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TIERRA DEL FUEGO. CUANDO LA SOBERANÍA POLÍTICA SE SUBORDINA AL AJUSTE ECONÓMICO

César Augusto Lerena*

El Gobierno Nacional redujo los aranceles de importación de electrodomésticos. Una decisión que afecta a toda esta industria en el país y, especialmente, deja sin sentido las exenciones impositivas y aduaneras establecidas por la Ley 19.640 que promueve la industria electrónica instalada en Tierra del Fuego. Una determinación que atenta contra la soberanía nacional, que podría llevar a despoblar nuestro territorio austral y que, por el contrario, debería desarrollarse en la Isla Grande un modelo sobresaliente a mostrar a los habitantes británicos de Malvinas. La medida del gobierno no se toma en forma aislada, sino que paralelamente se promueve el emplazamiento junto a Estados Unidos de una Base Naval en Ushuaia; se lleva una política de desinterés respecto a las acciones británicas en Malvinas y la región y, el Reino Unido promueve una creciente relación con nuestros vecinos Brasil, Chile y Uruguay y lleva una política blanda ―tolerada por el gobierno― con la que pretende influir culturalmente en los argentinos.

Para no entrar en discusiones ideológicas recurrimos a la visión general de la IA: «la soberanía política es el poder supremo que un Estado ejerce sobre su propio territorio y población, sin la interferencia de otros estados o entidades externas, implica independencia, autonomía para tomar las decisiones políticas, y la capacidad de ejercer autoridad máxima». Lo importante es que el Estado planifique y ejecute las medidas necesarias para ejercer soberanía.

La Ley sancionada el 2 de junio de 1972, tenía en cuenta ―entre otras razones― «la peculiar situación geográfica extremadamente austral de los territorios involucrados y sus consecuencias directas relativas al aislamiento, condiciones de vida y grado de actividad económica y su desarrollo en gran parte mantienen actualidad» y, por tal razón en el artículo 1º de esa ley «eximía del pago de todo impuesto nacional que pudiere corresponder por hechos, actividades u operaciones que se realizaren en el Territorio Nacional de la Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur, o por bienes existentes en dicho Territorio».

La situación actual en relación a la existente a 1972 se ha agravado. No tanto en su aislamiento donde no se ha innovado, sino en la tensión existente entre las grandes potencias en el Atlántico Sur; la invasión creciente en la parte meridional de este océano por parte del Reino Unido de Gran Bretaña (RUGB); ya que mientras en 1972 los británicos ocupaban unos 20.000 km2 de Malvinas, Georgias del Sur y Sándwich del Sur y tres millas alrededor de estas islas y, desde 1982 y en especial desde los Acuerdos de Madrid (1989-1990) avanzaron invadiendo y disputándole a la Argentina 5.497.178 Km2, de los cuales nos invaden 1.639.900 Km2 de territorio marítimo e insular y nos disputan 1.430.367 Km2 de plataforma continental extendida y 2.426.911 Km2 del continente antártico.

Mientras ello ocurre, el RUGB profundiza sus relaciones con Chile respecto a la Antártida y con Uruguay, cuyo puerto de Montevideo presta apoyo logístico a las capturas ilegales en el Atlántico Sur.

A ello, hay que agregarle que en las aguas de Malvinas los británicos extraen ilegalmente recursos pesqueros argentinos en el orden de las 250.000 toneladas anuales ―según reportes de los propios isleños― y en materia de exploraciones petroleras las empresas Rockhopper y Navitas estiman extraer 728 millones de barriles de petróleo. Todo esto militarizado ―aeronaval y misilísticamente― por las fuerzas de la corona británica. En este escenario ¿se puede debilitar la economía de Tierra del Fuego?

No obstante, nos preguntarnos: ¿Qué han hecho los gobiernos nacionales y provinciales para monitorear y dar sustento estratégico, económico y de defensa, a la par de terminar con el aislamiento y promover nuevos proyectos productivos e industriales, que no estén necesariamente atados a los beneficios impositivos y aduaneros? Y a la par asegurar que las inversiones estén orientadas en el mediano plazo a proveer una economía sustentable no subsidiada. Lo hecho ha sido insuficiente y aquellas actividades que promueven empleo, deben también producir un desarrollo regional compatible con los intereses estratégicos de fortalecer Tierra del Fuego. Las autoridades debieron cumplir con lo que precisaba la Ley: «La posibilidad de establecer una promoción económica por medio de las disposiciones que regulan el tráfico de mercaderías otorgando beneficios especiales, forzosamente condicionada por la existencia de una actividad económica estable y de la posibilidad de hecho de ejercer los controles correspondientes». Aun así, la soberanía política no puede subordinarse al ajuste económico. Si para lograr un déficit cero el gobierno nacional debe desatender los aspectos soberanos de la Nación estaría violando la Constitución Nacional en materia de defensa y seguridad nacional y en especial su Disposición Transitoria Primera que reza: «La recuperación de dichos territorios y el ejercicio pleno de la soberanía…  constituyen un objetivo permanente e irrenunciable del pueblo argentino».

Seguramente, a la par de Tierra del Fuego, el Estado Argentino debería llevar adelante una política que armonice más las economías entre las provincias, teniendo en cuenta aquellas que, por razones vinculadas a su condición de fronterizas, la disponibilidad de los recursos, sus características climáticas y/o las distancias de los grandes centros urbanos, etc., se encuentren más desfavorecidas o expuestas.

