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¿REENCONTRARÁ —LA DIRIGENCIA OCCIDENTAL— EL SENDERO DE “LA PAZ WESTFALIANA” EN EL SIGLO XXI?

Heriberto Justo Auel*

“La celebración de la Paz de Münster el 18 de junio en el cuartel general de los ballesteros cívicos de Amsterdam” por Bartholomeus Van der Helst.

Si quieres la Paz, prevé la guerra”

Flavio Vegecio Renato (S. IV a. C.)

No hay otro camino para guardar la paz, que estar preparado para la guerra”

Nicolás Maquiavelo (1469-1527)

“Si quieres la Paz, conoce a la guerra”

Gastón Bouthoul (1896-1980)

 1. La Paz de Westfalia.

2. La Geopolítica de la Paz.

3. El choque de las culturas.

4. Candidatos “globalistas” —palomas— y candidatos “contrarrevolucionarios” —halcones—.

 

1. La Paz de Westfalia

La Paz de Westfalia se alcanzó con los tratados de Osnabrück y Münster de 1648, en la región histórica de Westfalia. Con ellos finalizó la “Guerra de los Treinta Años” en Alemania y la “Guerra de los Ochenta Añosentre España y los Países Bajos. En ellos actuaron el Papado, el Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico —Fernando III de Habsburgo— las Monarquías de España, Francia, Suecia y las Provincias Unidas —Países Bajos— y los Electores de Brandeburgo y de Sajonia.

Dio lugar al primer congreso diplomático moderno e inició un “nuevo orden” en Europa Central, basado en el concepto de soberanía nacional. Estableció el principio de que la “integridad territorial” es el fundamento de la existencia de los estados, frente a la concepción feudal de que territorios y pueblos constituían un patrimonio hereditario. Por esta razón, marcó el nacimiento del Estado Nación.

Existe —entre los politólogos y estrategas teóricos occidentales— una fuerte sospecha de que el fin de la Guerra Fría —1989/91— daría lugar a un “nuevo orden” —homólogo al “westfaliano”— que ya presentaría algunos indicios de existencia. En ese ámbito, la guerra en acto entre Rusia/Ucrania vendría a constituirse en  el “catalizador” de ese eventual “nuevo orden internacional”.

Zygmunt Bauman —reconocido sociólogo y filósofo polaco-británico fallecido hace cinco años— fue quien describió a la presente situación social como “modernidad líquida”, concepto que bien puede trasladarse al acelerado desarrollo geopolítico internacional, impulsado por la emergencia de nuevas grandes potencias.

Al respecto, la duda —de quienes exploran nuestro futuro— se plantea cuando analizan las características de los liderazgos actuales que deberían recorrer una senda equivalente a la de la “Paz Westfaliana”. El “orden multilateral” ha sido reemplazado por un impreciso “orden multipolar” de alianzas o asociaciones entretejidas entre amigos/enemigos de conveniencia, solo confiables mientras el amigo/enemigo sirva para algo.

La polarización central está planteada —como ayer-— entre el mundo “telurocrático” y el “talasocrático”, que hemos desarrollado en el 2021 (1) y (2). Estos realineamientos han llevado a “Ella” —nuestra comandante castro-chavista— al intento fallido de pretender un salto de garrocha cultural imposible, hacia el mundo asiático —como una forma más de sus numerosos intentos de evasión— ante las futuras e inexorables sentencias judiciales por corrupción.

2. La Geopolítica de la Paz

En nuestro ensayo del mes de Mayo de 2011 —“La Actualidad de la ‘Tesis’ sobre el Océano Político” www.ieeba.org— expresábamos que en la situación internacional emergente de la posguerra fría —1991— cuando regresó la Historia, “esta se aproximaba a la Tesis de Haushofer, en desmedro de las doctrinas de McKinder y de Spykman. El Cap bávaro planteaba —en 1924— que el “equilibrio de poder” entre el “mundo oceánico” —talasocrático— y el “continental-terrestre” —telurocrático—, para lograr la Pax Mundial, exigía la conformación de un bloque asiático + uno —Alemania—, frente a Europa, las Américas, Oceanía y Japón. Fue desoído y los líderes políticos europeos fueron a sus Guerras Civiles —1914/18 y 1939/45—. Europa se autodestruyó y dejó de ser el núcleo cultural de Occidente. El meridiano del poder se desplazó hacia el oeste, a EE.UU.”

Así las cosas, tengamos muy presente que el futuro no está escrito en ninguna parte. Está en manos de quienes deciden, desde el poder. Haushofer no fue escuchado en un momento histórico en que emergían tres nuevas potencias que alteraban el equilibrio de poder pactado en el Congreso de Viena —1814/15—:

  • EE.UU., que luego de la ocupación de parte de México —1846/48— (Texas, Nuevo México, Arizona, Nevada, Utah y partes de California, Colorado, Wyoming, Kansas y Oklahoma) y de su guerra civil —1861/65— se proyectaba hacia el Pacífico y el Atlántico —como lo vio Mahan con claridad—.
  • Alemania, que tras su unificación venció a Francia —1870— y superó industrial y militarmente al Reino Unido y
  • Japón, modernizado y armado por la restauración Meiji, que venció a Rusia —1905— y se afianzó como potencia asiática.

No reconocer la emergencia de estos nuevos actores estatales costó dos guerras civiles europeas y un siglo XX de una violencia hasta entonces desconocida. ¿Hemos aprendido esa lección? La actual dirigencia de las potencias del siglo XXI ¿está encaminada a homologar la Paz de Westfalia, o vamos a un “invierno nuclear”?

Quien —con toda autoridad intelectual— ha planteado esta incógnita hace unos días, ha sido Henry Kissinger (3). Comparó la actual rivalidad de las alianzas con la situación previa a la I GM —1914/18—, en la que ninguna de las partes tiene mucho margen de concesión política y en la que “cualquier perturbación del equilibrio puede tener consecuencias catastróficas”. Dijo:

“Ahora hemos armado a Ucrania hasta el punto en que será el país mejor armado y con el liderazgo con menos experiencia estratégica en Europa. Si la guerra termina —como probablemente terminará— con Rusia perdiendo muchas de sus ganancias, pero conservando Sebastopol —la principal ciudad de la península de Crimea— es posible que tengamos una Rusia insatisfecha, pero también una Ucrania insatisfecha. En otras palabras, un balance de insatisfacción. Entonces, para la seguridad de Europa y de Rusia, es mejor tener a Ucrania en la OTAN, donde no puede tomar decisiones nacionales sobre reclamos territoriales. Son dos tipos de potencias entre las que, históricamente, hubiera sido inevitable una confrontación militar. Pero esta —la de hoy— no es una circunstancia normal, debido a la destrucción mutua asegurada y a la inteligencia artificial. Estamos en el comienzo de una capacidad en la que las máquinas podrían imponer una peste global u otras pandemias, no solo nucleares, sino en cualquier campo de la destrucción humana”.

Por eso consideró que “las circunstancias exigen líderes responsables, que al menos intenten evitar el conflicto”. Los que allí y ahora están ¿rayan a la altura de sus circunstancias? Es la gran pregunta que nos hacemos los argentinos, dada la situación interna e internacional en la que vivimos, en el 2023.

