Afganistán es un país marcado por la guerra y los conflictos internos, que hoy lucha por salir adelante y alcanzar la paz con los talibanes, pero estos están arrasando varios distritos en todo Afganistán y se han apoderado de puntos de control fronterizos en las últimas semanas, mientras Estados Unidos retira sus últimas tropas después de 20 años de presencia en el país.
La situación de seguridad en Afganistán es difícil y por lo tanto exige una solución negociada, es lo que afirmó el secretario general de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), Jens Stoltenberg (27/07/2021). También dijo que la alianza militar “seguirá apoyando a Afganistán, incluso con fondos, presencia civil y entrenamiento en el extranjero”; a su vez el general Kenneth McKenzie señaló que el apoyo incluye ataques aéreos, apoyo logístico, financiamiento e inteligencia para frenar la ofensiva talibán que enfrentan las Fuerzas Armadas afganas.
Por el otro lado las naciones del Cáucaso y de Asia Central, Armenia, Kazajistán, Kirguistán y Tayikistán, así como también Bielorrusia y Rusia, que en 2009 formaron la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC), se han puesto en guardia ante el avance de combatientes del movimiento Talibán en sus fronteras con Afganistán y al momento de escribir estas líneas aviones de ataque Su-25, fueron trasladados desde Kirguistán al aeródromo tayiko de Gissar para tomar parte en los ejercicios trilaterales con Tayikistán y Uzbekistán. Los Su-25 servirán como apoyo ante cualquier fuerza que amenace a estas naciones desde tierra.
En junio de 2021, los talibanes (catalogados como terroristas y prohibidos en Rusia) llegaron primero a la frontera de Turkmenistán y luego a Uzbekistán. Las pocas tropas gubernamentales y los guardias fronterizos afganos se vieron obligados a huir al territorio de estos estados vecinos que, a su vez, respondieron cerrando las fronteras.
Este panorama comenzó a principios de mayo de 2021, cuando la violencia recrudeció en varias provincias de Afganistán, con los talibanes lanzando una gran ofensiva pocos días después de que las fuerzas extranjeras lideradas por Estados Unidos iniciaran su retirada definitiva del país. En el momento de escribir esto, los talibanes llegaron a las afueras de Kandahar, cuna del movimiento islamista y la segunda ciudad más poblada de Afganistán después de Kabul.
El gobierno estadounidense de Biden y la OTAN iniciaron el primero de mayo el retiro de las tropas que invadieron Afganistán en 2001 y desde ese momento la milicia talibán se está apoderando de vastas regiones del país. El 13 de julio, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) advirtió sobre la crisis humanitaria que vive Afganistán, donde desde enero unos 270.000 afganos se han visto forzados a desplazarse, lo que ubica la cifra global de población desarraigada de ese país en 3,5 millones de personas.
En medio de este panorama, el cofundador de los talibanes, Mullah Abdul Ghani Baradar, se reunió el miércoles en Tianjin, en el norte de China, con el ministro de Exteriores de ese país, Wang Yi. Al finalizar el encuentro, Beijing aseguró que la milicia afgana “desempeñará un papel importante en el proceso de reconciliación pacífica y reconstrucción” de ese país.
En estas circunstancias, el presidente afgano Ashraf Ghani culpó a la decisión de Estados Unidos de retirar “abruptamente” sus tropas por el deterioro de la seguridad en su país. “La razón de nuestra actual situación es que esta decisión fue tomada abruptamente”, dijo Ghani al parlamento, agregando que había advertido a Washington de que una retirada tendría “consecuencias”.
Pero ¿qué es el movimiento Talibán? Para dar respuesta a esta cuestión tenemos que remontarnos a los años 80 del siglo pasado con la denominada guerra de Afganistán de 1978-1992, también llamada guerra afgano-soviética o guerra ruso-afgana, primera fase del extenso conflicto de la guerra civil afgana.
Transcurrió entre abril de 1978 y abril de 1992, tiempo en el que se enfrentaron las fuerzas armadas de la República Democrática de Afganistán apoyadas entre diciembre de 1979 y febrero de 1989 por la URSS y su ejército, contra los insurgentes, varios grupos de guerrilleros afganos islámicos denominados muyahidines.
Ese conflicto comenzó en 1978, cuando tuvo lugar la Revolución de Saur, transformando a Afganistán en un Estado Socialista gobernado por el Partido Democrático Popular de Afganistán (PDPA). Un año después, ante la insurgencia de los muyahidines y luego de varios enfrentamientos sangrientos que ocasionaron primero la muerte del presidente Nur Muhammad Taraki, el Consejo Revolucionario solicitó la intervención militar de la Unión Soviética.
La intervención soviética produjo un resurgimiento de los guerrilleros muyahidines, que aun estando divididos en varias facciones se embarcaron en una larga campaña contra las fuerzas soviético-afganas. Estos guerrilleros, en el marco de la “Guerra fría”, fueron respaldados por los suministros y el apoyo logístico y financiero de naciones como Estados Unidos, (Operación Ciclón) Pakistán, Irán, Arabia Saudita, China, Israel y el Reino Unido.
Los soviéticos tenían una gran superioridad militar sobre sus oponentes;, la asimetría era enorme. En los primeros enfrentamientos acabaron rápidamente con las fuerzas antigubernamentales de los muyahidines, sin embargo, pese a ganar las batallas estaban perdiendo la guerra; los insurgentes no tenían un mando central, una organización unificada que los representara en conjunto, esto hizo que no existiera forma de negociar una solución diplomática que incluyera a todos los grupos o clanes.
Además, no ofrecían batallas de guerra clásica, si no de guerra de guerrillas, luchando solo con ventaja táctica, eligiendo los terrenos más favorables a su accionar, atacando en forma sorpresiva y luego efectuando retiradas, generalmente a zonas montañosas, donde no podían ser perseguidos por blindados, lugares que no habían sido explorados por las tropas soviéticas.
Incluso los aviones fueron poco rentables en sus operaciones pues, si bien los muyahidines no disponían de radar, utilizaban los patrones de vuelo de las aves autóctonas como sistema de alerta temprana. Cada vez que un grupo de pájaros alzaba el vuelo, los guerrilleros sabían que algo se avecinaba y buscaban refugio de inmediato.
Los soldados soviéticos estaban luchando contra un enemigo invisible que le ofrecía escaramuzas en lugar de batallas, superándolos tácticamente. En la primera fase del conflicto el Ejército Soviético batía con su fuego solo el terreno, rocas y algunos pocos subversivos. El numeroso y moderno arsenal rojo en casi su totalidad fue inútil. El único que respondió con cierta eficacia en esta fase fue el helicóptero MI-24 HIND. Este helicóptero, debía su éxito a que tenía un blindaje que lo protegía de los proyectiles de bajo y mediano calibre que utilizaban los guerrilleros y podía dejar fuera de combate a los oponentes en tierra mediante sus propias armas, un verdadero tanque de guerra volador. Entre sus armas se destacaban el cañón doble GS 30 K de 30 mm, ametralladoras Yak B de 12.7 mm, además de 6 pilones en las alas con una capacidad de 1.500 kg (los pilones del interior soportan al menos 500 kg cada uno, los centrales 250 kg y los de punta alar sólo pueden portar misiles antitanques), para cargar una combinación de armas que van desde bombas lanzadores de cohetes o contenedores de armamentos varios.
En este punto y para contrarrestar los éxitos del Mi24 sobre los insurgentes, los estadounidenses deciden entregar a los muyahidines el misil tierra-aire pasivo, Stinger, un misil lanzado desde el hombro por un solo operador, poniendo fin a la supremacía del helicóptero ruso en los enfrentamientos.
Con ese nuevo sistema de armas, que en la época costaba US$ 40.000, se derribaba a una aeronave que valía US$ 10 millones. Los afganos abatieron en promedio entre uno o dos helicópteros por día, haciendo que el alto mando soviético comprendiera que el esfuerzo bélico era insostenible. Era difícil luchar contra un oponente que disponía de esas armas, pero peor aún era identificarlo mimetizado entre el resto de la población afgana.
La mayoría de la tropa de los muyahidines, eran campesinos, agricultores o pastores de ganado que, cuando no estaban luchando contra los soviéticos, cultivaban la tierra o concertaban matrimonios o, simplemente, llevando a cabo su rutina diaria. El alto mando soviético, al percibir esto, cambió la estrategia de la guerra entrando en una nueva fase con una nueva doctrina radicalmente diferente.
Como los civiles afganos y guerrilleros eran indistinguibles, ambos debían ser tratados como hostiles y como combatientes enemigos. En los años siguientes, los soviéticos procedieron a bombardeos masivos sobre aldeas se cerraron plazas industriales, muchas tierras de cultivo fueron minadas y el ganado fue abatido a tiros desde aeronaves.
En apenas el primer año de la aplicación de esta doctrina, murieron aproximadamente un millón de afganos; el objetivo era forzar a la población a migrar desde las zonas rurales hacia zonas urbanas mucho más fáciles de controlar por los soviéticos; la población de Kabul casi se triplicó. Y más de 6 millones de afganos huyeron de su país sobre todo al vecino Pakistán.
Entre los refugiados, que no eran familias enteras, ni clanes completos, había mujeres, niños y ancianos. Los niños constituían una verdadera masa desproporcionada; los hombres no migraron se quedaron para luchar contra los soviéticos y todos los que tenían edad para combatir consiguieron un fusil para pelear contra el enemigo extranjero.
Recordemos que los afganos ya eran veteranos combatiendo, aun cuando el nivel de guerra total no lo habían vivido nunca hasta esta fase de exterminio y persecución. Esto para ellos ya no era una guerra contra una potencia extranjera sino una lucha por la supervivencia. A medida que avanzaba la contienda, con familias y organizaciones tribales desgarradas, Afganistán se iba convirtiendo en una tierra sin mujeres y niños.
Es esta cuestión un punto de inflexión significativo en la cultura afgana, por patriarcal que la consideraran los extranjeros, pues los lazos familiares y de grupo eran una verdadera contención para hombres y mujeres. En el seno de las familias se mostraban los afectos y generosidad de estos hombres rudos, pero sobre todo la protección a los suyos. Desconectados de sus familias durante años, los combatientes afganos sufrieron una gran perturbación emocional.
Encontrándose los muyahidines con la única compañía de otros hombres en las condiciones más duras que pueda esperarse, es natural que las guerras cambien a los hombres y, en esa campaña, en Afganistán el conflicto cambió a millones. Los diversos síndromes de combate y la alienación afectaron a muchos llevándolos a un estado de barbarie casi incontenible.
En Pakistán, en la ciudad de Peshawar, los pastunes étnicos organizaron eventos para recaudar fondos, recolectaron y restauraron armas, siendo históricamente excelentes armeros y herreros, incluso, se dijo, reprodujeron fusiles y pistolas, fabricándolos con las respectivas municiones, organizando, con voluntarios, el apoyo a sus parientes afganos.
Muy pronto surgieron mas de 80 facciones, todas afirmando luchar por la causa santa, contra el extranjero infiel. La religión islámica se había fundamentalizado en ellos, el conflicto se había convertido en una guerra santa. Cuando el gobierno de Pakistán se percató de la situación, a los servicios de inteligencia de Pakistán (ISI, Inter Services Intelligence) se les ordenó hacerse cargo.
Antes de esto el ISI no tenía una gran preponderancia dentro del esquema de poder paquistaní, pero en plena Guerra Fría y con recursos provenientes de Estados Unidos y Arabia Saudita comenzó a financiar el esfuerzo de guerra de los muyahidines. Es en esta época donde el ISI tomó importancia dentro del esquema de poder de Pakistán.
