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NAVEGACIÓN NO PACÍFICA, PESCA ILEGAL, PUERTOS CÓMPLICES Y GOBIERNO AUSENTE

César Augusto Lerena*

Según nos informa el Diario La Nación (05/09/2023) el buque carguero frigorífico de bandera panameña “Frio Marathon” llegó a Mar del Plata, proveniente de Puerto Argentino de Malvinas, donde habría operado desde 2014, sin el permiso de la Autoridad de Aplicación argentina, motivo por el cual la Prefectura inició un sumario «por violar el Decreto 256/10 que establece que todos los buques que se propongan transitar entre los puertos del territorio continental argentino y puertos ubicados en las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sándwich del Sur (en adelante Malvinas), o atravesar aguas jurisdiccionales argentinas en dirección a estos últimos y/o cargar mercaderías a ser transportadas en forma directa o indirecta entre esos puertos, deben solicitar autorización para que el Estado argentino autorice la operatoria». Estimándose, dice el medio, que la sanción podría ser de varios millones de pesos, que como dice “Agenda Malvinas” podrían ser unos pocos dólares.

Desde que rige el citado Decreto, la Prefectura, según la publicación, habría «detectado 683 buques en presunta infracción y sancionado pecuniariamente a 371 de ellos. En paralelo, se ha gestionado la autorización de más de 1.200 permisos para que buques de bandera extranjera recalen en los referidos puertos y, que, buques de 37 banderas, incluso del Reino Unido de Gran Bretaña (RUGB), reconocieran indirectamente, mediante este proceso, la soberanía del país sobre nuestras Islas al solicitar autorización a nuestro país».

Hasta aquí la noticia que no precisa cuál es el “monto millonario” que se podría aplicar, ni tampoco las razones por las que sólo se sancionó al 54% de los buques en aparente infracción y, cuál habría sido el monto total de las multas aplicadas y si están firmes y han sido depositadas en favor del Estado. Tampoco se indica si la llegada a Mar del Plata de este buque fue voluntaria o si fue apresado en algún lugar del mar argentino y la Prefectura lo condujo al puerto de Mar del Plata, cuestión que no parece, a juzgar por la foto que hemos tomado del buque, al que se lo ve solo navegando para ingresar a este puerto.

Es curioso que la Prefectura entienda que el permiso de tránsito para navegar por aguas jurisdiccionales argentinas con destino a puertos de Malvinas o viceversa pueda implicar un reconocimiento indirecto de la soberanía sobre los archipiélagos. En todo caso, lo que está haciendo el Estado Argentino es controlar el tránsito en las aguas de su jurisdicción; control, por cierto, absolutamente insuficiente, ya que se ha limitado a constatar si se ha pedido o no permiso, en lugar de verificar las mercaderías que se transportan; como Gendarmería, la Policía Federal o provincial lo hubiesen hecho a cualquier transporte en una ruta nacional o camino provincial.

Si se hubiese controlado las mercaderías transportadas por los 1.200 buques que obtuvieron permisos seguramente se hubiera constado la presencia de millones de toneladas de pesca ilegal capturada en el área de Malvinas o proveniente de recursos migratorios argentinos originarios de la ZEEA. Del mismo modo, sobre los 683 buques que fueron detectados en presunta infracción. Nada se dice, si del total de 1.883 buques referidos, cuántos pudieron violar la Ley 24.922 y muy especialmente la 26.386 que, en síntesis, prohíbe a las empresas habilitadas por la Autoridad de Aplicación a operar sin autorización de ésta en Malvinas y viceversa o mantener relación directa o indirecta con empresas que operen o hayan operado en Malvinas y, en este sentido, si no se ha efectuado el análisis societario de las empresas que operan en Argentina y las que lo hacen en Malvinas y si existe alguna relación entre ellas (de hecho hay varias publicaciones que lo han denunciado reiteradamente), si se hubiesen otorgado permisos de tránsito se estaría violando la referida Ley 26.386 y la DTP de la Constitución Nacional. En este sentido, sería deseable que Prefectura publique todos los buques que han transitado por las aguas argentinas (incluso, obviamente, el área de Malvinas) desde 2010 y, junto al Consejo Federal Pesquero y su asesoría legal, determinen si alguna empresa radicada en la Argentina violó y continúa violando la Ley 26.386.

Por cierto, las políticas que se llevan adelante no desalientan la pesca ilegal y menos actúan para cumplir la Disposición Transitorio Primera de la Constitución Nacional. En las aguas argentinas y sobre los recursos migratorios originarios de la ZEEA hay navegación no pacífica, pesca ilegal, puertos cómplices y un gobierno ausente y, no parece que, hasta el fin de este gobierno, las cosas vayan a cambiar.

