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AFGANISTÁN: LA FRONTERA CON IRÁN ESTÁ EN MANOS DE LOS TALIBANES

Marco Crabu*

Cataratas Islam Qala es el puesto fronterizo en la frontera con Irán, en la provincia occidental de Herat. Zabihullah Mujahid, portavoz de los fundamentalistas talibanes, dijo: «El cruce está ahora bajo nuestro pleno control». Por el contrario, el portavoz del Ministerio del Interior del Gobierno regente afgano, Tareq Arian, aseguró que «todas las fuerzas de seguridad, incluidas las guarniciones fronterizas, están presentes en la zona con el objetivo de recuperar el lugar».

Militares de Teheran y Talebani una conversación sobre fronteras (Fuente Twitter)

Islam Qala es uno de los pasos fronterizos más importantes de Afganistán por el que pasa casi todo el “comercio legítimo” entre los dos países.

Y aunque Irán acoge y apoya a los talibanes en su territorio, facilita el tráfico de opio y cannabis a través de la frontera común.

Además, a pesar de las sanciones de Washington contra Teherán, Estados Unidos también ha permitido —a modo de derogación— que Kabul siga recibiendo combustible y gas de Irán.

Islam Qala es el segundo gran paso fronterizo que queda bajo control talibán, después de que los fundamentalistas capturaran a Sher Khan Bandar en la frontera con Tayikistán el mes pasado.

En aquella ocasión rechazaron al ejército de Kabul y pusieron en fuga a más de mil soldados regulares que encontraron refugio en la antigua República Soviética.

Y mientras el presidente Mohammad Ashraf Ghani, durante su visita a Doha, reiteró el apoyo incondicional del gobierno a la delegación negociadora de la República Islámica de Afganistán, en los esfuerzos por el complejo proceso de paz en el país (incluso afirmando que “el pueblo afgano, como así como los combatientes talibanes, están hartos de la guerra”), mientras tanto los fundamentalistas continuaron su marcha para conquistar los territorios aún en disputa entre las dos facciones rivales.

Por un lado, los talibanes siempre han dicho que no están interesados en un monopolio del poder y, por otro, el presidente Ghani siempre ha mantenido que puede gestionar la situación actual, incluso con las dificultades que ello implica.

Sin embargo, algo parece no volver. Los combates entre los fundamentalistas y el ejército de Kabul son cada vez más sangrientos, mientras que los asesinatos en masa y los castigos corporales entre las poblaciones locales por parte de los talibanes están a la orden del día.

El estancamiento de las conversaciones de paz y la retirada de Occidente alientan el resurgimiento de los talibanes

Los talibanes, alentados por la retirada de las tropas estadounidenses y de la OTAN, y con las conversaciones de paz con el gobierno estancadas, parecen en cambio apuntar a una victoria militar completa.

Ejecuciones sumarias de los talibanes (Fuente:Twitter)

Apenas dos días después de la retirada de las fuerzas estadounidenses y de la OTAN de la base aérea de Bagram, cerca de Kabul, el corazón estratégico de las operaciones contra los fundamentalistas y sus aliados de Al-Qaeda, los talibanes también han recapturado el distrito clave de Panjwai, en su antiguo bastión de Kandahar.

El ejército regular afgano y los insurgentes se enfrentaron esta semana por primera vez en Qala-e-Naw, en la provincia noroccidental de Badghis, lo que obligó a miles de personas a huir.

Los talibanes irrumpieron en la prisión provincial y liberaron a cientos de afiliados, así como a todos los detenidos locales. En esta ocasión, también aparecieron videos que mostraban a combatientes talibanes en motocicletas realizando redadas en la ciudad, y pronto se viralizaron en las redes sociales. También por los vídeos se desprende que un gran número de soldados regulares (unos 200) habían pasado por las filas de los talibanes, noticia que pronto confirmaron funcionarios del gobierno de Kabul.

Además, el 7 de julio, los talibanes capturaron el distrito de Zendah Jan, en la provincia de Herat, mientras que el 8 de julio se registraron enfrentamientos entre los talibanes y el ejército afgano en el distrito de Nawur de la provincia de Ghazni.

