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ECHAR AL RÉGIMEN

Iris Speroni*

Argentina hoy tiene todas las condiciones para brindarle prosperidad a su pueblo. La situación internacional es inmejorable.

ENDURO

Nos gobierna gente que nos desprecia, nos odia y nos teme.

 

El jueves pasado @P4blitoR organizó una charla con @BasicaRoca y conmigo sobre un proyecto futuro posible para nuestro país.

Aquí: https://twitter.com/P4blitoR/status/1578136963546243073 

Mi tesis es que vivimos un momento excepcionalmente favorable para nosotros. Disfrutamos (es un decir) un ciclo largo de buenos precios de las cosas que nosotros producimos o podemos hacerlo.

Esta situación, bien administrada, puede ser la clave para medio siglo de prosperidad para nosotros, para nuestra posteridad y para todos los hombres de buena voluntad que quieran habitar el suelo argentino.

Actualmente soportamos un régimen que gobierna desde hace décadas. Está instalado, tiene resuelta la sucesión, domina todos los estamentos de gobierno, maneja grandes cantidades de recursos, miles de burócratas le responden, al igual que la prensa y los académicos. Es un país intervenido donde los gobernantes atacan en forma permanente a su pueblo.

Las exportaciones crecen año a año, lo que garantiza la financiación y continuidad del régimen.

Desde afuera uno diría que el régimen tiene la vaca atada:

  • No existe una oposición que desafíe desplazarlos del poder. No en serio.
  • No existen organizaciones populares que le dificulten el manejo del país.
  • Tienen cooptadas la totalidad de las organizaciones intermedias: CGT, sindicatos, cámaras empresariales, organizaciones de beneficiarios de planes sociales. Partidos minoritarios como el trotskismo. Hasta clubes de fútbol.
  • En los últimos cuarenta años han colocado a tropa propia en todos los estamentos burocráticos del Estado.
  • Desde las universidades públicas y privadas se sostiene un discurso único, que responde al régimen.
  • Los políticos, tanto del ejecutivo, como de los entes colegiados en sus tres niveles, sostienen una postura monolítica en todos los temas, lo que hace indistinguible la pertenencia política.
  • La prensa actúa como corifeo del discurso único que queda así en una voz coral integrada por políticos, académicos y prensa. Son monotemáticos en serie. Se ve que no pueden tratar dos temas a la vez. Si la orden es aborto, entonces todos «aborto, aborto, aborto». En las universidades, en la televisión, en las comisiones del Congreso. El tema actual es «humedales», entonces «the current thing» o en castellano «lo que se habla ahora» es «humedales». Hay que reconocerles el nivel de coordinación.
  • El régimen actual está bendecido desde el exterior, por lo que tampoco sufre uno de los problemas recurrentes de la Argentina del siglo XX: los golpes de Estado fogoneados desde EEUU.
  • Están cómodos con la inflación y la restricción cambiaria ya que les permite suculentos negocios a los amigos del gobierno.
  • A pesar de la enorme carga que semejante parasitaje significa para el pueblo argentino, las exportaciones crecen año a año, lo que garantiza la financiación y continuidad del régimen.
Ruidos en el Paraíso

La vida les sonríe a quienes usufructúan este estado de cosas.

Aun así, hay algunas nubes que pueden llevar a pensar que no todo está bien para quienes mandan.

El pueblo está triste. Mal vestido. Soporta la crueldad de viajar horas y horas todos los días para cumplir con un empleo que le reporta una paga de US$ 250 mensuales (*). No llega a cubrir todos los gastos mensuales.

El pueblo soporta que la clase política no arbitre los medios para que los hijos (los del pueblo, no los de la Nomenklatura) sean educados; que los ciudadanos no sean atendidos en tiempo y forma en los hospitales; que no se administre justicia; que no se persigan a los rateros y a los ladrones a mano armada (**).

El pueblo argentino está triste.

