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INDIA A LA VANGUARDIA DE LA TECNOLOGÍA DE LA INFORMACIÓN PARA LA CIENCIA Y LA CULTURA

Giancarlo Elia Valori*

La era de la informática en la India comenzó en 1958, cuando se instaló el primer ordenador digital electrónico de la India HEC-2M en el ISI de Calcuta. Esa computadora no sólo era especial porque era de la India, sino también porque la India estaba en su infancia. Fue el segundo país de Asia en adoptar tecnología informática después de Japón.

Aunque la tecnología de la información se estaba extendiendo a millones de hogares y oficinas debido a la llegada de computadoras personales, ese logro contribuyó inestimablemente a hacer de la India un país en el camino del desarrollo.

En la actualidad la India es uno de los centros técnicos de educación en Asia, con una gran parte de académicos y estudiantes, incluidos extranjeros, interesados en cursos de ingeniería informática y tecnología.

La India ha dejado una huella indeleble a nivel mundial en términos de tecnología en las últimas dos décadas. Una vez más la India ha llegado a los titulares mundiales. El 17 de noviembre pasado, el superordenador Param Siddhi-Al, fabricado en la India, se ubicó en el puesto 63 entre los 500 ordenadores más potentes del mundo.

Teniendo esto en cuenta, el país está trabajando arduamente para garantizar que sus capacidades de información e informática satisfagan las necesidades del pueblo indio.

El Programa de Facilitación de las Tecnologías de la Información (Information Technology Facilitation Program, TIF) y el Desarrollo y Utilidad de Promoción Tecnológica (Technology Promotion Development and Utility, TPDU) son los componentes del programa puesto en marcha por el Departamento de Investigación Científica e Industrial. Los objetivos generales del programa son generar potencial endógeno para el desarrollo y uso de los recursos de información digital y proporcionar información para la investigación científica y tecnológica y el desarrollo industrial.

Dada la calidad de la conectividad en el escenario actual, el programa tiene como objetivo fortalecer la base de los recursos de información disponibles y proporcionar un mecanismo para el uso óptimo del potencial del país. TIF también será un centro de investigación colaborativo entre industrias e institutos. Hoy en día las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) son el tejido socioeconómico del país. Todas estas tecnologías globales pueden implementarse en todos los sectores de la economía, en beneficio de los principales beneficiarios de la fuerza de trabajo de investigación científica e industrial.

Las empresas del sector público y privado han realizado recientemente importantes inversiones en el desarrollo de instalaciones, incluidas las redes de telecomunicaciones. Sin embargo, debemos considerar la mejor manera de utilizar estas instalaciones para la investigación científica e industrial, y cómo los nuevos dispositivos se pueden utilizar en diversos entornos en todo el país.

Las capacidades de la India han ganado reconocimiento internacional y premios en el desarrollo de software, especialmente en el campo de las TIC. La India también tiene una gran comunidad de expertos en todos los campos de la ciencia y la tecnología y casi todos ellos son competentes en inglés. La India es un entorno favorable y propicio para el desarrollo de este material para satisfacer la demanda nacional e internacional.

Sin embargo, este potencial latente aún no se ha convertido en importantes oportunidades de negocio. Por lo tanto, la creación de capacidad en el ámbito del desarrollo de materiales es importante y su fortalecimiento se apoyará en el desarrollo de materiales para instituciones equipadas con la infraestructura y capacidad técnica requeridas.

En particular, habrá apoyo en proyectos específicos relativos a proyectos:

1) investigación en desarrollo de materiales, diseño y metodología;

2) programas de capacitación y desarrollo de habilidades sobre todos los aspectos, incluido el emprendimiento, la tecnología y el marketing para científicos, estudiantes, expertos jubilados, amas de casa, etc.;

3) pruebas con tecnología y sistemas de desarrollo de contenidos llevados a cabo en los idiomas de la Unión India;

4) encuestas y estudios para evaluar las prioridades en las instalaciones que explotan el desarrollo de contenidos de TIC y las habilidades en el sector líder para la búsqueda de jóvenes con talento.

