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LA LENGUA GRIEGA CLÁSICA Y LA ALEMANA. SIMILITUDES, DIFERENCIAS E INFLUENCIAS

Marcelo Javier de los Reyes*

Un abordaje a una lengua antigua y a una moderna que comparten una flexibilidad que favorece el pensamiento abstracto y la creatividad.

 

Introducción

El presente trabajo aborda un análisis comparativo entre una lengua antigua, el griego clásico, y una lengua moderna, la alemana. A pesar de que en la actualidad esta comparación podría considerarse extraña debe recordarse el interés de filólogos como Wolfgang Schadewaldt (1900 -1974) ―considerado uno de los más importantes filólogos clásicos de Alemania y un respetado estudioso y difusor de la literatura griega antigua en el siglo XX― y de filósofos como Friedrich Nietzsche (1844 – 1900) y Martin Heidegger (1889 – 1976) por los orígenes griegos de la filosofía. Si hablamos de literatura podemos mencionar a Johann Wolfgang von Goethe (1749-1832), quien en su obra de teatro Fausto (1806), más precisamente en el acto III, describe como el Doctor Fausto se enamora apasionadamente de la bella Helena de Troya. Para conquistarla, el insatisfecho y ambicioso doctor Fausto recurre nada menos que a la asistencia de Mefistófeles, el espíritu maligno, quien le facilita llegar a Helena y concretar la boda pero también lo manipula para que se desvíe del camino de la reflexión y de la espiritualidad. Goethe tenía cierta obsesión por la cultura helénica pero debe destacarse que la boda ha sido interpretada como una fusión o una unión entre la antigua Grecia y una nación que se encontraba en una etapa de florecimiento y en búsqueda de la unidad: Alemania.

Una muestra más de ese éxtasis por lo griego en el campo de la literatura puede encontrarse en Friedrich Schiller  (1759 – 1805) que en su poema Los dioses de Grecia (Die Götter Griechenlandes) de 1788, confronta su visión idealizada de la antigua Grecia con el mundo de su época. Se aprecia en estos ejemplos cómo los escritores y filósofos alemanes se sintieron sucesores legítimos de la cultura griega.

Si buscamos esa admiración en el plano artístico, debemos mencionar al historiador de arte y arqueólogo Johann Winckelmann (1717 – 1768), quien consideraba que el arte helénico reflejaba la perfección ideal, dado que los artistas griegos alcanzaron un nivel notable de belleza y proporción,

Durante los siglos XVIII y XIX Francia y el Reino Unido tenían un gran respeto por la cultura de la Grecia de la antigüedad pero, como puede apreciarse por los ejemplos mencionados, en el caso de Alemania esa admiración fue mucho más profunda y todo lo que fuera griego era considerado algo sublime.

Del mismo modo, debe también considerarse el tronco común del que se desprenden ambas lenguas, el indoeuropeo, lo que las hace partícipes de la misma familia lingüística. En función de ello en una primera parte se analizan los orígenes del griego clásico y del alemán para luego destacar cómo la flexibilidad de ambas lenguas ha permitido un florecimiento de la filosofía, del arte literario y del pensamiento abstracto y que muchas de sus obras y de sus vocablos han trascendido lo temporal y lo espacial permeando las lenguas modernas y la cultura incluso en este siglo XXI.

A continuación se aborda brevemente algunas similitudes y diferencias entre ambas lenguas para considerar como el griego clásico ha influido de manera indirecta, a través del latín, en las lenguas modernas, fenómeno del que no está exento el alemán actual.

De ninguna manera, el presente texto procura agotar esta temática ya que eso ameritaría un arduo trabajo de lectura que insumiría un tiempo considerable de vida sino contribuir a la difusión de una cuestión académica que ha despertado un especial interés en mí.

Los orígenes

Tanto la lengua griega como la lengua alemana comparten un mismo origen que es el indoeuropeo. En el caso de la griega se remonta a la cultura micénica, en torno del siglo XV al XII a. C. Las tablillas de cerámica fueron encontradas en 1900 en los palacios de Cnossos, en la isla griega de Creta, y la escritura fue denominada como escritura lineal B, usado por esa civilización micénica de la Edad de Bronce del Mediterráneo.

La escritura lineal B ―una adaptación del «lineal A» que usaba la civilización anterior, la minoica― era silábica y fue descifrada por Michael Ventris en 1952. Se trata de una de las escrituras más antiguas pero sus caracteres son muy diferentes de aquellos que utilizaron escritores y filósofos griegos como Platón, Aristóteles, Demóstenes, Esopo, Eurípides, Homero…

Tablillas con escritura lineal B de la civilización micénica.

Esa escritura era trazada con una caña sobre tablillas de barro fresco. Los micénicos también intercalaban en su escritura dibujos.

El griego posterior se basa en un sistema alfabético en el que los signos gráficos ―denominados grafemas, es decir las letras― se corresponden aproximadamente a los sonidos que se emiten al hablar, los que reciben el nombre de fonemas. Este alfabeto griego fue tomado del alfabeto fenicio, de origen semítico, localizado en la actual Siria, pero los fenicios no tenían grafemas para las vocales y escribían de derecha a izquierda. Los griegos introdujeron algunas modificaciones a ese alfabeto y convirtieron algunas letras fenicias para representar las vocales y empezaron a escribir de izquierda a derecha.

Con respecto a las lenguas europeas, a principios del siglo XIX, los lingüistas determinaron que casi todas las lenguas de Europa y varias lenguas de Asia tenían un origen común. En tanto lenguas europeas, el griego y el alemán se derivarían de un tronco común, el idioma indoeuropeo que se remonta a varios milenios.

Se estima que la lengua germánica en sentido estricto surgió en el primer milenio antes de Cristo, a partir de un «primer cambio de sonido» y con la expansión del Imperio Romano y el gran número de mercenarios germánicos que integraron su ejército, los dialectos germánicos se fueron mezclando con palabras romanas y griegas[1].

Tanto el griego clásico ―considerada la lengua que construyó los cimientos de la cultura occidental, debido a que en ella se escribieron los primeros textos filosóficos, literarios y científicos sobre los que se basa nuestra civilización― como el alemán tienen tres géneros, el masculino, el femenino y el neutro y ambos idiomas se declinan, el griego en cinco casos (nominativo, vocativo, acusativo, genitivo y dativo) y el alemán en cuatro (nominativo, acusativo, genitivo y dativo). El griego clásico no empleaba minúsculas ni espacios.

El alfabeto griego fue tomado del alfabeto fenicio.

Cabe agregar que además existió una lengua griega a la que se denomina koiné (κοινή, koiné; literalmente «en común», «en interés público, por el Estado»), lengua griega común, derivada del ático, que fue de uso general en el mundo helénico tras las conquistas de Alejandro Magno, es decir, durante el período denominado helénico o helenístico (entre los siglos IV a.C. y I d.C.)[2]. El vocablo koiné está relacionado con otro término, koinonía (κοινωνία), que se traduce por «participación; unión; relación, comunicación, sociedad, alianza; simpatía, compasión»[3]. Se trató entonces de una forma común, de una versión simplificada de la lengua griega clásica. El griego koiné fue crucial para el cristianismo debido a que fue utilizado para escribir una parte considerable de la Biblia, el Nuevo Testamento, así como para traducir otra del Antiguo Testamento, denominada tanaj, compuesto por 24 libros. San Jerónimo tradujo la Biblia al latín a partir de los textos originales en hebreo y griego (382 d.C.), en una gruta cerca de la Basílica de la Natividad en Belén. Su traducción es conocida como la Vulgata y se oficializó en la Iglesia de Occidente. Más tarde, el monje y teólogo Martín Lutero tradujo el Nuevo Testamento del griego al alemán a principios de 1522 en apenas dos meses y medio y el Antiguo Testamento en distintas etapas entre 1522 y 1532. Lutero procuraba con su traducción una difusión más amplia de la Biblia entre los pueblos hablantes del alemán pero debe considerarse que este hecho constituyó un hito fundamental del cristianismo.

Ese hito fundamental ha sido el movimiento que llevó a la Reforma, que tuvo lugar en el siglo XVI y que se centró particularmente en las áreas de habla alemana del continente europeo, dando origen a varias confesiones cristianas protestantes, provocando una ruptura con la autoridad papal y una división en la cristiandad europea que aún se mantiene.

Sin embargo, Martín Lutero ha trascendido por su aporte a la conformación de la lengua alemana toda vez que su traducción de la Biblia al alemán es considerada como base del alemán estándar.