Los argentinos deberíamos entender la razón de esta duda -mejor que cualquier otra nación en el mundo- pues luego de las dos guerras que peleamos en la segunda mitad del siglo XX, no hemos tomado en cuenta ninguna de las tremendas enseñanzas que nos dejaron y es por lo que hoy padecemos un nivel de indefensión e inseguridad alarmantes.

A escasos meses de un cambio de gobierno, desconocemos las propuestas de los candidatos para revertir este drama. Nuestra dirigencia no ha entendido aún a Flavio Vegecio Renato —siglo IV a. C.—, a Nicolás Maquiavelo —1469/1527— ni a Gastón Bouthoul —1896/1980—. Está muy ocupada con la inflación y no se apercibe de que esta es una consecuencia más, de aquel origen.

EL 7 de octubre de 2022, publicamos “Fumado en el polvorín”. Decíamos en él:

“Hasta hoy no conocemos la iniciativa de EE.UU/UE para reunirse con China/India y encontrar el camino de la Paz. ¿Existe algún otro camino para encontrar una alternativa al invierno nuclear? No lo creemos. Lo hemos planteado con anterioridad: son urgentes “los buenos oficios y la mediación” de los EE.UU/UE y China/India. Hay impedimentos para lograr la Paz. Los gobiernos progresistas occidentales están controlados por las fuerzas del “globalismo” o “mundialismo”, que destruye al Occidente Cristiano desde su núcleo fundador europeo”. Recientemente Elon Musk —CEO de Tesla— dijo que George Soros —símbolo mayor del globalismo— “es un supervillano judío que odia a la humanidad” (6). Los odios y los resentimientos son los que impiden la concordia.

La “Doctrina Primakov —de 1997— que planteaba la conformación del bloque “telurocrático” Rusia/China/India, tiene indicios de realización. Hace unos meses realizaron ejercicios militares combinados, en territorio ruso. India acaba de sobrepasar a China en población. Su Gran Estrategia no está definida aún. Retiene una difícil relación conflictiva con Pakistán. Narendra Modi ha demostrado ambiciones internacionales, pero no le será fácil resolver su relación ambivalente con Beijing y Washington, simultáneamente.

La UE —transculturizada y desarmada— deambula sonámbula hacia el agravamiento de “su” guerra en Ucrania, que ya comprometió a la OTAN. La “operación militar especial de Putin cursó varias etapas a lo largo de más de un año. En el presente atraviesa operaciones de desgaste y se esperan reactivaciones, “contraataques de primavera” desde ambos lados. Un callejón sin salida sugeriría la amenaza nuclear rusa, mientras se aleja la oportunidad de una posible negociación política. El corte de la energía rusa a la UE y de los cereales ucranianos al mundo están dañando seriamente a la economía global.

La probabilidad de que la guerra llegue a la UE es hoy posible. Y los años de abandono de sus FF.AA. hacen que la OTAN sobrepuje a la UE indefensa. Las miradas nuevamente se vuelven a los EE.UU., pero Washington tiene hoy otras preocupaciones estratégicas en el Asia-Pacífico. Aquel paraguas de ayer está preocupado desde hace tiempo por otras lluvias. La UE deberá atender y entender mejor a las estrategias del Reino Unido después del Brexit y pensar en qué ocurrirá si los Republicanos ocupan nuevamente la Casa Blanca.

El reciente y descarnado mensaje de Josep Borrell Fontelles en Estrasburgo —Francia—, ante el Parlamento Europeo —en su condición de Alto Representante de la UE para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad—, confirma la percepción del alto riesgo estratégico de la UE, de la debilidad de sus FF.AA. después de décadas —1950/70— de “Estado de Bienestar” socialdemócrata y de la necesidad de que los 27 Estados que la conforman, cuenten hoy con la misma partitura y reconozcan una sola clave en su relación con la Gran Potencia China.

La emergencia de China y la India han desordenado el frágil equilibrio de la PAX internacional. El proceso de reconfiguración geopolítica de equilibrios se ha conmovido con la guerra rusa-ucraniana. ¿Vamos a una nueva guerra fría?, ¿a una nueva guerra mundial? o ¿nos encaminaremos a una nueva Paz Westfaliana? Los dados están en el aire. Xi Jinping continúa con su operación geopolítica global (5) vía “soft power”. Ello ha sido ratificado por la Asamblea Nacional Popular en marzo de 2023. Ha nombrado fieles colaboradores en cada área de su Plan Geopolítico Global y ha ajustado su control sobre el Consejo de Estado.

China, Rusia, Corea del Norte e Irán, han denunciado sus Acuerdos de Seguridad Regionales: desconocen a la disuasión nuclear. Para enfrentar a Occidente han integrado a la fuerza convencional con la nuclear, para operar en secuencia o en paralelo y de modo continuo, bajo la llamada “teoría para la victoria”. La respuesta resiliente de EE.UU. ha sido la de dotar de movilidad a su tríada nuclear: los ICBM por carreteras y vías ferroviarias, redistribuir a los B-52 en diversas bases y poder reabastecer a las fuerzas de submarinos sin salir a superficie. Además están en desarrollo los despliegues de los HGV y HCM** frente a las nuevas defensas opuestas, con lo que se evita aumentar el número de cabezas nucleares.

3. El choque de las culturas

El Occidente Cristiano continúa profundizando su larga crisis-decadencia de naturaleza cultural***, que ha licuado la identidad de su núcleo duro —Europa— y que se ve agravada en los últimos años por efecto de fuerzas privadas internas —que actúan bajo la sombra de la actual aceleración civilizatoria—: el “globalismo”, universalismo” o “progresismo” (7), mientras Rusia y China accionan culturalmente en dirección exactamente opuesta y la India retiene —a través de su espiritualidad— la histórica característica esencial de sus culturas.

El 14 de mayo de 2009 el Papa Benedicto XVI se reunió con los legisladores italianos que viajaban a Bruselas para votar una nueva Constitución Europea —la “giscardiana”-. Su clase magistral abordó como tema central a la ética y a la importancia de los valores morales en la política y nos advirtió —hace 15 años—: “Europa tiene el alma marchita y se odia a sí misma”. Un sector social ha agravado a estos conceptos, pero hay otro que está reaccionando y va al rescate de la identidad europea, si bien presentando matices diferenciados. Ellos son:

    • Viktor Orbán: Primer Ministro de Hungría, líder del partido Fidesz, conocido por su postura nacionalista, conservadora y antiinmigración.
    • Marine Le Pen: Política francesa, líder del partido Rassemblement National que aboga por el nacionalismo, el control migratorio y la defensa de los valores tradicionales.
    • Matteo Salvini: Político italiano, líder de la Liga, partido de extrema derecha que promueve el nacionalismo y políticas antiinmigración.
    • Alternative für Deutschland -Alternativa para Alemania- partido político alemán que ha ganado apoyo en los últimos años con una plataforma antiinmigración y euroescéptica.
    • Partido del Brexit: liderado por Nigel Farage en el Reino Unido, impulsó la campaña por la salida de la UE y aboga por la soberanía nacional y políticas migratorias más restrictivas.
    • Giorgia Meloni: Política italiana, líder del partido Fratelli d’Italia —Hermanos de Italia—, que defiende una agenda conservadora en temas como inmigración, seguridad y los valores tradicionales.
    • Isabel Díaz Ayuso: Política española presidente de la Comunidad de Madrid. Si bien no se identifica explícitamente como representante de la derecha tradicional, ha sido asociada con posturas conservadoras y ha defendido políticas de baja carga impositiva, libre mercado y mayor autonomía regional.

