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LA LLAMADA PRIVACIDAD EN INTERNET

Giancarlo Elia Valori*

Imagen de Pixelkult en Pixabay 

A principios del pasado mes de junio se hicieron públicas 8.400 millones de contraseñas robadas en todo el mundo. Esta gran colección, disponible para todos, se llama “RockYou2021” y se almacena en un archivo de texto que mide 100 GB.

El pasado 4 de octubre, WhatsApp, Facebook e Instagram fueron bloqueados y por lo tanto todos los datos sensibles fueron copiados lógicamente por iniciativa de hackers expertos, de los cuales nuestro planeta puede presumir de categorías anónimas de ellos con habilidades superiores y excepcionales que se preocupan poco por los números primos.

Al mismo tiempo, cuando nos conectamos con miles de sitios web multilingües de copiar y pegar, se les ocurre una pieza patética de software que comienza con la frase “Nos preocupamos por su privacidad”. Y en Italia, donde “amore” (amor) siempre ha rimado con “cuore” (corazón), algunas personas piensan que los usuarios —mientras leen esto— sacan sus pañuelos para enjugar las lágrimas de la emoción porque hay alguien que piensa amorosamente en ellos, sin darse cuenta de que, en cambio, son lágrimas de risa.

Otros dicen que hay leyes para proteger a los pocos usuarios ingenuos y crédulos, pero olvidan un proverbio y una clave para el pensamiento político. El proverbio es: “cada ley tiene su laguna” y la clave es: “las leyes son una superestructura”.

De ahí que muchas personas sientan curiosidad por saber si la publicidad de los gigantes de Internet respeta la confidencialidad —comúnmente conocida con la barbarie de la privacidad« y si el establishment los protege de los abundantes hackers malos.

Es de interés para la publicidad por parte de los gigantes de Internet (el establecimiento) utilizar la privacidad de cada usuario, como monitorear el historial de chat (principalmente WhatsApp) o el contenido de las llamadas, porque existen los métodos y medios para hacerlo. Basta con ver excelentes series estadounidenses, comenzando con el apasionante Mr. Robot y otras series, para entender que las mentes frescas y jóvenes son suficientes para hacerlo. Imagínese qué escrúpulos pueden tener los gigantes de Internet frente a valores éticos como la confidencialidad y el secreto.

La relación riesgo-beneficio del enfoque de Internet es alta, ya que lo que está en juego no es la ética kantiana (la superestructura) —que vale muy poco— sino las ganancias en cualquier moneda, ya sea real o en bitcoins (la estructura).

Hay muchas maneras en que los gigantes de Internet y los hackers privados pueden controlar la privacidad de los usuarios, que en realidad están más allá de la cognición de muchos usuarios de la web.

Es natural que la mayor parte de nuestra privacidad esté expuesta por nosotros mismos a terceros. Todos sabemos que hay una palabra en Internet llamada “búsqueda”. Básicamente, para la mayoría de las personas que son particularmente activas en Internet es muy fácil, para alguien que está interesado en el asunto, descubrir las formas en que la privacidad se manifiesta oxímoronamente a la intemperie.

La mayoría de las veces las personas no saben cuánta privacidad exponen en una búsqueda o en una simple navegación. Creemos que es imposible que terceros comunes sepan quiénes son los que investigan a los internautas. Me refiero tanto a las personas decentes como a los criminales. Sin embargo, antes de ser descubierto, incluso un criminal tiene derecho a la privacidad.

Los gigantes de Internet y los hackers independientes tienen datos y sistemas que los simples humanos ni siquiera podemos imaginar. Los gigantes de Internet ayudan a la policía a atrapar intrusos, saboteadores u otros delincuentes, y a menudo pueden proporcionar información muy completa sobre los sospechosos, incluida la última dirección, el área de actividad, etc. Como de costumbre, el problema es moral, por lo tanto insignificante: intrusos, saboteadores u otros delincuentes solían ser ciudadanos comunes. Por lo tanto, a medida que ellos son monitoreados, nosotros también. Esto es lógica, no inferencia.

Como se señaló anteriormente, los datos de los gigantes de Internet y los piratas informáticos privados son más abundantes y vastos de lo que mucha gente común puede pensar.

Cuando los gigantes de Internet realizan análisis de datos y optimizan la publicidad, la conexión por parte de terceros tiene un enorme valor comercial (la estructura). Por lo tanto, la motivación y las habilidades de los gigantes de Internet y los piratas informáticos en la conexión de datos son asombrosas.