Parte por los sueldos miserables, parte por la indignidad que significa la inflación que los gobernantes no tienen ninguna intención de doblegar —por el contrario—, parte porque los jubilados ven cuán poco es reconocido su trabajo de décadas mientras se reparte a manos llenas dinero a otros sectores de la población. Eso también es una ganancia para el régimen: lograr que pobres odien a otros pobres.

Parte porque no se ve futuro. El oficialismo puede dar lo que se ve. La pseudo-oposición controlada, el otro lado de la moneda mostró de 2015 a 2019 qué sabe hacer: continuar todos los negocios pre-existentes como el «carry trade» o «bicicleta», la renegociación permanente de la deuda, los subsidios a empresas, los planes sociales y la obra pública con amigos. Todo siguió como estaba.

Sólo la organización vence al tiempo

El Plan B que debemos proponer al pueblo, para que éste elija si prefiere quedarse a remar en el dulce de leche o atreverse a cambiar, tiene que mostrar a la ciudadanía un futuro próspero, un destino fuerte, un sueño posible y deseable a la vez, una Argentina bien parada ante el mundo y segura de sí misma.

Argentina hoy tiene todas las condiciones para brindarle prosperidad a su pueblo. La situación internacional es inmejorable.

Argentina posee todas las herramientas para que todos los habitantes sean dueños de su vivienda. Para que las policías controlen el espacio público y los delincuentes comunes estén detrás de las rejas. Para que haya pleno empleo. Para que haya buenos salarios. Para que exportemos cinco veces los volúmenes actuales y la bonanza nos golpee en la cara. Para que no haya inflación. Para que las ciudades tengan tamaños vivibles y no haga falta viajar una hora y media de ida y otro tanto de vuelta para ganarse un salario. Para que los hijos aprendan a leer y escribir en la escuela y los docentes tengan que dar un boletín a los padres cada dos meses. Para que tengamos FFCC, flota, puertos. Para que haya buenas jubilaciones. Para que eliminemos la inflación. Para que los misioneros reciban el precio pleno del té que exportan. Para que los programadores de sistemas exporten su trabajo y el Estado no les robe ni un dólar. Para que se instale riego en todo el país y tripliquemos la superficie de la producción agropecuaria. Para que cada municipio tenga su propio molino y su propio frigorífico. Para que el estado cuide la paz y el orden (mandato constitucional «consolidar la paz interior») (***).

Programa que creo hay que ofrecer al Pueblo:

  • Orden.
  • Paz interior.
  • Pleno empleo.
  • Buenos sueldos para la población activa.
  • Mejoras en las jubilaciones.
  • Bajar impuestos.
  • Quintuplicar las exportaciones.
  • Dejar en paz a quienes exportan servicios.
  • Un plan para ocupar el territorio y descomprimir las ciudades.
  • Un programa integral de riego en las zonas áridas y semiáridas del país.
  • Mejorar el transporte de personas y mercaderías.
    • Reconstruir FFCC.
    • Tener flota propia.
    • Hacer nuevos puertos y canales.
    • Mejorar el sistema vial.
  • Resetear de cero la educación. Mérito, orden, contenidos, valuaciones, exámenes de ingreso, disciplina.
  • Brindar buen servicio de salud en los hospitales públicos.
  • Cada familia con su vivienda comprada con sus ingresos.
  • Familias propietarias: vivienda, taller, máquina, chata.
  • Retomar la senda de la reindustrialización del país. Dentro de ello, la recuperación de Fabricaciones Militares.
  • Reactivar los planes estratégicos de crecimiento e independencia de conocimiento.
  • Inversión en infraestructura pesada.
  • Fibra óptica y conexión satelital en todo el país.
  • Volver a tener FFAA bien pertrechadas, bien remuneradas y dentro del Plan Estratégico de nuestra Nación.

Si logramos convencer que además de ideas claras, tenemos la habilidad para lograrlo, echamos a estos tipos.

Finalmente.

* Licenciada de Economía (UBA), Master en Finanzas (UCEMA), Posgrado Agronegocios, Agronomía (UBA).

