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PUTIN Y GORBACHOV: LÍDERES DIFERENTES, RETOS Y RIESGOS PARECIDOS

Alberto Hutschenreuter*

Imagen Victoria_Regen en Pixabay

 

Los acontecimientos de estos días en Rusia han recentrado una cuestión que desde hace tiempo provoca interrogantes, sobre todo desde que la invasión u operación militar especial rusa a Ucrania se transformó en campaña, y es la relativa con el grado de apoyo que conserva el presidente Putin como así de las perspectivas.

Lo que en principio fue una asonada por parte del líder de la milicia Wagner, Yevgueni Prigozhin, la misma evidenció no solo capacidad de fuerza, demostrada en Ucrania y en otros sitios de su proyección internacional de «servicios múltiples», sino una creciente capacidad para manifestar disconformidad y ejercer presión frente al mismo poder ruso.

Aunque las diferencias de recursos entre la compañía privada y el Estado ruso son enormes (pensemos solo en el poder aéreo), Prigozhin mostró resolución y llegó a inquietar, al punto que debió mediar el presidente de Bielorrusia para superar la situación y Prigozhin volviera a concentrarse en el complejo frente de Ucrania.

Si bien el poder de Putin nunca estuvo en juego, la «movida» de Prigozhin dejó en claro, como sostiene el analista Marcelo Montes, que aquel no es Stalin ni tampoco Xi, en el sentido de ejercer un mandato nacional absoluto; es decir, el denominado «putinismo de guerra» implica una férrea verticalidad de poder, sin duda, y ello se refleja en la prácticamente desaparición de cualquier expresión de oposición (el juicio que se lleva a cabo a Navalny no trascendió en lo más mínimo), pero esa verticalidad no expresa un mandato político y militar ruso totalitario.

Hace décadas que el totalitarismo ha desaparecido en Rusia como sistema político, incluso desde antes de la llegada de Gorbachov al poder en 1985. El experto francés Alain Besançon sostenía que a partir de la muerte de Stalin ya no hubo totalitarismo en la Unión Soviética, y sí hubo una larga «nueva economía política». Así continúa en parte siendo hoy: existe un régimen autocrático con un partido predominante (no único como antes el PCUS y hoy el PCCh en China).

Este sistema o modelo político supone que existan distintas (aunque controladas) manifestaciones, por caso, en la literatura, como sucedió en su momento con obras de Alexandr Solzhenitsyn e incluso en la misma política. Para el historiador Stephen Kotkin, la insurrección de Prigozhin significó el surgimiento de una alternativa en la política de Rusia.

Los hechos recientes dispararon algunos paralelos, por caso, con el intento de golpe que desde los sectores duros de la KGB se intentó en agosto de 1991 para desplazar a Gorbachov.

El mismo terminó fracasando porque los insurrectos no tuvieron mayoría y porque en aquella débil URSS había una dinámica de disgregación como consecuencia (principalmente) de la postura afirmativa del líder de la República Socialista Soviética de Rusia, Boris Yeltsin, quien junto con el presidente de la RSS de Ucrania y el de la RSS de Bielorrusia acabaron con la URSS en diciembre de ese año.

Putin se encuentra lejos de la debilidad y soledad que acompañaron a Gorbachov aquel año estratégico.

En la Rusia de hoy hay cuatro organismos sobre los que se apoya el poder: el Consejo de Seguridad, el Servicio de Inteligencia Militar (más conocido como el GRU), las Fuerzas Armadas y el Servicio Federal de Seguridad (ex KGB). Hasta el momento, y con las limitaciones en relación con la información que se dispone, no hay cuestionamientos (y menos conatos) contra el presidente dentro de estos «tanques» de poder.

Además, la guerra fungió funcional para que el régimen restringiera sensiblemente los movimientos y voces opositoras. En rigor, la ofensiva comenzó antes con el impulso de una legislación anti opositora. La guerra profundizó ese impulso, llevando a la detención y a severas penas a los críticos de la misma, por citar a dos: Vladimir Kara-Muza, a quien le dieron 25 años, e Ilia Yashin, condenado a ocho años.

Por otra parte, Putin posee rasgos de liderazgos más zaristas que soviéticos, es decir, se trata de un líder clásico, nacionalista y conservador (se tiende a relacionarlo con los zares del siglo XIX, particularmente con Nicolás I, 1825-1855, por su férrea defensa de la autocracia, la ortodoxia y la patria), a diferencia de Gorbachov que fue un mandatario soviético, ideológico y transformacional.

Ahora bien, hay retos que afronta Putin que lo aproximan al último mandatario de la URSS. Dejando por un momento la guerra, que es el principal desafío para Rusia hoy, Putin (o quien lo suceda) tiene por delante la enorme tarea de convertir a Rusia en un poder cabal, es decir, un actor estratégico. Grande lo es, rico lo es, pero Rusia es insuficiente o débil en varios de los segmentos de poder nacional e internacional, por ejemplo, en tecnologías avanzadas (de disponerlas, seguramente habría proporcionado semiconductores a China). Obviamente, el escenario de guerra dificulta sobremanera esta urgencia, y continuará dificultando en la posguerra.

