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CHINA, RUSIA Y LA ACTUAL CONTRAOFENSIVA REVOLUCIONARIA EN IBEROAMÉRICA (1)

Heriberto J. Auel*

Oíd mortales, el grito sagrado

Libertad, libertad, libertad…

Himno Nacional Argentino – 1812

 

“No es la sociedad en la que se vive la que os salva, sino la manera de vivir…

Adán se pierde en el Paraíso y Lot se salva en Sodoma”.

San Juan Crisóstomo -347/407 d. C-.

Rusia, China y la Argentina (2)

Tartufo viajó a Rusia y a China —para entrevistarse con los respectivos presidentes— entre el 02 y el 06 de febrero de 2022, cuando Putin ya había desplegado —sobre la frontera ucraniana— a gran parte de las fuerzas de invasión. La crítica situación interna de la Argentina y en particular la grave situación judicial de Ella —para cuya solución fue contratado— le exigían el extemporáneo circuito, gorra en mano (3).

Justamente el 04/02/2022, mientras Tartu se encontraba “in itinere”, en Beijing, Putin y Xi firmaban un Acuerdo de “Asociación Estratégica de Coordinación Global”. Si bien éste no conlleva a una “alianza”, obliga a las partes a “coordinar” todas las operaciones con las que pudieren afectar las maniobras del asociado. La primera “coordinación” fue la que se realizó cuando Putin le informa a Xi la iniciación de la “Operación Especial” sobre Ucrania y este le solicita postergarla hasta después de la finalización de los “Juegos de Invierno”.

En sus considerandos el documento firmado ratifica la “modalidad autocrática” de los sistemas políticos de ambos líderes —relacionada con las tradiciones asiáticas— y critica a las democracias occidentales. Esta “modalidad” es la que Ella pretende homologar para alcanzar su absolución pero —necesariamente— este “salto de garrocha” exige “hechos políticos” que permitan el pasaje al partido único (4), objetivo central de las reformas constitucionales “in partibus” a ambos lados de la Cordillera, pero con muy distinta madurez.

La “insurgencia” chilena lo logró en unos pocos días y Tartu —para acelerar el imprescindible salto— le abrió las puertas al moscovita para que ingrese a la región y con Xi acordó incluir a la Argentina en la “Franja y en la Ruta de la Seda”, sobre la “Anilla Exterior”. Faltó solamente que les entregara réplicas del bastón y de la banda.

El cambio de sistema es la maniobra central —y única— que persigue el “gobierno de científicos” conducido desde el “Instituto Patria” —hoy en serio enfrentamiento y ruptura con la Casa Rosada—. Ello explica lo inentendible: la más absoluta ineficiencia y pasividad en todos los frentes del gobierno de Tartufo.

El cambio de Constitución, un nuevo alineamiento regional con las autocracias asiáticas y un cambio de inserción internacional, encubren la búsqueda de la absolución de Ella y su encumbramiento histórico: la heroína que logró —luego de setenta años de luchas revolucionarias— los fines últimos de la Revolución Socialista Iberoamericana.

Se consagraría así el encuentro combinado de la compleja contraofensiva revolucionaria iberoamericana —localmente encubierta por los kk— con la maniobra geopolítica sobre “la anilla exterior” —planetaria— de la súper potencia en ascenso y de su reciente asociado.

Chinos y rusos tienen —por el momento— preocupaciones prioritarias concentradas en el “heartland” —a mucha distancia de la “anilla exterior”(4) que nos abarca—, Putin con intereses estratégicos y económicos y Xi con objetivos centrales de carácter geopolítico, además del mantenimiento de la cooperación en el área “telurocrática” —que incluye a la India— y la moderación de las tensiones estratégicas con Hong Kong y Taiwán. Como lo venimos planteando, Xi no cruzará la “línea roja de la zona gris”. Seguirá siendo el tradicional “Imperio del Centro”.

La Actual Situación de la Contraofensiva Revolucionaria en Iberoamérica

La salida de la Argentina de la Zona de Seguridad de Occidente —OTAN/EE.UU.— no será fácil ni gratuita. Un Lula políticamente encumbrado en Brasilia sería imprescindible para lograrlo, pero allí estarían presentes para impedirlo —oportunamente— las FF.AA. de Brasil. Y —necesariamente— el Foro de San Pablo —FSP— debería garantizar la contención de la reacción de los pueblos, cosa que por el momento en la Argentina parecería imposible. La Argentina no es Chile.

Desde el lanzamiento de la contraofensiva revolucionaria —19 de julio— el mayor éxito obtenido por el FSP ha sido el “caso Chile”. Ya ocupa la presidencia un comunista —impresentable— y está en elaboración una constitución socialista-plurinacional. Boric ha prometido que su primera visita al exterior será a Buenos Aires. Ello indica la prioridad que se le da —en la contraofensiva— a la debilitada situación política argentina luego de las elecciones de medio tiempo. Ya recibimos recientemente a Lula y a Mujica para levantar el ánimo revolucionario, luego del 70/30 en las urnas.

Nuestra atención regional debe estar orientada hacia las elecciones presidenciales en Colombia. Allí está la base financiera y logística del proceso revolucionario continental —en manos de las FARC—. Si el candidato del FSP —Petro— lograra éxito y accediera a la presidencia colombiana, el agravamiento de la situación política y estratégica regional —sobre el espinazo andino— sería de altísima repercusión en el área de la Cuenca del Plata (5). Con Boric en Santiago y Petro en Bogotá, el conflicto araucano cesaría en Chile y se agravaría en nuestra Patagonia, profundizando la división en el gobierno kk.

En Buenos Aires se observa diariamente la gimnasia preparatoria de la insurgencia. Cuando se la active operacionalmente ¿mantendrán a la mayoría de mujeres, adolescentes y niños que normalmente desplazan desde el Conurbano a las áreas céntricas de “protesta”? ¿Llegarán a Buenos Aires —desde el norte sudamericano— los cuadros especializados para conducir a los “piquetes” locales, en la destrucción incendiaria y el ataque a blancos hipersensibles? ¿O Ella desplazará a Tartufo luego de la aprobación del Acuerdo con el FMI en el Congreso? Si Ella asume la presidencia, los escenarios cambiarían radicalmente.

Nuestro caso es diferente al chileno y es de alta complejidad. Aquí la revolución está en el poder, pero con un gobierno fracturado. ¿Quién controlaría a las fuerzas del Estado, ante la eventualidad de tener que apelar a ellas, ya fuere para evitar sentencias judiciales desfavorables o frente un creciente caos social?

Mientras tanto —y navegando en superficie— la oposición sigue descansando y ejercita un difícil diálogo interno. Vive en un aletargado período sabático, plagado de anécdotas televisivas. Confunde a la revolución con un mero populismo, mientras disputa internamente candidaturas —entre halcones y palomas— sin erradicar a sus “quintas columnas”, funcionales a la revolución. Los socialdemócratas establecidos en las coaliciones son los primos hermanos herbívoros de “troskos” y estalinistas, pero lucen como “democráticos”.

El palomar del progresismo de izquierda y de derecha se ha agitado con la llegada de un zorro en las últimas elecciones del año 2021 y, expertos en el manejo del arsenal blando, concentran el fuego sobre él y los “navegantes solitarios”, que los desnudan ante la opinión pública. Se agitan, no por pudor, sino por los votos. ¡Los malditos zorros libertarios están locos y hasta dicen la verdad!

¿Se sincerarán las coaliciones frente a la aceleración de los tiempos? ¿Eliminarán a sus quintas columnas infiltradas? ¿Aparecerá —en el horizonte— algún estadista? ¿Tendremos futuro…? La profundidad sombría de la crisis obliga a pensar y a hacer, o a desertar… La realidad está mostrando la más cruda verdad, aún para los miopes. El relato se difumina y ridiculiza a quienes aún lo sostienen. La minoría revolucionaria quedó expuesta y la guerra en Ucrania aleja al oportuno socorro buscado y amasado por Ella. ¿Activará el Plan “B”?

El Estado Nacional Argentino —con sus Instituciones débiles o vaciadas— en las manos de un gobierno revolucionario extremadamente débil y dividido y de una oposición segmentada y superficial —sin liderazgos— ha dejado el destino de nuestra Patria en manos de una sociedad huérfana, que recién ha despertado de su letargo. No es la primera vez que ello nos ocurre.

