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LOS BRICS Y LA ARGENTINA

Iris Speroni*

Ilustración: Yuri Laptev

Amigos de todos, casados con nadie.

Este artículo es una continuación de UNA VENTANA AL MUNDO; 2022: EL AÑO EN QUE NO VIVIMOS EN PELIGRO e IMPERIO AUSTRAL. No es imprescindible haberlos leído previamente.

Nuestro Comercio Internacional

Durante el año 2022 la Argentina exportó por U$D 88.446 millones, pico histórico desde 1810 a hoy. El presente año 2023 debería ser para los argentinos uno de prosperidad y festejo.

La continuación económica del Campeonato Mundial de Fútbol.

No.

Deberíamos estar todos gozando un veranito de buenos ingresos.

No.

En su lugar sufrimos inflación, desempleo, sueldos de U$D 200 mensuales y ausencia de reservas en el BCRA.

Las autoridades deberían explicarnos a todos qué hicieron con ese dinero: 

    • Dónde están los 88.446 millones de dólares que obtuvieron los argentinos que trabajan y exportan,
    • Por qué los argentinos no gozamos de la estabilidad monetaria de nuestros vecinos Uruguay, Brasil y Paraguay, los cuales tienen las mismas condiciones internacionales favorables que nosotros,
    • Por qué las reservas del Banco Central no crecen como sí lo hacen las de los países vecinos los cuales gozan del mismo ciclo propicio internacional al igual que nuestro país.

Usted y yo tenemos las respuestas a todas estas preguntas. Eso no quita que las autoridades tengan la obligación de rendir cuentas y nosotros tengamos el derecho a pedirlas.

Dejemos esta triste realidad y vamos a los BRICS.

Los BRICS

Las exportaciones totales del país fueron por todo concepto y a todos los países: U$D 88.446 MM, como ya indiqué.

Los BRICS constituyen un grupo económico de países integrado por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica.

Las exportaciones de Argentina al grupo BRICS ascendieron en el año 2022 a la suma de U$D 26.154 MM.

El destino de las exportaciones Argentina, entonces, es 29,6% a los BRICS y 70,4% al Resto del Mundo.

Se abren de la siguiente manera:

Brasil                             U$D 12.637 MM 

China                            U$D   8.015 MM 

India                             U$D   4.543 MM 

Rusia                              U$D    498 MM

Sudáfrica                        U$D     461 MM

TOTAL                               U$D 26.154 MM

Los BRICS son, también, origen de importaciones relevantes para nosotros.

Argentina importó durante 2022 por U$D 81.523 MM por todo concepto (100%).

De los BRICS importó U$D 35.817 MM, un 43,9% del total.

Así que los números quedan: BRICS, 43,9%; Resto del Mundo, 56,1%.

La distribución es la siguiente:

Brasil                    U$D    15.979 MM

Rusia                    U$D        278 MM

India                    U$D      1.849 MM

China                   U$D     17.516 MM

Sudáfrica              U$D         195 MM

TOTAL                   U$D     35.817 MM

Productos

¿Qué exportamos?

El 75% de nuestras exportaciones a Brasil se concentran en muy pocos productos: vehículos y autopartes (40%), trigo (11%), combustibles y lubricantes (5%), malta y cebada cervecera (5%).

Lo mismo sucede con China. Cuatro productos concentran el 75% de las exportaciones a ese país. Porotos de soja 36%, carne bovina deshuesada y congelada 26%, cebada en grano 8%, sorgo 6%.

En el caso de India la concentración en pocos productos es aún mayor: aceite de soja 68%, aceite de girasol 15%, “confidencial” (SIC) 10%, cebada cervecera 1%, harina y pellets de soja 1%. El resto de los productos se reparten el 5% restante.

Rusia es un comprador menos importante dentro del grupo. El 28% de sus importaciones corresponden al rubro “confidencial”, el resto son productos alimenticios: hígados bovinos congelados 6%, manteca 6%, peras frescas 6%, limones 6%, maníes sin cáscara 5%, camarones 4%,merluzas congeladas 4%, queso duro 3% y despojos bovinos y lenguas bovinas 8% entre ambos rubros.

Sudáfrica fue uno de los pocos compradores de carne vacuna que nos quedaron durante el siglo XX luego de que Europa nos cerró sus puertas. Actualmente exportamos poco a ese país que supo ser un gran cliente nuestro. Productos principales: trigo 24%, “confidencial” 51%, trozos y despojos de gallos y gallinas 5%, rabos de bovinos congelados 2%.

¿Qué importamos de los BRICS?

De Brasil: Vehículos, autopartes, carrocerías 22%, tractores 2%, hierro y pellets de hierro 5%, fuel oil, lubricantes y energía eléctrica 4%. Todo el resto de los productos se dispersa, no llega cada uno de ellos al 1%. Abundan insumos químicos para la industria, excavadoras, motores, calzado, y productos tropicales como café, cacao y derivados.

