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HECHO EN ARGENTINA

Iris Speroni*

Es una cancha inclinada y el árbitro que juega en contra es el BCRA como ejecutor y nuestra dirigencia política como autor intelectual del crimen.

 

En los últimos años describí el daño que la diferencia de tipo de cambio produce en los sectores exportadores, en particular, en los agropecuarios, fácilmente cuantificable: 100.000 familias menos en los últimos 15 años, retraso respecto a los países limítrofes, caída del nivel de vida general de la población, desocupación, informalización del trabajo con su consecuente abuso y desesperanza, tristeza generalizada.

Hoy quiero referirme al perjuicio que el retraso cambiario provoca en los sectores industriales, en particular en los cordones industriales.

Este fenómeno, que hoy solamente voy a enunciar, debería ser estudiado en profundidad, toda vez que es lo contrario a lo que las élites gobernantes (tanto del FdT como de JxC) sostienen. De hecho afirman, sin que les tiemble la mandíbula, que las autoridades buscan el retraso cambiario para “defender el salario de la población”.

Esto último es mentira. La defensa del salario es sólo una excusa para mantener el régimen que realmente prefieren: transformar el dinero mal habido (a.k.a. “el canuto”) a divisas valuadas a mitad de precio. Un empresario proveedor del Estado transforma sus dividendos a dólares subvaluados, acrecentando su ganancia medida en dólares. De igual forma, un político corrupto que recibe sobornos, transforma los mismos a dólares a mitad de precio; en ese sencillo acto duplica el valor del fruto de su crimen gracias a la gentileza del BCRA.

Ésa es la razón y no otra por la cual los políticos (FdT, PRO, UCR, CC) y sus amigos proveedores del Estado custodian con uñas, dientes y malas artes al dólar deprimido, aunque la consecuencia —a esta altura, luego de 11 años consecutivos—- sea imposible de ocultar: salario inferior al de Brasil, pobreza generalizada, desocupación, 50% de trabajo informal, jubilaciones miserables, cierre permanente de explotación (industriales y/o agropecuarias y/o comerciales), quiebra general del aparato productivo.

El dólar atrasado conjuntamente con la alta carga impositiva, genera un efecto de pinzas que asfixia a las explotaciones industriales, en particular a las PyMes, hasta lograr llevarlas a la quiebra.

Es cierto que algunos industriales se favorecen con el dólar barato. Compran rollos de tela en India, China o Pakistán con un dólar a $ 176 (07/12/2022, BNA). Luego lo llevan a cooperativas textiles para su confección à façon (eufemismo por pagar salarios por debajo del convenio colectivo de trabajo y no respetar las reglas de seguridad laboral). Usan energía eléctrica subsidiada por el Estado Nacional. Luego, el producto final lo venden a precios de la Quinta Avenida de Nueva York.

Pero son los menos.

Para el resto de los industriales, la situación es más que diferente. La producción industrial no agroindustrial es de calidad media o alta en la mayoría de los casos. No tan buena como la alemana (supongamos) pero no de mala calidad como la peor del sudeste asiático. Ha sobrevivido e incluso exportado por mantenerse en un rango intermedio entre los precios de los productos alemanes de gran calidad y los precios de productos chinos de baja calidad.

Eso les permitió tener su propio nicho. A eso hay que agregar producciones, a veces de pequeños volúmenes de exotismos de calidad. Como los helicópteros de Cicaré, o las tablas de surf de fibra de vidrio. Excelencia y buen precio. Imbatibles.

Hay productos críticos. Argentina necesita tener al menos un fabricante de jeringas descartables. Importar vietnamitas puede ser más barato, pero en caso de riesgo en la cadena de suministros, por la razón que sea, uno no puede quedarse sin insumos claves. Es un tema de seguridad nacional. El ejemplo de las jeringas puede extrapolarse a más de decenas de miles de productos.

Lo deseable es tener un mercado que conviva con productos de gran calidad, medios y muy baratos, para todos los usos y gustos y de todos los orígenes. De igual manera, poder exportar productos industrializados al nicho de mercado que nos cuadre.

