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ECONOMÍA EN LIBIA

Giancarlo Elia Valori*

 

Parece extraño decirlo pero la economía Libia, que como es bien conocido depende mucho si no exclusivamente de la extracción y venta de petróleo, funcionó muy bien en 2017 incluso en tiempos en que los precios internacionales caían, se ha vuelto más compleja debido a la pandemia de Covid19 que ha llevado a la crisis a numerosos países consumidores.

Cabe recordar que el buen desempeño de 2017 de la economía libia se produjo seis años después de la tonta eliminación del coronel Gaddafi, con un incremento de extracción del 67% en comparación con 2016. En 2018 el aumento se redujo al 17,9%, pero en 2019 el PIB creció un 9,9% y actualmente, a finales de 2020, se espera una caída vertical del PIB del 58,7%.

Obviamente, existe una combinación inextricable de grave inestabilidad política y militar interna, crisis relacionada con la pandemia en los países consumidores, así como una configuración diferente de la lucha por la energía petrolera mundial, especialmente con la llegada del petróleo de esquisto estadounidense.

Básicamente, la extracción y refinación de petróleo en Libia casi se han detenido, excepto en las últimas semanas, cuando se supone que algunos pozos de petróleo (como El Sharara o El Feel, entre los más grandes de Libia) reabrirán “lo antes posible”, como dijo el ministro.

Los dos pozos de petróleo, sin embargo, siguen siendo controlados por las fuerzas de LNA de Khalifa Haftar. Este es el claro vínculo entre la desestabilización político-militar y la crisis económica libia. La producción de petróleo disminuyó en 0,1 millones de barriles por día a partir de abril de 2019, es decir, al comienzo del choque entre el GNA y el LNA, con un déficit público que alcanzó el 28,9% del PIB en 2019, pero con una tasa de inflación del 4,6% solo en 2019, aunque se espera que alcance el 22,3% a finales de 2020.

Se supone que el costo mundial del barril de petróleo seguirá cayendo también en 2021, pero la producción en Libia siguió creciendo, al menos hasta marzo de 2020, que era la fecha de expiración de la moratoria otorgada a Libia por la OPEP. Sin embargo, el nivel específicamente político de las negociaciones entre Libia y la OPEP, que es lo que importa, será mediado principalmente por Arabia Saudí, notoriamente pro-Haftar, y Estados Unidos, a menudo partidario acrítico del régimen de Trípoli. Una mediación compleja. Sin embargo, tanto el LNA del general Haftar como, en muchos sentidos, los diversos katibe vinculados al régimen de Trípoli —a menudo de manera bastante laxa— son grupos empresariales —en su mayoría ilegales— y, como siempre sucede en estos casos, constituyen monopolios ilegales garantizados por el ejercicio monocrático del poder y la fuerza.

Por lo tanto, la “mafia” de la economía es el resultado obvio de un Estado central ausente, sustancialmente ilegal o percibido como tal. El general Haftar ha impuesto su monopolio principalmente a la exportación de chatarra y a la venta de productos petrolíferos refinados. Muchos monopolios, que van desde alimentos hasta la venta de materiales tecnológicos, han sido garantizados más o menos legalmente al LNA de Haftar por la Cámara de Representantes de Tobruk. Las actividades de control y gestión de las rutas de tránsito y envío de migrantes subsaharianos a Italia están conectadas principalmente a las redes paralelas del LNA de Haftar, pero también a las redes de Zawiya de Trípoli y al grupo «Al Nasr Martyrs», que siempre operan en esa ciudad. Pero hay sectores enteros del Ministerio de Defensa, la Guardia Costera libia, la Policía y el Ministerio del Interior que cooperan y contribuyen, directa o indirectamente, al gran sistema bipolar de tráfico ilegal de migrantes y contrabando.

Esta es la segunda fuente de ingresos ilegales, después del contrabando de productos petrolíferos. Esto es lo que sucede cuando se desestabiliza un Estado costero africano, sin ningún otro proyecto que la charla de algún pseudo-intelectual francés sobre los “derechos humanos”. Es la clásica paradoja anti maquiavélica de la política moderna. La heterogénesis de los extremos, como dijo Giovanni Gentile. Pero el LNA de Haftar, en particular, también se financia directamente con los bancos: el Banco Central de Libia en el Este, de hecho, ha respaldado los salarios y el material de las tropas de Haftar durante tres años, con el equivalente local de al menos 6.700 millones de dólares estadounidenses.

Además, con el fin de financiar al Estado y a sus ejércitos, tanto Trípoli como Benghasi utilizaron los créditos concedidos por los bancos comerciales, a menudo manu militari o a través de la corrupción o las conexiones político-militares. Sólo en 2018, el gobierno de Cirenaica recaudó 7.900 millones de dólares estadounidenses en préstamos, mientras que el área de Trípoli alcanzó un presupuesto de más de 8.100 millones de dólares estadounidenses sólo con préstamos de bancos de crédito.

Como se mencionó anteriormente, esta participación incluye el papel de la corrupción, que es enorme e incluso afecta a los funcionarios de la estructura anticorrupción en Trípoli, por un importe de millones de dólares. Obviamente esto se aplica también al Este.

Con unos 70.000 soldados, el LNA de Haftar controla actualmente un territorio más grande que Francia, pero el núcleo de sus operaciones financieras sigue siendo la creación, el 5 de junio de 2017, del “Comité de Inversión Militar y Obras Públicas”, dirigido por el coronel de la Fuerza Aérea al-Madani al-Fakhri, cuyos líderes comenzaron inmediatamente a extorsionar a los empresarios de Cirenaica. En Occidente, los diversos katibe militares de “mártires” compartían el control sobre todas las actividades comerciales y productivas, sector por sector.

