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SIRIA Y EL «ATLANTISMO»

Roberto Mansilla Blanco*

La caída del régimen de Bashar al Asad en Siria tras la toma de Damasco por parte de los rebeldes recuerda levemente dos precedentes con desenlaces distintos: el final del régimen libio de Muammar al Gadafi en medio de las hoy inexistentes Primaveras árabes de 2011; y el regreso al poder en Afganistán por parte de los talibanes en 2021.

Desde entonces, la Libia post-Gadafi está sumida en una caótica confrontación entre «señores de la guerra» y crisis humanitaria a las puertas de las costas mediterráneas europeas. Por su parte, Afganistán con el retorno Talibán vuelve al redil del islamismo salafista más radical pero bajo un prisma geopolítico diferente tras la retirada estadounidense y con Rusia y China como actores de mayor influencia regional y global. Ambos contextos, el libio y el afgano, pueden resultar clarividentes a la hora de intentar descifrar qué es lo que le espera a la Siria post-Asad.

No se debe pasar por alto un elemento histórico: la caída del régimen de al Asad pone punto final al predominio de los regímenes nacionalistas, socialistas y panarabistas que, bajo el influjo del nasserismo y del partido Ba’ath, ejercieron una importante repercusión política desde la década de 1950 en países como Egipto, Siria, Irak y Sudán. Visto en perspectiva histórica, lo recientemente ocurrido en Siria marca una nueva etapa.

Obviamente la actual crisis siria implica observar importantes pulsos geopolíticos que deben también analizarse bajo el prisma de las crisis libia y afgana. Más allá de las revueltas populares propiciadas por la denominada Primavera árabe, la caída de Gadafi bajo presión de la ONU y la OTAN significó una pírrica victoria para el «atlantismo» y un revés para Rusia y China, que tenían en Gadafi a un aliado regional. Un revés geopolítico mucho más significativo para Beijing, que tenía en Libia un importante entramado de inversiones petroleras y de infraestructuras.

Por otro lado, el retorno al poder de los talibanes en Afganistán supuso un duro golpe para el prestigio de EEUU y una victoria geopolítica para Rusia y China, que veían con ello alejar la presencia de Washington en sus esferas de influencia en Asia Central. Puede intuirse que, en este caso y tras la caída de Gadafi, Moscú y Beijing le devolvieron el golpe al Occidente «atlantista».

Estos sórdidos pulsos geopolíticos explicarían la crisis actual en Siria. La caída del régimen del clan al Asad (en el poder desde 1970) supone notoriamente una victoria para el primer ministro Benjamín Netanyahu y, tangencialmente, para los intereses «atlantistas» que están a la espera de reconfigurarse ante la toma de posesión presidencial de Donald Trump el próximo 20 de enero de 2025. El duro golpe asestado en Siria al denominado eje chiíta (también propagandísticamente conocido como «Eje de la Resistencia») en Oriente Próximo, manejado desde Teherán con apoyo ruso y chino, abre el compás a una súbita e inesperada recomposición de piezas y de equilibrios geopolíticos en la región.

La reciente tregua de Netanyahu con el movimiento islamista libanés Hizbulá resultó clarividente porque precedió a la espectacular ofensiva de los rebeldes sirios liderados por un hasta ahora desconocido Hayat Tahrir al Sham (HTS), un grupo islamista yihadista cuyo nombre literal es Organización para la Liberación del Levante, antiguo Frente al Nursa y con vínculos con Al Qaeda.

Con presunto apoyo turco, país miembro de la OTAN, aliado del eje sino-ruso con incómodas relaciones con el régimen de al Asad y que tiene intereses estratégicos en Siria a la hora de evitar la posibilidad de un reforzamiento en sus fronteras del irredentismo kurdo, la «nueva Siria» que auguran los rebeldes se asemeja al rompecabezas de fuerzas militares, paramilitares y políticas que han dominado en el Afganistán de los últimos treinta años y en la Libia post-Gadafi. Un delicado equilibrio que no necesariamente augura un marco de estabilidad regional.

El inesperado final de la dinastía al Asad debe medirse igualmente como un notorio revés geopolítico para Rusia, Irán e incluso China, país con importantes inversiones en infraestructuras en ese país árabe. El factor geoeconómico también está presente en la caída de al Asad. Siria aspiraba ingresar en los BRICS, cuya cumbre en Kazán (Rusia) en octubre pasado impulsó toda serie de mecanismos orientados a «desdolarizar» la economía global y procrear alternativas al esquema económico occidental predominante desde el final de la II Guerra Mundial.

Moscú cuenta con una base militar en Tartus, en las costas mediterráneas sirias, una importante posición geoestratégica que obstaculiza los intereses «atlantistas» manejados desde Washington. Una Rusia absolutamente concentrada en la guerra en Ucrania y un Irán ocupado en la guerra cada vez menos híbrida y más directa con Israel son factores que igualmente pueden explicar la súbita caída del régimen sirio, en especial a la hora de tomar en cuenta la aparente incapacidad de Moscú y Teherán para asistir a su aliado y mantenerlo en el poder. Tras aterrizar en la capital rusa, el Kremlin concedió el asilo humanitario a Bashar al Assad y su familia.

Por otro lado, Teherán nutría de apoyo logístico y militar a al Asad, siendo éste su principal aliado en la región. Su caída, así como la neutralización por parte israelí del Hizbulá y del movimiento islamista palestino Hamás, deja a Irán en una difícil posición geopolítica a nivel regional, mucho más a la defensiva y sin aliados estratégicos con capacidad para asestar una respuesta asertiva.

El propio Trump arrojó más suspicacias sobre lo que sucede en Siria asegurando que la caída de al Asad se debió porque a Rusia «dejó de interesarle» el suministro de apoyo militar y político a su aliado árabe. Esta declaración, unida al asilo otorgado por Moscú a la familia al Asad, es una clave para nada descartable a la hora de confirmar que, a pesar de las confrontaciones geopolíticas, detrás del final del régimen sirio podría estar operándose un tácito quid pro quo entre Rusia y el Occidente «atlantista».

Con todo, este escenario no descarta la plasmación de pulsos geopolíticos en otras latitudes orientados a disminuir la capacidad de influencia entre uno y otro contendiente. Un caso significativo es la crisis georgiana tras las elecciones legislativas de octubre pasado.

Mientras que el gobierno del partido Sueño Georgiano ha congelado el proceso de negociación para una eventual admisión en la Unión Europea (un evidente triunfo geopolítico para Rusia), en las calles de Tbilisi, la capital georgiana, se presentaba una serie de protestas que parecían recrear un nuevo «Maidán» similar al acontecido en Kiev durante el invierno de 2013-2014 y que implicó la caída del presidente ucraniano Viktor Yanúkovich, pieza estratégica del Kremlin.

 

Desde Europa hasta Asia Oriental

El prudencial optimismo que se ha observado en Occidente tras la caída de al Asad, aparentemente sin percatarse demasiado ante el hecho de que los rebeldes sirios están dominados por un oscuro movimiento yihadista con redes de conexión con Al Qaeda y el Estado Islámico, implica observar cómo la crisis siria define un margen de actuación del «atlantismo» que viene acelerándose en las últimas semanas como política preventiva ante la asunción al poder de Trump, cuyas declaraciones definen la posibilidad de contraer los compromisos de Washington con los intereses «atlantistas».

Estos marcos de actuación se han observado en las últimas semanas desde Europa hasta Asia Oriental. Comencemos por el rocambolesco escenario electoral en Rumanía tras la primera vuelta de las elecciones presidenciales de noviembre pasado.

El 2 de diciembre la Comisión Electoral validó la victoria de Calin Georgescu, considerado un candidato prorruso. Tres días después, las autoridades electorales en Bucarest desconocieron esos resultados toda vez que en Francia se escenificaba la caída del gobierno del primer ministro Michel Barnier tras una moción de censura impulsada por la ultraderechista Marine Le Pen (conocida por sus lazos con el Kremlin) y la izquierda francesa.

La caída de Barnier muestra a una Europa que observa atónita como el histórico eje franco-alemán, que marcó los cimientos de la UE, se sume en sendas crisis políticas que afectan los intereses «atlantistas» y que cambian los delicados equilibrios de poder de Bruselas con Rusia.

El adelanto de elecciones generales en Alemania para febrero de 2025 es sintomático porque podría confirmar el progresivo ascenso de la ultraderecha de Alternativa por Alemania (AfD), señalada como aliada del Kremlin. Así, desde París hasta Berlín el clásico bipartidismo entre socialdemócratas y conservadores se ve alterado ante el ascenso de opciones más populistas y críticos con el establishment europeísta que la actual presidente de la Comisión Europea, Úrsula von der Leyen, intenta mantener en pie a toda costa con el apoyo de las fuerzas «atlantistas» vía Washington y la OTAN.

Por otro lado, el cada vez más opaco presidente ucraniano Volodymir Zelenski ha dejado entrever su presunta aceptación de una tregua con Moscú incluso aparentemente aceptando las ganancias territoriales rusas desde que comenzó el conflicto en 2022.

En medio de las tensiones entre Moscú y la OTAN, las expectativas de Zelenski evidenciarían la incapacidad ucraniana y «atlantista» para mantener el esfuerzo militar contra una Rusia demasiado concentrada en varios frentes dentro de sus esferas de influencia geopolítica en su espacio contiguo euroasiático. En caso de eventualmente darse esta tregua ruso-ucraniana anunciada por Zelenski, la OTAN estaría persuadida a observar con atención en qué medida sus intereses en Ucrania no se verán afectados manteniendo firme su apoyo militar a Kiev.