Nadie debería asombrarse. Ya se sabía desde la sanción del régimen de excepción que se partía de una discriminación de trato con el resto de las provincias y que todas hacían un importante esfuerzo por acompañar el imprescindible desarrollo de Tierra del Fuego; pero, el que sus gobernantes nacionales y provinciales no hayan cumplido con las expectativas puestas en la iniciativa, no implica que hayan desaparecido las razones que dieron lugar al dictado de la ley. Por el contrario, como hemos visto se han agravado, por lo que no puede ser desactivada por vía indirecta. En todo caso, debieran ser sancionados quienes no estuvieron a la altura de las circunstancias y quienes ―públicos y privados― no entendieron la motivación de fomentar a Tierra del Fuego por razones estratégicas, económicas y sociales.

A la Unión Europea ni a los Estados Unidos se los cuestiona por subsidiar ―entre otras― a su producción agropecuaria. Ni que la Unión Europea subvencionara el desarrollo de España, Italia o Portugal al momento de ingresar a la Comunidad Europea y que al hacerlo ésta acordara el plan de desarrollo y fiscalizara las inversiones. La fortaleza y la integración de Europa estaban atadas a la necesidad de equilibrar las economías y sus capacidades.

Todos los países que pescan a distancia ―pese a las buenas intenciones de la OMC― son subsidiados.

No se construye soberanía con un «Mapa Bicontinental» y no habrá soberanía en la Nación Argentina sino se construye soberanía en Tierra del Fuego, una provincia bisagra de nuestras reivindicaciones sobre los archipiélagos, los mares meridionales del Atlántico Suroccidental, nuestros vínculos con el océano Pacífico y el acceso a la Antártida Argentina.

Como dijimos, se podría cuestionar cómo han utilizado las ventajas impositivas los gobiernos de Tierra del Fuego para el cumplimiento de esos objetivos y a su vez cómo reconvertir su economía; pero el gobierno nacional tampoco ha aportado plan alguno al respecto y, por el contrario, lo agravado con sus erráticas políticas respecto a revertir la situación de ocupación británica de los territorios nacionales.

La Provincia, por ejemplo, no ha efectuado una política pesquera adecuada. No ha industrializado ni agregado valor a esta actividad y no ha iniciado las acciones legales contra las embarcaciones ilegales que pescan en su territorio de Malvinas y Georgias del Sur.

A nuestro juicio, el gobierno nacional debe llevar adelante la reconstrucción y modernización de los puertos de Río Grande y Ushuaia para integrar la Isla Grande de Tierra Grande al continente, facilitando el comercio nacional e internacional, la explotación pesquera, el transporte, la actividad turística y científica con relación a la Antártida. Además de ello, construir una base naval autónoma sin injerencia de terceros países y dotar a Tierra del Fuego de la tecnología más moderna en materia de defensa y científica, direccionando, además, los vuelos de Malvinas a Ushuaia, capital de la Provincia, como principio de administración del territorio usurpado.

Deberían renegociarse las condiciones de mantenimiento del régimen de excepción estableciendo por parte del gobierno de Tierra del Fuego un plan de aplicación de las utilidades al objetivo estratégico explicitado en la Disposición Transitoria Primera de la Constitución Nacional y un plan de mediano plazo de reconversión de desarrollo productivo e industrial de la Provincia. Por cierto, también llevar adelante un Plan respecto a la Antártida que debilite la relación RUGB-Chile y acordar con éste una política de cooperación en el territorio antártico y en materia científica y turística.

Nada es confusión. Nada es obra de la casualidad o de la ineptitud. Es un plan que bajo pretexto de arcaicas prácticas de libre mercado desmalviniza y desculturaliza la Argentina y despuebla los territorios vinculados con los archipiélagos del Atlántico Suroccidental y la Antártida. Mientras el Reino Unido de Gran Bretaña avanza, avanza.

 

* Experto en Atlántico Sur y Pesca. Ex Secretario de Estado. Presidente de la Fundación Agustina Lerena. Presidente Centro de Estudios para la Pesca Latinoamericana (CESPEL). www.cesarlerena.com.ar

LA APROPIACIÓN DE LA NACIÓN DE LOS RECURSOS PESQUEROS DE BUENOS AIRES

César Augusto Lerena*

Escribimos para la mayoría de los argentinos que «viven de espaldas al mar» y para los bonaerenses a los que el Gobierno Nacional les enajena los recursos pesqueros y, lo que es peor aún, lo hace con una ineptitud tal, que compromete estos recursos naturales para las próximas generaciones y atenta contra la industria y el empleo radicado en todo el territorio provincial.

Todos estamos afectados por décadas de gobiernos nacionales incapaces que mal administran el recurso pesquero que pertenece a la Provincia de Buenos Aires y a todos sus pobladores. Se apropian de los recursos pesqueros de dominio de la Provincia en su territorio, los migratorios originarios de éste y los que forman parte del ecosistema y no realizan ninguna acción para impedir la pesca ilegal de las especies migratorias en la Zona Económica Exclusiva (ZEE) y en alta mar, por parte de buques extranjeros. Es decir, administran irregularmente.