Gorbachov fracasó en modernizar su país (que también se encontraba en guerra en Afganistán). Y como bien dijo Jacques Levesque, elegido para salvar la URSS, el «sétimo secretario» acabó siendo el responsable de su final.

Pero son los riesgos los que peligrosamente acercan a Putin a Gorbachov. Y los hechos de estos días hacen pensar en ello, más allá de la posición firme de aquel.

Lo que queremos decir es que, así como los acontecimientos empujaron a Gorbachov a no poder evitar la fractura del país-continente, Putin podría ser, a su modo, el responsable de una situación de desorden y fisión nacional. Tal vez no sea semejante a lo que sucedió con la URSS, pero sí aproximada.

Ello podría ocurrir si Rusia sufriera un revés militar en Ucrania, es decir, si fuera finalmente expulsada del territorio que ocupa. Un escenario así tendría secuelas políticas de escala en Rusia creándose una situación que podría devolver al país a los años noventa, un período de debilidad interna e internacional sin precedente en Rusia. Pero también podrían abrirse problemas con la prolongación de la guerra a partir de situaciones como la de estos días, pero en la que los insurrectos prosigan y el país (en estado de confusión y agitación) quede ad portas de un choque interno.

Por ello, en gran medida, en esta guerra «la victoria no tiene sustitutos» para Rusia, para emplear palabras de un general estadounidense.

Se trata nada más que de escenarios que merecen considerarse a partir de los sucesos de estos días, y porque no comprometen solamente a Rusia, una superpotencia nuclear y regional, sino a la seguridad continental y mundial.

 

* Alberto Hutschenreuter es miembro de la Saeeg. Su último libro se titula “El descenso de la política mundial en el siglo XXI. Cápsulas geopolíticas y estratégicas para sobrellevar la incertidumbre”, Editorial Almaluz, 2023.

©2023-saeeg®

¿REENCONTRARÁ —LA DIRIGENCIA OCCIDENTAL— EL SENDERO DE “LA PAZ WESTFALIANA” EN EL SIGLO XXI?

Heriberto Justo Auel*

“La celebración de la Paz de Münster el 18 de junio en el cuartel general de los ballesteros cívicos de Amsterdam” por Bartholomeus Van der Helst.

Si quieres la Paz, prevé la guerra”

Flavio Vegecio Renato (S. IV a. C.)

No hay otro camino para guardar la paz, que estar preparado para la guerra”

Nicolás Maquiavelo (1469-1527)

“Si quieres la Paz, conoce a la guerra”

Gastón Bouthoul (1896-1980)

 1. La Paz de Westfalia.

2. La Geopolítica de la Paz.

3. El choque de las culturas.

4. Candidatos “globalistas” —palomas— y candidatos “contrarrevolucionarios” —halcones—.

 

1. La Paz de Westfalia

La Paz de Westfalia se alcanzó con los tratados de Osnabrück y Münster de 1648, en la región histórica de Westfalia. Con ellos finalizó la “Guerra de los Treinta Años” en Alemania y la “Guerra de los Ochenta Añosentre España y los Países Bajos. En ellos actuaron el Papado, el Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico —Fernando III de Habsburgo— las Monarquías de España, Francia, Suecia y las Provincias Unidas —Países Bajos— y los Electores de Brandeburgo y de Sajonia.

Dio lugar al primer congreso diplomático moderno e inició un “nuevo orden” en Europa Central, basado en el concepto de soberanía nacional. Estableció el principio de que la “integridad territorial” es el fundamento de la existencia de los estados, frente a la concepción feudal de que territorios y pueblos constituían un patrimonio hereditario. Por esta razón, marcó el nacimiento del Estado Nación.

Existe —entre los politólogos y estrategas teóricos occidentales— una fuerte sospecha de que el fin de la Guerra Fría —1989/91— daría lugar a un “nuevo orden” —homólogo al “westfaliano”— que ya presentaría algunos indicios de existencia. En ese ámbito, la guerra en acto entre Rusia/Ucrania vendría a constituirse en  el “catalizador” de ese eventual “nuevo orden internacional”.

Zygmunt Bauman —reconocido sociólogo y filósofo polaco-británico fallecido hace cinco años— fue quien describió a la presente situación social como “modernidad líquida”, concepto que bien puede trasladarse al acelerado desarrollo geopolítico internacional, impulsado por la emergencia de nuevas grandes potencias.

Al respecto, la duda —de quienes exploran nuestro futuro— se plantea cuando analizan las características de los liderazgos actuales que deberían recorrer una senda equivalente a la de la “Paz Westfaliana”. El “orden multilateral” ha sido reemplazado por un impreciso “orden multipolar” de alianzas o asociaciones entretejidas entre amigos/enemigos de conveniencia, solo confiables mientras el amigo/enemigo sirva para algo.

La polarización central está planteada —como ayer-— entre el mundo “telurocrático” y el “talasocrático”, que hemos desarrollado en el 2021 (1) y (2). Estos realineamientos han llevado a “Ella” —nuestra comandante castro-chavista— al intento fallido de pretender un salto de garrocha cultural imposible, hacia el mundo asiático —como una forma más de sus numerosos intentos de evasión— ante las futuras e inexorables sentencias judiciales por corrupción.

