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EL GRAN JUEGO DE CHINA Y LOS ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA EN ASIA

Giancarlo Elia Valori*

La llamada visión estadounidense de una región libre y abierta del Indo-Pacífico es esencialmente una estrategia para dividir a los países de la zona e incitar a la confrontación interna. Va en contra de la tendencia de los tiempos en la región de Asia y el Pacífico, a saber, el desarrollo pacífico y la cooperación de beneficio mutuo.

La estrategia del Indo-Pacífico de la Administración Biden es contradictoria: Estados Unidos afirma promover la libertad y la apertura en la región como un objetivo, mientras que en realidad coopta con aliados para forjar el sistema de cuenta regresiva 5-4-3-2-1:

-. Los Cinco Ojos (FVEY): la alianza de inteligencia y vigilancia que comprende Australia, Canadá, Nueva Zelanda, el Reino Unido y los Estados Unidos de América.

-. El Mecanismo Quad (Quadrilateral Security Dialogue): la alianza estratégica informal entre Australia, Japón, India y los Estados Unidos de América con el objetivo de contener a China en la región del Indo-Pacífico.

-. AUKUS, un pacto de seguridad trilateral entre Australia, el Reino Unido y los Estados Unidos de América, anunciado el 15 de septiembre de 2021.

Alianzas bilaterales

El Marco Económico Indo-Pacífico (Indo-Pacific Economic Framework, IPEF): es un plan para la inversión y el fortalecimiento de las relaciones comerciales que tiene como objetivo aumentar la presencia de Estados Unidos en la región y contrarrestar la influencia china. Para algunos observadores, sin embargo, IPEF en realidad sirve para amortiguar las críticas de los aliados a la naturaleza de la estrategia estadounidense en la región, centrada solo en la presencia militar y carente de implicaciones económicas concretas, a diferencia de la política china en la macrorregión.

AUKUS apoya a Australia en la construcción de submarinos de propulsión nuclear y el desarrollo de armas hipersónicas, lo que aumenta el riesgo de una carrera armamentista regional y una guerra mundial.

Con el pretexto de combatir la pesca ilegal y hacer que las cadenas de suministro sean resistentes, Quad ha buscado vigorosamente la cooperación militar y el intercambio de inteligencia. Los Estados Unidos también han alentado la participación de la OTAN en la región de Asia y el Pacífico. Todos estos son intentos de materializar una versión Asia-Pacífico de la OTAN y promover la disuasión integrada contra la República Popular China.

La estrategia del Indo-Pacífico está causando creciente alarma y preocupación en muchos países de la región de Asia y el Pacífico. Según informó la BBC, en abril de 2021, la ministra de Relaciones Exteriores de Nueva Zelanda, Nanaia Mahuta, expresó la incomodidad de su país con la expansión del mandato de los Cinco Ojos, presionando así a la República Popular de China, mientras que Nueva Zelanda prefiere continuar relaciones bilaterales pacíficas con la República Popular de China.

En mayo pasado, en la Cumbre especial Estados Unidos-ASEAN, los países de la Asociación de Naciones del Asia Sudoriental (ASEAN) —a saber, Brunei, Camboya, Indonesia, Laos, Malasia, Myanmar (Birmania), Filipinas, Singapur, Tailandia, Vietnam (Papua Nueva Guinea y Timor Oriental como observadores)— enfatizaron su aspiración a la paz y la cooperación, no al enfrentamiento, la división o la confrontación.

Los Estados Unidos de América han dejado claro que IPEF le permitirá ganar la carrera del siglo 21. Esto significa que IPEF está diseñado para servir solo a la economía de los Estados Unidos. Hace mucho tiempo, la Casa Blanca archivó la idea de desarrollar el Área de Libre Comercio de Asia-Pacífico. Estados Unidos abandonó el Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica y se negó a unirse al Acuerdo Transpacífico Integral y Progresivo.

Esto expone la naturaleza unilateral de Estados Unidos y su enfoque selectivo hacia las instituciones internacionales. Se trata del interés propio de Estados Unidos, y nada mutuamente beneficioso.

IPEF es un instrumento político estadounidense para sostener su hegemonía en la economía regional. La esencia es dominar las cadenas de suministro y valor, así como los nuevos sectores económicos, y marginar a países específicos. Estados Unidos ha optado por hacer que los problemas económicos suenen como políticos e ideológicos, utilizando la economía para obligar a los países de la región a ponerse del lado de China o los Estados Unidos.

