Archivo de la etiqueta: Afganistán

AFGANISTÁN: EL EJÉRCITO DE ANTIGUOS INTÉRPRETES OLVIDADOS.

Marco Crabu*

La consigna debe ser firme e inequívoca: ¡nadie se queda atrás!

El 30 de abril, en vísperas de la gran retirada de la coalición estadounidense y los países de la OTAN en Afganistán, un ejército de antiguos intérpretes olvidados, que sirvieron a los contingentes militares occidentales —incluida Italia— durante la larga y compleja «guerra eterna», se reunió en Kabul para pedir en voz alta que se ayudara a la comunidad internacional a salir del país. Temen por sus vidas y las de sus familias mientras las fuerzas armadas occidentales se preparan para regresar a sus hogares. “… Los insurgentes, especialmente los talibanes, se vengarán y nos cortarán la cabeza…”, dice uno de los antiguos intérpretes entrevistados por la prensa internacional, explicando precisamente que la milicia islamista y fundamentalista los considera espías e infieles servidores de invasores extranjeros.

¿Qué papel han desempeñado los intérpretes afganos en el conflicto?

Fonte: AFP

Llevaron a cabo algunas de las tareas más sucias y peligrosas durante la guerra en Afganistán mediante la recopilación de información sobre los fundamentalistas talibanes, la advertencia de ataques y la interceptación de las comunicaciones de los insurgentes. Se trataba de consultores lingüísticos y culturales reclutados directamente por la coalición de la OTAN o individualmente por el contingente militar de los países occidentales o, en algunas situaciones, por contratistas internacionales privados que operaban allí. Eran civiles, no soldados, pero sin ellos, las fuerzas armadas de la OTAN no podrían haber librado esta larga y difícil guerra. Ciertamente lo hicieron por el salario (unos $30.71/día) con el que pudieron mantenerse y a sus familias. Pero lo que a menudo no surge es que se creó una especie de sentimiento indisoluble entre ellos y nuestros militares que superaron todas las barreras lingüísticas, culturales y religiosas. En resumen, se estableció una verdadera hermandad de armas incluso a riesgo de la propia seguridad. Y en algunos casos, en lugar de ser protegidos por el gobierno del contingente aliado para el que operaban, los que pedían ayuda quedaban relegados a la incertidumbre y a largas esperas para recibir la ansiada visa de expatriación, para ellos y para sus familias, con la esperanza de comenzar una nueva vida lejos de su patria, pero sobre todo de la amenaza de los fundamentalistas que mientras tanto recuperaban terreno sobre las fuerzas regulares.

Durante este largo conflicto, docenas y docenas de intérpretes y traductores afganos (y empleados en general) perdieron la vida o sufrieron torturas indecibles en ataques selectivos de los talibanes. Otros, por su parte, resultaron heridos en operaciones de “combate” o durante patrullas a bordo de vehículos militares blindados.

Partiendo de una revisión del contexto, la situación en Afganistán no es actualmente la más halagüeña y los analistas internacionales advierten que la violencia podría aumentar drásticamente a lo largo de 2021. El tímido proceso de paz podría colapsar, aumentando la probabilidad de una guerra civil prolongada, con miles de víctimas y el activismo simultáneo de grupos terroristas (de los que, entre otras cosas, ya hay algunas advertencias), en particular Isis y Al Qaeda.

Y seguramente uno puede imaginar los efectos de una larga guerra civil que podría ser reprimida en la ya maltrecha y tambaleante sociedad afgana. Tampoco debemos subestimar el flujo migratorio de personas desesperadas que se dirigen en masa en dirección a las fronteras más cercanas y que inevitablemente caerán en picada en las guarniciones fronterizas de los países vecinos. El propio Pakistán teme estas consecuencias afganas y está presionando a la comunidad internacional (especialmente a Rusia y China) para que adopte todas las contramedidas necesarias y urgentes con este fin, pero en particular le preocupa profundamente que en algunas partes del país no se establezcan “bolsas” fundamentalistas de talibanes aliados a grupos terroristas; por ejemplo en Beluchistán, donde la presencia del Estado es muy lábil y se penetra fácilmente desde el exterior a través de la línea Durand, y donde ha habido durante mucho tiempo una ola de radicalización religiosa incluso en grupos étnicos dóciles como los barelvi.