 

Notas

(*) Pensar que hace un año me escandalicé que el sueldo fuera US$ 300.

300 dólares.

http://restaurarg.blogspot.com/2020/11/300-dolares.html

Carne y el valor del salario episodio 258.701 bis 

http://restaurarg.blogspot.com/2021/05/carne-y-el-valor-del-salario-episodio.html

(**) El estado actual de la delincuencia es un objetivo de la clase política. Ya no hay margen para pensar que es el resultado de la anomia, la impericia y la falta de interés. No. Buscan que los criminales comunes asusten a los ciudadanos y los tengan escondidos detrás de rejas como conejos asustados, amén del asesinato azaroso diario. 

Décadas de gobernanza civil sobre las policías más la política activa de no reprimir el delito ha llevado al “piedra libre” para la delincuencia, objetivo buscado por el régimen.

(***) Esto es: que organizaciones financiadas con dinero público no vandalicen iglesias, que los chorros no nos dejen sin picaportes de bronce, que no reduzcan celulares robados delante de las narices de todos, que el Estado no proteja a los narcos y les entregue FALs, que los funcionarios públicos no sean elegidos por el CELS, o Amnistía Internacional o Fundación Huésped.

 

Lecturas relacionadas

Enduro

http://restaurarg.blogspot.com/2021/01/enduro.html

300 dólares

http://restaurarg.blogspot.com/2020/11/300-dolares.html

Carne y el valor del salario episodio 258.701 bis

http://restaurarg.blogspot.com/2021/05/carne-y-el-valor-del-salario-episodio.html

 

Artículo publicado el 08/10/2022 en Restaurar.org, http://restaurarg.blogspot.com/2022/10/echar-al-regimen.html  

LA PROXIMA JUGADA

Iris Speroni*

Si alguno dice una palabra discordante, lo cancelan o tratan de hacerlo.

Dedicado a los jóvenes @reaxionario y @sashapak_ 

Esta semana la Cámara Alta dio media sanción a la modificación de la Corte Suprema de Justicia. Uno puede estar tentado a pensar que el objetivo es librar de sanciones a las actuales autoridades por juicios en curso. Error. Es preparatorio para acciones futuras.

Al ver a nuestros representantes cuesta pensar que haya mentes geniales que jueguen al ajedrez tridimensional. No importa quién es el que piensa. Alguien piensa, planifica, prepara, ejecuta, selecciona personal (assets) y supervisa. También sabe corregir el curso de acción cuando se presenta algún contratiempo.

Como ejemplo examinemos el proceso de destrucción de la educación. Alfonsín eliminó los exámenes de ingreso a los secundarios, los boletines bimestrales y las notas de 1 a 10. Vinieron los “congresos federales de educación”, comandados por radicales, (con peronistas de comparsa). Mucho dinero del BID y el BM en becas a pedagogos, tanto con Alfonsín como con Menem. Cerraron los comerciales, normales (formaban maestros) e industriales (varios de los cuales luego fueron reabiertos). Más tarde delegaron la educación a las provincias y fortalecieron a los sindicatos. Los sindicatos docentes son una segura fuerza centrífuga, generadora de anomia y anarquía. Maestros de la entropía. Cumplen ese rol acá y, ¡oh!, en EEUU también. Si uno delega la selección de personal, la postulación para los ascensos y la disciplina interna a los sindicatos, pues obtiene esto que hay hoy, que no es otra cosa que lo que se buscaba. Prosiguieron: eliminar el sistema de sanciones disciplinarias y finalmente llevarse materias y repetir. La frutilla del postre fue una ley de la Legislatura de la Provincia de Buenos Aires por la cual el abanderado dejó de ser el alumno con mejores notas. Destruyeron una tradición de más de cien años. Nada de todo este derrotero, desde 1983 a hoy, contó ni cuenta con apoyo popular. Una más de las cosas que nuestros gobernantes hacen a espaldas —y a disgusto— del Pueblo, su mandante. Pensar que los protagonistas son las mentes geniales de estos cambios es darles un protagonismo que no merecen. ¿Graciela Giannettasio la mastermind de la demolición de la educación argentina? Difícil de creer.

