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LOS MITOS, EL LOGOS Y LA CORRECCIÓN POLÍTICA

Marcos Kowalski*

Imagen de Gerd Altmann en Pixabay

Una de las cosas más dolorosas de nuestro tiempo es que esos que tienen una certeza absoluta son estúpidos y en cambio los que tienen imaginación y capacidad de comprender están llenos de duda e indecisión.

Bertrand Russell

 

Un mito (del griego μῦθος, mythos, “relato”, “cuento”) es un relato que se refiere a unos acontecimientos prodigiosos, protagonizados por seres sobrenaturales o extraordinarios, tales como dioses, semidioses, héroes, monstruos o personajes fantásticos, que buscan dar una explicación a un hecho o un fenómeno. El mito es una historia fabulosa de tradición oral que, mediante los personajes sus acciones o sucesos, explican cosas y aspectos irreales de la vida.

Los mitos son relatos fabulosos que pretenden dar modelos de actuación. Se tratan de imponer como relatos llenos de autoridad pero sin justificación. Apelan emotivamente a las cosas como si siempre hubieran sido así; son relatos que explican o dan respuesta a interrogantes o cuestiones importantes para los humanos y, al mismo tiempo, las actuaciones extraordinarias de los personajes míticos son un ejemplo o pauta a seguir.

Como sabemos, y venimos repitiendo en diferentes notas y artículos nuestros, ya los griegos disponían de un gran número de mitos. Los mitos constituyen el principio del proceso intelectual del hombre. En el mito el saber es infundado, pero es el primer paso hacia un tipo de pensamiento que se dio desde los comienzos de la historia y que tuvo lugar en la Grecia antigua. Mientras que el mito intenta explicar la realidad mediante cuentos o historias, aparece en los pensadores griegos el logos (en griego λόγος, “palabra”, “dicho”) que trata de explicar lo real mediante bases en el razonamiento humano.

El pensar y el amor al conocimiento, en definitiva la “Filosofía”, surgió, según indican todos los manuales al uso, a partir del momento en que salimos de la primitiva oscuridad en la que los seres humanos acudíamos a los mitos para explicar los sucesos del universo y comenzamos a hacer uso de la Razón para dar respuesta tanto a esas antiguas preguntas como a otras de nuevo cuño. Se trata del denominado, en filosofía, “paso del mito al logos”

El termino logos, procedente también del griego, como ya fue mencionado, fue utilizado con múltiples significados, siendo los fundamentales los de “cálculo” y “discurso”, y que en filosofía se suele traducir, en la mayoría de las ocasiones, por “razón” o “pensamiento”. En Platón el “Logos” es el discurso articulado que permite dar razón de una cosa. En Aristóteles, al entender que la lógica se ocupa del discurso declarativo (del discurso que afirma o niega) éste pasa a constituirse en el objeto de la lógica como “logos apophantikós” (“discurso declarativo”).

En la primera mitad del siglo VI antes de la era cristiana comenzó a desarrollarse por parte de los pensadores de Mileto, llamados presocráticos, entre ellos, Tales, explicaciones racionales de lo que acontecía en la realidad, diferenciándolas de las mitológicas que son de tipo mágicas. Estas dos explicaciones, las basadas en el logos o razón, y en el mito, coexistieron durante mucho tiempo.

Heráclito considera al “logos” como el ser unificador, identificado con la inteligencia, que a la manera de una ley, ordena el continuo fluir evolutivo existencial. El “logos” es aquello que es común, eterno. Es la inteligencia que, a pesar de ser común a todos, cada uno la vivencia como algo personal y que se expresa a través de la palabra. En el Cristianismo, específicamente en el Evangelio de San Juan, el “logos” se halla identificado con Dios.

Como curiosidad, pero también con relación al tema, recordemos que, en Matemática, el escocés John Napier (1550-1617) unió la palabra “logos” con “arithmós” (“número”), ambas de origen griego, para acuñar el término “logaritmo” que designa el exponente al que elevarse un número para obtener el que se necesita.

Como hemos dicho, desde el logos nace la filosofía alrededor del siglo VI a. de C. en el momento en que es planteado el que se considera el primer problema filosófico expresado en la pregunta por el “arché de la physis”, que significaba el cuestionarse por el comienzo del universo o el primer elemento de todas las cosas.

