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EL “GRUPO ALFA”. ENTRENAMIENTO DEL EQUIPO RUSO “SPETSNAZ”

Revista GNA*

“Spetsnaz” es la abreviatura de “unidad para misiones especiales” y se usa para referirse a las fuerzas de élite de los diferentes cuerpos de seguridad rusos. Los detalles sobre su actual adiestramiento es material secreto y es poco lo que se sabe sobre sus capacidades, excepto que su entrenamiento es uno de los más despiadados del mundo, superior al de los Navy Seals o cualquier otro grupo occidental. Sólo algunas fuerzas especiales de Asia podrían ser equivalentes.

 

Existen distintas unidades de Spetsnaz que no tienen nombres y según la circunstancia se las identifica con un número. Para ingresar al “Spetsnaz Alfa”, se debe soportar un curso infernal de dos años. Las exigencias físicas son tan abrumadoras que la tasa de rechazo durante la selección puede llegar al 95%. El riesgo de vida no cuenta y es justamente aquí donde estriba la diferencia de estos grupos con las fuerzas de Occidente. Existe tanta crueldad que algunos adiestramientos no están permitidos en las fuerzas de la OTAN. Al igual que en Corea del Norte, en el proceso de selección de personal, los índices de mortalidad que tienen son los más altos del mundo, pues realizan pruebas en el mar donde algunos se ahogan y también ejercicios con munición de guerra donde también hay muertos. La rigurosa disciplina llevada a límites incomprensibles en la cultura occidental, señala la otra diferencia. 

Formación militar especial

Al recluta ocasionalmente se lo somete a temperaturas extremas calientes y frías, así como entornos húmedos, secos y sucios. La privación de alimentos se programa en ocasiones para simular escenarios de la vida real. El entrenamiento puede llegar al límite de toda resistencia humana, correr 10 Km con una mochila cargada con piedras, dormir en la nieve y nadar en agua fría son ejercicios rutinarios.

Los instructores no admiten que exista alguien que no resista y sin descansar los obligan a nuevas pruebas físicas por lo que el estado de salud debe ser excepcional. La amistad durante esos dos años no existe y a veces suelen ocurrir rivalidades entre los alumnos. Cuando los instructores lo advierten, promueven una pelea entre ellos, para comprobar el estado físico y definir liderazgos donde el vencedor obtiene puntaje. Ello ocasiona que se lesionen el uno al otro, se rompan costillas, dedos y narices. Una pelea a golpes no es vista como una falta de disciplina sino parte del entrenamiento.

La preparación para el combate físico, con o sin armas es básica en un Spetsnaz. Todos deben dominar el arte de la pelea con cuchillo y su exigencia es tal, que al cabo de 24 meses estará en condiciones de enfrentarse con un cinturón negro en artes marciales. El gobierno soviético gastaba enormes sumas en el desarrollo de paracaidismo como deporte porque es una actividad muy útil en la guerra.

En el curso de entrenamiento, cada integrante Spetsnaz hace no menos de 40 saltos en paracaídas, están entrenados para actuar atrás de las líneas enemigas y librados a su suerte. El tiro de alta precisión asociado al enmascaramiento individual son otras de sus capacidades, igual que la navegación terrestre, preparar demoliciones, armado de trampas explosivas, inteligencia de combate, comunicaciones, etc.

Son hábiles en el armamento de dotación como el que puede usar el enemigo. La supervivencia en cualquier geografía no tiene misterios, pero dentro de la misma organización existen grupos con mayor especialización en montaña y otros en zonas boscosas.

Las relaciones dentro de las unidades de Spetsnaz son muy similares a lo que ocurre en una manada de lobos. La loba líder protege a los cachorros enfermos o heridos. Ella sólo mata a los más débiles y protege al resto. Al eliminar los ineptos la loba, preserva la pureza y la fuerza de su descendencia, permitiendo únicamente vivir al fuerte. Los lobos de Spetsnaz, en el combate cuando ven a un compañero débil en sus decisiones lo matan”.

Estudian las características culturales y lingüísticas básicas para operar en determinados países. Todos deben aprender al menos dos idiomas para el caso que capturen prisioneros y llevan una libreta impresa con frases en distintos idiomas. La primera frase es en ruso y al lado está la traducción en inglés, alemán, francés y otros idiomas. La última frase dice: “Si no dices la verdad te vas a arrepentir”. En otros casos todas estas preguntas están resumidas en un pañuelo de tela sintética y cada soldado del grupo lleva uno. Una persona que hable el idioma del enemigo se lo valora y todos los grupos de combate llevan un traductor. El entrenamiento mental es fundamental y si el recluta supera estas pruebas, en la fase siguiente al Spetsnaz se le enseña “disfrutar” del dolor en los interrogatorios, donde el objetivo es capacitarlos para soportar y hasta disfrutar con la tortura. Se le enseña a lidiar con los incendios porque el fuego es un compañero constante en la guerra que está siempre presente y a veces durante el entrenamiento sale con sus ropas chamuscadas de adentro de un vehículo.

El soldado de infantería generalmente mata a su enemigo a más de 100 metros, nunca le ve la expresión de su cara ni su sangre. Pero las fuerzas especiales a veces tienen que matar en una lucha cuerpo a cuerpo y debe acostumbrarse a ver sangre.

Ejercicios muy reales

Uno de los aspectos más importantes del entrenamiento, es la técnica de supervivencia.

En Rusia hay muchas zonas de miles de kilómetros cuadrados casi sin habitantes y uno de los métodos es dejar caer en paracaídas a un pequeño grupo de tres o cuatro hombres en un lugar desconocido y no hay nada excepto nieve hasta el horizonte. El grupo no tiene mapa ni brújula, cada hombre tiene un fusil AK, con pocos tiros, un cuchillo, una pala y la ración de supervivencia es mínima.

Ellos no saben cuánto tiempo va a tener que caminar (generalmente una semana). En otros ejercicios los reclutas tienen que ingresar a una casa en ruinas, pasarán a centímetros de perros furiosos que los aguardan en cada habitación, escucharán disparos con munición de guerra que silbarán por encima de sus cabezas y habrá explosiones de granadas de mano. Esto ocasiona que el entrenamiento Spetsnaz tenga el índice más alto de bajas en su proceso de selección. Tendrán que arrastrarse por laberintos y todo estará resbaladizo; al principio, ellos no los advertirán, pero es debido a sangre que los instructores vertieron en el suelo. El proceso de familiarizarlos con la vista de la sangre no es en absoluto la intención de convertirlos en sádicos. Se trata simplemente de la realidad de una visión con la que van a tener que convivir en la guerra. ¡Un Spetsnaz no puede temerle a un líquido rojo! ¿Qué pasaría si un cirujano o un carnicero le tuvieran miedo a la sangre? De esa manera los hombres adquieren el hábito de no sorprenderse con sangre en sus manos, en sus uniformes, ni en sus botas y todo se vuelve algo habitual.

En ocasiones los reclutas son llevados a una morgue y forzados a cargar cadáveres para hacerlos insensibles a los muertos y en todo momento los instructores los observan para comprobar las reacciones. En el curso de su carrera habrá cosas horribles que tendrá delante de sus ojos y el objetivo es crear a un soldado inmune al tormento psicológico de la guerra. La mayoría de las personas que carecen de formación militar y nunca han escuchado un disparo en combate, podrán llamar a este entrenamiento inhumano y hasta criminal, pero el objetivo es crear a un soldado inmune a los horrores de la guerra. El resultado es que la reputación de Spetsnaz como grupo de alta eficiencia, es mundialmente conocida entre los especialistas.

En la época soviética hacían reproducciones exactas de importantes objetivos ubicados en otros países; se construían edificios y calles internas representando las mismas situaciones.

Esto servía para practicar incursiones con fuerzas especiales, que a su llegada eran guiadas por agentes secretos que los estaban esperando. Los chinos construían en arena enormes zonas geográficas de cierta nación limítrofe hasta con montañas y caminos existentes para familiarizar a sus fuerzas de elite y a los comandantes de tanques en caso de invasión.