La gran mayoría de los internautas, de hecho, no tienen un conocimiento profundo de todo esto y pueden pensar que un gigante de Internet no sabe de un usuario u otro cuando se conecta a una página web o cuando envía documentos de alto secreto a sus homólogos. Al mismo tiempo, las personas escasamente hábiles —aunque conscientes de que están siendo llevadas a pasear por historias sobre la protección de la privacidad— revalorizan los viejos sistemas: reuniones personales en lugares impensables; entrega por sistemas que recuerdan a las viejas películas de los años 1950-1980. En la práctica, los astutos incompetentes invierten una de las primeras afirmaciones absurdas de la era digital: “Con Internet, los libros desaparecerán”. No tardó mucho en darse cuenta de que un libro en formato pdf es ilegible y su uso es solo para encontrar cadenas en él, es decir, oraciones o palabras.

Los gigantes de Internet mencionados anteriormente a menudo utilizan el mismo conjunto de plataformas de publicidad y gestión para diferentes productos, ya sea que se implementen en la Internet de los hogares o en la peligrosa y ruinosa web profunda, que es la parte del iceberg bajo el nivel del mar.

Si el líder de un gigante de Internet quiere maximizar el valor de los datos, solicita verificar todos los componentes “clicados” del producto, para obtener la precisión de las etiquetas, es decir, la secuencia de caracteres con la que se marcan los elementos de un archivo para su posterior procesamiento, con el fin de obtener el máximo ingreso publicitario (la estructura).

Al mismo tiempo, el Internet móvil (es decir, el que se puede acceder desde teléfonos inteligentes, que solían llamarse ridículamente teléfonos móviles) ofrece más posibilidades de localizar personas, obviamente con mayor precisión que el fijo en casa. De ahí que aquellos que no quieren que la gente sepa que está en casa, y se vayan a otro lugar con sus teléfonos inteligentes, comuniquen su ubicación errante, creyendo que son invisibles.

De hecho, si lo pensamos bien, los ordenadores de sobremesa domésticos suelen proporcionar datos inexactos a quienes nos espían para conocer nuestros gustos y preferencias. Por ejemplo, sucedió que algunos datos de fondo mostraron que 3,000 usuarios, con una edad promedio de 30-40 años, parecían estar volviéndose repentinamente más jóvenes. De ahí que el gigante de Internet se sorprendiera inicialmente, pero poco después se dio cuenta de que muchos niños estaban usando las computadoras de sus padres.

Para remediar esto, los gigantes de Internet, en estrecha colaboración con la industria telefónica, han ido más allá del escenario primitivo y muy común de las computadoras de escritorio familiares y las estaciones de trabajo compartidas de cibercafé para adultos jóvenes, y han hecho que los padres y abuelos equipen a sus hijos menores de edad con teléfonos inteligentes. De esta manera, un gigante de Internet tiene un marco perfecto para monitorear, controlar y diversificar los gustos de los grupos de edad más estrechos, obteniendo así mayores ganancias (la estructura) en detrimento de la privacidad (la superestructura). La industria telefónica está agradecida por ello, ya que sus beneficios aumentan simultáneamente, gracias a compradores que apenas saben utilizar el 5% de las funcionalidades del citado dispositivo.

Muchas personas ni siquiera tienen una comprensión clara en sus mentes en cuanto a la conexión de datos. Por ejemplo, si el producto/deseo/curiosidad A y el producto/deseo/curiosidad B se utilizan al mismo tiempo, y A y B pertenecen al mismo gigante de Internet, en realidad es muy fácil para él establecer un mecanismo de conexión de datos para compartir cualquiera de los deseos del usuario a través de información característica específica.

Dicho sistema se utiliza para recomendar un producto/deseo/curiosidad o utilizar el mismo anuncio que el usuario personaliza sin darse cuenta. Muchas personas piensan que están siendo inteligentes al tener cuentas separadas para diferentes propósitos. Aparentemente se ve así, pero en realidad es fácil para los gigantes de Internet conocer la relación existente entre estas cuentas y juntarlas.

El teléfono inteligente es un contenedor aún mejor para que el gigante de Internet y el hacker recopilen información de identificación única de ese “dispositivo”, como el número de ese usuario, la guía telefónica y otros datos. De hecho, si bien el usuario no es lo suficientemente consciente de la seguridad, muchas instalaciones de software (es decir, aplicaciones) ya recopilan varias piezas de información de forma predeterminada.

A su vez, la información de identificación de ese dispositivo (el teléfono inteligente) es utilizada por varios programas ubicados en servidores remotos. Si el producto /sabor/deseo pertenece al mismo gigante de Internet o si la misma empresa de datos de terceros proporciona soporte técnico, en realidad es muy fácil obtener los datos de los usuarios a través de ellos.

