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HACIA UNA GEOPOLÍTICA GLOBAL DEL PODER BLANDO

Agustín Saavedra Weise*

Imagen de PIRO4D en Pixabay 

En círculos académicos de alto nivel se comenta que la actual búsqueda de un reequilibrio global entre las principales potencias mundiales debe interpretarse como un llamado urgente a la acción para líderes, diplomáticos y responsables de la política exterior. En particular, quienes deben darle forma y contenido a la política exterior de su nación deben estar preparados para los tiempos inciertos que se avecinan. En este campo, los recursos de “poder blando” a disposición de los gobiernos serán esenciales en la formulación de un plan de proyección externa. Los países más habilidosos en el uso y en la transferencia de su poder blando tendrán ventaja sobre los que carecen de él.

El poder en el ámbito externo de las relaciones internacionales se ha definido tradicionalmente en términos “duros” de poderío militar y económico. El poder duro implica coerción mediante el uso directo de la fuerza (o amenazas de hacerlo) y sanciones de diverso tipo. Por lo contrario, el poder blando tiene que ver con el uso de positivos mecanismos de atracción y persuasión que puedan coadyuvar con el crecimiento —o la mantención— de una imagen favorable, siendo a la vez capaces de proyectar objetivos externos. El buen uso del poder blando hace que un país sea más atractivo y que hasta sea visto como paradigma en el contexto internacional con respecto a un conjunto de acciones, de bienes consumibles o de meras costumbres. Estados Unidos ha sabido usar muy bien ambos poderes desde la época en que Theodore Roosevelt comenzó a proyectar internacionalmente al gran país del norte. Hoy en día, los “blue jeans”, el rock and roll, películas de Hollywood, celulares, avances tecnológicos y tantos otros atractivos, han hecho que el país del norte sea el número uno en materia de óptimo uso del poder blando, sin descartar que también ha sabido usar el poder duro, cuando así le ha convenido o cuando se ha visto obligado a ello.

El politólogo Joseph Nye —creador del concepto— inicialmente estableció tres fuentes primarias de poder blando: valores políticos, cultura y política exterior. En la arena de la política internacional, el poder blando es la capacidad de atraer y de cooptar, en lugar de coaccionar. En otras palabras, el poder blando implica moldear preferencias de los demás vía la atracción. Con el tiempo, más y más naciones han ido maximizando el uso del poder blando. No se acercan aún a la preponderancia estadounidense, pero cada cual a su manera está tratando de imbuir en el concierto internacional determinados valores. Hasta pequeños países utilizan su poder blando, como es el caso de Suiza, con su imagen de seguridad financiera, relojes de alta gama, maquinarias de precisión y turismo de alto nivel. No necesariamente tienen que ser grandes potencias las únicas que irradien poder blando. Lo pueden hacer otros estados de menor escala que tienen algo que ofrecer al mundo, algo que pueda servir de ejemplo y tenga carácter persuasivo. En ese sentido, se está gestando una verdadera geopolítica global del poder blando que cada día se acelera y crece más.

En el contexto de las naciones emergentes, los países asiáticos del Pacífico —encabezados por China— son los que mayoritariamente han estado exportando su poder blando mediante diversas imágenes. El espectacular crecimiento chino ha coadyuvado mucho en la “venta” por Beijing de su poder blando, el que si bien está lejos todavía del de EEUU, ya ha adquirido relevancia mundial.

África no tiene casi nada para vender, Australia, Canadá y Nueva Zelanda tienen activos propios que les permite proyectar algunos elementos de poder blando; América Latina podría también hacerlo, si se lo propone. Tanto en conjunto como a nivel individual —pese a elementos negativos que todos conocemos y deploramos— hay otros elementos positivos en nuestra región que pueden ser vendidos al mundo como poder blando ¿Qué estamos esperando?