Mujeres en las FF.EE.

No hay mujeres en las unidades Spetsnaz de combate, pero sí en los grupos especiales.

Algunos creen que no superan las 3.000. El hecho que haya un elevado número de personal femenino también obedece a un truco psicológico para el caso que el grupo fuera descubierto; si entre ellos hay mujeres con aspecto inocente se puede disimular su origen de fuerzas especiales. Las obligaciones de las mujeres no son las mismas que las de los hombres, pero pueden saltar en paracaídas para actuar detrás de las líneas enemigas. Son adecuadas para operaciones encubiertas, muy aptas como francotiradoras y pueden eliminar centinelas fácilmente. También son expertas en el arte del disfraz y aparentar ser muy femeninas, pero deben ocultar sus músculos para no despertar sospechas. En ocasiones se hicieron pasar por “esposas” de los hombres Spetsnaz y éstos por simples empleados para el cumplimiento de alguna misión. En tiempo de paz pueden llegar a otro país bajo la apariencia de turistas con sus esposos. Están bien entrenadas, pero no participan en operaciones de riesgo. La brutalidad en el entrenamiento de dos años no es ninguna sorpresa, todas deben ser atletas destacadas idóneas en artes marciales o boxeo como su principal deporte. En el lapso del entrenamiento el deseo de superación siempre genera roces, los instructores al igual que en el caso de los hombres provocan que combatan entre ellas para mejorar el nivel. No son “muñecas de porcelana” y cuando hay una pelea real, lo celebran porque habrá puntaje para la vencedora y les permitirá establecer jerarquías. 

Organización

Están organizados en batallones y grupos con sus propios elementos de inteligencia.

Es la única fuerza que puede actuar en forma independiente y tienen que cumplir una misión previa de reconocimiento. Tienen un formidable entrenamiento. Una de las pruebas era arrojar a los reclutas a unos 1.000 metros mar adentro, para que nadando llegaran a la costa y algunos morían ahogados. Enterado de ello un oficial de la OTAN sorprendido le preguntó a un instructor ruso sobre ello y éste le respondió:

“Si muere es porque no servía para ser un Spetsnaz”

La conducción de esta fuerza es muy coherente con la actual doctrina rusa:

    • Inteligencia militar muy activa.
    • Alta preparación de combate.
    • Sorpresa.
    • Agresividad y decisión.
    • Persistencia e iniciativa.
    • Coordinación de armas combinadas y operaciones conjuntas.
    • Concentración de las fuerzas. “la masa en el lugar de decisión”.
    • Operaciones en la profundidad del dispositivo enemigo.
    • Mando, firme disciplina y continuo control.
    • Soporte de combate racional.

No son cifras conocidas, pero se calcula la fuerza efectiva en 10.000 hombres. 

El atletismo asociado a tareas de inteligencia

El ejército tiene una enorme cantidad de personal de ambos sexos con una capacidad atlética excepcional, aptos para cualquier deporte olímpico y donde más ocupan su tiempo era en la lucha cuerpo a cuerpo artes, marciales y combate con cuchillo, pues deben operar adentro del dispositivo del adversario donde el encuentro sorpresivo con un enemigo es algo común. No existe un Spetsnaz que no sea atleta de alto nivel. En las olimpiadas internacionales se dan tiempo para reconocer el lugar, obteniendo datos valiosos de inteligencia.

Estudian el terreno, el clima, los hábitos de la población, el idioma, las posibilidades de ocultamiento, los bosques, ríos, montañas y emplazamientos de unidades enemigas, etc. Con frecuencia se afirma que el deporte mejora las relaciones entre los países. Este es un argumento extraño, pues en caso de guerra los Spetsnaz contaban con todas las ventajas pues habían competido en el país que tendrían que operar.

Trucos y secretos

Uno de los trucos favoritos de los Spetsnaz es dejar caer desde grandes aviones muñecos en paracaídas vestidos con uniforme, de tal manera que el enemigo vea la caída, pero por la distancia y el terreno boscoso no pueda llegar rápidamente al lugar de descenso.

Debe hacerse al atardecer o en noche de luna llena, nunca en plena luz del día. Si hay pocas fuerzas disponibles propias, parecerá que ha llegado un gran refuerzo o bien que en esa zona será el ataque principal. Si al mismo tiempo que caen los muñecos explotan algunos petardos, habrá una gran movilización de enemigos hacia ese lugar. Las unidades Spetsnaz no tienen un uniforme que los identifique, tampoco distintivos.

Para hacer más confuso identificarlos a menudo visten ropas de tropas aerotransportadas o de submarinistas con insignias navales. Cada Spetsnaz tiene su propio nombre de guerra o apodo que puede ser transmitido por radio o escrito en documentos, lo que aumenta el secreto.

Antes de actuar detrás de las líneas enemigas, entregará todo lo que no necesita y lo que podría descubrir a qué unidad pertenece. 

El lanzamiento en paracaídas

La mayoría de las operaciones que realizan se basan en el salto de combate desde muy baja altura (100m); pero en caso de fallo no hay tiempo de utilizar el de reserva. Lo aconsejado es que el lanzamiento sea llevado a cabo antes del amanecer, mientras haya estrellas y el sol no haya aparecido. Este es un muy buen momento, para llevar a cabo un ataque sorpresa.

Pero si se debe saltar cerca de un poblado, debe hacerse en el crepúsculo para evitar caer en la torre de una iglesia o entre cables de alta tensión. Una vez en tierra, los paracaídas son enterrados o hundidos en el río o mar. Los que se ocultaban en tierra eran rociados con un producto químico que anulaba el olfato de los perros. También solían adosar una trampa explosiva a ciertos equipos. Al tocar tierra de noche no es fácil organizar una búsqueda a gran escala. Por ello las armas pesadas, se lanzaban en contenedores y para poder localizarlos llevaban unos pequeños emisores que emitían automáticamente. La zona de descenso suele ser el primer lugar donde se producen las primeras bajas; lesiones en las piernas y fracturas son frecuentes cuando se lleva a cabo en un lugar desconocido en completa oscuridad.

Los Spetsnaz no pueden llevar fracturados ni heridos, entonces el jefe debe tomar decisiones muy crueles.

Los códigos Spetsnaz

Los códigos de las fuerzas especiales son simples. Los heridos que no puedan movilizarse por sí mismos, el jefe del grupo obligatoriamente debe eliminarlos para que no sean capturados. Spetsnaz tiene una inyección con una poderosa droga conocida como “muerte bienaventurada”, que rápidamente detenía el dolor y producía un estado de somnolencia feliz. Nada podía poner en peligro la misión y en caso que no lo hiciera podría ser acusado de falta grave.

Atrás de las líneas enemigas

A pesar del riguroso secreto, se calcula que las fuerzas Spetsnaz estarían en el orden de 10.000 efectivos. Tienen la misión de ejecutar operaciones militares en la retaguardia del enemigo, antes que se produzca un ataque importante. Son adecuados para destruir puestos de comando y objetivos vitales del adversario para cuando se inicie la batalla principal. Pueden bajar en aterrizajes secretos, también en submarinos y barcos mercantes.

Estos últimos pueden desembarcar importantes contingentes, pero los buques pesqueros pequeños son excelentes, pues pueden pasar largas temporadas cerca de una costa sin despertar sospechas y traer de regreso al grupo en caso que se desista la operación. Los aviones de línea son ideales, pues un numeroso grupo especial simulando ser pasajeros, puede capturar por sorpresa el principal aeropuerto del adversario. Luego aterrizarán más aviones con tropas aerotransportadas. En períodos de tensión el enemigo vigila las 24 horas la frontera de su posible adversario, pero suele descuidar el límite fronterizo de países neutrales. Antes de una gran operación, grupos Spetsnaz pueden ocultarse y aparecer de improviso desde territorio de otro país que ni siquiera puede estar advertido. 

Vehículos para los Spetsnaz

Esta fuerza de elite cuenta con motocicletas capaces de operar en terreno quebrado, también vehículos livianos aptos para travesías en terrenos escarpados, pantanos y arena.