Una pregunta que implicaría asimismo una nueva estrategia de respuesta basada en principios racionales que explicarían la “naturaleza” última de lo real (el agua para, por ejemplo, Tales de Mileto, considerado el primer filósofo). La identificación de tal principio supondría la existencia de un orden racional en el universo que el ser humano es capaz de conocer a través de su propia racionalidad y del análisis crítico.

El universo deja así de ser un “caos” y pasa a convertirse en un “cosmos” ordenado según las leyes de la Naturaleza. La humanidad, gracias a la Filosofía, dejaba atrás el oscurantismo mitológico para descubrir la Razón y, consecuentemente, la Filosofía y la Ciencia. Todo desarrollo posterior del pensamiento racional partiría de ese descubrimiento griego.

En nuestros tiempos y en las comunidades nacionales donde la razón desplaza a los mitos, como consecuencia del proceso de análisis y reflexión a los que se somete la articulación de la realidad ciudadana, las distintas ideas que genera la convivencia no se arraigan en mitos, sino en instituciones que receptan la pluralidad, asegurando a través de procedimientos previamente acordados, encauzar en armonía las iniciativas personales y colectivas.

En una sociedad como la actual, que se caracteriza por la heterogeneidad, son las instituciones y no los mitos las que hacen posible articular las diferencias que surgen entre los diferentes sectores en favor de una convivencia pacífica como Nación. Pero hay sociedades en las que la vigencia de los mitos penetra toda la realidad, consagrando prescripciones prodigiosas para reducir la complejidad social a un patrón homogéneo, con la limitación a la libertad colectiva y personal que ello supone. Nosotros hoy, también, disponemos de mitos que cumplen tanto la función explicativa como la función ejemplificadora.

Y el mito de los mitos, el más actual, el más vigente y que pretende no serlo es, sin dudas el de “la corrección política”, y es un mito de mitos porque pretende surgir de la razón; en general, se puede decir que ser políticamente correcto es usar expresiones y llevar a cabo acciones cuyo fin sea evitar las agresiones, el conflicto u ofender a grupos de personas particulares, lo cual es aparentemente razonable.

Su uso comenzó en la segunda década del siglo XX y lo utilizaba gente cercana a las ideologías marxistas y leninistas para referirse a quienes seguían al pie de la letra las directrices de sus partidos en tono de burla. Pero rápidamente “entró” en las socialdemocracias europeas y en las décadas de 1980 y 1990 pasó a un escenario distinto. Se encendió un debate en universidades y medios de comunicación sobre los alcances de la corrección política, que ya venía usándose como forma de protección de minorías. Y es que en la discusión afloraron posiciones de todo tipo, desde aquellos que la defendían para proteger a sus comunidades de agresiones e insultos, hasta quienes argumentaban que sus ideas democráticas de igualdad eran “en realidad autoritarias, ortodoxas y de influencia comunista, cuando se oponen al derecho de las personas a ser racistas, sexistas y homofóbicas”, como lo detalló Herbert Kohl.

Entonces aparece una característica, “lo políticamente correcto” (PC) no es más de derecha, izquierda o de centro, es “progresista” y todos los países que se jactan de su socialdemocracia la adoptan como regla; está donde se encuentre algún tipo de poder “progresista”. Se impulsa el mito a través de la excusa de defender las minorías de una censura disparatada.

No hay alguien que defina exactamente qué cosas son políticamente correctas. Dependen de un contexto y un momento particular. No está escrito y les resulta importante a los impulsores de la “corrección política” que permanezca así, porque hace creer que se actúa libremente, inclusive, diría que lo “políticamente correcto” no es decir lo que pienso, sino lo que considero conveniente sobre tal tema. Es la vía para ser aceptados socialmente, una manera correcta de encajar.

La mítica aberración de esta “corrección política” llega ya a extremos inverosímiles. Cuartos de baños neutrales para no ofender a la minoría “transgénero”. En este sentido podemos mencionar el denominado “lenguaje inclusivo”.

Palabras vetadas, como “maternidad” o “paternidad”, rechazadas porque “marcan género”. Obras de teatro donde Hamlet, un príncipe danés de la Edad Media, es encarnado de manera inverosímil por un actor de raza negra en nombre de la correcta integración. Y una larga relación de “abusos” contra los que hay que luchar de manera activa, como “los privilegios de los blancos”, la opresión patriarcal, la islamofobia, los derechos de género y un largo etc.

