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LA SELECCIÓN DE FUTBOL, ASIA Y EL PODER BLANDO

Marcelo Javier de los Reyes*

El 18 de diciembre de 2022 la selección de fútbol argentina venció por penales a la selección de Francia en Catar y obtuvo su tercera copa mundial luego de treinta y seis años. Se trató de un campeonato que nos mantuvo expectantes desde el comienzo pero no solo a los argentinos.

La admiración y el incremento de simpatizantes de la albiceleste, una vez más, se produjo en países muy lejanos al nuestro, como Bangladesh y la India. El furor en Bangladesh es por demás llamativo, al punto que parecían verse más banderas argentinas en ese país que en la propia Argentina. Como agradecimiento la Selección Argentina, desde su cuenta oficial, publicó un mensaje de agradecimiento dedicado a los habitantes de ese país asiático.

Bangladesh es un país asiático con una superficie de 148.460 km² y una población de más de 169 millones de habitantes que mayoritariamente profesan la religión islámica.

El 25 de mayo de 1972 la Cancillería Argentina emitió el Comunicado Conjunto sobre el establecimiento de relaciones diplomáticas entre la República Argentina y la República Popular de Bangladesh, mediante el cual se informaba que ambos países habían decidido «establecer relaciones diplomáticas cuyo desarrollo será basado en el respeto de los principios de soberanía, integridad territorial, no intervención en sus asuntos internos o externos, igualdad y beneficio mutuo». El comunicado, firmado por los funcionarios diplomáticos de ambos países en Yakarta, Indonesia, agregaba que se había convenido intercambiar embajadores.

Comunicado Conjunto sobre el establecimiento de relaciones diplomáticas entre la República Argentina y la República Popular de Bangladesh.

Lamentablemente, en 1978, el gobierno cívico militar de la Argentina procedió al cierre de la representación diplomática en Bangladesh. Sin embargo, la pasión de los bangladesíes por la albiceleste tuvo su origen durante el mundial de México 1986, en el que la Argentina obtuvo su segundo campeonato mundial. La figura de esa selección argentina fue Diego Armando Maradona, quien con su destreza cautivó a los habitantes de ese país, más aún con la que pasó a la historia como «la mano de Dios» en el partido contra la selección de Inglaterra en cuartos de final. No se trató sólo de una victoria deportiva sino de una «revancha» frente a los británicos tras la Guerra de Malvinas de 1982[1].

Maradona, quien falleció en 2020, fue recordado y homenajeado por el Dhaka Tribune con un artículo de consideración en el que se expresaba:

Maradona fue un antídoto contra la agitación de Argentina, que sufrió sucesivas crisis económicas y una humillante derrota ante Inglaterra después del conflicto de 1982 por las islas Falklands o Malvinas.

Y fue un bálsamo para el alma herida de los argentinos, obsesionados con el fracaso perpetuo de su país para vivir a la altura de su potencial en el escenario mundial.[2]

Además de la admiración por Diego Maradona, el triunfo en el Mundial México 1986 habría despertado la animadversión de los bangladesíes por el pasado colonial británico.

La pasión por Argentina llevó a que una presentadora de noticias de la televisión de Bangladesh posara con la camiseta de fútbol alternativa de la Argentina.

Este furor de los bangladesíes y de otros fanáticos de nuestra selección en el continente asiático es parte de ese poder blando (soft power) que la Argentina debe saber aprovechar para expandir todo su potencial, poder blando que en general no es debidamente aprovechado por nuestros gobiernos[3].

Simpatizantes de la Selección Argentina en Bangladesh.