La flexibilidad del griego y del alemán

Como fue mencionado ut supra, la lengua griega ha dado origen a los pilares de lo que hoy se considera el pensamiento occidental gracias a poetas, escritores y filósofos como Aristóteles, Platón, Esquilo, Esopo, Eurípides, Homero y tantos otros. La relevancia del pensamiento griego ha llevado a que numerosas palabras y conceptos trascendieran el espacio y el tiempo y sean actualmente mantenidos en su idioma original. Pueden citarse, a modo de ejemplo, ágape (ἀγάπη) ―comprendido como «afecto, amor», en castellano «banquete» y que trascendió al cristianismo como «Comida fraternal de carácter religioso entre los primeros cristianos, destinada a estrechar los lazos que los unían»―; Aleteia (ἀλήθεια) ―«revelación o extracción de algo olvidado», «verdad o lo que distingue al conocimiento genuino (episteme, ἐπιστήμη) de la creencia u opinión» y de ahí epistemología―; doxa (δόξα) ―que suele traducir por «opinión», concepto acuñado por Parménides para distinguir la «vía de la verdad» de la «vía de la opinión»―; lógos (λόγος) ―«palabra, entendimiento o armonía lógica»― y tantos otros términos[4].

Por su parte la alemana es una lengua que por su flexibilidad ha permitido que floreciera una gran cantidad de escritores y pensadores, particularmente filósofos, que acuñaron palabras nuevas para verbalizar nuevas ideas y conceptos. Entre los filósofos más destacados se encuentran Gottfried Wilhelm Leibniz, Immanuel Kant, Georg Wilhelm Friedrich Hegel, Arthur Schopenhauer, Karl Marx, Friedrich Nietzsche, Martin Heidegger y Ludwig Wittgenstein.

Letra gótica denominada Fraktur. Fue la tipografía usada en Alemania para la mayor parte de sus libros editados entre los siglos XVI y XIX e incluso parte del siglo XX.

Cabe aquí hacer una digresión y mencionar a Søren Kierkegaard (1813 – 1855), filósofo y teólogo danés que tuvo una estrecha relación con la filosofía alemana en tanto que fue un severo crítico del hegelianismo y es considerado el padre del existencialismo y con una gran influencia en el pensamiento de autores de lengua alemana como Martin Heidegger, Friedrich Nietzsche, Karl Jaspers y Martin Buber, entre otros. Sin embargo, sus escritos estuvieron limitados a la lectura de los daneses ya que escribió en lengua danesa. Fue otro filósofo, ensayista y periodista alemán, Georg Brandes (1842-1927), quien publicó tanto en alemán como en danés, y quien dio las primeras conferencias sobre Kierkegaard y llevó a cabo la publicación en 1879 de un libro en alemán sobre su filosofía y su vida, Sören Kierkegaard – ein Literarisches Charakterbild (Sören Kierkegaard, un retrato de personaje literario), permitiendo que Kierkegaard trascendiera más allá de la lengua danesa y se iniciaran traducciones alemanas de algunas de sus obras.

De la misma manera que el griego, términos y conceptos del alemán trascendieron el espacio y el tiempo y se mantienen en su idioma original en el ámbito de la filosofía. Estudiar a un filósofo de la talla de Martin Heidegger requiere un conocimiento de la lengua alemana ya que muchos de sus conceptos se mantienen en esa lengua dado que la traducción al castellano u otras lenguas no mantienen el espíritu que le otorgó el autor. De este modo, Heidegger se refiere al «olvido del ser», Seinsvergessenheit, y de ahí que el centro de su pensamiento se refiere al olvido de la pregunta fundamental de la filosofía que es la cuestión del ser, la «pregunta por el ser», la Seinsfrage. Pero hay muchos otros términos, como por ejemplo der Geist ― que podríamos traducir como «mente», «espíritu», pero que frecuentemente se refiere al lado inmaterial, consciente y pensante del ser humano, comprendiendo las habilidades mentales (pensamiento, conocimiento, inteligencia y conciencia), término que da lugar a otros conceptos como der Poltergeist ―para referirse a acontecimientos violentos que suceden en un lugar supuestamente encantado y que no se ajustan a la normalidad física― o Zeitgeist ―«Espíritu del tiempo», comprendido filosóficamente como las ideas filosóficas, valga la redundancia, que corresponden y responden a su tiempo―; der Weltgeist ―«Espíritu del mundo», concepto que proviene de la filosofía, particularmente de la tradición del idealismo alemán, especialmente de filósofos como Georg Wilhelm Friedrich Hegel―. Si se toma el término que se refiere al «espíritu» puede mencionarse también ese otro concepto que empleó Joseph Ratzinger, Benedicto XVI, Gegengeist, que significa «espíritu contrario» o «contraespiritu». que puede interpretarse como su fuerte resistencia a las tendencias modernistas y la relativización de la doctrina católica.

Un término muy particular en alemán es Schadenfreude, que puede traducirse como «el tipo de felicidad que se deriva de la desgracia o el dolor de otra persona», un sentimiento para el que, quizás, no encontraríamos una palabra en castellano pero que podríamos expresar como «alegría maliciosa».

Otros vocablos interesantes que podemos mencionar serían die Erkenntnis ―«conocimiento», más específicamente al conocimiento o comprensión de algo, considerando asimismo el conocimiento o la perspicacia obtenida a través del pensamiento, la experiencia o el estudio―; die Ontologie ―la ontología, la cuestión del ser y de la existencia―; Torschlusspanik ―un término usado para sintetizar el miedo que invade con la vejez y la comprensión de que a uno no le queda mucho tiempo, lo que lleva a una necesidad imperiosa de realizar ciertas cosas antes de nuestro final; die Weltanschauung ―término muy usado en filosofía y en sociología para expresar la «cosmovisión», la forma básica en que alguien ve o interpreta el mundo, incluyendo las creencias personales, valores y perspectivas que dan forma a la comprensión de una persona sobre el mundo―; Stammtisch, cuya definición coloquial en alemán sería «hier sitzen die, die immer hier sitzen», es decir, «mesa reservada para la clientela habitual»; und so weiter.

Diferencias y similitudes

Al momento de plantearse el estudio de alguna de ambas lenguas surge la cuestión de la dificultad. Como ya se ha mencionado, tanto el griego clásico como el alemán son idiomas que se declinan pero, también como se ha visto, no utilizan el mismo alfabeto.

Por su parte el griego tiene su alfabeto propio y el alemán comparte el mismo alfabeto que utilizan otras lenguas modernas, aunque cuenta además con grafemas propios como las vocales con umlaut (diéresis)  ä, ö, ü y la ß, eszett o scharfes S que es una ligadura que representa un sonido doble «s», la cual no se encuentra en el alemán utilizado en Suiza, en donde en su lugar se reemplaza por «ss».

El griego ha variado su pronunciación desde el griego clásico o el koiné al idioma griego actual que se ha complejizado con respecto a sus orígenes. En cambio el alemán presenta algunos desafíos para quienes comienzan su aprendizaje ―por ejemplo en lo que se refiere a los sonidos guturales y a algunas vocales que no existen en el español, la acentuación de las palabras― pero debe destacarse que la pronunciación sigue reglas bastante claras una vez que se logran internalizar.

En lo que respecta a la gramática, ambas lenguas podrían manifestar cierta complejidad debido a los mencionados casos que determinan la función de una palabra en la oración, pero en el caso de la lengua alemana la estructura de las oraciones es más rígida y sigue reglas claras, lo que podría considerarse como favorable luego de que se incorporen esas reglas.

Más allá de las diferencias o similitudes entre el griego antiguo y el alemán, debe considerarse que la alemana es la segunda lengua nativa más hablada de Europa después de la rusa, según algunos estudios. Esto sería cuestionable si se considera que buena parte del territorio ruso es asiático.

La «Seinsfrage» (pregunta por el ser) se plantea por Heidegger en su obra central, Sein und Zeit («Ser y Tiempo», donde se pregunta por el significado y esencia del ser. Esta pregunta fundamental guía su análisis de la existencia humana (Dasein) y su relación con el mundo.

Influencia de la lengua griega en la alemana

El profesor Francisco Rodríguez Adrados (1922 – 2020), quien fue miembro de número de la Real Academia Española, filólogo y helenista español, Catedrático de Griego en el Instituto Cardenal Cisneros de Madrid, considerado como una de las voces más autorizadas en Europa como defensor de las Humanidades clásicas, ha planteado que las grandes lenguas indoeuropeas y hoy casi todas las lenguas del mundo, son lenguas «semihelénicas», ya que las lenguas actuales no se parecen al griego pero incluyen de manera considerable estructuras gramaticales griegas, además de vocablos provenientes del léxico griego así como de préstamos semasiológicos helénicos (la semasiología es el estudio semántico que parte del signo y de sus relaciones, para llegar a la determinación del concepto). Todo, o casi todo, el léxico culto de las lenguas modernas es, directa o indirectamente, griego, pues lo recibieron como préstamo directamente o a través del latín, en la época antigua, la moderna o la actual[5].

El profesor Rodríguez Adrados expresa que la sintaxis de los vedas indios y de Homero, que son similares, se derivan del tronco común indoeuropeo, pero aclara que la sintaxis de la prosa griega se desarrolló posteriormente «hasta llegar a la complejidad y variedad de Tucídides y de Platón», sintaxis que fue «el modelo de todas las lenguas indoeuropeas, con excepción del indio, que permaneció aislado»[6].

