LA DENUNCIA DE LOS ACUERDOS DE MADRID, UN CAMINO HACIA LA SOBERANÍA PLENA DE MALVINAS

César Augusto Lerena*

Por el incumplimiento del Reino Unido de los Acuerdos de Madrid respecto a no innovar en materia de soberanía y las consecuencias de esta inobservancia que, entre otras cuestiones, se apropia y daña los recursos pesqueros, se estima imprescindible su denuncia.

 

El Gobierno está concluyendo su mandato y la Secretaría de Malvinas a cargo de Guillermo Carmona y el Consejo Nacional de Malvinas, integrado por varios de los autores que intervinieron en la elaboración de esos ignominiosos Acuerdos de Madrid I y II, los mantuvo vigente, donde la fórmula inglesa del «Paraguas», que impide tratar las cuestiones de soberanía mantiene pleno vigor después de 35 años, en beneficio del Reino Unido de Gran Bretaña (en adelante RUGB).

Nosotros hemos reiterado y fundado las razones para denunciarlos y la última vez, en el año 2021, entendimos que el Congreso debía encomendar al Poder Ejecutivo Nacional la denuncia de los llamados «Acuerdos de Madrid» con el RUGB, acordados en  Madrid el 17 al 19 de octubre de 1989; en París el 20 de diciembre de 1989; en Madrid el 14 y 15 de febrero de 1990 y en Buenos Aires-Madrid el 28 de noviembre de 1990, efectuando también esta denuncia ante las Naciones Unidas, por la violación de parte de este RUGB de la llamada «fórmula del paraguas», en atención al avance del RUGB en la ocupación prepotente del territorio marítimo en el Atlántico Sur y Antártico que viola la Resoluciones 31/49 y 41/11 de las Naciones Unidas; solicitando que el RUGB retrotraiga la situación de ocupación a la imperante en abril de 1982, esto es, a la ocupación de los archipiélagos de Malvinas, Georgias del Sur y Sándwich del Sur (en adelante Malvinas) y las tres millas marinas alrededor de éstas, hasta tanto se negocie entre ambos países este territorio y su reposición en favor de la República Argentina, permitiendo que pueda realizar su actividades pesqueras en la zona que RUGB tiene ilegalmente ocupada, solicitándole el cese inmediato de otorgamiento ilegal de permisos de pesca a buques extranjeros o propios del RUGB que ocupan los citados archipiélagos, que además de apropiarse de estos recursos naturales argentinos, provocan depredación y contaminación de los recursos pesqueros y del medio marino.

En atención al incumplimiento por parte del RUGB de los denominados Acuerdos de Madrid respecto a no innovar en materia de soberanía y las consecuencias que esta inobservancia que, entre otras cuestiones, se apropia y daña los recursos pesqueros argentinos, explotándolos sin habilitación de la Autoridad de Aplicación Argentina, depredándolos, mediante buques pesqueros extranjeros que extraen peces y moluscos en el área de Malvinas y, fuera de ella, con licencias ilegales otorgadas por el citado RUGB; se estima imprescindible su denuncia y, la solicitud del inmediato cese de capturas ilegales del referido RUGB en Malvinas.

La resolución 31/49 de la Organización de las Naciones Unidas instó a la Argentina y al RUGB a abstenerse de introducir modificaciones unilaterales en las islas hasta tanto se resuelva la disputa de soberanía; pese a lo cual, el RUGB persiste en explotar los recursos pesqueros e hidrocarburíferos argentinos y militariza en forma creciente las Malvinas; resultando por lo tanto, absolutamente incongruente mantener vigentes los denominados Acuerdos de Madrid que congelaron la discusión respecto a la soberanía plena en Malvinas que ―entre otras cosas― impide a Argentina realizar actividades pesqueras en parte de su territorio marítimo y realizar una administración adecuada de sus recursos naturales.

En la Constitución Nacional se precisa: «La Nación Argentina ratifica su legítima e imprescriptible soberanía sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sándwich del Sur y los espacios marítimos e insulares correspondientes, por ser parte integrante del territorio nacional», por lo que resulta improcedente, mantener suspendido el tratamiento de cuestiones inherentes a la soberanía nacional, bajo lo que se llamó la fórmula del «paraguas» que postergó sin límite nuestros legítimos derechos, mientras que por el contrario, el RUGB no ha hecho otra cosa que ejercer permanentes actos de soberanía en territorios usurpados a la Argentina.