Ese poder blando es el que podría favorecer económica y diplomáticamente a la Argentina. A pesar de no mantener una representación diplomática, Argentina mantuvo un interés comercial con Bangladesh, por lo que en 2019 una misión comercial visitó ese país. En esa oportunidad, el secretario de Gobierno de Agroindustria de la Argentina, Luis Miguel Etchevehere, mantuvo reuniones  con autoridades del sector público y privado con el objetivo de explorar la posibilidad de nuevas aperturas para productos argentinos de origen agroindustrial. Etchevehere expresó:

Nuestra relación bilateral con Bangladesh se fortalece con diálogo y presencia institucional. Este mercado nos ofrece hoy nuevas oportunidades comerciales. En esta visita hemos establecido contacto con las autoridades del ente sanitario, para impulsar la firma de protocolos para arroz, ajo fresco, pescado congelado y carne halal.[4]

Cabe destacar que en 2018 la Argentina exportó a Bangladesh bienes por US$ 496,3 millones. Según fuentes del gobierno argentino, la economía de Bangladesh ha crecido aproximadamente un 6% anual desde 2005. Entre 2009 y 2018 las exportaciones totales a ese país, aumentaron a una tasa acumulativa anual de 8,8% y en 2018 importó productos agroindustriales por más de US$ 24.000 millones[5].

En el plano comercial, el intercambio bilateral entre enero y octubre de 2022 fue de US$ 665,84 millones, con un saldo muy favorable a la Argentina, cuyas exportaciones a Bangladesh alcanzaron los US$ 647,19 millones y, por su parte, Bangladesh le exportó a la Argentina por apenas US$ 18,65 millones[6]. De tal manera que más del 97% del vínculo comercial entre Argentina y Bangladesh está representado por ventas de nuestro país a la nación asiática. Las exportaciones de Argentina hacia Bangladesh son fundamentalmente agrícolas, mientras que las de Bangladesh a la Argentina pertenecen al rubro textil[7].

Luego de la visita a Bangladesh, la misión comercial continuó viaje a la India, más precisamente a las ciudades de Nueva Dehli y Mumbai, en el marco de una agenda pactada con funcionarios indios y representantes del sector agroindustrial privado de ese país.

Una foto de los bangladesíes festejando la victoria de Argentina ante Polonia. Foto: EFE

Cabe mencionar que con anterioridad a celebración de la Copa Mundial de Fútbol de Catar 2022, los días 11 y 12 de julio, el subsecretario de Política Exterior, Claudio Rozencwaig, realizó una visita de trabajo a Dacca en el marco del 50° aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas entre la Argentina y Bangladesh. La agenda incluyó agenda incluyó reuniones con el ministro de Estado de Asuntos Exteriores, Shahriar Alam, el secretario de Asuntos Externos, embajador Masud Bin Momen, el secretario de Comercio, Kanti Gosh, autoridades del Ministerio de Agricultura y representantes de la Federación bangladesí de Cámaras de Comercio e Industria[8].

Según el comunicado de prensa de la Cancillería Argentina, el subsecretario Rozencwaig suscribió junto al secretario para el Oeste, embajador Shabbir Ahmad Chowdhury, un Memorándum de Entendimiento sobre Consultas Bilaterales entre ambas Cancillerías ―mecanismo destinado a dotar de mayor fluidez a los contactos entre los dos países― y le entregó al funcionario bangladesí una nota del canciller Santiago Cafiero destinada a su par, el ministro Abulkalam Abdul Momen, en la cual reiteraba «el compromiso de nuestro país para fortalecer el vínculo entre ambas naciones e impulsar los contactos de alto nivel».

La información de la Cancillería Argentina daba cuenta de que en la actualidad el comercio bilateral asciende a US$ 889,7 millones, con un superávit para la Argentina de US$ 861.6 millones, destacando que Argentina podría constituirse en un proveedor confiable tanto de alimentos como de tecnología agrícola[9].

