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IDEAS SOBRE POLÍTICA EXTERIOR

Reinaldo Cesco*

Esta nota de opinión no busca proponer una nueva visión en las Relaciones Internacionales, pero si explorar otros caminos, otras opciones tal vez no consideradas, pero que sean de fácil implementación y cuyo costo económico sea accesible para nuestro país. Es una propuesta con ideas que podrían ayudar a la Argentina en su camino hacia un desarrollo sustentable.

Para poder avanzar en el tema, Argentina debería intentar dar respuesta a algunas incógnitas. La primera seria si está en condiciones de ordenar su política interna, la otra seria reflexionar acerca de qué lugar desea ocupar en el mundo. Además, todo programa en materia de política exterior debería considerar la cuestión del Atlántico Sur. En este sentido, cabe recordar que la Disposición Transitoria Primera de la Constitución Nacional de 1994 expresa: “La Nación Argentina ratifica su legítima e imprescriptible soberanía sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur y los espacios marítimos e insulares correspondientes, por ser parte integrante del territorio nacional. La recuperación de dichos territorios y el ejercicio pleno de la soberanía, respetando el modo de vida de sus habitantes y conforme a los principios del Derecho Internacional, constituyen un objetivo permanente e irrenunciable del pueblo argentino”.

Quizás la incógnita más difícil de develar es si Argentina está en condiciones de ordenar su política interna. A primera vista la respuesta natural es NO. Pero de lograrse un acuerdo político de amplio margen, con patriotas a los que les interese la grandeza nacional, donde se incluya a los principales líderes del quehacer nacional y se asuma un compromiso a largo plazo, sería realizable. Para esto deberían comprometerse o acordarse algunas cuestiones básicas sobre las que trabajar, como por ejemplo:

  • Inversión en Educación y Desarrollo.
  • Inversión en Infraestructura.
  • Rebaja Progresiva de Impuestos, simplificación tributaria y Seguridad Jurídica.
  • Seguridad Nacional.
  • Política Exterior coherente.

Una vez acordadas estas cuestiones básicas, el panorama se hace mucho más sencillo y si se trabaja en aras del interés nacional, nuestro país tiene el potencial para estar en una posición de privilegio a nivel internacional.

En cuanto al escaño en el que Argentina busque posicionarse en el mundo, básicamente existen tres opciones. Puede optarse por la irrelevancia, siguiendo la senda actual. Puede optarse por alinearse con alguna potencia o, con un eje ideológico, como la Venezuela chavista y Cuba, o puede optarse por una tercera alternativa, que es la de transitar su propio camino, buscando tener cierta relevancia en el concierto mundial.

El de la irrelevancia, es casi un camino cerrado para nuestro país, principalmente por sus dimensiones geográficas (octavo en el mundo por superficie) y por sus recursos naturales, por lo que por más que se intente, el país siempre va a ser objeto de interés para naciones más poderosas. Situación que la obliga a decantarse por alguna de las otras dos opciones.

El camino del alineamiento, donde siguen los dictámenes marcados desde afuera, seguido varias veces a lo largo de nuestra historia reciente, tanto hacia un lado como hacia el otro, no ha surtido el efecto deseado. Esto tal vez tenga más que ver con el desorden interno que con los lineamientos marcados; pero no es el objetivo de este trabajo ahondar en eso.

En función de lo antes expuesto, la opción natural debería ser buscar tener un papel de relevancia en el concierto de naciones. Argentina debería ocupar el lugar de una potencia intermedia, una potencia regional, el lugar que en algún momento supo tener. Este no es un camino sencillo ni inmediato. Es un proyecto que debe entenderse a mediano y largo plazo, a través de diferentes gobiernos y signos políticos. No es inalcanzable, pero requiere de una planificación estratégica… algo que los gobiernos de las últimas décadas no tienen en cuenta.

El otro punto a abordar (aunque controversial) debería ser la cuestión del Atlántico Sur. La histórica posición argentina es que una potencia extranjera ocupa desde 1833 parte del territorio nacional mediante la fuerza y la coerción. Entonces debería ser una estrategia indiscutible atar este tema a toda la política exterior, so pena de ser incoherentes y no ser tomados seriamente.

