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DEJA VU DE LOS HIDROCARBUROS EN BOLIVIA

Ramiro Moreno-Baldivieso* (El Deber)

A lo largo de la historia de nuestros hidrocarburos, fundamentalmente enfocada a su aprovechamiento a través de la exploración, explotación y comercialización, sin ingresar en temas políticos o de análisis jurídico político, como fue con el sistema concesional y en la actualidad con la amplia gama que nos ofrece el sistema contractual, nos encontramos que no hemos avanzado mucho, quizá de manera parcial en temas de gas natural.

El desarrollo de nuestros hidrocarburos fue moderado quizá debido a que la madre naturaleza no nos dotó de la fortuna de la abundancia de estos, sino de manera incipiente en líquidos y con un poco más de importancia en lo que hace al gas en los últimos 50 años. Desde la fundación de YPFB tenemos que hemos aprovechado nuestros hidrocarburos tanto de manera directa como también hasta 1969 dentro del sistema concesional y, a partir de 1971 dentro del sistema contractual. Pero la gran pregunta es con cual de dos sistemas hubo más desarrollo, con cuál de los dos fuimos más eficientes. Considero que la mayoría vamos a coincidir en que el sistema contractual fue el más eficiente y que fue paradigmático desde 1971.

También a lo largo de la explotación de nuestros hidrocarburos sea por nuestra cuenta o con la participación de las empresas internacionales (International Oil Companies – IOC) también hemos transitado por escenarios legales como señalamos, sean concesionales o contractuales y con un alto contenido de opinión o cánones nacionalistas inmersas en nuestras últimas Cartas Magnas que tuvimos, que para algunos investigadores desembocó en una falta de confianza en el país, por nuestras inestabilidades políticas, el cambio de reglas del juego en materia de inversiones y otros, lo que nos colocó en una clasificación no de primer orden; asociado a esto, el bajo potencial hidrocarburífero y, por tanto, no ser un país atractivo para la inversión extranjera en temas de petróleo y gas, junto a otros recursos naturales que tenemos en el país. Nuestro ansiado desarrollo económico no llegó nunca.

¿Pero por qué ocurrió todo esto? Desde mi perspectiva, no supimos dotar el país de un instrumento o un título legal habilitante que sea suficiente, de acuerdo con los tiempos y las exigencias mundiales a aquellos interesados en invertir en el país.

Nuestra política de hidrocarburos a lo largo de muchos años estuvo orientada, por lo menos, a aspirar a ser un país importante en la producción de hidrocarburos en gran escala, para generar los excedentes necesarios para alcanzar a nuestra realidad con relación a nuestro potencial hidrocarburífero; el manejo y la administración de nuestros recursos de petróleo y gas a cargo de nuestra benemérita empresa estatal YPFB con criterios políticos, poco experimentada en temas técnicos, con excesiva burocracia y creación de subsidiarias (un ex presidente de YPFB declaró que la empresa tenía más de 8.000 empleados) siguiendo modelos de empresas estatales de gran envergadura de referencia internacional y con importante presencia en el mundo de las grandes ligas de la energía de los hidrocarburos; poco aporte de las regiones productoras hacia un política de hidrocarburos eficiente; bloqueo a nivel central de la posibilidad de alianzas público privadas o con la participación de las gobernaciones de departamentos productores en la industrialización del gas (como fue el caso de Tarija para la petroquímica); la falta de acomodo tecnológico y, ni qué decir del entorno de los recursos humanos valiosos que teníamos y los dejamos migrar a otras latitudes más importantes y de mejores oportunidades para ellos; y por último, una excesiva injerencia política en una empresa que debía eminentemente técnica e independiente del calor político de los gobernantes pasajeros.