Otro ejemplo: FFCC. En la década del ‘50 un militar retirado de EEUU diseñó para el Banco Mundial un plan para desmantelar los FFCC en Argentina. La primera parte la ejecutó Frondizi —con la zanahoria de instalar industria automotriz en el país—. Se sobrevivió como pudo hasta que Martínez de Hoz cerró talleres y ramales. El tiro del final lo disparó Menem dentro del marco del plan Brady. Con las triquiñuelas de siempre. Le dieron soga a los sindicalistas, que empezaron a hacer huelgas cada dos por tres, pedir sueldos altos y otros privilegios. Los gobernantes, vivos, los dejaron. Cuando el caldo estaba listo, sostuvieron que el sistema era impagable y desguazaron todo. En el siglo XXI, el kirchnerismo lo vio como una oportunidad para ejercer el arte del peculado. Concedieron las líneas a los amigos de siempre (Roggio, Macri, Cirigliano) y en consuno con Pedraza, entre concesionarios, sindicalistas y gobernantes se robaron todos los subsidios destinados a rehabilitar los FFCC. Si algún kirchnerista se ofende, juicios con sentencia determinaron el fraude. A los pocos sindicalistas que se opusieron, como el Pollo Sobrero, quien llenó el organismo de contralor de denuncias, les inventaron causas penales. Verdadero caso de law fare, si los hubo.

Algo similar puede ocurrir ahora con la industria del neumático. ¿Están seguros que no es todo una gigantesca cama para empezar a importar neumáticos “porque acá no se puede”? Para pensar.

Mirar a futuro – imaginar la próxima jugada

Di dos ejemplos (FFCC y educación), pero podríamos analizar bajo esta óptica cada una de las áreas de gobierno: justicia, salud, propiedad inmueble, bienes del estado, FFAA, fronteras, flota mercante, puertos.

El Pueblo está triste. Si por alguna razón uno sabe que éste no es un gobierno peronista es por la tristeza reinante.

Nuevo escalón en la Agenda 2030

En este momento la cámara de diputados está abocada a sacar adelante la ley de humedales.

Conocemos bien el procedimiento porque vimos su accionar con los casos del aborto y las inyecciones experimentales contra el virus corona. Los medios de comunicación (desde C5N —oficialista— hasta TN —pseudo opositor—) con discurso uniforme 7×24 con el tema del día (“current thing”). Aborto, asesinatos de mujeres por sus concubinos, incendios en las orillas del Paraná, cuarentena y supuestos muertos por supuesto virus corona. Todos dicen lo mismo. Luego ponen figurettis a hablar del tema más movilizaciones de figurantes rentados. Si alguno dice una palabra discordante, lo cancelan o tratan de hacerlo.

Los propulsores ejecutores son un conjunto de personas integrado por comunicadores (periodistas, locutores, influencers), políticos (personas que ocupan cargos públicos o los ocuparon en algún momento o pretenden hacerlo), personajes que integran o son financiados por fundaciones o asociaciones civiles —mal llamadas ONGs—. Se mueven como un cardumen. Se abalanzan sobre un tema. Saturan. Luego sostienen, sin ponerse colorados, que sacaron la Ley X (Micaela, Justina, Aborto, Humedales, ESI, otra) por pedido de la opinión pública.

¿Por qué los políticos aceptan y votan a favor? Los estímulos son distintos según el caso.

