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CLUB SOCIAL Y DEPORTIVO

Iris Speroni*

Selección femenina de natación Provincia de Buenos Aires Sur.

Cada triunfo del club local es motivo de orgullo para la comunidad.

En la República Argentina existen decenas de miles de clubes, desde Tierra del Fuego a Jujuy y Misiones. Clubes ricos, clubes humildes.

Contamos con cientos de miles de federados en todos los deportes, desde poco menos de un millón en fútbol a cifras más modestas en actividades menos difundidas. Más de setenta mil en rugby, poco menos de cien en hockey sobre césped y cerca de ciento cincuenta mil en básquet, cifras menores en el resto.

Los clubes en apariencia pueden ser distintos entre sí. No en esencia. Hay algunos muy paquetes, con cuotas mensuales carísimas e instalaciones de calidad. Otros cuya infraestructura es poco más de dos canchas sin pasto y una pequeña construcción sin revocar que contiene vestuarios y un buffet. Muchos de ellos (y estos debería ser motivo de orgullo para nuestra Nación) son más que centenarios. Otros nacieron en el 2022 con amor y sacrificio. Todos suman. Todos sirven.

Club Camioneros, equipo infantil de hockey sobre césped.

En los últimos años desde el gobierno insisten en promocionar el fútbol femenino. Es una imposición desde el exterior. No tengo nada contra el fútbol femenino en sí. Me alegra que las muchachas se acerquen a cualquier deporte.

Lo que podemos hallar entre patético y divertido del régimen es cómo ejecutan la mímica pero desconocen la partitura. Les dieron un libreto a repetir. Lo enuncian sin seso y sin alma.

¿Por qué es defectuoso el discurso oficial? Básicamente porque es un fenómeno trasplantado, ajeno a nuestra historia y realidad presente. Existe un largo historial de práctica femenina de deporte, no sólo de élite (Jeanette Campbell, medalla de plata natación 100 m libres JJOO 1936); sino de amateurs con diversos niveles de destreza de ambos sexos. En los canales oficiales de vez en cuando mencionan los logros obtenidos por el seleccionado femenino argentino de hockey sobre césped. Sin embargo, muy pocos argentinos saben que el seleccionado argentino femenino de hockey sobre patines es pentacampeón mundial (*) (1998, 2002, 2004, 2010, 2014). Las jugadoras nunca fueron recibidas en Casa Rosada.

Lo mismo se puede decir de otros deportes (femeninos o masculinos) cuya cobertura por los medios oficiales es casi nula excepto en DxTV.

¿Por qué me disgusta la propaganda del fútbol femenino? Porque pone a la mujer en una posición de víctima, marginada y postergada, que necesita del favor estatal para existir. Nada más lejos de la realidad presente y del pasado de las mujeres argentinas, quienes han practicado deportes desde hace un siglo, que han marcado un nombre en el mundo gracias a su disciplina personal y el soporte de sus familias. Se trata de damas seguras, fuertes, sanas, disciplinadas, con pasión. Nada como el deporte para dar seguridad en sí misma a una persona. No necesitan obesas mórbidas o boludas totales, las cuales jamás pisaron una cancha, para que hablen en nombre de ellas.

Jacinta Martínez, múltiple campeona de natación nos muestra todas sus medallas, con una sonrisa más ancha que el Paraná.

La ayuda estatal nacional se brinda, con restricciones, a los atletas de élite (**). Para llegar hasta ahí, sólo se cuenta con las familias.

Caso diferente es con algunas administraciones provinciales. En este momento se celebra el Sudamericano de Deportes sobre Ruedas en San Juan, que se transmite por DxTV. Excelente infraestructura financiada por la provincia. Es un placer ver tantos atletas, algunos muy jovencitos, lo que constituye una gran promesa a futuro.

Un último comentario antes de dejar de lado el deporte femenino que, después de todo, es sólo la mitad de la película. En la última década hubo un boom del polo femenino a nivel mundial. Gran parte de esas jugadoras son argentinas. Los argentinos juegan en el exterior en forma profesional y amateur en los torneos locales. En la actualidad un interesante número de señoras y señoritas se ganan el sustento con sus destrezas por las canchas de polo del mundo. ¡Mujeres que no requieren permiso de nadie para hacer huella!

