Archivo de la categoría: SALUD

LOS IMPACTOS SOCIALES DE LAS VACUNAS CUBANAS CONTRA LA COVID-19

Mario Antonio Padilla Torres*

Doctor Tomás Romay, iniciador de la vacunación en Cuba, vacunando a sus hijos. Foto: https://www.fotosdlahabana.com/tomas-romay-iniciador-vacunacion-en-cuba/
Introducción

Es la vacunación una de las mejores formas de prevención de las enfermedades transmisibles, por lo tanto las políticas de salud deben de estar contempladas para poder alcanzar una mayor eficacia en el control de las enfermedades.

Para poder lograr esta importante política de salud, el gobierno ha dado pasos para prevenir y controlar diferentes enfermedades, la batalla librada por científicos y personal de la salud en el afrontamiento de la enfermedad de la COVID – 19 es un ejemplo de ello.

Por eso dando cumplimiento a esta política, investigadores del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología, y del Instituto Carlos J. Finlay de Vacunas, desarrollaron la vacuna Abdala, Soberana 02 y Soberana 01, respectivamente, primeras vacunas latinoamericanas que obtuvieron la autorización para el uso de emergencia en la región y en el continente europeo, donde los resultados han sido positivos.

La aparición de dos nuevos candidatos vacunales, Soberana plus y Mambisa, multiplicó la obra científica, que coloca a Cuba en uno de los países con mayores candidatos vacunales y de una eficiencia respetada científicamente.

Por supuesto esto no surge con la aparición de la COVID-19, este trabajo científico vacunal tiene su historia, que ha posibilitado darle solución a la eliminación de otras enfermedades y poder llegar hasta nuestros días con una experiencia en la industria biofarmacéutica y poder darle solución a la pandemia que azota el orbe.

El objetivo fundamental de este trabajo es demostrar como las vacunas cubanas han impactado en la vida nacional y en otros países del mundo. 

Síntesis históricas de las vacunas cubanas

El 30 de marzo de 1849 murió a los 84 años víctima de cáncer el médico cubano Tomas Romay. A este sabio humanista, quien también se interesó por la botánica, la agricultura, la química y la educación, se le recuerda sobre todo por introducir la vacunación en Cuba.

Para la Cuba del siglo XIX este procedimiento se conocía como “inoculación” y se realizaba a partir de la experiencia y de los estudios europeos sin contar con demasiada aceptación en las tierras de la colonia. Sin embargo, con el inicio en diciembre de 1803 durante una pandemia de viruela, la Sociedad Patriótica le encomendó a Romay que llevara a cabo una campaña al interior de la isla para investigar el virus y convencer a quienes rechazaban la vacunación como un método efectivo para erradicar la enfermedad. Romay, con la intención de probar lo contrario, llegó a utilizar en demostración pública a dos de sus hijos como sujetos de prueba, y ya en enero de 1804 se habían practicado las primeras vacunaciones en la ciudad de Santiago de Cuba. (Castro, de la Osa, 2022)

Desde la década del 60 del pasado siglo la dirección de la Revolución cubana encabezada por su presidente Fidel Castro Ruz con visión de futuro percibió tempranamente la importancia de las ciencias como factor de independencia nacional y dando muestra de una visión clara de futuro, se decidió la creación de un centro científico integral, que sirviera de base a un importante desarrollo científico en diferentes disciplinas. Así surge el Centro Nacional de Investigaciones Científicas (CENIC) inaugurado el 1ro de julio de 1965.

El científico y fundador del primer frente biológico Manuel Limonta Vidal describe que “Nuestro proyecto de trabajo comenzó en el mes de enero de 1981. Sus primeros dos resultados fueron: Primero, establecer un vínculo de trabajo en el Hospital M. D. Anderson y el Instituto de Tumores de ese centro en Houston, Texas, a través de una coordinación con el Profesor Randoll Lee Clark, presidente de esa institución en ese momento, donde recibieron entrenamiento los dos primeros integrantes de nuestro Equipo; allí obtuvimos tecnologías y la vinculación con el primer Laboratorio productor de Interferón reconocido internacionalmente, ubicado en Helsinki, Finlandia, que lo obtenía a partir del procesamiento de glóbulos blancos de la sangre. Segundo, asimilar toda la tecnología de la producción del interferón en una estancia de 9 días en el Laboratorio del Profesor Kari Cantell en Helsinki, que culminó el día 30 de marzo de 1981, con nuestro Equipo inicial de dos personas, al cual se incorporaron otros cuatro compañeros procedentes del CENIC”. ( Limonta,2020)

Con la fundación del Centro de ingeniería genética y biotecnología (CIGB) en los años 80 del siglo XX, comienza una etapa de gran productividad, se consolida la biotecnología de plantas, biotecnología industrial se perfeccionó la producción del Interferón, y concluyeron los trabajos de obtención y producción de la vacuna contra la Hepatitis B recombinante.

Otro momento histórico importante para el desarrollo de esfera biotecnológica a finales de los 80 y principio de los 90 del pasado siglo fue la vacuna contra el meningococo B y C, tuvo un gran impacto desde su creación en 1989, ya que no existía ninguna para este padecimiento. Fue la primera en el mundo eficaz contra el meningococo del serogrupo B (causante de la meningitis B), con una eficacia de 83 %. VA-MENGOC-BC es la vacuna contra la enfermedad meningocócica del serogrupo B que se aplicó en el mayor número de personas susceptibles en el mundo. En América Latina se administraron más de 60 millones de dosis.

