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«EL PROYECTO DEL “GREATER ISRAEL»: EXPANSIÓN TERRITORIAL EN MEDIO ORIENTE Y SUS IMPLICANCIAS GEOPOLÍTICAS»

Don Juan de Eslavonia

Basado en las ideas principales del libro «Oded Yinon», del autor Mr. Frederick Michael Taikowski. 2016. Yinon: A Greater Israel. ISBN-10 ‏1539346498

 

Introducción

En los últimos meses, se ha renovado el debate en torno al denominado proyecto del «Greater Israel» —la idea de que el Estado de Israel persigue una expansión territorial que trasciende los límites reconocidos actualmente— y sus implicancias sobre la seguridad, la paz y la estabilidad en Medio Oriente. Algunos analistas argumentan que esta visión influyente, aunque polémica, ya está moldeando decisiones políticas, militares y demográficas que podrían redefinir las fronteras de la región.

Orígenes e ideas fundamentales

El término «Greater Israel» remite a varias corrientes ideológicas y geopolíticas:

  • Su génesis se vincula al sionismo temprano, con figuras como Theodor Herzl y otros que imaginaron un Estado judío que se extendiera más allá de las fronteras del Mandato Británico (1).
  • En la década de 1980 apareció el ensayo atribuido a Oded Yinon («A Strategy for Israel in the 1980s»), que propone la fragmentación de los Estados árabes próximos a Israel como una forma de garantizar su seguridad y dominación regional (2).
  • El análisis reciente sugiere que esta visión está tomando forma a través de asentamientos, políticas demográficas, control estratégico de recursos y consolidación territorial.

Las ideas principales que emergen de esa corriente pueden resumirse en:

  1. Expansión territorial: incorporar o controlar territorios más allá del «Israel de 1948» o de los «límites de 1967».
  2. Control estratégico de recursos naturales y rutas geográficas: agua, gas, petróleo, rutas marítimas, altitudes geográficas clave (3).
  3. Colonización, demografía y asentamientos: asegurar poblaciones judías, desplazar o marginar poblaciones no-judías, afirmar soberanía de facto (4).
  4. Fractura de los Estados árabes o debilitamiento de sus estructuras estatales: la lógica de «balcanización» del entorno árabe para aumentar la ventaja estratégica de Israel.
Planificación estratégica y estado actual

A través del prisma de la «planificación estratégica» se pueden observar varios componentes que aparecen repetidamente:

  • Actores involucrados: gobierno israelí, fuerzas armadas israelíes (Israel Defence Forces – IDF), colonos israelíes, élites políticas y económicas israelíes, y en algunos análisis aliados como EE.UU. o actores regionales tácitos.
  • Espacio geográfico y etapas de expansión: territorios palestinos (Cisjordania, Gaza), los Altos del Golán (Siria), zonas fronterizas con Líbano, y más allá según algunas interpretaciones (5).
  • Mecanismos estratégicos:
  • Infraestructura de asentamientos y colonos.
  • Políticas demográficas (incentivos para judíos, restricciones para palestinos).
  • Acciones militares y presencia en zonas ocupadas o en disputa.
  • Control de recursos naturales (agua, gas, petróleo).
  • Diplomacia, propaganda, alianzas estratégicas (por ejemplo, con países árabes que normalizaron relaciones) (6).
  • Fines declarados o inferidos: asegurar una posición de seguridad reforzada, expandir la soberanía territorial, transformar el entorno estratégico de Israel para reducir amenazas fronterizas, aprovechar recursos naturales.
  • Estado actual de implementación:
  • En diciembre de 2024, el gobierno de Israel anunció un plan para duplicar la población israelí en los Altos del Golán, territorio ocupado desde 1967 y anexado en 1981 (no reconocido internacionalmente) (7).
  • En Julio de 2025, se filtró un debate de políticos israelíes de ultraderecha sobre convertir la Franja de Gaza en un mega-resort para israelíes, desplazando a la población palestina (plan «Gaza Riviera») (8).
  • Situaciones de demolición de viviendas, ampliación de asentamientos, declaraciones de líderes israelíes en apoyo de la visión de «Greater Israel» (9).
Implicancias geopolíticas, sociales y éticas
  • Soberanía y derecho internacional: la ocupación y anexión de territorios (Golán, Cisjordania, Gaza) plantean retos en cuanto a la legislación internacional (Convención de Ginebra, resoluciones de la ONU) (10).
  • Desplazamiento y derechos humanos: los planes de asentamiento, demografía y desarrollo apuntan a cambios profundos en la composición poblacional, lo que genera acusaciones de limpieza étnica o desplazamiento forzado (11).
  • Inestabilidad regional: una estrategia de expansión tan ambiciosa incrementa el riesgo de guerras prolongadas, conflictos múltiples y reacción de alianzas árabes, iraníes o de otros actores externos.
  • Dimensión económica y de recursos: el control de agua, gas, petróleo, rutas comerciales y asentamientos costeros tiene un impacto directo en la economía regional, en la dependencia de Israel y en la geopolítica de recursos (12).
  • Implicaciones internas para Israel: si bien sectores israelíes promueven esta visión, también enfrenta desafíos de legitimidad internacional, costos militares y tensiones demográficas internas (por ejemplo, entre judíos y ciudadanos árabes israelíes) (13).
¿Hacia dónde va el proyecto?