En 1806/7 aún no se había organizado el Estado, pero la sociedad criolla reaccionó frente a un enemigo invasor. Hoy —frente a un enemigo interno— no deberemos apelar al aceite hirviendo, pero “el cuerno de nuestros vigías” se ha dejado oír… (6) Y “cuando el clarín de la Patria llama, hasta el llanto de las madres calla”…

 

“Oíd mortales, el grito sagrado – Libertad, libertad, libertad…”

“No es la sociedad en la que se vive la que os salva, sino la manera de vivir…

Adán se pierde en el Paraíso y Lot se salva en Sodoma”.

 

Citas

(1). H.J. Auel. “Es la tormenta que se lleva al puerto…”. IEEBA, diciembre de 2021, www.ieeba.org

(2). H. J. Auel. “…es el castro-comunismo…estúpidos…”. IEEBA, diciembre de 2021, www.ieeba.org

(3). H. J. Auel. “El choque de las culturas en el 2022”. IEEBA, marzo de 2022, www.ieeba.org

(4). H. J. Auel. “El encuadramiento geopolítico internacional de la actual situación estratégica argentina”. Mar 21. www.ieeba.org

(5). H. J. Auel. “Absoluta prioridad en el año 2023: la recuperación del Estado Institucional”. IEEBA, febrero de 2022, www.ieeba.org

(6). H. J. Auel. “¿Tiene Cuerno Nuestro Centinela?”. IEEBA, febrero de 2005, www.ieeba.org

 

* Oficial de Estado Mayor del Ejército Argentino y del Ejército Uruguayo. Ha cursado las licenciaturas de Ciencias Políticas, de Administración, la licenciatura y el doctorado en Relaciones Internacionales. Se ha desempeñado como Observador Militar de la ONU en la Línea del Cese de Fuego del Canal de Suez. Comandó tropas de llanura, montaña, aerotransportadas y mecanizadas.

¿CONOCEMOS A CHINA?

Heriberto Justo Auel*

Imagen de lzwql en Pixabay 

“Porque ganar cien victorias en cien batallas, no es la cumbre de la destreza.

Someter al enemigo sin luchar, es la cumbre de la destreza”.

Sun Tzu -544/496 a.C.

 

  1.  La Cultura es lo que importa.
  2. China: el Imperio del Centro.
  3. China y la contrarrevolución iberoamericana en la “anilla externa”.

 

1. La Cultura es lo que importa

“El arte de la guerra” —del filósofo y estratega chino Sun Tzu— sigue siendo el texto de estrategia más influyente en las guerras de Asia Oriental y ha influido en el pensamiento militar oriental y occidental, así como en las tácticas de negocios y en la estrategia legal, entre otros campos. En Occidente Napoleón fue un ávido lector del chino —contemporáneo de Confucio— y por lo tanto ha influido —sin duda— en el pensamiento del Libertador San Martín, que combatió contra el Emperador y aprendió de él —al igual que Clausewitz— antes de su regreso a la Patria, en 1812.

Entre los más recientes conductores militares exitosos seguidores de Sun Tzu, Mao Zedong —también conocido como Mao Tse-Tung— fue quien lo reinterpretó y tradujo los principios del Maestro al ámbito de la guerra revolucionaria. En sus “Cinco Escritos Militares” Mao explicita —para sus Oficiales Milicianos durante la “larga marcha”— el pensamiento del mítico estratega oriental, actualizándolo a su tiempo y a la guerra insurgente: “lograr la victoria con el mínimo derramamiento de sangre”. La estratagema (1) y el engaño debían reemplazar a la debilidad cuantitativa y cualitativa de los revolucionarios marxistas.

El desembarco de China en nuestra región y particularmente en nuestro país —en la posguerra fría— nos llevó a dedicarle varios ensayos en los últimos años: —en www.ieeba.org—.

  • “La Seguridad Estratégica de la Región en el Nuevo Escenario Internacional”. Enero de 2002.
  • “El Nuevo Ordenamiento Internacional Posterior a la Intervención de EE.UU. y de sus aliados en Irak”. 21 de mayo de 2003.
  • “Estrategia para la Convivencia en Paz”. 27 de octubre de 2007.
  • “La Situación Estratégica del Atlántico Sur en el año 2012”. Agosto de 2012.
  • “La Dirigencia Argentina Frente a las Guerras del Siglo XXI”. Diciembre de 2015.
  • “La Geopolítica del ´Virus Chino´”. Mayo de 2020.
  • “Un Análisis Estratégico del Vacuna-Gate”. Marzo de 2021.
  • “El Encuadramiento Geopolítico Internacional de la Actual Situación Estratégica Argentina”. Marzo de 2021.
  • “Las Guerras Híbridas en el Ámbito de una Nueva Guerra Mundial”. Abril de 2021.
  • “Mientras China acelera la Ocupación de la Anilla Externa del Rimland, el Foro de San Pablo Acelera la Contraofensiva Revolucionaria en Colombia”. Mayo de 2021.
  • “Las Guerras Asimétricas de Séptima Generación en Iberoamérica y la Argentina”. Mayo de 2021.
  • “¿Cómo Salimos de la Ciénaga…que Supimos conseguir…? Agosto de 2021.

El título de este primer punto —“la cultura es lo que importa”— reproduce el título del último libro de Samuel Huntington (2) —en colaboración con Harrison—. Con su subtítulo —“la cultura da forma al progreso”— coinciden en un todo con el fin que perseguimos en este punto. Conocer a China es conocer a su cultura, es decir, a su identidad, que por supuesto, no es la nuestra. Advertimos esto, pues existe una intención kk de reemplazar a nuestro sistema político, tomando como modelo al régimen chino.

El sanjuanino Gioja —ex presidente del PJ— lo expresó así: «China y el PCCh son referentes a mirar siempre y a seguir su ejemplo». “El Gobierno del PJ busca implementar el sistema comunista chino en Argentina” (8).

Toda cultura reconoce como origen y sostén a una religión. En el caso chino se trata de varias religiones: el confucionismo (3), el taoísmo (4) y el budismo (5). El sincretismo religioso prevalece en la China actual, pero la influencia confuciana en la cultura se traduce en la aceptación del “autoritarismo político”, que tiene su ratificación en la aceptación del “partido único” (6) y en la reciente decisión del Legislativo de otorgar la permanencia sin plazos de Hi Jinping en el poder (7), lo cual es lo más parecido a una dictadura.

Los argentinos vivimos en el Occidente Cristiano —desde siempre— y este se define en el siglo XXI por:

    • Basar su filosofía en la herencia de la Antigüedad Griega.
    • Basar su jurisprudencia en el Derecho del Imperio Romano.
    • Basar su teología en la tradición judeocristiana.
    • Basar su concepción artística en el Renacimiento europeo.
    • Basar su pensamiento sociológico en la Ilustración francesa.

Como es fácil de observar, nuestro cimiento cultural no responde a lo establecido por el sincretismo religioso chino. La superficial pretensión ideológica del salto de garrocha que pretende la actual dirigencia “pseudo-revolucionaria” argentina es absurda e intrínsicamente perversa (9) y solo encubre la búsqueda desesperada de la impunidad de “Ella”.

La admirable ineptitud y liviandad que demuestra diariamente “Tartufo” solo puede tener una explicación en el “contrato” que lo llevó a la presidencia: lograr la absolución de “Alí Babá y los Cuarenta Ladrones” a través de la eliminación rápida de nuestro sistema constitucional, con lo cual se eliminarían las decenas de causas kk que transitan por los Tribunales. No hay otra explicación ante tanta e inconcebible torpeza gubernamental.

En la perversa necesidad de la “modernización” del instrumento jurídico Estado, que solapadamente pregonan, se encuentra la razón de ser del sorpresivo “dedazo” que, desde la nada, encumbró a “Tartufo” en la presidencia y le obliga a renegar de su dignidad, de su hombría y de su dudoso honor, para cumplir con el objeto del “contrato”: destruir a las instituciones, la cultura, la economía, la credibilidad del país, la esperanza de los ciudadanos y un largo etc., para justificar o legitimar el oportuno salto de garrocha geopolítico que nos lleva a una órbita ajena a nuestra cultura/identidad, fuera de la esfera de influencia Hemisférica Occidental y a transformarnos —a la cabeza del Foro de San Pablo— en la piedra en el zapato de EE.UU. en su actual disputa por la hegemonía mundial, con el emergente Imperio Chino.

Hace pocas semanas el principal asesor de Seguridad Nacional de Washington vino a Buenos Aires para advertir a la Casa Rosada acerca del peligroso rumbo de nuestra Cancillería. Sin embargo el “instituto patria” —luego de la advertencia— obligó a redoblar apuestas.