Sobre la base de lo que se puede inferir de fuentes locales «abiertas», el GNA ha extorsionado con al menos 5-6 mil millones de dólares a empresarios y comerciantes sólo en 2020.

Aunque la propaganda occidental siempre tiende a ver el LNA de Haftar como la guarida de todos los males, las dos fuerzas son similares en lo que respecta a la economía ilegal. Además, nadie sabe cuántos dinares falsificados se imprimieron en Rusia, posiblemente más de 4.000 millones, con la efigie de Gaddafi, que pasó por Malta, engrasando muchas ruedas. En mayo de 2017, durante el Ramadán, los billetes impresos en Rusia se distribuyeron particularmente a los bancos del Sur y del Este.

La idea, después de todo, no fue mala. Los libios no confían en los bancos, bajo ninguna circunstancia, ni siquiera cuando hacen retiros. Por lo tanto, cuando se trata de pagar salarios y salarios, los gobernantes de Oriente y Occidente se apresuran a imprimir dinero nuevo, que se intercambia fácilmente con los billetes probablemente impresos en Rusia. Tanto es así que si todo el mundo lo acepta a un valor menor que los dinares normales, se convierte sólo en una moneda devaluada, ya no es dinero falso. Esto está bien, incluso mejor que el dinar oficial, para la economía “gris” y “negra”.

Además, el sistema de petróleo financiero no soporta directamente el LNA de Haftar, ni puede hacerlo. Sólo la estatal National Oil Company (NOC), que es en gran parte responsable ante Occidente, tiene la posibilidad de vender petróleo libio y sólo el Banco Central de Trípoli puede aceptar los pagos relacionados. El hecho es que todos los grupos militares que operan en Libia, en el Este y en Occidente, están vinculados a la economía de guerra e inextricablemente vinculados a la economía paralela para o totalmente ilegal.

La crisis económica, relacionada con la inexistencia de un Estado central fuerte y creíble, perpetúa los incentivos positivos para todos aquellos que se aprovechan de las disfunciones del Estado. Las economías disfuncionales y para criminales siempre se basan en tres pilares: contrabando, extorsión, robo de recursos públicos y patrocinio externo. Este último puede ser de un potentado libio o, más a menudo, de un “jugador externo”: Turquía, Egipto, la Federación de Rusia, Francia, Arabia Saudí, Qatar. Obviamente Italia ha desaparecido de Libia, ya que actualmente su política exterior es poco menos que una broma.

Las operaciones de los servicios de inteligencia de todos estos países son recompensadas en gran medida por los negocios de las empresas vinculadas a dichos servicios, si operan en Libia. Las operaciones de las diversas agencias de inteligencia se financian por sí solas en Libia. Me han dicho que, independientemente del actor externo, las operaciones de los diversos servicios de inteligencia generan ganancias del 20-25%, que están garantizadas por la capacidad de extorsión de los diversos katibe locales a los que se refieren los Estados externos. No hay retorno de una economía criminal que genera un estado fallido y, sobre todo, elimina cualquier opción legal alternativa.

En Cirenaica, ahora existe el monopolio del uso ilegal de la fuerza por Haftar y su LNA. Muestra signos de sobredimensionamiento y algunos viejos aliados están mostrando signos de desilusión. Pero los soldados de Darfur, Chad e incluso Mauritania pronto podrían fortalecer a Haftar y permitir una nueva ofensiva hacia Trípoli, considerando también la presencia de yihadistas sirios en el GNA, enviados por el servicio de inteligencia turco.

En Trípoli se asienta el gobierno de Fajez al-Sarraj, a menudo elogiado y cómicamente aclamado por los occidentales.

En este caso, sin embargo, hay otro factor de debilidad estructural que no es el LNA: el faccionalismo de los diversos katibe y su relación a menudo completamente interesada y siempre parcial con el gobierno de Trípoli.

Por lo tanto, la pareja analítica con la que estudiar las conexiones entre Trípoli y Bengasi es faccionalismo/juego de fuerzas. Aquí está la dialéctica fundamental.

Una vez más utilizando términos muy útiles de la jerga mafiosa, las milicias de Trípoli son un “cartel”, mientras que en el Este existe el monopolio de la fuerza ilegal e ilegítima que, sin embargo, lucha por hacerse creíble.

Además, el faccionalismo es inherente al alma árabe y, sobre todo, beduina: “mi hermano y yo contra nuestro primo, mi primo, mi hermano y yo contra el extraño”.

Pensar en Oriente Medio con la idea típicamente occidental y europea del Estado-Nación es un error que nos llevará a desastres mucho mayores que los causados por el acuerdo Sykes-Picot, narrado en un viejo libro con el ahora famoso título, Una paz para poner fin a todas las paces.

Distribución de bandas locales y pozos de petróleo, actualizado a mayo de 2020.

Entonces está el poderoso “invitado de piedra” de la economía libia que nunca debemos descuidar, China.

Cabe recordar que China se abstuvo en el voto del Consejo de Seguridad de la ONU para autorizar una intervención militar en Libia contra Gaddafi y también criticó la decisión de la OTAN de crear una zona de exclusión aérea. Incluso subrayó la ilegalidad de los ataques aéreos contra las fuerzas legítimas del régimen de Gaddafi. China tenía razón.

Incluso cuando Gaddafi estaba en el poder, China era muy activa en la infraestructura libia, ya que Libia pagaba muy bien. En el momento de la caída de Gaddafi, China tenía hasta 75 empresas que operaban en Libia, con una facturación de 18.800 millones de dólares estadounidenses. Los trabajadores afectados eran principalmente 36.000 chinos, pero también unos 28.000 libios o incluso muchos inmigrantes (egipcios, tunecinos y argelinos).