Además, cuando se instalan las aplicaciones, los números de teléfono de los desafortunados usuarios ingenuos se han recopilado en el servidor remoto sin su conocimiento. Esto se debe a que cuando la mayoría de las personas instalan aplicaciones, el paso de autorización de privacidad de forma predeterminada simplemente se ignora.

Es molesto para los usuarios leer todas esas páginas largas y, por lo tanto, en el futuro, el gigante de Internet dirá que es culpa de ellos y no del sistema si espía su privacidad, ¡porque lo autorizaron a hacerlo! Siempre que sea cierto que si se niegan, “moralmente” hace lo que han elegido. Probablemente, los ingenuos todavía piensan así.

 

* Copresidente del Consejo Asesor Honoris Causa. El Profesor Giancarlo Elia Valori es un eminente economista y empresario italiano. Posee prestigiosas distinciones académicas y órdenes nacionales. Ha dado conferencias sobre asuntos internacionales y economía en las principales universidades del mundo, como la Universidad de Pekín, la Universidad Hebrea de Jerusalén y la Universidad Yeshiva de Nueva York. Actualmente preside el «International World Group», es también presidente honorario de Huawei Italia, asesor económico del gigante chino HNA Group y miembro de la Junta de Ayan-Holding. En 1992 fue nombrado Oficial de la Legión de Honor de la República Francesa, con esta motivación: “Un hombre que puede ver a través de las fronteras para entender el mundo” y en 2002 recibió el título de “Honorable” de la Academia de Ciencias del Instituto de Francia.

 

Traducido al español por el Equipo de la SAEEG con expresa autorización del autor. Prohibida su reproducción.

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EL SUICIDIO DE JOHN MCAFEE: INTERNET Y LAS TEORÍAS DE CONSPIRACIÓN

Giancarlo Elia Valori*

Según algunos rumores, el suicidio del evasor de impuestos, partidario de bitcoin y pionero del software antivirus John McAfee (1945-2021) —estadounidense naturalizado británico— ha despertado, al mismo tiempo, condolencias y nuevas teorías conspirativas.

Después de evadir impuestos y regatear a las autoridades estadounidenses durante muchos años, un tribunal español ordenó la extradición de McAfee en primera instancia pocas horas antes de que fuera encontrado muerto. Si hubiera sido extraditado, el hombre de 75 años se habría enfrentado a cadena perpetua en los Estados Unidos de América.

El ex empleado de la Agencia de Seguridad Nacional y denunciante Edward Snowden criticó la influencia global de las fuerzas del orden de Estados Unidos y advirtió que el final prematuro de McAfee puede no ser el único. Escribió en Twitter: “Europa no debería extraditar a los acusados de crímenes no violentos a un sistema de justicia tan injusto, y a un sistema penitenciario tan cruel, hasta el punto de que los acusados en un caso judicial en los Estados Unidos de América prefieran morir antes que estar sujetos a él”.

El fundador de Cardano —un proyecto de código abierto relacionado con las criptomonedas que tiene como objetivo la creación de una plataforma pública blockchain (un registro digital cuyas entradas se agrupan en “bloques”, vinculados en orden cronológico, y cuya integridad está garantizada por el uso de criptografía) para la gestión de protocolos informáticos que facilitan, verifican o hacen cumplir, la negociación o ejecución de un contrato, a veces permitiendo la exclusión parcial o total de una cláusula contractual (contrato inteligente), Charles Hoskinson, elogió a McAfee por su contribución a la informática, llamándolo “una de las personas más misteriosas e interesantes en la historia de la criptomoneda y la informática”. “También es una persona profundamente problemática”, agregó Hoskinson, señalando el trauma personal bien documentado de McAfee por sus problemas de abuso de sustancias.

“La razón del suicidio parece ser obvia: McAfee tenía 75 años y era probable la extradición a los Estados Unidos de América. De ser declarado culpable, se habría enfrentado a más de treinta años de prisión y es seguro que también habría sido encarcelado […] Parecía bastante decidido a elegir poner fin a su vida en una prisión española en lugar de una estadounidense. El influencer y podcaster de Bitcoin Anthony Pompliano recuerda que McAfee era “amable, divertido y muy inteligente”.

“Una vez tuve la oportunidad de pasar un día con el legendario McAfee en un barco en las Bahamas. Siempre recordaré ese día. Tengo un respeto unánime por una de las personas más singulares del mundo”.

Kim Dotcom, un empresario e informático alemán con ciudadanía finlandesa, es un empresario de Internet que está luchando contra los cargos de extradición de Nueva Zelanda a través de su red de intercambio de archivos megaupload. Lamenta que el abuso de drogas de McAfee lo haya privado de su potencial. Dijo: “Fue un pionero de la seguridad de los datos. Siempre pensé que era demasiado difícil para él estar junto con otras personas. Debería haber evitado tomar drogas y en su lugar centrarse en usar siempre su ingenio. Cuando estaba lúcido, se dedicaba a la libertad de todos”.