Este tipo de vehículos y motocicletas no sólo aumenta la movilidad del grupo; sino que también su potencia de fuego pues el armamento pesado y su munición pueden ser transportados más rápido y más lejos. Todos esos vehículos pueden ser lanzados en paracaídas. 

Refugios

Siempre arman dos refugios, el: “A”, colocando trampas que producen detonación en las sendas de acceso a modo de advertencia si alguien se acercara. Pero preparan otro escondite de reserva llamado “B” por si el refugio principal llegara ser descubierto. Después, el grupo se divide en direcciones diferentes o se procede de acuerdo a la misión, dejando un par de hombres al cuidado del escondite. Al regreso los hombres, primero irán al refugio “B” y si no encuentran a nadie entonces llegarán al “A”. 

Prisioneros

Los grupos Spetsnaz poseen equipos electrónicos para la búsqueda de objetivos. Pero nada se compara con la información que puede dar un prisionero. Un buen interrogatorio permitirá actualizar las cartas topográficas y dar valiosa información. Pero no todos los prisioneros responderán a las preguntas y pueden dar respuestas erróneas. Según un ex Spetsnaz, ningún prisionero resiste más de dos segundos un interrogatorio realizado por ellos. Luego comenzará hablar fluidamente.

Se sabe que los Spetsnaz examinaban a los prisioneros en parejas o grupos más grandes. Si uno parecía saber menos que los otros, podía ser utilizado con fines de “demostración” para animarlos a hablar. Todas las fuerzas especiales del mundo tienen métodos crueles para interrogar, no es que lo hagan por sadismo sino como una forma de obtener información que les puede ahorrar vidas. El asesinato de prisioneros que usan uniforme legítimo es una violación a la convención de Ginebra de 1929 que puede significar la pena de muerte para el responsable. 

Decisiones de comando

Las estaciones militares de radio, depósitos de combustibles y aviones ocultos, siempre son blancos codiciados por las fuerzas especiales.

En algunas ocasiones son objetivos falsos que obran a modo de trampa para capturar a los atacantes, por lo que estarán capacitados para descubrir el engaño. Después de haber encontrado un objetivo real e informado al mando superior, el grupo lo podrá destruir o la misión será derivada a la artillería o al comando aéreo.

Luego los Spetsnaz deberán salir de la zona lo más rápido posible, pues pronto el lugar estará bajo ataque. Pero en caso de descubrir un misil a punto de lanzarse o a un importante comandante enemigo; son blancos que sólo pueden presentarse una sola vez, entonces podrá decidir un ataque pues no tendrá tiempo de pedir autorización. Deberá tomar todas las medidas posibles para destruir el objetivo, incluyendo un ataque suicida. Para ello enviará al sacrificio a un pequeño grupo tratando de hacer mucho ruido, mientras que el ataque principal lo hará en otra dirección en forma silenciosa. Esto puede retrasar al enemigo durante horas, que en una guerra podrían ser lo suficientemente para alterar el curso del conflicto. La velocidad de un ataque muchas veces es sinónimo de victoria.

En algunos ejércitos occidentales se aplican criterios diferentes para medir el éxito de un jefe, valorando más las fuerzas enemigas que han sido destruidas por sus tropas. En el ejército ruso esto es de importancia secundaria, pues el valor de un comandante es juzgado por la velocidad con que sus tropas avanzan.

 

Fuentes:

* Extractado y adaptado al español de “Behind Enemy Lines: tactical Spetsnaz”

* Viktor Suvorov. Publicado en Gran Bretaña 1987 por Hamish Hamilton Ltd.

 

Fuerzas especiales rusas

Russian Spetsnaz- Documental Con Voz (Español)

Artículo publicado en la Revista Tiempo GNA 72, septiembre de 2022.

COMANDOS ANFIBIOS Y BUZOS TÁCTICOS

Revista GNA*

Muy aptos para apoyar a las fuerzas federales

Para operaciones a un objetivo limitado que se encuentre en una isla o zona fluvial, se emplean grupos pequeños altamente entrenados con gran capacidad. Los buzos tácticos y los comandos anfibios son aptos para operar en las nuevas misiones que están ocurriendo en distintos países, no sólo en una guerra convencional, sino también contra el terrorismo, el narcotráfico y la guerrilla. 

Comandos anfibios

A los comandos anfibios se les asignan misiones de reconocimiento de una playa, vigilancia sobre la actividad del enemigo y pueden incluir el seguimiento grupos adversarios, por ejemplo. Todo ello posibilitará el asalto de una fuerza mayor, pero no confundir un desembarco en una costa que no supone ninguna amenaza, ya que esto no constituye una operación anfibia. Los que desembarcarán, siempre serán un grupo reducido que puede dar un golpe de mano por sorpresa, volar con explosivos un objetivo narco o capturar a algún jefe importante.

Al aproximarse silenciosamente a la orilla en botes de goma, se estila que se detengan a pocos metros de la playa y un par de exploradores se adelanten para revisar que no haya dificultades, luego la fuerza principal desembarcará.

Según sea la misión, se formará un perímetro defensivo para proteger al grupo de ataques sorpresa y esperará que regrese.

Los que desean pertenecer a estas fuerzas de elite deben pasar por una rigurosa selección psicofísica; además deberán tener un fuerte sentimiento de pertenencia a la hermandad que conforma el grupo, que no podría ser mejorada.

Buzos tácticos

El folklore popular siempre los llamó “hombres rana”, pero el término preferido por los militares es el de buzo táctico.

Con equipos cada vez más sofisticados, son esenciales para muchas misiones de demolición, reconocimiento de una playa, profundidad del agua, eliminación de obstáculos, mantenimiento naval, instalaciones eléctricas bajo la superficie, búsqueda y rescate, como también operaciones de salvamento y de ingeniería submarina. En la actualidad más de 40 naciones tienen buzos militares. Podemos decir que su incremento comenzó después del ataque a Pearl Harbor 1941. El buceo de combate requiere un equipo distinto al de los buzos deportivos que no libera burbujas en la superficie. Operando en aguas hostiles también requiere experiencia más allá de lo normal y al igual que los comandos anfibios, también pueden dar golpes de mano. Son considerados guerreros de elite.

Equipo de demolición submarina

Lo constituye un grupo de buzos tácticos especialmente entrenado y equipado para realizar diversas tareas submarinas y de superficie dentro de sus capacidades. Son hábiles para reconocimientos hidrográficos de las posibles playas de desembarco, hacer demoliciones de obstáculos, localización y remoción de minas, marcado de canales utilizables; reconocimientos de la zona de pre-asalto, incluida información militar. Son hombres de elite altamente capacitados. 

Los Navy SEALs y sus nuevas misiones

Las operaciones militares en las últimas décadas han ido evolucionando y ya no es necesario movilizar numerosos efectivos de tropas para empeñarlos en una guerra de grandes proporciones. Los Navy SEALs, al ser una fuerza especial para operar rápidamente en todos los ambientes, sea terrestre, marítimo o hidrográfico de una guerra clásica, sumaron otras responsabilidades. Pueden actuar desde el reconocimiento estratégico en otro país, rescate de rehenes, neutralización de piratas en el mar, combate contra el terrorismo y guerra al narcotráfico.

Sus métodos sigilosos, le permiten llevar a cabo golpes de mano contra objetivos, que fuerzas más numerosas no pueden acercarse sin ser detectados. Pero todo requiere una preparación previa de inteligencia con planificación y operaciones tales como fue la misión para la eliminación de Osama bin Laden, que puede tomar años para llevar a cabo y varias semanas para ensayar. Luego, uniformados con capuchas negras y gafas de visión nocturna atacan violentamente al enemigo. Se calcula que la fuerza de los SEALs sería de 2.500 efectivos, que emplean sofisticados sistemas de armas y de comunicación.

Está considerada una de las unidades anfibias más altamente capacitadas del mundo. 

