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LA RELEVANCIA DEL GRAN CARIBE EN LAS RELACIONES DE CHINA CON AMÉRICA LATINA

Ruvislei González Saez*

Introducción

El avance de la relaciones de China en la región de América Latina y el Caribe se ha potenciado de manera desigual. Si bien puede destacarse un crecimiento de las relaciones político-diplomáticas, económico-financieras e incluso la participación de la región a la iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI), lo cierto es que aún quedan muchos espacios por seguir profundizando los lazos.

Dentro de la región, es importante mencionar los vínculos de China con el Gran Caribe. Entiéndase Gran Caribe como la subregión que agrupa al Caribe insular, Centroamérica, Panamá, Venezuela y por lo menos a partes de Colombia y de México (Gaztambide, 2003). La importancia de China y sus relaciones deviene a partir de la necesidad del estudio de la incidencia de la gran nación asiática en el mundo por su peso creciente como potencia global y su dinámica en el contexto de las relaciones internacionales.

Las relaciones de China con esta parte del mundo son históricas, devenidas desde siglos pasados con la llegada de los primeros chinos a las costas de la región. Sin embargo, debe entenderse las relaciones formales con la Nueva China posterior a 1949. Luego del establecimiento de la República Popular, no fue hasta 1960 que se concretaron las primeras relaciones diplomáticas con el hemisferio occidental. El primer país fue Cuba, que de una manera única, mediante una propuesta pública del líder de la Revolución Cubana, Fidel Castro en la Plaza de la Revolución al pueblo habanero solicitó formalizar los vínculos diplomáticos con Beijing.

En 1971, la Organización de Naciones Unidas (ONU) reconoció a la República Popular China de manera oficial. En ese momento, la mayoría de los países caribeños decidió mantener su reconocimiento a Taipéi, con el cual mantenían importantes relaciones desde 1949. De ahí que uno de los principales conductores que ha marcado la política exterior de China hacia el Gran Caribe ha sido precisamente la cuestión de la provincia china de Taiwán por el reconocimiento diplomático de los países caribeños.

Posteriormente, el segundo país con el que China estableció relaciones diplomáticas en la subregión del Gran Caribe fue con México en 1972. En el propio año, también se formalizaron con Guyana y Jamaica. Posteriormente en 1974 con Trinidad y Tobago, en 1976 con Suriname, 1977 Barbados, 1980 Colombia y 1983 Antigua y Barbuda (Qin, 1997, p. 64). En el siglo XXI otros países continuaron estableciendo relaciones hasta el 2018 cuando República Dominicana y El Salvador rompieron relaciones con la provincia china de Taiwán para establecerla con Beijing.

Actualmente, de un total de 15 países en el mundo con los que China no tiene vínculos diplomáticos, ocho se encuentran en esta subregión. Particularmente Belice, Honduras, Nicaragua, Guatemala, Haití, San Cristóbal y Nieves, Santa Lucía y San Vicente y las Granadinas (imagen uno). Ello evidencia la necesidad de elevar la proyección de Beijing hacia el área, la que deviene en estratégica, no solo por la variable Taiwán, sino también por ser la subregión de mayor cantidad de países interesados en la Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI) y por la proximidad a los Estados Unidos.

Imagen 1: Países del Gran Caribe con relaciones diplomáticas con la provincia china de Taiwán.
Fuente: Elaboración de autor.

En relación con algunos países se ha especulado que podrían continuar rompiendo relaciones con Taipéi para establecerlas con Beijing. Luego de las últimas rupturas de 2018, se especulaba que Belice iba a ser el próximo a partir de la revisión de la política exterior por parte de la administración de Dean Barrow, pero con la visita de la presidenta de la provincia china de Taiwán, Tsai Ing-wen en ese mismo año, los dos actores se comprometieron a profundizar vínculos. Otros dos han sido Nicaragua y Haití. Este último se encuentra en un complejo escenario interno en el que no ha podido atender debidamente su proyección externa en el tiempo reciente.

Santa Lucía luego de establecer relaciones con China en 1997 y desconocer a Taipéi, retornó la decisión en 2007. San Vicente y las Granadinas y San Cristóbal y Nieves establecieron relaciones con Taiwán en 1981 y 1983 respectivamente.

Luego de la última ruptura en 2018, la situación ha sido más impredecible. Ante los temores de la provincia china, no fue casual que la presidenta, Tsai Ing-wen, realizara una gira del 11 de julio hasta el 22 de julio de 2019 con la necesidad de reforzar en esta área los acuerdos con los países que hoy aún tienen relaciones con su país. Ing-wen visitó Haití, San Cristóbal y Nieves, San Vicente y las Granadinas y Santa Lucía.

Las relaciones diplomáticas de estos cuatro[1] países con Taipéi constituyen uno de los ejes del debate en la región, en tanto afectan la profundización de los vínculos regionales a través de mecanismos puntuales del área como el Mercado Común Centroamericano (MCCA) y la Comunidad del Caribe (CARICOM). La naturaleza predominantemente bilateral, de estas relaciones podría generar competencia entre los Estados caribeños por el acceso a la asistencia (Montoute, 2013) y el mercado chinos.

Para la mejora de la presencia de China particularmente en el Caribe Insular es importante tener en cuenta los elementos que atentan contra la subregión en su relacionamiento con actores como Estados Unidos o la Unión Europea (UE). En el entorno hay críticas hacia algunos de los mecanismos como los Acuerdos de Asociación Económicas (EPA). Muchos son los factores como la escasez de infraestructuras, el retraso en las diversas formas de producción o la imposibilidad de cumplir con requisitos de calidad establecidos por la UE, lo que demuestra que la capacidad de competencia es muy desigual. El impacto sobre el sector de producción agrícola podría ser muy importante con el consecuente riesgo de disminución de la Seguridad Alimentaria.

En este escenario, China no debería repetir las tradicionales formas de relacionamiento de las grandes naciones occidentales, sino que con su fortaleza de capacidades de desarrollo de infraestructura en el marco de BRI, se pueden potenciar redes articuladoras de conexión intrarregional y aumentar la infraestructura y las capacidades de ambas partes sobre la base del mutuo-beneficio. Es ahí donde se abren espacios para repensar la forma de relacionamiento de China con el Gran Caribe en general y ello puede ser una razón para poder acercarse a mecanismos que agrupen a todos los Estados del área como la Asociación de Estados del Caribe (AEC) o incluso la creación de un mecanismo que puede ser 14+1 (los 14 miembros de BRI en la subregión más China). En ese sentido, promover una forma de cooperación desde el enfoque de la cooperación del Sur Global y no desde una perspectiva de relaciones asimétricas. 

Relaciones político-diplomáticos de China con el Gran Caribe

En el actual contexto de relacionamiento político-diplomático bilateral, China tiene relaciones con la mayoría de los Estados excepto con los ocho países mencionados anteriormente. Sin embargo, Beijing ha buscado diferentes mecanismos para el diálogo regional como la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), aunque particularmente con una parte del Caribe creó el Foro China y Caribe de Cooperación Económica y Comercio en 2005, pero no así un mecanismo de diálogo político que agrupe a todos los Estados del Gran Caribe.

Una de las formas de relacionamiento establecidas por China con otros países ha sido el establecimiento de diferentes tipos de Asociaciones Estratégicas, aun cuando en la práctica no denote la connotación formal del nombre. Particularmente en la subregión del Gran Caribe en las relaciones bilaterales, son pocos los países que tienen este tipo de vínculos en relación a otras partes del mundo, e incluso en comparación con Sudamérica (imagen dos).

Imagen 2: Mapa de países con Asociación Estratégica con China.
Fuente: (Quang & Minh, 2019, p.67)

El primer país del Gran Caribe que estableció algún tipo de Asociación Estratégica con China fue México en 1997. Esta nación y Venezuela en 2014 establecieron una Asociación Estratégica Integral. Por otro lado, Costa Rica en 2005 formalizó con Beijing una Asociación Estratégica, mientras con Jamaica una Asociación Amistosa para el Desarrollo Común (Quang & Minh, 2019, p.69). En el caso particular de Cuba no existe este tipo de vínculo y se manifiesta bajo el relacionamiento de “Buenos amigos, buenos camaradas y buenos hermanos” (Bentang, 2020).

Es importante exponer que si bien existe un interés de China hacia la región, también a partir de los cambios en la economía global y la actual situación geopolítica, en la cual China sin pretenderlo desafía el predominio de los Estados Unidos y propone junto a otras naciones el fomento del multilateralismo y la formación de una comunidad de destino común para toda la humanidad. Ello ha conducido a los miembros del Gran Caribe a replantearse sus vínculos con China. El acercamiento del Caribe a la nación asiática ha estado marcado por un interés geoestratégico favorecido por el pragmatismo que caracteriza la actuación política de los gobiernos caribeños.

La importancia del Gran Caribe dentro de América Latina en la proyección externa de la actual China pudo percibirse en la primera gira de Xi Jinping a la región como secretario del Partido Comunista de China (PCCh) y presidente. Los primeros destinos en el 2013 fueron Trinidad y Tobago, Costa Rica y México. Ello fue parte de la proyección de mejorar las relaciones diplomáticas con los países de esta parte del mundo, muchos de los cuales aún tienen lazos oficiales con Taiwán, y en el interés de tener mayor contacto con el área.

Posteriormente en 2014, a tan solo un año de la primera gira, el mandatario chino Xi Jinping realizó una segunda visita a esta región. De los cuatro países visitados, dos fueron naciones del Gran Caribe, Venezuela y Cuba. Esta vez, tuvo con una carga política mucho más intensa que la primera, al poner en práctica una mayor voluntad de comprometerse con la transformación estratégica de la región.

No fue casual, que tras la visita se actualizara en el 2016 el Documento de Política Exterior de China hacia América Latina y el Caribe (conocido también como “Libro Blanco”), presentado por primera vez en 2008. En este se establece la orientación de la política china hacia la región en las principales áreas de interés común que abarcan los ámbitos político, económico, cultural y social y militar y de seguridad. Ambas partes expresaron su disposición a promover la cooperación dentro del marco “1+3+6”, presentado en julio de 2014, por el presidente chino, Xi Jinping. El “1” se refiere al Plan de Cooperación 2015-2019 entre ambas partes. El “3” identifica el comercio, la inversión y las finanzas como fuerzas motrices de la cooperación. El “6”, por último, prioriza como sectores de la colaboración la energía y los recursos, la construcción de infraestructuras, la agricultura, la manufactura, la innovación tecnológica y científica y la tecnología de la información (González, 2018, p.3).

Las relaciones diplomáticas sino-caribeñas se han caracterizado por el intercambio del PCCh con organizaciones y partidos caribeños, a través de su Departamento de Enlace Internacional. Ha sido clave el vínculo a través de la creación del Foro de Partidos Políticos China-CELAC el cual se inauguró el primer encuentro en Beijing en diciembre de 2015. La primera reunión efectuada se desarrolló bajo el lema “Innovación, Desarrollo, Cooperación y Futuro – Desafíos para Partidos Políticos Chino-Latinoamericanos y sus Medidas Correspondientes”, con enfoque en cinco subtemas como la cooperación entre China y América Latina y el Caribe, el camino de desarrollo, partidos políticos en el siglo XXI, el desarrollo económico y la reducción de la pobreza. Luego del foro en el 2015, en 2018 se realizó un segundo foro China-CELAC en Shenzhen, con la participación de más de 60 partidos y organizaciones de todo el continente en el que estuvieron una representación del Gran Caribe.

