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LAS GRANDES ENCRUCIJADAS BRASILERAS

Jonuel Gonçalves*

Imagen de JoeBamz en Pixabay 

En un país donde la superficie y la población tienen dimensiones continentales, las encrucijadas son inevitables, especialmente si trazaron una ruta histórica modelada por mentiras, al menos desde 1500.

Decir que Brasil fue “descubierto” ese año no se corresponde con la realidad, pues incluso en la zona de Porto Seguro ya había muchas personas, descendientes de los verdaderos descubridores, en condiciones adversas que implican siglos, con travesías por Siberia, el estrecho de Bering y la actual América de norte sur. Pero eso no significa que el año deje de ser crucial. Es el punto de partida de las encrucijadas.

Por ejemplo, las encrucijadas de las sabanas, grandes matorrales, bosques, blancos de la deforestación criminal, dispuestos a devastar el patrimonio ambiental brasilero para enriquecerse de cualquier forma. Y este crimen viene de lejos. ¿Dónde está el Palo Brasil que dio nombre al país? Desapareció antes de que Brasil fuera brasilero.

Otro ejemplo está en las encrucijadas de las colinas suburbanas donde viven al menos doce millones de personas, sin contar un número quizás mayor de habitantes de barrios marginales, un componente demográfico constante e inseparable del propio perfil del país durante más de un siglo. Han pasado gobiernos de todo tipo —monarquía, repúblicas conservadoras o liberales, populistas, dictaduras, socialdemócratas, socialistas verdaderos o falsos, falsos o verdaderos desarrollistas— pero la favela se ha convertido en una institución hasta el punto de que todavía hay quienes la consideran como un mero elemento del paisaje.

Naturalmente, aparecen encrucijadas sociales, es decir, las monumentales desigualdades provocadas por quienes quisieron (y muchas veces lograron) enriquecerse de todos modos. Esto produjo aberraciones como la existencia de racismo a gran escala en el país mestizo más grande del mundo. En este punto, ningún tipo de gobierno produjo cambios a la altura del problema. Pasaron y miraron.

Otro dato social clave es el desempleo, que ha aumentado desde 2012 y persiste hasta el día de hoy. Unos catorce millones de desempleados, un número equivalente de empleados precarios o salarios muy bajos, la gran plaga que impide a Brasil construir un mercado interno a la altura de su dimensión.

La suma de tantas encrucijadas aquí se llama política y sus grandes exponentes —sin excepción— forman una élite en la que, una vez más, es frecuente la búsqueda del enriquecimiento de cualquier forma.

¿Sorprende a alguien que, por momentos o ciclos, a la sociedad le resulte difícil distinguir entre los grandes exponentes de la política?

Después de la elección de Jair Bolsonaro en 2018, la tradición autoritaria brasileña cobró énfasis nuevamente. Es cierto en Brasil y en todos los países del mundo. Todos tienen la mayoría de sus historias marcadas por el absolutismo, el despotismo, el totalitarismo. Varios incluso llevaron a cabo estas brutalidades a través de las fronteras, a grandes o cortas distancias.

El problema que surge ahora es cómo convertir los logros democráticos de los últimos años en una norma de convivencia política, en una época de auge de propuestas populistas marcadas por caudillos de distintas tonalidades.

En Brasil, las instituciones legislativas y judiciales federales, algunos gobiernos estatales y muchos municipios han mostrado buenos signos de resistencia a las intenciones autoritarias, gracias a lo cual el país no es menos democrático que hace cinco o diez años.

La pandemia, a su vez, reveló un hecho que quizás sea único en el mundo. Autoridades locales, medios de comunicación, movimientos sociales y millones de sentimientos individuales impusieron la política de combate al COVID, a pesar de actitudes y comportamientos muy adversos por parte del gobierno federal.

Los resultados de esta acción provenientes de los escalones intermedios, o incluso inferiores, son notables hasta ahora.

Estos son algunos de los factores involucrados en la campaña preelectoral brasileña.