¿Entonces que nos queda por hacer? Creo que mucho dentro de este rosario de imperfecciones descrito. Pero, como tarea inminente, luego de entrar en el nuevo normal tanto en lo político como en lo pandémico, dado que muchas cosas cambiarán no solo en lo interno, sino más bien en el orden internacional, considero que debemos contar una nueva ley de hidrocarburos, una nueva de inversiones y, una ley de arbitraje con un diseño monista o dualista; todo con el ánimo de convertir a nuestro país en una atracción internacional en tema de inversiones.

Sabemos que todo lo anterior no es fácil, que se requiere de mucho esfuerzo y voluntad, una gran dosis de patriotismo dejando de lado el tema político partidario, pues de otra manera estaremos postergando muchas aspiraciones presentes y futuras, y tal vez la generación de nuestros hijos y nietos. 

* Abogado. Master en leyes LLM Harvard Law School.

Nota publicada en El Deber, Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, https://eldeber.com.bo/opinion/deja-vu-de-los-hidrocarburos-en-bolivia_192262

¡ARGENTINA PARA LOS ARGENTINOS!

Los argentinos estamos pasando por uno de los momentos más críticos de nuestra historia, no sólo desde lo económico, (quizás el más notorio para la mayoría de los habitantes), sino también por la miseria moral de nuestra casta política y de un sector enorme de nuestra población; la pérdida de los valores, los códigos, la destrucción de la idea de familia, el no ganar el pan con el sudor de la frente sino la pulsión por vivir de dádivas.

Es necesario bregar por el renacimiento de nuestra nación, volver a despertar el espíritu que movilizó a nuestros prohombres dos siglos atrás. Acabar con la actual manera de proceder de nuestra enriquecida y corrupta casta política. Volver a tener una identidad nacional y votar un gobierno acorde a ello.

Los distintos gobiernos apátridas que hemos tenido en el último siglo, (apoyados por la sinarquía internacional que se aprovecha de ello), han logrado diluir y borrar casi por entero nuestra esencia nacional. Hemos llegado al punto de denostar a nuestras Fuerzas Armadas que son quienes nos defenderán ante una hipótesis de conflicto. Las hemos desarmado y desmoralizado. Estamos indefensos ante cualquier ataque externo o interno y eso constituye, ni más ni menos, que Alta traición a la Patria por parte de quienes nos gobiernan.

Por otra parte, se ha perdido el respeto por nuestros símbolos patrios; da vergüenza asistir a un acto escolar y ver como inculcan ideas antinacionalistas a nuestros hijos. Se levantan banderas foráneas que nada tienen que ver con nosotros. Se combate la idea de familia tradicional, de Patria, de nacionalismo. De pronto hemos pasado a ser la encarnación de “todo lo malo del mundo”, tal cual lo viene inculcando desde hace un siglo el Nuevo Orden Mundial.

Cuando el NOM decía que había que hacer desaparecer el dinero “físico” y suplantarlo por el digital, muchos creyeron que era una tarea imposible, y de pronto aparecieron las criptomonedas. La pandemia es una situación “ideal” para poner en práctica sus planes. Todas las operaciones bancarias y compras las estamos haciendo mayoritariamente por homebanking o tarjetas de crédito o débito. Las “ayudas gubernamentales” exigen que todos los beneficiarios estén bancarizados. El control sobre nuestros movimientos financieros es total, y aparte de ello, han comprobado que es totalmente posible tenernos “guardados” en nuestras casas mientras destruyen nuestra economía y “gobiernan” tal y como les place.

¡Es hora de oponer resistencia desde el lugar que cada uno pueda para evitar ser la colonia que ellos pretenden!

¡Es hora de volver al pensamiento nacionalista!

DIOS, PATRIA Y FAMILIA … ¡En ese orden y sin claudicaciones!