Por otra parte, China ha establecido importantes relaciones a nivel regional con el Caribe a través de organismos e instituciones como el Banco para el Desarrollo del Caribe (BDC), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). China entró al CDB en 1998 y al BID en 2008 y, a través de ambas instituciones financieras, ha canalizado recursos crediticios y fondos de ayuda.

Particular relevancia desempeñan los Institutos Confucio de China que promueve no solo el conocimiento del idioma chino, sino también de la cultura china. Este tipo de institutos devienen en embajadores culturales de la nación asiática y que permiten interactuar con las sociedades de la Subregión. Pueden ubicarse en Bahamas, Barbados, Colombia (tres), Costa Rica (dos), Cuba, El Salvador, Granada, Guyana, Haití, Jamaica, México (cinco), Panamá, Surinam, Trinidad y Tobago, Venezuela (CRICAL, 2021). 

Relaciones económico-comerciales y financieras China-Gran Caribe

La historia de los países del Caribe ha estado vinculada con Francia, Reino Unido, Estados Unidos, España y Países Bajos. Con el transcurso de los años, este pasado se ha convertido en preferencias comerciales que son decisivas en el destino de las exportaciones. En la mayor parte de las economías los servicios turísticos y financieros son las principales categorías de actividad económica, además de las relacionadas con petróleo en Trinidad y Tobago. La principal característica de los países en el Caribe es la diversidad. En ello inciden diferentes niveles de relacionamiento económico-financiero e incluso de cooperación. China ha establecido importantes relaciones institucionales en América Latina a través del BID y la CEPAL.

En cuanto al comercio, el interés por potenciarlo particularmente con la CARICOM, podría estar relacionado con una estrategia geopolítica por acceder a los mercados de Estados Unidos, Europa y Canadá. El Caribe constituye un punto de entrada hacia estos mercados, favorecido por la existencia de acuerdos económicos con estos actores. La balanza comercial de China con respecto a la CARICOM es superavitaria. Los productos que este país exporta hacia el Caribe son productos manufacturados de alto valor agregado, como productos de hierro y aluminio, equipamiento electrónico, chalecos y otras estructuras flotantes. Por su parte, las exportaciones de la CARICOM hacia China se concentran en materias primas (Legrá, 2020).

A pesar del avance en las relaciones comerciales entre ambos actores, el intercambio comercial de China con el Caribe representa menos del 1% de su intercambio con el resto del mundo: los productos que exporta el Caribe no representan un volumen significativo para la economía de ese país, ni la región ofrece los amplios mercados que necesitan los productos del gigante asiático. Por su parte, la subregión no ha sido eficaz en aprovechar las oportunidades que ofrece el mercado chino (Legrá, 2020).

China no figura aún entre los principales mercados de exportación para los productos caribeños en general, cuyos principales destinos siguen siendo Estados Unidos y Europa, salvo casos puntuales de países como Cuba. No se puede afirmar que China haya desplazado a estos actores. Esto no contradice que determinados bienes chinos podrían desplazar a sus competidores europeos y estadounidenses. Particularmente los dos principales bloques del Gran Caribe, es decir el MCCA y CARICOM tienen a China como tercer socio de sus ventas al exterior (imagen tres). Sin embargo, para las importaciones, en el caso del MCCA, China desplazó a la UE como segundo socio (CEPAL, 2021, p.97).

Imagen 3: Estructura de las exportaciones de los diversos mecanismos con los principales socios.
Fuente: (CEPAL, 2020, p.97).

Al analizar las relaciones económicas bilaterales entre los países del Gran Caribe y China, se destaca que en relación a las exportaciones China no ha logrado convertirse en un socio relevante. La mayoría de las ventas de mercancías de la subregión se dirigen en primer lugar a Estados Unidos o a la UE, con la excepción de Cuba que es el único país del área que tiene como principal destino de sus ventas China. Al evaluar las importaciones, la nación asiática constituye el segundo principal mercado de los países de la zona. Estados Unidos es el principal suministrador de la mayoría salvo Cuba y el caso de San Vicente y las Granadinas. En tanto, Nicaragua es el único país que no tiene compras de China y sí con la provincia china de Taiwán (imagen cuatro).

Imagen 4: Estructura de las exportaciones e importaciones de los países del Gran Caribe con China en el período 2018-2019 en %.
Fuente: Elaboración del autor con datos de (CEPAL, 2021, p.130-131).

En julio de 2014, el presidente Xi Jinping en la Cumbre de Líderes entre China y los Estados Latinoamericanos y Caribeños anunció un paquete de arreglos de financiación de China para el Caribe que suma 35 mil millones de dólares y estuvo compuesto por tres partes a saber: Créditos Preferenciales de 10 mil millones de dólares; el Crédito Especial China y América Latina para la Infraestructura de 20 mil millones de dólares; y el Fondo de Cooperación China-América Latina y el Caribe de cinco mil millones de dólares. Los créditos administrados por el Ministerio de Comercio y ejecutados por el Banco de Exportación e Importación (Eximbank) y el Banco de Desarrollo de China (BDCh), están dirigidos a los países en desarrollo. En ese sentido, la membresía de China en el BDC y el BID, facilitan la profundización de las relaciones de cooperación financiera con el Caribe (Legrá, 2020).

Los principales prestamistas de chinos, respaldados por el Estado, emitieron en2017 la menor cantidad de préstamos a América Latina de la última década, sugiriendo un enfoque más cauteloso para invertir en la región. Según una nueva investigación realizada por Diálogo Interamericano y la Universidad de Boston, los cinco préstamos emitidos en el 2018 por un valor de 7.7 mil millones de dólares superaron a los 6.2 mil millones de dólares emitidos en 2017 (imagen cinco). Sin embargo, todavía representan una de las cifras más bajas para los préstamos de Estado a Estado a Estado por parte del BDCh y el Eximbank a América Latina desde 2005, año en el cual comenzaron a otorgar préstamos a la región (Soutar, 2019). No obstante, el menor volumen de préstamos concedidos a la región fue en el año 2020 ante el impacto de la pandemia Covid-19 en el que no hubo ningún crédito otorgado.

Imagen 5: Préstamos total de China a América Latina y el Caribe 2008-2018 en mil millones de dólares.
Fuente: (Soutar, 2019)

Las inversiones chinas en la subregión han estado determinadas hacia ciertos sectores específicos. Tradicionalmente la presencia china ha estado enfocada en los temas de recursos naturales, sin embargo, desde 2015 se ha modificado el patrón de comportamientos de las IED chinas. En ese sentido, se destacan los sectores de componentes automotriz (México), Construcción e infraestructura (Panamá y Cuba), energía (Cuba, Honduras y México), viajes (Santa Lucía), industria química (México), telecomunicaciones (México, Panamá y Colombia), electricidad (Costa Rica), textil (Haití), entre otros. No obstante, mantiene IED en los sectores de minería (Jamaica) y gas (Venezuela) (Red Académica de América Latina y el Caribe sobre China, 2020).

La IED china se concentra en algunos países de mayor nivel de desarrollo de la región del Gran Caribe: México, Trinidad y Tobago, Guyana, Surinam, Bahamas. No así en otros grandes y medianos como Venezuela, Colombia, República Dominicana o Cuba. Sumado a la alta concentración por país de destino, la IED china se centra, además, en un grupo de actividades económicas seleccionadas: construcción de infraestructura, energía, minería, agricultura y turismo. Pero los mayores volúmenes están muy concentrados especialmente en el sector financiero.

Particularmente en México, en cuanto a los flujos de capital, para el 2020 se registraron 173 millones de dólares de inversiones chinas en México, de las cuales 57% correspondieron al primer trimestre del año, 20% al segundo, 6% al tercero y 15% al cuarto. 70.7 millones de dólares de fueron nuevas inversiones, lo que representó el 40% del total registrado. Cabe señalar que la mayoría de estas inversiones se fueron al sector construcción y a la adquisición de empresas mexicanas (Tzili-Apango, 2021, p.14).

La concentración de la IED china por país de destino, actividad y empresa emisora constituye la principal limitación para la profundización real de los vínculos económicos China – Gran Caribe. El relacionamiento bilateral de los países caribeños con China y su limitada capacidad negociadora, resultan elementos que impiden una mejor distribución de los paquetes de financiamiento que ofrece China a la región. Incluso los proyectos de IED en el marco de BRI son muy escasos. Hasta el momento el 62,5% del volumen total de IED china ocurre en Islas Caimán, centradas en el sector financiero y luego le siguen las islas Vírgenes Británicas. Exceptuando estos dos países y Bermudas, el resto del Gran Caribe recibió en el 2018 menos del 2% de la IED en América Latina y el Caribe (imagen seis). 

Imagen 6: Porcentaje de la inversión china total por subregiones y territorios específicos en América Latina y el Caribe.
Fuente: Elaboración del autor con datos de Dussel, (2020).

Contrario a lo esperado y a la importante presencia de China con Venezuela en el comercio y el financiamiento (Piña 2019), China apenas ha realizado siete proyectos de infraestructura en Venezuela y dos durante 2015-2019, en este último período por apenas 384 millones de dólares (0.70 % de ALC) y 600 empleos (0.45 % de ALC). Sexto, Centroamérica y el Caribe también han sido receptores importantes de proyectos de infraestructura de China, no obstante haberse convertido en una de las principales regiones que reconocen a Taiwán como estado independiente, con 16 proyectos por 9,732 millones de dólares y alrededor de 33,000 empleos generados durante 2005-2019 y particularmente en el período más reciente 2015-2019 (Dussel, 2020)

La participación del Gran Caribe en la Iniciativa de la Franja y la Ruta

Hasta febrero de 2021, 140 países eran miembros de BRI a nivel mundial. Del total solo 19 países están ubicados en América Latina y el Caribe, de los cuales 14 pertenecen a la zona del Gran Caribe. Cuatro después de haberse anunciado la iniciativa china, en el 2017 se incorporó Panamá, condicionando la extensión de BRI hacia esta parte del mundo. Posteriormente se incorporaron en el 2018 Trinidad y Tobago, Suriname (mayo), Antigua y Barbuda, Bolivia (junio), Dominica, Guyana (julio), Uruguay (agosto), Costa Rica, Venezuela, Granada (septiembre), El Salvador, Chile, República Dominicana, Cuba (noviembre), Ecuador (diciembre), mientras en el 2019, Barbados (febrero), Jamaica (abril) y Perú (abril). Argentina podría ser el miembro número 20 (imagen siete).

Imagen 7: Países miembros de BRI en América Latina y el Caribe.
Fuente: Elaboración del autor.

Además de CELAC, el otro mecanismo regional que involucra más a estos países del Gran Caribe es la AEC. De 25 miembros, 14 participan en BRI, a decir; Antigua y Barbuda, Barbados, Costa Rica, Cuba, Dominica, El Salvador, Jamaica, Granada, Guyana, Panamá, República Dominicana, Suriname, Trinidad y Tobago y Venezuela. Además en AEC se encuentran los ocho países del área que no tienen relaciones con Beijing. Lo que constituye un espacio para el relacionamiento y cooperación en temas como conexión de transporte, enfrentamiento al cambio climático, etc.

El avance de la iniciativa de BRI hacia el Gran Caribe puede propiciar la inserción de China en la AEC como se ha expresado anteriormente, ya sea mediante su solicitud como observador, pero también pudiera fomentar tal como sucede en Europa Oriental un mecanismo similar a 17+1. En este caso particular sería el de 14+1, en el que permite concertar acciones directas de los miembros de BRI con China. Actualmente se carece de una plataforma real, como también los diversos Estados caribeños desconocen los mecanismos institucionales o las vías para presentar proyectos a China como parte de la iniciativa. Tampoco se conocen los pasos precisos para el desarrollo de proyectos e incluso la búsqueda de financiamiento.