Hasta 2011 había 50 proyectos chinos en Libia y cabe señalar que Libia sólo producía el 3% de todas las importaciones de petróleo chinas, lo que equivale a 150.000 barriles diarios. En el momento de la máxima manipulación de Occidente contra Gaddafi, China siempre trató de mantener todas sus conexiones comerciales, obviamente rechazando la misión militar de la OTAN en su totalidad.

Además, al igual que la Federación de Rusia, China también rechazó la teoría —típicamente al estilo occidental en su ingenuidad y arrogancia— de Responsabilidad de Proteger, es decir, la regla universal, cosas para los boy scouts o socialistas elegantes, por la que los Estados pueden intervenir directa y militarmente en otros Estados cuando se necesita la protección de los “derechos humanos”.

Sin embargo, ¿quién establece y determina la violación de los derechos humanos? ¿Un pseudo filósofo francés, un antiguo seguidor de Pol Pot, dos artículos en el New York Times o posiblemente las declaraciones de una ONG inventadas en este momento (en este sentido, la historia de las ONG que trabajan para los migrantes de Libia a Siria sería muy interesante) o el lamento de algunos “intelectuales” que ni siquiera saben dónde está Trípoli en el mapa?

Obviamente, con el fin de no ser relegada para desempeñar el papel de la única protectora del villano Gaddafi, China finalmente se abstuvo en la votación sobre la Resolución del Consejo de Seguridad de la ONU sobre Libia, pero inmediatamente reconoció al Consejo Nacional de Transición (NTC), como la única semblanza de un gobierno unitario libio de izquierda.

ENI también lo reconoció, mucho antes que otros, exactamente dos días después del inicio de la insurgencia contra el coronel, escenificada sólo por el Este y por submarinos franceses.

Ya a principios de junio de 2011, China celebró su primera reunión con Mohammed Jibril, el jefe de la NTC. Unos días más tarde, el Jefe del Departamento de Asuntos de Asia Occidental y Oriente Medio del gobierno chino, Chen Xiaodong, visitó Bengasi con mucho cuidado.

Obviamente, China aplica una política de neutralidad cuidadosa entre las dos facciones, a saber, el GNA y el LNA de Haftar. Oficialmente China apoya al GNA que, en un Memorándum de Entendimiento (MoU) firmado en junio de 2018, incluso aceptó que Libia sería parte de la Iniciativa China de Infraestructura de Transporte, aunque con algunos giros obvios en el mapa. China, sin embargo, también tiene excelentes relaciones con Haftar y, sobre todo, con la Cámara de Representantes de Tobruk.

En cuanto a la pandemia Covid-19, que para quienes saben utilizarla es una oportunidad para la penetración hegemónica en los llamados “terceros” países, China ha incluido rápidamente a Libia en sus programas humanitarios y de ayuda sanitaria, que actualmente están previstos para unos 82 países.

Sin embargo, ¿cuál es la profunda lógica del sistema político y, por lo tanto, económico de Libia? Desafortunadamente, siempre vemos e interpretamos el mundo no occidental a través de los ojos de nuestras ideologías a menudo idiotas y de moda. Es el mayor error que podemos cometer actualmente. Como se ha visto anteriormente, el hecho es que las instituciones libias siempre han sido sectarias y sesgadas en Libia, pero por esta razón no menos poderosas.

La Administración Militar Británica (1942-1951) construyó una gran cantidad de mediaciones políticas y políticas en Libia incluso iguales, si no mayores, que las de Gaddafi. Permanecieron en gran medida en su lugar, incluso después del golpe de 1969 de los “Oficiales Libres”, organizado por los servicios de inteligencia italianos en una reunión en Abano Terme.

Luego está la monarquía Senussi, originaria de una secta esotérica islámica, no de un linaje familiar específico del monarca.

El último rey Idriss fue derrocado por el golpe de Estado de los “Oficiales Libres” socialistas nasseristas y del Tercer Mundo, dirigidos en ese momento por Gaddafi, que había sido seleccionado a tal efecto por los servicios de inteligencia italianos, durante una cómoda reunión —todavía recuerdo— en un excelente hotel en Abano Terme.

La monarquía Senussi se originó a partir de una extraña organización esotérica que partió de una amplia heterodoxia islámica y finalmente se desplazó a una especie de norma cuasi-wahabi coránica, que no es en absoluto contradictoria, como aparecería en las mentes pobres de los occidentales, que sólo ven la adaptación servil al pluralismo occidental o simple “fanatismo”, viejo tema de lo peor y más ingenuo de la Iluminación del siglo XVIII.

Como todos sabemos, el régimen de Gaddafi comenzó en 1969, en medio del contragolpe, los ataques y las operaciones adversas de los servicios de inteligencia británicos, que sólo gracias a Italia fueron destruidos. Los gobiernos revolucionarios, sin embargo, eligen sólo las tribus fieles, que son tales porque se les paga para serlo.

En el caso de los Senussi, las Fuerzas de Defensa Cirenaica —y el rey Idriss se jactó de que nunca había estado en Trípoli— estaban compuestas por agentes y empleados de los servicios de inteligencia británicos. También el Comité Social de Ejecutivos del Pueblo tuvo funciones militares. Gaddafi no tenía piedad, por supuesto.

La tribu Warfalla hizo varios intentos fallidos contra la vida del coronel. Por lo tanto, después del intento de golpe de Estado en 1991 aceptó una negociación con Gaddafi. Sin embargo, fue precisamente por la Jamahiriya de Gaddafi (1973-1979) que las redes económicas libias se volvieron cada vez más informales y a veces tribales, pero paradójicamente cada vez menos controladas por el régimen del coronel.