El proyecto «Greater Israel», si bien no ha sido declarado oficialmente en todos sus detalles por el Estado israelí como un plan único y formal, aparece con fuerza en declaraciones, políticas de asentamientos, demografía y diplomacia. Por ello, cabe plantear dos escenarios:

  1. Escenario de consolidación: Israel consolida territorios ya ocupados, expande asentamientos, incrementa control de recursos y estabiliza sus fronteras, sin necesariamente una expansión masiva hacia Siria, Egipto o Irak.
  2. Escenario de ambición ampliada: llevando la visión más allá de 1967, hacia Siria oriental, el valle del Jordán, zonas de Líbano o incluso Irak como algunos análisis sugieren. Este escenario incrementaría la tensión regional dramáticamente y requeriría recursos, alianzas y riesgos aún mayores.
 Conclusión

El llamado proyecto del «Greater Israel» representa más que una idea geográfica: es una matriz estratégica que combina demografía, control territorial, recursos naturales, infraestructuras y poder militar-diplomático. Aunque su ejecución total esté lejos de alcanzarse —y esté sujeta a interpretación, oposición internacional y realidades políticas—, los síntomas de su implementación ya son visibles: asentamientos, política de población, incursiones militares, proyectos de desarrollo en territorios disputados.

Para la comunidad internacional, los medios y los investigadores, resulta clave vigilar los indicadores de expansión: nuevas anexiones, incentivos demográficos, control de recursos estratégicos, cambios en fronteras de facto y el efecto en la población local. A medida que la normalización diplomática entre Israel y los países árabes avanza, también se abren oportunidades para que esta visión se traduzca en políticas de Estado o en dinámicas regionales que transformen el mapa del Medio Oriente.

El análisis exige no solo ver los hechos militares o diplomáticos, sino comprender esta arquitectura estratégica global que vincula lo territorial, lo demográfico, lo económico y lo ideológico. Y preguntarse: ¿qué resistencias se movilizan?, ¿cómo responderá la comunidad internacional?, ¿qué impactos tendrán estas dinámicas en las poblaciones locales y en la estabilidad regional?

 

Fuentes principales

(1) BBC Mundo. 5 noviembre 2017. Los otros lugares contemplados para un Estado judío antes de la creación de Israel en territorio palestino. https://www.bbc.com/mundo/noticias-41857911

(2) Fossati, D. J. (2020). El Plan Yinon como estrategia de conformación del «Gran Estado de Israel» en la búsqueda de su espacio vital. http://cefadigital.edu.ar/handle/1847939/2492

(3) geopol21.com. Mapa de los recursos estratégicos de Israel y Palestina, 07/06/2024, https://geopol21.com/mapa-de-los-recursos-estrategicos-de-israel-y-palestina/

(4) www-hrw-org. Un umbral cruzado. Las autoridades israelíes y los crímenes de apartheid y persecución, 27/04/2021, https://www-hrw-org.translate.goog/report/2021/04/27/threshold-crossed/israeli-authorities-and-crimes-apartheid-and-persecution?_x_tr_sl=en&_x_tr_tl=es&_x_tr_hl=es&_x_tr_pto=tc.