Obtenida por síntesis química la vacuna Quimi-Hib, conjugada contra el Haemophilus influenzae tipo B sobre un antígeno totalmente sintético., fue la primera en el mundo de este tipo. Creada por un equipo de investigadores del Centro de Química Biomolecular (CQB), es resultado de una colaboración científica con Canadá: los titulares de la patente son la Facultad de Química de la Universidad de La Habana y la Universidad de Ottawa. En el propio año 2003, cuando fue registrada, comenzó su comercialización. Está indicada para la inmunización activa contra las enfermedades invasivas causadas por el Haemophilus influenzae tipo B, para niños desde los 2 meses hasta los 5 años de edad. (CECMED, 2019)

A solicitud de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y como resultado de la colaboración entre Cuba y Brasil, en 2011 son entregadas a este organismo internacional para su distribución y aplicación millones de dosis de la vacuna antimeningitica vax-MEN-AC, específica para los serotipos A y C, fabricada por el Instituto Finlay cubano y envasada en Brasil. Este producto estuvo destinado fundamentalmente a personas que viven en zonas de África donde la enfermedad es altamente epidémica.(CADENAGRAMONTE,2022)

La vacuna CIMAVAX-EGF constituye otro ejemplo a destacar. Fabricada por el Centro de Inmunología Molecular (CIM) para el tratamiento de pacientes con cáncer de pulmón de células no pequeñas en estadios avanzados, después de la primera línea de quimioterapia y con concentración elevada del Factor de Crecimiento Epidérmico en suero, forma parte del cuadro básico de medicamentos cubano desde 2014 y desde 2015 se comercializa en el exterior, una de las vacunas líderes de la cooperación entre Cuba y Estados Unidos en el marco de la ciencia.

El Dr. Kalet León, vicedirector primero de Investigación y Desarrollo del CIM, resaltó, en entrevista con Cubadebate, lo novedoso de esta vacuna que no cura el cáncer, pero sí mejora la condición clínica de los pacientes y su calidad de vida. (Cubadebate, 2022)

“Esta es la primera vacuna terapéutica de su tipo contra el cáncer avanzado de pulmón, que concluyó su ensayo clínico en 2011, pero de la que ya se extiende su aplicación en la atención primaria de salud con alentadores resultados al prolongar la supervivencia de los enfermos”. (Cubadebate, 2022)

Según este experto, el uso de la vacuna ha prolongado la vida de pacientes que tenían diagnosticadas perspectivas de vida de seis meses hasta cinco años.

“El cáncer de pulmón es una enfermedad en la que la probabilidad de supervivencia para los pacientes diagnosticados en etapa avanzada es muy baja”, señaló, por lo que la vacuna busca movilizar el sistema inmunológico, para que sus componentes luchen contra las células cancerosas que crecen dentro del cuerpo. (Cubadebate, 2022)

“Tenemos un estudio clínico en Europa, y otro en Estados Unidos con el Instituto para el Cáncer Roswell Park. El año pasado se hizo un fase 1 que ha demostrado que los pacientes americanos están reproduciendo los datos de Cuba, y empezó ahora el fase 2. Este ha sido uno de los productos líderes de la empresa mixta que se fundó en el Mariel con Estados Unidos”. (Cubadebate, 2022)

Se han logrado vacunas bivalentes, trivalentes, tetravalentes y pentavalentes, también otros productos de tipo terapéutico para combatir el SIDA, que alargan la aparición de la enfermedad en personas ya contagiadas y en variantes preventivas. 

Impacto social de las vacunas

El impacto social de los productos biotecnológicos nacionales puede encontrarse en las diferentes vacunas obtenidas y en su repercusión en la población como en los casos, entre otros, de la meningitis B/C y la hepatitis B; las tecnologías para el diagnóstico de defectos del tubo neural, dengue, kits para embarazos, vacunas contra el cáncer de pulmón, fármacos dedicados a combatir enfermedades virales, el infarto del miocardio y el rechazo al trasplante de órganos.

La industria biofarmacéutica cubana ha sido clave en la estrategia frente a la pandemia del nuevo coronavirus. La mayor parte de los productos utilizados como segmento de los protocolos de enfrentamiento a la enfermedad son nacionales y se han empleado con efectividad en pacientes graves y críticos.

Los principales productos cubanos utilizados durante esta pandemia han sido: Biomodulina T. Un inmunomodulador de origen natural, Hebertrans. Un factor de transferencia Nasalferon. Una formulación nasal de IFN alfa 2B humano recombinante, Hebrón. Un interferón alfa 2B humano recombinante, Heberferon R. Un IFN alfa-2B + IFN gamma, Jusvinza. Péptido inmunomodulador, Itolizumab. Anticuerpo monoclonal anti- CD6. El Itolizumab se está probando en los Estados Unidos. En América Latina lo han solicitado. (DEL SOL, 2020)

Se encuentran en estudio otros medicamentos como: el Péptido CIGB 300, inhibidor de la enzima caseína quinasa, la vacuna antimeningocócica VAMENGO-BC y la vacuna CIGB 2020. Hasta ahora, el esquema de inmunización cubano incluye trece vacunas. De ellas, ocho ya se producen en la Isla. (cubaminrex, 2020)

Hay cinco candidatos vacunales, tres ya son vacunas. Sobresale Soberana 02, que ya se está escalando en grandes lotes, lográndose una vacunación masiva a la población. Las restantes son Soberana 01, Abdala, Mambisa y Soberana Plus.

La ventaja de la Soberana consiste en haber aprovechado plataformas preestablecidas, práctica mundialmente adoptada para acortar los plazos ante el impacto global de la pandemia. Esta vacuna se ha basado en la proteína RBD como antígeno principal. (BBC News Mundo, 2021, 19 febrero)

Cuba ha vacunado a un mayor porcentaje de su población contra la COVID-19 que casi todas las naciones más grandes y ricas del mundo. De hecho, solo los Emiratos Árabes Unidos, ricos en petróleo, cuentan con un registro de vacunación más sólido. La pequeña isla caribeña ha logrado este hito al producir su propia vacuna contra la COVID-19.

“A los que hemos estudiado biotecnología no nos sorprende en ese sentido, porque no ha surgido de la nada. Es producto de una política gubernamental consciente de inversión estatal en el sector, tanto en salud pública como en ciencias médicas”. (Yaffe, 2022)

«Creo que está claro que muchos países y poblaciones del sur global ven en la vacuna cubana su mejor esperanza para vacunarse en 2025.” “Es una hazaña increíble”, dijo a CNBC por teléfono Helen Yaffe, experta en Cuba y profesora de historia económica y social en la Universidad de Glasgow, Escocia. (Yaffe, 2022)

Hasta el 26 de mayo del 2022, alrededor del 90% (9.963.107) de la población cubana ha sido vacunada completamente contra la COVID con tres dosis, y de refuerzo 7.243.143 personas. (MINSAP, 2022)

Estas cifras incluyen niños desde los dos años, que comenzaron a recibir la vacuna hace varios meses. Las autoridades sanitarias del país están lanzando vacunas de refuerzo a toda la población este mes en un intento por limitar la propagación de la variante omicron COVID-19 altamente transmisible.