    • Algunos fueron puestos ahí para eso y sus carreras políticas fueron financiadas por fundaciones —algunas meras sucursales con casa matriz en el exterior—.
    • Otros son financiados por grupos económicos los cuales están en alianza estratégica con esta agenda; e intercambian votos. Ejemplo: la UCR capital está mayormente interesada en el negocio de la banca (carry trade, dinero electrónico, otros). A cambio de su negocio intercambia votos por otros temas, como la Agenda 2030 o las compras estatales a la industria farmacéutica.
    • Otros, porque una vez que llegaron al puesto, son deslumbrados. Viajes (como la comitiva de “medio ambiente” a Glasgow con Camaño, Gladys González o Grosso).
    • Otros con sobornos encubiertos (hijos/cónyuges son contratados por organismos internacionales o fundaciones). Otros por sobornos directos.
    • Existe otra categoría: los haraganes. La agenda internacional está armada. Prolijos folletos. Camino de ruta elaborada por grandes asesorías internacionales (Arthur Andersen, Deloitte, McKinsey, otras). Van con la ola, se mantienen en sus puestos, no confrontan con la cultura dominante, pasan desapercibidos y con suerte, renuevan la banca.
    • Por último, los que ven su asociación con la agenda impuesta desde los organismos internacionales como un atajo para sus pretensiones arribistas. Es su fast-track. Los ministerios están llenos de jóvenes trepadores que ven su adhesión pública a la Agenda 2030 como su carta ganadora para entrar en planta permanente o llegar a ser diputados.

Dentro de este club, en cualquiera de sus subcategorías, están los kirchneristas, el PRO, los radicales, la Coalición Cívica, varios (como Weretilneck).

No compran la agenda vendepatria algunas figuras quijotescas del peronismo y radicalismo, por lo general asociados a las burguesías locales, los cuales desconfían, con justa razón, de estos neorivadavianos deslumbrados por los espejitos de Davos.

Por eso, cuando desde la capital escuchen: “Don X es un caudillo local malísimo” y a continuación listen una ristra de agravios, desconfíen. Tal vez sólo se estén quejando de la resistencia local a los negocios que los Rivadavias actuales quieren imponer (sin que esto quiera decir que no sean ciertas las acusaciones; sólo digo que todo es relativo y que uno debe elegir entre males). Por eso radicales y peronistas del interior se opusieron al aborto. Todos, los que votaron de una forma u otra, saben que el pueblo no quiere esa agenda.

Prefiero un caudillo provincial que se opone a la Agenda 2030, que un iluminado de Palermo Sensible. 

Nosotros, el Pueblo

Mientras, los males del pueblo pasan por otro lado. Delincuencia común descontrolada, donde uno se juega la vida al esperar el colectivo, al entrar a su casa en Lanús, o frente al mostrador de su negocio en Castelar; donde un púber es baleado al ir de su hogar a la escuela.

Los verdaderos problemas son el sueldo inferior a los 300 dólares mensuales, la desocupación, el trabajo en negro, que los chicos no aprenden nada en la escuela, que no se ve un futuro al país.

Vivimos un momento internacional superlativamente favorable para la Argentina. Los gobernantes prefieren ocultar esta realidad al pueblo y llorar problemas externos para justificar su inoperancia.

Hace 20 años que gobiernan más o menos los mismos. El que es presidente hoy fue jefe de gabinete antes. La vicepresidente actual supo ser presidente por ocho años y senadora en varias oportunidades. Macri fue intendente, diputado y presidente. El BCRA tiene al comando discípulos de Machinea, sin que importe un ápice quien sea presidente de la Nación (CF-MM-AF).

El mismo grupo gobernante nos condujo y sostiene en la pobreza.

El siglo XXI fue extraordinario para la Argentina. La paradoja es que estamos cada vez más pobres y el país no crece desde el 2011. Quienes gobiernan, en lugar de tirar la toalla y dejar a otros (nuevos) que saquen al país del —innecesario— pozo, ya se prueban los guantes para el próximo round.

Nuestros problemas ni rozan a los gobernantes (ejecutivo, legislativo). Se ocupan de la Corte Suprema o de la Ley de Humedales. Mientras, nosotros, no tenemos a nadie que nos represente.