Varias instituciones científicas del país están dedicadas a la elaboración de bases de datos sobre sus dominios. Del mismo modo, muchas bibliotecas poseen colecciones invaluables de material científico. Las propuestas para promover la organización científica de estos recursos y la introducción de mecanismos o actividades de intercambio de datos son una prioridad para el gobierno indio.

Además, el concepto de sistemas de información virtuales tiene una amplia aplicación. Puede combinar redes de conocimiento y bases de procesamiento de información.

Los productos y servicios pueden ser compartidos incluso por aquellos que no contribuyen al sistema. El proyecto se convertirá en un laboratorio virtual que conectará a varias instituciones especializadas. Del mismo modo, el aprendizaje virtual también será promovido y más fácil, a diferencia de lo que sucede en Italia donde leer un diario político o deportivo, por no hablar de otras publicaciones periódicas, en la web, siempre hay que pagar una cuota, aparte de la loable y gratuita ‘La Stampa’, y los archivos igualmente meritorios del diario no publicado L’Unitá’.

Con referencia específica a la publicación electrónica de materiales y tecnologías indias, las reseñas y revistas en este campo —con algunas excepciones— tienen poca visibilidad y pocos lectores. Debido a estas limitaciones, los profesionales indios que operan en el campo de la ciencia y la tecnología publican sus contribuciones significativas en publicaciones periódicas, reseñas y revistas difícilmente visibles.

También hay problemas con respecto a los editores, como la impresión, el archivado y el envío. Por lo tanto, las publicaciones electrónicas pueden ayudar a mejorar la situación.

Con el creciente uso de Internet, las reseñas impresas y las revistas podrían sobrevivir principalmente como medio de comunicación académica. El medio electrónico proporciona un medio de comunicación más rápido, más ancho y más barato que la tinta tradicional sobre papel. En la actualidad, se alienta a las asignaturas que son fortalezas de la India como matemáticas, estadísticas, geociencias, etc. a crear repositorios abiertos institucionales o nacionales en materias especiales para instituciones académicas y de investigación.

La ciencia india se estudiará regularmente a través del Programa Científico Nacional de Cartografía de la Salud. Sobre la base de la información sobre patentes, se estudiará el uso de la ciencia científica (medida y análisis de la ciencia y los resultados científicos), y se intentará el desarrollo de nuevas herramientas y técnicas analíticas.

Por lo tanto, la normalización de elementos de datos, como los resultados de bases de datos separadas, y la formación sobre integración y recopilación y otras actividades similares se llevan a cabo de manera rentable.

Necesitamos estudiar y sondear las necesidades de los usuarios para identificar nuevas tecnologías, así como evaluar y desarrollar nuevas herramientas y técnicas. En Italia, en cambio, muchas reseñas científicas y revistas no proporcionan sus números en línea, ya que esperan que los lectores compren la versión impresa o en versión pdf, ya que el Estado ha cortado la financiación desde el verano de 2011, condenando así a muerte a prestigiosas publicaciones históricas.

No en vano se llevan a cabo estudios sectoriales específicos en la India para evaluar las implicaciones y el impacto de la industria tecnológica y la convergencia de los medios de comunicación. Si bien se desarrollan parámetros de política (en el significado griego de la palabra) para dichos estudios, ayudan a evaluar el impacto sectorial y a desarrollar nuevos indicadores y áreas de interés, así como a explorar nuevas oportunidades para difundir conocimientos culturales en la web.

Las actividades de desarrollo de recursos humanos se dirigen a grupos específicos de profesionales y ciudadanos comunes: usuarios, gerentes e investigadores de información.

Las capacidades intelectuales de los trabajadores del conocimiento se mejoran a un nivel en el que los beneficiarios (ciudadanos, académicos, profesionales) serán eficaces por iniciativa propia, sin la necesidad de tirar de cuerdas —como es el caso en Italia— y verse obligados a decir “Picone me envió” (como en la famosa película de comedia dirigida por Nanni Loy), para consultar, por ejemplo, el número XXXX de la revista YYYY enterrada en algún almacén de la biblioteca ZZZZ.