Existen potencialidades con la región para promover el desarrollo de zonas económicas especiales e intervincularlas mediante infraestructuras en las que condicionarán un mutuo beneficio propuesto por Beijing. En la misma medida que se eleve la conectividad y el desarrollo de infraestructura contribuirá a aumentar el vínculo marítimo con China e incluso aéreo teniendo en cuenta que algunos países como Panamá y Cuba tienen vuelos directos.

Aún con el bloqueo económico y financiero de Estados Unidos contra Cuba pueden desarrollarse proyectos conjuntos en el marco de AEC o Cuba-CARICOM en relación con proyectos de fuentes de energía renovable, contra desastres (experiencia cubana) incluso con países que tienen relaciones con la provincia china de Taiwán. Los países miembros de BRI en el Gran Caribe pueden emprender con China un proceso de desarrollo multidestino. Es un espacio para mostrar a Cuba como complemento y no como competencia. A la vez, se pueden expandir los propios mecanismos chinos como es el caso de avanzar de cara a Union Pay que pueda favorecer el tráfico aéreo y la recarga de combustible, sin hablar de las operaciones financieras que puedan realizarse en yuanes. 

Experiencia del caso de Granada en la Iniciativa de la Franja y la Ruta.

Granada y China establecieron relaciones diplomáticas en 1985. Pero luego fueron interrumpidas en 1989 y vuelven a ser restablecidas en 2005 cuando el gobierno del primer ministro Keith Mitchell renovó los lazos con Beijing. En 2015 firmaron un acuerdo de libre visado para viajar por 30 días en todas las categorías de pasaporte entre ambos países. Ello ha permitido aumentar el número de turistas chinos en la nación caribeña. El país trata de mantener un equilibrio en sus relaciones con Washington y con Beijing.

Entre 2005 y 2018, 190 estudiantes granadinos estudiaron en China sobre Programas de Becas Gubernamentales chinas. Muchos estuvieron involucrados en diferentes y prestigiosas universidad chinas en diversas especialidades como Macroeconomía, Relaciones Internacionales, Medicina, Agricultura, Finanzas, Planificación Urbana, Ingeniería Ambiental entre otros. Durante el mismo período 1691 granadinos han pasado seminarios o cursos cortos en China. Recursos humanos ha sido uno de los sectores de mayor cooperación entre ambas partes[2].

Granada fue el onceno país en integrarse a BRI en septiembre de 2018. La pequeña isla caribeña ha mantenido una fuerte intención de proyectarse como puente de China hacia el Caribe. Este fue uno de los primeros países que presentó un Plan de Acción ante Beijing en relación a BRI. A su vez, los días 28 y 29 de octubre de ese mismo año celebró una conferencia junto al gobierno chino bajo el tema: “Conferencia China-Caribe sobre la Implementación de la Iniciativa de la Franja y la Ruta” celebrada en St. George.

La conferencia fue  enfocada sobre los principios, trayectoria, rol a desempeñar por las partes en la implementación de BRI. Dentro de los países de CARICOM miembros de BRI están Trinidad y Tobago, Antigua y Barbuda, Dominica, Guyana, Jamaica, Barbados y Suriname. Además de los mencionados como miembros, asistieron delegaciones de Bahamas y San Vicente y las Granadinas (Grenada Now, 2019). Para China trabajar con Granada es relevante porque al realizar acciones en el marco de CARICOM le permitirá acercarse a San Vicente y las Granadinas, San Cristóbal y Nieves y Santa Lucía que mantienen aún relaciones con Taiwán y no con Beijing.

Particularmente Granada ha enfocado BRI con el Plan Estratégico Nacional 2030. En el memorándum de entendimiento (MOU) entre ambas naciones para la inserción de la isla caribeña a la iniciativa el modelo ha sido similar con el del resto de los países del Gran Caribe, al incorporar elementos de coordinación de políticas, facilidades de conectividad, comercio e inversión, integración financiera e interacción pueblo a pueblo. El interés granadino de elevar su relacionamiento con Beijing y su proactividad le condiciona un aumento de su posición, pese al tamaño geográfico del país.

Entre los proyectos más importantes están:

    1. Proyecto de la Ruta del Corredor Oeste
    2. Mejoramiento del aeropuerto
    3. Renovación del Estadio de Cricket y el Estadio Atlético
    4. Cooperación Técnica en Agricultura

Los dos últimos, junto a otros proyectos recibieron una asistencia china valorada en 38,4 millones de dólares.

La cooperación china frente a la estadounidense en el combate a la Covid-19 en la subregión.

En los momentos de avance de la pandemia Covid-19 en la región latinoamericana y caribeña en el año 2020 se destacó una disparidad en cuanto a la asistencia china en relación a la estadounidense. Este hecho constituyó un elemento de un mayor interés del Gran Caribe en los vínculos con la nación asiática. Sobresalió un incremento del apoyo de Beijing hacia la subregión, completamente diferente al gesto de Washington. Según los datos publicados por el Departamento de Estado, Estados Unidos donó 900 millones de dólares en el mundo (menos del 9% del PIB) y de ese total 83 millones de dólares solo fueron destinados a América Latina y el Caribe. Incluso, solo lo recibido por el Congo y Nigeria en África superó toda la ayuda estadounidense a la región latinoamericana hasta noviembre de 2020. China en cambio había desembolsado hasta ese momento 665 millones de dólares en esta parte del mundo (Malacalza, 2020).

Las tres cuartas partes de la asistencia estadounidense estuvieron dirigidas a Centroamérica y el Caribe. Las mayores donaciones de Washington fueron hacia Haití y Colombia, luego Guatemala, El Salvador y Honduras y por último Venezuela. El cual este último más vinculado a cuestiones de desestabilización bajo el concepto de narcotráfico aunque los datos de Departamento de Estado de Estados Unidos manifestaron que fue contra Covid-19. Por lo que la ayuda a Venezuela, fue directamente al ilegal Juan Guaidó y a organizaciones opositoras, aun cuando hay una parte que es al gobierno por la vía de organismos internacionales.

La asistencia china se ofreció través de diversos actores:

    • Partido Comunista de China,
    • Gobierno central,
    • Gobiernos locales,
    • Embajadas (en representación de gobiernos, empresas, otros e incluso donaciones propias),
    • Empresas chinas radicadas en China y/o sucursales en el exterior (Huawei, Tencent Holding, Alibaba, etc,),
    • Organizaciones no gubernamentales y Fundaciones (Alibaba, Jack Ma.)
    • Asociaciones de exbecarios en Iberoamérica,
    • Otras asociaciones,
    • Ciudadanos chinos y familias.

Particularmente, Jack Ma, fundador de la Compañía Alibaba y uno de los ciudadanos más ricos de China realizó donaciones de suministros médicos a 24 países de toda la región, incluidas dos millones de máscaras, 400 000 kits de prueba y 104 ventiladores, cubrió costos de transporte (Koop et al, 2020). Particularmente en el Gran Caribe puede percibirse una proyección activa de China, pero también de otros actores geopolíticos como Estados Unidos y la provincia china de Taiwán (cuadro uno).

Cuadro 1: Asistencia ofrecida por China, Estados Unidos y la provincia china de Taiwán al Gran Caribe (febrero-noviembre de 2020).

 

ESTADOS UNIDOS

CHINA

TAIWÁN

COLOMBIA

Aproximadamente 13,2 millones de dólares en asistencia humanitaria en la lucha contra Covid-19. Incluyó 8,5 millones de dólares previamente anunciado para provisión de aguas, suministros sanitarios, gestión de casos por Covid-19.

Envío de suministros médicos donados por el gobierno en el marco del 40 aniversario de las relaciones. Estos fueron entregados por la Embajada china en Colombia: 30.000 kits de prueba, 980.000 máscaras de protección quirúrgicas, 500 termómetros infrarrojos, 500 vestidos de protección, 1.000 guantes, 10.000 máscaras N-95. Por otro lado la Compañía Alibaba donó 100.000 tapabocas, 20 000 kits de reactivos para pruebas y cinco respiradores.

 

VENEZUELA

Más de 12,3 millones de dólares previamente anunciados dirigidos para ser administrados y ejecutados no por el gobierno constitucional, sino por el dirigente opositor Juan Guaidó y partidos opositores. En concreto el financiamiento es más para actividades de subversión que para el enfrentamiento a la pandemia Covid-19. El Instituto Wilson planteó que 500.000 dólares fueron en cooperación con la Agencia para los Refugiados de la ONU, 320.000 dólares de UNICEF, 40000 del Fondo de la Población (UNFPA) y un millón de la Organización Mundial de la Salud.

Venezuela fue uno de los primeros en recibir suministros médicos chinos con un envío de 4.015 kits de prueba, reactivos químicos, purificadores y guantes el 19 de marzo. El segundo cargamento fue de 500 000 kits de pruebas rápidas, 70.000 termómetros infrarrojos y un equipo de 8 especialistas chinos (condecorados con la Orden Francisco de Miranda). También envió en abril cuatro ventiladores, trajes de protección, lentes, mascarillas y guantes para un total de 22 toneladas. En marzo envió 55 toneladas de material médico. El 13 de mayo, China entregó su quinta ayuda técnica.  Posteriormente a mitad de año envió más.

 

COSTA RICA

Aproximadamente 900 mil dólares in fondos para asistencia humanitaria en la lucha contra Covid-19. 20.700 máscaras quirúrgicas, 57 000 guantes, 2250 gafas protectoras, 4.150 máscaras N-95.

Donación el tres de abril del gobierno de 100 mil mascarillas, 10.080 pruebas de PCR, cinco máquinas de presión continúa de las vías respiratorias, cinco ventiladores. La Embajada china realizó donaciones de pruebas para detectar Covid-19 y gestionó con las fundaciones Jack Ma y Alibaba otras donaciones. El 26 de abril llegó el primer vuelo chárter pagado por Costa Rica con 40 toneladas de donación de batas descartables, respiradores N-95, mascarillas de uso médico, lentes de seguridad y guantes. La donación total fue de 55 toneladas.

 

CUBA

 

Entrega 6 de abril de 2.000 mascarillas, 10.000 máscaras quirúrgicas, 2.000 trajes protectores desechables, 500 termómetros infrarrojos, 2.000 gafas protectoras e igual número de pares de guantes protectores y pares de zapatos de aislamiento. Además de la donación del gobierno, la empresa Yutong entregó 10.000 trajes protectores y 100 mil mascarillas. El 20 de mayo se realizó otra donación de suministros sanitarios. Ciudadanos chinos que estudiaron en Cuba organizaron donaciones y la compra de insumos para respaldar a Cuba. Hasta el 28 de marzo habían recaudado 18 193 dólares. Se produjeron otras, a la vez que no se concretó un envió de la Fundación Jack Ma por el bloqueo económico y financiero de Estados Unidos al país. Otras donaciones contabilizadas por el Instituto Wilson sumaron 14.000 kits de prueba, 3.272.000 máscaras de cirugía, 38 ventiladores pulmonares, termómetros infrarrojos 500, 22 000 vestidos protectores, 102.000 guantes, 12.000 gafas, 2.000 zapatos de aislamiento, 6.000 máscaras N-95 y 300.000 dólares de donación.

 

EL SALVADOR

6,6 millones de dólares de financiamiento para respuesta a Covid-19. Además 250 ventiladores.

