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MONÓLOGO ARGENTINO Y AVANCE BRITÁNICO

César Augusto Lerena*

Con políticas erróneas, erráticas o ausentes, se ha provocado la más grande pérdida territorial de la Historia Argentina, desde la independencia

 

«Todo intento encaminado a quebrantar total o parcialmente la unidad nacional y la integridad territorial de un país es incompatible con los propósitos y principios de la Carta de las Naciones Unidas» (Res. 1514 ‹XV› ONU, 14/12/1960 inc. 6). No parece entenderlo así el Reino Unido de Gran Bretaña, que ha hecho oídos sordos a todas las resoluciones; mientras que los reclamos diplomáticos argentinos apoyados internacionalmente, como el recibido el pasado 21 de este mes en la ONU, resultan necesarios, pero insuficientes.

Sabemos, que en 1965 la ONU dictó la Res. 2065 (XX) reconociendo la disputa entre Argentina y el Reino Unido respecto a Malvinas y los instó al diálogo; pero, ya pasaron 56 años de monólogo y cooperación unilateral argentina y 45 años de avance territorial y de explotación británica. En este escenario, hay unos pocos argentinos, que contrariando las citadas resoluciones y la Constitución Nacional y, desconociendo las cuestiones geopolíticas, económicas, jurídicas e históricas quieren que los gobiernos tengan en cuenta la opinión de los isleños, a pesar de solo tratarse de habitantes británicos implantados en Malvinas, como ya quedó demostrado en el plebiscito de 2013. En esta línea están Antón; de Ipola; Filippelli; Gargarella; Iglesias; Kovadloff; Lanata; Noriega; Novaro; Onaindia; Palermo; Sábato; Sabsay; Sarlo y Sebreli; a los que se agregan Luis Romero y Sabrina Ajmechet candidata a diputada de “Juntos” que pusieron en duda que las Malvinas sean argentinas; Patricia Bullrich, que sugirió que podrían haber cambiado Malvinas por vacunas y Marcelo Kohan que prometió a los isleños «un plebiscito sobre la soberanía» (Infobae, CARI, 2018), con la particularidad que este último hoy pertenece al Consejo Nacional de Malvinas.

Con las opiniones de estos personajes que tienen una gran exposición pública y la instrumentación de políticas erróneas, erráticas o ausentes y, a pesar de lo previsto en la Disposición Transitoria Primera de la Constitución Nacional, se ha provocado la más grande pérdida territorial de la historia argentina, desde la independencia nacional.

El 23 de septiembre de 1973 el FREJULI ganó las elecciones con la fórmula Perón-Perón obteniendo el 61,85% de los votos. Un frente integrado por peronistas, frondizistas, demócratas cristianos, conservadores populares, socialistas y otros apoyos de la izquierda.

Como producto de las gestiones diplomáticas realizadas durante ese gobierno democrático el 1 de diciembre de 1976 las Naciones Unidas aprobaron la Res. 31/49, en base a las Res. 1514 (XV) del 14/12/1960; 2065 (XX) del 16/12/1965; la 3160 (XXVIII) del 14/12/1973 y, teniendo en cuenta, la Declaración Política aprobada por la Conferencia de los Países no Alineados (Lima, 25 al 30/8/1975), donde en especial, se pidió a los gobiernos que “…aceleren las negociaciones relativas a la disputa sobre la soberanía…” y “…se instó las dos partes a que se abstengan de adoptar decisiones que entrañen la introducción de modificaciones unilaterales mientras las Islas están atravesando por el proceso recomendado en las resoluciones arriba mencionadas”, cuestión que el Reino Unido violó sistemáticamente y que, distintos gobiernos invisibilizaron esta importante resolución bajo el falso pretexto que fue dictada durante el Proceso Militar (escondiendo el valioso trabajo precedente) y, hasta cedieron espacios y recursos e, incluso, cooperaron en favor de los intereses de esta potencia invasora.

Los resultados están a la vista: en 1965 la disputa se limitaba a Malvinas. En 1989/90 por el Acuerdo de Madrid se incorporaron formalmente las Georgias del Sur (3.850km2) y Sándwich del Sur (310km2) y el Reino Unido consideró con este Acuerdo haber dado fin a la disputa. En 1976 al dictarse la Res. 31/49 el Reino Unido ocupaba Malvinas (11.410 Km2 y tres millas marinas alrededor). Desde esa fecha y a hoy ocupan 1.639.900 km2 del territorio marítimo e insular y, nos disputan 1.430.367 km2 de la plataforma continental y 965.597 km2 de la Antártida Argentina. En 1976 la explotación de los recursos argentinos en el área de Malvinas era poco significativa. A partir de ese año y, especialmente desde los Acuerdos de Madrid, el Reino Unido otorgó licencias pesqueras a empresas extranjeras que capturan 250 mil toneladas por año por un valor de mil millones de dólares. Se formaron sociedades mixtas española-británicas y desde 2021 estas sociedades deberán tener el 51% de las acciones a favor de los isleños. En 45 años las empresas se llevaron 11.250.000 toneladas de productos pesqueros por un valor estimado en los 45.000 millones de dólares. Desde 1976 y especialmente desde 1982 más de 350 buques extranjeros capturan un millón de toneladas de recursos pesqueros migratorios de la Z.E.E.