Exactamente esas redes lo mataron y por lo tanto lo derrocaron del poder, aunque las pobres redes económicas militares informales creían en las promesas occidentales de una economía integrada en el mercado mundial y en una apertura de Libia a la inversión extranjera. Querían la globalización, sin demasiados desastres, pero Occidente les dio un estado fallido inútil, incluso para Italia.

De todos modos, dentro de la Gran Jamahiriya Socialista del Pueblo Árabe Libio todavía había comités populares que se ocupaban de la economía y los negocios, a menudo muy en serio, pero sin ninguna coordinación y control por parte de los líderes de Gaddafi, excepto por el NOC.

Allí estaban GECOL (General Electricity Company of Libya), un comité separado, así como LISCO (Libyan Iron and Steel Company), ESDEF (Fondo de Desarrollo Económico y Social) y ODAC (Oficina de Desarrollo de Complejos Administrativos).

Un gran papel fue desempeñado por la zona franca del puerto de Misrata y por un sinfín de comités autónomos, incluso en los Servicios de Seguridad que, sin embargo, estaban vinculados a la estructura abstracta e incluso apenas “informativa» de Jamahiriya.

En términos generales, la red de Comités de “personas” que gestionaban la economía informó al Congreso Popular General, pero obviamente todo estaba en manos de Gaddafi y de sus ayudantes y colaboradores más confiables, quienes, sin embargo, no lograron recibir las noticias a tiempo o dejaron escapar algunas operaciones, dado el nivel de informalidad de la economía libia, ya patológica en ese momento.

Las dos únicas organizaciones con cierto grado de autonomía fueron el Banco Central de Libia, establecido en 1956, mucho antes del golpe de Estado de Gadafi —que, sin embargo, se originó en una institución establecida por la ONU, a saber, el Comité de Moneda Libia— y, obviamente, la Corporación Nacional del Petróleo (NOC), creada en 1970, inmediatamente después del golpe de Gaddafi. También está el Fondo Libio de Inversiones (LIA), el Fondo Soberano Libio que apoya otros 15 fondos o iniciativas financieras aparentemente autónomas. Fue fundado en 2006. Al principio, en los buenos años de los ingresos petroleros, LIA tenía una dotación de hasta 60 mil millones de dólares estadounidenses.

El hijo de Gaddafi, Saif-al Islam, era en realidad su líder. Pero, después de la “revolución” anti-Gaddafi, entre 2005 y 2010, también llegaron los expertos que parecían capaces de privatizar cualquier cosa. Llamados por Francia, Estados Unidos, la propia élite libia, pero no por Italia, por supuesto.

En esa coyuntura, dada la solidez de las viejas economías informales de Gaddafi y de las que seguían a la destrucción del Estado libio, llegaron las nuevas agencias de los liberales libios. De ahí que se establecieran la Junta de Desarrollo Económico y la Junta de Privatización e Inversiones, además de la Autoridad de Proyectos Públicos.

Privatizas cuando hay capital disponible, de lo contrario ¿a quién vendes en un Estado fallido donde los que tienen dinero ya están fuera de Libia? Ya en la fase en la que empezaba a surgir la guerra entre Libia oriental y occidental, los gobiernos locales tenían que “reclutar” técnicos, expertos, economistas y juristas empresariales para comprender las complejidades de las estructuras económicas post-Gaddafi que, en cualquier caso, se habían desarrollado —en su complejidad barroca y elaborada— desde los últimos años de la vida de Gaddafi. Podríamos definir Libia entre Gaddafi y los dos gobiernos actuales como un solapamiento entre los Estados inquilinos de petróleo, las autocracias socialistas típicas de la Tercera Internacional y los caóticos e incoherentes intentos de liberalización que los estadounidenses hicieron en las viejas economías socialistas del Este después de 1989.

Esto se suma a la falta de preparación y el faccionalismo de las nuevas clases gobernantes económicas y políticas que llegaron al poder después de la eliminación de Gaddafi. La tecnocracia del coronel era a menudo mejor que las actuales.

No se hizo visible ningún criterio unificador económico entre las diversas facciones que lucharon y luego gestionaron la insurgencia de 2011, pero todo esto se mantuvo incluso en los años 2013-2015, cuando los altos precios de los barriles de petróleo dieron esperanza de que el capital fresco corregiría los errores de una planificación autoritaria que se sumaba al faccionalismo de la economía y la ingenuidad miope de la Bolsa de las liberalizaciones postsoviéticas.

Mientras tanto, la masa de salarios y subsidios aumenta cada año independientemente de la cantidad de ingresos petroleros. Por lo tanto, no hay soluciones rápidas ni eficaces para un mecanismo que ahora está tan estructurado. El Banco Mundial predice que las rentas del petróleo serán del 47% del PIB a finales de 2021, pero los salarios aumentarán hasta en un 49%.

Los subsidios públicos para el petróleo o los alimentos serán igualmente elevados, un 10,6% del PIB, pero entonces ¿cómo se refinanciará la deuda?

En Trípoli, si bien la situación en Bengasi parece similar, la solución será el adelanto en efectivo del Banco Central de Libia, además de la venta de bonos del Tesoro, especialmente en Cirenaica.

