Hablando con un camarada el día de hoy, me comenta que un amigo gendarme está muy disgustado porque que han tratado de «accidente» el hecho acaecido hace 47 años atrás con el Hércules C-130 en el Aeropuerto Benjamín Matienzo de la provincia de Tucumán, momento en el cual embarcaron 114 miembros de Gendarmería pertenecientes al Equipo de Combate «San Juan».
Tratar de accidente un atentado terrorista es una bajeza y un acto de traición a la Patria. Pero no quiero escribir y que tilden la información de falsa o tendenciosa. Dejemos que los mismos terroristas nos cuentes a través de sus propias publicaciones como es la verdadera historia.
Veamos ahora que cuentan los propios Montoneros en su revista «Evita Montonera» en el Nº 07 de Septiembre de 1975:
Ante tal evidencia, (el avión Hércules C-130 de la Fuerza Aérea Argentina, matrícula TC-62 había sido derribado a las 13:05 horas, por una bomba de 160 kg. de explosivos colocada y hecha estallar por control remoto, en plena carrera de despegue, aprovechando un desagüe que pasaba por debajo de la pista de aterrizaje del Aeropuerto de Tucumán «Teniente Matienzo»), pregunto, y me pregunto, ¿cómo pueden pisotear la memoria de los caídos en el atentado del 28 de Agosto de 1975 en el Aeropuerto Benjamín Matienzo de la ciudad de Tucumán tildándolo de accidente?, ¿habrá sido un error?, ¿desinformación quizás?. Aquí les aportamos las pruebas para que puedan resarcirse y honrar a los caídos de la Fuerza.
La llamada “ideología de género” es antinatural porque va contra la misma realidad y cae en la contradicción de pretender mostrar la igualdad subrayando la diferencia.
Esta gendarme, muy femenina pero no feminista, escribió lo siguiente:
“Somos GENDARMES. NO GENDARMAS. Gendarmería nos abrió la puerta y nos dio la posibilidad de formar parte de sus filas. Somos hombres y mujeres, formados como un solo escudo, unidos para defender el país cuando nos necesiten. Sabemos manejar diferentes armas, sabemos disparar bajo cualquier presión, tuvimos muchas supervivencias y no nos morimos por arrastrarnos en el agua bajo una gran helada. Estamos ORGULLOSAS DE PERTENECER A TAN MAJESTUOSA INSTITUCIÓN, no nos da vergüenza decirlo. Tuvimos la suerte que no todas tienen y muchas quieren. Sabemos lo que se siente tener miedo de cargar un arma, sabemos el cansancio después de cada maniobra después de cada caminata. Sabemos lo que es no bañarse por días, tener el pelo duro de la tierra o el barro y no nos avergüenza darlo a conocer, al contrario, lo contamos con mucho orgullo. Nos encanta rendir honores en cada formación.
Nos enorgullece rendir honores a nuestra BANDERA ARGENTINA y a nuestros Veteranos de Guerra. Si tan sólo supieran lo que sentimos cuando escuchamos las palabras ¡SUBORDINACIÓN Y VALOR! y en ese mismo instante sentir cómo tu piel se eriza al contestar a viva voz: ¡PARA DEFENDER A LA PATRIA!. Es un sentimiento que nos llena el alma y no podemos explicar con palabras lo que sentimos con el corazón. Esa sensación maravillosa al cantar con pura energía nuestra canción “AGUILAS DE LA FRONTERA”, asentando el taco con un violento giro de cabeza mirando a nuestro superior hasta el final de esos 50 metros en donde demostramos la energía que caracteriza al gendarme. La verdad nunca lo sentirán y me apena que así sea. Tenemos derechos y muchos, lo que no tenemos es derecho a cambiar la historia. ¿Se imaginan cambiar la marcha de San Lorenzo? ¿La de Malvinas? ¿Curupayti? ¿O que nos cambien nuestro Decálogo del Gendarme Argentino sólo por el hecho de que hace referencia a un género masculino y no incluya a una mujer? ¿O porque terminen en O y no en A, en E o en X? ¡Déjennos en paz! ¡Es nuestra historia! ¡Nuestro orgullo! ¿Hasta dónde llegarán? ¡A las feministas no las necesitamos!