Agrega el profesor Rodríguez Adrados:

Esta influencia se hizo realidad tanto directamente como por medio de los préstamos latinos de la sintaxis helénica, y se infiltró fácilmente en todas las lenguas europeas, que tenían como punto de partida una sintaxis indoeuropea, que es también la base de la griega. Con la ayuda de las traducciones del griego y de sus imitaciones, se reformó en los hechos la sintaxis del latín, y luego, del armenio, del árabe y del alemán. El latín también ayudó a la creación de la sintaxis del alemán, del celta, del lituano, etc. Y no se trata solamente de las lenguas indoeuropeas. La influencia fue grande asimismo en el sirio, el etíope y, a través de las lenguas modernas romance y germánicas, llega hoy a todas las lenguas del mundo.[7]

Es de destacar lo que afirma acerca de los modelos sintácticos desarrollados por los griegos y que utilizamos y que son «indispensables para la expresión de pensamientos abstractos, así como para el discurso científico y lingüístico en general». Del mismo modo, añade que es un modelo para el discurso poético ya sea tomado en forma directa como a través del latín, así como también de las letras medievales europeas. Por este motivo considera que «nuestras lenguas son en gran medida semihelénicas»[8].

Cabe aquí destacar que la lengua alemana tiene, en ese sentido, la misma riqueza del griego en tanto permite el desarrollo de pensamientos abstractos, lo cual se evidencia cuando se estudia la filosofía alemana y la traducción de los términos filosóficos a otras lenguas no alcanza la precisión de la idea expresada por los pensadores alemanes. Pensemos, v. gr., en el Dasein (Da Sein) de Martin Heidegger que suele traducirse por el «ser ahí» porque Dasein es la combinación de las palabras alemanas sein («ser») y da («ahí») pero esa traducción no logra la plenitud del concepto alemán de Dasein que le otorgó Heidegger, por lo que en filosofía suele utilizarse el término en alemán y no su traducción. En este caso particular vale mencionar que el filósofo e historiador de la filosofía Franco Volpi (1952 – 2009) considera que se puede rastrear en Aristóteles el origen de algunos conceptos que resultan indispensables en el pensamiento filosófico heideggeriano[9]. Sin embargo, al preguntarse por el «ser», al retomar la Seinsfrage, la «pregunta por el ser», Heidegger abreva no sólo en Aristóteles sino también en la filosofía griega en general. Pero también Nietzsche fue un apasionado por el legado cultural griego. He aquí unos ejemplos que demuestran que la influencia no se limita al idioma.

Dejando de lado la filosofía también pueden encontrarse otras palabras que se prefieren mencionar en alemán porque ese pensamiento abstracto no puede ser transferido a otras lenguas como por ejemplo Hinterland (vocablo que se utiliza en Geopolítica, Geografía y Logística que se refiere a la región que se encuentra detrás de una ciudad, un puerto, o una zona costera) y la ya mencionada Zeitgeist que han pasado así a formar parte del léxico inglés.

Nuevamente es importante mencionar al profesor Rodríguez Adrados en lo que se refiere a la influencia indirecta del griego en las lenguas modernas, entre las que se encuentra el alemán:

En medio de los modelos sintácticos que transmitieron, directamente del griego o a través del latín, están, por ejemplo: el desarrollo de la frase subordinada, el uso sintáctico del infinitivo, las construcciones absolutas de participio, la sustantivación de los adjetivos con o sin la ayuda del artículo, etc. El griego desarrolló un sistema que fue copiado por el latín y que llega hasta nosotros, en el cual cada verbo se corresponde con uno o más sustantivos, adjetivos y adverbios. Esto provee de una línea en la síntesis del modelo que hace posible organizarlo de diferentes maneras y con exactitud.[10]

A partir de esto puede afirmarse que la lengua griega no influyó directamente sobre la alemana, sino que lo hizo a través del latín. Fue a través de esa vía que el alemán adoptó palabras del griego antiguo como iglesia (Kirche, kyriakós, κυριακός, «concerniente al Señor, a Cristo»), biología (Biologie, de bios, ßίος, «vida», y lógos, λόγος, «estudio») y gimnasio (Gymnasium, gymnásion, γυμνάσιον, «ejercicio» pero particularmente entendido como ejercicio corporal).

No obstante, hay términos griegos que han permeado a otras lenguas e incluso la lengua alemana y en los que claramente puede observarse ese origen, como por ejemplo Atom o Chromosom.

Consideraciones finales

Como se ha podido apreciar, la lengua griega clásica ha influido en la lengua alemana a través del latín como lo ha hecho en buena parte de las lenguas modernas. Esa influencia puede observarse en la gramática como así también en algunos préstamos en el léxico.

Si bien, obviamente, existen diferencias entre esa lengua antigua clásica y el alemán moderno, debe destacarse que desde un punto de vista teológico, ambas lenguas han tenido un momento protagónico dentro del cristianismo.

Debe considerarse que ambas tuvieron, y en el caso de la lengua alemana aún tiene, una característica singular que es esa flexibilidad ya mencionada que permite crear palabras nuevas para enunciar ideas y conceptos que quedan encerrados en esos términos y que son incapaces de expresar completamente la misma idea en otros idiomas.

Para cerrar este escrito, considero oportuno recordar la entrevista que los editores del semanario alemán Der Spiegel le hicieron a Heidegger el 23 de septiembre de 1966, oportunidad en la que el filósofo les solicitó que permaneciera inédita durante su vida, por lo que recién fue publicada el 31 de mayo de 1976, cinco días después de su muerte. El contenido de esa entrevista es muy valioso ya que aborda cuestiones muy vinculadas no sólo a su pensamiento sino también al contexto político en el que lo desarrolló ―claramente durante los años del nacionalsocialismo― pero lo que deseo destacar es cuando se refiere a ese vínculo entre el alemán y el griego, que es el espíritu de este escrito. Ante una pregunta que le formularon, Heidegger respondió:

Pienso en el particular e íntimo parentesco de la lengua alemana con la lengua de los griegos y con su pensamiento. Esto me lo confirman hoy una y otra vez los franceses. Cuando empiezan a pensar, hablan alemán; aseguran que no se las arreglan con su lengua.[11]

Sin duda que estas expresiones pudieron haber sido un poco exageradas pero eso no nos llevaría a desestimar esa consideración que se tiene de Alemania como «Das Land der Dichter und Denker», «El país de poetas y pensadores».

 

* Licenciado en Historia (UBA). Doctor en Relaciones Internacionales (AIU, Estados Unidos). Director ejecutivo de la Sociedad Argentina de Estudios Estratégicos y Globales (SAEEG). Profesor de Inteligencia de la Maestría en Inteligencia Estratégica Nacional de la Universidad Nacional de La Plata.

Autor del libro «Inteligencia y Relaciones Internacionales. Un vínculo antiguo y su revalorización actual para la toma de decisiones», Buenos Aires: Editorial Almaluz, 1ª edición 2019, 2da edición 2024.

Investigador Senior del IGADI, Instituto Galego de Análise e Documentación Internacional, Pontevedra, España.

 

Referencias

[1] Dariana Echeto. «¿Cuál Es El Origen Del Idioma Alemán?». Sprach Zentrum, 30/01/2023, https://sprachzentrum.net/blog/origen-idioma-aleman/#:~:text=El%20origen%20del%20idioma%20alem%C3%A1n%20fue%20el%20germ%C3%A1nico%20occidental%2C%20del,de%20sonido%20o%20alto%20alem%C3%A1n, [consulta: 14/08/2023].

[2] Real Academia Española. Diccionario de la lengua española, 23.ª ed., [versión 23.8 en línea], https://dle.rae.es, [29/11/2024].

[3] Pabon Suárez de Urbina, José M. Diccionario manual griego –español. Vox. Barcelona: Biblograf, octubre de 1979 (doceava edición).

[4] Giorgio Piacenza Cabrera. «Glosario de términos griegos en filosofía». 22/07/2012, https://terminosgriegosdefilosofia.blogspot.com/2012/07/glosario-de-terminos-griegos-en.html.

[5] Francisco Rodríguez Adrados. «El griego, la más universal de las lenguas». Conferencia pronunciada en griego en el XII Congreso Internacional «El Helenismo y la Ortodoxia en el horizonte de Europa» el 29 y 30 de enero de 2005. Trad. Jerónimo Brignone. Web de Jerónimo ‘Jerry’ Brignone, https://www.jbrignone.com.ar/adrados.html, [consulta: 27/11/2024].

[6] Ídem.

[7] Ídem.

[8] Ídem.

[9] Volpi, Franco. Heidegger y Aristóteles. (1a ed.). Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica, 2012. 209 p.

[10] Francisco Rodríguez Adrados. Op. cit.

[11] Der Spiegel, nº 23, 1976, p. 193-219.

