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TRAYECTORIA ESTRATÉGICA DE LA REPÚBLICA POPULAR CHINA EN AMÉRICA LATINA EN LA ETAPA POST COVID-19: EPÍTOME DE UNA TENDENCIA GLOBAL.

Ehsan Sherbi*

Desde comienzos de la década de 1970 los niveles de crecimiento en China han mostrado la capacidad de desarrollo de una nación que emergió del atraso económico para acoplarse al mercado global y competir “a pari” con las potencias occidentales, siendo hoy la segunda economía del mundo. Este progreso trajo consigo que la República Popular China intente consolidarse en otras dimensiones como son las relaciones exteriores: profundizando sus mecanismos para la integración, la cooperación y la concertación en el sistema internacional.

Sin embargo, aquellos elementos tangibles que corresponden a la dimensión económica como son: la producción y el comercio internacional en un mundo globalizado y altamente interdependiente ha propiciado que China viéndose a sí misma capaz de asignar su voluntad en la agenda externa como hegemón internacional logre diseñar en las ultimas décadas planes ligados al campo político y estratégico-militar de modo perceptible que emergen gradualmente en todas las regiones del planeta (por ejemplo en África y Sudeste Asiático). Este avance progresivo, con diferentes matices en la geografía mundial, ha puesto nuevamente en alerta a las potencias occidentales durante la pandemia del Covid-19.

En la actualidad, y transitando todavía los embates de la pandemia, se han exteriorizado interrogantes en todos los niveles de la política exterior sobre el lugar que ocupa China en el contexto de la crisis sanitaria, no solo asociada al campo de la salud, sino a todas las variables trascendentes de la realidad humana. A modo de ejemplo, y cristalizando el cumulo de evidencias que presenta la realidad: los efectos regresivos de la pandemia en el globo han permitido a China posicionarse en el tablero de ajedrez mundial de un modo visiblemente más ventajoso, resintiendo a las potencias occidentales en lo económico, político, lo social y la seguridad. 

En el plano general de los países latinoamericanos, los efectos del COVID-19 han engendrado situaciones enormemente críticas que se han fusionado con la degradación de la estabilidad regional, potenciando los niveles de toxicidad estructural de los factores económicos, sociales y políticos.

 

En la subregión sudamericana durante el periodo 2019-2020 podemos ejemplificarlo con diversos pináculos de conflictividad social (Chile), inestabilidad institucional (Perú y Bolivia), crisis económica (Argentina) y Venezuela que conjuga todos los vicios estructurales juntos, que por añadidura, suma a la violación sistemática de los Derechos Humanos (ONU; 2020) y la crisis migratoria como característica “in extremis” de un régimen fallido. En el caso de Chile, se están manifestando rasgos de estabilización debido al referéndum para promulgar la nueva constitución y en Bolivia se ha consagrado un nuevo gobierno luego del golpe cívico-militar. En torno a la crisis venezolana las últimas elecciones —que han tenido como característica la falta de sustancialidad democrática y de escasa afluencia del electorado— ha generado el rechazo de numerosos países del continente. En cuanto a Brasil, Colombia, Uruguay y Ecuador se muestran más estables a pesar de las coyunturas propiciadas por la pandemia.

Ahora bien, cabe formular los siguientes interrogantes sobre ¿cómo repercutirá la estrategia de la República Popular China en América Latina? considerando subyacentemente que las potencias occidentales, en especial Estados Unidos, reformulen sus criterios y acciones en las relaciones internacional con el gigante asiático. Paralelamente suponer si ¿Son los instrumentos económicos utilizados por China una llave de acceso para el posicionamiento estratégico militar en América Latina? Y reflexionar si ¿Pueden los países de Latinoamérica sostener los vínculos económicos con China sin ceder en el plano político y militar, especialmente cuando se intensifica la inversión extranjera directa del país asiático en toda la región? 

Intereses estratégicos claves de la expansión China y vulnerabilidades latinoamericanas pivotantes

En el último tiempo, muchos países de América Latina vienen definiéndose dentro de la llamada “neutralidad activa” frente al conflicto comercial entre Estados Unidos y China, en cierto sentido, marca una aceptable cautela responsable por parte de los países que deben sostener las relaciones bilaterales de manera armónica con ambas potencias. Empero, si a futuro el conflicto llegara a desbordar hacia el plano político y militar, resultará complejo para los gobiernos de la región sostener dicha neutralidad. En otra categorización asociada, resulta atractivo para muchos gobiernos de la región acceder a los recursos que ofrece China para llevar adelante planes, programas y proyectos de políticas públicas; ya que suponen capitales con menores exigencias burocráticas, pero que se ciñen en las demandas de orden estratégico de mediano y largo plazo en favor de Beijing.

Relevando y considerando el histrionismo decisorio de las elites políticas actuales de la región, podría consentirse al gigante asiático a tejer una profunda red de vínculos de dependencia heterogénea con los diferentes gobiernos —que se manifiesten permeables— y logren definirse políticamente con China en el plano diplomático. En esa misma línea, debería inferirse en un hipotético escenario futuro de subordinaciones plenas o forzosas al régimen chino. Ya que como se conoce, no se sustenta en los valores de las democracias occidentales y que en el caso de Latinoamérica —con las experiencias de inestabilidad que existe en Perú, la ocurrida en Bolivia y la profundización de los regímenes en Venezuela, Cuba y Nicaragua— promocionan una mayor penetrabilidad para la injerencia externa en la región. Sumando una escalada de tensiones con EE.UU.

En el abanico de países de la región pocos podrían diferenciar y marginar por un lado, las “relaciones comerciales” y por el otro, “las alineaciones políticas en las relaciones exteriores” si confluyesen en la dependencia económica y financiera con China. En este sentido, estarían forzados en el futuro a apoyar fácticamente a Beijing en los escenarios de conflicto internacional, a pesar de las contraindicaciones que surjan con las potencias occidentales, especialmente con Estados Unidos, que concibe al continente como un espacio geográfico vital. Un ejemplo de ello, es la búsqueda itinerante de apoyo internacional a China para desconocer la soberanía de Taiwán a cambio, claro está, de ayudas en el plano de la cooperación económica. La evidencia explicita se cristaliza en la penetración de la ayuda bilateral china en los países más frágiles del Caribe y América Central que han roto los lazos diplomáticos con Taiwán (Costa Rica, Panamá, Rep. Dominicana y El Salvador). Vale recordar que Cuba soltó lazos con Taiwán en la década de 1960. En sintonía con lo descrito, la degradación del multilateralismo en el continente americano facilitó a China expandir su influencia mediante acuerdos independientes con cada país receptor.