¡No quieran cambiar nuestras raíces, nuestra historia, nuestro legado! ¡No nos representan y nunca lo podrán hacer!” Fuente: Autora anónima
NOTA: La lingüista María Marta García Negroni, doctora en Ciencias del lenguaje y profesora de la Universidad de San Andrés, explicó a LA NACION que la palabra “soldadas” no está admitida por la Real Academia Española (RAE) y su uso es incorrecto. “En el Diccionario de la RAE, ‘soldada’ quiere decir otra cosa: la paga que se da a los soldados”. El ejemplo es válido para el neologismo “gendarmas”.
* Artículo publicado en Revista Tiempo GNA 69, abril de 2022.
Tte Cnel (RE) D Pedro A. Obregón* (Revista Tiempo GNA 69)
El 15 de abril de 1982 nos ordenan volar a Río Gallegos para cruzar a las islas con el helicóptero Chinook AE-521 y el Puma AE-505. Iniciamos el cruce en vuelo directo en una operación que implicaba cierto riesgo porque se realizaba con una autonomía que era solamente para llegar, no contando con alternativas, además en vuelo visual sin ayudas a la navegación. Esto último era por no tener navegador ni otro sistema instrumental ADF VOR por la distancia.
Una nueva misión
Antes de salir, me reuní con la tripulación de mi helicóptero, el Chinook AE- 520. El vuelo lo haría con el Sarg Mec Av Alfredo Romero que también era mecánico de Puma. Nos trasladamos a la zona de embarque, que era una cancha de fútbol frente a la casa del Gobernador británico para el cambio de tripulación del Puma AE-508, que en ese momento ya estaba cargado y en marcha. Antes del despegue, el jefe de la patrulla a transportar, 2do Cte GNA Jorge Enrique San Emeterio, me muestra en la carta el lugar del desembarque, que era Monte Kent.
En ese momento el J B Av Comb me ordena abortar el despegue porque se había detectado en el radar, una PAC (patrulla aérea de combate) enemiga. En el período en que apagué los motores coordinamos con el 2do Cte San Emeterio algunas medidas de seguridad a tomar durante la operación, como la seguridad y alerta temprana contra las PAC que pudiésemos encontrar durante el vuelo (días atrás una PAC había derribado tres helicópteros). Por ello se puso un observador en cada lado de la aeronave que volaría con las puertas abiertas. En un lado, el Sarg GNA Miguel Víctor Pepe y en el otro el Sarg GNA Justo Rufino Guerrero y el Sarg Romero, que hacía de copiloto observaría hacia arriba y adelante a fin de poder dedicarme únicamente al vuelo.
Un puma en acción
A las 9 de mañana, cuando finalizó el alerta roja (amenaza aérea), despegamos, esta vez con el helicóptero Puma AE 508. El vuelo fue a baja altura y tratando de ir por las sombras de los pequeños cerros. Al llegar a la proximidad de monte Kent, saqué el tren de aterrizaje y realicé el control previo para el aterrizaje que respondió normalmente. En ese momento sorpresivamente, pierdo potencia en los motores y el helicóptero se desploma a tierra en los últimos dos o tres metros de altura. La máquina cae y pega con la panza, destruyendo el tren de aterrizaje, rebota y da un rolido a la derecha, produciéndose un incendio. Cuando el helicóptero queda inmóvil, veo al 2do Cte San Emeterio y al Sarg Romero que estaba sobre mi cuerpo, éste último logra abrir la puerta de emergencia.
Por ella salimos los tres junto con el Sarg 1ro GNA Ramón Gumercindo Acosta. Aturdido por el golpe, pude ver el helicóptero envuelto en llamas. No sabía que había ocurrido y mi desconcierto era total. Por el golpe había perdido el casco que luego encontré roto en dos partes. En ese momento el 2do Cte San Emeterio nos grita: “Ayudemos a sacar al resto”. Se refería a los hombres atrapados, eso nos sacó del shock haciéndonos reaccionar y comenzamos con el rescate. Recuerdo que cuando salió el Subalférez Aranda, la campera se le estaba prendiendo fuego y el Subalférez Guillermo Nasif había muerto.
Por esas cosas que uno hace, se me ocurrió dar una vuelta alrededor del helicóptero y así es como veo al Sarg Guerrero del otro lado del helicóptero entre la cabina y el rotor principal, gravemente herido en sus piernas. Cuando lo estaba arrastrando alejándolo del fuego, se rompió la campera de donde lo estaba tirando. Al no poder continuar, le avisé el 2do Cte San Emeterio, quien con el Sarg Pepe lo cargaron y lo pusieron a salvo.