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RETOS DEL PERÚ MULTIÉTNICO Y MULTICULTURAL

Francisco Carranza Romero*

Hilaria Supa Huamán. Foto: Congreso de la República del Perú.
Voz valiente de una mujer

Hay libros que hablan como los seres humanos porque nos transmiten informaciones que motivan la reflexión y despiertan los sentimientos (alegría, tristeza y enfado). Es el caso del libro “Hilos de mi vida” de Hilaria Supa Huamán (2010, Ediciones del Congreso del Perú). La autora narra su vida desde sus primeros años en su pueblo natal (Huayllaccocha, entonces una hacienda en el distrito de Huarocondo, provincia de Anta, departamento de Cuzco, Perú), de sus experiencias como trabajadora doméstica desde antes de tener diez años, de su maternidad, de sus esfuerzos para no seguir siendo iletrada, de soportar los insultos y desprecios por ser diferente a las citadinas (indumentaria y hablar el quechua).

Desde el inicio ella nos advierte: “Yo no cuento mi historia para que me digan: ‘Ay pobrecita, todo lo que le ha pasado’, sino porque la historia de mi infancia y juventud es la historia de muchas mujeres indígenas de mi tierra” (p. 1). Y César Zumaeta Flores, entonces presidente del Congreso de la República, presenta el libro con palabras de quien conoce la realidad peruana: “Es testimonio vivo de que somos un país de múltiples ensambles culturales, multilingüe, que se construye y reconstruye cada día en el intercambio de nuestras diferencias”. Si todos los congresistas conocieran y asumieran esta realidad tendríamos mejores leyes.

Sin embargo, la vida sufrida de Hilaria no es única porque hay muchas historias de gente explotada y ultrajada. A pesar de todo, la superación de ella gracias a su coraje y paciencia es de muy pocos; y también, como ella narra, tuvo la suerte de encontrarse con gente buena que la ayudó, y hasta llegó a ser congresista.

El libro contiene valiosos datos y denuncias que merecen ser tomados en cuenta para mejorar las condiciones de vida de los que más sufren. Por su relato testimonial comprendemos los esfuerzos de los que tienen que enfrentarse a tantas situaciones injustas:

  1. Nacer en el área rural y en familia de economía pobre. La actividad agropecuaria no organizada ni asesorada da apenas la subsistencia, ingreso económico no suficiente porque las mejores tierras, desde los tiempos de la conquista, fueron repartidas y apropiadas. Y el despojo de las tierras aún continúa con maniobras legales. Las áreas rurales carecen de muchos servicios como las vías de comunicación, centros de salud y escuelas; por eso, sus pobladores tienen que marcharse del pueblo natal para estudiar, ganar dinero, y curarse —cuando los curanderos ya no pueden— hacia las ciudades a días u horas de distancia donde, a veces, ni siquiera tienen familiares. Y los urbanos, creyéndose modernos y superiores por gozar de estas ventajas, en vez de comprenderlos, los maltratan.
  1. Nacer en una comunidad indígena. Los indígenas peruanos constituyen una minoría que, a pesar del menosprecio oficial, aún mantienen su cultura: lengua, creencias, ritos, medicina tradicional, agricultura natural, música, danzas, ritos, gastronomía, vestimenta, etc. El hablante de una lengua indígena, para realizarse como ciudadano útil y respetado, tiene que cumplir, le guste o no, el largo y difícil proceso de la educación escolarizada en castellano con profesores y compañeros que sólo hablan castellano, con textos escolares en castellano, y los exámenes y entrevistas en castellano. Y los programas de alfabetización, cuando hay, cumplen los intereses políticos y religiosos. “Los alfabetizadores del Estado van preparando a la gente para las siguientes elecciones, para que marquen el partido del gobierno; y las sectas defendiendo su religión. Una vez más, somos utilizados” (p. 158). Qué bueno sería que los centros escolares de todos los niveles formaran ciudadanos que conozcan la realidad nacional para sentir la identidad cultural y asumir la historia con realismo y optimismo. Hilaria Supa no se queda en la crítica, también emite su propuesta que, ojalá, llegue a las autoridades del Ministerio de Educación y del Congreso: “… que se enseñe a los niños en su lengua materna, y que, poco a poco, aprendan el castellano como segunda lengua, como una lengua que necesitan para defenderse en la vida” (p. 155). En Perú, la lengua y cultura de los que iniciaron la conquista y el colonialismo en 1532 tiene mayor prestigio y difusión nacional e internacional. Los doscientos años de la independencia no muestran los cambios a favor de los indígenas peruanos, descendientes de los americanos milenarios.
  1. Nacer mujer. Su voz es de una mujer que ha sufrido tantas vejaciones en su familia, comunidad, lugares de trabajo e instituciones. Ella conoce, desde su niñez, las desventajas de la mujer porque en la sociedad el varón es quien tiene voz y mando. “¿Por qué hay tantos varones que abusan de las mujeres y después niegan, abandonan o maltratan a sus hijos? ¿Acaso los varones nacen machistas? ¿Son malos por ser varones?” (p. 15). Ella misma da la respuesta: “Los varones no nacen machistas, el ambiente los vuelve de esa manera, así como el ejemplo que dan los padres y la sociedad” (p. 153). “La religión de los invasores habla de un dios varón, todopoderoso, que está en el cielo. Para nosotros los dioses son varones y mujeres que están en la tierra, en el agua, en los cerros y también en el cielo. Para nosotros las diosas no son vírgenes sufridas y sumisas, son madres, son fértiles” (p. 90). El dios celestial y lejano parece inalcanzable para los seres humanos comunes; por eso, existen los supuestos intermediarios.

Promover la educación para cambiar esta realidad.

En el libro hay propuestas y respuestas directas e indirectas.

Asumir la indigenidad. “Debemos capacitarnos y concientizarnos hasta llegar a un nivel donde no sintamos vergüenza de nuestro origen” (p. 55). “Los indígenas debemos hablar por nosotros mismos, no debemos esperar que otra persona hable por nosotros ni mucho menos debemos hablar lo que ellos nos enseñan sin haber pensado antes” (p. 68). Con el uso del pronombre personal “nosotros”, ella asume con sinceridad su origen o raíz.

Por sus participaciones en los eventos internacionales ella ha tenido contacto con profesionales e indígenas extranjeros, así sabe que los indígenas peruanos no son los únicos casos de la injusticia. “Las naciones indígenas de todo el continente de América tenemos culturas parecidas y problemas parecidos de marginación y desaparición” (p. 97).

Supa critica a los grupos religiosos fanáticos: “Todos piensan que poseen la verdad. Prohíben que bailemos nuestras danzas, que toquemos y cantemos nuestras músicas. Prohíben que seamos nosotros mismos” (p. 95). Estas prohibiciones afectan la celebración de las fiestas y ritos según el calendario solar (solsticios de verano e invierno) y según el calendario lunar (fases y el plenilunio más grande del año: hatun pampa killa) que son importantes en la agricultura, ganadería, pesca y tratamientos terapéuticos.

Debemos cuidar la salud humana y de la tierra. Es la visión andina de que el ser humano es parte de la naturaleza. Tomando en cuenta sus testimonios y denuncias pedimos a los egresados de los centros superiores que visiten las áreas rurales para ampliar sus conocimientos.

Los del área de salud, con una actitud de apertura y humildad pueden descubrir los males como el susto, chucaque, mal del ojo, mal aire, etc., que tienen sus etiologías y curaciones propias. En Perú, muchos pueblos vivieron y viven gracias a los curanderos que conocen las virtudes curativas de los productos de plantas, animales, sales, arcillas que hay en su contorno. Con estos materiales preparan remedios y se curan. Y, cuando ya es imposible curar, ayudan a preparar al paciente para que muera con dignidad; y también preparan a la comunidad, para que haga una buena despedida al miembro que se va. La reciprocidad (rantin en quechua I, ayni en quechua II) ayuda a vivir y a aceptar la muerte como un proceso natural.

Sobre las diferencias de atención a los enfermos, comenta dos casos: En la fractura ósea los curanderos usan emplastos de hojas, raíces y grasas de ciertos animales para fortalecer el hueso en vez del frío y duro yeso que ponen en los hospitales. En el parto, la parturienta es colocada de rodillas y tratada con emplastos calientes y brebajes también calientes; en los hospitales tratan a base de inyección y pastilla. Y reconoce la apertura mental del médico Jorge Valdivia y de la enfermera Libia Pinares, quienes conocen y respetan la medicina tradicional. Con profesionales como los mencionados se puede capacitar a los curanderos y aprender también de ellos el uso de las medicinas tradicionales; así habrá mejor servicio en los poblados. Y mejor, si el diálogo es en la lengua de los indígenas. “Tal vez, partiendo de mi propia situación, inválida por la artritis, siento muy fuerte el valor de un cuerpo sano y la salud íntegra del cuerpo, la mente y el espíritu, sin golpes, gritos ni maltratos” (p. 120). “En las prácticas aprendemos a preparar diferentes jarabes, tinturas y cremas con insumos que están a nuestro alcance” (p. 137).