En lo atinente a los intereses chinos en América Latina podemos decir que hasta la actualidad se han centrado en el intercambio comercial del sector primario (materias primas) y secundario (productos industrializados). Sin embargo, el sector terciario (servicios) se encuentra en expansión. Vale destacar también, el incipiente incremento de las inversiones directas, indirectas y de portafolio que poseen los actores económicos chinos en la región. Sin olvidar los apoyos de China para obtener y facilitar líneas crediticias en el espectro financiero (banca comercial y banca de desarrollo). Entre los datos más destacados China desde 2005 a 2018 ha prestado la suma de 141 mil millones de dólares en la región (GALLAGHER Y MYERS; 2018). La iniciativa china llamada de Franja y Ruta sirve de plataforma multiplicadora para facilitar el desarrollo de su estrategia en América Latina. 

China durante la pandemia del Covid-19: ocho actitudes ostensibles.

1. Durante las últimas siete décadas han brotado de China numerosas epidemias como: gripe H1N1, gripe aviar H5N1; gripe de Hong Kong H3N2; Gripe Asiática H2N2; SRAS; Covid-19 (SOTERAS; 2020). Estos fenómenos de orden sanitario ponen en tela de juicio diferentes responsabilidades, actitudes políticas y éticas del gobierno de la República Popular China frente al mundo.

2. En su discurso político, el gobierno de China ha intentado mostrarse como una “potencia colaborativa” con el mundo aunque no ha realizado aportes sustanciales de cooperación a los países más pobres del planeta; entre los que se incluyen muchos de América Latina y el Caribe. Por el contrario, el gobierno chino ha especulado con la información desde el inicio del brote en Wuhan y se ha visto beneficiada económicamente por la venta de bienes de capital e insumos de la salud en el mercado internacional de modo exponencial.

3. China no ha publicado información sobre el origen del Covid-19 y el impacto real en su población.

4. El gobierno chino no asimiló ninguna responsabilidad jurídica por la propagación silenciosa en los primeros meses de la pandemia que afectó catastróficamente a Europa y luego al planeta.

5. China durante el 2020 crecerá 1,9% en su PIB. Mientras que el resto de los países se verán retrotraídos en su economía y conseguirán recuperarse normalmente en 2022.

6. La pandemia se sumó como una variable más al conflicto entre EE.UU. y China. Tópico que compete seriamente a los países de América Latina y el Caribe en la construcción de vínculos con la potencia continental.

7. La agenda China en América Latina no cesó durante la pandemia aunque numerosos proyectos de infraestructura se lentificaron. En países como Argentina la agenda bilateral con China mostró un dinamismo relevante. Otros casos como el de Jamaica han elevado la alerta de EE.UU.

8. Las cuarentenas desplanificadas afectaron objetivamente las economías occidentales y en especial a los países latinoamericanos donde se resintieron las cadenas de valor, la producción y la dotación de servicios en todas las ramas de la economía, dejando a millones de personas sin trabajo. Mientras que en China no hubo detenimiento del sistema productivo a pesar de haber exteriorizado el cumplimiento de los protocolos sugeridos por la OMS, y en el caso de Wuhan, se retomaron las actividades en su plenitud rápidamente.

China y la provisión de armamento en América Latina: Algunos elementos que van “más allá del negocio”.

Desde el inicio del siglo XXI los países latinoamericanos y caribeños han comenzado a abastecerse del sector industrial militar chino. Si bien los contratos que se han realizado en estos últimos veinte años no han sido cuantiosos, muestra el interés de la potencia asiática para abrir y expandir nuevos mercados que latentemente pueden sumar demandas en dicho sector. Entre los países que han adquirido material militar se encuentran, Argentina, Bolivia, Venezuela, Perú, Trinidad y Tobago, Uruguay, Ecuador y Costa Rica. A propósito, debe acentuarse que los estados que poseen embargos de armas o impedimentos se encuentran intensificando su relación en el sector de la industria militar con Beijing.

A primera vista, la expansión del mercado de armas chino en la región no se presenta como un hito en el intercambio tecnológico (menos en su transferencia), pero si manifiesta un interés por  ampliar su influencia estratégica. De hecho, China comienza a potenciar sus relaciones en la región compitiendo con Rusia, quien también se presenta como potencial aliado político y proveedor de sistemas de armas.

Debe enfatizarse que la expansión regional de China (inicialmente basada en el intercambio) aumenta las tensiones con EE.UU. debido a que, la penetración de Beijing, comienza a intensificarse en los aspectos políticos y militares, que si bien no se ha materializado con la instalación de bases, muchos países concuerdan ideológicamente en su rivalidad con los Estados Unidos. De manera implícita, el estado latente de un conflicto militar entre EE.UU. y China debe tenerse en consideración y, en el caso de materializarse, la región latinoamericana y caribeña tomaría un rol protagónico como sucede actualmente en el Mar de la China Meridional, donde muchos gobiernos de la región han cristalizado su postura antagónica con China en las relaciones internacionales (es el caso de India). ELLIS, E. (2020) sostiene: En el contexto de hostilidades a gran escala con los Estados Unidos u otras potencias importantes, las relaciones militares de la República Popular China en la región probablemente se utilizarían en todas las etapas de la campaña de alcance global necesaria para librar ese conflicto. Las relaciones militares se podrían utilizar junto con la influencia política y económica para convencer a los estados de la región de que apoyen la posición china, o al menos, de abstenerse de apoyar a los Estados Unidos, ya sea a través de votos en órganos internacionales, apoyo económico o financiero.