China donó insumos médicos el 22 de abril. La Embajada china entregó una donación del gobierno consistente en 10.080 kits de pruebas, 120 000 máscaras quirúrgicas, cinco ventiladores, 300 termómetros digitales, 2.000 vestidos de protección, 10.000 máscaras N-95. En marzo había entregado una donación de 250 mil dólares.

 

GUATEMALA

8,4 millones de dólares en asistencia, incluye 6 millones en nueva asistencia internacional para riesgo de problemas de agua, sanidad e higiene.

 

Donación de 5.000 kits de pruebas, 12.000 prendas de aislamiento, 6.000 trajes de protección de bioseguridad y 30.000 mascarillas N-95. Además, dos millones de mascarillas quirúrgicas, 12 cámaras térmicas, 1 500 termómetros infrarrojos, cuatro sistemas de detector automáticos, dos analizadores PCR con kits de pruebas, 81 600 sopas instantáneas, equipo médico y un millón de dólares.

HAITÍ

13,2 millones de dólares en asistencia humanitaria para apoyar riesgo de comunicaciones, esfuerzos para mejorar sistema de agua y sanidad, prevenir infecciones y enfrentamiento a Covid-19.

7 de mayo China envió 50 mil máscaras para el personal de atención médica, 200 máscaras quirúrgicas, 100 respiradores artificiales y accesorios, 500 camas completas y más de 700 mil gafas protectoras.

 

HONDURAS

5,4 millones de dólares en asistencia, incluyó tres millones de dólares en nueva asistencia humanitaria para riesgo de comunicaciones e intervención en agua, sanidad e higiene y 2,4 millones en asistencia sanitaria contra la Covid-19 anunciada para apoyar al gobierno.

 

El 10 de abril entregó 180 mil mascarillas. El segundo lote posterior llegó con 100 mil mascarillas más.

MÉXICO

No para Covid-19, pero si 1,8 millones de dólares en asistencia humanitaria para apoyar a los refugiados. 1.000 ventiladores y 1.000 máscaras N-95.

Dos fundaciones chinas (Jack Ma y Alibaba) donaron al gobierno de México, 100.000 mascarillas, 50.000 nuevos kits de prueba y cinco respiradores. 100 mil kits de pruebas, 686 500 máscaras de cirugía, 1.280 ventiladores, 20.000 termómetros infrarrojos, 10.000 gafas protectoras, 20.000 vestidos protectores, 300 máscaras N-95.

 

NICARAGUA

750.000 dólares para proveer entrenamiento sobre prevención de infección y control, gestión de pandemias y otros por Covid-19

 

El 4 de junio donó 1.500.000 mascarillas, posteriormente el 22 de junio donó 30.000 mascarillas N-95, 4 500 batas descartables impermeables y 9 mil vestidos de aislamiento. El 16 de julio la empresa taiwanesa Roo Hsing Garment operadora en la zona franca de Nicaragua donó 20.000 mascarillas

PANAMÁ

825 mil dólares, de los cuales 750 mil dólares habían sido previamente anunciados para asistencia sanitaria para optimizar las capacidades de salud. 33.750 máscaras quirúrgicas y 25 termómetros infrarrojos

En marzo el gobierno rechazó donación de la compañía China Construction America para convertir temporalmente el Centro de Convenciones de Amador en un hospital modular. 207 500 máscaras quirúrgicas, 10 ventiladores, 200 termómetros digitales, una cámara térmica, 100 vestidos de protección, 2.000 guantes, 1.500 máscaras N-95.

 

REPÚBLICA DOMINICANA

Aproximadamente 3,7 millones de dólares en los esfuerzos a la respuesta a la Covid-19 de los que incluyen 275 mil dólares previamente anunciados. Además envió 2.000 kits de pruebas.

El 27 y 28 de marzo, la empresa Huawei Technologies Dominicana proporcionó solución por la Inteligencia Artificial para asistir la tomografía computadorizada a fin de detectar el coronavirus de forma más rápida a un hospital regional y la empresa Microport donó 100.000 mascarillas al servicio nacional de Salud.  La Universidad de Tsinghua donó 1.000 pruebas PCR. El 3 de abril las fundaciones Jack Ma y Alibaba donaron 50.000 mascarillas, 15.000 reactivos de detección de PCR y cuatro ventiladores. Donación el 13 de abril de materiales anti epidémicos por un valor de 100.000 dólares, entre ellos 1.000 piezas de ropa de protección médica, 100 termómetros infrarrojos de mano para medir la temperatura de la frente, 1.000 máscaras para uso médico, 500 pares de guantes quirúrgicos de caucho esterilizados desechables y 500 pares de cubiertas de zapatos de aislamiento médico. El 11 de mayo, la Embajada china entregó donación a la alcaldía del distrito Nacional.  El día 15 el Embajador chino realizó donación de 500 mil dólares a la alcaldía de Santiago. El dos de junio la Embajada donó a la Universidad Autónoma de Santo Domingo 10.000 mascarillas.

 

ANTIGUA Y BARBUDA

Se apoyó mediante un esfuerzo regional con un financiamiento conjunto de 2,2 millones de dólares que incluyó a Antigua y Barbuda, Barbados, Dominica, Granada, Guyana, Suriname, San Vicente y las Granadinas, San Cristóbal y Nieves y Trinidad y Tobago.

15.000 kits de prueba y 30.000 máscaras faciales (distribuida entre otros miembros de CARICOM)

 

BAHAMAS

750 mil dólares como asistencia humanitaria en la lucha contra Covid-19.

La Embajada china presentó un Plan de Diagnóstico y Tratamiento preparado por médicos chinos al gobierno de Bahamas el 6 de marzo. Al 30 de abril se había donado tres equipos sanitarios, entre los cuales estuvo uno de la embajada china con 1000 test para detectar Covid-19. El gobierno chino donó máscaras N-95, gafas, zapatos protectores, termómetros infrarrojos, entre otros.

 

BARBADOS

El apoyo ofrecido es parte de la que se explicó en la asistencia a Antigua y Barbuda.

La Embajada china en Barbados realizó una donación de 7000 máscaras de protección quirúrgicas, 5000 respiradores KN-95, 8450 guantes de protección, 4530 gafas de protección médica, 250 termómetros infrarrojos y un ventilador (dos donaciones).

 

BELICE

300 mil dólares en asistencia humanitaria en la lucha contra Covid-19.

15.000 kits de prueba y 30.000 máscaras faciales (distribuida entre otros miembros de CARICOM)

Donó dos millones de dólares. Además entregó 200.000 máscaras quirúrgicas, 10.000 máscaras N-95, 500 termómetros infrarrojos, 2.000 vestidos de protección, 4.000 trajes de aislamientos, dos analizadores de PCR, 720 kits de prueba PCR y 10.000 tapones nasales.

DOMINICA

El apoyo ofrecido es parte de la que se explicó en la asistencia a Antigua y Barbuda.

15.000 kits de prueba y 30.000 máscaras faciales (distribuida entre otros miembros de CARICOM)

 

GRANADA

El apoyo ofrecido es parte de la que se explicó en la asistencia a Antigua y Barbuda.

15.000 kits de prueba y 30.000 máscaras faciales (distribuida entre otros miembros de CARICOM)

 

GUYANA

350 mil dólares en asistencia humanitaria anunciada previamente en la lucha contra Covid-19.

15.000 kits de prueba y 30.000 máscaras faciales (distribuida entre otros miembros de CARICOM).

 

JAMAICA

1 millón de dólares en asistencia anunciada en la lucha contra la Covid-19

3.000 kits de prueba, 30.000 máscaras quirúrgicas y 4 ventiladores. Además 15.000 kits de prueba y 30.000 máscaras faciales (distribuida entre otros miembros de CARICOM)

 

SAN CRISTÓBAL Y NIEVES

El apoyo ofrecido es parte de la que se explicó en la asistencia a Antigua y Barbuda.

15.000 kits de prueba y 30.000 máscaras faciales (distribuida entre otros miembros de CARICOM)

La empresa TaiDoc Technology Corp. donó 35.000 termómetros y 250 sistemas de medición automática (se compartió con otras naciones del Caribe que tienen lazos con Taiwán).

SANTA LUCÍA

Ídem

Ídem

 

SURINAM

Ídem

Ídem

 

TRINIDAD Y TOBAGO

250 mil dólares en asistencia anunciada en respuesta a la Covid-19.

Donó 4.000 kits de prueba el 18 de marzo y 1.000 kits de prueba el 29 de abril.

 

Por otro lado, el PCCh realizó varias reuniones virtuales con partidos de la región para intercambiar experiencias y sobre todo evaluar la situación en la que participaron representantes de Cuba, México, Venezuela por la parte del Gran Caribe. A la vez, el gobierno chino desarrolló una reunión especial con los países del Caribe que tienen relaciones diplomáticas con Beijing. El encuentro se dio a nivel de viceministros de Relaciones Exteriores en respuesta a la epidemia de la Covid-19. En este encuentro participaron Granada, Surinam, Guyana, Trinidad y Tobago y Jamaica. Particularmente por Dominica el propio primer ministro, quien presidió la reunión por la parte caribeña.

Por otro lado, debe hacerse referencia a la donación por parte de China de vacunas a países de la subregión. El grupo Sinopharm donó vacunas a Guyana, mientras el gobierno chino envió a República Dominicana, Venezuela. Mientras países como Colombia y El Salvador (Sinovac), República Dominicana, Panamá y Costa Rica han adquirido vacunas chinas. En tanto, México administra las vacunas chinas CanSino y Sinovac. Además luego de reunión entre la cancillería china y un grupo de países de la región de los cuales del Gran Caribe estuvieron Colombia, Costa Rica, Cuba, México, Panamá, Barbados y República Dominicana, el Consejero de Estado y ministro de Relaciones Exteriores chino Wang Yi, ofreció un préstamo de un billón de dólares para asistir a la región en su acceso a la vacuna china (Horwitz & Zissis, 2021).

Consideraciones finales

La presencia de China en el Gran Caribe tiene una connotación geoestratégica, a partir del interés en avanzar en sus relaciones internacionales, la participación de esta parte del mundo en BRI, así como por ser una de las zonas donde más países aún no le han reconocido oficialmente. Por otro lado, es un espacio cercano a Estados Unidos y en el que este ha tenido fuerte presencia junto a otros actores europeos, lo que genera preocupaciones, especialmente a Washington. En este sentido, constituye una de las áreas de confrontación estratégica por lo que hoy no se puede analizar los lazos en el Gran Caribe sin analizar la triangulación con China y Estados Unidos.

El primer gran éxito de China en el Gran Caribe ha sido el de lograr un acercamiento político, diplomático, cultural, económico y financiero más allá de las presiones de Estados occidentales.

El segundo éxito ha sido la extensión de BRI hacia la región. A petición de países del área se extendió el corredor de la Franja Marítima de la Ruta de la Seda hacia esta parte del mundo. Lo más llamativo es que de 19 países que se incorporaron en toda América Latina y el Caribe, 14 se ubican en la zona del Gran Caribe.

El tercero ha sido el haberse convertido en el principal financista de todos estos países incluso por encima de Estados Unidos, del BM, FMI y el BID, aunque no el principal socio comercial. No obstante, se percibe una reducción del financiamiento chino en el área, a la vez que, los propios bancos de la nación asiática han identificado como riesgosos los préstamos a esta parte del mundo.