Pero dejemos Europa y concentremos la atención en Asia Oriental. El 3 de diciembre se observó una surrealista escenificación de un intento de golpe de Estado en Corea del Sur, cuando el presidente Yoon Suk-yeol intentó impulsar la Ley Marcial para, horas después, postergarla por el rechazo parlamentario. Esto dio paso a inesperadas protestas en la capital, Seúl, la destitución del ministro de Defensa y la salvación in extremis del propio presidente surcoreano de ser objeto de una moción de censura similar a la de Barnier en París.

El mandatario surcoreano atribuyó su fracasada decisión de imponer la Ley Marcial a una presunta interferencia de Corea del Norte vía parlamentarios opositores. Unos días antes, el ministro de Defensa ruso, Andrei Belousov, estuvo en Pyongyang para reforzar la alianza estratégica militar entre Rusia y Corea del Norte.

En medio de estos acontecimientos, la UE y MERCOSUR rescataban un histórico acuerdo de libre comercio congelado durante 25 años con la intención de eventualmente construir la mayor área de integración a nivel global. A falta de ser ratificado y con no menos críticas sobre su operatividad, el objetivo en Bruselas con este acuerdo buscaría atar compromisos geoestratégicos ante el regreso de un Trump que ya ejerce de presidente anunciando fuertes aranceles proteccionistas, y al mismo tiempo neutralizar el peso geoeconómico y geopolítico de China en América Latina.

Vistos todos estos pulsos geopolíticos, la caída del régimen de Bashar al Asad en Siria no deja de explicar cómo los grandes actores de la política internacional intentan recomponer piezas a su favor ante las incertidumbres que se ciernen con Trump en la Casa Blanca.

Mientras ese Occidente «atlantista» clama por una transición pacífica en Siria surgen ahora tres interrogantes de calado geopolítico. La primera, ¿cuáles serán a partir de ahora las expectativas e intenciones de unos rebeldes sirios dominados por un desconocido grupo yihadista con conexiones exteriores que deberán ahora presumiblemente asumir un nuevo gobierno en un Oriente Próximo cada vez más convulsionado? En segundo lugar, la Siria post-al Asad, ¿se convertirá en la «nueva Libia» o en el «nuevo Afganistán» de Oriente Próximo?

Y finalmente, una tercera interrogante: en este pulso geopolítico entre las grandes potencias, tras la caída de al Asad, ¿se puede especular con una situación similar en la Venezuela de Nicolás Maduro, aliado precisamente de Rusia, China, Irán, Hizbulá y el hoy derribado régimen de Bashar al Asad y que parece estar en la diana de Trump, a tenor de las declaraciones realizadas por el próximo Secretario de Estado, el cubano-estadounidense Marco Rubio? Como en el caso de al Asad en Siria, ¿se verán obligados Moscú y Teherán a eventualmente dejar caer a un aliado como Maduro?

 

* Analista de geopolítica y relaciones internacionales. Licenciado en Estudios Internacionales (Universidad Central de Venezuela, UCV), Magister en Ciencia Política (Universidad Simón Bolívar, USB) Colaborador en think tanks y medios digitales en España, EE UU y América Latina. Analista Senior de la SAEEG.

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CHINA, ÁFRICA Y OCCIDENTE: PROBLEMÁTICAS DE INVERSIÓN Y CAMBIOS GEOESTRATÉGICOS

Salam Al Rabadi*

La expansión de la influencia de las empresas transnacionales chinas a nivel mundial no se desvía del contexto de los estratégicos adoptados por el Estado chino para asegurar su vital esfera económica y política. Está claro que las estrategias de inversión de las empresas chinas se basan en hacer de China una potencia económica, política y militar global.

Por tanto, se puede decir que estas políticas de inversión reflejan inevitablemente la visión de China sobre cómo lograr objetivos políticos y económicos a largo plazo. Sobre esta base, parece que la influencia de las inversiones chinas en el continente africano representa un cambio geoestratégico que trastornará muchos equilibrios económicos y políticos globales a todos los niveles y ámbitos.

Las inversiones chinas han ampliado su alcance de trabajo en todo el continente y el volumen del comercio entre China y África está aumentando a un ritmo muy alto. Durante la cumbre del Foro de Cooperación China-África (FOCAC), celebrada en Beijing en septiembre de 2024, China se comprometió a implementar unos 30 proyectos de infraestructura en todo el continente y a proporcionar financiación y apoyo por valor de unos US$ 51 mil millones durante tres años (2025-2028).

En la actualidad, el volumen del comercio entre China y África asciende, aproximadamente US$ 167 mil millones (en el primer semestre de 2024), donde las exportaciones chinas se estiman en US$ 97 mil millones, frente a las exportaciones africanas por valor de US$ 69 mil millones. Actualmente hay más de 10.000 empresas chinas que operan en todo el continente y están activas en todos los sectores (tecnología, infraestructura, minería, agricultura, metales raros, energía verde, etc. Y también el número de ciudadanos chinos en África se estima en unos dos millones de personas y son la comunidad extranjera más grande que habita el continente.

En consecuencia, como resultado de la creciente influencia de las inversiones chinas, ha quedado claro que existe una competencia chino-occidental dentro de África, ya que existen serios interrogantes y preocupaciones geopolíticas en Occidente sobre las repercusiones de estas enormes inversiones, que caen dentro de la visión política china del Estado.

Podemos inferir esta competencia siguiendo el intento de Occidente de trabajar para enfrentar la iniciativa de China, llamada «La Franja y la Ruta» o «Nueva Ruta de la Seda», especialmente en su aspecto africano.

Por lo tanto, a partir del seguimiento de este conflicto estratégico relacionado con estas inversiones, que se basa en el principio de trascender las confrontaciones políticas y económicas tradicionales, ya no es posible ignorar muchos de los problemas que giran en torno al intento de Occidente de involucrar cuestiones relacionadas con el desarrollo sostenible en este conflicto, especialmente a nivel de cuestiones relacionadas con la gobernanza, la transparencia y la lucha contra la corrupción, las normas medioambientales, los derechos humanos, etc.

Occidente formula muchas acusaciones y duras críticas a las inversiones chinas por no adherirse y cumplir con los estándares de desarrollo sostenible en África. Aquí se pueden manifestar las siguientes preguntas lógicas:

  • ¿Cuáles son las dimensiones y repercusiones de las acusaciones occidentales contra China de que sus inversiones en África violan las normas de desarrollo sostenible y derechos humanos?
  • ¿Existen ahora enfoques puramente políticos para las inversiones chinas en lugar de enfoques basados en cómo ayudar a consolidar las políticas de desarrollo sostenible en todas sus dimensiones en el continente africano?

Partiendo del supuesto de que estas inversiones no quedan fuera del ámbito de la competencia entre China y Occidente, debemos llamar la atención sobre la cuestión de la dimensión política en las críticas occidentales a las inversiones chinas en términos de su descuido de las normas de desarrollo sostenible en el continente africano, especialmente en los estados fallidos.

Esta cuestión se vuelve claramente visible al rastrear el énfasis en la adopción de estándares ambientales estrictos y el compromiso con una gobernanza sostenible que los países occidentales están tratando de imponer a muchos países que tienen relaciones de inversión con China.

Esto es con el objetivo de intentar limitar la capacidad y el poder económico y de inversión de China. Por ejemplo, las políticas de desarrollo sostenible que se centran en la reducción de emisiones y la transición a energías limpias se están aprovechando para limitar la expansión de las industrias pesadas en China y en los países en desarrollo que dependen de ellas para lograr un rápido crecimiento económico. Mientras que los países desarrollados continúan monopolizando tecnologías avanzadas de energía limpia, lo que mejora su control económico y tecnológico.

En suma, parece claro que existe una explotación política y económica de los conceptos de desarrollo sostenible como herramienta mediante la cual se puede frenar la expansión de la influencia china en el continente africano. Desafortunadamente, a menudo los países desarrollados lo han utilizado como medio de presión para promover sus intereses y socavar el rápido crecimiento de los países en desarrollo y emergentes, lo que contribuye a desacelerar el ritmo de su ascenso económico y político.

A la luz de lo anterior, no debemos ignorar las estrategias de algunos países basadas en utilizar los conceptos de gobernanza y transparencia para alcanzar objetivos políticos. Esto abre la puerta amplia y seriamente a dejar planteada una pregunta:

¿Cómo explota Occidente todos los conceptos de desarrollo sostenible a nivel económico y político para enfrentar la influencia de la inversión global China, específicamente en el continente africano?

 

* Doctor en Filosofía en Ciencia Política y en Relaciones Internacionales. Actualmente preparando una segunda tesis doctoral: The Future of Europe and the Challenges of Demography and Migration, Universidad de Santiago de Compostela, España.

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LA AUTONOMÍA ESTRATÉGICA INDIA EN LA GIRA EUROPEA DE MODI: RUSIA, POLONIA Y UCRANIA

Julio Francisco Sotés Morales*

El primer ministro de la India, Narendra Modi, con el presidente de la Federación de Rusia, Vladimir Putin. Foto: VV Krishnan.