China es el principal origen de nuestras importaciones. Supera a Brasil. Los productos son diversos. Sólo mencionaré los principales: partes de computadoras, circuitos, etc., partes de electrodomésticos, generadores eléctricos 12%, paneles solares 10%; motos en partes 1%, agroquímicos 7%. Componentes de celulares por U$D 596 MM (4%), herramientas, productos químicos, calzado, telas. Curiosidades:

  • Maquillajes para ojos                 U$D   5.211.662,15
  • Hortalizas                                U$D   5.117.568,80
  • Bombones y caramelos              U$D   5.031.626,57

Para que los productores de té de Misiones sepan en qué se gastan los dólares que el Estado les paga a mitad de precio.

India: Gasoil 25%, medicamentos fraccionados o a granel 22%, vehículos 3%, hilados, prendas de vestir, calzado 9%, neumáticos 2%. El resto distribuido en numerosos productos. 

El futuro

Como he dicho en alguna otra oportunidad, en lo que a Relaciones Exteriores compete, sólo debería importarnos nuestra conveniencia. Amigos de todos, casados con nadie. El eje de nuestro comercio exterior se desplazó desde Europa un siglo atrás (en caída libre desde la posguerra a hoy) hacia los BRICS.

La novedad es la mayor relevancia de EEUU ausente en casi toda nuestra historia, con algunas excepciones memorables [1], al punto de ser hoy el 3º en importancia. Bienvenido sea. Pero no es el tema de hoy.

A nosotros nos conviene ingresar al bloque con quien hoy tenemos nuestro principal vínculo.

Mal nos ha pagado Europa. Luego de haberles matado el hambre toda la guerra y que el Reino Unido declarara el default con el oro que teníamos depositado en el Banco de Inglaterra, prohibieron nuestros productos. No a nosotros en especial. La misma afrenta sufrieron Canadá, EEUU, Australia, NZ y Uruguay. Mordieron la mano que les dio de comer.

Que toda nuestra clase política siga rindiéndole pleitesía a los europeos hoy, como si fuera 1920, es incomprensible.

Saltan a cada capricho europeo (Cambio climático, Amazonas, Acuerdo de París, Global Compact —Acuerdo Migratorio—), como si nuestro destino estuviera atado al de ellos. Señores, no lo está. Ese barco ya partió. Hace décadas.

Con el siglo empezó un mundo nuevo. Lleno de esperanza y buenas perspectivas para nosotros. Se dio vuelta la taba.

Nuestro gran problema hoy no es ni el entorno internacional, ni el deterioro de los términos de intercambio —todo lo contrario—, ni la falta de divisas, todo lo contrario. Todos esos problemas se fueron con el siglo XX.

Nuestra dificultad actual es que toda la dirigencia política, toda, vive en el siglo XX, con los prejuicios de esa época. Lamentablemente incluyo a Javier Milei, quien aporta ideas nuevas en varios rubros excepto en relaciones exteriores.

La mentalidad desfasada de quienes toman decisiones hoy es lo que impide que aprovechemos este ciclo largo TOTALMENTE favorable a nuestro país.

Es nuestra oportunidad para:

    • aumentar las exportaciones del país,
    • mejorar el nivel de vida de la población,
    • invertir en infraestructura,
    • tener pleno empleo, 
    • pertrechar a nuestras FFAA,
    • recuperar las Islas Malvinas.

Necesitamos deshacernos de esta clase política y poner en su lugar una que sea inteligente, formada, que entienda que el viento cambió y que sepa llevarnos por estos nuevos rumbos.

Estemos tranquilos: enfrentamos un ciclo largo (no menos de 50 años) propicio para el país. Es nuestra oportunidad de construir nuestro IMPERIO AUSTRAL.

Es nuestra obligación llevar a la Argentina, octava superficie mundial, al lugar que nos corresponde, esto es ser la octava economía mundial y la octava potencia mundial, en todos los órdenes, incluido el militar.

Es lo que nos toca.

 

* Licenciada de Economía (UBA), Master en Finanzas (UCEMA), Posgrado Agronegocios, Agronomía (UBA).

 

Nota

[1] Ganamos la Batalla de Montevideo con buques comprados en EEUU por nuestro embajador en Washington, el Sr. Thompson, esposo de Mariquita Sánchez.

 

Fuente INDEC

Intercambio comercial argentino 2022

https://www.indec.gob.ar/uploads/informesdeprensa/ica_01_23044100BE61.pdf

Complejos exportadores 2022

https://www.indec.gob.ar/uploads/informesdeprensa/complejos_03_2309E029401F.pdf

Consultas comercio exterior INDEC

https://comex.indec.gob.ar/?_ga=2.259596810.1847343698.1682723652-1001522160.1682723652#/

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Notas relacionadas

Una ventana al mundo

http://restaurarg.blogspot.com/2022/10/una-ventana-al-mundo.html

2022: el año que no estuvimos en peligrohttp://restaurarg.blogspot.com/2023/02/2022-el-ano-que-no-estuvimos-en-peligro.html

Imperio Austral

http://restaurarg.blogspot.com/2023/04/imperio-austral.html

 

Artículo publicado el 29/04/2023 en Restaurar, http://restaurarg.blogspot.com/2023/04/los-brics-y-la-argentina.html.

IMPERIO AUSTRAL

Iris Speroni*

Peleamos por nuestros sueños y somos ganadores; aún luego de un sinfín de reveses.