Todo esto, que funcionó y que dio lugar a la industrialización media de nuestro país, es triturado por acciones coordinadas del Estado Nacional. La primera y más grave es el tipo de cambio atrasado. Toda industria argentina debe competir no con el mundo sino con el mundo a mitad de precio, ya que quien importa y compite con el productor argentino, compra con un dólar a $ 176 y no a $ 316: paga el 55,7% del valor del producto, por obra y gracia del BCRA. Ningún arancel aduanero, suponiendo que exista, puede compensar esta distorsión de precios. Por más eficiente que sea un industrial, por más salarios de hambre que pague (los salarios nuestros son inferiores a los brasileños y a los chinos) puede lograr que sus costos sean casi la mitad de los competidores.

Es una cancha inclinada y el árbitro que juega en contra es el BCRA como ejecutor y nuestra dirigencia política como autor intelectual del crimen.

Si por alguna razón un industrial logra sobrevivir la política cambiaria todavía le queda la inestabilidad macroeconómica y fiscal.

Nuestra macroeconomía se caracteriza por inflación, altas tasas de interés, retrasos en la cadena de pagos, cambios bruscos en los precios relativos y cambios regulatorios permanentes. A eso debemos agregar inestabilidad en los suministros porque, (¿quién hubiera podido imaginarlo?) regalar dólares a mitad de precio lleva a faltas periódicas de divisas.

Por lo tanto nuestro industrial hasta ahora debe:

  • competir contra importadores que obtienen el producto al 55,7% de su valor.
  • pagar tasas de interés superiores a 70% y/o descontar cheques a tasas entre 90% y 120%.
  • inflación permanente de costos.
  • devaluación diaria de los valores a cobrar (las ventas pendientes de cobro de la empresa pierden su valor en forma diaria gracias a que la inflación es del 7% mensual).

A esto hay que agregar el abuso fiscal. Quien produce debe pagar impuestos por adelantado (percepciones y retenciones de impuestos a los ingresos brutos y previsionales e IVA cuando se cobran las facturas por ventas). Impuestos a las transacciones: impuestos a las transferencias bancarias (a.k.a. “impuesto al cheque”), IVA, impuesto a los ingresos brutos, tasas de seguridad e higiene entre otros. Impuestos adelantados por ganancias futuras.

Para una empresa pequeña y mediana los costos son diversos, dañinos y distorsivos. Los impuestos pagados por adelantado le quitan capital de trabajo. Le impiden crecer, reponer maquinaria o insumos, mejoras, e incluso llegan a poner a riesgo su propia cadena de pagos. Los impuestos argentinos no sólo son muchos y caros (altas alícuotas) sino difíciles. Las reglamentaciones son intrincadas y se necesitan verdaderos expertos en criptografía para descifrarlos.

Los particulares no deberían ser agentes de retención de otros civiles. Cobrar impuestos es una obligación de las agencias estatales y sus decenas de miles de empleados bien pagos. Ser agente de retención es una carga pública injusta por la carga horaria que significa. Uno está haciendo el trabajo que corresponde a otros.

Todo esto hasta acá puede parecer una queja y lloriqueo de la patronal.

Sin embargo, la contrapartida ha sido el cierre de decenas de miles de empresas, la desindustrialización del país, la vulnerabilidad con insumos críticos, la devaluación del trabajo, la condena a millones de argentinos a la informalidad (la “economía social”, eufemismo que usa el presidente Alberto Fernández), la pobreza y la pérdida de dignidad.

Once años de manipulación del tipo de cambio, once años de caída del PBI per cápita y reducción del salario de US$ 750 por mes a US$ 250.

Soluciones
  • Tipo de cambio sin manipulación del BCRA (a.k.a. “alto” o “competitivo”).
  • Eliminación de decenas de impuestos y reformulación de los que queden.
  • Tasa de interés moderada.
  • Eliminación de la inflación.
  • Reservas en el BCRA.
  • Una Aduana que funcione y no sea un nido de contrabandistas.
  • Echar a los que gobiernan.