Y si los ex intérpretes afganos y sus familias llegaran finalmente a estos probables corredores humanitarios, todavía no tendrían escapatoria porque casi con toda seguridad tropezarían con sus verdugos.

Fonte: Forces.net

En vista de todo, algunos países de la OTAN ya han comenzado a tomarse en serio este tema, reconociendo la solidaridad y la gratitud que se les debe por luchar “hombro con hombro” con los militares de los contingentes occidentales.

En los últimos años, sin embargo, las visas estadounidenses para la repatriación de ex empleados afganos se han detenido repentinamente porque la inteligencia estadounidense ha informado del peligro de infiltración terrorista entre las líneas de retorno del país asiático. El general Mark Milley, jefe del Estado Mayor Conjunto, dijo que el gobierno de Estados Unidos está desarrollando nuevos planes para evacuar a los empleados afganos y sus familias, y no solo a los intérpretes, sino a cualquiera que haya trabajado para el contingente militar estadounidense en Afganistán. Según la Embajada de Estados Unidos en Kabul, todavía hay 18.000 empleados afganos que han solicitado el SIV —la visa especial de inmigración estadounidense— aproximadamente equivalente al número total que han recibido en casi dos décadas de conflicto. Los funcionarios estadounidenses están tratando de restablecer los procedimientos de evaluación de solicitud de SIV en una carrera lenta contra el tiempo, por lo que se están estudiando nuevas opciones además de la Visa Especial de Inmigrante que acelerará el proceso. Estados Unidos ha anunciado que su embajada en Kabul permanecerá abierta y operativa incluso después de la retirada de las tropas.

Fonte: TheTimes

El Reino Unido, a su vez, ha anunciado que pronto acelerará el traslado del personal afgano que ha trabajado con sus militares, dando prioridad a aquellos que actualmente están empleados (o ex empleados) y se consideran de alto riesgo. Hasta el momento, el Reino Unido ha reubicado a 1.360 afganos desplegados allí durante todo el conflicto de 20 años y se espera que otros 3.000 se incluyan pronto en los planes para desmovilizarse de Afganistán.

El gobierno australiano también ha tomado medidas al respecto, tramitando urgentemente las solicitudes de visado a docenas de intérpretes afganos que trabajan o han trabajado para las Fuerzas de Defensa australianas (ADF), en medio de la creciente preocupación por su seguridad tras el cierre de la Embajada de Australia en Kabul y la retirada en curso de los contingentes occidentales. Australia ha admitido a unos 600 intérpretes desde 2013, pero todavía son muy pocos, porque los procedimientos de visado son más lentos y engorrosos que los británicos, y el cierre de la Embajada en Kabul solo aumentará los retrasos.

E Italia, ¿qué decisión ha decidido tomar sobre la concesión del estatuto de refugiado a los antiguos intérpretes y a sus familias?

Fonte: Difesa.it

Ayer, el Ministro de Defensa Lorenzo Guerini, en la base de Camp Arena en Herat (sede del Comando de Asistencia de Asesoramiento de Trenes Oeste – TAAC-W, Comando de la OTAN dirigido por la misión italiana de apoyo resuelto), durante la sentida ceremonia de arrío de la bandera—que significa la retirada del contingente italiano de Afganistán— y en presencia de las autoridades italianas, estadounidenses, albanesas y afganas además de una gran cantidad de periodistas que llegaron desde Italia en un vuelo militar (tumultuoso) que despegó de Pratica di Mare (a la que también asistió el Director de nuestra revista web OFCS.report), expresó amplias garantías con respecto a la cuestión debatida de los intérpretes: “La cuestión de los colaboradores afganos es muy cercana a nuestros corazones —dijo—, aseguro al público que nadie será abandonado. Italia no se olvida de los que colaboran con nosotros”. A través de la Operación Aquila, por tanto, se han definido las listas de personal civil que apoya al contingente italiano, que equivalen a 270 unidades —más otras 400 por verificar de nuevo—, que a partir de mediados de junio serán tomadas y reasentadas en la Patria por el Ministerio del Interior. Sin embargo, para ser totalmente honestos, la cuestión de los antiguos intérpretes y del personal civil afgano en general, a pesar de la repatriación de 116 operadores en 2014 con motivo de la primera retirada parcial del contingente italiano, ha sido tratada intermitentemente por Italia en los últimos años, como fue el caso inicialmente de la mayoría de las naciones de la coalición aliada, por lo que algunas dudas pueden ser preexistentes.