El país de aproximadamente 11 millones sigue siendo el único país de América Latina y el Caribe que ha producido una inyección local para la COVID-19.

“La pura audacia de este pequeño país para producir sus propias vacunas y vacunar al 90% de su población es algo extraordinario”, dijo a CNBC John Kirk, profesor emérito del programa de América Latina de la Universidad de Dalhousie en Nueva Escocia, Canadá, a través de CNBC. (Kirk, 2022)

El prestigioso sector biotecnológico de Cuba ha desarrollado cinco vacunas contra la COVID-19 diferentes, incluidas Abdala, Soberana 02 y Soberana Plus, todas las cuales, según Cuba, brindan más del 90% de protección contra la COVID-19 sintomático cuando se administran tres dosis.

A diferencia de los gigantes farmacéuticos estadounidenses Pfizer y Moderna, que utilizan tecnología de ARNm, todas las vacunas de Cuba son vacunas de proteínas de subunidades, como la vacuna Novavax. Crucialmente para los países de bajos ingresos, son baratos de producir, se pueden fabricar a escala y no requieren congelación profunda. (Kirk, 2022)

Esto ha llevado a los funcionarios de salud internacionales a promocionar las inyecciones como una fuente potencial de esperanza para el “sur global”, particularmente cuando persisten las bajas tasas de vacunación. Por ejemplo, mientras que alrededor del 80 % de las personas en la Unión Europea han sido vacunadas completamente, menos del 17 % de los africanos han recibido una inmunización básica contra la Covid. (Gonzalez, 2021, The new York Times, 2022)

Conclusiones

A diferencia de otros países o empresas farmacéuticas, Cuba se ha ofrecido a participar en la transferencia de tecnología para compartir su experiencia en la producción de vacunas con países de bajos ingresos.

Cuba está abierta al mundo para la colaboración sistemática en el desarrollo de la biotecnología y otros frentes de la Salud pública, con fines filantrópicos de ayudar a los más desposeídos, experiencias tenemos. Existe hoy en día una colaboración con la República Popular China que data de más de 20 años, con empresas nacionales y mixtas y resultados favorables para nuestros pueblos.

“El objetivo de Cuba no es hacer dinero rápido, a diferencia de las corporaciones multinacionales de la droga, sino mantener el planeta saludable. Entonces, sí, obtener una ganancia honesta pero no una ganancia exorbitante como lo harían algunas de las multinacionales”. (Kirk, 2022)

El logro exitoso de la medicina y de la ciencia cubana, específicamente en el sector biofarmacéutico está demostrando al mundo cuanto puede hacer un país pequeño, escaso de recursos y bajo un cerco feroz económico, comercial y financiero.

Tres elementos fundamentales diferencian a Cuba de las trasnacionales de la medicina y la biofarmacéutica: lograr un capital humano preparado para enfrentar retos pandémico fieros, poseer un sistema de salud organizado desde la base hasta nivel gubernamental y tener un sistema donde el hombre es lo principal no el mercado del medicamento.

La biofarmacéutica cubana después de más de 30 años recoge mayores frutos ahora en época de pandemia, el riguroso estudio de las experiencias internacionales y la inteligencia y creatividad nacional con productos producidos por el país,  se presentan los cubanos con una auténtica soberanía en salud y la biofarmacéutica, en la lucha contra la COVID-19.

*Doctor en Ciencias Filosóficas, Universidad de la Habana, Máster en Ciencias Históricas. Está Diplomado en Cultura, Ministerio de Cultura de Cuba, Licenciado en Ciencias Políticas, Bakú, Azerbaiyán. Secretario Académico, Profesor e Investigador Titular del Centro de Investigaciones de Política Internacional de la República de Cuba. (CIPI), actualmente es líder del proyecto investigativo “Oportunidades para Cuba de poder realizar investigaciones conjuntas con especialistas estadounidenses en el campo biofarmacéutico hacia el 2025”.

 

Bibliografía

Cadena Agramonte.

https://www.cadenagramonte.cu/articulos/ver/17939:vacuna-cubana-antimeningitica-vax-men-ac-otro-logro-de-la-colaboracion-sur-sur/

Castro Haroldo Miguel Luis, Camacho de la Osa Daniel. “Vacunación en Cuba: historia y realidades”. CUBAHORA. Primera Revista Digital de Cuba. 2022. 

https://www.cubahora.cu/ciencia-y-tecnologia/vacunacion-en-cuba-historia-y-realidades

CECMED.QUIMI-HIB® (VACUNA CONJUGADA CONTRA EL HAEMOPHILUS INFLUENZAE TIPO B) 

https://www.cecmed.cu/registro/rcp/biologicos/quimi-hibr-vacuna-conjugada-haemophilus-influenzae-tipo-b

Collazo Herrera M, Galindo Sardiña MA, Jova Morel R y Romero Torres K. “Impacto económico y en salud obtenido con la inmunización infantil con vacunas en Cuba en 1962-2012”. 

https://cuba.campusvirtualsp.org/impacto-economico-y-en-salud-obtenido-con-la-inmunizacion-infantil-con-vacunas-en-cuba-en-1962-2012

Cubadebate. “Por qué el extraordinario éxito de la vacuna contra el covid en Cuba podría ser la mejor esperanza para los países de bajos ingresos”. 

http://www.cuba.cu/salud/2022-01-15/por-que-el-extraordinario-exito-de-la-vacuna-contra-el-covid-en-cuba-podria-ser-la-mejor-esperanza-para-los-paises-de-bajos-ingresos/58648

La industria biofarmacéutica cubana contra la COVID-19. cubaminrex.2020. 

https://misiones.cubaminrex.cu/es/articulo/la-industria-biofarmaceutica-cubana-contra-la-covid-19-1

Del Sol Orue, María Rosa. “Aplicarán Biomodulina T y Factor de Transferencia en instituciones de Camagüey” 

http://www.acn.cu/salud/70397-aplicaran-biomodulina-t-y-factor-de-transferencia-en-instituciones-de-camagueey