 

* Licenciada de Economía (UBA), Master en Finanzas (UCEMA), Posgrado Agronegocios, Agronomía (UBA).

 

Artículo publicado el 10/12/2022 en Restaurar, http://restaurarg.blogspot.com/2022/12/hecho-en-argentina.html,

LA VENTANITA: BRASIL

Iris Speroni*

Realidad que hace 20 años que no existe. Los funcionarios viven, verdaderamente, en otro mundo.

 

En “Una ventana al mundo” (http://restaurarg.blogspot.com/2022/10/una-ventana-al-mundo.html) afirmé:

Entender el comercio argentino internacional es lo que nos va a dar la pauta para pensar el país futuro. También para desenmascarar mentiras de nuestros gobernantes. Lloran impotencia, “no se puede”, “el mundo nos juega en contra”, “faltan dólares”, para justificar su inoperancia o corrupción.

Argentina es un país rico. Argentina es un país poderoso. Argentina es un país lleno de posibilidades, próspero y fecundo. No hay razones objetivas para estar endeudados ni que haya pobres.

Según datos del INDEC, el superávit comercial de la Argentina desde el 2000 al 2021 fue de US$ 183.482.000.000.

Fuente: INDEC. Elaboración propia.

Tener superávit comercial es la norma y no la excepción. Las exportaciones no pararon de crecer, en parte por la pérdida de poder adquisitivo de la población, en mayor medida porque ha cambiado el entorno mundial. La lógica de posguerra que tanto nos perjudicó hace 20 años que no existe más.

Sin embargo funcionarios, políticos y economistas continúan aún hoy su lloriqueo de “restricción externa”, “la falta de dólares no nos deja crecer”, etc. Realidad que hace 20 años que no existe. Los funcionarios viven, verdaderamente, en otro mundo.

En lo que va del gobierno de Alberto Fernández, el superávit comercial superó los US$ 31.684 millones. ¿De qué restricción externa hablan los funcionarios? ¿Por qué lloran “falta de dólares”? Argentina no hace más que exportar, no hace más que producir divisas, no hace otra cosa que traer divisas al país, las cuales mágicamente desaparecen luego de ser entregadas a las autoridades nacionales.

En lo que va del gobierno de Alberto Fernández, el superávit comercial superó los US$ 31.684 millones. ¿De qué restricción externa hablan los funcionarios?

¿Qué pasó con esos US$ 31.684 millones? La respuesta es fácil: las autoridades federales las malvenden a mitad de precio. ¿A cualquiera? Nooooo. Sólo a los amigos. Si uno vende un bien a mitad de precio, liquida las existencias. Por eso no hay reservas en el BCRA, porque —a los amigos— las venden a precio vil. Esos US$ 31.684 millones es dinero robado por el gobierno federal a las provincias, origen del 99,6% de las exportaciones. La más perjudicada de ellas es la provincia de Buenos Aires, responsable del 35% del total.

Mientras, los senadores, responsables constitucionales de velar por el tipo de cambio, la prosperidad de las provincias y supervisar la actuación del BCRA, miran para otro lado. 

Brasil: la ventanita

En la nota anterior “UNA VENTANA AL MUNDO”, sostuve y lo sostengo ahora, que Argentina vive un momento propicio único. No por nuestra habilidad, porque los gobernantes argentinos patean en contra, sino porque cambiaron las circunstancias internacionales, las cuales desde hace 20 años nos favorecen.

Cuando Argentina ingresó al Mercosur, durante las presidencias de Alfonsín y Sarney, la propaganda política fue que nos abriríamos al mundo vía Brasil, usándolo de locomotora y como piloto del TC, iríamos chupados, para aumentar nuestro comercio internacional.