Como prueba de esta reiterada inconsistencia, llegó incluso la directiva del general Alberto Vezzoli, que tenía las características de una auténtica ducha de agua fría para las esperanzas de los intérpretes afganos: los contratos de 11 colaboradores no se volverían a confirmar al 31 de diciembre de 2020, al igual que no estaban incluidos en los programas de protección contra posibles represalias de los fundamentalistas talibanes. Y otros 38 contratos estaban igualmente preparados, suspendidos de trabajo y salario en los meses comprendidos entre enero y abril con la esperanza de que algunos se resumieran (una esperanza que de hecho se ha materializado afortunadamente). Sin embargo, las solicitudes de aclaración de los intérpretes afganos, que han llegado a las órdenes de Herat, no han ido seguidas de respuestas oficiales de nuestro Ministerio de Defensa.

Las razones de este tratamiento inexplicable se han atribuido formalmente, por un lado, a la pandemia de Covid-19, por otro a la falta de financiación del fondo de la misión en el extranjero y, por último, a los oscuros problemas de seguridad o al mal desempeño del personal afgano. Pero la verdadera razón era que Italia estaba a punto de retirar su contingente y el personal civil afgano empleado durante todos estos años tuvo que ser desempacado (se puede agregar sin ninguna gratitud).

A pesar de las reiteradas garantías del Ministerio de Defensa, el tema ha involucrado en poco tiempo a diversos ámbitos de la opinión pública que han mostrado interés y solidaridad en circunstancias que no son fáciles de comprender para todos.

El foco de atención en el asunto fue la iniciativa del conocido periodista italiano, enviado de guerra y colaborador de “Il Giornale”, Fausto Biloslavo y Gen. a.c. (aus.) Giorgio Battisti, ex jefe de estado mayor del Comando de la ISAF (2013-2014), a quien se unieron rápidamente varios oficiales del ejército (ahora de licencia) que sirvieron a Italia en la misión en Afganistán. En una reciente conferencia organizada por el Club Atlántico de Bolonia, el presidente de la asociación, Gen. b. (re-60) Giuseppe Paglialonga, expresando su solidaridad más amplia con los antiguos intérpretes afganos, también pidió la participación activa en acciones concretas de los Clubes Atlánticos Italianos, mostrando la gratitud correcta a aquellos que han demostrado una gran lealtad y un espíritu de sacrificio junto con nuestro personal militar empleado en las operaciones en el país asiático. La paracaidista partidista, condecorada y medallista de oro al valor militar, Paola del Din, también apoyó la causa escribiendo directamente a la Ministra de Defensa y expresando su pesar por la situación actual que ha surgido, un vergonzoso retraso en las repatriaciones, y lanzando la propuesta para un posible reasentamiento de ex intérpretes afganos en nuestro país como mediadores culturales en apoyo de los centros de recepción que pueblan a los inmigrantes de su propia etnia, en su mayoría de la llamada ruta de los Balcanes.

Por supuesto, debemos asegurarnos, y si es necesario movilizarnos, de que se pongan en marcha todas las acciones necesarias, en primer lugar para que no se reúnan en centros de acogida a su llegada a Italia porque no se vería bien. En su lugar, sería apropiado organizar un transporte específico y darles un alojamiento digno. Además, sería necesario facilitar al mismo tiempo los procedimientos burocráticos y evitar que los intérpretes, una vez en Italia, sean abandonados a su suerte en las profundidades del SPRAR, el Sistema de Protección para Solicitantes de Asilo y Refugiados. De hecho, son muchos los casos de operadores afganos repatriados a Italia en 2014, que tras el periodo inicial se sintieron abandonados y ni siquiera estaban empleados en el trabajo que siempre han realizado en Afganistán, tanto que se sintieron obligados a marcharse y buscar suerte en otro lugar. No debemos olvidar que se trata de personas educadas, a veces graduadas, algunos ex pilotos de la fuerza aérea, y se espera que no sean empleados en trabajos de bajo nivel. Los diversos Mohses, Bashir, Isaac, Samir y muchos otros están deseando reunirse con su segunda patria, Italia.

