UNIDAD DE CUENTA

Iris Speroni*

Impuesto a las ganancias cuarta categoría: no debe existir porque el salario no es ganancia.

 

En cualquier libro de Economía I explican que el dinero tiene tres funciones:

    • Transaccional. Para comprar y vender cosas.
    • Reserva de valor. Esto es, para ahorrar. Para guardar para después.
    • Unidad de cuenta. Es lo que permite darle un valor a las cosas y sumar peras y manzanas. Nos permite hacer inventarios y balances.

El dinero argentino actual, como ya sucedió numerosas veces en nuestra historia, no cumple dos de las tres funciones. Sólo nos sirve para afrontar obligaciones y no todas. Se pagan sueldos, se compran algunas cosas —nafta, por ejemplo—, se cancelan las facturas de luz y gas. Nadie ahorra en pesos y si bien se usa como unidad de cuenta, al ser nuestra moneda un flan, genera enormes distorsiones.

Los impuestos

Algunos impuestos se determinan en base a marcas fijadas en pesos, al menos en una de sus puntas. Ejemplos: impuesto a las ganancias para asalariados, bienes personales, autos (ex) de lujo, contribuciones de autónomos. Bajo cierto valor determinado en pesos, no deberían abonarse. Hay otros casos no impositivos que también afectan a los trabajadores. Durante el gobierno de Néstor Kirchner, el presidente, con la anuencia de Hugo Moyano, dejó sin efecto el pago del salario familiar a partir de remuneraciones superiores a una cota que determinaron en su momento. 

En contextos inflacionarios, si esos parámetros no se ajustan, pasan a pagar personas distintas a la población objetivo del impuesto al momento de ser sancionado. Dicho de otra manera, se respeta la ley impositiva en la letra pero no en espíritu. Se traiciona la voluntad del legislador. Es un ardid que usan los políticos, un fraude, por el cual le cobran impuestos a quien los legisladores no pretendían gravar.

No es desidia, toda vez que los políticos son rápidos para ajustar por inflación sus sueldos, viáticos, dietas que reciben y el cobro de tasas, patentes, permisos, etc.

Esta incorporación de cientos de miles de familias a las bases impositivas luego repercute en el poder de compra de los asalariados. Los mismos que dejan inmutables (laissez-faire, laissez-passer) los mínimos no imponibles, son los que lloriquean en televisión por la caída del consumo doméstico.

Es un problema de fácil resolución. No hay, obviamente, voluntad. 

Impuesto a las ganancias cuarta categoría

Mi posición respecto a ese impuesto es que no debe existir porque el salario no es ganancia. No es cuestión de a partir de qué nivel hay que pagarlo o no. No corresponde y punto.

Hay economistas que sostienen que otros países también lo cobran. Puede ser. Pero en Europa tienen IVA, con alícuota nula o muy baja para alimentos, no hay impuestos a los ingresos brutos o a las ventas; a lo que hay que agregar que pagan a partir de sueldos que aquí serían soñados. En EEUU pagan ganancias sobre sueldos a partir de determinado nivel (altísimo para los estándares locales), no existe el IVA y los impuestos a las ventas son nulos o mínimos para alimentos y combustibles.

En Argentina la principal fuente de recaudación es por IVA, que sólo pagan las familias. Todas las empresas argentinas no pagan en ganancias lo que pagan las familias en un único impuesto. Las familias además de IVA pagan impuesto a las ganancias por sueldos, bienes personales, impuestos internos al tabaco, combustibles, alcohol y gaseosas (las empresas no fuman ni beben alcohol ni gaseosas), y, por supuesto, los impuestos al salario (retenciones salariales).

Cobrarle impuesto a las ganancias a un trabajador que al comprar una Coca-Cola paga 21% de IVA, 5% de IIBB y además impuesto a las gaseosas (Macri-Dujovne) es, decididamente, una canallada.

Sobre los mínimos no imponibles

Esta semana el gobierno anunció la actualización de uno de los parámetros de uno de los impuestos.

Debería ser un ajuste automático.

Lo correcto sería retrotraerse al momento de sanción de la ley (To).  Ese monto actualizarlo a hoy por inflación acumulada (desde To a Thoy) o convertirlo en dólares To y pasarlo a pesos con cambio de hoy. De esa manera se respetaría la voluntad del legislador.

A partir de esa nueva determinación, aplicar una fórmula automática mensual. Puede ser por inflación, como el ABL de la Ciudad de Buenos Aires, o con la actualización de los salarios y viáticos de los legisladores o el poder judicial.