La Representante de Comercio de los Estados Unidos, Katherine Tai, ha declarado públicamente que IPEF es un acuerdo independiente de China. La Secretaria de Comercio de los Estados Unidos, Gina Raimondo, dijo que el IPEF marcó la restauración del liderazgo económico de los Estados Unidos en la región y proporcionó a los países del Indo-Pacífico una alternativa al enfoque chino. Anteriormente, también había declarado que el IPEF podía armonizar los controles de exportación y otras «píldoras venenosas», como restringir la exportación de productos sensibles a China.

IPEF busca establecer reglas comerciales lideradas por Estados Unidos, así como reestructurar el sistema de cadena industrial y “desacoplar” económica y científicamente a los países vecinos de China. Muchos países de la región están preocupados y creen que el costo de tal “desacoplamiento” será enorme. El ex primer ministro de Malasia, Mahathir Mohamad, señaló que cualquier alianza comercial que excluyera a la segunda economía más grande del mundo no podía ser propicia para una cooperación comercial multilateral más estrecha en la región del Indo-Pacífico. La exclusión de China por parte de Estados Unidos no es una cuestión económica sino política.

Aclamada como cooperación de “enfoque de menú”, IPEF en realidad tiene poco en cuenta el nivel de desarrollo y las necesidades reales de los países de la región. Apenas hace concesiones a los países en desarrollo sobre las reducciones arancelarias y el acceso a los mercados, pero obliga a los participantes a aceptar los llamados altos estándares de los Estados Unidos de América y su programa unilateral. IPEF se centra exclusivamente en los intereses directos de los Estados Unidos y se preocupa poco por las necesidades de las otras partes. No hay beneficio mutuo en IPEF.

En su informe Perspectivas Regionales sobre el Marco Económico Indo-Pacífico, el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales de los Estados Unidos ha enfatizado que el IPEF tiene poco más que ofrecer que expandir la presencia económica de los Estados Unidos en la región. No aborda las cuestiones de los intereses más amplios de los países de la región. Existe una preocupación generalizada de que el IPEF sólo beneficiará a los Estados Unidos de América, al tiempo que sobrecargará en gran medida a los países de la región participantes.

La República Popular China está comprometida con el camino del desarrollo pacífico y de los cinco principios de la coexistencia pacífica, al tiempo que se opone a la práctica de la parte más grande y más fuerte que prevalece sobre las más pequeñas y débiles. Al presentar a China como una amenaza y utilizar la “libertad de navegación” como pretexto para socavar la soberanía, la seguridad y los derechos e intereses marítimos chinos, Estados Unidos plantea serias preocupaciones para la paz y la seguridad regionales. En cierto modo, la interferencia en Ucrania, que ha llevado a la guerra entre las partes, ya es una severa advertencia.

En Asia y en todo el mundo, China defiende la igualdad entre todos los países, independientemente de su tamaño. Respeta la elección por cada Estado de la senda de desarrollo adecuada a sus condiciones nacionales y no busca ninguna esfera de influencia. China persigue una política de defensa de carácter defensivo y una estrategia militar de defensa activa. Al desarrollar sus capacidades de defensa, China tiene como objetivo salvaguardar su soberanía, seguridad e intereses de desarrollo y no ataca a ningún otro país. El crecimiento de las capacidades de defensa de China aumenta la fuerza para la paz mundial, de modo que ningún país dicte sus condiciones a la comunidad internacional. Por lo tanto, es completamente ridículo y provocador -como desafortunadamente se lee en alguna prensa incrustada- afirmar que China tiene la ambición de crear una esfera de influencia en la región del Pacífico, especialmente en el área del Mar meridional de China y el Mar oriental de China. Lo mismo es cierto para la afirmación de que algunos países occidentales habituales continuarán oponiéndose a las actividades “ilegales” de China en estos dos mares, y que estos países apoyarán a otros Estados de la región en la defensa de sus derechos marítimos (es decir, los de las flotas de guerra extranjeras occidentales), y buscarán aliados y amigos para defender la libertad de navegación y sobrevuelo de flotas y fuerzas aéreas extranjeras que les gustaría continuar volando y navegando a voluntad, incluso contra el derecho internacional. Echemos un vistazo más de cerca.