La consigna debe ser firme e inequívoca: ¡Nadie se queda atrás!

 

* Licenciado en Ciencias Sociológicas, Facultad de Ciencias Políticas de l Universidad de Bolonia. Especialista en Seguridad, Geopolítica y Defensa.

 

Artículo publicado originalmente el 09/06/2021 en OFCS.Report – Osservatorio – Focus per la Cultura della Sicurezza, Roma, Italia, https://www.ofcs.it/internazionale/afghanistan-lesercito-degli-ex-interpreti-dimenticati/#gsc.tab=0

AFGANISTÁN, EL GOBIERNO TALIBÁN Y EL PRECIO PAGADO POR PAKISTÁN

Isabel Stanganelli*

Imagen de Chickenonline en Pixabay 

Luego de la conmoción mundial ante el atentado contra los Estados Unidos en septiembre 2001, cuando aún se encontraban registrando el costo en vidas, económico, estratégico, comenzaron los planes para castigar a los supuestos responsables. Esa misma tarde se señaló al villano: Afganistán. Y mientras seguían los recuentos de víctimas, la remoción de escombros, el replanteo de la utilidad de las organizaciones que debieron prevenirlo, evitarlo —y también las que debían crearse—, se iba armando el plan de ataque a Afganistán.

Desde mediados de la década de 1990, Arabia Saudí, Pakistán y Emiratos Árabes Unidos —ya sin los soviéticos en el terreno—, sostenían a los talibán mientras neutralizaban a Irán y la ruta del petróleo desde Asia Central. Además Pakistán continuaba ayudando a grupos armados contra Irán e India. Debido a este soporte foráneo, muchos efectivos de las fuerzas talibán en Afganistán eran extranjeros, destacándose la organización de Al-Qaeda que contaba en sus altos mandos con árabes, uzbekos, chechenos y pakistaníes además de europeos e incluso algunos estadounidenses.

Pero el ataque a Afganistán planeado por Washington en 2001 cambió todas estas estrategias: requería bases y puntos de apoyo en Asia. Y la colaboración de Pakistán era clave. E inmediatamente Washington la solicitó perentoriamente.

Independientemente de la inminencia de una guerra vecina, Pakistán debía actuar de manera opuesta a sus intereses nacionales.

Y tuve ocasión de presenciar este grave dilema. Entre el horror de lo ya ocurrido y las acciones que se estaban preparando como represalia ante lo considerado como un ataque de guerra, la Facultad de Ciencias Jurídicas de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) invitó al entonces Embajador de Pakistán en Argentina, Dr. Saeed Khalid, a dar detalles de lo que se avecinaba. Sentada a su lado mirábamos a los espectadores, muchos de ellos comunicadores sociales.

El diplomático habló de su Pakistán: su pueblo, su economía, el paso de Alejandro Magno. Obviamente debía abstenerse de hacer comentarios sobre Washington. Entonces lo observé y fue notorio que no podía expresarse libremente. Luego fue mi turno y como académica podía decir todo lo que él debía callar como diplomático. Y lo hice. Luego comenzaron las preguntas. Y recuerdo una respuesta suya: “Accedimos al pedido de los Estados Unidos pero esperamos que su presencia no se extienda… porque cada muerto nos duele”. Era el 18 de octubre de 2001.

La guerra contra el terrorismo

En la primera etapa de la guerra actual, Pakistán perdió margen de maniobra en Afganistán, principalmente con la toma de Kabul por la Alianza del Norte. Irán, Rusia e India lo incrementaron y Estados Unidos tuvo un rol limitado. Por ello, luego del soporte inicial a la Alianza del Norte, se comenzó a desarrollar la idea de colocar a un pashtu moderado en el gobierno, propuesta resistida por Rusia e Irán y especialmente por la Alianza del Norte cuyo su objetivo, además de retener Kabul, era limitar el avance de Pakistán y de Estados Unidos, logrado a través de los talibán.