La Argentina tiene una Zona Económica Exclusiva de 3.757.124 Km2, dentro de la cual, unos 520 buques nacionales capturan anualmente unas 800 mil toneladas; ello, pese a la potencialidad del Atlántico Sudoccidental de unos 1,7 millones de toneladas de peces y calamares que son extraídos en su mayoría por buques españoles-británicos, chinos, coreanos y taiwaneses, sin ninguna acción por parte del gobierno nacional, con un evidente perjuicio biológico al ecosistema y a las economías provinciales. Mientras ello ocurre, unos 10 mil barcos chinos superan sus 200 millas marinas y se dedican a la pesca a distancia en alta mar junto a otros 60 mil buques de unos 24 países, entre ellos, de España, Japón, Corea, Taiwán y el Reino Unido asociado a España. Ello explica ―junto a la producción de la acuicultura que representa el 49% de la explotación mundial― las razones por la que Argentina es insignificante en el comercio mundial pesquero. Por ejemplo, España, «con una ZEE de 1.040.000 Km2 de un tercio de la de Argentina, tiene 8.972 buques pesqueros; captura un millón de toneladas/año; importa 1,8 millones de toneladas; exporta 1,2 millones de toneladas; consume 23 Kg per cápita y tiene 231 buques pescando en aguas internacionales» (CEPESCA, 2018).

Nuestros vecinos capturan en altamar. Chile tiene cuatro flotas que pescan fuera de la ZEE: la industrial de jurel, krill y bacalao y la artesanal de pez espada y, Perú, donde sus embarcaciones artesanales salen fuera de las 200 millas en busca de perico y los industriales van a la captura de jurel, caballa y atún.

La Argentina no revertirá su situación si ―además de implementar un importante desarrollo en la acuicultura y maricultura― no sale a competir con la flota internacional en alta mar y administra adecuadamente los recursos migratorios en la ZEE y alta mar. Nada de ello es posible si el gobierno no lanza un proyecto de desarrollo y apoyo financiero a estas actividades. Lejos de ello, este gobierno, promueve una reforma para extranjerizar la explotación pesquera y aplicar un Régimen de Incentivos a las Grandes Inversiones (RIGI) que van en contra de la industria nacional.

El gobierno nacional se comporta como «el perro del hortelano», se queda con la administración de los recursos pesqueros de las Provincias y va camino a regalarles la pesca a quienes tienen el mercado mundial.

Es muy difícil de explicar que la Argentina en 1975 con una captura total de 504 mil toneladas ocupó más personal que con una captura total de 800 mil toneladas en 2023. Varias son las razones y entre ellas que gran parte de las exportaciones se reprocesan en países importadores transfiriéndoles a estos la mano de obra directa e indirecta. Una política que promueve la desocupación, aunque elemental frente a la que sería entregarles el mar (la reforma de la ley de pesca) o directamente todos los permisos (RIGI).

Es «el cuento de la buena pipa» ya que el modelo que impera lleva a los municipios a entender como nacional la actividad; la Nación no lleva adelante proyectos de desarrollo local o regional y el gobierno actual va camino a enajenar una actividad productiva nacional que ha generado pueblos y empleo.

Los datos estadísticos de la Subsecretaría de Pesca por su parte refieren a número total desembarcos que es absolutamente inconsistente, donde no distingue si se trata de especies enteras; sin cabeza-cola (H&G); filetes, etc. y, para iniciar una administración sostenible y sustentable del recurso debe establecerse el tipo de proceso sufrido previo a la descarga; los volúmenes y especies ciertos desembarcados; los descartes y residuos en el mar; el stock en las cámaras y, por cierto, los valores ciertos de exportación, entre otras cosas. La falta de control de la actividad hace inviable una administración eficiente del recurso por parte del Estado Nacional. No imaginamos el descontrol de una pesca extranjerizada.

Hay descartes en el mar estimadas en el 30% de las capturas según la FAO, el INIDEP, la AGN y el Banco de Desarrollo, en un país con 48,3% de pobres, es decir 22,6 millones de personas y 11,9% de indigentes que comprenden 5,5 millones de personas. La pesca puede ser una herramienta fenomenal para la provisión de proteínas de alto valor biológico a las poblaciones vulnerables, resolviendo el problema del hambre y desnutrición de la Argentina. Si reguláramos el descarte de pescados al mar, como ya lo estableció la Unión Europea en 2004 y la Argentina en 1998 por el artículo 21 de la Ley 24.922, tendríamos 3 millones de raciones diarias de alimentos proteicos todo el año para los niños y adolescentes argentinos. Nada que haya resuelto el gobierno nacional y que habrá de agravarse con la política extractiva y de desindustrialización que lleva este gobierno.