La República Popular China es el primer país que ha descubierto, nombrado, explorado y explotado las islas Nanhai y sus aguas, así como el primero que ha ejercido soberanía y jurisdicción sobre ellas de manera continua, pacífica y efectiva. La soberanía china sobre las islas Nanhai y sus derechos e intereses en el Mar Meridional de China se han establecido a lo largo de la larga historia. Están firmemente arraigados en la historia y la ley y han sido defendidos por los sucesivos gobiernos chinos y reconocidos por la comunidad internacional. De acuerdo con la Declaración de El Cairo de 1943 y la Declaración de Potsdam de 1945, China reclamó territorios ocupados ilegalmente por Japón, incluidas las Islas Paracel (Xisha Qundao) y las Islas Spratly (Nansha Qundao) después de la Segunda Guerra Mundial, y desde entonces ha afirmado la soberanía y fortalecido la jurisdicción mediante el establecimiento de nombres oficiales, la publicación de mapas, la creación de unidades administrativas, el despliegue y el estacionamiento de tropas.

La reanudación del ejercicio de la soberanía de China sobre las islas Nanhai es un acto legítimo y legal para heredar los derechos de China establecidos a lo largo de la historia. También es parte del orden internacional posterior a la Segunda Guerra Mundial y ha sido reconocido por países de todo el mundo, incluidos los Estados Unidos de América. Además, gracias a los esfuerzos conjuntos de China y los países de la ASEAN, la situación general en el Mar Meridional de China se mantiene estable. Con la aplicación plena y efectiva de la Declaración sobre la Conducta de las Partes en el Mar Meridional de China (DOC), firmada por China y los miembros de la ASEAN en la 8ª Cumbre de Phnom Penh el 4 de noviembre de 2002, se reafirma la libertad de navegación y sobrevuelo, la solución pacífica de controversias y el autocontrol en la realización de las actividades.

A este respecto, las partes han intensificado el diálogo, gestionado adecuadamente las divergencias, profundizado la cooperación y mejorado la confianza mutua, así como han hecho progresos activos en el avance de las consultas sobre el Código de Conducta (COC) en el Mar Meridional de China, en un esfuerzo por salvaguardar conjuntamente la paz y la estabilidad en ese mar y dar forma positiva a la seguridad regional y mundial, estabilidad y prosperidad. A pesar de la COVID-19, las partes celebraron reuniones por videoconferencia de altos funcionarios sobre la implementación del DOC y diez reuniones conjuntas del grupo de trabajo a través de un enlace de video para avanzar en las consultas sobre el texto del COC. El 22 de junio de 2022 se celebraron en Camboya las primeras consultas presenciales sobre el COC desde COVID-19. Este progreso positivo dice mucho sobre la determinación y el compromiso de los países de la región de continuar las consultas del COC con firmeza.

China respeta y apoya la libertad de navegación y sobrevuelo de todos los países del Mar Meridional de China, de conformidad con el derecho internacional, y protege activamente la seguridad y el libre paso por las rutas marítimas internacionales. El Mar del Sur de China es de hecho una de las rutas marítimas más seguras y libres del mundo. El cincuenta por ciento de los buques mercantes del mundo y un tercio del comercio marítimo internacional, así como más de 100.000 buques mercantes, pasan por él cada año. La libertad de navegación y sobrevuelo en el Mar Meridional de China nunca ha sido un problema.

Las islas Diaoyu (Senkaku) y las circundantes son territorio de China. Las patrullas chinas y las misiones de aplicación de la ley en las aguas de las islas Diaoyu son medidas legítimas adoptadas por China para ejercer su soberanía, de conformidad con la ley, y son respuestas necesarias a las provocaciones japonesas en violación de la soberanía china. Ningún país debe juzgar mal la firme determinación del gobierno chino de salvaguardar la soberanía y la integridad territorial. Al mismo tiempo, la República Popular China sigue comprometida con la gestión y la solución adecuada de los problemas mediante el diálogo y las consultas y ha realizado grandes esfuerzos para mantener la estabilidad marítima. En 2014 se alcanzó un consenso de cuatro puntos en principio entre China y Japón para gestionar y mejorar las relaciones bilaterales. Incluye un entendimiento claro para gestionar la situación con respecto a las Islas Diaoyu y el Mar Oriental de China.

