiones, las únicas que mostraron crecimientos en el 2019 con relación a 2018 y a 2017 fueron Asia Central y las islas del Pacífico (ver gráfico 3). Pese a ello, incidió de manera positiva en el crecimiento regional el incremento de la demanda interna como contribución al crecimiento económico. En primer lugar se destacó el mayor aumento del consumo interno en Vietnam, Filipinas, India, Malasia y China. En segundo lugar influyeron las inversiones en India, Vietnam, China, Filipinas e Indonesia (BAD, 2020: 6).

Gráfico 3: Crecimiento de las subregiones de Asia en el período 2017-2019 en %.

Fuente: BAD, 2020:5

A la hora de evaluar el impacto del COVID-19 sobre el crecimiento del PIB en el 2020, las economías asiáticas más expuestas en el mejor de los escenarios y con más probabilidad de desaceleración son en primer lugar: Maldivas con una reducción de 1,4% del PIB, Cambodia con una reducción de 1,2%, Tailandia -0,8%, Hong Kong -0,7%, Mongolia -0,6%, Singapur -0,4%, Taiwán -0,35%, Vietnam -0,3%, Filipinas, Malasia, Brunei e Indonesia -0,2%, República de Corea -0,1%, India -0,05% y Pakistán -0,03%. Ello impacta también sobre otras economías asiáticas, pero este análisis incluye economías seleccionadas (BAD, 2020).

Al tener en cuenta el peor escenario, por el mismo orden estas economías tendrán impactos negativos, pero mucho más severos. En ese sentido Maldivas decrecería un 4,1%, Cambodia -2,8%, Tailandia -2,2%, Hong Kong -1,4%, Mongolia -1,5%, Singapur -1,0%, Taiwán -0,8%, Vietnam -0,7%, Filipinas -0,6%, Malasia y Brunei -0,4%, Indonesia y Sri Lanka -0,4%, República de Corea -0,3%, India -0,1% y Pakistán -0,05% (BAD, 2020).

Mientras, en un hipotético impacto del peor escenario, las caídas del PIB serían mucho mayores. La desaceleración de Maldivas muy dependiente del turismo, tendría reducción del 5%, Cambodia de -3,9%, Tailandia -2,8%, Hong Kong -2,2%, Mongolia -2,1%, Filipinas -1,7%, Taiwán, Pakistán y Sri Lanka -1,6%, Vietnam -1,5%, Singapur -1,4%, Indonesia -1,3%, Malasia -1,2%, India -1,1% y Brunei -0,6%, por citar algunas economías (BAD, 2020).

Debe destacarse, que si bien Asia Pacífico es la región de mayor dinamismo en la economía mundial, y China la locomotora, son entonces esta región y país los que conducirán en mayor grado a la variación del PIB global. En ese sentido, la reanimación china a partir de determinadas políticas económicas impulsadas desde finales de marzo puede mejorar la percepción de la situación, aun cuando el escenario en Europa y Estados Unidos empeore. De lograrse contener el COVID-19 en Asia en el segundo o tercer trimestre del 2020, profundizará el vínculo inter-asiático, en detrimento de las relaciones con Estados Unidos y Europa, implicando en un primer momento costos.

Si bien los tres grandes centros económicos tendrán impactos muy severos, también la región asiática en general sufrirá de desaceleración en el año 2020. Japón de manera particular, aunque se prevé que sufra impactos con contracción de 1,5%, tendrá mejor desempeño que en el 2018, a partir de las políticas económicas implementadas. En ese sentido, se prevé un crecimiento de un 0,5%,  (ver gráfico 4). De agravarse la situación la contracción será mucho mayor. Una de las economías que más se proyecta que crezca en las estimaciones es además de Bangladesh (7%), la India con un 4% (BAD, 2020).

Gráfico 4: Estimación de crecimiento para algunas economías de Asia en %.

Fuente: Elaboración del autor con datos de BAD, 2020. 

De manera general se prevé una afectación a las economías asiáticas, las que reducirán los crecimientos previstos para el período 2020-2021. Indudablemente ello impacta en la necesidad de una mayor intervención del Estado en los asuntos de la economía, así como en la regionalización de las CGV, para evitar interrupciones como las que se están generando en el contexto actual. No obstante, en comparación con el resto del mundo, se prevé crecimientos superiores para Asia.

Son las economías desarrolladas las que más compañías tienen, cuyo impacto de la pandemia COVID-19, les lleva a la revisión con reducciones de beneficio. En un mes, 2663 compañías de las mayores economías del mundo pasaron de un promedio de revisión a la baja en beneficios de un 6% el 4 de marzo a un 35% a finales del propio mes. Dentro de las compañías de los países de la región asiática, las más afectadas son 20 de Singapur con una reducción de utilidades en un 30%, 149 de República de Corea en un -29%, 36 de Tailandia en -28%, 35 de Malasia en -26% y 416 de China en -21% (UNCTAD, 2020).