La mayoría de los buques congeladores pueden producir mecánicamente unas mil toneladas de filetes de pescados congelados listos para exportar, utilizando una tripulación promedio de unos 40 operarios y realiza al año unas 6 mareas. Para elaborar esas mil toneladas, el buque debió capturar unas 2.700 toneladas de pescado; es decir, que al año se habrán tirado al mar unas 10.200 toneladas de residuos. Si llevamos este número a 35 buques congeladores arrastreros se habrán tirado por año un total de unas 357.000 toneladas de residuos de pescados al mar. Si nos retrotraemos a veintiséis años atrás, cuando se promulgó la ley 24.922, se habrán tirado al mar más de 9,3 millones de toneladas de residuos además de los millones de especies capturadas descartadas. Imaginemos entonces, la contaminación marina y analicemos las pérdidas que significan para la Argentina. Según la FAO, con una tonelada de residuos de pescado se obtienen 225 kg de harina y 50 kg de aceite. El procesamiento a bordo y el descarte al mar de las 10.200 toneladas de residuos citados nos impide usarlos para la fabricación de 2.295 kg/año de harina y 510 kg/año de aceite de pescado; por lo cual, a un valor de exportación de US$ 1.490 la tonelada de harina, significa una pérdida de US$ 3,4 millones, más el valor de US$ 2.348 la tonelada de aceite, provoca una pérdida de US$ 1,2 millones de dólares; es decir que la Argentina pierde con el procesamiento a bordo y el descarte de los residuos de cada buque la suma de US$ 4,6 millones por año, lo que multiplicado por los 35 buques congeladores-procesadores arrastreros significa una pérdida total anual de unos 161 millones de dólares, a lo que deberían sumarse las pérdidas y la contaminación derivadas de los descartes al mar de las especies «llamadas no comerciales» o de «pesca incidental».

Deberíamos agregar que se requieren unas 4,9 toneladas de residuos de pescado salvaje para obtener la harina y el aceite necesario para producir una tonelada de salmón. Es decir que, si la Argentina quisiera incursionar en la acuicultura o maricultura, a la usanza de la política de China o España, debería tener muy en cuenta la utilización plena de los residuos.

No se pueden tirar toneladas de proteínas al mar, mientras hay millones de niños pobres, indigentes y desnutridos. Por supuesto que esto se agravará de continuarse con las políticas actuales o, aún peor, extranjerizando el mar o vendiendo las empresas nacionales.

La Argentina con 4,9 kg per cápita/año es el país que menos consumo tiene en Latinoamérica que consume un promedio de 9,8 Kg. Aún más bajo que África que consume un promedio de 11 Kg. y por supuesto que la Unión Europea que alcanza un consumo promedio anual per cápita de 22 Kg. Si todas las exportaciones de pescados blancos, calamar, anchoítas y conservas se destinasen al mercado interno, los argentinos alcanzarían un consumo de 11,5 kg. aún por debajo del promedio de consumo mundial de los 20 Kg. No hay plan nacional de consumo de pescado y la Provincia de Buenos Aires no puede quedar a la espera, a partir de recuperar el recurso.

La industria pesquera no puede escapar a las generales de la ley en un país con un gobierno sin proyecto nacional marítimo y pesquero que está dispuesto, incluso, a extranjerizar la explotación del mar argentino sin exigir el desembarque en los puertos nacionales de las capturas y utilizando tripulación extranjera. Parece el límite que se puede tolerar y, pese a ello, los propios interesados permanecen inermes ante un Estado Nacional que primero se apropia de los recursos provinciales y luego avanza en entregarlos a empresas extranjeras por el mero pago de un canon, destruyendo la industria, el desarrollo regional y el empleo.

Ello, en medio de un costo interno desmesurado que dificulta la explotación de los recursos del Atlántico Sur y su proceso industrial, dejando fuera de competencia, a esta actividad de interés económico, social y estratégico. Un verdadero cuento de la buena pipa. Nadie puede imaginar un presente ni un futuro promisorio en esta u otra actividad exportadora en un país con una inflación altísima, cuando los principales competidores pesqueros y compradores en el mundo tienen una inflación interanual (abril/2024) de 2,2% (Alemania); 2,2% (Francia); 3,3% (España); 0,3% (China); 3,4% (Estados Unidos); 2,7% (Japón); 0,9% (Italia); 3,2% (Reino Unido); 3,1% (Corea del Sur); 17,7% (Rusia); 3,2% (Brasil) mientras que la Argentina tiene una inflación de 289%. Hoy, mañana o pasado los productos dejan de ser competitivos o se exporta a pérdida, mientas que la actividad agropecuaria y las capturas en alta mar se subsidian en la Unión Europea y los países asiáticos, mientras en nuestro país los altos costos de la energía, los combustibles, las cargas impositivas, la falta de crédito a la producción y las altas tasas de interés, terminan transformando en financieras a las empresas industriales para obtener las utilidades que sería de esperar fuesen el resultado de la actividad productiva. No puede esperarse en este escenario un gran desarrollo empresario, donde el Gerente Financiero reemplaza al de Producción.

El viejo aforisma de que «el dueño de la pesca es el dueño del pescado» está siendo utilizado por la Nación, quien a través de un andamiaje de leyes destinadas a administrar la totalidad de los recursos está perjudicando a la Provincia de Buenos Aires y a otras provincias del litoral marítimo, ya que sus ingresos por la explotación pesquera se ven seriamente disminuidos y la pesca no es solo una actividad económica, sino una herramienta de radicación industrial, poblacional y de generación de empleo.