Promover la agricultura ecológica que protege la tierra y la planta, aunque el producto no es grande como desean en la ciudad. Los agroquímicos (fertilizantes y plaguicidas) empobrecen la tierra e intoxican al medio ambiente y al consumidor. La concientización y capacitación desde la escuela debe ser labor de los especialistas en plantas, animales y alimentos.

En las universidades de Corea del Sur, me consta, hay dos escuelas de medicina que se colaboran tratando de atender lo mejor posible al paciente: Facultad de Medicina Occidental y Facultad de Medicina Asiática. Ambas escuelas utilizan los nuevos avances de la tecnología y los ponen al servicio de la salud.

Superar el alcoholismo. El método más efectivo para dominar a otro es darle droga en vez del salario justo, comida, educación y mejores oportunidades de vida. Los fanáticos y ambiciosos conquistadores del Perú usaron el alcohol para dominar y explotar a los indígenas; los ingleses, en otros lugares, recurrieron a exterminarlos o les dieron el opio para hundirlos en el vicio.

Otro motivo del consumo del alcohol es la celebración de las fiestas religiosas. Cada pueblo, por más pequeño que sea, tiene su santo patrón o santa patrona a quien se le alegra con fiesta costosa que termina en borrachera. El apóstol Santiago (llamado Santiago Matamoros en España; Santiago Mataindios en América) recibe muchas fiestas en el mes de julio. Los quechuas lo llaman Shanti Illapa (Santiago Trueno). El nombre de este patrón genocida es también topónimo de muchos pueblos.

Y, ¡qué coincidencia!, el hacendado y el amo de la casa donde hay personal de servicio son llamados también patrón o patrona. Los evangelizadores, salvo honradas excepciones, fueron cómplices de la dominación de los pueblos.

La conducta de los padres borrachos, malgastadores y violentos, desgraciadamente, es imitada por los hijos. Los indígenas borrachos son los que traicionan a sus hermanos cuando se alzan pidiendo mejores condiciones de vida.

Las religiones que predican el no consumo del alcohol hacen cambiar la mala costumbre de tomar alcohol hasta la borrachera; pero, después aprovechan para convertirlos en fanáticos creyentes hasta hacerlos despreciar su propia cultura. Así la religión no libera, porque de una droga se pasa a otra droga.

Hilaria Supa clama: “El Estado debe prohibir la venta del alcohol industrial (alcohol metílico de 96°). Así como se prohíbe la droga se debe prohibir la venta sin control del alcohol que también es droga” (p. 147). Y el alcohol es tan popular que hasta tiene muchos nombres: ron, cañazo, chacta, llonque, huacshu, huascu. Y es común huasquarse por cualquier motivo. Tanto en el área rural como en la ciudad, no hay fiesta sin el consumo de alcohol; no hay reunión familiar y amical sin la música ruidosa. ¿Para alegrase se necesita tomar alcohol?

Los movimientos políticos, hablando de la igualdad y justicia, practican la discriminación y el acaparamiento del poder. Cuántas veces los astutos políticos, para lograr firmas de apoyo y votos, van a las comunidades con regalitos, alcohol y promesas, se disfrazan, danzan graciosamente y balbucean algunas palabras en la lengua indígena. Así se aprovechan de los ingenuos. A esta farsa teatral, Supa critica: “En la ciudad, mayormente, acostumbran llamar disfraz a nuestra vestimenta; dialecto a nuestro idioma; a nuestro arte lo llaman artesanía; a nuestra música, folklore; y a nuestras ceremonias, brujería” (p. 69).

Extinción del indígena, triunfo de la civilización. En la década 90, los funcionarios del gobierno planearon bajar la pobreza reduciendo la población indígena. Con engaños y regalos muchas mujeres pobres del campo fueron esterilizadas para no tener que criar más hijos. Hilaria denuncia: “Es increíble, pero cierto que el gobierno de Alberto Fujimori había planificado, desde sus oficinas, cuántas mujeres en cada provincia tenían que usar algún método de planificación familiar; … cuántas tenían que usar T de cobre y cuántas debían hacerse la ligadura de trompas” (p. 125). “En vez de crear un sistema más justo, con espacio para todos, era más fácil… reducir la población indígena. Los científicos llaman a esto genocidio, otros lo llaman violación de los derechos humanos” (p. 126). Las consecuencias de las esterilizaciones son físicas y psicológicas. Los que investigan y denuncian estos hechos son amenazados y criticados ferozmente. El juicio por las esterilizaciones forzadas ya lleva 20 años sin ninguna sentencia.

Los que nos identificamos indígenas (perunígenas, amerígenas y terrígenas) consideramos que la educación es el mejor camino de superación de los pueblos. El proteccionismo y el asistencialismo crean la dependencia y matan la creatividad y la autovaloración.

 

* Investigador del Instituto de Estudios de Asia y América, Dankook University, Corea del Sur.

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LOS INDÍGENAS Y EL BICENTENARIO DE LA INDEPENDENCIA DEL PERÚ

Francisco Javier Carranza Romero*

I. Indígena e independencia

Parto del análisis y comentario de las palabras indígena e independencia, temas centrales de esta ponencia.

Indígena. De origen latino: indi– (variante del prefijo latino locativo in-): del lugar, de allí; gen– (parir, dar luz): origen. Otras palabras con la misma raíz: gen, genealogía, engendrar.

Según dos diccionarios de la lengua castellana, indígena: 1. “originario, nativo, no introducido” (Gómez de Silva, Guido, 1985). 2. “adj. Originario del país de que se trata. Apl. a pers., u. t. c. s.” (DRAE, 1984). Los dos diccionarios refieren una característica común: “originario”.

Aunque todos los hispanohablantes acepten este significado de originario de algún lugar; pero, no todos asumen la “indigenidad”. Por este problema nos enfrentamos a diferentes criterios y actitudes: unos asumen la indigenidad porque aceptan que son “originarios” de algún lugar donde han nacido; otros marcan las distancias porque no se sienten indígenas y usan esta palabra para menospreciar a otros que les son diferentes.

Independencia. También de origen latino: in– (no, sin) (Dependere: estar colgado de, pender de. “Dependencia: Subordinación a un poder mayor” DRAE). Así la “independencia” es la no dependencia, la ruptura de relación de un elemento que sujeta o que crea muchas limitaciones.

1. Prejuicios sobre lo indígena

La respuesta es la reflexión desde diferentes criterios.

1.1. Lugar de nacimiento. ¿Solamente los de la zona rural son indígenas? ¿Los citadinos no son indígenas? Si aceptamos esta diferenciación espacial demostramos que no hemos superado el pensamiento de los antiguos romanos que contrastaban: villa, rus / civitas, urbs. Y, refiriéndose a las personas también contrastaban: villanus, rusticus / civis, urbanus. Este modo de juzgar crea el contraste actual: campesino, no civilizado / citadino, civilizado.

No cabe ninguna duda que el modus vivendi en el campo y en la urbe es diferente; pues así se manifiesta en las viviendas, vías, vestimentas, comidas, etc. Lo erróneo es que el “citadino” se cree el único poseedor de la “cultura” como si ésta estuviera sólo relacionada con la urbe. ¿Y qué pasa si un campesino se traslada a la ciudad para laborar y vivir? Y viceversa, ¿qué pasa si un citadino se marcha al campo para laborar y vivir? ¿No son los mismos protagonistas que actúan y se cambian los disfraces según las circunstancias de la vida?

¿Cuántas décadas, siglos y milenios hay que residir en un lugar para ser considerado indígena? ¿Cuántas generaciones de antepasados nacidos en un lugar son necesarias para ser indígena?

1.2.  Color de la piel. ¿Son indígenas solamente los del color cobrizo u oscuro? ¿No hay indígenas de piel blanca? Este criterio expresa la omnipresencia del racismo.

Los blancos tampoco son homogéneos. Por ejemplo: los españoles que llegaron a América desde 1492 eran mezclas de ibéricos, fenicios, griegos, judíos, bereberes, árabes, galos, germanos, celtas, etc. Los pobladores de América tampoco eran de un color homogéneo, pues había gente de piel oscura, cobriza y blanca. El cronista Francisco López de Gómara (1511 – 1564) escribe sobre la región de Pánuco y Río de Palmas (México): (Los españoles) “pasaron por ciertos pueblos donde los hombres eran harto blancos” (Historia general de las Indias, cap. XLVI, p. 69). También refiere la presencia de gente de piel negra en la región de Darién: “se hallaron en Cuareca negros como de Guinea” (op. cit. Cap LXVIII, p. 104). Aunque él no llegó a América, sus datos son de los informantes que sí estuvieron en América como Andrés de Tapia, Gonzalo de Umbría y el mismo Hernán Cortés.

Y los traficantes de esclavos introdujeron a América africanos de variedad de matices de negritud.

Algunos hasta relacionan el color de la piel con el pensamiento y la actitud. El criollo José Mariano de la Riva Agüero y Sánchez Boquete (1783-1858), el primer presidente del Perú, en sus memorias escritas con el seudónimo Pruvonena, comparó a los avatares de la emancipación de Estados Unidos y de Hispanoamérica: “En la república de los Estados Unidos… la ambición de los ciudadanos se reduce a hacerse elegir Presidente. Los que aspiran a ese elevado puesto son de raza europea, y no mestizos, indios o mulatos” (Millones, Luis 2008, p. 175).