La conversión de la India en una gran potencia y la ruta trazada por el gobierno en la visión de Viksit Bharat como el camino hacia la transformación del país en una nación integralmente desarrollada para 2047 y anunciada con motivo del 78 Día de la Independencia de la India el pasado 15 de agosto, implican no solo el desarrollo de los resortes internos y los cambios sociales que ello conlleva, sino una mayor relevancia en el escenario internacional. Desde 2014 con la llegada de Narendra Modi y su partido (Bharatiya Janata Party, BJP, por sus siglas en inglés) al gobierno, la política exterior del país se ha tornado más asertiva en cuanto a sus compromisos con la vecindad, con el este de Asia y con el resto del mundo de acuerdo con la propia visión concéntrica dentro de la estructura de la política exterior india.

La reciente gira del Primer ministro indio Narendra Modi por Rusia en julio y por Polonia y Ucrania en agosto de 2024 no solo acaparó las miradas de la prensa y de los analistas internacionales, sino que planteó nuevas interrogantes tanto para el futuro del conflicto ruso-ucraniano como para el rol de la India en dicho diferendo como en sus propias aspiraciones de ascenso y consolidación globales. Es por ello que el presente análisis aborda las principales líneas sobe las que se basaron los recientes encuentros de Modi y sus implicaciones en el contexto geopolítico europeo, global e indio.

La 22a Cumbre Anual India-Rusia

Entre el 8 y el 9 de julio de 2024, el primer ministro indio Narendra Modi realizó una visita oficial a Rusia con motivo de la 22a Cumbre Bilateral entre sus principales líderes. Ya Modi y Putin se habían reunido anteriormente en varias ocasiones, pero desde el estallido del conflicto armado ruso-ucraniano, los encuentros físicos disminuyeron. La última cumbre bilateral de ese tipo se celebró en Nueva Delhi en 2021, la última visita oficial de Modi a Rusia fue en el año 2019 para el foro económico en Vladivostok y el último encuentro al más alto nivel ocurrió en 2022 en el marco de la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS) en Samarcanda, Uzbekistán. Este intercambio constituyó la primera visita bilateral de Modi al extranjero después de asumir su tercer mandato consecutivo frente al gobierno de la India[1].

Los antecedentes y las relaciones entre ambos países son históricas y datan desde la Guerra Fría en el que el gobierno de Indira Gandhi se alineó con la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) mediante el Tratado de Paz, Amistad y Cooperación de 1971, ante la alianza estratégica entre Pakistán, China y Estados Unidos. De ese acuerdo se derivó un reforzamiento de los lazos económicos, políticos y de defensa que caracterizaron las relaciones bilaterales hasta la década de los años 90. Con la implosión de la URSS, el giro hacia Occidente de India, la asunción de la mayoría de los compromisos soviéticos por la nueva Rusia y la llegada de Putin al gobierno ruso, los lazos bilaterales han ido en ascenso, principalmente en el mantenimiento y consolidación de los vínculos de defensa y la alineación en mecanismos multilaterales alternativos.

La compra de armamentos hacia la inversión conjunta, el desarrollo y la producción de tecnologías y sistemas defensivos avanzados, la cooperación en el área energética, principalmente en los hidrocarburos y en la energía nuclear, el intercambio en los lanzamientos de satélites y mecanismos de navegación y teledetección, y la colaboración entre instituciones académicas y culturales en áreas como los idiomas, la danza, la música y el yoga, han destacado en los más de 22 años de relaciones al más alto nivel bajo la clasificación de Asociación Estratégica Especial y Privilegiada[2]. India cuenta con unos 3.500 tanques de origen ruso (T-72 y T-90S), fabricados en su territorio bajo licencia, y una flota de aviones de combate Sukhoi y MiG (MiG-21, Su-30 y MiG-29). Todos los petroleros de reabastecimiento aéreo (Il-78), y más de la mitad de sus submarinos convencionales son de diseño soviético además de un submarino de propulsión nuclear. El portaaviones Admiral Gorshkov, renovado de la época soviética, y contratos de adquisición de cuatro fragatas y ocho sistemas de defensa aérea de última generación y de largo alcance S-400, componen el espectro de tecnología soviético/rusa dentro de las fuerzas armadas indias[3]. Los proyectos bilaterales actualmente en curso incluyen la producción del misil crucero Brahmos, el establecimiento de la empresa conjunta Indo-Russia Rifles Private Limited (IRRPL), la producción de rifles AK-203 en India bajo la iniciativa Make in India y la celebración de los ejercicios militares conjuntos INDRA.

Según un comunicado de prensa del Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (SIPRI, por sus siglas en inglés), entre los años 2019 y 2023, las exportaciones de armamento ruso a la India representaron el 34% del 68% del total de las exportaciones rusas de armamento a Asia y Oceanía. India, como el principal importador de armas del mundo, entre 2019 y 2023 compró el 36% de las exportaciones rusas de armamento, aunque “este fue el primer período de cinco años desde 1960-64 en el que las entregas de Rusia (o de la Unión Soviética antes de 1991) representaron menos de la mitad de las importaciones de armas de la India”[4]. Con el estallido del conflicto en Ucrania, las importaciones rusas a India han aumentado, incrementando así el déficit comercial desfavorable para Nueva Delhi que, según los especialistas, responde exclusivamente a la importación barata de petróleo crudo ruso. El comercio bilateral actual es de 65.700 millones de dólares; en 2023-24, las exportaciones de la India a Rusia fueron de 4.300 millones de dólares, mientras que las importaciones impulsadas por el petróleo crudo ascendieron a 61.400 millones de dólares[5].

Con respecto a las importaciones de petróleo crudo ruso a menor precio motivadas por las sanciones de EE.UU. y los países de la Unión Europea (UE), la participación de este producto y sus derivados en el comercio mutuo fue del 88%. En julio de 2024 la compra de petróleo crudo ascendió a un total de 23.504 millones de rupias (2.800 millones de dólares)[6] [7], una notable transformación si se tiene en cuenta que antes del conflicto armado ruso-ucraniano, las compras a Rusia eran menos del 1% del total, mientras que dos años después han ascendido vertiginosamente al 37%. También las importaciones de carbón figuran como uno de los rubros estratégicos: “desde el 5 de diciembre de 2022 hasta finales de julio de 2024, India compró el 18 por ciento de todas las exportaciones de carbón de Rusia”[8].

Teniendo en cuenta este contexto bilateral y el hecho de que ambas naciones cooperan en el marco del BRICS+ y en la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS) como mecanismos multilaterales de nuevo tipo contestatarios al orden occidental-liberal, además de las frecuentes abstenciones indias ante las condenas a las acciones militares rusas en Ucrania, se puede percibir que los vínculos entre los dos Estados se encuentran en un excelente momento. En tal sentido, la reunión entre Putin y Modi en el marco de la 22a Cumbre Bilateral demostró la salud de los lazos y la voluntad política de profundizarlos. Los tres documentos resultantes (la declaración conjunta, la declaración de los líderes sobre el desarrollo de áreas estratégicas de cooperación económica para el período hasta 2030 y la lista de nueve memorandos de entendimiento y acuerdos firmados[9]) evidencian el reforzamiento en las áreas de cooperación actuales, la búsqueda de nuevos sectores para cooperar y el fortalecimiento de los mecanismos de diálogo intergubernamentales. Igualmente, se le ha otorgado especial atención a la relación económica y comercial: se ha fijado un objetivo de 100.000 millones de dólares para el comercio bilateral, se impulsará un TLC sobre bienes entre la India y la Unión Económica Euroasiática (UEE), se negociará un acuerdo en materia migratoria y de movilidad y el mejoramiento de la conectividad en transporte[10].

Otros aspectos importantes en la discusión de los temas bilaterales fue el fortalecimiento de la cooperación cultural, turística[11] y entre personas. De igual forma, la cooperación en ciencia y tecnología, en los recursos bancarios y de pago en monedas locales, así como en los ámbitos espacial y de la energía nuclear[12], figuraron como elementos centrales. En el caso del desequilibrio comercial desfavorable para India debido a que sus exportaciones hacia Rusia siguen siendo relativamente bajas, se planteó en la declaración conjunta la necesidad de equilibrar ese aspecto, al igual que el excedente de rupias en los fondos rusos debido al comercio en monedas locales. La solución planteada fue la inversión en empresas conjuntas y proyectos de colaboración rusos en India que favorecerá el gasto de esas rupias acumuladas, y la posible inversión india en áreas de cooperación en el Lejano Oriente de Rusia para favorecer el intercambio de divisas y un balance del comercio. También se acordó la fabricación de piezas de repuesto y plataformas para armas y equipos de defensa de origen ruso en la India en el marco de la iniciativa Make in India.

India y Polonia: una relación de valores compartidos

Las relaciones de la India con Europa se han enmarcado tradicionalmente hacia las naciones occidentales, en lo principal hacia Reino Unido, Francia, Portugal y los Países Bajos, debido al pasado e historia común que comparten desde la llegada de los europeos con los viajes de exploración desde el siglo XVI, las pugnas entre estas naciones por las factorías indias, la consolidación de la Compañía de las Indias Orientales en el siglo XVII como principal ente administrativo del territorio, el dominio directo de la Corona Británica en calidad de virreinato a partir de 1858 y el establecimiento del Raj británico de la India hasta la independencia y partición en 1947. Sin embargo, las relaciones con otras naciones europeas, incluso antes de la independencia, constituyen factores que influyeron en el posterior establecimiento de vínculos diplomáticos y en la cordialidad de dichos lazos. Polonia constituye un ejemplo de ello.

