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EN LA JABONERÍA DE VIEYTES

Santiago González*

Una Argentina irreparablemente rota reclama refundación y reanudación, y hay quienes estudian cómo hacerlo.

 

Hay cosas que cuando se rompen ya no tienen arreglo, como los jarrones de porcelana, las copas de cristal, los matrimonios y las naciones. Eventualmente, con los materiales y la tecnología adecuados, se podría obtener una copia más o menos exacta del jarrón o la copa, pero los matrimonios o las naciones son irreparables porque sus ingredientes están amasados con tiempo y el tiempo marcha en una sola dirección. No hay manera de “volver a ser felices como antes”, tal como reclaman con lágrimas en los ojos las esposas traicionadas o prometen con aviesa seguridad los políticos traidores. Es posible, sí, volver a ser felices, pero no como antes, y casi nunca con el mismo socio, sentimental o político. Esto no lo entienden muchos cónyuges y muchos ciudadanos, que con pertinaz voluntarismo o con mal encaminada esperanza insisten en renovar sus votos, conyugales o sociales, a la figura equivocada, con lo que sólo logran prolongar sus padeceres y multiplicarlos.

Además, el “como antes” puede tener sentido en la vida de un matrimonio pero resulta inasible en la vida de una nación: ¿en qué punto del tiempo se ubica ese “antes”? ¿En el de la propia memoria? ¿En el de la memoria familiar? ¿En la de los libros? Mi propio “antes” arranca en las primeras décadas del siglo pasado con los recuerdos de la Buenos Aires señorial que con orgullo argentino me confiaba mi madre y llega hasta 1975, cuando murió mi padre y yo recorría el final de mi tercera década. Desde entonces todo ha sido, en términos de la imagen de la Argentina que guarda mi espíritu, un después. A la larga me vería en dificultades para contar a mis hijos que hubo una Buenos Aires verdaderamente rica, elegante y culta, y que yo y mis padres y abuelos y bisabuelos habíamos vivido en ella. Una Buenos Aires donde una clase alta refinada y escasamente ostentosa era el modelo a imitar por una clase media laboriosa, sana y bien alimentada, y educada en el orden conservador instalado por esa misma clase alta.

Una Buenos Aires donde los 25 de Mayo el aire se teñía de azul y blanco, tantas eran las cintas y las escarapelas y las banderas que la adornaban, donde los 9 de Julio retumbaban con la marcha pesada de los tanques y el vuelo rasante de los aviones, donde la llegada de la Primavera era saludada con un despliegue de flores, carrozas y mannequins vivants que exponían colores, formas y texturas de temporada, donde los grandes locales comerciales competían cada Navidad con sus escenas del Nacimiento. Una Buenos Aires, modelo y escaparate de todo un país, que gestó la mayor explosión de talento alumbrada en el siglo XX por cualquier ciudad hispanohablante, de la literatura a la ciencia, de la técnica a la arquitectura, de las artes plásticas a la medicina, y del cine a la música, empezando por el tango y terminando con el rock.

Me pregunto cuál es el “antes” de una persona de clase media como yo, pero de la generación siguiente, a cuya conciencia nacional contribuyeron Andrés Cascioli, Jorge Lanata, Mario Pergolini y Marcelo Tinelli. O Beatriz Sarlo, Juan José Sebreli, Horacio Verbitsky y José Pablo Feinmann, para el caso. ¿Qué entiende el compatriota de cualquier clase, educado por el progresismo y la socialdemocracia, si le hablo de patria? ¿Cuál es su vínculo emocional con la Argentina, con los otros argentinos? ¿Qué significan para él San Martín, Rosas, Alberdi, Sarmiento, Roca, Perón? ¿Qué entienden sus hijos, incluida la generación que no sabe leer ni contar, que no estudia ni trabaja, si se les propone “volver a ser felices como antes”? ¿Cuál es la conexión de los hombres y mujeres de hoy, de los adolescentes de hoy, con el pasado? ¿Cómo insertan su historia familiar en la del país? ¿Qué ven cuando ven el Palacio Pizzurno o la estación Constitución o el edificio del diario La Prensa o el Hospital Rivadavia? Es más: ¿qué ven en el Cabildo los maestros que llevan a sus alumnos a visitar el Cabildo?

Hay cosas que cuando se rompen ya no tienen arreglo.

* * *

¿Qué significa una Argentina rota? Por lo pronto, una Argentina cuyas instituciones han dejado de funcionar. Las instituciones dejan de funcionar no sólo cuando dejan de cumplir el cometido para el que fueron creadas, tal como la crónica registra a diario, sino, y especialmente, cuando perdieron la capacidad de repararse, sanarse, regenerarse, cosa que la crónica omite o no advierte. A lo largo de los últimos cincuenta años, se han sucedido gobiernos militares y civiles, peronistas y antiperonistas, elegidos por el voto popular o por la asamblea legislativa, y ninguno pudo revertir la línea descendente, componer lo descompuesto. No se trata simplemente de que fallen los gobiernos: falla el sistema, fallan sus mecanismos de regeneración, está roto. No sirve.