En la actualidad, casi un tercio de los distritos del territorio afgano están dominados por los talibanes, mientras que el gobierno de Kabul tiene poco más que un conjunto de capitales de provincia cada vez más aisladas, ya que deben refugiarse para la defensa y recibir la mayor parte de la ayuda por vía aérea. Entre otras cosas, en las últimas semanas los fundamentalistas talibanes están involucrando cada vez más al ejército regular en el cuadrante norte de Afganistán y la fuerza aérea afgana está bajo una fuerte presión tanto sobre los vehículos como sobre los pilotos, ahora pocos y obligados a trabajar horas extras.

La incómoda posición de Irán

Aunque a algunos puede parecer que es Irán el que ejerce influencia y control sobre la franja talibán, ya que asegura su apoyo económico y militar, el marco de referencia es aún más intrincado. Ya es bastante extraño que la noticia de la conquista del paso fronterizo de Islam Qala por parte de fundamentalistas rebeldes se haya dado tan solo unas horas después de la reciente reunión de la delegación talibán en Teherán con funcionarios del gobierno iraní y en la que también estuvo presente una delegación del gobierno de Kabul. “Irán está listo para mediar en el difícil proceso de paz entre las diferentes facciones en Afganistán con el fin de resolver las fricciones y conflictos actuales”, dijo el ministro de Relaciones Exteriores iraní, Javad Zarif, desde Teherán.

Sin embargo, hay que tener en cuenta que Irán tiene una frontera muy porosa con Afganistán y que una escalada militar entre las facciones afganas conduciría casi con toda seguridad a la afluencia de un ejército de personas desesperadas a los territorios iraníes. Vale la pena recordar que Irán ya acoge a casi 3 millones de refugiados afganos. La conquista del Islam Qala —y en general de la frontera con Irán— es, sin embargo, una bofetada en la cara de Teherán. Absurdamente (pero no tanto) podría permitir a los talibanes “engullir” toda una zona del territorio fronterizo iraní, con el riesgo evidente de subyugar a los grupos étnicos locales con sus propias “creencias” y costumbres. ¿Qué otros jugadores están destinados a entrar en juego en el asunto de Afganistán? La noticia de que Turquía recibirá instrucciones de la OTAN para hacerse cargo de la seguridad y protección del aeropuerto de Kabul, cuya pérdida en manos de los talibanes marcaría el fin del gobierno actual, es cada vez más actual.

Coloquio Jaishankar-Lavrov (Fuente Twitter)
Pero otros actores están apareciendo en el lado de Afganistán

Estos son India y Rusia que mientras tanto están intensificando sus relaciones diplomáticas y acuerdos bilaterales. La visita del Ministro de Relaciones Exteriores de la India, Subrahmanyam Jaishankar, a Moscú llega tras un viaje oficial de su homólogo ruso, Sergey Lavrov, a Nueva Delhi en abril. Según la opinión rusa, Nueva Delhi es un actor clave en Afganistán y los dos países están tratando de formular una respuesta coordinada a la situación que ha surgido.

Naturalmente, el vecino Pakistán, que no tiene una simpatía especial por la India, se opone naturalmente a esta sinergia. Imran Khan, Primer Ministro de Pakistán, en una entrevista reciente se desdibujó diciendo: «Con el empeoramiento de la situación en Afganistán, seguramente sería Nueva Delhi, que ha invertido millones de dólares en el país, y ahora está en riesgo, la que saldría perdiendo”.

¿… Y los Estados Unidos?

La misión militar de los Estados Unidos terminará el 31 de agosto, casi 20 años después de su inicio, luego de lograr sus objetivos”, dijeron desde Washington unas horas antes de que los talibanes se apoderaran de Islam Qala, y “no enviaré a una nueva generación de estadounidenses a la guerra en Afganistán”, reiteró Joe Biden. Según las opiniones (de conveniencia) de Washington, es el pueblo afgano el artífice de su futuro y la Casa Blanca, en un comunicado, se desequilibra al admitir que la posibilidad de que un gobierno de unidad nacional en Afganistán de controlar todo el país es altamente improbable.

* Licenciado en Ciencias Sociológicas, Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad de Bolonia. Especialista en Seguridad, Geopolítica y Defensa.