Reapertura de la Embajada Argentina en Blangladesh

El lunes 27 de febrero de 2023 el canciller Santiago Cafiero procedió a la apertura de la nueva embajada en Dacca, capital de Bangladesh, así como también de su sección consular[10]. Se trata de la primera visita que realiza un ministro de Relaciones Exteriores sudamericano a esta nación, con la que nos une medio siglo de relaciones diplomáticas. Fue acompañado por una comitiva de empresas nacionales que formaron parte de la misión comercial con el objetivo de desarrollar una intensa agenda de promoción de exportaciones y de inversiones, según informó la Cancillería. Integraron esa delegación directivos de las empresas Marolio, Ecofactory, Vetanco, Lipotech, Luna de los Andes Sabias Semillas, Letis, Santo Pipó, Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM), The Halal Catering Argentina HCB, Havanna, Arcor, Baltazar-Alfa Pampa, Suplefeed, Ronalb, Club Atlético River Plate y Cargill.

La información de prensa de la diplomacia argentina dio cuenta que «el dulce de leche, los alfajores, la yerba mate y la versión bangladesí de “Muchachos” interpretada por un grupo de fans local, animó la inauguración de la nueva sede diplomática».

El canciller Cafiero procedió a reabrir la legación en ese país, la cual había sido abierta en 1974 por el gobierno del general Juan Domingo Perón y cerrada poco tiempo después, como se ya fue mencionado, por el gobierno militar del Proceso de Reorganización Nacional.

Este ha sido un gesto positivo por parte del gobierno argentino y está en sintonía con la necesidad que la Argentina obtenga beneficios del poder blando que, como ya se ha hecho referencia, es algo que la dirigencia argentina y los diferentes gobiernos ―en general― no saben implementar.

Esta reapertura apunta a un incremento sustancial de la relación comercial bilateral mediante la colocación de aceites, cereales, harinas y pellets de soja en el mercado bangladesí, a la vez de promover la cooperación en el ámbito deportivo, satelital, ayuda humanitaria y gestión de desastres[11].

El comunicado de prensa de la Cancillería destaca que esta visita es «un hecho significativo para la geopolítica argentina, ya que Bangladesh se encuentra ubicado en el cruce de Asia del Sur, Asia del Este y el Sudeste asiático, siendo el octavo país más poblado del mundo, con un mercado de más de 170 millones de habitantes».

Los ministros de Argentina y Bangladesh firmaron acuerdos sobre la exención de visas para pasaportes diplomáticos y oficiales y rubricaron memorandos de entendimiento en materia de cooperación e intercambio comercial, academias diplomáticas y fútbol[12].

En el ámbito deportivo se procedió a un acuerdo de desarrollo futbolístico lo que llevó al canciller argentino a visitar la Federación de Fútbol de Bangladesh (BFF) para cerrar la colaboración. Este acuerdo está destinado a fomentar el desarrollo futbolístico dentro del país asiático.

A modo de conclusión

Esta nueva orientación hacia los países asiáticos por parte de la Argentina se produce en un contexto global de conflicto que, nuevamente, divide al mundo en dos partes debido a la guerra entre Ucrania y Rusia. Esta división pone a los países denominados occidentales de un lado mientras que un creciente número de países comienzan a adscribirse a los denominados BRICS, liderados por Rusia y China. En ese marco, la Argentina debe aprovechar todas las oportunidades comerciales y diplomáticas que le sean favorables para incrementar su producción y sus exportaciones, así como para lograr nuevamente insertarse en la comunidad internacional.