2. La Geopolítica de la Paz

En nuestro ensayo del mes de Mayo de 2011 —“La Actualidad de la ‘Tesis’ sobre el Océano Político” www.ieeba.org— expresábamos que en la situación internacional emergente de la posguerra fría —1991— cuando regresó la Historia, “esta se aproximaba a la Tesis de Haushofer, en desmedro de las doctrinas de McKinder y de Spykman. El Cap bávaro planteaba —en 1924— que el “equilibrio de poder” entre el “mundo oceánico” —talasocrático— y el “continental-terrestre” —telurocrático—, para lograr la Pax Mundial, exigía la conformación de un bloque asiático + uno —Alemania—, frente a Europa, las Américas, Oceanía y Japón. Fue desoído y los líderes políticos europeos fueron a sus Guerras Civiles —1914/18 y 1939/45—. Europa se autodestruyó y dejó de ser el núcleo cultural de Occidente. El meridiano del poder se desplazó hacia el oeste, a EE.UU.”

Así las cosas, tengamos muy presente que el futuro no está escrito en ninguna parte. Está en manos de quienes deciden, desde el poder. Haushofer no fue escuchado en un momento histórico en que emergían tres nuevas potencias que alteraban el equilibrio de poder pactado en el Congreso de Viena —1814/15—:

  • EE.UU., que luego de la ocupación de parte de México —1846/48— (Texas, Nuevo México, Arizona, Nevada, Utah y partes de California, Colorado, Wyoming, Kansas y Oklahoma) y de su guerra civil —1861/65— se proyectaba hacia el Pacífico y el Atlántico —como lo vio Mahan con claridad—.
  • Alemania, que tras su unificación venció a Francia —1870— y superó industrial y militarmente al Reino Unido y
  • Japón, modernizado y armado por la restauración Meiji, que venció a Rusia —1905— y se afianzó como potencia asiática.

No reconocer la emergencia de estos nuevos actores estatales costó dos guerras civiles europeas y un siglo XX de una violencia hasta entonces desconocida. ¿Hemos aprendido esa lección? La actual dirigencia de las potencias del siglo XXI ¿está encaminada a homologar la Paz de Westfalia, o vamos a un “invierno nuclear”?

Quien —con toda autoridad intelectual— ha planteado esta incógnita hace unos días, ha sido Henry Kissinger (3). Comparó la actual rivalidad de las alianzas con la situación previa a la I GM —1914/18—, en la que ninguna de las partes tiene mucho margen de concesión política y en la que “cualquier perturbación del equilibrio puede tener consecuencias catastróficas”. Dijo:

“Ahora hemos armado a Ucrania hasta el punto en que será el país mejor armado y con el liderazgo con menos experiencia estratégica en Europa. Si la guerra termina —como probablemente terminará— con Rusia perdiendo muchas de sus ganancias, pero conservando Sebastopol —la principal ciudad de la península de Crimea— es posible que tengamos una Rusia insatisfecha, pero también una Ucrania insatisfecha. En otras palabras, un balance de insatisfacción. Entonces, para la seguridad de Europa y de Rusia, es mejor tener a Ucrania en la OTAN, donde no puede tomar decisiones nacionales sobre reclamos territoriales. Son dos tipos de potencias entre las que, históricamente, hubiera sido inevitable una confrontación militar. Pero esta —la de hoy— no es una circunstancia normal, debido a la destrucción mutua asegurada y a la inteligencia artificial. Estamos en el comienzo de una capacidad en la que las máquinas podrían imponer una peste global u otras pandemias, no solo nucleares, sino en cualquier campo de la destrucción humana”.

Por eso consideró que “las circunstancias exigen líderes responsables, que al menos intenten evitar el conflicto”. Los que allí y ahora están ¿rayan a la altura de sus circunstancias? Es la gran pregunta que nos hacemos los argentinos, dada la situación interna e internacional en la que vivimos, en el 2023.

Los argentinos deberíamos entender la razón de esta duda -mejor que cualquier otra nación en el mundo- pues luego de las dos guerras que peleamos en la segunda mitad del siglo XX, no hemos tomado en cuenta ninguna de las tremendas enseñanzas que nos dejaron y es por lo que hoy padecemos un nivel de indefensión e inseguridad alarmantes.

A escasos meses de un cambio de gobierno, desconocemos las propuestas de los candidatos para revertir este drama. Nuestra dirigencia no ha entendido aún a Flavio Vegecio Renato —siglo IV a. C.—, a Nicolás Maquiavelo —1469/1527— ni a Gastón Bouthoul —1896/1980—. Está muy ocupada con la inflación y no se apercibe de que esta es una consecuencia más, de aquel origen.

EL 7 de octubre de 2022, publicamos “Fumado en el polvorín”. Decíamos en él:

“Hasta hoy no conocemos la iniciativa de EE.UU/UE para reunirse con China/India y encontrar el camino de la Paz. ¿Existe algún otro camino para encontrar una alternativa al invierno nuclear? No lo creemos. Lo hemos planteado con anterioridad: son urgentes “los buenos oficios y la mediación” de los EE.UU/UE y China/India. Hay impedimentos para lograr la Paz. Los gobiernos progresistas occidentales están controlados por las fuerzas del “globalismo” o “mundialismo”, que destruye al Occidente Cristiano desde su núcleo fundador europeo”. Recientemente Elon Musk —CEO de Tesla— dijo que George Soros —símbolo mayor del globalismo— “es un supervillano judío que odia a la humanidad” (6). Los odios y los resentimientos son los que impiden la concordia.