Aunque el representante legal de McAfee en España dijo a Reuters que McAfee se suicidó, prefiriendo la horca en lugar de enfrentar la cadena perpetua, es predecible que Internet esté lleno de teorías de conspiración que afirman que McAfee no se suició.

Poco después de que la cuenta oficial de McAfee en Instragram compartiera la imagen de la letra “Q”, se levantaron controversias y acusaciones, encendiendo la fantasía de los teóricos de la conspiración de QAnon, según la cual existe un hipotético complot secreto organizado por un supuesto Estado Profundo (identificable en algunos poderes ocultos) que habría actuado contra el ex presidente de los Estados Unidos de América, Donald Trump y sus partidarios.

Business Insider informó que los influencers de QAnon en Telegram tienen cientos de miles de seguidores y están compartiendo publicaciones que sospechan historias de suicidio.

Los tuits de McAfee se han vuelto a publicar desde el día de su muerte, y uno de ellos se remonta a diciembre de 2019, cuando McAfee afirmó que el gobierno había amenazado con asesinarlo, por lo que hoy muchos no creen ninguna versión de su suicidio.

Otros teóricos de la conspiración siguieron una publicación de junio de 2019 en la que afirmó tener un tesoro de datos de 31 TB y más que contenían evidencia de corrupción gubernamental.

Cada millonario excéntrico que se pelea con el gobierno afirma tener pruebas de corrupción, y si la tragedia los golpea, todo se hará público. Al final, la tragedia recae sobre muchos de ellos, pero la evidencia nunca se entrega a los medios de comunicación, como a menudo sucede en las películas del otro lado del Atlántico.

Vale la pena mencionar que McAfee no era ajeno a las declaraciones audaces y extrañas, incluida la promesa de que si el precio de Bitcoin no superaba el millón de dólares estadounidenses para 2021, devoraría a sus partidarios en la televisión nacional.

En las últimas semanas de su vida, los tuits de McAfee en prisión también se habían vuelto cada vez más sombríos. En mayo de 2021, reveló que había discutido el suicidio con un compañero de celda: “Hoy una persona que se enfrenta a una situación difícil me preguntó si conozco un método de suicidio indoloro. Tengo poca experiencia en este campo y no soy muy útil. Sorprendentemente, el tono de la discusión se deslizó en cómo pasar el tiempo”. Vale la pena señalar que el empresario no tenía razones particulares para suicidarse. El hecho es que la decisión del tribunal español sobre la extradición no fue definitiva, por lo que McAfee podría intentar más tarde apelar esa decisión. Es alarmante en esta historia que incluso el otoño pasado McAfee declarara que no se suicidaría bajo ninguna circunstancia.

Javier Villalba, un abogado español de McAfee, dijo a Reuters que creía que McAfee simplemente no podía tolerar ser encerrado: “Este es el resultado de un sistema cruel. No hay ninguna razón por la que esta persona mayor permanezca en prisión durante tanto tiempo”.

En los Estados Unidos, las teorías de conspiración están en plena floración. Tal vez menos personas creen en la “conspiración lunar” que, después de todo, es un tema de orgullo nacional. El resto de las historias son similares: vacunas y VIH, una conspiración de las compañías farmacéuticas; el calentamiento global; una conspiración de climatólogos; Kennedy fue asesinado por los servicios especiales; también organizaron los ataques y masacres del 11 de septiembre en escuelas, etc.

La historia de Bill Gates y el chipping circulatorio gracias a las vacunas contra el COVID-19 también se ha vendido bien: según las últimas encuestas, el 44% de los miembros del Partido Republicano creen en ella.

El problema es que tales opiniones, a veces ingenuas, a veces extrañas y a veces salvajes, a menudo tienen consecuencias. Algunas personas piensan que las torres 5G realmente están propagando el coronavirus y van a quemarlas. Otros se niegan a vacunar a los niños tan masivamente que la OMS lo incluyó por primera vez en la lista de amenazas para la salud humana. Con el advenimiento de la vacuna COVID-19, esto podría convertirse en un problema aún mayor.

Es vano pensar que las teorías de conspiración son sobre otra persona y no sobre las personas más inteligentes y definitivamente no sobre ti y tu entorno. Una encuesta de 2018 mostró que el 67% de los rusos cree en un “gobierno mundial” secreto (en 2014 era el 45%), y de estos el 68% tiene una educación superior.