Durante la década de 1980, la Cancillería rechaza en 1981 la propuesta británica de “congelar por un determinado plazo la cuestión de la soberanía…”; oferta que hacía suya “sin vencimiento” Caputo en 1987, aunque no alcanzaría el Acuerdo debido al prematuro fin del gobierno radical (1989). Sería Cavallo, quien firmaría los Acuerdos de Madrid, bajo la “fórmula del Paraguas”. Arturo Frondizi le decía a Cavallo al respecto: “para los peronistas usted es un traidor a la patria”. Desde 1982 y en especial a partir de 1989 con los citados Acuerdos y el otorgamiento de licencias pesqueras, se acrecienta la pesca por parte de buques extranjeros y, la internacionalización del mar argentino. En 1983 se inicia un proceso de desmalvinización. Se instala un proceso de desculturalización y desinformación, presentando a la guerra de Malvinas como vergonzante que minimiza el sentido de pertenencia del Archipiélago e ignora el rol cumplido por los combatientes argentinos en Malvinas y el Atlántico Sur, facilitando a los británicos el inicio de una serie de procesos ruinosos en perjuicio del país. En 1985 el Reino Unido inaugura un nuevo aeropuerto en Malvinas que facilita las operaciones militares desde las islas. En 1986 el Canciller Caputo concreta el «Acuerdo Marco de Cooperación» con la URSS y Bulgaria con la intensión fallida de que sus buques pesquen en el área de Malvinas. Como respuesta a estos Acuerdos, el Gobernador británico ilegal en Malvinas anuncia la creación de una «Zona Provisional de Conservación y Administración de Pesquerías» (FICZ), estableciendo, por primera vez, un área de 150 millas en torno a Malvinas prohibida a los buques argentinos, además de reivindicar, la Z.E.E. y una Plataforma Continental de 200 millas (438.000 km2) alrededor de Malvinas. El mismo año se crea la «Zona de Paz y Cooperación del Atlántico Sur» (ZPCAS) aprobada por la Res. 41/11 del 27/10/1986 la ONU, con la participación de todos los Estados con ZZE en el Atlántico Sur; pese a ello el Reino Unido incrementa su armamento en las islas y la explotación de los recursos.

En la década del 1990, se firman los Acuerdos de Madrid I y II en 1989/90 que confirman la «fórmula del paraguas»; la entrega de la pesca al Reino Unido y las restricciones militares británicas que consolidan su ocupación militar y económica del Atlántico Sur. En 1990 Cavallo firma el “Acuerdo del Gallinero”, de conservación conjunta de los recursos pesqueros al éste de Malvinas, un área con forma de medialuna en territorio argentino, que facilita al Reino Unido el otorgamiento de licencias pesqueras. Con el descarte de 4.000 km2 al sudeste de Malvinas, el Reino Unido se ajusta a las previsiones de la CONVEMAR (Art. 74º) respecto a la delimitación de espacios entre países ribereños vecinos, estatus que el Reino Unido pretende. En 1991 Cavallo promueve la determinación de las Líneas de Base del territorio continental argentino que le allana al Reino Unido la posterior demarcación de una Z.E.E. de Malvinas. En 1993 el Reino Unido amplía su ocupación hasta 200 millas alrededor de las Islas Georgias del Sur y Sándwich del Sur. Esta determinación implicó una mayor ocupación marítima y el control meridional del Atlántico Sur y su vinculación con la Antártida. En 1994 el Reino Unido se apropia de 1.400 Km2 al noroeste de Malvinas, por fuera de la exclusión británica (FICZ), que denomina “GAP”, para proteger sus capturas de calamar. En 1995 la Argentina y el Reino Unido acuerdan una investigación pesquera conjunta en un sector más amplio que el de la exclusión británica, obteniendo una información vital para otorgar licencias ilegales a buques extranjeros. En 1996 en Londres, el secretario de Relaciones Exteriores Andrés Cisneros explica, como exitoso el Acuerdo donde se normalizan las relaciones con Inglaterra, sin que la Argentina limite ocupación territorial de esta o, la libre explotación de nuestros recursos. En 1998 la Argentina firma un “Convenio de Cooperación Militar” con el Reino Unido y, en lugar de reducirse la presencia militar británica en el mar argentino, ésta traslada el Comando Sur desde la Isla Ascensión a Malvinas, instalando la mayor base de la OTAN en el Atlántico Sur y, se mantiene la obligación de informar los movimientos militares argentinos. En 1999, Cisneros acuerda combatir los “buques sin licencias británicas”, una de las mayores cooperaciones unilaterales argentinas en favor de la economía isleña.

Durante la década del 2000. En el 2000 se aprueba por Ley 25.290 el llamado Acuerdo de Nueva York (adoptado el 4 de diciembre de 1995) sobre la conservación de las especies transzonales y altamente migratorias, que -de ratificarse- pondría en manos de los Estados de Bandera con mayoría de votos en las Organizaciones Regionales de Ordenación Pesquera (OROP) el control de las especies migratorias argentinas, abriéndole las puertas al Reino Unido para intervenir en la administración del Atlántico Sur bajo pretexto de considerar a Malvinas un estado ribereño. Es un Acuerdo que violentaría la Constitución Nacional (DTP). En 2005 la Unión Europea vota su Constitución, e incluye, a Malvinas, Georgias, Sándwich y la Antártida como Territorios Británicos de Ultramar y, los británicos otorgan licencias de pesca por 25 años en Malvinas, en una clara demostración depredadora de los recursos argentinos.