En especial, desconociendo las reuniones entre los representantes de ambos gobiernos, que dieron lugar a la llamada «fórmula del paraguas», el RUGB amplió en forma sostenida la ocupación del territorio marítimo alrededor de Malvinas, y de tener en 1982 unos 11.410 KM2 ocupados, hoy ocupa y explota 1.639.900 KM de territorio marítimo, el control de la actividad pesquera, cuya disponibilidad le permitió otorgar licencias ilegales pesqueras a embarcaciones extranjeras que capturan los recursos pesqueros; lo que permite concluir la ineficacia de los denominados Acuerdos de Madrid y la certeza de la depredación británica de los recursos naturales argentinos a consecuencia de su inobservancia, razón suficiente para denunciarlos y promover nuevos acuerdos que respeten el interés argentino y permitan una administración racional y sostenible de los recursos pesqueros.

Corresponde aclarar que estos acuerdos, que algunos juristas consideran tratados, no fueron aprobados por el Congreso, como bien lo indicó el proyecto de declaración que se elaboró para ser sancionada por el Poder Legislativo de la Provincia de Tierra del Fuego, donde en los artículo 1° y 2° refiere a «desechar los Tratados de Madrid I y II, por no haber sido sometidos al Congreso de la Nación, y ser lesivos a la soberanía territorial argentina y el orden público constitucional (Cláusula Transitoria Primera y art. 27, C.N.), así como del deber de obediencia a la supremacía de la Constitución Nacional (art. 36) y declarar inaplicables en todo el territorio de Tierra del Fuego, las disposiciones de los tratados internacionales inconclusos, conforme la normativa invocada en el Art. 1° de esta ley, y lo dispuesto por el art. 105, incisos 6, 7, 25, 27 y 37 de la Constitución de la Provincia de Tierra del Fuego» y la oportuna Resolución (AS N° 412-21), de la citada Legislatura donde en sus artículos «se invita a los legisladores nacionales de Tierra del Fuego en los términos del art. 105° inc. 6 de la Constitución Provincial y el art. 1° de la Ley Provincial N° 98 y, con el debido debate, a desechar los Acuerdos de Madrid I y II, dando cumplimiento a la Disposición Transitoria Primera de la Constitución Nacional, la Resolución 2065 (XX) de las Naciones Unidas y la Declaración de Ushuaia».

Estas «declaraciones» tampoco contaron con la debida consulta y aprobación de la Legislatura de la Provincia de Tierra del Fuego que es parte necesaria en las cuestiones de los archipiélagos y sus mares.

Estos Acuerdos de Madrid I y II, son una lamentable claudicación de los gestores e, incluyen por primera vez, a las Islas Georgias del Sur y Sándwich del Sur con una evidente mala fe del RUGB y la ingenuidad o sometimiento del gobierno argentino; cuestión nunca tratada previamente ni estuvieron en disputa en las Res. 2065 (XX), 1514 (XV), 31/49 y otras de la ONU y, los distintos intercambios entre la Argentina y el RUGB.

Además, la Constitución en la Disposición Transitoria Primera refiere con certeza a los espacios marítimos «correspondientes» y no «circundantes» que podría entenderse que circundan o rodea a los archipiélagos, cuestión que se incluye en el Acuerdo de Madrid I, por lo que es este término no se ajusta a lo establecido en 1994 en la Constitución, lo que algunos funcionarios erróneamente repiten, como si se tratara de una cuestión de innecesaria estrictez en los límites que ponen en juego millones de kilómetros cuadrados marítimos argentinos.