Habiendo dado una respuesta a las incógnitas anteriores, nuestro país debería concentrarse en tener una Política Exterior sólida, coherente, confiable y que represente los intereses de la República. Vale recordar que nuestro país no está aislado de la comunidad internacional, razón por la cual la misma debe estar en manos de personal idóneo que represente los intereses de la Nación.

Argentina debe definir sus objetivos estratégicos. Debe trazar un plan a corto, mediano y largo plazo para su desarrollo y, en función de estos objetivos, debe explorar puntos de convergencia y de divergencia tanto en el marco regional, como a nivel mundial y en función de eso debe empezar a tejer alianzas estratégicas que respondan a sus intereses y la ayuden en la consecución de sus objetivos.

Esto se logra buscando socios que tengan intereses similares o complementarios—en este sentido cabe recordar que las naciones tienen intereses, intereses que no necesariamente resultan ligados a lo moral— y compitiendo en áreas donde cuente con una ventaja comparativa. En las otras áreas debería buscar la asociación.

En tal sentido debería evitarse posiciones de confrontación, sobre todo en situaciones donde no puede obtenerse beneficio alguno y más aún si esto genera un daño a las aspiraciones nacionales. Hay otras formas con las que se puede actuar a nivel internacional y pueden ayudar a volcar la balanza a favor del país.

Entre otras propuestas para mejorar la influencia de Argentina en el mundo podrían considerarse Programas de Asistencia a otros países, minimizando la transferencia de tecnología y/o recursos materiales (el razonamiento detrás de esto es no perder ventajas comparativas), pero si enviando especialistas que ayuden a países amigos o aliados en áreas que sean de interés para nuestro país. Otra forma de mejorar la influencia es vendiendo instalaciones llave en mano en áreas donde el país es fuerte, como puede ser parte de la agroindustria o la energía atómica, lo cual no necesariamente implica una transferencia directa de “know-how”, pero permite hacer uso de la tecnología nacional.

Otra opción sería financiar programas de desarrollo en naciones amigas, eventualmente con algunas cláusulas que den cierta preferencia a la producción argentina, a cambio del mencionado financiamiento, u otras facilidades que se estimen convenientes.

Otra herramienta útil son las Misiones de Paz en el marco de la ONU, algo en lo que la Argentina se ha destacado. Le brindan al país una positiva presencia exterior. Ayudan a representar los intereses nacionales en diferentes y variados ámbitos. Además esto permite entre otras cosas ayudar al adiestramiento operacional de nuestras Fuerzas Armadas, y mantener aceitada la capacidad logística de las mismas.

En lo que a las islas Malvinas, Georgias y Sandwichs del Sur se refiere, todo programa de política exterior que se implemente debería tener como objetivo irrenunciable la recuperación de éstas. Sin plantearse plazos rígidos, manteniendo cierta flexibilidad conforme a como sea la evolución de la situación internacional, pero siempre trabajando para la consecución del objetivo que no es otro que el de mantener la integridad territorial. En función de esta meta es que las Fuerzas Armadas deben ser urgentemente equipadas y modernizadas, en especial la Fuerza Aérea y la Armada, porque además de darle credibilidad a las pretensiones y declaraciones propias permiten un control efectivo de la soberanía en el espacio aéreo y en los mares del sur.

Toda negociación que se encare, toda política que se implemente, debería pensarse en cómo conseguir este objetivo. Avanzando en todas las áreas que ayuden a los intereses argentinos, pero tratando de no desaprovechar ninguna opción que se presente para buscar la integridad. En el ámbito que fuere, ya sea reconociendo el reclamo argentino o con acciones concretas que ayuden a nuestra posición.

En lo que respecta al invasor, debería considerarse una política dura. No se puede tener relación amigable ni de cooperación con el usurpador. Esto es comparable a invitar a almorzar todos los días al que semanalmente ingresa a nuestro domicilio a robar, siendo nosotros conocedores de esto. En tal sentido debe reverse o dejar sin efecto las ventajas que se le han otorgado, como por ejemplo los vuelos a Brasil.

Deberían desconocerse los tratados de cooperación firmados con el Reino Unido que no nos benefician y cuya denuncia no traiga peores consecuencias. Especialmente debería desconocerse el tratado sobre las 200 millas náuticas en derredor de las islas Malvinas que le otorgan al usurpador beneficio económico inconmensurable; además de poner una base militar para la OTAN en el Atlántico Sur.