Artículo publicado originalmente el 10/07/2021 en OFCS.Report – Osservatorio – Focus per la Cultura della Sicurezza, Roma, Italia, https://www.ofcs.it/internazionale/turchia-erdogan-calpesta-i-diritti-di-donne-e-bambini/#gsc.tab=0

Traducido al español por el Equipo de la SAEEG con expresa autorización del autor.

LOS DIEZ TRASTORNOS DE CUBA

Alberto Hutschenreuter*

Mucho se ha dicho desde que las protestas sociales se extendieron por toda Cuba. Casi de súbito (porque muchas realidades eran conocidas), una pluralidad de dificultades mayores que tenían lugar en la isla fueron quedando en evidencia. En gran medida, pandemia, economía y redes fueron el epítome para comprender un fenómeno de escala que prolonga el desenlace o capítulo final de una historia que se inició en plena Guerra Fría.

Con el fin de ampliar y, si es posible, enriquecer el enfoque, existe, sin duda, una pluralidad de realidades pertinentes en relación con la situación. Consideremos a continuación diez situaciones clave.

1. La revolución no condujo a ningún paraíso

A fines de los años cincuenta, el líder soviético Nikita Krushev advirtió que para 1980 sería alcanzado el horizonte del comunismo, es decir, una sociedad sin clases y, por tanto, sin Estado, según rezaba la proyección de la ideología marxista-leninista. No solo sabemos que ello jamás sucedió, sino que el mismo país de los trabajadores y del enorme Partido-Estado acabó derrumbándose. Se trató, como sostuvo Zbigniew Brzezinzki, del “gran fracaso del siglo XX”.

No ocurrió lo mismo en China, donde la dirigencia de cuño ideológico maoísta instrumentó, a fines de los años setenta, una estrategia que mixturó leninismo y mercado, decisión que llevó al país asiático a un notable crecimiento económico en las cuatro décadas siguientes. Vietnam siguió también una vía propia, convirtiéndose en un triunfante actor en el siglo XXI.

En América, Cuba se mantuvo graníticamente dentro de la línea ideológica. Si bien es cierto que los niveles de alfabetización y, más relativamente, la salud son logros, en modo alguno ello alcanza para considerar que la isla alcanzó el sueño revolucionario. Como en la ex Unión Soviética, ningún “hombre nuevo” produjo la revolución. Si así hubiera sido, en la Rusia de los noventa no habrían tenido lugar las desmesuradas ambiciones materialistas que, casi como en su momento las hordas mongolas, asolaron el país. Asimismo, si en Cuba la revolución hubiera creado una “nueva situación social”, jamás habría pasado lo que sucedió en 1994 y en 2020-2021. En buena medida, en Cuba se reprodujo la situación que tenía lugar en la URSS: una dictadura eterna del proletariado, un Partido-Estado predominante dirigido por “una nueva clase” (término utilizado hace más de 60 años) y una sociedad postergada y sumida en crecientes necesidades de insumos básicos.

2. Se murió el liderazgo

Aquí también existe una situación de “retardo de los hechos”. La desaparición física de los grandes líderes del siglo XX determinó el propio fin de una centuria más corta todavía de lo que habitualmente se considera.

Por razones de generación, claro, el “liderazgo genuino” en Cuba; es decir, los Castro, o más precisamente Fidel Castro, fueron un factótum en Cuba. El crédito y la personalidad de Fidel Castro era (casi) como la presencia de Napoleón en las batallas: era sentido y percibido como la mitad de las fuerzas. Cuba era Fidel y Fidel era Cuba; sin él, Cuba ya no fue, como la URSS ya no fue la URSS tras la desaparición de Stalin. Existió al frente de la potencia mayor un liderazgo colegiado con un cabecilla, Brezhnev, que “invernó” régimen y sociedad durante años, hasta que la crisis acumulada produjo en la década del ochenta lo que recordamos: Gorbachov, un reformador que salvaría el sistema, y el desplome del sistema y del mismo país. Pero Raúl Castro no fue como Brezhnev. Fue un líder más apagado y tímido al que finalmente le tocó definir la sucesión.

3. El totalitarismo no pudo sostenerse

Podríamos decir que, así como el totalitarismo soviético se fue con Stalin, el totalitarismo en Cuba se fue con Castro, incluso antes de su muerte. Dejó de haber totalitarismo, es decir, identificación ideológica total (y si fuera necesaria violenta) entre Estado y sociedad. Como en aquel país, continuó existiendo en Cuba, utilizando categorías del alemán Karl Lowenstein, una “autocracia autoritaria”. Pero socialmente comenzaron a abrirse espacios para respirar (ello explica el surgimiento de movimientos como San Isidro y el N27, que son los que desde 2020 crearon en Cuba una “nueva realidad”.