DyPoM

Por Der Landsmann

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LACALLE POU: UN PRESIDENTE DIFERENTE

Williams Herrera Áñez (El Deber*)

Presidente de la República Oriental del Uruguay, Luis Lacalle Pou. Foto: Presidencia del Uruguay

El 1° de marzo asumió como presidente de la República Oriental del Uruguay Luis Lacalle Pou, en lugar de Tabaré Vázquez del Frente Amplio, coalición que gobernó los últimos 15 años. El joven presidente (52 años) no invitó a su posesión a los mandatarios del denominado socialismo del siglo XXI, rompió con Unasur, busca fortalecer Mercosur e imponer una “diplomacia comercial”, que significa no acercarse a EEUU y alejarse de China o acercarse a China y alejarse de EEUU, sino llegar directo a los dos países.

Ni bien tomó posesión y apenas había terminado de conformar su gobierno, invadía la pandemia del covid-19 y tuvo que tomar decisiones claras y rápidas. Y comenzó a predicar con el ejemplo, dispuso en este sentido que el 20% de los sueldos de los principales servidores públicos, comenzando por el presidente, vayan a un fondo común para apoyar la emergencia sanitaria.

En contra de las medidas que tomaron la mayoría de los países afectados, el presidente apostó por la libertad con responsabilidad y no impuso ninguna cuarentena estricta. Y ha tenido una respuesta excepcional del pueblo con un resultado de unos 30 fallecidos en total, de modo que Uruguay se ha convertido en un ejemplo en el mundo en relación con el coronavirus. Y para contrarrestar sus efectos económicos perversos, aprobó una serie de incentivos a los emprendedores y a subsidiar el trabajo; hay que apoyar al motor de la economía y por eso ha descartado cualquier idea de aumentar impuestos.

El presidente uruguayo, que se define como un liberal, apuesta por una economía abierta y facilita los grandes emprendimientos en su país. Sin embargo, no quiere que la gente vaya solo a invertir, sino también a vivir y reconoce que tiene una densidad demográfica muy baja (tres millones y medio de habitantes) y, por tanto, ofrece una serie de oportunidades para captar capitales extranjeros que permitan seguir aportando en beneficio de todos los uruguayos.

Antes de asumir el gobierno, el 1 de noviembre ya tenía listo el documento Compromiso por el País, compuesto de 13 “grandes líneas estratégicas”, a saber: un gobierno con las cuentas en orden; un Estado inteligente y transparente; empresas públicas al servicio de la gente; impulso al crecimiento: desarrollo productivo y mejora de la competitividad; inserción internacional: abrir mercados y hacer alianzas; una Policía respetada, una sociedad pacífica; una política de defensa adecuada al siglo XXI; transformar la educación; proteger a los más débiles; agenda de derechos; proteger el mundo del trabajo; cuidar la salud de los uruguayos; y medio ambiente y bienestar animal.

Al margen de tener una agenda muy definida y ser consciente que tiene que honrarla porque después de cinco años que dura el período presidencial, quiere salir a la calle y mirar a los ojos a la gente, Lacalle Pou se proyecta como un presidente diferente, que tiene un apellido que cuidar, directo, sin poses ni acartonamientos. Y está convencido de que la transparencia en lo privado y público, genera confianza y cualquier gesto suyo tiene efectos en la población. Se trata de un consumado deportista (practica varias disciplinas), y ha soltado haber consumido drogas de adolescente, reconocimiento poco común en una personalidad pública.

En estos pocos meses que tiene como presidente, Lacalle Pou ha mostrado una serie de cualidades como gobernante, que devuelven la confianza en la política como el arte de lo posible (muy degradada y prostituida en nuestro entorno). El gobernante uruguayo se proyecta como un estadista y un líder del siglo XXI, que transmite aire fresco, austero, comunicación simple y directa, pisa sobre la tierra, con una agenda muy concreta, determinación y vocación democrática. Un espécimen diferente a toda la manada que hemos tenido en la región en los últimos 20 años.

Nota original de El Deber, Santa Cruz de la Sierra, Bolivia https://eldeber.com.bo/opinion/lacalle-pou-un-presidente-diferente_191715