En la década del 2010. En 2011 el Reino Unido inicia las exploraciones petroleras en Malvinas y, en 2015 anuncian el hallazgo de petróleo a unos 200 km del archipiélago. El Reino Unido crea en 2011 la «reserva Blue Belt más grande del mundo» con 1.070.000 km2 (tres veces más grande que el Reino Unido) en jurisdicción argentina, alrededor de Georgias y Sándwich del Sur, para asegurarse la llegada de peces a Malvinas, incluidos 20 mil Km2 de dentro del área de la Convención para la Conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos. En 2012 el director ilegal de Pesca de Malvinas, John Barton declaraba: «sin la Pesca los Malvinenses no podrían haber subsistido» (sic). En 2016 se ratifica de hecho el Acuerdo de Madrid, con el denominado Pacto Foradori-Duncan que declara: «adoptar las medidas para remover los obstáculos que limitan el crecimiento económico y el desarrollo sustentable de las Islas Malvinas». Este pacto reactivó las investigaciones pesqueras conjuntas suspendidas en 2015 y, habilitó vuelos de Malvinas a San Pablo, facilitando el comercio con este importante centro económico y de acceso al mundo. En el 2016/17 la Comisión de Límites (CLPC) de la Plataforma Continental aprueba el informe argentino, por el cual, recomienda que, sobre el total de 1.782.000 km2 presentados, queden firmes solo 351.633 km2, dejando sin tratar 1.430.367 km2 por entender que son espacios en disputa con el Reino Unido. En 2018 la Cancillería requiere al Congreso de la Nación la aprobación del Convenio para la Conservación del Atún en el Atlántico Sur con “el ingenuo interés” de preservar una especie que no está presente en la Z.E.E. Argentina, que le permitiría una mayor injerencia al Reino Unido. En 2019 se otorgan a empresas británicas áreas offshore de explotación petrolera, entre Malvinas y el continente argentino, consolidando la presencia británica en esa región austral.

Durante la década del 2020. En 2020 se crea por ley 27.558 una Comisión integrada con legisladores, académicos y veteranos de guerra, entre cuyos miembros, hay quién tiene una posición alejada a la establecida en la Constitución Nacional. Sancionada la ley 27.564 para aumentar las multas a la pesca ilegal, hasta la fecha no se han aplicado a los buques que operan en Malvinas o a la captura de las especies migratorias argentinas. En 2021 se produce el Brexit y la salida de Malvinas de la Unión Europea, sin embargo, a instancias de España, se acuerda que los productos de este origen sigan ingresando a Europa sin aranceles, consolidando la economía de los isleños. Los británicos construyen un puerto en Georgias del Sur y anuncian la construcción de un puerto en Malvinas que se constituirá en el epicentro de las operaciones del sur de Atlántico Sur y la Antártida. Uruguay y Chile, mientras tanto, dan apoyo logístico y portuario a Malvinas.

La información precedente demuestra la grave violación del Reino Unido de la Res. 31/49 de las Naciones Unidas y la necesidad de nuevas estrategias de Argentina.

 

* Experto en Atlántico Sur y Pesca, ex Secretario de Estado, ex Secretario de Bienestar Social (Ctes) ex Profesor Universidad UNNE y FASTA. Ex Asesor en la H. Cámara de Diputados y en el Senado de la Nación, autor de 28 libros. Entre ellos: “Malvinas. 1982-2022. Una Gesta Histórica y 40 años de Entrega. Pesca la moneda de cambio” (2021) y “Argentina. La Casa Común. La Encíclica Laudato Si’ El Cuidado de la Casa Común. Comentada” (2021).

 

Nota publicada en El Economista, 02/11/2021, https://eleconomista.com.ar/debates/monologo-argentino-avance-britanico-n47499

AFGANISTÁN, DERIVAS Y SECUELAS. PARTE III.

F. Javier Blasco*

En la mayoría de los conflictos en los que su protagonista principal es rebelde con la comunidad internacional, se suele proceder al cierre o cancelación de sus fuentes de financiación exterior, le niegan o retienen los créditos internacionales, suprimen los intercambios comerciales, congelan las cuentas del país o de sus mandatarios incluso en los llamados paraísos fiscales y se intenta que ese acogotamiento económico comience a dar frutos lo más pronto posible, baje su cerrazón y se acerque a las exigencias y estándares internacionales ya que ningún país es capaz de sobrevivir de forma prolongada únicamente con sus propios recursos.

Teoría interesante y bastante buena pero de difícil o hasta imposible aplicación cuando el país en cuestión —como es el caso de Afganistán— cuenta con apoyos abiertos o encubiertos de potencias poco ortodoxas o seguidoras a rajatabla de los acuerdos internacionales (China, Rusia, Irán, Arabia Saudí, Catar y Paquistán entre otros); cuando genera productos muy codiciados y demandados en el exterior (drogas y tierras raras o litio); en función de su situación geoestratégica y porque la memoria internacional suele ser bastante laxa y, una vez adoptada dicha decisión, paralelamente ya se está estudiando la salida al atolladero. No creo que el anunciado acogotamiento económico a Afganistán, dure mucho ni llegue a ser efectivo de verdad.

