EL PAPEL QUE DERRIBÓ EL MURO. A 30 AÑOS DEL DERRUMBE DEL MURO DE BERLÍN

Marcelo Javier de los Reyes*

Imagen de Peter Dargatz en Pixabay

Introducción

El derrumbe del Muro de Berlín fue un proceso que se debió a una suma de hechos que se iniciaron unos años antes de 1989, entre los que podríamos destacar las negociaciones entre Ronald Reagan y Mijail Gorbachov, el atentado contra el Papa Juan Pablo II, el movimiento Solidaridad en Polonia, la crisis del sistema en el bloque socialista, las elecciones libres del 4 de junio de 1989 en Polonia, la catástrofe de Chernobyl, las reformas iniciadas por Yuri Andropov y las reformas implementadas por Mijail Gorbachov. Sin embargo, la suerte del muro dependió de un simple papel que cabía en un bolsillo.

Ya antes del día clave, que fue el 9 de noviembre de 1989, comenzó a haber algunas situaciones que causaron preocupación entre los jerarcas de los países del bloque comunista, como la huida de sus ciudadanos a través de terceros países.

El “picnic paneuropeo”

El 19 de agosto de 1989 un grupo pequeño de disidentes húngaros y policías austríacos habían acordado que, de manera simbólica, abrirían la puerta ese día por unas horas para que pudieran ir de picnic juntos. Pero todo se convirtió en un acto más que simbólico: mientras que los húngaros ya podían viajar libremente, unos 600 alemanes de la República Democrática Alemana (RDA) aprovecharon para poder huir al oeste. El episodio terminó en la historia apodado como el “picnic paneuropeo”[1]. El hecho tuvo lugar en Sopron, ciudad húngara cercana a la frontera con Austria.

Durante ese mes de agosto decenas de miles de alemanes del este ya se habían establecido en Hungría, viviendo en carpas en parques y en iglesias, a la espera del momento en que pudieran cruzar hacia el oeste[2]. El 27 de junio de 1989 los ministros de Exteriores de Hungría, Gyula Horn, y de Austria, Alois Mock —a quien se considera que luego, en 1995, fue una pieza clave de la entrada de Austria en la Unión Europea[3]—, cortaron la valla fronteriza que separaba sus países, hecho que quedó registrado en una foto que dio la vuelta al mundo a través de los medios de comunicación. Del mismo modo, se había difundido la noticia de que la frontera entre ambos países estaría simbólicamente abierta por unas horas el 19 de agosto. La noche del 18 de agosto, desconocidos repartieron miles de panfletos entre los alemanes de Budapest[4].

Alois Mock, el ministro de Relaciones Exteriores de Austria, con su homólogo húngaro, Gyula Horn, cortando el cable que marcaba la frontera entre el Este y el Oeste en Sopron, Hungría, el 27 de junio de 1989. Crédito: AP Photo / Bernhard J Holzner

En el lugar había un portón de madera que debía ser abierto a las tres de la tarde para la delegación oficial, custodiado por cinco soldados húngaros, uno de ellos el teniente coronel Arpad Bella, a cargo de la guardia. De repente, en lugar de la delegación oficial cientos de alemanes de la RDA cruzaron la frontera y Bella dudó en cumplir la orden de disparar.

El entonces primer ministro de Hungría, Miklos Nemeth, afirmó que querían tantear cómo reaccionaría Moscú a la huida de los alemanes del este, versión que parecería ser apoyada por la inacción de quienes debían haber bloqueado el acceso a la zona fronteriza[5].

En septiembre de 1989 el gobierno comunista de Hungría autorizó a que los ciudadanos de Alemania Oriental pasaran a Austria procurando la libertad y ese fue el momento en que los cimientos del muro comenzaron a corroerse.

Los inequívocos mensajes de Gorbachov a Honnecker sobre la negativa soviética a apoyar una represión de las protestas en la RDA, precipitaron la destitución de Honnecker por un comunista reformista, Egon Krenz, quien fue designado secretario general. Markus Wolf, llamado “Mischa” Wolf, quien durante treinta y dos años se desempeñó como jefe del Ministerium für Staatssicherheit de la República Democrática de Alemania —más conocido como Stasi— recuerda ese momento:

El 18 de octubre Honecker finalmente fue derrocado en el tradicional estilo de los gobernantes autoritarios que han perdido el respeto de su círculo interior, y a quienes se pide que se marchen.[6]

Protestas y huidas

El 4 de noviembre se llevó a cabo una manifestación en la Alexanderplatz de Berlín Oriental con la intención de promover un cambio pacífico, de la que Wolf participó invitado por la nieta del escritor Bertold Brecht, Johanna Schall, y de la que también participaron los escritores Christa Wolf, Stephan Heym y Heiner Müller, así como los líderes del grupo de oposición Neues Forum (Foro Nuevo), Bärbel Bohley y Jens Reich. “Mischa” Wolf pudo observar “un mar de carteles de hechura casera que exigían el fin del dominio unipartidario”, lo que le significó que el monopolio del Sozialistische Einheitspartei Deutschlands (SED, Partido Socialista Unificado) había llegado a su fin[7]. Se trató de una marcha a la que concurrieron cientos de miles de ciudadanos, incluso algunas estimaciones calcularon la cifra en un millón. Fue el corolario de una serie de protestas que se estaban llevando a cabo en diversos puntos del territorio del país.