 

* Copresidente del Consejo Asesor Honoris Causa. El Profesor Giancarlo Elia Valori es un eminente economista y empresario italiano. Posee prestigiosas distinciones académicas y órdenes nacionales. El Señor Valori ha dado conferencias sobre asuntos internacionales y economía en las principales universidades del mundo, como la Universidad de Pekín, la Universidad Hebrea de Jerusalén y la Universidad Yeshiva de Nueva York. Actualmente preside el «International World Group», es también presidente honorario de Huawei Italia, asesor económico del gigante chino HNA Group y miembro de la Junta de Ayan-Holding. En 1992 fue nombrado Oficial de la Legión de Honor de la República Francesa, con esta motivación: “Un hombre que puede ver a través de las fronteras para entender el mundo” y en 2002 recibió el título de “Honorable” de la Academia de Ciencias del Instituto de Francia.

 

Nota: traducido al español por el Equipo de la SAEEG con expresa autorización del autor.

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17 DE AGOSTO

“San Martín en Boulogne-Sur-Mer” por Antonio Alice (1886-1943)

La anécdota de don José de San Martín reprendiendo a su yerno por no dejar a su hija jugar con las medallas de sus condecoraciones indica claramente qué valor concedía él a los honores, casi con un eco de Camoëns y su

mejor es merecerlos sin tenerlos

que poseerlos sin merecerlos.

Y hoy que tanta vocinglera alharaca se organiza en defensa presunta de la dignidad de la mujer, recordar el epitafio que elige para despedir a Remeditos:

mi amiga.

Tanta nobleza, liberalidad y generosidad, como la manifiesta en su correspondencia con el pretencioso Bolívar (cuyo retrato pidió a su nieta, la que jugaba con las medallas, que le copiara de una miniatura que le había pedido en Guayaquil), previo a su exilio para no mezclarse con las luchas mezquinas que desgarraban el continente que había contribuido singular y paladinamente a liberar, su elección de Francia para ese retiro —y no la pérfida Albión que sí recibirá encantada a Rozas cuando llegue el momento—, su intento de obtener la aquiescencia de un español de estirpe real para gobernarnos, convicción monárquica compartida con otro inmarcesible, don Manuel Belgrano, sólo que éste, adelantándose como en tantos otros aspectos a su tiempo, propone revivir la dinastía inca. Todo para que fuera lo mejor para todos:

no es para mal de ninguno

sino para bien de todos.

concluirá su epopeya años después don José Hernández.

Y estudia en París guitarra con Fernando Sor, y recibe a un don Juan Bautista Alberdi en casa de Guerrico que antes de serle presentado describe su voz desde el vestíbulo como la resonancia de un clarín de libertad.

Parafraseando a don Jorge Luis Borges:

Lo que se cifra en un hombre.

Recordémoslo y honremos su memoria siendo dignos de ella.

 

Juan José Santander* 

* Diplomático retirado. Fue Encargado de Negocios de la Embajada de la República Argentina en Marruecos (1998 a 2006). Ex funcionario diplomático en diversos países árabes. Condecorado con el Wissam Alauita de la Orden del Comendador, por el ministro marroquí de Asuntos Exteriores, M. Benaissa en noviembre de 2006). Miembro del CEID. 

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ANTÚNEZ, BARCELÓ, KREINER: “NO HAY FUTURO EN ABANDONAR NUESTRA HISTORIA NUCLEAR”

Antúnez, Barceló, Kreiner*


Dr. Andrés Kreiner, Secretario General de APCNEAN

Ing. José Luis Antúnez, ex presidente de NA-SA

Dr. Gabriel Barceló, Instituto de Energía Scalabrini Ortiz

El 23 de julio la India comunicó al mundo la primera fisión nuclear sostenida de su nueva central KAPP 3 en Kakrapar, estado de Gujarat. Es su primera unidad derivada del modelo CANDÚ con 700 MW de potencia, y el premier Narendra Modi anunció que vienen otras 3 iguales, a comisionarse en 2021, 2022 y 2023.

Estas 4 máquinas indias se parecen enormemente a una que deberíamos haber empezado a construir en 2015, Atucha III, que se canceló en 2018, y que en un cronograma normal de obra, estaría entrando en línea a principios de 2021. Y todas ellas, las centrales indias y la que no hemos construido en Lima, provincia de Buenos Aires, son similares a nuestra central de Embalse, en Córdoba, que entró en operaciones en 1983. Son todas máquinas de uranio natural y agua pesada con tubos de presión, un diseño canadiense llamado genéricamente CANDÚ.

Hemos escrito y hablado mucho sobre ese grave error en el que algunos argentinos se obstinan: querer abandonar esta línea tecnológica de centrales, la única que dominamos. Nos negamos a abandonarla no sólo porque la dominamos bien. Tampoco únicamente porque Embalse ha sido por lejos (y sigue siendo) nuestra mejor central nuclear de potencia. Ni siquiera porque en un ránking mundial de disponibilidad y seguridad, está entre las mejores del mundo.

Defendemos esta ingeniería porque garantizaría miles de puestos de trabajo argentino de calidad, dinamizaría a una parte importante de la actividad industrial (en particular, la de muchas PyMES), y minimizaría la erogación en divisas. El uranio natural es sustitución de importaciones en el campo de la tecnología nuclear.

Especialmente alzamos nuestra voz después de mayo de 2018, cuando el gobierno macrista canceló la construcción de Atucha III CANDÚ, que sería casi idéntica a Embalse, sólo que más potente y moderna.

Al dar de baja este proyecto, que ya tenía resuelto el diseño básico, el suministro nacional de componentes e incluso atada la financiación, el macrismo tiró por la borda más de 50 años de grandes esfuerzos e inversiones mil millonarias en dólares. Es significativo que esto ocurrió al mismo tiempo que la firma del acuerdo con el FMI.