Las teorías de la conspiración no son una historia coherente para creer o no. Más bien, se trata de una multitud de interpretaciones de hechos individuales, cada una de las cuales puede ocupar cualquier lugar en una escala que va desde el puro absurdo hasta la evidencia científica. Algunos podrían considerar que la esclavitud de la humanidad por parte de los extraterrestres es increíble, pero se oponen a la vacunación, o viceversa. Entre los hechos científicos y las teorías de conspiración explícitas, hay una gran área gris, dentro de la cual para cada uno de nosotros hay una explicación completamente lógica del mundo, que para otra persona parecerá una teoría de la conspiración.

Nuestra imagen del mundo está influenciada por configuraciones bastante antiguas del cerebro y la psique. Está influenciada por escenarios arcaicos del cerebro y la psique: detector de intenciones aparentes y no sustanciales, miedo a la incertidumbre, generaciones de historias y desconfianza en los extraños.

Cuando el sujeto se enfrenta al estrés debido a circunstancias externas, el pensamiento corre el riesgo de volverse más conspirativo y, por lo tanto, desarrollar las cuatro características antes mencionadas.

 

* Copresidente del Consejo Asesor Honoris Causa. El Profesor Giancarlo Elia Valori es un eminente economista y empresario italiano. Posee prestigiosas distinciones académicas y órdenes nacionales. Ha dado conferencias sobre asuntos internacionales y economía en las principales universidades del mundo, como la Universidad de Pekín, la Universidad Hebrea de Jerusalén y la Universidad Yeshiva de Nueva York. Actualmente preside el «International World Group», es también presidente honorario de Huawei Italia, asesor económico del gigante chino HNA Group y miembro de la Junta de Ayan-Holding. En 1992 fue nombrado Oficial de la Legión de Honor de la República Francesa, con esta motivación: “Un hombre que puede ver a través de las fronteras para entender el mundo” y en 2002 recibió el título de “Honorable” de la Academia de Ciencias del Instituto de Francia.

 

Traducido al español por el Equipo de la SAEEG con expresa autorización del autor. Prohibida su reproducción. 

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POPULISMOS Y POPULISTAS DEL SIGLO XXI

F. Javier Blasco Robledo*

Mucha gente, en su afán por sintetizar, suelen decir que un populista es aquel que actúa y piensa de manera totalmente contraria a un liberal o, simplemente, que el populista es antiliberal. La historia reciente y pretérita cercana y no tanto, nos ha dejado grandes ejemplos de dirigentes o políticos populistas, hombres y mujeres desquiciados por su ego, tiranos, reyes o emperadores y ensangrentados guerreros o saqueadores en busca de hacer siempre lo que les viene en gana para satisfacer su fuero interno, alegando que todo lo hacen por y para el pueblo, aunque sin pensar en el verdadero bien de sus subordinados ni en cumplir seriamente con los preceptos de su responsabilidad.

El populismo, según el diccionario de la RAE se define como “la tendencia política que pretende atraerse a las clases populares”. En definitiva, es una actuación o modo de ser, con la que para conseguir sus fines lo que hace es —mediante un engaño bien estudiado y premeditado— aparentar y presentar unos valores que, en realidad, no piensan cumplir jamás; por ello, y no es por casualidad, su mejor y más claro sinónimo sea el término “demagogia”.

Los líderes populistas suelen ser tremendamente egoístas, bastante o muy narcisistas incluso, aunque su apariencia no sea para tanto o todo lo contrario; suelen aparecen rodeados de personas que les veneran y creen ciegamente en ellos, en sus predicas o actuaciones, que les ríen todas las “gracias” y aparentan que nunca verán en sus actos algún atisbo de falsedad o maldad. Su execrable cohorte es incapaz de decirles la verdad o echarles en cara los errores cometidos por grandes y patentes que estos sean en sus constantes cambios de actitud, de rumbo y de preceptos a seguir; cosa que con mucha frecuencia, y siempre en su propio beneficio, suelen aplicar.

Sus campañas son apocalípticas y sin cuartel contra todo el que pretenden derribar; a la par que muy esperanzadoras para el embobado seguidor que haya caído o esté presto a caer en sus redes. Sin titubear un ápice, ofrecen una arcadia sin parangón donde todos los problemas y necesidades previstas o por imaginar tienen fácil solución; llenas de todo tipo de beneficios, comodidades o servicios públicos que colmen sus deseos de forma gratuita y sin igual.

Beneficios y consuelos, que con el paso del tiempo, sus seguidores nunca verán llegar, aunque, sin embargo, sí percibirán cambios en la actitud, gustos y comportamientos personales del gran embaucador y la comparsa o guardia pretoriana que sobreviva a las continuas purgas a las que el dictador somete a los más cercanos para evitar que estos le puedan hacer sombra o mínimamente criticar.