Para tomar dimensión de la ofensa, vale la pena detenerse en el siguiente párrafo de un trabajo publicado por el Dr. Cesar Augusto Lerena:

Hoy el Reino Unido ocupa 200 millas alrededor de Malvinas y un total de 1.639.900 millones de km2 de territorio marítimo argentino. ¿Alguien se habrá dado cuenta que la superficie ocupada es equivalente a toda la Patagonia (Tierra del Fuego, Santa Cruz, Chubut, Neuquén y Rio Negro) y a las Provincias de La Pampa, San Luis, Mendoza, Jujuy y Formosa? ¿Por qué además de poner énfasis en los legítimos reclamos de Malvinas no se visibiliza que la Argentina tiene invadido 1,6 millones de km2 de territorio nacional?

Han transcurrido ya 187 años que el Reino Unido ocupase Malvinas y 55 años de reclamos y de entrega sostenida y creciente de la Soberanía Nacional desde la Resolución 2065/65 de la ONU. ¿Los gobiernos aplicaran únicamente estas políticas declarativas e inconducentes?1

Debe tenerse en cuenta que solo con desconocer los tratados no se va a lograr ningún avance. Además del accionar en el campo diplomático y en cuanto foro internacional se tenga oportunidad, esto debe acompañarse de una sólida política económica y de un equipamiento y adiestramiento de nuestras Fuerzas Armadas acordes a lo que la situación requiere.

Se debe negociar y presionar en todos los frentes. Se debe forzar al Reino Unido a sentarse a la mesa de negociación. En toda ocasión en la que éste retornó un territorio ocupado, lo hizo recién cuando se vio obligado a sentarse a negociar presionado por la situación general del territorio en disputa, o por la presión social, o por la presión económica, o por la presión militar o de la comunidad internacional, o por una combinación de estos factores. Nunca lo hizo obrando de buena fe o porque fuera lo correcto. Recordemos que las Naciones tienen intereses, no moral.

Es por esto, que la Argentina debería cambiar completamente la estrategia sobre las islas e implementar una política dura. No quiere decir esto que busque un conflicto armado, pero debe estar preparada para afrontarlo, para defenderse si ese fuera el camino elegido por el Reino Unido. La partida de ésta de la Unión Europea —el Brexit— es un cambio importante en la situación internacional que no debería ser desaprovechada, ya que debilita considerablemente la posición británica.

Resumiendo, Argentina debería ordenar su política interna, una tarea pendiente de la que es responsable toda la dirigencia política, tener una política exterior sólida y coherente, que verdaderamente represente los intereses nacionales y que además, haga de la cuestión del Atlántico Sur una prioridad, persiguiendo la unificación territorial sin renunciamientos ni vacilaciones.

 

* Desde el año 2006 hasta el 2014 se desempeñó como Oficial Subalterno del Ejército Argentino, ocupando funciones varias, entre ellas las de Instructor de Vuelo y profesor de varias materias en el ámbito de la Escuela de Aviación del Ejército.

Licenciado en Relaciones Internacionales (2017), graduado en la Universidad de la Defensa Nacional (UNDEF) y egresado del Curso superior de Defensa Nacional (2007), también  dictado por la UNDEF.

Actualmente se desempeña como piloto de una aerolínea comercial en Estados Unidos.

 

Referencias

  1. Publicado el 30-4-2020 por Cesar Augusto Lerena en https://saeeg.org/index.php/2020/04/30/los-extranjeros-invaden-el-atlantico-sur-la-patagonia-maritima/

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ALGUNOS PRINCIPIOS ESTRATÉGICOS DEL CAPITÁN LIDDELL HART

Agustín Saavedra Weise*

Sir Basil Liddell Hart

Sir Basil Henry Liddell Hart (1895-1970) fue un destacado oficial británico que llegó al grado de capitán y luego se dedicó a escribir sobre temas militares de diversa naturaleza, los que concitaron la atención de muchos estudiosos del campo castrense como también en los ámbitos político-electorales y empresariales. Uno de los más interesantes trabajos de Liddell Hart ha sido la recopilación de sus entrevistas con los principales estrategas germanos de la Segunda Guerra Mundial en su conocido libro “El otro lado de la Colina – Los generales alemanes hablan”. Al concluir la obra, resume magistralmente su opinión sobre esos oficiales famosos, entre ellos el célebre Mariscal de Campo Erich von Manstein. He aquí lo escrito como reflexión final por el capitán Liddell Hart: “Los generales alemanes de la Segunda Guerra Mundial fueron lo mejor de lo mejor que tuvo el mundo en su profesión. Podrían haber sido aún mejores, si su visión global de los hechos hubiera sido más grande y su comprensión aún más profunda. Pero entonces se habrían transformado en filósofos, ya no hubieran sido soldados”.