2. China: el Imperio del Centro (10)

Por más que la palabra China se haya extendido a la mayoría de las lenguas occidentales, los chinos nunca llaman así a su país. Para ellos es Zhōngguó, que en traducción literal significa algo así como “Estado del Centro”, “poder central” y, más tarde, “nación”. La apelación al centro en Zhōngguó parece deberse a razones geográficas. ¿Dónde estaba inicialmente ese centro? Más o menos al sur del desierto de Gobi y al norte del Yangtsé, siguiendo la cuenca del río Amarillo.

Zhōngguó era un centro en torno al que deambulaban enemigos. La obsesión por distinguirse de ellos y mantenerlos a raya iba a servir de justificación —en diversas épocas— para construir secciones de lo que se convertiría en la “Gran Muralla”. Con los siglos, el radio que salía del centro se amplió hasta las fronteras actuales de la República Popular que responden —con escasas diferencias— al territorio controlado por el emperador Kangxi —1661/1722—, de la dinastía Qing. Con él, Zhōngguó se convirtió en el Imperio del Centro, lo que sancionaba su hegemonía secular en Asia Oriental.

China siempre se auto percibió como “centro” o eje del mundo civilizado. Siendo una de las más antiguas culturas, su civilización fue una de las más avanzadas del orbe. Sin embargo ingresó a una etapa de oscura decadencia. La explicación del siglo largo en que China estuvo a punto de desaparecer como nación —entre las guerras del opio y la formación de la República Popular actual— la buscan los chinos —ya sean comunistas o nacionalistas— en los tratados desiguales con que las potencias imperiales impusieron un dogal de miseria, oprobio y atraso a su país.

Sin duda que todo ello los afectó, pero esa explicación renguea. ¿Por qué no pudo Zhōngguó, ya convertido en el Imperio del Centro, resistir la presión extranjera? Desde las guerras del opio la dinastía Qing no ganó una sola a los kwai —diablos blancos—. Contaba con una tecnología militar caduca, pero el rezago venía de más lejos. Durante más de dos mil años China se había organizado sobre una agricultura pasablemente productiva, cuyo excedente lo distribuía y se lo apropiaba una elite burocrática que tenía a raya el brío patrimonialista de los terratenientes. En la cumbre, un emperador sostenía el artilugio mientras duraba el mandato del cielo. Pero eso ya no valía.

El gran sismo de la historia china del siglo XIX no fue el saqueo del Palacio de Verano de Pekín (1860), sino la guerra civil conocida como la Rebelión de los Taiping (1850-1864). Ambos bandos creían tener buenas razones para luchar y lo hicieron sin escatimar vidas. Aun sin artillería ni aviación, la guerra causó bajas estimadas entre veinte y treinta millones de personas, casi la mitad que en la Segunda Guerra Mundial.

Los años posteriores no supusieron una mayor presencia internacional de China, sometida a largos conflictos en el interior de su territorio: luchas entre señores de la guerra, invasión japonesa entre 1930 y 1945 y guerra civil entre los comunistas seguidores de Mao Zedong y el Kuomintang (nacionalistas) de Chiang Kai-shek, entre 1945 y 1949.

El repliegue hacia el interior continuó durante la era maoísta —1949/1976— pero el peso internacional del país más poblado del mundo se hizo sentir en algunos conflictos —guerra de Corea 1950/1953— en apoyo a los partidos comunistas o a sus escisiones maoístas; en el aliento a los movimientos anticolonialistas que siguieron a la GM II, en el restablecimiento de las relaciones diplomáticas con EE.UU. tras el viaje de Richard Nixon —1973— o en su acceso a la ONU, como única representante de China.

Sin embargo es difícil no ver en la política exterior maoísta un retorno a la misma orgullosa soledad que había caracterizado a las dinastías imperiales. Contrariamente a lo realizado por la URSS, China no salió de sus fronteras a difundir su revolución. El “maoísmo internacional” fue y es fruto de líderes revolucionarios autónomos.

La era de reformas —con Deng Xiaoping— supuso una pasividad internacional aún más intensa, bajo el lema “Estrategia de Desarrollo Independiente y Pacífico” que permitió a China concentrarse sobre su propio crecimiento económico. Tras la masacre de Tiananmen —1989— Deng siguió insistiendo en su postura de vivir y dejar vivir, defendiendo una política de no intervención en los asuntos internos de otros países.

Su archifamoso pragmatismo le llevó así a contentarse con la reunificación de su país —fin de la ocupación colonial en Hong Kong y Macao, el intento de retorno de Taiwán a la patria común— y a una oposición de baja intensidad al hegemonismo o protagonismo internacional de Occidente, en especial de EE.UU.

El portentoso crecimiento económico de China en las últimas décadas empujó a sus sucesores a ingresar —con paulatina intensidad— en los asuntos del comercio internacional, fundamentales para su estrategia mercantilista. Las exportaciones se convirtieron en un sector decisivo para la salud económica de China y así, poco a poco, el país se incluyó activamente en el nuevo orden económico internacional que siguió a la desaparición de la Unión Soviética.

Durante esos años EE.UU. se convirtió en lo que —con exageración “gringa”— se ha llamado “la hiperpotencia” y China —expectante ante la situación— continuó ampliando sus mercados, sin crear problemas especiales.

El ascenso económico de China y su próxima conversión en la mayor economía mundial, por un lado y los problemas de gestión económica tras la “Gran Contracción de 2008” en Occidente, especialmente en EE.UU. por el otro, dio lugar a una oportunidad única para impulsar el ascenso de China. Ello no debería ser objeto de preocupación, de no ser por las ambiciones de sus dirigentes.

Aunque hayan renunciado al sueño de la revolución mundial y que el socialismo con rasgos chinos no sea otra cosa que un ´capitalismo de compadres´ (11) o ´capitalismo de Estado´ —que es el objetivo de los kk— , no van a renunciar indefinidamente a hacer valer sus triunfos —para mejorar su posición— y tratar de recomponer eventualmente el papel central que durante siglos ocupó en Asia el Imperio del Centro.

Sin embargo, ser una potencia regional cuando el mundo es ya una aldea global, sería contentarse con poco. A quienes se creen legítimos herederos del Imperio del Centro no les bastaría con otra cosa que con la hegemonía mundial. La cuestión empero no sería de preocupar, salvo por el hecho de que esos herederos no creen en la democracia ni en el imperio de la ley.

El cambio de actitud no ha tenido que esperar al ascenso de Xi Jinping a la cumbre. Ya se había hecho notar durante el liderazgo de Hu Jintao. En 2004 uno de sus consejeros hablaba de la necesidad de pasar del lema de Deng, al de Ascenso Pacífico, una política orientada a convertir a China en una gran potencia.

China no iba a limitarse a su papel de líder económico: tenía que convertirse en un actor militar decisivo. Desde 2010 esa meta se ha impulsado con fuerza y, tras la llegada al poder de Xi Jinping China muestra con toda claridad su deseo de ser considerada una de las grandes potencias en un mundo multipolar.

Hace pocos años, Joseph Nye (12) distinguía entre “poder duro” y “poder blando”. En realidad, no hacía sino recordar que el poder se ejerce por coacción y por influencia, una distinción al menos tan antigua como Tucídides. Sin embargo el progresismo internacional —que tiene a Davos como referencia, ´la davosía´— se arrebató, porque al igual que Nye participaba de la ridícula ilusión —al igual que los políticos argentinos— de que al poder duro lo había jubilado —definitivamente— el arco justiciero de la historia.

Los chinos —tal vez porque han leído a Sun Tzu— no son tan cándidos. La verdadera garantía del poder está en la violencia legítima y su prelación sobre la influencia está en la naturaleza de las cosas. Mao lo formulaba así: «El poder político brota del cañón del fusil».

Xi Jinping ha precisado —por la vía de los hechos— las nuevas aspiraciones de China. Su “sueño chino”, definido como el rejuvenecimiento de la nación, deja lugar a pocas dudas. China tiene que volver a ser el Imperio del Centro, un centro cuyo radio aspira a extenderse al universo mundo.

Xi ha buscado y busca tiempo. Si su estrategia está clara, la táctica tendrá que adaptarse a las oportunidades que surjan. Por el momento, dos objetivos regionales se perciben con claridad para el mediano plazo. Uno es la sempiterna reivindicación de la unidad nacional y tiene a Taiwán en el punto de mira. El otro, extender la presencia militar china a los mares cercanos. La garantía de ambos depende de situar en primer plano a la Defensa Nacional.