“La india orgullosa no dejó traslucir sus pensamientos, oscuros como su cobriza piel para el observador que quisiera interpretarlos”. (Álvaro Vargas Llosa, 2003, p. 25 al hablar de la princesa Kispi Sisa, bautizada como Isabel Huaylas).

1.3. La lengua. ¿Son indígenas solamente los hablantes de una lengua no europea? De aceptar afirmativamente, los hablantes de las lenguas castellana, portuguesa, inglesa, francesa no son indígenas. Si los no hablantes del latín fueron calificados “bárbaros”; los americanos hablantes de sus lenguas locales (maya, náhuatl, quechua, aimara, guaraní, etc.) fueron y son calificados de indios e indígenas.

Lingüísticamente, el castellano se impuso como lengua oficial desde la conquista y durante la colonia. Después de la independencia siguió como lengua oficial. Las lenguas indígenas, se convirtieron en lenguas de las minorías.

Los personajes de “El mundo es ancho y ajeno” de Ciro Alegría hablan sólo el castellano porque no saben otra lengua. ¿Ellos no son indígenas?

Yo, un bilingüe coordinado quechua y castellano, ¿acaso soy indígena sólo cuando hablo quechua? ¿Dejo de ser indígena cuando hablo castellano?

No basta hablar la lengua castellana, hay que usarla bien, con conocimiento de su diacronía y sincronía.

1.4. Pensamiento. El modus cogitandi del quechua contrasta con el del europeo conquistador y sus descendientes criollos:

Comunitarismo o ayllucentrismo (ayllu: comunidad quechua) / Individualismo. Solidaridad / Solitaridad.

Desarrollo comunal / Desarrollo individual.

Las labores que requieren la participación de muchas personas se realizan mediante la minka (convocatoria de pedir la ayuda de los vecinos). Los que responden a la minka obran bajo el principio del rantin que equivale al principio latino: Do ut des (Te doy para que me des).  Y esta reciprocidad también se expresa con el morfema verbal de reciprocidad –naku. Ejemplo: yanapanakuy (yanapa-naku-y: ayudarse recíprocamente).

Quien no ha vivido dentro del ayllu, lo califica de un mundo con pensamiento primitivo y no racional; y lo contrapone al pensamiento moderno y racional europeo. A continuación, las opiniones de dos escritores de diferentes tiempos: El sacerdote José de Acosta (1540 – 1600), escribe así de los indígenas americanos: “Son rudos, inconstantes, pues bien, que lo sean. Se les ha dado menos, menos se les exigirá” (De procuranda indorum salute, 1952, p. 79). Mario Vargas Llosa: “Una cultura mágico-religiosa puede ser de un notable refinamiento y de elaboradas asociaciones —de hecho, lo son la mayoría de ellas—, pero siempre primitiva si aceptamos la premisa de que el tránsito entre el mundo primitivo y tribal y el principio de la cultura moderna es, justamente, la aparición de la racionalidad, la actitud ‘científica’ de subordinar el conocimiento a la experimentación y al cotejo de las ideas y las hipótesis con la realidad objetiva” (La utopía arcaica, 1996, pp. 186-187). Según este argumento, los indígenas son los primitivos y no racionales. Como si la humanidad tuviera sólo un modus cogitandi (modo de pensar).

Sancho Panza, a pesar de ser iletrado, aclaró a su amo Quijote que criticaba a los organizadores de una fiesta: “Señor, en cada tierra su uso” (cap. IX). Y su opinión vale para muchos prejuiciosos.

1.5. Población. Contemplemos sólo nuestro Perú: Étnicamente, los mestizos conforman la gran mayoría de la población. Y consideremos que los españoles que se trasladaron a América eran también los resultados del mestizaje de muchos siglos en la Península Ibérica por la llegada de los griegos, judíos, romanos, moros, árabes… La presencia africana desde los inicios de la conquista y la llegada de los asiáticos y de otros países europeos aumentó más el mestizaje. La reducida población de los señalados como indígenas, es también el resultado de otros mestizajes desde tiempos prehispanos.

Los campesinos escolarizados, biculturales y bilingües se han apropiado del alfabeto latino por eso son los puentes entre sus comunidades y las ciudades eurofílicas. Son los protagonistas de la práctica de la interculturalidad sin imposición de una cultura sobre otra. Sólo el que no llega a valorar su cultura nativa tiene una conducta de imitación servil al otro; y vive tratando de pensar como el otro.

1.6. Economía. ¿Sólo los que viven en la pobreza son los indígenas? ¿Los ricos no son considerados indígenas? El hecho de que los indígenas vivan en la pobreza es el resultado de que a sus antepasados les arrebataron las mejores tierras de cultivo y los mejores pastizales; y muchas víctimas del arrebato, para sobrevivir, se marcharon a áreas inhóspitas. Y, cuando allí también fue descubierta alguna riqueza, los usurpadores también les arrebataron a las buenas (engaños) o a las malas (papeles legales y gendarmes). “Quien asciende en la escala económica se va blanqueando, en tanto que el que se empobrece se indianiza, se achola o ennegrece a ojos de los demás” (Vargas Llosa, Mario: La utopía arcaica, p. 166).

La palabra “indigente” (derivado de indigentem, acusativo del latino indigens: necesitado, falto de medios de subsistencia; in– > indi; egere: carecer, estar necesitado) no tiene el mismo origen que “indígena” (originario, nativo); pero, no podemos negar que hay muchos indígenas que viven en la necesidad o indigencia; lo que ganan no les alcanza para la canasta familiar.

1.7. Escolaridad. El área rural sigue siendo el corral trasero de la ciudad, un lugar destinado a las actividades agropecuarias y mineras. Y si hay escuelas, las autoridades educativas que residen en las urbes no se preocupan de ellas. Los campesinos de baja escolarización son los supuestos “indígenas”.

Los citadinos tienen los mejores locales escolares y más oportunidades para seguir estudiando debido a que los poderes políticos, económicos, religiosos, culturales y de salud están concentrados en la ciudad. Por eso, ellos son los más escolarizados.

Aquí conviene aclarar que la cultura no está sólo relacionada con la escuela; porque hay algunos iletrados que tienen rica cultura que la demuestran en su relación con la humanidad y la naturaleza. Y también hay muchos egresados de las escuelas superiores que no son cultos o no cultivados. La palabra cultura deriva de colere: cultivar. La labor de la sociedad y de la escuela debe profundizar y fortificar las raíces indígenas.

1.8. Indumentaria. Los que visten según el ambiente local y no siguen la moda europea (terno o traje, esmoquin, frac, levita, etc.) son considerados “indígenas”.

Por suerte, hay pueblos orgullosos que se visten según sus gustos, ocasiones y climas; no se avergüenzan de su cultura de vestido. La variedad de la vestimenta de los pueblos, culturalmente, demuestra la riqueza creativa y la diferencia de climas y concepciones. Además, el atuendo cubre cualquier color de piel.

2. Literatura considerada indígena

La literatura se refiere al relato descriptivo del espacio, hechos y cosas en un determinado tiempo. Esta descripción realista o modificada por la imaginación se hace por muchos medios de expresión: enunciado oral, pictograma sobre cualquier material (roca, madera, textil, cerámica, escultura), ideograma y alfabeto fonético.

La creación verbal (oral o escrita) abarca los mitos, relatos y cantos que describen el espacio y narran los hechos históricos o imaginados. Los pueblos americanos, antes de 1492, ya tenían su literatura; ésta no nació durante la colonia ni con la independencia. Ocurre que, con la llegada del alfabeto latino, algunas expresiones orales llegaron a documentos escritos. Estas expresiones no son sólo repetitivas, pues continúan mezclando vetera et nova.

2.1. Tema y personajes. La vida del campo y de sus pobladores es considerada más indígena.

2.2. Autor. El color de la piel y los apellidos no dicen mucho. José María Arguedas era más blanco que cobrizo, pero escribió sobre la vida de los campesinos andinos; y algunas veces escribió en quechua.

2.3. Lengua. En este caso hay propuestas y problemas que son desafíos.

Literatura escrita en lengua originaria de América. Este material escrito es escaso porque las escuelas castellanizantes desde los grados iniciales dificultan la existencia de los escribientes y lectores en sus lenguas. Además, aunque se escriba en una lengua indígena, su publicación es muy difícil porque no es rentable. La lengua indígena no es de uso mayoritario y carece de prestigio social.

Literatura escrita en castellano. Si los personajes no usan el castellano en sus comunicaciones diarias hay que traducir sus discursos. Aquí también hay muchos problemas: Traducción buscando que la lengua fuente no pierda su contenido y belleza. Intercalar textos de la lengua fuente para demostrar que se trata de un ambiente no hispano. Aquí también se recurre a los paréntesis con la traducción al castellano o se puede hacer entender por el contexto.