La meta es blindar la peculiaridad del gran yo. Los críticos más duros del fenómeno llegan a hablar de “un McCarthysmo cultural de izquierdas”. El nuevo credo cuenta con potentes aliados. Los gigantes tecnológicos de Silicón Valley, Hollywood, o medios tan influyentes como The New York Times o la revista The Atlantic en Estados Unidos o la casi totalidad de los medios con el grupo Clarín a la cabeza en Argentina son paladines de la contra cultura y mito de la corrección política.

Se estableció así, mediante el flujo de importantes fondos aportados por grupos económicos con un aparente papel filantrópico y desde poderosas organizaciones no gubernamentales, una nueva forma de censura. Una censura perversa para la que no estábamos preparados, pues no la ejerce el Estado, el gobierno, el partido o la Iglesia, sino fragmentos difusos de lo que llamamos partes minoritarias de la sociedad civil.

Se logra en muchos casos con la introducción del temor a caer en lo “incorrecto” y aun en contra del propio raciocinio de las personas a fomentar la autocensura, que puede ser la peor forma de coartar la creatividad y la libre expresión, porque pretende cercar el discurso libre, el debate abierto y el intercambio de ideas.

Este mito no se sostiene porque no existe una razón natural para que perdure. Tomemos por ejemplo el famoso lenguaje inclusivo, la idea de los sostenedores de lo PC creen que el lenguaje es directamente responsable de la discriminación, una idea muy extendida que, sin embargo, es esencialmente falsa. Que es el lenguaje el que crea el estereotipo o el sexismo. Imaginemos que, como piden, que se quitara del diccionario la palabra negro, porque puede usarse en tono racista. Tendríamos que buscar otra palabra para referirnos a todo lo que tiene ese color y al negro terminaríamos diciéndole “no blanco”.

Hace relativamente poco, el autor de este articulo escuchó en la calle a unos estudiantes referirse a otro como ese gay de m….., con lo cual no le decían “puto” pero lo de ser de m….. no se lo quitaban. Las intervenciones externas sobre el lenguaje rara vez son duraderas y solo en circunstancias muy especiales.

Como se verá, cuando alguna propuesta humana se despega de la realidad y promueve soluciones, para la generalidad o las minorías que no son racionalmente naturales, inexorablemente no pueden perdurar en el tiempo, son mitos y no provienen del logos, ese razonamiento que nos diferencia de los animales y que nos dimensiona y nos da la trascendencia que Dios nos ha destinado.

Por eso creemos firmemente que el mito de la “corrección política” no perdurará. No importa cuanto lo promocionen y propicien sus poderosos auspiciantes, los sexos seguirán siendo dos y complementarios, los padres lo seguirán siendo y el lenguaje volverá a proporcionar las diferencias que Dios y la naturaleza ha impuesto en este mundo.

 

* Jurista USAL con especialización en derecho internacional público y derecho penal. Politólogo y asesor. Docente universitario. Aviador, piloto de aviones y helicópteros. Estudioso de la estrategia global y conflictos.

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ISRAEL Y SUS CIUDADANOS ÁRABES

Giancarlo Elia Valori*

Un tema que rara vez se trata públicamente es la situación entre los ciudadanos judíos y árabes israelíes (cristianos y musulmanes). El 26 de abril de 2020, la Oficina Central de Estadísticas de Israel informó datos oficiales de población del Estado del Cercano Oriente: 6,8 millones de judíos (74%), 1,93 millones de árabes (21%) y 454.000 cristianos no árabes o seguidores de otras religiones (5%). El índice de fertilidad, según los datos más recientes (2018) tiene una ligera tendencia más alta por parte de la minoría árabe.

Según datos preliminares del Instituto de Políticas Populares Judías (JPPI), actualizados al 21 de abril de 2020 y sobre la compilación del próximo índice de pluralismo 2020, en el último año se ha producido un cambio significativo en la forma en que se identifican los ciudadanos árabes de Israel.

Según la encuesta, realizada por la Universidad de Tel Aviv, las minorías de Israel (26%) son principalmente israelíes y la mitad (51%) se identifica como árabe-israelí.

La proporción de no judíos que se hacen llamar principalmente palestinos se sitúa en torno al 7%, frente al 18% del año pasado.