Esa transición política suele herir de muerte a los regímenes centralizados, pues desaparece o se debilita significativamente un instrumento de control clave del régimen: la “segmentación” de la sociedad, esto es, la estrategia basada en mantener separada a las personas para evitar la (peligrosa) comunicación entre ellas, puesto que la  conectividad entre la gente va dejando al descubierto, por un lado, las “perversidades” del sistema de control, y por otro, lo que sucede y cómo se vive fuera del país, sobre todo en el territorio del capitalismo.

4. No hay valedor externo

En gran medida Cuba está sola, pues aventurar que Rusia se va a involucrar en caso de que la situación se oriente hacia una situación relativamente parecida a la que sucedió a fines de los años ochenta en los países de Europa central pertenecientes a la esfera de influencia soviética, es una equivocación mayor. Sin duda, Moscú elevará el tono de sus reservas ante un escenario complejo y, llegado el momento, hará pesar su condición en el Consejo de Seguridad de la ONU. Pero Cuba no es parte del “área geopolítica roja” de la potencia, que es la de las ex repúblicas soviéticas de Europa del este, Georgia y las repúblicas centroasiáticas.

En segundo lugar, no es la ideología la que lleva a que Rusia defienda al régimen de La Habana sino la necesidad de reparación estratégica que lleva adelante Moscú frente a lo que considera el mayor reto por parte de occidente: la proximidad de la OTAN a sus líneas rojas. Lo mismo podemos decir en relación con el lazo Moscú-Caracas. Tanto Cuba como Venezuela se encuentran en el primer y segundo anillo en relación con los intereses geopolíticos de Estados Unidos en el continente; por tanto, el apoyo de Rusia a estos regímenes implica, ante todo, la réplica rusa a la rentabilización que ha llevado adelante Estados Unidos tras su victoria en la Guerra Fría.

Por último, la difícil situación socioeconómica de Rusia la lleva a que priorice su frente interno durante los próximos años. Sin duda, si están en liza intereses vitales en sus zonas sensibles, Rusia aplicará su concepción de “defensa ofensiva”, como lo hizo en Georgia y en Ucrania; pero compromisos militares de escala más allá no harán más que complicar el frente interno. Rusia no es una potencia ideológica como lo era la URSS, pero sí puede sucumbir como la ex superpotencia si antepone más allá de lo necesario la geopolítica a la economía.

5. Fracasó la modernización

La modernización en los países con regímenes iliberales implica una mejora o transformación de su estructura económica con el propósito de vigorizar la economía y evitar así desarreglos que pudieran poner en riesgo la “igualdad social”. China no logró evitar que se formara una numerosa clase media, pero el trascendental crecimiento económico (que por años llegó a ser de dos dígitos) moderó descontentos.

En Cuba, la modernización implicó, centralmente, cambios económicos; una especie de NEP (Nueva Economía Política) que, si bien no siempre se destaca, produjo cambios notables en la estructura de exportación de la isla. Como bien destaca Emily Morris, mientras que las exportaciones de azúcar proporcionaron más del 70 por ciento de los ingresos de divisas en 1990 (tiempos de severa crisis), en los últimos años ha representado menos del 3 por ciento. Asimismo, reorientó inversiones hacia el turismo y la minería del níquel. Con las exportaciones de servicios (el principal sector económico de la Cuba actual), petróleo refinado y medicinas, como así con las remesas, aumentó las divisas.

Con estos cambios, Cuba se alejó de la primera parte de los años noventa, cuando la economía se contrajo más de un 34 por ciento. Pero, evidentemente, las medidas fueron exiguas, no se pudo evitar el crecimiento del mercado negro y el retiro del Estado fue insuficiente. Las consecuencias fueron un sistema con dos monedas, que provocó que calificados profesionales del sector público se marcharan al sector privado, se elevarán los precios y cayeran las exportaciones.