 

Esta nota es la continuación de: UNA VENTANA AL MUNDO, LLEVAR NUESTRO ORGULLO AL CINE Y TENER UN CINE DEL CUAL ESTAR ORGULLOSOS, QUIERO VER TOP GUN EN EL BAFICI, ARGENTINA NECESITA UN SUBMARINO NUCLEAR, 2022: EL AÑO QUE NO ESTUVIMOS EN PELIGRO, NUESTRA TRAGEDIA: CANCELAR EN 1982 NUESTRO PROYECTO DE NACIÓN, entre otras.

Hoy

No hay que distraerse en el desánimo. La actualidad argentina es penosa. Puede empeorar. Aun así, nos vamos a recuperar.

Sabemos que es una situación fabricada, la cual no responde a la estructura natural de la Nación. Si no fuera por la férrea intervención del hombre (de algunos hombres) no podrían distraernos de nuestro camino de prosperidad.

Volver a la senda que nos corresponde por recursos humanos, naturales, extensión y capital invertido es nuestro desafío para estos próximos años.

Previamente, habrá que limpiar la casa (“Clean house” para usar una expresión gringa).

El futuro inmediato

La Argentina hoy, con todos sus desaciertos a cuestas, es un país relevante en el mundo.

Así lo considera China e India que quieren seducirla para que integre los BRICS.

A su manera, y con su enorme soberbia imperial, de igual forma lo plantea la Generala Laura Richardson, a cargo del Comando Sur del Ejército de los EEUU, en su exposición frente al Senado de su país [1].

No es nuevo

Dos personas a las que se puede querer u odiar, en la década del ‘70 del siglo XX, Henry Kissinger y Juan Domingo Perón, coincidieron —con intereses contrapuestos— en la entidad que la energía, los alimentos y la población tendrían en el siglo XXI [2].

Gris

Vivimos tiempos oscuros. Occidente nos hace padecer un Tratado de Versalles ad hoc: obligación de reducir al mínimo las FFAA, embargo de armas, entrega de las reservas auríferas de los Andes, carta blanca en el manejo del petróleo, control de la Hidrovía en manos de una empresa belga, desafectar el misil Cóndor, desindustrializar el país, subordinación a Brasil, obediencia a la agenda [3] del departamento de Estado.

El próximo paso, que tiene al presidente de Francia como vocero, es que una fuerza internacional (eufemismo por la OTAN) tome control del Amazonas y del Atlántico Sur. Veremos cómo defienden los tantos ambos gobiernos, de Brasil y Argentina.

Parte de los ataques son objetivos, físicos y tangibles (el oro es excavado y exportado mientras Argentina no tiene reservas en su BCRA); parte es simbólico e intangible (colgar banderas multicolor en el frente del edificio de la Cancillería).

El objetivo inmediato de los interventores (connacionales nuestros) es desanimar a la población de una eventual rebelión al status quo.

La entrada es Ezeiza

La verdad es muy otra que la horrible que imponen los gobernantes (tenernos pobres significa mantenernos subyugados y mendicantes) y distinta de la que amplifican los medios de comunicación que les responden (casi todos).

Estamos en un momento de softpower único. Tal vez el punto de inflexión haya sido el Mundial de Fútbol. Probablemente se viene caldeando a fuego lento desde hace bastantes años. Lo simbólico se corresponde con lo real y viceversa.

El siglo XX cambió los términos de intercambio y terminó con el monopolio de comercio internacional por parte de Occidente. Se incorporaron como clientes India, China, Vietnam y más modestamente Rusia, Arabia Saudita, Egipto, Magreb. Subieron los precios internacionales de lo que nosotros vendemos. Es nuestro momento. Y, por lo menos, durará hasta 2050 o más.

El mundial expuso —y el establishment no tuvo rapidez de reflejos para amortiguar o tapar la onda expansiva— que el pueblo común (que incluye a los humildes, a los trabajadores y a gran parte de las clases medias) tiene valores en las antípodas de la élite. Son valores como la valentía (en oposición de la cobardía y el lloriqueo), ser protagonista de la propia vida (y no jugar a ser víctima), amar a la Patria, la familia y agradecer a Dios por la buena fortuna. Todo eso es aborrecido por la élite porque lo ven, correctamente, como desafío a la nueva religión que desean instalar.

Las oportunidades del pueblo para hacer profesión de fe hoy son pocas. Los festejos del mundial. Alguna fiesta patria en el interior del país [4], el desfile militar por el 9 de Julio del 2016 [5], las jineteadas, las procesiones al Gauchito Gil, a la Virgen, a la Difunta Correa, al aniversario del fallecimiento de Güemes. Poco más. Pero si algo quedó claro con el triunfo de la copa del mundo fue que a la primera oportunidad, y cuando el poder se descuida, los argentinos, cual cucarachas, salimos de nuestros escondites y con orgullo desfilamos. También queda claro, aunque la gente fina, superada y rivadaviana de Buenos Aires se fastidie, que las Malvinas son un símbolo de identidad.

Softpower

Nosotros no somos maestros en el tema. Debemos aprender de quienes sí lo son. Como podamos, hay que ejercerlo, sin ceder un centímetro.