Además, ha habido un aumento considerable en el número de árabes que se hacen llamar israelíes, esa cifra ha aumentado del 5% en 2019 al 23% este año.

Se puede observar que estas cifras indican un cambio significativo en la identificación estatal de los árabes israelíes al final de un año electoral (consultas del 9 de abril de 2019), en el que se discutió la cuestión de la participación de los árabes israelíes en la arena política y en el tejido social del Estado.

Otra pregunta de la encuesta pidió a los encuestados que evaluaran cuánto estaban de acuerdo con la frase: “Me siento como un verdadero israelí”.

La mayoría de los árabes (cristianos+musulmanes) dijeron que estaban completamente de acuerdo (65%) o de alguna manera estar de acuerdo (33%) con la identificación de ciudadanos israelíes.

Entre los árabes musulmanes, por otro lado, la mayoría que se siente israelí están en el 61%, mientras que casi uno de cada cinco árabes musulmanes (18%) dice lo contrario.

El presidente del Instituto de Política Popular Judío, Avinoam Bar-Yosef, no mencionó el impacto de las elecciones anteriores y, en cambio, estimó que los resultados de la encuesta se deben al trabajo dedicado por los árabes israelíes en el campo médico, especialmente durante la lucha contra el desafío planteado por la crisis COVID-19, que profundizó el sentido de colaboración entre las dos comunidades.

Exactamente el año anterior, el 28 de marzo de 2019, una encuesta publicada por la webzine israelí “Sicha Mekomit”, señaló que la mayoría de los ciudadanos israelíes creían que existían relaciones positivas entre las poblaciones judías y árabes del país.

El 53% de los judíos encuestados dijo que las relaciones diarias entre judíos y árabes son en gran medida positivas, y un tercio testificó relaciones negativas basadas en la experiencia personal. Sólo el 13% dijo que no tenía suficiente contacto con la población árabe para responder.

Alrededor del 76% de los árabes encuestados dijeron que, en su vida diaria, las relaciones entre judíos y árabes eran en gran medida positivas. Sólo el 6% subrayó que no tenía suficiente contacto con el otro grupo de población para responder.

Una encuesta previa a las mencionadas elecciones parlamentarias del 9 de abril de 2019, realizada por Dahlia Scheindlin y David Reis, reveló que la mayoría de los judíos y árabes creen que la cooperación entre las dos poblaciones puede perseguir diversos objetivos, entre ellos la protección del medio ambiente, los derechos de los trabajadores y los derechos de las mujeres.

En todas las cuestiones abordadas, entre el 55 y el 58% de los encuestados consideraron que la cooperación judío-árabe ayudaría a abordar y resolver problemas, y sólo entre el 10 y el 14% pensó que resultaría perjudicial. Entre los encuestados árabes, el 72% dijo que la cooperación sería útil, en comparación con el 54% de los encuestados judíos.

En cuanto a las elecciones ya mencionadas, casi la mitad de los árabes encuestados (47%) dijo que estaría dispuesta a votar por un partido judío si cumplía con sus puntos de vista, significativamente más del 15% de los votantes árabes que apoyaron a los partidos no árabes en las elecciones de 2015.

Sin embargo, sólo el 4% de los judíos encuestados expresó su voluntad de votar por un partido árabe. Alrededor del 88% de los judíos rechazaron la idea.

Aunque los partidos árabes nunca se han unido a un gobierno de coalición, el 87% de los encuestados árabes dijeron que están a favor en cierta medida de la pertenencia a un partido árabe gobernante. Sólo el 4% de los árabes rechazaron la hipótesis. Entre los judíos encuestados, sin embargo, sólo el 35% dijo que un partido árabe que se uniera al gobierno sería en cierta medida aceptable.

Cuando se preguntó a los encuestados árabes si reconocían a un pueblo judío junto al pueblo palestino, un gran 94% de los árabes respondieron con aprobación y sólo el 6% dijo que sólo había un pueblo palestino.

Entre los judíos encuestados, el 52% reconoció la existencia de un pueblo palestino, mientras que el 48% dijo que sólo hay un pueblo judío.

La encuesta también preguntó a los encuestados árabes cómo se definieron a sí mismos. Casi la mitad (46%) se hace llamar árabe-israelíes, el 22% dijo que eran árabes, el 19% dijo que eran palestino-israelíes y el 14% se describió a sí mismos como palestinos.