La ley de humedales es una herramienta para controlar el uso de la tierra y, básicamente, busca la disminución de los rendimientos económicos con el objeto de forzar a vender. El mismo movimiento se da en todo Occidente con diferentes herramientas. En EEUU el gobierno federal puso topes de producción a los granjeros a cambio de subsidios, desde Clinton hasta hoy. Como consecuencia grandes corporaciones y fondos de pensión están en un proceso de compra de grandes extensiones. En la UE los eurodiputados votaron una nueva ley más restrictiva aún la semana pasada. La idea es bajar la producción, llevar a los granjeros a la pérdida y obligarlos a vender. En Francia pasó de manos el 20% de la tierra arable en los últimos 20 años. Francia cuenta con la más alta tasa de suicidios en las zonas rurales entre ex granjeros quebrados.

Con el kirchnerismo y los mejores precios internacionales de granos y carnes en 100 años, desaparecieron 100.000 productores agropecuarios. Siempre eliminan a los más chicos.

La ley de humedales es dañina. Es la herramienta que los poderosos van a usar para quitarles los campos a toda la pequeña burguesía rural que queda. Luego la tierra argentina estará toda en manos de fondos de inversiones o de los políticos argentinos (suponiendo que sean cosas diferentes).

Se necesita una respuesta contundente. Pelear en las calles y en la prensa. Poner plata. Tener un discurso claro y distinto. Todo lo que carecen.

¿Qué hacer?

Los ciudadanos formalmente tenemos representantes en diputados y senadores provinciales y nacionales. Como vemos, salvo honrosas excepciones, son todos obedientes a la agenda que bajan desde el exterior.

Pero nosotros tenemos otros representantes también: sindicalistas, cámaras empresariales, asociaciones de fomento, colegios profesionales, agrupaciones varias. Quienes integran sus comisiones directivas forman parte del pueblo y son socios en nuestro futuro. Todos ellos deben empezar a jugar al ajedrez. A pensar las próximas cinco jugadas para defender los intereses de sus representados. No cometer el error de los sindicalistas ferroviarios que creyeron que defendían a sus afiliados y —por no ver el largo plazo— le hicieron el juego al Banco Mundial y a los que querían dejarnos sin FFCC.

En estos días se llevó a cabo el congreso CREA 2022, de referentes rurales. Hablaban de cultivos sustentables, huella de carbono, calentamiento global, etc. Agenda 2030. Caballo de Troya.

El pueblo tiene todo claro. No compra nada de todo esto. Cree en Dios, en la Virgen, en las Malvinas, en sus familias, en el asado con amigos, en sus equipos de fútbol, en sus clubes sociales y deportivos. Sabe qué es importante y qué es zaraza. No come vidrio: sabe que está solo.

Los grandes líderes de la Argentina, que la llevaron a la prosperidad, sabían prever el futuro. Como simple ejemplo: Roca y Perón. No fueron los únicos. Siempre rodeados de un grupo de lugartenientes a la altura de las circunstancias.

Quien sepa descifrar este entuerto, será nuestro próximo líder. Ojalá sea pronto.

Éste es un momento dorado para nuestro país. La felicidad y la prosperidad están al alcance de la mano.

 

* Licenciada de Economía (UBA), Master en Finanzas (UCEMA), Posgrado Agronegocios, Agronomía (UBA).

Artículo publicado originalmente el 24/09/2022 en Restaurar.org, http://restaurarg.blogspot.com/2022/09/la-proxima-jugada.html

AL OTRO DÍA

Marcelo Javier de los Reyes*

Cleto Mariano Grandoli y Domingo Fidel Sarmiento.

En memoria de los jóvenes que ofrendaron su vida en Curupaytí y en la Guerra del Paraguay.

En aborrecimiento a la dirigencia actual.