El establecimiento formal de las relaciones diplomáticas entre la India y Polonia ocurrió en el año 1954 y las respectivas embajadas se abrieron en 1957. La alineación de Polonia al conjunto de países denominados socialistas dirigido por la URSS y la ideología y política exterior practicada por India durante la Guerra Fría, constituyeron elementos de alineación entre los dos países. Además, en ese período se efectuaron numerosos encuentros de alto nivel por ambas partes: tres visitas presidenciales de India a Polonia (1970, 1986 y 1996), tres visitas de primeros ministros (1955, 1967, 1979), tres visitas de presidentes polacos a territorio indio (1994,1998), dos de primeros ministros (1957 y 1973) y de otros funcionarios partidistas de alto rango. Las últimas visitas de importancia datan a los años 2009 y 2010[13].

Entre los dos países se llevan a cabo consultas a nivel de Ministerios de Asuntos Exteriores e intercambios parlamentarios. Los acuerdos vigentes recogen una amplia gama de sectores como la cooperación cultural, en ciencia y tecnología, la lucha contra la delincuencia organizada y el terrorismo internacional, en materia de defensa, la extradición, la cooperación económica, en el campo de la salud y las ciencias médicas, en el turismo, en la coproducción audiovisual, la prevención de la doble tributación y la evasión fiscal, la exención de visado para funcionarios diplomáticos, la agricultura, la minería del carbón y la asistencia jurídica en materia penal. Igualmente, desde septiembre de 2019 las capitales están enlazadas en un vuelo directo de LOT Polish Airlines[14].

En el aspecto histórico y cultural, ambas naciones están unidas por fuertes lazos, desde el estudio de la indiología y el sánscrito en la Universidad Jagellónica de Cracovia desde 1860, el establecimiento en 1932 del Departamento de Indología del Instituto Oriental de la Universidad de Varsovia, el mayor centro de estudios indios de Europa Central, hasta los más de 300 mil practicantes de yoga en todo el territorio polaco en mil centros de yoga y con 8 mil profesores desde hace más de 100 años[15]. Un aspecto relevante en la historia de los vínculos es la actuación del maharajá de Jamnagar[16] (Jam Saheb Digvijaysinhji Ranjitsinhji) entre 1942 y 1948 durante la Segunda Guerra Mundial al ayudar a más de 6 mil mujeres y niños polacos otorgándoles refugio en los estados principescos de Jamnagar y Kolhapur[17]. Además, en 1944 polacos e indios unieron sus fuerzas para recuperar la colina y el monasterio de Montecassino, expulsando a las fuerzas alemanas y abriendo el camino a los aliados hacia Roma[18].

En cuanto a las relaciones económicas y comerciales, Polonia es el principal socio comercial de India en Europa Central y Oriental. “Durante el período 2013-2023, el comercio bilateral total con Polonia ha experimentado un aumento del 192%, es decir, de 1.950 millones de dólares en 2013 a 5.720 millones de dólares en 2023. La balanza comercial sigue siendo en gran medida favorable a la India en 2023”[19]. Principalmente, India exporta artículos textiles, metales básicos, productos de la industria química, productos vegetales, artículos de cerámica y vidrio y maquinaria y aparatos mecánicos. En cambio, Polonia exporta a la India hierro y acero, máquinas y aparatos eléctricos y sus partes, barcos, embarcaciones y estructuras flotantes, caucho y sus manufacturas, combustibles y aceites minerales. En 2023-24, las importaciones de Polonia procedentes de la India son aproximadamente el doble de sus exportaciones y aunque Varsovia se ha mantenido como el principal socio de Nueva Delhi en la región, los volúmenes comerciales generales entre la India y Polonia siguen siendo limitados. En general, la India es el 36º mayor mercado de exportación de Polonia y el 24º mayor socio de importación[20].

Existen actualmente 18 empresas indias que operan significativamente en Polonia, destacándose el sector de las Tecnologías de la Información. Las empresas indias de TI como Infosys, Tata Consultancy Services y Wipro son importantes inversores y contribuyen significativamente al mercado laboral de Polonia[21] [22]. Las inversiones polacas en la India ascienden a unos 685 millones de dólares, mientras que la inversión india en territorio polaco asciende a 3 mil millones de dólares. Empresas como TZMO, Can Pack y Polmor[23] están dejando su huella en sectores que van desde el envasado hasta las tecnologías limpias.

La cooperación sectorial es destacada en la minería y en la energía, en el procesamiento de alimentos, las TICs, los productos farmacéuticos y químicos, los textiles y la ingeniería. La defensa es un ámbito que cabe brindarle especial atención debido a la importancia estratégica que supone para ambos países. Por un lado, Polonia es miembro de la OTAN y recientemente se ha visto involucrada en la modernización de su equipamiento obsoleto; por otro, India tiene necesidad constante de adquisición de armamentos y crecimiento de sus estructuras defensivas acorde a sus necesidades como potencia en ascenso[24]. El Grupo WB, la mayor empresa privada de defensa de Polonia, a través de WB India, ofrece sistemas militares y electrónicos avanzados. “India y Polonia llevan mucho tiempo cooperando en un modelo específico de vehículos blindados de recuperación (ARV) conocido como WZT-3. Este vehículo ha sido coproducido por la polaca Bumar y la india BEML, que han sido fundamentales en el apoyo al tanque de batalla principal T-72”[25].

La visita oficial del primer ministro indio Narendra Modi a Polonia por invitación de su homólogo Donald Tusk efectuada entre el 21 y el 22 de agosto de 2024 fue el escenario propicio para la celebración de los 70 años de relaciones bilaterales. En los encuentros de alto nivel se acordaron varias líneas de acción que reconfiguran y fortalecen los vínculos: un plan de 5 años para el mejoramiento de la cooperación multisectorial, un acuerdo sobre seguridad social para mejorar el movimiento de trabajadores calificados, la ampliación de la cooperación de defensa y seguridad y la elevación de sus relaciones a una Asociación Estratégica. El Plan de 5 años, como guía de la colaboración entre los dos Estados, permitiría un mayor enfoque en áreas priorizadas de la Asociación Estratégica como los diálogos políticos y de seguridad, el comercio y la inversión, el clima, energía, minería y tecnología, el transporte y la conectividad y las relaciones entre India y la UE.

Resulta importante destacar el rol de los más de 25 mil indios residentes en Polonia, de los cuales cerca de 5 mil son estudiantes[26]. Ellos han desempeñado un papel decisivo en la influencia de la cultura y la historia indias en esa nación, así como en el acercamiento de los lazos bilaterales. “El gobierno y el pueblo polacos han ofrecido una valiosa ayuda durante la Operación Ganga para la evacuación de los más de 4.000 estudiantes indios de Ucrania”[27].

Modi en Ucrania: el punto y seguido de la gira europea

Tras el fin del viaje de Modi a Polonia, el primer ministro indio inició su visita oficial de medio día a Ucrania. Esta visita es catalogada como histórica por varios factores: primeramente, porque es la primera de un primer ministro indio tras el establecimiento oficial de relaciones diplomáticas en 1992, y segundo, porque se enmarca en un contexto en que Ucrania y Rusia se enfrentan en un conflicto armado desde febrero de 2022. “La visita a Kiev se concretó después de que Modi se reuniera con el presidente Volodymyr Zelenskyy en el marco de la Cumbre del G7 en Italia en junio de 2024”[28]. Según declaraciones oficiales, además de discutir sobre el fin del conflicto armado, el encuentro entre delegaciones al más alto nivel tiene el propósito de profundizar los lazos bilaterales.

Las relaciones entre ambos países se catalogan como históricas y estrechas. La India fue uno de los primeros países en reconocer a Ucrania tras la disolución de la URSS. Estableció oficialmente sus relaciones diplomáticas en enero de 1992 y ya en mayo abría una embajada en la capital del país eslavo, mientras que Ucrania lo hacía en febrero de 1993, siendo esta su primera embajada en un país asiático. Desde ese momento han cooperado en todas las esferas sobre una base jurídica sólida: comercio y cooperación económica; relaciones diplomáticas y consulares; cooperación en el ámbito de la cultura, las artes, la educación, el turismo, el deporte y los medios de comunicación; establecimiento de una comisión intergubernamental para los aspectos comerciales, económicos, científicos, tecnológicos, industriales y culturales; consultas entre Ministerios de Asuntos Exteriores; servicios aéreos; prevención de la evasión fiscal; sobre la marina mercante; asuntos penales; información clasificada; utilización pacífica del espacio ultraterrestre; extradición; intercambio y cooperación en materia de seguridad nuclear y protección radiológica; y cooperación en la defensa[29].

En materia de defensa, los intercambios se han centrado en la tecnología y el equipamiento militar. “Los misiles aire-aire R-27 fabricados en Ucrania se utilizan en los cazas SU-30MKI operados por la Fuerza Aérea de la India (IAF)”[30]. Los vínculos económicos y comerciales han sido significativos en los últimos 25 años. Ucrania figura entre los principales 50 socios comerciales indios y en el año 2020 India fue el principal destino de exportación de mercancías ucranianas en Asia y el quinto destino de exportación total de Ucrania. “En el primer semestre de 2024, el volumen del comercio bilateral ascendió a 1.070 millones de dólares[31]. Las exportaciones de mercancías de Ucrania ascendieron a 0,41 mil millones de dólares y las importaciones a 0,66 mil millones de dólares. La balanza comercial negativa de Ucrania ascendió a 0,25 mil millones de dólares”[32]. Las grasas y los aceites de origen vegetal, el maíz, la hulla y antracita son los principales productos exportados a la India, mientras que los productos farmacéuticos, los combustibles minerales, los derivados del petróleo y la destilación, el acero laminado y maquinaria eléctrica constituyen las exportaciones indias a Ucrania.