Conflictos territoriales en el Mar del Sur de China

China ha aprendido del RU y de EE.UU. que no es posible imponer su hegemonía sin una presencia activa en el aire y en los mares. Los cambios tecnológicos han impulsado —esta vez radicalmente— la obsolescencia de las políticas aislacionistas, cuyo epítome fue la construcción de la Gran Muralla.

China necesita desesperadamente romper la primera barrera insular para tener paso franco hacia los mares del mundo, ante todo el Pacífico. El control del Mar del Sur y, más aún, la unificación con Taiwán, serían un paso decisivo hacia esa meta. Pero no basta. China necesita también imponer su predominio en el Pacífico Norte, donde el panorama es más complejo. Las dos Coreas y Rusia cortan la salida al mar, desde Manchuria. Los puertos chinos más septentrionales están en Tianjin, Lushun —el antiguo Port Arthur— hoy una importante base de la flota y Dalian; todos ellos justo en el paralelo 39N. Vladivostok está en el 43N.

Japón tapona la salida hacia el nordeste, entre los paralelos 45N y 33N. En 2012 se produjo una seria crisis entre Japón y China por ocho islas deshabitadas que los japoneses llaman Senkaku y China Diaoyu. El archipiélago se encuentra al sudoeste de Okinawa, a poca distancia del norte de Taiwán y pertenece a Japón. Desde entonces, China ha enviado a la zona barcos a los que llama guardacostas, pero que son navíos de guerra camuflados.

Estos y otros incidentes han aumentado considerablemente la tensión en el Pacífico Norte y su repetición hace temer que cualquier imprevisto pueda desencadenar una respuesta armada por uno u otro lado.

Los dirigentes chinos no dejan de tener en cuenta esa posibilidad porque, también en el caso de Japón, EE.UU. se vería obligado a afrontar una guerra según el “Tratado de Cooperación y Seguridad Mutua” que entró en vigor en mayo de 1960. Aunque la interpretación de su Tratado de Seguridad con Corea del Sur sea menos terminante, sería difícil que EE.UU. no se viese también implicado en una guerra entre ese país y su vecino del norte. Son consecuencias que China toma en cuenta.

En resumen, todo hace pensar que para los dirigentes chinos el eslabón más débil en la cadena que representa la primera barrera insular se encuentra en el Mar del Sur, donde la diversidad de intereses nacionales, la debilidad de los gobiernos locales y las decisiones imprevisibles de sus líderes pueden animarla a una estrategia de hechos consumados.

“El Indo-Pacífico es un espacio geopolítico único que alberga múltiples contenciosos. China supera numéricamente a Estados Unidos en buques, pero no en capacidades, como consecuencia de la ventaja tecnológica norteamericana” (13).

A su llegada al poder Xi Jinping se presentó como un reformador. Conviene precisar: Xi no ha hecho ninguna de las reformas prometidas cuando de ellas pudiese derivarse menoscabo para el poder institucional del Partido Comunista o para los intereses nacionales de China, tal y como los entiende el Partido Comunista; pero sí ha emprendido reformas que contribuyen a mantener el primero y aumentar los últimos.

Uno de los sectores en los que ha tomado un gran número de iniciativas llamadas a desperezar el funcionamiento de la institución, ha sido en el de las fuerzas armadas.

Será el ejército de tierra quien inicialmente experimente los mayores cambios. Sus efectivos previos a la reforma se cifraban en 1,55 millones, organizados en cuerpos de ejército según el tradicional modelo soviético. Un cuerpo de ejército solía contar con entre treinta mil y cien mil efectivos. Ese tamaño —demasiado grande para maniobrar con facilidad— ha sido sustituido en muchos países por una combinación de tecnología y unidades más eficientes: las divisiones.

De esta suerte los actuales dieciocho cuerpos de ejército se reagruparán en un número de entre veinticinco y treinta divisiones. El sistema de mando será también más ágil, con mejores y más rápidas comunicaciones entre las divisiones y los teatros de mando y, por supuesto, con el Estado Mayor Conjunto.

En conclusión: Xi retiene el mandato histórico del “Imperio del Centro”, pero tiene muy en cuenta la experiencia del aislamiento provocado por la “orgullosa soledad”. Debe conjugar las experiencias del pasado lejano y reciente, con las oportunidades de los nuevos tiempos, sin olvidar a Sun Tzu. La continuidad del desarrollo chino le exige la expansión. Necesita abrir caminos para obtener la energía y los alimentos para mil cuatrocientos millones de habitantes y de los mercados, para su producción. Para ello construye un moderno sistema de disuasión militar y paralelamente un amplio “soft-power” que tiene como eje a “los caminos de la seda”, terrestres o marítimos.

Este proyecto estratégico resuelve en gran parte a los naturales bloqueos —en sus cuatro puntos cardinales— abarcando la totalidad de Asia, Europa y África. El apresurado y desprolijo retiro de EE.UU. de Afganistán fue un “regalo” para XI, que ya está presente allí, en el único espacio de comunicación del Asia Central con las “aguas calientes”. Además, los informes indican que hay reservas minerales por un valor de US$ 850.000 millones: hierro, cobre, litio, cobalto y tierras raras. La inexplicable “incoherencia” de Biden, es que una de las principales razones de su retiro ha sido la necesidad de reunir a sus FF.AA. ante el desafío chino.

En los últimos meses China ha mostrado problemas para mantener el ritmo de sus exportaciones y muestra a una “sociedad volátil”. Hay analistas (14) que advierten “agitación de emociones” por parte de Xi, que podrían conducir a “un nuevo gran levantamiento”. ¿Habrá tomado nota nuestra Embajada en Beijín? Podrían quedar —los kk— colgados del pincel.

3. China y la contrarrevolución iberoamericana en la “anilla externa”.

Con referencia a la presencia china en Iberoamérica, el 21 de marzo de 2021 le dedicamos un ensayo específico —el Nro. 8 de la Pág. 2— que expresa —en parte— en su Punto 3:

Los caminos contemporáneos
Para sus críticos es un proyecto para dominar el mundo; para sus defensores facilita el desarrollo de regiones olvidadas.

“China con una estrategia indirecta —progresivamente— ocupa espacios llaves en la “anilla exterior” a través de una maniobra planetaria que la posiciona como gran potencia.

La “revolución socialista iberoamericana” se ha enancado en dicha maniobra y Beijín, apelando a su milenaria cultura la explota, pero no se compromete. ¿Hasta dónde llegará la hipócrita intencionalidad de los KK? Acaban de nombrar en Beijín a un joven chinólogo —Vaca Narvaja—, “embajador especializado” formado desde en su niñez en La Habana.

La práctica negociadora china —exclusivamente mercantilista— ignora aquellas acciones violatorias del Derecho Internacional o de los Derechos Humanos de sus contrapartes. Tal ha sido el caso de su relación con Chávez y Maduro. Hoy Venezuela debe US$ 60.000 millones a Xi y por ello se hizo cargo de PDVSA, para cobrar las acreencias de los últimos veinte años. Ese desembarco se está desarrollando en conjunto con el aliado ruso, que tiene allí intereses y tropas que acompañan a las cubanas establecidas en Caracas hace veinte años.

En la Argentina el encubierto gobierno de Ella está demoliendo lo que queda de la economía “de mercado”. Es condición necesaria para dar “el salto de garrocha” —que venimos anticipando en los últimos meses— y así legitimar el desembarque chino en nuestro país —sumido en un caos provocado—, para pasar —sigilosamente— a la órbita imperial de Beijín y al “capitalismo de Estado”, redentor de la Argentina Nac&Pop, que estrenaría simultáneamente una nueva Constitución Nacional, hecha a medida, si lograran triunfar en las elecciones de medio tiempo.

Es la fórmula que anticipan los enérgicos últimos discursos de Ella —que ignoran a Tartufo— y los hechos —dosificados— que ejecutan los alfiles alquilados. El nombramiento del nuevo ministro de Justicia es sumamente elocuente, frente a las eventualidades inmediatas.

Mientras tanto y navegando en superficie, la oposición complaciente sigue descansando y ejercita el diálogo. Vive en un aletargado período sabático, plagado de anécdotas televisivas.

El cambio del sistema político es la maniobra central —y única— que persigue el “gobierno de científicos”, conducido desde el “Instituto Patria”. Ello explica lo inentendible: la más absoluta ineficiencia y pasividad en todos los frentes del gobierno de Tartufo. El cambio de Constitución, un nuevo alineamiento regional con las autocracias y el cambio de inserción internacional, encubren la absolución de Ella y su encumbramiento histórico: la heroína que logró —luego de setenta años de luchas revolucionarias— los fines últimos de la Revolución Socialista Iberoamericana.