A finales de mes, el Partido de la Socialdemocracia Brasileña (PSDB) eligió al gobernador de São Paulo, João Dória (https://www.publico.pt/2021/11/28/mundo/noticia/joao-doria-escolhido-candidato-presidencial-psdb-1986710), como candidato presidencial. Dos exministros de Bolsonaro son candidatos en su contra en esta etapa de la contienda: Sérgio Moro y Henrique Mandetta, los tres ubicados en el carril derecho de la “tercera vía”, cuyo carril izquierdo lo ocupa Ciro Gomes, del Partido Laborista Democrático. (Partido Democrático Trabalhista, PDT).

Las precandidaturas del siempre presente y superdividido MDB, además del PSD y de Ciudadanía, son piezas en algún punto del tablero y es aquí donde surge la cuestión del Partido Socialista Brasilero (Partido Socialista Brasileiro, PSB). Tras atraer a dos estrellas de la izquierda —el gobernador de Maranhão, Flávio Dino, del PC do B, y el diputado Marcelo FreiXo, del PSOL— pudo recibir de centro derecha al exgobernador de São Paulo (PSDB), Geraldo. Alckmin, a quien el PSB propondría como vicepresidente de Lula contra el apoyo del PT a las candidaturas socialistas en ciertos estados (incluidos los estados de Río de Janeiro y São Paulo). La eventual transferencia de Alckmin del PSDB al PSB podría arrastrar a más personas tras él y transformar al PSDB en un pequeño partido o formación tan fragmentada como el MDB.

Durante este mismo período, Lula realizó un exitoso viaje a Europa, donde obtuvo el apoyo de Emmanuel Macron, con obvias repercusiones en el centrismo brasileño. Al final del viaje, sin embargo, hizo declaraciones al menos ambiguas sobre dos dictaduras centroamericanas, una posición muy peligrosa, especialmente cuando la campaña tiene como objetivo la defensa de la democracia.

El Presidente Jair Bolsonaro adhiere al Partido Liberal (https://www.publico.pt/2021/11/30/mundo/noticia/bolsonaro-filiouse-partido-liberalfracassar-lancamento-partido-proprio-1986972) (PL) con el proyecto de reunir lo más posible el bolsonarismo y ampliar las alianzas con sectores del Centro. Por ahora, él y Lula son los únicos dos candidatos confirmados en la práctica, los demás parecen servir como instrumentos de negociación.

La entrada en el último mes del año se realiza a través de todas estas (y algunas más) encrucijadas. Brasil está acostumbrado, hasta ahora nunca lo ha hecho bien, pero no deja de intentarlo. “¿Y ahora José?”, Preguntó el poeta. En el plazo inmediato, parece que va a continuar con el juego de ping-pong Lula-Bolsonaro, a menos que aparezca un fuerte outsider con un juego creativo y amplíe la competencia.

* Investigador asociado del NEA/UFF (Rio de Janeiro) e Investigador del ISCTE/IUL. Reside en Niterói (Rio de Janeiro). 

Artículo publicado el 02/12/2021 en Público PT (Portugal), https://www.publico.pt/2021/12/02/mundo/analise/encruzilhadas-brasileiras-1987220. Traducido con autorización del autor por el Equipo de la SAEEG.

EL VÉRTIGO

F. Javier Blasco*

Imagen de Luciana Lopez en Pixabay 

Se define como vértigo a la sensación ilusoria por la que las cosas externas parecen estar rotando o desplazándose alrededor de uno o también, cuando es uno mismo, quien parece estar dando vueltas en el espacio y el resto permanece inmóvil. Es debido fundamentalmente, a una alteración de los órganos del oído o del sistema nervioso central quienes regulan el equilibrio.

Existe un caso específico de vértigo, muy famoso por su peligrosidad entre los pilotos calificados para el vuelo con instrumentos, de noche o en condiciones meteorológicas adversas; es el conocido como vértigo de instrumentos y se produce porque durante el vuelo en tales condiciones, la fuerza centrífuga en los virajes, puede llegar a provocar confusión en el sistema vestibular del oído lo que origina que disminuya la capacidad visual.

Además, en dichos casos, el sistema propioceptivo del piloto, sistema que influye mucho en la orientación humana, resulta inútil para indicarle en qué situación espacial se encuentra él mismo o el aparato que pilota. Por lo tanto, no es nada extraño que sean sus propios sentidos los que lleven al piloto a engaño y le ayuden a desorientarse total o parcialmente, provocando situaciones irreversibles y accidentes muy graves.