En el aspecto económico-comercial es muy baja la presencia china en la zona en comparación con Sudamérica. China asume una mayor importancia para las importaciones de esta parte del mundo, pero el elevado déficit comercial genera preocupaciones a las naciones del Gran Caribe. En el ámbito inversionista, las IED chinas aún son muy bajas, especialmente en el marco de BRI. Además estas se concentran (más del 80%) en las finanzas en países entendidos como paraísos fiscales como Islas Caimán e Islas Vírgenes Británicas. El resto, en un porcentaje muy reducido ha comenzado a mostrar una diversificación en sectores no tradicionales como energía, automotriz, telecomunicaciones, etc.

El cuarto éxito radica en que la pandemia de la Covid-19 constituyó una oportunidad para extender la diplomacia sanitaria mediante la asistencia a diversos países del Gran Caribe, dentro de los cuales sobresalieron dos: Cuba y Venezuela. A destacar con el primero el trabajo para el desarrollo de una vacuna conjunta conocida como Pan-Corona. Ello abre potencialidades de cooperación sanitaria en el marco de BRI dentro de la subregión.

Entre las dificultades más importantes encontradas para el avance del proyecto chino ha estado en primero lugar la presión de Estados Unidos para que países centroamericanos no rompan relaciones con Taiwán para establecer con China. Ello sin mencionar, acciones directas de proyectos ejecutados por Washington que no fueron abordados en el artículo, pero que merecen ser mencionados como América Crece.

Uno de los desafíos para China en el área es que, a pesar del alto nivel de relacionamiento político con los 14 países integrantes de BRI del Gran Caribe, no se han concretado importantes proyectos específicos que puedan mostrarse como un gran éxito de la iniciativa en esta parte del mundo. Mientras por otro lado, en el actual contexto, el complejo problema de la pandemia también ha ocasionado un mayor nivel de endeudamiento de la región e impide promover grandes proyectos con grandes financiamientos.

A modo de resumen, esta es una gran oportunidad para que China pueda institucionalizar un mecanismo de diálogo político-diplomático con una agenda económico-financiera y hasta tecnológica bajo un esquema concreto a través de la creación del Grupo 14+1. En ese sentido, se pueden desplegar iniciativas concretas como la de la Ruta de la Seda Sanitaria o la Ruta de la Seda Digital en el Gran Caribe.

 

* Doctor en Ciencias Económicas. Coordinador del Grupo de Asia y Oceanía y miembro del Consejo Científico del Centro de Investigaciones de Política Internacional (CIPI) de Cuba. Miembro de SAEEG. 

 

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Notas

[1] Haití es observador de CARICOM no miembro pleno.

[2] Información obtenida de https://www.nowgrenada.com del 25 de septiembre de 2019.

[3] La información de dicho trabajo fue a partir de la recopilación de las publicaciones de las Embajadas de China en la región, Embajadas de la provincia china de Taiwán, Gobiernos de la región, medios de prensa, el Departamento de Estado de Estados Unidos, universidades, etc.

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LOS FONDOS MARINOS Y LAS AMBICIONES TECNOLÓGICAS DE CHINA EN MATERIA ENERGÉTICA RENOVABLE

Susana B. García*

Imagen de PAVM en Pixabay 
Introducción

Los fondos marinos albergan recursos de gran interés económico debido a que desempeñan un rol preponderante en las metas de las principales economías globales que pujan por liderar la Cuarta Revolución Industrial. El desarrollo de una amplia variedad de tecnologías, pero en particular las vinculadas a las denominadas energías verdes, requieren que estos actores detenten el dominio del ciclo tecnológico completo: recursos+ I+D (investigación y desarrollo) y producción. El desarrollo productivo se encuentra además estrechamente atado a la capacidad y aseguramiento de generación energética que, a diferencia de las anteriores revoluciones industriales, debe encuadrarse en las demandas de la comunidad internacional que giran en torno a la protección del medio ambiente.

En esta puja internacional se destacan dos factores. Por un lado, el rol dominante que China desempeña en la cadena de suministro de recursos, considerados críticos para el desarrollo tecnológico del futuro, es percibido como una vulnerabilidad o incluso una amenaza para la satisfacción de las apetencias de poder de sus contrapartes occidentales, como Estados Unidos, la Unión Europea y asiáticos, como Japón y Corea del Sur. Y en segundo lugar el crecimiento de la demanda global de una categoría específica de recursos que resultan vitales para alcanzar los niveles de eficiencia y performance de las nuevas energías verdes: las Tierras Raras. Y en este punto, los fondos marinos, como fuentes alternativas de provisión de recursos críticos, han adquirido mayor relevancia en esta nueva dinámica tecno-geoeconómica.

Tierras Raras y Fondos Marinos

Las tierras raras o “elementos de tierras raras” (REE) son 17 elementos químicos (ver Fig. 1), formados por el escandio, itrio y los otros quince elementos del grupo de los lantánidos, entre ellos el neodimio, el disprosio y el holmio.

Figura 1. Ubicación de las Tierras Raras en la Tabla Periódica

Su “rareza” se explica por la condición de no encontrarse en altas concentraciones en la naturaleza, en comparación a otros elementos, ni en estado puro. Generalmente forman parte de óxidos o silicatos y muchas veces son impurezas. Sus propiedades electroquímicas y magnéticas los hacen muy preciados para una enorme variedad de sectores productivos de alta tecnología (ver Tabla 1). Durante años existió la creencia que su relevancia estratégica estaba dada por su uso en tecnologías de aplicación militar. Si bien es cierto que, en diferentes combinaciones, se utilizan en el desarrollo de plataformas, sistemas de armas, radares y sensores, plantas de poder, sistemas de comunicaciones, sistemas de puntería, etc; a medida que se obtuvo mayor conocimiento sobre estos materiales las potencialidades duales se hicieron más evidentes.

Actualmente se encuentran en el centro de la disputa tecnológica entre Estados Unidos y China. Según datos de 2019, Estados Unidos importa alrededor del 80% de las tierras raras a China. La capacidad de producción del primero ronda las 15 mil toneladas y, pese a ser una de las más elevadas después de Australia, representa una cifra insignificante en comparación a las 120 mil toneladas anuales producidas por China (ver Fig.2). Esta situación, sumada a las aplicaciones que tienen estos materiales en productos de energía renovable, ha generado una preocupación mundial por la concentración casi monopólica que tiene el país asiático en toda la cadena de suministro de REE desde 2009.

Figura 2. Países con Reservas y Capacidad de Producción de Tierras Raras

Los yacimientos comerciales de estos minerales están asociados fundamentalmente a cuatro tipos de rocas: Carbonatitas, que son unas rocas ígneas con un contenido superior al 50% de carbonatos, como los yacimientos de Bayan Obo en Mongolia y Mountain Pass en Estados Unidos,  Rocas ígneas alcalinas, como el yacimiento de sienitas nefelinicas de Lovozero en Rusia, Arcillas lateríticas (resultado de la alteración in situ de los yacimientos anteriores) como los casi 250 yacimientos de este tipo que se explotan en el sureste de China y Depósitos tipo placer, como el de las monacitas de  Matamulas en Ciudad Real en España.

Listado de REE

Aplicaciones Principales

Lantharum (La)

Lentes de cámaras, catalizadores para refinado de petróleo, vehículos eléctricos, cristales ópticos, baterías recargables

Cerium (Ce)

Catalizadores para refinerías de petróleo, pantallas color, LCD, aleaciones metálicas, PET, filtros UV en cristales, protección de radiación

Praseodymium (Pr)

Colorantes en cristales, pantallas color, LCD, refrigerantes criogénicos, iluminación energía-eficiente, discos duros, láseres, imanes, pigmentos, electrónica portátil, pequeños motores, técnicas de radioterapia

Neodymium (Nd)

Discos duros, vehículos eléctricos, magnetos permanentes, tratamiento de cáncer, colores en cristales y cerámicas

Promethium (Pm)

Pinturas iridiscentes, baterías nucleares

Samarium (Sm)

Láseres, magnetos, vehículos eléctricos

Europium (Eu)

Biodiagnóstico por imágenes, pantallas color, LCD, iluminación energía-eficiente y fluorescente, láseres, electrónica portátil y pequeños motores

Gadolinium (Gd)

Láseres, chips de memorias, captura de neutrones, aditivos de acero

Terbium (Tb)

Terapias contra el cáncer, pantallas color, LCD, celdas de combustible, lámparas fluorescentes, motores eléctricos de alta potencia, láseres, chips de memorias

Dysprosium (Dy)

Motores eléctricos de alta potencia, láseres, vehículos livianos

Holmium (Ho)

Terapias contra el cáncer, láseres, magnetos, estándares para espetrofotómetros ópticos

Erbium (Er)

Tecnología de fibra óptica, láseres, aplicaciones de salud, acero

Thulium (Tm)

Láseres

Ytterbium (Yb)

Agentes de reducción química, láseres IR,

Luletium (Lu)

Catalizadores, lentes de alta refracción. LED

Yttrium (Y)

Cerámicas, pantallas color, LCD, lámparas fluorescentes compactas, superconductores de alta temperatura, láseres, LED, filtros micro-ondas

Scandium (Sc)

Aleaciones para componentes aeroespaciales, iluminación para cámaras, catalizadores, pantallas color, LCD, agentes de detección radiactiva en refinerías de petróleo, super aleaciones, tubos de rayos X.

Tabla 1. Listado de REE y sus aplicaciones más conocidas

Aunque los REE (ver Fig. 3) no son tan “raros” en la superficie terrestre, su proceso de obtención y posterior tratamiento es muy complejo y costoso. Para su obtención se emplean procesos agresivos al medio ambiente como la extracción mediante disolventes orgánicos, la separación magnética o a muy elevadas temperaturas (alrededor de 1000 grados). Es común la pérdida de material durante el proceso de separación que, en algunas oportunidades alcanza el 50%. También preocupa la presencia de elementos radiactivos de Torio y Uranio como residuos colaterales del proceso de extracción. Estas cuestiones, sumadas a que la formación geológica de los yacimientos existentes de REE ha sido completamente distinta, razón por la cual los métodos de extracción no pueden ser exportados a otros países, ha ralentizado la carrera por estos recursos a muchos de los países que cuentan con reservas potenciales considerables.

Figura 3.  Los Elementos de Tierras Raras

China comenzó la explotación de REE a mediados de la década del 80 y superó muy rápidamente a a Estados Unidos, que lideraba la producción desde 1990. Desde 2009 China ejerce el monopolio. Estados Unidos intentó reactivar sus niveles de producción entre 2012 y 2015, pero su contribución al volumen global apenas alcanzó el 4% en ese período.

Esta situación generó que la demanda global de REE y su producto el óxido de tierras raras (REO) aumentara hasta casi triplicarse en la última década.

Gradualmente, los países altamente industrializados liderados por Estados Unidos fueron buscando fuentes alternativas de provisión de REE y dirigieron su atención a los fondos oceánicos, donde también había llegado China.

Minería en los fondos oceánicos

Las continuas exploraciones de los fondos marinos, incrementadas en la última década, arrojaron evidencia no sólo de la existencia de REE en los Océanos Pacífico e Indico, sino de sus elevadas concentraciones. En comparación los dos sitios terrestres más grandes concentran el 1% de REE, mientras que en los nódulos polimetálicos y costras de ferromanganeso del Pacífico, ricos en cobalto, la cantidad de REE pesados alcanzaría el 26%. En India, se obtienen REE livianos en un 70-75% de las playas y las áreas costeras y offshore.