El primer paso es restaurar la autoestima de nuestro pueblo. Resaltar todos nuestros puntos fuertes. Los premios internacionales, ya sean científicos o deportivos o de ballet, canto lírico o clavicordio.

Amigarnos con el éxito y ser refractarios al fracaso.

La sensación de logro se expande y nos cubre a todos. Del atleta (ya sea la selección de fútbol, el equipo de Copa Davis o en los JJOO) hacia todos aunque uno tenga que rebuscárselas cartoneando.

Nos permite seguir un día más. Celebrar la vida. Este programa se puede empezar en lo inmediato.

Complementariamente hay que tener un proyecto, lo más detallado posible, para cuando logremos llegar al gobierno (que no es el poder). En artes, comunicación, educación que implique desandar la destrucción de estas últimas décadas y volver a valorizar no sólo nuestros logros sino armar un andamiaje para la construcción de éxitos futuros. Además de permitir que atletas y artistas alcancen su máximo potencial.

El primer paso del largo camino hacia el Imperio

Asimismo tenemos que tener un plan nacional para recuperar nuestra prosperidad y una estrategia geopolítica para insertarnos en el mundo.

En cuanto al plan nacional económico, escribo sobre el tema desde hace años. Aumentar las exportaciones (mediante baja de impuestos y divisa a precio libre), triplicar el área fértil del país por un esquema de riego/control de inundaciones. Mejorar el nivel de vida de la población mediante: 1. pleno empleo, 2. alto salario (objetivo U$D 1.400 mensuales), 3. eliminación de impuestos a los alimentos, combustible, servicios públicos. Conectar al país en flete (FFCC, sistema de cargas aéreas, puertos, hidrovía) y comunicaciones. Fibra óptica y satelital para todo el país. Redistribuir la población por todo el territorio.

En cuanto a la parte financiera: dinero fuerte (si hay que volver al patrón oro, lo haremos), reservas en oro, ahorro de las familias. (Esto último lo escribí en detalle).

Gasto público consolidado: 25% del PBI. Sistema impositivo simplificado: pocos impuestos, bajas alícuotas, sin adelantos impositivos.

Reconstrucción del capital familiar: propiedad de la casa y del auto, sistema de autoproducción de alimentos en todos los casos que sea posible. En fin, descripto en ENDURO, no voy a aburrir.

Social. Cuidar la salud de la población: prevención, detección temprana de enfermedades, controles periódicos, sistema de asistencia. Especial énfasis en niños, madres y ancianos. Educación: deshacer la aberración desde el Congreso Educativo a hoy. Volver a procedimientos, normas de disciplina, contenidos y formación docente pre diciembre 1975. Reinstalar el festejo de fechas patrias y religiosas. Eliminar todas las prohibiciones instaladas antifecundidad y antireligión (edictos contra las reinas de belleza y las procesiones religiosas).

Duro. Rearmar Fuerzas Armadas. Aumentar dotación. Mejorar sueldos. Acabar con la delincuencia común y pacificar al país. Administrar justicia. Volver a determinar cuáles son las industrias estratégicas y asegurar la autoprovisión y generación de excedentes exportables (ej. fertilizantes, plaguicidas, maquinaria agrícola). Ser autónomo en fletes de comercio exterior. Rehabilitar astilleros. FFMM. En fin, ya fue descripto.

Deuda externa. Nuestra gran ancla atada al cuello. Hay que deshacernos de ella y para siempre, como hizo Rusia en el siglo XXI. Es nuestro puntapié inicial para el camino de crecimiento. Habrá que aprender de quienes se sacaron ese San Benito de encima y repetir lo que sea aplicable. El objetivo es que Argentina tenga cero deuda externa en 10 años. Es totalmente posible por dos razones: 1. el dólar cae de precio y nuestra deuda está en dólares y a tasa fija; 2. el plan económico que propongo implica quintuplicar las exportaciones y llevarlas en poco tiempo a 500 mil millones de dólares anuales. Nuestra principal preocupación es que ahora seres como Massa no contraigan deuda a tasa variable (como hizo Martínez de Hoz).

Geopolítica – El Imperio Austral

El presidente de China sostuvo en su discurso para conmemorar los 100 años de existencia del Partido Comunista que habían terminado con la era de la humillación. Se refiere a la primera guerra del opio, cuando Gran Bretaña invadió China.

Nuestra era de humillación comienza con el embargo de armas que impone el Reino Unido luego de la Guerra del Atlántico Sur (algunos arguyen, razonablemente, que comenzó en el golpe de 1976 con el endeudamiento criminal de nuestro país).

Ahora tenemos que diseñar el camino de la reconstrucción. Que debe ser económica, mental y moral.

El Imperio Austral implicará: recomponer, mínimamente, lo que era el Virreinato del Río de la Plata, tal vez como una confederación de naciones. Bolivia, Paraguay, Uruguay, Guinea Ecuatorial, la Antártida Argentina, nosotros y quien se quiera sumar. Probablemente conectarse cultural y económicamente con el Río Grande del Sur.