Consolidación de la estrategia en América Latina y el Caribe: posibles impactos futuros.

a. En primera medida, China persigue el objetivo de aumentar el vínculo económico incrementado paralelamente la influencia política en un esquema de dependencia escalonada: mediante inversiones directas, el comercio exterior, las finanzas y los grandes proyectos de infraestructura, etc. Es decir, que América latina y el Caribe se presentan como una extensión de la Franja y Ruta (KOOP; 2019). Empero, no hay que perder de vista que la envergadura de China (en todas sus variables) provocará en los países una situación de dependencia profunda amplificada por concepciones de la política y las nociones del poder que para los modelos democráticos latinoamericanos está en las antípodas (a excepción de Venezuela y Cuba). De hecho, el modelo autoritario chino va en la vía contraria a la democracia occidental, principalmente porque el régimen de Beijing ve como inadmisibles a las ideas que no estén contenidas en la ideología comunista. La “anulación de la heterogeneidad” es la principal diferencia que tiene el régimen chino con las concepciones occidentales en el campo de la ideología y la representatividad política.

b. Las potencias occidentales podrían esbozar y ejecutar medidas para morigerar o detener el avance chino: probablemente, en la etapa post Covid-19 se establecerán nuevas alianzas estratégicas a nivel internacional que aglutinen a los países que observan una amenaza real de China en el campo político-militar. Las potencias occidentales reconfigurarán la perspectiva sobre Beijing luego del trágico balance negativo que presente la pandemia y sus derivaciones en el plano económico y político.

c. Sería notorio que aquellos países de Latinoamérica y el Caribe que decidan alinearse políticamente con China —fomentando su estrategia global— resientan las relaciones bilaterales con las potencias del hemisferio occidental. Quedando relegadas en todos los lineamientos del desarrollo económico promovidos por EE.UU. y Europa. Las alineaciones en el campo estratégico-militar que se establezcan a futuro con China, de parte de los países latinoamericanos, resultarían un punto de inflexión para la historia del hemisferio americano y provocarían una escalada de tensiones —que no solo se restringirán a la relación bis a bis con EE.UU.— sino también entre miembros de las subregiones.

d. El acercamiento de algunos países latinoamericanos a los intereses estratégicos de China, a cambio de recursos e inversiones, obligaría a EE.UU. a tomar medidas que pueden variar de acuerdo con lo perjudicial que se manifiesten a corto y mediano plazo.

e. Luego de la pandemia es probable que aumente el descontento social y político hacia China por los efectos del covid-19 en los países occidentales. Algunas encuestas en Europa ya marcan esta tendencia social que impactará en la toma de decisión política a corto plazo, ya sea por demandas sociales o como un instrumento de discurso y acción gubernamental.

f. Si bien, China posee una exitosa estrategia económica a nivel internacional y muestra una voracidad notoria en el plano del comercio internacional, todavía no ha logrado sintonizar políticamente en la mayoría de las regiones del mundo en el espectro ideológico y cultural. En este último punto, China intentaría plantear nuevos modos de inocular su cultura desde una perspectiva más explícita. Dar inicio a una nueva manifestación para la propagación de la cultura china como pivote para la consolidación de su estrategia global en el campo político y económico.

g. Desde el punto de partida práctico, las relaciones bilaterales con China tienden a ser disfuncionales porque los modelos de gobierno y planificación son opuestos. Mientras la mayoría de los países de América Latina planifican a corto plazo, China lo hace a largo plazo. En este sentido, la estructura de negociaciones de orden político quedan desequilibradas porque las demandas de China responden a una visión estratégica de orden mundial y los planes de los países latinoamericanos a una agenda de corto plazo orientada a medidas paliativas de orden económico que impacte en la política interna. Vale recordar que China ya es un gran socio comercial en la región y eso le permite utilizar su posición para exigir el cumplimiento de demandas que exceden el carácter económico.

h. Es factible que las tensiones que se den en el futuro incorporen medidas para readecuar el comercio internacional y prescindir de las manufacturas producidas en China para reducir paulatinamente la dependencia en las cadenas de valor global.

i. La puja económica en el mercado global y la consolidación en América Latina: el enfrentamiento por la supremacía tecnológica y el dominio del ciberespacio; la explotación de minerales; las inversiones en energía e infraestructura de grandes obras públicas; la participación en el sector del acero y el cemento; evolución de la compra de alimentos a estructurar bases en los agronegocios con la adquisición de tierras; incrementar la participación en el sector financiero; y dominar las cadenas de valor global, podrían ser algunos elementos de fortalecimiento de la agenda china en América Latina para el futuro inmediato. Como también, el interés chino por controlar e influir en distintos puntos estratégicos del globo que podría materializarse obteniendo concesiones de vías navegables y la inversión en infraestructura portuaria, tanto en Sudamérica como en los países del Caribe.

j. Optimizar el rol de China para ganar mercados del sector de industrias de defensa y estimular un esquema de donaciones de material militar a fuerzas armadas de latinoamericanas como gesto diplomático.

k. Con el objetivo de establecerse firmemente en el continente americano definirá, recurrirá e intensificará planes integrales en las económicas latinoamericanas que se mantendrán deprimidas económicamente en la etapa posterior a la pandemia.

La pandemia del Covid-19 continúa transfigurando al mundo en todas las variables y repercutirá en los países occidentales, en especial Latinoamérica que ha sufrido en el plano sanitario y económico de manera aguda. En este contexto, la estrategia de la República Popular China en América Latina toma auge para posicionarse en el área de influencia de EE.UU. mediante mecanismos de cooperación económica que pretenden consolidar también la presencia estratégica en la región.

Por ende, debe considerarse que las potencias occidentales, en especial EE.UU., reformulen sus criterios y acciones en las relaciones internacional con el gigante asiático. Hay que considerar que los instrumentos económicos utilizados por China son una llave de acceso natural para el posicionamiento estratégico militar en América Latina debido a que los países tendrán como condiciones implícitas el apoyo a Beijing en el futuro, en estos términos, y como ya lo han hecho muchos estados de la región en los organismos supranacionales, la alineación económica confluirá, para muchos países, en una alineación política y militar.

* Especialista en Seguridad Internacional, Geopolítica y Estrategia. Licenciado en Ciencia Política, con especialización en Administración Pública, por la Universidad Nacional de Rosario, Obtuvo el título de posgrado de Magister en Defensa Nacional de la Escuela de Defensa Nacional Argentina (UNDEF). Ha cursado la Maestría en Gestión de la Ciencia, La tecnología y la Innovación en la Universidad Nacional de General Sarmiento. Conforma el Comité Nacional de la Cámara Argentina de Profesionales en Seguridad integrada (CAPSI), siendo el coordinador de cooperación Internacional.