Nada de lo prometido sucedió. El Mercosur no abrió ni un solo mercado, todo lo que exportamos bien o mal, es por las nuestras. Por el contrario, Brasil es el principal exportador de carne bovina, con la marca “carne sudamericana”. Brasil recibió la industria que se desarraigó de la Argentina para instalarse allá. Para que eso sucediera, nuestro “socio” dio exenciones impositivas, leyes laborables más laxas y créditos blandos. A su vez instaló toda suerte de barreras paraarancelarias contra nuestros productos. Al no haber aranceles desde Brasil a la Argentina, gran parte de las empresas multinacionales se instalaron allá y desde ahí atienden el mercado argentino. Hoy, 35 años después, el mercado interno nuestro es pequeño.

No era esa la situación durante los gobiernos de Alfonsín y Menem. El sueldo argentino era 3 veces superior al brasileño. Éramos menos habitantes pero con mayor poder adquisitivo, con lo cual fue nuestro mercado doméstico el que financió la instalación de las industrias multinacionales en Brasil. Eso hasta que mejoró la calidad de vida de sus trabajadores. Financiado —en parte— por nosotros.

Esta transformación fue ampliamente facilitada por los funcionarios argentinos, los grandes gestores de la desindustrialización de nuestro país. ¿Qué explicación razonable existe para que Unilever mueva shampoo, pasta dentífrica y jabón de tocador 3.000 km por camión? Las medidas que tomaron los funcionarios argentinos —complementarias a las brasileñas— fueron:

    • altos impuestos locales,
    • altos sobrecostos laborales (los costos por encima de los salarios percibidos),
    • inestabilidad macroeconómica en la forma de inflación, tasa de interés alta,
    • pero la medida crucial fue un tipo de cambio artificialmente bajo.

Nuestros gobernantes ni siquiera tuvieron la entereza de dejar algunas actividades a resguardo. Acceder a que Brasil nos superara en agricultura, ganadería e industria mientras se conservaban algunos cotos. Ejemplo: maquinaria agrícola y lácteos. Nosotros le compraríamos cualquier cosa a Brasil a costa de nuestras industrias, como automotrices y artículos de tocador pero los brasileños desarrollarían su campo con maquinaria agrícola argentina (nuestro industria es más que centenaria y contemporánea de la norteamericana).

Nada de eso sucedió.

Se llevaron nuestros ingenieros e hicieron sus propias máquinas. Pasado tanto tiempo creo que la creación del Mercosur tuvo como objetivo consolidar a Brasil como líder/controlador del subcontinente y darle un golpe mortal al movimiento obrero argentino, verdadero objetivo de todo esto. 

La importancia del tipo de cambio

Cuando no hay aranceles, el tipo de cambio es la única barrera. Si el tipo de cambio está artificiosamente bajo, como sucede ininterrumpidamente en los últimos 11 años, se compran dólares (o reales o euros) a mitad de precio y eso permite adquirir productos importados también a mitad de precio. Si, además, no tengo aranceles, como sucede con Brasil, todo lo brasileño cuesta la mitad de su precio (¡gracias a las políticas nacionales de BCRA!). Lo que faculta a colocarlo en el mercado local a precio internacional calculado a dólar libre y duplicar así las ganancias. 

La ventana que es una trampera

Veamos los números del INDEC.

El saldo comercial Argentina-Brasil de enero de 2000 a octubre de 2022 fue deficitario en US$ 54.438.634.143.230 (pérdida de cincuenta y cuatro mil cuatrocientos treinta y ocho millones seiscientos treinta y cuatro mil doscientos treinta dólares).

Excepto durante los gobiernos de De la Rúa y Duhalde y por el último año de gobierno de Macri (2019) —por la caída del poder adquisitivo—, todos los santos años le pasamos dinero a Brasil.

Nosotros nos esforzábamos a vender al mundo (al punto de tener superávit comercial) para financiar a Brasil. De hecho, al resto del mundo sin contar Brasil le vendimos US$ 235.075 millones (2000-2021) para poder darle el 23% de lo obtenido a nuestros socios brasileños.

Hoy Brasil no nos necesita más. Tienen reservas, una macroeconomía estable, exportan al punto de poder prescindir de nuestro mercado, sus obreros ganan más que los nuestros.