Si bien los nódulos polimetálicos se conocen desde hace 50 años, estudios recientes demostraron que los sedimentos no consolidados de los fondos marinos pueden ser buenos candidatos de recursos REE. No obstante existen todavía pocas investigaciones que incluyan evaluaciones cuantitativas de los minerales considerados críticos en las profundidades oceánicas. Por otra parte, las actividades en minería oceánica, se remontan a la década del 60,  pero su impulso se perdió con el paso del tiempo debido a múltiples factores como las fluctuaciones en los precios de los metales, el acceso relativamente fácil a materias primas sobre la superficie terrestre, dificultades técnicas por falta de tecnología adecuada e incertidumbre jurídica.

En los fondos oceánicos existen principalmente tres tipos de recursos de gran interés económico: Nódulos polimetálicos (NP), Costras ferromagnesianas (CFM) y depósitos masivos de sulfuros, generados por las fumarolas hidrotermales. Descubiertos en 1870, permanecieron indiferentes al desarrollo tecnológico durante casi un siglo. El interés económico en los NP impulsó la formación de un consorcio integrado por Alemania, EEUU, Canadá, Japón, Francia, Bélgica, Italia entre otros. Este consorcio en las décadas del 60 y 70 se concentró en la evaluación de los depósitos de minerales del Pacífico, en Clarion Clipperton, así como en el desarrollo de tecnologías de extracción. Con la Convención de Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (CONVEMAR) en la década del 80 y la entrada en vigencia de la Autoridad Internacional de Fondos Marinos (ISA) en los 90, las actividades de exploración comenzaron a estar reguladas mediante contratos. Estas actividades eran realizadas principalmente por agencias gubernamentales hasta que a partir de 2010 llegan los actores privados a la industria de los minerales submarinos.

Su importancia ha adquirido nueva relevancia debido a cambios geopolíticos y a una mayor demanda del sector de las energías renovables no convencionales. Al primer trimestre de 2021 se han confirmado 31 contratos de exploración minera ubicados en los océanos Pacífico, Atlántico e Índico que involucran a 21 contratistas de todo el mundo entre empresas, autoridades gubernamentales e institutos de ciencia y tecnología (ver Tabla 2). Se encuentran presentes, a través de esos organismos y empresas, países como China, Francia, Alemania, India, Japón, Corea del Sur, Rusia y la Organización Conjunta Interoceánica (un consorcio integrado por Bulgaria, Cuba, República Checa, Polonia, Rusia y Eslovaquia), así como pequeños estados como las Islas Cook, Kiribati, Nauru, Singapur y Tonga.

Estado patrocinante de la Minería Oceánica

Empresa privada o Institución

China

China Minmetals Corporation

Islas Cook

Cook Islands Investment Corporation

Reino Unido

UK Seabed Resources Ltd

Singapur

Ocean Mineral Singapore Pte Ltd.

Bélgica

Global Sea Mineral Resources NV

Kiribati

Marawa Research and Exploration Ltd.

Tonga

Tonga Offshore Mining Limited

Nauru

Nauru Ocean Resources Inc.

Alemania

Federal Institute for Geosciences and Natural Resources of Germany

India

Government of India

Francia

Institut français de recherche pour l’exploitation de la mer

Japón

Deep Ocean Resources Development Co. Ltd.

Tabla 2. Listado de participantes en los de principales contratos

China, el mayor consumidor e importador de minerales y metales es un actor de peso que, no sólo participa en la mayoría de los contratos sino que ejerce presión para la creación de un código de minería “preventivo” a nivel internacional. Según Nugent, director del Pew Charitable Trusts Seabed Mining Project, no sólo se trata de interés económico sino de prestigio, “Xi Jinping tiene tres metas de profundidad: en el espacio, en el océano y en la tierra”. Esto puede ser un indicador de los recursos que China estaría dispuesta a aplicar a la consecución de estos objetivos.

También a esta altura resulta menester señalar algunos aspectos de la capacidad científico tecnológica de China en relación con la actividad de minería oceánica. A fines de 2020 China presentó un video en el cual su vehículo sumergible Fendouzhe (Ver Fig. 4) habría descendido a los 10.909 metros en Mariana Trench. Las características de este vehículo dan cuenta de algunas de las capacidades tecnológicas chinas en relación con los fondos oceánicos. Su estructura de titanio soporta la presión oceánica a una profundidad de 10.000 metros (+ de 32000 pies), está potenciado por baterías de litio y puede tomar muestras con sus brazos robóticos extensibles y operar con precisión de un centímetro.

CGTN 2020
XINHUA 
Figura 4. Vehículos Sumergibles chinos para exploración de fondos oceánicos.

Se observa un avance notable desde la presentación de su primer vehículo sumergible en 2012, Jialong. Posteriormente presentó el Deep Sea Warrior, que operaba a 7000 metros de profundidad. Desde que fue puesto en servicio llevó a cabo 43 inmersiones y condujo investigaciones geológicas, geoquímicas y biológicas. En 2019, después de una onerosa modernización, volvió al servicio activo el vehículo sumergible Jialong con el ambicioso propósito de realizar una travesía alrededor del mundo. Su misión sería investigar la ubicación e identificación de sedimentos marinos en busca de REE, cobre, níquel, manganeso y cobalto para satisfacer los requerimientos futuros de tres de sus principales sectores productivos: la electrónica, la energía solar y la energía eólica. Algunos analistas sostienen que, sin importar cuanto tiempo resta para el agotamiento de las reservas terrestres de minerales críticos, los océanos ofrecen un caudal aún desconocido del que podrá abastecerse sin incurrir en los costos derivados de conflictos con otros actores.

La tecnología para la minería de fondos oceánicos se encuentra en transición de la etapa de experimentación a la de operaciones comerciales. Y la ventaja parece recaer nuevamente en China que posee vasta experiencia en prospección oceánica, aunque en tecnología de extracción se encuentre detrás de Japón, Corea y otras naciones occidentales como Francia y Estados Unidos. Pero la experiencia en adquisición de conocimiento por las investigaciones realizadas durante los últimos cuarenta años y su capacidad tecnológica en robótica todavía pueden darle una ventaja.

Los últimos dos Planes Quinquenales (12 de 2011-2015 y 13 de 2016-2020) dejaron en claro la intención del gobierno chino de participar activamente en el desarrollo de capacidades de explotación de recursos en fondos oceánicos. En la versión decimocuarta del Plan Quinquenal (2021-2025) se incluye un apartado especial sobre los océanos que por primera vez incluye la palabra “sostenible” para referirse a las actividades económicas. Ese podría resultar un indicio de que China pretende llevar sus nuevas ideas medioambientales a los océanos, atento a las implicaciones que estos tienen para las relaciones internacionales y la gobernanza de los denominados “global commons”. Estos últimos, los fondos marinos que quedan fuera de la jurisdicción de un país, han sido objeto de intensas actividades de exploración durante la década pasada.

También sus propuestas de regulación de actividades de minería oceánica están bajo observación internacional. China aprobó en 2016 la Ley de Minería en el Océano Profundo en 2016, seguida de otras normas para otorgar licencias en cumplimiento de lo acordado con la Autoridad Internacional de Fondos Marinos. China viene desempeñando un rol preponderante en este organismo desde su ingreso en 1996, a sólo dos años de su creación.

Las ambiciones y los avances de China en el campo de las “energías verdes”

Existe una estrecha relación entre los REE y su contribución al desarrollo del sector de las energías renovables. La atención internacional sobre el XIV Plan Quinquenal de Desarrollo Económico y Social de China estuvo concentrada en el compromiso del país asiático con la cuestión climática. Sin duda, la preocupación general rondaba en torno a la forma en que el principal emisor de gases invernadero del planeta podría dar cumplimiento a su decisión de alcanzar la neutralidad del carbono en 2060. Así lo había anunciado el presidente Xi Jinping en septiembre 2020, durante la 75ª Asamblea de Naciones Unidas. El documento en cuestión fue finalmente aprobado en marzo 2021, pero no logró despejar las dudas sobre la intención china de acelerar su contribución a reducir los efectos del cambio climático.

No obstante el desaliento de la comunidad ambiental, algunos expertos señalan que el objetivo del 2060 puede alcanzarse mediante un objetivo intermedio: la transición energética eficiente. Si China continúa el ritmo de avance alcanzado en el campo de las energías renovables, quizás pueda llegar a cumplir otra de las promesas de Xi Jiping: la efectuada en Dic 2020 en la Cumbre de Ambición Climática. Allí anunció que su país elevará la capacidad instalada de energía solar y eólica a más de 1200 millones de kilovatios (triplicando su capacidad actual) y a aumentar la participación de los combustibles no fósiles en el consumo de energía primaria en un 25%; ambas intenciones con una deadline en 2030.

Según datos de Trading Platforms, la capacidad de energía renovable instalada en el mundo alcanzó los 2.799 GW en 2020, frente a los 2538 acumulados en 2019. Un tercio de ella se concentra en China, que lidera el mercado mundial de energía renovable con 895 GW, secundado a una distancia considerable por Estados Unidos con 292 GW. El total de energía renovable producida en China no es superado ni sumando la capacidad de los cinco países que le siguen en la lista: Estados Unidos, Brasil, India, Alemania y Canadá. Todos ellos juntos alcanzaron una capacidad combinada de 809 GW en 2020. Japón fue el último país que tuvo una capacidad superior a 100 GW, mientras que España, Italia y Francia apenas lograron capacidad de 59 GW en el caso español, y de 55 GW en los otros dos en 2020.

Las distintas tecnologías renovables también experimentaron distintos niveles de crecimiento. En 2020, la energía hidroeléctrica, la bioenergía y la geotermia experimentaron un crecimiento modesto de entre el 1% y el 2%. Sin embargo, la energía eólica como la solar experimentaron un crecimiento interanual significativo (8,67%) en 2020. La eólica experimentó un crecimiento interanual de casi el 18%, mientras que la solar tuvo un crecimiento interanual del 21,6%.

A los fines del presente análisis nos limitaremos a considerar los avances de China en energía eólica y su relación con la potencialidad de provisión de recursos que ofrecen los fondos marinos.

Energía Eólica y Energía Eólica Marina

Según la empresa británica Wood Mackenzie, especializada en inteligencia de mercados, el camino de China hacia la neutralidad en carbono para 2060 puede resultar complementaria otras dos metas, la seguridad energética y los objetivos económicos. China intentará equilibrar los objetivos de la comunidad internacional con sus intereses en seguridad energética y sus ambiciones…¿sólo económicas?

Cumplir con su objetivo de carbono neutral requerirá un aumento del 75% de la demanda eléctrica actual para reemplazar los combustibles fósiles que, traducido en dólares implican 6.400 millones de inversión en energías renovables. Se prevé que ese crecimiento venga de la mano principalmente de la energía eólica y solar, así como de su almacenamiento.

Producir lo necesario para estas metas no representará una gran dificultad. China ya es el mayor fabricante mundial de turbinas eólicas y domina la producción mundial de módulos solares, con alrededor de dos tercios de los paneles fotovoltaicos producidos en el país. Sin mencionar la capacidad de los productores chinos en el exterior. China también lidera el suministro y procesamiento de la mayoría de las materias primas necesarias para baterías y otras tecnologías de cero carbono. Tres cuartas partes de la producción mundial de baterías de iones de litio, la mitad de los vehículos eléctricos del mundo y casi el 70% de todos los paneles solares se fabrican en China.