Finalmente, sería oportuno mencionar que la Argentina retoma un camino que no es nuevo sino que se remonta al período anterior a la independencia de las Provincias Unidas del Río de la Plata. En función de lo previsto en las Reales Ordenanzas Españolas de Corso de 1801, los navíos podían obtener patente de corso y mercancías. Fue así como el bergantín «Primero» (alias «Palomo»), un navío de catorce cañones, al mando de D. Antonio Toll y Bernadet, emprendió el crucero de corso que es considerada como la primera campaña corsaria oceánica argentina, relevante desde el punto de vista náutico. El «Palomo» fue uno de los buques capturados que izó la bandera de la nueva nación de América del Sur y que fue enviado para mostrarla «en los mares remotos de la India con el objeto de destruir el comercio español; llevar la noticia a Filipinas de la derrota sufrida por los enemigos en Martín García y Montevideo y encendiendo por aquellas posesiones españolas donde reclutan sus mejores marineros…»[13]. La travesía se inició el 10 de septiembre de 1814 partiendo de Buenos Aires, tocando puerto en Tristán da Cunha, bordeando el sur del continente africano para adentrarse en el Índico para encontrarse el 24 de enero de 1815 en proximidades del delta del Ganges, donde se halla Calcuta, a la que arribó el 10 de febrero de 1815. Allí hizo acopio de cáñamos y amarras, dado que Calcuta era una ciudad que se destacaba por la industria del yute. El «Primero», alias «Palomo», arribó a la Ensenada de Barragán el 18 de septiembre de 1815 finalizando no el viaje de corso que era su objetivo sino «la primera comercial a Asia», más precisamente a la India. He aquí un hito histórico que debe ser recordado como el origen de las relaciones comerciales entre la Argentina y los países asiáticos.

* Licenciado en Historia (UBA). Doctor en Relaciones Internacionales (AIU, Estados Unidos). Director ejecutivo de la Sociedad Argentina de Estudios Estratégicos y Globales (SAEEG). Profesor de Inteligencia de la Maestría en Inteligencia Estratégica Nacional de la Universidad Nacional de La Plata.

Autor del libro “Inteligencia y Relaciones Internacionales. Un vínculo antiguo y su revalorización actual para la toma de decisiones”, Buenos Aires: Editorial Almaluz, 2019.

Embajador Académico de la Fundación Internacionalista de Bolivia (FIB).

Investigador Senior del IGADI, Instituto Galego de Análise e Documentación Internacional, Pontevedra, España.

 

Referencias

[1] Ver también: Marcelo Javier de los Reyes. «Deportes y política: multitudes y dirigentes». Centro de Estudios Internacionales para el Desarrollo (CEID), Documento de trabajo nº 9, Buenos Aires, abril de 2002, http://www.ceid.edu.ar/serie/2002/ceid_dt_9_deportes_y_politica.pdf.

[2] Rummana Foisal Nafiu. «Argentine football genius Maradona saw heaven and hell». Dhaka Tribune, 25/11/2020, https://www.dhakatribune.com/sport/football/231418/argentine-football-genius-maradona-saw-heaven-and, [consulta: 28/12/2022].

[3] El «poder blando» o soft power es un concepto utilizado en relaciones internacionales para describir la capacidad de un actor político, en general un Estado, para incidir en las acciones o intereses de otros actores a partir de recursos culturales e ideológicos, con la complementación de medios diplomáticos.

[4] «Argentina consolida su relación comercial con Bangladesh». Sitio oficial del gobierno argentino, 17/07/2019, https://www.argentina.gob.ar/noticias/argentina-consolida-su-relacion-comercial-con-bangladesh, [consulta: 12/12/2022].

[5] Ídem.

[6] Juan Pablo Álvarez. «Así es el comercio entre Argentina y Bangladesh, el país que ama a la Selección y a Maradona». Bloomberg, 03/12/2022, https://www.bloomberglinea.com/2022/12/03/asi-es-el-comercio-con-bangladesh-el-pais-que-ama-a-la-seleccion-argentina-y-a-maradona/, [consulta: 28/12/2022].

[7] Ídem.

[8] Información para la Prensa N° 374/22, Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto, 13/07/2022, https://www.cancilleria.gob.ar/es/actualidad/noticias/argentina-bangladesh-profundizacion-de-vinculos-politicos-aumento-de, [consulta: 12/12/2022].

[9] Ídem.

[10] «Bangladesh: Cafiero inauguró la nueva embajada argentina en medio de un fervor desbordante por los alfajores y al ritmo de «Muchachos»». Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto, 27/02/2023, Información para la Prensa N° 088/23, https://www.cancilleria.gob.ar/es/actualidad/noticias/bangladesh-cafiero-inauguro-la-nueva-embajada-argentina-en-medio-de-un-fervor, [consulta: 02/03/2023].