Una vez que la tarea de sacar a los sobrevivientes finalizó, teníamos decidir qué hacer. Se coordinó que el 2do Cte San Emeterio y el Sarg Pepe se quedarían con el Sarg Guerrero que estaba incapacitado de moverse por sus heridas y yo conduciría al resto de la patrulla de regreso a Puerto Argentino. Por la dirección del vuelo sabía que debíamos caminar hacia el oeste, el Sarg 1ro Acosta, como buen comando GNA, rápidamente se puso rodilla a tierra, colocó en posición la brújula y me indicó la dirección en la que teníamos que dirigirnos. Como posiblemente deberíamos pasar unos campos minados, decidí que caminaríamos en columna de a uno y a 5 metros de distancia entre hombre y hombre. Así caminamos hasta que nos encontramos con las primeras tropas argentinas, eran infantes de marina y casualmente estaban minado el sector. Allí a través de la radio que ellos disponían me comuniqué con Puerto Argentino informando lo sucedido y solicité el auxilio para el herido. Pocos instantes después pasó por arriba nuestro el helicóptero UH1H con el Tte Ramírez y el Cbo 1ro Corsini en dirección a Monte Kent. Cuando vieron el humo del helicóptero en llamas se dirigieron y rápidamente rescataron al herido. Por los nervios y la fuerte experiencia vivida, teníamos mucha sed, una vez que descansamos, volvimos a caminar y por suerte encontramos un camión Unimog que nos llevó de regreso en los últimos kilómetros que nos faltaban.
Al mediodía llegamos a Puerto Argentino. A la noche, fui al hospital a interiorizarme del estado del Sarg Guerrero, hasta ese momento yo creía que lo ocurrido había sido producto de un accidente por una falla técnica o algo así. Pero este Suboficial viajaba con una puerta abierta observando y cuando me cuenta lo que había visto, tomé conciencia de lo ocurrido. La explosión del motor, cuyas esquirlas lo hirieron gravemente, había sido producto del impacto de un misil que él vio claramente cuando se acercaba veloz.
20 años después los británicos reconocieron el uso del misil estadounidense “Stinger” tierra-aire, por parte de tropas del SAS para derribar al Puma AE 508. Esta experiencia dejó en Guerrero y en mí un lazo de afecto y hermandad que duró por años. Él siempre recordaba que al primero que pudo ver luego de la caída fue como yo lo tironeaba de la campera. Por ello, cada vez que venía a hacerse atender de las secuelas que le quedaron nos reuníamos en mi casa. Tengo de él los mejores recuerdos, unos de los mejores soldados que conocí y hoy su hijo, el Tte Guerrero que también es comando como su padre, está destinado en la Compañía de Comandos.
El final
Cuando se produce la caída de Puerto Argentino, no se destruyeron los helicópteros propios por una orden directa del J B Av, pues luego hubo que realizar vuelos para buscar tropas aisladas, observadores adelantados de artillería y de la Fuerza Aérea, también otro tipo de misiones. La zona del Aeropuerto fue el lugar donde se reunió a los prisioneros de guerra.
Relato inglés
Fuente: Mercopress, 12 de abril de 2002 (textual)
“El misterio que rodeaba el derribo del helicóptero Puma Argentino AE 508 durante la guerra de las Falklands de 1982 fue resuelto 20 años después de que las hostilidades cesaron. Se ha revelado que los miembros del SAS británico usaron el misil norteamericano superficie-aire Stinger para derribar a dicho helicóptero con la pérdida de 6 vidas. El 30 de mayo de 1982 entre 9 y 10 AM, el Puma estaba siendo empleado por los argentinos en la Montaña Kent, llevaba miembros de Gendarmería Nacional y por lo menos otros 4 helicópteros argentinos estaban operando. Transportaba no sólo hombres sino una inmensa cantidad de munición que estalló en las llamas en el impacto. Aún después de 20 años, el área donde se encuentra la máquina destruida sigue chamuscada y puede verse, junto con la sección de la cola, las palas del rotor.
Las pocas personas que han visitado el sitio, no pueden creer que sólo hayan perecido 6 personas. Finalmente el misterio fue resuelto y los autores del derribo fueron comandos del SAS ocultos en las colinas cercanas que admitieron haber usado en misil Stinger disparado desde el hombro”.
* El autor de la nota es paracaidista militar y fue el piloto del helicóptero derribado en esa ocasión.