Una Argentina rota significa también la disolución de la affectio societatis, el tejido emocional que nos vincula con los otros argentinos, con la casa común, con la historia vivida. Ese tejido no cumple una función exclusivamente social, sino también personal: es la red donde la propia vida cobra valor y sentido. Cuando se desintegra, las madres matan a sus bebés, los esposos se matan entre sí, los jóvenes matan a los ancianos para robarles, y cualquiera mata a cualquiera porque sí. Y el que no puede matar se droga hasta que puede. Si mi vida no vale ni tiene sentido, no vale ni lo tiene la de nadie. La crónica remite estas noticias al fondo de las páginas policiales: deberían estar al frente de las páginas políticas.

Una Argentina rota implica por fin la cancelación del futuro, la negación del proyecto, la imposibilidad del entusiasmo. Es lo que no soportan los argentinos audaces que marchan al exilio. No se van en busca de mejores salarios, paisajes más atractivos u oportunidades de consumo más refinadas. No se van en busca de comodidad; se van, lo dicen francamente cuando la crónica los interroga, en busca de un futuro.

Una Argentina así de rota es irreparable. No hay tratamiento gradualista ni de impacto capaz de hacerla funcionar. Creer lo contrario es perder el tiempo cuando ya no hay tiempo que perder. Urge desprenderse de un sistema irreversiblemente desbaratado y crear uno nuevo, con nuevos códigos y nuevas instituciones. Como en vísperas de Mayo, otra vez en la jabonería de Vieytes, con la cabeza probablemente llena de ideas confusas y contradictorias, que deberán ordenarse en la franqueza del debate y en el empeño de la fundación. Mejor dicho, de la refundación (volver a fundar) y la reanudación (volver a anudar), porque no se partirá de cero, con la página en blanco. Detrás hay pueblo, territorio, historia y experiencia, sólo necesitados de vínculos que los unan y de un sistema que les permita funcionar.

Pero atar y planear no va a ser exactamente coser y cantar.

* * *

Imagino a los contertulios de la nueva jabonería reclutarse siguiendo el magisterio de la historia: comerciantes, hacendados, publicistas, vecinos principales, canónigos, jurisconsultos, milicianos, en general personas con algo que defender, discretas y prudentes, y con cierto reconocimiento en la comunidad como para saber con quiénes se está tratando. Casi podría asegurarse que entre los más vehementes, e incluso exaltados, están quienes por una razón u otra, por un camino u otro, guardan memoria de que aquí hubo otro país, de que la nación argentina está muy por encima de esta mediocridad delictiva, dictatorial y decadente que asfixia, acorrala, aplasta y expulsa, y cuyo primer impulso es el de salir a la calle, gritar “¡Viva la Patria!” y arengar a la lucha para “volver a ser felices como antes”.

Veo entonces a las mentes más templadas avisarles de su error. Recordarles con Neruda que “nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos” y con Borges que no existe “una región en que el ayer pudiera ser el hoy, el aún y el todavía”. Que la mayoría de los compatriotas no tiene la menor idea, o la tiene muy confusa o distorsionada por la propaganda socialdemócrata, de cómo era ese “antes”, de qué cosa es la patria, de cuáles atributos distinguen propiamente al argentino. Que un mensaje articulado sobre esa retórica, con apelaciones a un pasado confuso, a un sentimiento mortecino o desconocido, a unas lealtades jamás probadas, les dirá poco y nada, o peor todavía: puede sonar como un nuevo intento de manipulación. Que lo primero, entonces, antes que proponer, es escuchar.

De la nación quedan la tierra, la historia y el pueblo. Pero el pueblo es la materia viva.

* * *

La jabonería de Vieytes elige entonces como prioridad auscultar las cuitas de los compatriotas (que en definitiva no diferirán de las propias sino en escala), conocer su estado de ánimo, adentrarse en sus necesidades (más allá de las obvias, relacionadas con la supervivencia), tomar el pulso de sus expectativas, sus creencias y sus temores. El pueblo es la materia viva de la nación, y escucharlo requiere de una atención máxima y desprejuiciada: antes de ingresar a la jabonería, los contertulios dejan los telefonitos y las ideologías en la puerta. Es precaución elemental en cuestiones relativas a la nación evitar las interferencias externas.

Las circunstancias les ofrecen una oportunidad inesperada y sorprendente para conducir esa escucha: la sociedad argentina es una de las que con mayor docilidad aceptó en el mundo primero una cuarentena desmesurada, innecesaria y letal para una economía en terapia intensiva; después, unas vacunas experimentales sobre las que hay más dudas que certezas, y de las que nadie se hace responsable; y últimamente, una cantidad de restricciones a las libertades individuales para quienes no se han vacunado. Esta mansa aceptación, impensable por cierto en la Argentina “de antes” (lo que habla de por sí sobre la profundidad de los cambios sufridos), atraviesa todas las clases sociales y todas las regiones geográficas. Por su amplitud, y por su excepcionalidad para una sociedad famosa por su independencia y rebeldía, los contertulios deciden estudiarla.

Iluminada desde un lado, aparece una sociedad acobardada, temerosa, ignorante, incapaz de forjar su propio juicio y defenderlo racionalmente, fácilmente manipulable por los charlatanes de la prensa, la política y la ciencia, incluso proclive a la delación de quienes exhiben un comportamiento independiente, y favorable a cualquier disposición autoritaria y compulsiva que le permita enmascarar bajo el amparo de la ordenanza municipal su propio miedo, su propia cobardía. Iluminada desde el lado opuesto, se presenta una sociedad tan abandonada a su suerte y tan necesitada de creer que arriesga su bienestar y su salud en un acto de fe, en la confianza de que, al menos esta vez, en un caso de vida o muerte, su país, sus compatriotas, sus dirigentes, sus médicos, sus periodistas no la engañan. Que estamos juntos en esto, que nos cuidamos entre todos. Y que hay sanción para el que no cumple.