El turismo es uno de los sectores más afectados por el avance del COVID-19 y algunas economías del área dependen grandemente de este para su crecimiento. En ese sentido, la pandemia tiene un impacto altamente negativo para Maldivas donde el turismo representa casi el 60% del PIB del país, así como las islas del Pacífico Palau, Vanuatu, Fiji y Samoa (50 al 20% respectivamente), Cambodia el 20%, Tailandia aproximadamente el 18%, Hong Kong el 10%. En menor medida Singapur, Sri Lanka y Malasia 8%, Laos 6%, Mongolia 6%, Taiwán 6%, Vietnam 5%, Myanmar, Timor Leste y Filipinas 5% (BAD, 2020).

En una primera etapa (enero-marzo) en la que el epicentro de la pandemia era China, los países más afectados, en el sector turístico por su alta dependencia del turismo chino fueron: Hong Kong que recibe un 68% de turismo chino con relación al total, Palau 39%, Cambodia 33%, Vietnam 32%, la República de Corea y Mongolia 31%, Tailandia 28%, Myanmar 27%, Taiwán 24%, mientras Singapur y Brunei 23% (BAD, 2020).

En el vínculo con el sector turístico, el transporte aéreo sufre impactos negativos. Particularmente la región que prevé mayores afectaciones a este tipo de transporte es Asia Pacífico con pérdida de alrededor de US$ 88 mil millones, en segundo lugar Europa con US$ 77 mil millones y en tercer lugar América del Norte con daños de aproximadamente US$ 50 mil millones. Las caídas previstas para las regiones mencionadas anteriormente en comparación con el año 2019 son de: 37%, 46% y 27% respectivamente. No obstante, debe destacarse que ha sido Asia la que mejor ha enfrentado la situación ante momentos de crisis regional como la del SARS en 2003, en comparación con la crisis global del 2008-2009, la cual en comparación con el resto del mundo ha sabido recuperarse mejor que el resto del mundo (UNWTO, 2020).

De manera general las cadenas de suministros fueron afectadas en el primer trimestre y continuarán siendo dañadas, aunque se prevé leve mejoría con la reactivación de China. Las reducciones principales en producción se destacan especialmente en República de Corea, Japón, Vietnam y Taiwán. De los tres grandes hubs en las cadenas de producción de bienes, China es una de ellas, en la que las tres mayores conexiones están vinculadas a Japón, Taiwán y República de Corea, en tanto Vietnam está más conectada a Japón (ver imagen 1). No debe dejar de mencionarse que está creciendo como hub dentro de la región de Asia, el área de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) conectado principalmente a China, pero también con otros hubs importantes de la región y el mundo. 

Imagen 1: Los tres mayores hubs interconectados en las CGV.

Fuente: CEPR, 2020

En ese sentido, debe interpretarse que aunque haya mejorado la situación en China y empeore en Estados Unidos y Europa, habrá afectaciones globales. Alrededor del 25% de las importaciones de Estados Unidos provienen de China, Japón y República de Corea, esto implica que la caída de las importaciones de Estados Unidos impacta sobre estas tres naciones, además que de seguir agravándose la situación en la nación americana y la UE impactará en la caída de las exportaciones de bienes chinas. Pero además, el 50%  del total de las importaciones de computadoras y equipos electrónicos de Estados Unidos provienen de estos tres países asiáticos. Vietnam también tiene valores importantes de envíos a Washington que aunque en el primer trimestre no se notó, si ocurrirá en el segundo.

El sector del automóvil, especialmente en el este de Asia ha tenido afectaciones graves promoviendo rupturas en las cadenas de suministros internacionales. Compañías como la coreana Hyundai ha tenido afectaciones en China, la firma japonesa Nissan cerró temporalmente una fábrica en Japón. Fiat-Chrysler podría cerrar una de sus fábricas en Europa. Jaguar Land Rover también podría cerrar temporalmente, todo ello a partir de las afectaciones de CGV desde China en un primer momento y desde la propia Europa y Japón en un segundo momento (CEPR).

En el sector de los textiles, dentro de los grandes hubs en las CGV, la mayor conexión de Vietnam está con la República de Corea y con China, lo que tendría impactos negativos, pero menores que los de India, Taiwán, entre otros.

En resumen, los sectores que más han estado en revisión a la baja de los beneficios en primer lugar son el de la energía y materiales básicos (-208%), aerolíneas (-116%), automóviles y autopartes (-47%), hoteles y restaurantes (-41%), consumidores cíclicos (-24%), materiales básicos (-13%) entre otros (UNCTAD, 2020). Las mayores caídas serán en los países desarrollados, por lo que en la medida que China, Vietnam y Cambodia puedan recuperarse podrían tener afectaciones de un 20% en las inversiones, mientras los países desarrollados podrán tener superior al 30%.