(5)- www.bbc.com. Conflicto israelí-palestino: 6 mapas que muestran cómo ha cambiado el territorio palestino en las últimas décadas, 16/09/2020, https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-54162476

(6) www.valladoliddigital24horas.com. ¿Por qué han callado históricamente los países árabes sobre Gaza y siguen sin darle apoyo? 20/09/2025 https://www.valladoliddigital24horas.com/por-que-han-callado-historicamente-los-paises-arabes-sobre-gaza-y-siguen-sin-darle-apoyo/

(7) cnnespanol.cnn.com. Eugenia Yosef y Nadeen Ebrahim Gobierno de Israel aprueba plan de Netanyahu para expandir asentamientos en los Altos del Golán ocupados https://cnnespanol.cnn.com/2024/12/15/mundo/israel-netanyahu-asentamientos-altos-golan-trax

(8) www.theguardian.com. El plan filtrado de la «Riviera de Gaza» es rechazado por considerarlo un intento «insensato» de encubrir una limpieza étnica. 15/12/2024, https://www.theguardian.com/world/2025/sep/01/leaked-gaza-riviera-plan-dismissed-as-insane-attempt-to-cover-ethnic-cleansing

(9) www.ohchr.org/es. Israel debe poner fin a los asesinatos y las demoliciones de viviendas en la Ribera Occidental ocupada. 15/07/2025. https://www.ohchr.org/es/press-briefing-notes/2025/07/israel-must-stop-killings-and-home-demolitions-occupied-west-bank

(10) ONU A/RES/ES-10/24 Asamblea General 18 de septiembre de 2024 https://docs.un.org/es/A/RES/ES-10/24

(11) www.aa.com.tr. La ONU recuerda que el desplazamiento forzado es una «limpieza étnica». 05/02/2025. https://www.aa.com.tr/es/pol%C3%ADtica/la-onu-recuerda-que-el-desplazamiento-forzado-es-una-limpieza-%C3%A9tnica-/3473182

(12) www.realinstitutoelcano.org. Enrique Feás. Los efectos económicos y geopolíticos de la guerra de Gaza. 09/10/2023. https://www.realinstitutoelcano.org/analisis/los-efectos-economicos-y-geopoliticos-de-la-guerra-de-gaza/

(13)- www.cidob.org. Moussa Bourekba, investigador principal, CIDOB y Francis Ghilès, investigador sénior asociado, CIDOB. Las Tres Consecuencias Inevitables del Conflicto Entre Israel y Gaza, 11/2023, https://www.cidob.org/publicaciones/las-tres-consecuencias-inevitables-del-conflicto-entre-israel-y-gaza

«Oded Yinon», del autor Mr. Frederick Michael Taikowski. 2016. Yinon: A Greater Israel. ISBN-10 ‏1539346498.

 

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EL EJE DE LA RESISTENCIA Y LAS PROBLEMÁTICAS DE SEGURIDAD NACIONAL ISRAELÍ

Salam Al Rabadi*

En principio, las guerras complementan la política, pero en Israel las guerras siguen siendo absolutamente la norma y la política es la anomalía. Ha quedado claro que el Estado ocupante no puede mantener su seguridad excepto acumulando medios de fuerza, lo que profundiza su alienación y aumenta la imposibilidad de aceptarla. La fuente de las contradicciones sigue siendo la alienación fundamental y radical de Israel del entorno árabe al que se impuso. En la práctica, esta realidad es insostenible, ni intentando aumentar el poder ni mediante alianzas (públicas y secretas), incluida la firma de inútiles acuerdos de paz.

El camino de la negociación y el proceso de paz árabe-israelí (desde el Acuerdo de Camp David en 1978, pasando por la Conferencia de Paz de Madrid en 1991, los Acuerdos de Oslo de 1993, el Tratado de Wadi Araba en 1994 y los llamados Acuerdos de Abraham con algunos estados del Golfo en 2020) ha demostrado su fracaso y su total incapacidad para disuadir a Israel y cambiar su comportamiento en materia de seguridad.

La política de acomodación, alianzas de seguridad y maximización de la cooperación económica no condujo a ningún resultado significativo en términos de cambiar las posiciones hostiles de Israel. Al contrario, ha aumentado su rigidez y obstinación. El Estado ocupante ha estado y todavía está enfrentando sus problemas de seguridad a través de una estrategia basada en el rechazo habitual («No») que reflejan sus constantes de seguridad, las más importantes de las cuales son:

    • No a la retirada completa a las fronteras de 1967.
    • No a un Estado palestino con plena independencia.
    • No a detener las operaciones de asentamiento y desmantelar los asentamientos.
    • No al retorno de los refugiados palestinos.
    • No a que ningún país árabe o regional tenga un programa nuclear.
    • No a cualquier desequilibrio en el equilibrio del poder militar.