Irán y Rusia asistían a la Alianza del Norte en su tarea de recuperar gran parte del territorio de Afganistán. La entrada en Kabul era clave. Si se enfrentaban Estados Unidos y Pakistán contra Irán, India y Rusia, la posibilidad de un gobierno duradero en Afganistán se esfumaba, si es que no se desencadenaba una nueva guerra civil e inestabilidad en y con sus vecinos.

La cuestión es que las lealtades afganas nunca respondieron al Estado sino a su grupo étnico, a su versión del Islam (sunnita, chiíta o ismailí) y a los líderes tradicionales de sus propios clanes u tribus, en ese orden. En ese contexto la mitad meridional del país siempre resultó difícil de controlar. Por ello tomar Kandahar era indispensable para la coalición contra el terrorismo —lo que no hizo feliz a Pakistán— y Mazar i-Sharif, ambas ciudades meridionales en territorio relativamente llano, y destruir además los cultivos de opio. Washington dispuso para esta etapa de 30.000 a 40.000 efectivos, en tanto que la Alianza del Norte se ocuparía del resto del país.

Formación del “nuevo gobierno”

Estados Unidos debió responder ante Pakistán por el avance de la Alianza en Kabul. Una respuesta fue la cumbre de Bonn, que debía consagrar al ex monarca Mohammed Zahir Shah pero que, finalmente, nombró a Hamid Karzai —pashtún— como Presidente interino por seis meses, aunque retuvo su cargo hasta 2004.

La Loya Jirga o parlamento, formado por 21 líderes étnicos, religiosos y tribales, denunció presiones para la elección del gabinete ante el enviado de la ONU —Lajdar Brahimi— señalando que no descansó en la decisión de Karzai sino que fue tomada por la ONU.

El éxito en el proceso de organización institucional requería desarmar a algunos grupos y armar a otros, tarea que requería imparcialidad. Si la ONU y otras organizaciones internacionales fallaban, Pakistán podría apoyar a los pashtún y hacer fracasar la reconstrucción nacional. Era una empresa muy difícil construir un ejército de diferentes milicias que no quieren ir a la guerra y no se quieren entre sí. Pakistán continuaba bajo presión internacional.

¿Reconstrucción de Afganistán?

Las ofertas de ayuda para la reconstrucción del Estado fueron tentadoras. Pero no se trata de Europa —Plan Marshall mediante— o del Japón con su “nueva” Constitución de 1952. Reconstruir la infraestructura afgana —rutas, aeropuertos, plantas de energía y telecomunicaciones— era, sin duda, indispensable. Pero los nuevos ataques a Iraq (2003), postergaron los planes para esta región.

En este contexto se fortaleció un eje chino-ruso, ya institucionalizado a través de la Organización de Cooperación de Shanghai y la firma de un tratado bilateral ya firmado entre ambos Estados en julio de 2001.

El rol de Pakistán fue importante. El esfuerzo por erradicar a los talibán destruyó algo por lo que había trabajado por mucho tiempo. La solidaridad tribal, étnica y religiosa de gran parte de la población pakistaní con los pashtu logró transformar la situación en explosiva. Aun habiendo sido exitosa la misión de apartar a los talibán del gobierno, aparecieron otros extremismos con alianzas más peligrosas que las forjadas por Al-Qaeda

Y a casi 20 años, los que hemos vivido en Asia central, los que hemos seguido de cerca los acontecimientos e iniciativas adoptadas, hemos observado el horror de un Afganistán destruido, que en este 2021 sería desalojado de efectivos extranjeros pero cuyo futuro no está ni cerca de ser claro. Pero Pakistán también ha pagado precios muy altos. Las tribus sedentarias de la frontera con Afganistán han sido bombardeadas, acusadas de colaborar con terroristas. Obras milenarias de la ingeniería humana, acueductos que les permitían una agricultura de subsistencia fueron totalmente destruidos como parte de los primeros ensayos con drones. Sus zumbidos aterradores obligaron al exilio a los sobrevivientes ya sin medios de subsistencia. A la impotencia le siguió la furia. Y fue tal que los combatientes pakistaníes en Cachemira (en litigio con India), abandonaron ese frente de batalla para dirigirse a la frontera con Afganistán.