Mientras actúan de acuerdo con la lógica de la Doctrina Monroe, los Estados Unidos de América a menudo utilizan la política de poder, así como acciones hegemónicas e imponentes, para socavar flagrantemente el orden marítimo internacional a fin de mantener su dominio marítimo. En los 246 años de historia de los Estados Unidos, solo hubo 16 años en los que el país no estuvo en guerra con otros. Los Estados Unidos de América operan más de 800 bases militares en 80 países y regiones. Su gasto militar, que ha crecido consecutivamente durante años, representa una cuarta parte del total mundial y es equivalente al gasto militar de los nueve principales países del mundo combinados. Estados Unidos ha propuesto recientemente una solicitud de presupuesto de defensa nacional de alrededor de 813 mil millones de dólares para el año fiscal 2023. Tal gasto militar masivo hace que Estados Unidos sea el primer y único rival. ¿De quién?

Los Estados Unidos de América ignoran la historia y los hechos relacionados con la cuestión del Mar Meridional de China, alimentan deliberadamente las disputas sobre la soberanía territorial y los derechos e intereses marítimos, y siembran la discordia entre los países de la región. Socavan la estabilidad y alimentan la militarización en el Mar Meridional de China. Los datos de las organizaciones relevantes muestran que el número de actividades de reconocimiento cercano de Estados Unidos contra China se ha más que duplicado en la última década. Un promedio de cinco barcos militares estadounidenses navegan actualmente cerca de la costa china todos los días. En 2022, los barcos militares estadounidenses han navegado a través del Estrecho de Taiwán aproximadamente una vez al mes y los grandes aviones de reconocimiento estadounidenses han volado más de 800 veces cerca de China y han violado repetidamente el espacio aéreo de China. Bajo el supuesto de crear problemas en el Mar del Sur de China, Estados Unidos también ha alentado a sus aliados y colaboradores a hacer que sus barcos militares naveguen por el Mar del Sur de China.

En la tarde del 2 de octubre de 2021, el submarino de ataque rápido clase Seawolf USS Connecticut (SSN-22) golpeó un objeto mientras estaba sumergido y operando en aguas internacionales en la región del Indo-Pacífico. Solo una semana después, Estados Unidos emitió una vaga declaración, afirmando que el submarino había golpeado un objeto desconocido. Un mes después, se informó que el submarino “había encallado en un monte submarino inexplorado”. Un informe final sobre el accidente fue finalmente publicado por la Marina de los Estados Unidos el 23 de mayo de 2022, pero no se proporcionó una explicación clara en respuesta a las serias preocupaciones y preguntas planteadas por muchas personas, que incluyen: 1. el objetivo del submarino; 2, la ubicación específica del accidente; 3. si el submarino había entrado en las zonas económicas exclusivas (ZEE); o 4. incluso el mar territorial de otros países; y 5. si el accidente había causado una fuga nuclear o dañado el medio marino.

Los Estados Unidos comenzaron su programa de Libertad de Navegación (FON) en 1979 antes de firmar la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar en Montego Bay el 10 de diciembre de 1982. Desafiando el nuevo orden marítimo, firmó pero no ratificó el Convenio. La firma no implica ninguna obligación para el Estado, sino que simplemente sirve para autenticar el texto: es sólo con la ratificación que el tratado adquiere efecto legal para el país.

El movimiento “astuto” buscaba maximizar la libertad del ejército estadounidense para expandirse sin reglas en los océanos. El Programa FON no es coherente con el derecho internacional universalmente reconocido, hace caso omiso de la soberanía, la seguridad y los derechos e intereses marítimos de muchos países ribereños, y pone en grave peligro la paz y la estabilidad regionales. Su objetivo es promover la supremacía marítima estadounidense bajo el pretexto de la “libertad de navegación”. Muchos miembros de la comunidad internacional, en particular los países en desarrollo, se han opuesto firmemente al Programa FON y es en sí mismo una amenaza para la paz mundial.

 

* Copresidente del Consejo Asesor Honoris Causa. El Profesor Giancarlo Elia Valori es un eminente economista y empresario italiano. Posee prestigiosas distinciones académicas y órdenes nacionales. Ha dado conferencias sobre asuntos internacionales y economía en las principales universidades del mundo, como la Universidad de Pekín, la Universidad Hebrea de Jerusalén y la Universidad Yeshiva de Nueva York. Actualmente preside el «International World Group», es también presidente honorario de Huawei Italia, asesor económico del gigante chino HNA Group y miembro de la Junta de Ayan-Holding. En 1992 fue nombrado Oficial de la Legión de Honor de la República Francesa, con esta motivación: “Un hombre que puede ver a través de las fronteras para entender el mundo” y en 2002 recibió el título de “Honorable” de la Academia de Ciencias del Instituto de Francia.