 

*Ex canciller, economista y politólogo. Miembro del CEID y de la SAEEG. www.agustinsaavedraweise.com

Nota original publicada en El Deber, Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, https://eldeber.com.bo/opinion/hacia-una-geopolitica-global-del-poder-blando_233541

 

GEOPOLÍTICA Y DEMOGRAFÍA: LA POBLACIÓN COMO PODER POSIBLE

Agustín Saavedra Weise*

Imagen de Gerd Altmann en Pixabay

La demografía es instrumento valioso para los estudiosos de la geopolítica. Al margen de usuales pautas geográficas, económicas y militares, pocos factores influyen tanto en la competencia a largo plazo de las grandes potencias (y hasta entre países pequeños) como las características cambiantes de sus poblaciones. Estados Unidos en 1850 albergaba 23 millones de personas. Hoy Estados Unidos ha superado los 334 millones; tiene más habitantes que británicos, holandeses, franceses, alemanes e italianos combinados. Estos datos demográficos favorables —junto con su extenso territorio e ingentes recursos naturales— explican cómo Estados Unidos emergió desde 1945 como la primera potencia planetaria y por qué todavía ocupa esa posición. Lo sigue de cerca la República Popular China (RPC).

Gracias a un manejo interno de su demografía, China se ha convertido en auténtico competidor de Estados Unidos, mientras Rusia (apenas 144 millones de seres y en descenso) ha disminuido notablemente su potencial. Al final, los números mandan. Pero en este campo tampoco hay que engañarse, no siempre mayor población implica mayor poder. La India tiene 1.380 millones de habitantes y se dice que en 2025 superará a la RPC, actualmente el estado más poblado del globo ¿Pero superará el elefante hindú al dragón también en materia geopolítica, económica y militar? Lo dudo, ya que, aunque la RPC arrastra disparidades, las diferencias internas en la India son mucho mayores; así como hay una élite educada para múltiples emprendimientos, existe en paralelo una masa de gente sumida en pobreza e ignorancia casi totales y que representa en conjunto una pesada carga casi imposible de superar, al menos en esta generación.

Una población mayor significa más gente que trabaja, que paga impuestos y mayor cantidad de soldados para la guerra. Es por eso que la demografía es importante si se la conduce y planifica adecuadamente. La mayor parte del crecimiento socioeconómico se puede atribuir a mejoras en el capital humano en campos tales como educación, salud, nutrición, etcétera. Pero pueden surgir problemas si no hubo un adecuado planeamiento previo. Algo así está pasando en varios países desarrollados, donde la fuerza laboral se ve disminuida frente al auge de la tercera edad pasiva que cada vez vive más años. La situación ha creado un grave problema financiero por el incremento de aportes previsionales para jubilación y sistemas de salud.

A pesar de la posibilidad de inesperadas repercusiones al estilo de las mencionadas, la demografía es bastante predecible. Los estudios de población reflejan tendencias razonables acerca del surgimiento de nuevas oportunidades o de nuevos problemas. Esto último está preocupando en el momento al liderazgo chino ante el relativo estancamiento de su población, según el último censo. La RPC registró el crecimiento demográfico más lento en décadas; ahora tiene más jubilados en comparación con trabajadores activos. Como ya se expresó, fenómenos similares —aunque originados en otras causas— han tenido lugar entre varios miembros de la Unión Europea y en Estados Unidos.

En términos de ingreso total, la economía china es ahora la más grande pero la cosa cambia radicalmente si medimos el ingreso por habitante. Allí Estados Unidos gana de lejos por disponer su gente de mejores salarios y estar mejor preparada y educada, aunque su población es casi cinco veces menor.

Los datos sobre población adulta e infantil son fundamentales para determinar diversas políticas en Beijing, que todavía mantiene la prohibición de tener más de dos hijos, aunque eso podría cambiar en el futuro cercano. Una simple mirada a las proyecciones de población para China sugiere que los temores de que Estados Unidos pierda su posición de primacía están fuera de lugar, al menos en el corto y mediano plazo. Recordemos, además, que condiciones demográficas desfavorables han relegado las pretensiones de Moscú. Por ahora, Estados Unidos seguirá siendo el líder mundial.