Por ese entonces el gobierno de Checoslovaquia procedería a cerrar su frontera con la RDA debido a que la gran cantidad de alemanes del este que escapaban a Occidente estaba desestabilizando el sistema[8]. El éxodo masivo pondría en peligro la existencia misma de la RDA y, además, la huida de estos alemanes a través de terceros países le estaba ocasionando una mala imagen a la Alemania comunista. Por esa época, muchos alemanes orientales concurrían de vacaciones a la paradisíaca playa del Sol, en Bulgaria, sobre el mar Negro. Allí iban de vacaciones ciudadanos de otros países del bloque comunista pero también alemanes de la República Federal Alemana (RFA). Los de la RDA iban a hospedajes o cabañas más modestas y tenían prohibido tomar contacto con los de la RFA. La Stasi estaba allí presente para observar sus actitudes. Algunos viajaban exclusivamente con la intención de escapar a Turquía a través de Bulgaria, pero desconocían la existencia del sistema fronterizo: había una franja de arena antes de llegar a una primera valla para que quedaran marcadas las pisadas y luego había otra valla a unos cuantos pasos de ésta. Guardias armados recorrían la franja entre ambas vallas y, sobre todo, cuando se activaban las alarmas silenciosas que conectaban las vallas con los puestos de seguridad.

Como escribió el periodista J. M. Martí Font en un artículo publicado en El País, no se trató de una conspiración de la CIA, de la KGB o de a Stasi —las que también fueron sorprendidas— sino de una confusión que se originó cuando, a primera hora de la mañana del 9 de noviembre de 1989, tres altos cargos de los servicios aduaneros de la RDA —el coronel Hans Joachim Krüger, el coronel Udo Lemme y el general Gotthard Hubrich— se reunieron con el encargado de la Unidad de Control de Pasaportes, Gerhard Lauter, en su despacho de Berlín Oriental para redactar, por orden del ministro del Interior, Friedrich Dickel, una normativa de viajes que debía permitir la salida legal a los ciudadanos que querían abandonar el país de forma “permanente” y que, hasta ese día, lo hacían a través de otros países socialistas[9].

Se trataba de una toma de decisiones que era crucial para apaciguar los ánimos en la RDA y para garantizar su subsistencia.

Todo esto ocurría el mismo día que el canciller de la RFA, Helmut Kohl, había llegado a Varsovia para una visita de seis días que tenía por objetivo impulsar la reconciliación con Polonia luego de la II Guerra Mundial. Polonia ya tenía su primer gobierno democrático con Tadeusz Mazowiecki y esa era una gran motivación para el gobierno de Kohl, quien también tenía previsto reunirse con el líder de Solidaridad, Lech Wałęsa.

De cómo un “papel” derrumbó el muro

En la reunión de la que participó el encargado de la Unidad de Control de Pasaportes, Gerhard Lauter, se elaboró un documento que estipulaba que “se podrán realizar viajes privados al extranjero sin condición previa” y se añadió que “las autorizaciones serán concedidas con rapidez y las denegaciones sólo serán posibles en casos excepcionales”. En torno del mediodía, el grupo de Lauter envió el documento a Egon Krenz, a la sede del Comité Central del SED, en donde se discutía el futuro de la RDA. Los presentes no prestan demasiada atención al texto que, a primera vista, se parece a las reglas reveladas tres días antes. Nadie, comenzando con Krenz, comprende el significado de las oraciones que se acaban de introducir en el documento. “¿Están de acuerdo los rusos?”, preguntaron algunos miembros del Politburó. Sí, respondió Egon Krenz, el embajador Vyacheslav Kotchemassov acordó por teléfono[10].

Por su parte, Günter Schabowski primer secretario del Partido Comunista de la RDA (SED) y encargado de las relaciones del partido con los medios de comunicación, citó a los periodistas para una conferencia de prensa esa misma noche.

Schabowski no estuvo presente en la reunión Comité Central. Llegó muy tarde y Krenz le entregó una nota relacionada con los viajes para que la llevara a la conferencia de prensa, pero no le aclaró que había “un plazo de espera”.

A las 18:00 horas en punto, en Berlín Este, Schabowski comenzó su conferencia de prensa a la que concurrieron corresponsales extranjeros como Tom Brokaw de la cadena NBC News de Estados Unidos y Riccardo Ehrman de la agencia italiana ANSA. Schabowski inició la conferencia hablando de cuestiones del Comité Central pero nada dijo acerca de la ley viajes. En medio de una presentación aburrida en la que Schabowski no decía nada de interés, Ehrman —dada la dura reacción del gobierno ante las protestas, denegando visas y endureciendo la política de viajes— le preguntó: “¿No cree que ha sido un gran error la Ley de Viajes que se presentó hace pocas semanas?”.

Günter Schabowski, estresado, en la conferencia de prensa en la tarde del 9 de noviembre de 1989. Foto: DPA[11]

Molesto, Schabowski le respondió “nosotros no cometemos errores”. Inmediatamente agregó: “pero tengo algo que decir”. En ese momento sacó un papel de su bolsillo y comenzó a leer:

Los viajes privados al extranjero se pueden autorizar sin la presentación de un justificante; motivo de viaje o lugar de residencia. Las autorizaciones serán emitidas sin demora. Se ha difundido una circular a este respecto. Los departamentos de la Policía Popular responsables de los visados y del registro del domicilio han sido instruidos para autorizar sin retraso los permisos permanentes de viaje, sin que las condiciones actualmente en vigor deban cumplirse. Los viajes de duración permanente pueden hacerse en todo puesto fronterizo con la RFA.[12]

La siguiente pregunta lógica era: “¿cuándo?”. Schabowski respondió: “Pues ya. Y es válido para todas las fronteras”[13].

Schabowski escribió un memorando para la conferencia de prensa. Al final de la misma es: “Leer el texto del reglamento de viaje”. Foto: Archivo Berliner Zeitung[14]

El grupo de Lauter había establecido un “plazo de espera”, por lo que las nuevas disposiciones solo se publicarían el 10 de noviembre, al día siguiente. Schabowski desconocía ese dato.