Su libro, “El otro lado de la Colina – Los generales alemanes hablan”, en su versión en inglés.

Liddell Hart en otro de sus libros importantes (Estrategia) señala varias máximas que según él deben ser siempre observadas en todo contexto en el que puede haber un enfrentamiento. Algunas de ellas han sido adaptadas de las que marcó en su época el legendario pensador chino Sun Tzu. Helas aquí: 1) Ajuste su fin a sus posibilidades; la vista clara y el cálculo fresco deben prevalecer. No intente hacer más de lo que puede, mantenga un sentido claro de lo que es posible. 2) El objetivo principal debe estar siempre en su mente mientras adapta su plan a las circunstancias. Reconozca que existen alternativas, pero asegúrese de que todas tengan relación con el fin propuesto. 3) Elija la línea de menor expectativa. Intente ponerse en el lugar de su oponente y trate de imaginar qué curso de acción verá él como el menos probable. Y explote la línea de menor resistencia, siempre que pueda llevarlo hacia su objetivo final. 4) Aproveche la oportunidad, pero no cualquier oportunidad sino la óptima, la mejor posible. 5) Su línea de operaciones siempre debe ofrecer objetivos alternativos; elija un curso de acción único que podría tener varios objetivos posibles y no deje que sus acciones los revelen. Esto pondrá a su contrincante en un dilema, introduzca incertidumbre con respecto a lo que se debe proteger. 6) Asegúrese de que tanto los planes como las disposiciones sean flexibles y adaptables a las circunstancias. Incluya contingencias, tanto para el éxito como para el fracaso. 7) No arriesgue toda su fuerza en un solo golpe, máxime si el enemigo está en guardia y bien ubicado para detenerlo o evadirlo. 8) A menos que su rival sea muy inferior, no lo ataque hasta que éste haya sido desorganizado y desmoralizado; la guerra psicológica debe preceder a la guerra física. 9) No renueve un ataque en la misma línea (o en idéntica forma) después de que haya fallado una vez; esa conducta puede serle fatal. 10) Y si ha perdido y es necesario rendirse, hágalo, es mejor eso que sufrir la destrucción total.

 

*Ex canciller, economista y politólogo. Miembro del CEID y de la SAEEG. www.agustinsaavedraweise.com

 

Tomado de El Deber, Santa Cruz de la Sierra, https://eldeber.com.bo/189698_algunos-principios-estrategicos-del-capitan-liddell-hart

INQUIETANTE Y PERTUBADOR

F. Javier Blasco*

El pasado 8 de julio, el presidente Sánchez se desahogó con dicha frase calificativa al aludir a las noticias que saltaban a la prensa inculpando al Rey Emérito Juan Carlos I en un caso de fraude a Hacienda por la no declaración de impuestos sobre ciertas comisiones o donaciones por el AVE a la Meca y su traspaso a una señora despechada quien, a pesar de haber logrado un pastizal, se ha dedicado a largar al mayor y más fétido representante de las llamadas cloacas del Estado. Perla la de Sánchez, que coronó con un “agradecimiento a la Casa Real por poner distancias” con el caso y en el tema.

Frases ambas nada justificables para un Presidente del Gobierno por no respetar en la figura de Juan Carlos I, la presunción de inocencia y por inmiscuirse directamente en un caso que está siendo investigado por la justicia; cosas que siempre repudia en los demás, proclama y exige a todos sobre todo, en los casos que afectan a su partido, al gobierno o a personas allegadas a su ideario.

Tampoco es de recibo que él, como Presidente del Gobierno agradezca nada al Jefe del Estado. En dicho agradecimiento, queda de manifiesto un encubierto deseo y sentimiento de superioridad sobre Felipe VI, cosa más que probada por muchos de sus gestos y totalmente reprobable en su persona dado el cargo que ostenta.