Razón por la que, para evitar dichos problemas, se necesita estar en muy buenas condiciones psíquico físicas, llevar a cabo un entrenamiento exhaustivo en simuladores en tierra y en vuelo y ser muy consciente —cómo norma fundamental— que siempre hay que hacer caso a lo que nos indiquen los instrumentos de altura, rumbo u orientación y grado de viraje o de ascenso y descenso del aparato y nunca pensar que son nuestros sentidos los únicos que están en posesión de la certeza.

Sirva esta aclaración como silogismo al grado de desorientación de nuestros políticos en general y de los máximos responsables de los estados en particular, tanto a escala mundial, europea así como fundamentalmente en España, porque a pesar de que los muchos fehacientes indicadores, informes previos, análisis y previsiones a futuro puestos a su disposición les indican todo lo contrario, se empeñan en poner en práctica erradas actuaciones y políticas de forma pusilánime y bastante reiterada.

Tengo la sensación de que en o para la concepción, gestión y puesta en práctica de las necesarias políticas, principalmente aquellas que tienen que ver con la economía y la atención social, nuestros próceres han entrado en un total y absoluto vértigo de instrumentos del que, a muchos, les resulta difícil salir.

La inmensa mayoría de aquellos se creen en posesión de la verdad absoluta; tratan de buscar y aplicar fórmulas “novedosas y magistrales” para tratar de solucionar problemas ya conocidos, muchos de ellos conocidos o arrastrados del pasado y fácilmente predecibles o reconocibles por una gran cantidad de personas y organismos expertos en dichos temas que, con dedicación casi exclusiva, producen eficientes recetas que suelen diferir mucho de las aplicadas por los primeros.

Situación típica y muy frecuente a la hora de prever, tomar las necesarias medidas correctivas iniciales o para combatir de pleno las sucesivas crisis económicas, vengan de donde vengan, aunque, según su origen, gravedad y grado de extensión a escala mundial, tengan grandes matices diferenciadores entre ellas.

El mundo lleva inmerso muchos, demasiados años en tratar de corregir y combatir los problemas derivados del cambio climático. Recientemente, otra vez hemos sido testigos silenciosos de un fracaso más en las largas y poco o nada productivas Cumbres internacionales para discutir la realidad del mismo, las medidas que se deben adoptar, cómo han de ser aplicadas, cuando y en qué grado de intensidad o urgencia.

Los intereses personales o nacionales en su caso, la idiosincrasia de cada país y los recelos entre los más contaminantes hacen que todo quede aplazado sine die o a un horizonte tan lejano que nos hace ver que no hay intención clara de arreglar el problema y que se deja la solución tan aparcada, que ninguno o muy pocos de los contrayentes de tales compromisos, seguirán en activo o con responsabilidades para dichas fechas.

Otro tanto ocurre con el manejo y lucha contra las cada vez más crecientes crisis de refugiados; los movimientos masivos de personas que se lanzan a la aventura porque tienen hambre o sed, en busca de un trabajo, de protección por sufrir cualquier tipo de persecuciones o, simplemente, de una atención sanitaria digna y suficiente para ellos y sus familias. Movimientos, que además de ser cada vez mayores en número total de personas y en vías de emigración, debido a que se emplean como vías de camuflaje por diversas tendencias religiosas yihadistas y grupos terroristas, se convierten en algo mucho más peligroso.

Hoy en día, millones de pobres, parias en todos los continentes, son usados como un medio de limpieza étnica, una fábrica de hacer dinero para ganar pingües beneficios con sus movimientos controlados o como ariete y fuerza de choque para desestabilizar países vecinos u organizaciones de éstos sin piedad ni tener en cuenta las consecuencias.

Otro de los grandes problemas donde es fácil que entren en vértigo los gobiernos, son las pandemias, su tratamiento y combate. Los dirigentes, sobre todo los españoles, ante estos inesperados y no tanto, fenómenos son capaces de dar todo tipo de bandazos, no hacen caso de los especialistas en el tratamiento de estas situaciones y caen en errores de principiantes, que les lleva hasta a legislar de forma poco ética o anticonstitucional, son sujetos de auténticos fraudes multimillonarios durante las urgentes y acaloradas adquisiciones de material en las primeras fases e incurren en apreciaciones y tomas de decisiones muy costosas tanto económicamente, como en el número de vidas pérdidas por hacerlo a la ligera o sin verdadero conocimiento de la causa y situación.