Mis experiencias profesionales como Jefe de la Sección de Cooperación Cívico Militar (CIMIC) en el Mando Regional Sur de la OTAN, me enseñaron la necesidad y el excelente resultado de realizar, antes y durante cualquier conflicto, los llamados Estudios de Área. Estudios, que proporcionan muchos datos sobre el país, su cultura, historia, religión, clima, tendencias políticas, lazos exteriores, fuerzas armadas, población y un largo etcétera. Datos, que por su valor incalculable, incluso son muy apreciados por la comunidad de inteligencia y sobre todo, a la hora de la toma de decisiones ante cualquier tipo de planeamiento operativo o acciones de mayor calado.

Estoy seguro, de que tras veinte años en el terreno, ejecutando todo tipo de operaciones y con despliegues tan grandes y amplios, los hombres de inteligencia y los CIMIC norteamericanos y de la coalición habrán hecho bien su trabajo. Pero sin embargo, todo ha fallado como un castillo de naipes mal apoyado en su base; lo que indica que posiblemente sus informes no se tomaron en consideración, el Mando erróneamente los obvió o lo que me resulta mucho más peligroso y probable, fueron las autoridades civiles las que se empecinaron en hacer de su capa un sayo, sin tener en cuenta el valor y las consideraciones que se desprenden de dichos análisis militares.

Otro grave error, del que nunca se suele aprender, porque en pocos años he podido comprobar que se repite con demasiada frecuencia; cuestan miles de vidas, cientos o miles de millones a la sociedad, disminuyen el prestigio de las Organizaciones o Alianzas internacionales y engañan a un pueblo al que se usa y masacra cuantas veces sea preciso.

Deberíamos considerar la obligatoriedad de hacer responder judicialmente a los dirigentes políticos ante tribunales internacionales cuando adoptan decisiones mal tomadas, de graves consecuencias o por hacerlo contra el criterio bien fundado de los verdaderamente preparados.

Si no hubiera ocurrido así, la definición, el seguimiento y la salida de la misión hubieran variado mucho. Estoy completamente convencido que en aquellos documentos habrían definido verdaderos planes de extracción y evacuación para evitar tener que recurrir al desastre de esta evacuación a marchas forzadas, sin plan alguno por la mayoría de los contingentes, que abandonaron el teatro a su aire sin considerarlos en absoluto. Para colmo de la vergüenza internacional está lo que presenciamos ayer cuando todo un G-7, con la potencia y capacidad económica, militar y de disuasión que tiene, no fue capaz de doblegar la voluntad de unos terroristas yihadistas de mantener el 31 de agosto como fecha límite de extracción y presencia extranjera.

La respuesta de los talibanes era bien conocida y esperada, nadie se puede o debe sorprender, por lo que era fundamental tener unas listas completas y actualizadas y haber adelantado la extracción con orden, seguridad y concierto antes de que el caos se adueñara de Kabul y se enloqueciera la ciudad y sus gentes. Máxime cuando la mayor parte de los afganos a extraer no residen en Kabul.

Este conflicto pone de manifiesto, una vez más, que el eterno conflicto de prevalencia y posibilidades finales en la lucha entre las democracias contra las graves dictaduras y regímenes comunistas fuertemente arraigados no es sencillo y no se suele obtener fáciles y permanentes resultados.

Imponer la democracia a base de cañonazos y soldados, a pesar de muchos años de insistir en un mismo territorio, no es muy factible y da paso a que los países en los que no convence plenamente, se sientan cada vez más capaces y seguros, porque saben que sus pensamientos, deseos y planteamientos no serán extirpados. Máxime cuando el CSNU está bloqueado por dos de ellos (China y Rusia).

A la vista de todo desprestigio anterior y de los problemas que surgirán con la repartición de los refugiados, se puede afirmar que el mundo ha caído y que sus estructuras se resquebrajan o derrumban; ya nadie es capaz de nada, hemos quedado al albur de los caprichos de los terroristas y de sus zarpazos por doquier, a nada que se lo propongan.

China, país dictatorial y comunista, es el más claro ejemplo de dicha realidad; ha crecido mucho como país y potencia económica y militar y cada vez se orienta y acerca más a llegar a constituirse, en breve, en el relevo natural de EEUU en el liderazgo mundial.

Potencias como Rusia, Turquía, Irán, Pakistán y Arabia Saudí entre otras muchas más, vienen comprando y siguiendo su idea y tratan de recobrar esplendores pasados, por lo que cada vez se encuentran más lejos de adoptar regímenes democráticos o están más cerca de abandonarlos definitivamente, si es que algún día los hubieran adoptado.

No es que la idea del repliegue militar estadounidense sea un reciente invento del presidente Biden; ya con Obama hemos ido escuchando y viendo diversos planes de abandono de misiones, territorios, aliados y población civil en varias zonas y países en conflicto a pesar de haber formado parte de sus alianzas bilaterales o haberlos usado como fuerza de choque o carne de cañón en combates contra fuerzas superiores o muy crueles a la hora de luchar.

Está claro que EEUU y sus gentes están hartos de ser siempre los que ponen la mayor parte de los esfuerzos económicos, militares y el número de bajas en todos los conflictos en los que intervienen (propios o adquiridos).