No alcanzará con aplicarle una multa millonaria al buque transbordador que no pidió permiso para transitar. El buque pagará el monto que se le indique y al día siguiente seguirá sirviendo a buques extranjeros, efectuando el transbordo en el mar de cientos de miles de toneladas que se capturan ilegalmente. La Prefectura debería, además de verificar si el buque ha pedido o no permiso para transitar, verificar si transita con mercaderías obtenidas ilegalmente. Ello sí, sería ejercer soberanía. En los hechos esta fuerza se ha limitado con poquísimo éxito ―dos buques por año apresados sobre una población anual del orden de los 500 buques en los últimos 40 años― a verificar in fraganti la pesca ilegal, en lugar de inspeccionar la pesca ilegal que se transporta. En el continente, los “ladrones del asfalto”, pocas veces se detectan in fraganti, sino en el control en la circulación de los transportes. A poco de requerir el certificado de origen, la trazabilidad y, si el buque tiene control presencial del Estado de pabellón (y cierro por ahorro administrativo) ninguno de los buques cargados puede demostrar la legalidad de la captura.

El buque “Frio Marathon”, no solo no pidió permiso para transitar y contribuyó al traslado de productos pesqueros ilegales, sino que también, no ha pagado derecho alguno, inclusive los aduaneros, en el caso de la exportación de productos desde el territorio argentino de Malvinas. La colocación de una multa por no pedir autorización, será irrelevante, en relación con el daño ocasionado a la Argentina todos estos años.

Y si se sanciona el tránsito sin permiso, ¿por qué las sucesivas autoridades argentinas, desde 1998 a la fecha, no han sancionado la pesca ilegal en el territorio argentino de Malvinas, como establece la Ley 24.922?

Para minimizar los riesgos de una navegación no pacífica, la pesca ilegal e impedir el uso de puertos por parte de buques que pescan ilegalmente, sugiero la sanción de un Decreto (cuyos fundamentos omito por razones de espacio) que alcance a todo buque o artefacto naval de cualquier bandera (salvo la argentina autorizada) que se proponga transitar en la ZEEA, la Zona Contigua, el Mar Territorial Argentino o por sobre la Plataforma Continental Argentina conforme lo establecido por la Ley 27.557 con destino o no a puertos ubicados en el Área FAO 41 y 48, quienes deberán solicitar una autorización previa; debiendo analizarse si viola la Ley 26.386 y estar provisto de un Sistema de Seguimiento Satelital activo en los últimos noventa (90) días anteriores a la solicitud de autorización y, mantenerse activo durante el tiempo de tránsito; habilitándose al SENASA a intervenir para determinar a bordo el carácter de ilegal o no de las mercaderías, como establece el Decreto 4238/68.

Finalmente, la mayoría de los países, habiendo o no aprobado la Convención del Mar (CONVEMAR) aplican normas penales (Brasil, Colombia, Estados Unidos, México, Perú, Alemania, España, Venezuela), o están analizando aplicarlas (Costa Rica, Chile, la Unión Europea), porque han entendido que la erradicación de la pesca ilegal no se ha logrado con normas administrativas y, este caso como otros, requerirían el decomiso del buque y el arresto de los responsables, de otro no se erradicará la pesca ilegal.

 

* Experto en Atlántico Sur y Pesca. Ex Secretario de Estado. Presidente de la Fundación Agustina Lerena (Fundada el 21/10/2002), Presidente Centro de Estudios para la Pesca Latinoamericana, CESPEL (Fundada el 02/04/1989).

Autor de “Malvinas 1982-2022. Una gesta heroica y 40 años de entrega” (2021) y de “Pesca Ilegal y Recursos Pesqueros Migratorios Originarios de los Estados Ribereños de Latinoamérica y El Caribe” (2022).

 

DOLARIZACION Y GEOPOLITICA

José Abdala*

Un informe del JP MORGAN dice lo siguiente: «La hegemonía del dólar estadounidense está en duda debido a cambios geopolíticos y geoestratégicos, incluida la actual crisis entre Rusia y Ucrania».

India y los Emiratos Árabes Unidos acordaron comerciar en sus monedas locales. En marzo, la empresa energética francesa TotalEnergies negoció 65.000 toneladas de gas natural licuado (GNL) utilizando el yuan renminbi.