Referencias

ELLIS.E (2020). Chinese Security Engagement in Latin America. CSIS. EE.UU. Octubre, 2020. En: https://www.csis.org/analysis/chinese-security-engagement-latin-america

GALLAGHER, K.P y MYERS, M. (2018).  China – Latin America Finance Database. Washington Inter-American Dialogue. En UGARETCHE, O. y DE LEON, C. (2020). El financiamiento de China en America Latina. OBELA en: http://www.obela.org/analisis/el-financiamiento-de-china-a-america-latina  

KOOP, F. (2019). La Franja y la Ruta, la nueva cara de China en América Latina. El segundo foro de la Franja y la Ruta se desarrolla en Beijing a la par de que la iniciativa enfrenta desafíos diplomáticos. Dialogo Chino. Abril, 2019. En: https://dialogochino.net/es/infraestructura-es/26121-la-franja-y-la-ruta-la-nueva-cara-de-china-en-america-latina/

O.N.U. (2020). Venezuela: Informe de la ONU insta a la rendición de cuentas por crímenes de lesa humanidad. En: https://www.ohchr.org/SP/HRBodies/HRC/Pages/NewsDetail.aspx?NewsID=26247&LangID=S

SOTERAS, A. (2020). Las otras epidemias que brotaron en China. EFE-SALUD. Enero 2020. En: https://www.efesalud.com/epidemias-china-coronavirus-neumonia/

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LA RELACIÓN ENTRE CHINA Y AMÉRICA LATINA DEBE SER DE MUTUO BENEFICIO

Marcelo Javier de los Reyes*

El artículo de la profesora de la Universidad Complutense de Madrid Gisela Brito, acerca de las relaciones de la República Popular China con los países de América Latina y del Caribe[1], recurre a un extenso e interesante abordaje teórico de la geopolítica basándose en otros autores, aportando tres ámbitos de la disciplina que podrían sintetizarse en geopolítica formal, geopolítica práctica y geopolítica popular. Inmediatamente agrega que el ámbito de su trabajo es el de la geopolítica práctica para luego recurrir a varios documentos oficiales con el propósito de realizar “una revisión de los principales ejes que configuran la política exterior China en las últimas décadas, sobre todo en el período abierto a partir de la finalización de la Guerra Fría”. También apela sintéticamente a la historia de China para llegar al período de su interés que se centra en la post Guerra Fría.

El triunfo de las fuerzas de Mao Zedong permitió la proclamación de la República Popular el 1º de octubre de 1949, en la Puerta de Tiananmén. Con ese acto se puso fin a dos décadas de lucha entre los comunistas y los nacionalistas chinos, quienes una vez derrotados huyeron a la isla de Taiwán donde crearon la República de China, que fue la que tuvo su asiento como miembro permanente del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.

Por su parte, Mao consolidó su visión particular del comunismo que pasó a denominarse “maoísmo”, el cual logró una fuerte acogida en otros líderes políticos de Asia, África y América Latina, habida cuenta que China era percibida como un país del Tercer Mundo. Su base proletaria residía en el campesinado, mientras que en la Unión Soviética la clase obrera industrial sería el engranaje que movería la revolución. En teoría debía ser así, pero el motor siempre está en la intelectualidad más que en el proletariado.

Para evitar la restauración del capitalismo, Mao Zedong implementó la “Revolución Cultural” que, en verdad, sirvió para neutralizar a los originales comunistas que cuestionaban su visión. En este sentido, en 1956 puso en marcha la “Campaña de las cien Flores”, con la intención de fomentar el debate público pero que luego sirvió para atacar a los intelectuales que lo ponían en práctica[2].

Dos años más tarde, en 1958, mediante el “Gran Salto Adelante” tomó distancia del comunismo de la Unión Soviética. Se trató de un plan de desarrollo que fracasó y produjo una gran hambruna que causó la muerte de entre 20 y 45 millones de chinos, una cifra que nunca pudo ser precisada. Otro fracaso de la gestión de Mao fue “la guerra contra los gorriones”, a los que acusaba de diezmar las cosechas. Ciudadanos de los pueblos salieron a hacer ruido para mantener asustados y en vuelo a las aves, las que caían al suelo exhaustas. En los casos en que fuera necesario también las mataban en vuelo. Lo que no tuvieron en cuenta es que los gorriones se comían a los insectos, por lo que la matanza de estas aves dio origen a la aparición de plagas de langostas que no encontraron un equilibrio natural. Para subsanar este error, el régimen chino debió importar en forma secreta gorriones desde la Unión Soviética.

Una segunda revolución cultural tuvo lugar entre 1966 y 1969, con el objetivo de profundizar el socialismo, pero en verdad fue para bloquear la acción de los dirigentes de su partido que criticaban la hambruna, como Lui Shaoqi y Deng Xiaoping, quien lo reemplazaría luego de su muerte en 1976.

Fue así como el sistema económico centralizado en el Estado fracasó y recién con Deng Xiaoping —quien impulsó la apertura al exterior a través de la instalación de Zonas Económicas Especiales— fue que China comenzó a transitar el camino que la convirtió en una de las principales economías del mundo emergente. En su libro dedicado a China, Henry Kissinger expresa:

Únicamente quienes vivieron en la China de Mao Zedong pueden valorar en toda su extensión las transformaciones llevadas a cabo por Deng Xiaoping. […] Mao destruyó la China tradicional y utilizó los escombros como elemento básico para la modernización definitiva. Deng tuvo el valor de basar la modernización en la iniciativa y la resistencia de los chinos. Abolió las comunas y fomentó la autonomía provincial para iniciar lo que él denominó ‘el socialismo con características chinas’. La China de hoy en día —la segunda economía del mundo en cuanto a volumen, la que posee mayores reservas de divisas, con numerosas ciudades que presumen de rascacielos más altos que el Empire State— constituye un tributo a la visión, la tenacidad y el sentido común de Deng.[3]