Por otro lado, si en La Habana se consideraron modelos a seguir, por caso, los cambios en el socialismo de Vietnam, hubo insuficiencia en reparar, entre otras, que en el país asiático los servicios no comprendían una porción elevada del PBI como en Cuba; en Vietnam, el sector productivo representa casi el 70 por ciento del PBI, dato que explica categóricamente el éxito de este país y el fracaso de aquel.

6. No se construyó poder nacional

Si Cuba hubiera logrado resultados en las reformas, entonces habría logrado un margen de legitimidad que hubiera sido decisivo en relación con lo que ha desaparecido en la isla: el ascendente del liderazgo de Fidel Castro. En China, la muerte de Mao fue seguida, prontamente, por un proceso de reformas que alejó al país del desastre que causó la Revolución Cultural y la puja de poder, y colocó a China en un indetenible crecimiento económico: se construyó lo que en China denominan “poder agregado”, indispensable para la conversión en un gran poder. Salvando proporciones, también Vietnam logró lo mismo. No obstante, la gran potencia aún es deficitaria en matera de “poder blando”.

Sin construcción de poder nacional, difícilmente un país dispondrá de proyección internacional. En el caso de Cuba la situación fue acaso peor, pues el “poder nacional” quedó reducido a la ideología, pero una ideología que se ha devaluado. No obstante, el régimen ha insistido en ella, hecho que hasta le ha significado problemas en materia de concretar acuerdos con Rusia, su propio “socio estratégico”.

Alfabetización y salud son activos importantes, sin duda; pero no son suficientes si no van acompañados de otros componentes del poder nacional.

7. El sector duro fue (y es) predominante en el PCC

En buena medida, algunos de las realidades explicadas aquí tienen como base que en el PCC nunca se impuso el sector reformista. Siempre acabó predominando el sector duro, y cuando pareció que este sector sería pragmático, nunca había referencias a cambios estructurales: todo cambio se realizaría dentro de una lógica coyuntural. Y ello ha continuado siendo así con Miguel Diaz-Canel al frente de Cuba, es decir, durante los últimos años.

Dicho sector sabe que todo cambio económico de escala tendrá, tarde o temprano, correlato político. Pero frente a los recientes acontecimientos, prácticamente no queda otra opción. La pregunta es, como bien sostiene la analista de “Geopolitical Futures”, Allison Fedirka, ¿cuánto más se puede hacer sin revisar el sistema?

8. La geografía es inalterable

La ubicación de Cuba en el mundo no admite discusiones: se encuentra dentro del área de intereses selectivos de los Estados Unidos. Dicha área se extiende a Colombia y Venezuela, para disminuir a medida que se desciende al sur.

En tiempos de Guerra Fría, cuando ambos contendientes pugnaban por proyectar poder e influencia, Cuba y la adopción de la ideología revolucionaria resultó funcional para la URSS: supuso ganancias que Estados Unidos no pudo revertir, a menos que arriesgara una confrontación con su par nuclear. Pero ese ciclo internacional terminó. No existe una nueva Guerra Fría: existe una nueva competencia; de manera que ha declinado sensiblemente aquello relativo con que Cuba era una espina en el bajo vientre de Estados Unidos.

Casi no se habla más de esferas de influencia, pero continúan existiendo en todas las zonas adyacentes de los poderes preeminentes. Se trata prácticamente de una de las “leyes de la geopolítica”.

Además, es muy posible que la ascendencia de La Habana en países de América Latina (un activo “duro” y “blando” del régimen castrista por décadas) pierda fuerza, algo que representa una ganancia de poder para Estados Unidos en relación con considerar alguna nueva doctrina para la región.

En estos términos, el problema para Cuba no es tanto el bloqueo estadounidense sino su ubicación geográfica.

9 La pandemia

La expansión de los contagios por coronavirus en la isla (más de 250.000 contagiados y casi 2.000 muertos a mediados de julio de 2021, según cifras oficiales) ha dejado en evidencia que el “factor salud” en Cuba no es el bien público inmaculado. Algo de ello se dijo cuando el entonces presidente venezolano Hugo Chávez, desoyendo consejos, eligió someterse a la medicina cubana para superar su enfermedad.