Serviría también para bienes personales, el impuesto a los autos ex lujosos, salario familiar.

Otra propuesta para ganancias. Los magistrados no pagan impuesto a las ganancias. Ahora bien, todos somos iguales ante la ley. Si no corre para ellos no debería aplicarse a nadie. Entonces los sindicalistas deberían reclamar que un trabajador asalariado pague ganancias si y sólo si supera en ingresos al magistrado mejor remunerado de todo el país. La ANSES debería publicar mensualmente cuál es el nuevo mínimo de acuerdo con este criterio.

Los crotos

Gracias a la inflación el peso falla en dos de sus tres funciones, como dije al principio del artículo.

Al releer la Constitución Nacional se verifica que la única mención de dinero es la del peso fuerte, mediante el cual se establece un requisito mínimo de ingresos anuales para senadores, presidente y vicepresidente. (Arts. 55 y 89). 

Artículo 55.- Son requisitos para ser elegido senador: tener la edad de treinta años, haber sido seis años ciudadano de la Nación, disfrutar de una renta anual de dos mil pesos fuertes o de una entrada equivalente, y ser natural de la provincia que lo elija, o con dos años de residencia inmediata en ella.

Por lo cual, ya la Constitución establece un parámetro fijo y permite las equivalencias. ¡Aleluya! Tenemos unidad de cuenta.

Habría que ver cuántas de esas personas (74 en total) cubrieron los requisitos. Fallaron las autoridades de la Justicia Electoral y los apoderados de los partidos si no los impugnaron al presentar las listas.

Tal vez no podamos destituir a los crotos que ya hayan asumido, pero resultará efectivo para limpiar las listas del 2023.

Unidad de Cuenta

¿Qué es un peso fuerte? Es una moneda de plata 875 de 27,0643 g (una onza española) vigente al momento de sancionarse la Constitución en 1853. ¿Lo más interesante? No fue modificado en 1994.

El peso fuerte circuló entre 1826 y 1881 [1]. Según la conversión plata/oro de esa fecha, con 17 pesos plata se compraba una onza de oro. Este cociente ha cambiado mucho con el tiempo.

Lo podemos traer a valores actuales ya sea como una onza de plata 875 o como 1/17 de onza de oro. 

Propuesta de implementación inmediata

Frente a la amenaza de algunos legisladores de prohibir la oferta de bienes y servicios en dólares, podemos, fácilmente, hacerlo en la única moneda mencionada en la Constitución: el peso fuerte.

Es más, ante la inflación que no cesa —y no lo va a hacer ya que constituye un gran negocio para los políticos— los precios podrían fijarse (al igual que el ingreso mínimo para senadores) en pesos fuertes. Para hacer balances que no dejan ajustar por inflación, determinar mínimos no imponibles y cualquier otra relación entre los ciudadanos y el estado.

Usemos el peso fuerte como unidad de cuenta.

Lo que es bueno para algunos debería serlo para todos.

 

* Licenciada de Economía (UBA), Master en Finanzas (UCEMA), Posgrado Agronegocios, Agronomía (UBA).

 

Nota

[1] Como dato de color, en 1881 se emitió el peso oro (oro 900; 8,064 g), el cual duró hasta 1896. No es el mencionado en la Constitución.

Peso oro 1884.

[2] Algunas muestras de billetes nominados en pesos fuertes: https://www.billetesargentinos.com.ar/billetes/peso_fuerte.htm

 

Artículo publicado originalmente el 28/05/2022 en Restaurar.org, http://restaurarg.blogspot.com/2022/05/unidad-de-cuenta.html

1969. ARGENTINA Y EL MONO JUAN: EL PRIMER ASTRONAUTA DE AMÉRICA DEL SUR

Marcelo Javier de los Reyes*

Fuente: Facebook de la Fuerza Aérea Argentina.

El presente artículo fue publicado por el Anuario del CEID / SAEEG de 2019, en conmemoración de los 50 años del lanzamiento del primer astronauta argentino, el Mono Juan. 

La carrera espacial

La década de 1960 estuvo signada por la carrera espacial entre los Estados Unidos y la Unión Soviética. Los soviéticos aventajaban a los estadounidenses en el campo espacial. El 4 de octubre de 1957, la Unión Soviética puso en órbita al Sputnik 1, el primer satélite artificial de la historia. El 3 de noviembre del mismo año, la perra Laika fue lanzada en el satélite ruso Sputnik 2. Laika fue seleccionada entre un grupo de perros “reclutados” de la calle. Le implantaron sendos sensores, uno en las costillas para medir su respiración y otro para medir su pulso en la arteria carótida. En ese momento no había forma de que Laika fuera retornada a la Tierra y se sabe que murió a las seis horas del despegue, ya que los sensores registraron un paro cardíaco. Su muerte se debió al sobrecalentamiento de la cabina y al estrés. En ese momento esta información fue ocultada.