Para darle el justo peso y valor al tema, debemos encajarlo en el escenario o contexto donde se produjo; lo hizo, aprovechando la rueda de prensa conjunta con el Primer Ministro italiano de visita oficial en España, y ante los medios internacionales que la cubrían. Pretendiendo de esta forma y con gran apariencia de naturalidad, mostrar con dos frases —tremendamente calculadas y mendaces— una situación y sensación de control total, así como una parcialidad y una superioridad sin igual.

Por si esto último no hubiera quedado bien claro, en la misma rueda de prensa y cambiando de tercio, se le ocurrió deslizar un mensaje nítido a España y a Europa, al menos. Con él que quiso dejar bien claro que nunca le ha pasado por su cabeza hacer ningún tipo de pacto con el Partido Popular, ni siquiera en los momentos más graves y difíciles para España. Mensaje externo en clave interna, que dice mucho de su arrogancia, egocentrismo y falta de visión de Estado. Que muestra que se encuentra sobrado, que no piensa cambiar de política y que todo lo que afirma y pregona de forma dura contra la oposición al acusarles de remar en sentido contrario, es falso, como casi todo lo que hace y dice en su vida de truhan.

Semana negra para su popularidad y maldad personal en la que ha ido sumando una serie de actos poco recomendables para alguien que ostenta la presidencia de un gobierno que dice ser plenamente democrático; como por ejemplo, el desprecio a los difuntos y familiares de los más de cuarenta y cuatro mil fallecidos durante la pandemia del COVID-19 al no asistir a la misa funeral oficial, celebrada —con la presidencia de la Familia real en pleno— y organizada por la Iglesia católica española en su honor, alegando posteriormente en su defensa, que aquello no era un funeral de Estado. Con su postura y poco apego pisa de nuevo, a unos fallecidos, que él aún no reconoce en su número real, a los que se ha resistido a honrar y de los que, en muchos casos, de su horrenda y solitaria muerte, el gobierno en pleno se intenta desmarcar.

Santa Misa celebrada en recuerdo de todas las víctimas del COVID-19 en la Catedral de la Almudena con la presencia del Rey Felipe VI, la Reina Letizia, la princesa Leonor y la infanta Sofía. Foto: EFE

Hecho feo, chulesco y burlesco tanto en su persona como en la del nefasto vicepresidente Iglesias, personaje siniestro y amenazador sin igual, que cada día se va implicando en más temas a cual más fétido y vulgar. Temas, de los que veremos si el gobierno y con todos sus execrables resortes de “protección jurídica” a su entero y personal servicio podrán, algún día, librarle completamente.

Para finalizar la semana horribilis solo faltaban una serie de declaraciones, soltadas a modo de globo sonda, por las que trataba de resucitar un hecho que es imposible llevar a cabo sin la concurrencia del principal partido de la oposición, como es la revisión de la inviolabilidad del Jefe del Estado, el Rey mientras este ejerza el cargo. Porque para ello, es preciso una revisión de calado de la Constitución, lo que supone disolver las cortes, ganar las elecciones, aprobar de nuevo dichos cambios en las nuevas cortes y ser sancionados mediante un referéndum nacional. Por lo que todos saben que no es más que ganas de mover el rabo, tratar de quitarle seguidores a Podemos y aparentar que es todo un auténtico revolucionario.

No se puede asegurar a ciencia cierta que todas estas palabras, frases, gestos y hechos por si solas o en conjunción, hayan tenido una gran y directa influencia en el fallido nombramiento de la Sra. Calviño cómo Presidenta del Eurogrupo el pasado jueves 9 de julio. Hecho y momento de gran vergüenza para el gobierno de Sánchez por haber mostrado una nefasta estrategia diplomática, un exceso de confianza, un selectivo acercamiento a los países más grandes y un grave desprecio de los pequeños y a los partidos de centro derecha, sin tener presente que dichos países tienen el mismo peso a la hora de depositar su voto y que son además los que ponen y pondrán las principales pegas a la hora de que la UE nos vaya a financiar. Vender la piel del oso, con desprecios y postureos, antes de cazarlo, suele tener malas consecuencias para el cazador, ya que puede hasta resultar ser cazado, como ha sido el caso.