En mayo 2021 Pakistán descartó la posibilidad de volver a proporcionar sus bases militares a Estados Unidos para futuras operaciones antiterroristas en Afganistán. El ministro de Relaciones Exteriores Shah Mehmood Qureshi estableció que en adelante serán “sólo socios en paz”, que no se unirán a futuras guerras estadounidenses y no se están transfiriendo bases [estadounidenses] a Pakistán aunque Joe Biden ha reconocido que está examinando dónde reposicionar tropas para evitar que Afganistán vuelva a albergar grupos como Al-Qaeda.

Por el momento el espacio aéreo y terrestre de Pakistán solo se utiliza para transportar suministros militares no letales a Afganistán y facilitar el proceso de retirada de tropas estadounidenses en curso.

De todos modos, los últimos 20 años se sumaron a décadas previas de guerras. Ninguna intervención logró pacificar al país, invento del colonialismo británico que también pagó con guerras.

Y como burla del destino, luego de 20 años de guerra para derrocar a los antaño demonizados talibán, ahora se confía en que sean ellos quienes logren pacificar el país.

 

* Profesora y Doctora en Geografía (UNLP). Magíster en Relaciones Internacionales (UNLP). Secretaria Académica del CEID y de la SAEEG. Es experta en cuestiones de Geopolítica, Política Internacional y en Fuentes de energía, cambio climático y su impacto en poblaciones carenciadas. 

©2021-saeeg®

 

EL MERCADO DE LAS DROGAS ENTRE LAS SOCIEDADES ADINERADAS Y LA DESESPERACIÓN SOCIAL

Giancarlo Elia Valori*

Hace unos meses se publicó el Informe Mundial sobre Drogas 2020, que evaluó las tendencias de desarrollo del mercado mundial de drogas en los últimos diez años, y destacó específicamente el impacto del Covid-19 en el mercado de drogas.

El patrón de crecimiento de la población puede explicar en parte las razones de la expansión del mercado. El abuso de drogas ha aumentado en todo el mundo, tanto en términos de número global como de proporción de consumidores de drogas en la población mundial.

En 2009, se estimó que había 210 millones de consumidores de drogas, lo que representa el 4,8% de la población mundial de 15 a 64 años, en comparación con 269 millones en 2018, lo que representa el 5,3% de la población.

En las últimas dos décadas, el abuso de drogas en los países en desarrollo ha crecido mucho más rápido que en los países desarrollados. En cierta medida, esto refleja la diferencia en el crecimiento general de la población durante este período —7% en los países desarrollados y 28% en los países en desarrollo—, pero también pone de relieve el rápido crecimiento de la población joven en los países en desarrollo.

Los adolescentes y adultos jóvenes representan la mayor proporción de consumidores de drogas. Durante el período 2000-2018, en los países en desarrollo la población de este grupo de edad aumentó un 16%, mientras que la población de este grupo de edad disminuyó en un 10% en los países desarrollados.

La urbanización se ha convertido en un factor impulsor para el mercado actual y futuro de las drogas. Tanto en los países desarrollados como en los países en desarrollo, hay más consumidores de drogas en las zonas urbanas que en las zonas rurales. Parte de la razón del aumento general del consumo de drogas es la migración a gran escala de personas de zonas rurales a urbanas: más de la mitad de la población mundial vive actualmente en zonas urbanas, frente al 34% en 1960. La urbanización puede ser un factor clave en la futura dinámica del mercado de drogas, especialmente en los países en desarrollo donde las tendencias de urbanización son más evidentes.