El ISI paquistaní, distribuyó dinero, armas y combatientes voluntarios a sus grupos favoritos en Pakistán, grupos que, posteriormente, se dirigieron al combate a través de la frontera afgana. Cada uno de estos grupos con base en Pakistán reclamó el liderazgo de la contienda y cada uno trató de demostrar su devoción a la causa santa, adoptando narrativas islámicas cada vez más radicalizadas.
A medida que avanzaba la guerra en Afganistán, estos grupos paquistaníes adoptaron actitudes cada vez más celosas de la observancia del islam, una más extrema que la otra, hasta que el extremismo fue la nueva normalidad para los muyahidines afganos, al punto que, en 1988, la máquina de guerra soviética no soporto más y se retiró abandonando a sus aliados comunistas.
Cabe recordar que fue Mijaíl Gorbachov el que puso en marcha un plan consistente en la retirada masiva de las tropas soviéticas de Afganistán.
A pesar de los intentos desesperados del gobierno de Kabul por negociar una salida mediante un acuerdo de paz, se había derramado demasiada sangre y sin el apoyo soviético el gobierno no tenía ninguna influencia como para negociar nada, si bien todavía disponía de equipo militar soviético, con el que resistió hasta 1992, año en el que, finalmente, los muyahidines cercaron Kabul y derrocaron al gobierno comunista.
Esto fue el comienzo de anárquicos enfrentamientos entre los diferentes grupos muyahidines, los que ocuparon diferentes partes de la ciudad y comenzaron a dispararse entre sí con todas las armas disponibles, incluidos misiles. Una nueva carnicería se llevó a cabo en Kabul; la mitad de la ciudad quedó reducida a escombros y lo mismo pasó con otras ciudades afganas. Cada grupo de muyahidines peleaba por asegurar sus posesiones.
Lo que los soviéticos le hicieron al campo, los mismos afganos se lo hicieron a sus ciudades, surgiendo un caos en todo el país con la aparición de mini dominios territoriales, donde cada grupo erigió puestos de control en lo quedaba de las carreteras.
Aquellos niños que, en gran número, se habían refugiado en Pakistán al promediar el conflicto y sobre todo en la etapa de terror impulsada por Gorbachov, la llamada estrategia de despoblación, habían pasado grandes penurias, perdiendo su infancia en campos de refugiados, sin figura paterna e inmersos en la pobreza.
Se cree que alrededor de tres cuartas partes de los niños en los campos paquistaníes de refugiados afganos era menor de 15 años. En estos campamentos creció toda una generación de niños afganos, con una única forma de escolarización, las “Madrazas”, que eran escuelas religiosas islámicas que ofrecían instrucción gratuita. En esas escuelas se les brindó instrucción, algo de normalidad, una rutina de trabajo escolar y esperanza en su futuro.
Estas “madrazas” estaban dirigidas por clérigos que respondían a los partidos islamistas de Pakistán e íntimamente relacionadas con la inteligencia paquistaní (ISI) y financiadas en su mayor parte por familias adineradas saudíes. Establecidas junto a la frontera afgana, se estima que llegaron a funcionar más de dos mil “madrazas” con una matrícula de más de dos cientos veinte mil niños.
Estos chicos, estaban virtualmente aislados de las noticias mundiales y adoctrinados en el wahabismo, que es una corriente político-religiosa musulmana de la rama mayoritaria, del sunismo. A los estudiantes se les aseguraba que estaban predestinados a rescatar el mundo del imperio del mal y el mal estaba constituido por todo aquello ajeno al islam.
En estas “madrazas” además de religión se los instruyó militarmente para el combate a los efectos de que pudieran cumplir con el designio de combatir al mal. Estos estudiantes se convirtieron en los talibanes. La palabra talibán es el plural para estudiante en árabe.
En Kandahar un clérigo talibán llamado Mullah Omar que había dirigido un grupo de jóvenes junto a otros muyahidines y que había tomado el control de varios distritos de la ciudad, fue, en principio, bienvenido por los lugareños, mientras algunos grupos de muyahidines habían recurrido a la extorsión, al acoso y a la persecución; la cuestión cambió con los jóvenes talibanes cuando comenzaron a aplicar la sharía o ley del islam.
Los violadores fueron ahorcados, los ladrones perdieron las manos y el resto de los criminales fueron tratados en consecuencia. Para muchos pobladores los talibanes parecían portadores de estabilidad, sobre todo, en comparación con los muyahidines. Los sucesos de Kandahar llamaron la atención del aparato de seguridad paquistaní; a partir de allí el ISI suministro armas, financiación y capacidades adicionales al talibán.
En 1994 los talibanes eliminaron los puestos de control muyahidines en la frontera entre Afganistán y Pakistán, lo que permitió que mercaderías estacionadas en dicha frontera llegaran a los mercados afganos, pues al eliminar los peajes los precios se redujeron.
En esas circunstancias los talibanes se adueñaron por completo de Kandahar, consiguiendo además apoderarse de varias piezas de artillería, tanques, helicópteros, equipos de comunicaciones y cientos de camiones cargados de armas e incluso dinero.
En el otro lado de la frontera, Pakistán abrió los campos de refugiados afganos permitiendo que los estudiantes talibanes regresaran a Afganistán. Estos talibanes fueron en principio bienvenidos por la población afgana, porque vivían bajo la tiranía y el desorden de los muyahidines. Los afganos estaban desesperados por un salvador y los talibanes cumplieron en ese momento con ese papel. Expulsaron a los muyahidines de varias ciudades como Wardak y otras, en 1995 tomaron Herat y se dirigieron hacia Kabul y a fines septiembre de 1996 tomaron posesión de la misma.
Al principio, en Kabul, esos hombres jóvenes con turbantes negros parecían tan extranjeros como los rusos, dado que hablaban un dialecto diferente, habían sido educados en el extranjero y descendían de los refugiados de mediados de la década del 80. Cuando se instalaron en el poder, la realidad talibán se mostró: impusieron inmediatamente la Ssharía, los teatros fueron convertidos en mezquitas y a las mujeres se les prohibió totalmente la vida pública.
La música, las películas e incluso las fotos fueron prohibidas, las tiendas de video fueron incendiadas y los televisores destrozados, se prohibieron los juegos de azar, se prohibieron las mascotas y se criminalizó cualquier celebración no islámica, llegando a prohibir algunas costumbres y tradiciones afganas locales como la de remontar cometas.
Todos los hombres y mujeres debían usar ropas de acuerdo con los mandatos de la Sharía, con obligatoriedad de usar barba; además cualquiera que fuera sorprendido sin rezar al momento de la oración era castigado. Convirtieron a Afganistán en un estado ioslámico, gobernado mediante un totalitarismo religioso.
Así las cosas, este gobierno de los talibanes en Afganistán, tenía una estructura de mando muy particular y la organización de un régimen que parecía resistirse a instituir nada por temor a debilitar su pureza teocrática con fórmulas profanas.
Se conocían los nombres de varios líderes talibán como los mullah Mohammad Hassan Akhund, jefe del Estado Mayor militar, y Mohammad Hassan Rahmani, gobernador de Kandahar, pero la impresión desde fuera es que carecían de jerarquías y rangos.
En apariencia, funcionaba al estilo de la asamblea tradicional pashtún, la loya jirga, una toma de decisiones basada en el consenso y unos lazos personales de lealtad entre los miembros de las shuras principales, si bien esta presunta dirección colectiva topaba con el hecho incuestionable de que Omar tenía la última palabra en las decisiones importantes.
Se salvaguardó el núcleo duro de pashtunes kandaharis, y aunque ahora gobernaban territorios en los que los pashtunes no eran mayoría, Omar y sus compañeros se negaron a desarrollar un mecanismo que permitiera incluir en la toma de decisiones a representantes de las etnias minoritarias.
Fue ésta “versatilidad de la élite talibán” una característica que hizo inextricable el entramado del poder del régimen. Omar alimentaba este marco de incógnitas con su negativa a ser fotografiado y a recibir visitantes no musulmanes. En los cinco años que duró el régimen talibán, sólo un puñado de periodistas, diplomáticos o agentes de seguridad de Pakistán y Arabia Saudí recibieron audiencia por este hombre.
Unos meses antes de caer Kabul en manos talibán, llegó a Jalalabad el multimillonario saudí Osama bin Laden, consagrado a la jihad particular contra Estados Unidos a través de su red subversiva Al-Qaeda, creada a partir de ex muyahidínes extranjeros.
Esta organización fanatizada, con una visión religiosa muy virulenta y reduccionista conocida como salafismo-jihaidismo y de complicada reinserción en sus sociedades de origen, recibió el nombre genérico de árabes-afganos, a pesar de que ninguno de ellos era afgano y buena parte ni siquiera árabes.
Al parecer bin Laden conoció a algunos dirigentes talibán que combatieron en las provincias pashtunes en los años ochenta. El movimiento de Omar se le presentaba como un aliado natural por compartir la doctrina sunní y un odio indeclinable a toda importación cultural de Occidente.
Los talibanes brindaron al saudí un trato especial de huésped, conscientes de que la relación iba a reportar beneficios mutuos. Las fuentes señalan que en abril de 1997 bin Laden y sus acólitos, provistos de sofisticados y carísimos sistemas de comunicación, se mudaron a Kandahar, que es donde trabaron contacto directo con Omar.
Con el visto bueno del mullah, bin Laden levantó campos de entrenamiento para terroristas en el territorio que aquellos controlaban. A cambio de esta cobertura, construyó a Omar y demás líderes talibán residencias a prueba de ataques, búnkers subterráneos y otras edificaciones para uso militar.
Aun cuando no parece que los talibanes tomaran parte en la conspiración, la impunidad con que su invitado se valía de su libertad de movimientos para amenazar a un tercer Estado era reveladora del talante de Omar y sus asociados. En Afganistán bin Laden planificó sus golpes contra Estados Unidos.
El 23 de febrero de 1998 organizó un cónclave de grupos integristas en su base de Jost del que, bajo la etiqueta de “Frente Islámico Internacional para la Jihad contra judíos y Cruzados”, salió una “fatwa” para matar a todo norteamericano, militar o civil, en cualquier lugar del mundo.
Luego de la catástrofe terrorista del 11 de septiembre de 2001 se reveló que el vínculo entre Omar y bin Laden iba más allá de la mera amistad o la política: eran nada menos que consuegros. Según estas informaciones, la quinta esposa del saudí sería una hija de Omar y éste habría tomado en matrimonio a la hija mayor de aquel.
En suma, desde antes del 11 de septiembre bin Laden no sólo había sido un invitado privilegiado, sino que había ejercido un poderoso influjo en el régimen afgano, a pesar de las complicaciones internacionales que tal connivencia pudiera acarrear a este último. El pacto se supone que incluyó la transferencia a la organización de bin Laden de los campos de entrenamiento de voluntarios extranjeros existentes en Afganistán.
El espectacular ataque terrorista en Nueva York y Washington el 11 de septiembre de 2001, con sus devastadores daños, puso inmediatamente en la mira a Osama bin Laden. Éste se desvinculó de los hechos para ganar tiempo, si bien se felicitó por lo que calificó de “reacción legítima de los oprimidos” y amenazó veladamente con nuevos ataques, con armas convencionales o de destrucción masiva, a cargo de su organización.
Sin solución de continuidad, las miradas acusadora de Estados Unidos y sus aliados, formales o reclutados apresuradamente para su anunciada coalición internacional contra el terrorismo, se posaron en Afganistán y contra el régimen talibán. El 14 y el 15 de septiembre, el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, anunciaba la guerra general contra Al-Qaeda quedando implícito que ésta comenzaría en el país donde la organización terrorista tenía su cuartel general.