Mescolanza de la lengua indígena y la castellana. Este caso se da cuando los personajes son bilingües. Pero reduce el número de lectores porque sólo los bilingües tienen mayor y mejor comprensión.

3. Acceso a las expresiones literarias indígenas.

Para lograr el acceso se debe cumplir ciertos requisitos:

3.1. Conocimiento de la realidad espacial. Los seres humanos, como entes físicos, viven adaptándose a la realidad espacial: orografía, clima, agua, vegetales, animales, vientos, etc. La naturaleza también nos da el color de piel, nos talla la forma física y nos impone la manera de actuar. No es lo mismo caminar en el llano que en un espacio accidentado en donde un mal paso puede ser fatal.

3.2. Conocimiento de la realidad histórica. Es obligación conocer los acontecimientos antes de 1a conquista española, durante la colonia y después de la independencia. Las primeras luchas de resistencia ante las reparticiones de tierras y ante el poblamiento de las tierras por los conquistadores y colonizadores fueron de los indígenas americanos. Las luchas de la emancipación e independencia fueron más de los criollos latifundistas y ricos que ya no querían rendir las cuentas a España.

Por los datos históricos comprobamos que la independencia no cambió la vida de los indígenas que continuaron careciendo de buenos terrenos por la violenta apropiación de los conquistadores y sus descendientes. Este despojo también debilitó la propiedad común y el principio de la solidaridad.

3.3. Conocimiento de la realidad cultural. Los conocimientos de la realidad espacial y de la realidad histórica no son suficientes para opinar sobre una sociedad sin conocer vivencialmente su cultura que se expresa en las técnicas tradicionales de agricultura, caza, pesca, crianza de animales, textilería, alfarería, medicina; creencias sobre esta vida y la otra vida, fiestas cívicas y religiosas, tabúes, relaciones con la naturaleza, etc. Aquí cometen muchos errores los que, desde lejos, opinan sobre las culturas indígenas.

La geomancia y la literatura. Para el quechua la naturaleza no es sólo la realidad física mensurable, contable y analizable en sus macropartículas y micropartículas; ella es su familia por eso la trata como a madre, padre, hermana y hermano. Así la naturaleza se humaniza y dialoga con las personas. A continuación, van algunas referencias geománticas.

Patsa Mamata upyatsiy (Dar de beber a la Madre Tierra). Antes de beber la chicha o cualquier licor, las primeras gotas son destinadas para la Madre Tierra. Según la antropogénesis andina los primeros hombres salieron de las cuevas y manantiales.

Inti Yayata rimaykukuy (Saludo al Padre Sol). El astro recibe el saludo todas las mañanas. Ante la llegada de los primeros rayos la gente saluda quitándose el sombrero: Rimaykukuqmi Inti Yaya. Llapaakunata quñutsiyaamay, kawatsiyaamay: Te saludo, Padre Sol. Abríganos y danos salud a todos, sin excepción.

Apu: protector. Es un calificativo para ciertas montañas: Apu Salkantay, Apu Waskaran, Apu Shuytu Hirka. Esta misma palabra también se usa como trato respetuoso al líder de la comunidad; por eso, el apu debe proteger a su comunidad, aun ofrendando su vida. Cada montaña tiene la energía que hay que saber aprovecharla.

Apachita: ofrenda a la montaña. En el borde del camino se deja piedras de todo tamaño que durante años y con tantos oferentes se van convirtiendo en montículos piramidales. Generalmente son lugares de donde se puede ver el camino recorrido y por recorrer. Cada piedra es la expresión de gratitud o petición para tener buen viaje.

El río, lago, catarata, aire, nevado, manantial son guaridas de seres que viven otras existencias; pero que, algunas veces y en ciertas condiciones, se nos manifiestan.

Yaku Runa: hombre de agua. Mora en los lagos y guía los ríos. Algunas veces, cuando sale violento, provoca aluviones.

Ayra Warmi: mujer del encanto. Mora en las cataratas y encañadas. Ella atrae con su bello canto y muestra imágenes atractivas como bellas flores y deliciosas frutas; pero atrae sólo a gente inocente. Puede encantar o “desaparecer” al ser humano o animal; pero no los come. Si el ser encantado es buscado y reclamado por sus familiares, se los devuelve. También es devuelto cuando el mismo ser encantado quiere salir del mundo encantado. Los que retornan a esta dimensión son los que narran lo que les está permitido narrar.

Waraqllay: niño del amanecer. Se baña al amanecer en los remolinos profundos o en los manantiales limpios. Después de su baño el agua queda espumosa y fragante. En otros lugares también es conocido como ichik ullqu (hombrecillo).

Piñiñiku: Hombre muy pequeño que vive dentro de la tierra. Cuando sale, ayuda y juega con los niños pastores. Porta su honda sagrada (paki waraka: honda de líneas en zigzag) para defenderse de las despistadas aves rapaces que los pudieran atacar.

Wayra Runa: hombre del viento. Guía al viento. Algunas veces va tranquilo; otras veces corre alocado causando destrozos. Éste es el uti wayra (viento loco). Como puede portar enfermedades es conveniente tener árboles alrededor de las casas para que éstos absorban esos males.

Después de 1532, año de la conquista del Perú, los animales y otros elementos traídos por los españoles también fueron introducidos en el mundo mágico andino. En su denominación ya se ve el mestizaje.

Qucha Tuuru: Toro del lago. Ha reemplazado al Qucha Llama (llama del lago) porque este animal ya no está presente en todo el espacio andino. El ganado vacuno ya es parte del mundo andino, ya ha sido encantado. En algunas noches de luna llena (pampa killa) el qucha tuuru sale del lago o manantial para pasear por el espacio de esta dimensión. Es una procesión luminosa. Algunos vacunos hermosos y grandes son considerados hijos de la montaña o de la laguna. El toro Misitu en el relato “Yawar Fiesta” es considerado hijo del monte, salido de la laguna en una noche de plenilunio.

Runa Mula (Mula Humana) o Nina Mula (Mula Infernal): Es la mula enjaezada con bozal de plata u oro, que es cabalgada por un jinete de rostro blanco, con vestidos de color negro (sombrero, chupa, pantalón, botas y capa), con espuela y estribo dorado o plateado. Antes de la aparición de esta Mula Humana el mundo se hunde en un silencio tremebundo, ni los perros se atreven a ladrar. Este ambiente vacío y silencioso se rompe con el trotar del misterioso ser nocturno. La mula relincha y bufa botando fuego por la boca y nariz. El jinete es el sacerdote que ha incumplido su voto de castidad. La mula es la mujer que se ha condenado en vida por ser la amante de un cura.

Dos mitos prehispanos vivos. Los seres humanos que sobrevivieron a la conquista y a los estragos de la colonización aceptaron muchas novedades, pero también mantuvieron sus expresiones culturales adaptándolas a los nuevos tiempos.

Ukuku Runa (Hombre Oso) o Puma Cholo, conocido en castellano como Juan del Oso o Juan Oso sobrevive en diferentes versiones por la adaptación a los tiempos y a nuevas realidades (Carranza, 2000).

El alma condenada del curaca avaro, quien amó sus tesoros más que a los seres humanos, por eso prefirió enterrarlos en vez de compartirlos, asusta y mata a los que se acercan a su casona abandonada. El alma condenada del curaca, en muchos lugares, ya ha sido sustituida por el alma condenada del cura avaro quien enterró sus bienes dentro de la casa parroquial. Quizás sea por la analogía fonética de las palabras “curaca” (quechua) y “cura” (castellano). En otras versiones es el alma del hacendado avaro; pero el cura puede ser también un hacendado. El valiente Ukuku Runa, hombre oso, es el único que se atreve a pelear hasta vencerlo; por eso recibe del vencido todo el tesoro escondido.

Como en todo relato oral hay más sustituciones por la actualización: la llama por el caballo, un monstruo fiero por el toro fiero, la macana por la espada, etc.

Algunos estudiosos, sin leer “Miscelánea Antártica” (Miguel Cabello Balboa: Nacido en Archidona, Málaga entre 1530 a 1535. Muerto, posiblemente, en Camata, Perú en 1608) y sin hacer el estudio de campo en las áreas quechuas de los Andes y de la selva han escrito diciendo que es un mito traído por los españoles.

Este mito está presente en muchos lugares del mundo. En el norte y la parte meridional de Siberia (Asia) hay muchos pueblos que consideran al oso como un animal sagrado que merece la veneración. Los tungús o tunguses, lingüísticamente, pertenecen a la familia altaica; y las lenguas más importantes son: evenqui (ewenki), oroch (orok, oroqen) y manchú, también conocido como yurchen (jurchen). En Corea hay dos versiones: la osa que rapta al varón y la osa que se convierte en mujer por la intervención divina (mito oficial de la fundación de Corea). El hombre oso, hijo del oso y mujer, también está presente en Canadá (los inuites), México (los chiapanecos), los Andes, la selva de Amazonas, etc. En Venezuela es conocido como Tomasito.