La situación interna de Estados Unidos se desestabiliza día a día, lo que hace que la gente pierda la confianza en la unidad y cohesión de los Estados Unidos. El ejército estadounidense, según lo publicado por especialistas del propio país, no tiene el personal ni el armamento para enfrentarse por sí solos a una superpotencia como China. Además, las reservas de municiones están en niveles muy bajos debido a la ayuda a Ucrania y se necesitarán de unos 10 años para reponerlas.

Todo esto es un duro golpe para el dólar estadounidense mientras el mundo avanza hacia el multipolarismo y esto se traduce en el peor momento histórico para que Argentina se dolarice.

La desdolarización seguramente terminará con una depreciación del dólar e inflación.

«La desdolarización es evidente en las reservas de divisas, donde la participación del dólar ha disminuido a un mínimo histórico del 58%», expresa Meera Chandan, codirector de estrategia global de divisas, J.P. Morgan

Intentar escapar del Peso Argentino y aterrizar en el Dólar USD, podría significar tener los mismos problemas en el largo plazo, depreciación e inflación.

La expansión de los BRICS, las sanciones contra Rusia y la pérdida de lugares clave como África por parte de Estados Unidos y de la OTAN podrían empeorar aún más las cosas para el dólar estadounidense en el mediano plazo.

El yuan superó por primera vez al dólar estadounidense en el comercio bilateral de China dónde se utilizó en el 49% de las transacciones transfronterizas de China en el segundo trimestre de 2023.

La dolarización en Argentina no es más que una jugada geopolítica de Estados Unidos; mismo el ex director del FMI, Claudio Loser, lo desaconseja.

Incluso si la desdolarización apenas está comenzando, Argentina debería pronosticar el marco geopolítico y comercial global en los próximos 10 años antes de dolarizar.

* Aresinfoservice.

AUNQUE SEA PARA MAL

Santiago González*

Si un Milei triunfador y emocional forja un lazo afectivo con una sociedad desgarrada no habrá fuerza capaz de enfrentarlo o resistirlo

 

La espectacular irrupción de Javier Milei en el escenario político argentino tiene en vilo a analistas y comentaristas, que proponen día tras día las explicaciones más extravagantes y alambicadas para dar cuenta de un suceso que no figuraba en sus cuadernos de notas. Su perplejidad, y las evidentes dificultades con las que tropiezan para hilvanar sus argumentos, resultan sorprendentes porque el fenómeno es más bien simple, sencillo y hasta cierto punto esperable. Algún día tenía que pasar: los pueblos pueden tomar malas decisiones, pero no se suicidan.

El predicamento en que se encuentran enredados politólogos, columnistas y observadores se explica enseguida cuando uno advierte que lo que en realidad intentan no es entender el fenómeno Milei sino encajarlo en el relato sobre la realidad nacional que la mafia política, empresaria, sindical, judicial y mediática que se apoderó del país viene construyendo y sosteniendo desde hace cuarenta años a fin de asegurar el lugar de privilegio que se reservó para sí y para sus amigos, usando en su beneficio el poder coercitivo del Estado y distorsionando sus instituciones para acomodarlas a ese propósito.

Ese relato, asentado sobre las premisas básicas del progresismo y la corrección política, afirma la existencia de una Argentina representativa, republicana y federal, como manda la Constitución; afirma la existencia de un Estado proveedor de salud, educación, seguridad y justicia; afirma la existencia de una economía en general libre, aunque regulada aquí y allá en aras del bien común; y afirma la existencia de una clase dirigente razonablemente honesta y bien intencionada, que a veces falla en sus propósitos por errores involuntarios o por trabas u obstáculos interpuestos maliciosamente por sus rivales políticos. Si las cosas fueran realmente así, si esa narrativa fuera cierta, es claro que la aparición de un Milei resultaría inexplicable.

Pero las cosas no son así, y eso mismo que los autores del relato ―desde ambos lados de la grieta― no han querido o no han podido ver, una parte mayoritaria de la sociedad lo tiene bien claro, sin consideraciones rebuscadas ni superabundancia de información: lo tiene claro a partir de su experiencia cotidiana, de su historia familiar, de las cosas que ha ido perdiendo, de los peligros que amenazan a sus hijos, de su desvalimiento ante un mundo cada vez más complejo, y cada vez más ajeno. Esos argentinos, que no se engañan sobre las cosas ni se dejan engañar, se han hecho escuchar claramente en las urnas: sin bronca, sin emoción, sin deseos de venganza, sin violencia, sin hartazgo. En defensa propia, simplemente.