Establecer excelentes relaciones con los países de Asia, África y musulmanes del Magreb y Medio Oriente. Explotar la admiración que sienten por nosotros los habitantes de las ex-colonias británicas, que saben de qué se trata ese yugo. Y la gran fórmula: exportar, exportar, exportar. Esto les permitió a China e India: acumular capital industrial, agropecuario, inmobiliario y tecnológico (al retener las rentabilidades obtenidas), invertir fuertemente en educación, salud y vivienda; tener FFAA a la altura de los recursos a defender. En algún punto, es lo mismo que hizo Argentina en su período de paz (entre la Guerra de Paraguay y los Años de Plomo).

Con una economía fuerte, sin deuda soberana, con una buena administración de la cosa pública (paz interna, unión, justicia, respeto a la libertad de las personas) lograremos el fortalecimiento del patrimonio individual y familiar: salud, capacitación, educación, artes, vivienda, ahorros.

Para ser lo que queremos hacer, no alcanza con la actual población (esto suena raro cuando la mitad de la fuerza laboral se encuentra desocupada o subocupada). Debemos a) volver a las familias numerosas e incrementar el índice de fertilidad mediante un plan de apoyo a la natalidad, b) invitar a todos los cristianos del mundo, en particular de Occidente, que se vean perseguidos por la élite que les gobierna, a instalarse aquí. Nuestro softpower es seductivo.

Ingresaremos a una nueva era. Ocuparemos el lugar que nos corresponde por ser el país con la octava superficie más grande del mundo. Debemos ser una de las 10 potencias mundiales.

No somos como el gobierno nos quiere pintar. Ellos nos quieren cobardes, ventajeros, pusilánimes, acomodaticios. Somos todo lo contrario. Peleamos por nuestros sueños y somos ganadores; aún luego de un sinfín de reveses.

Hacia el Imperio Austral. El primer paso ya lo dimos.

* Licenciada de Economía (UBA), Master en Finanzas (UCEMA), Posgrado Agronegocios, Agronomía (UBA).

 

Notas

[1] Resaltó la importancia estratégica de los yacimientos de litio en Bolivia, Chile y Argentina.

[2] Kissinger propuso como política de Estado (de EEUU) asesinar la mayor cantidad posible de niños del Tercer Mundo, y mejor aún, evitar que fueran concebidos ya que, según sus palabras, representaban un riesgo bélico para su país de adopción y además utilizarían recursos naturales que los estados desarrollados necesitaban para sí. Por el contrario, Perón entendió —al igual que Juan Bautista Alberdi [«gobernar es poblar»]— que la mejor defensa de nuestra Patria era el nacimiento de niños.

La existencia de humanos dificultaba, al entender del Pentágono y de la administración Nixon, la apropiación de materias primas y otros recursos en los países subdesarrollados. Estas dos miradas quedaron evidenciadas en la Conferencia de Bucarest de 1974, organizada por UNICEF. Ese día ganó la votación la República Argentina. Pero quien ríe último, ríe mejor.

En este caso, quien se ríe por ahora, es el gobierno de los EEUU. El jefe de Gabinete, Agustín Rossi, se ufanó, días atrás, en nombre del gobierno argentino, de haber asesinado a más de 150.000 compatriotas en sólo dos años. Como lo quería Kissinger y su amigote Robert McNamara.

[3] Aborto, LTGB, calentamiento global (Ley de Humedales), destrucción de la flota mercante, privatización de los puertos, expoliación del Atlántico Sur, y varios etcéteras más.

[4] En Capital Federal y en las grandes ciudades están censuradas. Tampoco son festejadas en la televisión abierta.

[5] Que fue un 10 y el presidente de la Nación se ausentó a mitad del acto en Tucumán el día anterior, 9. Alberto Fernández directamente no va.

 

Notas relacionadas

El mito fundacional

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Una ventana al mundo

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2022: el año que no estuvimos en peligro

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Llevar nuestro orgullo al cine y tener un cine del cual estar orgullosos

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Quiero ver Top Gun en el BAFICI

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Argentina necesita un submarino nuclear

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ENDURO

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Viena celebra su nueva religión

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Manifiesto APL – Arte y Pensamiento por la Libertad

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Nuestra tragedia: cancelar en 1982 nuestro proyecto de Nación

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La nueva conquista del desierto

http://iris-speroni.blogspot.com/2018/08/la-nueva-conquista-del-desierto.html

 

Artículo publicado originariamente el 01/04/2023 en Restaurar, https://restaurarg.blogspot.com/2023/04/imperio-austral.html.

LUZ, CÁMARA, ACCIÓN – A LA BÚSQUEDA DE AMIGOS Y SOCIOS

Iris Speroni*

¿Quiénes son nuestros amigos? ¿Quiénes nuestros socios? ¿Quiénes deberían serlo? Esas son las preguntas a hacernos.

 

Nuestra clase dirigente tiene la mente fija en un pasado que no existe más. No sólo es una visión obsoleta, sino contraproducente. El noratlantismo (EEUU+Unión Europea) no es más el centro del universo.

Comentario previo: el artículo tiene varias notas al pie, que explican (o tratan) las afirmaciones vertidas. Sin perjuicio de ello, se puede leer sin recurrir a las mismas.