Pero no es menos cierto que, ese es el canon que un país debe pagar por mantener su liderazgo mundial; como también lo es, el hecho de que hoy en día la importancia geoestratégica de las diferentes partes del mundo, sus recursos energéticos o la necesidad de mantener alineados a determinados países varía a mayor velocidad que antaño. Todo cambia rápidamente y entre estos cambios se encuentran las nuevas prioridades de EEUU a la hora de prestar una mayor atención o dedicarles importantes recursos. 

Tras los últimos abandonos yanquis en los últimos años, incluido Afganistán, cabría hacerse la siguiente pregunta ¿hacia dónde va u orienta sus esfuerzos EEUU? Las respuestas vienen siendo varias y todas ellas exigen muchos recursos para ser cubiertas con garantías de éxito.

Se habla de que el cambio climático propiciará en breve que el Ártico sea prácticamente navegable todo el año lo que acortará en mucho las vías de comunicación entre continentes y que se puedan extraer sus muchos recursos bajo las aguas o los hielos de hoy en día; situación en la que también están muy interesados China y Rusia.

Otra gran aspiración es la dotación de recursos económicos y humanos a las recientemente creadas fuerzas aeroespaciales, en liza con otras fuerzas similares rusas, chinas y hasta de la India. Todos los países se esfuerzan en llegar a ser los primeros en dominar el espectro espacial por entender que quien lo consiga, dominará el mundo.

Nadie es ajeno a pensar en la necesidad de controlar el amplio territorio Asia-Pacífico donde China lleva años invirtiendo mucho para la creación de islas artificiales y aumentar exponencialmente su capacidad aeronaval con posibilidad de basarse en ellas para controlar las aguas del Mar de China Meridional, situación que pone en peligro a varios aliados de EEUU en la zona como Corea del Sur y Japón; así como las relaciones con la India, que también está por la labor de aumentar su capacidad militar grandemente.

Por último, pero no menos importante, EEUU ve que su patio trasero, Centro y Sudamérica se está convirtiendo en un gallinero alborotado, con gobiernos populistas de corte comunista bolivariano que van creciendo y se sustentan en países estratégicos por los carburantes, la droga, la masiva emigración y en servir de negocio y cobijo a enemigos tradicionales como China, Rusia e Irán. Por lo que es de esperar que pronto tenga que dedicar una mayor atención y esfuerzos a la zona que hasta la fecha.

Posiblemente, Biden se sentía el hombre más feliz del mundo hasta hace muy pocos días; los ecos vocingleros de Trump aunque insistentes se iban apagando poco a poco; la vacunación de sus ciudadanos progresaba a pasos agigantados; el índice de mortandad por el virus descendía; la economía en proceso de mantenimiento o recuperación y en breve iba a celebrar como un gran triunfo el 20º aniversario del 11-S cómo una misión cumplida, el repliegue de Afganistán completado y todos a salvo en casa.

La falta de previsión a los más altos niveles, la precipitación por la proximidad de dicha fecha, el exceso de confianza en sus falsos o interesados informes de inteligencia y la rigidez negociadora de los talibanes para no facilitar la extracción de colaboradores, han hecho que la imagen de EEUU tanto a nivel mundial como internamente haya caído por los suelos. Rusia y China están celebrando este fracaso y esperan mayores acontecimientos y el momento para echárselo en cara.

EEUU es un país algo más serio y diferente al resto, por lo que los errores de sus presidentes y otros altos dirigentes civiles y militares se estudian con luz y taquígrafos en el Senado y en los tribunales de Justicia; por ello, pronto veremos movimientos en dicha dirección. La Vicepresidenta Kamala Harris, que vivía apaciblemente a la sombra del anciano Joe a la espera de su oportunidad para sucederle pacíficamente, empieza a poner sus barbas a remojar porque puede saltar a la arena mucho antes de lo esperado. En pocas palabras, Afganistán puede fácilmente haberse convertido en la tumba de EEUU en general y de Biden en particular.

La situación en la que dejamos el país tras la desastrosa espantada es de auténtico caos aún a pesar de los esfuerzos propagandísticos talibanes por esconder la realidad y reprimirse mientras aún queden algunos medios, cámaras y móviles que puedan grabar sus abusos y atrocidades. Doy por seguro que cuando desaparezcan los medios libres y las comunicaciones vía internet y telefonía móvil queden bajo el absoluto control de los talibanes, la situación cambiará mucho y se podrá asegurar que la guerra civil en Afganistán puede llegar a ser inevitable; en la que gracias al armamento que se les ha “transferido” a los talibanes, el resto de afganos, llevará la peor parte.

Con esto doy por terminado, de momento, un documento que ha pretendido analizar, de modo previo y sin muchos datos todavía, las posibles derivas y secuelas de la crisis en Afganistán. Sé que pasado un tiempo volveré a escribir sobre el tema porque habrá más secuelas; aunque mucho me temo, que la sociedad lo habrá casi olvidado y ya no interesará grandemente a pesar de las muchas bajas y masacres que se han producido y producirán allí sobre los no evacuados, simplemente por ser familiar de alguien que trabajó como personal auxiliar de los “diablos extranjeros” que hace veinte años osaron invadir su tierra o por no aceptar sus preceptos religiosos.