La Nación lleva adelante un modelo que no beneficia a los intereses provinciales. Una investigación sin la necesaria participación de la provincia; los mares sin control y una pesca ilegal creciente que depreda el ecosistema, en el que intervienen los recursos pesqueros provinciales. Sus políticas están destinadas a profundizar la desindustrialización, a desnacionalizar la actividad y a concentrar en pocas empresas extranjeras la actividad. A través de la «ley de bases» y la instauración del «Régimen de Incentivos a las Grandes Inversiones (RIGI)» por el que «se otorga exenciones tributarias, aduaneras y cambiarias por 30 años a aquellos proyectos que inviertan más de 200 millones de dólares en bienes de capital; que alcanzan a reducciones del impuesto a las ganancias de 35% al 25%; la libre disposición del 20% de las divisas generadas por sus exportaciones al cabo del primer año, del 40% a partir del segundo año y de la totalidad (100 %) a partir del tercero; el pago de IVA con crédito fiscal; podrán aplicarse al pago de impuesto a las ganancias, a los impuestos a los bienes personales y al cheque, implicando de hecho la exención de esos tributos. Estas compañías podrán importar bienes libres de aranceles y no pagarán el impuesto PAIS; además de quedar exentos del pago de impuestos inmobiliarios, ingresos brutos y tasas municipales» (Pulti, Gustavo «Proyecto de Declaración de rechazo al Proyecto de Ley de Bases…», 2024). Una verdadera inequidad que afectará seriamente a los recursos de la Provincia y los Municipios y a todas las empresas pesqueras y proveedoras de insumos que instaladas en la Provincia de Buenos Aires (y en otras provincias) carecerán de todo incentivo compensatorio y, ante tanta desigualdad las sacará de competencia en el mercado internacional y nacional y quedando tentadas de poner la bandera de remate a sus instalaciones, buques y concesiones poseedoras de permisos, cuotas y autorizaciones de pesca. Tendrá un efecto peor al proyecto de reforma de la ley de pesca que integraba la «ley de bases» que fue desestimado ante la presión de expertos, los medios, el sector pesquero y distintos referentes políticos; ya que no se quedarán estas empresas solo con el mar y sus recursos, sino con toda la industria radicada en tierra, seguramente reduciendo el agregado de valor y el consecuente desempleo argentino, en favor de los mercados de los que procedan las inversiones.  

Cuando se eligen los gobiernos nacionales, los votantes no pueden imaginar que los recursos naturales de sus provincias serán apropiados en favor del tesoro nacional, mantener una estructura centralista y administrar la política sectorial; pero, los sectores directamente interesados que invierten en la Provincia debieran preocuparse sobre qué políticas van a llevar los administradores del Estado Nacional, ya que no debieran quedar la política pesquera en poder de un subsecretario o de un Consejo Federal Pesquero (CFP), integrado igualmente por un representante provincial quien, aun teniendo una política clara provincial, deberá actuar en minoría frente a los funcionarios nacionales que integran el cuerpo. Aquí aplica el viejo dicho de «a río revuelto ganancia de pescadores», ya que la participación atomizada de las provincias en ese Consejo, en ocasiones con intereses contrapuestos, sobre los que actúan políticos, empresarios y sindicatos ha facilitado la tarea de monopolizar la administración por parte de la Nación.

Dos son los aspectos centrales sobre los que estamos prestando atención: los derechos provinciales no delegados a la Nación sobre los recursos pesqueros y la administración provincial de los recursos migratorios y asociados.

El gobierno de la Nación se queda con los recursos naturales de la Provincia. ¿Los pioneros y hacedores de la pesca dónde están? «…Cuando vinieron a buscarme, no había nadie más que pudiera protestar» (Martin Niemöller, 1946).

 

* Experto en Atlántico Sur y Pesca- Ex Secretario de Estado. Presidente Centro de Estudios para la Pesca Latinoamericana (CESPEL). Presidente de la Fundación Agustina Lerena. www.cesarlerena.com.ar

 

168 HORAS

Iris Speroni*

Lo que un gobierno no hace en sus primeros días, no lo hace más.

 

Esta última semana (17/04/2023-21/04/2023) ha sido infernal, con el dólar disparándose, una deuda que crece exponencialmente, brecha cambiaria del 100% y la bomba del BCRA sin desactivar.

Tener artificialmente baja la cotización del dólar les sirve a los amigos del poder, porque lo compran barato para llevárselo a la casa. Lo traté en EL TAMAÑO DEL BOTÍN.

¿Por qué hemos vivido una semana odiosa que será seguida de meses más horribles aún? La inestabilidad política en la Argentina la generan los poderosos —no los humildes— por la simple razón de que así ganan dinero. Podrían ganar un poco menos, y así robar y dejar vivir, pero ellos son partidarios de “ganar dinero y dejar morir”. Lo traté en EQUILIBRIO INESTABLE.

La brecha cambiaria afecta en primer lugar a quienes producen bienes exportables, porque el BCRA se queda con la mitad del valor de lo exportado —44 mil millones de dólares en el 2022—. A quien más perjudica es al pueblo raso, ya que la triquiñuela de atrasar el dólar provoca: a) caída del salario real, b) desocupación, c) subocupación (trabajo informal) y d) recesión o ausencia de crecimiento. Hace once años que tenemos dólar atrasado y hace once años que el país no crece. El dinero no se lo queda el Estado (para aumentar reservas, por ejemplo), sino que el gobierno se da vuelta y le vende dólares a mitad de precio a los amigos. Es el mayor negocio que existe. Mejor que traficar drogas, armas o la trata de blancas. ¡¡¡U$D 44 mil MM en 2022!!! Lo traté en PRECIO PLENO y EL TAMAÑO DEL BOTÍN; la razón de EQUILIBRIO INESTABLE.

Discrepo con la mayoría de los economistas en que la madre de todos los males sea el déficit fiscal. Es un mal, pero no es la génesis del mal. Creo que la relación de causa y efecto es justamente al revés. Los políticos provocan déficit fiscal para tener la excusa de endeudarnos [1].