No puede dejar de tenerse en cuenta, tampoco, la gravedad de la militarización británica existente en Malvinas, residual de la guerra de 1982 y la firma de los Acuerdos de Madrid, donde se regulan además cuestiones relativas al control de la navegación y comunicación en el Acuerdo de Madrid II que son absolutamente contrarias el compromiso expresado por el RUGB de respetar plenamente los principios de la Carta de las Naciones Unidas, ya que mantiene una base misilística y otros medios militares y navales en Malvinas en evidente violación a la «Zona de Paz y Cooperación del Atlántico Sur» (Res. 41/11 del 27/10/1986 de la ONU) que agravian a la Argentina y, son contrarias a lo previsto (Madrid I, 6, Madrid II, 4) de «crear confianza y evitar incidentes en la esfera militar», además de otras cláusulas lesivas a la soberanía nacional al indicar que el RUGB «eliminaría el actual requisito para que los buques mercantes argentinos entren a la zona de protección y, hacer coincidir los límites de la zona de protección con los de la zona de conservación», en una evidente e inamisible acción de administración británica de los territorios argentinos.

Se ha ejecutado formalmente un evidente «cambio de figuritas» (Madrid I, inc. 7 y 8) donde «el gobierno británico conviene en facilitar el restablecimiento de vínculos de cooperación entre la Argentina y la Comunidad Europea», etcétera. Una vergüenza este escrito mercantilista, cuando están en juego cuestiones soberanas tan sensibles al pueblo argentino y un acto de humillación y sumisión de los firmantes que enloda a la Argentina.

Por otra parte, se agregó (Madrid II, inc. 5, A, B, C, D y sus Anexos) una dependencia de las fuerzas armadas argentinas (en el Acuerdo los británicos, incluso, excluyeron al Ejército Argentino) que se deja de manifiesto en el «Sistema Transitorio de Información y Consulta Recíprocas sobre los movimientos de las unidades de sus Fuerzas Armadas en áreas del Atlántico Sudoccidental», sobre espacios que alcanzan a gran parte del Atlántico Sur y, no solo al área ocupada por el Reino Unido en 1982; el «Sistema de Comunicación Directa entre las Islas Malvinas y el territorio continental con el objetivo de reducir la posibilidad de incidentes, limitar sus consecuencias si ocurrieran actividades y aumentar el conocimiento reciproco de los militares en el Atlántico Sudoccidental» y «Acordar un conjunto de reglas de comportamiento reciproco para las unidades de sus respectivas fuerzas navales y aéreas que operen en proximidad» y «establecer un sistema de intercambio de información sobre seguridad y control…».

Es decir, administrar nuestros espacios. Sin referirnos, al vigente veto del RUGB a la compra de armas por parte de la Argentina que, nos dificulta defender el territorio.

A todo lo dicho se agrega en los acuerdos, la aceptación lisa y llana de la explotación pesquera británica de los recursos argentinos, como se desprende de los acuerdos (Madrid I, inc. 10; Madrid II, inc. 7 y 14) que llevaría a que el gobierno ilegal británico en Malvinas capturara, por vía del otorgamiento de licencias pesqueras ilegales a buques extranjeros, un promedio anual de 250.000 toneladas, equivalentes a US$ 1.000 millones/año, es decir, que desde 1989 al firmarse los Acuerdos, a la fecha, los británicos han extraído recursos pesqueros argentinos por valor de US$ 32.000 millones; los que comercializados en el mercado final ascienden a los US$ 192.000 millones y, lo han hecho comprometiendo el ecosistema, como la propia Consultora Británica MacAlister, Elliot & Partners Limited en 2020, especializada en pesca sustentable (Penguin News, Agenda Malvinas, 10/06/2021) lo considera; es decir, que la actividad ilegal británica está comprometiendo el ambiente marino, que era una cuestión que el Acuerdo refería a la necesidad de cuidar.

Como consecuencia de este acuerdo (Madrid II, inc. 12), Argentina aprobaría luego la Ley 24.184 de «Protección y Promoción de Inversiones del Reino Unido», con condiciones muy ventajosas sobre los demás países, comportamiento argentino que se contrapone con la apropiación que el RUGB hace de nuestros recursos.

Aunque la interpretación de algunos, es que «los británicos aceptaron la fórmula del paraguas y con ello reconocieron la disputa de soberanía» (Clarín, 22/10/1989), esta opinión es sesgada, ya que deberíamos recordar que los británicos no la aceptaron sino que impusieron la referida fórmula inglesa, donde de hecho, negaron toda soberanía y obtienen los resultados que están a la vista: siguen avanzando en la ocupación de territorios y explotación de los recursos, mientras que Argentina quedó congelada.