En consecuencia, la superioridad militar sigue siendo el principal elemento del que depende el Estado ocupante para mantener su existencia. Su singularidad en este ámbito sigue siendo el verdadero pilar de su protección, incluso en caso de que se logre la paz. Donde la teoría de la seguridad nacional israelí siempre se basará en el principio de que la entidad ocupante se basa en un área geográficamente limitada. Por lo tanto, mientras exista vulnerabilidad a nivel de profundidad estratégica, es necesario confiar en una fuerza disuasoria de ataque que preserve la continuidad de Israel.

Sin embargo, como resultado de las victorias estratégicas del eje de resistencia en la guerra de julio de 2006, a través de las guerras de Gaza (2008-2021) y de la guerra global contra Siria (2011-2019), se han producido cambios radicales que conllevan amenazas que tendrán repercusiones muy graves en el destino y en la existencia del Estado ocupante israelí.

En este contexto, las victorias de la resistencia palestina en Gaza en octubre de 2023 fueron una extensión de esta tendencia ascendente en términos de restablecer el equilibrio estratégico entre el eje de resistencia y el Estado ocupante, la cual sufrió varias derrotas severas que la llevaron al escenario de absoluta impotencia. Esta nueva realidad es inseparable del proceso de victorias desde la guerra de julio de 2006 y sus secuelas, que dieron lugar a muchos acontecimientos geopolíticos relacionados con la creciente fuerza del eje de resistencia, entre ellos:

    • Adquirir experiencia de combate no convencional: este eje se ha vuelto capaz en el futuro de librar batallas multinivel que requieren una coordinación logística masiva.
    • Cambiar el concepto militar basado en el desgaste y la defensa y sustituirlo por una estrategia ofensiva preventiva: basada en el principio de penetrar en los territorios ocupados y lanzar incursiones con miles de misiles al mismo tiempo desde varios frentes diferentes. Cambiando así radicalmente la ecuación de disuasión mutua con Israel.

Esto es lo que realmente se vivió en pequeña medida sobre el terreno en la guerra de Gaza de 2021, donde el eje de resistencia, a través del movimiento Jihad Islámico y del movimiento Hamás, pudo adoptar esta estrategia que demostró su eficacia. Las capacidades militares israelíes fueron incapaces de afrontar e interceptar cientos de cohetes que fueron lanzados desde Gaza al mismo tiempo y desde diferentes lugares. Por lo tanto, estos desafíos plantean verdaderos interrogantes que giran en torno a la siguiente pregunta:

¿Es el Estado de ocupación israelí capaz de afrontar todos estos desafíos en cualquier guerra futura?

Es lógico decir que la naturaleza de los desafíos que enfrenta el Estado ocupante a nivel de estructura y concepto de su seguridad nacional ha cambiado de manera dramática y fundamental y entre esos desafíos se encuentran:

    • El eje de resistencia cuenta ahora con enormes capacidades armadas que pueden cubrir todo el territorio del Estado de Israel.
    • El ejército sirio y Hezbolá tienen experiencia militar ofensiva fruto de la guerra de guerrillas con movimientos terroristas apoyados por Occidente e Israel.
    • El eje de resistencia desarrolló su estrategia militar basada en atacar la superioridad aérea y marítima de Israel.

Aquí hay que reconocer que las victorias del eje de la resistencia sobre Israel en las guerras del Líbano, Gaza y Siria han llegado a representar un punto de inflexión estratégico y un verdadero desafío para Israel en términos de su poder disuasivo y el trabajo de sus servicios de inteligencia. Actualmente sufre la pérdida de sus elementos de disuasión más importantes. Por tanto, cualquier nuevo enfrentamiento militar será complejo y alcanzará todas las zonas de toda el área de Israel (desde el río hasta el mar).

Parece que el Estado ocupante nunca estuvo tan amenazado como hoy, como resultado del desarrollo y madurez de las experiencias del eje de resistencia, que ha demostrado que ahora posee una visión militar y política con un enfoque lógico y racional (a nivel de pensamiento y práctica). Podemos decir que las guerras perdidas de Israel y su incapacidad para lograr cualquiera de sus objetivos en Siria, Gaza o el Líbano son evidencia concluyente de la superioridad del eje de resistencia en todos los niveles.

