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GUAYANA ESEQUIBA: LA CONTRAPARTE VA POR TODO O NADA

Abraham Gómez R.*

Cada vez se vuelve más candente la situación controversial con Guyana. De todos es conocido que se han venido añadiendo algunas delicadas aristas y desarrollado situaciones, que han enrarecido el clima en la actualidad; por cierto, nada propicio para proponer algún asomo de negociación directa, en procura de alcanzar un arreglo práctico y satisfactorio, con base a la contención sostenida, a partir del Acuerdo de Ginebra de 1966. Hay que buscar bajar las tensiones.

Estamos claros (y sin lugar a dudas) que, una vez recibida, formalmente, por parte de las autoridades gubernamentales de la excolonia británica la sentencia previa de la Corte Internacional de Justicia, del 18 de diciembre pasado, han intensificado su agresión discursiva hacia Venezuela.

Cada Declaración del presidente guyanés Irfaan Ali la hemos analizado en cuanto a su tono, contenido e intencionalidad. Nuestras conclusiones apuntan a que ellos se sienten envalentonados y seguros. Más aún, han logrado en apariencia cohesionar a esa nación, que hasta no hace mucho estaba fracturada étnica y políticamente.

Producto de lo que acabo de citar es la inmensa campaña que han desplegado —y desatado— por los medios audiovisuales y en escenarios internacionales, cuyo eje temático gira en torno a la “defensa nacionalista” de la extensión territorial cuestionada por nosotros. Sí, la Guayana Esequiba que nos la arrebataron en una tratativa tramposa; mediante un adefesio jurídico denominado Laudo Arbitral de París, el 03 de octubre de 1899; que desde su origen ha constituido una vergüenza, para la doctrina y la jurisprudencia en el Derecho Internacional Público.

Veamos también, concretamente, a lo interno de nuestro país, en las últimas semanas hemos observado un ambiente mucho más denso para el reclamo, de concienciación del despojo que nos perpetraron.

En todas partes se han realizado foros, conferencias interesantes. Todas las ONG’s han cerrado filas, dando un significativo aporte argumentativo y a través de sus programaciones, ante el presente llamado que nos hace la Patria.

Han transcurrido algunos años (y más reciente), cuando recorríamos las universidades y los demás organismos a donde se nos invitó para compartir criterios. Reconocemos, en honor a la verdad, que, entonces, nos encontramos con situaciones extravagantes. Digamos: posiciones impensables, discursos contradictorios al momento de asumir la absoluta defensa de los intereses del Estado venezolano, silencios cómplices, declaraciones destempladas o extemporáneas, elogiosas frases al contrincante, permisividades —por acción u omisión— para la explotación de recursos en la zona; una lamentable indiferencia en los medios de comunicación. En fin, estábamos de espaldas a tan sensible asunto contencioso de suma trascendencia para la venezolanidad y para nuestra historia republicana.

Tales hechos despertaron en nosotros la voluntad para manejar, entonces, ese enjambre de conjeturas, que nos vimos obligados a estudiarlas y analizarlas, académicamente, para armar nuestras propias consideraciones al respecto.

Por ejemplo, hace algunas semanas propuse la realización de un Referendo Consultivo, conforme lo contempla el artículo 73 de nuestra Constitución Nacional; lo hice, suficientemente pensado, y afianzado en las opiniones tamizadas en todos esos encuentros con los distintos sectores de Venezuela.

Ya sabemos que la premura (y el sospechoso interés) con la cual la Corte viene aligerando el juicio no da tiempo para mucho. Sin embargo, reiteramos el llamado a la población para que se mantenga expectante por lo que pueda acontecer el 26 de febrero de este año, cuando las Partes en litigio fueron convocadas para entrevistas (¿audiencias orales?). Ya se sabrá que están tramando.