Pero, no quisiera cerrarlo sin honrar a los militares y al personal auxiliar que han dejado generosamente sus vidas allí o por el camino (algunos han estado bajo mis órdenes directas). Personas, que fueron enviados a su muerte por forzadas o extrañas razones de inexpertos gobernantes; y también reprochar a los políticos que aún siguen actuando ciegamente o que aprovechan la amargura de las situaciones para hacerse fotos de portada y darse auto propaganda con mendaces declaraciones, tales y como ésta que se me ha quedado grabada “En España estamos a las duras y a las maduras”.

 

* Coronel de Ejército de Tierra (Retirado) de España. Diplomado de Estado Mayor, con experiencia de más de 40 años en las FAS. Ha participado en Operaciones de Paz en Bosnia Herzegovina y Kosovo y en Estados Mayores de la OTAN (AFSOUTH-J9). Agregado de Defensa en la República Checa y en Eslovaquia. Piloto de helicópteros, Vuelo Instrumental y piloto de pruebas. Miembro de la SAEEG.

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NO HAY DOS SIN TRES, NI NIGUNA PAZ ES DURADERA

F. Javier Blasco*

Acababa de empezar la segunda decena del mes de septiembre de 2001 cuando 19 terroristas yihadistas debidamente aleccionados, bien pagados y medianamente instruidos en los mismos EEUU como pilotos de vuelo comercial, esquivaron los entonces escasos controles de seguridad en los aeropuertos estadounidenses y, una vez en vuelo, tomaron el control de cuatro aviones de línea y los estrellaron deliberadamente contra objetivos que hicieron mucho daño en vidas (2.995 fallecidos y unos 25.000 heridos) e infraestructuras; pero sobre todo, en la moral y el orgullo personal y patrio de los norteamericanos por haber sido abatidos de tal manera por segunda vez en su corta historia, en su propia casa; y en esta ocasión, por unos cuantos miserables terroristas sin que saltara ninguna de sus alarmas ni se reaccionara a tiempo.

El resto de la historia, caos y heroicas reacciones, todos las conocemos y sabemos lo que pasó; así como también que, debido a la convulsión que trajo a la mente de los indefensos ciudadanos, fue muy sencillo para un timorato presidente norteamericano, George W. Bush, que aún no llevaba un año de mandato, lograr que le aprobaran, sin obstáculos ni fisuras, el levantar en armas a su pueblo e industria para llevarlos, de nuevo a una guerra como su padre (Guerra del Golfo); aunque esta vez el escenario era Afganistán, donde la inteligencia nacional avistaba, sin precisar donde estaba exactamente Osama Bin Laden, el cabecilla de una organización terrorista yihadista, Al Qaeda, famosa organización, que ha sido y sigue siendo objeto de muchos quebraderos de cabeza y miles de atentados además de ser la célula madre del autoproclamado Estado Islámico.

Bush invocó el Artículo 5 del tratado de la OTAN y la Organización respondió a su llamada, creándose, al no acceder los talibanes que gobernaban Afganistán a la entrega de Osama, dos misiones militares para imponer la paz en el país y la otra misión para capturar al cabecilla terrorista y actuar contra el terrorismo en el territorio. La primera de ellas, denominada Fuerza Internacional de Asistencia para la Seguridad es conocida por ISAF (por sus siglas en inglés), que ha estado a cargo de la OTAN, y la segunda denominada Operación Libertad Duradera, Operation Enduring Freedom (OEF) a cargo de EEUU, Reino Unido y las fuerzas afganas bajo el control del gobierno, la que finalizó en 2014. En ambas misiones tanto EEUU como el Reino Unido participaban y aunque se ha pretendido unificarlas, nunca lo estuvieron real y completamente.

El mundo occidental se lanzó a una guerra sin cuartel y casi ningún tipo de restricciones en un territorio geográfica y climáticamente hostil, plagado de señores de la guerra, situado en un lugar estratégico por sus importantes y/o peligrosos vecinos como Pakistán, la India, Irán y hasta China, entre otros y donde previamente ya habían fracasado ejércitos importantes como el británico (por tres veces; entre 1839 y 1842 la primera, la segunda entre 1878-1880 y la tercera 1919) y el de la URSS entre 1978-1992 (también llamada guerra afgano-soviética o guerra ruso-afgana) aunque realmente fue una guerra civil entre las fuerzas armadas de la República Democrática de Afganistán, apoyadas entre diciembre de 1979 y febrero de 1989 por el Ejército Soviético, contra los insurgentes muyahidines o grupos de guerrilleros afganos islámicos apoyados por numerosos países extranjeros, destacando EEUU, quien les proporcionó ingentes cantidades de armas y dinero.

Después de más de nueve años de duros combates y auténtica guerra, los soviéticos agotados por el desgaste militar, logístico y la imposibilidad de manejarse bien por tan inhóspito terreno, se retiraron oficialmente del conflicto en 1989 tras los Acuerdos de Ginebra entre Pakistán y la República Democrática de Afganistán.

No obstante, la guerra civil afgana continuó y los enfrentamientos entre insurgentes y las tropas leales al gobierno se alargaron hasta abril de 1992 cuando la disolución de la Unión Soviética provocó la finalización de todo tipo de apoyos oficiales o encubiertos y los fundamentalistas, vencedores finales del conflicto, pudieron establecer un Estado islámico.