 

Los primeros análisis sociológicos del voto en favor de Milei revelan la imposibilidad de asociarlo a cualquier grupo demográfico: ni a los ricos ni a los pobres, ni a los jóvenes ni a los viejos, ni a la población urbana ni a la población rural. No he visto estudios que relacionen el voto a Milei con el grado de exposición a los medios tradicionales: sospecho que a menor exposición, mayor inclinación hacia su figura. Sólo es posible decir que ese voto alcanzó niveles inesperados en las provincias más pobres y en algunos de los bolsones de pobreza que rodean a las grandes ciudades, justamente los más afectados por el estado de cosas que Milei promete revertir.

Esa dispersión “transversal”, como dicen los especialistas, del voto a Milei refleja más bien un estado de conciencia, una lucidez que probablemente incluye diferentes proporciones de racionalidad e intuición, y una disposición a participar, dentro del sistema, para modificarlas. Aunque seguramente comparten una visión de las cosas aproximadamente similar, estos ciudadanos se distinguen de los que votaron en blanco o simplemente se abstuvieron de votar: los primeros confían en el sistema pero no creen que Milei represente una alternativa para mejorarlo, los segundos no creen ni en Milei ni en el sistema democrático. Una parte de quienes no votaron simplemente ventiló su enojo, y es probable que vaya a las urnas en octubre. Y vote por Milei.

 

Los comentaristas con fama de respetables describen rutinaria, casi perezosamente a Milei como el “candidato antisistema”, lo que constituye un absurdo desde el momento en que el aspirante respeta los mecanismos electorales y manifiesta reiteradamente su defensa del régimen constitucional; es claro que tampoco son “antisistema” sus votantes, que se han tomado la molestia de formar filas en los comicios para emitir ordenadamente su sufragio. Esos publicistas, en realidad, juegan con las palabras para no decir que Milei es el candidato “anti statu quo”, o sea contrario al estado de cosas que, entre otros, los tiene a ellos mismos como beneficiarios.

Desde el otro lado de la grieta describen a Milei como el “candidato antiderechos”, otro absurdo refutado desde las mismas bases peronistas. “¿Qué carajo decís cuando decís derechos?”, increpó en televisión Mayra Arena, una militante justicialista, a la kirchnerista Cinthia García. “La palabra ‘derecho’ da espina a que siempre son derechos de los otros.” Alejandro “Pitu” Salvatierra, otro dirigente de base con frecuente presencia en los canales oficialistas, ilustró la misma idea con una anécdota: “Un muchacho del equipo de fútbol de la villa dijo que iba a votar por Milei y otro lo cuestionó: ‘¿No te das cuenta de que Milei te va a quitar la indemnización, el aguinaldo?’ ‘¿Qué es el aguinaldo?’, respondió el interpelado, que jamás había tenido un empleo formal en su vida”.

Los “derechos” que presuntamente viene a eliminar Milei sólo existen en el papel, en las leyes que votan los legisladores de la democracia para ganar adhesiones y conservar privilegios, sin preocuparse luego de que se cumplan o no. La población, supuestamente amparada por el “Estado presente”, vive en la miseria. Desde el golpe de 1976 la Argentina ingresó en una espiral decadente de la que no ha podido escapar. Todos los gobiernos dejaron el país peor de lo que lo encontraron y, como siguiendo un plan, cada uno se ocupó de destruir una parte del legado del orden conservador: el congreso, la educación en todos sus niveles, la salud, la justicia, la defensa, la moneda, la flota oceánica y fluvial, la red ferroviaria, la sociedad más justa y más integrada del mundo, el tejido afectivo que la mantenía unida.

Carlos Menem y Mauricio Macri, con más audacia el primero que el segundo, intentaron promover cambios que revirtieran la decadencia. Memen apeló a la picardía (“si les decía lo que iba a hacer, no me votaba nadie”), y abrió al mismo tiempo la economía y las compuertas de la corrupción y el saqueo del Estado. Lo mejor de su gestión se lo debió a Domingo Cavallo, y cuando se deshizo de él su gobierno cambió de rumbo. Macri confió en su propia majestad, creyó que su sola presencia iba a servir de ordenador, y que todo se iba a acomodar de manera natural, paulatina, y por su propio peso. No tuvo (no toleró) a su lado un Cavallo que le aportara pericia técnica. Menem y Macri terminaron mal sus mandatos, y sus cambios a medias dejaron más problemas que soluciones.