La Unión Soviética envió al primer ser humano al espacio exterior. El 12 de abril de 1961 Yuri Gagarin, tripulando la nave Vostok 1, permaneció ciento ocho minutos en el espacio. Poco después, en junio de 1963, haría lo propio una mujer, Valentina Tereshkova, quien dio cuarenta y ocho vueltas alrededor de la Tierra durante tres días.

Ante estos desafíos fue que el entonces presidente John F. Kennedy, en un discurso pronunciado el 12 de septiembre de 1962 en la Universidad de Rice, anunció que los Estados Unidos llegarían a la Luna antes de que terminara la década, lo cual se habría hecho realidad en julio de 1969.

Por esos años otros países planearon sumarse a la conquista del espacio, aunque sus proyectos no hayan tenido difusión.

Zambia anunció su programa espacial en 1964, el mismo año en que había proclamado su independencia. El proyecto, impulsado por el profesor de ciencias naturales Edward Makuka Nkoloso, quien en 1960 había fundado la Zambia National Academy of Science, Space Research and Philosophy, aspiraba a enviar a la Luna y a Marte a doce zambianos y diez gatos. Los informes de este propósito no demuestran ser parte de un programa espacial serio.

Argentina se suma a la carrera espacial

Mediante el Decreto Ley 11.822/43, durante la presidencia del general Pedro Pablo Ramírez, se creó el Instituto Aerotécnico, “constituido por el personal y todas las instalaciones, medios y elementos que integran el patrimonio de la actual Fábrica Militar de Aviones”. El Instituto Aerotécnico quedó bajo la directa dependencia de la Dirección General del Material Aeronáutico del Ejército y contaba con autonomía técnica y administrativa[1].

En agosto de 1947 fue creada la División de Proyectos Especiales en el marco del mencionado instituto la que se dedicaría a la investigación de vehículos teledirigidos y motores de cohetes.

El  ingeniero Pablo de León, en su libro Historia de la actividad espacial en Argentina, en su capítulo 13 dedicado a los “Lanzamientos en Argentina”, nos dice:

En 1959 en el Instituto Aerotécnico se planteaba la posibilidad de fabricar un cohete-sonda. En ese momento no existían aún propulsantes compuestos en el país y todavía no se había establecido contacto con fábricas del exterior, entonces se decidió utilizar un propulsante bibásico.[2]

Al frente del instituto se encontraba el comodoro Aldo Zeoli, quien se graduó como ingeniero aeronáutico en 1943 en la Universidad Nacional de Córdoba, quien fue asimilado como personal militar y enviado a realizar una capacitación en los laboratorios de la Power Jets, en Lutterworth, Reino Unido[3]. A principios de la década de 1960 el entonces vicecomodoro Zeoli fue trasladado a la Fábrica Militar de Aviones, desde donde impulsaría el nacimiento del primer cohete de investigaciones realizado en Argentina, el “Alfa Centauro”[iv]. De León señala que “Zeoli fue el jefe de todos los proyectos de lanzadores desde el Alfa Centauro hasta el Tauro, lo que lo convierte en el pionero y padre de la cohetería en el país”[4].

En abril de 1967 fue lanzado un cohete que llegó a casi tres kilómetros de altura, bastante lejos del espacio. A bordo iba Belisario, un pequeño ratón blanco de laboratorio. Fue el primer experimento hecho con seres vivos en la Argentina en su búsqueda de un camino autónomo en la investigación espacial. El destino de Belisario fue diferente al de la pobre Laika, ya que retornó a la Tierra y siguió viviendo.

Belisario, el primer ser vivo lanzado por la Argentina

El 23 de diciembre de 1969, a las 06:30 horas, se impulsó el cohete sonda Canopus II, a bordo del cual iba el mono Juan en un vuelo suborbital de ocho minutos de duración, que alcanzó una altura de 90 kilómetros, rozando el límite de la atmósfera terrestre con el espacio exterior.

Juan era un mono caí oriundo de la provincia de Misiones, capturado por la Gendarmería Nacional. Juan pesaba 1,4 kg y medía 30 cm.