Los continuos enfrentamientos económicos, verbales, sociales y hasta prebélicos por liderar el mundo o una importante región del mismo o por ocupar un puesto preponderante en el ranking del poder, llevan a los líderes en liza a tomas de decisiones graves y muy transcendentes que se traducen en desenfrenadas carreras de armamentos, injerencias cibernéticas, amenazas y hasta amagos de encontronazos con contínuos, peligrosos y costosos despliegues de fuerzas y material en las fronteras, que inmediatamente se traduce en fuertes caídas de las bolsas y en un deterioro de la economía, las exportaciones y las normales y necesarias relaciones políticas, sociales y comerciales entre países, asociaciones de éstos e incluso continentes enteros.

A la vista de lo anterior, se puede concluir que es imprescindible que los dirigentes políticos estén y se mantengan siempre en muy buenas condiciones psíquico físicas personales; obligatoriamente deben fijarse en los instrumentos a su disposición —verdaderos y bien formados asesores y una auténtica Administración al servicio del Estado, que no del gobierno— y que realmente hagan caso de todos aquellos indicadores que seriamente les avisan de que sus chapuzas o malas decisiones llevan al país a la perdición.

Por otro lado, debería barajarse ya necesidad urgente de dotarse de auténticos mecanismos de control político y de inflexibles tribunales u organismos con capacidad punitiva de enjundia, que realicen la revisión casi inmediata e inapelable de las actuaciones de aquellos para evitar que en sus constantes vértigos, forzados o no, lleven a los países —como el que por desgracia tenemos bien cerca— a situaciones de esterilidad, desidia y pobreza muy difíciles de superar, si es que alguna vez conseguimos salir de este embrollo y atolladero.

 

* Coronel de Ejército de Tierra (Retirado) de España. Diplomado de Estado Mayor, con experiencia de más de 40 años en las FAS. Ha participado en Operaciones de Paz en Bosnia Herzegovina y Kosovo y en Estados Mayores de la OTAN (AFSOUTH-J9). Agregado de Defensa en la República Checa y en Eslovaquia. Piloto de helicópteros, Vuelo Instrumental y piloto de pruebas. Miembro de la SAEEG.

©2021-saeeg®

 

…Y DIJO EL GOBIERNO: “FUIMOS DERROTADOS CON TODO ÉXITO”

Grl Heriberto Justo Auel*

“Maniobrar con un ejército es ventajoso.

Maniobrar con una multitud indisciplinada, es peligroso”.

 

“La oportunidad de asegurarnos contra la derrota está en nuestras propias manos, pero la oportunidad de derrotar al enemigo, la provee él mismo”.

Sun Tzu (544 – 496 a. C.)

 

La “reacción por impotencia[1]

Cuando en la confrontación o en la lucha por el poder una de las partes —la que ocupa la altura— observa que los muros de la fortaleza han sido demolidos en los cuatro puntos cardinales y no quiere o no puede —por varias razones— reconocer su derrota, buscará la forma de controlar a la opinión pública —en particular a la propia— y comunicará el fracaso sin dejar de anunciarlo como “un éxito”[2].

Las falacias de atingencia dan lugar a otras de reemplazo, pues la “irrealidad” del derrotado debe continuar dentro de la categoría del “espejismo[3] ideológico”, como única visión del “militante”. Pero, no solo del propio “militante”. 

Tartufo es —en sí mismo— un “espejismo presidencial” y puede continuar en ese rol pues gran parte de la oposición y del periodismo se lo permiten al no reconocer su naturaleza. Esos sectores continúan con esquemas analíticos perimidos de peronismo-antiperonismo —década de la Libertadora— y la situación que enfrentan es otra: la de revolucionarios frente a contrarrevolucionarios.

La intensa acción psico-política de manipulación cerebral para sostener las sucesivas falacias políticas de atingencia —que manipuló el “enemigo” ha sido eficaz y lo siguen siendo, a pesar de que los sigilosos hechos hoy están en superficie, pero “se miran y no se ven” [4].