No nos atemorizan los ardides que el gobierno guyanés, las empresas trasnacionales y sus aliados puedan urdir, impulsadas por y con prebendas dinerarias, en la presente lúdica internacional. Ya en el pasado, el Imperio Inglés acometió, con descaro en nuestra contra dos actos de ingrata recordación. El primero, persuadir a España para que no procediera al reconocimiento de nuestra Independencia, que logramos el 30 de marzo de 1845, cuya consecuencia a nuestro favor fue el conferimiento del Título Traslaticio, asentado en la Cédula Real del 8 de septiembre de 1777, de Carlos III, con lo cual dan la absoluta posesión jurídica de Venezuela sobre la conocida Guayana Esequiba. Nos consolidamos frente a la voracidad de Inglaterra.

Prestemos atención al segundo evento bochornoso: no satisfecho con lo anterior, el Imperio Inglés propuso al gobierno de los Estados Unidos de Norteamérica, el 23 de marzo de 1869, repartirse, exactamente por la mitad todo el territorio de Venezuela, para que EE.UU. reubicara en el occidente, a la población negra procedente de África, que habían participado en la Guerra de Secesión. Según los ingleses, porque «ese país llamado Venezuela, que actualmente, se debate en medio de la mayor anarquía y cuyas ‘minor authorities’, no pueden ni siquiera considerarse como sujetos de Derecho Internacional».

De tal manera que hemos padecido injusticias y tropelías de los grandes imperios, en más de dos siglos. No nos extrañan las componendas que se tejen, ahora, en ambientes jurisdiccionales, donde tienen la pretensión de arrasar con todo.

Consensualmente, hemos recogido casi que una opinión generalizada en el país, en término firme, pacífica, pero determinante: debemos insistir en una Negociación amistosa y directa con la Contraparte, hasta alcanzar una solución práctica y satisfactoria, conforme lo contempla el Acuerdo de Ginebra de 1966 y el artículo 33 de la Carta de la ONU.

La Corte Internacional de Justicia no hace arreglos de ese tipo, sino aplica el Derecho; por lo que aún estamos a tiempo de entablar un convencimiento extrajudicial con los coagentes de la otra Parte en el litigio, para impedir la continuación natural del proceso hasta su conclusión; a la que hay que medir sus impredecibles consecuencias.

No estamos inventando nada; por cuanto, el citado medio alternativo para la resolución de la centenaria controversia, constituye un mecanismo legítimamente válido, que sustituye la decisión sentencial del órgano jurisdiccional (CIJ) por una decisión que puede ser producto de la voluntad concertada de las partes en conflicto.

 

* Miembro de la Academia Venezolana de la Lengua. Miembro de la Fundación Venezuela Esequiba. Miembro del Instituto de Estudios de la Frontera Venezolana (IDEFV). 

Publicado originalmente en Disenso Fértil https://abraham-disensofrtil.blogspot.com/

 

ESTADOS UNIDOS Y SU CONGRESO VITALICIO

Agustín Saavedra Weise*

El Congreso es la legislatura bicameral del gobierno federal de EEUU. Se compone de la Cámara de Representantes y el Senado; se reúne en el edificio del Capitolio, ubicado en la capital, Washington-Distrito de Columbia. El Congreso está compuesto por 100 senadores (dos por cada estado) que representan a la nación y por 435 representantes que reflejan la voluntad popular en diversos distritos del país.

Tanto los senadores como los “representantes” (diputados en nuestra jerga) gozan de una serie de prebendas realmente notables. El número uno en ese contexto es la posibilidad de reelección indefinida. Diversas encuestas confiables han reiterado hasta nuestros días que más del 80% de los congresales estadounidenses van a la reelección y de esa manera permanecen décadas en el puesto…

Una de las condiciones esenciales de la institucionalidad democrática es la alternabilidad. Desde que el legendario Franklin Delano Roosevelt fue elegido consecutivamente tres veces, contrariando lo dispuesto por el padre de la patria y libertador George Washington, quien sugirió al concluir su segunda presidencia que jamás se deberían exceder más de dos períodos. Para evitar repetir la excepcionalidad de Roosevelt se dispuso un marco legal explícito —mediante enmienda constitucional— y se reglamentó la sabia sugerencia del primer presidente de permitir solo dos reelecciones consecutivas para los candidatos a la Presidencia. Nunca se puede pasar de dos períodos, sean juntos o por separado.