Los corresponsales estadounidenses y británicos consideraban que había habido un error de traducción pero confirmaron lo que Schabowski informó en la conferencia de prensa. A las 20:00 horas, el Tagesschau, el noticiero de la ARD, la primera cadena de la RFA, abrió con el titular: “DDR öffnet die Grenze”, “La RDA abre las fronteras”[15].

Tom Brokaw, corresponsal de NBC News

En la noche del 9 de noviembre, la población, sin dudarlo, marchó hacia el muro. El teniente coronel Harald Jäger se encontraba a cargo del puesto fronterizo de Bornholmer Strasse, al frente de 52 hombres armados. Ante la multitud pacífica pero numerosa, Jäger llamó para pedir instrucciones y advirtió que no podía enfrentar a esa muchedumbre. Para convencer a su interlocutor le hizo escuchar a través del teléfono el ruido que hacía la gente en torno del puesto fronterizo. Jäger se comunica con otros puestos y observa que la confusión era generalizada. Considera que para evitar una matanza debe dejar pasar a aquellos que lo requieran y, siguiendo las instrucciones, coloca un sello en la identidad del pasaporte fotográfico, lo que significa que quien cruzara la frontera no podía ingresar nuevamente a la RDA. La medida no tuvo sentido. En minutos alemanes orientales y occidentales se habían sumado al muro para festejar ante la asombrada mirada de los guardias de la RDA.

Varios años después, Lech Wałęsa recordó, en una entrevista, ese día 9 de noviembre:

Ese día llegó Helmut Kohl con una delegación a Varsovia y debía reunirse también conmigo, como jefe de los sindicatos. “Señores”, les dije a Kohl y a (el ministro de Exteriores alemán) Hans-Dietrich Genscher, “pronto caerá el muro de Berlín, pronto la Unión Soviética colapsará. ¿Están ustedes, como principal potencia europea, preparados para ello?”. Y vino la respuesta, creo que de Kohl. “Estimado señor Wałęsa, nos encantaría tener esos problemas. Pero algo así no lo vamos a ver. Hasta que algo así ocurra, crecerán árboles sobre nuestras tumbas”. Y esa misma tarde debieron cancelar la visita oficial a Varsovia, porque el muro de Berlín había caído.[16]

De un muro a otro

La marcha de Alexanderplatz del 4 de noviembre de 1989, en la que la población se movilizó para reclamar profundas reformas políticas en la RDA, fue una de las más importantes en la historia de ese país y una de las principales causas que llevaron al fin de la Alemania Oriental y del derrumbe del Muro de Berlín el 9 de noviembre. Fue así como ese hito histórico, advertido por Lech Wałęsa a un incrédulo Helmut Kohl, permitió que el 3 de octubre de 1990 se procediera a la reunificación de Alemania.

En la actualidad, por aquella frontera por la que intentaban escapar algunos alemanes de la RDA, la que divide a Bulgaria de Turquía, hoy existe una nueva valla construida por el gobierno de Sofía. El país más pobre de la Unión Europea levantó una valla de tres metros de altura a lo largo de 33 kilómetros en la frontera con Turquía, la que fue completada en 2014[17]. El objetivo es frenar el flujo creciente de refugiados y migrantes.

Nikolay Doychinov (AFP)

Un año más tarde, el gobierno anunció que la extendería otros 130 kilómetros —de los 240 que separan a Bulgaria de Turquía— y posteriormente otros 60 kilómetros más.

La frontera por la que en la época del Muro de Berlín se impedía que se escapasen los alemanes de la RDA, hoy tiene una valla para impedir que los migrantes ingresen a la Unión Europea. Como en aquel entonces, esta valla también produce muertes: las de aquellos que pierden su vida en el intento de llegar a Europa. Una de las tantas vallas y muros que siguen dividiendo regiones y hombres.

* Licenciado en Historia (UBA). Doctor en Relaciones Internacionales (AIU). Director de la SAEEG.

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Referencias

[1] Christian Erdei. “El picnic que cambió la historia de Europa”. Deutsche Welle, 19/08/2009, <http://www.dw-world.de/dw/article/0,,4583480,00.html?maca=spa-rss-sp-all-1122-rdf>, [consulta: 13/04/2016].

[2] Ídem.

[3] “Alois Mock, Austrian foreign minister at the fall of the Iron Curtain – obituary”. The Telegraph, 11/06/2017, <https://www.telegraph.co.uk/obituaries/2017/06/11/alois-mock-austrian-foreign-minister-fall-iron-curtain-obituary/>, [consulta: 15/09/2018].

[4] Enrique Müller. “Un ‘picnic’ para la historia. Hungría y Austria conmemoran la huida de 600 alemanes del este a través de sus fronteras”. El País (España), 20/08/2014, <https://elpais.com/internacional/2014/08/20/actualidad/1408529554_932738.html>, [consulta: 15/09/2018].

[5] Christian Erdei. Op. cit.

[6] Markus Wolf. El hombre sin rostro. La autobiografía del gran maestro del espionaje comunista. Buenos Aires: Javier Vergara, 1997, p. 362.

[7] Ídem.

[8] J. M. Martí Font. “Una confusión abatió el muro”. El País (España), 08/11/2009, <https://elpais.com/diario/2009/11/08/domingo/1257655957_850215.html>, [consulta: 10/11/2009].

[9] Ídem.

[10] Cordt Schnibben. “L’ouverture du mur de Berlin? Un couac incroyable!”. Le Temps, 08/11/2009, <https://www.letemps.ch/no-section/louverture-mur-berlin-un-couac-incroyable>, [consulta: 30/10/2019].