Omar hizo un llamamiento a la población afgana, para que afrontase con “valentía y dignidad” una eventual represalia de Estados Unidos, ya que sólo perecería si era “la voluntad de Dios”. En un tono desafiante, advirtió a los países vecinos sin citar nombres que se abstuvieran de colaborar en una intervención militar de no musulmanes.
Los hechos descriptos arriba fueron los que dieron comienzo a la guerra de Afganistán, la guerra más larga de la historia de los Estados Unidos. Probablemente lo narrado esté en el recuerdo de muchos de nosotros, lo que seguro pocos esperábamos era un final así. 19 años después se ha llegado a un triste epílogo para dos operaciones militares que recibieron nombres tan grandilocuentes como Libertad Duradera y Centinela de la Libertad.
El Acuerdo de Doha, firmado el pasado 29 de febrero de 2020 entre los talibanes y Estados Unidos, que fue presentado como un “acuerdo de paz” entre dos de las partes del conflicto, que invitaba a pensar, en un próximo alto el fuego en Afganistán, en realidad se centra exclusivamente en establecer los términos en los que Estados Unidos saldrá del país tras 20 años de intervención; algo confirmado por la Administración de Joe Biden.
Más allá de la renuncia de Estados Unidos a seguir en Afganistán, las conversaciones entre el gobierno afgano y los talibanes, aún en curso, determinarán si, efectivamente, hay esperanza para que prevalezca la paz en un país asolado por la violencia desde hace muchas décadas.
Mientras en estos momentos, agosto de 2021, los talibanes afirman controlar el 85% de Afganistán, culpando a Estados Unidos por el fracaso del acuerdo y desde que el presidente Joe Biden anunció en mayo un plan de salida de Afganistán, los talibanes han tomado más de 150 distritos del país.
Por otro lado, el presidente de Afganistán, Mohammad Ashraf Ghani, instó a los talibanes a aprender las lecciones de Siria, Irak y Yemen y a evitar la violencia para unirse a un proceso de paz. El presidente se dirigía a una reunión pública en la provincia oriental de Khost tras inaugurar el quinto aeropuerto internacional del país, construido con un coste estimado de US$ 20 millones.
“En lugar de sentarse eventualmente (para las conversaciones) mañana, ¿por qué no sentarse a hablar hoy? Hay que aprender las lecciones de Siria, Yemen, Irak, Argelia y Líbano”, señaló el mandatario. “Si ustedes (los talibanes) deciden luchar, entonces toda la responsabilidad recaerá sobre sus hombros”, añadió el presidente, tras culpar a los talibanes del recrudecimiento de la violencia en medio de la salida de las tropas extranjeras de Afganistán.
* Jurista USAL con especialización en derecho internacional público y derecho penal. Politólogo y asesor. Docente universitario.
Aviador, piloto de aviones y helicópteros. Estudioso de la estrategia global y conflictos.
Ahora está en alerta roja, El Líbano está en colapso social, político y económico. Si no se hace algo a tiempo, la situación podría estallar y desestabilizar todo el cuadrante de Oriente Próximo.
Desde el punto de vista de la seguridad interna, los disturbios y la violencia se producen a diario en las calles, gracias al aumento del estado de pobreza y penurias sociales, así como a la corrupción rampante que cada vez se afianza más en el maravilloso “País de los Cedros”.
Y mientras tanto, las milicias terroristas de Hezbolá, fortalecidas sobre todo por el apoyo logístico y financiero de Irán, afirman su influencia sobre el frágil Estado libanés, continuando sin ser molestadas en su tráfico de drogas, armas y bienes de diversos tipos, sin dejar de atacar directamente a las tropas regulares libanesas.
Francia y Estados Unidos están considerando enviar un portaaviones a las aguas frente al país de Medio Oriente lo antes posible y posiblemente intervenir cuando la situación lo haga inevitable, o para evitar que El Líbano termine de una vez por todas en manos de Hezbolá (e Irán) o de la franja yihadista.
A un año de la terrible explosión del puerto de Beirut, la situación en El Líbano se ha vuelto inmanejable. En varias partes del país, las protestas están a la orden del día e inevitablemente resultan en bloqueos de carreteras que paralizan la movilidad de personas y mercancías. Los precios están en constante aumento, incluidas las necesidades básicas, y la búsqueda espasmódica de combustible y medicamentos está empezando a ser degradante. La electricidad está racionada y son frecuentes los apagones prolongados y duraderos que hacen que la situación sea inaceptable, especialmente para los hospitales. Incluso la conectividad de la red celular (4G y Wi-Fi) sufre contratiempos y dificulta todas las comunicaciones.
Los analistas internacionales afirman que la deuda pública de El Líbano ha alcanzado cifras asombrosas, muy por encima de los 750.000 millones de libras, y que alguien ya había especulado sobre ella muchos años antes. Según algunos, de hecho, este epílogo lento y desafortunado se debe a una desafortunada operación financiera del gobierno en 1994, cuando entonces había autorizado préstamos desproporcionados en moneda extranjera para apoyar la deuda pública, vinculando la lira libanesa al dólar estadounidense. Esta maniobra financiera, al límite de la estafa estatal según los cánones del llamado “Esquema Ponzi”, también había recibido el Ok de la Cámara de Representantes, a pesar de saber que en caso de un aumento de divisas los libaneses nunca serían capaces de hacerle frente. Y así fue. Uno tras otro, El Líbano ya no ha podido pagar el importe cada vez mayor de los intereses acumulados por las divisas sobre su ya gigantesca deuda pública, con evidentes repercusiones en el mercado interior y en la vida de sus ciudadanos.
Y la política está en un vergonzoso estancamiento
Los distintos líderes siguen peleándose entre sí y no pueden encontrar un punto de encuentro para luego proceder a la formación de un nuevo gobierno que permita que el país llegue a 2022, cuando se convocarán nuevas elecciones generales democráticas.
Sa’ad Hariri en octubre del año pasado, tras la dimisión de Mustapha Adib en septiembre (que a su vez había ocupado el lugar de Hassan Diab, tras los acontecimientos de Beirut), fue nombrado por el Presidente Michel Aoun para formar un nuevo gobierno. Hariri ya había sido primer ministro tres veces, pero había dejado el cargo debido a las violentas protestas antigubernamentales que estallaron en 2019. Su nombramiento se produce en un momento de actualidad para el Líbano, tanto por la actual pandemia como por la grave crisis social y económica que ha azotado al país, agravada aún más por los hechos relacionados con la explosión de Beirut el 4 de agosto del año pasado, y cuya investigación y las responsabilidades relacionadas aún no se han revelado por completo a las familias de las víctimas y a todo el público, mientras que las autoridades estatales siguen prevaricando escondiéndose detrás de la inmunidad parlamentaria. Se dice que Hariri tenía preparada la lista de los nombres de sus ministros, pero que por alguna “oscura razón” no estaba de acuerdo con el presidente Aoun. Las dos oficinas del Estado siguieron encontrando pretextos para no avanzar. El último episodio de fricción hace unos días, cuando estaba programada una reunión entre ambos, que el nuevo primer ministro canceló en respuesta a un odioso twitter de la primera oficina estatal pocas horas después de la reunión.
Y es noticia hace unas horas que Hariri ha renunciado definitivamente al cargo de primer ministro, se dice que por la continua interferencia del presidente Michel Aoun, quien pidió ajustes fundamentales en su propuesta de gobierno.
Hezbolá empuja al Líbano al colapso
Trazar un paralelismo y similitudes entre Hezbolá en El Líbano y los talibanes en Afganistán es una gran apuesta, pero encontramos que, de alguna manera, ambos se declaran no interesados en la conquista del poder político de ninguna manera, cada uno en su propio país. Pero lo que estamos presenciando hoy es una realidad completamente diferente y llena de contradicciones tanto en escenarios como por parte de los propios actores.
Recientemente se ha publicado un informe completo por parte de un think tank inglés, Chatham House, donde se analiza en profundidad la situación en el Líbano y el peligro que correría el país de los cedros si Hezbolá conquistara el poder.
El grupo terrorista Hezbolá, encabezado por Hasan Nasrallah, su líder indiscutible, ha imbuido tanto al tejido social y político libanés de su esencia que, al parecer, ni siquiera necesitaría acceder al poder tradicional. Es bien sabido que existe un “control híbrido” sobre todas las estructuras políticas, sin asumir la plena responsabilidad de sus acciones tanto hacia el Estado libanés como hacia sus ciudadanos.
Hezbollah opera sin ser molestado por el tráfico ilícito que goza de la colaboración y el encubrimiento de funcionarios corruptos de la política y las instituciones. Las milicias en la frontera siria son leales a él y esto ha permitido el paso de drogas y bienes y, por supuesto, de armas enviadas desde Teherán. De algunos rumores filtrados parece que a menudo la organización logística de Hezbollah obtiene documentos falsos emitidos directamente por el Ministerio de Agricultura para ingresar, al otro lado de la frontera, cargas de drogas haciéndolas pasar por semillas y similares. Además, las mismas fuentes informan de que las milicias chiítas tienen libre acceso, con la complacencia de directores generales corruptos, a los fondos ministeriales también asignados a las ONG afiliadas, pudiendo así utilizarlos sin necesidad de más procedimientos de autorización por parte de los ministros.
Hezbollah sin duda podría tomar el control del país por la fuerza, tiene la capacidad militar, pero evidentemente está esperando el momento propicio.
Los milicianos chiítas no parecen culpar a la crisis como fuerte del apoyo iraní y muchos libaneses están cada vez más convencidos de cambiar de rango. Pero el líder Nasrallah está asumiendo riesgos. Sabe perfectamente que el descontento popular podría volcarse en su contra, porque cualquier control del poder por su parte privaría al Líbano de la ayuda internacional de la que depende.
Los gobiernos occidentales, Francia y los Estados Unidos en primer lugar, están tratando a través de sanciones de contener en la medida de lo posible el poder imperturbable de Hezbollah Pero estas medidas son claramente insuficientes mientras la organización política en El Líbano permanezca inalterada. Sin duda, será necesario que el cambio para el país de los cedros comience desde dentro de sí mismo con el apoyo adecuado de la comunidad internacional.
¿Cómo pueden los gobiernos occidentales ayudar al Líbano?
Francia y Estados Unidos están buscando todas las vías para apoyar la devastada economía del Líbano y están presionando para un compromiso financiero y político directo de Arabia Saudita.
Pero Riad es por el momento recalcitrante ante la idea de apoyar al Líbano, un país —entonces liderado por Hariri— con el que rompieron relaciones desde 2017. Arabia Saudita ya no tiene ningún interés económico y mucho menos inversiones activas en El Líbano. Como mínimo, el reino saudí podría aceptar apoyar sectores específicos como la salud, la educación y el ejército.
… mientras Israel evalúa otras opciones,
Jerusalén está firmemente convencida de que no hay una solución lista y disponible para salvar al Líbano. La única alternativa es la participación de un Alto Comisionado de las Naciones Unidas para tomar las riendas del país a la espera de nuevas elecciones, y esto antes de que El Líbano se hunda en una crisis humanitaria sin precedentes. El Alto Comisionado contará con un fuerte apoyo económico y financiero de la comunidad internacional, y una de sus principales tareas será desarmar a todas las milicias, incluido Hezbollah, pero solo podrá hacerlo con la participación de una presencia militar internacional sobre el terreno.