En vista de mejorar las competencias, la India adopta sistemas formales e informales basados en las dos líneas políticas siguientes: el uso de herramientas de nuevos recursos de información para promover el desarrollo de competencias de profesionales y expertos en la información, así como la gestión del conocimiento; desarrollo de recursos humanos. Operan instalaciones de formación regulares y a largo plazo sobre gestión del conocimiento en instituciones nacionales con el fin de preparar a los estudiantes para puestos de trabajo en bibliotecas digitales, tales como gestores de contenidos, expertos en economía de la información, especialistas en la interfaz humano-ordenador, etc. Todo esto se traduce en una enorme oferta de empleo.

 

* Copresidente del Consejo Asesor Honoris Causa. El Profesor Giancarlo Elia Valori es un eminente economista y empresario italiano. Posee prestigiosas distinciones académicas y órdenes nacionales. El Señor Valori ha dado conferencias sobre asuntos internacionales y economía en las principales universidades del mundo, como la Universidad de Pekín, la Universidad Hebrea de Jerusalén y la Universidad Yeshiva de Nueva York. Actualmente preside el «International World Group», es también presidente honorario de Huawei Italia, asesor económico del gigante chino HNA Group y miembro de la Junta de Ayan-Holding. En 1992 fue nombrado Oficial de la Legión de Honor de la República Francesa, con esta motivación: “Un hombre que puede ver a través de las fronteras para entender el mundo” y en 2002 recibió el título de “Honorable” de la Academia de Ciencias del Instituto de Francia.

 

Artículo traducido al español por el Equipo de la SAEEG con expresa autorización del autor. Prohibida su reproducción.

 

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LOS MITOS, EL LOGOS Y LA CORRECCIÓN POLÍTICA

Marcos Kowalski*

Imagen de Gerd Altmann en Pixabay

Una de las cosas más dolorosas de nuestro tiempo es que esos que tienen una certeza absoluta son estúpidos y en cambio los que tienen imaginación y capacidad de comprender están llenos de duda e indecisión.

Bertrand Russell

 

Un mito (del griego μῦθος, mythos, “relato”, “cuento”) es un relato que se refiere a unos acontecimientos prodigiosos, protagonizados por seres sobrenaturales o extraordinarios, tales como dioses, semidioses, héroes, monstruos o personajes fantásticos, que buscan dar una explicación a un hecho o un fenómeno. El mito es una historia fabulosa de tradición oral que, mediante los personajes sus acciones o sucesos, explican cosas y aspectos irreales de la vida.

Los mitos son relatos fabulosos que pretenden dar modelos de actuación. Se tratan de imponer como relatos llenos de autoridad pero sin justificación. Apelan emotivamente a las cosas como si siempre hubieran sido así; son relatos que explican o dan respuesta a interrogantes o cuestiones importantes para los humanos y, al mismo tiempo, las actuaciones extraordinarias de los personajes míticos son un ejemplo o pauta a seguir.

Como sabemos, y venimos repitiendo en diferentes notas y artículos nuestros, ya los griegos disponían de un gran número de mitos. Los mitos constituyen el principio del proceso intelectual del hombre. En el mito el saber es infundado, pero es el primer paso hacia un tipo de pensamiento que se dio desde los comienzos de la historia y que tuvo lugar en la Grecia antigua. Mientras que el mito intenta explicar la realidad mediante cuentos o historias, aparece en los pensadores griegos el logos (en griego λόγος, “palabra”, “dicho”) que trata de explicar lo real mediante bases en el razonamiento humano.

El pensar y el amor al conocimiento, en definitiva la “Filosofía”, surgió, según indican todos los manuales al uso, a partir del momento en que salimos de la primitiva oscuridad en la que los seres humanos acudíamos a los mitos para explicar los sucesos del universo y comenzamos a hacer uso de la Razón para dar respuesta tanto a esas antiguas preguntas como a otras de nuevo cuño. Se trata del denominado, en filosofía, “paso del mito al logos”

El termino logos, procedente también del griego, como ya fue mencionado, fue utilizado con múltiples significados, siendo los fundamentales los de “cálculo” y “discurso”, y que en filosofía se suele traducir, en la mayoría de las ocasiones, por “razón” o “pensamiento”. En Platón el “Logos” es el discurso articulado que permite dar razón de una cosa. En Aristóteles, al entender que la lógica se ocupa del discurso declarativo (del discurso que afirma o niega) éste pasa a constituirse en el objeto de la lógica como “logos apophantikós” (“discurso declarativo”).