[11] Michael Brettin. “Der Tag, an dem die Mauer fiel”. Berliner Zeitung, <https://story.berliner-zeitung.de/mauerfall/>, [consulta: 30/10/2019].

[12] “Riccardo Ehrman y la pregunta que dinamitó el Muro de Berlín”. The History Channel Iberia, 29/10/2019, <https://canalhistoria.es/blog/riccardo-ehrman-pregunta-que-dinamito-muro-de-berlin/>, [consulta: 30/10/2019].

[13] Ídem.

[14] Michael Brettin. Op. cit.

[15] “Tagesschau vom 9. November 1989”. YouTube, <https://www.youtube.com/ watch?v=llE7tCeNbro>, [consulta: 13/09/2018].

[16] Magdalena Gwózdz. “Lech Walesa: ‘Kohl era un político muy hábil’”. Deutsche Welle, 01/07/2017, <https://www.dw.com/es/lech-walesa-kohl-era-un-pol%C3%ADtico-muy-h%C3%A1bil/a-39504615>, [consulta: 13/09/2018].

[17] Andrés Mourenza. “La frontera oriental de Europa entre Bulgaria y Turquía”. El País (España), 25/04/2017, <https://elpais.com/internacional/2017/03/16/actualidad/1489686063_777862.html>, [consulta: 13/09/2018].

¿QUÉ HA PASADO CON EL NACIONALISMO ARGENTINO?

Las grandes naciones han surgido a partir de un fuerte sentido nacionalista y Argentina no ha sido la excepción, pero, de un tiempo a esta parte la doctrina del Nuevo Orden Mundial ha sembrado la idea de que éste es un sentimiento perimido, obsoleto y anacrónico; por supuesto, las nuevas ideas son totalmente acordes con su plan de dominio mundial y apropiación de recursos en vistas a un futuro no muy lejano.

El principio de las nacionalidades apareció como una consecuencia de la situación creada por la Revolución Francesa. La abolición de la monarquía volvió a entregar la soberanía en las manos de los pueblos, los cuales deberían definir sus límites y los principios por los que se iban a guiar. Así nacieron el «derecho de los pueblos a disponer de sí mismos» y los partidos políticos.

Tal como lo entendemos, y como se ha venido transmitiendo desde tiempos remotos, podemos decir que:

El nacionalismo es la búsqueda de las leyes que convienen a un país determinado para mantenerse incorrupto en su ser nacional.

El nacionalista, en lo sucesivo, considera la nación como una herencia inalienable, de la cual no tiene el derecho de disponer y que debe transmitir intacta a sus hijos.

Pero, como bien lo explica Auguste-Maurice Barrès:

La nación puede estar amenazada por algo distinto a una agresión exterior; puede perder su voluntad de ser.

Todo, en apariencia, permanece inmutable: el suelo inviolado, los hombres yendo y viniendo a su trabajo y, sin embargo, todo ha sido modificado; sí, en ellos la tradición ha muerto, no saben ya lo que son ni por qué lo son.

En torno a este concepto se ordenan todas las nociones complementarias de lealtad y de tradición, de soberanía y de derecho. Si se abandona, lealtad, tradición, soberanía y derecho pierden todo su significado, falta un punto fijo con respecto al cual ordenarse.

La situación a la que alude Barrès, parece sacada de nuestra Argentina actual, producto de más de tres décadas de destrucción del ser nacional, de nuestros valores, creencias y tradiciones.

¿Se puede revertir esta apremiante situación y volver a ser una de las naciones más pujantes del continente y del mundo? En lo personal, creo que sí es posible, pero debemos cambiar nuestra forma de pensar, de votar y de vivir. Dejar de pensar en la individualidad y hacerlo en vista de la comunidad, que a la larga termina siendo beneficioso en lo personal. Debemos recuperar valores y tradiciones. Debemos plantarnos en la defensa de nuestros recursos y producción. Debemos quitar cada manzana podrida de la casta política y llevar a la gestión pública a aquellos que defiendan lo nacional, justamente lo contrario de lo que hace nuestra casta política actual.

Estamos inmersos en un sistema perverso, lleno de promesas de campaña que una vez logrados los votos que le dan la mayoría, dejan caer en el olvido y se dedican a llenar sus propias arcas, olvidando las promesas de campaña y sumiendo al pueblo en la miseria, exprimiéndolo para seguir siendo la casta dominante, privilegiada y eternizada en el poder.

Argentina ha sido en algún momento de su historia, el “granero del mundo”. Al llegar la IIGM abastecía las necesidades alimentarias de una Europa devastada. Los ingresos eran cuantiosos, pero luego, masas de hombres, que ascendían a millones de individuos, abandonaron el campo para ir a las grandes ciudades a fin de ganarse la vida en calidad de obreros de fábrica en las industrias recientemente creadas. De alguna manera fue el principio de la debacle. Hoy en día, en el mundo hay una gran demanda de alimentos, nosotros tenemos la capacidad de proveerlos sacando provecho de nuestra bendecida tierra, pero por el contrario, nuestros gobiernos de las últimas tres décadas se han dedicado a perseguir y destruir a pequeños y medianos productores, dejando al campo en un estado de emergencia que ojalá pueda revertirse. No es gratuito que al no ocupar el lugar de proveedor, se favorezca a mercados como Ucrania, EEUU y Brasil, no es casualidad, es connivencia.

No podemos competir en industria electrónica ni automotriz con el Tigre asiático, pero sí podemos competir y sobresalir en la industria alimenticia. Hacerlo es una obligación de nuestros gobernantes.

