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REFLEXIONES SOBRE LA TRAGEDIA DE VALENCIA. LO QUE NADIE SE ATREVE A DECIR.

Enric Ravello Barber*

Recuerdo que en el año 90 el catedrático de Geografía de la Universidad de Valencia, Vicent Rosselló, explicando el caso de la presa de Tous, nos dijo esa situación se repetiría porque se deja construir donde no se debe por interés urbanístico, pero la fuerza del río y del agua es imparable cuando llega el momento. Advirtió que volvería a haber muchos muertos.

Aparte de los errores imperdonables de PP-VOX a nivel autonómico, y del PSOE si también los hay a nivel estatal: la derecha echa la culpa a la izquierda porque todo el problema es la «Agenda 2030»; la izquierda culpa a la derecha porque todo es consecuencia del «negacionismo climático». Pero, claro nadie dice la verdad, en este caso la culpa es que la lógica liberal del mercado libre se ha impuesto a la lógica del interés común y la conservación del equilibrio ecológico y urbanístico. Es decir, la culpa es que el Estado ha dejado de regirse por intereses nacionales, populares y comunitarios y se han impuesto los intereses del capitalismo liberal. Es la realidad que nadie va a denunciar.

El capitalismo y el liberalismo matan si no están controlados y sometidos por un Estado social y nacional.

Por eso durante el Franquismo (que tenía algún elemento social en su concepción estatal) y sobre todo el alcalde de Valencia tras la riada de 1957, Rincón de Arellano (fundador de las JONS), quien sí tenía una gran conciencia social, realizó una obra hidráulica que ha salvado miles de vidas, sin importarle destruir los intereses de los constructores de la zona sur de Valencia y de Chirivella…. Algo que nadie es capaz de hacerlo hoy. En estos tiempos el capitalismo liberal manda y mata.

Voy a parafrasear a Goebbles: «cada vez que oigo hablar de Agenda 2030 saco mi P38», y no por lo que pensáis, sino porque veo que la derecha/extrema derecha usa ese «enemigo» para jamás hablar del problema real la globalización del gran capitalismo.

Es como lo de hablar de «inmigración controlada» para callar sobre el problema real: la sustitución demográfica.

No compréis discursos adulterados, son cómplices del mal y del enemigo.

 

* Enric Ravello Barber (Valencia 1968). Licenciado en Geografía e Historia (UV). Doctorando en Historia. Oposición del Ministerio de Economía Español en tributación aduanera y comercio internacional. Realizados cursos de Geopolítica y Análisis internacional en LISA Institute y GEDEGYS. Especialista universitario en Historia y Filosofía de las Religiones (UNED).

Presidente de la Asociación de Amistad Euro Sudamericana (AAESA), https://aaesa.org/.

 

Artículo publicado el 01/11/2024, https://euro-sinergias.blogspot.com/2024/11/reflexiones-sobre-la-tragedia-de.html.

EL IRRESPONSABLE DESGUACE DE LA ESCUELA NACIONAL DE PESCA

César Augusto Lerena*

En años que este gobierno reivindica, pero no gestiona del mismo modo, se crea en 1897 la Escuela Técnica Otto Krause, la institución de educación tecnológica más antigua del país, fundada con el objeto de contribuir al proceso de industrialización del país, cuyo edificio fue inaugurado en 1909 en la calle Bartolomé Mitre 1314 de la Ciudad de Buenos Aires. Sin embargo, es menos conocido que en el año 1910, durante los festejos del Centenario Patrio, se fundaba y se mantiene activa la Escuela de Bachillerato Agropecuario «Nicanor Ezeiza» a 340 km de la entonces Capital Federal, para sostener técnicamente el desarrollo agrario nacional. Campo e Industria estaban en el pensamiento nacional y los gobiernos que le siguieron estuvieron ocupados en la creación de escuelas de artes y oficios, que dieron mano de obra calificada al desarrollo fabril nacional y la industria naval argentina.

Eran épocas donde el Estado entendía como central solventar la educación pública especializada destinada a formar cuadros técnicos en un país en crecimiento para atender la demanda interna y la exportación.