La cultura de Occidente —luego de la II GM II— se autodestruye desde la intimidad de sus universidades, desde la progresía burguesa de derecha e izquierda, desde ciertos medios de comunicación y desde algunos centros financieros social y políticamente resentidos. Es indispensable conocerlos, por tratarse de instituciones e instrumentos con los que convivimos y que actúan en el ámbito universal:

    1. Fondo Monetario Internacional (FMI)
    2. Banco Mundial. (BM).
    3. Organización de las Naciones Unidas (ONU)
    4. Organización Mundial del Comercio (OMC)
    5. Organización de ONU para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO)
    6. Organización Internacional del Trabajo (OIT)
    7. Organización Mundial de la Salud (OMS)
    8. Amnistía Internacional
    9. Human Rights Watch
    10. Greenpeace
    11. Transparency International
    12. Foro Económico Mundial
    13. Instituto Brookings
    14. Consejo de Relaciones Exteriores (Council on Foreign Relations)
    15. World Wide Fund for Nature (WWF)
    16. Médicos Sin Fronteras (MSF)
    17. Save the Children
    18. Cruz Roja Internacional
    19. Human Rights Campaign
    20. Global Green Growth Institute (GGGI)
    21. Fundación Bill y Melinda Gates.
    22. George Soros. Presidente de la Open Society Foundations.
    23. The Guardian. Periódico británico.
    24. La British Broadcasting Corporation (BBC). Organización de radiodifusión.
    25. La Cable News Network (CNN). Red de noticias con alcance global.
    26. The New York Times. Periódico estadounidense reconocido por su cobertura internacional.
    27. Human Rights Campaign. Organización defensora de los derechos LGBTQ+.
    28. Médicos Sin Fronteras (MSF). Organización médica humanitaria.
    29. The Economist. Revista británica se centra en asuntos económicos, políticos y culturales.

Es importante tener en cuenta que hay una diversidad de perspectivas y enfoques dentro de estas organizaciones y que no todos los miembros o colaboradores necesariamente comparten las mismas ideas o agendas.

En Rusia la Iglesia Ortodoxa ha desempeñado un papel importante en su sociedad —luego de la implosión soviética— y tiene hoy una gran influencia en su cultura e identidad nacional. Bajo el liderazgo de Cirilo la Iglesia ha apoyado y respaldado las políticas de Putin, en varias ocasiones. La recuperación que el nuevo líder impulsó de las antiguas tradiciones relacionadas con la “Tercera Roma”**** y de la “Santa Madre Rusia”***** —ambas conceptualmente espirituales— que lograron recuperar el ímpetu imperial ruso, hoy puesto a prueba.

En China Xi Jinping ha alentado el espíritu nacionalista del pueblo chino y ha elevado la figura de Confucio a un nivel desconocido en el siglo XX. No es casual que los institutos existentes en nuestras universidades —para enseñar mandarín— lleven el nombre de Confucio******. La filosofía confuciana se centra en mantener relaciones sociales adecuadas, como clave para el comportamiento moral y la armonía social. El taoísmo, por otro lado, se preocupa más por la metafísica: trata de comprender el funcionamiento del mundo natural y establece analogías, sobre cómo deben actuar los humanos.

El espacio continental asiático/telurocrático recuperó así la fuerza cultural expansiva de sus tradiciones —asentadas en las religiones— mientras Occidente se autodestruye quebrantando sus virtudes cristianas y se encamina —con ciego egoísmo— a un antropocentrismo cuyos niveles de violencia y agresión son propias de los espíritus débiles, que actúan con la soberbia ridícula del pavo, en su tránsito a la olla.

Si la guerra ha regresado a la transculturizada Europa y si la dirigencia occidental -—con El Vaticano a la cabeza— no entienden en tiempo/oportunidad las causas profundas y abstractas que nos llevan a “cualquier campo de la destrucción humana” —como lo anticipa Mr. K.— el “sendero de la Paz Westfaliana” está y estará cerrado a una dirigencia occidental confundida, opaca y cobarde, que en pos del “goce del bien-estar” civilizatorio, pierde el “bien-vivir cultural” y se autodestruye, “en todos los campos”.

La evolución de las relaciones sino-rusas ha tenido una alta dinámica en la posguerra fría. Beijing había seguido inicialmente la huella de la Federación Rusa, en el ámbito estratégico y en el desarrollo de sus FF.AA. Desde 2014 en adelante la relación ingresó a una paridad que facilitó una asociación más cercana. Cuando el 24 de febrero de 2022 se inició la “Operación Especial” de Putin, Xi encuentra una limitación para apoyar a su asociado estratégico y esta deviene justamente de la Paz de Westfalia: Putin había quebrado el principio de “integridad territorial”, incorporado actualmente al Derecho Internacional Público.

Desde entonces Moscú marcha “un paso atrás”, aunque Beijíng no puede abandonar a Moscú —a pesar de que haya invadido a un Estado soberano—, pues es su arsenal nuclear más importante en la pista en que juega su hegemonía —en su rol de nueva superpotencia—, frente a EE.UU. Tampoco puede aparecer como poder “irresponsable” y por ello presentó “los doce puntos”(8), que no intentan “los buenos oficios” que le reclaman desde la OTAN, ni un apoyo militar comprometedor, pero hace conocer al mundo que Putin es su amigo. Los intereses mutuos de las dos potencias asiáticas no coinciden en absoluto con las de Occidente, pero —creemos— la tradición cultural de una China poderosa nos aleja de la “Trampa de Tucídides”*******.

China se ha beneficiado significativamente —como la India— con el gas y el petróleo ruso que ya no va a la UE. y también con el redespliegue de la OTAN, que abandonó el Asia-Pacífico para dirigirse a la UE. Cualquier traspié ruso en Ucrania posiciona mejor a Xi frente a Putin. Mientras tanto, ambos apoyan a los regímenes autoritarios del mundo y trabajan para lograr un “nuevo orden internacional”, cercano a sus modelos políticos tradicionales, autoritarios. Cuentan con la explícita ayuda tranculturizadora de la “progresía occidental”, asociada en Iberoamérica con el castro-comunismo-narcotraficante que conduce a la actual contraofensiva revolucionaria iberoamericana, desde el Foro de San Pablo.

La “trampa de Tucídides” está hoy abierta, en el nivel global. La UE muestra algunos signos de recuperación cultural, mientras el “globalismo” se mantiene agresivo y azuza a los conflictos en la UE y en Iberoamérica. Como resultado de esta compleja situación, los indicios de un eventual sendero que nos llevaría a una exitosa y nueva “Paz de Westfalia”, aun no existe. Sin embargo, hay voces respetadas que han advertido acerca de posibles “consecuencias catastróficas”, si la concordia no apareciera. Las luces rojas están encendidas.

4. Candidatos “globalistas” —palomas— y candidatos “contrarrevolucionarios”  —halcones—.

En nuestra querida Patria Argentina cursamos un año electoral. La universalidad de los fenómenos políticos y estratégicos que hemos descripto —en los tres puntos anteriores— se reflejan claramente en las confrontaciones diarias entre la coaliciones y dentro de las coaliciones, por una evidente razón: hay “globalistas” —palomas/progres— en la izquierda, en el centro y la derecha. Y solo hay “contrarrevolucionarios” —halcones— en los sectores de derecha y de extrema derecha.