Sin embargo, debemos actuar con rapidez, y es posible que el Líbano no disponga de más tiempo.
* Licenciado en Ciencias Sociológicas, Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad de Bolonia. Especialista en Seguridad, Geopolítica y Defensa.
5 NODOS PRINCIPALES: POLÍTICA EXTERIOR, FUERZAS ARMADAS, DIVERSIFICACIÓN ECONÓMICA, CIENCIA Y TECNOLOGÍA E INDUSTRIAS DE DEFENSA.
Introducción
Emiratos Árabes Unidos (EAU) ha materializado un desarrollo sostenido de sus Fuerzas Armadas en todas sus variables desde comienzos del siglo XXI. Fenómeno que tiene origen en los logros de su expansiva economía, la política interior altamente planificada —y particularmente— su metódica política exterior que ha influido en los planos regionales e internacionales; interpretando favorablemente las asimetrías del sistema para posicionarse de forma competitiva y jerárquica.
En lo que respecta a la dimensión de la Seguridad Regional, EAU intervino en los últimos años en dos conflictos militares que tuvieron como teatros de operaciones Libia y Yemen. Eleonora Ardemagni (2020) sostiene que «Más recientemente, los Emiratos Árabes Unidos intensificaron su asertividad militar al involucrarse directamente y elegir bandos, aunque en diversos grados de participación, en las guerras civiles de Libia y Yemen. Las fuerzas emiratíes han llevado a cabo ataques aéreos contra las fuerzas con base en Trípoli y han proporcionado apoyo militar terrestre a la Coalición liderada por Arabia Saudita en Yemen»[1].
Cabe recordar en el caso de Libia, que las Fuerzas Armadas emiratíes apoyaron a la facción denominada LNA liderada por el militar Khalifa Haftar. Es importante incluir a lo anterior, la experiencia escalonada que han tenido las Fuerzas Armadas en la liberación de Kuwait (Tormenta del Desierto 1991), el levantamiento de Bahrein (2011), Mali (2013), Siria y la Guerra regional contra Isis y otros grupos yihadistas a partir de 2014 (incluyendo Afganistán).
Es oportuno remarcar también que, entre los gobiernos árabes, EAU se ha ganado un espacio permanente en las decisiones axiales regionales, ya no como un actor prominente de la economía y las finanzas, sino como ejecutante de acciones en la dimensión estratégico-militar. Incluso tomando iniciativas geoestratégicas como la instalación de bases militares en Eritrea, Yemen y Libia. Por añadidura, su comprometida participación en operaciones militares multilaterales como aliado de Occidente le ha dado un nuevo lugar en la Seguridad Internacional.
Expansión económica y desarrollo en Defensa Nacional
Dicho impulso en el plano militar se vislumbra como parte de la estrategia emiratí de expansión y consolidación regional multinivel. En términos fácticos, los indicadores económicos del país han tenido saldos incrementales en las últimas 4 décadas (duplicando su PIB en el período 1986-2019)[2]. Aunque como fenómeno yuxtapuesto, EAU ha tenido que compensar rápidamente los aspectos de la Defensa desde el comienzo de los levantamientos árabes en 2010; con el propósito de evitar el avance de amenazas regionales de carácter estatales: preferentemente Irán, que tiene una disputa histórica por las islas Abu Musa, Tunb Mayor y Tunb Menor. Pero además, se suma el comportamiento expansionista del régimen iraní en Yemen, Iraq, Líbano y Siria, el cual es visto por el gobierno de EAU como una amenaza directa a su estabilidad. Por otro lado, EAU debe enfrentar organizaciones terroristas internacionales (definidamente yihadistas) que han tenido vínculos evidentes con el gobierno turco de Erdogán y el Emir Tamim Bin Hamad de Qatar.
Actualmente, para cubrir los objetivos militares EAU deriva un 5,6% de su PIB para gastos en Defensa Nacional (último dato de 2020) y ha destinado a adquisiciones militares durante 2010 y 2019 aproximadamente un 15% del presupuesto[3].
La diversificación económica de EAU ha desbordado del sector energético hacia otras ramas de la economía. Incluso los sectores tecnológicos de la Defensa vienen creciendo a un ritmo vertiginoso. Es innegable que la disponibilidad de recursos y la planificación estratégica de EAU han definido los aspectos militares sobre múltiples ejes que pueden enumerarse de la siguiente manera: 1- la protección, explotación y gestión de los recursos energéticos junto a infraestructuras críticas; 2- la protección del flujo del comercio internacional y el auge emiratí en gestión portuaria internacional; 3- el sostén estratégico militar a sectores económicos en el extranjero (principalmente la infraestructura portuaria, logística y cadena de suministros); 4- profundización de la cooperación militar internacional y regional en la lucha contra el terrorismo internacional y contra los estados que apoyen a estos actores beligerantes; 5- política incisiva de adquisiciones militares acompañada del desarrollo gradual de la Ciencia, la Tecnología y la Innovación de Defensa.
Política Exterior y el nuevo rol militar de EAU
En lo concerniente a su diplomacia internacional podemos observar algunas acciones relevantes de EAU que se circunscriben a la «mediación para promover la distensión de conflictos y disputas», como también, para participar militarmente en aquellos conflictos que se han considerado de interés estratégico de acuerdo a sus alianzas regionales e internacionales (con EE.UU, Arabia Saudita y Egipto), demostrando una adaptabilidad relevante en lo que respecta a la Política Exterior y la interpretación de contextos y escenarios para su proyección en Oriente Próximo y el Norte de África. Buscando sopesar, claro está, la expansiva influencia iraní en sus fronteras.
Ebtesam Al Ketbi (2020) lo define sintéticamente exponiendo que «Los rápidos cambios que se han producido, tanto en el Oriente Medio como en el entorno internacional en general en las dos últimas décadas, han generado un mayor compromiso regional e internacional como objetivo esencial de los Emiratos Árabes Unidos. La consecuente evolución de la política de los Emiratos Árabes Unidos ha estado marcada por un cambio en el énfasis de las soluciones diplomáticas y el poder blando que caracterizaron a la diplomacia emiratí durante la era del padre fundador de la nación, el difunto Sheikh Zayed bin Sultan Al Nahyan, hacia una mayor intervención, participación y acción. En la actualidad, los Emiratos Árabes Unidos emplean cada vez más el «poder inteligente», un equilibrio entre el poder duro y el blando, para promover sus intereses nacionales y contrarrestar los riesgos existentes y potenciales para su gente, la seguridad, la economía y el éxito del desarrollo»[4].
En este nivel, encontramos la normalización de las relaciones bilaterales con Israel, llevadas adelante con los Acuerdos de Abraham (promovida por EE.UU) en agosto del 2020. Dicho acuerdo fue decisivo para redefinir la política exterior entre los Estados, situación que resultó ser un factor catalizador de mejora en las «capacidades militares». Derivadamente, se habilitaron los contratos de adquisiciones de armas mayores como los UAV´s MQ-9 Reaper y se destrabó el programa F-35 Lightning II. Sin embargo, la consolidación de este «espacio común» provocó nuevos debates en EE.UU que giraron en torno a la redefinición de la estructura de poder en Oriente Próximo, planteando interrogantes sobre el efecto colateral de este tipo de transferencias y si afectarían el «sostenimiento de la ventaja militar competitiva por parte de Israel, por consiguiente, su codificación en aminorar el posible impacto de la carrera armamentista y la competencia estratégica con el principal proveedor de armas» (Sharp; 2020)[5].
A su vez, EAU ha ampliado su participación en las relaciones internacionales intentando penetrar en esferas críticas como la disputa entre: Egipto, Sudán y Etiopía por la construcción de la «Represa Etíope del Renacimiento» conocida con las siglas GERD, que lleva más de 10 años con ribetes de compleja resolución. Debemos recordar, que anteriormente EAU había actuado en un rol conciliatorio entre Etiopía y Eritrea en 2018.
Actualmente EAU se ha inmerso en el perenne conflicto entre India y Pakistán, buscando distender las relaciones entre ambas potencias nucleares. Paralelamente, interviene en la política del Mediterráneo Oriental consolidando acuerdos de cooperación militar con Grecia y Chipre, sin olvidar la profundización del vínculo con Egipto en esa zona naval. En este último caso, EAU se ubica como contendiente de los intereses estratégicos de Turquía, a pesar que —desde mayo de 2021— Ankara haya planteado distender las relaciones con Egipto, Arabia Saudita y EAU. En otro orden global, EAU es uno de los aliados más próximos de EE.UU en la región y además posee grandes lazos con los países occidentales; de los cuales se abastece de armamento de modo progresivo.
En términos geopolíticos observamos que EAU comienza a materializar uno de sus objetivos explícitos, buscando convertirse en un «actor global proactivo» con profunda proyección estratégica regional. De modo tangible, puede percibirse la participación activa en las relaciones internacionales del Golfo Pérsico, Golfo de Omán, Mar Arábigo, Golfo de Adén (Cuerno de África), Mar Rojo y el Mediterráneo Oriental. Básicamente, el epicentro de la economía y el intercambio comercial emiratí, donde se superpone su influencia militar con distintas intensidades efectivas. Es por ello, que la proyección militar se ha sustentado en expandir la Armada y la Fuerza Aérea.
Ejercicios militares internacionales y Cooperación en Defensa
EAU ha desarrollado un instrumento militar independiente con capacidad de desplegar operaciones de forma autónoma, como también, en cooperación con EE.UU y aliados regionales. Con la particularidad de poder proyectar sus fuerzas asentadas en medios militares de alta tecnología; el mejor ejemplo es su Fuerza Aérea. Dicha concepción motivó a estructurar un diseño de fuerzas que se conforma con: 1) el Ejército (44.000 efectivos); 2) la Armada (2.500); 3) la Fuerza Aérea (4.500); 4) la Guardia Presidencial (12.000). Sus efectivos totales ascienden a 63.000 (Ibish: 2017)[6]. A medida que se intensificó la competencia global, los EAU establecieron una relación entre medios y recursos humanos altamente competitivos para sus FF.AA, comparativamente menor en tamaño a sus vecinos, pero sumamente tecnificadas y adiestradas.
Los puntos clave de su diseño de fuerza se orientan a: 1- Defender la integridad territorial y la soberanía; 2- Proteger a los gobernantes y al pueblo emiratí; 3- Contribuir a la seguridad interna; 4- Construir una nación firme y desarrollada; 5- Apoyar la política exterior[7]. Cada uno de estos puntos clave tiene como efecto subsidiario o correlato los siguientes conceptos:
La alianza estratégica con EE.UU obliga a establecer el mismo pie de igualdad tecnológica con el fin de poder desarrollar operaciones militares y cooperar en materia de Defensa.
Debido a su configuración estratégica, sus medios militares deben ser lo suficientemente capaces, flexibles y netamente ofensivos (superioridad tecnológica) vis a vis en la región, cuya piedra angular es su programa de adquisiciones.
Una estrategia orientada al pueblo emiratí tendiente a incrementar los niveles de participación de la población civil en las acciones de la Defensa, lo que conlleva a establecer dos elementos interdependientes. Por un lado, un sistema de educación militar y por otro, la conformación del servicio militar obligatorio.
Ejes y diversificación de la Cooperación en Defensa Nacional
Los ejercicios militares internacionales de relevancia en la agenda emiratí han ido en aumento, asociado preliminarmente a la profundización de las relaciones bilaterales y multilaterales respectivamente. Estos son instrumentos sumamente relevantes que sustentaron: 1) la Política Exterior de la Defensa; 2) permitieron la interoperabilidad de medios (definiendo doctrinas de empleo); 3) profundizaron el conocimiento de pares militares que facilitó la coordinación de las operaciones; 4) contribuye al establecimiento de medidas de confianza mutua (ej. con Israel). Todos estos elementos se asocian a la vertiginosa incorporación de medios a sus Fuerzas Armadas.