 

La Argentina debe pensar su comercio exterior en el marco de su política general de relaciones exteriores. O al revés. Pensar sus relaciones exteriores en base a sus intereses comerciales.

Los intereses políticos e ideológicos y los comerciales no siempre coinciden, por lo cual es una línea fina que se debe sortear. Hay que pensar y pensar mucho, para no equivocarse.

Argentina durante un siglo tuvo de principal socio comercial a Europa [1]. Por razones culturales y lazos comerciales del siglo XIX y primera mitad del siglo XX, la dirigencia argentina siempre ha mirado a Europa como socio político y comercial. Hace mucho que eso no es verdad.

Durante los viejos buenos años de intercambio comercial argentino con Europa (1890-1950), los argentinos supimos transformar esa riqueza en:

    • enriquecimiento de las familias (no de la oligarquía como erróneamente expone la izquierda, sino los pequeños patrimonios personales: la casita, el almacén de ramos generales, la fábrica de ladrillos, la flota de camiones, mandar al hijo a la facultad, comprar el campo si se arrendaba, genética animal, maquinaria agrícola, maquinaria metalmecánica, etc.) y,
    • gran inversión pública: miles de escuela-palacio en todo el país, hospitales que eran de punta en su momento, el Instituto Malbrán (1916), universidades, fundación de ciudades, edificios públicos, palacios de tribunales, teatros, FFAA bien pertrechadas y formadas.
El divorcio

A partir de la década del ‘50, la entonces Comunidad Económica Europea decide autoproveerse de alimentos [2].

Es por todo esto que la segunda mitad del siglo XX es, en comercio exterior, un largo peregrinar en el desierto para nosotros, los argentinos. Inventamos lo imposible e intentamos todo. Encerrarnos sobre nosotros (substitución de importaciones), en una reproducción especular de la demencia europea. No funcionó. Buscar nuevos mercados (exportamos carne a Sudáfrica y Rusia); funcionó a medias.

Mientras Henry Kissinger explicaba que quien controla los combustibles y los alimentos, controla el mundo, los gobernantes argentinos se abocaron a reducir las producciones de ambos [3].

Y de repente todo cambió

A principios del siglo XX China ingresó como compradora al mercado mundial de alimentos en particular y de materias primas en general (combustibles, minerales). Con sus excedentes de exportación compró (y compra) oro y bonos de los tesoros norteamericano y europeos.

Al tiempo ingresaron al mercado mundial como demandantes India, Indonesia, Viet Nam, Pakistán.

Empujaron a la suba los precios de alimentos, forraje, combustibles y minerales. Es un ciclo largo que está para quedarse. Y gran parte del comercio y el poder internacional mutó del Atlántico Norte (EEUU+Europa Occidental) a Asia.

En ese lugar estamos.

Nos quedamos en el andén

Argentina ya desperdició 20 años de bonanza, con la cual hubiéramos podido construir nuestro capital privado y público.

En el siglo XXI la clase política no dejó que los privados se armaran de su capital y no invirtió en bienes públicos [4].

Todo ese dinero desapareció.

El superávit comercial de 189 mil millones de dólares 2000-2022 se esfumó.

El Futuro

Según los intercambios comerciales de 2022, nuestro principal socio comercial como grupo es el Mercosur y como individual, Brasil. Esto sucede, en gran parte, porque al tener arancel cero, el comercio se desvía a Brasil [5].

El segundo socio es China, con quien tenemos un gran déficit. Dos razones: exportamos poco (no tenemos excedentes de carne de cerdo, el gobierno deja exportar carne vacuna con cuentagotas, otros productos no son competitivos por el tipo de cambio —vino fino—, o sin inversión suficiente —cereza, frutas finas, acuicultura—) y subvencionamos las importaciones con un tipo de cambio barato, lo que hace que el mercado nacional se inunde de baratijas donde el Estado pone la mitad del precio. Sin un tipo de cambio subsidiado, si el importador pagara el precio real, gran parte de las importaciones chinas de productos terminados bajaría notablemente. De todas formas la apuesta tiene que ser a crecer y no a caer. Deberíamos exportar U$D 4.000 millones de carne porcina [6], U$D 4.000 de quesos, ver que la pesca sea exportación local y no captura por izquierda. Con dos o tres toques podemos compensar la balanza comercial.

El tercer socio comercial es EEUU. Exportamos varias cosas, desde aluminio, petróleo crudo a carne vacuna (!). Es un muy buen indicio. Históricamente el intercambio entre nosotros fue pequeño. Es una relación comercial que hay que cultivar y las oportunidades para crecer, de ambas partes, son abrumadoras.

Los países de la Unión Europea no tienen peso en forma individual pero el bloque constituye un poco más del 20% del intercambio total de nuestro país. Con la tesitura extremadamente restrictiva del bloque, parece difícil acrecentar los volúmenes, y tal vez ni valga la pena la energía que esto implica. Están llenos de requisitos, desde dominar sobre el Amazonas hasta cómo tratamos a los pueblos indígenas. Tal vez sea mejor destinar toda esas horas-hombre de negociación a mercados más benignos, como son Medio Oriente, el Magreb y la estrella: el sudeste asiático. Eso no quita que uno cumpla con las formalidades y los protocolos, en caso de que los europeos bajen un poco las pretensiones.