Sin embargo el principal desafío que enfrenta es garantizar el suministro seguro y competitivo de materias primas para este crecimiento. Y ese desafío ronda alrededor de cinco metales esenciales: cobre, aluminio, níquel, cobalto y litio. A pesar de una década de inversión china en activos de cobre en el extranjero, las grandes mineras occidentales continúan dominando. La dependencia de China de los mineros extranjeros para su suministro de cobre es una gran preocupación, razón por la que sus esfuerzos estarán dirigidos a alcanzar un mayor control de otras materias primas. La producción nacional y extranjera de cobre, esencial para la transmisión eléctrica, el cableado y las turbinas eólicas, a partir de sus reservas nacionales apenas alcanza el 16% del total que requiere. Tras una década de inversión en activos de cobre en el extranjero no ha podido revertir el dominio de las grandes mineras occidentales. Es así que el logro de las metas chinas en energías renovables dependerá en gran medida del acceso a recursos tanto terrestres como oceánicos.

Por otra parte, la energía eólica marina se consolida como una de las tecnologías más relevantes para descarbonizar el sistema energético y lograr neutralidad cero neto. El  Banco Mundial señala que, con la tecnología disponible en la actualidad, el potencial eólico marino a nivel mundial es de 71.000 GW, por lo que este recurso será clave para mantener el calentamiento global por debajo de los niveles preindustriales de 1,5 ° C, además de la generación de importantes beneficios económicos. Acelerar la comercialización de la energía eólica marina flotante en esta década también será crucial para desarrollar el sector. 

En relación con la energía eólica marina (Ver Fig. 5) a nivel mundial, podemos señalar que este segmento industrial tuvo su segundo mejor año en 2020 con la instalación de más de 6 GW nuevos, según datos de otra empresa de inteligencia de mercados, GWEC. A pesar de los impactos de la pandemia que afectaron a otros sectores energéticos, este segmento logró mantener su tasa de crecimiento gracias al impulso de China. Por tercer año consecutivo se ubica en la cima del sector global, y sólo en 2020 la capacidad instalada supera el 50% del guarismo mundial. Aparte de China (50,45%), sólo se destacan algunos países europeos, como Holanda y Bélgica (24,62% y 11,59%), Corea del Sur (0,99) y Estados Unidos (0,20) con nuevas capacidades instaladas. Portugal fue el único país que instaló una plataforma flotante de energía eólica marina en el mismo período.

La capacidad eólica marina global ahora supera los 35 GW, un aumento del 106 por ciento solo en los últimos 5 años. China ha superado a Alemania en términos de instalaciones acumuladas, convirtiéndose en la segunda eólica marina más grande a nivel mundial, detrás del Reino Unido que ocupa el primer lugar

China Daily News
Figura 5.  Plataforma Eólica Marina

Los expertos prevén que el crecimiento récord continúe en China durante el 2021 de cara a su meta de neutralidad cero. Una importante contribución vendrá de la provincia de Shandong que prevé asignar un total de 23 GW de proyectos eólicos para 2025. Este objetivo podrá potenciarse gracias al reciente acuerdo celebrado entre el gigante energético europeo noruego EQUINOR con el astillero chino CIMC RAFFLES para desarrollar proyectos eólicos marinos frente a la mencionada provincia.

El apetito internacional por las Tierras Raras

La posición dominante de China en el mercado de las tierras raras, tanto en la oferta como en la demanda, no es una preocupación nueva en el ámbito internacional.  La producción correspondiente a la minería y al refinado en el país asiático está controlada por cuotas asignadas a seis empresas estatales, que están altamente integradas en toda la cadena de suministro de tierras raras.

Los peores temores se hicieron evidentes en 2010 a causa de un incidente diplomático por los territorios en disputa del Archipiélago Diaoyu o Islas Senkaku entre Japón y China. Este último decidió como medida coercitiva imponer un embargo a la entrega de metales de tierras raras a los puertos japoneses, generando un aumento en el precio internacional cercano al 700% (ver Fig. 6).

 


CSIS China Power Project 
Figura 6. Evolución de precios internacionales de Tierras Raras 2000-2020

A pesar del impacto que causó el incidente de 2010 y cuyas consecuencias se extendieron hasta 2014, el acceso a este mercado no ha sido fácil para ningún país. Recién en 2015 se comienza a observar una tenue participación por parte de otros actores internacionales y en 2020 comenzaron a surgir actores no procedentes de China en el segmento de producción de concentrados de minerales de tierras raras, pero gran parte de esta materia prima fue absorbida por el mercado interno chino. Más allá de los pronósticos de crecimiento y recuperación post-Covid del sector que rondan un 10% interanual, la apuesta fuerte viene impulsada por la “Agenda Verde”. En efecto, los productos de tierras raras se emplean en la generación de energía renovable y en el trasporte de “emisión cero” mediante el uso de imanes permanentes en turbinas eólicas y en los sistemas de transmisión de vehículos híbridos y eléctricos, entre otras aplicaciones.

En este sentido, a partir de mediados de 2019 se observa en algunos países, particularmente Estados Unidos, Rusia, la Unión Europea y Australia, una tendencia a acelerar los esfuerzos para reducir esta dependencia mediante la implementación de nuevas estrategias. Como mencionamos anteriormente, el año 2020 con la pandemia COVID-19 ha resaltado aún más el grado de dependencia de Occidente de los recursos estratégicos y de los productos refinados provistos por China. 

Teniendo en cuenta que los REE se encuentran presentes en una variedad de minerales, esto no significa que tengan la misma viabilidad económica para iniciar la extracción conforme a los precios actuales y la tecnología disponible. Si un país determinado tuviera la intención de aumentar la demanda nacional de REE deberá implementar diferentes estrategias que incluyen la localización de reservas geológicas adicionales, reducir los costos de la extracción de REE a partir de otros minerales, aumentar las tecnologías disponibles para producir REE a través de procesos de reciclado y aumentar la sostenibilidad de los REE para cada uso específico, entre otros. No obstante ello, el incidente de 2010 entre China y Japón, que se extendió hasta 2014, dejó sus huellas. Alrededor de 15 países se lanzaron tras la exploración de los REE, llegando a iniciar alrededor de 40 grandes proyectos de exploración que suman una cantidad estimada de recursos en 3000 millones de toneladas métricas. Como consecuencia de ello, hasta 2017 se registraban cerca de una decena de sitios de extracción de REE (ver Tabla 3).

Nombre del Sitio

Origen

Recursos en TM

Mount Weld

Australia

23,9

Buena Norte

Brasil

—-

Bayan Obo

China

800

Daluxiang

China

15,2

Maoniuping

China

50,2

Mar del Sur de China

China

—-

Weishan

China

—-

Karnasurt

Rusia

—-

Mountain Pass

EEUU

16,7

Dong Pao

Vietnam

—-

USGS 2017

Tabla 3. Sitios de Extracción Activos a 2017.

Unión Europea

La Unión Europea, con un sector tecnológico altamente dependiente de las importaciones, no relacionó esta dependencia con las Tierras Raras hasta 2008 cuando la Comisión Europea (CE) formalizó una Iniciativa de Materias Primas que recién se plasmó en un planeamiento estratégico en 2011. Ese año se adoptó una estrategia dirigida a garantizar el acceso a materias primas en mercados globales a precios no distorsionados, potenciar un suministro sostenible de fuentes europeas y reducir el consumo de materias primas primarias.


Comisión Europea 2017
Figura 7 – Distribución de países productores de materias primas críticas para la UE

Sin embargo recién en 2017 la CE presenta el Informe “CRM List” ( “Lista de materias primas críticas para la UE”) (Ver Fig. 7) donde no sólo los elementos de Tierras Raras Livianas y Pesadas encabezan la lista, sino que le otorgan la máxima calificación en relación con su importancia económica y el nivel de riesgo asociado a la provisión de estos recursos, dejando bien en claro que existe un muy bajo a inexistente margen de sustitución para estos materiales. En 2020 lanzó su Plan de Acción sobre Materias Primas Críticas y puso en marcha la Alianza Europea de Materias Primas. Esta alianza se centrará en las necesidades más apremiantes a las que se enfrenta Europa: aumentar la capacidad de recuperación de la UE en las cadenas de valor de las tierras raras y los imanes, que son vitales para los ecosistemas industriales de Europa. Las medidas tienen por objeto promover la transición de la UE a una economía ecológica y digital, y aumentar la capacidad de recuperación de Europa en las tecnologías clave necesarias para esa transición. 

Federación Rusa

Rusia, dentro de sus planes estratégicos relativos al sector minero, contempla una iniciativa para incrementar la producción doméstica de REE no sólo para preservar una porción de la innovación tecnológica global. Su mayor preocupación gira en torno a la relación “inestable” que existe entre Estados Unidos y China, dado que sabe que las crecientes tensiones políticas entre estos dos actores pueden generar presiones geopolíticas a las que no estará ajena. Tiene previsto realizar inversiones por valor de 1.500 millones de dólares en actividades de extracción de tierras raras e infraestructura asociada. Según sus estimaciones, prevé obtener alrededor de 12 millones de toneladas en esos materiales, que representan alrededor de una décima parte de la producción global. En la actualidad produce 1,3% del total mundial de tierras raras, con previsiones de aumentar su participación en un 10% durante la próxima década.

Estados Unidos

Estados Unidos fue el principal productor de REE entre 1960 y 1985, concentrando toda la actividad en la mina de Mountain Pass en California (Ver Fig. 8). A mediados de la década del 80 cierra las operaciones en Mountain Pass, y coincidentemente China inicia sus operaciones de extracción de REE. El país asiático se convirtió rápidamente en el principal productor, llegando en 2010 a producir el 85% de REE y ofrecer al mercado internacional el 95% de productos REE procesados, del volumen total mundial.

A partir de ese momento Estados Unidos importaba el 80% de los compuestos y metales REE a China y el 20% restante proveniente de terceros países eran derivados de otras importaciones chinas. A pesar que Estados Unidos aún contaba con reservas nacionales, hasta 2019 importaba el 100% de lo que consumía en REE y exportaba parte de los concentrados de REE para procesamiento en el exterior debido a la falta de plantas locales de procesamiento.

En 2020 Estados Unidos inició acciones tendientes a revertir esta situación o al menos reducir en parte su dependencia de China. Impulsa un desarrollo forzado de su industria con fondos federales y reducciones impositivas, en paralelo con la diversificación de sus fuentes, para lo cual apela a todo su arsenal tecnológico, drones y sensores especialmente, con la finalidad de localizar potenciales reservas en su territorio. Fortalece sus alianzas con Canadá y Australia mediante el despliegue de proyectos conjuntos destinados al refinado de los REE. Recordemos que Canadá es un productor líder de níquel y cobalto además de integrar la recientemente creada Iniciativa de Gobernanza de Recursos Energéticos (ERGI), destinada a encontrar nuevas fuentes de materiales críticos fuera de China. Sin embargo, según los expertos esta reanudación de actividades en el sector de las REE no será suficiente para librarse de China, al menos en el mediano plazo.

En 2019 la producción de tierras raras en Estados Unidos aumentó un 44%, lo que significó pasar del cuarto al segundo puesto en el tablero global. Incluso a pesar de sus esfuerzos, su participación del mercado no superó el 12%, una cuota muy distante del 63% que detenta China según datos del Servicio Geológico de Estados Unidos para 2019. El incremento obedeció a la reapertura de su principal y única mina de REE, Mountain Pass en California. Tras años de cierres y aperturas el sitio volvió a la actividad en 2017. Anteriormente había estado activo entre 2012 y 2015, a raíz del affaire diplomático sino-japonés, pero su contribución a la producción global de REE sólo fue del 4% en todo el período. El principal caudal de REE siempre provino de este sitio que, en 2002 debió cerrar por filtración de residuos radiactivos de torio y uranio como consecuencia de la explotación de REE.