Comandos anfibios de Filipinas. Los guantes indican la jerarquía.
Otros grupos especiales con aptitud anfibia

Casi no existe un ejército que no tenga fuerzas especiales de este tipo y entre ellas las más importantes son:

  • SAS (Reino Unido)
  • Delta Force (EEUU)
  • Alfa Group (Rusia)
  • GIGN (Francia)
  • JTF2 (Canadá)
  • SDU (Hong Kong)
  • Singapore Star Special Forces (Singapur)
  • “White tigers” (Corea del Sur)

A ello hay que sumar las fuerzas especiales de China y Corea del Norte, donde incluyen mujeres en sus filas. La organización de estos grupos no supera los 10 efectivos y están capacitados para una guerra convencional como para combatir al narco-terrorismo. El entrenamiento es exhaustivo, destacándose una intensa actividad física, combate cuerpo a cuerpo, tiro de precisión, natación, armamento, comunicaciones, guerra psicológica, paracaidismo, armado de trampas explosivas, etc. A pesar de los muchos vídeos que circulan en internet sobre estos grupos en acción, todavía hoy los detalles sobre su adiestramiento clasificados como secreto.

En el proceso de selección de personal, los asiáticos son los que tienen los índices de mortalidad más altos, pues llevan a cabo pruebas en el mar donde algunos mueren ahogados y realizan ejercicios con fuego real. Ese tipo de entrenamiento está prohibido en Occidente. 

Videos relacionados:

Operaciones Especiales y Helicópteros en acción.
Special Operations Combat Diver with Diver Propulsion Vehicles! www.milpictures.com

Artículo publicado en la Revista Tiempo GNA 72, septiembre de 2022.

EL PROYECTO DE LA NUEVA LEY DE INTELIGENCIA. LA REALIDAD SUPERA LA FICCIÓN.

Marcelo Javier de los Reyes*

Escuela Nacional de Inteligencia.

En su personaje de Saúl Menahem, en la recientemente estrenada serie «Iosi, el espía arrepentido», el actor Alejandro Awada expresa:

Hablar de servicios de inteligencia en Argentina es una contradicción. En un 80% se espían y se cagan entre ellos; un 10% trabaja para algún político así justifica su sueldo y el otro 10% hace guita. No sirven para nada. Ni para encontrar las manos de Perón. Manipulan a su gente con estos cuentos. Necesitan creyentes y un enemigo. […] Reclutan idiotas útiles y cuando llega el momento los descartan.

Bien, no es tan así, o mejor dicho no era tan así. La Inteligencia argentina, más precisamente cuando era la SIDE, supo tener mejores momentos y su Escuela Nacional de Inteligencia (ENI)[1] es recordada aún por algunos agentes europeos y de la región que cursaron en ella por aquellos años.

Según informes de medios, más precisamente de TN, «la actual gestión se encuentra en pleno diseño de planes de carreras y programas de formación profesional para que los agentes que cursen en la ENI accedan a un título reconocido por el Ministerio de Educación de la Nación». Lo mismo intentó hacer la gestión macrista que precedió a la actual. Ahora bien, no parece resultaría pertinente que el Ministerio de Educación de la Nación deba tener incumbencia en la formación de los agentes de inteligencia del Estado, ni en sus programas ni en sus contenidos, habida cuenta de la confidencialidad que se debe mantener en el ámbito de la inteligencia.

Mucho ha cambiado desde esos años en que la ENI era un instituto serio de formación. Las purgas ocasionadas por el gobierno de la Alianza —uno de los tantos engendros políticos creados con fines electorales— y por los sucesivos gobiernos, han ocasionado la partida voluntaria y también forzosa de muchos agentes de carrera. La serie que nos recuerda a Maxwell Smart parece convertirse en realidad, más aún cuando hoy se escucha al nuevo interventor —aquel al que le robaron numerosas armas y hasta un misil cuando era ministro de Defensa— ofrecer elucubraciones personales en una entrevista con respecto al mediático caso del avión venezolano con tripulación iraní y venezolana; expresó que era una «presunción» de él, a la que llegó porque «le da la cuenta porque 5 iraníes y 14 venezolanos» estaban instruyendo a dos tripulaciones… Dejemos de lado lo del avión. Lo que no puede hacer el máximo responsable de la Inteligencia argentina es ir a una entrevista con «presunciones» sino con información de inteligencia, la cual podrá o no compartir públicamente en función del secreto de la investigación. Quizás sea más apropiado que quien ejerza esa función no se exponga mediáticamente.

En un artículo publicado el 26/01/2021 ya me referí a una noticia en la que se informaba de un nuevo proyecto de ley de inteligencia y me permití criticar al que fuera presentado en 2016 por la entonces diputada Elisa Carrió[2]. Actualmente está en el Congreso ese proyecto pergeñado por la «fiscal-interventora» que compite con el de Carrió en términos de dislates.

Luego de que se disolviera la Secretaría de Inteligencia y se creara la AFI en 2015, el Sistema de Inteligencia Nacional (SIN) ha acelerado su caída en picada. El funcionario ideólogo de la estructura del organismo y del complejo y retorcido Decreto 1.311 sobre la nueva Doctrina de Inteligencia Nacional, Marcelo Saín[3], quien creó una agencia caracterizada por su macrocefalia que la tornó inoperante, sobre todo al tener más de cincuenta directores sin jefaturas intermedias. Por otra parte, no se contempló la incorporación de un área de «Análisis» en el organigrama de Inteligencia Exterior, cuando el análisis es la actividad esencial de la inteligencia. La administración de Gustavo Arribas y de Silvia Majdalani no modificó esa situación sino que la empeoró al incrementar el número de contratados con sueldos equivalentes a los de directores. Aquí ya se puede apreciar la sangría de los recursos del Estado.

Como si fuera poco el daño hecho al SIN durante los gobiernos kirchneristas, de Macri y del de Alberto Fernández[4], los legisladores pueden empeorar aún más la situación de la Inteligencia Nacional sancionando esta ley presentada por el «equipo» de la «fiscal-interventora». Entre los miembros de ese equipo[5] se encuentra Rafael Bielsa y Paula Litvachky, directora ejecutiva del CELS.

Permítanme hacer una digresión para destacar que Rafael Bielsa fue quien, como embajador en Chile, propuso a la justicia de ese país que el dirigente de la Resistencia Ancestral Mapuche (RAM), el muy aborigen Jones Huala (actualmente prófugo), podía cumplir su libertad condicional en la Argentina. Por su parte el CELS —ONG vinculada a Horacio Verbitsky— cuenta con la prerrogativa de impugnar el ascenso de los militares de las Fuerzas Armadas de la República Argentina y recibe financiamiento de la Embajada Británica en Buenos Aires, de la Embajada de la República Federal de Alemania en Buenos Aires, de la International Planned Parenthood Federation (ONG que actúa en defensa del acceso al aborto inducido y del libre acceso a los métodos anticonceptivos como medios de planificación familiar), de la Fundación Ford, de la socialdemócrata Fundación Friedrich Ebert Argentina (socialdemocracia alemana), de la Fundación Heinrich Böll (vinculada a Die Grünen, el partido de Los Verdes de Alemania), de la Open Society Foundations (George Soros), entre tantas otras organizaciones e instituciones que «se interesan» por la Argentina. También recibe fondos de ministerios de la Argentina como los de Educación y Salud de la Nación.

Algunas fundaciones, embajadas y organismos que financian la actividad del CELS.

Entre la exposición de motivos que se expresan en el proyecto de ley de Inteligencia presentado por el equipo de la «fiscal interventora» se expresa que «ya no se trata solamente de dejar atrás un funcionamiento anómalo, ineficiente, obsoleto y muchas veces, ilegal, sino de dotar al país de una herramienta indispensable para mejorar la calidad de las decisiones…»

Si observamos la notoriedad mediática que ha tenido la gestión de la «fiscal interventora», es precisamente todo eso lo que ha caracterizado su pésimo desempeño al frente del SIN. Demás está decir que la interventora durante su gestión ha procedido a violar en más de una oportunidad la ley vigente, como por ejemplo en el caso de la revelación de las actas del organismo.