Lamentablemente, desde hace más de tres décadas, nuestros gobernantes, en mayor o menor medida han sido influidos por ideas marxistas. Lo importante es tomar en cuenta que para el marxismo, todo el sistema democrático no es, en el mejor de los casos, más que un medio para llegar a sus fines: se sirve de él para paralizar al adversario y dejar libre su campo de acción. El marxismo apoyará a la democracia mientras no haya logrado, persiguiendo tortuosamente sus designios destructores, ganar la confianza del espíritu nacional que quiere destruir.

Durante las últimas tres décadas, cada gobierno electo por el pueblo se ha dedicado a destruir las fuerzas armadas y de seguridad, dejando indefensa a la Nación ante eventuales hipótesis de conflicto, tanto externas como internas, lo que constituye lisa y llanamente “Alta traición a la Patria”. Cada uno de ellos lo ha hecho esgrimiendo su derecho como “Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas”, derecho que trae consigo obligaciones y castigos por incumplimiento. Por ser cada uno de ellos “Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas” y perpetrar alta traición a la Patria, los debe juzgar la justicia militar…  y la traición se paga con la vida.

¿Pero qué podríamos considerar traición a la Patria?…

En esta primera entrega analizaremos brevemente la gestión de Raúl Alfonsín:

    • La entrega de territorio nacional, con Picton, Lennox y Nueva, (también llamadas islas del Beagle), que trajo por consecuencia la pérdida de la soberanía del paso bioceánico, de porción de la Isla de Tierra del Fuego, (por lo cual debemos de hacer aduana al ir del continente a la isla), de porción del sector antártico, y con ello, de enorme cantidad de recursos económicos producto de la explotación minera, pesquera y petrolera, dejando todos esos recursos en manos del estado chileno.
    • Juzgamiento de los militares que combatieron a la subversión cumpliendo las órdenes del gobierno democrático de la Presidente María Estela Martínez de Perón, según Decreto 2772/75, firmado entre otros políticos, por Ítalo Luder (quien ocupó interinamente la presidencia de la Nación durante una licencia por razones de salud de la Presidente María Estela Martínez de Perón. En este período Luder firmó los decretos 2770, 2771, y 2772, creó un Consejo de Seguridad Interior integrado por el presidente y los jefes de las fuerzas armadas, y extendió a todo el país la política de «aniquilar» el accionar de los «elementos subversivos»), Manuel Arauz Castex (Ministro de Relaciones Exteriores y Culto), Tomás  Vottero (Ministro de Defensa), Carlos Emery (Ministro de Bienestar Social y Salud Pública), Carlos Ruckauf (Ministro de Trabajo), Antonio Cafiero (Ministro de Economía de la Nación) y Ángel Federico Robledo (Ministro del Interior).

Muchos de ellos, transformados en diciembre de 1983 en adalides de la “democracia”, borraron con el codo lo que escribieron con la mano y olvidando las órdenes por ellos emitidas, comenzaron una “caza de brujas” que aún no ha terminado.

El juicio de la Junta Militar en septiembre de 1985 fue la primera andanada de la campaña por «reformar» las Fuerzas Armadas hasta su extinción, mediante operaciones prácticas tales como la guerra psicológica. Ese juicio, orquestado por el gobierno de Raúl Alfonsín y los cabilderos internacionales de los derechos humanos, especialmente los congregados en el gobierno de Jimmy Carter en los Estados Unidos, se copió de los juicios de Nremberg, posteriores a la Segunda Guerra Mundial, a criminales de guerra nazis, con todo y la consigna de «nunca más»

Pero los integrantes de la junta militar, y por extensión toda la institución castrense, fueron enjuiciados, sobre todo, por osar enfrentarse a los británicos, y en segundo lugar por librar la guerra contra la subversión comunista: la llamada «guerra sucia». Esos fueron los delitos por los que se les envió a prisión, transmitiendo un claro mensaje al resto de las Fuerzas Armadas, lo mismo que a la población argentina.

El patriotismo dentro de las fuerzas armadas se pagó muy caro… y aún lo siguen pagando, muchos aún sin sentencia firme. Lo contrario ocurre con aquellos que delinquen y sumen en el miedo a la sociedad argentina en su totalidad.

Como lo documentó el Coronel Seineldín en su alegato ante la Cámara Federal, a lo largo de todo el resto del gobierno de Alfonsín y luego durante el de Carlos Menem, la política del gobierno para con las Fuerzas Armadas ha consistido de una tras otra provocación: hostigamiento y maltrato de oficiales nacionalistas, drásticas reducciones del presupuesto y retiro forzado de personal de alto rango, bajos salarios, el cercenamiento de las capacidades tecnológicas de la institución, y el constante incumplimiento de cualquier promesa de desagraviar la institución y subsanar sus condiciones.

Seineldín explicaba que la política de Alfonsín apuntaba, sobre todo, a destruir la misión de las Fuerzas Armadas en tanto «brazo armado de la Patria», eliminar el concepto de la «hipótesis de conflicto» y, por último, acabar con el papel de la institución como protectora de «los más altos intereses de la Nación». En palabras del mismo Seineldín, ello condujo a «la desmoralización y el deterioro del material y personal de las Fuerzas Armadas y, sobre todo, la desmoralización».

Alfonsín inicia el ataque contra la Iglesia, como fuerza espiritual. Continúa su ataque contra la pequeña y mediana empresa, la empresa industrial y los gremios. La idea era demoler la Argentina tradicional. Pero la maniobra más importante que el doctor Alfonsín realiza fue una maniobra de desculturalización, utilizando las técnicas gramscianas, lo que provoca una desorientación en todo el pueblo argentino, tratando de reemplazar los valores tradicionales por los valores nuevos, o llamémoslos los «anti valores». Tomemos en cuenta que el doctor Alfonsín era un agente de la Segunda Internacional Roja.