Mientras la mencionada rigidez se observa escrupulosamente en la rama ejecutiva, he aquí que los congresales se dan la gran vida haciéndose reelegir por décadas. Hay algunos casos de congresales que llegaron por primera vez al parlamento en su juventud y siguen ahí durante 50 años o más. Como una casi natural consecuencia de esta abusiva extensión perpetua del poder legislativo se han producido graves escándalos y negociados, estos últimos a veces salen a la luz y la mayoría no, pero que los hay, los hay.

No puede haber una democracia auténtica con un Congreso plagado de parlamentarios reelegidos perpetuamente. No es correcto, debería para los congresistas aplicarse también la regla presidencial y que no puedan ser reelectos por más de dos periodos o hasta un máximo de tres. Ser reelegido de por vida no es bueno; bajo esas condiciones no cabe expresar que el Capitolio washingtoniano es el “templo de la democracia”, como muchos se han referido al edificio que alberga al Congreso, luego del escándalo provocado por la reciente toma del Capitolio mediante huestes afines al expresidente Donald Trump.

El Congreso norteamericano —con sus luces y sombras— es un sistema cerrado donde se dividen y reparten privilegios entre parlamentarios que prácticamente consideran eterno su nombramiento. Y la verdad es que ni los estados de la unión ni la gente se preocupan mucho por ese prorroguismo, salvo cuando surge algún escándalo, el que usualmente termina con la vida política del congresal de turno. Así pues, el pueblo de EEUU parece estar satisfecho con las reelecciones indefinidas de parlamentarios, algo nada democrático por cierto y que ha generado un conjunto enorme de intereses, tales como el complejo industrial-militar, portación de armas y otros “lobbies” de diversa naturaleza.

La gran democracia estadounidense tiene un punto flojo en su mecanismo de controles y equilibrios; éste yace en su propio Congreso, formado por personajes acostumbrados a quedarse “mamando” de por vida. La verdad es la única realidad

*Ex canciller, economista y politólogo. Miembro del CEID y de la SAEEG. www.agustinsaavedraweise.com 

Publicado por El Deber, Santa Cruz de la Sierra, https://eldeber.com.bo/opinion/estados-unidos-y-su-congreso-vitalicio_217909

 

AMÉRICA LATINA Y LA REPÚBLICA POPULAR CHINA: LA SITUACIÓN ECONÓMICA Y DE DEUDA Y EL MALESTAR DE ESTADOS UNIDOS

Giancarlo Elia Valori*

Los países latinoamericanos no tienen relativamente buen margen para el ajuste de la política fiscal y monetaria como China y, básicamente, carecen de la capacidad de un ajuste contracíclico gubernamental. Esto se refleja principalmente en su margen de política fiscal y monetaria.

Desde un punto de vista fiscal, la capacidad tricutaria de los gobiernos latinoamericanos es generalmente débil. Los impuestos representan entre el 16 y el 18% del PIB, que es obviamente inferior al nivel del 30-35% de los países desarrollados.

En términos de política monetaria, dado que las monedas de los países latinoamericanos están directamente correlacionadas con el tipo de cambio del dólar estadounidense, la fluctuación del dólar también implica la reducción de su margen de ajuste de política monetaria. Estos países se han endeudado y recortado continuamente las tasas de interés. Por tanto, hay poco espacio para más pasos.

La Reserva Federal ha adoptado la política de flexibilización cuantitativa ilimitada que, en términos prácticos y fáciles de entender, es una de las formas no convencionales por las que un banco central interviene en el sistema financiero y económico de un Estado para aumentar la cantidad de dinero de la deuda en circulación.

Aunque el mercado de valores de Estados Unidos se desplomó varias veces, cabe señalar que el Nasdaq alcanzó un nuevo máximo. En última instancia, el dinero se ha vuelto más circulante. Sin embargo, las tasas de interés en los países latinoamericanos se han vuelto muy bajas y hay poco margen para nuevos recortes.