En función de lo expresado en la exposición de motivos, cabe aclarar que la Inteligencia no es una herramienta «para mejorar la calidad de las decisiones» sino un instrumento esencial «para la toma de decisiones». Si el decisor carece de criterio, de calidad intelectual y de otras virtudes o, simplemente, ignora la información que le proporciona su servicio de Inteligencia (algo habitual en Argentina), éste nada puede hacer, porque solo se limita a poner los informes a disposición del decisor. Como reza el proverbio, Quod natura non dat, Salmantica non præstat.

Para ser más claro, la AFI es el organismo encargado de producir conocimientos acerca de las problemáticas, riesgos y conflictos inscritos dentro de la Defensa Nacional y de la Seguridad Interior en función de la protección de los intereses nacionales. Conducida por el Poder Ejecutivo (más precisamente el Presidente), la AFI formula el Plan de Inteligencia Nacional (PIN) que delinea las actividades del SIN que encabeza la propia AFI. El producto que emana de esta actividad, el análisis de inteligencia, es la producción de conocimiento que sirve de soporte a la toma de decisiones de manera oportuna.

En la exposición de motivos del proyecto de ley, los autores reconocen que la Ley 25.520 tiene muchas virtudes y que «los intentos de reformas parciales, como los realizados en 2015» no tuvieron «la fuerza suficiente como para cambiar el rumbo”, la intervención aconsejó un cambio profundo de las bases institucionales, que no tire por la borda muchos de los esfuerzos de la legislación anterior». En verdad, si se compara este proyecto de ley con la Ley 25.520, han tirado todo por la popa, para continuar utilizando la terminología marina.

Del mismo modo, expresan que «la idea de comunidad de inteligencia no ha servido para construir una articulación institucional sino para romper barreras y crear relaciones informales, donde policías eran agentes de inteligencia y agentes de la AFI eran policías en un intercambio sin control y sin finalidades claras». Agregan que la idea de comunidad de inteligencia «ha servido más para la expansión de la ilegalidad que para fortalecer una coordinación virtuosa». Toda esta afirmación ameritaría una extensa e histórica explicación. Trataré de sintetizarla.

Hasta la sanción de la Ley 25.520, el SIN contó con la Central Nacional de Inteligencia (CNI), órgano que articulaba la inteligencia con las Fuerzas de Seguridad y con las Fuerzas Armadas[6]. Ese órgano fue oportunamente desmantelado. Tras los atentados del 11-S, en los Estados Unidos se percataron de que sus agencias de inteligencia no contaban con ningún organismo que los articulara y entonces, a esos efectos, se creó el Department of Homeland Security (DHS), el Departamento de Seguridad Nacional. Luego fueron creados lo que denominaron «centros de fusión», con el objetivo de promover el intercambio de inteligencia entre las autoridades locales, estatales y federales y coordinar sus actividades.

Este descubrimiento llevado a cabo tras los atentados del 11-S pareció una innovación interesante y digna de recomendación para los países periféricos como la Argentina. Así fue como, durante la gestión de la Arribas – Majdalani al frente de la AFI, vinieron del norte a traer esta modalidad de trabajo. En realidad era lo que hacía la CNI en Argentina hasta su disolución.

Por otro lado, los que nunca entendieron como articular a la Comunidad de Inteligencia fueron los políticos de turno que, en realidad, ni siquiera saben qué es la Inteligencia. O quizás no quieren que se articulen los órganos que conforman el SIN y esto queda claro con este proyecto de ley que propone que la actual AFI no sea más el organismo rector del SIN. Es decir que hace más de veinte años que se eliminó la CNI y ahora se deja a su suerte a cada órgano al eliminar la AFI como cabeza del sistema.

Por otra parte, ese cambio de roles entre policías y agentes de inteligencia al que alude, se remonta a la gestión del gobierno de Néstor Kirchner. Es un grave error confundir la Inteligencia con la Seguridad, algo que se profundizó durante el gobierno de Mauricio Macri. El acento se puso en incrementar el personal de seguridad, con una deficiente formación salvo los pocos casos de jóvenes que habrían pertenecido a alguna fuerza. En paralelo se incentivaba el retiro de los analistas y de los agentes operativos de carrera. La propia ENI estaba bajo la conducción de directivos que con anterioridad habían ejercido cargos en Seguridad. Sin embargo, por la Ley Nº 24.059 de Seguridad Interior, lo referente a las cuestiones de Seguridad y a la actividad delictiva le compete a la Dirección Nacional de Inteligencia Criminal, la que a su vez es parte integrante del SIN.

Durante el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner el organismo ahondó su agonía debido a que se le dieron mayores recursos y mayor presupuesto a la Dirección Nacional de Inteligencia Estratégica Militar (DNIEM) a cargo del militar predilecto de la presidente, con el cual se sacaban fotos las Madres de Plaza de Mayo. Quizás el único militar que pudo salir indemne de un juicio de lesa humanidad, mientras que otros murieron en prisión o siguen detenidos y procesados inconstitucionalmente por una legislación aplicada con retroactividad y en contradicción con toda la política de derechos humanos de la que se han apropiado retóricamente los gobiernos kirchneristas y de la que participaron asimismo Macri y Horacio Rodríguez Larreta. En este sentido vale recordar que ambos llevaban a dignatarios extranjeros a rendir homenaje ante un «monumento a la memoria sesgada», en el que había nombres de terroristas muertos en enfrentamientos con miembros de las Fuerzas de Seguridad y de las Fuerzas Armadas. Además, en su conjunto, ese monumento no es más que un homenaje a terroristas que se alzaron contra la democracia y las instituciones de la República.

Obama y Macri rinden homenaje a las víctimas de la dictadura en el Parque de la Memoria. Foto: Reuters. Fuente: La Nación[7].

En abril de 2015, coherente con esta ideología, un trasnochado ordenó demoler el monumento erigido en conmemoración del Combate de Manchalá, ocurrido «el 28 de mayo de 1975, en pleno ejercicio de un gobierno constitucional, cuando un grupo de suboficiales y soldados conscriptos de la Compañía de Ingenieros de Montaña 5, que realizaban tareas de apoyo en una escuela, fueron atacados y defendieron con coraje su posición»[8].

Quizás pareciera que estas menciones no tengan que ver con las políticas respecto a los organismos de Inteligencia pero, contrariamente a ello, la falsa política de derechos humanos pasó a ser una «política de Estado» aplicada por los diferentes gobiernos, así como la destrucción de las Fuerzas Armadas, el desmantelamiento de la Policía Federal Argentina —una consecuencia de la creación de la ineficiente Policía de la Ciudad llevada a cabo por el dúo Larreta-Macri, destruyendo incluso su propia creación, la Policía Metropolitana— y la demolición del SIN.

El mencionado proyecto de ley, precisamente, en su artículo 1º alude «a la Constitución Nacional, los Tratados de Derechos Humanos suscriptos y los que se suscriban con posterioridad a su sanción, y a toda otra norma que establezca derechos y garantías».

«El Presidente de la Nación podrá convocar a un Consejo Interministerial para el asesoramiento sobre los lineamientos estratégicos y objetivos generales de la política de Inteligencia Nacional» (artículo 3º), “formado por expertos o personas reconocidas por su experiencia en la materia”… ¿Quizás los mismos que redactaron este proyecto?

A pesar de que a veces se han referido a la existencia de un «doble comando», como lo ha manifestado el nuevo interventor al decir «No creo en el Señor 8, no hay doble comando en la AFI»[9], el proyecto de ley contempla un «doble comando» al crear la figura del «Asesor Nacional de Inteligencia» con rango de ministro (artículo 4º) el que puede ser nombrado y removido directamente por el presidente. Cabe destacar que, según el proyecto, el director de la AFI también será propuesto por el presidente pero con la aprobación del Senado. Es decir que director y Asesor Nacional de Inteligencia son designados por el presidente y ambos con rango de ministro. Su función será «asesorar al presidente en la formulación del Plan Nacional de Inteligencia». Cumpliría el rol de «coordinador» si se crea «alguno de los Consejos Asesores previstos en el artículo 3».