Aunque muchos pretenden encasillar este fenómeno en una ideología política concreta, no es cierto. Tiene cabida en todo tipo de tendencias de izquierda o derecha aunque siempre bien cercana a sus respectivos extremos. Extremos, que suelen compartir bastantes espacios e ideas y que por ello, algunas veces son difíciles de diferenciar. El odio que destilan hacia el adversario político es tremendo y sin cortapisas o mesura. Suelen despreciar a los demás con toda tranquilidad. Les gusta mucho usar las redes sociales para hacer ver y dejar plasmadas sus fobias y tirrias sobre los demás; sin embargo, suelen tener la piel muy fina cuando alguien osa a devolverles su misma “medicina”; en cuyo caso, pronto recurren a los tribunales en busca de amparo o la compensación económica por el agravio recibido.

Suelen aparentar ser muy valientes y critican el valor real y la necesidad de las fuerzas y cuerpos de seguridad como garantes de la Ley y el orden; pero cuando llegan a ser alguien en la vida política y social, rápidamente se refugian tras ellas, se rodean de guardaespaldas, protegen sus vidas y casas como si fueran las joyas de la Corona o corren a refugios blindados cuando ven que las turbas enfurecidas —aunque estén así por su culpa— les puedan atacar.

Viven de, por y para la propaganda, el control de las redes y medios, así como el manejo de la información privilegiada. Entre sus objetivos a corto y medio plazo también figuran: el control de los cuerpos de policía, del sistema judicial y de la cúpula militar. Durante sus campañas presumen de total transparencia y de la absoluta visibilidad de sus gestiones, acuerdos y demás; para transformarse de inmediato, en cuestión de días, en lo más opaco y oscuro que se haya visto jamás.

Suelen mantener contactos entre sus pares para compartir información, dar la sensación de movimiento fuerte y no ser fruto de una calentura o ensoñación particular y para aprovechar en beneficio las lecciones aprendidas por los demás. Las agendas ocultas de países perversos o grandes mafiosos de renombre internacional suelen tener cabida en alimentar las acciones de estos energúmenos de la vida social, porque el caos que estos suponen y practican, suele transformarse en pingües beneficios para aquellos, que sin escrúpulos, hacen negocio con el sufrimiento y la desgracia de los demás.

Se mueven en las entrañas y marañas de los fraudes y paraísos fiscales como pez en el agua. Sus grandes fortunas proceden de extrañas subvenciones, de robar los esfuerzos del ciudadano a base de desproporcionados impuestos o de la explotación sin norma ni control de los recursos naturales del país o de la empresa privada, una vez quedan estas nacionalizadas, expropiadas o constantemente acosadas por altas o inasumibles presiones de impuestos y miles de trabas administrativas. Una vez instalados en el poder y controlados los necesarios resortes previamente mencionados, suele resultarles relativamente fácil todo tipo de cambio legislativo, lo que les permite el reparto de dádivas entre sus cercanos o la creación de emporios propios o de allegados que consiguen la prioridad, si no la exclusividad para dichas empresas por parte de la administración o del gobierno a escala nacional.

Su grado de tiranía y real desprecio por la vida de sus gobernados va in crescendo a medida que se ven más acosados por la repulsa y presión popular. Aunque basaron sus campañas en el respeto a la vida y la igualdad de sexos, razas y religión; a medida que pasa el tiempo, ese respeto, fundamentalmente por la vida se convierte mediante una mutación progresiva, en todo lo contrario. Alegando infundados derechos a decidir sobre tu cuerpo, vida y razón de ser, se empieza por el aborto libre y sin edad para practicarlo, la amoralidad religiosa y social, fomentar todo tipo de derechos al mundo bisexual o transexual, el amor libre y sin seguridad y la libertad para el uso y disfrute de las drogas; para finalmente, llegar a la legalización de la eutanasia y como último paso, a la esterilización de aquellos con determinados problemas físicos o cognitivos y de difícil adaptación a las exigencias de la vida actual.

Los ataques a la familia, a la religión y a la moralidad van tomando mayor forma e intensidad a medida que la Iglesia, las propias familias u otro tipo de grupos políticos y sociales se interponen en su camino y denuncian claramente sus pretensiones. Las mejores herramientas para lograr sus objetivos consisten en la propaganda; la profusa difusión en todos los medios posibles de informaciones falsas, sesgadas e interesadas; cambiar el sistema educativo hasta cotas estrambóticas o muy bajas y en promover películas, obras de arte y todo tipo de actos culturales y sociales en pro de exaltar el libertinaje y en contra de la conciencia moral y social. Promover el “café para todos” sin limitaciones —desprestigiando el esfuerzo personal y colectivo— las peticiones exageradas, las huelgas sin razón y exaltar los separatismos por aquello del “divide y vencerás”, para ellos son pautas a seguir y cuidar porque, según su ideario, más pronto o tarde, producen efectos y resultados que quedan indelebles para toda la vida o son muy difíciles de erradicar.