Se consagraría así el encuentro combinado de la compleja contraofensiva revolucionaria regional/local —encubierta por los kk— con la maniobra exterior —planetaria— de la súper potencia “in partibus”. Pero la salida de la zona de seguridad de Occidente no será fácil ni gratuita. Un Lula políticamente rehabilitado les será imprescindible. Y el Foro de San Pablo —FSP— deberá garantizar la contención de la reacción de los pueblos, cosa que por el momento pareciera imposible.

El avanzado posicionamiento internacional de Xi —en toda la “anilla exterior”— prevé acuerdos en infraestructura, energía, minería, transporte y exportaciones de alimentos. En la Argentina el acuerdo porcino y la construcción de la central Nuclear IV —en Campana— son los dos más importantes. Contemplan inversiones por US$ 30 mil millones. Además de lo invertido por Beijín en nuestra Patria en las últimas décadas, BAE NEGOCIOS nos hace saber que el gobierno, en una videoconferencia con la “Academia China de Ciencias Sociales” realizada la semana pasada —19/23 de marzo de 2021—, manifestó que “hay más de 20 proyectos relacionados con la energía y la infraestructura que se están negociando” con China. Con una economía golpeada por el coronavirus, Alberto Fernández busca aumentar la cooperación con el país gobernado por Xi Jinping en una unión similar a la ‘alianza estratégica integral´ que sellaron Argentina y China durante el gobierno de Cristina Kirchner”.

La “Anilla Externa” abarca al “New World”, que contiene a nuestra Iberoamérica.

Cuando faltan escasos días para las “PASO” llama nuestra atención que periodistas y políticos de primera línea se preguntan en los medios por la “inentendible” conducta actual del gobierno y su falta de “sentido común”. Hay una explicación para ello: han apoyado a los kk —con todo entusiasmo— en la política de derechos humanos del enemigo, a la consecuente destrucción total de la Defensa Nacional y, con ello, a la Inteligencia Estratégica. Deambulan a ciegas. Podría tratarse de un dramático “transvasamiento ideológico inadvertido”.

Nuestra dirigencia —en gran número— ha perdido la noción de la realidad en la que vivimos. Ignoran absolutamente nuestro “doble estado de guerra” —en una situación de doble posguerra— y a las serias acechanzas estratégicas de nuestra Patria. No escuchamos una sola palabra —en los repetitivos y vacíos discursos preelectorales— acerca de la contraofensiva revolucionaria lanzada por el “FSP” en julio de 2019 y hoy en pleno desarrollo regional y local.

Son “políticamente muy correctos”. Les puede ocurrir —si la ciudadanía no los salva— lo que les fue advertido al Tribunal que osó preguntar a Ella “si iba a responder preguntas” y que —como respuesta— fue duramente apostrofado: quienes deberán responder muy pronto, son ustedes”. ¡¿Habrán entendido el claro el mensaje estos mansos togados y nuestros peligrosos “progres”?!

Para que reflexione nuestra dirigencia —en los álgidos días preelectorales que vivimos— vuelvo a citar la sentencia de Sun Tzu que encabeza a este ensayo. Allí encontrarán —muy probablemente— la explicación de su confusa perplejidad:

“Porque ganar cien victorias en cien batallas, no es la cumbre de la destreza.

Someter al enemigo sin luchar, es la cumbre de la destreza”.

 

* Oficial de Estado Mayor del Ejército Argentino y del Ejército Uruguayo. Ha cursado las licenciaturas de Ciencias Políticas, de Administración, la licenciatura y el doctorado en Relaciones Internacionales. Se ha desempeñado como Observador Militar de la ONU en la Línea del Cese de Fuego del Canal de Suez. Comandó tropas de llanura, montaña, aerotransportadas y mecanizadas.

 

Citas

(1). Estratagema: acción hábil y engañosa para conseguir algo, especialmente la operación o maniobra militar de guerra que se realiza para atacar por sorpresa al enemigo, capturarlo, desarmarlo, etc., al menor costo.

(2). S. Huntington y L. Harrison. “La Cultura es lo que Importa”. Buenos Aires: Planeta, 2001.

(3). Confucionismo: hace hincapié en los rituales formales de todos los aspectos de la vida, desde casi las ceremonias religiosas de estricta cortesía y deferencia a uno de los ancianos, especialmente a los padres y al Estado en la forma del Emperador. Fue la religión oficial de China hasta 1912, cuando se proclamó la República. Desde entonces es un Estado ateo. El 67,5% de la población se declara creyente y en su mayoría revistan en un sincretismo, con fuerte tradición confuciana.

(4). Taoísmo: al principio no era una religión sino un sistema filosófico que surgía de las creencias más primitivas. Esta religión se inspiró en las primeras religiones que aparecieron en China, que practicaban el culto a la naturaleza y a los antepasados. No tiene unas normas o ceremonias definidas: tan solo hay que seguir el ‘tao’el “camino” y dejarse llevar por el ritmo de natural de las cosas.

(5). Budismo: el budismo es la religión más importante de China y la que cuenta con más seguidores. Sin embargo, no es originario de este país, sino de la India. El culto budista se introdujo en China a medida que se conquistaban nuevos territorios y a través de la Ruta de la Seda. Con el paso del tiempo, el interés por el budismo creció y se construyeron templos por todo el país. El budismo que se practica en China también ha tomado ideas y principios de otras creencias y existen distintas versiones de esta religión.

(6). Partido Comunista Chino: los partidos democráticos —ocho— son amigos íntimos del PCCh y partícipes del poder en unidad y cooperación con éste, en vez de ser partidos de oposición o fuera del gobierno.

(7) El Partido Comunista de China (PCCh) propuso y logró eliminar una cláusula de la Constitución que prohíbe a un presidente estar en el cargo más de diez años, un total de dos mandatos consecutivos. Disidentes y observadores de la política china consideran esta decisión un “paso hacia la tiranía, mientras el gobierno defiende la acción como una herramienta para mantener la estabilidad».

(8). E. Simón. “Gioja reveló que el Gobierno del PJ busca implementar el sistema comunista chino en Argentina”. El País Diario, 03/09/2021.

(9). Perversa: que corrompe las costumbres o el orden y estado habitual de las cosas.

(10). J. Aramberri. “El Imperio del Centro”. Revista de Libros, 01/04/2017. (J. Aramberri —desde 2009— es el decano de la Facultad de Lenguas y Estudios Culturales en la Universidad Hoa Sen en Saigón, Vietnam. Anteriormente fue profesor de Turismo en la Universidad Drexel en Filadelfia. Es profesor honorario de la Universidad Dongbei de Dalian y de la Universidad del Suroeste en Chengdu, ambas en China).

(11). M. Pei. “China’s Crony Capitalism. The Dynamics of Regime Decay”. Cambridge y Londres, Harvard University Press, 2016.

(12). J. Nye. Actualmente profesor en la ‘Kennedy School of Government’ de la Universidad de Harvard.

(13). Aznar Fernández Montesinos F. “Geopolítica naval del Indo Pacífico”. Instituto Español de Estudios Estratégicos (IEEE), 08/09/2021.

(14). Chang G. G. “El Xenófobo Plan Chino para Cerrarse al Mundo”. Gatestone Institute. N.Y., 04/09/2021.

 

Artículo publicado por el 08/09/2021 por el Instituto de Estudios Estratégicos de Buenos Aires, (IEEBA).

 

LAS GUERRAS ASIMÉTRICAS DE SÉPTIMA GENERACIÓN EN IBEROAMÉRICA Y LA ARGENTINA.

Heriberto Justo Auel*

Imagen de PIRO4D en Pixabay

“Las guerras son como el camaleón”.

Carl von Clausewitz (1780-1831)[1]

 

Llegó a Iberoamérica la categoría “asimétrica-híbrida”[2] en su especie de “séptima generación”[3].

La Guerra Mundial en acto —la “Contraterrorista Global”— se da por iniciada —por los estrategas teóricos— el 11S01 a través de un hecho de macro-terrorismo, que bien puede considerarse como el paradigma de la “guerra asimétrica-híbrida” en curso: el ataque a las “Torres Gemelas”.