A diferencia de ellos, el libertario promete reformas amplias y drásticas, y las anticipa clara y descarnadamente, sin ocultar nada: ni la maña de Menem ni la majestad de Macri, sino la motosierra de Milei. Propuso la “uberización” de las relaciones laborales, propuso la apertura de la economía, propuso alguna forma de copago para los servicios de salud y educación, propuso dolarizar y nada de eso espantó al electorado como habría ocurrido décadas atrás. “Hay más miedo a que todo siga igual, que a que cambie”, explicó la militante peronista Arena, en una frase que probablemente resume el temperamento social de una Argentina que se asoma al final del primer cuarto del siglo XXI hundida en un pozo de pobreza, desesperanza y frustración al que nunca creyó posible caer.

 

Al margen de la refriega electoral, se han planteado algunas advertencias más atendibles respecto de los condicionamientos que podrían afectar a un eventual gobierno de Javier Milei, unas de tipo institucional, otras de índole emocional. En una columna de su blog, el observador Marcos Avella pondera varios factores capaces de jugarle en contra, desde la carencia de mayorías legislativas hasta la eventualidad de un juicio político, pasando por las limitaciones constitucionales y legales e incluso las presiones internacionales. En el mismo sentido, el politólogo Andrés Malamud remite al ejemplo de lo ocurrido en el Perú con el presidente electo Pedro Castillo, cuyos intentos de introducir reformas tropezaron con la oposición de un Congreso adverso que finalmente lo destituyó.

El columnista Carlos Pagni, por su lado, creyó ver una cierta inestabilidad emocional en Milei, citando casos en que moderadas demostraciones públicas de afecto lo llevaron al borde del llanto. En esas situaciones, observó, Milei revela “una demanda de reparación infinita… Y por eso gana, porque la gente está igual”. Y sentenció Pagni: “Ahí hay un problema, la gente a lo mejor detecta ese problema”. Pero la militante peronista Mayra Arena, más que un problema, ve allí un atributo del libertario: “Es original, es distinto y se emociona”, dijo, y opinó que esas cualidades despiertan en la gente “ganas de acompañarlo”. Arena, que trabaja por la candidatura de Sergio Massa, reconoció que “cuesta mucho ver el enamoramiento que genera Milei”.

Pero Arena es peronista y los peronistas son diestros para captar el escenario, porque sus cualidades les resultan familiares. “Ojo con que no se avive y llame a la calle, por ejemplo”, advirtió la militante. “Que no te tome una de esas postas que no está ocupando el peronismo, porque su electorado se siente parte, se siente protagonista, y siente que hay alguien del otro lado que les habla. Si llama a la calle antes que el peronismo, es un problemón”, reconoció Arena.

Visto desde una perspectiva más amplia, esto quiere decir que si un Milei con los sentimientos a flor de piel triunfa en primera vuelta, y desde ese lugar victorioso forja un lazo afectivo con una sociedad desgarrada en su tejido y necesitada de creer, no habrá mayoría legislativa que se le resista ni presión política capaz de doblegarlo. Lo emocional, más que una debilidad será una fuerza, y se impondrá por sobre lo institucional. Ambos condicionamientos se neutralizarán entre sí.

La sociedad argentina “acaba de iniciar un experimento rarísimo, riesgosísimo para el nivel de problemas que tenemos”, hizo notar el columnista Pagni. “Pero es así, es el momento histórico”, se consoló. La militante Arena describió el momento histórico con la frase que ya citamos y que viene al caso repetir completa, con el agregado que siguió a una repregunta: «Hay mucho más miedo a que todo siga igual que a que cambie, aunque sea para mal…» Y, nos guste o no nos guste, nos entusiasme o nos inquiete, a dos meses de las elecciones, el nombre del cambio es Javier Milei.

Enlaces externos

Mayra Arena en “Duro de domar”

 

* Estudió Letras en la Universidad de Buenos Aires y se inició en la actividad periodística en el diario La Prensa de la capital argentina. Fue redactor de la agencia noticiosa italiana ANSA y de la agencia internacional Reuters, para la que sirvió como corresponsal-editor en México y América central, y posteriormente como director de todos sus servicios en castellano. También dirigió la agencia de noticias argentina DyN, y la sección de información internacional del diario Perfil en su primera época. Contribuyó a la creación y fue secretario de redacción en Atlanta del sitio de noticias CNNenEspañol.com, editorialmente independiente de la señal de televisión del mismo nombre.

 

Artículo publicado el 23/08/2023 en Gaucho Malo, El sitio de Santiago González, https://gauchomalo.com.ar/