Durante el vuelo fueron monitoreados sus signos vitales y luego se lo trajo nuevamente a Tierra, al igual que a Belisario. Juan iba en un asiento especial en la cabeza del cohete, en posición inclinada para que no lo afectaran las aceleraciones y desaceleraciones. Realizó el vuelo sedado ya que era necesario mantenerlo quieto, pero consciente. Cabe destacar que la cápsula también contaba con un sistema de refrigeración.

El cohete Canopus II, desarrollado en Argentina, tenía una longitud de cuatro metros y 50 kilogramos de carga útil.

El lanzamiento se hizo desde el Centro de Experimentación y Lanzamiento de Proyectiles Autopropulsados de Chamical, en La Rioja, reabierto en 2018 luego de un relevante mejoramiento de su infraestructura que contó con un fuerte apoyo de las autoridades provinciales.

La experiencia fue llevada adelante por un equipo de ingenieros, biólogos y médicos argentinos, con tecnologías desarrolladas en el país, en el marco de un proyecto bautizado Experiencia BIO, encabezada por el Instituto Nacional de Medicina Aeronáutica y Espacial y la Comisión Nacional de Investigaciones Espaciales.

Juan, el primer astronauta argentino y América del Sur

El mencionado proyecto Experiencia BIO, estuvo a cargo del ingeniero Aldo Zeoli y tenía como objetivo principal la experimentación de seres vivos en lanzamientos de cohetes así como comprobar si se podía llegar al espacio, hecho que fue comprobado con total éxito.

El aterrizaje de Juan se produjo en la salina La Antigua, a 60 kilómetros de la base de Chamical, y retornó en perfecto estado de salud.

Juan fue el primer astronauta argentino y luego de haber cumplido exitosamente su misión, vivió durante más de dos años en el zoológico de la ciudad de Córdoba, donde fue la principal atracción del mismo.

 

* Licenciado en Historia (UBA). Doctor en Relaciones Internacionales (AIU, Estados Unidos). Director de la Sociedad Argentina de Estudios Estratégicos y Globales (SAEEG). Profesor de Inteligencia en la Maestría en Inteligencia Estratégica Nacional, Universidad Nacional de La Plata. Autor del libro “Inteligencia y Relaciones Internacionales. Un vínculo antiguo y su revalorización actual para la toma de decisiones”, Buenos Aires: Editorial Almaluz, 2019.

 

Referencias

[1] “Creación del Instituto Aerotécnico”. Sistema Argentino de Información Jurídica (SAJI), <http://www.saij.gob.ar/11822-nacional-creacion-instituto-aerotecnico-lns0002152-1943-10-20/123456789-0abc-defg-g25-12000scanyel#>.

[2] Pablo de León. Historia de la actividad espacial en Argentina. Carapachay: Lenguaje Claro, 2018, 372 p.

[3] Ídem.

[4] Ídem.

[5] Ídem.

UNA MIRADA A LA LUNA

Giancarlo Elia Valori*

Imagen de Patou Ricard en Pixabay 

Las declaraciones formuladas recientemente por el Dr. Mohamed Ebrahim AI-Aseeri, director ejecutivo de la Agencia Espacial Científica Nacional del Reino de Bahrein, dan una pausa para pensar, ya que han transcurrido más de cinco décadas desde que los primeros astronautas caminaron sobre la Luna. Desde entonces, solo una flota de sondas ha visitado la Luna, y han hecho un trabajo extraordinario al proporcionar a los centros de investigación una gran cantidad de información sobre el entorno lunar. Tales esfuerzos de investigación han contribuido a una comprensión más profunda de la Luna y allanado el camino para una idea de último momento, pero esta vez para propósitos diferentes a los anteriores.

En las últimas dos décadas, con el creciente papel desempeñado por el sector privado en la industria espacial, los inversores han comenzado a pensar seriamente en explotar el espacio de una manera que pueda garantizar el retorno de su inversión. Surgió la idea de la minería en la superficie de la Luna y la expansión de la implementación de la investigación científica, así como la promoción del turismo espacial, incluidas las visitas a la Luna.

En los últimos años ha habido un cambio positivo hacia el regreso a la Luna, ya que tal iniciativa ha sido anunciada por los Estados Unidos de América, la Unión Europea, Rusia, la República Popular de China, Japón, India, los Emiratos Árabes Unidos, Israel y la República de Corea (Corea del Sur). Su ambición es explorar la Luna a través de una gran inversión en grandes proyectos.