Entre los ejercicios más importantes se cuentan: Medusa 2020 (Francia, Egipto, EAU, Grecia y Chipre); Seif al Arab 2020 (Egipto, Arabia Saudita, EAU, Jordania, Bahréin y República de Sudán); Misión Skyros 2021 (en el marco de la agenda de la misión aérea francesa); Varuna 2021 (India, Francia y EAU); Zayed-3 (EAU -Egipto); Desert Flag VI – 2021 (EAU, India, Arabia Saudita, Bahréin, Jordania, Grecia y Qatar, teniendo como observadores a Corea del Sur y Egipto); Iron Union, Red Flag, y Native Fury 20 (EAU y EE.UU); Iniohos 2021 (teniendo de anfitrión a Grecia y donde participarán: EE.UU, EAU, Israel, España, Francia, Canadá y Chipre); Tuwaiq-2021 (EAU, Arabia Saudita, Jordania, Egipto, Omán, Kuwait y Bahréin).
Paralelamente al desarrollo de los ejercicios, los EAU han incrementado los niveles de cooperación militar, como un marco ampliado de la política exterior tendiente a favorecer la transferencia tecnológica, los intercambios de experiencias y mejora en el adiestramiento de las fuerzas, el desarrollo de operaciones militares y acrecentando la proyección estratégica. Entre los ejes de cooperación más destacados están:
Acuerdo bilateral de Cooperación en Defensa de 2019 con EE.UU.
EAU ha establecido en 2021 un nuevo plan de Cooperación en Defensa con Marruecos para extender su influencia estratégica en el Mediterráneo Occidental (con un concreto interés en el Mar de Alborán).
Actualmente en 2021 participa en la conformación del nuevo gobierno en Libia, luego de haber intervenido activamente en el conflicto armado junto a Haftar (quien fue también respaldado por Rusia, Francia y Egipto).
La Fuerza Aérea emiratí ha enviado en agosto de 2020 aviones F-16 a Creta para alinearse y cooperar con Grecia, en el contexto por la disputa con Turquía por los recursos y límites marítimos.
EAU ha incrementado su vínculo con Chipre en cuestiones atinentes a la seguridad regional desde 2020, firmando un Acuerdo de Cooperación Militar en enero de 2021.
EAU incrementó su presencia en el Cuerno de África concretando alianzas, ayuda económica, inversiones, contratos portuarios y la instalación de bases militares[8].
Fortalece ininterrumpidamente los lazos con los países de la Unión Europea en materia de Seguridad Regional y el mercado de industrias de Defensa.
EAU ha fortalecido la vinculación militar en la región Indo Pacífico con India y Corea del Sur.
Continúa avanzando en la cooperación militar con sus aliados regionales principales Arabia Saudita y Egipto, con los cuales posee una agenda nutrida en materia de Defensa.
A partir de 2021 EAU busca distender paulatinamente las relaciones con Qatar y Turquía, con quienes ha tenido disputas residuales en toda la región luego del estallido de las Primaveras Árabes.
Es un actor que se destaca en el Concejo de Cooperación para los Estados Árabes del Golfo, mediando en diferentes etapas críticas y conflictivas de los países miembros, e incrementa su jerarquía en esa órbita.
Luego de los Acuerdos de Abraham firmados con Israel y avalados por EE.UU, comenzaron a efectivizarse avances en el campo de la Ciencia y la Tecnología, específicamente en Inteligencia Artificial y Big Data (con Rafael Advanced Defense Systems y G42)[9]. Asimismo, los vínculos en Defensa Nacional se ampliarán con la participación de ambos países en ejercicios militares. Durante la crisis de mayo de 2021 entre Israel y las organizaciones armadas palestinas, EAU tuvo un rol conciliatorio para la desescalada del conflicto.
Programas de adquisiciones bélicas
Como sucede en otros países de Oriente Próximo, el programa de adquisiciones bélicas se estructura a través de la incorporación de medios militares foráneos —y en menor medida— de aquellos que integran el proceso de producción local de armas. Ambos elementos se implantan dentro de un contexto amplio de encadenamientos productivos, inserto en los planes de la política de Defensa Nacional y al sostenimiento de las capacidades militares. EAU se ubica en el puesto 9° a nivel global como importador de armas mayores, pero un dato interesante es que se ubica en el puesto 18° como exportador mundial y 3° en la región después de Israel y Turquía (2016-2020)[10].
Con respecto al sistema de adquisición de armas mayores, entre los proveedores más importantes de las Fuerzas Armadas de EAU se encuentran EE.UU, Francia y Rusia[11]. En paralelo, es posible observar la diversificación de proveedores contando además a: Italia, Suecia, España, Alemania, Turquía, Suiza, Singapur, Sudáfrica, Reino Unido, Países Bajos, Canadá y Finlandia[12].
Con respecto a EE.UU, se han firmado numerosos acuerdos para transferencias de material bélico —y específicamente— un convenio marco de Cooperación en Defensa como se ha citado más arriba[13]. Dichos compromisos de cooperación han mejorado sustantivamente las capacidades militares de los EAU, no solo para el logro de sus objetivos estratégicos, sino también, para posicionarse como un poder equilibrador regional[14].
Según datos oficiales de EE.UU, los EAU tienen U$S 28,100 millones de dólares en activos gubernamentales en contratos bajo el sistema de Ventas Militares en el Extranjero (FMS). Donde las aeronaves y el sistema de misiles (sistema Patriot Pac-3 y THAAD) son el centro de las adquisiciones[15][16]. Extendiendo la descripción pueden enumerarse los siguientes programas:
Programa F-16: En el año 2000, los EAU adquirieron 80 aviones F-16 estadounidenses, equipados con el misil AMRAAM, el Misil HARM y los AIM 9X Sidewinder, con un valor de alrededor de U$S 8,000 millones[17]. En abril de 2013, EE.UU vendió a EAU 30 F-16 adicionales y municiones aire-superficie (EAU también posee alrededor de 60 aviones de combate Mirage 2000 de fabricación francesa).
Programa F-35: EAU ha buscado adquirir esta aeronave desde 2014 y recién el 20 de enero de 2021 se ha firmado un contrato por U$S 23 mil millones para la adquisición de 50 unidades F-35 y 18 Reaper MQ-9 Block V, dicho acuerdo fue puesto bajo revisión por la Administración Biden, aunque funcionarios indicaron en Abril de 2021 que planean proceder con la venta[18][19].
Helicópteros de ataque Apache: En 2010, la DSCA notificó al Congreso de EE.UU por dos ventas potenciales, incluyendo U$S 5,000 millones por 30 helicópteros Apache AH-64D (tiene operativos 28 en 2021)[20].
En noviembre de 2019, el Departamento de Estado aprobó una posible venta de 10 helicópteros CH-47FChinook y equipo relacionado por un costo estimado de U$S 830,3 millones[21]. Actualmente tiene 22 CH-47FChinook, 11 UH-60LBlack Hawk, más de 33 UH-60MBlack Hawk, entre otros[22].
Misiles Balísticos y UAV´s: posee un pequeño número de 6 Scud-B obtenidos de Proveedores de EE.UU. En 2017, recibió una venta comercial por valor de U$S 200 millones del UAV Predator XP fabricado en EE.UU[23]. El 24 de mayo de 2019, el Departamento de Estado aprobó la venta del UAV Blackjack RQ-21, con un valor estimado de $ 80 millones. Sin embargo, EAU posee UAV´s que ha adquirido de China (Wing Loong I y II) los cuales fueron utilizados en Libia y Yemen.
Adquirió municiones de Ataque Directo (JDAM), misiles balísticos de corto alcance (PGM) incluido el ATM-84SLAM-ER y las bombas GBU-39/B comúnmente conocidas como las destructoras de bunkers y las Bombas Guiadas por Laser Paveway IV[24][25].
El Ejército de EAU tienen operativos 380 tanques franceses Leclerc. Por su parte, Estados Unidos vendió el sistema de lanzamisiles múltiple ligero (HIMARS) y sistemas de misiles tácticos del ejército (ATACM), valuados en unos $750 millones de dólares.
La Armada Emiratí se ha insertado en la cadena global de producción, generando acuerdos con los principales astilleros (con capacidad de construcción y transferencia tecnológica). Este es el caso del acuerdo con Naval Group para la adquisición de dos corbetas clase Gowind 2500, con la opción de construir 2 buques más en el astillero Abu Dhabi Ship Building (ADSB)[26][27]. Además pueden citarse como antecedente:
Las corbetas Clase Baynunah (CMN Group´s): 1 buque construido en Francia y 5 en EAU[28]. El proyecto se inició en 2005 y actualmente están todos los buques operativos. La última unidad se presentó en 2017.
Corbetas Clase Abu Dhabi: 2 buques misilísticos construidos en Italia por Fincantieri y 2 más en EAU[29].
Buque patrullero OPV Clase Falaj III: se fabricarán 4 patrulleros de altura por ADSB y se suman 2 IPV Falaj II entregado por Fincantieri[30][31].
Buque Ghannatha: lanchas de transporte de alta velocidad Fase I: 4 se construyeron en Suecia (entregadas en 2010) y las 8 restantes construidas en los EAU[32].
Se han firmado acuerdos con la empresa Thales para incorporar equipos de guerra electrónica y sistemas de detección antisubmarina.
El Servicio Militar Obligatorio
Los EAU han recurrido al Servicio Militar Obligatorio como un elemento para modificar: «la tradicional concepción de las relaciones cívico-militares, que se habían basado estrictamente en la seguridad del régimen y como una estrategias a prueba de golpes en las que había una clara separación entre soldados y ciudadanos. Al movilizar las identidades nacionales, los soldados ahora están desempeñando el papel de «modernizadores» forjando una relación más estrecha entre la sociedad y las Fuerzas Armadas. En este marco, los estados del Golfo conciben y utilizan cada vez más el servicio militar obligatorio como un proyecto de ingeniería nacional para brindarles el apoyo público necesario con el fin de hacer la transición a modelos pos-rentistas en un entorno regional tenso» (Ardemagni; 2018).
Adhiriendo al debate convencional sobre la implementación del Servicio Militar Obligatorio, los EAU lo efectuaron en 2014 por medio de la Ley de Reserva y la Ley de Servicio Nacional, ambas fueron emanadas por el Consejo Nacional Federal[33]. La Ley de Servicio Nacional es el marco jurídico que regula el servicio militar en el país; de carácter obligatorio y su cumplimiento efectivo consta de la integración de hombres entre 18-30 años de edad que deben prestar servicios entre 9 y 24 meses. Aunque los períodos de reclutamiento suelen variar hasta 16 meses dependiendo del nivel de educación. En el caso de las mujeres, también son llamadas a prestar servicios pero de forma voluntaria con un período de 9 meses, independientemente su nivel de educación[34].
Desde el momento de su implementación funcional, el servicio militar tiene distintos niveles de integración con las Fuerzas Armadas, los cuales van desde su incorporación inicial a las unidades hasta el despliegue en las zonas de operaciones.
