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CARTA PÚBLICA DEL CNL (R) JORGE TISI BAÑA ACERCA DE LA DESTITUCIÓN DE 23 OFICIALES DEL EJÉRCITO

En el día de hoy el Ministro de Defensa, Luis Petri, en cumplimiento de lo establecido en las respectivas sentencias, procedió a destituir y dar de baja a 23 oficiales del Ejército con condenas firmes por supuestos delitos de lesa humanidad. Y hay una larga lista más de militares que seguirán brevemente el mismo camino.

Si bien esto está perfectamente contemplado dentro de las condenas dictadas por la vergonzosa justicia argentina, y amparado por la Ley 19.101 (Ley para el personal militar), constituye un nuevo acto de venganza, persecución, humillación, demonización y desprestigio. de quienes derrotaron al terrorismo y devolvieron la paz a la Argentina, aun a riesgo de sus propias vidas, durante la vigencia de un Estado de Sitio establecido por un gobierno democrático, en el marco de una guerra antiterrorista declarada por las más altas autoridades nacionales (constitucionales y de facto), que ciertamente los integrantes de las Fuerzas Armadas no buscamos, ni deseamos, ni iniciamos.

Ya he dicho y fundamentado largamente por qué todos los juicios por supuestos delitos de “lesa humanidad”, como así también sus sentencias y condenas resultantes son nulos, ilegales e inconstitucionales.

La destitución y la baja, son las penas más terribles a las que puede ser sometido un militar, porque lo privan del uso y los honores que le corresponden a su grado y jerarquía. Grado que es la resultante de toda una vida de sacrificios (personales y familiares), dedicación, esfuerzo y servicio a la Patria.

La baja del personal militar retirado puede producirse “por casos de conducta incompatible con la conservación del grado” (art 11 ley 19.101) o por “por una condena emanada de tribunales comunes o federales, a penas equivalentes a las que en el orden militar lleven como accesoria la destitución” (art 20) 

Pero la baja de un militar, además del deshonor que implica la pérdida del grado, conlleva un inmenso perjuicio económico, ya que incluye la pérdida indefectible de su haber de retiro a partir del momento de su baja, y aquí quiero explayarme más sobre una nueva aberración inconstitucional que se suma a todas las llevadas a cabo en los juicios. Si bien la ley contempla el derecho de las esposas a percibir la pensión correspondiente en caso de baja de los maridos, como si fueran viudas (la misma equivale al 75% del haber de retiro original), la parte más grave, que nadie parece haber contemplado es aquellos que son viudos, solteros o divorciados, sin pensionistas con derecho, pierden todo su haber y, junto con su haber, la Obra Social. 

¿Se entiende?, individuos con más de 75 años promedio, en su mayoría enfermos, que purgan prisión en institutos penales o en sus domicilios, por el hecho de no tener personas con derecho a pensión pierden todos sus ingresos y, como si eso fuera poco, quedan también fuera de la Obra Social. Pierden el carácter vitalicio, alimentario y de supervivencia del haber de retiro militar, y la cobertura médico asistencial para la que aportaron toda su vida. 

Me imagino que las llamadas organizaciones de derechos humanos deben estar festejando este nuevo hecho criminal, y que a los cortesanos supremos, jueces, fiscales y funcionarios que integran el circo/curro le lesa, no les importa. 

Todo esto es mucho más triste y doloroso cuando uno ve que muchos de los terroristas que desataron la ola de violencia de los ‘70 gozan de libertad, son enaltecidos por la sociedad, pintados como jóvenes idealistas por el relato, homenajeados en sitios de la “memoria”, han cobrado indemnizaciones millonarias y son, o fueron, funcionarios del Estado

Las últimas palabras de Manuel Belgrano fueron: “¡Ay Patria mía!” Hoy siguen teniendo plena vigencia. Me viene a la memoria la célebre frase de Madame Roland: ¡Oh libertad!, ¡cuántos crímenes se cometen en tu nombre!

 

Jorge Tisi Baña.

 

ARGENTINA SE SUICIDA

Revista Tiempo GNA*

El desarme de nuestras FFAA comenzó después de la Guerra de Las Malvinas y sigue sin detenerse. La mayoría de los sistemas de defensa datan de 1974. Esto provocó que muchos de ellos hayan tenido que ser dados de baja por falta de mantenimiento o porque los fabricantes ya no producen repuestos.

El caso más inquietante es el de la Fuerza Aérea que mantiene en tierra una importante cantidad de aeronaves y aquellos que pueden volar sólo lo hacen en días de buena visibilidad por deficiencia en sus medios de navegación.

En la Marina ocurre otro tanto ya que la mayoría de los buques, submarinos y aviones superan los 30 años. Un almirante retirado que conoce de cerca el funcionamiento de la Marina, destacó que: “Ninguna fuerza armada del mundo, aunque sea la más chiquita, puede estar operativa con el actual presupuesto.

Los buques argentinos de guerra más importantes si tuvieran que enfrentarse contra barcos que le funcionan sus sistemas, estarían perdidos”.