Galindo Santana Belkys María, Arroyo Rojas Lellanis, Concepción Díaz DamarysSeguridad de las vacunas y su repercusión en la población” 

http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0864-34662011000100013

Gárciga María Carla. “Ocho preguntas y respuestas para entender la industria de vacunas en Cuba”. 2021. 

https://periodismodebarrio.org/2021/05/ocho-preguntas-y-respuestas-para-entender-la-industria-de-vacunas-en-cuba/

Lamrani Salim. El sistema de salud en Cuba: origen, doctrina y resultados. 

https://journals.openedition.org/etudescaribeennes/21413

Limonta-Vidal, Manuel. Historia exitosa de una visión de futuro: la biotecnologia médica en cuba consultar:

https://www.paho.org/cub/dmdocuments/BIOLimontaM.pdf 

mlimonta@infomed.sld.cu

Limonta-Vidal, Manuel. “Cuba y el reto de producir interferón”. 

https://www.google.com/search?q=limonta-vidal+manuel+historia+exitosa+de+una+vision+de+futuro%3A+la+biotecnologia+m%C3%A9dica+en+cuba&oq=&aqs=chrome.1.35i39i362l8.30546273j0j15&sourceid=chrome&ie=UTF-8

Minsap Redacción. 

https://salud.msp.gob.cu/actualizacion-de-la-vacunacion-en-el-marco-de-los-estudios-de-los-candidatos-vacunales-cubanos-y-la-intervencion-sanitaria/

Organización Mundial de la Salud. Criterios de salud pública para ajustar las medidas de salud pública y social en el contexto de la COVID-19. Ginebra: OMS; 2020. [Acceso 16/09/2021]. Disponible en: https://apps.who.int/iris/handle/10665/332169

Pérez Villanueva, Omar Everleny. “El desarrollo de la biotecnología en Cuba. Retos en la estrategia económica después de 2021” 

https://horizontecubano.law.columbia.edu/news/el-desarrollo-de-la-biotecnologia-en-cuba-retos-en-la-estrategia-economica-despues-de-2021

Ramón María del Carmen. “Revolución en 60: ¿Cómo Cuba se convirtió en potencia mundial de la Biotecnología”? 

http://www.cubadebate.cu/especiales/2019/01/15/como-cuba-se-convirtio-en-potencia-mundial-de-la-biotecnologia/

Vela Valdés J. ¿Qué significan los cinco candidatos vacunales cubanos contra la COVID-19? Rev. Cuba. Salud pública. 2021 [acceso 25/08/2021];47(2):e3122. Disponible en: http://www.revsaludpublica.sld.cu/index.php/spu/article/view/3122

¡SALUD!

 Iris Speroni (gab: https://gab.com/Iris_Speroni)

¿Qué tenemos ahora? Un sistema de salud disgregado y sin política general, excepto la anomia.

Invito a ver o a rever la película “12 monos”.

No ya con la mirada fija en los aspectos de ciencia ficción, sino en el derrumbe de una sociedad otrora organizada, los edificios decrépitos luego de años sin mantenimiento, la suciedad en las calles y el aspecto general de decadencia luego de que se rompiera un sistema interno de funcionamiento en la sociedad.

Y por casa, ¿Cómo andamos?

Hermosos edificios públicos construidos 100 años atrás se ven con paredes descascaradas, persianas oxidadas y puertas sin barniz, escalones de mármol rajados o con un trozo faltante, vitrales reparados de cualquier manera, con vidrios transparentes, cañerías obstruidas. Lo vemos en todos los órdenes: defensa, seguridad, justicia, educación y salud.

Vivimos en un “12 monos” que se fue gestando lentamente. La socialdemocracia que sufrimos desde 1983 a la fecha ha abandonado todas sus obligaciones públicas y ha escatimado fondos al mantenimiento de activos fijos y a la calidad de la prestación de servicios. Paradójicamente, estos “servicios” que nos presta (que no nos presta) el Estado, nos cuestan el doble que hace 40 años atrás. En efecto, hoy el Estado nos sale entre el 46% y el 50% del PBI (según el año), mientras todo lo que existe se hizo y se mantenía con el 25% del PBI.

La gran diferencia son los inútiles que nos gobiernan. Caros, ineptos, ladrones. Pero sobre todas las cosas desprecian a “los negros de mierda” a los que deberían educar(nos) y sanar(nos), evitar de que no les/(nos) entren a sus/(nuestras) casas para robar y brindarles/(nos) justicia, ya sea de un problema de medianera o la custodia de un hijo. No lo hacen. Total, para que ocuparse y gastar plata en “esos negros de mierda” (o sea, nosotros). Como dije en varias oportunidades, nuestra casta política nos desprecia.

El sistema de salud

¿Qué tenemos ahora? Un sistema de salud disgregado y sin política general, excepto la anomia. El gobierno de Menem lo provincializó. A todas luces, luego de 20 años, un error que pagamos día a día.

El actual sistema abandonó la prevención y detección temprana de enfermedades. Sólo se ocupa —mal y caro— de curar. Es decir, de lo que las autoridades llaman la salud asistencial. Llegar cuando ya es tarde. Tiene varias ventajas: es caro, lo que autoriza a gastar dinero en insumos. Permite varios quioscos, muchos de ellos con socios proveedores, ya sea las farmacéuticas, ya sea de los otros insumos.

Actualmente tenemos un sistema pseudocompartimentado, con varios vasos comunicantes.

Por un lado las obras sociales sindicales.

Como la formalidad laboral cae en picada en forma sostenida desde el 2002 a la fecha, sólo la mitad de los trabajadores cuentan con esta cobertura. He escrito en varias oportunidades mi disgusto por el trabajo precario, que el presidente de la Nación, Alberto Fernández tanto defiende y quiere acrecentar[1]. El trabajo informal, tan defendido por Fernández et al, deja al trabajador a la intemperie. Con todos los defectos de las obras sociales sindicales, siendo el primero la falta de homogeneidad en la calidad de prestaciones entre los diferentes sindicatos; con todos sus defectos, brinda un servicio inestimable a los trabajadores. Éstas se apoyan en las prestaciones privadas (clínicas) a las que contrata, un punto débil del subsistema.