La respuesta a la pandemia expuso las dudas sobre las vacunas cubanas, pues las producidas allí (que son tres: Soberana 01, Soberana 02 y Abdala) no siempre han demostrado eficacia y seguridad, pues, como ha ocurrido también en otros países donde se han utilizado otras vacunas, en Cuba se ha contagiado gente que se había aplicado las vacunas (que aún no están aprobadas; aparte, Cuba no forma parte de COVAX, el Fondo de Acceso global para Vacunas Covid 19). De manera que si Cuba tenía la posibilidad de hacer valer su activo blando de poder que es la salud, hasta el momento ello no pudo ser o bien ha sido relativamente.

Pero la pandemia trajo otro problema (también letal) para la economía de Cuba: la fuerte caída del turismo, el segmento que provee a Cuba de importantes ingresos.

10. La conectividad es indetenible

La extensión del parque de la telefonía móvil en la isla es, sin duda, el hecho clave para entender la movilización de la sociedad. En 1994, cuando ocurrieron protestas, las mismas tuvieron lugar en la capital. Hoy, las protestas tuvieron lugar a lo largo y ancho de toda la isla; y ello fue posible por la conectividad. De hecho, las protestas se iniciaron en San Antonio de los Baños, desde donde la información se expandió a toda la isla; casi inmediatamente, los hechos pasaron a reportarse a todo el mundo. En buena medida, lo que sucedió en Cuba en materia de conectividad ciudadana nos retrotrae a los sucesos que se vivieron en El Cairo en 2011, cuando las redes fungieron como el instrumento de convocatoria a las calles.

El régimen respondió de la manera esperada: bloqueó el servicio de internet. Pero el fenómeno de la conectividad es prácticamente indetenible. De hecho, el bloqueo del segmento digital en Cuba reactivó en Estados Unidos las fuerzas que pugnan por convertir en ley proyectos que permitirían que las personas, a pesar de bloqueos, continúen comunicadas entre sí y con el exterior.

En otros términos, la conectividad torna prácticamente imposible preservar el totalitarismo, incluso en China, cuyo régimen ha aprovechado la pandemia para mejorar el sistema de vigilancia digital pues sabe que la conectividad, ante una situación de descontento social, podría tornar incontrolable los levantamientos. Pero China, a diferencia de Cuba, cuenta con otros activos que le permiten mantener la “legitimidad”.

El régimen cubano podría seguir el “modelo venezolano” en matera de conectividad, es decir, bloqueo, vigilancia y represión permanente. Pero el precio sería muy alto: una de las insuficiencias que sufre, la energía, si se llegaran a cortar los aportes del exterior, empeoraría tanto que el colapso en la isla sería total.

En suma, la pandemia complicó severamente el escenario político, social y económico de la isla. Pero, en rigor, Cuba afronta una pluralidad de trastornos que dejan al régimen conservador en una situación casi terminal, aunque por ahora haya “controlado” las protestas.

 

* Doctor en Relaciones Internacionales (USAL) y profesor en el Instituto del Servicio Exterior de la Nación (ISEN) y en la Universidad Abierta Interamericana (UAI). Es autor de numerosos libros sobre geopolítica y sobre Rusia, entre los que se destacan “El roble y la estepa. Alemania y Rusia desde el siglo XIX hasta hoy”, “La gran perturbación. Política entre Estados en el siglo XXI” y “Ni guerra ni paz. Una ambigüedad inquietante”. Miembro de la SAEEG. 

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ENERGÍA DEL HIDRÓGENO: ENTRE EEUU Y CHINA

Giancarlo Elia Valori*

Imagen de akitada31 en Pixabay

El uso de la energía del hidrógeno se refiere a la transformación del hidrógeno en electricidad, energía térmica, etc. El hidrógeno es una energía obtenida a través del gas natural, la electrólisis del agua, la fotosíntesis solar y otras formas, a diferencia del carbón, el petróleo y el gas natural que sólo pueden extraerse del suelo.

El descubrimiento del hidrógeno se atribuye al químico y físico británico Henry Cavendish (1731-1810). Pero ya en el siglo XVI, el conocido Paracelso (1493-1541) declaró que se produce un gas cuando la limadura de hierro y el ácido entran en contacto; en el siglo XVII, el químico y médico flamenco Jean Baptiste van Helmont (1579-1644) accidentalmente permaneció expuesto a este gas, pero no lo aisló ni siquiera lo recogió. El irlandés Robert Boyle (1627-91) recogió este gas por accidente, pero no llevó a cabo ninguna investigación.