El General prusiano von Clausewitz —el más importante teórico de la guerra de Occidente— al señalar en su clásica obra “De la guerra” que este fenómeno sociopolítico era “como el camaleón”, nos dio una clarísima pauta de su permanente mutación, al ritmo que impone la evolución de la civilización humana, rescatando a su vez tres constantes constitutivas como necesarias y permanentes:

  1. la racionalidad en la decisión política,
  2. la creatividad en la decisión estratégica y
  3. la violencia intrínseca de sus componentes.

Cuando en su dinámica evolución la guerra alcanzó —recientemente— la etapa de la presente “asimetría-híbrida”, pueden señalarse —además— algunos principios que la distinguen[4]:

  1. Máximo empleo de la tecnología disponible.
  2. Flexibilidad en el plano táctico.
  3. Alta consideración del elemento humano y
  4. Lograr el apoyo de la opinión pública.

A su vez, estos principios exigen:

  1. Reorganización de las Instituciones Armadas del Estado.
  2. Flexibilización de las organizaciones de Inteligencia, en todos sus niveles.
  3. Actualización de la doctrina de guerra, del adiestramiento y de las organizaciones tácticas de las FFAA.

Con lo expresado podemos concluir que las guerras de la etapa de la “civilización del conocimiento” ya no serán como las de antes. Hay una nueva forma de hacer la guerra y una nueva forma de producir.

Llegamos así al momento en el que debemos conceptualizar a la “guerra asimétrica”, abarcar con amplitud la situación belígera en nuestra Iberoamérica y en particular la que corresponde a nuestra Argentina en absoluta indefensión, desarmada espiritual y físicamente por ignorancia, torpeza y decisión de los elementos revolucionarios neocastristas infiltrados en el poder político, desde 1983[5].

A partir de fines del siglo XX interactúan, promoviendo la transformación de la guerra, las siguientes innovaciones[6]:

  1. las nuevas tecnologías de la comunicación,
  2. la satelización,
  3. la informatización de las tecnologías,
  4. la miniaturización,
  5. el incremento de la letalidad, furtividad y eficacia de los sistemas de armas,
  6. la emergencia de redes de conflictos,
  7. la relativa desaparición de las fronteras geográficas, de las cívico/militares y de la paz/guerra.

La “asimetría” de mayor significación se observa en la confrontación de los Estados con ONG privadas y complejas, compuestas por elementos de carácter religioso fundamentalista, mafias, revolucionarios ideológicos, intereses financieros, etc., que varían en su composición según las regiones, pero que interactúan globalmente.

Necesariamente —luego de la implosión de la URSS— surgieron nuevas estrategias que sirven al débil frente al fuerte, en un ámbito “irrestricto” [7]. En ellas el factor tiempo se revaloriza en detrimento del espacio estratégico, que se difumina. En el tiempo, el más débil busca su oportunidad.

Ya no veremos a la caballería de Murat persiguiendo como un rayo al enemigo vencido por Napoleón en el campo de batalla o a Guderian, creando la “ruptura” para lanzar la “blitzkrieg” sobre la profundidad con los “Panzer” y los “Stukas” o al Grl Schwarzkopf, paralizando las estructuras de comando y logística iraquíes con misiles de crucero, antes del lanzamiento de la fase terrestre de la campaña. Como se observa en los casos citados, el más lúcido y fuerte, aceleraba la victoria.

Ahora, en la “asimetría-híbrida”, el Estado fuerte tendrá que “Pensar la Política” capaz de “Pensar a la Guerra”, frente a las ONGs débiles que conducirán su “tiempo”.

El modelo para seguir —por el débil— es el de Mao —inspirado en Sun Tzu— cuyo hallazgo estratégico fue ralentizar las operaciones frente al Estado chino cuando inició la “Larga Marcha”. También lo hizo el Cnl Güemes en la “guerra gaucha” o el Cnl Julio A. Roca en los meses previos a la victoria singular de Santa Rosa[8], ambos desde un Estado débil. Estos conductores buscaron en el “tiempo” la variable que les permitió transformar su debilidad en fortaleza.

Raymond Aron[9] sintetizó estos conceptos diciendo: “Los guerrilleros ganan la guerra si no la pierden y quienes luchan contra ellos la pierden, si no la ganan”. Excelente reflexión para los argentinos de hoy, si se interesaran por su seguridad y su futuro.

Estas partes operan con “tiempos” diferentes. La asimetría del fuerte radica en su velocidad y la del débil en su capacidad para disminuir el “ritmo” de las operaciones. En una extrema síntesis: la “asimetría-híbrida” es la que niega la ventaja que tiene el oponente.

El débil “no tiene plazos”.

El proceso revolucionario castro-comunista en Iberoamérica lleva sesenta años continuados y en la Argentina cursa su Quinta Campaña[10]. La “asimetría” fue conducida hasta hoy con éxito por los estrategas de La Habana, que demostraron y demuestran una adaptación ágil ante la acelerada evolución geopolítica internacional y propia.

El 29 de julio de 2019 —en su “XXV Encuentro”— en Caracas, el Foro de San Pablo (FSP) lanzó la actual “contraofensiva revolucionaria” para recuperar los gobiernos perdidos en los últimos años en el subcontinente. En su ejecución —sobre la Cordillera Andina— se observan con claridad los principios de la categoría de “guerra asimétrica”, encuadrando a las flexibles operaciones de “séptima generación”.

En los dos años transcurridos, el FSP tuvo dos intentos fallidos de insurgencia y un gran éxito en Chile. En estos días conduce un empeñamiento de sedición dramático en Colombia. Mientras tanto, en Buenos Aires la oposición sigue hablando de populismo y de inflación, mientras el gobierno explota a la pandemia para quitarse el antifaz… y asegurar su permanencia en el poder, lograr el “partido único” y una nueva Constitución. Ella asegura así su absolución judicial, “pues la Historia ya la absolvió”. 

La “asimetría bélica”, consecuencia de la expansión del espectro de la guerra.

Los lanzamientos nucleares en Japón en 1945 expandieron el espectro del conflicto. En un extremo se localizó la hecatombe y en el otro, el terrorismo. En 1947 la “Doctrina Truman” inicia la “Guerra Fría” que aplicó el “Corolario Spykman” —es decir la “Contención” de la URSS— con el “Shatterbelt” sobre el “Rimland”, conformado por bases aéreas y navales.

En los años 1950/53 —sobre el extremo Este del Rimland— se dio la “Guerra de Corea” —el primer chispazo de la Guerra Fría— desarrollándose de modo convencional. Dos años después —sobre el centro del Rimland— ocurrió la “Guerra de Vietnam” o “Segunda Guerra de Indochina”, entre 1955 y 1975. Fue el segundo chispazo de la Guerra Fría y su larga duración —veinte años— nos dice que el actor más débil impuso su estrategia “sin plazos”.

El cursor bélico se desplazó hacia el extremo opuesto al de los arsenales QBN. Los vietnamitas Ho Chi Minh (1890-1969) y el Grl Giap (1911-2013) derrotaron a una superpotencia nuclear con menos recursos tecnológicos, menor equipamiento y menores efectivos regulares. El vencedor describió a esta victoria con la metáfora de la lucha del tigre y el elefante: “con una estrategia adecuada del tigre, el elefante puede morir desangrado”.

Ho adaptó la doctrina Mao que expresaba: “el insurgente es el pez que nada en el océano de la gente”, siguiendo las siguientes fases:

  • Fase política: obtención de apoyos locales —“entrismo”—.
  • Expansión de la fase 1: desgaste de la gobernabilidad —“insurgencia”—.
  • Ofensiva revolucionaria abierta, con las fuerzas suficientes para lograr la victoria. —“sedición—.

¿Se han cumplido algunas de estas fases en los últimos sesenta años de castro-comunismo en Iberoamérica? Entendemos que se han cumplido sobradamente las dos primeras, en especial los años transitados por la etapa 2) en la que se ha logrado controlar a un sector —¿un 25%?— de la población. La fase 3), está en sus preliminares.

La “revolución” no pretende el control del espacio geográfico, extemporáneamente. Su resiliente objetivo es el de “ganar las mentes y corazones” de una masa crítica de la población, además de cierto apoyo externo.

La retirada de Saigón de los EE.UU. produjo un punto de inflexión en Occidente. Los EE.UU. no se habían adaptado en oportunidad. Ello impulsó la teorización de las “guerras asimétricas”. El nuevo conflicto violento salía de los teatros de operaciones militares y se posaba sobre las ciudades.

La guerra se hacía irregular, apelaba a la voluntad de los actores y la peor derrota que se somatizaba era la psicológica. Desde el punto de vista estratégico la opinión pública, los medios que la manipulan y la mente de ambos contendientes se habían convertido en la arena de la batalla.