Según el artículo 6º, una de las funciones específicas de la AFI será «Formular el Plan de Inteligencia Nacional, sobre la base de los lineamientos fijados». Es decir que el organismo formulará el PIN pero el Asesor Nacional de Inteligencia asesorará en la formulación del PIN. Parecería haber una duplicación de funciones y si la diferencia está en que uno asesora y el otro escribe bien se podría ahorrar dinero del Estado estableciendo que quien asesore también escriba.

Para determinadas cuestiones, como la celebración de «convenios con organismos de inteligencia o investigación de otros países, o regionales e internacionales, deberá [la AFI] contar con la aprobación del Asesor Nacional de Inteligencia del Poder Ejecutivo» (artículo 6º, inc. 13). Es decir, un «doble comando» con dos funcionarios designados por el Presidente (el Director Nacional con aprobación del Senado) con rangos de ministro en el que uno queda supeditado al otro.

Según informan medios de comunicación, «el gran objetivo que tiene Rossi al frente de la AFI es el de promover la nueva Ley de Inteligencia», que incluye ese «doble comando»[10]. Lo paradójico es que en la exposición de motivos se expresa que «En cuanto a sus autoridades, se debe superar la idea de doble comando de la misma institución» (la cursiva está en el mismo proyecto).

Por otro lado, al referirse a los convenios, el inc. 13 del artículo 6º menciona entre las funciones de la AFI que puede «celebrar convenios con personas físicas o jurídicas, de carácter público o privado», lo que ya estaba en la Ley 25.520. ¿Sería correcto que la agencia de Inteligencia celebre convenios con «personas físicas» o «de carácter privado»? ¿Qué contemplan los redactores del proyecto?

Una vez más, en una ley o proyecto de ley de Inteligencia, se insiste en que en ningún caso la AFI podrá «obtener información, producir inteligencia o almacenar datos sobre personas, por el solo hecho de su raza…» (artículo 8º, inc. 2). Ya hace años que los científicos han coincidido y expresado en que no existen «razas humanas» sino «diversidad genética en la especie humana». Es decir que un color de piel no indica que pertenezca a una determinada «raza». Ciencia aparte, sigamos con el proyecto de ley.

La gran preocupación, el núcleo de este proyecto, gira en la «protección de los Derechos y Garantías de los habitantes de la Nación» (Título II), lo cual es positivo pero no puede ser que la ley prácticamente se limite a esto y casi nada a la Inteligencia. La Ley 25.520 ya contemplaba este punto pero este proyecto solo establece una serie de contralores (Asesor Nacional; Comisión Bicameral de siete miembros, tres senadores, tres diputados y un presidente; un control judicial ejercido por un colegio de al menos diez jueces federales con jurisdicción en la Capital Federal designados por sorteo público anualmente por el Consejo de la Magistratura; un «Director Nacional de Protección de Datos Personales previsto en la 25.326») que a lo único que apunta es a que la agencia de Inteligencia cuente con numerosos controles externos para que, con certeza, no pueda hacer inteligencia. Queda en evidencia que quienes redactaron el proyecto son personas con formación en Sociología y en Derecho en el mejor de los casos, con una fuerte vocación partidaria pero con un amplio desconocimiento de lo que es la actividad de Inteligencia.

El artículo 26º (Título V) se refiere al Personal y a la capacitación, y aclara que «Los extranjeros podrán ser contratados por decisión directa y fundada del Director Nacional, en el marco de directivas operacionales específicas». Aquí queda abierta una peligrosa “ventana” para la contratación de personas que bien pueden ingresar al organismo para llevar a cabo tareas de infiltración. Aún peor, ciertas fuentes reservadas informan que durante la intervención ya se ha procedido a la incorporación de extranjeros al organismo.

El nuevo interventor ha manifestado «como ejes de la continuidad de la gestión de Caamaño “la profesionalización y la transparencia” de la AFI»[11]. Agregó: «Vamos a trabajar sobre todo lo que son los objetivos estratégicos de la inteligencia, ciberdelitos, lo que le corresponda a la Agencia sobre crimen organizado y la profesionalización de los analistas en los distintos ámbitos desde energía hasta las cuestiones internacionales. Hay que continuar con la línea que siguió Caamaño de vincularla a las agencias más profesionalizadas del mundo». Precisamente, la intervención lo que menos ha hecho es formar profesionales idóneos a través de la ENI sino más bien a adoctrinar a los cursantes.

Para abreviar el espíritu de este proyecto, en la exposición de motivos se expresa claramente: «Como vemos se trata de establecer una Agencia acotada en cuanto a sus tareas…» Ni más ni menos.

¿Qué podemos esperar de una nueva gestión de gobierno en materia de Inteligencia?

Un artículo publicado el 29/06/2022 por La Nación aborda el tema[12]. El propio artículo expresa que no se trata de una tarea sencilla “para quienes formaron parte del gobierno de Mauricio Macri, cuya gestión en materia de inteligencia es duramente cuestionada por acciones de espionaje ilegal que son investigadas por la Justicia. No hay un dirigente de la oposición que se atreva a reivindicar la gestión de Gustavo Arribas y Silvia Majdalani al frente de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI). Ambos están procesados en al menos dos expedientes judiciales y su gestión se volvió una mancha venenosa por las acciones concretas de seguimiento contra dirigentes opositores e incluso de su mismo signo político”. Una “mancha venenosa” que también se presentó durante la gestión de Mauricio Macri como jefe de gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Estimo que no es necesario recordar el caso pero sí las denuncias que la entonces diputada Elisa Carrió formuló contra Daniel Angelici —al que consideró un operador judicial—, padrino del cuestionado por numerosos medios ex director de legales de la AFI, Sebastián De Stéfano, actualmente funcionario de SBASE (Subterráneos de Buenos Aires Sociedad del Estado) en el gobierno de Horacio Rodríguez Larreta.

La utilización de la SIDE, la SI y la AFI como una herramienta para alinear al Poder Judicial —o al menos a algunos jueces— con el gobierno de turno demuestra que por más que se cambie de nombre al organismo todos los gobiernos democráticos cayeron en el mismo vicio. Ahí están los “sótanos de la democracia” a los que se refieren el «presidente delegado» Alberto Fernández y la «fiscal interventora», la que fue denunciada por filtración de datos sensibles del Sistema de Inteligencia Nacional, entre los cuales había nombres de agentes pertenecientes a la AFI y ex funcionarios del organismo, pero que fue sobreseída por la jueza María Servini de Cubría. Siempre es bueno que exista un juez oficialista para estos casos.

El artículo de La Nación menciona a Carrió —de cuyo proyecto ya hablé, como manifesté al comienzo—, partidaria de eliminar la AFI y de crear un organismo que solo coordine a las Fuerzas de Seguridad frente al narcotráfico, el terrorismo y el crimen organizado. Con respecto a Larreta los periodistas afirman que sus colaboradores lo oyeron decir «yo la desharía». Algunos de sus colaboradores serían partidarios de «profesionalizar» —verbo transitivo utilizado por las diversas gestiones para empeorar la situación de la Inteligencia Nacional— al organismo «para que sea capaz de combatir el crimen organizado y los delitos complejos, como la trata». El artículo de La Nación menciona que otros funcionarios de Larreta pensarían en continuar con el slogan de “la transformación no para” con el objeto de introducir una gran innovación a las que nos tiene acostumbrados a los ciudadanos de Buenos Aires…

Más centrada parece la propuesta del equipo de Patricia Bullrich, el cual tiene en cuenta que la AFI “debe estar abocada a la producción de inteligencia estratégica”. ¡Brillante!!! Al menos entiende cuál debe ser el objetivo del organismo. Además tendría en claro que el SIN debe tener un espacio para que participen las direcciones de las diversas fuerzas. Un paso quizás para recrear la CNI. Sería algo positivo. Del mismo modo, se menciona que la propuesta apuntaría a “cambiar la Ley [la Ley 25.520] y volver a una ley de inteligencia que saque de la AFI a la investigación criminal y la deje como inteligencia estratégica”. Aquí vemos cómo la Inteligencia terminó convirtiéndose en un “organismo policial”. Se hizo por ley. ¿Quiénes hacen las leyes? Los mismos que después hablan de los “sótanos de la democracia”. Esos son los que pervirtieron al SIN para luego echarle la culpa a los agentes de inteligencia y acusarlos de manejarse independientemente. A propósito, el proyecto de la “fiscal interventora”, en su artículo 10º, dice que “La obediencia debida no podrá ser alegada como eximente de responsabilidad”. Pregúntenle a un ex agente de inteligencia de esta democracia acerca de los padecimientos sufridos si no acataba lo que le ordenaban o sencillamente por considerarlos “conflictivos”[13]. Fin de la digresión.

