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EL CAOS COMO NEGOCIO

Iris Speroni*

Barrio Constitución, ciudad de Buenos Aires. Foto: Clarín.

En EEUU está muy estudiado el proceso de “arruinar” un barrio. Dejan que se instalen delincuentes de poca monta; casas tomadas; policía sorda, ciega y muda, pero sobre todas las cosas inoperante; suciedad que se recolecta mal y tarde; iluminación defectuosa cuando no inexistente. El poder judicial inactivo contra usurpadores, ladrones o traficantes de drogas. Las escuelas descuidadas, docentes descorazonados. Servicio de salud sin insumos y profesionales sobrecargados. Asaltos asiduos a comerciantes. Ancianas robadas camino a la verdulería.

Lentamente, comienza el éxodo. Se venden propiedades y los nuevos propietarios dejan las unidades vacantes, las cuales son intrusadas por más malvivientes quienes jamás son desalojados. Los okupas hostigan a los residentes mañana, tarde y noche.

El barrio, poco a poco, se viene abajo. A veces, las autoridades, además, aumentan los impuestos. La gente más joven, con mejores ingresos, se va a los suburbios o a mejores barrios. Se quedan los pensionados propietarios, sin recursos suficientes para abandonar el lugar y que, por lo general, su único patrimonio es su departamento o casa. El precio de las propiedades se viene abajo. Los lotes y edificaciones, poco a poco, cambian de mano.

Tiempo después, mucho tiempo después; diez años, quince años, veinte años, cuando los viejitos se mueren, las autoridades cambian la rezonaficación y en ese momento comienzan a construirse edificios en alto. Aparecen locales de productos caros y restaurantes de moda.

Este proceso ha sido descripto por numerosos trabajos académicos norteamericanos y replicado en la ficción a través de novelas, series de TV y películas. Por ejemplo: “Motherless Brooklyn” o “Huérfanos de Brooklyn”.

Mapa del delito Ciudad de Buenos Aires según el gobierno.

Veamos ahora cómo son las cosas por casa.

Los porteños hemos visto este proceso en varias oportunidades. Pasan los intendentes con sus tendencias políticas y los planes de los desarrolladores los sobreviven.

Los más viejos recordamos cuando llenaron Pacífico de travestis. Autos a todas horas, peleas, alcohol, etc. De a poco se fueron vendiendo las casas de una planta. Se hicieron torres de un lado y el otro de Av. Santa Fe. Una vez que se compraron todo lo comprable, los travestis fueron enviados a los bosques de Palermo.

Otro caso que tiene más de 20 años. Desarrolladores urbanos deseaban (y desean) construir un complejo de torres en la Costanera Sur. Esto empezó en los tiempos de Ibarra intendente. La Legislatura se opuso. Entonces instalaron una villa miseria. Era imposible hacerlo sin el visto bueno de todas las autoridades, en una zona controlada por la Prefectura. ¿Cómo llegaron ahí los camiones con ladrillos, aberturas, tanques de agua, las provisiones para los almacenes y maxikioscos internos de la viila, etc.? Todo se hizo con el visto bueno del gobierno municipal (Ibarra-Telerman-Macri-Larreta) y el nacional (Prefectura). Innumerables veces se presentó el proyecto de rezonificación a la Legislatura, infructuosamente. El gancho para que la izquierda finalmente les diera el voto fue que iban a darle algunos de los edificios a los ex habitantes de la villa miseria (la que ellos mismos propiciaron). Les llevó más de 20 años, pero finalmente lo consiguieron.

Existe un plan de desarrollo de oficinas y viviendas caras en la hoy Villa 31 de Retiro. Larreta no llegó a terminar el proyecto. Incluía darles títulos de propiedad a los actuales ocupantes para que luego la empresa desarrolladora pudiera comprarlos. Como verán, al igual que el proyecto de Costanera Sur, políticos y desarrolladores tienen un horizonte de más de 20 años. Llama la atención la connivencia de organismos internacionales como el Banco Mundial en este plan.