Primer campeonato mundial de Polo Femenino, Campeonas.
Los clubes y la familia

Innumerables horas en levantar paredes, aplanar tierra. Cuotas pagadas con mucho esfuerzo. Luego horas enteras en las prácticas en sí. Padres y madres instructores de vóley o de patín artístico o pelota paleta o bochas o remo. Coser lentejuelas y lavar remeras. Horas al borde de la cancha con 2º C al sol. Juntar el dinero para botines, velas, patines, sticks, kayaks, uniformes o bicicletas. Toneladas de milanesas y abrazos a lo largo de los años. Tanto las instalaciones como las actividades de los clubes están cimentadas en dinero, tiempo y amor familiar.

Hockey sobre patines infantil, San Juan.

La inversión familiar es la que produce tantos deportistas exitosos. A pesar de que competimos con países más ricos o más organizados. Con nuestra pobreza y caos a cuestas, igual damos pelea.

Sóftbol infantil, Córdoba.

¿Por qué? ¿Por qué podemos hacerlo?

Mirémoslo en términos económicos. Tenemos más de un siglo en inversiones.

Eso es evidente en casos de clubes grandes como puede ser Racing o River Plate. A la vista están las instalaciones que permiten toda suerte de disciplinas. El dinero para construirlas es una acumulación de décadas. Lo mismo sucede con clubes centenarios estrictamente amateurs.

Sin embargo, un club nuevo también se construye sobre una inversión centenaria. ¿Cuál? El conocimiento acumulado por el pueblo argentino. Sabemos qué hacer (know how). Entendemos lo que significa que cinco padres se junten los fines de semana para levantar un frontón o pedir prestada una máquina a la municipalidad para nivelar un terreno.

¿Por qué los clubes más o menos se salvan de la debacle general? Porque no pagan impuestos. Los políticos (todavía) no aprendieron a esquilmar ahí. Sólo se ocupan del fútbol porque hay dinero en la venta de contratos de jugadores y consiguen trato directo con las barras (llave para otros negocios). Las disciplinas amateurs los dejan fríos (***).

Estar fuera del radar es lo mejor que puede pasar.

Agustina Boyezuk, capitana de la selección nacional de voley femenino.
El rol de la inversión

La inversión es lo único que permite que crezca la producción. Si es en actividades de lucro (una acería o una hilandería) se obtendrá más acero o hilo. Si uno invierte en actividades sin fines de lucro obtendrá jugadores, nadadores, esgrimistas, remeros o, en otro orden, violinistas, pianistas, bandoneonistas. Ni la inversión ni el producido se miden únicamente en dinero.

La inversión es vital para la prosperidad de una Nación. Hace al bienestar material de todos nosotros y de nuestra posteridad. Sobre el particular me explayé en las charlas en el INFIP. http://iris-speroni.blogspot.com/2021/10/enfermedades-y-cura-de-la-economia.html

¿Por qué es vital el deporte para la salud emocional y simbólica de nuestra nación? En primer lugar porque fortalece la amistad y la familia. Cada club es una tribu y como tal un cobijo para cada individuo, que ya no está sólo. Segundo, porque robustece la autoestima de la persona. Tercero: cada triunfo del club local es motivo de orgullo para la comunidad.

Las naciones se construyen sobre lo material, lo simbólico y la pasión. Cuidemos y engrandezcamos nuestros clubes.

 

* Licenciada de Economía (UBA), Master en Finanzas (UCEMA), Posgrado Agronegocios, Agronomía (UBA).

 

Notas

(*) También somos pentacampeones de hockey sobre patines masculino (1978, 1984, 1995, 1999, 2015). Tampoco fueron invitados a Casa Rosada. No es una cuestión de “género”.

(**) Nunca olvidemos el intento de Macri de vender a “desarrolladores urbanos” el predio del CENARD en Núñez, capital federal. Así ama la burguesía nacional las cosas que son caras al pueblo. Todo es botín de guerra. Como lo fue el Tiro Federal de Buenos Aires.

(***) Excepto el JJOO juvenil en Buenos Aires que fue la oportunidad para dilapidar miles de millones de pesos.