Finalizó el gobierno de Alfonsín con una debilidad inmensa de la Iglesia y la proliferación de las sectas; con un fracaso en la dirigencia política producto de los errores, de los desvíos y fundamentalmente por la gran crisis, por la gran corrupción dirigencial que tenía; debilitada la pequeña y mediana empresa y, sobre todo, la industrial y, por supuesto, comienza el endeudamiento, que habíamos quedado que se va a instalar un sistema financiero de especulación.

Pero muy especialmente queda el pueblo argentino en una desorientación total, por la forma como atentaron contra las inteligencias nacionales.

Si esto no constituye alta traición a la Patria, ¿qué lo hará?.

Es hora que los gobernantes comiencen a manejarse con austeridad para poder sacar este maravilloso país adelante. Esperemos lo entiendan de una vez por todas para poder ocupar el lugar que nos merecemos entre las naciones del mundo. Quizás sea hora de releer la historia, que ha demostrado ser cíclica. Miremos a Esparta si es necesario, cuna de grandes guerreros.

“Indiscutiblemente, la sociedad espartana fue austera. Hasta el día de hoy hablamos de la «sobriedad espartana». Lo que pasa es que, en la enorme mayoría de los casos, se la entiende mal. Sobriedad no significa conformarse con menos. Significa no arruinarse la vida deseando más de lo necesario. Ser sobrio significa no gastar toda una existencia persiguiendo lo prescindible. Ser austero no significa ser «menos», o tener «menos». Ser austero significa exigir lo preciso y desechar lo superfluo. No es una cuestión de cantidad. Es una cuestión de sabiduría”.

Es hora de devolver a las Fuerzas Armadas y de seguridad el papel que les corresponde dentro de una Nación constituida. Debe cesar la destrucción sistemática de las últimas tres décadas. Debemos volver a equiparlas y restituir el fuego sagrado que alguna vez fue su norte.

Se deben aplicar las leyes para todos por igual, no debemos olvidar las palabras del General Osiris Villegas:

“Cuando las leyes callan, hablan las armas”.

Hay que terminar con la traición perpetrada a las Fuerzas Armadas, que fueron enviadas a acabar con la subversión marxista y apátrida, restituir el honor y el valor histórico. Que vuelvan a sentir el orgullo de pertenecer a la Fuerza. Que los políticos dejen de sembrar el odio y la marginación a nuestros hombres de armas, no olvidemos la historia, no repitamos viejos errores.

Del siguiente texto, que cierra esta primera entrega, cualquier parecido con nuestra realidad… no es pura coincidencia.

“Nos habían dicho, al abandonar la tierra madre, que partíamos para defender los derechos sagrados de tantos ciudadanos allá lejos asentados, de tantos años de presencia y de tantos beneficios aportados a pueblos que necesitan nuestra ayuda y nuestra civilización.

Hemos podido comprobar que todo era verdad, y porque lo era no vacilamos en derramar el tributo de nuestra sangre, en sacrificar nuestra juventud y nuestras esperanzas. No nos quejamos, pero, mientras aquí estamos animados por este estado de espíritu, me dicen que en Roma se suceden conjuras y maquinaciones, que florece la traición y que muchos, cansados y conturbados, prestan complacientes oídos a las más bajas tentaciones de abandono, vilipendiando así nuestra acción.

No puedo creer que todo esto sea verdad, y, sin embargo, las guerras recientes han demostrado hasta qué punto puede ser perniciosa tal situación y hasta dónde puede conducir.

Te lo ruego, tranquilízame lo más rápidamente posible y dime que nuestros conciudadanos nos comprenden, nos sostienen y nos protegen como nosotros protegemos la grandeza del Imperio.

Si ha de ser de otro modo, si tenemos que dejar vanamente nuestros huesos calcinados por las sendas del desierto, entonces, ¡cuidado con la ira de las Legiones!”

MARCUS FLAVINIUS

(Centurión de la 2* Cohorte de la Legión Augusta, a su primo Tertullus, de Roma).

Por Der Landsmann para SAEEG.


Ir a ¿Qué ha pasado con el Nacionalismo argentino? Parte II

Bibliografía:

  • Doctrines du Nationalisme, Jacques Ploncard d’Assac.
  • “El complot para aniquilar a las Fuerzas Armadas y a las naciones de Iberoamérica” – Gretchen Small y Dennis Small (coord.).
  • Denes Martos – Los Espartanos.
  • Jean Larteguy – Los Centuriones.

    ©2019-saeeg®

MEMORIAS HISTÓRICAS Y SIMPLES MEMORIAS

Javier Blasco Robledo*

Los españoles nunca deberíamos olvidarnos de uno de los peores presidentes del gobierno que hemos tenido, José Luis Rodríguez Zapatero; una persona a la que hemos sufrido y padecido durante casi dos mandatos completos hasta que, como consecuencia de su mala cabeza, nefastas estrategias y el habernos dejado sumidos en una de las peores crisis económicas de la era moderna, los españoles le mandaron a León a contar nubes, según afirmó personalmente, al perder las elecciones y verse obligado a dejar todos sus cargos.

Otras dos mentiras más suyas a incluir en su largo listado personal, ya que ni se fue a León, de donde vino un día, ni ha dedicado un solo minuto a contar nubes, sino a otros desmanes allende los mares dejando muy pocos amigos de verdad por aquellas tierras; pero eso es harina de otro costal que dejaremos aparcado para otro día más apropiado.