Al inicio del gobierno de Macri en la ciudad, comenzó a hacer obras en el Microcentro. Rehacer las calzadas (pusieron adoquines de cemento; impresionante la fascinación del PRO por el cemento). Rehicieron las veredas ―excusa para instalar fibra óptica en todo el microcentro―. Lentamente, financieras y otras empresas comenzaron a retirarse de la zona. El caos permanente en Plaza de Mayo, Avenida de Mayo y Avenida 9 de Julio, desde 2002 hasta el día de hoy, convenció a más empresas de fugarse. De a poco el barrio se desertificó. La cuarentena eterna la dio el golpe de gracia. Ahora el gobierno de la ciudad tiene un plan para reconvertir la zona en residencial. Las mejoras se harían con dineros públicos.

Barrio Constitución, Ciudad de Buenos Aires.

Barrio de Constitución. Venta de drogas, prostitución en la vía pública (prostituta y cliente copulan en la vereda), basura por doquier, ranchadas, pungas, asaltos en grupo faca en mano. Tierra de nadie ante la connivencia de las autoridades. Constitución es un barrio curioso. Cuenta con numerosos edificios de calidad, tanto de estilo francés, como art nouveau y art decó. Edificios de varias plantas, de buena factura, de la primera mitad del siglo XX. Casas de una planta con detalles en la fachada e interiores admirables. Todo se ha venido abajo. ¿Cuáles serán los planes para Constitución de esta máquina de demoler Buenos Aires que es el PRO? Ya nos enteraremos.

Distintos edificios del Barrio Constitución.

El proceso de Constitución que ya lleva varios años, lo han comenzado a replicar lentamente en Retiro en el último lustro. La primera decisión del gobierno fue darle órdenes de inmovilización a la comisaría. Incluso quisieron cerrarla.

Ola de robos en Retiro, Capital Federal, República Argentina.

La destrucción ―en la mayoría de los casos adrede― de un barrio significa la pulverización del patrimonio de cientos de familias. Ven cómo el valor de su propiedad de degrada ante sus ojos y no tienen herramientas para combatirlo. En particular cuando las autoridades juegan en contra.

Los vecinos de Constitución se resisten a la destrucción de su patrimonio.

Las necesidades edilicias de la ciudad y del país no son solamente nuevas viviendas sino restaurar edificios de época de calidad. Toda Buenos Aires, en particular los edificios de calidad de Constitución, Congreso, Retiro, Recoleta no han tenido buen mantenimiento por años. Manchas de humedad que no se arreglan, ascensores con funcionamiento defectuoso, edificios de lujo sin gas. Edificios en Rodríguez Peña y Posadas o en Guido y Montevideo con el gas cortado porque el consorcio no cuenta con dinero para cumplir con las regulaciones.

Pirámide poblacional de la Ciudad de Buenos Aires, según estimación del gobierno de la ciudad. Anuario estadístico 2021, página 31.

En la ciudad de Buenos Aires viven muchos ancianos, que han visto recortados sus ingresos por falta de actualización de sus jubilaciones y pensiones frente a la inflación. Esto último es una constante desde el segundo gobierno de Cristina Fernández, Mauricio Macri y ahora Alberto Fernández.

Población de la Ciudad de Buenos Aires en condiciones de recibir jubilación o pensión. Elaboración propia en base a datos del Gobierno de la Ciudad. Los eventuales jubilados y pensionados son al menos el 20% de la población y más del 25% del padrón electoral. Ver en particular la cantidad de mujeres mayores de 60 años, el 25% de la población femenina y el 30% del padrón electoral.

El entendimiento del PRO con el sindicato de porteros, a las órdenes de Santamaría, hace que el 80% de las expensas se destine a pagar sueldos de encargados, superiores a los ingresos de los habitantes del edificio. Eso le da un aire de tristeza y pobreza a toda la ciudad. Así era París en los ‘80, antes de la bonanza. Una década después se veían las fachadas pintadas y flores en las ventanas. Así eran las ciudades del otro lado del muro mientras existieron los soviéticos. Es la tristeza que trae la pobreza.