La “Doctrina Primakov —de 1997— que planteaba la conformación del bloque “telurocrático” Rusia/China/India, tiene indicios de realización. Hace unos meses realizaron ejercicios militares combinados, en territorio ruso. India acaba de sobrepasar a China en población. Su Gran Estrategia no está definida aún. Retiene una difícil relación conflictiva con Pakistán. Narendra Modi ha demostrado ambiciones internacionales, pero no le será fácil resolver su relación ambivalente con Beijing y Washington, simultáneamente.

La UE —transculturizada y desarmada— deambula sonámbula hacia el agravamiento de “su” guerra en Ucrania, que ya comprometió a la OTAN. La “operación militar especial de Putin cursó varias etapas a lo largo de más de un año. En el presente atraviesa operaciones de desgaste y se esperan reactivaciones, “contraataques de primavera” desde ambos lados. Un callejón sin salida sugeriría la amenaza nuclear rusa, mientras se aleja la oportunidad de una posible negociación política. El corte de la energía rusa a la UE y de los cereales ucranianos al mundo están dañando seriamente a la economía global.

La probabilidad de que la guerra llegue a la UE es hoy posible. Y los años de abandono de sus FF.AA. hacen que la OTAN sobrepuje a la UE indefensa. Las miradas nuevamente se vuelven a los EE.UU., pero Washington tiene hoy otras preocupaciones estratégicas en el Asia-Pacífico. Aquel paraguas de ayer está preocupado desde hace tiempo por otras lluvias. La UE deberá atender y entender mejor a las estrategias del Reino Unido después del Brexit y pensar en qué ocurrirá si los Republicanos ocupan nuevamente la Casa Blanca.

El reciente y descarnado mensaje de Josep Borrell Fontelles en Estrasburgo —Francia—, ante el Parlamento Europeo —en su condición de Alto Representante de la UE para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad—, confirma la percepción del alto riesgo estratégico de la UE, de la debilidad de sus FF.AA. después de décadas —1950/70— de “Estado de Bienestar” socialdemócrata y de la necesidad de que los 27 Estados que la conforman, cuenten hoy con la misma partitura y reconozcan una sola clave en su relación con la Gran Potencia China.

La emergencia de China y la India han desordenado el frágil equilibrio de la PAX internacional. El proceso de reconfiguración geopolítica de equilibrios se ha conmovido con la guerra rusa-ucraniana. ¿Vamos a una nueva guerra fría?, ¿a una nueva guerra mundial? o ¿nos encaminaremos a una nueva Paz Westfaliana? Los dados están en el aire. Xi Jinping continúa con su operación geopolítica global (5) vía “soft power”. Ello ha sido ratificado por la Asamblea Nacional Popular en marzo de 2023. Ha nombrado fieles colaboradores en cada área de su Plan Geopolítico Global y ha ajustado su control sobre el Consejo de Estado.

China, Rusia, Corea del Norte e Irán, han denunciado sus Acuerdos de Seguridad Regionales: desconocen a la disuasión nuclear. Para enfrentar a Occidente han integrado a la fuerza convencional con la nuclear, para operar en secuencia o en paralelo y de modo continuo, bajo la llamada “teoría para la victoria”. La respuesta resiliente de EE.UU. ha sido la de dotar de movilidad a su tríada nuclear: los ICBM por carreteras y vías ferroviarias, redistribuir a los B-52 en diversas bases y poder reabastecer a las fuerzas de submarinos sin salir a superficie. Además están en desarrollo los despliegues de los HGV y HCM** frente a las nuevas defensas opuestas, con lo que se evita aumentar el número de cabezas nucleares.

3. El choque de las culturas

El Occidente Cristiano continúa profundizando su larga crisis-decadencia de naturaleza cultural***, que ha licuado la identidad de su núcleo duro —Europa— y que se ve agravada en los últimos años por efecto de fuerzas privadas internas —que actúan bajo la sombra de la actual aceleración civilizatoria—: el “globalismo”, universalismo” o “progresismo” (7), mientras Rusia y China accionan culturalmente en dirección exactamente opuesta y la India retiene —a través de su espiritualidad— la histórica característica esencial de sus culturas.