Al mismo tiempo, sus deudas externas también son relativamente altas. Por ejemplo, Argentina ha aprobado recientemente un plan de reestructuración de la deuda de 70 mil millones de dólares y su deuda representó más del 50% del PIB. La primera solución a la crisis de la deuda es retrasar el pago y la segunda es cancelar intereses o cancelar parcialmente la deuda. El acreedor no tiene más remedio que verse obligado a ponerse de acuerdo si una de las contrapartes no puede reembolsarlo. Este es un ciclo sin fin que, una vez aprobado el plan de reestructuración de la deuda, sólo aliviará y mitigará la crisis argentina.

La crisis de la deuda argentina ocurrió nueve veces en la historia y esta es la tercera vez en el nuevo siglo. La inflación en Argentina ha hecho que su moneda se deprecie en más del 70%. Según las estadísticas de la Comisión Económica de las Naciones Unidas para América Latina, más de 12 millones de personas no tenían trabajo en América Latina en 2020. Los pobres de América Latina aumentarán de 118 a 130 millones y la gente extremadamente pobre aumentará de más de 60 millones a más de 90 millones.

Ante algunas nuevas dificultades y desafíos, tenemos que explicar y evaluar las relaciones entre China y América Latina en la coyuntura histórica actual. El desarrollo de las relaciones entre China y América Latina ha pasado de un período de crecimiento a alta velocidad a un período de crecimiento estable. El desarrollo cuantitativo y extenso se está trasladando a uno cualitativo y específico.

Inicialmente las relaciones entre China y América Latina despegaron repentinamente e incluso superaron las expectativas. En su lugar, actualmente se prefiere un enfoque constante, eficiente, estable y eficaz. La progresión ordenada de las relaciones diplomáticas y comerciales es más ventajosa que un contexto de velocidad real.

Este es especialmente el caso en el contexto de la intensificación de la competencia estratégica entre China y los Estados Unidos. La situación política en América Latina, y el mayor impacto de la pandemia Covid-19, significan que es necesario hacer ciertos cambios en las relaciones entre China y América Latina.

En primer lugar, es necesario evaluar la influencia estadounidense en las relaciones entre China y América Latina. Las relaciones sino-estadounidenses son las relaciones bilaterales más importantes, sensibles y complejas en la diplomacia china.

Recientemente, ha habido muchos cambios importantes en estas relaciones Chino-Estados Unidos, pero a menudo se pasa por alto una de ellas: desde la perspectiva de los países latinoamericanos, la relación entre América Latina y Estados Unidos es la más importante. Los intereses de China en América Latina no han superado a los Estados Unidos en términos de desarrollo político y económico.

Estos son algunos datos. En el campo de la economía y el comercio, Estados Unidos sigue siendo el principal socio comercial de América Latina. Lo mismo se aplica a la inversión. Estados Unidos tiene una gran ventaja sobre China.

En 2017, el comercio entre Estados Unidos y América Latina superó los 760 mil millones de dólares, casi el triple del volumen de comercio entre China y América Latina. En 2019, el comercio entre China y América Latina fue de unos 270-280 mil millones de dólares, mientras que el volumen de comercio entre los Estados Unidos y América Latina fue de casi 800 mil millones de dólares.

Desde una perspectiva de inversión, la participación directa de Estados Unidos y América Latina en 2017 fue de 45 mil millones de dólares, casi el doble que la de China. Por lo tanto, los Estados Unidos superan a China en términos de comercio e inversión.

Sin embargo, beneficiándose de la ventaja del crecimiento económico de China y de la complementariedad estructural entre China y América Latina, la aceleración de la inversión económica y comercial de China en América Latina es mayor que la de los Estados Unidos. Por lo tanto, China tiene una ventaja incremental en América Latina, pero Estados Unidos goza de una primacía “equitativa”.

Por ejemplo, el presidente saliente Trump nunca ha visitado América Latina, pero esto no significa que Estados Unidos no le preste atención. Todo lo contrario. Si nos fijamos en los informes sobre las relaciones sino-latinoamericanas emitidos por los think tanks de Estados Unidos, los académicos y expertos están particularmente preocupados.