Es justamente a Henry Kissinger a quien debe reconocérsele la transformación que habría de llevar a China a su posición actual y esto se debió a la necesidad de aprovechar el quiebre ideológico existente entre Beijing y Moscú. Kissinger visitó China como secretario de Estado en 1971. Ese fue el punto de partida del viraje de la política exterior estadounidense, sacrificando a su tradicional aliado, Taiwán, en favor de la República Popular China. El viaje de Kissinger fue preparatorio de la visita del presidente Richard Nixon en 1972, con la cual se puso la piedra fundamental de una nueva relación entre China y Occidente. Pero esta estrategia no sólo se debió al cisma ideológico que los chinos presentaron ante los soviéticos sino que también se derivó de un momento de debilidad para ambos actores: China estaba estancada con su Revolución Cultural o con su propia “revolución comunista” mientras que Estados Unidos estaba fracasando en su guerra de Vietnam, la que también perdía en su frente interno con las manifestaciones que se llevaban a cabo en contra de la guerra. De tal manera que ese viraje fue una estrategia de gran importancia para ambos países y el punto de partida que le permitió a Deng Xiaoping llevar adelante la modernización de China.

Es bastante probable que sin este viraje en la política exterior estadounidense, China no se hubiera encontrado en una ventajosa situación durante la post Guerra Fría. Cierto es, como dice la profesora Brito, que la gran apertura de estos últimos años es obra de Xi Xinping, quien la implementó desde el inicio de su presidencia en 2013.

En marzo de 2013 el Parlamento de China nombró como nuevo presidente a Xi Jinping, quien había asumido como líder del Partido Comunista Chino en noviembre de 2012. Inmediatamente, el 22 de marzo de 2013, el nuevo presidente de China se trasladó a Rusia en su primer viaje al extranjero desde que asumió. La agenda con el presidente de la Federación de Rusia, Vladimir Putin, contemplaba temas referentes a los recursos de petróleo y gas, así como a proyecto de ductos para vincular los extensos campos de gas de Rusia con China[4]. Una nueva alianza estratégica comenzaba entre China y Rusia.

Tal como lo expresa la profesora Brito, es con la estrategia implementada por el tándem Kissinger-Nixon que China puede acercarse a América Latina pero más aún a partir de la asunción de Xi Jinping, quien procura instalar a su país como gran potencia mundial, para lo cual propuso la Iniciativa Franja y Ruta que, obviamente, también incluye a nuestra región.

Si se comparan los aportes que puede brindar el modelo de desarrollo que propone China frente al que tradicionalmente ha propuesto Estados Unidos, quizás puedan apreciarse algunos beneficios pero, de ninguna manera puede considerarse tan positiva la visión que expone la profesora Brito.

América Latina y el Caribe, tras su proceso independentista, han sufrido el accionar del imperialismo británico y del imperialismo estadounidense y no ha logrado con éxito encontrar su propio modelo de desarrollo. En los comienzos del siglo XXI la expansión de China obedece a las mismas necesidades que tuvieron sus predecesores: explotación de recursos naturales, adquisición de empresas, instalación de empresas de servicios y escaso o nulo desarrollo industrial.

Cabe recordar que la geopolítica llegó a su máxima expresión con Karl Haushofer (1869-1946) quien no aceptó la “mutilación” que había sufrido Alemania con su derrota en 1918 y desarrolló la teoría del Lebensraum o del “espacio vital” para albergar y alimentar a la —entonces— creciente población alemana. Se trataba de una concepción imperialista que ponía fin a la idea de las fronteras como líneas rígidas para concebirlas como “organismos vivos que se extienden y se contraen, del mismo modo que la piel y otros órganos protectores del cuerpo humano”[5]. Asociada al nazismo la geopolítica como ciencia cayó en desgracia y fue considerada un tema tabú. Sin embargo, siguió siendo utilizada por las mismas potencias que la proscribieron.

Lo que ha hecho Estados Unidos con sus guerras inventadas ha sido la implementación del Lebensraum para apropiarse de los recursos que precisaba para sostener su propio desarrollo. A diferencia de Estados Unidos, China implementa una política de desarrollo que se muestra como socia de los demás países, como lo hace en África y América Latina, pero en el fondo es la ejecución de la teoría del Lebensraum en forma pacífica. La compra de empresas por parte de compañías chinas, como lo demuestra el Mutún en Bolivia o Sierra Grande en Argentina, por citar unos pocos ejemplos, no implicó un desarrollo de las compañías adquiridas sino, todo lo contrario, su paralización. Del mismo modo habrá que recordar que también vinieron obreros chinos para construir la base del Espacio Lejano de China en Neuquén. La depredación de las riquezas ictícolas en Asia y en el Atlántico Sur por parte de las enormes flotas pesqueras chinas, es otro ejemplo.

La relación entre nuestra región y China debe darse en el marco de un beneficio mutuo, que no se limiten a la venta de empresas que luego quedarán paralizadas y/o a la exportación de productos primarios a cambio de la importación de productos manufacturados. Este tipo de intercambios ya lo conocemos y con el tiempo los resultados para las respectivas poblaciones serán los mismos que hemos venido experimentando en la región desde hace largas décadas: desindustrialización, desempleo y pobreza.

 

* Licenciado en Historia (UBA). Doctor en Relaciones Internacionales (AIU, Estados Unidos). Director de la Sociedad Argentina de Estudios Estratégicos y Globales (SAEEG). Autor del libro “Inteligencia y Relaciones Internacionales. Un vínculo antiguo y su revalorización actual para la toma de decisiones”, Buenos Aires: Editorial Almaluz, 2019.

 

Referencias

[1] Gisela Brito. “La política exterior China y su proyección hacia América Latina y el Caribe en el siglo XXI. Imaginarios y representaciones geopolíticas”. Geopolítica(s). Revista de estudios sobre espacio y poder, Universidad Complutense de Madrid, vol. 9, 2018, p. 63-85.

[2] Henry Kissinger. China. Buenos Aires: Debate, 2012, p. 126.

[3] Ibíd., p. 336.

[4] Marcelo Javier de los Reyes. “La cooperación Sino-Rusa en el Lejano Oriente Ruso”. Anuario del CEID 2018, https://saeeg.org/wp-content/uploads/2019/04/CEID-ANUARIO-2018.pdf  

[5] Ratzel, Kjellen, Mackinder, Haushofer, Hillon, Weigert, Spykman. Antología geopolítica. Buenos Aires: Pleamar, 1975, p. 92.