En Asia, los países del Sudeste Asiático tendrán menos impactos que otras grandes economías de la región y del mundo debido a que el comercio intra-ASEAN es el que predomina. A su vez, debe destacarse el estímulo al comercio electrónico y de la economía digital en sentido general. El COVID-19 ha promovido los esfuerzos de la Cuarta Revolución Industrial, especialmente en Japón, China, República de Corea, Tailandia, Singapur, Malasia, Indonesia, Vietnam y Filipinas. Se ha aumentado el teletrabajo como forma de no paralización de la actividad económica y la promoción de la economía del conocimiento. En ese sentido, como oportunidad la pandemia ha acelerado estos procesos y ha conducido a tomar las medidas necesarias para la implementación de ellos. Esto ha supuesto la disminución en el sector alimentario y de compras con la paralización de restaurantes y compras personales en tiendas, a la vez que aumenta el proceso de entrega a domicilio por la vía del comercio electrónico. Añádase la utilización de robots para actividades sanitarias y evitar contagios particularmente en Japón, China y Vietnam.

Particularmente en el Sudeste Asiático se ha podido lograr lo antes mencionado por un crecimiento en la penetración de internet al 65%, de las redes sociales al 63% y la conectividad móvil al 132%, aun cuando el Plan Conectividad total está previsto para el 2025. Por supuesto que ello implica mejorar la infraestructura digital, crear bancos solamente digitales y aumentar la existencia de los sistemas de pagos móviles, así como también desarrollar una plataforma de pago digital único, primero internamente y luego entre la ASEAN. Tales acciones conducirán a establecer regulaciones de salvaguarda para pagos digitales y avanzar en la propuesta que viene implementando el bloque de las ciudades inteligentes con mejoramiento de los sistemas digitales y la conectividad en red. En proceso de avance esta la creación de ID digital nacional en cada país ASEAN para la entrega de servicios propios del gobierno y la certificación de interoperabilidad entre la ASEAN. También conduce a tomar las medidas de estandarización de la protección de la información, firma electrónica, ciberseguridad y leyes de privacidad entre la ASEAN, un mejor estudio de las criptomonedas y en ese marco incluye la creación de un grupo ASEAN para la lucha del cibercrimen (ADBI, 2019). 

Variación de precios de algunos Commodities y la situación alimentaria

En relación con el precio de los Commodities, el COVID-19 refuerza las variaciones, algunos de los cuales tienden a la baja en función de la caída de la demanda global, causados en gran medida por los cierres de fronteras y establecimientos de cuarentenas por solo citar algunos casos. Los más afectados han sido los de energía con caída de un 55,1% en relación con 2019, en el que hasta el momento el precio del barril ronda los US$ 30 (ver gráfico 5). Solo se prevé para el año, crecimiento de los precios para el trigo, el oro y ligeramente el café repercutiendo directamente sobre varias naciones asiáticas. Particularmente positivo para Vietnam que se ha caracterizado por ser uno de los mayores exportadores de café (UNCTAD, 2020).

Gráfico 5: Variación del precio de algunos Commodities en 2020 en relación al 2019 y 2018 en %.

Fuente: Elaboración del autor con datos de UNCTAD, 2020: 7. 

China es el mayor consumidor de materias primas mundial. Cualquier movimiento en su demanda tiene una repercusión en el precio, principalmente en el de los metales industriales utilizados en la fabricación de coches, aviones y aparatos electrónicos. La cotización del cobre, el níquel, el aluminio y el zinc, entre otros, han presentado pérdidas por el avance de COVID.19. Por ejemplo, el precio del cobre (el barómetro para medir la salud económica mundial) ha caído más de un 7% desde enero y ha perdido todo lo avanzado al cierre del año 2019, cuando se anunció un primer acuerdo entre Beijing y Washington para resolver la guerra comercial. Esta caída afecta a Perú y Chile, los dos principales productores mundiales de este metal, fundamental para la industria de Hubei, en China.

De manera general, el avance del COVID-19 está afectando el suministro de alimentos y también la demanda. El cierre de fronteras, de mercados, las cuarentenas en los diversos países, las interrupciones comerciales y de las CGV está restringiendo el acceso a suficientes y diversos recursos nutricionales. Según (FAO, 2020) existen alimentos para no entrar en pánico. Sin embargo, los hacedores de políticas necesitan ser cuidadosos en las políticas y no caer en los mismos errores de 2008. No obstante, para el período abril-mayo e incluso junio, habrá interrupciones en las cadenas de suministros. Las restricciones de movimientos impiden que agricultores y procesadores de alimentos avancen en los procesos de producción y comercialización. Mientras el cierre de restaurantes y tiendas de productos alimenticios provocan disminuciones de demandas de productos frescos y ello también afecta a productores y suministradores. En este sentido, se afecta de manera particular el sector acuícola tanto de China como Vietnam.