Las coaliciones y los partidos infiltrados por “globalistas” que no logren sincerar —con homogeneidad— a su conducción, antes de las elecciones, carecerán mañana de gobernabilidad frente a la descomposición cultural preexistente, la creciente inseguridad “revolucionaria” y el narcoterrorismo rampante —sostén financiero y logístico del sigiloso castro-comunismo—.

La constante aproximación a las fechas programadas para las “primarias” muestran —cada vez con mayor claridad— la toma de posiciones —en el ámbito político y en los medios— para llevar a las urnas a los mandantes con relatos y argumentos totalmente ajenos a la verdad, por parte de los infiltrados. Las actitudes y decisiones de los candidatos frente a los hechos que ocurren diariamente así lo comprueban y sería dramático que quienes miran, no vean y que los que oyen, no escuchen.

“Si quieres la Paz, prevé la guerra”

Flavio Vegecio Renato (siglo IV a. C.).

“No hay otro camino para guardar la paz, que estar preparado para la guerra

Nicolás Maquiavelo (1469-1527)

“Si quieres la Paz, conoce a la guerra”

Gastón Bouthoul (1896-1980).

 

* Oficial de Estado Mayor del Ejército Argentino y del Ejército Uruguayo. Ha cursado las licenciaturas de Ciencias Políticas, de Administración, la licenciatura y el doctorado en Relaciones Internacionales. Se ha desempeñado como Observador Militar de la ONU en la Línea del Cese de Fuego del Canal de Suez. Comandó tropas de llanura, montaña, aerotransportadas y mecanizadas.

 

Citas y aclaraciones

* Catalizador: es una sustancia que aumenta la velocidad de una reacción química al proporcionar una ruta alternativa de menor energía para que la reacción ocurra.

** Los HGV —Hypersonic Glide Vehicles— y los HCM —Hypersonic Cruise Missiles— son términos que se refieren a tecnologías de armas hipersónicas desarrolladas por EE.UU.

*** O. Spengler: veía la decadencia de Occidente como una consecuencia de la masificación, la burocratización, la pérdida de la espiritualidad y la falta de unidad cultural y social. También sostenía que las grandes culturas pasadas —como la antigua Grecia y Roma— habían pasado por ciclos similares de decadencia y caída.

**** La Tercera Roma: este título destaca el papel de Moscú como centro político y religioso de la Iglesia Ortodoxa Rusa, que se convirtió en la capital del Principado de Moscú y posteriormente en la capital del Imperio Ruso. Moscú se consideraba una nueva Roma, preservando la fe ortodoxa y continuando la misión imperial y religiosa de las antiguas capitales romanas.

***** La Santa Madre Rusia: es una expresión utilizada para describir a Rusia en términos patrióticos y emotivos. No tiene un significado literal o religioso, sino que se refiere a una percepción idealizada de Rusia como una nación poderosa, unificada y con una rica historia y cultura.

****** Confucio: bajo el gobierno de Xi Jinping ha habido un resurgimiento de la promoción de los valores tradicionales chinos, que incluyen elementos confucianos. Xi ha destacado la importancia de la herencia cultural y los valores éticos en la construcción de una sociedad armoniosa y en el fortalecimiento de la identidad nacional china.

******* La trampa de Tucídides: es un concepto acuñado por el profesor de Harvard Graham Allison que hace referencia a un fenómeno histórico en el que una potencia en ascenso desafía a una potencia hegemónica establecida, lo que puede conducir a un conflicto militar. Deriva de Tucídides —historiador griego antiguo— que observó este patrón en su obra “La Guerra del Peloponeso”. Este concepto ha sido utilizado para analizar las relaciones entre EE.UU. y China. Los expertos argumentan que la rivalidad entre estas dos potencias, una en ascenso y otra establecida, puede aumentar el riesgo de un conflicto. Es importante destacar que no todos los casos de rivalidad entre potencias conducen necesariamente a un conflicto armado. La diplomacia y la cooperación pueden desempeñar un papel crucial para evitar este escenario.

(1). H. J. Auel. “El encuadramiento geopolítico internacional de la actual situación estratégica argentina”. IEEBA, marzo de 2021,  www.ieeba.org.

(2). H. J. Auel. “¿Conocemos a China?”. IEEBA, 08/09/2021, www.ieeba.org

(3). H Kissinger. “El ex Secretario de Estado, próximo a cumplir 100 años y a publicar dos libros, analizó los grandes temas de la actualidad mundial y el rol de la política exterior de los EE.UU.” La Nación, 17/05/2023.

(4). H. J. Auel. “Fumando en el polvorín”. IEEBA, 07/10/2022, www.ieeba.org.

(5). H. J. Auel. “La geopolítica del ‘virus chino’”. IEEBA, mayo de 2020, www.ieeba.org.

(6). C. Esteban. “Elon Musk: George Soros odia a la humanidad”. La Gaceta, 17/05/2023.

(7). H. J. Auel. “Globalismo, Soberanía de los Estados e Identidades Nacionales”. IEEBA, junio de 2022, www.ieeba.org.

(8). C. G. Kindelán. Noticia. Veinte Minutos. Los “Doce puntos básicos para la atención y gobernanza integral del Partido Comunista de China (PCCh)” establecidos por Xi Jinping, fueron presentados por el Comité Central del PCCh —en enero de 2021— y abarcan una amplia gama de áreas y prioridades para el partido y el gobierno chino.

EL VIEJO REALISMO COMO HOJA DE RUTA DEL «NUEVO» MUNDO

Alberto Hutschenreuter*

Imagen geralt en Pixabay

 

Cuando echamos una mirada a los acontecimientos que tienen lugar en el mundo actual, difícilmente podríamos sostener que los mismos respaldan la predominancia de enfoques centrados en el multilateralismo, los valores colectivos y la cooperación desinteresada.

Desde hace tiempo que el denominado modelo relacional, es decir, el que se funda en el poder, la jerarquía, las capacidades, el interés nacional y la incertidumbre de las intenciones entre Estados, predomina en el mundo, llegando incluso a establecerse hoy un inquietante estado de beligerancia latente o de no guerra entre los principales actores preeminentes, esto es, los centros que deberían dar forma a una estructura o configuración internacional.

El estado de disrupción internacional es tal que hasta se podría dudar si hay posibilidades de llegar alguna vez a un orden, pues incluso entre aquellos poderes mayores que tienden hacia una alianza, como China y Rusia, las concepciones relativas con un orden internacional son diferentes. En estos términos, sólo quedaría como garantía relativa de un orden el comercio entre Estados, un sustituto de un orden, pero que no llega a serlo.

¿Estamos, por tanto, en un estado de retroceso en las relaciones internacionales? La pregunta resulta pertinente, pues desde 2014, cuando se produjo la anexión o recuperación de Crimea por parte de Rusia y la desconfianza y fragmentación internacional se profundizó, se habló, primero, del retorno de la geopolítica y luego, del regreso de la guerra; dos cuestiones vinculadas a la obtención de ganancias de poder por parte de los Estados, es decir, «sustancias» de la concepción realista en política internacional, que deprime la cooperación desinteresada entre los Estados mientras que afirma la competencia y la rivalidad entre los mismos. Pero ello no supone ninguna novedad. De modo que, más que retroceso, tal vez sería más apropiado referirnos a una regularidad.