El más importante de todos ha sido el programa Artemisa de 100 mil millones de dólares ideado por la NASA (Artemis, la diosa griega de la luna, fue equiparada por los romanos con la diosa Diana).

El programa Artemis incluye escenarios para permanecer en la Luna y su órbita durante largos períodos de tiempo, y establecer una base espacial que se utilizaría como estación de lanzamiento para misiones al espacio profundo, ya que la Luna tiene una gravedad más baja que la de la Tierra, lo que permite que los cohetes despeguen con facilidad. Esto también hace que la empresa sea más factible económicamente, además de proporcionar la posibilidad de minería, en base a los resultados de la investigación científica que han confirmado la presencia de metales preciosos en la superficie lunar.

Uno de los objetivos importantes de la misión Artemis es aterrizar hombres y la primera mujer en la superficie de la Luna en 2025. El programa final de Artemis incluirá 37 lanzamientos y establecerá una base permanente en la Luna. Viajar a la Luna, sin embargo, seguirá siendo caro. Sin embargo, los planificadores del programa están muy seguros de que los beneficios superarán los costos. Más importante aún, el gobierno de los Estados Unidos espera un buen retorno de la inversión. Comparar las futuras misiones a la Luna con las misiones Apolo nos llevará a reconocer el hecho de que la inversión inicial de Apolo en tecnología, sistemas de satélites climáticos, Sistema Global de Navegación por Satélite (GNSS) y dispositivos de comunicación avanzados creados para apoyar las misiones lunares, ahora son parte de la vida cotidiana en la Tierra.

Como sucedió anteriormente, las nuevas tecnologías desarrolladas para apoyar futuras misiones a la Luna seguramente encontrarán su camino en las economías mundiales, estimulando así un buen retorno de la inversión.

La República Popular China y Japón están invirtiendo fuertemente en misiones espaciales y están considerando seriamente el envío de misiones a la Luna. China y Rusia han anunciado un esfuerzo de colaboración para construir una base lunar antes de 2030. China ha sido muy clara sobre sus intenciones y tiene buenas capacidades para llevar a cabo una misión lunar a largo plazo. Está planeando una misión tripulada que aterriza en la Luna y desarrolla nuevas naves espaciales para tales misiones.

La República Popular China también planea construir una estación de investigación científica en el polo sur de la Luna en los próximos diez años. Los esfuerzos de otros países para llegar a la Luna y estudiarla desde su órbita, o para aterrizar en su superficie, varían considerablemente.

Hasta la fecha, sólo unos pocos Estados han logrado llegar a la superficie de la Luna como parte de misiones exitosas o semi exitosas. Los avances científicos actuales y las tecnologías que se están desarrollando para las misiones lunares permitirán a los científicos realizar estudios más detallados de la superficie lunar y el subsuelo. Los científicos también buscarán respuestas a las grandes preguntas sobre cómo se formó el sistema solar, así como la formación de la Luna y su geología. Las misiones de exploración lunar estimularán la investigación científica y la innovación a gran escala.

Se requiere mucha inversión, esfuerzos de investigación e innovación para superar el problema del entorno hostil de la Luna y permitir a los humanos establecer colonias en la superficie del cuerpo celeste más cercano a la Tierra. La evidencia científica corrobora la abundancia de una gama de recursos naturales dignos con alto valor industrial que pueden ser extraídos a través de procesos mecánicos. Este es uno de los retornos de inversión más importantes en las misiones lunares actuales.

Los estudios basados en el análisis del suelo lunar y las rocas recogidas durante las seis misiones que aterrizaron humanos en la superficie lunar entre 1969 y 1972 indican la presencia de valiosos recursos que pueden ser utilizados en otras misiones espaciales. Por ejemplo, la NASA cree que el oxígeno líquido puede extraerse fácilmente de la Luna y almacenarse para su uso en otras misiones espaciales, particularmente misiones para explorar Marte, ya que el oxígeno antes mencionado es un componente importante del combustible necesario para las misiones espaciales.

No debemos pasar por alto el hecho de que, en las últimas dos décadas, la NASA ha desplegado una serie de sondas en la superficie de la Luna para medir la cantidad de agua dentro o debajo de las rocas. Lo que encontraron fue sorprendente. Había mucha más agua de lo que se pensaba. Hay evidencia de hielo de agua en los polos lunares, oculto en cráteres no alcanzados por la luz solar. La NASA planea usar esta agua para apoyar la colonización de la superficie lunar y para las próximas misiones al espacio profundo.