Un interesante artículo de Umberto De Giovannangeli apareció en el nº 9/2018 de “Limes”, pero de plena actualidad, nos muestra una encuesta publicada por la sección israelí de la Konrad Adenauer Stiftung, relacionada con el programa de cooperación judío-árabe en el Dayan Center de la Universidad de Tel Aviv y por Keevoon, una empresa de investigación, estrategia y comunicación (margen de error declarado: 2,25%).

“El número de personas que han aceptado responder positivamente a las preguntas sobre las instituciones estatales es significativamente alto y refleja una aspiración general de integrarse en la sociedad israelí”, explicó Itamar Radai, director académico del programa Adenauer e investigador del Dayan Center. Al mismo tiempo, los encuestados identificaron la discriminación percibida como una de las principales causas de preocupación, y el 47% declaró que se sentían “generalmente tratados de manera desigual” como ciudadanos árabes. La mayoría de los encuestados también se quejan de una distribución desigual de los recursos fiscales del Estado. Según Michael Borchard, director de la oficina israelí de la Fundación Konrad Adenauer, uno de los resultados más significativos de la encuesta es la respuesta dada a la pregunta: ‘¿Qué término te describe mejor?’ La mayoría (28%) respondió árabe israelí; el 11% respondió simplemente israelí y el 13% se describió como ciudadano árabe de Israel. El 2% respondió musulmán israelí. Sólo el 15% se describió como simplemente palestino, mientras que el 4% dijo ser palestino en Israel, el 3% de ciudadanos palestinos en Israel y el 2% palestinos israelíes. 8% de los encuestados prefirieron autoidentificarse simplemente como musulmanes.

En otras palabras, según la encuesta, el 56% de los ciudadanos árabes se definen de una manera u otra israelíes, el 24% palestinos. Sólo el 23% evita cualquier referencia a Israel, mientras que el 9% de alguna manera combina el término palestino con los términos israelí o “en Israel”. “El hecho básico”, dice Borchard, “es que hay una mayor identificación con Israel que con un posible Estado palestino: los árabes quieren ser reconocidos en su identidad específica, pero no tienen ningún problema en estar vinculados a Israel”. La encuesta también encontró que los ciudadanos árabes israelíes están más preocupados por la economía, la delincuencia y la igualdad interna que por la cuestión palestina.

Los datos obtenidos del artículo de De Giovannangeli y de las encuestas anteriores basadas en Israel nos llevan a creer que el laicismo tradicional de los ciudadanos árabes palestinos es claro. Por lo tanto, la complejidad antiisraelí de los países de Medio Oriente, entre los que “paradójicamente” existen muchos aliados de los Estados Unidos de América, un antiguo amigo de Israel, puede ser menos sentida por los ciudadanos árabe-israelíes cuanto mayor es la situación económica de los mismos.

Como resultado, cuanto mayor sea el nivel de bienestar de la población de un país, mayor será la fricción sobre la que los terceros soplan para revivir el fuego de la discordia.

 

* Copresidente del Consejo Asesor Honoris Causa. El Profesor Giancarlo Elia Valori es un eminente economista y empresario italiano. Posee prestigiosas distinciones académicas y órdenes nacionales. El Señor Valori ha dado conferencias sobre asuntos internacionales y economía en las principales universidades del mundo, como la Universidad de Pekín, la Universidad Hebrea de Jerusalén y la Universidad Yeshiva de Nueva York. Actualmente preside el «International World Group», es también presidente honorario de Huawei Italia, asesor económico del gigante chino HNA Group y miembro de la Junta de Ayan-Holding. En 1992 fue nombrado Oficial de la Legión de Honor de la República Francesa, con esta motivación: “Un hombre que puede ver a través de las fronteras para entender el mundo” y en 2002 recibió el título de “Honorable” de la Academia de Ciencias del Instituto de Francia.

 

Nota: traducido al español por el Equipo de la SAEEG con expresa autorización del autor.