Las maniobras en ejecución —caso “reunión de la militancia del 17 Nov”— al operar con una “multitud indisciplinada” para sostener una victoria que no fue —y replantear allí al espejismo falaz— puede ser un “boomerang” peligroso. Hay otras “multitudes activas” que no son precisamente de volubles “militantes contratados”. Por ello, si hubiese una conducción opositora de alto nivel, debería estar atenta a que “la oportunidad[5] de derrotar al enemigo —definitivamente— la provee él mismo”, Sun Tzu dixit.

Desde 1945 —cuando los lanzamientos NN dan lugar a la Estrategia Contemporánea— los orígenes de los conflictos limitados pueden clasificarse como producto de:

“incidentes provocados” como lo fue el del “Atlántico Sur en 1982” y más recientemente la “operación puff-puff” —dentro del estado de guerra interno— al igual que el

incidente no provocado” llamado “caso del desaparecido Maldonado” —conducido por el CELS del “perro”— y, por último, nos encontramos con

la reacción por impotencia” como lo es nuestro “caso poselectoral actual” que conduce personalmente Tartufo desde el momento en que se conoció el resultado de las elecciones de medio tiempo.

Tartufo nunca tuvo poder, fuerza ni autoridad[6]. Actuó y actúa como mandatario contratado para un servicio exclusivo: la absolución de Ella. Cuenta con medios puestos a su disposición: el Consejo de la Magistratura y Justicia legítima —a la cabeza— pero hasta ahora sus intentos para cumplir con el objeto que lo llevó a la presidencia, fracasaron.

Se llegó a las elecciones de medio tiempo sabiendo que los kk las perdían y, previamente a ellas, Tartufo concertó una concentración en Plaza de Mayo para festejar el éxito, como único orador. Tenía que salvar el pellejo.

Así, su merecido y bien ganado apodo hizo cumbre: reaccionó por impotencia.

Desde un punto de vista polemológico o estratégico, en el ámbito de la contraofensiva revolucionaria —ordenada por el Foro de San Pablo (FSP) el 24 de julio de 2019— para toda Iberoamérica, el encuadramiento de la situación del gobierno kk —actualmente leído muy superficialmente por nuestros analistas— podría describirse sintéticamente así:

    1. Desde el 4 de julio de 2018 a octubre de 2021 sesiona la Convención Constitucional en Chile, como consecuencia de la violenta insurgencia conducida por el FSP en octubre de 2019. Con 155 miembros, mitad hombres y mitad mujeres, en un año —octubre de 2022— presentará una nueva Constitución, objetivo que la revolución castro-comunista persigue para todo el continente desde 1959. Orientada por la política de derechos humanos y del feminismo, se aguarda una Constitución radicalizada ¡concedida por el débil gobierno conservador de Piñera!
    2. En la Argentina gobierna desde diciembre de 2019 el cuarto gobierno kk, encubiertamente adscripto al FSP y al Grupo de Puebla (GP). Ambos órganos —conductores del proceso revolucionario neo-marxista continental— urgen al gobierno kk pues, paradójicamente, desde una clara posición castro-comunista no ha podido iniciar el proceso de reemplazo de sistema político —reforma constitucional— y el salvataje de la nomenklatura local —bajo graves cargos penales por corrupción— como ya se ha logrado —coetáneamente— en el país trasandino, con un gobierno de derecha.
    3. A Tartufo estas presiones de diversos orígenes y la reciente pérdida del control de ambas cámaras en el Congreso de la Nación le han reducido totalmente el “espacio de maniobra”, el “tiempo calendario” se le acorta al 10 de diciembre —fecha en que se incorporan los nuevos legisladores— y el “tiempo oportunidad” queda en manos de la oposición, pues se lo provee él mismo”, como nos enseñó Sun Tzu hace 2600 años. Lo expresado conlleva un nuevo “tiempo ritmo”, es decir: más acontecimientos trascendentes en el corto plazo, bajo control de la oposición.