[11] Ídem.

[12] Ídem.

[13] Laurio H. Destefani. Belgrano y el mar. Buenos Aires: Fundación Argentina de Estudios Marítimos, 1979, p, 179 y ss.

 

Nota: el presente artículo es una actualización del escrito que se incluyó en el Anuario 2023 del Centro de Estudios Internacionales para el Desarrollo (CEID).

 

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ARGENTINA. CONSIDERACIONES POLÍTICAS DE CARA A LAS ELECCIONES

Marcelo Javier de los Reyes*

Diario del 28 de julio de 1923. En el titular dice que al cambio, un dólar estadounidense equivale a un millón de marcos. Imagen: Berliner Tageszeitung zur Geldentwertung. Bundesarchiv, Bild 102-00134 / CC-BY-SA 3.0.

 

El domingo 13 de agosto se llevaron a cabo las elecciones denominadas PASO (Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias), una instancia previa a los comicios generales. Originalmente los partidos políticos celebraban internas para definir a sus candidatos. Al imponerse este sistema de «espacios» ―por el cual la Nación les paga a los políticos su interna― se pone en manos de la población la responsabilidad de elegir el «candidato» dentro del espacio (si hubiera más de uno por espacio), el o los cuales fueron designados a dedo previamente por quien tiene el poder dentro del mencionado espacio, ya sea un político o un grupo económico. Es decir, el o los candidatos no surgen de ninguna «voluntad popular» sino de un acuerdo de cúpulas o del que funge de líder.

De esas PASO quedaron cinco candidatos: Sergio Massa por el oficialismo, «Unión por la Patria», actual ministro de Economía y responsable de la actual debacle; Patricia Bullrich por «Juntos por el Cambio» (ex «Cambiemos»), quien goza en algunos sectores de la población de un prestigio que es más producto de la propaganda que de la realidad; Javier Milei por «La Libertad Avanza», un economista que todo lo pasa por el tamiz de las teorías económicas, incapaz de poder abordar otras temáticas y a quien, a pesar de pregonar acerca de la «libertad», no le gusta que lo contradigan y en ocasiones se pone violento; Juan Schiaretti, actual gobernador de Córdoba, peronista, candidato por «Hacemos por Nuestro País»; y Myriam Bregman (Frente de Izquierda-Unidad), la que no canta el Himno Nacional pero no le molesta que el Estado Nacional le pague la dieta como diputada. En este último caso, lo peor es que el resto de los diputados demuestran ser tan poco patriotas al no sacarla del Congreso Nacional.

Aunque los medios sigan agitando que en las PASO se dio un escenario de tres tercios ―coincidiendo con la premonición de la actual vicepresidente Cristina Fernández de Kirchner―, la realidad es que casi un 40% no votó, impugnó el voto o votó en blanco, mostrando un rechazo a este sistema partidocrático que no resuelve los problemas de los argentinos sino que los agudiza. De tal manera que el escenario real sería de unos tres quintos para los principales candidatos.

Con respecto a esta supuesta democracia, durante estos años los argentinos hemos intentado, sin éxito, superar dos postguerras. La corporación política no lo ha permitido y ha levantado las banderas de la «desmalvinización» y de los derechos humanos desde 1983, siguiendo las pautas que se impusieron desde el exterior a través de fundaciones, centros de estudios e instituciones internacionales. Es así como nuestro país enfrenta una «guerra híbrida» en la que los políticos ocupan el escenario en el teatro de títeres.