ZP, mote por el que se le conocía y que a él hasta le alegraba usarlo en las campañas electorales, fue una persona muy famosa por sus dislates, fanfarronadas, despechos, burlas y mala cabeza. Lleno de dicotomías en sí mismo y en sus pensamientos profundos o en voz alta y famoso por muchas frases y cosas suyas, casi ninguna buena, de las que, aparte de lo mencionado, quiero resaltar cinco: su incapacidad de definir el concepto (discutido y discutible) de nación; haber traído de nuevo a colación el sui generis concepto de “nación de naciones”[1] aún sin definir concretamente; forzar un nuevo y nefasto Estatuto catalán, la aplicación del famoso Plan E y el parto sin anestesia de la Ley de Memoria Histórica. Ley, de la que una vez defenestrado su autor e inductor, su sucesor en el cargo, Mariano Rajoy Rey, el hombre con más complejos y lleno de miedos que he sufrido en mi vida, sabiendo que era un bodrio, tremendamente injusta por parcial y revanchista y aun teniendo mayoría absoluta, no la derogó ni tocó una línea, no fuera a ser que por ello le llamaran facha o cosas peores.

Pues bien, dicha Ley, moldeable como muchas, bien fácil de estirar y transformar según le interese al ejecutivo y también de concatenar esfuerzos y apoyos entre las bancadas del Poder Legislativo (Parlamento), por aquello de no ser marcados como herederos del más rancio franquismo, ha sido el más precioso juguete en manos de nuestro actual presidente, el ínclito Pedro Sánchez y de su gabinete. Así, ha sido torticeramente manoseada para cambiarla y adaptarla cuantas veces ha sido precisa para, ente otras lindezas, sacar los restos de Franco del Valle de los Caídos, enterrarle donde el gobierno ha querido, cambiar cientos de nombres de calles, plazas y parques en toda España porque sus anteriores denominaciones —aunque no fuera cierto, según la verdadera historia— sonaban a personajes cercanos a Franco durante la guerra civil y los años de la postguerra; derribar monumentos, estatuas y placas relativas a personajes y momentos de la época; menospreciar a las víctimas del bando de las derechas; ensalzar y encumbrar las de las izquierdas; reabrir viejas o ya casi inexistentes heridas; dividir aún más a los españoles; recuperar y ensalzar nuevos-viejos rencores y no desenterrar a nadie de todos aquellos restos que se asegura aún yacen en las cunetas y cuyo número es tan grande que —según la mayor mentirosa e iletrada de la historia reciente, nuestra vicepresidenta Calvo— otorgan a España el tenebroso título de ser “el segundo país con más desaparecidos del mundo”, obviando por tal afirmación a muchos países que, por derecho propio, nos preceden en tan macabro listado y, por ello, la susodicha señora ha sido objeto de mofa estos días. Que sabrá ella de historia y de realidades con afirmaciones tan poco fundadas y nada cabales.

Es una Ley, que machaconamente, durante meses y meses, todos los medios, tertulias y diarios adeptos y empesebrados al gobierno nos han repetido a diario como aquel que sabiendo que miente o lo que dice no está muy claro, precisa ser repetido muchas veces para crear el poso necesario a fin de aunar las mentes proclives al tema y abrir aquellas que no viéndolo, de tanto repetirlo, lo tomarán como algo preciso y necesario.

Debo reconocer que dicha campaña de agitación y propaganda, conocida desde hace años como AGITPROP y muy propia de los más puros regímenes totalitarios de corte comunista o nazi, ha dado sus frutos en España en esta ocasión. Tanto es así que todavía seguimos dando vueltas y más vueltas al tema de la Ley de la Memoria y al desenterramiento de Franco (24 de octubre), aunque no diera para más que movilizar a la familia y a unos cuantos nostálgicos. Mientras tanto, solo unos pocos fueron conscientes de una Resolución de parlamento europeo que, algo más de un mes antes, se aprobó y que supone un gran avance para la Memoria Histórica y colectiva de los europeos.

Escondida y ocultada por todos los medios oficiales y solo un poco mencionada por algunos medios libres o de derechas de escasa influencia, el 19 del pasado mes de septiembre, el mencionado Parlamento aprobó una Resolución sobre la importancia de la memoria histórica europea para el futuro de Europa (2019/2819(RSP))[2].

Resolución que animo a conocerla por su corta y fácil lectura, así como, por su trascendencia y por lo que puede suponer para todos los Estados miembros de la Unión, incluido España por atacar directamente a la exaltación, culto y expansión de los totalitarismos, con especial mención al nazismo y al comunismo, sus símbolos, ideas y personajes históricos y, que entre otras medidas, solicita específicamente a los países de la UE que adopten medidas para que  desaparezcan monumentos y nombres de calles, plazas y jardines que exalten o recuerden a principales actores de aquellas “hazañas” y se prohíba rendir culto a los que tuvieron algo que ver en su implantación y expansión.

Así, se puede afirmar sin temor a exagerar que en España se ha puesto mucho énfasis, empeño y tesón en imponer, transformar y hacer cumplir “nuestra” Ley de Memoria Histórica aunque contrariamente a lo que aparentaba pretender, ataca con bastante saña al franquismo y a toda su aureola fascista atribuida, mientras, por otro lado, obvia los abusos de la otra parte de claro corte nacionalsocialista y comunista. E igualmente, que tanta ha sido la acción y presión del gobierno, partidos políticos de izquierdas y la mayoría de los medios en ello, que un alto porcentaje de españoles por convicción o cansancio han aceptado en mayor o menor grado, su existencia y aplicación.