El final de la contienda bipolar, la desaparición de la URSS, la reacción internacional contra la invasión iraquí a Kuwait y el fenómeno de la globalización fueron cuatro hechos que fundaron un clima favorable en relación con el curso de las relaciones internacionales y ello se constató en las hipótesis esperanzadoras que se desplegaron por entonces. Además, la contundencia de las tres victorias estadounidenses (Guerra Fría, guerra del Golfo y modelo económico) afirmó la percepción sobre el triunfo de cierta idea de benevolencia frente a los dogmas casi totalitarios que capitulaban o se encontraban en fase terminal.

La globalización fue, acaso, el epítome, del nuevo clima: una idea cuya práctica aseguraba velozmente el ascenso hacia el desarrollo. Nunca hubo por entonces posiciones que concibieran la globalización como un proceso de oportunidades, que era algo cierto, pero también como un fenómeno no neutro, es decir, como un régimen de poder, algo que era más cierto todavía. Sin duda, si se hubiera considerado la experiencia, seguramente se habría concluido que eran necesarios más reparos por parte de los países frente a las expectativas desmedidas.

En este contexto, las corrientes de pensamiento que consideraban que las relaciones internacionales cambiaban hacia formas menos descentralizadas y más regimentadas, sintieron que sus esperanzas en la afirmación de una sociedad internacional eran prácticamente irreversibles. Si hasta hacía poco el mundo mantenía características hobbesianas, es decir, de ineluctable pugna por el poder, el nuevo escenario tendría rasgos más lockeanos y kantianos, es decir, de creciente comercio y cooperación, y allí todos (poderosos, intermedios y débiles) lograrían márgenes de ganancias. Consecuentemente, se afirmaría «la paz», es decir, el orden.

A pesar de numerosas situaciones, que examinadas con rigor estratégico resultaban categóricas en relación con aquellos fundamentals del realismo, por caso, expansión de la OTAN, proyección regional y global de poderes mayores, movimientos internos en países ubicados en zonas selectivas, etc., tuvieron que suceder los hechos en Siria y en Ucrania-Crimea para que se reconsideraran premisas y se admitiera que la geopolítica estaba de regreso, lo cual era un desacierto, pues nunca podía estar de vuelta aquello que nunca se había marchado.

Desde entonces, aquellas pocas, pero convincentes explicaciones que proporcionaba el realismo, para exponerlo casi en las mismas palabras de Kenneth Waltz, se hicieron frecuentes cuando se hablaba del estado o panorama estratégico del mundo. Los documentos e informes de foros internacionales, organizaciones intergubernamentales y de actores preeminentes describían contextos cada vez más inquietantes (por ejemplo, los Global Risks Report del World Economic Forum, o las Global Trends de las agencias de inteligencia de Estados Unidos).

Finalmente, la pandemia, el nacionalismo de las vacunas, la rivalidad chino-estadounidense y la guerra en Ucrania terminaron por recentrar al realismo en la política internacional y mundial, quedando apenas, como se dijo antes, el comercio internacional, afectado por las tensiones provocadas por tales acontecimientos, como un frágil esquema de relativo orden.

En cuanto a los nuevos tópicos, esto es, conectividad, robótica, biogenética y, particularmente, inteligencia artificial, sin duda que se trata de tecnologías mayores que aportan oportunidades para muchas situaciones, por caso, una diplomacia (quizá) menos equívoca y más precisa para resolver crisis. Pero también existe aquí un ancho margen de posible conflictividad (en buena medida, con desenlaces desconocidos).

La experta australiana Kate Crawford ha venido advirtiendo lo aterrador que sería que un programa de IA adopte decisiones en materia de empleos a partir del reconocimiento emocional de las personas en función de su rostro. Estaríamos ante nuevas y tal vez incontrolables formas o pautas de desigualdad social. Y esto es solo una hipótesis, por no referirnos a otras que nos harían considerar los riesgos que corren las mismas democracias.

Pero desde nuestro lugar (las relaciones entre Estados), la posesión de tecnología mayor profundizaría la desconfianza, la competencia y la rivalidad entre Estados, al punto que se reafirmaría una de las principales marcas del realismo: la anarquía internacional; precisamente, una de las cuestiones que más ha sido criticada por las corrientes que consideran que se trata de una obsesión del realismo, pues ante la vitalidad de nuevos movimientos sociales conscientizantes de nuevas cuestiones colectivas, cuya incesante actividad va erosionando la autoridad del Estado y creando una nueva arena no internacional sino global, la anarquía se habría vuelto una realidad cada vez más anacrónica; un hecho que ha sido útil para explicar el mundo de ayer, pero que no se ha modernizado.

Considerando las nuevas tecnologías en relación con el terreno militar, ¿qué garantiza que las mismas no dejarán al mundo más cerca de una catástrofe como consecuencia de decisiones equivocadas?

En un reciente artículo publicado en la revista Foreign Affairs, la investigadora del Consejo de Relaciones Exteriores, Lauren Khan, se refiere al incidente que tuvo lugar en marzo pasado sobre el Mar Negro, cuando un dron estadounidense MQ-9 Reaper fue seguido y acosado por dos aviones de combate rusos. El Reaper arrojó combustible sobre las alas y sensores de uno de ellos, el caza cortó la hélice del dron dejándolo inoperante y obligando a sus controladores a precipitar el dron sobre el mar.

Todos los movimientos del dron, incluida su destrucción, fueron supervisados y dirigidos por fuerzas norteamericanas desde una muy lejana sala de control. La experta se pregunta qué hubiera sucedido si el dron no fuera piloteado por humanos, sino por un software independiente con inteligencia artificial. «¿Y si ese software hubiera percibido el “toque” del caza ruso como un ataque?». La pregunta planteada es aterradora.

Como vemos, no parece que quedara demasiado lugar para abordar estos temas desde categorías que no partan y se analicen desde aquellas que nos proporciona el realismo, es decir, desde aquello que muy bien Stanley Hoffmann ha denominado «políticas como de costumbre», es decir, planteos y respuestas que nunca se alejan del poder, las capacidades, el interés nacional, el multipolarismo, el temor, la ambición, la geopolítica, la jerarquía y las vacilaciones sobre las intenciones.

Al menos en lo que queda de la tercera década del siglo XXI, pensar el mundo fuera de esas categorías es pensar un mundo que no es. En otros términos, se corre el alto riego de realizar diagnósticos fallidos.

 

* Alberto Hutschenreuter es miembro de la SAEEG. Su último libro, recientemente publicado, se titula El descenso de la política mundial en el siglo XXI. Cápsulas estratégicas y geopolíticas para sobrellevar la incertidumbre, Almaluz, CABA, 2023.

 

Artículo publicado el 12/06/2023 en Abordajes, http://abordajes.blogspot.com/

„QUADRATISCH. PRAKTISCH. SCHLECHT“ (“CUADRADO. PRÁCTICO. MALO”). LOS POLÍTICOS ARGENTINOS NO SON COMO EL FAMOSO CHOCOLATE ALEMÁN.