Los populistas se pasan la vida amenazando a los demás, no tienen reparo ante nada ni nadie; cualquiera que se interponga en su camino, les critique o les dificulte lo más mínimo en su tarea y objetivos, es objeto de sus duras críticas, insultos e incluso muchas y nada veladas amenazas, aunque no esté en disposición física, económica o moral de hacerlas realidad. Es una forma de sentirse más fuerte y poderoso de lo que son en realidad y, al mismo tiempo, para mostrar ante sus comprados o paniaguados seguidores su “potencia y animosidad”.

La evolución y puesta en práctica de este fenómeno político y social ha ido evolucionando en los últimos tiempos; si hasta hace bien poco pensábamos que era propio de estados fallidos, las conocidas como repúblicas bananeras o países con poca tradición democrática, el siglo XXI nos muestra claros ejemplos; algunos arrastrados de tiempos pretéritos y otros de nuevo cuño, en países muy dispares y hasta incluso con larguísima tradición democrática.

Los regímenes populistas intentan anular, debilitar o hacer superfluas las existentes estructuras político-institucionales democráticamente establecidas. La propaganda populista sostiene que dichas estructuras son el opio del pueblo porque anulan, confiscan o debilitan e impiden su poder soberano en beneficio de las élites tradicionales; élites a las que tachan de ilegales y de no ser capaces de representar al pueblo y sus necesidades. Las ideologías populistas culminan sus objetivos cuando logran manipular con éxito el imaginario e ideario colectivo al, supuestamente, pretender suprimir la enorme distancia entre gobernantes y gobernados; postulado que por su gran atractivo, casi siempre ha gozado del fervor popular y cuya capacidad de movilización social es ampliamente conocida y muy sufrida por los demás.

Hoy en día existe una cierta unanimidad en entender que el mayor auge de los populismos actuales se debe en gran parte a la putrefacción o al mal desempeño de sus funciones por parte de los precedentes gobiernos neoliberales, lo que trajo una gran ineptitud técnico-administrativa, una elevada mediocridad política tanto en los aspectos programáticos como de las personas para llevarlas a cabo y una extendida corrupción en el plano ético, práctico y moral. Hechos, que sin duda, han contribuido decisivamente en la instauración de regímenes populistas con el cambio de siglo.

Son esos gobiernos de régimen neoliberales los que por sus descuidos, malas praxis y un constante mal ejemplo destruyeron o depreciaron la representatividad democrática y favorecieron la insurgencia y la aparición de la conocida como la “democracia caudillista”, la cual se caracteriza por una creciente concentración de atribuciones en el Ejecutivo, el debilitamiento del resto de poderes del Estado y de los sistemas parlamentarios, electorales y de funcionamiento de los partidos y por el distanciamiento real entre gobernantes y gobernados.

Tal y como se ha mencionado, los dirigentes populistas han sabido instrumentalizar eficazmente amplias redes sociales y los medios de comunicación, a través de las cuales y de los Boletines Oficiales de sus países, hacen circular según los casos, todo tipo de bulos, falsas noticias o una serie de dádivas, subvenciones y bienes materiales y simbólicos en favor de los más pobres y vulnerables, aunque realmente sean de dudosa o muy complicada eficacia o realidad, con los que consiguen establecer ciertos vínculos de lealtad y obediencia a su favor.

Ejemplos de lo dicho y con mayor o menor grado de cumplimiento en todas sus facetas e implicaciones, ha habido y aún hay muchos países —cada vez más— en la arena internacional. No es el momento de estudiarlos todos ellos porque no es el objeto de este pequeño trabajo de análisis y, de hacerlo, se alargaría mucho más; simplemente mencionar algunos cómo la Federación Rusa, China, EEUU, Polonia, Hungría, España, Reino Unido, Corea del Norte, Siria, Libia, Irán, Arabia Saudí, Turquía, varios países latino americanos como Venezuela, Argentina, Bolivia, Ecuador, Nicaragua, Cuba y algunos más.

Tarde o temprano, los líderes populistas suelen acabar mal y, en muchos casos, son arrollados por los mismos que fueron engañados en su día por estos vendedores de humo y charlatanes sin par; suele ocurrir más fácilmente en países en los que no se habían consolidado plenamente, porque las profundas raíces democráticas consiguieron resistir los embates de dicha pandemia o donde la formación cultural y los conceptos morales, políticos y sociales consiguen finalmente desenmascarar esta tragedia que, de continuar así, podría terminar fatal.