Por último, las LELIQs. No es el problema más importante, pero sí el más urgente. LA OTRA IFE, LA ESTANFLACIÓN SEGUIRÁ, SEIS LATITAS DE ATÚN (sobre el costo de la inflación).

Los temas importantes son, a mí entender: defensa nacional, pleno empleo, alimentación de la población, salario real, seguridad interna y educación. De nada de eso me ocuparé hoy.

Días antes de que asumiera Alberto Fernández propuse lo que creí debían ser las medidas de los primeros 90 días de gobierno para acabar con la recesión y poner en marcha el país. LOS PRIMEROS 90 DÍAS DE GOBIERNO – 20 MEDIDAS PARA REACTIVAR EL PAÍS.

Hoy serán los primeros siete días, las primeras 168 horas, de gobierno en lo que habrá que poner en marcha el país, estabilizar la moneda nacional y desarmar las bombas de LELIQs.

168 horas
  1. Cancelar las LELIQs con dinero. Depositar los pesos. Hay vencimientos diarios. En siete días todos quedan pagos y la deuda en pesos del BCRA pasa a ser cero. La amenaza actual de banqueros y funcionarios corruptos es la siguiente [2]: «si el gobierno corta las letras del BCRA, todo se irá al dólar, el valor de la divisa se triplicará (quintuplicará, multiplicará por X), el país volará por los aires. “Desolación”. “Muerte”. “Tragedia”». Amenazas huecas. Lo traté en EL ELEFANTE SE COME EN PEDACITOS. La mayoría del dinero hoy depositado es de privados comerciales que necesitan ese dinero para sus pagos corrientes. Lo tienen a tasa para tratar de mitigar el efecto de la inflación (explicado en EL ELEFANTE SE COME EN PEDACITOS). Si alguno quiere comprar dólares, lo hará con lo que cobre de sus plazos fijos luego de abonar sus obligaciones corrientes (ya volveré sobre esto). El resto de los depósitos el sistema bancario (los que no son de familias o empresas) son o del gobierno o de los bancos. En estos dos últimos casos el estado controla el destino de esos fondos.
  2. Liberar las transacciones en dólares o cualquier otra divisa entre privados (legalizar la situación actual). Total libertad de compra de dólares entre privados. Total libertad de venta. Pero sólo en efectivo o por transferencia bancaria. No se autorizarán los cheques en dólares u otra divisa (los privados no podrán crear divisa). No se autorizarán los préstamos en dólares de bancos a privados o al gobierno excepto con capital propio. Todo depósito en dólares o divisa será con 100% de encaje. Objetivo: que la mayor cantidad posible de divisas esté en poder de familias y empresas. Que se popularice aún más la posesión de divisas. Lo que atomizará la decisión de compra y venta de las mismas. La prohibición de cheques y préstamos es para evitar que se generen argendólares o dólares sin respaldo físico.
  3. Los comercializadores de exportaciones de commodities (traders, en la jerga) tendrán la obligación de liquidar las exportaciones dentro de las 24 horas siguientes a la carga del barco. Pero no tendrán la obligación de vender las divisas que obtengan, solamente de ingresarlas a su cuenta corriente en el país (no pueden dejar ese dinero en el exterior). Podrán pagar los granos o los animales (para el caso de frigoríficos) o fruta en el caso de empacadoras en dólares a productores y acopiadores. Esto hará que se atomice la oferta de dólares la cual no sólo estará ya en manos de los traders (COFCO, CARGILL, etc.) sino en cientos de miles de agentes económicos que en forma atomizada decidirán conservarlos o canjearlos por pesos. El objetivo es que aumente la oferta de divisas para que no se dispare el precio de la misma más de lo necesario.
  4. El presidente decretará que el pago de ganancias cuarta categoría será por sobre el sueldo del juez mejor pago. Todos somos iguales ante la ley. Si los jueces se niegan a pagar ganancias, extendemos el mismo privilegio sobre la totalidad de la economía. Objetivo: que las familias cuenten con efectivo inesperado en medio de un contexto que pueda ser recesivo, lo que estimulará o bien la compra de dólares para ahorro personal, o el gasto (vacaciones, comer afuera, etc.) o ponerse al día deudas con las tarjetas; más aumentar el salario real de millones de trabajadores.
  5. El presidente decretará que en el próximo pago de sueldos (entre el 1º y el 5 de enero 2024) la patronal devolverá al empleado todos los adelantos a cuenta de ganancias retenidos durante el año 2023. Objetivo: aumentar el salario real de millones de trabajadores y bajar el nivel de disponibilidad de las empresas la cual habrá crecido instantáneamente al cancelar las LELIQs y los plazos fijos.
  6. El dinero que pone la patronal de su bolsillo será a cuentas de impuestos de las empresas. Será el último adelanto impositivo de la administración que comience ese día.
  7. Prohibir toda forma de percepción, retención o adelanto impositivo a partir de 2024. Los impuestos se pagan luego del hecho económico. El estado no puede quitarle el capital de trabajo a las empresas. Objetivo: aumentar el capital de trabajo de las empresas, darle aire a las empresas para reponer stocks o aumentar la producción.
  8. Eliminar todos los impuestos internos (bebidas, gaseosas, combustibles, alfombras, etc.). Ídem anterior.
  9. Eliminar el IVA sobre:
    1. alimentos,
    2. forraje,
    3. combustible,
    4. transporte,
    5. servicios públicos de electricidad, gas y aguas.
    1.  
  1. La alícuota de IVA para el resto de los bienes y servicios será de 10%. Objetivo de 9 y 10: abaratar el costo de vida, aumentar el poder de compra de salarios, jubilaciones y planes sociales, los cuales hoy vuelven en un 50% al estado en forma de impuestos.
  2. Por 90 días disponer que la totalidad de las cuentas a pagar de las grandes empresas a profesionales (contadores, abogados, consultores, médicos, kinesiólogos, etc.) y a los proveedores pymes se pagarán dentro de los 7 días. Objetivo: actualmente las grandes empresas han acumulado capital de trabajo para colocarlo a plazo (y así tratar de moderar los efectos de la alta inflación) pero a costa de sus proveedores. La empresa, al cobrar en una semana todo el dinero colocado en el sistema bancario, pretenderá que una parte vaya a comprar dólares y así aumentará la demanda. Con esta medida se busca: ordenar el mercado de pagos, que hoy perjudica al más débil —por una distorsión que provoca el Estado (la inflación y las altas tasas)—; pasar el dinero a manos de profesiones y pymes y así atomizar las disponibilidades y la decisión de comprar divisas o no.
  3. Los dólares se comprarán y venderán libremente entre particulares vía casas de cambio o bancos o entre privados.
  4. El BCRA no interferirá en el mercado cambiario. El gobierno nacional comprará divisas para sus obligaciones al mercado como un agente más al precio vigente. Dirá a principio de mes cuántos dólares deberá comprar para cancelar obligaciones. Objetivo: que exportadores, importadores y ahorristas decidan libremente el valor de la divisa.
  5. De igual manera el BCRA no interferirá en el mercado futuro de divisas.
  6. La compra de granos a acopios o productores, de animales por parte de frigoríficos, de leche por usinas, o de fruta por parte de empacadoras podrá hacerse en pesos o divisas a voluntad de las partes. Objetivo: atomizar la posesión de divisas entre la población.
  7. Toda compra de mercadería podrá hacerse indistintamente en pesos o divisas según voluntad de las partes.
  8. Eliminar el límite al uso de efectivo en pesos o dólares. Objetivo: a) la libertad y b) atomizar aún más la decisión de la operatoria de cambios.
  9. El Estado continuará haciendo frente a sus obligaciones de sueldos, jubilaciones y proveedores en pesos.
  10. Liberar el precio de los combustibles. El único límite es que no puedan ser más caros (por colusión entre los vendedores) del precio libre de impuestos en EEUU. Para compensar a la población se eliminará todo impuesto sobre combustibles.