En la primera mitad del siglo VI antes de la era cristiana comenzó a desarrollarse por parte de los pensadores de Mileto, llamados presocráticos, entre ellos, Tales, explicaciones racionales de lo que acontecía en la realidad, diferenciándolas de las mitológicas que son de tipo mágicas. Estas dos explicaciones, las basadas en el logos o razón, y en el mito, coexistieron durante mucho tiempo.

Heráclito considera al “logos” como el ser unificador, identificado con la inteligencia, que a la manera de una ley, ordena el continuo fluir evolutivo existencial. El “logos” es aquello que es común, eterno. Es la inteligencia que, a pesar de ser común a todos, cada uno la vivencia como algo personal y que se expresa a través de la palabra. En el Cristianismo, específicamente en el Evangelio de San Juan, el “logos” se halla identificado con Dios.

Como curiosidad, pero también con relación al tema, recordemos que, en Matemática, el escocés John Napier (1550-1617) unió la palabra “logos” con “arithmós” (“número”), ambas de origen griego, para acuñar el término “logaritmo” que designa el exponente al que elevarse un número para obtener el que se necesita.

Como hemos dicho, desde el logos nace la filosofía alrededor del siglo VI a. de C. en el momento en que es planteado el que se considera el primer problema filosófico expresado en la pregunta por el “arché de la physis”, que significaba el cuestionarse por el comienzo del universo o el primer elemento de todas las cosas.

Una pregunta que implicaría asimismo una nueva estrategia de respuesta basada en principios racionales que explicarían la “naturaleza” última de lo real (el agua para, por ejemplo, Tales de Mileto, considerado el primer filósofo). La identificación de tal principio supondría la existencia de un orden racional en el universo que el ser humano es capaz de conocer a través de su propia racionalidad y del análisis crítico.

El universo deja así de ser un “caos” y pasa a convertirse en un “cosmos” ordenado según las leyes de la Naturaleza. La humanidad, gracias a la Filosofía, dejaba atrás el oscurantismo mitológico para descubrir la Razón y, consecuentemente, la Filosofía y la Ciencia. Todo desarrollo posterior del pensamiento racional partiría de ese descubrimiento griego.

En nuestros tiempos y en las comunidades nacionales donde la razón desplaza a los mitos, como consecuencia del proceso de análisis y reflexión a los que se somete la articulación de la realidad ciudadana, las distintas ideas que genera la convivencia no se arraigan en mitos, sino en instituciones que receptan la pluralidad, asegurando a través de procedimientos previamente acordados, encauzar en armonía las iniciativas personales y colectivas.

En una sociedad como la actual, que se caracteriza por la heterogeneidad, son las instituciones y no los mitos las que hacen posible articular las diferencias que surgen entre los diferentes sectores en favor de una convivencia pacífica como Nación. Pero hay sociedades en las que la vigencia de los mitos penetra toda la realidad, consagrando prescripciones prodigiosas para reducir la complejidad social a un patrón homogéneo, con la limitación a la libertad colectiva y personal que ello supone. Nosotros hoy, también, disponemos de mitos que cumplen tanto la función explicativa como la función ejemplificadora.

Y el mito de los mitos, el más actual, el más vigente y que pretende no serlo es, sin dudas el de “la corrección política”, y es un mito de mitos porque pretende surgir de la razón; en general, se puede decir que ser políticamente correcto es usar expresiones y llevar a cabo acciones cuyo fin sea evitar las agresiones, el conflicto u ofender a grupos de personas particulares, lo cual es aparentemente razonable.