Sector sanitario

En medio de la difícil situación sanitaria generada por COVID-19, son pocos los países que han tenido respuesta efectiva, a partir de las infraestructuras nacionales de salud, ya sea por la capacidad científico-tecnológica, productiva, el desarrollo de la industria biotecnológica y farmacéutica, los recursos financieros, y el personal altamente calificado o preparado. En este sentido, resaltan República de Corea, China, Singapur, Japón, India, Tailandia y Vietnam. No obstante, el 35% del suministro de equipos médicos a nivel global lo realizan tres países: Alemania, Estados Unidos y Suiza. Mientras el 40% de los suministros de productos de protección personal, lo realizan China, Alemania y Estados Unidos.

Llama la atención que en el 2019, los principales importadores de bienes médicos a nivel global fueron en su mayor parte, los países más afectados por la pandemia en estos momentos. Es decir, entre los diez mayores importadores están en primer lugar Estados Unidos, Alemania y China. Le siguen por orden Bélgica, Holanda, Japón, Reino Unido, Francia, Italia y Suiza. Sin embargo, China fue en el 2019 el mayor exportador de productos de protección personal dominando el mercado con alrededor del 17,2% de las ventas totales. En la exportación de respiradores y ventiladores el mayor suministrador, con el 18% del total lo tiene Singapur, mientras en cuarto lugar con el 10% China después de Estados Unidos y Holanda (WTO, 2020).

Entre los países asiáticos con capacidad para suministrar kits para realizar test de COVID-19 están China, República de Corea y Japón. En el caso particular de China, además del gobierno, se destaca el apoyo dado por el gigante del comercio electrónico Alibaba que ha realizado donaciones a 24 países latinoamericanos entre ellos, Argentina, Brasil, Chile, Ecuador, República Dominicana, Perú y Cuba; este último por los efectos del bloqueo económico y financiero de Estados Unidos, ha dificultado su arribo a la isla. Junto a los kits para test, ha enviado trajes protectores, respiradores termómetros a varios países asiáticos como Afganistán, Bangladesh, Cambodia, Laos, Maldivas, Mongolia, Myanmar, Nepal, Pakistán y Sri Lanka, entre otros. Vietnam también ha comenzado a desarrollar dos tipos de kits de pruebas que utilizan con éxito técnicas de biología molecular (RT-PCR y RT-PCR en tiempo real) (EFE, 2020).

Para el comercio de productos como el jabón de mano en el marco de la Organización Mundial del Comercio (WTO en inglés), la mayor parte de los países miembros aplican tarifas arancelarias de alrededor de un 17%, mientras algunos países imponen hasta 65% de arancel. El abastecimiento de protección en la lucha contra el COVID-19 ha tenido aranceles de aproximadamente 11,5% y en algunos países de 27%. Solamente hay cuatro actores que no aplican ningún arancel para ningún equipo médico, Hong Kong (China), Macao (China), Islandia y Singapur (Tabla 1). En el momento que azotó el COVID-19 a China la media de tarifa como nación más favorecida fue de 4,5% para todos los productos médicos, mientras otra nación afectada, la República de Corea aplicó un arancel medio de 5,9% (WTO, 2020). 

Tabla 1: Último arancel (nación más favorecida [NMF]) aplicados para productos médicos en el marco de la Organización Mundial del Comercio (WTO en inglés).

Fuente: Elaboración del autor con datos de WTO, 2020: 14-16.

Es interesante, que a la hora de analizar por regiones las exportaciones de suministros médicos, es Asia una de las que más medidas de restricciones tienen. En ese sentido, sobresalen Kazajstán, India, Pakistán, Tailandia, República de Corea como prohibidas las exportaciones, mientras China e Indonesia tienen prohibiciones (de facto) para las ventas y Vietnam tiene límites (BM, 2020). Sin embargo, la actual situación ha generado cambios.

Sector financiero

En el sector financiero se destaca una caída de las inversiones. Este es un proceso que venía desarrollándose, pero que el COVID-19 ha reforzado. Es decir, habrá caídas entre un 30% y un 40% en el año. El 61% de las transnacionales más importantes han emitido nuevos informes preocupantes a partir del mes de marzo. La mayor afectación global ha estado dada por la interrupción de las CGV con China como uno de los tres mayores hubs. Por tanto, en la medida que China vaya reactivándose podría conducir a un mejoramiento, pero se produce otra afectación por los hubs Europa y Estados Unidos.

En ese sentido, habrá reducciones de las inversiones extranjeras directas (IED) particularmente en Estados Unidos y Europa. Asia en general mostrará caídas en comparación con períodos anteriores causada por dos razones, en primer lugar un proceso que venía desarrollándose y en segundo, afianzado por el impacto del COVID-19. Podrá verse una leve recuperación en el segundo semestre, por debajo del 2019, pero que permitirá una mejor dinámica de las economías de China, India, Bangladesh, Vietnam y Cambodia entre otros.