Distinto era el cantar cuando Kirchner le compraba aviones a Embraer, fabricados por ingenieros formados en Córdoba y con aluminio de Aluar. Cuando Kirchner prohibía la exportación de carne argentina para que Brasil se quedara con nuestros mercados. Cuando los gobernantes argentinos firmaban protocolos especiales para la industria automotriz para que los argentinos compraran 600.000 automóviles al año, la mayoría de ellos brasileños.

El amor del kirchnerismo a Lula nos costó US$ 36.396 millones de déficit comercial (doce años: 2004-2015) [1].

Cuando vean los cordones industriales de Rosario o el Gran Buenos Aires, llenos de fábricas abandonadas y de gente que vive de changas: acá tienen la explicación. 

Solución

Subir el tipo de cambio. El arancel es irrelevante cuando uno tiene naciones sin arancel o cuando no se controla el contrabando. El tipo de cambio alto es el mejor incentivo a la industria porque protege de las multinacionales instaladas en Brasil y del contrabando por igual.

Hubo cierre de actividades ex profeso, sin esperar que las medidas macroeconómicas tomadas corrieran su curso, como fue desmantelar FFMM y los astilleros, cerrar el laboratorio de investigaciones de YPF y tantas otras. Hay que revertirlo.

Con el gobierno de Alberto Fernández, Argentina pidió ingresar a los BRICS, lo que es una medida acertada. Eso permitirá tener una relación adulta y más equilibrada con nuestro vecino.

Nada servirá mientras el dólar siga artificialmente bajo. El tipo de cambio bajo y la caída del PBI per cápita van de la mano.

Nada servirá mientras continúen los mismos funcionarios a cargo de la administración del Estado.

 

* Licenciada de Economía (UBA), Master en Finanzas (UCEMA), Posgrado Agronegocios, Agronomía (UBA).

 

Nota

[1] Déficit año a año con Brasil durante los 12 años de gobierno kirchnerista.

 

Notas relacionadas

Una ventana al mundo. http://restaurarg.blogspot.com/2022/10/una-ventana-al-mundo.html

Más de lo mismo. http://restaurarg.blogspot.com/2020/08/mas-de-lo-mismo.html

 

Artículo publicado el 26/11/2022 por Restaurar, http://restaurarg.blogspot.com/2022/11/la-ventanita-brasil.html

SOBERANÍA

Iris Speroni*

El divorcio del pueblo y de la élite es total.

Por suerte.

 

El 20 de noviembre es el Día de la Soberanía Nacional, aniversario de la batalla de la Vuelta de Obligado.

Actualmente, la Argentina está intervenida (1). 

A partir de 1983 la capitulación fue total, como consecuencia de perder la Guerra del Atlántico Sur. A partir de entonces, todos los gobiernos, sin distinción de banderías, se prestaron a bajar la agenda diseñada en el exterior y a ser los interventores que la implementen. A cambio, recibieron y reciben grandes beneficios económicos personales.

Las cesiones son algunas sutiles y otras descaradas.

Ejemplos:

  • La flota que conecta Buenos Aires con Colonia es uruguaya.
  • El 98% de la flota fluvial mercante en el Río Paraná es paraguaya.
  • Las empresas que explotan oro y tierras raras en los Andes son del Commonwealth (2).
  • La destrucción del FFCC, sustituido por los camiones (3) para la carga y por los micros para los pasajeros (4).

Durante el gobierno de Menem las empresas de servicios públicos pasaron a ser gerenciadas por empresas de estados de países que pertenecen a la OTAN (italianas, españolas y francesas) o en su defecto, por chilenos. De forma tal que si hubieran querido dejarnos sin luz o teléfono, hubieran podido. Una vez que se les pasó el susto de un Malvinas II, se deshicieron de ellas. Diseñado y promovido por el Banco Mundial (Plan Brady).

La destrucción de las FFAA fue implementada en pasos pero sin pausa. No era un tema menor para el exterior: desde Malvinas la Argentina se había convertido en una wild card, en una incógnita indomable. Alfonsín se destacó por: reconocer la deuda contraída durante el gobierno militar, destruir moralmente y dejar sin presupuesto a las FFAA, cerrar el proyecto del misil Cóndor y entrar al Mercosur con Sarney (5).