Finalmente, el incumplimiento por parte del RUGB de la Res. 2065 (XX) de dialogar el mecanismo de reconocimiento de la soberanía plena argentina de Malvinas, coloca en una situación de absurdo la «fórmula de paraguas» sin fecha de vencimiento para avanzar sobre las cuestiones de soberanía, mientras el RUGB viola la citada Res. 2065 (XX) y, muy especialmente, viola la Res. 31/49 de las Naciones Unidas, al invadir en forma creciente nuestros territorios insulares y marítimos y explotar nuestros recursos naturales pesqueros e hidrocarburíferos, pese a que esa Resolución refiere a no innovar respecto a los espacios ocupados por el RUGB. Todos actos violatorios de la Carta Magna de las Naciones Unidas y la «Zona de Cooperación y Paz» establecida por todos los países de América y África vinculados al Atlántico Sur.

En el mismo acto de denunciar los acuerdos debería renegociarse una fecha de vencimiento perentoria de la denominada fórmula de paraguas (Madrid I, ítem 2) que congela las cuestiones relativas a la soberanía, cuya vigencia, habiendo pasado 56 años, es contradictoria con la Res. 2065 (XX) de las Naciones Unidas que promueve el diálogo a la brevedad sobre la soberanía.

 

* Experto en Atlántico Sur y Pesca. Ex Secretario de Estado. Presidente de la Fundación Agustina Lerena. Presidente Centro de Estudios para la Pesca Latinoamericana (CESPEL). Autor de “Cien acciones para un Plan de Pesca y Reforma de la Ley de Pesca” (2023).

Artículo publicado en El Economista, 18/10/2023, https://eleconomista.com.ar/politica/la-denuncia-acuerdos-madrid-camino-soberania-plena-malvinas-n67389

BIFRONTE

Iris Speroni*

Sólo la enorme madurez política de los argentinos, que nos obstinamos en buscar una solución pacífica, nos protege de la enorme irresponsabilidad de la banda criminal que nos gobierna.

 

Actualmente existen dos dineroductos. Ambos administrados por el BCRA.

Despojan, el primero, al ciudadano de a pie a través del impuesto inflacionario y, el segundo, a quienes producen, a través del diferencial de tipo de cambio.

Tienen en común que son impuestos no votados por el Congreso, por lo tanto ilegales. En estos dos casos el BCRA funciona como una agencia paraoficial de recaudación impositiva. La agencia oficial es la AFIP; la paraoficial es el BCRA.

Los perjudicados somos: con el impuesto inflacionario los más humildes. Pensionados, jubilados, beneficiarios de planes sociales, asalariados, monotributistas, pymes. Ese dinero es recolectado, con auxilio del BCRA por un puñado de bancos.

En el segundo caso son perjudicados quienes producen bienes exportables, los trabajadores de los sectores damnificados, sus proveedores, las localidades donde esas producciones están ubicadas y los fiscos provinciales y municipales. Nuevamente el ejecutor del despojo es el BCRA; y su herramienta es el diferencial de cambio entre la cotización arbitraria del BCRA (tipo de cambio oficial) y la libre. Los beneficiados son aquellos a los cuales los funcionarios públicos eligen venderle dólares a mitad de precio, esto es el dólar a cotización oficial: empresarios amigos del gobierno, funcionarios corruptos, testaferros y otros miembros de la banda criminal que gobierna. 

El 99,6% de este segundo dinero proviene del interior del país. Empobrece a las provincias para favorecer a un puñado de personas en la capital federal.

Lo relevante es que ambos dineroductos, el de las LELIQs y el de la diferencial de tipo de cambio se terminen. De una. De un día para otro. Asume el nuevo presidente y debe cortar los dos dineroductos. Quienes se beneficiaron en los últimos años ganaron miles de millones de dólares. Tienen capital para invertir en otros negocios. Pueden vivir sin seguir quitándole el pan a los 46 millones de argentinos. Es más, pueden vivir como reyes hasta la quinta generación.

¿Cuánto dinero nos quitan?