La posesión de reservas de divisas por parte de la región asiática, permitirá apalancar la situación y enfrentar los desafíos que aún están por venir. En este sentido, tres países que han sido severamente afectados por la pandemia, es decir China, República de Corea y Japón, tienen reservas para poder enfrentar la situación, lo que indudablemente generará reducciones de estas. Hasta 2018, los países con mayor posesión a nivel mundial, son China con US$ 3.161,5 miles de millones y Japón con US$ 1.204,7 miles de millones. Le siguen en la región: Hong Kong, US$ 437,5 miles de millones; India, US$ 397, 2 miles de millones; República de Corea; US$ 385,3 miles de millones; y Singapur, US$ 279,8 miles de millones (BM, 2020). Seis países y territorios asiáticos poseen más reservas que todos los países de Europa, África y Medio Oriente y las Américas.

China, Japón, República de Corea, India y Singapur, se ubican entre los 15 países con mayores reservas a nivel mundial. Pero debe añadirse que también otros como Tailandia, Indonesia y Malasia poseen reservas por encima de los US$ 100 mil millones, mientras Filipinas, Vietnam y Australia sobrepasan los montos de US$ 50 mil millones (BM, 2020).

En cuanto a las políticas cambiarias, debe destacarse grandes problemas en las variaciones de tasa de cambio, el cual hasta el momento se ha movido favorable a los exportadores, pero negativo para los importadores. En ese sentido, ante el estímulo y crecimiento monetario de Estados Unidos a partir del rescate aprobado para enfrentar la situación, las presiones y la compleja situación en la UE; la tasa de cambio de algunas de las monedas de la región con respecto al dólar, han sufrido y podrán sufrir devaluaciones a lo largo de año 2020 en torno entre 0,1 y 6% con la excepción del yen japonés en función del comercio de productos agrícolas ante la necesidad de garantizar la soberanía alimentaria (ver gráfico 6). 

Gráfico 6: Posibles variaciones de las tasas de cambio de algunas monedas de la región de Asia con respecto al dólar estadounidense en %.

Fuente: Elaboración del autor con información de FAO, 2020

Impactos del COVID-19 en la economía de China

El COVID-19 ha sido la situación sanitaria que más se ha propagado por China y que fue más difícil de contener desde la propia fundación del país como República Popular en 1949. A su vez, es la pandemia que más se ha extendido a más de 179 naciones y territorios del mundo, constituyendo ya no solo un desafío del gigante asiático, sino también del planeta. La necesidad de la lucha conjunta contra esta situación afianza el principio promovido por el presidente Xi Jinping, con el avance de la iniciativa de la Franja y la Ruta, es decir, la “construcción de una comunidad de destino común para toda la humanidad” incluso la necesidad de impulsar la Ruta de la Seda Sanitaria promovida en el 2017. De no trabajar en conjunto, los impactos de esta pandemia serán nefastos para la estabilidad económica mundial.

No es casual entonces que China promueva la cooperación a nivel mundial, incluso apoyando a Estados Unidos. La nación asiática está consciente que mientras más cooperación, más rápido puede combatirse la pandemia y causar menos daños no solo a la economía china, sino mundial. Son diferentes las proyecciones de crecimiento que realizan diversos organismos para el cierre del 2020 y 2021 de China, a partir de los posibles impactos del COVID-19. Indudablemente las afectaciones han sido severas, al caer los niveles de producción industrial en más de 30 años especialmente en el primer trimestre. Incluso en el mes de febrero la actividad se redujo al 36% en el sector manufacturero, mientras a 30% en el sector no manufacturero, lo que condujo a una severa contracción (BM, 2020).

Con el consumo de carbón a partir de la demanda de electricidad, condujo a una consecuente actividad económica que permitió contribuir al PIB. Además, las diferentes acciones implementadas por el Partido Comunista de China (PCCH), bajo la dirección de Xi Jinping han conducido a una reanimación inmediata de una serie de sectores de la economía de manera gradual. Estas acciones, junto a otras políticas económicas implementadas con el propósito de seguir profundizando el consumo interno, en medio de una cada vez más compleja situación global, condicionarán un incremento de las estimaciones del PIB en los próximos trimestres especialmente en los dos últimos del año. En ese sentido, varios organismos estiman diversos crecimientos económicos para el período 2020-2021 (ver gráfico 7), en tanto el autor desarrolla su propio cálculo teniendo en cuenta que considera que se está obviando la gran capacidad de China en el actual contexto y que puede mostrar sorpresas al mundo. 

Gráfico 7: Previsiones del crecimiento de China para el período 2020-2021 en %.

Fuente: Elaboración del autor con datos de OECD, BAD y BM, 2020.

En el presente se incluye además de los pronósticos del BM, OECD y BAD, los cálculos del autor del PIB por la vía del gasto en el que llega al resultado expresado (5,2% para 2020 y 6,9% para 2021) a partir del cálculo por la vía siguiente y que fue superior:

PIB = CH + CG + CIPSFL + FBKF + VE +X – M

CH: consumo de hogar

CG: consumo de gobierno

CIPSFL: consumo de instituciones privadas sin fines de lucro.