 

Traducido al español por el Equipo de la SAEEG con expresa autorización del autor. Prohibida su reproducción.

Nota: artículo escrito en julio de 2022.

 

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ENTREVISTA A ALDO LEIVA VGM Y DIP. NAC. – CUESTIÓN MALVINAS: “LA LUCHA POR LA SOBERANÍA DEBE DARSE EN TODOS LOS ÁMBITOS”

Luciano R. Moreno Calderón (UMA)

ENTREVISTA

¿Cómo ves que está la situación actual de la Cuestión Malvinas, tanto a nivel interno como hacia el exterior?

En principio, nosotros tuvimos una enorme dificultad en los últimos 4 años del gobierno macrista, donde no solamente la Cuestión Malvinas, sino todo lo relativo a la soberanía argentina, fue bastardeado, ignorado y puesto bajo una visión totalmente a contramano de los que es el sentir de la soberanía nacional y en particular sobre las nuestras Islas Malvinas.

Creo que ahora hemos retomado una agenda donde el presidente de la Nación puso la Cuestión Malvinas dentro de las prioridades de la Cancillería argentina. Hemos tenido durante estos casi tres años una mirada totalmente diferente a la que se tuvo durante la presidencia de Mauricio Macri y ni hablar lo que significó Cristina Fernández y Néstor en sus gobiernos.

Yo no me olvido nunca que Cristina encabezó (VIDEO 2012) una de las delegaciones frente al Comité de Descolonización, donde planteó, con la maestría que tiene, el concepto que debemos seguir sosteniendo nosotros, y hoy creo que estamos retomando esa agenda, y hay que seguirla, aunque seguramente vamos a chocar y seguir chocando contra el muro que generan las grandes potencias que, a través de la prepotencia de las armas, imponen un colonialismo anacrónico que no tiene ningún justificativo, más que la instalación de una bases militares, no solo del Reino Unido sino de la OTAN, que condicionan no solo a nuestro país, sino a todos los países hermanos de esta región.

Algunos preguntan, ¿que estamos haciendo? Estamos haciendo lo que hay hacer: plantear los debates y nuestras legítimas reivindicaciones, para que las futuras generaciones, a partir y producto de que sigamos reiterando estas demandas, alguna vez esas nuevas generaciones puedan ver cristalizado el sueño de volver a ver flamear la bandera argentina en ese territorio que es nuestro.

– Internacionalmente hay muchos descalabros, como ser la pandemia, la guerra de Ucrania, la salida de Boris Johnson. Como ves este panorama internacional, en lo relativo a Malvinas, ¿vos crees que hay más posibilidades, menos, estamos igual que antes desde el punto de vista internacional?

A nivel internacional veo poco cambio. Es más, hace poco tuve la oportunidad de asistir, ya como diputado nacional, a la última reunión del Comité de Descolonización y también de participar en el Parlamento Latinoamericano en Panamá, y lo que uno percibe es que todos los países latinoamericanos y del Caribe dan un respaldo total y absoluto a la posición argentina. Eso también se vio reflejado luego de la última reunión del Comité de Descolonización, donde tuvimos apoyos muy importantes como China, Rusia, el G77. Pero con eso no alcanza ¿Son importante esos pasos que estamos dando? Si, son importantes, y hay que seguir acentuándolos.

A mí me impactó mucho en Panamá el discurso de uno de los presidentes, cuando nos decía que “hay que insistir, insistir y persistir”, y los funcionarios argentinos, fundamentalmente los que están abocados a la política exterior, a los lugares que vayan, cuando se encuentran con los funcionarios ingleses, sean de la categoría que sean, hay que plantearles la justa demanda de que nos devuelvan lo que nos pertenece. Nosotros demandamos la descolonización, nosotros demandamos que de una vez y para siempre entiendan que están usurpando nuestro territorio. Y la verdad es que creo que esa es la línea que se tiene que seguir, más allá de que muchas veces los teóricos de la política internacional, donde parece ser que hacer política exterior es tener un vocabulario lo más correcto posible y lo más adecuado a los intereses de las potencias extranjeras y no plantear las cuestiones de fondo.