Pero, ahora, al conocer la mencionada Resolución, me asalta una gran duda, aunque mucho me temo su respuesta. Conociendo que las Resoluciones del Parlamento Europeo no son leyes internacionales de obligado cumplimiento, sino recomendaciones para el buen gobierno y las relaciones en la UE; si tan necesaria fue nuestra Ley por los abusos y aberraciones de la parte denunciada, imagino que para aquellos que tanto creen en la Ley justa y en el respaldo internacional, será igual y exactamente necesaria la transformación y puesta en práctica —sin dilación y con ilusión— de la susodicha Resolución que pone un coto similar al comunismo junto al nazismo y por ello, nos metamos pronto en faena para que nuestras calles, parques y plazas queden libres de nombres y hechos que separan y ofenden y, al mismo tiempo, dejemos de rendir culto a aquellos símbolos y actores, que voluntaria y premeditadamente, obviamos o no quisimos incluir en nuestra Ley.

Ya veremos si ahora el gobierno y sus facilitadores ponen tanto empeño en que esto tan simple que expongo se haga realidad y que los tribunales, quienes tan raudos se prestaron al apoyo e interpretación legal de Ley española, no pongan reparos a su desarrollo para dar cumplimiento y aplicación de la nueva Resolución europea cuando cualquiera, en función de ella, lo solicite en reclamación de la aplicación de un acuerdo internacional.

Otra duda que me asalta y entristece aún más es que, a pesar de que estamos en plena campaña electoral, no he visto a ningún partido de Centro ni de Derechas, esgrimir ni mencionar esta norma, incluir el desarrollo dela misma en su programa o pedir al gobierno acción inmediata en dicho sentido. La dejación de responsabilidades, tras tanto tiempo de cobardes silencios frente a manifiestos desequilibrios y mirando para otro para otro lado no es algo sin importancia. Mucho me temo que, a la vista de lo que ha ocurrido la semana pasada, en el Ayuntamiento de Madrid con implicación de todos los partidos, mis dos grandes dudas quedan ya contestadas[3].

En cualquier caso y sin tener que darle muchas vueltas al tema ni tener que publicar una nueva Ley al respecto con los problemas, discusiones, el papeleo y los necesarios acuerdos que ello conlleva; simplemente analizando seriamente y con buena voluntad la existente Ley de Memoria en España, sus motivos, contenido y principios, nos bastaría para descubrir que, al leer con detenimiento las conclusiones de la Comisión Constitucional del Congreso de 20 de noviembre de 2002 citadas en la Exposición de Motivos, encontramos que ellas hacen referencia explícita a la deslegitimación de todos los regímenes totalitarios contrarios a la libertad, de entre los que, hoy en día, nadie puede tener ninguna duda y mucho menos tras la mencionada Resolución de la UE, que tanto el comunismo como el nazismo son paradigma.

Por tanto, es bien fácil deducir que, gracias al contenido, forma y fondo literal de la citada Exposición, transcrita a continuación, es posible poner en relación directa el encaje de la decisión plasmada en la Resolución del Parlamento europeo con nuestra Ley de Memoria Histórica. Por lo tanto, dicha Ley podría ser fácilmente instrumentalizada, sin necesidad de cambio alguno en su motivación oficial, para incluir en la misma, sin problemas insalvables los aspectos totalitarios referidos en dicha  Resolución.

“Por ello mismo, esta Ley atiende a lo manifestado por la Comisión Constitucional del Congreso de los Diputados que el 20 de noviembre de 2002 aprobó por unanimidad una Proposición no de Ley en la que el órgano de representación de la ciudadanía reiteraba que ‘nadie puede sentirse legitimado, como ocurrió en el pasado, para utilizar la violencia con la finalidad de imponer sus convicciones políticas y establecer regímenes totalitarios contrarios a la libertad y dignidad de todos los ciudadanos, lo que merece la condena y repulsa de nuestra sociedad democrática’”.

Llegado a este punto y momento, tengo la sensación de que el desarrollo, aplicación y hasta el propio cumplimiento de las leyes y normas nacionales e internacionales —en algunos casos— pueden llegar a convertirse en un arma de doble filo. De tanto afinar y tratar de dejar el tema bien atado y sin fisuras, pueden convertirse en algo contrario a las ideas o intereses primigenios y ocultos de los propios legisladores que las propugnaron al contraponerse o ser forzadas a su aplicación por la propia ley, originalmente, tan depurada y garantista u otras de igual o superior rango. Este podría ser el caso.

 

* Coronel de Ejército de Tierra (Reserva), Diplomado de Estado Mayor, con experiencia de más de 40 años en las FAS. Ha participado en Operaciones de Paz en Bosnia Herzegovina y Kosovo y en Estados Mayores de la OTAN (AFSOUTH-J9). Agregado de Defensa en la República Checa y en Eslovaquia. Piloto de helicópteros, Vuelo Instrumental y piloto de pruebas. Miembro de la SAEEG.

 

Referencias

[1] El concepto “nación de naciones” fue empleado por el ponente socialista Gregorio Peces-Barba durante el debate constitucional e implica que la diversidad territorial española tiene una profundidad superior a la de otros países europeos. El término fue acuñado en el exilio mexicano por el intelectual castellano Anselmo Carretero, un socialista federalista autor de varias obras al respecto. <https://www.lavanguardia.com/politica/20170422/421938566642/enfoque-pedro-sanchez-nacion-de-naciones-catalunya.html>,

[2] Resolución del Parlamento Europeo, 19 de septiembre de 2019, sobre la importancia de la memoria histórica europea para el futuro de Europa (2019/2819(RSP)) <https://www.europarl.europa.eu/doceo/document/TA-9-2019-0021_ES.html>.

[3] “El PSOE rechaza que se nieguen subvenciones y espacios públicos a quienes ensalcen el comunismo”. OK Diario, 03/11/2019, <https://okdiario.com/espana/psoe-rechaza-que-nieguen-subvenciones-espacios-publicos-quienes-ensalcen-comunismo-4760693>.