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AÑO 2020 DE NUESTRO SEÑOR: EL NUEVO ORDEN CORONA AL VIRUS

Der Landsmann

Si la cinematografía es un barómetro de la sociedad, resulta curioso que durante los ‘felices veinte’ el cine europeo produjera cintas como un ‘Nosferatus’, vampiro tan expresionista como el médico alemán ‘Caligari’, ‘La parada de los monstruos’ o el ciclo del Doctor Mabuse, sin olvidar las primeras versiones de Frankenstein y su monstruo, la amplia gama de vampiros (a lo Lon Chaney , a lo Lugosi, etc.) y aquel inolvidable ‘M. El vampiro de Dusseldorf’, películas todas ellas que demostraban la verdadera situación de la sociedad europea más allá de la inconsciente alegría y del delirio consumista que ya entonces se presentía.

Fue Jaspers quien, en su “Origen y meta de la historia’, puso el dedo en la llaga demostrando que el horrible drama de la I Guerra Mundial no había sido superado todavía: ‘Después de la guerra cayó el crepúsculo sobre todas las civilizaciones. Presentíase el fin de la humanidad de esa encrucijada en que vuelven a fundirse para desaparecer o para nacer de nuevo, todos los hombres, todos los pueblos. No era aún el fin pero en todas partes se admitía ya ese fin como una posibilidad. Todos vivíamos esperando en una angustia espantosa o en un fatalismo resignado”.

Los millones de muertos de Verdún y del Marne, los hombres que fueron sepultados a miles bajo las trincheras, los que sucumbieron en las insensatas cargas a la bayoneta, fueron una visión excesivamente aterradora para aquella generación y las venideras. Los monstruos, los seres aberrantes que el cine recreó no eran más que la sublimación en el celuloide de aquel estado de espíritu.

En los últimos días, vemos como los infectados por COVID-19 crecen exponencialmente en número y muchos ven señales apocalípticas en ello. Cierto es que, guerras y pestes, han sido un factor importante de control demográfico, pero, como bien me comentaba mi padre días atrás, la peste generalmente se lleva a los viejos, y la guerra a los jóvenes.

Si hablamos de pestes, la historia tiene un rico historial de ellas. Hagamos un pequeño repaso:

    • La viruela: se cree que apareció en el 10.000 a. de C. Llegó a ser tan mortal que tan solo el 30% de los afectados conseguía sobrevivir, muriendo por las altas fiebres, deshidratación y complicaciones derivadas. Especialmente terrible fue el siglo XVIII, donde la viruela literalmente conseguía diezmar a las poblaciones afectadas. Se calcula que ha matado a más de 300 millones de personas a lo largo de toda su historia.
    • El sarampión: causante de la segunda mayor pandemia de la historia. No tiene en sí una cura específica y, al igual que con el ébola, lo único que podemos hacer es prevenir el contagio. La enfermedad se conoce desde hace más de 3000 años y su principal problema es la alta tasa de contagio. Hasta el momento ha matado a más de 200 millones de personas y todavía no se ha erradicado.
    • La gripe española: acabó con la vida de entre el 3% y el 6% de la población mundial. Entre 1918 y 1920 se calcula que murieron entre 50 y 100 millones de personas en todo el mundo.
    • La Peste Negra: Esta enfermedad es causada por Yersinia pestis, que es una bacteria, no un virus y un agente todavía activo en poblaciones pequeñas y zonas rurales. La Peste Negra o Bubónica, fue la pandemia de peste más letal de la historia, 75 millones de personas que sucumbieron durante la mitad del siglo XIV.
    • El VIH o Sida (Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida): es la quinta pandemia mundial más importante, ha matado en el mundo a más de 25 millones de personas y actualmente todavía sigue siendo un peligro. Detalle curioso es que el virus podría tener un origen artificial, de laboratorio.
    • La Plaga de Justiniano: Esta pandemia, como su nombre indica, comenzó allá por el siglo VI, en el Imperio Bizantino. Aunque no se tiene la certeza absoluta, probablemente la peste fue causada por una cepa de Yersinia pestis, la misma bacteria causante de la Peste Bubónica o Negra. Probablemente matara casi a 25 millones de personas en el Mediterráneo hasta que se mitigó por fin en el siglo VIII, y llegó a destruir hasta la cuarta parte de toda su población.
    • La tercera pandemia: Así se denomina comúnmente a la tercera pandemia de peste bubónica que comenzó en la provincia de Yunnan en China en el siglo XIX. Esta pandemia estuvo activa hasta 1959 y provocó en apenas una decena de años la muerte de más de 12 millones de personas. En esta ocasión le tocó el turno a Asia, donde Manchuria y Mongolia fueron las zonas más castigadas por la pandemia.
    • El tifus: Normalmente afecta a poblaciones rurales o muy aisladas debido a los vectores principales y a sus reservorios animales. Aunque el tifus ha matado a más de 4 millones de personas a lo largo de su historia, no supone un peligro demasiado presente en el mundo moderno.
    • El Cólera: es una pandemia actual causada por Vibrio cholerae, una bacteria. El Cólera cuenta con tres grandes pandemias, ocurridas en el siglo XIX y epidemias muy extensas en el siglo XX cuya suma total supera los tres millones de muertos.
    • La gripe de Hong Kong: Esta es una pandemia más de gripe, causada muy probablemente por una variación de la Gripe A H3N2. Esta variante, que apareció durante el verano, podría ser una cepa mutante que se propagó en muy poco tiempo por todo el mundo siguiendo las mismas líneas de difusión que la llamada fiebre asiática de 1957. Esta pandemia de gripe se llevó por delante casi a un millón de personas en muy poco tiempo, y es una de las razones por las cuales saltan las alarmas cada vez que se habla de la gripe, o de la gripe aviar.