LELIQs

Con LELIQs, son 55 millones de dólares diarios si los pasamos de pesos a dólares con dólar paralelo o blue (https://restaurarg.blogspot.com/2023/10/el-tesoro-debe-pagar-su-deuda-con-el.html (*). Si los convertimos a dólar oficial, son cerca de 159 millones dólares por día. Multiplicado por 365 son U$D 20 mil millones (dólar oficial) ó U$D 58 mil millones. Dineroducto.

Ésta es la razón de que los sueldos sean una miseria. Porque todos los días 46 millones de argentinos hacemos una vaquita para darle dinero a los bancos. Cada uno de nosotros le damos más de tres dólares diarios . Esos tres dólares diarios ($ 1.200 a cambio oficial) es el dinero que millones de madres no disponen para darle de comer a sus hijos. Una familia tipo le da a los bancos $ 4.800 diarios. No hay forma de zafar: el BCRA cobra este dinero con impuesto inflacionario. Cuanto más pobre es uno, más probabilidades de no evitar pagarlo tiene.

Ahora se entiende por qué es un negocio que nadie cortar, a pesar de que ponga en jaque la estabilidad política del país. ¿Quién querría cortar con ese negocio? Prefieren que el país arda hasta sus cimientos antes de cerrarlo.

Es tanto el dinero que entendemos por qué ni los periodistas ni los “economistas” hablan de este negocio en los programas de televisión o de radio.

Diferencia de tipo de cambio

Es dinero que el BCRA le quita a quienes producen bienes exportables. Puede ser soja, miel, garbanzos, arroz, lingotes de aluminio o aberturas de madera. El BCRA decide que: 1. uno debe darle al BCRA todos las divisas que obtiene, 2. que el BCRA paga por ellas lo que arbitrariamente fije. En resumen: es una confiscación de un bien (la divisa) sin ley previa. Resulta difícil de entender la pasividad de los esquilmados.

El botín por diferencia de cambio fue, de máxima U$D 44.223 millones. Esto es, la mitad de las exportaciones. En los hechos es un poco menos, porque los sectores mineros, automotriz y petrolero están eximidos de la liquidación de la totalidad de los dólares que obtienen de las exportaciones. Por otro lado todos ellos son fuertemente importadores (minería y petroleras en equipamiento, automotrices en unidades terminadas y autopartes). Por lo tanto, en un caso de mínima, hablamos de un botín de aproximadamente 32 mil millones de dólares.

Eso es dinero que el Estado federal, vía el BCRA, le saca a los exportadores. 

Ambos efectos sumados, en el cual el instrumento para saquear el pueblo y favorecer a capitalistas de amigos, funcionarios corruptos y testaferros que se pasean por las playas del Mediterráneo, es de un número entre U$D 102 mil millones de máxima (20% del PBI) y U$D 53 mil millones de dólares (10% del PBI) de mínima.

Si a uno lo matan por un celular, ¿Qué cree que puede pasar si esta gente es amenazada con que le cortan este negocio?

Algunas consideraciones

  1. El Banco Central desde 1983 a la fecha siempre estuvo al mando de radicales (de la capital federal) con algún interregno durante el gobierno de Menem. Apenas pudieron, en el gobierno de De la Rúa, lo echaron a Pou, con juicio político (Lilita Carrió).
  2. El BCRA es instrumental en el empobrecimiento de los ciudadanos. Un proceso largo, que ya nos ha calado hasta los huesos y nos ha dejado sin resto. Generaciones sin acceso a una vivienda por un mercado de capitales destruido, sin moneda, con sueldos de hambre. Si no cortamos con esto no tenemos futuro.
  3. Massa podría haber atemperado la situación actual. Cuando asumió como ministro podría haber desactivado lentamente estos dos dineroductos de tal forma de frenar el despojo a los argentinos, al menos en estos dos rubros. Eso hubiera ayudado a recomponer la situación económica del país, aunque más no sea parcialmente. El año 2022 fue el mejor año en comercio exterior de la historia argentina. El superávit comercial superó los U$D 6.000 millones. Podríamos haberlos usado para protegernos este año de la seca y Massa hubiera podido usar la bonanza a su favor, de forma tal de ganar las elecciones. Por el contrario, Massa eligió acelerar el proceso de desfalco de habitantes y arcas públicas; casi casi una carrera desesperada para llevarse todo. Precipitó la destrucción de valor de los patrimonios argentinos. Aumentó la inestabilidad política interna de nuestro país. Sólo la enorme madurez política de los argentinos, que nos obstinamos en buscar una solución pacífica, nos protege de la enorme irresponsabilidad de la banda criminal que nos gobierna.
  4. El nuevo gobierno deberá además hacerse cargo de la deuda de importaciones. Y tendrá en su contra el adelantamiento de impuestos que las cerealeras le hicieran al actual mandatario. Es dinero que no entrará en caja en el 2024.
  5. El BCRA deberá decir si echó mano a los depósitos en dólares propiedad de los privados y en cuánto. El nuevo gobierno deberá devolver ese dinero cuanto antes.