Su uso comenzó en la segunda década del siglo XX y lo utilizaba gente cercana a las ideologías marxistas y leninistas para referirse a quienes seguían al pie de la letra las directrices de sus partidos en tono de burla. Pero rápidamente “entró” en las socialdemocracias europeas y en las décadas de 1980 y 1990 pasó a un escenario distinto. Se encendió un debate en universidades y medios de comunicación sobre los alcances de la corrección política, que ya venía usándose como forma de protección de minorías. Y es que en la discusión afloraron posiciones de todo tipo, desde aquellos que la defendían para proteger a sus comunidades de agresiones e insultos, hasta quienes argumentaban que sus ideas democráticas de igualdad eran “en realidad autoritarias, ortodoxas y de influencia comunista, cuando se oponen al derecho de las personas a ser racistas, sexistas y homofóbicas”, como lo detalló Herbert Kohl.

Entonces aparece una característica, “lo políticamente correcto” (PC) no es más de derecha, izquierda o de centro, es “progresista” y todos los países que se jactan de su socialdemocracia la adoptan como regla; está donde se encuentre algún tipo de poder “progresista”. Se impulsa el mito a través de la excusa de defender las minorías de una censura disparatada.

No hay alguien que defina exactamente qué cosas son políticamente correctas. Dependen de un contexto y un momento particular. No está escrito y les resulta importante a los impulsores de la “corrección política” que permanezca así, porque hace creer que se actúa libremente, inclusive, diría que lo “políticamente correcto” no es decir lo que pienso, sino lo que considero conveniente sobre tal tema. Es la vía para ser aceptados socialmente, una manera correcta de encajar.

La mítica aberración de esta “corrección política” llega ya a extremos inverosímiles. Cuartos de baños neutrales para no ofender a la minoría “transgénero”. En este sentido podemos mencionar el denominado “lenguaje inclusivo”.

Palabras vetadas, como “maternidad” o “paternidad”, rechazadas porque “marcan género”. Obras de teatro donde Hamlet, un príncipe danés de la Edad Media, es encarnado de manera inverosímil por un actor de raza negra en nombre de la correcta integración. Y una larga relación de “abusos” contra los que hay que luchar de manera activa, como “los privilegios de los blancos”, la opresión patriarcal, la islamofobia, los derechos de género y un largo etc.

La meta es blindar la peculiaridad del gran yo. Los críticos más duros del fenómeno llegan a hablar de “un McCarthysmo cultural de izquierdas”. El nuevo credo cuenta con potentes aliados. Los gigantes tecnológicos de Silicón Valley, Hollywood, o medios tan influyentes como The New York Times o la revista The Atlantic en Estados Unidos o la casi totalidad de los medios con el grupo Clarín a la cabeza en Argentina son paladines de la contra cultura y mito de la corrección política.

Se estableció así, mediante el flujo de importantes fondos aportados por grupos económicos con un aparente papel filantrópico y desde poderosas organizaciones no gubernamentales, una nueva forma de censura. Una censura perversa para la que no estábamos preparados, pues no la ejerce el Estado, el gobierno, el partido o la Iglesia, sino fragmentos difusos de lo que llamamos partes minoritarias de la sociedad civil.

Se logra en muchos casos con la introducción del temor a caer en lo “incorrecto” y aun en contra del propio raciocinio de las personas a fomentar la autocensura, que puede ser la peor forma de coartar la creatividad y la libre expresión, porque pretende cercar el discurso libre, el debate abierto y el intercambio de ideas.

Este mito no se sostiene porque no existe una razón natural para que perdure. Tomemos por ejemplo el famoso lenguaje inclusivo, la idea de los sostenedores de lo PC creen que el lenguaje es directamente responsable de la discriminación, una idea muy extendida que, sin embargo, es esencialmente falsa. Que es el lenguaje el que crea el estereotipo o el sexismo. Imaginemos que, como piden, que se quitara del diccionario la palabra negro, porque puede usarse en tono racista. Tendríamos que buscar otra palabra para referirnos a todo lo que tiene ese color y al negro terminaríamos diciéndole “no blanco”.