Situación que, seguramente, tiene sus bases en otros muchos aspectos, actos, desprecios y salidas de patas de banco, así como en las graves repercusiones ya probadas de la alianza social-comunista al establecer un gobierno apoyado en partidos regionalistas, separatistas y filoterroristas, muy poco preparado, totalmente desnortado, incoherente, anacrónico y que marcha por un camino completamente equivocado y contrario a los demás para ir hacia ningún lado y menos, para salir de la grave crisis económica en la que ese mismo gobierno nos ha metido por su falta de previsión, mirar para otro lado y dada su pésima gestión de una crisis sanitaria, derivada de una pandemia global, que, a su vez, ha colocado a España en los peores podios en materias tales como el número de muertos, personal sanitario contagiado y los más pésimos indicadores económicos que solo prevén una gran dificultad para nuestra recuperación.

Todo influye, nada pasa desapercibido, máxime cuando muchos saben que por parte de los protagonistas del “pacto del abrazo”, nada ocurre por casualidad o es fruto de un desliz poco madurado. Los muchos cientos o miles de asesores que les rodean y las directrices marcadas por el mercenario de la propaganda que domina y dirige las cloacas Moncloa, hacen que todo esté pensado, aparezca en el momento que estimen más oportuno y que su nueva versión, cambio o replica esté calibrada, ensayada y preparada para surgir si fuera necesario.

Lo de Calviño, es un claro aviso a navegantes; los mismos que nos denegaron su apoyo, son los que tiene bien hechos sus deberes, se han sacrificado previamente y no están dispuestos a que sean sus conciudadanos los que paguen con sus impuestos los excesos y las alegrías de los países gobernados por descerebrados, gastadores a manos llenas y totalmente despreocupados por lo que pueda venir mañana.

Estoy plenamente convencido que el proceso que se inicia ahora mismo y que será el que nos saque o no del abismo, no va a ser un camino plano y lleno de rosas como muchos imaginaban, ya que el poder de los más fuertes dentro de la UE no es hoy, ni mucho menos, tan grande como lo fue antaño, lo que hace pensar en que el proceso negociador será a cara perro y ya veremos cómo y en qué acaba este desaguisado.

Los charcos en los que se mete el gobierno son cada vez mayores, ya he perdido la cuenta del número de subvenciones, apoyos o planes de refuerzo a la economía y diversos sectores que como si fuera el más poderoso del mundo y no el más endeudado, firma y aprueba por doquier con todo su desparpajo, aunque tarde y sin dinero para financiarlos.

Las querellas y demandas que por decenas le vienen llegando, de momento las van soslayando; pero llegará el día en que el muelle de protección se romperá de tanto tensarlo y entonces, será incluso la propia justicia europea la que ponga orden en tanto mamoneo y excesivo quebranto.

Las chulerías no son nada baratas; en esta vida todo se paga, aquellos que se ufanan de sus gestos o actos aunque vayan contra tiros y troyanos acaban finalmente mordiendo el polvo, incluso con mayor dureza y escarnio. Lo malo de todo esto es que, en nuestro caso, seremos los españoles los que pagaremos la factura y el dolor recaerá sobre nuestros bolsillos y espaldas. Mientras tanto, estos dos dictadores y tiranos pasarán a engrosar las filas de los muchos ex dirigentes que, al estilo de Zapatero, pululan por el mundo sacando pingües beneficios, a costa de defender a capa y espada causas perdidas en países que, habiendo sido otrora muy ricos y prósperos, ahora nadan y retozan en la miseria, la pobreza, la desesperación y el paro. Por eso me atrevo a decir, sin ningún reparo, que TODO esto sí que es INQUIETANTE y PERTURBADOR, señor Sánchez.

* Coronel de Ejército de Tierra (Reserva) de España.  Diplomado de Estado Mayor, con experiencia de más de 40 años en las FAS. Ha participado en Operaciones de Paz en Bosnia Herzegovina y Kosovo y en Estados Mayores de la OTAN (AFSOUTH-J9). Agregado de Defensa en la República Checa y en Eslovaquia. Piloto de helicópteros, Vuelo Instrumental y piloto de pruebas.

Miembro de la SAEEG.

Artículo publicado en https://sites.google.com/site/articulosfjavierblasco/inquietante-y-pertubador