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A GRANDES MALES, MAYORES REMEDIOS

F. Javier Blasco Robledo*

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Cada vez somos menos los que vemos e intentamos avisar del grave peligro que se avecina y que ya está llamando a la puerta; de momento no es que sea una debacle completa, pero camino de ello llevamos y pronto se verá porque el futuro no es nada prometedor —de momento, seis meses en Estado de Alarma— para la juventud que tenemos protestando y quemando las calles, en paro, con muy pocas perspectivas y con una deuda tremenda sobre sus cabezas para ser pagada por ellos. En esta ocasión no me voy a referir a esa horrible pandemia que galopa a su albur aunque algunos, muy presurosos por apropiarse todos los éxitos existan o no, presumieron de haberla vencido con tan solo tres meses de confinamiento. Tampoco me refiero a la crisis económica a la que nos enfrentamos en Europa sin estar preparados para ello, con escasa y mal definidas herramientas y con un determinado o variable acierto según sea la ideología, la eficiencia, el número de recursos puestos en juego y las verdaderas intenciones del gobierno que domina o maneja cada territorio con mucho, poco o ningún fundamento.

Me quisiera referir a España, la llamada piel de toro, que ha sido testigo de miles de intrigas, batallas, guerras internas y externas, traiciones, tiempos de gloria y esplendor, miserias, enfermedades y grandes descubrimientos. Esa España, a la que muchos prometen a diario dar su vida, si fuera preciso; pero donde luego, a la hora de la verdad, casi todos miran para otro lado, callan deshonrosamente o se contentan con cualquier disparatado apaño venga o no a cuento.

Una España que hizo una transición modélica y pasó de un régimen dictatorial a la democracia de forma rápida e incruenta. Momentos en los que auténticos hombres de Estado, supieron sentase uno al lado del otro, para codo con codo llevarnos en la dirección que propiciaría el que pudiéramos arribar unidos y de la mano a buen puerto.

Cómo todas las cosas, nuestra Constitución es perfectible y como no, también es moldeable, por mucho que el legislador pensara que lo dejó todo bien atado para que no se pueda jugar con los principios básicos con escuálidas mayorías o por el mero capricho del gobierno de turno. Por lo tanto, y a pesar de muchos intentos de ataques y profundos cambios, con diverso grado de cumplimiento, se puede decir —aunque creo que no por mucho tiempo— aún conserva gran parte de los principales conceptos para una convivencia, limpia y en paz; la mayoría desarrollados en leyes complementarias y orgánicas para poner en claro lo acordado en aquellos sublimes momentos.

Las izquierdas y las derechas lanzaron sus pelillos a la mar, trataron de olvidar tantos malos momentos, tiempos de tenaz enzarzamiento, cuitas, afanes de revancha y recelos provenientes de tres años de combates entre hermanos y tras muchos años de una dictadura franquista de la que, a fuer de ser sincero, debo decir que en lo social, cultural, económico e industrial tampoco fue tan mala ni un mal ejemplo de escandalosos aprovechamientos para saciar ansias sectarias, o de robos y saqueos a manos llenas por doquier sin orden ni concierto, tal y como generalmente ocurre, en otras dictaduras de corte comunista y dictatorial que vacían los bolsillos de todos, arruinan la nación y llenan a los súbditos de zozobra y descontento para salir ellos con el botín corriendo.

La democracia echó a rodar allá por 1978 y parecía que todo iba bien aunque aún quedaban ciertos militares y políticos de extrema derecha quejosos de perder sus privilegios, o que adelantándose en el tiempo, entendieron que de seguir por el camino trazado, acabaríamos como estamos; de nuevo en las dos Españas, divididos entre azules y rojos, llenos de tirria y revanchismo a pesar de que los principales actores que mueven esto, no han sufrido en sus carnes ningún tipo de persecución en un solo mal momento. Sentimientos enfermizos que aunque ahora se tratan de ocultar bajo banderas, recuerdos inventados y cuestiones que no tienen nada que ver, dan mucho caldo o se venden bien entre el pueblo chabacano, poco formado, adocenado y que se contenta con una falacia, una consigna guerra-civilista, una dádiva o hasta con un chusco de pan, siempre que éste sea gratuito, antes que pensar en los profundos valores, el patriotismo, el trabajo en equipo u otros nobles sentimientos.

El fallido golpe de Estado del 23 F fue un aviso a navegantes en los dos lados del encuentro; los unos ante las penas tan graves, tomaron nota, de lo que les podía pasar si intentaban de nuevo cualquier golpe aunque fuera en la modalidad de intento y, por otro lado, los otros convencidos de que el jarabe administrado había tenido su efecto, se dedicaron al legislar aún más para que nadie volviera a intentar, por la fuerza, tamaño esperpento.

Cuando se manosean las leyes y normas, aunque no lo parezca, suele ser para adaptarlas al capricho del legislador y se termina en algo bastante alejado de los primigenios conceptos, por lo que si tras un detallado plan, se tocan todos los pilares del Estado, es muy fácil llegar a una situación próxima al derrumbamiento. Alguien un día proclamó “Montesquieu ha muerto y a España a este paso no la va a reconocer ni la madre que la parió”. Peligroso y oscuro personaje que aún no sabe el daño que se infligió con tamaña hazaña y que, sin dudarlo, de aquellos polvos vienen ahora estos lodos en los que retozan a su gusto y acomodo la mayor parte de los pilares porque, desde entonces y ahora aún mucho más, se dejaron y dejan avasallar y no mostraron enérgicamente su resistencia a la penetración, profundo malestar y descontento.

Han ido pasando los años y casi todos los gobiernos, para sustentarse en el poder a su modo y conveniencia, han realizado todo tipo de vergonzosos pactos —la mayoría contra natura— que han causado un mal tan grave e irreparable a la salud de España, por lo que ahora es imposible recuperar tanta cesión y nuestro país se ha convertido en una serie de reinos de taifas donde cada uno va por su lado, a sabiendas de que el gobierno es débil, se esconde ante la responsabilidad, deja hacer a los demás para que nadie le pase cuentas y que además, al estar apoyado en lo peorcito que existe en la Cámara, son dichos partidos regionalistas, separatistas, comunistas y filo terroristas los que de verdad, y a las claras, rigen los designios de la Nación, incluso, como recientemente se ha visto, en los peores momentos.