Visto a plena luz, se hace evidente la desesperación del pueblo de la nación, su materia viva.

* * *

En una Argentina cuyo sistema institucional ha dejado de funcionar, y cuya affectio societatis se deshilacha sacudida por vientos cruzados, el estado de un pueblo a la deriva, al que cada vez resulta más difícil describir como sociedad, no sorprende a los atentos contertulios de la jabonería de Vieytes. Iluminado desde todos los ángulos, de manera de no dejar espacios en sombras, ese pueblo exhibe una demanda intensa de pertenencia y de sentido, de relación funcional y constructiva con una comunidad en cuyo seno la propia vida, la propia actividad, adquiera significado y gane reconocimiento, asuntos estos relacionados con la affectio societatis. Y también exhibe un reclamo urgente de eficacia y de justicia, de eficacia en la administración de la cosa pública (que la educación eduque, la salud cure, y la defensa defienda) y de justicia en la administración de premios al mérito y la conducta y castigos a la indolencia y la inconducta, asuntos estos relacionados con el sistema institucional.

Pertenencia y sentido tienen que ver con la identidad, con el quiénes, eficacia y justicia con la administración, con el cómo. Los concurrentes a la jabonería perciben que falta algo. Falta el qué. Las luces revelan una sociedad dispuesta a aceptar un liderazgo, deseosa de creer, pero necesitada además de que se le proponga un camino, un rumbo común dentro del cual encarrilar los propios sueños y ambiciones. Esto es, un proyecto, que no puede ser absolutamente individual, como querrían los liberales, ni tampoco absolutamente colectivo, como querrían los socialistas (los socialdemócratas, los globalistas, los comunistas), sino nacional (una nación es “un proyecto sugestivo de vida en común”, diría Ortega en una frase que incomoda a la vez a nacionalistas y liberales).

La primera preocupación de los asistentes a la jabonería, si los interpreto correctamente, es dar respuesta a estas demandas: pertenencia, sentido, eficacia, justicia y proyecto. Su amplitud (atraviesan todas las clases sociales), su importancia (se imponen incluso por sobre las necesidades materiales) y su urgencia (alimentan todas las inquietudes, las neurosis, los estallidos emocionales y la violencia) quedan de manifiesto en el comportamiento público, en el perceptible a simple vista y en el registrado por la crónica, y especialmente, como hemos visto, en la reacción frente al episodio de la covid. La respuesta exigirá a los tertulianos la definición de un rumbo, el trazado de un plan de trabajo, la promoción de un liderazgo capaz de llevarlo a cabo, y la elaboración de una narrativa capaz de persuadir, de entusiasmar, de aglutinar.

El patriotismo, la historia, la fe no son un proyecto, son la condición de posibilidad de un proyecto.

* * *

Los contertulios de la jabonería presente saben muy bien que su combate por la pertenencia, el sentido, la eficacia, la justicia y el proyecto (nacional) habrá de librarse contra la presión del globalismo que busca reacomodar el planisferio a su gusto. Pero conocen el paño. Cuando la Argentina institucional sólo era un proyecto en la mente de sus fundadores, el nuevo orden mundial de la época amenazaba con la Restauración monárquica, y muchos asistentes a la tertulia histórica imaginaban para la nación argentina un futuro coronado por derecho divino. Entre ellos el jabonero Vieytes, que puso a su hija el nombre de Carlota Joaquina, y el propio Manuel Belgrano, que se carteó con la infanta durante mucho tiempo (sin ser mayormente correspondido). Los tertulianos de esta generación saben de esas trampas, porque sus antepasados les enseñaron lo peligroso que es caer en ellas.

Ningún orden mundial, nuevo o viejo, ha servido jamás a los pueblos sino sólo a sus promotores.

 

* Estudió Letras en la Universidad de Buenos Aires y se inició en la actividad periodística en el diario La Prensa de la capital argentina. Fue redactor de la agencia noticiosa italiana ANSA y de la agencia internacional Reuters, para la que sirvió como corresponsal-editor en México y América central, y posteriormente como director de todos sus servicios en castellano. También dirigió la agencia de noticias argentina DyN, y la sección de información internacional del diario Perfil en su primera época. Contribuyó a la creación y fue secretario de redacción en Atlanta del sitio de noticias CNNenEspañol.com, editorialmente independiente de la señal de televisión del mismo nombre.

 

Publicado originalmente el 01/02/2022 en Restaurar.org, http://restaurarg.blogspot.com/2022/02/en-la-jaboneria-de-vieytes.html y el 29/01/2022 en Gaucho Malo (El sitio de Santiago González) https://gauchomalo.com.ar/gaucho-malo/

EN MEMORIA DEL SUBOFICIAL PRINCIPAL MAQUINISTA (R) MARTIN ALBERTO PADILLA, SOBREVIVIENTE DEL CRUCERO ARA GENERAL BELGRANO

Con motivo de cumplirse 40 años del Conflicto del Atlántico Sur, la Sociedad Argentina de Estudios Estratégicos y Globales (SAEEG) desea realizar un modesto homenaje a quienes dieron la vida por la Patria y a los Veteranos de Guerra que honraron nuestro Pabellón Nacional defendiendo la Soberanía Argentina ante el colonialismo británico.