¿Estará preparada para ello la oposición? ¿Quién tomará la iniciativa y retendrá la libertad de acción en los dos años próximos?[7]

La inconsistencia de la coalición opositora

El periodismo “políticamente correcto” —con alguna insistencia— plantea ante los políticos la existencia de “halcones” y “palomas”. Las respuestas que se reciben soslayan la verdad, arrojando la pelota hacia adelante. Ni los unos ni los otros tienen la “incorrección” de hablar de “revolución” o “contrarrevolución”. ¿No han vivido aquí en las últimas décadas? ¿Hay temor, cobardía o desconocimiento para hablar con sinceridad? ¿O falta coraje y compromiso con la Patria?

Si las palabras son símbolos de ideas, cuando no se emplean las que corresponden hay confusión. Y SI HAY CONFUSIÓN CONTINUAREMOS EN LA DECADENCIA.

Las “palomas” entienden —como Tartufo— que el castro-comunismo es una democracia “con problemas”. Pretenden negociar con ellos, con “las democracias dogmáticas de partido único”. Su “tolerancia-pacifista” encubre su adhesión o simpatía por la socialdemocracia, que forma parte del FSP.

Pero, como suele ocurrir, últimamente apareció un imponderable y se lo quiere matar en el huevo, pues el cuidadoso sigilo revolucionario podría quebrarse. Un “joven melenudo” —Milei, que en un principio no fue tomado muy en serio— en la campaña electoral demostró solvencia académica y hasta arrasó con algunos soberbios —ya establecidos— frente a las cámaras de televisión.

Creció en las encuestas —con el apoyo de los jóvenes— y con el 17 % de los votos ingresó a la Cámara, con dos diputados. Una operación en curso —para evitar el sinceramiento situacional— trata de impedir la presencia de uno de ellos, la Dra. Victoria Villarruel, en la banca que le corresponde.

El diputado electo Milei atacó con crudeza a “la casta” política, pero además citó con nombre y apellido a “los zurdos de m…” más o menos encubiertos y sorprendió, haciendo conocer la existencia del FSP y del GP, que jamás han estado en boca de los profesionales de la política menuda. Se termina así —paso a paso— con el misterio y el ocultamiento de la revolución.

Pero ¿por qué el cuestionamiento apunta al ingreso de Victoria a su banca legal y legítimamente ganada? La respuesta es sencilla: es fundadora y presidente del mundialmente prestigioso Centro de Estudios Legales sobre el Terrorismo y sus Víctimas” (Celtyv) y conoce a fondo el historial oculto de los terroristas revolucionarios y sus millonarios sucesores, que ensangrentaron a la Argentina durante décadas.

Su voz, en el recinto, sería un rayo de luz en la larga noche del drama argentino. El “curro de los derechos humanos” quedaría al descubierto, aún para los que no quieren ver.

La ímproba tarea de la Psicología Social revolucionaria —durante décadas— reemplazó a un tramo de la historia argentina por la memoria tuerta que los sucesores —millonarios— de los terroristas de los ´70, impusieron desde el poder. Los mitos, que han permitido que criminales terroristas estén inmortalizados en plazas, autopistas, aulas magnas universitarias, etc., están cayendo.

Los velos se corren y la verdad aflora, paso a paso. Podríamos estar en los comienzos de un nuevo tiempo en el que la verdad reemplace a la hipocresía. Los votos de los barrios carenciados que han rechazado las dádivas que compran la dignidad de las personas, son un signo de un nuevo amanecer argentino.

Sin embargo —como lo venimos señalando en los últimos meses— las “quintas columnas”[8] incorporadas en la coalición opositora —que en el pasado ya han evitado o retardado los cambios estructurales que exige la salida de la crítica situación socioeconómica argentina— permanecen allí, buscando escalar en la coalición.

Se trata de los “progres”[9] o “palomas” incorporados en la coalición por la necesidad de crecer electoralmente, pero que llegados al poder impiden la gobernabilidad. La probabilidad cierta del ingreso de los “libertarios” a los bloques de las Cámaras o a la misma coalición, hizo prender las luces rojas a la “progresía”, toda vez que los pondría en evidencia ante el hombre de a pie.

Existen “progres” de izquierda y también de derecha. Estos provienen de los partidos liberales y los primeros, de los socialistas. Cuando hay que decidir acerca de temas culturales, se unen, para apoyar la “relativización” de nuestros valores tradicionales. Así ocurrió cuando se votó en ambas Cámaras la “Ley del Aborto”. Los bloques de los partidos quedaron divididos en “verdes” y “celestes”. Las ideas de Antonio Gramsci permearon a todos los estamentos sociopolíticos, desde los ´80.