Fue notable la visión de quienes radicaron en esos años en el medio del campo a la citada Escuela Nicanor Ezeiza establecida en las más de 700 has. entre Cnel. Vidal y Balcarce donadas por el referido Nicanor, donde a los tres años se otorgaba al estudiante el diploma de «Perito Ganadero» que habilitaba al trabajo y a los cinco el título de Bachiller Agropecuario que originalmente permitía el acceso directo a la Universidad de Buenos Aires y de La Plata para las carreras de Ingeniería Agronómica y Veterinaria. Ahora, Don Nicanor era un hombre que también intuía los avatares de la Argentina por lo que en el testamento precisó que, de cerrarse el establecimiento, este debía volver a sus herederos y ello le ha permitido realizar a éste sus actividades sin solución de continuidad desde hace 114 años. Es decir, un testamento a prueba de Milei’s.

En esa Escuela estudiaban pupilos los hijos de los puesteros, de los estancieros, de los profesionales de esas disciplinas y de otros tantos que cursaban recibiendo contención, educación, alimentación y vivienda gratuita; primero del Ministerio de Educación y luego del de Asuntos Agrarios de la Provincia de Buenos Aires. Los programas de estudio se aplicaban teórica y prácticamente con los apuntes de las citadas universidades y se contaba con la tecnología más avanzada de esa época ―que no tenían los propios establecimientos rurales privados― formando a los prácticos y técnicos agropecuarios ―en sus distintos niveles― que necesitaba el campo argentino, produciendo ―además― la más audaz integración social en esos años, que ahora referenciamos como «inclusión social» y toda la alimentación de los alumnos ―salvo la sal― se producía en la Escuela con la colaboración necesaria de los propios estudiantes.

Qué tan avanzada era la creación en estos colegios y escuelas técnicas públicas que hoy todavía el gobierno actual no entiende la importancia de su creación y sostenimiento y se apresta a desguazar la Escuela Nacional de Pesca «Comandante Luis Piedra Buena» creada por la Provincia de Buenos Aires en 1961; transformada en un Centro de Capacitación de Adultos para Patrones de Pesca en 1973 por el Ministerio de Educación de la Provincia de Buenos Aires y transferida a la Armada Argentina en 1977 (Ley 22.392); es decir acompañando los dichos del Gral. Manuel Belgrano de que «Un Estado sin pesca nada puede sobre la mar»; hace 63 años ―con mayores o menores dificultades― se avanzaba en el apoyo a la actividad pesquera argentina que iniciaba el proceso de industrialización y exportación nacional.

Se imparten en ésta distintos cursos de Pilotos de Pesca, Patrones de Pesca, Conductores de Máquinas Navales y Motoristas Navales, y Capitanes de Pesca.

La importancia de esta iniciativa es elocuente, cuando el propio Japón ―un país con una cultura marítima y pesquera milenaria― apoyó económicamente a la Argentina para la construcción y el desarrollo de la nueva Escuela concluida en 1985; el equipamiento de la misma, la donación de un buque de instrucción y la transferencia técnica en las áreas de Tecnología Pesquera, Artes de Pesca, Equipos Electrónicos de Pesca y Navegación y Ayudas Audiovisuales y el desarrollo de seminarios de capacitación. Al gobierno de Japón también habría que darle explicaciones de tan absurda decisión.

Desactivar este establecimiento de formación profesional pesquero es de una ignorancia supina y una incapacidad manifiesta de gestionar la formación de cuadros fundamentales para la producción nacional marítima y pesquera. Repite el gravísimo error del gobierno del 90 «ramal que para ramal que cierra», desconociendo que gran parte de los profesionales y técnicos que conducen, tripulan y capturan en los casi 800 buques pesqueros que enarbolan la bandera nacional generan riqueza para la Argentina, además de ejercer soberanía nacional en un Estado Marítimo y, lejos de cerrarse debiera incorporarse otras Tecnicaturas que son esenciales para el procesamiento, industrialización y comercio de los productos pesqueros que la Argentina exporta con retenciones y todo tipo de gravámenes a los mercados más exigentes del mundo, cuyos países «desarrollados» realizan esta actividad en forma subsidiada (China, España, Corea, Reino Unido, Taiwán, Rusia, etc.). Prácticas complejas como la captura, el fileteado, etc. que ingresaron al país de la mano de inmigraciones belgas, italianas y españolas se realizan por transmisión oral y debieran ser un motivo de preocupación para facilitar el desarrollo poblacional e industrial del litoral patagónico.