Menem continuó su política de bajo presupuesto para las FFAA, descabezó a gran parte de la oficialidad y perseveró en la desmalvinización. Desguazó Fabricaciones Militares e YPF, dejándonos sin productos estratégicos como aleaciones raras, químicos, explosivos, fertilizantes, plaguicidas, los cuales o bien dejaron de fabricarse localmente o fueron entregados a extranjeros. Le cedió la Fábrica Militar de Aviones a los ingleses (alto simbolismo: entregarla luego de que la FAA hiciera desastres con la flota inglesa).

El kirchnerato puso a Nilda Garré al frente de las FFAA primero, de la Seguridad Interior, después. Continuó con la política de bajo presupuesto y que el equipamiento cayera en la obsolescencia (6). Durante su ministerio, las áreas que decidían los ascensos estaban en manos de agentes de Amnistía Internacional sede Argentina. Como si ese filtro fuera insuficiente, luego el senado giraba los pliegos al CELS, al que le otorgaba poder de veto. Garré, además, es quien autorizó a Lewis construir una pista de aterrizaje apta para Boeings. Luego, a cargo de Seguridad Interior abandonó las fronteras bajo la excusa de llevar Gendarmería a la provincia de Buenos Aires.

Peor aún es la gestión de Macri, responsable del fallecimiento de 44 compatriotas que yacen en el lecho del Mar Argentino.

En 1994 se modifica la Constitución Nacional la cual se auto-subordina automáticamente al orden internacional. Jaque mate.

Deshuesados

Es como si cada gobierno, año a año, rompiera un hueso. 1983: fémur izquierdo, 1984: tibia derecha; 1985: clavícula derecha; …1994: parietal izquierdo; …1997: metatarso izquierdo;…2000: falanges mano derecha; 2001: cinco costillas; …2005: mandíbula; 2006: omóplato derecho;…;2014: coxis;…2021: pelvis. Hasta que quedamos reducidos a una masa informe y sanguinolenta sin posibilidad de movernos.

Hoy, 40 años después de finalizada la Guerra, seguimos bajo embargo de compra de armamento. ¿Tanto miedo nos tienen? Parece que sí.

El camino de la Liberación

Los pasos operativos son relativamente sencillos y se resume en: volver a la senda que nunca debimos abandonar.

Se trata de poner orden:

  • pertrechar a las FFAA que deben ocuparse únicamente de las amenazas externas, tema no menor cuando la Argentina tiene un tercio de su superficie ocupada por una potencia extranjera;
  • enviar a la Gendarmería a la frontera;
  • reconstruir la Policía Federal como …bueno, fuerza policial de la Nación;
  • reorganizar la inteligencia tal que se ocupe de las amenazas (terrorismo, narcotráfico internacional, corrupción, lavado de dinero, potencias extranjeras como Inglaterra).
  • exigir que Migraciones se ocupe de … las migraciones, que las escuelas eduquen y no sean fuente de propaganda de la Agenda 2030;
  • cerrar cientos de dependencias que sirven a la intervención y no al país;
  • rediseñar el Servicio Exterior;
  • reinvertir en infraestructura nacional;
    • Reconstruir la flota y los astilleros,
    • Autoabastecernos en energía eléctrica y combustibles;
  • recuperar la pesca;
  • generar las condiciones para que todas las familias construyan sus casas y puedan criar muchos hijos cada una;
  • crecer a 100 millones de personas;
  • cobijar a todos los cristianos perseguidos del mundo.

Acabar con la inseguridad. No es complicado si hay decisión política. Básicamente que la policía y el poder judicial trabajen. Echar a los hippies.

Tener un tipo de cambio alto, que favorezca a las economías regionales y el establecimiento de población en las provincias. Bajar la carga impositiva al 25% del PBI, de forma tal que las familias puedan reconstruir sus patrimonios. Cortar la sangría de los intereses de la deuda pública (es más fácil de lo que se cree).

En fin, área por área, volver al carril tradicional y dejar esta carrera demente a la que nos someten los interventores.