El 14 de mayo de 2009 el Papa Benedicto XVI se reunió con los legisladores italianos que viajaban a Bruselas para votar una nueva Constitución Europea —la “giscardiana”-. Su clase magistral abordó como tema central a la ética y a la importancia de los valores morales en la política y nos advirtió —hace 15 años—: “Europa tiene el alma marchita y se odia a sí misma”. Un sector social ha agravado a estos conceptos, pero hay otro que está reaccionando y va al rescate de la identidad europea, si bien presentando matices diferenciados. Ellos son:

    • Viktor Orbán: Primer Ministro de Hungría, líder del partido Fidesz, conocido por su postura nacionalista, conservadora y antiinmigración.
    • Marine Le Pen: Política francesa, líder del partido Rassemblement National que aboga por el nacionalismo, el control migratorio y la defensa de los valores tradicionales.
    • Matteo Salvini: Político italiano, líder de la Liga, partido de extrema derecha que promueve el nacionalismo y políticas antiinmigración.
    • Alternative für Deutschland -Alternativa para Alemania- partido político alemán que ha ganado apoyo en los últimos años con una plataforma antiinmigración y euroescéptica.
    • Partido del Brexit: liderado por Nigel Farage en el Reino Unido, impulsó la campaña por la salida de la UE y aboga por la soberanía nacional y políticas migratorias más restrictivas.
    • Giorgia Meloni: Política italiana, líder del partido Fratelli d’Italia —Hermanos de Italia—, que defiende una agenda conservadora en temas como inmigración, seguridad y los valores tradicionales.
    • Isabel Díaz Ayuso: Política española presidente de la Comunidad de Madrid. Si bien no se identifica explícitamente como representante de la derecha tradicional, ha sido asociada con posturas conservadoras y ha defendido políticas de baja carga impositiva, libre mercado y mayor autonomía regional.

La cultura de Occidente —luego de la II GM II— se autodestruye desde la intimidad de sus universidades, desde la progresía burguesa de derecha e izquierda, desde ciertos medios de comunicación y desde algunos centros financieros social y políticamente resentidos. Es indispensable conocerlos, por tratarse de instituciones e instrumentos con los que convivimos y que actúan en el ámbito universal:

    1. Fondo Monetario Internacional (FMI)
    2. Banco Mundial. (BM).
    3. Organización de las Naciones Unidas (ONU)
    4. Organización Mundial del Comercio (OMC)
    5. Organización de ONU para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO)
    6. Organización Internacional del Trabajo (OIT)
    7. Organización Mundial de la Salud (OMS)
    8. Amnistía Internacional
    9. Human Rights Watch
    10. Greenpeace
    11. Transparency International
    12. Foro Económico Mundial
    13. Instituto Brookings
    14. Consejo de Relaciones Exteriores (Council on Foreign Relations)
    15. World Wide Fund for Nature (WWF)
    16. Médicos Sin Fronteras (MSF)
    17. Save the Children
    18. Cruz Roja Internacional
    19. Human Rights Campaign
    20. Global Green Growth Institute (GGGI)
    21. Fundación Bill y Melinda Gates.
    22. George Soros. Presidente de la Open Society Foundations.
    23. The Guardian. Periódico británico.
    24. La British Broadcasting Corporation (BBC). Organización de radiodifusión.
    25. La Cable News Network (CNN). Red de noticias con alcance global.
    26. The New York Times. Periódico estadounidense reconocido por su cobertura internacional.
    27. Human Rights Campaign. Organización defensora de los derechos LGBTQ+.
    28. Médicos Sin Fronteras (MSF). Organización médica humanitaria.
    29. The Economist. Revista británica se centra en asuntos económicos, políticos y culturales.

Es importante tener en cuenta que hay una diversidad de perspectivas y enfoques dentro de estas organizaciones y que no todos los miembros o colaboradores necesariamente comparten las mismas ideas o agendas.

En Rusia la Iglesia Ortodoxa ha desempeñado un papel importante en su sociedad —luego de la implosión soviética— y tiene hoy una gran influencia en su cultura e identidad nacional. Bajo el liderazgo de Cirilo la Iglesia ha apoyado y respaldado las políticas de Putin, en varias ocasiones. La recuperación que el nuevo líder impulsó de las antiguas tradiciones relacionadas con la “Tercera Roma”**** y de la “Santa Madre Rusia”***** —ambas conceptualmente espirituales— que lograron recuperar el ímpetu imperial ruso, hoy puesto a prueba.

En China Xi Jinping ha alentado el espíritu nacionalista del pueblo chino y ha elevado la figura de Confucio a un nivel desconocido en el siglo XX. No es casual que los institutos existentes en nuestras universidades —para enseñar mandarín— lleven el nombre de Confucio******. La filosofía confuciana se centra en mantener relaciones sociales adecuadas, como clave para el comportamiento moral y la armonía social. El taoísmo, por otro lado, se preocupa más por la metafísica: trata de comprender el funcionamiento del mundo natural y establece analogías, sobre cómo deben actuar los humanos.

El espacio continental asiático/telurocrático recuperó así la fuerza cultural expansiva de sus tradiciones —asentadas en las religiones— mientras Occidente se autodestruye quebrantando sus virtudes cristianas y se encamina —con ciego egoísmo— a un antropocentrismo cuyos niveles de violencia y agresión son propias de los espíritus débiles, que actúan con la soberbia ridícula del pavo, en su tránsito a la olla.

Si la guerra ha regresado a la transculturizada Europa y si la dirigencia occidental -—con El Vaticano a la cabeza— no entienden en tiempo/oportunidad las causas profundas y abstractas que nos llevan a “cualquier campo de la destrucción humana” —como lo anticipa Mr. K.— el “sendero de la Paz Westfaliana” está y estará cerrado a una dirigencia occidental confundida, opaca y cobarde, que en pos del “goce del bien-estar” civilizatorio, pierde el “bien-vivir cultural” y se autodestruye, “en todos los campos”.