Chile es un muy buen cliente nuestro y hay que conservarlo.

Las niñas bonitas de nuestro comercio exterior, con quien tenemos superávit, además de Chile, son el Magreb, Medio Oriente, India, Vietnam más el resto del sudeste asiático. No sólo eso, sino que lo que exportamos actualmente es sólo una fracción de nuestras posibilidades.

Dos mercados posibles con poco volumen actual: países asiáticos de la órbita norteamericana (Japón, Corea del Sur, Taiwán) y África sub-sahariana. Podrían ser grandes clientes nuestros. Es cuestión de ponerse el mameluco. En el caso de alimentos con los países asiáticos citados, tienen altos estándares sanitarios. Paraguay ya está en proceso de verificación. En el caso de África, es saber qué necesitan y mejorar la oferta. Es un mercado en crecimiento (algunos son petroleros, otros exportan a China e India y cuentan con recursos).

Resumen

La nueva política de Relaciones Exteriores y Comercio Exterior necesita un cambio de la estructura mental de los gobernantes. O un cambio de gobernantes.

Necesitamos que quien esté al frente de los destinos de la Nación se saque el embeleso por los países del Atlántico Norte (EEUU+Unión Europea). Dejar de ser alcahuetes abyectos. Por varias razones:

    1. porque un país de la OTAN tiene ocupado parte de nuestro territorio,
    2. porque la UE es un cliente difícil y nuestro intercambio es deficitario,
    3. porque existe un mundo mucho más grande ahí afuera.

Debemos ingresar a los BRICS. El futuro está ahí. Son nuestros clientes, nos apoyan en la ONU por nuestros reclamos en Malvinas, creen que somos gente valiosa (lo dijo con claridad el presidente chino hace unos meses). Con cautela y sin casarse con nadie, es por ahí.

Continuar el intercambio con países de América Hispana (Chile y Perú son muy buenos clientes).

Aumentar las exportaciones a Medio Oriente y Magreb. Tener representaciones comerciales sólidas, permanentes y con recursos, asistir a todas las ferias, dar a conocer nuestros productos, entender sus necesidades, fomentar en lo posible.

Abrir África.

Aumentar el comercio con Japón. Las nuestras son economías complementarias con enorme potencial, tenemos una historia de amistad desde la segunda presidencia de Roca a hoy. Es un mercado para cortejar.

Pero uno no puede entender el comercio exterior en el vacío sino con sus limitantes geopolíticas, culturales, religiosas, militares.

Por lo tanto creo que la base debe ser volver a las fuentes de política internacional que estableció el presidente Roca: amigos de todos, casados con nadie. ¿Nosotros? Neutrales. Esta línea internacional nos permitió sobrevivir relativamente indemnes ambas guerras mundiales.

Objetivos comerciales

Plantearse como primer objetivo llegar a los U$D 300.000 millones anuales de exportaciones, para luego aspirar a U$D 500.000 millones. 

Lograr amplios excedentes de balanza comercial. Invertirlos en oro y plata (reservas), infraestructura y pertrechos para las FFAA, las cuales deberán estar en su mejor nivel posible por una sola razón: no ser arrastrados a ninguna guerra que las potencias provoquen.

No van a ser las actuales autoridades (FdT o JxC) quienes planteen esto a la población. Hacerlo requiere enormes cambios internos que no están dispuestos a promover. Para llevar las exportaciones de carne de U$D 4.000 millones anuales a U$D 40.000 millones, tenemos que triplicar el rodeo. Para poder hacerlo hay que:

    • Reactivar FFCC.
    • Dejar que el sector privado invierta en frigoríficos en todas las localidades del interior.
    • Que los privados tengan rendimientos suficientes los cuales justiquen el riego e inversión en instalaciones.
    • Tener un dólar competitivo.
    • Invertir dineros públicos en caminos rurales. Sacar los impuestos al combustible.

Son una gran cantidad de cambios concatenados que los actualmente enquistados en el poder no van a realizar.

Podemos ir caso por caso con las aberturas de aluminio, las cerezas, muebles de madera, arvejas, miel, o material quirúrgico. Todo requiere un ordenamiento distinto del país opuesto al que ambas coaliciones gubernamentales nos ofrecen: tipo de cambio atrasado, alta tasa de interés (Leliqs), emisión para cubrir gasto público, planes sociales para mantener a la mitad de la población en negro, no invertir ni una moneda en infraestructura, controlar el precio de los alimentos para que la población no los ahorque. Esta película la conocemos. Es la que vemos desde hace décadas.

Otra Película

¿Y si filmamos esta otra, la que yo propongo, aquélla en que exportamos el triple, la gente gana U$D 1.400 mensuales de promedio, hay pleno empleo, poblamos el interior; hay caminos rurales, FFCC, puertos, flota; y somos todos felices?

Luz, cámara, ¡Acción!

* Licenciada de Economía (UBA), Master en Finanzas (UCEMA), Posgrado Agronegocios, Agronomía (UBA).