También aparecen los que relacionan las fechas y llegan a la conclusión de que hay una pandemia global cada 100 años, tomando en cuenta los siguientes datos:

    • 1720: la última pandemia de peste bubónica a gran escala, también llamada  la gran peste de Marsella. (100.000 muertos en Marsella).
    • 1820: pandemia de cólera que tuvo lugar en Asia, (Tailandia, Indonesia y Filipinas). (100,000 muertos en Asia).
    • 1920: la  gripe española, infectó a 500 millones de personas y mató a más de 100 millones de personas en el mundo, esta pandemia fue la más mortal de la historia.
    • 2020: China se enfrenta a una gran pandemia, 5 ciudades chinas de 11 millones de habitantes están en cuarentena, completamente aisladas del resto del mundo. El Coronavirus es la pandemia actual.

Llama poderosamente la atención que todo el trayecto recorrido hasta ahora es idéntico al desarrollo del film “Contagio” (2011), desde el “inicio” “murciélago-cerdo” en una provincia China, la consiguiente pandemia a nivel mundial y la muerte de 25.000.000 de personas en menos de un año.

No se termina de entender si es un virus de diseño o no. China por lo pronto, salió fortalecida económicamente de la pandemia. ¿Pero qué ocurre en el resto del globo? ¿Cómo reaccionan las distintas sociedades ante la cuarentena impuesta por las autoridades?

    • Rusia: tiene un alto porcentaje de acatamiento. Putin ha tomado muy seriamente la situación mundial y ha hecho tomar conciencia a su pueblo de la gravedad de la pandemia. El alcalde de Moscú, Serguei Sobyanin, firmó un decreto el 5 de marzo «Sobre la introducción de la alerta máxima». El documento obligaba a quedarse en casa a los que llegaron de China, Corea del Sur, Irán, Italia, Francia, Alemania y España. El ayuntamiento moscovita avisó que están utilizando cámaras de reconocimiento facial para detectar al confinado que abandone su lugar.  La caza a los infractores aumentaron los miedos a la enfermedad, también buscarán potenciales infectados con redadas «en lugares de residencia, en lugares de trabajo, en el metro». La medida no hace distinciones entre rusos y extranjeros. Fueron tajantes en su mensaje a los turistas: «Abstenerse de hacer este viaje. En este momento no se debe hacer turismo». La pena más grave, de cinco años, se da en caso de escapar de la cuarentena doméstica, infectar a alguien y que la persona infectada muera. Si las acciones de la persona enferma sólo condujeron a la infección múltiple de otras personas, sin muertes, afronta una multa de hasta mil euros al cambio actual, trabajo comunitario o un año de privación de libertad. Estos castigos están previstos en el artículo 236 del Código Penal de la Federación de Rusia sobre violación de las normas sanitarias y epidemiológicas. En el aeropuerto se pide a los pasajeros que vienen de países de riesgo que rellenen cuestionarios. Los fotografían de frente y de perfil, toman análisis de cada uno y prometen que los resultados se conocerán en seis horas. Si se detecta riesgo se ordena a todos los pasajeros que permanezcan en cuarentena en casa durante las próximas dos semanas. El Ministerio de Salud en Moscú detalla que el gobierno ruso ha incluido el coronavirus en la lista de enfermedades que representan un peligro para otros, y que «la violación de la ley conlleva responsabilidad». Los jefes de las regiones rusas recibieron instrucciones de «introducir medidas restrictivas rápidamente». En caso de peligro de propagación de enfermedades infecciosas, el derecho a la libertad de circulación puede limitarse de conformidad con la ley.
    • Alemania: prioriza los exámenes de diagnóstico y demuestra que no es solo una buena manera sino un componente esencial de la lucha contra la pandemia, los alemanes se estaban preparando incluso antes de que el coronavirus llegara al país, Alemania tiene la capacidad de realizar 160.000 exámenes de diagnóstico por semana. En las calles de Alemania no se permitirá que haya grupos de más de dos personas, a menos que se trate de miembros de una misma familia. Tiene la mayor concentración de hospitales en Europa: 1.900 para sus 82 millones de habitantes y 28.000 camas en Unidades de Cuidados Intensivos. Aunque los exámenes pueden llegar a ser costosos, el ejemplo alemán de examinar de forma gratuita a los ciudadanos, debe ser tomado globalmente ya que puede ayudar a minimizar los efectos negativos de la pandemia sobre la economía.