* Licenciada de Economía (UBA), Master en Finanzas (UCEMA), Posgrado Agronegocios, Agronomía (UBA).

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Nota

(*) Según los números de Inti Alpert a esta semana, el stock de deuda del BCRA (pases y Leliqs) con un tipo de cambio libre cercano a 1 U$D = $ 1000, es de U$D 21 mil millones.https://restaurarg.blogspot.com/2023/10/el-tesoro-debe-pagar-su-deuda-con-el.html 

Según los números del BCRA de marzo 2023 (https://www.bcra.gob.ar/PublicacionesEstadisticas/IEF0123.asp), los instrumentos del BCRA constituyen el 31,5% de los activos de los bancos. La buena noticia: sería peor si fuera el 100%.

Fuente INDEC

Las personas y empresas son los dueños del 58,6% del dinero que está en los bancos. El resto es del sector público.

El 40% del dinero de los privados (23,6% del sistema) está en depósitos a la vista (los bancos no pagan interés por esto).

El 44% de las tenencias bancarias de los privados está a plazo fijo y sí ahí una parte es para pagar los gastos del próximo mes y otra parte es ahorro. Es el 26% del sistema.

Por último, el 9% del sistema y 15% de las tenencias de los privados está en moneda extranjera. Eso no se va a dólar, porque ya está en dólar.

El sector público es mucho más conservador que los privados argentinos. Tiene la mayoría de su dinero en moneda extranjera. Aprendan, señores.

Pero sea como sea, el dinero de empresas públicas, organismos estatales (ANSES, PAMI) y estados (municipios, provincias y nación) tendrán que obedecer la resolución que las autoridades que ingresen al gobierno decidan. Dicho en criollo, si el BCRA decide hacer un plan BONEX exclusivamente para el sector público, tendrán que aceptarlo. Y es una parte importante del total.

Vayamos a los privados. Como dije en EL ELEFANTE SE COME A PEDACITOS, es verdad, parte de ese dinero, si el BCRA paga en pesos las LELIQs (equivalentes a U$D 21 mil millones) podrá irse al dólar, pero no todo. 

¿Por qué no todo? Bueno, primero porque gran parte del dinero proviene del sector público, al cual congelamos. Ya eliminamos una parte de los U$D 21 mil millones como problema.

En cuanto a los privados, en diciembre hay que pagar aguinaldos, la mayoría de las empresas deben pagar proveedores e impuestos, y las personas tienen que pagar expensas, tarjeta de crédito y el colegio de los chicos. Por lo que sólo una pequeña fracción de ese monto irá a dólares. ¿Alguien querrá especular? Puede ser. Pero quien se quiere ir a dólares ya se fue.

Al mismo tiempo habrá que establecer una regulación temporaria por 90 días para que las empresas grandes y el estado paguen a los pequeños proveedores y a los profesionales independientes (desde un plomero a un abogado, y en el caso de las prepagas a médicos, odontólogos, kinesiólogos, etc.) a siete días. Eso corre para supermercados, usinas lácteas y frigoríficos, que tienen pymes como proveedores. ¿Por qué? Porque las altas tasas de interés de los últimos 10 años han modificado todo el sistema de pagos del país. Las grandes empresas pagan a 60 ó 90 días. Ponen ese dinero en fondos de inversión. Las ganancias obtenidas les sirven para empatar con la inflación. Para los profesionales y las pymes las altas tasas de interés constituyen un desastre, del cual el único culpable es el estado. 