Actualmente numerosas empresas ganan más dinero (nominal) por sus fondos depositados a tasa que por el devenir del negocio. Es así como están retrasadas todas las cadenas de pago donde los principales damnificados son los pequeños agentes económicos (médicos con las prepagas, pymes proveedoras de grandes empresas, proveedores de supermercados, etc.). Con estas medidas, por un lado se elimina el incentivo a demorar los pagos (tasa cero o casi cero una vez que el estado no demanda dinero), por el otro será obligatorio para que los mismos gerentes de inversiones no se tienten en comprar dólares mientras tienen millonarias cuentas a pagar. Por el otro lado, todo ese dinero se repartirá entre millones de agentes económicos pequeños, lo que atomizará la decisión de comprar o no divisas y por lo tanto influir en su cotización: algunos comprarán dólares, otros cubrirán el saldo de la tarjeta de crédito, otros comprarán mercadería, otros pagarán impuestos adeudados y otros se irán de vacaciones a Miramar. La obligación de pagar por parte de las grandes empresas es a sólo efecto de disminuir en lo más posible sus disponibilidades (a costa de sus proveedores) para comprar dólares y subir por encima de su nivel natural la cotización.

Acabar con la coparticipación

Hay dos formas de acabar con la coparticipación. Una es cambiar la ley (lo que es difícil de lograr), otra es que no haya impuestos coparticipables. O son provinciales o son nacionales. Medidas:

  1. Nacionalizar la educación.
  2. Nacionalizar la salud.
  3. Eliminar el impuesto a los bienes personales. Eventualmente las provincias podrán reformular sus alícuotas de impuesto inmobiliario.
  4. Eliminar el impuesto al cheque.
  5. Convertir el IVA (ya disminuido a tasa 0% y 10%) en 100% del gobierno federal.
  6. A cambio ofrecer que el impuesto a las ganancias sea 100% provincial. Proponer la baja de la alícuota de ganancias a 10% para las personas físicas y 15% para las personas jurídicas. FEDERALES Y UNITARIOS.
  7. Las alícuotas aduaneras deberán ser más sencillas. Una nominal de tasa de estadística (1%, 3% ó 5%) para exportaciones y algo sencillo para importaciones 10%, 15%, 30%. Simple, para limitar la arbitrariedad. La mejora del ingreso de los productores de bienes exportables será por la liberación del tipo de cambio.

El tema de impuesto a las ganancias y la no coparticipación de IVA se tiene que discutir en el Congreso, esto será a partir del 1º de marzo de 2024. Mientras tanto, el presidente puede bajar las alícuotas, incluso hasta 0%.

Finanzas públicas

Queda claro que la cancelación de LELIQs será con emisión monetaria. Debería ser la última que efectúe el nuevo gobierno. Medidas para contrarrestar sus efectos.