La cuestión se resolvería con una gestión adecuada y pensando quiénes son los beneficiarios directos de esta capacitación ―provincias, municipios, empresarios, gremios, proveedores, alumnos, docentes― y convocándolos a acordar el destino de los fondos de los derechos de captura que deben aplicarse a solventar la investigación, la capacitación y el control y no a engrosar las arcas del Estado o al burocrático y centralista Consejo Federal Pesquero, cuya Autoridad de Aplicación y estructura del Consejo se queda con unas irracionales sumas ―en comparación al porcentual administrativo que aplica cualquier empresa― entre otras, a solventar los viajes de funcionarios a ferias internacionales, cuando son los empresarios quienes compran y venden, motivo por el cual, ingresan al Estado importantes impuestos y retenciones que dificultan la competencia de los productos argentinos en el Mundo. Nuestro invasor ―el Reino Unido― mientras tanto administra las 250.000 toneladas anuales de los recursos pesqueros que capturan ilegalmente los buques extranjeros en las aguas argentinas de Malvinas en dos contenedores.

No se trata tampoco de si tal o cual gremio se hace cargo de la Escuela Nacional de Pesca, sino de que el gobierno gestione eficientemente la educación necesaria, en acuerdo con los beneficiarios directos e indirectos, en la formación y perfeccionamiento de expertos para el crecimiento de la Nación y para la dignidad de los profesionales, técnicos y obreros marítimos, pesqueros y navales que contribuyen a la generación de riqueza.

Gestionen y no cierren, que es el proceso típico de quien carece de inteligencia e imaginación para hacer crecer cualquier actividad.

 

* Experto en Atlántico Sur y Pesca – ex Secretario de Estado. Presidente Centro de Estudios para la Pesca Latinoamericana (CESPEL). Web: cesarlerena.com.ar

LAS AGUAS BAJAN TURBIAS

César Augusto Lerena*

Disculpen si somos algo escatológicos en este escrito. Se dice que la corrupción mata; pero en la pesca también da olor putrefacto; afecta la imagen de la actividad, a las ciudades y pueblos productores; daña a toda la gente que trabaja en el rubro y a todos los empresarios por igual, aun a aquellos que se esfuerzan por comercializar productos de calidad y se ajustan a los procedimientos legales. La corrupción desalienta los hábitos de los consumidores ya que, con una baja cultura alimentaria, asocian este producto altamente perecedero con los cuestionables métodos que algunos utilizarían para hacerse de él. Finalmente, el silencio de los funcionarios ante denuncias de coimas, termina confirmando que si el río suena agua trae y ésta es un gran lodazal.        

Suele considerarse a la pesca como un sector mafioso y los últimos hechos referidos a supuestas coimas para renovar las cuotas de captura no hacen más que acrecentar esta idea, tirándole un balde de materia fecal a toda la actividad sin excepción.   

El retrato original es de vieja data. Tiene su inicio en el pésimo concepto que tenían todas las actividades portuarias y las que usaban cuchillo para sus labores: los cuchilleros, la faena clandestina, la matanza y cuereado en catres en mataderos, las tareas a bordo donde hay casos donde realizan tareas de trabajo esclavo, los oficios portuarios y el fileteado en ambientes clandestinos y deplorables. Además, la gente recuerda el origen siciliano de la mafia italiana; la Camorra napolitana y la ‘Ndrangheta calabresa y en la pesca los inmigrantes provinieron de estas regiones: aunque muchos respetables, pagan por pecadores.     

También los gallegos, que agregaron lo suyo, al robarse los recursos argentinos en Malvinas y duele.