El otro sector que presta servicios es la salud privada o prepagas. Una deformación de las viejas mutuales de hace 100 años atrás. Es caro y no siempre entrega lo que promete. Es un dolor para la clase media, que desconfía del hospital público. Es un sector social totalmente agredido por las políticas públicas de la socialdemocracia, ya que no cuenta con buenos servicios públicos por lo que debe compensar a su costo. Gran parte de los ingresos de este sector de la sociedad se va en pagar la “prepaga”, el colegio privado de los chicos y las expensas del departamento. Deja poco lugar para el ahorro y la compra de bienes durables; con el agravante de que cuando una persona pierde su trabajo, se queda sin cobertura médica o sin dinero para la prepaga. Una pesadilla.

La paradoja de la socialdemocracia argentina, a diferencia de la europea, es la ausencia de bienes públicos. Europa da hospitales públicos y colegios públicos de más o menos buena calidad. Nosotros tenemos malos servicios, como en Perú, Colombia, Bolivia, México o Sudáfrica. Con la diferencia que esos países tienen un sistema que cuesta el 22% del PBI y acá no. Tenemos costos de país socialdemócrata y servicios de países normales. Lo peor de ambos mundos.

Por último el servicio público de salud. Parte está en manos provinciales y una pequeña fracción en las nacionales, como los hospitales Garrahan y Posadas, las campañas nacionales de vacunación (las ordinarias anuales), los transplantes y pocas cosas más. En las localidades pequeñas sólo hay hospitales públicos o salas de primera atención, ya que la ubicación de clínicas sería antieconómica. Luego está el PAMI, un sistema supuestamente público de administración de salud, pero que subcontrata todas las prestaciones que brinda. El presupuesto nacional de salud también se gasta en subsidios a las OOSS y a las prepagas.

La característica principal de todos los subsistemas es que brindan medicina asistencial y han abandonado en su totalidad la prevención, con la excepción del plan de vacunación de infantes y adolescentes.

Otro gran retroceso ha sido la suspensión del servicio militar donde todos los años se revisaba al 50% de los individuos de 18 años, con lo que se tenía el pulso de la situación sanitaria de la población. No sólo en enfermedades, sino datos nutricionales (altura, peso). Toda esa información hoy no los tenemos.

La característica general de la salud pública (excepto en algunas provincias y excepto en algunas localidades pequeñas) es la falta de respeto al ciudadano. Horas de cola para ser atendido, profesionales mal pagos, situación de huelga permanente en algunos casos, como provincia de Buenos Aires, que hace que los casos caigan en las guardias y no sean seguidos por los consultorios externos. Falta de atención en las internaciones (sábanas limpias, comida saludable, medicación, cociente enfermeros/paciente). Lo de siempre.

Esto sucede por varias razones. La primera es el desprecio total y absoluto de los gobernantes por los gobernados. Por más que el discurso que emiten diga todo lo contrario. Lo importante son las acciones. El desprecio se ve en el estado de los edificios, en los sueldos que le pagan a los profesionales de la salud y en la organización del servicio (horas de espera para —con suerte— ser atendido). La segunda razón: el robo. El Estado gasta fortunas en comprar medicamentos y otros insumos[2]. Un gran negocio entre proveedores del Estado y funcionarios corruptos. Una pena que no gasten (aunque roben) en brindar prevención y buenos servicios asistenciales. Dentro de esta lógica se inscribe la destrucción del sistema de salud mental[3]. Compra de fármacos, derivaciones al sistema privado (en los casos en que se le pueda sacar plata a las familias) y posibilidad de negociados inmobiliarios en los predios donde había hospitales neuropsiquiátricos. En su infinito desprecio a la población fueron incapaces de subirle los sueldos al personal de salud en el 2020, al punto de verse forzados a hacer marchas para que les den unos pesos. Ni con la pandemia rectificaron el rumbo de subfinanciación o mala administración del sistema.

Por esa razón digo que no es sólo peculado, sino desprecio también[4]. O más.

Por el bienestar del Pueblo y el engrandecimiento de la Nación

Nosotros no gobernamos. Nosotros = los que amamos a nuestro pueblo y nuestra Patria. Nosotros = los que no somos socialdemócratas. Socialdemócratas = gente que desprecia a su pueblo, gente sin Patria y sin Dios.

Nosotros no gobernamos. Ni tenemos expectativas de hacerlo a la brevedad. Eso no implica que no debamos pensar qué es lo que hay que hacer.

La salud de la población es una prioridad. Necesitamos un pueblo sano en todos los órdenes, para fortalecer al país, para eliminar cualquier factor de vulnerabilidad, para aumentar nuestras chances de supervivencia, tanto individuales como colectivas.

 

Propuestas

Prevención. El primer paso es la nutrición. No es sólo una cuestión de dinero sino de saber cocinar. Entender cuál es la mejor composición de carbohidratos, lípidos, proteínas, vitaminas y agua. Saber hacer comidas nutritivas y baratas. Hoy miles de familias humildes le dan de comer a sus hijos hamburguesas y salchichas compradas, cuando el kilo de hamburguesa elaborada cuesta más que un kilo de cuadril de la mejor calidad. Generar acceso a formas de cocción alternativas (hornos de barro y cocinas económicas). Los comedores colectivos (merenderos y otros) han hecho un gigantesco daño cultural que habrá que revertir[5]; la mejor manera es que los sueldos sean superiores a US$ 230 y que todos tengan trabajo formal. Agrego que un gobierno nacional debe controlar las porquerías que agregan a los alimentos las plantas elaboradoras y que causan graves daños a la salud de la población, si bien es un envenenamiento lento.

El segundo es la educación física. Volver a tener esa disciplina en las escuelas (hoy hacen que hacen). Conocer el cuerpo. Enseñar destrezas. Generar el hábito que acompañe a nuestra población toda la vida.

El tercero es la higiene. Volver a las campañas públicas (hervir agua y alimentos), la calidad de las bebidas, no abusar de las gaseosas azucaradas. Enseñar todas las enfermedades infectocontagiosas y como prevenirlas (materia obligatoria en la primaria cuando yo era chica). Generar conocimiento del medio a las personas para que sepan defenderse (awareness). Combatir la suciedad a través de campañas masivas. Tanto del propio cuerpo como del barrio.