España, a pesar o por ser el Estado más longevo de Occidente, es tierra muy propicia al golpismo y al levantamiento contra todo aquel que se pueda considerar como invasor u opresor. Nuestras tierras catalanas, levantiscas donde las haya, no han querido dejar de protagonizar sus levantamientos en este periodo político de referencia y por ello se montaron su propio 1-O. Pero en esta ocasión, como la mayoría son socios o sustento del gobierno actual; por lo que este sin mesura ni recato, ha hecho y sigue haciendo todo lo posible para que aquel golpe de Estado se convierta en una vulgar e infantil ensoñación. No contentos con aquello, por ahí andan a trancas y barrancas dándole vueltas a la fiscalía (controlada por el gobierno, Sánchez dixit) y aprovechando las enormes ventajas que el nuevo y larguísimo Estado de Alarma les ofrece para buscar impunemente un vulgar y torticero acto de amnistía para darle salida a todo malhechor implicado en aquel sucio y nefasto evento.

En resumen, siguiendo nuestra máxima de ser diferentes a los demás en todo, después de tanto legislar para castigar los golpes de Estado con mayor fuerza que en cualquier país del entorno a fin de evitarlos en casa; pero, con un simple cambio de timón y en función de quien hayan sido los protagonistas, pretendemos pasar a ser más laxos que nadie porque nos lo exige el guión político de este momento.

A la vista de los pocos o escabrosos resultados de las implicaciones jurídicas o juicos propiamente dichos en recientes casos donde se han visto implicados políticos famosos, los miembros del poder judicial (tercer y muy importante pilar del Estado) están o van en camino de estar hechos unos zorros. Que la Fiscalía general actúa al dictado del gobierno por pertenencia orgánica y que se haya podido “aparcar” por los pelos y al toque de la campana el ruin intento del gobierno para controlar el nombramiento del CGPJ —aunque ya veremos, finalmente, qué pasa con este estema y con la renovación del TC— se puede colegir fácilmente, pero este poder está al borde de sucumbir en las garras del ejecutivo, con lo que el absolutismo está cercano y será claro y patente con muy pocos miramientos.

Del poder legislativo es mejor no hablar; tras tanto burdo y chabacano espectáculo dado a diario en ambas cámaras, la esperpéntica actuación de hace unos días para la aprobación de la prórroga del Estado de Alarma, sin una mera discusión al más alto nivel, llevada a cabo por aplastamiento enjuagado aparte y presentada por el ministro de Sanidad —abroncando al que sabía que no le iba a votar— sin que interviniera para nada el presidente del gobierno; máxime cuando como consecuencia de la decisión aprobada, el control de la pandemia y de las medidas a tomar durante nada más y nada menos que medio año, quedarán en manos de un organismo interregional que no tiene entidad jurídica para desarrollar un trabajo tan complejo por falta de medios propios, capacidad y fundamentos. Hecho nada baladí porque supone quedarse de perfil para el gobierno, sin ninguna responsabilidad porque los que realmente tomen las decisiones de cerrar ciudades y territorios y en consecuencia, estrangular su economía, serán las Comunidades y mientras tanto, Sánchez seguirá ejerciendo de poli bueno ante las esperadas y crecientes algaradas y saqueos que ya han empezado a surgir al principio de este largo puente en señal del fuerte descontento.

Las fuerzas armadas, además de estar “legalmente maniatadas” por mucho que diga la Constitución, no cuentan con una aguerrida cúpula militar que pueda poner la menor cuestión o pega al gobierno ante tanto desvarío y desconcierto. Ya se ha encargado la Ministra Robles de encabezarlas adecuadamente para lograr sus objetivos a pesar de que están muy envejecidas; muchos de los materiales son muy viejos u obsoletos y de que el gobierno de Sánchez no hace más que bajarles sus presupuestos y aun así, engatusar a los miembros de las FAS en general. La táctica consiste en soltarles caramelitos y hacerles sentir importantes en tareas que realmente son más propias de protección civil que militar y exigiendo un gran esfuerzo a unas menguadas unidades, habiendo millones de españoles en paro cobrando y sin aportar un solo esfuerzo o nada, ni siquiera en tan graves momentos.

La economía cabalga a sus anchas sin orden ni concierto, como pollos sin cabeza en un corral asaltado por una manada de lobos; ya ni los grandes expertos se ponen de acuerdo sobre la mejor y necesaria receta para atajar tan grave agujero, ni en el cómo dedicarse a recuperarla. Por lo que se ve, en el exterior, todos los países, sin excepción y en función de sus propias capacidades, han optado por bajar impuestos y proporcionar a fondo perdido ayudas masivas a las personas, empresas y a los sectores en peligro de cierre o extinción. Aquí, además de fiarlo todo al muy repetido maná que llegará de Europa con cuenta gotas y en varios años, no es así, sino todo lo contrario; a pesar de lo tantas veces dicho y prometido, a todos nos van a sablear a impuestos tengamos trabajo o no; algunos sectores o pequeñas empresas contaran con préstamos ICO sí, es que merecen su aprobación; préstamos, que más pronto que tarde se tienen que devolver con independencia de haber vuelto a la activad plena no. No hay campañas masivas de protección a los sectores más importantes cómo el turismo y todos los sectores anejos, la hostelería o la automoción, salvo pequeños parches que muchas veces se quedan en solo promesas y que en ningún caso son suficientes para salvar al completo ningún sector. Muchos de los ERTEs, y máxime tras este segundo confinamiento, se convertirán en EREs con lo que aumentará enormemente el paro a pesar del espejismo de ese manoseado “rebote” que no recuperación del PIB en el tercer trimestre del que dudo mucho de su realidad y mantenimiento en el tiempo y todo apunta a que los datos adelantados por el gobierno sean solo una estratagema para calmar el previsible descontento.