En este contexto podría afirmar que la historia, maestra de la vida, no se repite pero muestra similitudes. Es así como la actual situación de la Argentina, salvando las distancias, guarda similitudes con la República de Weimar, hace un siglo. Nuestro país ha ganado militarmente la guerra contra la subversión, aunque la ha perdido a partir de 1983 de la mano de nuestros políticos. Perdió la guerra del Atlántico Sur en 1982, aunque los británicos obtuvieron una victoria pírrica. Desde 1983 se ha dado una situación como la que entonces expresó el mariscal Paul von Hindenburg (1847-1934), presidente de la mencionada república entre 1925 y 1934, quien habría afirmado que, según un general británico, el ejército alemán había sido apuñalado por la espalda por el pueblo alemán y por sus partidos políticos. Una situación similar se ha dado en la Argentina con respecto a sus Fuerzas Armadas, lo que no significa respaldar los errores que pudieron haber cometido sus integrantes. Las instituciones no deben ser desmanteladas por los errores de sus miembros.

Nuestro Versalles fue el Tratado de Madrid, promovido por el entonces Canciller y luego ministro de Economía, Domingo Cavallo, con el respaldo de los políticos que desde entonces no han revertido esta situación de ignominia.

Al igual que en la República de Weimar, los argentinos han visto y vuelven a ver que su moneda es llevada a la insignificancia pero de ninguna manera debe considerarse que su principal problema es económico. El gobierno militar también tuvo allí su talón de Aquiles al poner la economía bajo el control de los economistas liberales que iniciaron el proceso de desindustrialización y de desinversión de la Argentina, agudizado luego durante el gobierno de Carlos Menem ―a quien pondera el candidato Milei, al igual que al entonces ministro de Economía Cavallo―, y continuado por sus sucesores en la presidencia de la Nación.

Como los ciudadanos de la República de Weimar, los argentinos viven en una amarga desilusión y algunos sectores de la población comienzan a dar un giro hacia una falsa derecha, en búsqueda de un liderazgo mesiánico.

En días pasados hemos presenciado dos debates entre los cinco candidatos a la presidencia, quienes pusieron en evidencia su mediocridad y su falta de comprensión de las dificultades por las que atraviesan la población y la Nación argentinas. En líneas generales, más allá de agredirse mutuamente, no ofrecieron ideas creativas ni propuestas creíbles para cambiar el rumbo de colisión al que nos enfrentamos, lo que no solo pone en evidencia sus propias carencias sino también las de sus equipos de asesores.

Efectivamente, el 22 de octubre la población argentina deberá elegir a uno de entre esos cinco candidatos que se equivocan en el diagnóstico y, por consiguiente, no pueden hallar una respuesta adecuada. O no quieren. Por supuesto que la Argentina tiene problemas económicos pero el principal problema es de índole filosófico, ya que se trata de cuestiones vinculadas a la ética y a la moral. En ese marco, se destacan la corrupción y la hipocresía.

Si se arriba a un mal diagnóstico, la solución será forzosamente incorrecta. La estrategia es la herramienta a la que se debe recurrir para superar una crisis o un conflicto. Sin pensamiento estratégico, sin una respuesta de carácter holístico, no se podrá salir del actual atolladero.

La Argentina enfrenta una grave situación que la puede llevar a su disolución tal como la conocemos hoy y nuestros candidatos solo se miran el ombligo. La carencia de pensamiento estratégico, tanto de ellos como de sus equipos, es nuestro mayor problema. El 22 de octubre se elegirá al presidente o nos encaminaremos hacia una definición entre dos candidatos en una eventual elección a celebrase el 19 de noviembre.

Sería mi deseo equivocarme pero estimo que nos dirigimos hacia un colapso del sistema político después del 10 de diciembre cuando asuma el nuevo presidente. Nuestro país debe salir de la discordia actual, que divide más a la sociedad que a la corporación política, y aunar esfuerzos en pro de recuperar los valores que oportunamente hicieron grande a la Argentina y volver a la senda que llevó a nuestro país a encontrarse entre las primeras naciones del planeta. Hemos perdido décadas y hemos puesto al país en las manos equivocadas. Una vez más recuerdo a José Ortega y Gasset, cuando vino a nuestro país y nos dijo: «¡Argentinos a las cosas, a las cosas!».