La evolución de las relaciones sino-rusas ha tenido una alta dinámica en la posguerra fría. Beijing había seguido inicialmente la huella de la Federación Rusa, en el ámbito estratégico y en el desarrollo de sus FF.AA. Desde 2014 en adelante la relación ingresó a una paridad que facilitó una asociación más cercana. Cuando el 24 de febrero de 2022 se inició la “Operación Especial” de Putin, Xi encuentra una limitación para apoyar a su asociado estratégico y esta deviene justamente de la Paz de Westfalia: Putin había quebrado el principio de “integridad territorial”, incorporado actualmente al Derecho Internacional Público.

Desde entonces Moscú marcha “un paso atrás”, aunque Beijíng no puede abandonar a Moscú —a pesar de que haya invadido a un Estado soberano—, pues es su arsenal nuclear más importante en la pista en que juega su hegemonía —en su rol de nueva superpotencia—, frente a EE.UU. Tampoco puede aparecer como poder “irresponsable” y por ello presentó “los doce puntos”(8), que no intentan “los buenos oficios” que le reclaman desde la OTAN, ni un apoyo militar comprometedor, pero hace conocer al mundo que Putin es su amigo. Los intereses mutuos de las dos potencias asiáticas no coinciden en absoluto con las de Occidente, pero —creemos— la tradición cultural de una China poderosa nos aleja de la “Trampa de Tucídides”*******.

China se ha beneficiado significativamente —como la India— con el gas y el petróleo ruso que ya no va a la UE. y también con el redespliegue de la OTAN, que abandonó el Asia-Pacífico para dirigirse a la UE. Cualquier traspié ruso en Ucrania posiciona mejor a Xi frente a Putin. Mientras tanto, ambos apoyan a los regímenes autoritarios del mundo y trabajan para lograr un “nuevo orden internacional”, cercano a sus modelos políticos tradicionales, autoritarios. Cuentan con la explícita ayuda tranculturizadora de la “progresía occidental”, asociada en Iberoamérica con el castro-comunismo-narcotraficante que conduce a la actual contraofensiva revolucionaria iberoamericana, desde el Foro de San Pablo.

La “trampa de Tucídides” está hoy abierta, en el nivel global. La UE muestra algunos signos de recuperación cultural, mientras el “globalismo” se mantiene agresivo y azuza a los conflictos en la UE y en Iberoamérica. Como resultado de esta compleja situación, los indicios de un eventual sendero que nos llevaría a una exitosa y nueva “Paz de Westfalia”, aun no existe. Sin embargo, hay voces respetadas que han advertido acerca de posibles “consecuencias catastróficas”, si la concordia no apareciera. Las luces rojas están encendidas.

4. Candidatos “globalistas” —palomas— y candidatos “contrarrevolucionarios”  —halcones—.

En nuestra querida Patria Argentina cursamos un año electoral. La universalidad de los fenómenos políticos y estratégicos que hemos descripto —en los tres puntos anteriores— se reflejan claramente en las confrontaciones diarias entre la coaliciones y dentro de las coaliciones, por una evidente razón: hay “globalistas” —palomas/progres— en la izquierda, en el centro y la derecha. Y solo hay “contrarrevolucionarios” —halcones— en los sectores de derecha y de extrema derecha.

Las coaliciones y los partidos infiltrados por “globalistas” que no logren sincerar —con homogeneidad— a su conducción, antes de las elecciones, carecerán mañana de gobernabilidad frente a la descomposición cultural preexistente, la creciente inseguridad “revolucionaria” y el narcoterrorismo rampante —sostén financiero y logístico del sigiloso castro-comunismo—.

La constante aproximación a las fechas programadas para las “primarias” muestran —cada vez con mayor claridad— la toma de posiciones —en el ámbito político y en los medios— para llevar a las urnas a los mandantes con relatos y argumentos totalmente ajenos a la verdad, por parte de los infiltrados. Las actitudes y decisiones de los candidatos frente a los hechos que ocurren diariamente así lo comprueban y sería dramático que quienes miran, no vean y que los que oyen, no escuchen.

“Si quieres la Paz, prevé la guerra”

Flavio Vegecio Renato (siglo IV a. C.).

“No hay otro camino para guardar la paz, que estar preparado para la guerra

Nicolás Maquiavelo (1469-1527)

“Si quieres la Paz, conoce a la guerra”

Gastón Bouthoul (1896-1980).

 

* Oficial de Estado Mayor del Ejército Argentino y del Ejército Uruguayo. Ha cursado las licenciaturas de Ciencias Políticas, de Administración, la licenciatura y el doctorado en Relaciones Internacionales. Se ha desempeñado como Observador Militar de la ONU en la Línea del Cese de Fuego del Canal de Suez. Comandó tropas de llanura, montaña, aerotransportadas y mecanizadas.

 

Citas y aclaraciones

* Catalizador: es una sustancia que aumenta la velocidad de una reacción química al proporcionar una ruta alternativa de menor energía para que la reacción ocurra.

** Los HGV —Hypersonic Glide Vehicles— y los HCM —Hypersonic Cruise Missiles— son términos que se refieren a tecnologías de armas hipersónicas desarrolladas por EE.UU.