Durante el reciente conflicto, los papeles jugados por unos y por otros se han cambiado completamente, así como los amigos y apoyos de unos a otros y viceversa. No creo descubrir nada nuevo si afirmo que esta larga y costosa guerra de desgaste de personal y material, además de costar muchas vidas occidentales (la mayoría norteamericanos, 2.500), ha sido un absoluto fracaso de estrategias, tácticas, técnicas, procedimientos y fundamentalmente de inteligencia e información.

A pesar de las recientes y no tanto experiencias en conflictos ajenos en los que los EEUU se han visto involucrados como Vietnam, Irak y la lucha contra el Estado Islámico, parece que los norteamericanos en particular y la OTAN en general, no se han leído las muchas e importante “Lecciones Aprendidas” que se desprenden de los errores realizados en dichos conflictos, porque han vuelto a caer en los mismos y en algunos casos, aun peor porque han influido en que las coaliciones y los aliados se dejaran arrastrar hacia el mismo pozo ciego y hayan invertido mucho esfuerzo personal, material y económico que podían haber empleado en mejores misiones y objetivos.

La inteligencia militar, a pesar de jugar con abundantes y mejores medios económicos, terrestres y aéreos y la tan cacareada inteligencia artificial, ha sido un auténtico desastre. Todos sus pronósticos han sido sobrepasados y ninguno se ha cumplido salvo que el desastroso resultado final ha sido más o menos el esperado, pero se les ha anticipado en algo más de unos seis meses en el calendario.

Una vez más se ha vuelto a caer en el costoso e inútil error de entender que la solución para abandonar un conflicto pasa por adiestrar y dotar de todo tipo de moderno material bélico a los nativos del lugar para que ellos tomen el relevo en la misión y proporcionen la necesaria seguridad a la población con plenas garantías al haber sido instruido por los mejores instructores que cada país pueda prestar; pero de nuevo, sin controlar de verdad el número de asistentes a las enseñanzas prácticas, la formación de sus oficiales y el resto de cuadro de mandos, el manejo de los medios de inteligencia y sobre todo como forjar la moral individual y colectiva de las tropas, su voluntad de vencer y la creencia en la misión y la acción de conjunto.

Cualquier entrenamiento sin control sobre su eficiencia y productividad, como ha vuelto a ser éste y los que siguen ocurriendo con muchos de los que se realizan en Irak y en determinados países africanos, es baldío y contraproducente. Se nos ha vendido la falaz papeleta de que aproximadamente unos 300.000 afganos han sido instruidos y dotados por países occidentales, cuando la realidad no llega a un tercio de tal cifra; la mayoría se apuntaba a dichas clases para recibir una paga y un arma, pero no asistían o solo lo hacían de tarde en tarde. Las tropas no estaban bien pagadas (actualmente se les adeudan varios meses de paga), sus oficiales de alto grado se repartían los cargos y destinos en función de las castas sociales o familiares y no por su preparación y capacidad[i].

Se calcula que los EEUU habrán invertido más de un billón de dólares americanos en dicha campaña y en sus diferentes grados y cursos de adiestramiento. Poniendo los pies en la tierra, fuentes de bastante solvencia estiman que en conjunto, se habrán invertido un total de no menos de 88.000 millones de dólares en instrucción y adiestramiento.

Los políticos, suelen correr mucho, sobre todo si ven un apetitoso bocado enfrente, a la hora de lanzarse a cualquier guerra, sin tener muy en consideración el análisis de los factores de la decisión que les proporcionan los militares, los verdaderamente preparados para analizar la solvencia y efectividad de las decisiones adoptadas, el grado de probabilidad de éxito y la situación final en la que queda el terreno y el conjunto del país en cuestión, tras la finalización del conflicto armado, propiamente dicho.

En este caso también, en su día y sin atender a lo dicho anteriormente, las ansias de protagonismo nacional y mundial precipitaron una acción sobre un terreno donde no es nada fácil sobrevivir, moverse y combatir y casi todo el mundo es un potencial enemigo. Solo cuando la masiva llegada de féretros y la necesidad de gastar en el conflicto altas sumas de dinero provenientes de los impuestos de los ciudadanos no presentan resultados, suelen recular, aún más deprisa y buscan rápidamente una salida al atolladero aún a costa de consecuencias mucho peores que el continuar en lo anterior.

Así en 2014, los analistas norteamericanos convencieron a sus gobernantes de que insistir en cambiar totalmente la ideología, el pensamiento y el comportamiento de un país, terreno y población que seguía viviendo en un ambiente e ideología “medieval” y con arraigadas creencias salafistas que ponen en peligro la libertad de gran parte de su población, fundamentalmente la de las mujeres, para tratar de convertirlo en un oasis democrático, no solo era una utopía sino algo imposible de lograr.

Por ello, se iniciaron una serie de contactos oficiosos y luego oficiales con los talibanes, con ciertos encumbrados apoyos por en medio, a cambio de una postura no tan hostil como antaño por su parte, y a explorar la posibilidad de una transferencia de responsabilidades, pactada, no cruel, progresiva y sin revanchismos a cambio de promesas que algún día sabremos.