Yo por eso admiro a Cristina. Esa posición que tuvo y tiene no solo a la Cuestión Malvinas, sino a la política internacional en general que mostró durante su gobierno y que le generó muchos ataques de todo tipo, desde afuera y que se replican desde acá adentro.

Volviendo al tema Malvinas, veo que hay avances, pero también veo con escepticismo el accionar de las grandes potencias que sin duda les conviene esta situación y van a seguir haciendo lo imposible para que todo siga como hoy.

– Nosotros tenemos un enorme desafío frente una diplomacia como la del Reino Unido aceitada en hacer lo que hace con Malvinas, que es extraer recursos depredar, militarizar, etc, pero también existen aliados que colaboran con esta situación de alguna manera: caso Uruguay apostadero británico y Chile. ¿Cómo crees que esto tiene que saldarse, como ves esta situación?

Lo que hacen los gobiernos chilenos y uruguayos es lamentable y creo que los argentinos no lo merecemos. Y menos aún quienes ofrendaron su vida por esa causa. Pero también en nuestro país tenemos voceros, de la oposición fundamentalmente, que dicen que esa es la línea a seguir, no solo en la política internacional sino también en lo económico.

Chile, por suerte, hoy está en una situación diferente del punto de vista político, donde sin duda al nuevo presidente le cuesta enormemente la lucha que tiene que dar con ese conservadurismo extremo, donde la doctrina Pinochet sigue muy vigente, y que tiene raíz en una derecha recalcitrante, que va a hacer lo imposible para que no le vaya bien a Boric, ya que si le va bien, sin duda se van a generar otras expectativas, no solo en el pueblo chileno sino para toda Latinoamérica. Así que veo con esperanza la asunción de Boric, que expresó públicamente que las Malvinas son argentinas, porque se contrapone con los voceros, de los anteriores gobiernos chilenos.

En el caso de Uruguay, espero que podamos volver a tener una política como la que tuvimos con Pepe Mujica. Pero nosotros tenemos que seguir buscando una hermandad latinoamericana, y entender que por ahí pasa la cuestión. Como lo soñó San Martín, como lo soñó Perón, y como lo llevaron a la práctica líderes como Lula, Néstor, Cristina, Evo y Correa. Y esa es la línea que tenemos que seguir: de hermandad Latinoamericana en defensa de nuestros intereses, porque ninguna de las potencias extranjeras va a hacer lo que no seamos capaces de hacer nosotros mismos.

– Hoy usted, Veterano de la Gesta de Malvinas y Victoria Tolosa Paz están llevando adelante un proyecto para realizar un reconocimiento histórico a nuestro veteranos. La Confederación de Combatientes de Malvinas de la República Argentina, y varios centros y federaciones provinciales se reunieron con usted por este tema. ¿En qué estado se encuentra este proyecto de ley? ¿Qué va a suceder con los que pidieron la baja antes de la ley actual que viene del año 90?

En principio, el proyecto lo vamos a estar presentando con Victoria el jueves de la semana que viene y espero podamos contar con la participación las organizaciones y centros de veteranos de guerra ex combatientes, porque tenemos que asumir que existen diferentes miradas, y que hemos tenido internas muy duras de las que, si bien no participé, las conozco porque yo fui a Malvinas, combatí en Malvinas, pertenecí al Regimiento 4 del Monte Caseros de Corrientes. Más allá de que soy chaqueño, el servicio militar era obligatorio y con ese regimiento fui a Malvinas.

El proyecto lo vamos a estar presentando públicamente el día jueves que viene con Victoria y vamos a invitar a todas las organizaciones, y la idea es que todos puedan participar y a partir del debate que se dé en diferentes comisiones, la idea es escuchar a todos y poder llegar a un consenso general. Por ahora, lo que yo conozco y percibo, es que hay una decisión unánime de todos los veteranos de no poner palos en las ruedas y esa es la definición del día de la fecha. Asique lo vamos a debatir, lo vamos a trabajar y vamos a hacer todo lo que esté a nuestro alcance para que salga la mejor ley posible.  

– Por último agradecerte la oportunidad de conversar con vos, te admiro por lo que haces e hiciste.