Con el tiempo es muy probable que el “progresismo cultural” se aglutine, sincerando a las representaciones políticas actualmente inhibidas para actuar con decisión y audacia. La llegada de los “libertarios” al Congreso sacudió al avispero “progre”, la representación “tolerante y pacifista” que aceptaría dialogar —o negociar— con el enemigo castro-comunista dogmático y fundamentalista, como lo hizo Piñera, con los resultados conocidos.

Miran, pero no ven. Son las “cataratas ideológicas” con que lideran, los socialdemócratas de la 5ta. Internacional, al “palomar” de la tolerancia, frente a la aparentemente ignorada “revolución castro-comunista”. Deberían tomar nota —nuestros idealistas moderados— que el amigo-asesor de Tartufo —Ominami— salió en último término en las elecciones primarias presidenciales chilenas y que Buenos Aires tuvo que aclarar que las últimas declaraciones —referidas al candidato Kast— del embajador —montonero— Bielsa, NO representaran la posición de Buenos Aires. ¡Cuánta hipocresía!

Espert es interrogado en la televisión acerca de su eventual apoyo a su amigo, el Jefe de Gobierno de la CABA, en el momento en que éste necesita correr un velo sobre las denuncias penales que lo afectan —junto a su ministro de Cultura— por los ataques a la Religión Católica en el Teatro Colón y en La Recoleta. Coinciden —estos hechos “tolerantes”— con la desaparición —hace meses— de la bandera argentina y de la ciudad en las Barrancas de Belgrano y la presencia permanente de cuatro banderas del arcoíris, en la pérgola insignia del barrio.

Una reflexión sociopolítica final —aún ausente en los comentarios de los medios argentinos—. Se trata de la desconocida naturaleza de las sorpresas estratégicas que el actual proceso revolucionario —conducido por el FSP— producen en Iberoamérica.

A pocas semanas de la cruenta y explosiva insurgencia provocada por el aumento de costo del boleto de los subterráneos de Santiago —explotado como “incidente NO provocado”  por el FSP las “palomas” del gobierno Piñera concedieron elecciones para decidir el reemplazo de la “Constitución de Pinochet”. El resultado de ellas fue un éxito total para el castro-comunismo. Semanas después hubo elecciones presidenciales y triunfó el candidato de la derecha chilena.

Quienes hemos seguido de cerca el proceso que impulsó a la sorpresiva y violenta insurgencia —con modalidad de las guerras de 7ma. generación— teníamos un fuerte interrogante, que ya expusimos hace unos días[10], cuando decíamos que a la conducción del FSP se le había “escapado la tortuga”.

Nos llamaba la atención el extemporáneo activismo “araucano”. El indigenismo radical revolucionario es conducido centralizadamente por el FSP —con directa injerencia de las FARC colombianas— que a su la vez conducen la contraofensiva continental que busca la recuperación de los gobiernos perdidos en elecciones democráticas. Es evidente que ha primado la necesidad imperiosa del cartel FARC, que buscan la salida alternativa del tráfico de cocaína por el Sur, ante el eventual derrumbe judicial del dúo Maduro-Cabello.

¿Era oportuno —dicho activismo en ambas Patagonias— para el exitoso curso de la operación en Chile que había logrado iniciar el reemplazo de la Constitución vigente, en simultáneo con las elecciones presidenciales? La sorprendida clase media chilena, sin duda, meditó su voto en el tiempo que medió entre ambos acontecimientos.

Siendo el país —que en las últimas décadas— más había progresado en la región, se encontró —de un momento para el otro, sorpresivamente— con una alta probabilidad de volver al comunismo por vía electoral. El electorado chileno reaccionó, polarizándose. Fue a buscar una decisión en los extremos del espectro político.

Es muy probable que el candidato —Kast— que ganó las primarias, gane la segunda vuelta, mal que les pese a los kk. Se trata de la expresión clara y dura del nacionalismo y de la derecha conservadora chilena que, si llega al Palacio de la Moneda, en octubre de 2022 se encontrará con un oxímoron[11] político superlativo: recibirá de la legal Convención Constituyente —hoy en plena tarea— una nueva Constitución Nacional producto de un impulso revolucionario —nacido en un acto de fuerza triunfante— que tuvo en sus ejes originarios a la falsa “política de los Derechos Humanos” y del “feminismo abortista”.