*** O. Spengler: veía la decadencia de Occidente como una consecuencia de la masificación, la burocratización, la pérdida de la espiritualidad y la falta de unidad cultural y social. También sostenía que las grandes culturas pasadas —como la antigua Grecia y Roma— habían pasado por ciclos similares de decadencia y caída.

**** La Tercera Roma: este título destaca el papel de Moscú como centro político y religioso de la Iglesia Ortodoxa Rusa, que se convirtió en la capital del Principado de Moscú y posteriormente en la capital del Imperio Ruso. Moscú se consideraba una nueva Roma, preservando la fe ortodoxa y continuando la misión imperial y religiosa de las antiguas capitales romanas.

***** La Santa Madre Rusia: es una expresión utilizada para describir a Rusia en términos patrióticos y emotivos. No tiene un significado literal o religioso, sino que se refiere a una percepción idealizada de Rusia como una nación poderosa, unificada y con una rica historia y cultura.

****** Confucio: bajo el gobierno de Xi Jinping ha habido un resurgimiento de la promoción de los valores tradicionales chinos, que incluyen elementos confucianos. Xi ha destacado la importancia de la herencia cultural y los valores éticos en la construcción de una sociedad armoniosa y en el fortalecimiento de la identidad nacional china.

******* La trampa de Tucídides: es un concepto acuñado por el profesor de Harvard Graham Allison que hace referencia a un fenómeno histórico en el que una potencia en ascenso desafía a una potencia hegemónica establecida, lo que puede conducir a un conflicto militar. Deriva de Tucídides —historiador griego antiguo— que observó este patrón en su obra “La Guerra del Peloponeso”. Este concepto ha sido utilizado para analizar las relaciones entre EE.UU. y China. Los expertos argumentan que la rivalidad entre estas dos potencias, una en ascenso y otra establecida, puede aumentar el riesgo de un conflicto. Es importante destacar que no todos los casos de rivalidad entre potencias conducen necesariamente a un conflicto armado. La diplomacia y la cooperación pueden desempeñar un papel crucial para evitar este escenario.

(1). H. J. Auel. “El encuadramiento geopolítico internacional de la actual situación estratégica argentina”. IEEBA, marzo de 2021,  www.ieeba.org.

(2). H. J. Auel. “¿Conocemos a China?”. IEEBA, 08/09/2021, www.ieeba.org

(3). H Kissinger. “El ex Secretario de Estado, próximo a cumplir 100 años y a publicar dos libros, analizó los grandes temas de la actualidad mundial y el rol de la política exterior de los EE.UU.” La Nación, 17/05/2023.

(4). H. J. Auel. “Fumando en el polvorín”. IEEBA, 07/10/2022, www.ieeba.org.

(5). H. J. Auel. “La geopolítica del ‘virus chino’”. IEEBA, mayo de 2020, www.ieeba.org.

(6). C. Esteban. “Elon Musk: George Soros odia a la humanidad”. La Gaceta, 17/05/2023.

(7). H. J. Auel. “Globalismo, Soberanía de los Estados e Identidades Nacionales”. IEEBA, junio de 2022, www.ieeba.org.

(8). C. G. Kindelán. Noticia. Veinte Minutos. Los “Doce puntos básicos para la atención y gobernanza integral del Partido Comunista de China (PCCh)” establecidos por Xi Jinping, fueron presentados por el Comité Central del PCCh —en enero de 2021— y abarcan una amplia gama de áreas y prioridades para el partido y el gobierno chino.

GUAYANA ESEQUIBA: PROMOVEREMOS (IPSO FACTO) PROCESOS DE COMPULSAS

Abraham Gómez R.*

Bastantes compatriotas, en las distintas plataformas y medios de comunicación, manifiestan su inconformidad —con muchísima razón— sobre el descarado abuso que viene cometiendo el actual gobierno guyanés al dar concesiones a “diestra y siniestra” a un enjambre de empresas transnacionales para la explotación y comercialización de los incalculables recursos que poseemos (porque siempre ha sido nuestra) en la extensión territorial que nos usurpan desde hace más de un siglo.

Esas compañías se han instalado de manera fraudulenta; por cuanto, son ilegales los permisos recibidos para operar en esos 159.500 km2 y en su proyección atlántica. Han sido entregas, a través de documentos impregnados de añagazas jurídicas y económicas.

El denominado Plan Guyana 2023 —que había sido suspendido— lo están ejecutando por debajo de cuerda, con la coordinación de la Exxon-Mobil; la cual fija los procedimientos en el área para la Shell holandesa; diseña los planes para la CGX estadounidense; establece las cuotas de explotación a la Anadarko canadiense y a la CNOON china; en fin, se conoce que sobrepasan las (52) compañías que allí montaron equipos, procedentes de muchos países que se dicen amigos de Venezuela; incluso algunas naciones que hemos venido  apoyando a través de Petrocaribe.

Se sabe suficientemente, en el mundo, que la Zona en Reclamación siempre ha sido considerada por su extraordinario potencial energético, tanto por las reservas probables y probadas de los recursos petroleros, la calidad de los mismos; los incuantificables caudales de agua; las factibilidades para desarrollar sendos planes sustentables de generación de energía eléctrica, programas agroindustriales, minero, maderero, piscícolas etc.