El Congreso de los Estados Unidos celebra varias audiencias sobre las relaciones sino-latinoamericanas cada año e invita no sólo a expertos locales, sino también a expertos de México, Brasil y otros países. Podemos ver que Estados Unidos concede gran importancia al desarrollo de las relaciones entre China y América Latina.

Nos preguntamos, sin embargo, por qué los Estados Unidos no han tomado posiciones políticas propagandísticas en América Latina como lo hace con China, Medio Oriente, Asia Sudoriental y el Mar de China Meridional. Esto significa que los Estados Unidos todavía confían considerablemente en la bonhomía latinoamericana, la buena naturaleza, la paciencia y la tolerancia. Los medios estadounidenses se limitan a afirmar que la influencia de China en América Latina ha aumentado y su poder blando ha mejorado pero, en general, la influencia de China en América Latina es mucho menor que la de los Estados Unidos.

Si preguntamos en Brasil qué piensan de las relaciones entre Estados Unidos y China, Estados Unidos-Brasil y Brasil-China, obtenemos las siguientes respuestas. Estados Unidos es un modelo para el desarrollo de Brasil y los valores e ideologías tanto de Brasil como de Estados Unidos están cerca. China es un importante socio comercial y de inversión para Brasil. Desde el punto de vista económico, el desarrollo de Brasil debería tratar de establecer una mejor asociación con China, pero en términos de ideología y valores, la Ciudad Prohibida está más lejos que la Casa Blanca.

Para América Latina, mantener relaciones estables con los Estados Unidos es un interés primordial. Después del brote de la pandemia covid-19 en América Latina, China —gracias a algunos de sus equipos médicos— hizo todo lo posible para ayudar a esos países a mitigar el impacto de la enfermedad. Una empresa estatal china respondió a la llamada y prometió construir un hospital con un módulo hospitalario en un centro de conferencias y exposiciones en Panamá para ayudar a los pacientes infectados, por sólo una pequeña suma de dinero del Estado.

Sin embargo, el presidente panameño Laurentino Cortizo Cohen rechazó rotundamente la propuesta. Al final, Panamá gastó 12 millones de dólares estadounidenses y construyó 100 camas de hospital y 26 unidades de cuidados intensivos, sin aprovechar la ayuda china.

El 16 de abril, Cortizo presidió la ceremonia de apertura del hospital, anunciando que era su propia decisión. Por el contrario, cuando el ex presidente panameño Juan Carlos Varela (2014-19) estaba en el poder, visitó China, y el Ministro de Relaciones Exteriores y Consejero de Estado chino Wang Yi le correspondió al viajar a Panamá.

En ese momento, el presidente Varela dijo que el proyecto histórico para la expansión de la Ruta de la Seda pasó por Panamá, al igual que el plan de 4 mil millones de dólares para expandir el canal y el ferrocarril de Panamá a Costa Rica. El nuevo Presidente en el poder, sin embargo, no ha seguido la filosofía de su predecesor, aterrorizado de disgustar a los Estados Unidos. Desafortunadamente, esta noticia no se informa en la prensa italiana.

 

* Copresidente del Consejo Asesor Honoris Causa. El Profesor Giancarlo Elia Valori es un eminente economista y empresario italiano. Posee prestigiosas distinciones académicas y órdenes nacionales. El Señor Valori ha dado conferencias sobre asuntos internacionales y economía en las principales universidades del mundo, como la Universidad de Pekín, la Universidad Hebrea de Jerusalén y la Universidad Yeshiva de Nueva York. Actualmente preside el «International World Group», es también presidente honorario de Huawei Italia, asesor económico del gigante chino HNA Group y miembro de la Junta de Ayan-Holding. En 1992 fue nombrado Oficial de la Legión de Honor de la República Francesa, con esta motivación: “Un hombre que puede ver a través de las fronteras para entender el mundo” y en 2002 recibió el título de “Honorable” de la Academia de Ciencias del Instituto de Francia.

 

Artículo traducido al español por el Equipo de la SAEEG con expresa autorización del autor. Prohibida su reproducción. 

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