* Licenciado en Historia (UBA). Doctor en Relaciones Internacionales (AIU, Estados Unidos). Director ejecutivo de la Sociedad Argentina de Estudios Estratégicos y Globales (SAEEG). Profesor de Inteligencia de la Maestría en Inteligencia Estratégica Nacional de la Universidad Nacional de La Plata. 

Autor del libro «Inteligencia y Relaciones Internacionales. Un vínculo antiguo y su revalorización actual para la toma de decisiones», Buenos Aires: Editorial Almaluz, 2019.

Investigador Senior del IGADI, Instituto Galego de Análise e Documentación Internacional, Pontevedra, España.

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ARGENTINA DETONADA, CUANDO SE AGOTA LA PACIENCIA

A nadie escapa que, estamos viviendo tiempos convulsionados; o al menos, a nadie debería escapar la situación en la cual  estamos sumergidos como sociedad.

Y así estamos culpa de los hijos del 25 de Mayo de 1973, por culpa de las lacras que debieron pudrirse en la cárcel por conspirar contra un gobierno dentro de todo, democrático, o sin aspirar a tanto, al menos, elegido por el pueblo. Alimañas que llegaron al poder tres décadas después y terminaron de romper lo que aún no estaba roto, que era poco, en rigor de verdad.

Con su eterno discurso populista de ser generoso con el patrimonio ajeno nos han llevado a un punto de no retorno, a una lucha de todos contra todos, a ponernos entre la espada y la pared y agotada la última instancia pacifista, salir a defender con el propio cuerpo, aquello que con tanto esfuerzo nos ha costado y que es el legado de nuestros hijos.

Pero la horda de orcos sedientos de bienes ajenos y alérgicos a todo lo que implique trabajo y esfuerzo, no lo ponen fácil; saben que cuentan con el apoyo del Estado Nacional y, por ende, de los provinciales y municipales. Los trabajadores, los que ganamos nuestro pan y el de ellos con el sudor de nuestra frente, pasamos a ser ciudadanos de segunda, parias en nuestra propia Patria y sometidos a la voluntad de piqueteros extranjeros y nacionales que usurpan y saquean bajo el pretexto de que ellos “también tienen derecho a tener”… También tienen derecho a ganar su sustento con el sudor de su frente, pero tal privilegio no les cae en gracia.

Desde la Córdoba de la Nueva Andalucía, vemos con estupor como sacan de las villas a “hermanos latinoamericanos”, sin trabajo, planeros la mayoría, y los instalan en nuevos barrios con todos los servicios, aquellos servicios que, los que pagamos los impuestos y por consiguiente los planes, muchas veces no tenemos porque hasta esa calle “no llegan” y el costo es inalcanzable para hacerlo de forma particular. Lo peor es que, en definitiva, tampoco van a pagar los servicios ni tasas, por lo cual, se prorrateará entre los que sí pagamos… y así sigue la rueda.

Ellos “exigen” vivienda, Ellos “exigen” planes, Ellos “exigen” aguinaldo, Ellos “exigen” vacaciones, Ellos “exigen” que los mantengamos a ellos y a su chorrera de hijos como si fuera nuestra obligación.

Es  hora de poner los puntos sobre las íes, es hora de tomar el toro por las astas, es hora de decir ¡BASTA!, de una vez y para siempre.

Es hora de deportar a los delincuentes extranjeros en primera instancia, es hora de deportar a los que se han dedicado a vivir de la teta del Estado durante la “dékada ganada”, ¡es hora de desparasitar a nuestra querida Patria!

Están pidiendo a los gritos, con sus obras, acciones y actitudes, un Javier Gerardo Milei… ¡Después a no quejarse!