El panorama del ejército no es muy diferente pues tiene tecnología de los años 70’ y varias veces los medios periodísticos aludieron que sólo existe munición para dos horas de combate. La situación es tan seria que si las FFAA tuvieran que cumplir su rol de defensa, apenas podrían hacerlo por breves días. Julio Cesar Martínez, quien fuera Ministro de Defensa (2015-2017) mencionó: “La Argentina no puede entrar en combate en forma exitosa ni con Sierra Leona. Ninguna fuerza está en capacidad operativa, no tienen capacitación ni incentivación”.

Para peor el éxodo por los bajos sueldos, ha llevado a cada vez más a experimentados oficiales y suboficiales a pasarse a actividad privada.

Quien fuera vicepresidente de la Comisión de Defensa del Senado, Arturo Vera, resaltó que: ”Toda la infraestructura que tienen las Fuerzas Armadas está destruida. No cuentan con elementos para nada. Aparte de los equipos, no pueden practicar, no tienen armamentos, balas, ni el trato que se merecen”. Este último concepto es muy importante; la guerra es algo muy serio y es obvio que para pelear por el terruño hace falta estar muy motivado. Es decir, contar el afecto del poder político y de la población. ¿Qué pasaría con nuestros muchachos si llegaran verse cara a cara con el enemigo? ¿Después de tantas humillaciones, tendrán la moral de combate necesaria?

El futuro es hoy

Argentina no tiene enemigos naturales, pero sí alimentos para satisfacer a millones de estómagos, eso la hace apetitosa y un adversario puede aparecer amenazante en cuestión de semanas. Queda latente la pregunta ¿En caso de una agresión externa, nuestro país podrá defender sus fronteras o perderá territorio? En el pasado naciones menos atrayentes fueron invadidas, sus tierras repartidas entre los vencedores y en esos casos de nada sirve el Derecho Internacional.

Hoy existen enormes extensiones que hasta un “batallón de abuelas” enemigas podría invadirlo. Variadas y autorizadas voces como las de Rosendo Fraga, Hernan Dobry y Horacio Jaunarena entre otros, se han escuchado sobre el peligro que representa el desarme y algunas de sus frases están en esta nota. La analista Virginia Gamba (Capetown, Sudáfrica) mencionó: “La falta de preparación de los militares en Argentina, su anulación y desarme absolutos, garantizan que el país será un blanco fácil del próximo conflicto, de una naturaleza absolutamente distinta que los anteriores. Considero que el desarme y la desmovilización de las fuerzas armadas argentinas son garantía de la violencia”.

Así como muchos admiran al “Zorro” Julio A. Roca por haber conquistado la Patagonia, esperemos que nuestros nietos no nos odien por la alegre negligencia de esta generación.

* Revista independiente para el personal de la GNA, Tiempo GNA, Nº 61, octubre de 2021.

 

¿EXISTE LA DEFENSA NACIONAL?

Comandante Espuela (Revista Tiempo GNA*)

Cuando vivía el Grl Charles de Gaulle, una periodista queriendo tenderle una trampa le preguntó: ¿Para qué sirven las FFAA?: Él no se dejó atrapar y respondió: “No sirven para nada excepto para cuando se las necesita.”

 

La aparición de Chile reclamando territorio soberano argentino históricamente no es nuevo. Desde el siglo pasado Chile mira con apetito la Patagonia y no fuimos a la guerra porque el Gral. Pablo Riccheri, sabiamente en 1901 dispuso la creación del servicio militar obligatorio y equipó al Ejército con armamento adecuado y algunos cañones comprados por él, aún se ven en la entrada de algunos edificios militares. Por esa decisión reinó la paz. Hace décadas que autorizadas voces hablan de los peligros de la destrucción de las Fuerzas Armadas, iniciada a partir de 1983. A ningún político le agrada referirse a la Defensa Nacional, pero en el mundo que vivimos no tener FFAA que cumplan con lo establecido por la CNA es como dormir con la puerta abierta en un barrio peligroso. El mundo avanza irremediablemente a una aguda crisis de alimentos, las flotas pesqueras asiáticas que depredan los mares es una de las pruebas. Hoy no tenemos poder militar ni para enfrentar a Sierra Leona. Algunos vecinos nuestros saben que políticamente no somos capaces de oponernos militarmente y aprovechan nuestras debilidades. Lo más insólito es que “Argentina invierte en defensa menos de lo que EEUU le impuso a Japón como ‘castigo’ (el 1% del PBI) luego de vencerlo en la Segunda Guerra Mundial. Aquí el castigo no viene de ningún otro país, es interno, es autoinfligido y está “naturalizado”. Único caso mundial.

Añoranzas

Para el año 1896 Argentina poseía de 44 batallones de Infantería, 42 escuadrones de Caballería y 32 baterías de Artillería, luego en 1902 sus fuerzas se completaron con una Armada poderosa. En 1928, Argentina era la sexta potencia en el mundo. Más tarde en la década de 1940 casi no tenía analfabetos y la población universitaria era de las más altas del mundo. Para los años ‘50 las FFAA argentinas estaban en el número dos de América, atrás de los EEUU y del Brasil.