Ante el lamentable proceso de “desmalvinización”, iniciado ya por el propio gobierno cívico-militar y acrecentado por los sucesivos gobiernos democráticos, nos proponemos participar del proceso de “malvinización” que ciertos sectores de la sociedad están llevando a cabo.

La presente carta del Suboficial Principal Maquinista (R) Martin Alberto Padilla fue oportunamente publicada en La Gaceta Malvinense (Órgano de Prensa y Difusión de la Asociación Veteranos de Guerra de Malvinas, AVEGUEMA), Año 5, Nº 18, diciembre de 2006, gracias a la gestión de Mariano Luis Carrara, a quien le hemos solicitado la autorización para publicarla nuevamente.

Estamos convencidos de que debe ponerse en valor los esfuerzos realizados por nuestros soldados y que debemos exigirle a los gobiernos que las Malvinas vuelvan a ser consideradas una Política de Estado, ya que en los últimos años solo se han hecho declamaciones en lugar de haber denunciado un sinnúmero de tratados y declaraciones que solo han logrado vulnerar nuestra integridad territorial.

Consideramos que las vivencias de Nuestros Héroes deben ser difundidas para mantener viva la llama y para que las generaciones más jóvenes tomen conocimiento de lo que han hecho por nuestra Patria quienes les precedieron.

Agradecemos al Señor Mariano Luis Carrara por habernos permitido publicar la carta de quien fuera su suegro, amigo, ejemplo y guía hasta su deceso, tal como lo ha expresado en oportunidad de haber sido publicada por La Gaceta Malvinense. 

 

Me llamo Martín Alberto Padilla, soy Sub Oficial Principal Motorista retirado de la Armada Argentina. Tenía 15 años recién cumplidos cuando dejé mi Tucumán natal para ingresar en la Escuela de Marinería, que por entonces se encontraba en la isla Martín García.

Durante mis 36 años en la institución revisté en distintos destinos, como:

Base naval Puerto Belgrano, 1ª y 2ª División de destructores, Escuela de buceo en Mar del Plata, lanchas torpederas en Ushuaia, y en diferentes cursos de capacitación en máquinas navales, guerra química bacteriológica y nuclear (QBN), también cumplí funciones administrativas de logística , en la obra social y en la compañía de custodia en el Estado Mayor General de la Armada.

Tuve el honor de ser seleccionado para realizar un curso de dos años en Inglaterra, sobre turbinas a gas, y luego formé parte de la primera dotación del destructor “Hércules” que fue el primer buque misilístico de la Armada Argentina y de Sudamérica. (Viaje con mi esposa y mis dos hijas por entonces, una de las cuales era Claudia, la mamá de Naara).

En el año 1981 con el grado de Cabo Principal soy destinado al Glorioso “Crucero General Belgrano”, en el año 1982, cuando el conflicto con Gran Bretaña, realizábamos tareas de patrullaje y apoyo a naves y aeronaves entre Ushuaia, Canal de Beagle  y la isla de los Estados.

El día 2 de mayo a las 0400hs dejo mi guardia de máquinas y me voy a descansar, siendo las 0600hs suena la alarma de combate real, tomo mi salvavidas, casco y la linterna, y me dirijo a cubrir mi puesto de combate, como encargado del trozo nº 3 de control de averías e incendio, esto duró hasta las 0900hs en que el Sr. Comandante ordena continuar con las tareas normales, yo me fui a descansar hasta las 1200hs en que tomo guardia nuevamente hasta las 1600hs.

Durante la guardia que en ese momento era tranquila, pues no se movía el Buque, escuchaba los comentarios de una radio de Chile que había posibilidades de un acuerdo diplomático con la mediación del gobierno del Perú; a las 1500hs, aproximadamente, me encontraba confeccionando las planillas de guardia de máquinas, cuando escuché una fuerte explosión seguido de un fuerte sacudón y corte de energía eléctrica; en un primer momento lo atribuí a un problema en los equipos generadores de electricidad, así que me aboqué a la tarea de cerrar las válvulas de vapor, agua y aire de los equipos. Al pasar frente a la porta (puerta) de acceso a la máquina percibo un fuerte olor a humo picante y a pólvora, y a través de la luz de mi linterna observo personal que corría hacia las escaleras con destino a las cubiertas principales, y escuchaba que se corría la voz de que habíamos sido atacados; sin perder  la calma me coloqué mi campera antártica y el salvavidas y me dirigí hacia la cubierta principal.

En ese momento el humo era tan intenso y el olor insoportable, tenía que caminar agarrándome de donde se podía, porque el piso estaba con aceite y petróleo, cuando logro llegar a cubierta principal, el Buque se encontraba escorado hacia la banda de babor (inclinado hacia la izquierda) salía humo por todas partes y había personal herido o con quemaduras, debido a que al explotar el torpedo provocó una lengua de fuego que se desplazó por los pasillos.

Encontrándome en cubierta me entero de que habíamos sido atacados por un submarino inglés con un torpedo en el centro del buque (zona de máquinas); de la misma. Entre los que más nos encontrábamos bien, pusimos las bombas de gran achique, para tratar de mantenerlo a flote. Pero era imposible, debido a la gran cantidad de agua que entraba por segundo.