La dinámica del consumo interno, aunque tuvo su reducción a principios de año, debe destacarse que constituye una de las principales razones que condicione el incremento de la previsión del PIB chino.

FBKF: Formación bruta de capital fijo que representa el valor de mercado de la variación, en un período determinado de las existencias de materias primas y materiales, trabajos en curso o producción en proceso (excepto obras en construcción) y productos terminados. En este sentido, China tuvo grandes afectaciones en el primer trimestre y puede ser enfrentando situaciones adversas, debido a la situación del COVID-19 en países suministradores de materias primas y partes dentro de las CGV, especialmente de Europa.

VE: Variación de existencias

X: Exportaciones

M: Importaciones

Lo cual también puede expresarse en su versión resumida como:

PIB = CF + ACB + Xn 

Donde Xn son las exportaciones netas previstas, o sea la diferencia entre exportaciones e importaciones y que en las estimaciones se prevé a partir de los datos reales de períodos anteriores y las caídas previstas en el primer trimestre y segundo en función del agravamiento de la situación en Estados Unidos y Europa. Mientras en el Sudeste Asiático se profundiza el comercio con China a partir de un impulso económico chino y de un mejoramiento de la situación frente al COVID-19. Tal proyección puede variar en los próximos meses.

Las afectaciones de las exportaciones chinas a la UE no se dieron tanto en el período enero-febrero de 2020, sino particularmente en el período marzo-abril 2020. Los envíos chinos a Estados Unidos venían presentado caídas desde el 2019, a partir de la confrontación comercial bilateral, en el que en el mes de enero de 2020 fueron superiores las ventas que en igual período de 2019. El mejor mercado que ha experimentado tasas positivas para China ha sido el Sudeste Asiático. Sin embargo, se han incrementado exportaciones de productos de protección sanitarios al mundo entero, aunque también otra gran parte han sido donaciones.

Teniendo en cuenta que el porcentaje del turismo en las exportaciones de servicios del país representa solo el 1% del PIB, los daños en este sector no serán tan severos a diferencia de España que este sector representa el 16% y Estados Unidos que representa el 10%. China es mucho más emisor de turistas que receptor. En sentido de los gastos totales de turistas extranjeros en el mundo, el 19% le corresponde a la nación asiática, mientras el 10% a Estados Unidos, Alemania 7%, Reino Unido 5% y República de Corea 3%. Tan solo estos cinco países representan el 44% del gasto global (UNWTO, 2020). En cambio, otro países si tendrán mayores impactos por el viaje de turistas chinos, en primer lugar la República de Corea (40% de los turistas que arriban son chinos), Vietnam (32%), Japón (30%), Tailandia (28%) y Taiwán (23%).

En cuanto a las cuestiones financieras, China con relación a la crisis del 2008 tiene una deuda externa mayor. Pero aún tiene capacidades para hacerle frente a la situación, incluyendo las reservas que posee para enfrentar las capacidades de pago, a pesar de que en los últimos años se reducen (ver gráfico 8). Ante este escenario complejo frente al COVID-19 y otros que venían desarrollándose hubo un incremento de los niveles de deuda externa del país (y se prevé un incremento para el cierre de 2020) y una disminución de las reservas de US$ 3.161,5 miles de millones en 2018 a US$ 3.060,6 miles de millones en marzo de 2020 (BM, 2020 y Xinhua, 2020). 

Gráfico 8: Deuda externa de China en millones de dólares.

Fuente: BM, 2020.

Particularmente la deuda gubernamental de China también se incrementó de un 38% del PIB en 2013 a 45% en 2019 y se prevé para 2021 que sea de un 58% del PIB. Aun así, se encuentra en los límites permisibles y muy por debajo de otras economías vecinas como Malasia, Vietnam, Laos y Mongolia o de grandes economías como Estados Unidos y países europeos, estos últimos que sobrepasan el 100% en relación al PIB (BM, 2020). 

Políticas de respuesta para el tratamiento del COVID-19

Una de las primeras medidas vinculadas a los viajes, fue la severa restricción al tráfico doméstico e internacional de personas y el requisito de cuarentena estricta. Mientras como respuesta de salud, todas las provincias chinas declararon emergencia de salud pública, así como se levantaron los dos mayores hospitales en Wuhan en tiempo récord a nivel global, mientras se desarrollaron los servicios médicos gratuitos para enfrentar el COVID-19.

China liberó 20.000 toneladas de carne de cerdo de sus reservas centrales con el fin de aumentar el suministro del mercado, según el Ministerio de Comercio. A su vez, prevé poner más reservas de carne en el futuro, para atender adecuadamente a la demanda. Según los datos oficiales, los precios de la carne porcina, un alimento de consumo básico para la población china, continúa disminuyendo en el país como resultado de las múltiples medidas adoptadas por el gobierno para aumentar la oferta, entre las que se incluyen un aumento en los subsidios para restaurar la producción de cerdos, la liberación de las reservas de carne porcina congelada y la expansión de las importaciones.