Hace relativamente poco, el autor de este articulo escuchó en la calle a unos estudiantes referirse a otro como ese gay de m….., con lo cual no le decían “puto” pero lo de ser de m….. no se lo quitaban. Las intervenciones externas sobre el lenguaje rara vez son duraderas y solo en circunstancias muy especiales.

Como se verá, cuando alguna propuesta humana se despega de la realidad y promueve soluciones, para la generalidad o las minorías que no son racionalmente naturales, inexorablemente no pueden perdurar en el tiempo, son mitos y no provienen del logos, ese razonamiento que nos diferencia de los animales y que nos dimensiona y nos da la trascendencia que Dios nos ha destinado.

Por eso creemos firmemente que el mito de la “corrección política” no perdurará. No importa cuanto lo promocionen y propicien sus poderosos auspiciantes, los sexos seguirán siendo dos y complementarios, los padres lo seguirán siendo y el lenguaje volverá a proporcionar las diferencias que Dios y la naturaleza ha impuesto en este mundo.

 

* Jurista USAL con especialización en derecho internacional público y derecho penal. Politólogo y asesor. Docente universitario. Aviador, piloto de aviones y helicópteros. Estudioso de la estrategia global y conflictos.

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LA INFORMACIÓN ES TERAPÉUTICA Y LA INFODEMIA ES TÓXICA EN LA PANDEMIA

Elio Prieto*

Imagen: Shutterstock

A medida que pasan los días la situación en el AMBA tiende a estabilizarse mientras que aumentan los casos en las provincias como Jujuy, Mendoza, Rio Negro y Santa Cruz. Cierta prensa repite a diario la palabra “récord” para referirse a los muertos en 24 horas.

Sin embargo, en muchas, demasiadas ocasiones no hay un análisis que pretendan explicar lo que está ocurriendo, que ayude a entender cómo se relaciona la conducta social con los resultados en la pandemia. Hay un mecanismo disociativo que no puede explicarse por la ignorancia de la población, formamos parte de una sociedad hiper comunicada, para bien o para mal, pero en cualquier caso no debería ocurrir lo que refería Frazer en “La rama dorada”, que había pueblos que en el siglo XIX no relacionaban la cópula con la fecundación.

Ahora todos saben que no cumplir con las medidas de protección en la pandemia tiene consecuencias, pero en el lado opuesto a la fecundación.

Se sabe pero, no siempre se acepta ni se cumple con las medidas más simples de cuidado y está reiteración en el error, debe motivarnos a reflexionar acerca de cuáles son las causas de esta negativa y las consecuencias que acarrea para unos u otros.

En medio de todo esto una esperanza. Durante la mañana y la tarde del Día de la Primavera, los jóvenes que se acercaban a los boques de Palermo, usaban barbijo y mostraban un interesante apego a las medidas de protección. Aunque, en ocasiones las carcajadas hacían salir los tapabocas de sus sitios, narices afuera las más de las veces, otras las bocas y también se acercaban, hasta tocarse, se tironeaban del brazo y juntaban las cabezas porque que es casi imposible extirpar en unos meses la comunicación física de la memoria biológica de la especie.

Sin embargo, a la hora que en otros años los bosques lucían colmados, ese día aparecían semivacíos. Los jóvenes también se llamaron a buen recaudo y demostraron más conciencia que la de los que durante la última decena han abarrotado los bares bajo la protección de una palabra mucho más pronunciada que cumplida: protocolo.

Este el mes en que en España, Francia e Inglaterra se perfila lo que pudiera ser una segunda ola de contagios, pero que en cualquier caso es un pico que aparece después de las reaperturas. Tal y como dijera Naomi Klein “Cada vez que la normalidad vuelve, gana el virus”. Es una situación que aquí alerta a quienes les preocupa el sostenido aumento en el acumulado de casos y de muertos y de la que también toman nota los que pretenden con esos mismos muertos demostrar que la cuarentena fue una opción fallida. La “bala de plata” utilizada al inicio y que ahora aparentemente inútil, brilla en el barro de la calle, no es un recurso valido para tratar de frenar las muertes que, como dijo un científico muy respetado, equivalen a la caída de un avión diario.