La cooperación en materia de asistencia humanitaria mediante donaciones de medicamentos y equipos médicos se han incrementado luego del inicio del conflicto armado ruso-ucraniano[33]. De igual forma, la actividad de la diáspora india, que en su mayoría son estudiantes de medicina y profesionales de negocios en los sectores de la farmacéutica, el embalaje y los servicios, han contribuido sobremanera a elevar los lazos sociales y culturales. La promoción de las becas de los programas ITEC (Cooperación Técnica y Económica de la India), ICCR (Consejo India de Relaciones Culturales) y Kendriya Hindi Sansthan, facilitan un mayor contacto entre los pueblos. La existencia de más de 30 asociaciones/grupos culturales ucranianos, repartidos por todo el país, que se dedican a la promoción de las formas de arte indias, el yoga, la filosofía, el Ayurveda y la espiritualidad; así como la filmación de películas indias en territorio ucraniano, son las principales aristas de la cooperación cultural bajo el Tratado de Amistad y Cooperación de 1992[34].

Las visitas y reuniones al más alto nivel se han llevado a cabo desde el propio inicio de las relaciones bilaterales. Se han efectuado tres vistas del presidente de Ucrania a la India (1992, 2002 y 2012), dos visitas del presidente indio a Ucrania (1993 y 2005), tres encuentros entre el presidente ucraniano y el primer ministro indio en el marco de reuniones en organizaciones multilaterales (2021, 2023 y 2024), una visita parlamentaria en 2003, 6 vistas del ministro de exteriores ucraniano a India (1994, 1997, 2003, 2011, 2017 y 2024) y 9 consultas políticas. El impacto y asilamiento internacional que supuso la pandemia del COVID-19 y el posterior inicio y mantenimiento del conflicto ruso-ucraniano que ha convertido al país en un escenario de guerra, ha determinado un distanciamiento en estos encuentros bilaterales. Asimismo, la postura abstencionista de India con respecto a las condenas y apoyo de los países occidentales por la invasión rusa, también ha supuesto una condena por parte de los altos funcionarios del gobierno ucraniano y un declive considerable en los intercambios mutuos.

Durante la reunión bilateral entre Modi y Zelenskyy en Kiev el pasado 23 de agosto de 2024, ambos dirigentes expresaron su deseo de impulsar las relaciones bilaterales y elevarlas de asociación integral a una Asociación Estratégica Integral. Se debatió sobre la mejora de la cooperación en áreas como el comercio, la agricultura, los productos farmacéuticos, la defensa, la educación, la ciencia, la tecnología, la cultura, la infraestructura pública digital, la industria, la fabricación y la energía verde mediante una mayor participación de las empresas y la industria de ambas naciones[35]. Se firmaron cuatro acuerdos que permitirán crear condiciones de mercado mutuamente favorables, aunar esfuerzos para la participación india en una futura reconstrucción y recuperación de la estructura ucraniana dañada por la guerra, promover vínculos directos entre instituciones culturales, e incentivar los intereses farmacéuticos[36].

“Sí, estamos listos (para entablar relaciones directas con la India y comprar productos fabricados en la India en un futuro próximo). Di todos estos mensajes a sus productores. Como dije, estamos listos para intercambiar…estamos listos para comprar. Estamos listos para producir. Estamos listos para abrir sus empresas aquí o estamos listos para abrir nuestras empresas en la India. Así que estamos muy dispuestos a ese diálogo y a ese trabajo” .[37]

Como preludio a este encuentro entre los dos dirigentes, se produjo la vista del canciller ucraniano Dmytro Kuleba a la India y su reunión con su homólogo indio Subrahmanyam Jaishankar para el fortalecimiento de las relaciones bilaterales en marzo de 2024. Además, es importante acotar la designación del General de División retirado Oleksandr Polishchuk como nuevo embajador ucraniano en Nueva Delhi después de la vacancia del puesto durante más de un año[38] y de un enfriamiento de los lazos ante la postura india por el conflicto bélico con Rusia. También, durante el reciente encuentro con Modi, el presidente ucraniano recibió un lote de cuatro de los cubos BHISHM (Iniciativa de Salud Bharat para Sahyog Hita y Maitri) para hacer frente a emergencias médicas[39].

¿La gira pacificadora de Modi?

Como es ampliamente conocido y estudiado, el patrón conductual de India en sus relaciones internacionales ha estado experimentando un proceso de transformación: de un no alineamiento tácito hacia una autonomía estratégica, un multialineamiento y un no alineamiento declarativo. Ello ha sido reforzado por las políticas del BJP y de Modi en el poder en India desde 2014 con la implementación de varias políticas internacionales como el Actuar en el Este, el Vecindario Primero, una liberalización económica dirigida por el Estado, la potenciación de las capacidades del país en el ámbito de la diplomacia pública y la diversificación de los socios comerciales, siempre con la premisa de la protección y el logro de los intereses nacionales. El ascenso de India como potencia mundial, requiere inevitablemente un respaldo internacional y un diseño económico, comercial, financiero y de relaciones internacionales diversificado, distendido, atendido al más alto nivel y que responda a esos intereses nacionales. En tal sentido, la profundización de las relaciones indo-rusas a partir del estallido del conflicto ruso-ucraniano no han sido lo correctamente comprendidas por los socios indios en Occidente, principalmente por Estados Unidos, Ucrania y la mayoría de los países de la UE.

“La India se ha abstenido en todas la resoluciones y mociones presentadas en foros internacionales que han criticado a Moscú por invadir Ucrania. Por ejemplo, de 21 resoluciones presentadas en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (CSNU), la Asamblea General de las Naciones Unidas (AGNU), el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas y el Organismo Internacional de Energía Atómica, se ha abstenido en todas las resoluciones excepto una. El 24 de agosto de 2022, India votó a favor de la resolución SC/15004 del CSNU para permitir la participación virtual del presidente Zelenskyy en el CSNU y la AGNU”.[40]

La compra de petróleo ruso a menor precio y la evasión de las sanciones impuestas por EE.UU. y la UE a su importación y el abstencionismo han supuesto una percepción occidental de que India está alineada con Rusia en el conflicto armado. Sin embargo, se desconoce el bagaje histórico entre los dos países, las relaciones con Ucrania y los esfuerzos reiterados de Modi de apaciguar la escalada de la confrontación armada mediante llamadas telefónicas y encuentros en foros multilaterales. Las giras de Modi por Europa no son casuales, al contrario, si bien se declara la intención de ampliar las relaciones bilaterales y profundizarlas con países que nunca han sido prioridad para India, el aspecto geopolítico ocupa un rol central. Específicamente en los viajes a Rusia, Polonia y a Ucrania en julio-agosto de 2024, el factor estratégico se encuentra solapado detrás de acuerdos comerciales, reconocimiento a los vínculos históricos y ampliación de la cooperación.

El encuentro entre Modi y Putin en Moscú el pasado mes de julio produjo reacciones desde Occidente y desde el propio panorama político interno indio. Las señales simbólicas del abrazo entre los dos dirigentes, de la condecoración de Modi con el más alto honor civil de Rusia, la Orden de San Andrés Apóstol y las coincidencias de que en el contexto de dicha cumbre se atacara con misiles el mayor Hospital Pediátrico de Ucrania[41] y que al día siguiente comenzara la cumbre de la OTAN en Washington, condujeron a una reacción airada por parte de los medios y los líderes occidentales. “El embajador de EE.UU. en la India, Eric Garcetti, expresó su preocupación por el viaje de Modi. Mientras tanto, el portavoz del Departamento de Estado, Matthew Miller, instó a la India a utilizar su relación única con Rusia para ayudar a poner fin al conflicto en Ucrania”[42]. Desde la presidencia ucraniana se criticó a la visita de Modi a Moscú como un precedente equivocado y se expresó “la decepción de ver al líder de la mayor democracia del mundo reunirse con un dictador y un invasor”[43].

Por su parte, la política interna india ha estado dividida en torno a la postura de su país con respecto al conflicto ruso-ucraniano. Mientras que los partidos de izquierda criticaron a Rusia por la invasión de territorios ucranianos, culparon a las políticas de la OTAN y de Estados Unidos por promover una escalada del conflicto al no reconocer las garantías de seguridad abogadas por Rusia, el Partido del Congreso solicitaba el fin de la política neutral india y que esta se alineara con Kiev, premisa que fue cambiando con el transcurso de los acontecimientos y la actitud cautelosa de la India entre los dos frentes en disputa. Esta actitud responde a un factor ya característico de la formulación e implementación de la política exterior de India: la paradoja de la soberanía. “Las acciones del gobierno indio son contrarias a los principios clave de política exterior de la India, la Carta de la ONU y el derecho internacional”[44]. Este aspecto, sumado a la búsqueda de bases sólidas de apoyo a su rol como líder del Sur Global[45], su rol como actor clave en la negociación del fin del conflicto, y el reajuste de los posibles daños geopolíticos y morales del encuentro con Putin, son los elementos definitorios de la gira europea de Modi.