Las FFAA de la era pos-heroica —que operarían en ambiente “asimétrico”— debían transformarse en todas sus capacidades. Consecuentemente se inició en los ´90 la “Reforma de los Asuntos Militares (RAM)” y seguidamente la “Reforma Integral (RI)”, que quedó abierta.

Contemporáneamente, la Argentina —en su doble posguerra— y luego de la Guerra del Atlántico Sur (1982), estaba en óptimas condiciones para tomar el mismo rumbo, pues había acumulado una experiencia homóloga a la estadounidense. Pero aquí el enemigo comunista había avanzado sensiblemente en el “entrismo” correspondiente a la fase 2) y los efectos de la derrota convencional en el Atlántico Sur, hizo el resto.

Las reformas no se hicieron y, contrariamente, se inició un proceso de demolición de la Seguridad Nacional para llegar al nivel de desastre que ostentamos en 2021, que nos hace vislumbrar la apertura de la fase 3). Cuando en los ´80 los mandos medios de las FFAA reaccionaron para intentar salvar a sus Instituciones, cierta prensa lo observó como un “golpe de Estado” y la población rechazó el intento, mayoritariamente. La fase 2) ya estaba lanzada.

Aún hoy, cuando en la CABA hay que elegir quién encabece la lista de Diputados de “Cambiemos” en las elecciones de medio tiempo, se busca el perfil del “ni” —del progre— que no aleje al electorado “moderado” [11], entendiendo por tal al que relativiza o niega a la amenaza y al riesgo estratégico, presente desde hace sesenta años. La fase 2) ya ha madurado.

Ese electorado “moderado” y sus dirigentes “light”, se perciben derrotados antes de luchar. “Mejor rojos que muertos”. Son quienes desprecian al “mérito”, al “esfuerzo” y consideran al “héroe” como un psicópata que no elige su derecho a “ser feliz”. Conciben que los deberes les sean ajenos y, sabiendo que es un dato falso, afirman —por Ley— que hubo treinta mil “desaparecidos”. Estas “tibias palomas” ¿ante quienes se “moderan” y por qué adoptan una máxima “prudencia”? …

Para tomar el pulso actual del proceso de las “Guerras Asimétricas de Séptima Generación” en Iberoamérica y en la Argentina, transcribiremos a continuación tres párrafos de la larga “Resolución del Grupo de Trabajo” del FSP[12] del 1º de junio de 2021:

  • Resolución: Reitera su respaldo a los gobiernos revolucionarios, progresistas, populares y de izquierda de Cuba, Venezuela, Bolivia, Nicaragua, México y Argentina, por el verdadero compromiso con sus pueblos y los del mundo”.
  • Reconocimiento: Reconoce los esfuerzos del gobierno argentino encabezado por el presidente Alberto Fernández, en la búsqueda por revertir las consecuencias de la implantación de políticas neoliberales, que tanto daño causaron a su nación”.
  • Proposición: Desarrollar una campaña mediática en respaldo de la lucha que libra el movimiento social, popular y político de izquierda colombiano, contra la implantación de políticas neoliberales y por el cese de las masacres a líderes sociales y excombatientes”.
El pensamiento militar chino y el poder imperial emergente en Beijíng.

En los últimos ensayos publicados por el IEEBA se ha tratado acerca de la expansión geopolítica china sobre la “anilla externa” —dentro de la que se sitúa nuestra Iberoamérica[13] [14] [15]—. Por esa razón consideramos que es importante conocer —aunque fuere superficialmente— al pensamiento militar chino, toda vez que su presencia en la región es cada vez mayor. Ello origina una natural confrontación de poder con la superpotencia regional americana, que nos afecta de modo directo. Colisionan dos culturas y está en disputa la hegemonía mundial.

La “guerra mundial contraterrorista global” —que abarca a la actual “contraofensiva revolucionaria iberoamericana”— se incardina con el sordo conflicto por la hegemonía mundial entre EE.UU. y China, pugna que por ahora se mantiene en los andariveles económicos, financieros y comerciales, mientras Beijing consolida su alianza con la Rusia nuclear —“un matrimonio sin amor”— y continúa su carrera de armamentos, para nivelarla con la OTAN.

Decíamos en mayo de 2020 y en marzo y abril de 2021[16] [17] [18], describiendo la situación regional:

“Cuando citamos a las ‘amenazas o guerras híbridas/asimétricas’ estamos conceptualizando a una forma ambigua de choque entre actores estatales y no estatales, capaces de combinar acciones militares convencionales o no convencionales con otras, basadas en la desestabilización del enemigo mediante acciones complementarias, sin restricciones, con todos los instrumentos disponibles —diplomáticos, militares, económicos, sociales y de información— explotando las debilidades del opuesto, en todos sus aspectos.

Los chinos les llaman “guerras irrestrictas”: no hay límites. Normalmente su objetivo apunta a la dirección política contraria y a influenciar en la opinión pública propia, internacional y del enemigo. Sin duda su objetivo prioritario es la de influir sobre la voluntad social.

Las “guerras hibridas” son un natural derivado de las “guerras asimétricas”. Son un recurso del débil frente al fuerte. En 2006 las empleó el Hezbolá frente a Israel, en 2014 lo hizo el Dáesh, también Rusia en su intervención en Ucrania o China en la construcción de islas artificiales en el Mar de China Meridional, de modo que recientemente se popularizaron en el ámbito de la seguridad internacional.

Como las FFAA no tienen un rol principal en ellas, se crea una “zona gris”, que aumenta los niveles de confusión de nuestros dirigentes ideologizados o estratificados en el pasado.

Lanzada en Iberoamérica la contraofensiva terrorista-revolucionaria por el XXV Encuentro del FSP en 2019, la “amenaza asimétrica-hibrida” se ha encaminado en las modalidades de las “guerras de séptima generación”, como las ha bautizado en el año 2017 César Augusto Niño González —Máster en Seguridad y Defensa— en las que establece que: “el terrorismo sigue siendo la piedra angular del reordenamiento de la Seguridad Internacional y Nacional”.

Seis meses después del lanzamiento de la contraofensiva revolucionaria, en la que hubo fracasos y éxitos —Colombia, Ecuador, Perú, Chile— fuimos sorprendidos por la pandemia del coronavirus. La dirección estratégica revolucionaria, teniendo en cuenta las consecuencias de las cuarentenas, replanteó el plan original, flexibilizando objetivos y plazos. En nuestro país se aceleraron las acciones que conducen al total copamiento del Poder y China reactivó sus planes de inversión y contralor de las economías regionales que le permitan satisfacer sus necesidades de insumos”.

La milenaria cultura china, mientras busca su expansión por los “caminos de la seda” sobre Eurasia, se expande en África e Iberoamérica por vía económica-financiera y no deja de “asegurar” sus mercados e inversiones con tropas en África y “bases militares de control espacial y de comunicaciones” en Iberoamérica.

Su Política Exterior y de Defensa deben mantener un sutil equilibrio para retener el empleo de estrategias sectoriales “indirectas”  —todas, menos las de fuerza—. De ese modo, aún en “las zonas grises” no cruzará la “línea roja que se auto impone”. Su principal oponente occidental —EE.UU.— es a la vez su mejor socio comercial y financiero, ecuación que exige prudencia, firmeza y sapiencia.

Ello no le impide elaborar doctrinas de eventuales guerras frente a enemigos superiores, tal como la anunciada “guerra irrestricta”. Sus FFAA podrían nivelarse con las de EE.UU. recién dentro de dos o tres décadas. Hasta entonces, Beijing deberá mantenerse en la zona gris”, con acciones militares no bélicas”. Si las reglas jurídicas internacionales de la guerra entraran en conflicto con los intereses chinos, ellas serán dejadas de lado, sin mayor consideración.

Los “revolucionarios” argentinos —que practican el axioma que reza: “cuando peor, mejor”—, para demostrar el fracaso del capitalismo, tienden su mano hacia China para tomar su exitoso modelo “neocomunista”. Deberían tener en cuenta algunos reparos que XI antepone frente a la corrupción y a la ilegalidad y —además— a algunas consideraciones recientes de analistas internacionales, que pasamos a citar:

Investigadores de la Universidad Camilo José Cela de Madrid:

“El futuro del sistema internacional y de su liderazgo, vendrá dado por la forma en que se canalicen las tensiones presentes. Es decir, si el orden hegemónico admite una reforma que pueda acomodar el nuevo papel de China y de EE.UU. o si el enfrentamiento produce una ruptura. Esto abre la puerta a distintos caminos, entre los que se encuentra una hegemonía compartida, con una regionalización del orden mundial en la que ambas potencias se repartan zonas de influencia”.