Parece que en otros países, las balas de plata pueden seguirse utilizando por lo que vuelven a la cuarentena estricta, como en Israel o aíslan barrios como en Madrid o segmentan los aislamientos severos como en Inglaterra. En algunos de esos países los movimientos anti cuarentena amenazan las decisiones de los gobiernos con el fantasma de la desobediencia y la posibilidad de la obligación de recurrir a medidas drásticas para enfrentarla.

Ahora puede decirse que hay más de 20.000 muertos y se repite aunque en paralelo, son pocos los que discuten la sensatez de mantener abiertos los bares y parece que no es posible relacionar esto con lo otro. Bares con muertes. Distanciamiento, cuarentena. Palabras que están dejando de tener un significado y que de acuerdo a quien las pronuncia expresan cosas distintas.

Es incomprensible el tratamiento comunicacional que se da al par dialéctico: conducta social / número de contagios y muertes diarias.

Aunque la conducta, no es la única causa de contagios, es la que está a nuestro alcance como ciudadanos contribuir a modificar, ya que somos nosotros los que por razones muy diversas somos los agentes transmisores del SARS-2-CoV-2.

Este simple hecho nos impone que debamos ser conscientes de nuestra responsabilidad como potenciales propagadores de una enfermedad que puede ser mortal y de hecho lo está siendo y a corto plazo.

El ritmo de duplicación se ha incrementado, el hecho de que diariamente mueran más de 200 personas y en algunos casos se sobrepasen las 300, debe hacernos reflexionar.

El conspiracionismo es un fenómeno mundial alentado por algoritmos de inteligencia artificial que acumulan adeptos que se retroalimentan con la infodemia. Es difícil razonar con ellos; porque los discursos irracionales al estar globalizados, alcanzan para algunos la condición de verdad indiscutible. La absoluta falta de asidero en evidencias científicas no es un obstáculo para que alcance la preeminencia, todo lo contrario, porque se asiste a la entronización de lo relativo. La multiplicidad de verdades inmunes a que los hechos no las respaldan, por lo que se les niega a los hechos la condición de tales.

Se hace tabla rasa del valor de la autoridad científica y se arrastra la realidad hacia el absurdo, donde nada obedece a la necesidad de verificación en la práctica y todos tienen la posibilidad de amplificar sus mensajes. Un logro enorme para la difusión pero, que en las manos equivocadas engendra monstruos: paranoia, conductas lesivas. Representa el predominio de los algoritmos de inteligencia artificial en la promoción de la desinteligencia cuando no de la estupidez. Es como si Discépolo hubiera previsto que un burro y un gran profesor tendrían acceso a las redes sociales con evidentes ventajas para el primero.

La aceptación de los datos de la burbuja informativa personal hace que sólo se mire lo que complace y si la idea es que los jóvenes al enfermarse traerán la inmunidad de rebaño, pues así es. La carga de muertes entre los susceptibles, se aparta porque no encaja en el modelo mental de esa burbuja y en último caso se toma cual si fuera un fenómeno natural, sin influencias de la conducta desaprensiva y egoísta de algunos de aquellos que tienen menos probabilidades de enfermar gravemente.

En medio de la pandemia se han agudizado los extremos y se plantea con toda claridad la urgencia de darle a la comunicación el papel terapéutico necesario para que la sociedad pueda solucionar éste y otros muchos retos en los que la conducta de millones es determinante. Sea el cambio climático con sus tormentas feroces o los fuegos sin control, sea la desertificación, la contaminación química, la pérdida de la biodiversidad en el curso de una extinción o la actual pandemia.

Es necesario mostrar mejor la realidad, el espacio real debe ocupar el centro del espacio virtual, lo que significa en este momento, conocer lo que viven pacientes y personal de salud en las UTI. Es que la prudencia aconseja y la ética impone mostrar la lucha de aquellos pocos a los que, parafraseando a Churchill, muchos debemos agradecer tanto. En tal sentido, es necesario enseñar. Es notorio que en las pocas oportunidades en que se muestran consecuencias de la enfermedad, se pasa como de soslayo, se evitan las imágenes que expliquen lo que ocurre en la realidad. La que se niega en las redes y por los que no “creen” mientras el personal de salud, está apostando todo por el prójimo.