A las 1630hs aproximadamente el Sr. Comandante da la triste orden de abandonar el Crucero, yo abordo la balsa asignada (nº 32) y cuando la completamos, soltamos amarra, pero debido al fuerte viento y oleaje nos aplastaba contra el costado del buque, lo que provocó la pinchadura y comenzó a desinflarse, algunos de mis compañeros se arrojaban al agua, en busca de otras balsas, pero debido al frió del agua se acalambraban y desaparecían de la superficie. Cuando yo paso a una balsa, caigo al agua, pero por suerte un marinero alcanzo a tomarme del hombro, y me sube a la balsa. (Solo me moje hasta la cintura pero el chapuzón me hizo tragar un poco de agua salada con petróleo, lo que me provocó vómitos durante unas horas).

Cuando se completó la balsa con 18 hombres (tiene la capacidad para un total de 20), soltamos amarras, pero debido al viento, no podíamos separarnos del buque; cuando ya había perdido las esperanzas, aparece un teniente con un bote de goma a motor fuera de borda y formó un trencito con varias balsas y nos alejó unos 50 metros del buque, que se dio vuelta de campana, y comenzó a hundirse lentamente.

Como si nos hubiésemos puesto de acuerdo, de todas las balsas comenzamos a cantar el Himno Nacional Argentino y luego de a vivar al Crucero, a medida que se hundía sentía que se hundía parte de mi vida, porque a pesar de solo haber estado dos años a bordo, lo aprendí a querer, porque era mi segundo hogar y mis camaradas eran mi familia que se hundía con él.

Cuando se hundió totalmente fue un silencio total y solo se veía el techo color naranja de las balsas, a continuación vino la tarea de organizarnos, para ver si había algún herido y tratar de no dormirnos, porque con el frió suele ser fatal; el viento en esos momentos era de unos 120 kph y el frió de 7 u 8 grados bajo cero; estábamos mojados e inmóviles y acalambrados, orinábamos en una bolsa de polietileno y la usábamos de bolsa de agua caliente. Recuerdo que rezábamos mucho y contábamos cuentos y anécdotas; a las 24hs de estar a la deriva amaneció un día de mucho sol y un mar de aceite (calmo) de pronto escuchamos el ruido de un motor, y se trataba de un avión de reconocimiento, de nuestra Armada, que al divisarnos nos hacía señas con las luces y se inclinaba de un lado hacia el otro, en señal de saludo; seis horas más tarde divisamos en el horizonte tres columnas de humo, nos empezamos a inquietar pero luego comprobamos que se trataba de destructores Piedrabuena y Bouchard y del Aviso Gurruchaga de la Armada Argentina.

A las 40 hs de seguir a la deriva y siendo ya muy de noche, se levanta viento y oleaje nuevamente, cuando se nos acerca el destructor Piedrabuena, para rescatarnos, lo cual se dificultó, debido del mal tiempo.

Una vez en el destructor, nos proveen de ropa seca, atención médica y de alimentos, luego se acercaban camaradas para preguntarnos si habíamos visto a hermanos o amigos que tenían en el Crucero, navegamos dos días más buscando sobrevivientes y luego nos destacamos al puerto de Ushuaia, donde llegamos de madrugada, de allí fuimos a la base aeronaval, donde nos hicieron un censo y nos abordamos un avión naval para ser trasladados a la base aeronaval Comandante Espora (Bahía Blanca) y de allí, por vía terrestre a el hospital Naval Puerto Belgrano. A lo largo del camino (26 km) la gente en la ruta nos saludaba.

En el hospital nos revisaron y luego me fui al Comando de la Flota de Mar, donde pude afeitarme y darme un buen baño, mientras algunos compañeros me conseguían ropa y calzado, ya que solo tenía lo puesto.

Lo más doloroso fue el tener que enfrentar a algunos familiares de mis camaradas, algunos de los cuales sabía que estaban muertos, y de otros no sabía nada, (y les contestaba que en comisión y era  nuevo en el buque, por ue no quería dar una información falsa).

Por la noche en un ómnibus de Costera Criolla, emprendí el regreso a mi hogar; durante todo el viaje comentábamos lo sucedido y preguntábamos si alguien había visto a fulano etc., etc. Por momentos llorábamos y en otro cantábamos recordando lo sucedido. A las 8 de la mañana llegué a la puerta de mi casa, y me invadió el miedo de encontrarme con una mala noticia, mi esposa estaba embarazada de 7 meses y también temía por la salud de mis padres y mis suegros, pero gracias a Dios no sucedió nada. Fue una alegría inmensa volver abrazarme a mi esposa y mis dos hijas.

Hoy casi 22 años de aquella experiencia, me queda el orgullo de haber servido a Mi Patria cuando me necesitó y cumplir con el juramento que hice a la bandera cuando tenía 15 años, de defender a la Patria hasta la muerte si fuera necesario.

Hace dos años que estoy retirado del servicio activo, y estoy recuperando el tiempo que estuve separado de mi familia, que siempre me apoyó y sufrió a mi lado.

Y disfruto de mis nietas Evelyn, Naara y Agustina.

 

Martín Alberto Padilla,   Sub Oficial Principal

Veterano de la Guerra de Malvinas

 

Como anexo póstumo, y como un amigo y servidor, rindo homenaje fiel a su memoria, incorporando a su relato los nombres de sus nietos y bisnietos que seguramente estarán orgullosos de conocer y compartir la historia desde los ojos de quien vivió estos hechos.

A sus hijos Martin Alberto Padilla García, Rosana Elizabeth Padilla García.

A sus nietos Camila, Micaela, Máximo, Lourdes, Sol,  Sebastián y Julieta.