Con respecto a la formación y adiestramiento, la Ley de Reserva contempla que todos los ciudadanos están llamados a realizar una instrucción anual de dos a cuatro semanas con el fin de mantener la aptitud y el nivel de alistamiento para desempeñarse dentro del Sistema de Defensa, con el fin de mantener la preparación militar tomando como referencia a las fuerzas regulares. Esta medida responde a participar en los programas de servicio nacional en un sentido “ampliado”, es decir, tendientes a contribuir a la comunidad profundizando las relaciones con el Estado, además de mantener la preparación militar. De esta forma se amalgama la sociedad en la participación del «Servicio Público de la Defensa». Ambos instrumentos son los que inciden en la movilización nacional, concepción que supone esencialmente la adecuación de todos los recursos de la nación a las necesidades estratégicas.
Finalmente, las instituciones militares de EAU que componen el sistema de formación son; el Colegio del Estado Mayor Conjunto de las FF.AA; la Academia Militar Zayed II; el Colegio Militar Khawla Bint al Azwar; la Escuela Naval; la Escuela Aérea Khalifa; el Colegio de Defensa Nacional y la Escuela de Enfermería[35].
Plan de desarrollo de las Industrias de Defensa en EAU
EAU se encuentra en el puesto 18° (año 2020) de los principales exportadores de armas, habiendo incrementado el volumen de ventas en un 86% en el período 2010-2014. Los destinos principales de la emergente producción industrial emiratí son Medio Oriente (55%) y África (35%)[36].
Es útil indicar, como soporte de este auge, a la estructura organizacional del Estado emiratí, la cual regula e interviene en los planos productivos del sector: 1- el Ministerio de Defensa; 2- Ministerio de Industria y Tecnologías Avanzadas; 3- Ministerio de Energía e Infraestructura; 4- Ministerio de Relaciones Exteriores y Cooperación; 5- Ministerio de Economía; 6- Ministerio para la Inteligencia Artificial (a través del Programa Nacional de IA); 7- Ministerio de Educación; 8- Ministerio de Salud; 9- Consejo Emiratí de Científicos. Es importante aclarar, que dicho entramado se vincula a través de políticas públicas con las compañías privadas, tanto dentro como fuera de EAU.
Por otra parte y en el marco regional, EAU no es un caso aislado, ya que presenta algunas características similares a la de otros países vecinos. Heiko Borchert (2019) resume y describe esta tendencia enumerando los aspectos rectores describiendo que: «Los países del Golfo Arábigo han intentado establecer una base industrial de defensa local durante décadas. Recientemente, estos esfuerzos se han vuelto mucho más serios debido a un contexto geoestratégico cambiante, la transformación local y la lucha por un papel de política exterior más activo que desborda la región. El eje de la defensa actual del Golfo Arábigo se basa en cuatro pilares: ampliar la base de proveedores de defensa tradicional; el establecimiento de industrias de defensa autóctonas; establecer una red industrial de defensa dentro y fuera de la región; ampliar la influencia de la política exterior mediante exportaciones de defensa, donaciones de material de defensa y financiación de la defensa de terceros países. Pero a pesar del progreso, persisten los desafíos relacionados con la estabilidad estratégica y financiera y los conjuntos de habilidades locales»[37].
En el plano interno, EAU no se ha detenido en comenzar a edificar una Base Industrial de Defensa mediante grandes inversiones económicas a pesar que las adquisiciones más importantes son del extranjero, por el contrario, busca generar una simbiosis tecnológica con las grandes potencias industriales. Dalton y Shah (2021) explican que: «Las inversiones en las capacidades de planificación estratégica de los EAU también podrían estar vinculadas a un enfoque integrado del desarrollo industrial de tecnología y defensa para construir, no solo la base industrial de los EAU, sino también para desbloquear nuevas oportunidades para la producción y el desarrollo conjunto con los Estados Unidos y otros socios extranjeros»[38].
En esa dimensión descrita por los autores, el aspecto pragmático advertido es haber creado una estrategia bicéfala, ya que el objetivo principal de EAU es acortar los tiempos en el fortalecimiento de sus Fuerzas Armadas y adquirir material de máxima tecnología en el mercado global de defensa. Sobre este punto, la prematura producción tecnológica local (con altos niveles de transferencia y de componentes foráneos) ha encontrado la mayor cantidad de clientes y volúmenes de ventas en el exterior.
Ciencia, Tecnología e Innovación (CTI): hitos destacados
En el campo de la CTI, EAU ha invertido desde 2016 —a través del Fondo de Innovación Bin Rashid— U$S 544 millones anuales y ha apostado a la creación, incubación e instalación de empresas en territorio emiratí que propendan a acumular «know how» y crear ambientes de I+D+i en los múltiples segmentos que abarcan las industrias de Defensa que se proveen de esos fondos[39]. El plan «Unidos en el Conocimiento» ha generado en un corto plazo que EAU ocupe el puesto 34° en innovación global. En este contexto, una institución fundamental es el «Centro de Innovación Gubernamental Mohamed Bin Rashid», donde se canalizan la «Estrategia de Innovación Nacional» (2014) y la «Estrategia Nacional para Innovaciones Avanzadas» (2018), ambas contienen ejes e impactan en la CTI de Defensa[40].
Aunque por encima de los objetivos específicos actuales de la Defensa Nacional aparecen otros proyectos claves de desarrollos vinculantes: Ciencia y Tecnología Espacial (teniendo como hito importante la Misión Hope Mars y la Misión Lunar Emiratí -2024), Ciencia y Tecnología Nuclear (donde se construyó la Central Nuclear de Barakah, inaugurada en 2019 bajo la órbita de ENEC con un costo aproximado de U$S 30,000 millones), desarrollo de TIC´s, Impresión 3D, Educación y Salud [41].
Otro de los sucesos con alto impacto militar ocurrió el 2 de diciembre de 2020, donde se puso en órbita el satélite de observación terrestre Falcon Eye II al servicio de las FF.AA de EAU producido por Airbus Defense and Space y Thales[42]. Sumándose a 3 satélites de comunicaciones Yah Sat (puestos en órbita entre 2011-2018). Como agregado, En Junio de 2021 Yahsat y Airbus completaron la revisión preliminar del diseño del satélite de próxima generación Thuraya 4-NGS[43].
En cuanto a la gestión, vinculación tecnológica y la creación de ambientes propicios para los negocios del sector de industrias de Defensa EAU ha creado IDEX y NAVDEX (Abu Dhabi), ambas representan la conferencia internacional de Defensa más importante del mundo y en 2021 convocaron a más de 2400 delegaciones de 80 países.
Clústeres tecnológicos de Defensa
Una de las entidades más relevantes es el Grupo EDGE; un conglomerado que se ha estructurado en 5 clústeres a conocer:
1- «Plataformas y Sistemas» que reúne a las firmas ADASI (subsidiaria de Tawazun), ADSB, Al Jasoor, Al Taif, Earth y Nimr (dedicándose a los segmentos de sistemas autónomos terrestres, aéreos y navales, la presencia de un astillero naval, actividades relacionadas al mantenimiento y conversión del material militar, producción del vehículo anfibio 8×8 Rabdan y vehículos terrestres Nimr, y a la vez, existen estructuras para la gestión de proyecto en I+D de Defensa).
2- «Misiles y Armas» promovidos por las empresas Al Tariq, APT, CARACAL (Subsidiaria Tawazun y comprende el Holding Al Jaber integrado dentro de EDIC), Halcón, Lahab y Remaya (centradas en el diseño y producción de armas livianas, municiones para el Ejército y la Fuerza Aérea y sistemas de misiles de precisión).
3- «Ciberdefensa» (dedicadas a la consultoría, adiestramiento, sistemas, comunicaciones, transformación digital, centros de operaciones de seguridad móviles y fijos).
4- «Guerra Electrónica e Inteligencia» con las firmas Beacon Red y Sign4l proveedoras de sistemas de adiestramientos y diversos servicios del segmento.
5- «Apoyo a Misiones» es un clúster dotado de una variada gama de servicios de las compañías Ammroc, EPI, ERS, ETS, GAL, Horizon, Jahezya, Knowledge Point[44].
El Grupo EDGE, en 2019, exportó U$S 4,750 millones teniendo como principales compradores a Egipto, Libia, Jordania, Argelia, Yemen, Kuwait, Sudán del Sur, Líbano, Nigeria, Camerún y Turkmenistán, entre otros[45][46].
Otros actores de Ciencia, Tecnología e Innovación de relevancia en EAU:
Compañía
Asociación/subsidiaria
Área de desarrollo
Abu Dhabi Systems Integration LLC (ADSI)
Subsidiaria de Abu Dhabi Ship Building y SELEX ES
Diseño, desarrollo, integración y mantenimiento de sistemas electrónicos y de combate naval
Adcom Systems
Fabricación de vehículos aéreos no tripulados (UAV), objetivos aéreos, sistemas de radar de control de tráfico aéreo (ATCRS) y sistemas de comunicación avanzados.
Al Jaber Group
Construcción y desarrollo de infraestructura, edificios y sitios industriales
Al Marakeb and Raytheon International
Fabricación de vehículos autónomos de superficie para mejorar la vigilancia marítima
Advanced Military Maintenance, Repair and Overhaul Center
Una joint venture (Mubadala), Sikorsky Aerospace Services y Lockheed Martin. Integradas dentro de EDIC
Servicios de soporte y mantenimiento de aeronaves para las Fuerzas Armadas de los EAU y otros operadores militares en el sur de Asia, Oriente Medio y África del Norte
Advanced Technology Investment Company,
Subsidiaria de Mubadala
Industria de semiconductores
Al Taif Technical Services
Subsidiaria de Mubadala
Mantenimiento “reddines” MCO de equipos y componentes del sistema de defensa
Al Yah Satellites Communications Company
Subsidiaria de Mubadala
Sistema satelital
ATK Middle East
Una joint venture entre AL TUFF International and orbital ATK (adquirida por Northrop Grumman Innovation systems)
Fabricación de municiones, armas de precisión y de ataque, sistemas de alerta de misiles y motores de misiles tácticos para transporte aéreo, marítimo y terrestre
Bayanat for Mapping & Surveying
Subsidiaria de Mubadala, se encuentra integrada en dentro de EDIC
Servicios de relevamiento topográfico, cartografía y recopilación de información geoespacial
Burkan Munitions Systems
Una joint venture entre Tawazun y comprende el Holding Al Jaber integrado dentro de EDIC
Fabricación, ensamblaje y prueba de una amplia gama de municiones para aeronaves, artillería y aeronaves.
EDIC and Reliance Defense Ltd (India)
Fabricación y Mantenimiento de vehículos terrestres, marítimos y aéreos, armas, sistemas de defensa electrónica
Emirates Training Technology,
una joint venture entre Cubic Corporation (EEUU) y Emirates Defense Technology
Entrenamiento militar
Fidelity Middle East
una joint venture entre Fidelity Technologies Corporation y Al Tuff International
Servicios de mantenimiento
Global Aerospace Logistics
Mantenimiento de servicios aeroespaciales y servicios profesionales
Gulf Logistics and Naval Support,
Es una joint venture entre Abu Dhabi Ship Building y BVT Surface Fleet
Amplia gama de servicios de apoyo a las fuerzas de defensa marítima que cubren todo el espectro de apoyo logístico integrado y formación.
Horizon Flight Academy
Es subsidiaria de Mubadala y se encuentra integrada en EDIC
Entrenamiento de vuelo de aviones militares y helicóptero
IGG-ASELSAN
Es una joint venture entre the Emirates group IGG y the Turkish public company ASELSAN
Desarrollo y fabricación de sistemas de armas operados a distancia
IGG Photonis Night Vision,
Es una joint venture entre IGG y la compañía francesa Photonis
Fabricación de dispositivos de visión nocturna adaptados para uso militar.