Marcelo Javier de los Reyes*

Bolsa de la compra de Ritter Sport. Origen/derechos: Landesmuseum Württemberg, Stuttgart [CC BY-SA]. https://bawue.museum-digital.de/object/56427

La fórmula publicitaria de los famosos chocolates alemanes Ritter Sport es „Quadratisch. Praktisch. Gut“, «Cuadrado. Práctico. Bueno», el cual llegó a ser incorporado como un dicho por los propios alemanes. La empresa tuvo su origen en 1912 pero el chocolate no siempre fue cuadrado y respetaba el peso habitual de 100 gramos que tenían los chocolates. Recién en 1932 adoptó ese formato cuando Clara Ritter se dio cuenta que a los fanáticos del club de fútbol de Waldenbuch —donde se reinstaló la empresa en 1930— les gustaba meterse uno de los chocolates de Ritter en los bolsillos de sus chaquetas deportivas camino al campo de deportes, donde se rompía fácilmente. Entonces Clara Ritter pensó: «Hagamos un chocolate que quepa en cualquier bolsillo de una chaqueta deportiva sin romperse y que tenga el mismo peso que una barra larga normal»[1]. Este sencillo razonamiento marcó el éxito de la empresa.

Se preguntará el lector: «¿Qué tiene que ver eso con los políticos argentinos?». Bien, creo que los políticos argentinos tienen dos de esas cualidades de ese slogan pero no en su versión positiva. Lo digo claramente: los políticos argentinos son «cuadrados y prácticos». Obviamente tomo a los dos términos con una connotación peyorativa. Entiendo que el diccionario de la Real Academia Española no da la acepción de «cuadrado» que a veces le damos comúnmente los argentinos al referirnos a alguien poco inteligente o de pocas luces. En líneas generales, tienen un denominador común que es la ignorancia; la ignorancia acerca de cuestiones culturales, de política internacional, ni hablar de geopolítica o de estrategia nacional e incluso a veces hasta de cosas triviales. En el peor de los casos apenas si conocen su barrio y lo más grave es que algunos intendentes del conurbano bonaerense ni siquiera viven dentro del distrito que gobiernan, lo cual habla de su escaso o ningún interés por las cuestiones básicas que aquejan a los ciudadanos de sus respectivos municipios: seguridad, salud, educación, etc.

El desconocimiento de la política internacional, del escenario global y del escenario regional, les impide diseñar una política estratégica para la Argentina. Sólo se limitan a mirarse el ombligo. Y esto nos lleva al segundo término: «práctico».

Son «prácticos» pero de un pragmatismo burdo mediante el cual, despojándose de todo principio o valor, intentan conservar su poder aun en el más miserable de los espacios que puedan abarcar. No tienen valores ni principios, porque si los tienen, los tienen con la misma flexibilidad de una sentencia que se le atribuye incorrectamente a Groucho Marx: «Estos son mis principios, pero si no le gustan tengo otros». En realidad, esta expresión fue publicada por un periódico de Nueva Zelanda el 18 de octubre de 1873. Textualmente decía «Estos son mis principios, pero si no les gustan, yo los cambio» y con ello se describía al político que al instante acomodaba su discurso a la oportunidad del momento o para no desentonar con la mayoría ocasional[2].

Si esa expresión la hubiera dicho Groucho Marx podríamos considerarlos a casi todos de «marxistas» pero la realidad es que no tienen ideología. Cruzan de vereda y cambian sus camisetas partidarias con una sorprendente frecuencia.

En una entrevista con el periodista Luis Novaresio, Julio Bárbaro ha expresado que «en el país fue más la corrupción que la ideología». Claramente fue así y este no es sólo un sayo que se puede poner el kirchnerismo sino también a los que se exhiben como diferentes que, cuando tuvieron la oportunidad de diferenciarse no lo hicieron. No creo que sea necesario aclarar que con esto no defiendo a los kirhneristas que —como decía un embajador amigo— son como los bárbaros que bajan desde la montaña para arrasar al pueblo. Los de enfrente no son mejores, sólo que hay que informarse, leer, conocer sus perfiles, ser un buen observador o haber trabajado en el Estado para conocer sus pecados.

La política y el sindicalismo ha enriquecido a unos cuantos y ni hablar si además esos personajes se han involucrado en las direcciones de los clubes de fútbol; quizás una cosa haya llevado a la otra. Como decía Mafalda: «Nadie puede amasar una fortuna sin hacer harina a los demás». En nuestro país se ha hecho «harina» a un 50% de los argentinos que hoy viven en la pobreza o al día, en un país empobrecido por los mismos que en esta campaña —como en anteriores— vienen con las soluciones a nuestros problemas. ¡Paso! Quienes nos trajeron a esta situación no nos pueden ofrecer las soluciones: son los protagonistas de nuestros fracasos republicano, económico y por sobre todo ético.

Si uno observa al oficialismo y a la oposición, todos abrevan en la maquiavélica Agenda 2030, revestida de buenas intenciones pero que quiere que no tengamos nada y seamos felices, que quiere que comamos insectos en lugar de proteínas de origen animal, la que promueve el control de población, etc. Para eso se impone el aborto, la eutanasia, la homosexualización inducida en los niños y adolescentes, las operaciones de cambio de sexo, nada menos que a menores que por ley no pueden votar o no pueden conducir un auto. En el ámbito de la sexualidad pueden lograr su emancipación. Los kirchneristas la ejecutan desde el gobierno, pero no hay que olvidar que Macri adhirió abiertamente a la Agenda 2030, quien también impuso infelizmente el tema del aborto durante su gobierno; Patricia Bullrich también adhiere y está claro en su discurso, coherente con esa perversa agenda. Ni hablar de Horacio Rodríguez Larreta, personaje blindado ante los medios gracias a la pauta publicitaria que pagan los porteños.

Cualquiera de los posibles ganadores de la próxima elección, me refiero a los de la oposición, responden a los intereses atlantistas, globalistas. Milei y Bullrich lo expresan abiertamente; nuestros socios deben ser Estados Unidos, Europa, el Reino Unido, Israel. En una entrevista dijo Bullrich:

Nosotros a los BRICS no vamos. Creemos que el mundo tiene dos dimensiones. Una, que tiene que ver con la democracia, con los valores, en la que la democracia es parte de la vida de las sociedades, como Estados Unidos, Europa, Israel, una parte importante de América Latina y otro mundo que tiene una mirada más autocrática. Nosotros vamos a ser claros en los principios y abiertos en el comercio. Es decir, podemos comerciar con todos los países del mundo, pero nuestra idea está siempre en lo que se llama tradicionalmente el mundo occidental.[3]

Es una visión perimida de aquel mundo occidental, con sus valores cristianos sostenidos por Europa en otra época hasta que Estados Unidos le arrebató el concepto de «Occidente» a los europeos. Occidente ya no es un patrimonio exclusivo de Europa como bien plantea Giancarlo Elia Valori[4] y mucho menos ha resguardado los valores de la civilización cristiana ya que la angloesfera en realidad no ha compartido los valores cristianos que tenían los tradicionales países europeos; ese Occidente «ampliado», está perdiendo el protagonismo a escala global pero se encuentra manipulando hilos peligrosos para toda la humanidad en todos los escenarios mencionados como lo he afirmado anteriormente en otro artículo en el que analizo los escenarios global y regionales[5].

Quizás Bullrich desconozca que entre ese mundo que calificó de «autocrático» y que conforman los BRICS se encuentran Brasil, la India y Sudáfrica, países que tienen una democracia como la que supuestamente tiene la Argentina. Por su población la India es una democracia mucho más potente que la de Estados Unidos, país que no se encuentra al margen de las dudas al momento de contar los sufragios como nos recuerda el polémico recuento que dio a Bush la victoria en el año 2000 o incluso las dudas que dejó en algunos sectores del electorado la elección de 2020.