  • Exigir pago de impuestos a quienes adeuden (que parte del dinero emitido vuelva al Tesoro).
  • Obligar a las grandes empresas al pago a acreedores (ya detallado), por la misma razón.
  • Reducir ministerios y gansadas a trazo grueso (motosierra). Baja de gasto público.
  • Pagar con estricto criterio de caja. Se pagarán sueldos y proveedores con el ingreso de impuestos. No entra, no paga.
  • Cobrar impuestos aduaneros en divisa, tanto importaciones como exportaciones. Puede ser en la divisa de la transacción dentro del siguiente menú: dólares, euros, yuanes, reales.
  • La recaudación aduanera se destinará únicamente a cancelación de obligaciones externas (repago deuda y compra de pertrechos militares) o acumulación de reservas.
  • La minería aurífera pagará sus impuestos en especie. El oro y plata se destinarán a reservas del BCRA.
La dolarización

No leí la propuesta, por lo que sería una falta de respeto comentar el trabajo de otro. Mis prevenciones sobre el título en cuestión (dolarizar) son dos: A) dejar que funcionarios públicos puedan libremente contraer obligaciones en divisa es lo mismo que dejar que un mono tenga una navaja (imaginen a todo intendente y gobernador que tenga salarios y proveedores a pagar en dólares; una fiesta). B) Que los privados puedan crear argendólares mediante el simple procedimiento de emitir un cheque en dólares. No. Toda transacción en divisas deberá ser por transferencia bancaria o efectivo. Y los bancos no podrán prestar divisas excepto con su propio dinero (incluido prestárselo al estado). Nos evitaremos un nuevo 2001.

En cuanto a la gente que exporta servicios: programadores informáticos, consultores, docentes, actores, dibujantes, auditores, etc., el cambio impositivo debe ser claro e inmediato a partir del 10 de diciembre de 2023:

  • Cambio libre, el comprador le puede depositar la divisa en su cuenta corriente nominada en divisa (euro, dólar, etc.) al profesional exportador de servicios.
  • El profesional no tiene obligación de vender sus divisas que son de su propiedad y hace con las mismas lo que desee.
  • Ganancias sólo a partir de que el sueldo anual sea superior al del juez mejor pago de la Argentina.
  • IVA 0% ó 10% (a decidir).
  • 0% impuesto al cheque.
  • Las empresas exportadoras de servicios podrán abonar los honorarios de sus colaboradores en divisas. Pagarán ganancias según régimen vigente.

Proyecto a elevar al congreso: 10% y 15% alícuota ganancias. Eliminar cuarta categoría. Poner mínimo no imponible para ganancias de personas físicas que no estén en relación de dependencia.

Eliminar sellos e impuesto a los ingresos brutos en provincias. Las provincias dejan de solventar salud y educación y además cobrarán 100% del impuesto a las ganancias. Ya demostré la factibilidad en FEDERALES Y UNITARIOS. Hay que tener en cuenta que el pago de DEX y brecha cambiaria es dinero que se paga hoy a la Aduana y BCRA que al eliminarlo quedará en los resultados de la empresa; en su totalidad pasará a ser rédito. Por lo tanto los provincias cobrarán – sólo por este rubro – el 15% (ó 10%) del dinero que hoy el gobierno nacional cobra de DEX + brecha cambiaria. Es muchísimo dinero adicional a la recaudación de ganancias actuales.

Dolarización

Como dije, es una falta de respeto opinar sobre el trabajo ajeno sin haberlo leído o escuchado. Mis prevenciones las hice públicas en su momento. Pero hay algo claro: existe inflación porque es un gran negocio para políticos y “empresarios” amigos del gobierno. Y la población se cansó de ese juego donde tres se hacen ricos y millones vemos que la inflación nos come los ingresos.

@autopolitics lo dice mejor que yo.

Hay muchos interrogantes y cabos sueltos en el presente texto. No es el punto. El punto es que existen soluciones. Éstas u otras. No permitan que les digan lo contrario. Hace décadas que los gobernantes son unos llorones impotentes (pompas de jabón que se derrumban, pasaron cosas, la guerra en Ucrania). Los problemas que tenemos son generados por la clase política. El primer paso para solucionarlos es echarlos a todos a patadas.

 

* Licenciada de Economía (UBA), Master en Finanzas (UCEMA), Posgrado Agronegocios, Agronomía (UBA).

 

Notas

[1] Clara muestra fue el gobierno de Macri que pedía dinero prestado antes de tener asignación del mismo. Exactamente lo mismo hizo Alberto Fernández. Mientras se quejaba de que tenía que renegociar la deuda con el FMI, abría ministerios a diestra y siniestra. La deuda y su renegociación es un gigantesco negocio para los funcionarios. No importa en qué gasten. El tema es gastar mucho (y llevarse su parte) y generar la excusa para contraer deudas.

[2] Hoy casi no hay dinero de fondos de inversión que hacen la siguiente voltereta: vienen y venden dólares (lo que los funcionarios usan para bajar artificialmente la cotización), la ponen en pesos a 27%, 45%, 80%, 100% anual; cuando se cansan compran dólares y se van. Los que hacen eso ya se fueron. Una punta de compra menos.

 

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Artículo publicado originalmente el 22/04/2022 por Restaurar, http://restaurarg.blogspot.com/2023/04/168-horas.html