 

*Ex canciller, economista y politólogo. Miembro del CEID y de la SAEEG. www.agustinsaavedraweise.com

Nota original publicada en El Deber, Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, https://eldeber.com.bo/opinion/geopolitica-y-demografia-la-poblacion-como-poder-posible_232711

PREOCUPA FALTA DE CAUDAL EN HIDROVÍA PARAGUAY-PARANÁ

Agustín Saavedra Weise*

Al margen de la tremenda sequía del año pasado que afectó a todo el sistema fluvial de la Hidrovía Paraguay-Paraná, ahora asoman nuevos horizontes sombríos. Los expertos en la materia señalan que el río Paraná continuará bajando al menos por dos meses más. El hidrómetro de Rosario está midiendo poco más de un metro, algo superior a los escasos 63 centímetros del año pasado, pero lejos aún de los tres metros que se tenían en 2019. La recurrencia de la sequía dificultará enormemente las exportaciones por medio de la vía fluvial. Frente a esta variante —fruto de la casquivana naturaleza, como también probablemente de las anomalías del cambio climático— y que provoca justificada alarma, se requieren urgentes acciones. Recordemos que Bolivia tiene tres puertos comerciales que acceden a la hidrovía mediante el Canal Tamengo: Jennefer, Aguirre y Gravetal.

En 2020 se produjo una gran sequía que no se presentaba desde más de medio siglo atrás; ahora nuevamente se inicia el proceso, algo que justificadamente genera problemas en torno a la navegabilidad, tanto en la zona alta del curso fluvial como en las zonas bajas. El 80% de la gigantesca producción agropecuaria argentina utiliza la hidrovía, la que al mismo tiempo es de uso vital para el Paraguay y también para nuestro país, sobre todo en función de los productos agrícolas del oriente boliviano. Una recurrente situación de sequía traerá muchos inconvenientes; urge procurar soluciones o paliativos en el tiempo más breve posible.

Es necesario que el Comité Intergubernamental de la Hidrovía inicie trabajos de inmediato en torno al tema y que las empresas que tienen a su cargo el dragado y otros servicios complementarios mejoren al máximo la calidad de sus trabajos para intentar minimizar el problema de la sequía. Pero, aun así, hay un límite. Por muy bien diseñada que esté, una barcaza apta para la hidrovía debe contar con mínimos de profundidad para navegar sin problemas y transportar carga útil.

Los que saben de estos temas a fondo afirman que la altura estándar se ubica en los 2,47 metros para que los barcos puedan salir con 34 pies, más o menos 10 metros. La escasa profundidad trae complicaciones, ya que los barcos no pueden llevar la misma carga con respecto a una situación normal. La Comisión de Transporte de la Bolsa de Comercio de Rosario estimó que la bajante ya generó sobrecostos por 300 millones de dólares en el transporte. En Asunción se ha propuesto usar parte de las aguas de la gigantesca represa de Itaipú para intentar subir el nivel hídrico del río Paraguay.

Obviamente, las barcazas que salen de las zonas de Paraguay y Bolivia son las que están más complicadas y algunas quedan varadas. En la parte inferior del curso de agua hay mejores dragados y balizamientos, lo que permite una navegación más segura, algo que no sucede en la parte superior de la hidrovía. Mayor razón —ante esta crisis ya recurrente— para una decidida actuación multinacional de los países que forman la Cuenca del Plata (particularmente Argentina, Bolivia y Paraguay, los principales usuarios) en torno a este problema, el que debe resolverse tan pronto sea posible. Por su lado, Brasil y Uruguay —los otros dos miembros del sistema platense— deben poner de su parte lo que les sea posible en la solución de esta álgida situación, que afecta no solo la navegabilidad sino hasta la propia economía de los países que surcan ese vital curso de agua que es la Hidrovía Paraguay-Paraná.

 

*Ex canciller, economista y politólogo. Miembro del CEID y de la SAEEG. www.agustinsaavedraweise.com

 

Nota original publicada en El Deber, Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, https://eldeber.com.bo/opinion/preocupa-falta-de-caudal-en-hidrovia-paraguay-parana_231890