Con la justicia estando como está, la economía por los suelos y tratando de recuperarla en la dirección equivocada, las fuerzas armadas amansadas y distraídas en sus nuevas tareas domésticas, las Cortes y el Senado dominados por diversas coaliciones y pactos, el incondicional apoyo de los empesebrados y bien pagados medios y redes, con una buena y efectiva campaña propia de propaganda constante y con una población a la que se le ha helado la sangre, adocenada y bien instruida para la causa tras años de adoctrinamiento en todas las aulas de España y a la que le que parece ser más rentable esperar a la dadiva que le llegue del gobierno, que salir a calle a protestar en busca de un puesto de trabajo y el pan justamente ganado con el sudor de su frente; solo nos resta esperar que a España la salve la clase política, aquella, que por cierto, es la principal culpable de que estemos en esta grave situación de desconcierto.

Sánchez ha sabido embridar, a pesar de sus declaradas pesadillas de antaño, a los populistas y comunistas en su gobierno socialista duro; unos y otros haciendo los justos ascos y remilgos han sabido obtener el apoyo de separatistas, independentistas y filo terroristas, cuyos votos les garantizan la continuidad del gobierno, por lo que solo le puede hacer sombra la mal llamada oposición de centro-derecha. Un árbol reseco lleno de inexpertos grillos donde cada uno quiere cantar e ir en su propia dirección. Un inexistente grupo que se asemeja más a un avispero con tres avispas reinas donde, realmente, solo reina la confusión, la zancadilla y el mal ejemplo.

Tenemos a Ciudadanos —un partido residual en camino a desaparecer para siempre como algunos que le precedieron en el mismo espectro— en manos de una oportunista que abandonó a los catalanes tras haberles engañado en las últimas elecciones regionales y que aterrizó en Madrid a hacerse cargo de los despojos de lo que el señorito Rivera dilapidó por su mala gestión mientras se dedicaba más a preparar su nuevo nido de amor que hacer política de verdad y coherente. La señora Arrimadas ha perdido el Norte y desde su llegada a la capital decidió cortar todas las amarras existentes y quedarse de utillero de Sánchez para pasarle el estoque, el capote, la toalla o el botijo cuando el maestro lo necesite y aunque este, no se lo demande. Un partido de usar y tirar con el que Sánchez juega al gato y al ratón haciéndoles ver que, de vez en cuando, aparenta tomar en consideración lo que estos le proponen, para que se sientan contentos y justifiquen ante su escasa audiencia sus “extraños derroteros” totalmente fieles a un cada vez más irreconocible PSOE para, irremisiblemente y a continuación, dejarlos olvidados en cualquier cuneta tras un par de momentos.

Luego en el ranking progresivo aparece a Vox, un partido de mucho ruido y pocas nueces, nacido principalmente por escisión del PP que pone en cierto el dicho aquel que dice que “no hay peor cuña que la de la misma madera”. Arrogantes desde su fundación, prepotentes y rayanos en muchos momentos en asuntos y temas de anticonstitucionalidad y otras perlas poco bien recibidas en la sociedad, máxime con la sensibilidad que existe a nivel mundial sobre temas referentes al sexo humano, la raza y las relaciones entre las personas. Un partido que, al puro estilo del partido de ultra derecha —actualmente rebautizado para edulcorarlo “Agrupación Nacional” de Marine Le Pen en Francia— desprecia e insulta a todos, incluso y con más ardor, si cabe, a los que deberían ser sus compañeros de bancada, aunque luego, incomprensiblemente, tiene la piel muy sensible cuando alguien les paga con su misma moneda por tener creído que ese era su campo y su uso de exclusivo mérito.

Por último, nos encontramos con el PP de Pablo Casado, un partido que tras haber gobernado bastantes años con determinados aciertos en la arena económica, también ha heredado muchas y grandes cantidades de aguas turbulentas y hasta en algunos casos bastante fétidas lo que les ha llevado a dilapidar gran parte de sus seguidores y credibilidad. Acosado, como todos por la corrupción, pero con la diferencia de que a la suya siempre se le magnifica por irrelevante que sea y nunca se les perdona. Arrastrado del poder por una mal intencionada moción de censura, elaborada a varias manos y basada en una improcedente sentencia, y ansioso de mostrar su amor a España, su verdadera identidad, así como su valía y capacidad de renovación; dispuesto y preparado a sacar, por tercera vez, a España del enorme agujero económico en el que los socialistas nos metan por actuar sin orden, rectitud ni concierto.

Las fuerzas entre estos dos últimos partidos están bastante equilibradas, suelen ser persistentes en su permanencia e intención voto. No obstante, aunque es más que posible que no todos sus votantes entiendan un acercamiento entre ambos para hacer una gran coalición de derechas, sigo pensando firmemente ,y creo no ser el único en hacerlo públicamente, que los tiempos pasados difícilmente volverán, la población está muy fragmentada, amachambrada y cabreada por lo que mientras estos dos partidos con sus líderes a la cabeza, no bajen sus humos, pueriles diferencias o inútiles exigencias y se pongan a la tarea de unirse en una única alternativa de amplio espectro de derechas, nunca seremos capaces de vencer a esta maléfica coalición social-comunista y asociados que nos lleva derechos y de cabeza a una especie de absolutismo social-comunista que puede tener un final muy trágico para España, de los que sobre todo, en América latina tenemos muchos y graves ejemplos de los que nunca pensamos que pudieran llegar a florecer, pero que en pocos años, han traído el caos y la ruina a varios ricos y emergentes países y se han llevado por delante muchos cientos de miles de vidas y de grandes proyectos.

Allí, en muchos de los casos este problema aún no lo han sabido resolver por ellos mismos y siguen envueltos en asesinatos, hambrunas y persecuciones; esperemos que de nuevo, sea España ejemplo de cómo vencer al comunismo, aunque para esto, precisemos de cierto apoyo europeo.

 

* Coronel de Ejército de Tierra (Retirado) de España.  Diplomado de Estado Mayor, con experiencia de más de 40 años en las FAS. Ha participado en Operaciones de Paz en Bosnia Herzegovina y Kosovo y en Estados Mayores de la OTAN (AFSOUTH-J9). Agregado de Defensa en la República Checa y en Eslovaquia. Piloto de helicópteros, Vuelo Instrumental y piloto de pruebas.

Miembro de la SAEEG.

                                

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