Ahora, desde hace 50 años la responsabilidad de mantener una execrable imagen es exclusiva de las empresas y empresarios argentinos o extranjeros radicados en la Argentina. Los alcanza a todos por igual. ¿Es cierto entonces que la pesca es mafiosa? Es de las preguntas referidas al sector que más hemos recibido en casi cincuenta años de vínculo con la actividad.

Cuando escuchamos hablar de coimas, no podemos ser hipócritas; era vox pópuli que los permisos de pesca se vendían en escribanías cuando la pesca era «olímpica» y luego esta situación se blanqueó con la sanción de la Ley 24.922 al establecerse el otorgamiento de las «Cuotas Individuales Transferibles de Captura» (CITC) y, aunque «Los negocios» con plata negra no son una cuestión nueva, lo difícil es probarlos.

Nosotros colaboramos con la redacción del artículo 1º de la ley 24.922, pero los demás artículos fueron elaborados por varios empresarios pesqueros y un dirigente gremial, desnaturalizando el referido artículo 1º. Un recurso del Estado no debería ser transferido y mucho menos alquilarse los buques a terceros para que estos hagan uso de cuotas y/o autorizaciones. Se ha transformado una actividad productiva en inmobiliaria.

Parece una concesión pero en los hechos es una privatización transitoria ―de bajo costo― de los recursos del Estado y ahora, frente al vencimiento de las cuotas otorgadas, mantener las mismas condiciones para el período 2025-2040 con las que se les adjudicó la concesión por quince (15) años de 2009 a 2024 resulta insólito. ¿Cuál sería el nuevo aporte, aparte del pago de los derechos de captura, para hacerse acreedor de este nuevo período? Gran parte del crecimiento de las empresas deriva de la concesión a vencer en 2024.

Lo hemos dicho, las cuotas y autorizaciones de pesca tienen más valor que el mejor buque. Frente a la duda que se instala a partir del plan original de Sturzenegger de extranjerizar la pesca y la posterior denuncia concreta de los medios LPO, Revista Puerto y Punto Noticias. ¿Porque no habría que creer que frente a la renovación por 15 años de las cuotas de pesca no haya existido un intento de coima de algún intermediario oficioso? Más aún cuando los funcionarios y el gobierno guardan silencio.

Suponiendo que las cuotas estaban siendo manejadas por «carmelitas descalzas» y toda la cuestión de la cometa de 15 millones de dólares la habrían inventado un ex subsecretario de pesca empleado de una tradicional pesquera y un gerente de una empresa de capital extranjero, ambos marplatenses ―como se dice en los ambientes portuarios― para lograr que todo siga como está, cuestión que todas las cámaras y gremios corrieron presurosos a solicitar (ver Actas del CFP 10, 12 y 14/24) y luego respaldar públicamente los buenos oficios del Consejo Federal Pesquero y el Subsecretario de Pesca.

Ambos hechos resultan cuestionables: la existencia de un eventual pedido de coima que no ha quedado debidamente aclarado y el cierre en pocos meses del proceso de adjudicación de las cuotas.

Un proceso racional y cristalino de adjudicación de nuevas cuotas ―no de renovación como se pretende instalar― debería haber hecho un llamado público a eventuales interesados y la conformación de una comisión ad-hoc de profesionales y técnicos de distintas disciplinas (pesqueras, navieras, económicas, industriales, jurídicas, etc.) que tengan en cuenta lo siguiente:

1) Dictamen previo si las cuotas y/o autorizaciones que la empresa tienen validez suficiente, teniendo en cuenta los antecedentes obrantes en la Subsecretaría de Pesca confrontados con la auditoría de la Universidad de Buenos Aires (2002, Expte. S01 N° 0178755/2002 e informe del 21/8/2003).

2) Dictamen sobre el cumplimiento de los requisitos previstos en los art. 7º, 9º, 26º y 27º de la Ley 24.922.

3) Garantizar que el otorgamiento de cuotas no se considere una «concentración indeseable» en relación con las especies que se cuotifican y el resto de las empresas pesqueras interesadas.