A sus bisnietos Faustino y Franceska.

Mariano Luis Carrara

¡Gloria y Honor a Nuestros Héroes de Malvinas!

CHINA: LA NECESIDAD DE MIRAR AL PASADO PARA ENTRAR EN EL SIGLO XXI

Giancarlo Elia Valori*

Imagen de Gerd Altmann en Pixabay 

El Partido Comunista de China (PCCh) siempre ha otorgado gran importancia a la síntesis de la experiencia histórica. Ya en el período de Yanan en 1945, Mao Zedong señaló: “Si no aclaramos la historia del Partido y el camino que el Partido ha tomado en la historia, no podremos hacerlo mejor”.

Al entrar en la nueva era de reforma y apertura al mercado, Deng Xiaoping dijo: “La experiencia exitosa en la historia es un activo valioso, pero también la experiencia incorrecta y la experiencia del fracaso son un activo valioso. De este modo, se pueden formular políticas para unificar todo el pensamiento del Partido y lograr una nueva unidad”.

En 1981, la Sexta Sesión Plenaria del 11º Comité Central del PCCh adoptó la “Resolución sobre ciertas cuestiones en la historia de nuestro Partido desde la fundación de la República Popular China”.

Setenta y seis años han transcurrido desde la redacción de la primera Resolución histórica de Mao Zedong y cuarenta años desde la redacción de la segunda Resolución histórica. De pie en un nuevo punto, mirando hacia atrás al pasado y mirando hacia el futuro resume plenamente los principales logros y experiencias del Partido en el siglo pasado, especialmente los principales logros de los últimos 40 años de reforma.

El Comité Central del Partido cree que la coyuntura importante e histórica del centenario de la fundación del Partido —cuando el Partido y el pueblo logran el primer objetivo del centenario y construyen una sociedad moderadamente próspera— significa que está dando grandes pasos hacia el logro del segundo objetivo del centenario, es decir, la construcción de un poder socialista moderno.

En una coyuntura histórica importante, una síntesis exhaustiva de los principales logros y la experiencia histórica del Partido en un siglo de lucha es de gran importancia para promover una mayor unificación del pensamiento del Partido —unificación de la voluntad y la acción unificada— uniendo y dirigiendo así a la gente de todos los grupos étnicos en todo el país para lograr nuevas victorias del socialismo con características chinas en la nueva era. Importancia práctica e histórica de gran alcance.

El Comité Central del Partido cree que la lucha centenaria del Partido ha sido fructífera: durante un largo período de tiempo, se han abordado una amplia gama de temas y se deben estudiar muchos más. De acuerdo con las necesidades de resumir la historia, así como comprender el significado de las leyes, fortalecer la confianza y avanzar hacia el futuro, es necesario resumir la historia del Partido, así como sus logros en la unión y dirección del pueblo chino. En particular, es necesario estudiar en profundidad los siglos de revolución, construcción y reforma.

Combinando los principios básicos con la realidad específica de China y su excelente cultura tradicional, el país ha avanzado continuamente en la sinización del marxismo, profundizando así la comprensión y el dominio de la teoría innovadora en una nueva era.

La historia de siglos de la autoridad y dirección centralizadas y unificadas del Partido ha comprendido profundamente las características distintivas y las ventajas políticas del propio Partido Marxista, fortaleciendo así el poder político, en un rejuvenecimiento tanto de los ejecutivos del Partido como de la nación china.

La coexistencia de la armonía y la persistencia asegura que el Partido se convierta siempre en el núcleo de una dirección fuerte y joven en el proceso histórico de adhesión y desarrollo del socialismo con características chinas en la nueva era. El coraje y la fuerza para establecer metas sucesivas y avanzar vigorosamente hacia el futuro.

El Comité Central del Partido considera que, al resumir los principales logros y la experiencia histórica de los siglos de lucha, es necesario adherirse a la metodología del materialismo dialéctico e histórico, y considerar la historia del Partido desde un punto de vista específico, objetivo, integral y evolutivo, sin confundir y menos aún repetir los errores que llevaron a otros partidos marxistas a desaparecer o, lo que es peor, a convertirse en sirvientes de dos amos como Arlequín: primero el Kremlin y luego la Casa Blanca.

Los chinos creen que es necesario comprender con precisión el tema principal y la naturaleza tradicional del desarrollo histórico de su Partido, como la forma de lidiar adecuadamente con los errores y puntos de inflexión experimentados, aprender del éxito y aprender de la derrota, y allanar constantemente el camino para el logro de nuevos objetivos.

Por lo tanto, consideran necesario fortalecer la orientación ideológica y el análisis teórico, así como aclarar las comprensiones vagas y unilaterales de algunos de los principales problemas históricos, y corregirse lo mejor que puedan.

Desde la fundación del Partido hasta el comienzo de las reformas, las principales cuestiones del bien y el mal —y las declaraciones y conclusiones fundamentales relacionadas— se han aplicado fundamental y exitosamente hasta ahora.

En general, aunque ha habido algunos problemas, después de la reforma y la apertura, la dirección progresista ha sido correcta y los resultados han atraído la atención del público mundial en muchos Estados.