En este contexto, se puede enfatizar que la posibilidad futura es inevitablemente la opción de la guerra y la confrontación integral. La cual no será (como era el caso anteriormente) una guerra convencional que se desarrolle únicamente en tierras árabes y se decida por la superioridad militar israelí. Al contrario, esta vez será una guerra en la que el Estado ocupante no tendrá la iniciativa. Quizás el Estado ocupante pueda iniciar esa guerra, pero lo más importante es cómo la gestiona y le pone fin. Ciertamente no podrá resolverlo en absoluto, pero más que eso, es probable que esta guerra llegue inevitablemente a todas las calles del propio Israel.

En principio, según el patrón de desarrollo de la estrategia del eje de resistencia, es posible enfatizar la posibilidad y capacidad del eje de resistencia de lanzar un ataque integral contra Israel (y no simplemente adoptar una política defensiva), ya sea mediante una andanada de drones y misiles desde todos los frentes (Irán, Irak, Yemen, Líbano, Siria, Gaza), que irá acompañada de un ataque electrónico, de modo que el sistema defensivo «Cúpula de Hierro» sea incapaz de afrontar plenamente un ataque tan grande. Embestida a gran escala capaz de atacar y perturbar bases aéreas y navales, centros militares e infraestructura en todo Israel. Sin mencionar que esto coincidió con la posibilidad de lanzar un ataque terrestre a gran escala a través de todas las fronteras dentro de los territorios palestinos ocupados.

Por ejemplo, según informes y estudios publicados por centros de investigación e instituciones militares israelíes, Hezbollah en particular tiene enormes capacidades militares que le permiten ocupar la región de Galilea en el norte de Israel, con consecuencias nefastas para la entidad israelí. Por lo tanto, si se aborda la ecuación que está ligada a las enormes capacidades misilísticas de la resistencia que fueron activadas en la guerra de julio de 2006 (Haifa y después de Haifa), y si se añade la ecuación de los drones y las capacidades navales (Karish y después de Karish), entonces es lógico que el próximo enfoque futuro sea, al menos de acuerdo con la ecuación: ¡¡el control total de Hezbollah sobre la región de Galilea y más allá de Galilea dentro de la propia entidad israelí!!

* Doctor en Filosofía en Ciencia Política y en Relaciones Internacionales. Actualmente preparando una segunda tesis doctoral: The Future of Europe and the Challenges of Demography and Migration, Universidad de Santiago de Compostela, España.

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CASTILLOS DE NAIPES

F. Javier Blasco*

Se dice que no hay una cosa más inestable que un castillo montado con naipes; de hecho, es precisamente su elevado grado de dificultad para mantenerlos en equilibrio lo que les hace más atractivos a aquellos que tratan de establecerlos y conservarlos erguidos en pie durante un largo periodo de tiempo, mientras siguen pudiendo agregar nuevos elementos al mismo. Inestabilidad, que como es lógico, aumenta a medida que el castillo va adquiriendo mayor altura y se agranda por ensanchamiento con la consiguiente la complejidad para mantener el balance en sus diferentes estadíos.

Silogismo que viene a cuento para comparar el mundo en su estado actual y el empeoramiento de su estabilidad, a medida que los problemas se ensanchan, agravan y aparecen nuevos o más agresivos protagonistas o amenazas que producen movimientos telúricos y situaciones equivalentes a auténticos vendavales, quienes incrementan la posibilidad de echar por tierra todo el trabajo y el esmerado esfuerzo que nos llevó a construirlo hasta adoptar dimensiones más que respetables.

Todo apuntaba a que, tras las dos grandes guerras mundiales del pasado siglo, la caída del muro de Berlín y la desintegración de la URSS, el mundo salvo honrosas, aunque graves excepciones, fácilmente se libraba de graves espantos y de fuertes amenazas, capaces de poner en peligro su continuidad, estabilidad y progreso.

Vivía volcado hacia un espacio y ambiente mucho más sano, menos perjudicial para la salud humana y obsesionado con el cuidado de la naturaleza, los amplios tintes democráticos y enfocado a una seria y fuerte cooperación internacional. Todo ello, unido a otros factores de aparente «buena voluntad» apoyaba la estabilidad política y económica mundial a base de unos, en principio, serios y férreos controles y contrapesos que, convenientemente y casi de forma automática, se aplicaban para evitar caer en errores pretéritos, ya conocidos, bien definidos, estudiados y enmarcados.