Esa prudente previsión le significó al país disuadir a cualquier vecino de apropiarse de tierras nuestras y vivir en paz. Eran épocas que la Defensa Nacional era política de Estado.

¿La indefensión es política de Estado?

Ya vimos que gracias al Gral. Pablo Riccheri, desde 1901 reinó la paz en el Sur Argentino, pero luego todo cambió a partir de 1982. El cierre en 1996 de la planta Fábrica Militar de Armas Portátiles “Domingo Matheu” en la ciudad de Rosario, marcó el inicio de una destrucción imparable en la fabricación de armamentos. Después de 38 años sin inversiones aceptables en las FFAA, se considera que la “indefensión es Política de Estado”. Hay varios ejemplos lamentables pero basta uno sólo, el submarino ARA San Juan, desapareció en el mar el 17 de noviembre de 2017, pero se dice “comenzó a hundirse” el 30 de octubre de 1983 con la llegada otras políticas.

Desde entonces los argentinos no sabemos qué hacer con las fuerzas armadas.

Insólitamente Chile ahora pretende proyectar su plataforma continental al Este del meridiano 67º 16´ 0, contradiciendo el Tratado de Paz y Amistad firmado con Argentina en 1984, como solución al conflicto territorial por el Canal de Beagle. Chile en el Pacífico, Argentina en el Atlántico, es el lógico acuerdo que mantuvo el equilibrio en Suramérica por 37 años y podría esfumarse. Ello es debido que las FFAA de Argentina languidecen por falta de presupuesto adecuado, tan grave es esto que en caso de algún conflicto bélico es probable que se pierda territorio. Ningún organismo internacional puede garantizar nuestra integridad territorial, la capacidad de autodeterminación y la libertad de nuestra Nación. Es una función indelegable del Estado.

Sin hipótesis de guerra Argentina podría suicidarse

La defensa nacional, sea terrestre, naval o aérea y sus distintas variantes no es un problema ideológico, sino del cuidado de intereses vitales en lo geopolítico y estratégico de una nación. Sin embargo algunos “expertos” en temas de Defensa, suelen opinar acerca de la inutilidad de instituciones armadas paquidérmicas, sosteniendo que son arcaicas, onerosas, poco ágiles, nada efectivas y con macrocefalia burocrática y que sería preferible tener unidades dinámicas ligeras.

Es decir tener un león joven en vez de un elefante viejo. Todo bien, salvo que si el león está mal alimentado, viejo, sin dientes y sin garras tampoco sirve. La Defensa Nacional es como una póliza de seguro; hay que contratarla aunque sea cara, porque más costoso puede ser no tenerla. Los conflictos internacionales existen y en un par de semanas podrían volverse incontrolables. Es un grave error decir que un país de las dimensiones de Argentina no existen hipótesis de conflicto. Éstas debidamente estudiadas, permiten planificar acciones tendientes a prevenir o superar eventuales agresiones. La historia militar indica que cuanto más preparados estemos para enfrentar un conflicto violento, menos probabilidad existe que ocurra. La debilidad de un país tienta invariablemente a la agresión; mantener esta situación es abdicar a la defensa y renunciar a la posibilidad de decir ¡No! en el marco de las relaciones internacionales. Tener FFAA en proporción al territorio facilita a la diplomacia el logro de sus objetivos evitando una guerra.

Henry John Temple, Lord Palmerston, fue dos veces primer ministro de Gran Bretaña a mediados del siglo XIX. Decía que “Inglaterra no tiene amigos permanentes ni enemigos permanentes. Inglaterra sólo tiene intereses permanentes”. Así funciona la política internacional. 

No tener Código de Justicia Militar es otro absurdo

Las FFAA Argentinas desde el 2008, es en el único país del mundo que no están bajo jurisdicción de un código de justicia militar.

Los efectivos militares ahora son juzgados por la Justicia Federal sobre la base de los códigos Penal y Procesal Penal. La disciplina es la columna vertebral de todo ejército, sin ella fuerzas enemigas podrían obtener la victoria sin disparar un solo tiro. Decía Domingo Faustino Sarmiento: “El Ejército es un león que hay que tener enjaulado para soltarlo el día de la batalla”, a lo que agregaba Carlos Pellegrini: “Esa jaula es la disciplina y sus barrotes son las ordenanzas y los tribunales militares, y sus fieles guardianes son el honor y el deber”. Para la reconstrucción de la capacidad defensiva de nuestro país será imprescindible contar con un código de justicia militar del que hoy se carece. ¿El lector se imagina que un jefe de regimiento se niegue rechazar una invasión enemiga porque vulnera los DDHH y que espere a ser juzgado por un Juez Federal meses después…? Un verdadero disparate que debería figurar en el libro “Guinness World Records”.

“Si vis Pacem Para Bellum”

Nunca como en estas épocas tiene aplicación esa añeja máxima latina. Las emergencias bélicas se producen en semanas, alguna vez podría ocurrir y los responsables de la vulnerabilidad militar Argentina tienen nombre apellido y DNI. La historia los juzgará, y ellos como sus descendientes serán repudiados.

* Revista independiente para el personal de la GNA, Tiempo GNA, Nº 60, septiembre de 2021.