Perfil, 09/10/2005.

Un punto muy relevante al que se refiere el artículo de La Nación es al reclutamiento de los agentes que tienen pensado en el equipo de Patricia Bullrich, el cual considera que todos los agentes deben pasar por la ENI antes de ingresar al organismo. Esto está en la misma sintonía de lo que he propuesto más de una vez, en que no pueden ingresar agentes que no hayan tenido un largo curso de formación. En este sentido, he propuesto en más de una oportunidad en que la ENI se convierta en una especie de ISEN (Instituto del Servicio Exterior de la Nación) para el servicio de Inteligencia.

Por su parte, dentro de la UCR, Gerardo Morales se opone a eliminar el organismo pero sí proceder a una “cirugía mayor”, mientras que Facundo Manes no se manifestó al respecto.

Miguel Ángel Pichetto le ha dado un lugar de importancia al tema al armar “un área de inteligencia, defensa y seguridad para diseñar planes” coordinada por Miguel Ángel Toma, quien se desempeñó como Secretario de Inteligencia y quizás el único recordado positivamente por los agentes de carrera.

Algunas reflexiones finales

Como se ha manifestado, la SIDE y sus sucesoras, la SI y la AFI, han sido utilizadas para manipular a ciertos jueces pero durante la SIDE y buena parte de la existencia de la SI el organismo se abocó en primer lugar a producir Inteligencia Estratégica. Las purgas, tanto de la Alianza —que echó en un solo día, el 07/02/2000, a más de 1.000 agentes para dar lugar a las «consultoras»— como de los gobiernos kirchneristas y las invitaciones al retiro realizadas por la gestión Arribas – Majdalani —tentando al personal con interesantes sumas para que se jubilaran— fueron vaciando a la Inteligencia de su personal de carrera, varios de ellos excelentes profesionales que podrían haber formado a las nuevas camadas.

Con respecto a la «intervención», el organismo ha estado «intervenido» desde mucho antes con la intención de cumplir esos vicios de los gobiernos de turno.

La gestión de la «fiscal interventora» terminó de vaciar al organismo y, contrariamente a lo que sucedía hasta su llegada, la dirección de la «intervención» se invirtió: ahora el poder judicial (nada menos que el de «Justicia Legítima») ingresaba al organismo para manipularlo y vaciarlo. La gestión fue claramente ideológica y se dedicó a seguir con las funciones de una fiscalía. No se hizo inteligencia sino que se siguió ideológicamente para buscar toda la documentación que contribuyera a la cuestión de los derechos humanos e, incluso, miembros de movimientos sociales concurrieron para ver las «carpetas» que el organismo podría haber armado sobre ellos.

En verdad, este proyecto de ley realizado por la intervención anterior y que cuenta con el total respaldo del actual interventor no es más que un mamarracho. Solo apunta, como lo dice textualmente la exposición de motivos, a acotar las tareas de la Inteligencia, en verdad, a reducirlas a la nada. En este sentido, podrían coincidir con Carrió o con lo que dicen que dijo Larreta y eliminar la agencia ya que bajo esos parámetros solo servirá para darle empleo a algunos parientes, amigos o afiliados a sus respectivos espacios políticos, o sea, un gasto para el Estado. Más de lo mismo.

Que una ONG como el CELS, financiada por fundaciones extranjeras, por embajadas como las de Estados Unidos, Alemania y nada menos que el Reino Unido, se aboque a organizar nuestra Inteligencia es poner al lobo a cuidar el gallinero. A los efectos de mostrar su papel en los graves problemas internos que afectan a nuestros ciudadanos argentinos de la Patagonia, los siguientes tuits ilustran su postura anti patria.

Tuit del CELS del 13/01/2017, en el que se aprecia al director de Litigio y Defensa del CELS, junto a organizaciones de izquierda, en una reunión en la que no se ve la Bandera Argentina sino la que se atribuyen los autodenominados “mapuches”. En el tuit de abajo se aprecia un total apoyo a este grupo que tiene su sede central en Bristol, el Reino Unido, usurpador de nuestro territorio y de nuestro Atlántico Sur y financiador del CELS.

Por otro lado, estas ONGs, fundaciones, etc., se preocupan por la inteligencia que pueda realizar un servicio del Estado con el objetivo de preservar el estilo de vida de sus ciudadanos, la seguridad de los mismos y la defensa de su integridad territorial pero nada dicen de la recolección de datos personales que hacen los bancos, las tarjetas de crédito y los buscadores como Google —y con modalidades y fines mucho más cuestionables—, que saben mucho más de cada uno de nosotros que un organismo de inteligencia.

Con respecto al reclutamiento, una agencia de Inteligencia no es una agencia de empleo a la que deban entrar por el mero hecho de ser familiares, amigos, afiliados a los movimientos o partidos de los dirigentes políticos de turno. Un servicio de Inteligencia serio «sale a buscar» a los que considere mejores a las universidades, a instituciones académicas u otros ámbitos que podrían considerarse apropiados.

Una reconstrucción del servicio de Inteligencia requiere, primordialmente, poner el acento en el personal, en una verdadera profesionalización del mismo para lo cual habrá que recontratar a ex agentes para formar a los ingresantes y a quienes pueda considerarse que tendrían posibilidad de sobrevivir en el mismo. Esta es una tarea que debe comenzar desde la propia ENI, la que debe ser el filtro previo al ingreso al servicio. Para ello deberá contar con expertos y trabajar en la formación de formadores, así como recurrir a algunos servicios extranjeros en la capacitación, algo que se acostumbra a hacer.

Para un mejor funcionamiento, la ENI debería nuevamente volver a su organigrama con un solo director —no con tres como impuso el organigrama de la AFI— y unos dos jefes de departamento, como supo tener hasta la disolución de la SI en 2015. La orgánica tiene que estar alineada a la misión del organismo y no inventarse direcciones para acomodar a parientes, amigos, pagar favores o incorporar a militantes. Por tanto, esa misma reducción de direcciones debe ser implementada en todo el organismo pero dado que la Inteligencia no puede esperar a la redacción y aprobación de una nueva ley, es menester derogar el decreto 1.311, la Ley 27.126, y modificar la 25.520 para despojarla de todo aquello que implique una actividad en el área de delitos complejos o cuestiones de incumbencia policial.

Quienes ponen la mira en hacer de este organismo un coordinador para las actividades de narcotráfico, terrorismo, crimen organizado, trata, etc., desconocen lo más mínimo de las leyes de Seguridad Interior (que debería pasar a ser nuevamente una ley de Seguridad Nacional) y de Defensa. Dentro del SIN existe la Dirección Nacional de Inteligencia Criminal, que es la responsable de llevar esos temas, por lo que haberle endosado los mismos a la SI y su sucesora la AFI es parte del desconocimiento de nuestro SIN. La SIDE, como la SI o actualmente la AFI debe dedicarse a la Inteligencia Estratégica, la cual precisa de la inteligencia proveniente de la Inteligencia Criminal pero tratándola como “fenómeno” para la elaboración de la Inteligencia Estratégica. Con este mismo objetivo es que debe contar con la inteligencia proporcionada por la Dirección Nacional de Inteligencia Estratégica Militar (DNIEM), dependiente del Ministerio de Defensa.

La AFI, o como se considere en llamarla más adelante, debe continuar siendo el organismo rector del SIN para, de esa manera, poder confeccionar la Inteligencia Estratégica, fundamental para la Seguridad, la Defensa y la Política Exterior de la República Argentina.