 

Escribo estas líneas al otro día de que se conmemorara un nuevo aniversario de la muerte del Subteniente 1º de Bandera Cleto Mariano Grandoli y de Domingo Fidel Sarmiento, quienes fallecieron en la batalla de Curupaytí el 22 de septiembre de 1866, en el marco de la guerra de la Triple Alianza (1864-1870) que enfrentó a Argentina, Brasil y Uruguay con Paraguay. Esa tentativa de las tropas aliadas de tomar el fuerte de Curupaytí, junto al río Paraguay, es considerada como la peor derrota militar en la historia del Ejército Argentino. Se estima que las fuerzas aliadas sufrieron una cifra cercana a las 10.000 bajas entre muertos y heridos.

Cleto Mariano Grandoli había nacido en Rosario el 26 de abril de 1849 y falleció en el campo de batalla portando la Bandera Argentina, por lo que pasó a ser recordado como el Abanderado Grandoli. El joven tenía solo 16 años cuando se inició el conflicto y se ofreció como voluntario en el ejército en julio de 1865, ingresando a la milicia como Subteniente abanderado del Batallón N°1 de Santa Fe.

Tras su participación en la batalla de Yatay y en la toma de Uruguayana, fue ascendido a Subteniente 1º de Bandera de su batallón en octubre de ese año. Una de sus páginas de gloria fue escrita en la batalla de Tuyutí, el 24 de mayo de 1866, en el que las banderas sostenidas por los jóvenes Grandoli y Justo Sócrates Anaya fueron acribilladas mientras flameaban en medio del fragor del combate. Anaya continuó con su carrera militar al término de la guerra.

Grandoli participó de las batallas de Yataytí-Corá, de Boquerón y Sauce pero encontró la muerte el 22 de septiembre en la batalla de Curupaytí. Al observar la superioridad de las fuerzas de defensa paraguayas le escribió una carta a su madre, en la que se destacan estas líneas:

«El argentino de honor debe dejar de existir antes de ver humillada la bandera de la Patria. Yo no dudo que la vida militar es penosa, pero, ¿qué importa si uno padece defendiendo los derechos y la honra de su país? Mañana seremos diezmados, pero yo he de saber morir defendiendo la bandera que me dieron».

Hombre de palabra, cumplió con lo que escribió y la bandera que portaba fue atravesada por 14 balazos y cayó manchada con su sangre en Curupaytí. Hoy esa bandera se haya expuesta en el Museo Histórico Provincial «Dr. Julio Marc» de la ciudad de Rosario. Su cuerpo quedó en el campo de batalla, como los de tantos argentinos.

En Curupaytí también falleció Domingo Fidel Sarmiento, hijo de la argentina Benita Martínez Pastoriza y del comerciante chileno Domingo Castro y Calvo. A la muerte de su esposo, Benita contrajo matrimonio con Domingo Faustino Sarmiento, quien lo adoptó formalmente en 1848. Domingo Fidel, «Dominguito», nació en Santiago de Chile el 17 de abril de 1845, ciudad en la que cursó sus estudios primarios y parte de los secundarios, los que terminó en la ciudad de Buenos Aires. En esta ciudad pudo conocer a la dirigencia política e intelectual de su época.

Cuando estalló la Guerra de la Triple Alianza, Dominguito se alistó en el Ejército Argentino, a pesar de la oposición de su madre, y participó de ese conflicto con el grado de capitán.

Al igual que Grandoli y que tantos otros jóvenes, Dominguito murió combatiendo en la batalla de Curupaytí, a los 21 años de edad. También dejó una carta a su madre, escrita ese mismo día antes de la batalla.

La Argentina de Grandoli, Anaya y Dominguito era una Patria que enfrentaba una guerra que, como toda guerra, no debería de ocurrir. Una guerra entre países hermanos que aún enfrentan el desafío de encontrar un camino común de desarrollo, de crecimiento, trabajando para lograr un mutuo beneficio y poner esta región del mundo en un lugar destacado en el escenario global. Una ardua tarea para la que parece que aún no estamos preparados.