El nuevo presidente debería prever —tempranamente— una embestida internacional formidable del castro-comunismo, pues el elemento revolucionario director —con sede en La Habana— rugirá como león herido. Díaz Canel presiente un ocaso no muy lejano. ¿Estará tomando nota la fragmentada oposición argentina? O seguirá mirando sin ver.

Sabemos lo que han sido nuestros históricos cismas políticos. No está mal recordarles a nuestros dirigentes las palabras del Padre de la Patria, que sufrió en carne propia las consecuencias del cisma de su tiempo, que le impidieron ver a su mujer moribunda y que lo llevaron a un triste exilio después de diez años en campaña estando enfermo, para darnos la Libertad y la Independencia que algunos argentinos postergaban, por sus menguados intereses de partido. ¿Lo entenderemos hoy al paradigma de la argentinidad?

A aquellos les dijo:  

“SERÁS LO QUE DEBAS SER, SINO NO SERÁS NADA”

 

* Oficial de Estado Mayor del Ejército Argentino y del Ejército Uruguayo. Ha cursado las licenciaturas de Ciencias Políticas, de Administración, la licenciatura y el doctorado en Relaciones Internacionales. Se ha desempeñado como Observador Militar de la ONU en la Línea del Cese de Fuego del Canal de Suez. Comandó tropas de llanura, montaña, aerotransportadas y mecanizadas.

 

Referencias

[1] Impotencia: Falta de fuerza, poder o competencia para realizar una cosa, hacer que suceda o ponerle resistencia.

[2] H. J. Auel. “La cultura y la civilización. La guerra: continuidad y cambio”. IEEBA, diciembre de 2001, www.ieeba.org.

[3] Espejismo: Es ver objetos donde no los hay, es una ilusión óptica que se observa en días muy calurosos y en lugares como los desiertos.

[4] H. J. Auel. “El pensamiento estratégico militar en el siglo XXI. En el Occidente Norte y en la Argentina”. IEEBA, 12/10/2014, www.ieeba.org.

[5] Oportunidades: Son los aspectos que podrían influir positivamente y darnos ventaja en el futuro, si los sabemos aprovechar. Como se ve, el análisis abarca —prueba DOFA— tanto los aspectos negativos de nuestro proyecto (Debilidades y Amenazas), como los puntos positivos (Fortalezas y Oportunidades).

[6] H. J. Auel. “Alberto Ángel “Tartufo” Fernández, candidato del Foro de San Pablo”. IEEBA, 10/08/2019, www.ieeba.org

[7] H. J. Auel. “Un análisis sociológico-político de la crisis-decadencia de la Argentina”. IEEBA,  julio de 2020. www.ieeba.org

[8] Quinta columna: es una expresión utilizada para designar, en una situación de confrontación, a un sector de la población que mantiene ciertas lealtades (reales o percibidas) hacia el bando enemigo, debido a motivos religiosos, económicos. Conjunto de personas potencialmente desleales a la comunidad en la que viven y susceptibles de colaborar de distintas formas con el enemigo.

[9] Progresismo o “progre”: el concepto fue introducido en la Argentina por Juan B. Alberdi, en sus “Obras Póstumas”, haciendo referencia a los militantes de la Revolución francesa. Pero en la actualidad se popularizó con el “destape” español.  El progresismo y el conservadurismo se encuentran en posiciones enfrentadas. El “progre” se distingue por defender el intervencionismo económico vs la libertad económica; el ateísmo vs el teísmo; el proteccionismo vs el libre comercio; el sector público vs el sector privado. Son muchos los puntos en los que confrontan, pero también tienen elementos en común, como la defensa de la democracia, del territorio y de la justicia.

[10] H. J. Auel. “Entre bueyes no hay cornadas”. IEEBA, noviembre de 2021, www.ieeba.org

[11] Oxímoron: “contradictio in terminis”. Absurdo. Figura retórica o figura lógica que consiste en usar dos conceptos de significado opuesto, en una sola expresión.