Es apropiado recordar que los funcionarios públicos son servidores públicos que deben trabajar para el pueblo que los eligió y que delegó en ellos su poder. En este sentido, les cabe a los funcionarios de mayor jerarquía nombrar a sus subordinados en función de sus méritos y no motivados por vínculos afectivos, familiares o de otro tipo.

Como ya he expresado en otro artículo, la Inteligencia debe estar al servicio del Estado Nacional, de la Nación, y no de un gobierno. Quizás debiera ser nuevamente considerada como una Secretaría de Estado o elevada al rango de Ministerio y contar con una Subsecretaría de Inteligencia Competitiva que contribuiría al desarrollo de las economías regionales así como a reconstruir la articulación del territorio nacional, trazando las vías de comunicación más apropiadas (terrestres, ferroviarias, aéreas, fluviales y virtuales) que abaratarían los costos de fletes y favorecerían las exportaciones. Claro está que tal reformulación requiere de una seria Planificación Estratégica.

No cabe duda que la tarea será titánica dada la degradación y la inoperancia a que han sometido a nuestro SIN. Para ello deberá contarse con verdaderos expertos tanto en inteligencia como en otras temáticas que deberán abordarse al reconstruir el sistema.

Finalmente, luego de los dislates de las últimas gestiones, debe trabajarse sobre otro aspecto sumamente importante: la idoneidad. A partir de ella podrá generarse la credibilidad. Como suelo decirles a mis alumnos, recordando al columnista estadounidense Charley Reese (1937-2013), «La credibilidad, como la virginidad, solo se puede perder una vez y nunca se puede recuperar». Para ello el organismo deberá producir una inteligencia de excelente calidad, volver al secreto —que no al secretismo— para no ventilar cuestiones que puedan afectar la relación con servicios colaterales y jerarquizar la ENI para que se erija nuevamente en un instituto de referencia dentro de la Comunidad de Inteligencia.

 

* Licenciado en Historia (UBA). Doctor en Relaciones Internacionales (AIU, Estados Unidos). Director ejecutivo de la Sociedad Argentina de Estudios Estratégicos y Globales (SAEEG). Profesor de Inteligencia de la Maestría en Inteligencia Estratégica Nacional de la Universidad Nacional de La Plata.

Autor del libro “Inteligencia y Relaciones Internacionales. Un vínculo antiguo y su revalorización actual para la toma de decisiones”, Buenos Aires: Editorial Almaluz, 2019.

Embajador Académico de la Fundación Internacionalista de Bolivia (FIB).

Investigador Senior del Instituto Galego de Análise e Documentación Internacional, Pontevedra, España.

 

Referencias

[1] La Escuela Nacional de Inteligencia (ENI) es el instituto superior de formación, capacitación y perfeccionamiento destinado a todas y todos los integrantes del Sistema de Inteligencia Nacional (SIN). Tiempo atrás dictaba cursos de alcance internacional. Muchos de los servicios de la región, así como de países africanos y europeos se han beneficiado de sus aptitudes formando a su personal para capacitarse y realizar posgrados en un espacio de verdadera excelencia.

[2] Proyecto de ley presentado por la diputada Elisa Carrió en 2016 (Expediente 5577-D-2016).

[3] Marcelo Saín fue destituido por la Provincia de Santa Fe en 2021 como ministro de Seguridad.

[4] El presidente Alberto Fernández es quien decretó la intervención que debía sanear la AFI y eliminar los “sótanos de la democracia”, saneamiento que implicaría que los políticos dejen de usar los organismos de Inteligencia del Estado en beneficio de los gobiernos de turno. A propósito, es saludable para la República que la ciudadanía diferencie “gobierno” de “Estado”.

[5] Según el sitio web oficial del gobierno, “Avanza el debate sobre la nueva Ley de Inteligencia Nacional”, 24/06/2020, https://www.argentina.gob.ar/noticias/avanza-el-debate-sobre-la-nueva-ley-de-inteligencia-nacional:

“El cuerpo está integrado por representantes de la sociedad civil y expertos con reconocida trayectoria en la materia, quienes se desempeñan de forma “ad honorem”:

Juan Gabriel Tokatlian (vicerrector de la Universidad Torcuato Di Tella).

Rafael Bielsa (jurista y ex ministro de Relaciones Exteriores de la Nación).

Alberto Binder (presidente del Instituto de Estudios Comparados en Ciencias Penales y Sociales, INECIP).

María Sidonie Porterie (directora ejecutiva del Instituto Latinoamericano de Seguridad y Democracia, ILSED).

Paula Litvachky (directora ejecutiva del Centro de Estudios Legales y Sociales, CELS).

Beatriz Busaniche (presidenta de la Fundación Vía Libre).

Máximo Sozzo (profesor de Sociología y Criminología de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad Nacional del Litoral).

Lisandro Pellegrini (subsecretario de Política Criminal del Ministerio de Justicia y DDHH de Provincia de Buenos Aires).

Margarita Trovato (abogada del área Litigio y Defensa Legal del Centro de Estudios Legales y Sociales, CELS).

Ernesto Chaparro (miembro fundador de la Fundación Vía Libre).

[6] Según el Artículo 25 de la LEY N° 16.970, “Bases jurídicas, orgánicas y funcionales para la preparación y ejecución de la defensa nacional”, del 6 de octubre de 1966,

“Compete a la Central Nacional de Inteligencia en lo concerniente a seguridad nacional:

a) Realizar y centralizar las actividades de inteligencia necesarias al planeamiento de la política y estrategia nacional inherentes a la seguridad nacional;

b) Proporcionar inteligencia estratégica centralizada y evaluada al Consejo Nacional de Seguridad;

c) Formular la doctrina nacional de inteligencia;

d) Correlacionar y evaluar la información concerniente a la seguridad nacional y proveer a su adecuada difusión a los ministerios, comandos en jefe, secretarías de Estado y gobiernos de provincia;

e) Mantener enlace técnico funcional con los organismos de inteligencia e información de los ministerios, comandos en jefe, Secretarías de Estado y gobiernos de provincia”.

[7] “Obama y Macri rindieron homenaje a las víctimas de la dictadura y coincidieron en el reclamo de «Nunca más”. La Nación, 24/03/2016, https://www.lanacion.com.ar/politica/barack-obama-mauricio-macri-homenaje-victimas-golpe-militar-parque-de-la-memoria-nid1883023/ , [consulta: 26/06/2022].

[8] “Salta: 44° Aniversario del combate de Manchalá”. Ministerio de Defensa, 22/05/2019, https://www.argentina.gob.ar/noticias/salta-44deg-aniversario-del-combate-de-manchala

[9] Federico Mayol. Agustín Rossi: “No creo en el Señor 8, no hay doble comando en la AFI”. Clarín, 12/06/2022, https://www.clarin.com/politica/agustin-rossi-creo-senor-8-doble-comando-afi-_0_B0auyXu6OL.html, [consulta: 13/06/2022].

[10] Andrés Cánepa. “El santafesino reemplazará a Cristina Caamaño y su sector sigue ganando terreno en el gobierno nacional”. Impulso, 03/06/2022, https://www.impulsonegocios.com/rossi-sera-el-nuevo-titular-de-la-afi/, [05/06/2022].

[11] “Rossi dijo que seguirá ‘profundizando’ la ‘línea de trabajo’ de Caamaño en la AFI”. Telam, 05/06/2022, https://www.telam.com.ar/notas/202206/594625-rossi-profundizar-linea-de-trabajo-de-la-afi-de-caamano.html [06/06/2022].

[12] Candela Ini, Matías Moreno. «Qué hacer con la central de espías, la reforma que más incomoda a Pro y que genera diferencias en Juntos por el Cambio”. La Nación, 29/06/2022, https://www.lanacion.com.ar/politica/que-hacer-con-la-central-de-espias-la-reforma-que-mas-incomoda-a-pro-y-que-genera-diferencias-en-nid29062022/ [consulta: 29/06/2022].

[13] «Denuncian que la Side mantiene a más de 100 empleados ‘encerrados’ y sin hacer nada». Perfil, 09/10/2005.

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