La relación del PRO con los desarrolladores inmobiliarios es inescindible, como se comprobó en la última reunión en Llao Llao, donde expuso Larreta, entre otros. La familia Macri controla el Catastro de Buenos Aires desde que Grosso era intendente. La familia Macri tiene en su poder toda la información sobre cada lote, cada casa o negocio o departamento de Buenos Aires. Cuántos baños, cuántas ventanas y escaleras tenemos cada uno de nosotros. Desde que el PRO ganó la intendencia, además sabe si pagamos los impuestos a tiempo o estamos morosos. También sabe si debemos expensas, porque los administradores deben informarle al gobierno. Saben todo. ¿Eso es lo que usted quiere?

El PRO demostró, y por eso resultó peor que Ibarra, no querer a Buenos Aires. Ni su arquitectura, ni su gente. Destruyó prácticamente toda la obra de Thays. Reemplazo sus diseños curvos, que combinaban ladrillo a la vista (rojo) con la vegetación (verde), por líneas rectangulares y grises. Poco de Thays queda en pie. Quiso hacer un negocio inmobiliario en el Zoológico. No lo logró (todavía); pero asesinó miles de animales en el intento. Mató ejemplares de árboles centenarios para tirar fibra óptica o poner cemento. La destrucción del patrimonio arquitectónico es alevosa.

Los problemas que enfrentamos los porteños son múltiples. La basura, la criminalidad, la destrucción de nuestro patrimonio arquitectónico colectivo y la caída de nuestros ingresos (como comunidad). No es razonable que una sociedad empobrecida tenga masivamente porteros. En las ciudades de Occidente, sólo los ricos los tienen. Y menos aun cuando la paga no es techo y un sueldo mínimo sino ingresos superiores ―notoriamente― a los de quienes le pagan el sueldo. Algo anda mal. O el sueldo de los porteros o los ingresos de los porteños, o ambos.

Ahora tenemos por delante una elección con cuatro candidatos. El PRO (más de lo mismo); Santoro (un mix de radicales y kirchneristas a las órdenes de Santamaría ―socio del PRO―), la izquierda y la novedad de Marra (LLA).

Voten a quien quieran. Propongo que no le renovemos la confianza al PRO. Bastante daño nos han hecho. Alternancia le llaman. Opciones tenemos.

 

Artículo publicado el 30/09/2023 en Restaurar, http://restaurarg.blogspot.com/2023/09/el-caos-como-negocio.html

LA PROPUESTA DE PATRICIA BULLRICH QUE ES NECESARIO PROFUNDIZAR

Ariel Corbat

Hay clima de fin de época. Algo como lo que latía cada vez más fuerte en la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas y sus países satélites tras la caída del infame Muro de Berlín. Una percepción generalizada respecto a que lo que fue ya no será y lo que será se intuye distinto.

El régimen kirchnerista, proyecto totalitario de corrupción estructural, se impuso en Argentina aprovechando el pánico que dejó la crisis del 2001, cuando la sociedad convalidó autoritarismo a cambio de la ilusión de un nuevo orden económico que resultó ser “soja y suerte”, desperdiciando otra oportunidad de contexto internacional. El giro a la izquierda fue notorio desde el abrazo de Néstor Kirchner con el dictador Fidel Castro al asumir la presidencia.

Y ese abrazo con el comandante de las organizaciones terroristas que Cuba dirigió contra la Nación Argentina, para exportar su “revolución” (tiranía) por la vía de la violencia armada, no tuvo nada de casual.

Kirchner, con la prédica de atribuir todos los males de la Argentina al “neoliberalismo” de los 90’s, asociado a su antaño admirado Carlos Menem, se sirvió del odio para construir poder. Y fogoneando el odio para su propio provecho desandó el camino de la pacificación nacional que había iniciado el riojano. Muchos cosas negativas pueden atribuirse a Ménem, pero si hay algo que nunca hizo fue fomentar el odio entre los argentinos. En ese afán dictó indultos a militares y terroristas buscando superar el pasado. Y al margen de minorías hiperactivas, que quedaron a contramano del mundo y del interés de los argentinos, lo estaba logrando.