 

Notas

[1] Contrariamente al mito popular de que el único destino de las exportaciones era Gran Bretaña, ésta recibía aproximadamente el 50% del total. El destino del otro 50% era mayormente Europa Continental y Brasil.

[2] Varios factores influyen en esa decisión. El miedo al hambre sufrido en la segunda guerra mundial, la necesidad de apaciguar a los votantes del interior agrícola francés, darle un mercado cautivo a la industria química de fertilizantes y a la metalmecánica de maquinaria agrícola alemana. Así De Gaulle logró consolidar una parte de su base electoral y Alemania alambró un mercado cautivo. Ganar-Ganar.

Esa decisión fue catastrófica en varios frentes. Los primeros damnificados fueron los países proveedores de alimentos a los países de la CEE (EEUU, Argentina, Uruguay). La cantidad de damnificados se amplió cuando el Reino Unido ingresó a la Comunidad. Por esa acción quedaron afuera, además, Canadá, Australia y Nueva Zelanda; los que fueron beneficiados por un período de adaptación de 10 años en el cual gozaron de cuotas decrecientes. 

Debido a los altos subsidios a la producción, la zona de CEE comenzó a tener excedentes (granos, manteca, aceites, carnes) los cuales vendieron a precio dumping en el mercado, generando distorsiones; o lo “donaron” a África vía organismos internacionales.

En el primer caso el precio dumping perjudicó aún más a los países productores genuinos, ya nombrados. Tuvimos (EEUU, CAN, AUS, NZ, ARG, URU) no sólo que salir a buscar nuevos mercados sino a competir con productos europeos subsidiados. Una pesadilla.

En el segundo caso, lo que en un primer momento puede verse como un gesto de buena voluntad y caridad cristiana (“donamos alimentos a los países pobres de…”), en realidad provoca una ruptura gravísima y a veces irreparable de las estructuras productivas internas de los lugares de destino. ¿Qué hace un labriego congoleño cuando el gobierno reparte trigo/maíz gratis entregado por FAO/UNICEF/etc.? Quiebra. Pierde su tierra. Debe emigrar a la ciudad.

A EEUU no le fue mejor. Los estados productores de alimentos se vieron largamente perjudicados por la política europea. Tuvo enormes consecuencias internas que resurgieron brutalmente durante la campaña electoral de 2016 la cual dio por ganador a Trump. Sin embargo se trata de movimientos internos de décadas de maduración. Los estados productores de alimentos perdieron importancia política y económica dentro de la Unión, al sufrir una retracción del precio relativo de su producción. El gobierno de EEUU, a través de la influyente Secretaría de Agricultura, ensayó diferentes soluciones para evitar las quiebras masivas de productores: subsidios directos, biodiésel y alconafta como forma de estimular la demanda y así subir el precio, compras para el sistema de seguridad social (en 2016 los EEUU tenían 50 millones de planes sociales). Aún, a pesar de todas las políticas aplicadas, esos estados perdieron (hasta ahora irreversiblemente) el poder que mantenían hasta mediados del SXX. Esto fortaleció a las aristocracias de Nueva Inglaterra y la Costa Oeste y desplazó a la insignificancia al Sur y al Medio Oeste.

[3] Por más de 70 años no hubo ninguna política seria de aumentar la producción agropecuaria y las políticas energéticas fueron más que volubles, llenas de marchas y contramarchas.

El presidente Perón, en 1973, en la presentación del Plan Trienal, sostuvo que debíamos abrazarnos a la actividad agropecuaria y ser líderes mundiales en la exportación de alimentos. Llevar riego a las zonas áridas, convertir todo el Chaco en una zona fértil y regada (un tomo entero del Plan Trienal está dedicado al Chaco), triplicar los rodeos vacunos, ovinos y caprinos. Generar excedentes exportables de carne vacuna mediante la sustitución en el mercado doméstico con carnes rojas de otros animales. En fin, todo se dijo en tiempo y forma.

[4] Ni siquiera hay caminos rurales. Ni siquiera compran forraje para la vaca que les da la leche y que tienen atada.

[5] Ejemplo: si un VW en Brasil sale U$D 12.000 y en Alemania U$D 10.000, pero en el primer caso tengo arancel cero y en el segundo 30%, entonces tengo que el brasileño cuesta U$D 12.000 [U$D 12.000 x (1+0%)] y el alemán U$D 13.000 [u$D 10.000 x (1+30%)]. Termino comprando a Brasil cuando es un producto más caro (y probablemente de peor calidad). En situación no deformada de comercio compraría el auto en Alemania. Gran parte del comercio con Brasil se explica por este “desvío”.

[6] Hecha por productores locales en granjas de no más de 200 madres y si es posible 50, para darle lugar al pequeño y mediano productor.

 

Notas relacionadas

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Fuente

INDEC – Comercio exterior – Vol. 7, n° 1. Intercambio comercial argentino – Cifras estimadas de diciembre de 2022

https://www.indec.gob.ar/uploads/informesdeprensa/ica_01_23044100BE61.pdf

 

Artículo publicado originalmente el 11/02/2023 en Restaurar, http://restaurarg.blogspot.com/2023/02/luz-camara-accion-la-busqueda-de-amigos.html