Estamos viviendo un fenómeno que se expresa a nivel mundial y mayoritariamente a través  de la juventud; aunque también hay mayores sub-normales que adhieren a la agenda 2030 y que propician la destrucción de todos los valores que nos inculcaron nuestros mayores, aquellos que trabajaron para hacer de éste, un país próspero y pujante, los que nos inculcaron la cultura del trabajo, la cultura del amor a nuestros valores y tradiciones, la del respeto a las instituciones y a los símbolos patrios. En definitiva, los que estuvieron, están y estarán en la vereda contraria a los  apátridas que nos gobiernan y a la de aquella que votan a estas lacras.

Resulta que ahora, en esta modernidad de destruir nuestro maravilloso idioma, nos quieren venir a hablar de “Matria”, ¡sobestias!

Debemos volver a instaurar en nuestra juventud la idea de Patria.

Alberto Caturelli nos dice:

Hay un sentimiento previo a una elaboración racional del concepto de Patria que respondería a la “Patria es el lugar donde se ha nacido” de Cicerón. Ello se debe a que existe una relación real y previa, primaria y constitutiva no separable de la naturaleza con el lugar de nacimiento. El hombre no solo tiene Patria: es patriota.

Tampoco hay Patria sin pueblo “esa congregación de seres racionales, asociados por la concorde comunión de las cosas que se aman”.

No se puede hablar de Patria sin que ésta suponga una lengua constitutiva de ella (acto de lenguaje como palabra originaria o verbo interior de San Agustín).

La historia tiene sentido en el acto de entregar en cada presente todo el pasado que abre el futuro. No puede haber historia sin tradición, ni Patria sin tradición y sin determinada cultura, donde el sujeto se participa en la obra, y por eso todo el mundo del trabajo lleva su rostro.

Llega así Caturelli a la definición de Patria:

La Patria es un todo de orden que se compone de una comunidad concorde de personas, vinculadas a un territorio, que expresa su naturaleza en una lengua determinada constitutivamente transmisora de una tradición histórica y cultural orientada hacia el fin último y absoluto que es Dios.

Para el Cristiano la Patria es don de Dios y subsiste en Él.

La Patria terrena se carga de sentido porque no es el resultado de necesidad alguna ni tampoco del azar, sino de la voluntad creadora de Dios y también del amor salvífico de Cristo.

El cristianismo ama a su Patria junto con una comunidad concorde y su tradición histórica y cultural orientada hacia Dios suprema fuente de donde proviene.

Dice Caturelli que:

“Amar a la Patria es amar el Absoluto Personal y es imposible amar a Dios sin amar aquí y ahora a la Patria”.

Imposible no recordar a Castellani:

El amor a la Patria es el amor primero y es el postrer amor después de Dios, pero si es crucificado y verdadero ya es un solo amor ya no son dos.

El patriotismo puede ser considerado como un sentimiento porque la Patria supone un vínculo sustancial pre-racional, un estado afectivo permanente que comprende la totalidad del hombre.

El patriotismo es una virtud natural y sobrenatural. Natural porque es parte potencial de la justicia indistinta de la piedad. El hombre es deudor de Dios, de sus padres y de la Patria. Todo acto de verdadero patriotismo a la religión conduce.

Cuando el cristiano ama a su Patria en cuanto don de Dios el patriotismo se vuelve virtud sobrenatural porque ama a su Patria en Cristo en el que subsisten todas las cosas.

El cristiano ama a la Patria celestial que espera en, desde y con la Patria terrena.

Por eso el patriotismo cristiano es misional.

El ejemplo de esto es Juana de Arco, que había hecho de su patriotismo su ascenso místico en Dios.

El recordado Padre Meinvielle dice que la “Historia es la mente divina leída por los ángeles y escrita en el tiempo”.

Caturelli nos pide leer la voluntad de Dios en los hechos, en la historia y en la vida nacional para saber qué quiere Dios que hagamos con la Patria.

Estimados amigos, lo que Dios quiere es que hagamos de la Patria un camino hacia Él.

Por la Patria hacia Dios.

¡Argentina Despierta!

DyPoM

Por der Landsmann para SAEEG

Notas:

* R. L. Breide Obeid, Revista Gladius.

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