Milei, por su parte, ha manifestado, además del mercado de órganos y otras propuestas insólitas, que si llega a la presidencia su primer viaje será a Israel y que su primera medida de gobierno será trasladar la embajada argentina a Jerusalén, metiendo de lleno a una Argentina absolutamente vulnerable, con atentados terroristas no esclarecidos, en uno de los peores conflictos internacionales. Por otro lado, ¿en qué medida «tan relevantes» acciones de gobierno contribuirían a solucionar los problemas de los argentinos?

Palmariamente, todas esas expresiones obedecen no sólo a un desconocimiento de los cambios que se están produciendo en el gran tablero mundial sino de la propia historia argentina, pasada y reciente.

Si la Argentina es el único país de América que tiene una parte de una de sus provincias y de su mar territorial ocupados por una potencia colonialista y atlantista, miembro importante de la OTAN, mal puede un argentino —patriota— estar a favor de esa alianza imperialista.

Ya en diciembre de 1831 Estados Unidos dejó el camino expedito para que el Reino Unido usurpara las islas Malvinas en 1833 y ciento cincuenta y un años después contribuyó con el usurpador en la guerra del Atlántico Sur, a la que puede considerarse la primera guerra por la Antártida. Esto hoy se aprecia claramente.

Cuando en 1820 las Provincias Unidas del Río de la Plata enviaron al capitán estadounidense David Jewitt al mando de la fragata Heroína a tomar posesión de las islas Malvinas como herederas de los territorios del Imperio español, lo hizo además considerando regular la depredación que los barcos de las potencias, particularmente de Estados Unidos y del Reino Unido, estaban llevando a cabo en el Atlántico Sudoccidental[6]. Así puede leerse en la transcripción de la circular de Jewitt realizada por el capitán James Wedell del buque Jane . Los intereses de Estados Unidos no aceptaron esa autoridad en el Atlántico Sur y envió a la fragata USS Lexington a atacar Puerto Soledad y destruir las instalaciones de las Provincias Unidas en las islas. De ese modo se abrió la puerta a los usurpadores británicos.

El resto de la historia es conocida pero bien vale recordar que el día 10 de junio se conmemora un nuevo aniversario de la promulgación del Decreto que creaba la Comandancia Política y Militar de las Islas Malvinas y las adyacentes al Cabo de Hornos, firmado en 1829 por el Gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Martín Rodríguez.

Decreto manuscrito de creación de la Comandancia Política y Militar de las Islas Malvinas y las adyacentes al Cabo de Hornos, firmado en 1829 por el Gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Martín Rodríguez.

En la actualidad el gobierno estadounidense manifiesta su preocupación por la pesca ilegal y envía su guardacostas al Atlántico Sur[7], para proteger lo que sus aliados, el gobierno de Londres y el gobierno ilegal de las islas permiten otorgando licencias de pesca o impidiendo el control soberano de nuestro mar territorial por parte de nuestra casi inexistente Armada Argentina.

¿Cómo puede un político argentino estar a favor de los «atlantistas»? ¿Cómo puede estar a favor de la OTAN que ha sido nuestro enemigo en 1982? ¿Desconocen nuestros políticos «atlantistas», «globalistas», que soldados kosovares vinieron a entrenar a nuestras islas usurpadas?

La presencia de los militares kosovares como de otros pertenecientes a la OTAN son una violación a la Resolución 31/49 de la Asamblea General de las Naciones Unidas que insta a la Argentina y al Reino Unido a que se abstengan de adoptar decisiones unilaterales que entrañen la introducción de modificaciones en la situación mientras las islas están atravesando el proceso de negociación recomendado por la misma Asamblea y de la Resolución 41/11 de la Asamblea General que dio origen a la Zona de Paz y Cooperación en el Atlántico Sur.

Nuestros políticos están llevando a la Argentina a un punto sin retorno. En la 47ª Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, a la que fui invitado como expositor por la Editorial Almaluz, que ha publicado mi libro Inteligencia y Relaciones Internacionales. Un vínculo antiguo y su revalorización actual para la toma de decisiones, hice público por primera algo que expresé en el año 2000 en el marco de una reunión académica realizada en la Escuela Nacional de Inteligencia, de la que era docente: «Argentina primero va a pasar por Colombia y luego va a terminar como Yugoslavia». Cuando se me solicitó una mayor precisión me referí al crecimiento del narcotráfico en la Argentina y a una potencial disolución territorial de la Nación. Obviamente, quienes no compartían mi visión alegaban que nuestro país no tenía divisiones étnicas como la ex Yugoslavia, a lo que respondí que ya las iban a crear. Miremos hoy como el indigenismo es financiado desde el exterior, como han potenciado un conflicto con los autodenominados «mapuches», tema sobre el que no me explayaré aquí porque ya he escrito bastante en otros artículos.

El país se encuentra en una situación aún más grave que el del narcotráfico: el de la «narcopolítica». Éste es hoy el término más apropiado que debe emplearse para nuestro país, es decir, la connivencia del narcotráfico con sectores de la política, de la justicia y de las fuerzas de seguridad. Ninguno de los políticos que amenaza con enfrentar esta realidad lo ha hecho ni lo hará, tanto de uno como de otro espacio político.

Respecto a mi referencia a la ex Yugoslavia, ¿no recuerdan, al menos los radicales, que el entonces presidente Alfonsín se refirió al peligro de la «libanización» de la Argentina en 1984? Dijo textualmente:

«…estamos afrontando una circunstancia difícil, tal vez la crisis más dura de la historia argentina. Hay que asumir el compromiso de reconstruir la nación con sentido moral, con fuerza y con las mismas convicciones con que hace 100 años lo hicieron los pioneros que vinieron a construir nuestra patria. […] Yo pienso que o levantamos las banderas nacionales u otros levantarán en nuestra nación banderas que no son las nuestras, como ha pasado en Líbano”.[8]

Lo que Alfonsín denominó «libanización» los historiadores solemos conocerlo como «balcanización». No entraré en cuestiones semánticas porque el ejemplo de El Líbano no es el más adecuado para la Argentina y los casos de estudio podrán demostrar similitudes pero cada proceso es particular. Del mismo modo deseo aclarar que la alusión a Alfonsín no significa una apología de su gobierno y agrego que tampoco lo considero el «padre de la democracia».

Aun peor, fue un radical, don Alfredo Cornejo, quien advirtió: «Mendoza puede ser un país independiente»[9]. Las expresiones de este defensor de la ley de eutanasia, que se abstuvo cuando se trató la ley del aborto en la Cámara de Diputados, lejos de haber dado lugar a un procesamiento judicial por el delito de secesión, dieron origen a la expresión «Mendoexit» y a paneles de la que participaron expositores extranjeros, más precisamente cónsules para debatir sobre la potencial secesión. Estas expresiones fueron de una gravedad inusitada pero don Cornejo sigue jugando en primera en la liga política nacional. No fue el único que hizo esa amenaza, pues bien vale recordar que en 2016 Alberto Rodríguez Saa hizo lo propio desde San Luis[10]. Cabe recordar que en 2001 el otro señor feudal de San Luis, Adolfo Rodríguez Saa, denunció el convenio para que la Gendarmería Nacional actuara en la provincia y los efectivos y puestos de la fuerza tuvieron que retirarse y desmantelar sus unidades del territorio puntano[11].