Todo lo que sabíamos es que era combustible y nada más. En 1700 el farmacéutico francés Nicolas Lémery (1645-1715) lo mencionó en el Informe a la Academia de Ciencias de París.

Cavendish fue el primero en recolectar y estudiar el hidrógeno, pero su comprensión del mismo era incorrecta: creía que el agua era un elemento y el hidrógeno era agua con demasiado “flogisto” (un nombre dado por los químicos del siglo XVIII a una sustancia hipotética que se desharía de los compuestos por combustión o calcinación, de los cuales constituiría el principio de inflamabilidad).

Sólo en 1782, Antoine-Laurent de Lavoisier (1743-94) dejó claro que el agua no era un elemento sino un compuesto. En 1787 llamó a ese gas inflamable hidrógeno, que significa “productor de agua”, y confirmó que era un elemento.

Como combustible para motores de combustión interna, el hidrógeno es una aplicación reciente. El uso del hidrógeno en motores de combustión interna tiene una larga historia.

El primer motor de combustión de hidrógeno interno en la historia de la humanidad se remonta a 1807, cuando el político e inventor naturalizado suizo Francés François Isaac de Rivaz (1752-1828) hizo un motor de hidrógeno de combustión interna de un solo cilindro.

Sin embargo, debido a la limitación del nivel tecnológico de la época, la producción y el uso del hidrógeno eran mucho más complicados que el uso de recursos como el vapor y la gasolina. Por lo tanto, los motores de combustión interna de hidrógeno se vieron abrumados por los motores de vapor, diesel, gasolina, etc.

Durante la Segunda Guerra Mundial, el hidrógeno fue utilizado para alimentar el cohete V2. En 1960, el hidrógeno líquido se utilizó por primera vez como combustible para la energía espacial. En 1970, la malograda nave espacial Apolo 13 lanzada por Estados Unidos utilizó hidrógeno líquido para su cohete de despegue. El hidrógeno se ha convertido en un combustible común en la industria de los misiles. Y todo ello, a partir del V2, gracias al científico alemán Werner von Braun (1912-1977).

Para los transbordadores espaciales modernos, es más importante reducir el peso del combustible y aumentar la carga útil. La densidad energética del hidrógeno es muy alta, es decir, tres veces mayor que la de la gasolina normal, esto significa que el space shuttle [transbordador espacial] utiliza hidrógeno como combustible y su peso se puede reducir en 2/3 en comparación con un “lleno” de combustible tradicional, lo que sin duda es extremadamente beneficioso para las naves espaciales.

Los científicos están estudiando una nave espacial con “hidrógeno sólido”. El hidrógeno sólido se utiliza como material estructural y como combustible energético de la nave espacial.

A finales de la década de 1980 se demostró públicamente una variedad de vehículos de pila de combustible y la posibilidad de reemplazar las baterías por celdas de combustible pequeñas a finales de la década de 1990.

En la década de 1910, frente a la contaminación ambiental y otras crisis, las pilas de combustible de hidrógeno se están desarrollando rápidamente y cada vez más vehículos de hidrógeno están comenzando a entrar en el mercado.

La energía del hidrógeno se ha convertido en objeto de intensas investigaciones en varios países: y las nuevas energías se enfrentan obstinadamente a la difícil situación actual en la que se encuentra el planeta. Según una encuesta del Departamento de Energía de Estados Unidos, en los últimos años, los países industrializados de todo el mundo han invertido en el desarrollo de la energía del hidrógeno, con un aumento anual del 20,5% en la inversión. Los Estados Unidos siempre han dado importancia a la energía del hidrógeno. En 2003, la administración Bush II invirtió US$ 1.7 mil millones para lanzar el plan de desarrollo de combustible de hidrógeno y presentó proyectos de desarrollo clave como la tecnología de producción de energía de hidrógeno industrial, la tecnología de almacenamiento y la aplicación directa de la energía de hidrógeno. En febrero de 2004, el Departamento de Energía de los Estados Unidos anunció el “Plan de acción para la investigación, el desarrollo y la demostración de tecnologías de energía del hidrógeno”.