Por otra parte, añádase a la extraordinaria ubicación geoestratégica su extensión marítima e interconexión con los países de Suramérica y con el resto del mundo.

Son demasiadas empresas, cuyos representantes están enterados, por exploraciones científicas, lo que allí está en juego. No es poca cosa.

Ellos, entonces, que se atengan a las consecuencias que generará la interposición de Medidas Provisionales que intentará nuestro país en los próximos meses, por ante la Sala Juzgadora, como una estrategia legítima; –entre muchas otras que desarrollaremos- justificadas por tantos hechos dañosos contra nuestro patrimonio.

 Lo haremos, conforme a los artículos (73) y (74) del Reglamento de la Corte Internacional de Justicia. Cito:

    1. “Una demanda escrita solicitando que se indiquen Medidas Provisionales de resguardo puede ser presentada por una de las partes en cualquier momento en el curso del procedimiento concerniente al asunto en relación al cual se formula tal demanda.
    2. La demanda indicará los motivos en que se funda, las posibles consecuencias en caso de que se rechace y las medidas que se solicitan. El Secretario transmitirá inmediatamente a la otra parte copia certificada conforme de la demanda. La demanda de indicación de medidas provisionales tendrá prioridad con respecto a todos los demás asuntos”.

Acaso ignoran los representantes de esas compañías que tal inmensidad de territorio nos la arrebataron con vileza; que fuimos despojados con el denominado Laudo Arbitral de París de 1899, que desde entonces calificamos de írrito y nulo, y por lo tanto inexistente jurídicamente; además, quedó suscrita, reconocida y ratificada la nulidad absoluta de ese adefesio en el contenido del Acuerdo de Ginebra, del 17 de febrero de 1966: único documento base y con suficiente vigor  para el presente  Proceso litigioso.

Del mismo modo y con idéntica contundencia promoveremos e impulsaremos todos los actos compulsorios que sean posibles, con la finalidad expresa de que la Sala, inmediatamente al inicio de la etapa postulatoria (abril 2024); al trabarse la litis —en cuanto tal— momento cuando  consignemos  nuestro memorial de contestación de la demanda, habilite un proceso de contrastación, verificación y validación de los Justos Títulos que sirven de asidero a las partes; ocasión que tendrá  cada delegación  para demostrar  y probar con la verdadera narrativa de los hechos y la fundamentación en derecho en qué se asisten para alegar propiedad sobre el área territorial controvertida.

En ese preciso instante se desmontará y quedará al descubierto la tratativa perversa urdida contra Venezuela; y seguidamente la Corte sentenciará la invalidez del “laudo”.

No es una idea sobrevenida o de nuestra improvisación.

Pediremos a la honorable Corte que haga bueno y propio, desde el comienzo, el artículo (62) de su reglamento:

“La Corte podrá invitar, en cualquier momento, a las partes a presentar los medios de prueba o a dar las explicaciones que considere necesarios para aclarar cualquier aspecto de las cuestiones en disputa o podrá tratar de procurarse otras informaciones con ese fin”.

Propicio escenario internacional que aprovecharemos para declarar y denunciar —una y mil veces más— que esos incalculables recursos nunca han sido ni británicos ni guyaneses. Que nos despojaron de lo nuestro.

Expresamos, igualmente, que —sin la más mínima retaliación— ajustaremos y precisaremos cuentas con las transnacionales.

En su debida ocasión nos reuniremos con los representantes de las empresas que operan en el área conflictuada.

Les reafirmaremos el carácter de propietaria incuestionable de Venezuela sobre la Guayana Esequiba y su proyección marítima; pero esa será materia de la cual nos ocuparemos una vez que el citado Cuerpo Jurisdicente dicte la sentencia, que en estricto derecho debe favorecernos.

Por lo pronto, tenemos una reclamación centenaria que ahora se dirime en la Sala Juzgadora de la ONU; juicio para el que estamos plenamente preparados con nuestros Justos Títulos traslaticios.

Los dos más importantes son: la Real Cédula de Carlos III, cuando crea la Capitanía General de Venezuela, el 08 de septiembre de 1777 (con la cual nacemos —al mundo— en nuestra conformación política administrativa); así también, nos asiste el Tratado de Paz y Amistad entre España y Venezuela, del 30 de marzo de 1845; documento a través del cual nos reconocen la Independencia, la extensión territorial que teníamos para 1810 y la condición de República.

Nos respaldan los Principios de Intangibilidad de las fronteras heredadas y el Uti possidetis iuris; ambos han sentado jurisprudencias en la Corte, en resoluciones similares.

No tememos llevar a compulsas, ante los dignos jueces de la Corte, nuestros escritos históricos-jurídicos, que constatan con datos fidedignos; por tanto, susceptibles de ser empleados para probar que el costado este de la geografía de nuestro país llega hasta la mitad del río Esequibo.

 

* Miembro de la Academia Venezolana de la Lengua. Asesor de la Comisión por el Esequibo y la Soberanía Territorial. Asesor de la Fundación Venezuela Esequiba. Miembro del Instituto de Estudios Fronterizos de Venezuela (IDEFV). Asesor de la ONG. MI Mapa,