De la 3ª a la 6ª Sesión Plenaria del 11º Comité Central, se resumieron sistemáticamente los resultados y la experiencia del nuevo curso de reformas y apertura, así como el impulso hacia la modernización socialista. Con motivo de los 20º y 30º aniversario de la 3ª Sesión Plenaria, el Comité Central del Partido elaboró tesis resumidas. Destacaron el enfoque de la nueva era del socialismo con características chinas, y ayudaron a guiar y fortalecer aún más la confianza del pueblo chino en el Partido: centrándose en lo que está haciendo y entrando en un nuevo camino con una actitud más vigorosa.

La evaluación de eventos importantes, reuniones significativas y figuras prominentes en la historia china son fuentes de experiencia, enseñanza y aprendizaje. En reuniones importantes se resumió y discutió la historia del Partido, reflexionando y entendiendo cada decisión del Comité Central en un siglo de su historia.

En marzo de 2021, el Buró Político del Comité Central decidió que la 6ª Sesión Plenaria del 19º Comité Central debería centrarse en investigar y resumir exhaustivamente los principales logros y la experiencia histórica en el siglo de lucha del Partido, y estableció un grupo de estudio para redactar los documentos.

El Partido recuerda sus objetivos y su misión original, así como la firme voluntad y determinación de mantenerlo vital. Encarna plenamente la comprensión profunda del desarrollo histórico y siempre ha promovido las iniciativas y responsabilidades de su misión por la causa y el desarrollo de su país.

Todas las regiones y departamentos del país son conscientes de que en los últimos cien años el Partido unió y llevó al pueblo a continuar su lucha en sus diversos períodos históricos de revolución, construcción y reforma, hasta el punto de que, mirando desde el exterior a lo que China solía ser hace mucho tiempo, hoy podemos ver un milagro tanto en el desarrollo del país como en el del socialismo mundial y la sociedad humana.

El Partido ha invertido completamente el proceso histórico de la nación china desde los días en que la consideraba un país exportador de drogas y un coto de caza para imperialistas, colonialistas y capitalistas, y ha escrito vívidamente un magnífico capítulo nacional e ideológico sobre el desarrollo del marxismo.

Durante esta larga marcha, el Partido y el pueblo chinos han adquirido una experiencia histórica extremadamente rica y valiosa, y estos son los puntos dignos de una síntesis sistemática..

De acuerdo con la solicitud del Comité Central, el comité de redacción ha estudiado diligentemente los importantes documentos históricos del Partido; opiniones y sugerencias plenamente asimiladas de todas las regiones y departamentos del país; investigó las principales cuestiones y redactó diligentemente las resoluciones.

El 6 de septiembre de 2021, de conformidad con la decisión del Buró Político del Comité Central, el proyecto de resolución fue sometido a evaluación dentro del Partido, incluidas las opiniones de algunos miembros de alto rango, cuyas opiniones son altamente representativas.

Se conviene en que la característica más distintiva del proyecto de resolución es la búsqueda de la verdad de los hechos y el respeto de la historia. Esto refleja la misión original del Partido a lo largo de un siglo de lucha y se ajusta plenamente a los hechos históricos.

El debate del proyecto de resolución y la evaluación de los principales acontecimientos deben estar en consonancia con los documentos históricos de la Parte y deben vincularse las descripciones y conclusiones existentes. El proyecto de resolución seguramente aparecerá como el manifiesto político de los comunistas chinos en la nueva era, a fin de tener en cuenta su misión original y adherirse y desarrollar el socialismo con características chinas.

En el proceso de solicitud de opiniones, varias regiones y departamentos han hecho sugerencias. El comité de redacción ha ido analizando progresivamente esos dictámenes uno por uno para extraer lo más posible de ellos. Tras repetidas investigaciones y deliberaciones, se han hecho 547 enmiendas y revisiones al proyecto de resolución, que reflejan plenamente las opiniones de cada región y departamento.

Además del preámbulo y las observaciones finales, el proyecto de resolución consta de siete partes.

La primera parte explica que las principales tareas que enfrenta el Partido en este período son oponerse al imperialismo, el feudalismo y el capitalismo burocrático, luchar por la independencia nacional y la liberación, y crear condiciones sociales básicas para el rejuvenecimiento de la nación china. Analiza los antecedentes históricos de los que surgió el Partido. Resume los grandes logros del Partido que dirigió al pueblo en la lucha revolucionaria a partir de 1921, marcando la fundación de la República Popular China hasta la actualidad. Destaca el pensamiento de Mao como un logro clave en el avance del gran proyecto de redención nacional: de una autocracia feudal durante miles de años a una democracia popular actualmente en la cima del mundo. El tiempo en que la nación china fue masacrada y victimizada por las potencias europeas y atlánticas ha terminado para siempre, creando así una nueva era.

La segunda parte deja claro que la principal tarea que enfrenta el Partido en este período es completar la transición del nuevo sistema económico al socialismo, que es un requisito político fundamental para la nación china. Después de la fundación de la Nueva China, el pueblo ha superado una serie de desafíos difíciles, fortalecido el nuevo sistema de producción y creado una nueva situación en los asuntos exteriores y la política internacional. Se ha dado un gran salto adelante de un país pobre, poblado y “oriental” a una sociedad muy diferente a la que dejaron las guerras y los enfrentamientos ideológicos, políticos y estratégicos con las potencias imperiales-colonialistas, en un primer momento, y más tarde con la Unión Soviética y los Estados Unidos de América. El Partido y el pueblo chinos pueden declarar solemnemente, con la cabeza en alto, que sólo a través de una lucha valiente y tenaz es posible no sólo destruir un viejo mundo, sino ante todo construir uno nuevo. Además, todo esto se ha hecho proporcionando una audaz e innovadora interpretación del Marxismo en vistas al desarrollado socialismo y China.