El aumento de la riqueza se asocia con un mayor consumo de drogas, pero las personas pobres soportan la mayor carga de enfermedades relacionadas con el consumo de drogas. En todo el mundo, el abuso de drogas es más común en los países desarrollados que en los en desarrollo. Las drogas como la cocaína están más estrechamente asociadas con las regiones más ricas del mundo. Del mismo modo, dentro de los países, la prevalencia del abuso de drogas entre los segmentos ricos de la sociedad es relativamente alta. Sin embargo, las personas con un estatus socioeconómico más bajo son más propensas a verse afectadas por trastornos relacionados con el abuso de drogas.

Los datos de algunos países muestran que existe una conexión entre los patrones de consumo nocivo de drogas y las enfermedades típicas de los grupos de bajos ingresos. Estos patrones parecen ser menos comunes en las clases sociales más ricas.

Es probable que las limitaciones económicas impuestas por la crisis mundial del Covid-19 exacerben los riesgos para los grupos más vulnerables, incluidos los consumidores de drogas. Por ejemplo, los cambios en el mercado laboral, como el aumento del desempleo, se han relacionado con el aumento posterior del consumo de drogas y, a favor de la epidemia, ha obligado a decenas de millones de personas en todo el mundo a perder su empleo mientras buscan refugio en sustancias peligrosas a precios bajos, pero con consecuencias muy fatales.

El Covid-19 podría conducir a una mayor expansión del mercado de drogas. La pandemia puede inducir a más agricultores y recolectores a aumentar o participar en el cultivo ilegal, tanto debido a la menor capacidad de control de las autoridades nacionales como porque más personas pueden decidir asumir el riesgo de participar en actividades ilegales durante la crisis económica.

Las restricciones relacionadas con la pandemia han llevado a una reducción del tráfico aéreo y terrestre, por lo que el tráfico marítimo ha aumentado. El riesgo de interceptación en el mar es bajo y el número de mercancías de contrabando es mayor que por aire o tierra. Recientemente se ha informado que la cocaína está siendo enviada directamente de Sudamérica a Europa por mar.

La aparición de sustancias no controladas internacionalmente es estable, pero nuevos tipos de opioides potencialmente dañinos están aumentando. El mercado de drogas se está volviendo cada vez más complejo. Además de sustancias tradicionales como la marihuana, la cocaína y la heroína, se han añadido cientos de drogas sintéticas, muchas de las cuales no están bajo control internacional. El uso no profesional de drogas también está aumentando rápidamente. Cada año hay alrededor de 500 nuevas sustancias activas en los mercados nacionales de los Estados.

En la actualidad, la mayoría de ellos son estimulantes, seguidos por agonistas de receptores cannabinoides sintéticos y una pequeña cantidad de opioides. Aunque el número total de nuevas sustancias psicoactivas se ha estabilizado, la proporción ha cambiado. Del total de nuevas sustancias psicoactivas identificadas en 2014, las nuevas sustancias psicoactivas opioides representaron sólo el 2%, pero en 2018 su número había aumentado al 9%. Muchas de las nuevas sustancias psicoactivas opioides son análogas del fentanilo, cuya eficacia y daño se han demostrado, causando muertes por sobredosis en América del Norte y otras regiones, pero en menor medida.

En América del Norte, el fentanilo se utiliza como una droga euforizante para la heroína y otras drogas (incluyendo cocaína y metanfetamina), y algunas sustancias se utilizan para producir opioides medicinales falsificados. Algunas pruebas muestran que también circulan en Europa nuevas inyecciones de estimulantes psicoactivos: un estudio de residuos de jeringas desechadas en seis ciudades europeas encontró que muchas jeringas están manchadas con nuevas sustancias psicoactivas que producen efectos aún más devastadores.

El uso de nuevas sustancias psicoactivas puede establecerse gradualmente entre los grupos más desfavorecidos. Un solo tipo de nuevas sustancias psicoactivas apenas ha formado un gran mercado. Sin embargo, las pruebas de Europa muestran que los cannabinoides sintéticos son un grave problema entre los grupos marginados, como las personas sin hogar y los presos. Hay veintidós países reportados por el uso de nuevas sustancias psicoactivas en las cárceles, la mayoría de ellas con cannabinoides sintéticos identificados como muy peligrosos.