La verdad es que es un gusto encontrar comunicadores que defienden con pasión todo lo que tiene que ver con nuestras islas, y sin duda eso implica reivindicar lo que es nuestro y también implica avanzar en un proceso que tiene que llegar a todos los sectores, que es ese concepto que todos tenemos que abrazar, que es el de la soberanía nacional. Esa soberanía la tenemos que practicar en todos los ámbitos, porque soberanía es luchar para que haya más igualdad y los jóvenes puedan generar su futuro en nuestro país. La lucha por la soberanía se da en todos los ámbitos, y uno de esos ámbitos, uno de los más nobles, es el periodismo, ese periodismo que se hace con pasión y que hoy, en las empresas hegemónicas de comunicación, muchas veces se ignoran estas cosas. Asique a no bajar los brazos y seguir luchando por una Argentina mejor, que es el justo homenaje para quienes dieron su vida por nuestra soberanía en las Islas Malvinas.

Discurso de Aldo Leiva por el 2 de abril de 2022 

#Malvinas40años 

LAS CUESTIONES RELATIVAS AL ATLÁNTICO SUR, MALVINAS Y PESCA DEBIERAN JERARQUIZARSE

César Augusto Lerena*

Imagen de squatdwarf2 en Pixabay 

Por el Artículo 6° se creó la Secretaría de Pesca pero ésta fue vetada por el Decreto 9/68 del Poder Ejecutivo Nacional, por lo cual en la Argentina la Autoridad de Aplicación es la Secretaría de Agricultura y Ganadería que delega las funciones en la Subsecretaría de Pesca y Acuicultura. Ello tuvo origen en una decisión del entonces Secretario del área Felipe Solá, seguramente porque escaparía de su control la cuestión pesquera.

Nosotros entendemos que, por la complejidad y particular actividad de la pesca y la acuicultura, estas son absolutamente ajenas a la Agricultura y la Ganadería; la particularidad de las cuestiones relativas a la explotación de los recursos que se realizan en un ámbito marino, industrial y exportador; la amplitud del territorio marítimo que debe ser controlado tanto desde punto de vista de la explotación pesquera como de la seguridad y la defensa; la relación de la actividad con las cuestiones fluviales, portuarias, industriales navales, de investigación, de desarrollo tecnológico y relaciones ambientales e internacionales, debería crearse una estructura de mayor jerarquía que oficie de Autoridad de Aplicación.

La pesca es una actividad productiva diametralmente distinta a la problemática agropecuaria, por el carácter de explotación fundamentalmente industrial, que combina en un mismo empresario las tareas de extracción de un recurso biológico —mediante sofisticadas artes y equipos— junto a la industrialización de la materia prima y la exportación de los Productos obtenidos, muchas veces en forma directa.

El uso intensivo de mano de obra, combustibles, energía, insumos e inclusive, por su temática específica, donde se requiere personal obrero, técnico y profesional formado y perfeccionado en la especialidad.

Culturalmente los argentinos, donde se ha promovido históricamente las actividades agropecuarias, se dice que vivimos de espaldas al mar. No puede esperarse que sus dirigentes y funcionarios no sean el reflejo de este estilo de vida. En este marco de dificultades de comprensión de la actividad, de desconocimiento de sus potencialidades económicas, la Industria Pesquera Argentina es de las pocas que ha tenido un crecimiento sostenido en las últimas décadas, superando incluso los volúmenes y montos de exportación de las carnes rojas, que nos han caracterizado en el siglo pasado a nivel internacional. Todo ello, pese a un marco macroeconómico desfavorable y políticas extractivistas vigentes hasta nuestros días.

La pesca se vincula fuertemente al tipo de explotación, provocando una actividad inmediata en la comunidad y la región de población e industrialización. La salida de la embarcación a la pesca ocasiona una inmediata ocupación en tierra para procesar las materias primas a desembarcar; aunque, el modelo de los últimos años de pre-procesamiento a bordo e inmediato transbordo para la exportación reduzca la ocupación de mano de obra para beneficio de los países importadores transformadores. Este es el mismo modelo que utiliza la pesca a distancia con los buques de los Estados de pabellón, que son los principales responsables de la PESCA ILEGAL y, por cierto, el modelo que promueven los importadores que le agregan en destino el valor a las materias primas.