Y en aquel entonces, 1989, los jefes montoneros como Fernando Vaca Narvaja celebraban los indultos que beneficiaban a ellos y a los militares por considerar que “el indulto es una medida que resuelve 15 años de enfrentamiento en la Argentina y el presidente Ménem ha tomado la responsabilidad de terminar con un siglo y medio de guerras civiles intermitentes”. En esos días los jefe montoneros declaraban abiertamente su adhesión, “sin ambigüedades” a la reconciliación nacional que impulsaba el Presidente Menem.

Un Presidente que tenía autoridad moral para reclamar el fin de los rencores porque habiendo estado preso ―no unas horas como Kirchner y en calidad de invitado― sino durante años en Las Lomitas por disposición del gobierno militar, jamás demostró conservar rencores.

A Menem se lo podía criticar sin que diera trato de enemigos a sus críticos, con Kirchner todo el que lo cuestionara pasó a ser enemigo, antidemocrático, genocida, golpista, facho, y un largo etcétera de lindeces por el estilo. Y Kirchner en sus afanes de poder, y lo de “afanes” dicho en toda la dimensión de la palabra, retomó la mentira de los 30.000 desaparecidos con el relato infantil de militares malos masacrando “jóvenes idealistas”, se negó la existencia de la guerra que como tal reconocían los “partes de guerra” de las organizaciones armadas y promovió la anulación de leyes e indultos; para volver a juzgar solamente militares. No tuvo aquello ni una pizca de pureza ideológica sino para dedicarse al éxtasis de asaltar cajas fuertes, pues como bien supo sintetizar Jorge Asís, adquirió así la franquicia de los derechos humanos para que la izquierda se contentara con el “roban pero encarcelan”.

Nunca se trató de hacer justicia, sino de terminar con la República y el imperio de la Constitución Nacional, el resultado fue una cobardía intelectual pavorosa que se plasmó en el prevaricato más escandaloso de la historia judicial argentina, con políticos que temerosos de no ser tildados de “procesistas” dejaron que el Congreso Nacional se convierta en una escribanía del Poder Ejecutivo.

Y mientras el kirchnerismo robaba tanto como para terminar revoleando bolsos cargados de dólares por no saber dónde guardarlos, los militares fueron apresados, procesados, condenados, expuestos en condiciones de escarnio y dejados morir en nombre de los “derechos humanos” y sin ninguna constitucionalidad. Los jueces dejaron de ser jueces de la República, para ser agentes revolucionarios de la revancha terrorista, cuando eligieron el prevaricato dócil al régimen kirchnerista ignorando cuestiones tan elementales como la irretroactividad de la ley penal. Con los militares presos en esas condiciones, los jueces hirieron de muerte a la República.

Mientras escribo esto leo la noticia de hoy que indica el hallazgo casual, durante la irrupción de bomberos a un departamento que se incendiaba, de un arsenal con armas que pertenecieron a Montoneros, incluyendo granadas de la propia fábrica de la organización. Como para subrayar que la guerra existió y no puede negarse.

Sobre este contexto, Javier Milei cometió el tremendo error de decir previo a las PASO que los militares deben cumplir sus condenas, y esa fue la razón por la que decidí votar nulo en esa grande y cara encuesta.

No hay sustento legal para que nadie siga privado de su libertad por delitos cometidos durante los años de plomo. Lo están por un prevaricato del que son partícipes la Corte Suprema de Justicia de la Nación y los jueces federales. Y esa es la dificultad para ponerle fin al prevaricato, que no es un caso aislado sino una complicidad corporativa.

Tal como he señalado en otros artículos, en las presidenciales sí voy a votar por la fórmula de La Libertad Avanza, que integran Javier Milei y Victoria Villarruel, porque no me es indistinto quién sea el próximo presidente más allá de muchos reparos. Lo ideal no está disponible y eso hay que entenderlo.