Solo persisten en aquellos países en los que poco a poco han ido calando en la formación y el pensamiento de un pueblo ignominiosamente dominado por verdaderos artífices de la mentira, las falsas esperanzas y la maldad hasta que han pasado a integrarse en su ADN o forma de vivir con auténtica normalidad; Corea del Norte, Rusia y China, son los ejemplos más claros de lugares donde seguramente va a ser muy difícil erradicar.

A pesar de sus malos ejemplos y peores resultados, muchos populistas mantienen un elevado grado de popularidad entre sus adeptos e incluso aumentan cegados por otro tipo de logros, que si bien son beneficiosos en algunos aspectos, no compensan ni ciegan los errores en otros que tienen una trascendencia fundamental. Es el caso de EEUU y el ínclito Trump, un hombre polémico desde muchos años antes de llegar a la Casa Blanca, rodeado de problemas económicos personales, con amigos e influencias muy discutibles y tremendamente acosado por Hacienda y por una bragueta demasiado nerviosa que no le deja descansar.

Polémico en todos sus actos desde el primer momento de pisar el despacho oval, acostumbrado a hacerlo todo de forma desproporcionada, impulsiva y muy poco reflexiva; actos, que corrobora con una aparatosa firma que presuroso mostraba a las cámaras cada vez que firmaba un decreto o una orden ejecutiva, aunque muchas de ellas pudieran poner el mundo a temblar. A pesar o quizá gracias a ello, ha sido capaz de conseguir más de setenta millones de votos en la primera y más longeva democracia del mundo, entre los que aglutinaba todo tipo de castas sociales y grupos de presión, hasta los más trogloditas norteamericanos sacados de cuevas ancestrales, el mundo del rifle, las armas y el rodeo, los barrios bajos y marginados o caravanas vivienda de las que en EEUU hay millones usadas a diario y que, casualmente, no albergan lo mejorcito de su sociedad.

Ha sido tan grande el golpe que consiguió dar a la democracia norteamericana, que estoy seguro de que sus ciudadanos jamás lo podrán olvidar. Un presidente de los Estados Unidos de América que ha destruido la historia y tradición de su país porque, como un vulgar mal perdedor, desde su puesto alentó a las hordas hasta enfurecerlas para ir a tomar su civil y sacrosanto altar y que ahora tras varios días del ruin acto, aconsejado por alguien, se olvida de aquellas y las desprecia por su forma de actuar. Todo en un movimiento tardío y fuera de lugar para tratar de evitar ser expulsado del poder por la fuerza, incapacitado por problemas de salud mental o que sus poderes sean mermados para evitar que en uno de sus arrebatos siga haciendo daño o pueda provocar una situación irreversible y letal.

Para terminar, quisiera hacer mi última reflexión sobre aquellas horas que el mundo vivió con sorpresa, en muchos casos con indignación y hasta con cierto tipo de miedo porque el mal ejemplo pudiera cundir en otras latitudes sin solución de continuidad. No es el momento ni motivo para tomarse a sorna lo ocurrido esta semana en el Capitolio de Estados Unidos, porque, como dice el Evangelio, aquel que esté libre de pecado que tire la primera piedra y en este tipo de actos y teatros, aunque sin llegar a tamaña intensidad, nosotros tenemos ejemplos muy recientes en Madrid, Barcelona y Sevilla. Situaciones alentadas y jaleadas por populistas que ahora, en otra medida pero al igual que Trump, están en un gobierno nacional o regional tan contentos y convencidos de que ninguna fuerza divina ni humana les puede arrebatar lo que consideran que es suyo por muchos años o para toda la eternidad y veremos que sucederá el día cuando, legalmente y por mandato de las urnas, de sus puestos se les tenga que desplazar.

Lo dicho, como resumen simple y si más adornos; los populismos y los populistas no traen nada bueno a ninguna sociedad oriental ni occidental; son como los bombones de almendra amarga que son malos a rabiar aunque vengan envueltos en hermosos y atractivos papeles de colores fabricados en celofán.

 

 

* Coronel de Ejército de Tierra (Retirado) de España.  Diplomado de Estado Mayor, con experiencia de más de 40 años en las FAS. Ha participado en Operaciones de Paz en Bosnia Herzegovina y Kosovo y en Estados Mayores de la OTAN (AFSOUTH-J9). Agregado de Defensa en la República Checa y en Eslovaquia. Piloto de helicópteros, Vuelo Instrumental y piloto de pruebas. Miembro de la SAEEG.

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