La pesca reviste una importancia creciente para los Estados marítimos y, adquirirá mayor significación en el futuro a partir de los avances crecientes en materia de acuicultura y maricultura. Chile, por ejemplo, exportó pese a la pandemia en 2020 unas 800 mil toneladas de salmón y trucha por un valor de 4.389 millones de dólares (en 2019 lo había hecho por 5.127 millones), es decir, más del doble de las exportaciones marinas argentinas. La pesca es muy importante para los Estados provinciales, para sus economías en atención a la radicación industrial y la consecuente ocupación de mano de obra y el asentamiento poblacional que ocasiona. Y será más importante aún, ante la creciente demanda de proteínas de alto valor como la que aportan los productos pesqueros; con la incorporación de tecnologías modernas para resaltar las condiciones propias de la materia prima y presentarla adecuadamente, necesariamente relacionada a la promoción y competencia mundial, que le permite vender a la Argentina productos pesqueros de alta calidad a más de 50 países e ingresar a los mercados sofisticados de Estados Unidos, la Unión Europea y los países asiáticos.

La pesca es aprovechamiento intensivo y racional de un recurso natural renovable, a través de su extracción, industrialización y comercio. Se constituye en una herramienta fundamental para la defensa nacional mediante la ocupación de los espacios marítimos argentinos y el desarrollo regional de la Patagonia. No parece tener mayores puntos de contactos con la Agricultura y Ganadería, que el de encontrarse en la misma área de gobierno, que no entiende el tema, la industria, los negocios ni su rol estratégico en la ocupación del litoral patagónico, el territorio marítimo e insular argentino.

Por ello, promovemos la reforma del Artículo 6º vetado, de la siguiente forma: Artículo 6º. «Autoridad de Aplicación. El Ministerio del Mar, Antártida e Islas del Atlántico Sur dependiente del Poder Ejecutivo Nacional, será la Autoridad de Aplicación de esta ley. Corresponderá al Poder Ejecutivo Nacional adecuar las normas que regulen el funcionamiento de los organismos con competencia en materia de extracción de los recursos marítimos pesqueros; su industrialización; la explotación de acuiculturas y mariculturas; el comercio; la investigación y el desarrollo tecnológico en la materia; las cuestiones pesqueras vinculadas a las operaciones en puertos y a la industria naval pesquera; los acuerdos internacionales de explotación pesquera o investigación pesquera y todas aquellas cuestiones vinculadas directa o indirectamente a pesca o la acuicultura» (César Lerena, “Pesca. Apropiación y Depredación. Bases para una Política Nacional”, 2014). Puede parecer muy pretenciosa la jerarquía en un Estado que debe tiene serias dificultades económicas; pero, agruparía las políticas relativas al Atlántico Sur, sus Archipiélagos y la Antártida y, las cuestiones pesqueras; mercantes; fluviales; portuarias; navales; de investigación; tecnología; desarrollo y consumo. Sin olvidar que la Argentina tiene ocupado por el Reino Unido su territorio marítimo e insular en un porcentual equivalente al 52% de su ZEE. Hay países que tienen un Ministerio y sus ZEE son de una dimensional muy inferior al de Argentina como es el caso de Perú (0,9 M de Km2); Francia continental (0,4 Km2); Portugal (1,7 Km2); Corea (0,5 Km2).

Por supuesto, que ello implicaría dinamizar a tres áreas, como las actuales Secretaría de Malvinas, Antártida y Atlántico Sur de la Cancillería; la Subsecretaría de Pesca y Acuicultura de la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca y, la Subsecretaría de Puertos y Vías Navegables del Ministerio de Transporte, cuyos funcionarios han sido incapaces de generar un nuevo modelo estratégico y ejecutar las pertinentes acciones para desarrollar, generar riqueza y empleo y, avanzar hacia la soberanía nacional en un importantísimo territorio marino e insular del orden de los 6.247.842 Km2. Una miopía donde no se ha entendido que somos un ESTADO MARÍTIMO y que tanto las cuestiones productivas y sociales y respecto a la soberanía plena en Malvinas, no se habrán de alcanzar sino se recupera la administración eficiente del Atlántico Sur.

 

* Experto en Atlántico Sur y Pesca. Ex Secretario de Estado. Presidente de la Fundación Agustina Lerena1. Presidente Centro de Estudios para la Pesca Latinoamericana (CESPEL)2. Autor de “Malvinas 1982-2022. Una gesta heroica y 40 años de entrega” (2021).

(1) Fundada el 21/10/2002; (2) Fundado el 2/4/1989
16 de septiembre de 2022