Ahora bien, hay una creciente conciencia respecto a la existencia de un prevaricato descomunal para mantener presos a los vencedores del terrorismo castrista. Se conocen ya demasiados absurdos que ocurren en esos juicios para que cualquiera medianamente informado pueda argumentar que tienen alguna validez. Poner presos por causa de una guerra anterior a veteranos de la Guerra de Malvinas es una de las cosas que más indignan, porque un país que condena implacablemente y sin perdón a sus defensores le entrega su futuro al enemigo. Entonces vuelvo a recordar la presencia de Fidel Castro en la asunción de Kirchner para que se comprenda cabalmente toda la decadencia que vino después.

Así como critiqué y critico a Milei siendo el candidato al que votaré, debo elogiar en este punto a Patricia Bullrich aunque no le confiera mi voto.

A través de una “Carta Compromiso” dirigida a los integrantes de las Fuerzas Armadas, Patricia Bullrich afirma lo siguiente:

“Conozco, sin embargo, el trato inequitativo y en ocasiones inhumano que han recibido muchos oficiales y suboficiales retirados, a consecuencia de una herida histórica que no termina de cicatrizar, pero que debemos curar de una vez, mediante una salida justa, si queremos comenzar un camino hacia la construcción de un futuro de paz y concordia”.

 

Ciertamente no propone una solución concreta, pero plantea el tema y la necesidad de encontrarle solución. Que la candidata presidencial de una alianza política con mucho, demasiado a mi gusto, componente progre, escriba ese párrafo en una carta de campaña como compromiso político, es claramente otra señal de fin de época.

Un fin de época que se respira hoy pero viene evolucionando desde hace años. Cuando Cambiemos estaba en el poder con la presidencia de Mauricio Macri, esta cuestión estaba presente. Elisa Carrió, quien impulsando la ley de anulación de las leyes de obediencia debida y punto final facilitó tanto la instalación del relato kirchnerista como el inicio del prevaricato, advirtió en el 2017 que había militares condenados sin pruebas y reclamó revisar los juicios. Luego, en 2019, Carrió volvió a referirse a la cuestión: “Me gustaría una ley que pueda habilitar la revisión de muchos juicios injustos, sin debido proceso legal, contra militares que no tuvieron nada que ver”.

Carrió proponía entonces una solución parcial, Bullrich propone hoy algo que va en la misma dirección.

Espero y brego porque La Libertad Avanza profundice la cuestión, tomando esas iniciativas de Carrió y Bullrich como un punto de referencia para buscar el definitivo cierre de toda esa injusticia con una propuesta propia: volver a ponerle la venda de la imparcialidad a esa “Justicia” que hoy lleva parche. Es imprescindible avanzar en esa dirección porque es un combate clave en la batalla cultural que, inexorablemente, hay que dar para liberar al país del régimen kirchnerista.

 

Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha,

un liberal que no habla de economía. 

 

Artículo publicado el 14/09/2023 en La Pluma de Derecha.

 

SUPERDEUDA

Iris Speroni*

¿Quién dirige el país?

Una banda criminal que no sabe cuándo parar.

¿Qué se elige en las próximas elecciones?

Básicamente, quién va a pagar el agujero patrimonial.

 

El Estado federal argentino tiene dos sistemas de recaudación, uno en cabeza de la AFIP y la Aduana; otro vía el BCRA.

La AFIP y la Aduana son los sistemas oficiales. Están incluidos en el presupuesto y la recaudación que obtengan tiene un destino aprobado por el Congreso.

El BCRA actúa como un recaudador paraoficial. Su recaudación y el destino de la misma no son informados al Congreso, quien no aprueba ni su accionar ni la aplicación de lo obtenido.

Esta actitud de indiferencia por parte de los legisladores para con esta cuantiosa recaudación paraestatal es contraria a la Constitución Nacional, ya que ésta designa al Congreso como responsable de las políticas monetarias y cambiarias (art. 75 incs. 11 y 19). Incumplimiento de los deberes de funcionario público.