El problema del agua pesada

Planta Industrial de Agua Pesada, Arroyito, Neuquén, la mayor del mundo en su tipo

Una de las acciones más deletéreas en este contexto fue la destrucción del plantel especializado de la PIAP (Planta Industrial de Agua Pesada) en Arroyito, Neuquén. Con jubilaciones anticipadas y otros sistemas de despido encubiertos, se echó a más de 350 trabajadores y profesionales expertos de la misma.

La PIAP es hoy la mayor unidad del mundo en su tipo, también la más moderna, y no es un lujo. La necesitamos para reponer el agua pesada de nuestras centrales: las 3 que tenemos operativas precisan este insumo para reponer el que se pierde. Pero también necesitamos agua pesada para proveer a los reactores de investigación que exporta INVAP.

Sin embargo, en estos últimos tiempos “pasaron cosas” y siguen pasando. Necesitamos alertar a la sociedad de que están por perderse activos conseguidos con el esfuerzo de tres generaciones de argentinos.

Hemos escuchado con frecuencia aseveraciones de que la tecnología del tipo CANDU de agua pesada y uranio natural, como la de Embalse, es “anticuada, obsoleta y en desaparición, algo que nadie va a usar en el futuro”. Veamos si la realidad soporta este responso.

Existen hoy en el mundo 44 Reactores de este tipo en funcionamiento en las redes eléctricas de —por orden alfabético— la Argentina, Canadá, Corea, China, India y Rumania, integrantes del CANDU Owners Group, o COG.

El diseño CANDU prevé una vida útil de treinta años e incluye la posibilidad de una extensión de vida de por lo menos otros treinta años. En esta reconstrucción, llamada también “retubado”, lo esencial es el cambio de los tubos del reactor. En este tipo de ingeniería los tubos de presión sustituyen (con igual seguridad y menor costo) el enorme recipiente de presión típico de las centrales nucleares de uranio enriquecido.

Complejo nuclear de Kakrapar, donde la India acaba de inaugurar su primera CANDU de ingeniería propia con 700 MW de potencia

Retubar una CANDU es una operación más compleja que construirla desde cero, pero permite incorporar mejoras y modernizaciones de eficiencia, seguridad y disponibilidad. El procedimiento cuesta entre un tercio y una cuarta parte de lo que sale una obra nueva recién terminada, se hace en 2 o 3 años, y la central resultante dura otros 30 años.

Fogoneadas por esta economía, varias CANDU que ya cumplieron su ciclo de vida inicial de 30 años de funcionamiento hicieron extensión de vida útil por retubado. Entre ellas, estuvo nuestra central de Embalse, que completó esta reconstrucción en 2018 y hoy equivale a una central nueva, con 30 años operativos por delante, pero con más seguridad operativa y un 6% extra de potencia.

Desde el año 2000 a la fecha 13 CANDU totalmente nuevas entraron en servicio y hoy están operativas: China instaló 2, Rumania 1, India 10. Entre tanto, hubo 7 extensiones de vida: Canadá hizo 6, Argentina 1. Esto da un total de 20 centrales con vida operativa asegurada hasta el 2030 y el 2050.

Estos muy respetables países nucleares han invertido y siguen invirtiendo sumas considerables en construcción o retubado de centrales CANDU, y planean utilizarlas por lo menos hasta la mitad de este siglo.

10 centrales tipo CANDU indias de 700 MW en obra y planes, además de KAPP 3 y 4

Pero además de estas 20 plantas, dichos países tienen construcción nueva en obra: hay 3 centrales CANDU en progreso en la India, más 12 en fase de planeamiento: China con 2 e India con 10 más. Los cronogramas indican que éstas estarán en funcionamiento hasta fines del siglo XXI.

 Por lo expuesto, que la tecnología CANDU sea anticuada, obsoleta y esté en desaparición es una triple mentira. Se cae con sólo leer el diario. 

Otro motivo de vida para las CANDU

Las 2 unidades CANDU en Qinshan, China. Las 2 próximas quemarán combustibles tipo MOX

China tiene en operación dos centrales CANDU y quiere añadir más a medida que crezca su flota de reactores de uranio enriquecido de tipo PWR y BWR. ¿Por qué? La CANDU es un excelente “postquemador” del uranio enriquecido usado previamente —pero no agotado— en esas centrales. Este proceso ya está validado y redunda en una excelente economía integrada del ciclo de combustible.

En este nuevo enfoque una flota de 4 o 5 centrales de uranio enriquecido utilizarán una CANDU en común para esta suerte de “ciclo combinado”: el 1% de uranio enriquecido que la flota no logró quemar en su primera fisión se combina con los actínidos que se generaron en un tipo de combustible llamado MOX, o de óxidos mixtos.

Quemando MOX, en lugar de uranio natural “virgen”, los CANDU se vuelven entonces, además de una fuente de energía, un modo inteligente de disminuir tanto en volumen y en radioactividad como en vida media los residuos nucleares.

La impresionante flota china de reactores de uranio enriquecido suma ya 46 unidades y sigue creciendo. Esto explica el porqué del reciente acuerdo de China con Canadá para agregar dos nuevas unidades CANDU a las dos en funcionamiento.

En cuanto a Canadá, sus razones para extender la vida útil de sus propias unidades CANDU son obvias. Son autores y dueños de esa tecnología, y tienen la mayor flota CANDU del mundo: 19 plantas en funcionamiento. Duplicar la vida útil de cada una es una inversión mucho menor que la de construir nuevas unidades, y un excelente negocio.

¿Por qué razón los países agrupados en el COG siguen interesados en continuar con esta tecnología, pese a que reciben todo tipo de presiones y/o tentaciones para abandonarla? Aparte de todo lo dicho, porque atribuyen valor estratégico a la mayor virtud del uranio natural: da soberanía y autodeterminación energética, y genera mucho desarrollo industrial en los países que no dominan el enriquecimiento de uranio.