Esa era una Patria que tras décadas de conflictos civiles había encontrado una unión y un orden que ayudó a consolidar sus incipientes instituciones que le permitieron, en pocos años, convertirse en una gran Nación, que se situó por encima de varios países de la Europa de esa época y que se encaminaba a ser una potencia gracias a una dirigencia política e intelectual, conformada por hombres con defectos y virtudes como todos, pero que tenían un horizonte claro, un destino promisorio para la República Argentina.

Era una Nación a la que muchos jóvenes le ofrendaron su vida.

Escribo estas líneas ciento cincuenta y seis años después de la muerte de esos jóvenes que pasaron a la historia con honor, en una Patria que se diluye ante nuestros ojos por obra de una «oligarquía política» conformada por pusilánimes y corruptos —salvo honrosas excepciones— que se benefician de una  sistema partidocrático berreta moldeado por ellos mismos para sacar provecho del mismo, empobreciendo a la Patria y a sus ciudadanos en un país que cuenta con incontables recursos.

Por obra de esta dirigencia, hoy la Argentina no tiene jóvenes que se inmolen por ella sino jóvenes que huyen en busca de un país que le ofrezca lo que su propio país es incapaz de ofrecerle. Estos jóvenes sienten, con razón, que aquí no tienen futuro.

Escribo estas líneas al otro día en que en el Congreso de la Nación —que nada tiene de honorable— se debatió la Ley de Humedales, siguiendo las políticas impuestas desde el exterior, impulsadas por ONGs financiadas también desde el exterior, y que solo apunta a continuar arruinando los sectores productivos de la Nación y con ello a generar mayor pobreza.

En lugar de favorecer la producción, la Secretaría de Comercio pone toda su energía en analizar el «mercado de figuritas» y un diputado de la Nación propone a una ciudad de Buenos Aires como «capital del jamón crudo argentino».

Los jóvenes tienen razón: aquí no tienen futuro.

Los adultos no supimos mantener la Argentina a la que muchos ciudadanos le dedicaron su vida, trazando unos Objetivos Nacionales que venimos borrando desde hace décadas, incapaces de enfrentar los «relatos» y la traición de los miembros de esa «oligarquía política».

Tenemos una gran deuda con nuestros jóvenes, estamos a las puertas de la desintegración nacional, pero aún estamos a tiempo de revertir ese rumbo si nos ponemos a trabajar ya. Como dice nuestro Himno Nacional,

«Coronados de gloria

Vivamos

Oh, juremos con gloria morir».

 

Buenos Aires, 23 de septiembre de 2022.

 

* Licenciado en Historia (UBA). Doctor en Relaciones Internacionales (AIU, Estados Unidos). Director ejecutivo de la Sociedad Argentina de Estudios Estratégicos y Globales (SAEEG). Profesor de Inteligencia de la Maestría en Inteligencia Estratégica Nacional de la Universidad Nacional de La Plata.

Autor del libro “Inteligencia y Relaciones Internacionales. Un vínculo antiguo y su revalorización actual para la toma de decisiones”, Buenos Aires: Editorial Almaluz, 2019.

Embajador Académico de la Fundación Internacionalista de Bolivia (FIB).

Investigador Senior del IGADI, Instituto Galego de Análise e Documentación Internacional, Pontevedra, España.

 

 

Bibliografía

Corbat, Ariel. El heroísmo y la gloria (Trilogía de Convivviones). Florida, Provincia de Buenos Aires: La Pluma de Derecha, 2017.

De Marco, Miguel Ángel. «Banderas rosarinas en la Guerra del Paraguay». Histamar (conferencia pronunciada el 16 de junio de 1960), https://www.histarmar.com.ar/InfHistorica-3/BanderasRosarinas-Paraguay.htm.

Marturet, Carlos María. “A 155 años de la muerte en combate del subteniente 1ro de Bandera Cleto Mariano Grandoli”. Argentina.gob.ar, 22/09/2021, https://www.argentina.gob.ar/noticias/155-anos-de-la-muerte-en-combate-del-subteniente-1ro-de-bandera-cleto-mariano-grandoli.

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