Por lo tanto es el estado el que desvirtúa y disrumpe todo el funcionamiento de la economía. Así de barbáricos son los miembros de la banda criminal que nos gobierna.

 

Artículo publicado el 14/10/2023 en Restaurar, http://restaurarg.blogspot.com/2023/10/bifronte.html.

ARGENTINA. CONSIDERACIONES POLÍTICAS DE CARA A LAS ELECCIONES

Marcelo Javier de los Reyes*

Diario del 28 de julio de 1923. En el titular dice que al cambio, un dólar estadounidense equivale a un millón de marcos. Imagen: Berliner Tageszeitung zur Geldentwertung. Bundesarchiv, Bild 102-00134 / CC-BY-SA 3.0.

 

El domingo 13 de agosto se llevaron a cabo las elecciones denominadas PASO (Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias), una instancia previa a los comicios generales. Originalmente los partidos políticos celebraban internas para definir a sus candidatos. Al imponerse este sistema de «espacios» ―por el cual la Nación les paga a los políticos su interna― se pone en manos de la población la responsabilidad de elegir el «candidato» dentro del espacio (si hubiera más de uno por espacio), el o los cuales fueron designados a dedo previamente por quien tiene el poder dentro del mencionado espacio, ya sea un político o un grupo económico. Es decir, el o los candidatos no surgen de ninguna «voluntad popular» sino de un acuerdo de cúpulas o del que funge de líder.

De esas PASO quedaron cinco candidatos: Sergio Massa por el oficialismo, «Unión por la Patria», actual ministro de Economía y responsable de la actual debacle; Patricia Bullrich por «Juntos por el Cambio» (ex «Cambiemos»), quien goza en algunos sectores de la población de un prestigio que es más producto de la propaganda que de la realidad; Javier Milei por «La Libertad Avanza», un economista que todo lo pasa por el tamiz de las teorías económicas, incapaz de poder abordar otras temáticas y a quien, a pesar de pregonar acerca de la «libertad», no le gusta que lo contradigan y en ocasiones se pone violento; Juan Schiaretti, actual gobernador de Córdoba, peronista, candidato por «Hacemos por Nuestro País»; y Myriam Bregman (Frente de Izquierda-Unidad), la que no canta el Himno Nacional pero no le molesta que el Estado Nacional le pague la dieta como diputada. En este último caso, lo peor es que el resto de los diputados demuestran ser tan poco patriotas al no sacarla del Congreso Nacional.

Aunque los medios sigan agitando que en las PASO se dio un escenario de tres tercios ―coincidiendo con la premonición de la actual vicepresidente Cristina Fernández de Kirchner―, la realidad es que casi un 40% no votó, impugnó el voto o votó en blanco, mostrando un rechazo a este sistema partidocrático que no resuelve los problemas de los argentinos sino que los agudiza. De tal manera que el escenario real sería de unos tres quintos para los principales candidatos.

Con respecto a esta supuesta democracia, durante estos años los argentinos hemos intentado, sin éxito, superar dos postguerras. La corporación política no lo ha permitido y ha levantado las banderas de la «desmalvinización» y de los derechos humanos desde 1983, siguiendo las pautas que se impusieron desde el exterior a través de fundaciones, centros de estudios e instituciones internacionales. Es así como nuestro país enfrenta una «guerra híbrida» en la que los políticos ocupan el escenario en el teatro de títeres.

En este contexto podría afirmar que la historia, maestra de la vida, no se repite pero muestra similitudes. Es así como la actual situación de la Argentina, salvando las distancias, guarda similitudes con la República de Weimar, hace un siglo. Nuestro país ha ganado militarmente la guerra contra la subversión, aunque la ha perdido a partir de 1983 de la mano de nuestros políticos. Perdió la guerra del Atlántico Sur en 1982, aunque los británicos obtuvieron una victoria pírrica. Desde 1983 se ha dado una situación como la que entonces expresó el mariscal Paul von Hindenburg (1847-1934), presidente de la mencionada república entre 1925 y 1934, quien habría afirmado que, según un general británico, el ejército alemán había sido apuñalado por la espalda por el pueblo alemán y por sus partidos políticos. Una situación similar se ha dado en la Argentina con respecto a sus Fuerzas Armadas, lo que no significa respaldar los errores que pudieron haber cometido sus integrantes. Las instituciones no deben ser desmanteladas por los errores de sus miembros.