4) Se establezca una «Unidad Económica Pesquera» de modo que la cuota a otorgar garantice la sustentabilidad de las pequeñas empresas, de modo de evitar la posterior transferencia de cuotas por imposibilidad de sostener la actividad o solicitar cuota al solo efecto de transferir luego las cuotas a terceros.

5) Se incorporen buques con alta tecnología relativa a la eficiencia pesquera; reducción de la huella de carbono; que cuenten con sistemas que garanticen la óptima calidad del producto capturado y transportado fresco y que apliquen sistemas de pesca selectiva.

6) Que los productos se procesen en el país y se destinen directamente al mercado minorista internacional o nacional; que se realice un mayor aprovechamiento de los residuos y no produzcan descartes en el mar.

7) Nuevas inversiones en acuicultura y/o maricultura; la industrialización del producto en tierra, emprendimientos portuarios, mejora tecnológica, desarrollo logístico destinado al mercado interno, etc.

8) Presenten proyectos de Responsabilidad Social respecto a la comunidad de asiento de las empresas.

9) Guarden relación con las descargas en los puertos y su industrialización en los territorios provinciales.

10) El tiempo de vencimiento de la concesión determinado por la cuantía de las inversiones y de su recuperación económica.

Complementariamente, se establezca un porcentual de capturas a los nuevos emprendimientos e inversiones de empresas nacionales que deseen incorporarse a la actividad que no tengan relación de ninguna naturaleza con empresas actualmente concesionarias.

Al mismo, cabe aclarar que las cuotas de captura están referidas exclusivamente a las especies merluza hubbsi, merluza de cola, merluza negra, polaca y vieira. Pero las concesiones deberían alcanzar también al langostino, calamar y otras especies que son de igual o mayor importancia que las citadas.

Volviendo a las denuncias de corrupción a la hora de adjudicarse las cuotas de captura de varias especies por parte del Consejo Federal Pesquero. El gobierno y los mencionados deben dar las suficientes explicaciones y le recordamos a la Justicia algunas de las empresas y personas mencionados por los medios LPO, Revista Puerto y Punto Noticias (08/09/2024) se cite a declarar a todos los funcionarios del Consejo Federal Pesquero; al Subsecretario de Pesca López Cazorla; a las empresas «Iberconsa» (Platinum Equity/Juan P Basavilbaso), «Moscuzza», «Solimeno» (Antonio Solimeno), «Argenova», «Arbumasa», «San Isidro», «Newsan» y «Estrella Patagónica»; a Santiago Caputo (Asesor del Presidente); Lule Menem; Karina Milei; Juan Pazo (delegado de Ministro Caputo); Sergio Iraeta (Secretario de AGyp); Federico Sturzenegger; Marcelo González (ex Gerente de Estremar), Miguel Bustamante; Eduardo Boiero (CAPECA); Fernando Rivera (CAIPA); Lisandro Belarmini (Moscuzza); Agustín Ocampo (Glaciar Pesquera); Jorge Frías (Capitanes de Pesca); Cristina Ledesma (SOIP) y la Embajada de Estados Unidos.

Hubiese o no solicitud o pago de coimas, participar en reuniones fuera del ámbito oficial de parte de empresarios pesqueros o la discusión del monto, así fuese U$S 1, 100 o U$S 1.000, todo parece muy irregular. Los cálculos los efectúa la Revista Puerto y la sensación del sector empresario la indica Punto Noticias: «Otra vez estamos en el ojo de la tormenta», lamentó un empresario. «No sé para que se prestan a estas maniobras si siempre terminal mal». De estos comentarios podría inferirse que no ha sido la primera vez y tal vez no sea la última. Tal vez fue desproporcionado el monto, los valores exigidos podrían haber estado por encima de los valores habituales del mercado (en negro). Es una hipótesis probable.

 

* Experto en Atlántico Sur y Pesca – ex Secretario de Estado. Presidente Centro de Estudios para la Pesca Latinoamericana (CESPEL). Web: cesarlerena.com.ar