Nuestro amigo Ricardo Auer expresó el 10 de junio pasado —en Infobae— estas conclusiones:

“El futuro nos ofrece tres escenarios:

1) Como China juega a la estrategia de alargar los tiempos necesarios para su consolidación, EE.UU. se vería obligado a definir pronto una estrategia de confrontación administrada, con alianzas globales que ralenticen la consolidación china.

2) Como las grietas profundas entre dos grandes suelen ser un negocio mutuo, para impedir la entrada de terceros, existe la posibilidad (baja, por ahora) que China y EE.UU. se pongan de acuerdo en administrar conjuntamente al mundo, repartiendo zonas de influencia, como ocurrió en la Guerra Fría con la URSS.

3) Que ambas potencias se degasten realmente entre sí y ofrezcan al mundo la oportunidad de un mayor equilibrio multipolar, beneficioso para todos los pueblos del mundo.”

Algunas consecuencias de la confrontación analizada por estos analistas son coincidentes. El pretendido salto —absolutorio— de Ella, a la órbita asiática, debería tener en cuenta lo señalado, pues dicho conflicto es prioritario para las decisiones que adopten las grandes potencias y para todos los alineamientos regionales derivados.

“Las guerras son como el camaleón” —decíamos en nuestro encabezamiento— y nuestra dirigencia política lo ignora, o simula hacerlo. Ya estamos encaminados hacia la tercera fase de la larga agresión revolucionaria que padecemos desde 1959, sin embargo no se la cita, no la ven. En Chile —octubre de 2019— y ahora en Colombia, la tercera fase —“sedición”— fue conducida por el FSP a través de centenares de cubanos, venezolanos y colombianos, específicamente adiestrados.

En la Argentina se da la paradoja irónica de que el tramo final de la segunda fase —insurgenciaestá conducida por el propio gobierno nacional movilizando diariamente a “sus” organizaciones sociales, con dineros públicos. Ella comanda la revolución local desde un mutismo atronador, establecida en el Instituto Patria y Tartufo, el mascarón contratado, simula gobernar destruyendo —a tiempo completo— lo que resta de la dignidad de los argentinos, desde una Casa Rosada vacía y desde un Estado fallido.

¿Se llegará en nuestra querida Patria a la tercera fase —sedición—?

El pueblo argentino sano —que es mayoría— tiene la palabra.

 

* Oficial de Estado Mayor del Ejército Argentino y del Ejército Uruguayo. Ha cursado las licenciaturas de Ciencias Políticas, de Administración, la licenciatura y el doctorado en Relaciones Internacionales. Se ha desempeñado como Observador Militar de la ONU en la Línea del Cese de Fuego del Canal de Suez.

Se ha desempeñado como Profesor Titular de Polemología, Estrategia Contemporánea y Geopolítica, en Institutos Militares Superiores y en Universidades Públicas y Privadas. Ha sido conferencista invitado en el país y en el exterior. Ha publicado numerosos artículos sobre su especialidad y cinco libros acerca de la evolución de la situación internacional en la posguerra fría. Actualmente se desempeña como: Presidente del “Instituto de Estudios Estratégicos de Buenos Aires” (IEEBA), Presidente de la “Academia Argentina de Asuntos Internacionales” (AAAI) y Director del “Instituto de Polemología y Estrategia Contemporánea” (IPEC), de la Universidad Católica de la Plata (UCALP). Es miembro activo de la Asociación Argentina de Derecho Internacional y miembro Honorario del Instituto de Teoría del Estado.

 

Artículo publicado originalmente por el Instituto de Estudios Estratégicos de Buenos Aires (IEEBA), https://ieeba.org

 

Referencias

[1] Carl von Clausewitz. “De la Guerra”. Princeton Univertsity Press, 1984.

[2] La guerra asimétrica es un conflicto violento en el que se constata una abismal diferencia cuantitativa y cualitativa entre los recursos políticos, militares y mediáticos de los contendientes comprometidos, que los obliga a utilizar tácticas atípicas. En la guerra asimétrica no existe un frente determinado, ni acciones militares convencionales. Por el contrario, se basa en combinaciones de acciones políticas y militares, implicación de la población civil y otras operaciones similares. El concepto fue acuñado por William Lind en 1986. La guerra híbrida es el producto natural de la adaptación de la guerra irregular (a grandes rasgos contraria a los usos y costumbres de la guerra) y asimétrica (encaminada a explotar las vulnerabilidades de las fuerzas regulares) al mundo actual.

[3] En las Guerras de Séptima Generación —como las ha conceptualizado el Dr. Niño González— es el terrorismo quien funge como señuelo que exige repensar al viejo modelo de la Seguridad Nacional. Por más que se bombardeen y realicen operaciones militares contra grupos terroristas, el fenómeno será cada vez más difuso para las operaciones de seguridad convencionales y la tendencia es que cuando menos sujetos terroristas cometan los actos, el impacto y la espectacularidad aumentan y más aún cuando los medios sean menos regulares y más sorpresivos.

[4] C. Pintado Rodríguez. “De la Guerra Asimétrica”. Instituto Español de Estudios Estratégicos (IEEE), 19/05/2014, Documentos de Opinión 55, https://www.uma.es/foroparalapazenelmediterraneo/wp-content/uploads/2014/05/DIEEEO55-2014_GuerraAsimetrica_C.Pintado.pdf.

[5] H. J. Auel. “La Guerra Mundial Contraterrorista Global, ¿Híbrida…con derivación QBN? Abril de 2015, Instituto de Estudios Estratégicos de Buenos Aires (IEEBA), https://ieeba.org.

[6] C. Pintado Rodríguez. Op. cit.

[7] Guerra Irrestricta: el término surge del libro “Guerra sin restricciones” de los coroneles chinos Qiao Liang y Wang Xiangsui, en febrero de 1999. Se trata de una obra teórica de profundo calado sobre las guerras asimétricas futuras, a gran escala. De manera muy resumida sus autores postulan la utilización de cualquier clase de lucha —sin tener en cuenta ninguna objeción ética— ante una potencia abrumadoramente superior en fuerza, tecnología o influencia diplomática.

[8] H. J. Auel. “Homenaje al Sr. Tte Grl. D. Julio Argentino Roca al cumplirse cien años de su fallecimiento”. Instituto de Estudios Estratégicos de Buenos Aires (IEEBA), 18/10/2014, https://ieeba.org.

[9] R. Aron. “Pensar la Guerra”. Buenos Aires, 1987. Centro Naval, Instituto de Publicaciones Navales, Colección Estrategia, 361 págs.

[10] H. J. Auel. “La Amenaza Híbrida en la Quinta Campaña”. Instituto de Estudios Estratégicos de Buenos Aires (IEEBA), julio de 2010, www.ieeba.org

[11] J. Mugica Díaz. “Los motivos por los que Horacio Rodríguez Larreta no quiere que Patricia Bullrich sea candidata en la CABA”. 09 Jun 21. Infobae Digital.

[12] Foro de San Pablo: Elemento Director Político-Estratégico del castro-comunismo creado en Jul 90 por Fidel Castro y Lula da Silva.

[13] H. J. Auel. “El encuadramiento geopolítico internacional de la actual situación estratégica argentina”. Instituto de Estudios Estratégicos de Buenos Aires (IEEBA), marzo de 2021, https://ieeba.org.

[14] H. J. Auel. “Las Guerras Híbridas en el Ámbito de una Nueva Guerra Mundial”. Instituto de Estudios Estratégicos de Buenos Aires (IEEBA), abril de 2021, https://ieeba.org.

[15] H. J. Auel. “La Geopolítica del Virus Chino”. Instituto de Estudios Estratégicos de Buenos Aires (IEEBA), marzo de 2020, https://ieeba.org.

[16] H. J. Auel. “El encuadramiento geopolítico internacional de la actual situación estratégica argentina”. Instituto de Estudios Estratégicos de Buenos Aires (IEEBA), marzo de 2021, https://ieeba.org.

[17] H. J. Auel. “Las Guerras Híbridas en el Ámbito de una Nueva Guerra Mundial”. Instituto de Estudios Estratégicos de Buenos Aires (IEEBA), abril de 2021, https://ieeba.org.

[18] H. J. Auel. “La Geopolítica del Virus Chino”. Instituto de Estudios Estratégicos de Buenos Aires (IEEBA), mayo de 2020, https://ieeba.org.