Mahindra Emirates Vehicle Armouring
Ingeniería, prototipado y fabricación de vehículos blindados
Nibras Al Ain Aerospace Park
Una joint venture creada entre Mubadala Aerospace y Abu Dhabi Airport Company Mubadala
Construyendo una industria aeroespacial sostenible en los EAU
NIMR Automotive
Subsidiaria de Tawazun, integrada dentro de EDIC
Construye vehículos militares
Rockford Xellerix
Subsidiaria de Tawazun Holding
Diseño y fabricación de sistemas electrónicos y mecánicos
Strata
Subsidiaria de Mubadala
Base industrial aeroespacial para los EAU
Tawazun Advanced Defence Systems
Subsidiaria de Tawazun Holding con Caracal International
Fabricación de armas de fuego, largas y cortas
Tawazun Dynamics
Una joint venture entre el holding de Tawazun y Denel Dynamics integradas dentro de EDIC
Diseño, fabricación, suministro y mantenimiento para el sector de municiones guiadas de precisión (PGM)
Tawazun Precision Industries
Una joint venture entre el holding de Tawazun integradas dentro de EDIC
Servicios industriales que incluyen ingeniería, producción, reparación y revisión de unidades de producción.
Tawazun Safety, Security & Disaster Management City
Subsidiaria del holding Tawazun
Capacitación técnica y vocacional en operaciones de seguridad, protección, crisis y manejo de desastres.
Thales Advanced Solutions
Es una joint venture entre Thales Group y EDIC
Comunicaciones por satélite, radar, radio, red y soporte
Ciberseguridad de Emiratos Árabes: el desafío de la integración.
El Sistema de Ciberseguridad de EAU tiene como principal objetivo brindar protección a las «infraestructuras críticas de tecnologías e información» generando las capacidades institucionales para poder responder de manera oportuna ante amenazas, riesgos y desafíos para la Seguridad Nacional. En este sentido, el desarrollo de los nuevos sistemas de comunicación genera un ambiente con particularidades muy específicas donde los tiempos de implementación y respuesta son sumamente dinámicos y complejos. Así la estrategia de seguridad cibernética involucra a todos los sectores gubernamentales, privados, ciudadanos y el ciberespacio internacional. Todos ellos, actúan de forma sinérgica para proteger la información que se maneja a través de los distintos medios digitales y/o informáticos. Para lo cual, cada actor debe estar en capacidad de manejar el entorno virtual con el fin de reducir la incidencia a la inseguridad.
Esto puede ilustrarse en el desarrollo e implementación de la Estrategia Nacional de Ciberseguridad, la cual tiene como objetivo garantizar la protección de las infraestructuras críticas, tanto para la confianza ciudadana como para lograr mayores niveles de innovación en base a una infraestructura cibernética segura y sólida[1]. La estructura de ciberseguridad está conformada por dos grandes organizaciones: la civil y la militar. Incluso ambas esferas abarcan los aspectos públicos y privados que actúan de forma interdependiente en la protección de infraestructuras críticas. Es decir, aquellos sectores cuya sostenibilidad y continuidad de «funciones y servicios» son vitales para el desarrollo de la sociedad y que su incapacidad o destrucción tendrá un impacto drástico en la sociedad, la economía y, por consiguiente, en la seguridad.
En este contexto, el sistema de ciberseguridad de los EAU está conformado por la Autoridad de Seguridad Electrónica (NESA) [2][3], como órgano rector de todo el sistema, tiene a su cargo la protección de la información crítica y de la infraestructura de los EAU contribuyendo a la Ciberseguridad Nacional. Para desarrollar esta tarea, la Ley establece que NESA actuará en colaboración con el Equipo de Respuestas a Emergencias Informáticas de los EAU (aeCERT)[4] quienes evalúan las medidas técnicas y organizativas implementadas por las diferentes organizaciones, pero su función más importante en el seguimiento e inspección de la infraestructura critica en tiempo real. Además, NESA evalúa la aptitud y flexibilidad de las medidas implementadas para evitar y minimizar el impacto de los incidentes que afectan la seguridad de los servicios gubernamentales y asegurar la continuidad de las tareas desarrolladas por las distintas organizaciones[5].
Asimismo, el sistema se encuentra constituido por el Centro de Información y Sistemas Abu Dhabi (ADSIC)[6] y Centro de Seguridad Electrónica de Dubai (DESC)[7] siendo un órgano responsable de la implementación de la «Estrategia de Seguridad Cibernética de Dubai 2020»[8].
En el desarrollo del marco de la seguridad, los EAU han definido como sectores críticos a: la Energía, TIC´s, Gobierno, Electricidad y Agua, Finanzas y Seguros, servicios de emergencia, servicios de salud, transporte y el sector alimentario[9]. El sector del comercio electrónico y el turismo, que son sumamente dinámicos, han sido incorporados recientemente[10].
Con respecto al marco legal aplicable al ciberespacio, tiene como principal orientación lograr la seguridad cibernética y mejorar la conciencia de toda la sociedad en el uso de internet[11][12]. Actualmente, no hay una legislación unificada en términos de protección de datos, aunque hubo considerables avances en términos de la Ley Federal N° 2 (2019) para regular los datos del sector de salud. Por otro lado, la ley de Protección al consumidor (Ley Federal N° 15 – 2020), aprobadas por el Consejo Nacional Federal se acoplaron a estas iniciativas regulatorias.
Paralelamente al marco legal de las Zonas Francas, el Centro Financiero Internacional de Dubai (DIFC) y el Mercado Global de Abu Dhabi (ADGM) han tomado medidas importantes para alinearse con los estándares globales (en particular con la Unión Europea) en la protección de datos y a la estructura organizativa local, contribuyendo a generar mejores prácticas.
El Reglamento de protección de datos de ADGM 2021 (Reglamento de ADGM) recientemente promulgado estableció un marco legal más sólido y sustantivo para la protección de datos personales. Por ejemplo, el Reglamento ADGM crea una nueva Oficina de Protección de Datos encabezada por un Comisionado de Protección de Datos para supervisar el cumplimiento de los Reglamentos ADGM. Además, aquellas entidades que controlan o procesan datos personales (según se define en las Regulaciones ADGM), y que contravengan las disposiciones de las Regulaciones ADGM, pueden estar sujetas a multas administrativas de hasta USD28 millones. Este es un aumento significativo de la multa administrativa máxima anterior de USD 25,000 bajo las regulaciones de 2015.
El DIFC también tomó recientemente algunos pasos importantes para alinearse con los estándares GDPR al introducir la nueva Ley DIFC de Protección de Datos No 5 de 2020 (Ley DIFC DP), que consolida y reemplaza las leyes de protección de datos anteriores y reduce las brechas con los regímenes locales federales y con los estándares globales en esa materia[13]. También se han introducido multas importantes, así como nuevas obligaciones para los procesadores y controladores de datos para notificar a las autoridades en caso de una infracción.
Tal como se ha podido observar de manera muy breve, los EAU han creado un ecosistema a través de asociaciones locales e internacionales que incluyen al sector público, sector privado, los consorcios internacionales y el sector académico, basados en estándares globales cada vez más sofisticados, actuando como reguladores de los riesgos en el ámbito de la ciberseguridad.
Consideraciones Finales
EAU puede ilustrarse como un caso clave y relevante de Defensa Nacional contemporánea, gestionada integralmente para el desarrollo sostenido de sus Fuerzas Armadas. Sin embargo, este es un eslabón de una cadena compleja que se inserta en múltiples procesos de reorganización de: su capacidad industrial, científico-tecnológica, militar y de la Política Exterior. Con el fin de construir poder estatal con proyección regional e inserción internacional.
En el ámbito regional y dentro de un periodo temporal reducido, sucedieron cambios decisivos en la Agenda de Seguridad de Oriente Próximo y EAU influyó con audacia; jerarquizándose entre otros actores estatales. En primer lugar, surgió una nueva estructuración de equilibrios en el poder regional tras el avance de Irán, con quien tiene una marcada incompatibilidad ideológica e intereses antagónicos. Ello motivó la implementación de estrategias proactivas en la Política Exterior de EAU, no sólo en términos de alianzas con EE.UU, Francia (que gana protagonismo con los países árabes) y el Reino Unido, sino principalmente con aliados regionales como Arabia Saudita y Egipto.
Asimismo, el gigante asiático intenta acomodarse en la región, aunque EAU no ha establecido una alianza con China en el plano militar a pesar de su fluido intercambio político y comercial, Abdulkhaleq Abdulla (2021) explica: «Los Emiratos Árabes Unidos han trabajado para desarrollar un diálogo con China, pero China por su parte, aún no parece estar lista para ser un aliado creíble para los emiratíes. En esta etapa temprana de su surgimiento como una “potencial superpotencia global”, China es ciertamente un socio comercial creíble para los EAU, pero aún no es un aliado en Seguridad»[14].
En la misma línea, el concepto de reparto de capacidades militares a nivel subregional «off shore balancing», le permite a EAU incrementar su capacidad de maniobra a nivel local. Sumado a ello, la materialización de los Acuerdos de Abraham en el 2020 (Israel, Estados Unidos, EUA), posibilitó explotar aún más esos márgenes, no sólo en términos de su definición como aliado estratégico, sino también como un actor clave en la Seguridad Regional.
EUA supo desarrollar una Política Exterior activa asociando las potencialidades del poder blando y duro, generando las bases de un «poder inteligente» que le permitió resguardar sus intereses vitales. Dicha configuración de poder, tuvo un correlato directo en el reposicionamiento geoestratégico de los EAU en la región, siendo protagonista en: 1) disuasión junto a EE.UU frente al avance de Irán; 2) proyectando fuerzas al Mediterráneo Oriental (Chipre, Grecia y Egipto); 3) movilizando tropas a Afganistán; 4) participando activamente como equilibrador regional en Libia, Yemen, Siria e Iraq con acciones militares concretas.
Asimismo, los cambios en las capacidades materiales motivaron el rediseño del instrumento militar, cuya base de sustentación se orienta a la defensa de sus intereses vitales y a la cooperación con poderes regionales y globales. Además del incremento de estos espacios de ejercicio de poder a nivel subregional, se suma la configuración del espacio geopolítico de escasa profundidad estratégica que limita las operaciones defensivas de desgaste. En este sentido, los EAU han generado capacidades militares flexibles —que además de poseer el mismo pie de igualdad tecnológico para operaciones combinadas con sus aliados estratégicos— le permitan proyectar fuerzas más allá de sus fronteras. Y ser lo suficientemente capaces de contrarrestar ataques en base a una estrategia ofensiva en un ámbito geográfico altamente conflictivo y volátil.
Otro hito destacado en el desarrollo de las capacidades militares es la consolidación de una base industrial ampliada y sumamente tecnificada que está generando una paulatina reducción de su dependencia como «importador neto» de material bélico. Con el fin de asegurar una cadena logística con disponibilidad de medios en tiempo y forma adecuada. En este contexto actual, los EAU construyen un sistema industrial mixto y dual para satisfacer las necesidades estratégicas.
De acuerdo a lo anterior, fueron concebidos los clústeres como elementos catalizadores del desarrollo de los recursos nacionales orientados a la producción de sistemas de armas, lo cual no solo implica una asociación de largo plazo, sino también abre la posibilidad de innovar y realizar desarrollos autónomos. El elemento fundamental recae en establecer alianzas comerciales que permiten asegurar una fuente permanente del equipo militar y, posteriormente, posicionarse como un proveedor de armamento.