“La visita de Modi es más que un mero acto de equilibrio geopolítico para apaciguar a los socios occidentales tras un acercamiento con Rusia”[46]. Y es que Polonia no está en el itinerario del líder indio de casualidad. La coincidencia con el 70 aniversario del establecimiento de las relaciones diplomáticas sirvió de pretexto para que India lograra una Asociación Estratégica con el país más grande de Europa Central. El interés de India de impulsar las negociaciones estancadas con Europa sobre la firma de un Tratado de Libre Comercio tienen a Varsovia como uno de los ejes principales de apoyo cuando en el primer semestre de 2025 el país se convierta en el presidente del Consejo de la Unión Europea y su rol como presidente hasta junio de 2025 del Grupo de Visegrado[47], aspectos que convierten en este período a Polonia como el líder de los países de Europa Central y para ojos indios en la puerta de entrada al resto del continente. A su vez, asegurar el respaldo polaco a las principales iniciativas que promueve India en su aspiración de consolidarse como potencia global y líder de los países del Sur (el apoyo a su aspiración de ocupar un asiento permanente en el CSNU y la afiliación a la Alianza Solar Internacional y a la Coalición para la Infraestructura Resiliente a los Desastres) y aprovechar la ola de diversificación antichina que se implementa desde el panorama empresarial europeo, fueron otros aspectos relevantes.

El acercamiento y profundización de los lazos indo-polacos en un contexto europeo marcado por las sanciones antirrusas y la escalada del conflicto en Ucrania, tiene un profundo significado geopolítico y geoestratégico para India. Por un lado, a la luz pública el acercamiento a un miembro de la OTAN y uno de los bastiones antirrusos del continente europeo es primordial para demostrar al mundo la esencia de la autonomía estratégica en la política exterior de la India. En segunda instancia, la membresía de Polonia en la UE significa que, al fortalecer los lazos con Polonia, India también puede mejorar su presencia económica en la UE. Y en último lugar, los acuerdos en materia de defensa concertados, son un medio para diversificar la adquisición de armamento y tecnología defensiva y no depender únicamente de un mercado mayoritario como el ruso.

En el caso de la visita a Kiev, las intenciones de Modi más allá de acercar sus vínculos multisectoriales, fue de equilibrar los impactos públicos de su anterior visita a Moscú y de la postura que India ha mantenido desde el inicio del conflicto armado. Para Occidente, específicamente para Ucrania, la falta de voluntad política india de condenar a Rusia por la transgresión de su soberanía ha constituido un factor determinante en el enfriamiento de los lazos bilaterales. Las constantes apelaciones de los dirigentes indios a una política de maximizar los intereses nacionales sobre la base del alineamiento estratégico no han disuadido a Ucrania de recelar tal postura. No obstante, India se ha posicionado como un actor que busca la paz y el fin del conflicto por medio de métodos negociadores y la diplomacia. “Modi ha reiterado en numerosas ocasiones en foros internacionales la posición de la India de poner fin a la guerra entre Rusia y Ucrania mediante la diplomacia y el diálogo. Incluso en su reunión con Putin durante su visita de dos días a Rusia en julio, subrayó que no hay solución en el campo de batalla, el diálogo y la diplomacia son el camino a seguir”[48].

Si bien los países aliados a Ucrania han condenado la actitud abstencionista india, los simbolismos en la actuación de los representantes indios y sus mensajes a sus homólogos rusos contradicen esta postura, aunque con tonos un poco tímidos. La posición india es de solo acatar las sanciones impuestas por el CSNU y no las impuestas de manera unilateral por varios Estados. Del mismo modo, desde el comienzo de la agresión armada, los diplomáticos y el propio primer ministro indios han criticado indirectamente la violación del derecho a la soberanía e integridad territorial por parte de Rusia en clara flagrancia de dos de los cinco principios del Panscheel como eje articulador del no alineamiento declarativo indio. Además, las abstenciones de Modi de reunirse con Putin en Moscú en los años 2022 y 2023 y el mensaje que le trasladó en el marco de la cumbre de la OCS en Uzbekistán en 2022 que “la era actual no es de guerra”, constituyen indicios de que, si bien el alineamiento indio con Rusia es meramente estratégico por la profunda interconexión energética, armamentística y geopolítica en el que China juega un rol decisivo, tal postura no es ni definitiva ni inquebrantable. El encuentro indo-ruso en julio de 2024 y la posterior reunión con el líder ucraniano demostraron a la opinión pública, analistas, expertos y decisores de política y seguridad internacionales que India tiene una concepción propia de sus asociaciones y alianzas globales.

“Una Eurasia inestable no es del interés de la India y Nueva Delhi desearía ver una resolución de la guerra entre Rusia y Ucrania pronto”[49]. A pesar de ser un actor externo, India ha mantenido un rol destacado durante todo el conflicto al asumir una posición comprometida activamente por la paz. Aunque las declaraciones del Ministerio de Asuntos Exteriores de India de que no se presentaría una propuesta de paz concreta durante las conversaciones de alto nivel de la gira europea de Modi, el tema sí fue el principal asunto a tratar, incluso la propuesta de mediador y facilitador de India como garante de distención y paz estuvo sobre la mesa de diálogo.

Los impactos que generó el estallido del conflicto para la economía india y sus intereses geopolíticos fueron determinantes en que el país fuera uno de los primeros en criticar a las partes en conflicto. “La guerra en Ucrania ofrece a la India la oportunidad de demostrar su capacidad diplomática y mejorar su posición global. Al interactuar con ambas partes y promover el diálogo, la India puede contribuir a reducir la escalada del conflicto y, potencialmente, allanar el camino hacia una solución pacífica”[50]. Los encuentros del primer ministro Modi con los líderes de Polonia y Ucrania seis semanas después de reunirse con Putin revirtieron la imagen occidental de una India alineada totalmente a los intereses rusos. La gira ha sembrado confianza en India como un país neutral, ha afianzado su rol de líder del Sur Global y su compromiso por el logro de la paz, aunque detrás se encuentren intereses geopolíticos y estratégicos vitales para el desarrollo del país como una potencia mundial. La competencia con China y el evitar un mayor acercamiento sino-ruso también es un factor que influye sobremanera en el activismo indio de buscar la paz y de asegurar su rol como país autónomo.

“Desde un punto de vista estructural, la India no tiene el peso necesario para navegar por la compleja dinámica de seguridad euroasiática que condujo al conflicto en Ucrania. Por lo tanto, si miramos más allá del impulso a la paz, la creciente presión occidental sobre la India para la controvertida visita de Modi a Rusia, un país que está abiertamente en desacuerdo con el mundo occidental, implicaba tácitamente el apoyo de India a las ambiciones geopolíticas de Moscú. Por lo tanto, la visita de Modi a Moscú requería una seria estrategia de recalibración para la India si el país esperaba mantener su status internacional como un Estado estratégicamente autónomo” .[51]

Consideraciones finales

Se ha observado una progresiva transformación del paradigma de la proyección externa india. Desde su independencia y durante toda la Guerra Fría, India fue el baluarte e impulsor del no alineamiento, con el viraje hacia Occidente y las necesidades nacionales de diversificar mercados y socios, el no alineamiento pasó al marco declarativo mientras que la autonomía estratégica ha caracterizado el devenir internacional indio contemporáneo.

El ascenso como gran potencia para India, requiere un mayor relacionamiento no solo con sus vecinos del área inmediata a sus fronteras, sino que una mayor expansión de sus mercados y la búsqueda de socios diversos que contribuyan a su desarrollo. La reciente gira del primer ministro indio por Rusia, Polonia y Ucrania, viene a reforzar la idea de que India busca posicionarse como un actor clave en la mediación del conflicto ruso-ucraniano, además de mostrar su intención de expandir sus relaciones con otras naciones que antes no eran prioridad. Tales visitas complementan los encuentros de Modi con sus homólogos de Alemania, Francia, Italia, Dinamarca, Islandia, Finlandia, Suecia, Noruega y Austria.

Se demostró que la política exterior india funciona sobre la base de una autonomía estratégica que busca maximizar sus intereses nacionales. La profundización de la Asociación Estratégica Especial y Privilegiada con Rusia, la elevación de las relaciones a Asociación Estratégica con Polonia y el deseo de establecer una Asociación Estratégica Integral con Ucrania fueron aspectos que resaltaron dentro de los diálogos bilaterales de Modi con sus homólogos europeos.

A pesar de que se logró un intercambio en amplios sectores de las relaciones bilaterales como la economía y el comercio, la defensa, la energía, los intercambios culturales y las TICs, el tema estratégico y geopolítico estuvo en el centro de las conversaciones de alto nivel. Con Polonia, el interés indio radica en lograr un punto de apoyo del que se considera actualmente el líder de Europa Central para facilitar la entrada de India al continente europeo. Por su parte, en el caso de las visitas a Rusia y a Ucrania, si bien se tocaron asuntos bilaterales y de cooperación, el tema central fue buscar un panorama propicio para lograr un marco negociador que ponga fin al conflicto armado ruso-ucraniano. No obstante, el objetivo fundamental radicó en cambiar la perspectiva occidental de una India alineada a Rusia pese a que ello contradiga los principios de la política exterior india.

India busca mediante la mediación y la resolución pacífica de las hostilidades, consolidarse como gran potencia a nivel mundial, y posicionarse como líder de las naciones del Sur Global, aspectos decisivos dentro de su estrategia de ascenso como nación desarrollada.