La criminal política monetaria del BCRA cambia la vida de las personas. Eso sucede porque a los productores se les paga la mitad del valor de su producto.

A consecuencia de la política monetaria del gobierno de Alberto Fernández es que en Tucumán talaron limoneros. Cultivar limones es negocio si se cobra el precio de la tonelada de limón. Si se cobra el 50%, no tanto. Lo mismo sucede con las cerezas de Santa Cruz o la madera y el arroz de Corrientes o el té de Misiones. El Congreso, al no ocuparse de la política monetaria y delegarla en el Poder Ejecutivo, deja el patrimonio de cientos de miles de argentinos a merced de las decisiones arbitrarias de funcionarios; los cuales, abusaron de su autoridad. Unos y otros incurrieron en la violación del artículo 29 de la CN.

Como he expuesto, el Estado se queda con el 50% del valor de todas las exportaciones con el simple procedimiento de pagar a mitad de precio las divisas obtenidas. Es una segunda recaudación paraestatal de libre disponibilidad para los funcionarios. ¿Qué hacen con ese dinero? Se lo dan a los amigos. Por lo tanto, así como entra, se va.

En 2022 se recaudaron 88.446 millones de dólares por exportaciones, de los cuales la mitad (con excepción de unos privilegiados como las empresas petroleras, las mineras y las automotrices) queda en poder del BCRA.

Sin embargo, las autoridades llegaron al 31 de diciembre de 2022 sin dinero en las reservas.

¿Tan rápido se esfumó?

Sí.

Es peor aún. En lo que va del año, el ministerio de economía tomó más deuda con organismos multilaterales de crédito, emitió bonos del Tesoro, canjeó deuda que estaba en pesos a dólares (para beneplácito de los amigos que entraron en ese canje malsano) y recibió adelanto de impuestos por parte de las cerealeras (impuestos que no cobrará el próximo gobierno).

En resumen, no sólo se gastaron la gigantesca recaudación de la AFIP de $ 14.447.110.659.694 en el 2022 y de $ 16.312.592.719.621 entre enero y agosto en el 2023; sino la recaudación paraoficial del BCRA equivalente a la mitad de las exportaciones argentinas y además, como esto no era suficiente para alimentar el voraz monstruo de la corrupción, nos endeudaron.

A la deuda del Tesoro, ya listada, se le suma la deuda del BCRA:

  • bola de Leliqs,
  • importaciones efectuadas no pagadas,
  • depósitos de privados en custodia del BCRA.

Cuando me preguntan si la Argentina tiene futuro, digo que sí, sin dudarlo. Pero necesitamos funcionarios que no sean venales.

Imaginemos una analogía. Supongamos una empresa que trabaja bien, tiene un buen producto, buenos empleados, buenos proveedores, clientes que pagan a tiempo. Todo está bien: producción, facturación, cobranza, entregas, pago a proveedores. De pronto, no hay un peso. ¿Qué pasó? El tesorero suspendió el pago a proveedores en los últimos dos meses, no pagó las cargas sociales ni los impuestos, se endeudó con el banco y se fugó con todo el disponible en la cuenta. Se llevó el equivalente a dos meses de facturación, dos meses de proveedores y cargas sociales y el crédito obtenido del banco con la excusa de renovación de maquinaria. No es una mala empresa, no trabaja mal. Lo único que le pasa es que tiene tránsfugas al frente de ella.

Eso es lo que nos pasa a nosotros.

Producimos bienes y servicios que son requeridos (y pagados) en el exterior. Nuestra gente es trabajadora, tiene iniciativa, quiere a su país, pone el hombro. Tenemos buenos clientes.

Si de aquí en más queremos no vivir en descubierto, tenemos que echar al tesorero.

¿Qué se elige en las próximas elecciones?

Básicamente, quién va a pagar el agujero patrimonial.

Una banda criminal que gobierna el país se robó absolutamente todo. Es más, tomó deuda para poder robar más de lo que había.