Paso previo ineludible

Si algo ha quedado claro es que el pueblo no se abraza a las imbecilidades que proponen desde el poder. No adhiere a la agenda 2030, LGTB, INADI, calentamiento global y otros delirios. La cantidad de gente que concurre a las carreras de Turismo Carretera y los cánticos de las hinchadas de fútbol lo confirma. El divorcio del pueblo y de la élite es total. Por suerte.

Este punto ha quedado firme. Si en diez años, a pesar del bombardeo mediático permanente, no han convencido al pueblo, ya no lo lograrán.

Sobre esta premisa debemos organizar la reconstrucción y la reconquista popular de la Nación Argentina.

Confieso que estos últimos días he recibido dos grandes alegrías: la primera, la arenga del capitán Messi a la Selección durante la Copa América y la segunda, el cántico de hinchas argentinos sobre la selección francesa de fútbol.

Pueblo Argentino 1 – Élites 0.

El problema máximo actual no es el hambre del pueblo, la desocupación, el subsidio a las importaciones, el castigo a las exportaciones, la succión de la industria por Brasil, el dineroducto a la banca o el cáncer que significa la industria automotriz.

No.

El principal problema es que no tenemos ninguna fuerza política que represente el deseo de salir de esa situación.

Nadie que represente los intereses del pueblo (ya sea de un obrero, un peón rural, una enfermera, un policía o un gran empresario exportador de maní).

Por lo tanto lo que debemos hacer es buscar la forma de tomar el poder y echarlos a todos.

En primer lugar a todas las fundaciones, asociaciones ONG’s extranjeras, las cuales sólo son representantes de potencias enemigas de la Argentina, en particular las que dependen del Foreign Office, de MI6 y del Departamento de Estado.

Luego, inhibir políticamente a todos los representantes de gobiernos extranjeros que actualmente se desempeñen en el gobierno argentino en cualquiera de los tres poderes.

Por último, desactivar todos los organismos estatales creados para implementar la agenda extranjera en nuestro país.

A partir de ahí podremos empezar la reconquista; a reconstruir nuestra nación.

En política internacional: entrar en los BRICS, ampliar el comercio con EEUU, quintuplicar las exportaciones, expulsar a los británicos del territorio nacional a como dé lugar. Llevarse bien con todos y no ser amigo de nadie. Ocupar nuestro lugar como potencia y líder mundial. A largo plazo, reconstruir el Virreinato del Río de la Plata. Invertir fuertemente en softpower en todo el mundo. Tenemos con qué.

En fin, buscar la prosperidad del pueblo, para su felicidad y la grandeza de la Nación.

De algo estoy convencida: somos la mayoría.

* Licenciada de Economía (UBA), Master en Finanzas (UCEMA), Posgrado Agronegocios, Agronomía (UBA).

 

Notas

(1) Por lo menos desde 1983, si bien se pueden plantear fechas anteriores como pérdidas parciales de soberanía. Podemos tomar 1955 y 1976 como posibles, si bien no las únicas. 

(2) Nada de esto es cedido gratis por los interventores. Las empresas mineras reservan una parte del paquete accionario (6%) para los políticos locales. Los uruguayos que explotan el ferry son testaferros de políticos argentinos.

(3) En Chile, tener el 100% del movimiento de carga en camión fue una estrategia de la CIA para paralizar el país en 1973 durante el gobierno de Allende.

(4) Las empresas de transportes de pasajeros son de políticos con o sin testaferros en el medio.

(5) Lo que produjo la desindustrialización argentina

(6) Ella sola es responsable de la muerte de varios oficiales de la Fuerza Aérea. Vidas valiosas de por sí, además de que es carísimo formar a un piloto.

Lecturas relacionadas

Nuestra tragedia: cancelar en 1982 nuestro proyecto de nación

http://iris-speroni.blogspot.com/2019/06/nuestra-tragedia-cancelar-en-1982.html

 

Artículo publicado el 19/11/2022 por Restaurar, http://restaurarg.blogspot.com/2022/11/soberania.html