Cuánta razón tuvo el humorista Luis Landriscina cuando propuso evaluar a los diputados y senadores en la mesa de Mirtha Legrand en 2017:

Un tipo que quiere ser diputado o senador tiene que saber por lo menos antecedentes de cómo se hizo la patria. Entonces le dije el otro día a mi amigo Felipe Solá (67): «Se me ocurrió algo, poner un curso para que el que quiera ser diputado o senador. Un curso de seis meses de historia, de rigor histórico, con cuatro o seis profesores de la universidad que tomen examen».

Necesitamos tipos que estén involucrados con el sentimiento de la patria, no con el sentimiento del partido. Hay gente que va (al Congreso) a pelear cosas para que se prestigie el partido. A mí me importa el país. Y si va para que estemos mejor tiene que olvidarse a qué partido pertenece. Los que somos de a pie, como se dice comúnmente, nos molesta mucho cuando hablan de política. Sentimos como que estamos en el país para pagar impuestos. [12]

De la mesa participó el incombustible Sergio Massa, quien respondió: «La orquesta suena mal», a lo que Landriscina le retrucó: «Eso pasa en el Congreso, a mi manera de ver. ¿Saben por qué? Porque algunos no saben música»[13].

De tal manera que al desconocimiento de los políticos al que me referí al comienzo de este artículo podemos agregar la música, como dijo metafóricamente Landriscina.

La situación de la Argentina es de una gravedad extrema y disponemos de poco tiempo para revertir la situación. En este contexto la dirigencia de Juntos por el Cambio agudiza su interna encarnizada y cada candidato sólo mira cómo incrementar su poder para enfrentar y vencer al otro mientras la Patria se diluye ante nuestros ojos.

Con esta clase dirigente no necesitamos enemigos externos. Ellos por sí solos son un ejército de ocupación que destruye las instituciones, como han destruido a las Fuerzas Armadas, a las Fuerzas de Seguridad, a la Justicia, así como a la educación y a la salud, de la que en otra época los argentinos estábamos orgullosos.

No me cabe duda que desde afuera los dejan «trabajar», o les acercan alguna fundación o alguna ONG con alguna idea genial, como hicieron con la propuesta de creación del Área Marina Protegida Bentónica «Agujero Azul» que presentó la diputada Graciela Camaño.

En 2023 volveremos a optar por el mal menor entre Drácula, Frankenstein o el Hombre Lobo.

Mezquindad e ignorancia son los atributos de nuestra dirigencia política.

Ninguno parece tener la creatividad —al menos en un sentido positivo— de Clara Ritter. Por eso, a diferencia del chocolate alemán, el slogan para un político argentino sería „Quadratisch. Praktisch. Schlecht“ («Cuadrado. Práctico. Malo»).

Es urgente para la Argentina desterrar del escenario político a los que han hecho de la política un negocio para vivir y reemplazarlos por una nueva dirigencia, figuras nuevas, personas maduras y jóvenes, pero por sobre todo idóneos, creativos y con amor a la Patria.

 

* Licenciado en Historia (UBA). Doctor en Relaciones Internacionales (AIU, Estados Unidos). Director ejecutivo de la Sociedad Argentina de Estudios Estratégicos y Globales (SAEEG). Profesor de Inteligencia de la Maestría en Inteligencia Estratégica Nacional de la Universidad Nacional de La Plata.

Autor del libro “Inteligencia y Relaciones Internacionales. Un vínculo antiguo y su revalorización actual para la toma de decisiones”, Buenos Aires: Editorial Almaluz, 2019.

Embajador Académico de la Fundación Internacionalista de Bolivia (FIB).

Investigador Senior del IGADI, Instituto Galego de Análise e Documentación Internacional, Pontevedra, España.

 

Referencias

[1] „Warum ist die Ritter Sport quadratisch?‟ Michael Heitkötter. Ideen, Strategien, Umsetzung, https://www.michaelheitkoetter.de/warum-ist-ritter-sport-quadratisch/ [consulta: 07/06/2023].

[2] «Estos son mis principios». El Periódico de Aragón, 10/03/2018, https://www.elperiodicodearagon.com/opinion/2018/03/10/son-principios-46809323.html, [consulta: 10/10/2019].

[3] «AMCHAM Summit. Bullrich dijo cuál será su política exterior, qué requisitos debe tener su vice y cuántos ministerios eliminará». El Economista, 09/05/2023,  https://eleconomista.com.ar/politica/bullrich-dijo-sera-su-politica-exterior-requisitos-debe-tener-su-vice-cuantos-ministerios-eliminara-n62259, [consulta: 10/05/2023].

[4] Giancarlo Elia Valori. «El concepto de occidentalización». Sociedad Argentina de Estudios Estratégicos y Globales, SAEEG, 17/03/2023, https://saeeg.org/index.php/2023/03/17/el-concepto-de-occidentalizacion/ .

[5] Marcelo Javier de los Reyes. «2023: Escenarios regionales, escenario global. Repersuciones de los mismos en Argentina.». Sociedad Argentina de Estudios Estratégicos y Globales, SAEEG, 30/03/2023, https://saeeg.org/index.php/2023/03/30/2023-escenarios-regionales-escenario-global-repersuciones-de-los-mismos-en-argentina/.

[6] Marcelo Javier de los Reyes. «A doscientos años de la toma de posesión de las-Malvinas por las Provincias-Unidas. Ayer-y hoy». Sociedad Argentina de Estudios Estratégicos y Globales, SAEEG,  04/04/2020, https://saeeg.org/index.php/2020/04/04/doscientos-anos-de-la-toma-de-posesion-de-las-malvinas-por-las-provincias-unidas-ayer-hoy/.

[7] Marcelo Javier de los Reyes. «Atlántico Sur: un nuevo aniversario de la usurpación británica  y el envío de un guardacostas estadounidense». Sociedad Argentina de Estudios Estratégicos y Globales, SAEEG, 03/01/2021, https://saeeg.org/index.php/2021/01/03/atlantico-sur-un-nuevo-aniversario-de-la-usurpacion-britanica-y-el-envio-de-un-guardacostas-estadounidense/ .

[8] Martín Prieto. «Alfonsín teme una posible libanización de Argentina». El País (España), 25/04/1984, https://elpais.com/diario/1984/04/26/internacional/451778406_850215.html, [consulta: 12/04/2000].

[9] «Alfredo Cornejo advirtió: “Mendoza puede ser un país independiente”». Infobae, 30/06/2020, https://www.infobae.com/politica/2020/06/30/alfredo-cornejo-advirtio-mendoza-puede-ser-un-pais-independiente/, [02/07/2020].

[10] «¿San Luis se independiza? La curiosa propuesta de Alberto Rodríguez Saá». La Nación, 05/11/2016, https://www.lanacion.com.ar/politica/san-luis-se-independiza-la-curiosa-propuesta-de-alberto-rodriguez-saa-nid1953721/, [02/07/2020].

[11] «Por enojo del gobierno, Gendarmería nacional ya no actuará en provincia». Ámbito, 09/04/2001, https://www.ambito.com/portada-principal/por-enojo-del-gobierno-gendarmeria-nacional-ya-no-actuara-provincia-n3115696, [06/06/2016].

[12] «La propuesta de Luis Landriscina para evaluar a los diputados y senadores». Infobae, 31/07/2017, https://www.infobae.com/teleshow/infoshow/2017/07/30/la-propuesta-de-luis-landriscina-para-evaluar-a-los-diputados-y-senadores/, [consulta: 02/07/2020].

[13] Ídem.

 

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