Como política monetaria, el Banco Popular de China (BPCH) implementó variación de las tasas de interés, financiamiento líquido del 1,0% del PIB en los primeros dos meses de 2020 (0,4% del PIB mayor que el del pasado año), facilidades de refinanciación (0,8% del PIB) y recorte efectivo de la proporción del requisito de reserva el 16 de marzo que podría disparar 0,5% del PIB en base a la liquidez monetaria, así como incremento del control regulatorio de los fondos de préstamo cerca del 0,2% del PIB.

Como política fiscal se aplicó un estímulo de inversión pública  del 1,3% del PIB, medidas para facilitar las restricciones de liquidez de las pequeñas y medianas empresas (PYMES) (1,2% del PIB), gastos para el control y la prevención epidémica del 0,1% del PIB, exención de pago de impuestos para la provincia de Hubei, así como también, reducciones entre el 3% y el 1% para otras provincias que fueron afectadas por la pandemia. Otras aplicadas fueron rebajar/eximir el pago a los empleados de las contribuciones para la seguridad social y exonerar de aranceles a los suministros importados para el control de COVID-19 (BM, 2020).

China, a través del BPCH emitió US$ 988.000 millones de dólares (7 billones de yuanes a tasa de cambio de marzo 2020) en préstamos en el primer trimestre para apoyar la economía afectada por coronavirus. Los nuevos préstamos denominados en yuanes de China tuvieron un incremento de 1,2% en relación con los préstamos de igual período del año 2019. El emisor mantendrá una liquidez del mercado razonablemente suficiente para satisfacer las demandas prácticas y evitar una escasez de efectivo o el aumento de la inflación.

El BPCH añadió otra cuota de préstamos y redescuentos de 500.000 millones de yuanes para ayudar a las micro, pequeñas y medianas empresas a obtener créditos para la reapertura de sus negocios, seguida de un incremento de una cuota extra de redescuento de 1 billón de yuanes para bancos pequeños y medianos. 

Proceso de recuperación en China y cambio de algunos patrones.

El mercado chino se ha convertido en un lugar estratégico para muchas empresas con IED, especialmente en la costa Este del país. En la provincia de Zhejiang a medida que la epidemia ha ido disminuyendo, una gran parte de las compañías ya han logrado reanudar alrededor del 90% de su capacidad de producción en el mes de abril. No obstante, algunas otras han optado por “hibernar” y esperar a que el mercado se recupere. La ciudad que más se ha demorado en reiniciar operaciones ha sido Wenzhou, que fue la más afectada por la epidemia.

Algunas empresas han ajustado rápidamente sus líneas de productos para satisfacer las cambiantes demandas del mercado. En estos momentos, la situación demanda un grupo de productos a escala global, algunos de los cuales son de carácter temporal, pero otros pudieran ser de carácter permanente. Esta crisis cambia muchas cosas. Para el caso de empresas vinculadas al sector de tejidos, algunas modifican sus producciones a partir de la demanda de toallitas desinfectantes, batas quirúrgicas, máscaras y otros materiales han estado aumentando debido al brote de la neumonía.

Algo que ya se esperaba que sucediera, independientemente de la mejora de la situación en China y no en el resto del mundo, es que habrá afectaciones con el suministro de materias primas y en general la interrupción de las cadenas de suministros de la CGV, lo que como lección llevará a acortar estas. Un ejemplo es Zhejiang Liebherr Zhongche Transportation System Company, empresa mixta que fabrica sistemas de ventilación y aire acondicionado que se ha estado beneficiado de la expansión de la construcción ferroviaria a nivel nacional en China, sin embargo, algunos de sus materiales clave son importados de Francia e Italia, dos de los países epicentros del COVID-19 en Europa. No obstante utilizar materiales sustitutivos fabricados en China, el costo aumentará en un 20%, lo que llevará a encarecer precios o buscar nuevos mercados de suministros cercanos.

Aunque haya recuperación en China, la dinámica de las exportaciones caerá por la compleja situación global y por tanto, afectará también a esas empresas que están localizadas en el gigante asiático y cuyos principales mercados de exportación son Estados Unidos y Europa. Para superar las fluctuaciones del mercado, Sinomax (Zhejiang) Polyurethane Technology Company respondió con una inversión de US$ 20 millones en I+D, y un cambio de su enfoque orientándolo hacia el mercado chino.

A inicios de abril se desarrolló una reanudación de la producción en el sector manufacturero de China al 98,6%. Es decir, que las principales empresas industriales del país retomaron sus labores según el Ministerio de Industria y Tecnología Informática. A su vez, alrededor del 89,9% del personal de las compañías industriales con ingresos anuales superiores a US$ 2,8 millones había regresado a sus puestos de trabajo. En Hubei, el indicador de reanudación laboral en los negocios industriales supera el 95%. Ya regresaron a la normalidad la producción y operación de las grandes compañías farmacéuticas que procesan ingredientes vitamínicos, antibióticos, antipiréticos y analgésicos. Mientras tanto, a nivel nacional, el 76% de las PYMES han vuelto a funcionar normalmente. Unas 92 empresas líderes en industrias clave han ayudado a impulsar la reanudación laboral en más de 400.000 entidades de la cadena industrial y más de 350.000 compañías en China habían obtenido créditos a tasas preferenciales (Xinhua, 2020). 