El cuarto es la prevención con detección temprana. Los niños examen completo, incluido auditivo y oftamológico, para detectar falencias y subsanarlas desde el principio para obtener buenos resultados escolares. Control anual a toda la población. Controles ginecológicos y de próstata para los varones adultos. Todas las mujeres deberían hacerse pap y mamografías a partir de determinada edad. Combatir la obesidad, el alcoholismo y el abuso de drogas como factores de riesgo de la población. La persona es “libre”, pero luego la factura la pagamos nosotros.

Quinto. Volver a imponer el servicio militar, ahora para ambos sexos. Tiene varias ventajas. Una es la revisión de la totalidad de la población nacida en Argentina a los 18 años. Luego enseñar —para el que se olvidó de lo que le enseñaron en la escuela— higiene sanitaria, prevención de enfermedades y técnicas de primeros auxilios, entre otros conocimientos de preservación propia y cuidado de la comunidad.

Sexto. Volver a un sistema nacional. Con foco en la prevención y que garantice homogeneidad en la calidad de servicios en todo el territorio. Brindar servicios mejores que los privados para que la clase media vuelva al hospital y se le alivianen los presupuestos familiares. Buenos sueldos para los profesionales. Auditorías en las compras de insumos y licitaciones transparentes. Brindar servicios de salud en las zonas rurales como forma de seducción para que se mude la población de la ciudad a las localidades más pequeñas. Construir tres o cuatro “garrahans” en el interior del país. Derogar la ley de salud mental y volver a tener a nuestros locos bajo cuidado; ellos y el grupo familiar. Tener una política activa de contención y si es posible, recuperación de alcohólicos y drogadictos. Tenerlos durmiendo en las recovas de Leandro N. Alem y Paseo Colón no es, ciertamente, la solución.

Séptimo. Amar a la Patria y a su Pueblo.

* Licenciada de Economía (UBA), Master en Finanzas (UCEMA), Posgrado Agronegocios, Agronomía (UBA).

 

Referencias

[1] Como Alberto Fernández lo ha expuesto en su discurso inaugural el 10 de diciembre de 2019 y repetido las dos veces que habló frente a la Asamblea Legislativa el 1º de marzo del 2020 y del 2021, los “movimientos sociales” son un ariete político contra los sindicatos, la formalidad laboral y en definitiva, el pueblo argentino, ya que los desviste de una organización que mal, regular o bien, los protege.

[2] Los transplantes son un negocio gigantesco, con gastos millonarios en fármacos. De ahí la presión para la ley Justina. El otro punto es gran parte de la “recolección” de los órganos se hace en hospitales públicos, en particular en zonas pobres, como Florencio Varela. Los destinatarios, en su gran mayoría, son tratados en clínicas privadas. Ver los datos públicos del ministerio de salud.

[3] Nota sobre la Ley de Salud Mental de Claudia Peiro.

“La rara Ley de Salud Mental argentina que recela de la psiquiatría y la niega como ciencia médica”, https://www.infobae.com/sociedad/2020/10/25/la-rara-ley-de-salud-mental-argentina-que-recela-de-la-psiquiatria-y-la-niega-como-ciencia-medica/

[4] Un caso claro fue la discusión del aborto. Más allá de la discusión ideológica de Kissinger vs. General Perón, está la cantidad de compras masivas de misoprostol. Los capitostes del radicalismo emitieron un videoclip, integrado en su totalidad por varones sexagenarios u older, donde afirmaban que el aborto era una cuestión de salud, para prevenir la muerte de las mujeres. Es del 2018. Ese mismo año fallecieron 19 mujeres por abortos (sumados los practicados en hospitales públicos y los clandestinos privados). Todos los años fallecen miles de mujeres por cáncer de mama y cáncer de útero. Todos los años mueren casi 300 mujeres por parte, en general por problemas previos no tratados (obesidad, hipertensión, diabetes, Chagas). Nunca, desde 1983, los políticos se ocuparon de la salud de las mujeres, lo que hace el argumento utilizado a favor del aborto lo que es: falso. La UCR gobernó o cogobernó desde 1983 11 años y medio (5,5 Alfonsín, 2 de la Rúa, 4 Macri). Nunca se ocuparon —tampoco lo hicieron Menem, Duhalde, Kirchner, Cristina Fernández o Alberto Fernández— de prevenir enfermedades ginecológicas. Cristina Fernández hizo una campaña contra el HPV, que tenía por fin comprar vacunas. Les hacían análisis de HPV a las jujeñas de la Puna, pero no un pap, o análisis de tuberculosis o Chagas. Lo de siempre, hacer que se hace. Nunca “cuidar” con sinceridad al pueblo.

[5] Si bien han brindado grandes ayudas en tiempos de colapso.

 

Publicado originalmente por Restaurar.org, http://restaurarg.blogspot.com/2021/08/salud.html

 

LA INTELIGENCIA SANITARIA. UNA INTELIGENCIA SECTORIAL DE LA INTELIGENCIA ESTRATÉGICA.

Marcelo Javier de los Reyes*

Introducción

La actividad de inteligencia debe desarrollarse para anticipar las amenazas, para la adecuada toma de decisiones para la prevención y la resolución de conflictos que pudieran derivar en crisis.

Por su parte, la Inteligencia Estratégica requiere de información de diversas fuentes y su producto contribuirá a la Planificación Estratégica Nacional, la que tiene por propósito el largo plazo, vinculando la información de todas las áreas de inteligencia interior y de inteligencia exterior, así como las provenientes de otras áreas sectoriales de la inteligencia, con el objetivo de poner en manos del gobierno los elementos fundamentales para la toma de decisiones.

Entre esas inteligencias sectoriales que nutren a la Inteligencia Estratégica deben mencionarse la Inteligencia Estratégica Militar, la Inteligencia Criminal y la Inteligencia Competitiva. La Inteligencia Médica se halla dentro de la Inteligencia Militar pero a los efectos de optimizar la Planificación Estratégica —y como consecuencia de la pandemia de coronavirus que se ha expandido por el planeta— la Inteligencia Sanitaria debería ser considerada como parte esencial de la Inteligencia Estratégica.

La Inteligencia Médica

Jonathan D. Clemente, en su artículo Medical Intelligence nos dice que “la intersección de la medicina, la inteligencia y la seguridad nacional data de los primeros días de la Segunda Guerra Mundial”[1].