El falso, aunque efectivo equilibrio bipolar, mantenido durante casi toda la guerra fría, parecía haber funcionado a la perfección. Nadie osaba asomar su patita al mundo externo y menos a irrumpir en la arena internacional de forma abrupta, con ganas de bulla o creando dificultades que pusieran en peligro la estabilidad, aparentemente ideada y acordada por los principales protagonistas internacionales (los vencedores de la II GM), quienes directa e indirectamente, vigilaban celosos que aquello no ocurriera.

Los EEUU habían tomado el testigo de la egida mundial, marcaban los tiempos a todos e incluso imponían sus sanciones de diverso tipo a los que osaban descarriarse, amparados en una especie de acuerdo y área de confort que la Comunidad Internacional (CI) se había marcado, creado —mediante leyes, usos, costumbres, reglamentos, tratados y convenciones marcados y legislados por los mencionados protagonistas principales y aceptados por el resto sin rechistar— y repartido para vivir en paz y a gusto. Gracias, sobre todo, a un desarrollo sectorial y regional que, empleando todos los medios y condiciones posibles, daba paso de forma «controlada» a nuevos actores al escenario mundial.

Un escenario que, por momentos, comenzaba a tomar una excesiva forma y altura; y por ello, empezaba a estar demasiado recargado para sobrevivir con aquella «acordada paz y armonía» sin que nadie le pisara los cayos al vecino con el que compartía espacio, aspiraciones y necesidades.

Pero aquello no podía durar para siempre, tal y como ocurre con todo lo que es complejo y hecho por la mano o la voluntad del hombre tiende a empeorar hasta llegar a desaparecer. Cada vez era más grande y voluminoso en peso y contenidos a soportar; pronto comenzaron las fricciones de baja intensidad, las aspiraciones refrenadas durante muchos años y las ganas de aparentar en muy marcados personalismos; tanto, que se llegó a un momento en el que cualquier amenaza interna o influencia externa podría poner en peligro la prometida y falsamente esperada, deseada e inquebrantable estabilidad.

Podemos decir que la inestabilidad que actualmente se cierne y acosa a la paz y al desarrollo mundial no se debe a un solo factor o actor, sino a la suma de varios de ellos, que, de forma sucesiva o simultánea, han ido apareciendo en escena y entrando en acción sin que la propia CI se diera cuenta; o si lo hacía, por falta de voluntad o por no contar con las herramientas y actores necesarios para una situación tan compleja, no puso sobre la mesa los precisos remedios y cortafuegos para remediarlo.

Diversos personajes, aparentemente inofensivos y no tanto, fueron adquiriendo un protagonismo mayor. Las pocas o ninguna reacción de la CI para impedírselo les hicieron sentirse más seguros, confortables y convencidos de que su protagonismo no tendría límite a nivel local, para pasar al regional y hasta lograr el mundial.

En algunos casos, se ha ido permitiendo emerger —con total impunidad— a varios países claramente amenazantes debido a la ideología de sus dirigentes, a sus capacidades económicas y militares alcanzadas y varios de ellos, por basarlas en las posibilidades de sus actuales o potenciales armas nucleares, aún a pesar de todo lo legislado en contra de que eso fuera factible.

Hoy en día se han convertido en irrefrenables las ansias de poder de demasiados alocados dirigentes, así como su necesidad de expansión para ocupar los espacios que reclaman como suyos, por necesidades propias o por haber pertenecido a sus ancestros más o menos recientes, junto con las capacidades de destrucción que les otorga el armamento sofisticado y fundamentalmente el nuclear.

Aunque parezca una exageración, creo firmemente que la CI es claramente inconsciente de lo que se nos viene encima y me da la sensación que pretendemos seguir viviendo mirando para otro lado, como si no sucediera nada en nuestro entorno, político, regional, militar y económico.

El 11-S marcó un claro punto de inflexión en la política internacional por el quebranto directo del área de confort de una sociedad civil demasiado acomodada a vivir bien, ajena a los peligros y que había dejado en manos de voluntarios y cuasi mercenarios su propia seguridad.

Dichos atentados arrastraron a la CI en su conjunto a Afganistán, en una guerra de capacidades y medios nunca vista, para luchar contra una ideología y un terreno que ya repetidas veces nos ha mostrado su hostilidad y posibilidad real de doblegar las voluntades de ejércitos poderosos que, tras años de sangrientas y costosas luchas, se vieron forzados a salir de allí con el rabo entre las piernas; y esta vez, tras muchos años de encarnizadas luchas volvería a ocurrir, a pesar de la magnitud de las fuerzas desplegadas y el número de países implicados en las coaliciones que se formaron para luchar allí.