 

Artículo publicado originalmente el 04/06/2022 en Restaurar.org, http://restaurarg.blogspot.com/2022/06/club-social-y-deportivo.html

EL ESTADO MENTAL: CAUSA BÁSICA DEL SUBDESARROLLO

Agustín Saavedra Weise*

Imagen de chenspec en Pixabay

En 1985 el profesor estadounidense Lawrence Harrison publicó su famoso libro “El subdesarrollo es un estado mental”, sobre el cual en 2005 hice algunos comentarios que vale recapitular, máxime al comprobar que muchas cosas siguen igual; no hubo cambio cualitativo auténtico ni en Bolivia ni entre sus vecinos. En su época el ya fallecido Harrison realizó varias giras latinoamericanas e incluso visitó Bolivia. Luego publicó diversos estudios vinculados con sistemas culturales y la forma en que ellos impactan reforzando el atraso, o viceversa, impulsando la innovación.

Los antropólogos definen la cultura en general como “el modo de vida de un pueblo”. El estado mental vendría a ser la forma en que el individuo visualiza su propia concepción del mundo, un “ethos” que se socializa globalmente en cada comunidad en función de la pauta dada a través del tiempo por la clase dirigente. Hasta ahora —dados hechos y realidades— el estado mental que nos sigue caracterizando en Bolivia difiere notablemente de lo que se precisa para avanzar hacia el cambio cualitativo.

Diversos autores prosiguieron la senda marcada por Harrison y a su turno ofrecieron explicaciones en torno a cómo la cultura de ‘x’ país o región afectaba su desarrollo. Sin embargo, la explicación más contundente sigue siendo la preconizada por Lawrence: todo está en la cabeza, en la forma de mirar las cosas; en suma, en el estado mental de un individuo y de la sociedad de la que forma parte. Solamente así se explican las diferencias de desarrollo y capacidad adaptativa, incluso entre comunidades muy parecidas racial y geográficamente.

Veamos dos ejemplos clásicos. En primera instancia, Barbados y Haití. Ambas son islas del Caribe habitadas por ex esclavos negros. Mientras Barbados prospera, Haití sigue sumida en la pobreza. ¿Razones? Obviamente, una manera distinta de ver las cosas y de ‘pensar’, más allá de similitudes. Veamos el segundo caso. Australia y Argentina poseen enormes territorios, ingentes recursos naturales y poca población, mayoritariamente de origen europeo. Australia pertenece al Primer Mundo mientras que Argentina desde 1930 decae y decae, llegando ya al nivel tercermundista ¿Razones? En cada uno de estos dos países se tiene una manera colectiva e individual distinta de pensar, de actuar y de proceder; esto hace que Australia sea más desarrollada que Argentina, también al margen de las similitudes.

En Bolivia tenemos mayoritariamente población mestiza e indígena y recordemos que los esquimales de Alaska son también pueblos originarios. Más allá del arrastre histórico de injusticias o discriminaciones, nuestra población persiste en su pobreza y cuando tiene ventajas sobre un recurso que puede explotar (caso actual del litio; hay varios del pasado: goma, plata, estaño, gas, etc.) la clase dirigente ahuyenta con sus actitudes casi toda posibilidad racional de inversión que genere empleos y avance socioeconómico. Todo lo contrario hicieron los dirigentes esquimales. Al descubrir recursos energéticos en su territorio y ante la falta de medios propios, apelaron a un mal necesario —las odiosas pero imprescindibles multinacionales— e hicieron acuerdos constructivos. Ahora los esquimales alaskeños son ricos. Acá en Bolivia seguimos pobres y por lo visto así continuaremos ¿Razones? Todo indica que los originarios esquimales tienen una manera de pensar distinta a la de los originarios y mestizos bolivianos; eso marca la diferencia.

La conclusión de Harrison que siempre compartí: no hay nada racial (ni otras tonterías por el estilo) para diferenciar rico y pobre, desarrollado y subdesarrollado. El problema radica en la manera de pensar. Si pudiéramos reemplazar una cultura del atraso por una del progreso, las cosas cambiarían. El subdesarrollo se ve reforzado por un negativo estado mental; si no se lo supera, será imposible avanzar al ritmo de naciones que modificaron su manera de pensar: Corea del Sur, Singapur, Bostwana, por citar claros ejemplos. Los tres países estaban por debajo de Bolivia medio siglo atrás…

 

*Ex canciller, economista y politólogo. Miembro del CEID y de la SAEEG. www.agustinsaavedraweise.com

Publicado originalmente en El Deber, Santa Cruz de la Sierra, https://eldeber.com.bo/opinion/el-estado-mental-causa-basica-del-subdesarrollo_228468