Es por eso que hay que mejorar la información acerca de las consecuencias de esta enfermedad. Las que sufren los pacientes graves y las que desde hace meses experimenta el personal de salud, sometido a unas tensiones que no podemos imaginar. Es imprescindible generar empatía, es urgente que se vea lo que ocurre. Por cierto que respetando como un valor supremo, la autonomía, la inviolabilidad de lo privado y el decoro de los actores de este drama. La beneficencia hacia la sociedad impone evitar la despersonalización de los números. Es necesario que no nos adaptemos a las estadísticas. Detrás de cada número hay una tragedia.

Existen formas de mostrar la realidad, sin violar la intimidad, ni la dignidad de enfermos y familiares. Pero en los medios no hay suficientes imágenes y testimonios que traspasen la barrera negacionista de algunos, que son demasiados; por el contrario se puede percibir en ciertos énfasis noticiosos, un tono esperanzador y de paisaje después de la batalla, precisamente cuando los muertos son más.

Está claro que si a ese grupo que considera que “cuidarse es un derecho y no un deber” o que simplemente ya olvidó lo que pasa y tiene sus pensamientos puestos en las próximas vacaciones, no se les muestra hasta dónde pueden llegar con sus inconductas, van a seguir haciendo delivery del virus.

La vacuna, cuya gestión está siendo correcta, está lejos y relativamente mucho más con estas cifras de duplicación.

¿Qué hacer para preservar todo lo ganado durante estos meses?

Frente a los que no entienden, la respuesta no puede ser esperar a que la muerte tal y como uno de los 4 jinetes, les infunda pánico.

Hay muchos que sienten temor, es una reacción frente a la amenaza. Los muertos al ser cada vez más, son con mayor frecuencia, el ejemplo de una experiencia inmediata que un grupo cada vez más nutrido, puede narrar en primera persona. La compañera de trabajo que lleva varios días en terapia. El empresario conocido, el entrenador del hijo de un amigo. Es que en la medida que se producen más contagios, los enfermos y los muertos sufren una dramática transformación de noticias en pérdidas tangibles.

Tengo conocidos y amigos que uno y otro día van a trabajar en los centros de salud donde se atienden al decir de los conspiracionistas: los enfermos de una epidemia inventada, donde se suman muertos por COVID de forma capciosa, para alimentar el miedo en medio de una conspiración mundial.

Ocurre que opuestos como en un espejo, nuestros amigos y conocidos enfermeros, médicos, personal de limpieza y de ambulancias son lesionados y muertos por la ola de casos, cuya altura depende en buena medida de la negación de los delirantes, aunque también del cansancio de los muchos que relajan su conducta, se olvidan de la susceptibilidad de los otros, al tiempo que exageran su probable inmunidad.

No cuentan con el hecho de que también van cayendo temporal o definitivamente, los trabajadores sanitarios que tendrían una vez más que entrar a la sala para asistirlos, si en razón de tanto buscar el virus negado, terminan por encontrarlo. Por eso las conductas de protección siguen siendo abandonadas en lugar de aumentar ante los reportes diarios que muestran un mayor número de contagios diarios.

Es una necesidad sanitaria exponer, narrar diríase, los efectos de esta enfermedad sobre el cuerpo. Hace falta un “ver para creer socializado” antes de que la enormidad de los números sean el principal recurso para que la sociedad comprenda que no habrá normalidad si no la logramos reconociendo que ahora no puede haberla. Que nuestra generación está atravesando un tiempo en el que todo, absolutamente todo, está patas arriba. Debemos aprender a caminar afianzando nuestros pies en el techo. Hasta que el peso de nuestra sensatez nos ayude a volver a caminar sobre el piso.

 

* El autor es médico genetista. Investigador en Genética Toxicológica y profesor universitario. Centro de Altos Estudios en Ciencias Humanas y de la Salud (CAECIHS). Universidad Abierta Interamericana.

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