Dicha tendencia es notable y se materializa en el conglomerado denominado Emirates Defense Industries Company (EDIC) y sus empresas subsidiarias (caracal, Borkan, Nimr, etc.) y Abu Dhabi Ship building Company (ADSC), tan solo para mencionar algunos ejemplos, que se nutren de sustantivos fondos soberanos y privados como herramientas mixtas de inversión permanente, lo cual incide positivamente en el desarrollo industrial y no genera dependencia de los ingresos de hidrocarburos. Esta simbiosis dio lugar a la generación de sostenibilidad en los proyectos, incluso ante eventuales caídas en el precio internacional del crudo.
Esta arquitectura organizacional —producto de la convergencia entre el sistema militar y el industrial— fue crucial para el incremento del poder naval emiratí, dado que presentaba una desventaja estratégica muy particular. Para subsanarla, se promovieron una serie de acuerdos con astilleros extranjeros y una fuerte presencia del complejo industrial naval local tendiente al diseño y posterior construcción de los buques patrulleros clase Falaj II y III (ADSB y Fincatieri Italia), las corbetas clase Abu Dhabi (ADSB y Fincatieri Italia) y la clase Baynunah (CMN group y Francia). El incremento de las capacidades navales respondió a la necesidad estratégica de controlar los espacios marítimos adyacentes (dado los incrementos en la piratería, delitos trasnacionales e Irán), la vigilancia de las principales rutas marítimas y la posibilidad de proyectar su instrumento militar desde el Golfo Pérsico hasta el Mar Rojo. Asimismo, como un importante elemento de apoyo en el desplazamiento de las FF.AA hasta el teatro de operaciones en Eritrea y Yemen.
Finalmente, Si bien estos factores de crecimiento pueden derivarse de la nutrida disponibilidad de fondos económicos del gobierno emiratí, vale resaltar el grado de cumplimiento en la planificación estratégica del Ministerio de Defensa en el periodo 2000-2020. En otro orden, los factores relevantes que posee EAU en el plano de políticas públicas de Ciencia, Tecnología e Innovación de Defensa vinculada a la promoción industrial son: la capacidad de financiar los proyectos de investigación y desarrollo; la rápida creación de compañías, clústeres y la implantación de infraestructuras demandadas para las actividades tecnológicas y productivas; la contratación masiva de recursos humanos en el mercado internacional del trabajo (conocimiento que posee de otras ramas de la economía); rápida obtención de transferencia tecnológica de compañías internacionales en base a acuerdos de máximo nivel político y económico con los aliados globales; promocionar en el extranjero sus productos y generar facilidades de financiamiento en mercados poco explotados como África.
* Magister en Defensa Nacional. Licenciado y profesor universitario en Relaciones Internacionales por la Universidad Católica de Salta. Se especializa en temas referidos a la Economía de Defensa, Estrategia y Geopolítica.
** Especialista en Seguridad Internacional, Geopolítica y Estrategia. Licenciado en Ciencia Política, con especialización en Administración Pública, por la Universidad Nacional de Rosario, Obtuvo el título de posgrado de Magister en Defensa Nacional de la Escuela de Defensa Nacional Argentina (UNDEF). Ha cursado la Maestría en Gestión de la Ciencia, La tecnología y la Innovación en la Universidad Nacional de General Sarmiento. Conforma el Comité Nacional de la Cámara Argentina de Profesionales en Seguridad integrada (CAPSI), siendo el coordinador de cooperación Internacional.
[5]SHARP, J. (COORD.); ZANOTTI, J; KATZMAN, K; ARABIA, C.L. Y THOMAS, C. (2020) Israel’s Qualitative Military Edge and Possible U.S. Arms Sales to the United Arab Emirates. Washington, D.C: Congressional Research Service. 26 de Octubre. Disponible en: https://crsreports.congress.gov/product/pdf/R/R46580
[6]IBISH, H. (2017) The UAE’s Evolving National Security Strategy. The Arab Gulf States Institute in Washington (AGSIW). Disponible en:www.agsiw.org.
[11] SIPRI ha desarrollado una metodología de análisis de armas mayores con sus correspondientes valores monetarios definiendo cinco categorías de análisis las cuales se agrupan en: 1) Aeronaves (incluye, aeronaves de ataque, helicópteros, aviones de patrulla, aviones utilitarios, UAV UCAV); 2) Sistemas de Defensa Aéreos (incluye todos los sistemas de misiles tierra-aire (SAM) emplazados en tierra, cañones antiaéreos con un calibre de más de 40 mm o con múltiples cañones con un calibre combinado de al menos 70 mm incluyendo sistemas autopropulsados en chasis blindados o sin blindaje); 3) Armas de guerra antisubmarino; 4) Blindados (incluye tanques, vehículos livianos, con blindaje y sin blindaje, vehículos especiales); 5) Artillería (incluye cañones fijos navales, autopropulsados, remolcados de calibre igual o superior a 100mm); 6) Misiles (incluye, antitanques, antibuques, antiaéreos y de superficie, guiados y no guiados); 7)Sensores (incluye los sistemas de vigilancia activos – radar – y pasivos, terrestres, aéreos y marítimos con un alcance de al menos 25 kilómetros, con excepción de los radares meteorológicos y de navegación, todos los radares de control de incendios, con la excepción de los radares de alcance exclusivo, sistemas de sonar antibuque y de guerra antisubmarina para barcos y helicópteros) 8) Satélites y, por último, 9) Buques (a) todos los buques con un tonelaje estándar de 100 toneladas o más, y (b) todos los buques armados con artillería de calibre de 100 mm o más, torpedos o misiles guiados, y (c) todos los buques de menos de 100 toneladas donde el la velocidad máxima (en km/h) multiplicada por el tonelaje total es igual a 3500 o más).Estas definiciones contribuirán a conformar el presente apartado en términos de base de datos. SIPRI (2021) Arms Transfer Database-methodology. Disponible en: https://www.sipri.org/databases/armstransfers/background
[13] A partir de 2021, EE.UU ha desplegado alrededor de 3500 efectivos militares en EAU, incluido el puerto de Jebel Ali (entre Dubai y Abu Dhabi) con capacidad para operar portaaviones además de los buques de la Armada, en la Base aérea de Al Dhafra (cerca de Abu Dhabi) y en instalaciones navales en Fujairah. Este despliegue implica acciones de disuasión a Irán, contrarrestar acciones de grupos terroristas e interceptar cargamentos ilícitos de armamentos o proliferación (esta cooperación tuvo sus antecedentes en las operaciones realizadas para capturar al Ingeniero Nuclear Iraní Khan). U.S. DEPARTMENT OF STATE (2021) U.S. Security Cooperation with the United Arab Emirates. Fact Sheet. 20 de Enero. Disponible en: https://www.state.gov/u-s-security-cooperation-with-the-united-arab-emirates/ y KATZMAN, K. (2021) The United Arab Emirates (UAE): Issues for U.S. Policy. Washington, D.C: Congressional Research Service [CRS]. 15 de Abril. Disponible en: https://fas.org/sgp/crs/mideast/ RS21852.pdf
[14] Esta postura teórica dentro del ámbito de las relaciones internacionales es retomada, aunque no exclusivamente, por Mearsheimer (2016) en the case for Offshore balancing, su postulado redunda en generar una alianza con un actor regional con capacidad militar efectiva que contribuya al equilibrio local. MEARSHEIMER, J.J. y WALT, S.M. (2016) The case for Offshore Balancing: A superior U.S grand strategy.EE.UU. Foreign Affairs. Julio-Agosto 2016. Disponible en: https://www.foreignaffairs.com/articles/united-states/2016-06-13/case-offshore-balancing
[15]CSIS (2018) Terminal High Altitude Area Defense (THAAD). Missile Threat. EE.UU. Center for Strategic and International Studies. 15 de Junio. Disponible en: https://missilethreat.csis.org/system/thaad/.
[18]KERR, P. (2021) Arms Sales: Congressional Review Process U.S. Policy (Washington, D.C.: Congressional Research Service. 24 de Mayo. Texto disponible en: https://fas.org/sgp/crs/weapons/RL31675.pdf
[19]KATZMAN, K. (2021) The United Arab Emirates (UAE): Issues for U.S. Policy (Washington, D.C.: Congressional Research Service. 15 de Abril. Disponible en: https://fas.org/sgp/crs/mideast/ RS21852.pdf
[22]THE INTERNATIONAL INSTITUTE FOR STRATEGIC STUDIES (IISS) (2021) The Military Balance 2021. Sección: Capitulo VII Medio Oriente y Norte de África – UAE. EE.UU. Febrero 2021.
[23] EUA no forma parte del régimen MTCR, por lo cual, EE.UU no podría transferir este tipo de tecnología, solo vender UAV´s cuya velocidad no supere los 800 km/h. Para mayor referencia ver KERR, P. (2021) y KATZMAN, K. (2021).
[25]KERR, P. (2021) Arms Sales: Congressional Review Process U.S. Policy (Washington, D.C.: Congressional Research Service. 24 de Mayo. Texto disponible en: https://fas.org/sgp/crs/weapons/RL31675.pdf
[27] Aún no está confirmado por fuentes oficiales la construcción de dos buques en ADSB. Para más información ver: ADSB (2021). Disponible en: https://adsb.ae/
[34]BARANY, Z. (2018) Soldiers of Arabia: Explaining Compulsory Military Service in the Gulf, Journal of Arabian Studies. DOI: 10.1080/21534764.2018.1551471Otra consulta : LING LIM, H. (2018) Perceptions of Emirati Youths on National Service at Initial Implementation Stage. SAGE Open , Abril- Junio. Texto disponible en https://journals.sagepub.com/doi/pdf/10.1177/2158244018774827
[48] EAU adoptó las normas ISO 27001, normas internacionales de Seguridad de la Información que pretende asegurar la confidencialidad, integridad y disponibilidad de la información de una organización y de los sistemas y aplicaciones que la tratan. Y las normas 27002 para crear un plan con el fin de establecer los presupuestos del sistema general de seguridad informática. ISO (2021). Disponible en: https://www.iso.org/home.html
[51]AL-KARAKI, J.N; GAWANMEH, A. y EL-YASSAMI, S. (2020) GoSafe: On the practical characterization of the overall security posture of an organization information system using smart auditing and ranking. Arabia Saudita. Journal of King Saud University – Computer and Information Sciences. Diponible en: www.sciencedirect.com
[52] Es el órgano responsable de la agenta de IT de Abu Dhabi y supervisa la implementación del programa de gobierno electrónico del emirato en todas las entidades gubernamentales. La organización patrocina iniciativas relevantes, propone políticas y define estándares tecnológicos para el gobierno de Abu Dhabi. Tiene la autoridad para emitir reglas y pautas con respecto a la implementación de políticas de TI y especificaciones técnicas y las comunica con las entidades gubernamentales de ese distrito.
[53] Implementado a partir de la Ley N° 11 y se erige como órgano rector en seguridad cibernética y protección de información contra amenazas externas. Para mayor información ver: UAE-DESC (2021) Portal. Disponible en: https://www.desc.gov.ae/
[58] Se pueden consultar los datos de como se ha incrementado el acceso y consumo de internet en los países de Oriente Medio en: INTERNET WORLD STATS. Web Site Directory. Disponible en: https://www.internetworldstats.com/stats5.htm
[59] Puede consultarse el informe generado por la autoridad de servicios financieros de Dubai, donde publica informes regulares sobre ciber-riesgos, como una forma de seguir mejorando el sistema, además de tener una base de datos actualizada para cooperar con otras áreas gubernamentales y facilitar el desarrollo de la infraestructura de ciberseguridad. UAE-DFSA (2021). Disponible en: https://www.dfsa.ae/