Ante la inminencia de la guerra, los oficiales médicos estadounidenses de la Subdivisión Quirúrgica de Medicina Preventiva General del Ejército (Army Surgeon General’s Preventive Medicine Subdivision) debieron abocarse a escribir sobre salud pública en los territorios ocupados para su inclusión en un manual de campo del ejército[2]. Estos oficiales también debieron realizar encuestas sanitarias en las bases militares en Terranova, América Central y del Sur y en las Antillas, pues se consideraban esenciales para la defensa del hemisferio occidental[3].

En junio de 1941 el Ejército de los Estados Unidos estableció una “Inteligencia Médica” separada de la mencionada Subdivisión[4], si bien cuando los Estados Unidos ingresaron a la guerra, en diciembre de 1941, la Inteligencia Médica aún no estaba preparada para realizar eficazmente su labor. Era importante contar con una extensa lista de las principales enfermedades que podían aquejar a los militares así como de aquellas de menor importancia que podían afectar a las tropas y, en segundo lugar, a la población civil.

Este fue el origen del National Center for Medical Intelligence (NCMI), un componente de la Defense Intelligence Agency (DIA).

La Segunda Guerra Mundial fue la primera guerra en la historia de los Estados Unidos, en la que el número de los heridos en combate superó a los de aquellos con enfermedades y lesiones contraídas fuera del campo de batalla[5].

La evolución de la guerra fue incrementando el desarrollo de la Inteligencia Médica y la captura de un equipo médico enemigo y sus drogas se constituían en una fuente de información valiosa. Así fue como la antecesora de la CIA, la Oficina de Servicios Estratégicos (OSS) fue recabando información sobre los planes militares del adversario, sus capacidades para desarrollar una guerra biológica así como los propios conocimientos en medicina del enemigo. En verdad, la separación de las líneas de defensa entre los adversarios no significaba un obstáculo para la propagación de las enfermedades, entre las que se pueden mencionar el tifus y las ocasionadas por el piojo[6].

Creada la CIA, ya en 1947 comenzó a producir informes de inteligencia médica focalizados en el bloque comunista y durante la guerra de Corea (1950-1953), la comunidad de inteligencia reestructuró sus actividades dedicadas a la inteligencia científica y técnica para delimitar responsabilidades y evitar duplicaciones innecesarias.

La Inteligencia Médica se ha desarrollado, entonces, en el marco de la Inteligencia Militar y no es de interés de este artículo considerar sus vaivenes históricos sino ponderarla en función de las actuales circunstancias en las que la humanidad se encuentra enfrentando la pandemia de coronavirus que ha condenado a buena parte de la población, según las modalidades implementadas por cada país, a la supresión total o parcial, por tiempo no siempre determinado, de actividades sociales, laborales, etc.

Esa unidad de Inteligencia del Ejército —que examina enormes volúmenes de información en busca de pistas sobre acontecimientos globales de salud, ubicada en la base de Fort Derrick, en Frederick, Maryland— fue la que a finales de febrero hizo sonar la alarma mientras el presidente Donald Trump exhortaba a los estadounidenses a no atemorizarse por el nuevo coronavirus. Los miembros de esa unidad, profesionales de inteligencia, ciencia y medicina, son quienes monitorean y siguen las amenazas globales de salud que pudieran poner en peligro a los estadounidenses[7].

El 25 de febrero —quince días antes que la Organización Mundial de Salud definiera al brote como una pandemia global—, cuando aún había pocos casos en Estados Unidos, la unidad de Inteligencia Médica elevó su nivel de alerta, considerando que el coronavirus podía convertirse en una pandemia en 30 días[8]. Por su parte, el presidente Trump tuiteaba desde Nueva Delhi que “El coronavirus está bajo control en Estados Unidos”.

La unidad, generalmente, envía sus apreciaciones a las autoridades de Defensa y de Salud pero se desconoce si el presidente u otros funcionarios del gobierno tomaron conocimiento de las mismas[9]. Para elaborar sus consideraciones se nutre tanto de fuentes públicas (Open Source Information Intelligence, OSINT) como de fuentes cerradas. De este modo, la Inteligencia Médica procede a procesar la información médica, biocientífica, epidemiológica, ambiental, relacionadas tanto con la salud humana como con la salud animal, con énfasis en la actividad militar.

La Inteligencia Sanitaria

Una Inteligencia Médica, confinada a una estructura militar para realizar inteligencia sobre enfermedades infecciosas o traumas derivados de la guerra parecería que hoy, ante los numerosos desafíos que afectan al mundo, resulta insuficiente; aunque en realidad ya lo era si se tiene en cuenta la amenaza de las armas biológicas y que las guerras no se libran en campos sino que son principalmente urbanas.

Sus funciones deberían ser ampliadas para convertirse en una inteligencia sectorial que suministre información a la Inteligencia Estratégica. La Inteligencia Sanitaria, como toda inteligencia, recoge información, la evalúa y procede a elaborar informes que permitan tomar decisiones con el objetivo de optimizar la salud de los pacientes y de la sociedad.

Dados los mencionados desafíos, la Inteligencia Sanitaria debe poner la mira en numerosos retos que afectan a las sociedades actuales y trabajar conformando un equipo multidisciplinario de profesionales.

Cabe aquí considerar algunos de esos retos: con motivo de la disolución de la Unión Soviética y de la expansión de la globalización sobre sus espacios, a partir de la década de 1990 se incrementaron las migraciones, lo que llevó consigo una creciente preocupación respecto de la propagación de enfermedades infecciosas, de enfermedades que hasta ese momento eran endémicas. La actual pandemia de COVID-19 ha demostrado cómo, debido a la interconexión global, una enfermedad se puede propagar con rapidez, ocasionando una saturación de los servicios de salud, provocando serias dificultades tanto para los estados afectados como para las empresas de transporte y las sociedades en general.

El cambio climático y la interconexión mundial también han provocado la migración de los agentes portadores de enfermedades. Así por ejemplo, puede mencionarse que en Nueva York, en el verano de 1999, se detectó por primera vez el virus del Nilo Occidental —que es transmitido por un mosquito—, enfermedad identificada en Uganda en 1937. Desde ese verano, la enfermedad se ha propagado a lo largo de los Estados Unidos.

En 2016, también en Nueva York, se ha documentado el primer caso de transmisión sexual de mujer a hombre del virus de Zika, lo cual aumenta las posibilidades de que la enfermedad pueda extenderse mucho más allá de los países en los que ya es endémica y donde los mosquitos son la fuente de contagio más importante[10].