La tercera parte se refiere a la aplicación de la reforma, la apertura del mercado y la modernización. Se aclara que la principal tarea que enfrenta el Partido durante este período es continuar explorando el camino correcto para liberar y desarrollar las fuerzas productivas sociales; sacar a las personas de la pobreza, hacerse ricas lo antes posible y proporcionar nuevas garantías institucionales vigorosas para el logro de estos objetivos. Los logros que están atrayendo la atención mundial son los siguientes: responder con cautela a unas pruebas arriesgadas sobre la situación general después de las grandes reformas, en favor de la estabilidad del país; promover la gran causa de la reunificación de la Patria y mantener y promover la paz mundial.

La cuarta parte se refiere al análisis del socialismo con características chinas. Es una nueva orientación histórica para el desarrollo de China, ya que resume las innovaciones teóricas del 18º Congreso. Gobernar el propio Partido de manera integral y autodisciplinada; continuar construyendo el país económicamente; profundizar las reformas y aperturas de manera integral, así como la construcción política, el estado integral de derecho, el liderazgo cultural, el liderazgo social, el respeto al medio ambiente, la defensa y la organización militar para salvaguardar la seguridad nacional. Esto también significa adherirse al sistema de “un país y dos sistemas”. Las áreas de estudio también incluirán el trabajo diplomático, centrándose en ideas originales, prácticas transformadoras y progresos y logros históricos en los últimos nueve años, para proporcionar una garantía de sistema más integral, una base material más sólida y una fuerza espiritual más activa.

La quinta parte trata sobre el significado histórico de los siglos de lucha del PCCh a través de la base de una revisión exhaustiva y un resumen de las muchas décadas de su actividad política y la liberación del país, que han cambiado radicalmente el futuro y el destino del pueblo chino. Todo esto ha demostrado sin duda la fuerte vitalidad del marxismo en China, y ha influido profundamente en el proceso de la historia mundial a través de las tres lógicas: la lógica histórica, la lógica teórica y la lógica práctica de la lucha.

La sexta parte trata de la experiencia histórica del Partido Comunista Chino a lo largo de un siglo de vida. Resume las experiencias históricas con un significado fundamental y a largo plazo, a saber, la adhesión a la innovación teórica de la ideología, a la independencia nacional y a las necesidades del mundo, cuando piden el fin del hegemonismo por parte de quienes reclaman el derecho a dirigir el planeta sin ser llamados por la gente. Estas experiencias históricas son un todo orgánico, sistemáticamente completo e interconectado, que revela la garantía fundamental para el éxito continuo de las políticas internas y externas de China. Revelan la fuente de la fuerza de China y la razón fundamental por la que el Partido siempre ha tomado la iniciativa en la historia, sin desear padres o protectores, es decir, mantener su naturaleza autónoma avanzada. Las experiencias históricas son gemas acumuladas a través de la práctica a largo plazo. Son la riqueza espiritual creada por el Partido y los chinos… por lo tanto, deben ser apreciados, así como durar mucho tiempo y enriquecerse continuamente.

La séptima parte se centra en el Partido Comunista Chino en la Nueva Era. Se detiene en la entrada en el segundo centenario, para el cual todo el Partido debe trabajar arduamente para lograr el objetivo establecido, con la perseverancia de aferrarse a su país y no dejarlo ir, y para lo cual se deben cumplir las teorías básicas del Partido. La línea de política básica y la estrategia de fomentar el desarrollo de alta calidad y comprometerse con la promoción de la prosperidad del pueblo, el país y la belleza multimilenial de China. El Partido siempre debe mantener contacto de carne y hueso con el pueblo y salvaguardar y desarrollar los intereses fundamentales del pueblo y los grupos étnicos de China. Para los líderes del Partido, el principio a tener en cuenta es «nacer en problemas y morir en felicidad». Significa tener siempre una visión de largo plazo, estar preparado para el peligro en tiempos de paz y seguir impulsando el nuevo gran proyecto de construcción nacional.

El Partido nos insta a no olvidar los sufrimientos del pasado, para ser dignos de la misión de hoy, que conduce a los grandes sueños del futuro. Para el PCCh, es esencial aprender de la historia, crear y dar forma al futuro, trabajar duro y avanzar con coraje. Debe seguir esforzándose incansablemente para entrar en el segundo centenario.

 

* Copresidente del Consejo Asesor Honoris Causa. El Profesor Giancarlo Elia Valori es un eminente economista y empresario italiano. Posee prestigiosas distinciones académicas y órdenes nacionales. Ha dado conferencias sobre asuntos internacionales y economía en las principales universidades del mundo, como la Universidad de Pekín, la Universidad Hebrea de Jerusalén y la Universidad Yeshiva de Nueva York. Actualmente preside el «International World Group», es también presidente honorario de Huawei Italia, asesor económico del gigante chino HNA Group y miembro de la Junta de Ayan-Holding. En 1992 fue nombrado Oficial de la Legión de Honor de la República Francesa, con esta motivación: “Un hombre que puede ver a través de las fronteras para entender el mundo” y en 2002 recibió el título de “Honorable” de la Academia de Ciencias del Instituto de Francia.

 

Traducido al español por el Equipo de la SAEEG con expresa autorización del autor. Prohibida su reproducción. 

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