Nada mejor que este ejemplo reciente de la vida real para demostrarlo: la primera criticidad de KAPP-3 en la India, ese otro gigante asiático, con sus 1.350 millones de habitantes. Esta central es una adaptación local del diseño CANDÚ y la primera que la India logra llevar a los 700 MW, por ahora el límite de diseño de potencia para las unidades individuales que queman uranio natural. La India hizo esto sola, únicamente con sus científicos, sus tecnólogos y su industria.

La India inició ese camino en 1964 cuando contrató con los Estados Unidos dos centrales del tipo BWR (Boiling Water Reactor). Estas son máquinas de uranio enriquecido y agua liviana. Su diferencia con los PWR (Pressurized Water Reactor), bastante más comunes, es que en los BWR el vapor para la turbina se genera directamente en el recipiente de presión del reactor.

Aquella compra de 2 BWR de150 MW incluía en contratos la provisión de combustible durante la vida de las centrales. Ambos reactores se pusieron en funcionamiento en 1969 y —típico de compras llave en mano— con bajo contenido industrial local.

Decidida la India a probar también la tecnología alternativa de uranio natural y agua pesada, en 1965 contrató con Canadá la provisión de dos centrales de tipo CANDU de 220 MW. Para dominar totalmente esta tecnología, instaló también sus primeras plantas de producción de agua pesada. La primera unidad CANDU india entró en servicio en 1972 y fue construida con alto grado de contenido local.

En 1974 la India realizó pruebas subterráneas de explosivos nucleares, lo cual le ganó sanciones inmediatas de los países proveedores nucleares. Los Estados Unidos cancelaron unilateralmente el contrato de provisión de combustible de uranio enriquecido para las dos centrales que se encontraban en funcionamiento y prohibieron toda exportación de materiales sensibles a la India.

Canadá, por su parte, retiró toda colaboración para el segundo reactor CANDU que se encontraba en construcción, así como toda otra exportación de tecnología nuclear a India. Pero India ya comenzaba a dominar la ingeniería CANDU y la fabricación de sus componentes y, más importante aún, ya fabricaba agua pesada en forma local. La planta de fabricación de agua pesada es a la central de uranio natural lo que la de enriquecimiento de uranio es a la central de uranio enriquecido. Dicho de otro modo: sin agua pesada, una central de uranio natural no lograría siquiera entrar en criticidad.

Por lo tanto, en 1974 la India decidió no preocuparse por el combustible de las 2 BWR compradas a Estados Unidos. Más adelante obtuvo uranio enriquecido de Francia, Rusia y China para estas dos pequeñas unidades, que hoy ya no funcionan. En cambio, se concentró en el desarrollo propio y soberano de sus propias centrales de uranio natural y agua pesada, adaptaciones locales del diseño básico CANDU.

Es así como la India terminó su segunda CANDU sin ayuda canadiense y a seis años de iniciado el bloqueo. Desde entonces no paró jamás de construir centrales de este tipo con recursos propios. Hoy, 44 años más tarde, suman 17 unidades funcionando, lo que habla de un esfuerzo sostenido en el tiempo con gran determinación.

En estas cuatro décadas pasaron muchas cosas entre las naciones y los bloques de naciones. Hoy la India, a pesar de que siguió desarrollando armas atómicas, tiene tratados de cooperación nuclear con quienes la bloquearon en 1974 y con muchas otras naciones. Entre ellas, está la Argentina.

Efectivamente, en 2012 suscribimos un Acuerdo de Cooperación para los pacíficos de la energía nuclear con ellos, asunto que nuestra cancillería hizo dentro de un marco internacional. En 2009, la India había firmado un acuerdo para la aplicación de salvaguardias e inspecciones con el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA). Este sujeta a inspección por esta agencia de las Naciones Unidas todas las instalaciones nucleares civiles de la India.

En el año 2002 la India, siempre haciendo pie firme en su base de centrales de uranio natural, volvió a comprar 2 máquinas de uranio enriquecido: contrató con Rusia la provisión de dos centrales de 1000MW de tipo PWR. En este tipo de plantas, el vapor de turbina se genera fuera del recipiente de presión. Ambas entraron en criticidad en 2013 y 2016 respectivamente. En 2017 la India contrató con Rusia dos PWRs más, que hoy están en construcción.

La incorporación de 4 centrales de uranio enriquecido, sin embargo, no modificó la decisión de la India, tomada hace casi medio siglo, de que la columna vertebral de su sistema nucleoeléctrico la formaran plantas de uranio natural. Los números del país son claros:

  • Centrales operativas: 17 CANDU y 2 PWR 2
  • Centrales en construcción: 3 CANDU y 2 PWR
  • Centrales planeadas: 10 CANDU y 2 PWR

Conclusión: mal momento para no producir agua pesada

El hielo de agua pesada… es pesado: no flota en agua común. Y el agua pesada líquida cuesta U$ 700.000 por tonelada. Suele ser una exportación argentina.

Nuestra Planta Industrial de Agua Pesada se compró para un programa CANDU de varias centrales, que nunca se pudo cumplir. Además de suministrar la carga inicial de una CANDU totalmente argentina, podría luego proveer de agua pesada a algunos de los 13 nuevos reactores CANDU de la India, además de reponer fluido para los 17 operativos hoy.

Para ello tenemos el marco legal creado por el Acuerdo de Cooperación firmado por ambos países en 2012. Y es seguro que este insumo, traccionado por la demanda, va a faltar en el mercado mundial.