El control de los precursores químicos obliga a los fabricantes de medicamentos a innovar. Muchos de los productos químicos más utilizados como precursores para sintetizar drogas como la anfetamina, metanfetamina y éxtasis han sido objeto de escrutinio internacional. Los narcotraficantes han buscado alternativas —y no sólo sustancias apenas reguladas—, sino también productos químicos diseñados específicamente para eludir las regulaciones, los llamados “precursores especiales”.

Diseñado para prevenir medidas restrictivas, es probable que -con la propagación de Covid-19, la producción de fármacos dependa de una mayor compresión de esos precursores químicos. Las pruebas encontradas incluso en México muestran que esto se ha convertido en una realidad: los informes sugieren que en 2020 la escasez de precursores de metanfetamina importados de Asia oriental causó un aumento en el precio de la metanfetamina en México y Estados Unidos.

La tasa de cambio en el mercado de drogas se ha acelerado dramáticamente. Las drogas sintéticas están reemplazando opiáceos en Asia Central y en la Federación de Rusia. Los mercados de opioides en estas dos regiones parecen haber cambiado entre 2008 y 2018.

El número de opiáceos interceptados por las autoridades de la Federación de Rusia ha disminuido en un 80% aproximadamente, mientras que el número de personas que reciben tratamiento para el uso de opioides ha disminuido drásticamente. El mercado de estimulantes, sin embargo, parece estar expandiéndose día a día. Hay evidencia de que la metanfetamina y varias cateinonas, incluyendo mefedrona y α-pirrolidinyl-fenilpentanal, están ahora en todas partes en el mercado ruso de drogas. Las autoridades rusas han informado de que recientemente el número de laboratorios clandestinos para la producción de diversas drogas ilegales ha aumentado significativamente, y se ha más que duplicado en dos años, aumentando a 152 laboratorios ya en 2018.

También hay un crecimiento del mercado de metanfetaminas en Afganistán e Irak. Ya en 2012, las encuestas realizadas al personal de hospitales, prisiones y otras instituciones revelaron la importancia de la metanfetamina en Irak. La metanfetamina de cristal se ha convertido en otra droga importante de preocupación, además del fentanilo y el tramadol. Un estudio ha confirmado además estos hallazgos, con los consumidores de drogas afirmando que el cannabis es más difícil de obtener que el fentanilo o la metanfetamina. Recientemente, las autoridades iraquíes han descubierto varios laboratorios de metanfetaminas y se ha expresado preocupación por las grandes importaciones de preparados de pseudoefedrina: los laboratorios de metanfetaminas utilizan estos preparados como precursores.

En Afganistán, la producción de metanfetaminas parece haber comenzado en 2014. Desde entonces, las incautaciones de metanfetaminas han aumentado constantemente. Sin embargo, en el primer semestre de 2019, las incautaciones aumentaron significativamente en comparación con el año anterior. Las grandes incautaciones de metanfetamina —que se cree que se originaron en Afganistán— en otras naciones también muestran que la producción en ese país está aumentando rápidamente.

Como podemos ver, las drogas han pasado de los medios de distracción para el aburrido mundo europeo a una alternativa para las personas desesperadas sin posibilidades de conseguir trabajo.

 

* Copresidente del Consejo Asesor Honoris Causa. El Profesor Giancarlo Elia Valori es un eminente economista y empresario italiano. Posee prestigiosas distinciones académicas y órdenes nacionales. Ha dado conferencias sobre asuntos internacionales y economía en las principales universidades del mundo, como la Universidad de Pekín, la Universidad Hebrea de Jerusalén y la Universidad Yeshiva de Nueva York. Actualmente preside el «International World Group», es también presidente honorario de Huawei Italia, asesor económico del gigante chino HNA Group y miembro de la Junta de Ayan-Holding. En 1992 fue nombrado Oficial de la Legión de Honor de la República Francesa, con esta motivación: “Un hombre que puede ver a través de las fronteras para entender el mundo” y en 2002 recibió el título de “Honorable” de la Academia de Ciencias del Instituto de Francia.

 

Artículo traducido al español por el Equipo de la SAEEG con expresa autorización del autor. Prohibida su reproducción.

©2021-saeeg®