Achicay o Achcay (Achikay, Achkay: mujer sin compasión que come niños). En muchas versiones la hija de Achicay es conocida en como María o Rosa, nombres que no son quechuas (Carranza, 2000). En una época de sequía y hambre en los Andes los padres decidieron deshacerse de sus hijos menores (mujer y varón) para no compartir la última mazorca de maíz que les quedaba. En muchas versiones hallamos que la madre o madrastra es la que dio la idea del filicidio. Como en el relato bíblico de Adán y Eva, el varón evade su responsabilidad.

Una noche el padre encostaló a los niños y los arrojó a un abismo. Pero, el cordel que ataba la boca del costal se enredó en una rama de quenua (Polylepis incana). Al amanecer fueron sacados por un compasivo cóndor viejo. Un gorrión los guio a un papal. Allí los halló la antropófaga vieja Achicay. El niño era cebado. Cada noche Achicay le pedía el dedo al niño para saber su gordura; pero un ratón le prestaba su cola. Hasta que una noche el ratón se tardó; y la vieja comprobó la gordura del niño. Esa misma noche se lo devoró. Al día siguiente Achicay mandó a su hija hervir el agua en la olla grande. Cuando el agua borbotaba la hija de Achicay, siguiendo las instrucciones de su madre, arrojó un collar para que la chica se agachara a la olla para empujarla. La chica, que ya sabía la treta, le pidió que le diera una muestra: Maa, ¿imanaw? (A ver, ¿cómo?). Cuando la hija se agachó, la empujó. Achicay llegó, comió la carne cocida y llamó a su hija, quien la contestó desde su estómago. Entonces juró vengarse. Vomitó y defecó sobre una laja grande para recrear a la hija. Mientras moldeaba la masa, decía: Wawa tukuy. Wawa tukuy (Conviértete en hija. Conviértete en hija). Cuando la masa antropomorfa estaba reviviendo un zorzal (yukris) travieso la escarbó y defecó destruyendo el prodigio. Después de maldecir al pájaro comenzó la persecución de la niña que huía por la cuesta. La niña perseguida fue auxiliada por otros compasivos animales: mofeta o zorrillo (añas), oso (ukuku), venado (lluytsu), cóndor (kuntur) y el ratón (ukush) que estaba muy arrepentido de su tardanza. En la cima el Qapaq se compadeció de la niña y le envió una cadena de oro; y una soga de paja para Achicay. La niña llegó al mundo de arriba con la canasta llena de huesos de su hermanito. Como el ratón royó la soga de paja en las alturas, Achicay cayó y se murió causando el caos en este mundo.

Aquí conviene aclarar que en la lengua quechua hay dos verbos que expresan el acto de compadecerse: Kuyapay: compadecerse por el amor a otro. Llakipay: compadecerse por sentir lástima por el otro. Preferimos usar el verbo kuyapay cuando nos solidarizamos con el que sufre porque sentimos sus sufrimientos.

II. Bicentenario de la independencia del Perú

La independencia del Perú fue la ruptura con el poder español cuya sede principal estaba en España. El virrey no era más que un ejecutor de las órdenes del rey. La palabra quechua kachaku, de donde deriva el americanismo “cachaco”, expresa bien el significado: mandadero. El virrey era un simple cachaco.

En Perú recordamos la rebelión indígena de José Gabriel Condorcanqui (Túpac Amaru II), reclamando sus derechos arrebatados, desde el 4 de noviembre de 1780 hasta el 18 de mayo de 1781.

Desde 1810 hasta 1821 fueron años de las declaraciones de independencia de varios países hispanoamericanos. Por eso, algunos países ya han celebrado el bicentenario de la independencia; en Perú estamos celebrando la declaración de la independencia.  Después de la Declaración de independencia de Perú, el 28 de julio de 1821, y después de la batalla de Ayacucho 9 de diciembre de 1824, los indígenas siguieron tributando y participando en el trabajo obligatorio como en los años de la colonia; los negros también continuaron en la esclavitud. 

Después de la independencia. En Áncash.

La independencia no significó la participación de todos en el control del poder. El gobierno del general Miguel Iglesias Pino (1883 – 1886) aumentó el tributo a los indígenas en1885. En Huaraz, capital de Áncash, el prefecto Francisco Noriega impuso la carga tributaria de dos soles. El 1° marzo de 1885, el curaca Pedro Pablo Atusparia presentó un memorial firmado con una X porque él era iletrado pidiendo la anulación de la disposición que afectaba a los indígenas. “Su prisión y el cortado forzado de sus cabellos, castigos también aplicados a los alcaldes de Huaraz y a los indios de la localidad de Caraz, generó tal animosidad que culminó en una refriega en los primeros días de marzo. Repelido los asaltantes el día 2, regresaron el siguiente día y miles de campesinos aplastaron a los soldados y policías, saqueando la ciudad y haciendo huir a las autoridades y personas afines al general Iglesias” (Millones, 2008, p. 152). A él se le atribuye el enunciado: “No quiero crímenes. Quiero justicia”. La rebelión se extendió por el Callejón de Huaylas y por la Cordillera Negra; precisamente de allí surgió el líder Pedro Celestino Cochachín más conocido como Uchku Pedro por ser minero y picado de viruelas (uchku: hueco, socavón). El ejército peruano, enviado por el general Iglesias, aplastó a los rebeldes y ejecutó a los cabecillas (29 septiembre 1885). A él se le atribuye: “El dios de los blancos no es mi Dios”. Todos los reclamos y revueltas de los indígenas fueron callados con sangre y muerte. Aquellos hechos quedan en la memoria histórica del pueblo ancashino; los cerros y las plantas también son testigos.

“La llamada “independencia nacional” significó el acceso de la población criolla —los “españoles americanos”— a la conducción del Estado, mas no implicó la inclusión política y económica de la mayoritaria población quechua y mestiza” (Lerner Febres, Salomón: “Identidad nacional y proyecto común”. Diario La República, 29 de julio de 2012, p. 20).

En este año del Bicentenario de la Independencia, aún no asumimos la peruanidad polícroma y multicultural. El eurocentrismo sigue latente en muchos aspectos. Los nombres de personas son muestras: cuanto más extraños, más desindigenizados. Cuando hablamos de los países de Asia seguimos diciendo países orientales, concepción europea, porque así es para Europa, pero no para los americanos. Si miramos desde América, Asia es nuestro occidente, la otra orilla del Océano Pacífico. 

III. Conclusiones

1. Al calificar a otros obremos sin fijarnos mucho en la pigmentación. El color de la piel, pelo y retina depende de la cantidad de melanina (mayor cantidad, oscurece; menor cantidad, aclara). Pensemos que hay gente de tez clara, pero de conciencia oscura; viceversa, hay gente de tez oscura, pero de conciencia clara. Y el cutis blanco no significa más higiene. Más allá de la piel, somos una sola humanidad.

2. Si no asumimos la indigenidad, según la etimología de la palabra, seguiremos aceptando y fomentando el criterio de los contrastes: no europeo o indígena / europeo; pagano o indígena / cristiano.

El mundo quechua, fuera de los contrastes, también se rige con el criterio de la complementariedad como en estos ejemplos: alli (bueno) – mana alli (no bueno); chaniyuq (caro) – mana chaniyuq (barato); shumaq (bello) – mana shumaq (no bello).

3. Los usos metalingüísticos de la palabra “indígena” indigestan la comunicación y el trato interpersonal. Se usa esta palabra sin entender bien el significado. “Ojo, pues con el sentido de las palabras: en rigor, indigenistas hay unos pocos, pero […] indígenas somos todos” (Valembois, 2011, p. 19). El mismo autor enfatiza: “[…] todos somos indígenas en alguna parte y de alguna parte. Lo que pasa es el mismo término, transformado en estigma, lo mata a uno y ha matado tanto como esos revólveres Winchester que diezmaron a los “indios” (otra palabreja de esas) en Estados Unidos en el siglo XIX” (ibidem, p. 88). La ecología mental, innegablemente, es necesaria para limpiar bien el universo lexical que se usa. Llapantsik patsan runa kantsik (Todos, sin excepción, somos indígenas).

4. El indigenismo debe consistir en asumir nuestra existencia en un espacio, tiempo y contexto sociocultural. Esta actitud nos ayudará a profundizar nuestras raíces —digo en plural: raíces— y a sentirnos hermanos terrígenas. El indigenismo no tiene por qué ser antiblanco, antinegro, antiamarillo porque todos somos indígenas, sin excepción.

5. En el Bicentenario de la Independencia del Perú conviene considerar la realidad pluriétnica y pluricultural de nuestro país. La fusión americana, europea, africana y asiática está consumada. Los ríos ya se encontraron, ahora marchan mezclados en un mismo cauce hacia una meta común.

6. Enfrentemos el futuro con amor y solidaridad por tener el futuro común; no con el resentimiento ni con los complejos de superioridad y de inferioridad.

* Instituto de Estudios de Asia y América, Universidad Dankook, Corea del Sur.

 

Bibliografía

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