La historia del bloqueo sufrido por la India y cómo pudo neutralizarlo ejemplifica claramente que la línea de uranio natural es la mejor defensa ante boicots de uranio enriquecido. Nuestra propia historia también: cuando en 1981 la CNEA logró su primera exportación de un reactor nuclear a Perú, Estados Unidos nos aplicó un bloqueo de uranio enriquecido que pudo haber parado no sólo nuestras exportaciones, sino los reactores que funcionaban en Argentina, entre ellos el RA-3 de Ezeiza, única fuente de radiofármacos para miles de pacientes cardíacos y con cáncer en Sudamérica.

Si Atucha I hubiera sido una central de uranio enriquecido, en 1981 Buenos Aires podría haber entrado en un apagón interminable.

Dominar el uranio natural de ninguna manera quiere decir que, tal como lo ha hecho la India, una vez consolidada esta cadena de valor y como país autónomo y soberano, la Argentina no pueda encarar sin apuro el dominio de la tecnología de uranio enriquecido. Eso se estableció en el Plan Nuclear 2014 formulado por el Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner.

Pero que nos lancemos, como se está proponiendo hoy, a la tecnología de uranio enriquecido en forma exclusiva, y que al mismo tiempo hagamos desaparecer, por abandono de la PIAP y de todo plan CANDU, nuestras capacidades nacionales autónomas en uranio natural, es extremadamente peligroso.

Si en el futuro los países que dominan el enriquecimiento de uranio nos armaran un boicot de combustible, nos encontraríamos en una situación extremadamente complicada. Todas nuestras máquinas PWR quedarían paralizadas por dictamen externo, y estaríamos impedidos de la única vía para continuar con nuestro desarrollo nucleoeléctrico por decisión propia.

Por otro lado, la política internacional en cuestiones de enriquecimiento de uranio la dirige el Nuclear Suppliers Group, o NSG. Esta controlado por los países con capacidad de enriquecimiento, y su política siempre fue desalentar a los países que traten de alcanzar esa capacidad.

Todo desarrollo en ese sentido —ver el caso de Brasil— se ve sistemáticamente obstaculizado, tanto desde el bloqueo de la adquisición de equipos especializados, como por medio de otras formas abiertas o encubiertas de presiones internacionales.

Mal momento para no leer los diarios

La cavidad de confinamiento magnético del ITER, donde el deuterio y el tritio deben fusionarse por compresión magnética

Para saber que el agua pesada no es un asunto del pasado, alcanza también con leer en los diarios que en estos días entró en fase de ensamblaje el proyecto ITER. La palabra “iter/itineris” significa “el camino” en latín. Y el nombre se adecua bien al más ambicioso proyecto de producción de energía en el mundo de hoy.

En el sur de Francia, 35 naciones colaboran para construir la máquina de fusión termonuclear más grande del mundo. El aparato funcionará por confinamiento magnético, y trata de demostrar la factibilidad de la fusión a gran escala como una fuente de energía libre de emisiones de carbono.

La física subyacente es parecida a la que suministra la energía del sol o de otras estrellas: fusionar por compresión núcleos de isótopos del hidrógeno (deuterio y tritio). Se abre la posibilidad de producir enormes cantidades de electricidad y o calor termonuclear sin el problema de la gestión definitiva de los residuos radioactivos, el mayor problema de licenciamiento social de las centrales actuales de fisión.

De modo que mientras 35 países se disponen a construir el aparato que generará la mayor demanda de deuterio, nosotros estamos dejando decaer en chatarra la mayor planta de concentración de deuterio del mundo. Que es la PIAP de Arroyito, Neuquén.

Y justo cuando está por iniciarse una demanda mundial de tritio, queremos terminar con las únicas centrales nucleares del mundo que lo producen: las de uranio natural. No sabemos quién está tomando ambas decisiones. A la luz de lo expuesto, no parecen ser las más apropiadas.

La campaña experimental que se llevará a cabo en ITER es crucial para avanzar la ciencia de la fusión y preparar el camino para las futuras plantas de fusión de mañana. Se perfilan como fuentes inagotables de energía limpia que resolverían para siempre el problema energético de la humanidad.

Puede ser que el resultado práctico sea un poco menos glorioso, pero apunta a un cambio de paradigma energético para el cual decenas de países han estado trabajando, ya por su cuenta o asociados, durante 70 años. En algún momento llegará el éxito técnico, y bien podría ser éste, porque además de 7 décadas de experiencia acumulada hoy hay 35 socios.

Miles de ingenieros y científicos han contribuido al diseño de ITER desde que surgió la idea de un experimento internacional en 1985. Los miembros más importantes de ITER son China, la Unión Europea, India, Japón, Corea, Rusia y Estados Unidos. Hace 35 años que están comprometidos en una colaboración para llegar al diseño de un reactor nuclear de demostración. Y la construcción empieza ahora.

Nuestra Argentina podría ser proveedora o quizás socia de este proyecto. Puede aportar tres cosas que ya tiene: deuterio, tritio y materia gris. De hecho por lo menos una empresa argentina, CONUAR, está proveyendo tecnología para ITER.

Mientras el mundo avanza con proyectos que tienen en su centro al agua pesada nosotros nos estamos “dando el lujo” de dejar morir nuestra PIAP.

 

* Ing. José Luis Antúnez – Ex. Presidente NA-SA

Dr. Gabriel N. Barceló – Instituto de Energía Scalabrini Ortiz,

Dr. Andrés J. Kreiner – Secretario General APCNEAN

 

Nota original publicada el 06/08/2020 por AGENDAR https://agendarweb.com.ar/2020/08/06/antunez-barcelo-kreiner-no-hay-futuro-en-abandonar-nuestra-historia-nuclear/