Estos movimientos, sin duda, crearon una gran sensación de desconfianza en sus propias fuerzas militares. Se veían traicionados y abandonados. Cuando un ejército, aunque esté bien dotado y medianamente instruido, se siente en tal situación, su mínima moral se resquebraja o desaparece y entonces, ante la menor presión externa se derrumba como un castillo de naipes cuando se le quitan las cartas que le sostienen en la parte más baja.

Esto explica que unas fuerzas de guerrillas, no unificadas en mando e inteligencia, sin medios logísticos de transporte apropiados, mal armadas y con escasos medios de comunicación, hayan podido recorrer en motocicleta tan rápidamente largas distancias y tomado Kabul sin disparar ni un solo tiro.

Afganistán, además de ser uno de los principales productores mundiales de opio, es un país rico en litio, materia prima muy demandada hoy en día para las comunicaciones y los ordenadores y sobre la que China ejerce un importante control actual y a futuro; amen de ciertos ductos que van a pasar por su territorio y la nueva ruta de la seda China; por lo que su papel a jugar en la zona será muy importante y puede que sea la nueva gran potencia, que finalmente controle el país o también se dé de bruces contra los mencionados señores de la guerra.

Es muy difícil que la Rusia de Putin, aparte de frotarse las manos y brindar con champán por la derrota, fracaso y vergüenza internacional de los EEUU, se quede de brazos caídos y sin hacer nada; en breve veremos cuál ha sido su papel jugado en el conflicto y en poder influir contra los norteamericanos como hicieron estos a la inversa el siglo pasado y qué papel juega con los talibanes.

Afganistán es ahora un estado fallido, su presidente puso su culo a salvo antes de que llegaran los talibanes a la capital; el caos y el miedo atenaza las mentes y el comportamiento de sus ciudadanos; veinte años de “colaboracionismo” con los occidentales a cambio de dinero y favores, las muchas cuitas producidas, informaciones reales y mentiras lanzadas entre ciudadanos, vecinos y hasta familiares, hacen que hoy veamos las escenas de terror en el aeropuerto de Kabul, repleto de hombres —con grave ausencia de las mujeres— tratando de subirse como puedan a uno de los muchos aviones de todo  tipo que acuden allí para recoger a personal militar y el civil que estaba encuadrado en las embajadas o trabajaba en estas y los servicios de inteligencia o intérpretes. Los cielos surcados por helicópteros miliares de aquí para allá, recuerdan y mucho a la evacuación de la Embajada de la EEUU en Saigón.

En cualquier caso, los que llevan las peores papeletas en su bolsillo a partir de la presente, son las mujeres que verán cercenados sus escasos derechos adquiridos en estos años de sucesivos cambios. Volverá a negárseles el acceso a la educación, la conducción, salir libremente de casa y serán reprimidas, abusadas, vendidas y tratadas como ganado o asesinadas a pedradas a nada que se les acuse de cualquier tipo de adulterio.

El futuro de todos los potenciales colaboracionistas y sus familiares es francamente incierto y muy posiblemente, la mayoría desaparecerán de la faz de la tierra voluntaria o forzadamente, porque las represalias, sin ninguna duda, serán muchas. Las cárceles, hasta ayer repletas de afganos muy peligrosos, hoy están vacías con lo que dichos peligros aumentan exponencialmente. El problema más grave actualmente es que algunos países, entre ellos España, han reaccionado demasiado tarde, la confianza en las capacidades afganas era demasiada o falsa y ha constituido el último error de inteligencia; lo que explica que los medios aéreos a recoger al personal nacional hayan sido enviados hoy cuando aquello es un caos total.

La oposición norteamericana, a pesar de que el plan para abandonar Afganistán este año fue elaborado por la administración anterior, considera estos hechos como los más graves y vergonzosos para un país impotente de reaccionar, que llevó al mundo a la guerra y que ahora abandona a los afganos y aliados a su suerte; mientras el presidente Biden sigue de vacaciones sin ir al despacho oval para trabajar por el rescate de sus ciudadanos e informantes en Afganistán; por cierto, como sucede aquí en España con el presidente Sánchez y ya veremos el futuro de la arribada a Kabul y la carga final de los dos A-400M enviados hoy mismo desde Zaragoza.

Lo dicho, las “Lecciones Aprendidas” en las dos principales ocasiones anteriores, Saigón y Mosul, al parecer no han servido de nada, no se escribieron o nadie las leyó y esta es la tercera ocasión en la que vuelve a ocurrir la misma situación y desenlace; la inteligencia artificial ha presentado su primer gran fracaso a nivel mundial y no hay ninguna Paz Duradera, por mucho que pomposamente denominemos así a grandes misiones militares.

 

* Coronel de Ejército de Tierra (Retirado) de España. Diplomado de Estado Mayor, con experiencia de más de 40 años en las FAS. Ha participado en Operaciones de Paz en Bosnia Herzegovina y Kosovo y en Estados Mayores de la OTAN (AFSOUTH-J9). Agregado de Defensa en la República Checa y en Eslovaquia. Piloto de helicópteros, Vuelo Instrumental y piloto de pruebas. Miembro de la SAEEG.

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Nota

[1] Aún recuerdo el nivel que me encontré en los concurrentes a una conferencia que tuve que dar en el CESEDEN a un grupo de unos 20 coroneles y generales de dos y tres estrellas afganos, en un programa de ayuda a la enseñanza en el que participamos. Y eso que aquellos, según nos informaron, era la élite de la élite.