De nuevo y de forma más vergonzosa todavía que lo que recientemente había ocurrido en Irak, hace un año, tuvimos que salir de forma ignominiosa y execrable de Afganistán, dejando atrás un elevado número y casi indefinido de toneladas de material militar, miles de bajas propias previas para nada y cientos de miles de colaboradores que creyeron en nosotros y que aún continúan siendo perseguidos por los talibanes por su apertura y servilismo a países y civilizaciones alejadas del islam y de sus leyes derivadas.

Deshonrosa salida que constantemente ha sido precedida por los terribles mazazos dados por el terrorismo yihadista en todos los continentes, sin excepción. Mazazos ocurridos gracias a su recuperación actual, por haberles dejado el suficiente espacio y los medios para hacerlo y por la manía que tienen los presidentes norteamericanos de lavar sus propias culpas asesinando a sus máximos dirigentes, aún a sabiendas, que los sucesores de los asesinados tardan horas en hacerse con el poder y el control del movimiento y suelen ser más sanguinarios que los que les precedieron, por lo que seguirán amenazando al «mundo civilizado».

Los nuevos líderes mundiales, aquellos que dirigen los resortes de la CI, se encuentran cientos de millas alejados de lo que debe ser un líder con capacidad de mandar y por supuesto, no están preparados para llevar a sus pueblos y organizaciones en las que se encuadran, a buen puerto. Al mismo tiempo, y como consecuencia de sus distracciones personales y pretensiones internas, permiten de forma ignominiosa, que tiranos como Putin, Xi Jinping, Kim Jong un, Erdogan, numerosos pececillos sátrapas comunistas a los mandos en países del Centro y Sudamérica, así como gran parte de África, Asia y de entre muchos países árabes mantengan en vilo a la propia CI y sin capacidad de reaccionar para mantenerlos a raya.

Un claro ejemplo de lo dicho en el párrafo anterior, es la increíble guerra de Ucrania, en la que un auténtico y enfermizo sátrapa está llevando a un pueblo a su ruina u muerte; y a su territorio a ser dejado como un solar, ante los ojos y la pasividad perversa e inhumana de unos dirigentes y organizaciones que solo piensan en cómo mantenerse en sus cómodos sillones y, a lo sumo, en hacer frente a las crisis económicas y energéticas que se avecinan, que en cuestión de semanas dejaran paralizada a Europa y muy tocados a los Estados Unidos.

Una CI incapaz de doblegar a Putin, que ofrece al pueblo ucranio «ropas de abrigo» en pleno verano, en lugar de las armas que precisa y que nada más que lleguen los primeros fríos este otoño, con mucha probabilidad, forzaran a Ucrania a firmar una más que vergonzosa paz, a cambio de que los flujos de los carburantes vuelvan a fluir con toda normalidad hacia Europa.

Pienso que el futuro de este castillo de naipes, descrito lo más brevemente posible, no es nada halagüeño; no solo lo hemos construido demasiado enorme y endeble; además, no le hemos dotado de las herramientas y apoyos que realmente necesita para hacerse valer de verdad y, finalmente, la política —falsamente atribuida al avestruz de esconder la cabeza frente al peligro— es practicada a diario por demasiados dirigentes que en franca descomposición y hasta algunos se encuentran de vacaciones a costa del erario público, mientras todo a su alrededor —interna y externamente— se desmorona.

Hemos llegado muy adelante, demasiado; la situación no se arreglará con Decretos Leyes como denominamos en España a las auténticas alcaldadas de los gobernantes, ni con Órdenes Ejecutivas al más puro estilo «USA», sacadas todas ellas de la chistera y firmadas con tan solo unos pocos o ningún minuto de reflexión. Mucho me temo, que esta vez no serán suficientes y lo pasaremos muy mal.

 

* Coronel de Ejército de Tierra (Retirado) de España. Diplomado de Estado Mayor, con experiencia de más de 40 años en las FAS. Ha participado en Operaciones de Paz en Bosnia Herzegovina y Kosovo y en Estados Mayores de la OTAN (AFSOUTH-J9). Agregado de Defensa en la República Checa y en Eslovaquia. Piloto de helicópteros, Vuelo Instrumental y piloto de pruebas. Miembro de la SAEEG.