El desarrollo económico del hidrógeno en los Estados Unidos ha pasado de la fase de aplicación sistemática a la fase de evaluación y formulación de políticas. La primera central de hidrógeno se estableció en los Estados Unidos en mayo de 2004: una central eléctrica doméstica de tercera generación, un dispositivo fijo de producción de hidrógeno en California, comenzó su experimentación.

En julio de 2005, la alemana Daimler Chrysler (1998-2007), uno de los principales fabricantes mundiales de pilas de combustible de hidrógeno, desarrolló con éxito el “vehículo batería de quinta generación” en los Estados Unidos, estableciendo un registrador de datos de viaje para vehículos de pila de combustible en automóviles: una distancia de viaje completa de 5.245 km, a una velocidad máxima de 145 km/h.

En cambio, en China, la estrategia de desarrollo energético se centra en el desarrollo estratégico de la economía nacional, ya que la energía fósil de China ha demostrado que todavía tiene pocas reservas recuperables: el carbón asciende a 114,5 mil millones de toneladas, la cantidad de petróleo a 3,8 mil millones de toneladas, las reservas de gas natural de 1,37 billones de metros cúbicos, que representan el 11,6%, el 2,6% y el 0,9% de las reservas mundiales, respectivamente.

China tiene una gran población y recursos per cápita insuficientes. Las reservas recuperables de carbón per cápita son sólo la mitad de la media mundial y el petróleo es sólo de 1/10. El consumo de energía per cápita está obviamente rezagado, al igual que la recuperación energética del transporte.

Al mismo tiempo, los gases de escape de los automóviles se han convertido en el factor más importante de la contaminación atmosférica, en particular la contaminación urbana. De esta manera, la búsqueda de nuevas energías limpias es de particular importancia para el desarrollo sostenible de China.

Durante los recientes planes quinquenales, el Ministerio de Ciencia y Tecnología ha incluido la investigación y el desarrollo de vehículos de pila de combustible y tecnologías conexas en el Plan Nacional de Ciencia y Tecnología de la Construcción. En enero de 2002, la Academia China de Ciencias puso en marcha un importante proyecto del Plan de Acción Estratégico para la Innovación Científica y Tecnológica. La atención se centra en el motor de pila de combustible con membrana de intercambio de protones de alta potencia y tecnología de energía de hidrógeno.

El Instituto de Física Química y la Academia China de Ciencias se basan principalmente en el Plan Estatal de Desarrollo de Alta Tecnología (Programa 863) —Gran Proyecto para Vehículos Eléctricos— del Ministerio de Ciencia y Tecnología. La investigación y el desarrollo de motores de pila de combustible de 75KW y 150 KW. La investigación y el desarrollo de motores de celda de combustible de 75KW y 150KW y de energía de hidrógeno está avanzando en el campo de la tecnología con derechos de propiedad intelectual independientes.

Esta tecnología líder en el mundo ayudará a China a entrar en la era de la energía del hidrógeno lo antes posible. Además de los automóviles y autobuses de pila de combustible, China ha desarrollado con éxito un total de más de 2.000 km en operaciones experimentales. Esto indica que China tiene la capacidad de desarrollar motores de pila de combustible impulsados por hidrógeno. Cuando se celebraron los Juegos Olímpicos de Pekín 2008 y la Exposición Universal de Shanghái 2010, se probaron con éxito los primeros coches de pila de combustible.

 

 

* Copresidente del Consejo Asesor Honoris Causa. El Profesor Giancarlo Elia Valori es un eminente economista y empresario italiano. Posee prestigiosas distinciones académicas y órdenes nacionales. Ha dado conferencias sobre asuntos internacionales y economía en las principales universidades del mundo, como la Universidad de Pekín, la Universidad Hebrea de Jerusalén y la Universidad Yeshiva de Nueva York. Actualmente preside el «International World Group», es también presidente honorario de Huawei Italia, asesor económico del gigante chino HNA Group y miembro de la Junta de Ayan-Holding. En 1992 fue nombrado Oficial de la Legión de Honor de la República Francesa, con esta motivación: “Un hombre que puede ver a través de las fronteras para entender el mundo” y en 2002 recibió el título de “Honorable” de la Academia de Ciencias del Instituto de Francia.

 

Artículo traducido al español por el Equipo de la SAEEG con expresa autorización del autor. Prohibida su reproducción. 

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