Regresar a la Luna es un movimiento importante en la planificación de futuras misiones a Marte que han estado atrayendo una mayor atención en los últimos años. La esperanza es que los humanos puedan aprender de su estancia en la Luna cómo vivir en un ambiente hostil antes de poner un pie en lugares más distantes como Marte. Por lo tanto, la experiencia adquirida y las soluciones desarrolladas allanarán el camino para misiones más allá del cinturón de asteroides.

La Luna es un cofre del tesoro, razón por la cual varios países están invirtiendo muchos de sus recursos para visitar la Luna lo antes posible en una carrera espacial no declarada. Científicos de diferentes campos creen firmemente que el esperado regreso del hombre a la superficie lunar en los próximos años podría ayudar a la vida en la Tierra y provocar un gran cambio general.

Además de los beneficios mencionados anteriormente de regresar a la Luna, aquí hay algunos ejemplos principales resumidos en los siguientes puntos:

1) la Luna podría ser una fuente de energía solar ilimitada para la Tierra, al recolectar esa energía a través de paneles de muy bajo costo y luego transmitirla a la Tierra en forma de un haz de microondas;

2) la Luna es rica en helio-3 que se utiliza para la energía de fusión nuclear limpia y segura, aplicaciones médicas, etc.;

3) el lado oscuro de la Luna podría usarse para construir telescopios de radio y ópticos para avanzar en el conocimiento humano del Cosmos y buscar señales de civilizaciones extraterrestres sin ninguna interferencia de las transmisiones y frecuencias de radio de la Tierra;

4) la Luna podría ser un lugar alternativo para almacenar materiales industriales peligrosos, desechos y contaminantes de la Tierra sin preocuparse por sus efectos secundarios en el medio ambiente;

5) el establecimiento de laboratorios en órbita lunar contribuirá a la implementación de numerosas pruebas y experimentos científicos que tendrán un impacto directo en el progreso y el bienestar mundial. Dichos laboratorios también mantendrán la presencia humana en la superficie de la Luna durante largos períodos de tiempo y pueden ayudar en el diseño de futuros laboratorios similares en órbita alrededor de Marte;

6) la colonización de la superficie de la Luna no puede ser realizada y sostenida por un solo Estado, y por lo tanto los diferentes países que comparten los mismos intereses deben trabajar juntos; esto fortalecerá la colaboración internacional en beneficio de toda la humanidad, y los esfuerzos conjuntos podrían prestar un apoyo significativo a la paz en la Tierra.

La relación entre la Tierra y la Luna es fundamental para la existencia de vida en nuestro planeta. La Luna ha sido decisiva para sostener la existencia humana en la Tierra durante miles de millones de años. Un equipo de científicos de la Universidad de Colonia analizó firmas químicas de elementos raros en rocas lunares recolectadas por las misiones Apolo, datando su formación hace unos 4.510 millones de años.

Hoy en día, el papel de la Luna es cada vez más importante y apoyará el desarrollo y el crecimiento humano durante muchas décadas. Con miras a lograr este objetivo, necesitamos regresar a la Luna, estudiarla in situ, entenderla bien y hacer un uso justo de ella para preservar su medio ambiente y garantizar la sostenibilidad de sus recursos naturales.

Mientras usan los recursos naturales de la Luna, los humanos deben evitar repetir los errores anteriores cometidos en la Tierra. Las generaciones futuras estarán conectadas de una manera sin precedentes a la Luna, y esto podría ser la fuente de grandes logros humanos más allá de nuestra imaginación.

 

* Copresidente del Consejo Asesor Honoris Causa. El Profesor Giancarlo Elia Valori es un eminente economista y empresario italiano. Posee prestigiosas distinciones académicas y órdenes nacionales. Ha dado conferencias sobre asuntos internacionales y economía en las principales universidades del mundo, como la Universidad de Pekín, la Universidad Hebrea de Jerusalén y la Universidad Yeshiva de Nueva York. Actualmente preside el «International World Group», es también presidente honorario de Huawei Italia, asesor económico del gigante chino HNA Group y miembro de la Junta de Ayan-Holding. En 1992 fue nombrado Oficial de la Legión de Honor de la República Francesa, con esta motivación: “Un hombre que puede ver a través de las fronteras para entender el mundo” y en 2002 recibió el título de “Honorable” de la Academia de Ciencias del Instituto de Francia.

 

Traducido al español por el Equipo de la SAEEG con expresa autorización del autor. Prohibida su reproducción. 

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