En contraposición tenemos a los países latinos en los cuales no se toma con la seriedad que corresponde esta pandemia. Es la diferencia entre una mentalidad nacionalista y con respeto al bienestar común de la sociedad y aquellos gobernados por regímenes sinárquicos que al contar con recursos naturales siguen al pie de la letra las directivas del Nuevo Orden Mundial de reducir su población para economizar recursos que deben ser exportados para usufructo de su gente.

    • Argentina: es un típico caso de ello, estamos bajo una orden gubernamental de cuarentena y sin embargo se observan colas de 5 cuadras en los cajeros automáticos en los cuales se ve mayoría de jóvenes que buscan cobrar sus planes sociales, sin respetar las distancias mínimas, sin los recaudos para evitar el contagio. Se ve demasiados vehículos circulando, gente en las calles, familias enteras fuera de su casa, niños sin protección. Si se quiere aplanar la curva van a tener que implementar un toque de queda y si aun así no se toma conciencia, se deberá llegar al estado de sitio con las fuerzas del orden patrullando las calles. Urge evitar el contagio masivo para el cual, a diferencia de los países anteriormente citados, no estamos preparados. El sistema sanitario, si se llega a tal estadio, va a colapsar inevitablemente. Nuestra sociedad ha perdido los valores, los códigos y toda ética.

La diversidad de nuestros problemas fluye de una insuficiente conciencia nacional, de la escasez de gente responsable de sí misma, que imponga el ritmo de su acción y de su espíritu al paso de la nación entera.

Ha muerto el soñar. Solo vive la bestia, la bestia salvaje que pisotea a los tímidos y a Los fuertes, a Los inocentes y a los culpables.

Todo titubea, el armazón de los Estados, las leyes de las relaciones sociales, el respeto a la palabra.

Sin amor, sin fe, el mundo se está asesinando a sí mismo.

El siglo ha querido, ciego de orgullo, ser tan sólo el siglo de los hombres.

Este orgullo insensato le ha perdido. Ha creído que sus máquinas, sus «stocks». Sus lingotes de oro, le podrían dar la felicidad. Y sólo le han dado alegrías, pero no la alegría, no esa alegría que es como el sol que nunca se apaga en los paisajes que antes, ha llenado de ardiente esplendor. Las tristes alegrías de la posesión se han endurecido como púas y han herido a los que, creyéndolas flores, las acercaban a su rostro…

Desaparecerá, porque era contraria a las leyes del corazón y a las leyes de Dios. Él solo, Dios, daba al mundo su equilibrio, dominaba las pasiones, señalaba el sentido de los días felices o desgraciados.

Aunque se reúnan todas las conferencias del mundo y se agrupen los jefes de Estado y los expertos, nada podrán cambiar. La enfermedad no está en el cuerpo. El cuerpo está enfermo porque lo está el alma. Es el alma lo que tiene que curarse y purificarse.

La salvación del mundo está en la voluntad de las almas que tienen fe.

Por Der Landsmann para SAEEG


Bibliografía:

  •  https://hipertextual.com/
  • Thule
  • América peligra – S. Borrego
  • Almas Ardiendo – L. Degrelle

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