Nuestro Versalles fue el Tratado de Madrid, promovido por el entonces Canciller y luego ministro de Economía, Domingo Cavallo, con el respaldo de los políticos que desde entonces no han revertido esta situación de ignominia.

Al igual que en la República de Weimar, los argentinos han visto y vuelven a ver que su moneda es llevada a la insignificancia pero de ninguna manera debe considerarse que su principal problema es económico. El gobierno militar también tuvo allí su talón de Aquiles al poner la economía bajo el control de los economistas liberales que iniciaron el proceso de desindustrialización y de desinversión de la Argentina, agudizado luego durante el gobierno de Carlos Menem ―a quien pondera el candidato Milei, al igual que al entonces ministro de Economía Cavallo―, y continuado por sus sucesores en la presidencia de la Nación.

Como los ciudadanos de la República de Weimar, los argentinos viven en una amarga desilusión y algunos sectores de la población comienzan a dar un giro hacia una falsa derecha, en búsqueda de un liderazgo mesiánico.

En días pasados hemos presenciado dos debates entre los cinco candidatos a la presidencia, quienes pusieron en evidencia su mediocridad y su falta de comprensión de las dificultades por las que atraviesan la población y la Nación argentinas. En líneas generales, más allá de agredirse mutuamente, no ofrecieron ideas creativas ni propuestas creíbles para cambiar el rumbo de colisión al que nos enfrentamos, lo que no solo pone en evidencia sus propias carencias sino también las de sus equipos de asesores.

Efectivamente, el 22 de octubre la población argentina deberá elegir a uno de entre esos cinco candidatos que se equivocan en el diagnóstico y, por consiguiente, no pueden hallar una respuesta adecuada. O no quieren. Por supuesto que la Argentina tiene problemas económicos pero el principal problema es de índole filosófico, ya que se trata de cuestiones vinculadas a la ética y a la moral. En ese marco, se destacan la corrupción y la hipocresía.

Si se arriba a un mal diagnóstico, la solución será forzosamente incorrecta. La estrategia es la herramienta a la que se debe recurrir para superar una crisis o un conflicto. Sin pensamiento estratégico, sin una respuesta de carácter holístico, no se podrá salir del actual atolladero.

La Argentina enfrenta una grave situación que la puede llevar a su disolución tal como la conocemos hoy y nuestros candidatos solo se miran el ombligo. La carencia de pensamiento estratégico, tanto de ellos como de sus equipos, es nuestro mayor problema. El 22 de octubre se elegirá al presidente o nos encaminaremos hacia una definición entre dos candidatos en una eventual elección a celebrase el 19 de noviembre.

Sería mi deseo equivocarme pero estimo que nos dirigimos hacia un colapso del sistema político después del 10 de diciembre cuando asuma el nuevo presidente. Nuestro país debe salir de la discordia actual, que divide más a la sociedad que a la corporación política, y aunar esfuerzos en pro de recuperar los valores que oportunamente hicieron grande a la Argentina y volver a la senda que llevó a nuestro país a encontrarse entre las primeras naciones del planeta. Hemos perdido décadas y hemos puesto al país en las manos equivocadas. Una vez más recuerdo a José Ortega y Gasset, cuando vino a nuestro país y nos dijo: «¡Argentinos a las cosas, a las cosas!».

* Licenciado en Historia (UBA). Doctor en Relaciones Internacionales (AIU, Estados Unidos). Director ejecutivo de la Sociedad Argentina de Estudios Estratégicos y Globales (SAEEG). Profesor de Inteligencia de la Maestría en Inteligencia Estratégica Nacional de la Universidad Nacional de La Plata. 

Autor del libro «Inteligencia y Relaciones Internacionales. Un vínculo antiguo y su revalorización actual para la toma de decisiones», Buenos Aires: Editorial Almaluz, 2019.

Investigador Senior del IGADI, Instituto Galego de Análise e Documentación Internacional, Pontevedra, España.

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