Conclusiones

La pandemia del COVID-19 está reforzando la crisis económica internacional, la que se expresa en la caída del PIB global en términos generales, mientras afecta severamente el comercio, las cadenas globales de valor, el turismo, las aerolíneas, el sector de los alimentos y alojamientos entre otros de manera particular. Aunque Asia y China específicamente fue el epicentro global de la pandemia en un primer momento, la pronta respuesta de sus Estados, ha conducido a que esta región reduzca los efectos negativos más rápidamente que cualquier otra y la que podría, pese al impacto negativo, impedir caídas mayores en el PIB mundial.

Los principales centros económicos Estados Unidos, Europa y Japón tienen altos índices de enfermos y por tanto, con excepción de China que se ha ido recuperando, el resto podría agudizar los efectos de una recesión que indudablemente tendrá caídas en los crecimientos para el período 2020-2021. Los países más dependientes del turismo sufrirán grandes caídas especialmente las islas del Pacífico. En tanto se prevé según los organismos internacionales mejores proyecciones para Bangladesh, India, Vietnam, por citar algunos.

Asia Pacífico es la región que más afectaciones de pandemias locales, regionales y globales ha sufrido en los últimos años. Esto condiciona que en el futuro podrán surgir otras. El COVID-19 ha sido una lección donde demostró la importancia de la actuación del Estado y de la inversión en la salud pública. La inversión pública constituye una de las formas en que Asia podría conducir a crecimientos en relación con otras regiones, mientras el aumento del consumo interno es otra, especialmente en China, India, Vietnam, entre otros.

El impacto que puede tener en el futuro condiciona que las empresas mundiales replantearán las cadenas de suministro multinacionales que dominan la producción hoy día. En ese sentido, se achicarán las CGV, así áreas más cercanas.

Lo más importante que se expresa en la actual coyuntura de expansión de COVID-19 es que por primera vez desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos no es el líder en el impulso de los esfuerzos de la comunidad internacional en un proceso, ya sea de guerra, paz o situación excepcional. Indudablemente el coronavirus COVID-19 está influyendo en la aceleración del proceso de desmontaje del liderazgo hegemónico de Estados Unidos, mientras afianza el liderazgo de China, independientemente de todo el proceso de sinofobia que intenta promover. Es China la protagonista de estimular acciones de apoyo a las naciones en medio de la pandemia, así como promueve las lecciones a través de iniciativas de comunicación con el resto de los Estados. China envió ayuda a Italia antes que la UE,  también envió asistencia a Asia, a las Américas incluyendo los propios Estados Unidos, África, etc. También se destaca la asistencia de la República de Corea fundamentalmente en Asia, Europa y las Américas y no se puede dejar de reconocer también a Vietnam en su apoyo a países asiáticos y europeos.

Una lección es que se rescata el rol del Estado en las políticas económicas de los países y especialmente en la necesidad de poner mayor atención en los sistemas sanitarios. Lo que puede conducir al desmontaje parcial o total de los modelos neoliberales. Aunque muchos plantean que la actual situación acelera el proceso de desglobalización, lo cierto es que lo que hace es acelerar una globalización más centrada en China que en Estados Unidos. A la vez que, refuerza el movimiento del centro de gravedad de Occidente a Oriente.

Se producirá un refuerzo del movimiento hacia el nacionalismo, la rivalidad de las grandes potencias y el desacoplamiento estratégico.

Las estimaciones para el crecimiento de China al cierre del presente año según varios organismos están entre el 2,3% y el 4,9% del PIB, sin embargo, el autor considera que el país podría crecer en torno al 5,2% (incluso superior) a partir de las potencialidades que tiene el país fundamentalmente en la reactivación de la demanda interna y del impulso del sector privado y estatal en consonancia con el mercado regional asiático.

China ha ido impulsando una reanimación de la economía, pero indudablemente un agravamiento de la situación del COVID-19 en Europa y Estados Unidos impactará negativamente sobre el gigante asiático por el alto nivel de interrelación. Se producirán algunas adecuaciones en determinadas producciones a partir de la demanda global actual, incluso algunas permanecerán para el futuro a partir de las lecciones aprendidas por la dirección del Partido y Estado chinos. En estos momentos el crecimiento económico mundial depende de China como locomotora y es a su vez, el líder de la cooperación internacional. Las políticas económicas aplicadas han sido coherentes y han permitido reanimar de manera inmediata la economía nacional. 

* Centro de Investigaciones de Política Internacional, Cuba.

 

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