  

* Investigador del Centro de Investigaciones de Política Internacional, Especialista en Asia Meridional, Licenciado en Relaciones Internacionales por el Instituto Superior de Relaciones Internacionales “Raúl Roa García” de La Habana, Cuba; Máster en Historia Contemporánea y Relaciones Internacionales por la Universidad de La Habana. sotesjulio@gmail.com.

ORCID: 0000-0002-8066-9104

 

Referencias y bibliografía

[1] Históricamente este privilegio quedaba para las naciones del vecindario inmediato de la India, es decir, para los países del Sur de Asia.

[2] La mejora de las relaciones políticas, económicas, comerciales, científico-técnicas, culturales y de defensa y seguridad, fueron refrendadas en la firma de la Declaración sobre la Asociación Estratégica India-Rusia en el año 2000. El actual nivel de las relaciones fue establecido en el año 2010.

[3] France 24. “La dependencia de India de las armas rusas explica sus reservas sobre Ucrania, según expertos”. France 24, 24/03/2022, https://www.france24.com/es/minuto-a-minuto/20220324-la-dependencia-de-india-de-las-armas-rusas-explica-sus-reservas-sobre-ucrania-seg%C3%BAn-expertos.

[4] SIPRI. “Las importaciones de armas europeas casi se duplican, las exportaciones estadounidenses y francesas aumentan, las exportaciones rusas caen estrepitosamente”. Comunicado de Prensa SIPRI, 11/03/2024, https://www.sipri.org/sites/default/files/AT%20press%20release%20ESP.pdf.

[5] Press Trust of India. “Local currency trade, exports, FTA will boost India-Russia commerce: GTRI”. Business Standard, 18/07/2024, https://www.business-standard.com/external-affairs-defence-security/news/local-currency-trade-exports-fta-will-boost-india-russia-commerce-gtri-124071800481_1.html

[6] Según datos de exportación de ambos países, en julio de 2024 India superó a China como el mayor comprador mundial de petróleo ruso y sus derivados con un estimado de 2,07 millones de barriles por día, lo que representó un 12% más que el año pasado. Mineras tanto, China importó en julio 1,76 millones de barriles por día, suponiendo una contracción de 7,4% menos que en el mismo período de 2023. (Ver: Verma, Nidhi. “India surpasses China to become Russia’s top oil buyer in July”. Reuters, 22/08/2024, https://www.reuters.com/markets/commodities/india-surpasses-china-become-russias-top-oil-buyer-july-2024-08-22/#:~:text=NEW%20DELHI%2C%20Aug%2022%20(Reuters,comparison%20of%20import%20data%20showed.

[7] Deccan Herald. “Indi.a imports Rs 23,504 crore-worth of crude oil from Russia in July 2024”. Deccan Herald, 15/08/2024, https://www.deccanherald.com/india/india-imports-rs-23504-crore-worth-of-crude-oil-from-russia-in-july-2024-3151549

[8] Ídem.

[9] Ambas partes firmaron un Memorando de Entendimiento para un programa de cooperación India-Rusia en esferas comerciales, económicas e inversión en el extremo oriental de Rusia para el periodo 2024-2029, así como principios de cooperación en la zona ártica de la Federación de Rusia. Otro resultado significativo de las conversaciones bilaterales es el Acuerdo Marco Conjunto para la Promoción de la Inversión entre Invest India y el JSC “Management Company del Fondo de Inversión Directa de Rusia”. Esto buscará facilitar la inversión de las empresas rusas en el mercado indio promoviendo y fomentando la cooperación en inversión. Se firmó un memorando de entendimiento (MoU) entre el Consejo de Promoción Comercial de la India y la Organización Pública de toda Rusia “Business Russia” para promover el comercio y la inversión bilateral, organizar reuniones B2B y eventos de promoción empresarial; e intercambio de delegaciones comerciales; un memorando de entendimiento entre el Ministerio de Medio Ambiente, Bosques y Cambio Climático y el Ministerio de Desarrollo Económico de la Federación de Rusia sobre las cuestiones del cambio climático y el desarrollo con bajas emisiones de carbono. Se firmó un memorando de entendimiento entre el Centro Nacional de Investigación Polar y Oceánica de la India y el Instituto de Investigación del Ártico y la Antártida de Rusia sobre cooperación en investigación y logística en las regiones polares; un acuerdo de cooperación entre el Centro de Arbitraje Internacional de la India y el Tribunal de Arbitraje Comercial Internacional de la Cámara de Comercio e Industria de la Federación de Rusia para facilitar la solución de controversias de derecho civil de carácter comercial. Por último, entre otros memorandos de entendimiento firmados se encuentran los celebrados entre Survey of India y el Servicio Federal de Registro Estatal, Catastro y Cartografía de la Federación de Rusia; Prasar Bharati y ANO “TV-Novosti” sobre cooperación y colaboración en materia de radiodifusión, y la Comisión de Farmacopea de la India y el “Centro científico para la evaluación experta de productos medicinales” de la Institución Presupuestaria Estatal Federal de Rusia. (Ver: NDTV. “India, Russia Sign 9 Agreements On Trade, Climate During PM Modi’s Moscow Visit”. NDTV, 09/07/2024, https://www.ndtv.com/world-news/india-russia-sign-9-agreements-on-trade-climate-during-pm-modis-moscow-visit-6070175).

[10] A través del Corredor Chennai-Vladivostok (Marítimo Oriental), el Corredor Internacional Norte-Sur y el uso del potencial de la Ruta del Mar del Norte (Ver: Bhatia, Rajiv. “India-Russia relations march ahead”. Gateway House, 18/07/2024, https://www.gatewayhouse.in/india-russia-relations-march-ahead/.

[11] El flujo de turistas en el primer semestre de 2024 hacia Rusia desde la India aumentó en un 30,6%, según datos oficiales de las autoridades rusas.

[12] La cooperación en materia de energía nuclear con Rusia es estratégica para India. De los 24 reactores nucleares operativos en India con una producción total de 8.080 MW, dos son de fabricación rusa que generan casi el 30% de la producción total. De los 10 reactores que se encuentran en construcción, 4 son rusos y proporcionarán la mitad de la producción planificada de 8.000 MW. La aspiración de India de alcanzar para 2070 las cero emisiones de gases de efecto invernadero, cuentan con la cooperación con Rusia como un elemento clave debido al estancamiento de las negociaciones con Francia y Estados Unidos y a que actualmente la generación de energía eléctrica por la vía nuclear en el país representa solo el 2% del total (Ver: Yousuf, Danish y Barthwal, Namita. “After Modi’s Moscow Trip, Where Do India-Russia Relations Stand?” The Diplomat, 19/07/2024, https://thediplomat.com/2024/07/after-modis-moscow-trip-where-do-india-russia-relations-stand/).

[13] Embassy of India, Poland. “India-Poland Relations. India-Poland Relations”, julio, 2024, https://www.indianembassywarsaw.gov.in/page/pol-relat/.

[14] Ídem.

[15] Ídem.

[16] Ocho escuelas primarias y secundarias polacas llevan el nombre de Jam Saheb, conocido como el “Buen Maharajá” en Polonia. En octubre de 2014 se inauguró un monumento en memoria de Jam Saheb en la plaza del Buen Maharajá, distrito de Ochota, Varsovia (Polonia). En noviembre de 2017 se inauguró en Varsovia otra placa que conmemora el campamento de Valivade-Kolhapur, cerca del monumento conmemorativo de la guerra de Montecassino.

[17] Shankar IAS Parliament. “India- Poland Bilateral Relationship”. Shankar IAS Parliament, 26/08/2024, https://www.shankariasparliament.com/current-affairs/india-poland-bilateral-relationship.

[18] Bonikowska, Małgorzata; Lukaszuk, Tomasz y Surdel, Bruno. “India and Poland: Time for a strategic partnership”. Observer Research Foundation, 21/08/2024, https://www.orfonline.org/research/india-and-poland-time-for-a-strategic-partnership.

[19] Ver Embassy of India, Poland. Ob. Cit.

[20] En 2023-2024 las exportaciones de la India a Polonia fueron de 2.436,27 millones de dólares, un crecimiento del 4,87% con respecto al período anterior. En sentido inverso, las importaciones fueron de 1.504, 26 millones de dólares, un 10,09% de crecimiento (Ver: Rao, Archana y Cyrill, Melissa. “India and Poland Upgrade Bilateral Relations to ‘Strategic Partnership’”. India Briefing, 26/08/2024, https://www.india-briefing.com/news/india-and-poland-upgrade-bilateral-relations-to-strategic-partnership-34084.html/.

[21] Otras empresas indias que operan en Polonia son las de los sectores de TI y subcontratación, como Genpact, KPIT-Info systems, HCL, L&T Tech y Zensar Technologies. Otras empresas indias que tienen presencia en Polonia son UFLEX, Essel Propack, VVF, etc. Algunas empresas que han entrado en el mercado polaco a través de adquisiciones son Berger Paints India, Escorts, Glenmark Pharmaceuticals, Lambda Therapeutics Research, Lumel SA y Tata Global Beverages. Se estima que emplean a casi 10.000 ciudadanos polacos (Ver: Embassy of India, Poland. Op. cit).

[22] IAS GYAN. “India Poland Relations”. IAS GYAN, 23/08/2024, https://www.iasgyan.in/daily-current-affairs/india-poland-relations#.

[23] Otras empresas polacas en India son: SECO/WARWICK, Maflow Group, Billenium, EKOLOG, Solaris y JBM Auto (Ver: Embassy of India, Poland. Ob. cit).