La pregunta, según la analogía es, si vamos a hacer lo de siempre (moratoria de cargas sociales, bajar los sueldos de los trabajadores, pedir tiempo a los proveedores, pedirle adelantos a cuenta de entregas a los clientes y renegociar la deuda con el banco; o, para variar, vamos a denunciar a los ladrones frente a la justicia y pedir que les embarguen los bienes y recuperar lo robado.

Ahora tenemos cinco candidatos a presidente. Del oficialismo sabemos que es, precisamente, la banda criminal que nos ha robado la recaudación oficial, la paraoficial (BCRA) y además pidió prestado para poder llevarse más plata aún.

La oposición

JxC: son el lado B de la misma banda criminal. Son el muleto cuando el electorado se cansa de la marca A. El radicalismo, que es parte integrante de JxC, ha gobernado el BCRA desde 1983 a hoy, con la excepción de algunos años durante el gobierno de Carlos Menem. No hay distinción en las políticas públicas entre el lado A y el lado B de la banda. ¿Cuál es la diferencia entre Kulfas, De Mendiguren o Dante Sica?

Schiaretti: propone modificaciones al status quo. Entiende que el sistema actual es uberunitario y que hay que aflojar un poco la soga al interior. Por lo que quitará o el diferencial cambiario o los derechos de exportaciones o un poco de cada cosa. Será un cambio ma non troppo. La versión light del oficialismo.

La izquierda: Han sido socios del oficialismo actual en los últimos 20 años. Jamás pidieron amparos a la Justicia para impedir ninguno de los fraudes enumerados. Sí se oponen a todo intento productivo si este colisiona con los intereses británicos.

La Libertad Avanza: es la gran incógnita. ¿Quién pagará lo que falta en un eventual gobierno de Milei-Villarruel? ¿Los que se la robaron toda o los mismos de siempre, es decir, nosotros? ¿Cómo se cubrirán los faltantes? ¿Aumentarán la deuda, venderán activos y/o soberanía, o impedirán que quienes vienen estafándonos dejen de robar, al menos, por cuatro años?

Algunos ciudadanos deseamos que quienes vaciaron el país sin pudor, obscenamente, a) en el mejor de los casos caigan presos y se les incauten las propiedades que mantienen en el país o, b) en el peor de los casos, que pierdan todo privilegio, al menos, mientras dure el gobierno Milei-Villarruel.

Sólo así, el pueblo argentino podrá comenzar a sanar.

 

Otro sí digo.

Voy a dejar un trabajo práctico a consideración.

Acaba de fallar un tribunal comercial de los EEUU que ordena resarcir al grupo Eskenazi; debemos pagarle las acciones de YPF al precio abonado a Repsol, más costas. Ahora bien, la forma en que adquirieron las acciones ha sido fraudulentas. Por lo tanto, sus derechos son nulos. La nulidad se obtiene si se demuestra el fraude ante un tribunal penal. Es más, los accionistas le han vendido los derechos del juicio a un tercero que puede o no ser testaferro y/o socio de funcionarios argentinos, quienes utilizan este juicio para extraerle dinero del Tesoro (una vez más).

Lo que debería hacer el próximo gobierno es presentar la maniobra criminal a los tribunales penales de los EEUU y pedir: a) la declaración del fraude y la consiguiente condena de todos los implicados (la familia Ezquenazi, los funcionarios públicos de entonces y de ahora, y los eventuales socios y/o testaferros norteamericanos), b) por todo lo anterior, pedir la nulidad del juicio comercial y que las acciones sean restituidas a su legítimo dueño, el estado argentino, c) con costas.

Ahora piense usted, ¿quién de todos los candidatos se atreverá a actuar en beneficio del pueblo argentino? De algunos de ellos sabemos que jamás lo harán.

En sus manos está. Sepa el pueblo votar.

 

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Artículo publicado el 09/09/2023 en Restaurar, http://restaurarg.blogspot.com/2023/09/superdeuda.html