En resumen, la propagación de las enfermedades infecciosas se ha facilitado por una mayor resistencia de los organismos a los medicamentos, por la degradación ambiental, por una infraestructura de salud insuficiente en áreas en desarrollo y por la mayor facilidad de los viajes internacionales.

La actual situación de la pandemia de coronavirus, como los ataques con ántrax en septiembre de 2001, también han despertado las sospechas de que estas enfermedades pueden ser producto de creaciones de laboratorios, con lo cual deben ser objeto de análisis más minuciosos de la inteligencia.

En este sentido, un ejemplo y un avance lo constituye, en el ámbito agropecuario, la definición de las bases del sistema de inteligencia sanitaria y fitosanitaria conjunta por parte de Argentina y Chile[11]. En función de ello, representantes del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA) y del Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) de Chile se reunieron en junio de 2019 en Mendoza, Argentina, a los efectos de definir conceptos y objetivos, así como también de identificar herramientas y trazar líneas de trabajo iniciales. El propósito es optimizar “la vigilancia fitosanitaria a través del desarrollo de tecnologías, la elaboración de reportes sobre amenazas internacionales y la generación de modelos epidemiológicos para plagas de interés”[12]. Las autoridades intervinientes del encuentro manifestaron que estas definiciones son esenciales “para contar con un sistema que permita alertar sobre las amenazas fitosanitarias, priorizarlas para su atención y brindar alternativas para su abordaje”, es decir que son fundamentales para la toma de decisiones[13].

Como los alcances de una Inteligencia Sanitaria como la que se propone son amplios, en el sentido de salvaguardar la salud pública tanto de una región como del territorio nacional, deberían incluirse cuestiones de fundamental importancia como el acceso al agua o una educación sanitaria que les permita a los ciudadanos adquirir conocimientos, aptitudes e información acerca de opciones saludables. Del mismo modo, que contemple qué elementos debe producir el país para estar preparado ante situaciones dramáticas pero previsibles. 

Algunas consideraciones finales

Quizás la Inteligencia Sanitaria podría ser considerada como excesiva pero debe verse como una inversión necesaria para evitar costos mayores. La pandemia de coronavirus ha expuesto la insuficiencia de los servicios de salud en numerosos países y la falta de producción de elementos imprescindibles para la protección no solo del personal de la salud sino también de la población en general. Eso ha llevado a compras de elementos que, en numerosos casos, no respondieron a las necesidades sanitarias, ocasionando un dispendio innecesario de recursos.

La pandemia ha demostrado que puede hacer estragos en determinados sectores de la población con mayor virulencia: las personas mayores y los pobres. Una de las recomendaciones es lavarse las manos, pero en muchas zonas las personas carecen de acceso al agua. ¿Servirá esta triste experiencia para que los tomadores de decisión asuman qué significa “inversión” en estos casos? Porque las enfermedades, los lisiados y las muertes implican un costo para el Estado. Esto bien vale para aquellos que están involucrados en el debate “economía o vida”.

Es en estos casos en que se debe aprender de las experiencias y cambiar el rumbo. Nuevamente el costo de la prevención puede resultar menor que el de intentar dar soluciones cuando ya es tarde. Precisamente, la Inteligencia trabaja en la prevención, en la anticipación de los problemas o de las crisis y para reducir la incertidumbre.

Dicho esto y a partir de esta coyuntura, entonces, se hace necesario repensar en que es necesario desarrollar una Inteligencia Sanitaria abarcativa. Sólo se precisa de un equipo reducido de personal multidisciplinario, que participe de una comunidad ampliada de Inteligencia que se vincule con numerosas oficinas gubernamentales (municipales, provinciales y nacionales), con empresas privadas como así también con asociaciones científicas.

La información recabada a partir de esa comunidad coadyuvaría en la Planificación Estratégica regional y nacional, es decir, en la adopción de una correcta política sanitaria y en la toma de decisiones —el curso de acción a seguir— ante situaciones de emergencia.

Se trata de ponderar lo que se denomina el capital humano de la Nación, recurso tan importante como los naturales.

Por todo lo expresado, la Inteligencia Sanitaria debería sumarse a las otras inteligencias sectoriales que nutren a la Inteligencia Estratégica para favorecer y aportar a la toma de decisiones políticas. 

 

* Licenciado en Historia egresado de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires (1991). Doctor en Relaciones Internacionales, School of Social and Human Studies, AIU, Estados Unidos. Director de la Sociedad Argentina de Estudios Estratégicos y Globales (SAEEG). Autor del libro “Inteligencia y Relaciones Internacionales. Un vínculo antiguo y su revalorización actual para la toma de decisiones”, Buenos Aires, Editorial Almaluz, 2019.

Referencias

[1] Jonathan D. Clemente. “Medical Intelligence”. The Intelligencer Journal of U.S. Intelligence Studies, volumen 20, number 2, Fall/Winter 2013, Association of Former Intelligence Officers (AFIO), [consulta: 13/08/2015].

[2] Ídem.

[3] Ídem.

[4] Ídem.

[5] Ídem.

[6] Ídem.

[7] “EEUU: Unidad de inteligencia médica advirtió de coronavirus”. Infobae, 17/04/2020, <https://www.infobae.com/america/agencias/2020/04/17/eeuu-unidad-de-inteligencia-medica-advirtio-de-coronavirus/>. [consulta: 20/04/2020].

[8] Ídem.

[9] Ídem.

[10] Marc Santora. “Twist in Zika Outbreak: New York Case Shows Women Can Spread It to Men”. The New York Times, 15/07/2016,<https://www.nytimes.com/2016/07/16/nyregion/zika-virus-female-to-male-sexual-transmission.html>, [consulta: 12/06/2020].

[11] “Agropecuario. Argentina y Chile definen las bases de sistemas de inteligencia sanitaria conjunta”. Grupo de Noticias La Provincia, 25/06/2019, <https://www.grupolaprovincia.com/agropecuario/argentina-y-chile-definen-las-bases-de-sistemas-de-inteligencia-sanitaria-conjunta-315871>, [consulta: 22/06/2020].

[12] Ídem.

[13] Ídem.

 

©2020-saeeg®