[24] En el año 2002, la empresa polaca Bumar-Łabędy desempeñó un papel crucial en la mejora de las capacidades operativas de los tanques T-72, que son un parte vital de la flota del cuerpo blindado indio. La India firmó un contrato por 73 millones de dólares para sistemas de guía de armas de fabricación polaca para modernizar unos 250 tanques T-72. Ese mismo año, el Ministerio de Finanzas polaco ofreció una línea de crédito de 200 millones de dólares para la venta de armas a la India, lo que fue seguido de acuerdos para proporcionar asistencia técnica para producir radares y suministrar paracaídas de combate al ejército indio (Ver: Wankhede, Rahul. “Strengthening Strategic Ties: The Evolution of India-Poland Defence Cooperation”. The Daily Guardian, 23/08/2024, https://thedailyguardian.com/strengthening-strategic-ties-the-evolution-of-india-poland-defence-cooperation/).

[25] Ver Rao, Archana y Cyrill, Melissa. Op. cit.

[26] Los indios son el cuarto grupo más grande de trabajadores extranjeros registrados en el sistema de seguridad social polaco (conocido como ZUS), con 20.549 registrados en 2023. El año pasado, los indios también fueron el tercer grupo de trabajadores inscritos en el ZUS con mayor crecimiento, solo detrás de los bielorrusos y los ucranianos, con 4.588 nuevos trabajadores agregados en un año (Ver: Ptak, Alicja. “Poland and India upgrade relations during first visit by Indian PM in 45 years”.  Fundacja Notes From Poland, 22/08/2024, https://notesfrompoland.com/2024/08/22/poland-and-india-upgrade-relations-during-first-visit-by-indian-pm-in-45-years/).

[27] Ver Wankhede, Rahul. Op. cit.

[28] Verma, Raj. “Ukraine Visit | Modi unlikely to have a peace plan with him”. Deccan Herald, 21/08/2024, https://www.deccanherald.com/opinion/ukraine-visit-modi-unlikely-to-have-a-peace-plan-with-him-3158802,

[29] Embassy of Ukraine in the Republic of India. “Ukraine-India Bilateral Trade”. Embassy of Ukraine in the Republic of India, 15/01/2024, https://india.mfa.gov.ua/en/partnership/cooperation-between-ukraine-and-india/438-torgovelyno-jekonomichne-spivrobitnictvo-mizh-ukrajinoju-ta-indijeju/ukraine-india-bilateral-trade#:~:text=Ukraine%2DIndia%20Bilateral%20Trade%20%7C%20Embassy,in%20the%20Republic%20of%20India&text=In%20the%20first%20half%20of,from%20India%20%E2%80%93%200.66%20billion%20USD.

[30] ForumIAS. “India-Ukraine Relations- Significance and Challenges- Explained Pointwise”. ForumIAS, 23/08/2024, https://forumias.com/blog/india-ukraine-relations-significance-and-challenges-explained-pointwise/.

[31] El volumen del comercio entre India y Ucrania ha caído de 3.390 millones de dólares en 2021-22 a 710 millones de dólares en 2023-24, debido a la actual crisis entre Rusia y Ucrania. Ello ha afectado a las importaciones de productos agrícolas, de construcción de maquinaria y militares de la India procedentes de Ucrania.

[32] Ver Embassy of Ukraine in the Republic of India. Op. cit.

[33] La India ha proporcionado 17 envíos de 99,3 toneladas de asistencia humanitaria a Ucrania tras la guerra entre Ucrania y Rusia. La ayuda y la asistencia comprenden medicamentos, mantas, tiendas de campaña, lonas impermeables y equipo médico. Las empresas farmacéuticas indias han donado más de 8 millones de dólares en asistencia médica y asistencia financiera a Ucrania.

[34] Ver ForumIAS. Op cit.

[35] Ministry of External Affairs, Government of India. “India-Ukraine Joint Statement on the Visit of Prime Minister of India to Ukraine”. Ministry of External Affairs, Government of India, 23/08/2024, https://www.mea.gov.in/bilateral-documents.htm?dtl/38214/IndiaUQBqhHGzyLlUXZHT521txL5Wgff2nnTGFMk-FffhfGJrbQqynister_of_India_to_Ukraine#:~:text=Underlining%20the%20importance%20of%20defence,India%20and%20cooperation%20in%20emerging.

[36] Acuerdo de Cooperación en el campo de la Agricultura y la Industria Alimentaria; Memorando de Entendimiento sobre Cooperación en el campo de la Regulación de Productos Médicos; Memorando de Entendimiento sobre Asistencia Humanitaria India para la Implementación de Proyectos de Desarrollo Comunitario de Alto Impacto; y el Programa de Cooperación Cultural para 2024-2028.

[37] The Economic Times. “’Ready to open Ukraine companies in India, buy ‘Made-in-India’ products’: President Zelenskyy”. The Economic Times, 24/08/2024, https://economictimes.indiatimes.com/news/india/ready-to-open-ukraine-companies-in-india-buy-made-in-india-products-president-zelenskyy/articleshow/112753184.cms?from=mdr.

[38] Financial Express. “Ukraine-India Relations: A Look at Humanitarian Aid and Diplomatic Endeavors”. Financial Express, 06/08/2023 https://www.financialexpress.com/business/defence-ukraine-india-relations-a-look-at-humanitarian-aid-and-diplomatic-endeavors-3201549/.

[39] Cada cubo BHISHM puede manejar aproximadamente 200 casos de emergencia, atendiendo una amplia gama de necesidades médicas como traumatismos, quemaduras, fracturas y shock (Ver: Trigunayat, Anil. “It can’t be a dialogue of the deaf: How Zelensky chiding India for buying Russian oil is plain hypocrisy”. Firstpost, 26/08/2024, https://www.firstpost.com/opinion/it-cant-be-a-dialogue-of-the-deaf-how-zelensky-chiding-india-for-buying-russian-oil-is-plain-hypocrisy-13808221.html).

[40] Verma, Raj. “Interests trump principles and values: India’s neutrality in the Russia-Ukraine war”. Taylor & Francis Group, 11/08/2024, https://www.tandfonline.com/doi/full/10.1080/13523260.2024.2388003#abstract.

[41] Inmediatamente después de sucedido el hecho, el Kremlin y el Ministerio de Defensa ruso afirmaron que el ataque no provino de ningún arma rusa, sino que la propia defensa ucraniana destruyó el hospital infantil Okhmatdyt, el centro pediátrico más grande de Ucrania. Por su parte, desde Ucrania se afirma categóricamente que el ejército ruso lanzó el misil de crucero de largo alcance Kh-101 que destruyó la instalación pediátrica. Irónicamente y no por casualidad, uno de los primeros actos públicos y oficiales de Modi en Kiev fue la visita a un memorial dedicado a las víctimas infantiles tanto de la Segunda Guerra Mundial como del conflicto en curso. Ello evidencia que no solo la guerra se lleva en el teatro de operaciones sobre el campo de batalla, sino que también a través de simbolismos. En este caso se puede observar que las autoridades ucranianas quisieron sensibilizar a Modi y mostrarle los efectos reales de la guerra sobre la población urbana, especialmente sobre los niños.

[42] Ver  Yousuf, Danish y Barthwal, Namita. Op. cit.

[43] Pal, Aayush. “PM Modi’s Historic Visit to Ukraine: Balancing Ties Amid Conflict”. Samvada World, 23/08/2024, https://samvadaworld.com/world/pm-modis-historic-visit-to-ukraine-balancing-ties-amid-conflict/.

[44] Ver Verma, Raj. Op. cit.

[45] Para la presente investigación, el autor entiende por Sur Global como una categoría híbrida que va más allá de los factores históricos y geográficos y que tiene a la distribución del poder y a la toma de decisiones como elementos centrales. El término, al no tener una inclinación geográfica, incluye países de los hemisferios Norte y Sur que han sido históricamente relegados a los márgenes del orden tradicional establecido por las potencias mundiales. Este grupo de países comparten una posición estructural de periferia en el sistema internacional capitalista. Es una expresión lingüística de una realidad geopolítica emergente.

[46] Bisaria, Ajay. “Warzone Diplomacy”. Observer Research Foundation, 22/08/2024, https://www.orfonline.org/english/research/warzone-diplomacy.

[47] Una alianza política y cultural informal de cuatro países de Europa central: la República Checa, Hungría, Polonia y Eslovaquia.

[48] Ver Verma, Raj. Op. cit.

[49] Pant, Harsh V. “Ukraine’s India Outreach, And The Search For New Friends”. Observer Research Foundation, 03/04/2024, https://www.orfonline.org/research/ukraine-s-india-outreach-and-the-search-for-new-friends.

[50] Velangi, Amey. “Peacemaker vs Peacemaker: India and China’s Diplomatic Duel Over Ukraine”. The Diplomat, 26/08/2024, https://thediplomat.com/2024/08/peacemaker-vs-peacemaker-india-and-chinas-diplomatic-duel-over-ukraine/.

[51] Siddharth Jayaprakash, Rajoli. “The Limits of Strategic Autonomy: Modi’s Visit to Ukraine”. Russian International Affairs Council (RIAC), 30/08/2024, https://russiancouncil.ru/en/analytics-and-comments/columns/eurasian-policy/the-limits-of-strategic-autonomy-modi-s-visit-to-ukraine/.

 

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