USGS 2020
Figura 8. Sito Mountain Pass en California, EEUU

El reinicio de operaciones de 2017 de Mountain Pass fue posible, paradoja mediante, gracias a un acuerdo de inversores en el que también participó la empresa china Shenghe Resources, uno de los principales actores del sector. La incomodidad de Estados Unidos con el dominio chino llevó a asignar a los REE la categoría de “recursos imprescindibles para la seguridad nacional y económica”, según House Mountain Partners, una consultora de materias primas con sede en New York. Durante las negociaciones con Shenghe Resources, impuso la condición que China debía comprar dos tipos específicos de tierra raras a Estados Unidos: escandio e itrio, con aplicaciones en el área de defensa, aeronáutica y fabricación de televisores. El objetivo norteamericano fue fortalecer su industria local en primer término, porque la producción norteamericana de estos dos materiales en el sitio californiano todavía es incipiente.

En agosto 2020 una publicación del Wall Street Journal daba cuenta de las intenciones, no concretadas, del expresidente Trump de comprar Groenlandia, una región autónoma de Dinamarca. La isla es rica en recursos naturales, especialmente en REE.  En esa localización se desarrolla el proyecto Kvanefjeld, liderado por la australiana Greenland Minerals, donde también participa la empresa china Shenghe Resources. Este proyecto prevé en el futuro suministrar entre un 20-30% de la demanda global de esos metales.

Estados Unidos continúa asediado por la amenaza de una escalada de China en el conflicto comercial bilateral que pueda derivar en una suspensión de las exportaciones de diferentes minerales críticos para vastos sectores industriales que motorizan la economía norteamericana.

En este punto, se revaloriza la relación de Estados Unidos con Australia, poniendo a este último en una situación geoestratégica complicada. Muchos son los acuerdos comerciales que ha mantenido con China durante las décadas pasadas, importantes son las reservas de REE en Australia y lo que su desarrollo podría significar para la economía de ese país, pero también importantes y de muy larga data (desde la Primera Guerra Mundial) son los lazos geopolíticos y militares que la unen a Estados Unidos. 

Australia

Se estima que Australia es la sexta reserva mundial en REE. En 1990 casi se desconocía la potencialidad de su territorio en relación con estos materiales pero, en la actualidad y gracias a las nuevas tecnologías, existirían más de 26 millones de toneladas en reservas estimadas, de las cuales sólo 4 millones de toneladas tendrían valor económico. El gobierno australiano tiene en ejecución una política firme de desarrollo de nuevas capacidades industriales con estos materiales. En ese sentido, lanzó su Estrategia de Minerales Críticos y estableció en enero 2020 una Oficina de Asesoramiento para las Actividades relacionadas con estos recursos, con el objetivo de facilitar las inversiones, los planes de financiación y acceso a los mercados.

En noviembre 2019, con la intención de contrarrestar la potencial amenaza china, Estados Unidos y Australia, a través de Geoscience Australia y el US Geological Service, decidieron formalizar una asociación específicamente destinada al desarrollo de nuevas fuentes de minerales críticos, incluidos los REE, el cobalto y el tungsteno.

Australia espera beneficiarse con esta asociación, ya que sabe que la implementación unilateral de una industria de REE no es una tarea fácil. Las actividades de minería de REE son a menudo difíciles en términos ecológicos y económicos. La factibilidad de estos recursos se determina por múltiples factores, como el grado de pureza, costo de procesamiento y concentración relativa de  REE. También preocupan al gobierno los grupos ambientalistas australianos. La incidencia de estos en la opinión pública es más fuerte que los grupos chinos, y la explotación de REE contiene residuos radiactivos de Torio y Uranio, un tema que sin duda generará conflictos internos.

Australia no posee capacidad de procesamiento instalada que justamente es la principal fuente de ingresos de China. Pero Lynas Corporation, el mayor proveedor australiano de REE fuera de China, posee una planta de procesamiento en Geben, Malasia. Esta planta, próxima al Puerto de Kuantan, ha sido objeto de denuncias y protestas exigiendo su cierre por temor a la radiación contaminante. También es propietaria de Mount Weld, uno de los sitios mineros con REE de mejor calidad del mundo, ubicado en Australia Occidental, y de la Planta de Concentrados que inició actividades en 2011. Según Reuters, el Departamento de Defensa de Estados Unidos se encuentra en negociaciones con el gobierno de Australia para instalar una nueva planta de procesamiento de REE.

Conclusiones

Lo primero que debemos dejar en claro es que la cuestión presentada en este artículo representa solamente una de las múltiples aristas que tiene el complejo entramado de elementos que fluctúan dentro del triángulo estratégico que conforman los intereses tecnológicos, económicos y de poder de los dos principales antagonistas, China y Estados Unidos. Pero podemos destacar que, dado el rol crítico que se les asigna, las REE en tierra o en los fondos marinos serán un tema recurrente.

La vasta experiencia de China en investigación y exploración de los fondos marinos durante la década pasada, así como la evolución de las capacidades tecnológicas asociadas, colocaría a China en posición de ventaja frente a otros actores para alcanzar un mejor aprovechamiento de los recursos alojados en las profundidades oceánicas. Pero habrá que observar cuán sustentable es el compromiso de su discurso ecológico llegado el momento en que se produzcan las primeras señales de agotamiento de las reservas terrestres de minerales críticos para su desarrollo tecnológico industrial.

También resultaría favorable la situación en la que se encuentra en el mercado global con respecto a la cadena de suministro de tierras raras a pesar de las percepciones negativas que la misma despierta en sus contrapartes occidentales y vecinos asiáticos. No parece que en el mediano plazo surjan competidores fuertes en este terreno.

Los minerales críticos, como las tierras raras, son tan vitales para el desarrollo económico vinculado al dominio de tecnologías avanzadas para China como para cualquier otro país con los mismos intereses pero muy particularmente, para Estados Unidos. China por su parte no pareciera tener prisa en la resolución de este conflicto, porque su cuota de poder en este terreno todavía es sólida. Y si llegara a cumplir las metas propuestas de neutralidad cero, mediante un fuerte impulso a sus ya avanzadas capacidades en energías renovables volvería a colocarse un paso más adelante de Estados Unidos, pero esta vez logrando el tan ansiado reconocimiento internacional en la lucha contra el impacto del cambio climático. Tema que para Estados Unidos todavía está pendiente.

En los últimos tiempos se ha vinculado el tema de las tierras raras en los fondos oceánicos con los reclamos de soberanía de China en el Mar del Sur de China. Si bien no podría descartarse que sea un argumento más para que el país asiático intente justificar su reclamo, no se observan elementos que permitan determinar la preeminencia de este tema por encima de los ya conocidos. La idea de que existe una amenaza a los recursos sumergidos en esa zona por el momento sólo proviene de Occidente.

En definitiva China parece haber aprendido y comprendido la narrativa occidental y se muestra proclive no sólo a jugar el mismo juego, sino a esperar que su contrincante mueva primero. Y si éste último quiere ganar la partida, va a necesitar nuevas técnicas de negociación-coerción para sorprender al gigante asiático del siglo XXI.

 

* Consultora Independiente en Riesgos Tecnológicos. Profesora en la Diplomatura de Ciberseguridad y Ciberdefensa de la Escuela Superior de Guerra Conjunta.

Referencias

 

Artículo publicado en Boletín Nª3 del Observatorio Estratégico de los Mares de China de la Escuela Superior de Guerra Conjunta de las Fuerzas Armadas, https://www.esgcffaa.edu.ar/maresdechina/boletin/boletin3-05-2021_Tendencias%20Los%20fondos%20marinos%20y%20las%20ambiciones%20tecnologicas%20de%20China.pdf

100 AÑOS DEL PARTIDO COMUNISTA CHINO

Agustín Saavedra Weise*

El próximo 1º de julio se cumplirán 100 años de la fundación oficial del Partido Comunista Chino (PCC), evento refrendado poco después (21 de julio 1921) por el primer congreso nacional de esa agrupación política.

El legendario líder Mao Tse Tung fue uno de los fundadores —entre el numeroso grupo que creó esta fuerza política— en un marco de enormes dificultades y en una China que entonces se encontraba parcialmente ocupada por fuerzas extranjeras. Además, pocos años después se avecinaría una larga guerra civil entre comunistas y nacionalistas que recién concluyó en octubre de 1949 con el triunfo del PCC y la proclamación de la República Popular China (RPC). Mao ya había asumido la jefatura del partido desde 1945 y la retuvo por 31 años.

Muchas cosas han sucedido a lo largo del siglo que pronto cumplirá el PCC. Luego de una serie de cambios profundos —algunos efectivos otros no tanto— tras la muerte de Mao en 1976 su sucesor Hua Guofeng no logró mantenerse en el poder y lo sucedió en 1978 Deng Xiaoping, líder pragmático que modificó la base ideológica del PCC al permitir reformas institucionales que alentaron la adopción de modelos de desarrollo de tipo capitalista pero con un férreo control estatal. Es famosa a nivel mundial la frase de Den Xiaoping que reflejó su sentido práctico de las cosas: “no importa de qué color sea el gato, lo importante es que ese gato sepa cazar ratones”. Las reformas se intensificaron aún más con sus sucesores. En 2012 Xi Jinping asumió el mando como Secretario General del Comité Central del PCC y Presidente de la RPC, cargos que ocupa hasta el momento presente.

A partir de las reformas progresivas que el PCC implementó desde 1976 el crecimiento de la RPC ha sido vertiginoso. Hoy es ya la primera economía mundial en términos de Producto Interno Bruto (PIB) aunque todavía China está rezagada en su ingreso per cápita con respecto a otros países desarrollados. Queda mucho por hacer para que más de 1400 millones de chinos puedan tener los altos niveles de vida de sociedades como la estadounidense o los países de la Unión Europea (UE), pero el dragón del oriente ya está en franco progreso hacia ello; las condiciones de vida han mejorado notablemente. Otro tema importante de la actual RPC es que está generando una formidable maquinaria productiva de alta tecnología, ya no solo se producen copias baratas de dudosa calidad. En paralelo con estas industrias masivas de bajo nivel está surgiendo ahora en China un nuevo nivel productivo altamente calificado y capaz de competir con lo mejor de lo mejor del mundo capitalista. Y hablando de capitalismo, recordemos que —en una nota anterior del suscrito— informé que el investigador Branko Milanovic considera que en el mundo de hoy únicamente existe un solo sistema capitalista pero que básicamente es conducido por dos superestructuras diferentes. Una es la autoritaria tipo RPC y Vietnam, la otra es la liberal tipo EEUU y UE.

Sea en definitiva como se quiera calificar al movimiento económico chino, el hecho es que su avance en los últimos años ha sido impresionante y parece sin pausa. A nivel internacional también la RPC está transformando el mapa geopolítico por medio de su alianza con Moscú, su alta competitividad comercial, el camino de cintura con la nueva ruta de la seda, sus inversiones globales y mecanismos de cooperación internacional, sumando a ello un creciente poderío militar. El progreso de la RPC es indudable y mucho de ello se debe sin duda a la férrea conducción del PCC, sería necio el negarlo, pero también debe reconocerse que ese progreso ha tenido un costo elevado en derechos humanos y libertades individuales.

 

*Ex canciller, economista y politólogo. Miembro del CEID y de la SAEEG. www.agustinsaavedraweise.com

 

Nota original publicada en El Deber, Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, https://eldeber.com.bo/opinion/100-anos-del-partido-comunista-chino_236839