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LA HUELLA GALLEGA EN LA «GRAN GUERRA PATRIÓTICA» CONTRA EL FASCISMO

Introducción

A diferencia de otras comunidades existentes en el Estado español, como son los casos de vascos, asturianos y catalanes, la presencia gallega dentro de las fuerzas militares de la URSS que lucharon en lo que en Rusia se denomina como la «Gran Guerra Patriótica» contra la invasión nazi-fascista es mucho menor y está menos documentada. No obstante estos problemas, se han podido identificar algunos combatientes gallegos en las fuerzas soviéticas, así como otros que si bien no combatieron, se encontraban en territorio de la URSS al comienzo de la guerra.

Una de las razones principales que podría explicar por qué pocos gallegos estuvieron involucrados en las fuerzas soviéticas durante la II Guerra Mundial puede ser el hecho de que, con el golpe de Estado del general Francisco Franco el 18 de julio de 1936, la insurrección militar franquista contra la República triunfó rápidamente en Galicia.

De este modo, Galicia no fue escenario de frentes militares durante la Guerra Civil española (1936-1939), pero sí de una gran represión por parte del franquismo, aspecto que muy seguramente dificultó la posibilidad de que diversos gallegos escaparan hacia la URSS.

No obstante, el profesor Ángel Luis Encinas Moral, catedrático de Geografía e Historia y profesor del Departamento de Filología románica y eslava en la Universidad Complutense de Madrid[1], considera que una pista importante para rastrear esta huella gallega en la URSS podría darse con la posibilidad de gallegos que escaparan del franquismo vía Asturias y País Vasco, así como otros que lograran llegar a Madrid y Barcelona, entre otras ciudades, durante los primeros tiempos de la Guerra Civil española, para después salir hacia la URSS vía Francia o el Mediterráneo.

Por tanto, y si bien puede que no sea ésta la única causa, la rápida victoria de la insurrección militar franquista en Galicia muy probablemente afectó la posibilidad de que un número considerable de gallegos republicanos lograran exiliarse en la URSS, al menos en comparación con los casos de asturianos, vascos, catalanes y madrileños, entre otros. Con todo, sí existen algunos casos de gallegos «niños de la guerra».

Los gallegos que lograron escapar hacia la URSS o bien lo hicieron antes de la guerra civil española, atraídos por la construcción del socialismo en ese país, o más bien por los avatares propios del abastecimiento de víveres y armas que para la República española se realizaba desde territorio soviético y que involucraría a republicanos gallegos en las rutas de transporte marítimo.

Caso contrario fue el de la División Azul[2], también identificada como Legión Española de Voluntarios en Rusia. Aquí la presencia de gallegos es mayor y, por lo tanto, está mejor documentada. La División Azul fue enviada al frente ruso por el dictador Franco, combatiendo al lado del invasor nazi-fascista contra las fuerzas soviéticas.

El reclutamiento, forzoso o voluntario, de combatientes gallegos para la División Azul supuso una especie de devolución de favores por parte del franquismo por el apoyo nazi-fascista a sus fuerzas durante la Guerra Civil española.

No obstante, y a diferencia de los gallegos combatientes en el Ejército soviético, sí existen registros e investigaciones sobre gallegos que fueron enviados a los Gulag durante la II Guerra Mundial. Esta información permite observar aspectos relevantes sobre cómo fueron a parar algunos de estos gallegos a la URSS. En ellos destacan unos 29 gallegos, la enorme mayoría combatientes de la División Azul, así como algunos republicanos.

Con todo, es posible rastrear algunas huellas de la presencia gallega en fuerzas soviéticas que pelearon en la Gran Guerra Patria contra el nazi-fascismo.

Debe igualmente destacarse que el exilio republicano español en la URSS fue de aproximadamente 4.236 personas[3], entre marinos, aviadores, estudiantes enviados por la República española para la academia de aviación de Kirovabad (República Socialista Soviética de Azerbaiyán), los denominados «niños de la guerra» y profesores o exiliados en la URSS antes del comienzo de la II Guerra Mundial, entre otros.

Unos 700 de esos republicanos españoles se enrolaron en el Ejército Rojo para combatir al nazi-fascismo. Debe igualmente destacarse que, al principio, las autoridades soviéticas mantenían ciertas reticencias para la inclusión y reclutamiento de efectivos extranjeros en sus fuerzas armadas para la lucha contra la invasión nazi-fascista, argumentando obvias medidas de seguridad.

Combatientes gallegos en el Ejército Rojo

Como fuentes principales y referencias bibliográficas para la identificación de los gallegos combatientes en las fuerzas soviéticas, se han utilizado tres estudios imprescindibles. Estos son:

    1. El libro conjunto de Eusebio Cimorra, Enrique Zafra, Isidro R. Mendieta, El Sol sale de noche. La presencia española en la Gran Guerra Patria del pueblo soviético contra el nazi-fascismo (Editorial Progreso, Moscú, 1970);
    2. El libro de A. V. Elpátievsky, La emigración española en la URSS. Historiografía y fuentes, intento de interpretación (2008), traducido del ruso por el profesor Ángel Luis Encinas;
    3. Y finalmente el libro anteriormente mencionado de Encinas Moral, Ángel Luis, Fuentes históricas para el estudio de la emigración española a la URSS (1936-2007), Exterior XXI, 2008.

En estos textos destacan varios nombres de gallegos que combatieron en las fuerzas soviéticas durante la II Guerra Mundial. Son estos:

Nombre

Año y lugar de nacimiento

Trayectoria

Enrique Líster Forján

1907 Ameneiro (actual Ayuntamiento de Teo. A Coruña)

Líster es probablemente el personaje más destacado no sólo entre los gallegos que lucharon en la URSS sino también dentro del exilio español. De profesión cantero, ingresó en el Partido Comunista Español  (PCE) en 1931. Durante la guerra civil llegó a coronel jefe de cuerpo de Ejército. Fue general en los ejércitos de la URSS, Yugoslavia y Polonia. Es un personaje clave[4] por su participación como general en el bando republicano durante la Guerra Civil Española y como general de división del Ejército soviético en la lucha contra el invasor nazi-fascista. En el otoño de 1939, Líster comenzó sus estudios en la Academia General Superior del Ejército Rojo «M. V. Frunze» junto a otros 28 oficiales procedentes de las milicias, entre los que destacaban Juan Modesto, Valentín González «El Campesino», Pedro Mateo, Joaquín Rodríguez y Manuel Tagüeña[5].  Tras salir de la URSS, en 1968 fundó el Partido Comunista Obrero Español en desacuerdo con la actitud del PCE frente a la Primavera de Praga. Regresó a España en 1977. En 1986 reingresó en el PCE. Falleció en Madrid el 8 de diciembre de 1995.

Dositeo Sánchez Fernández

1903, Lugo.

De profesión chófer, ingresó en el PCE en 1936. Durante la guerra llegó a Jefe de Brigada. En la U.R.S.S. trabajó en Járkov, fue voluntario en el Ejército Rojo (ER), chófer en el Comité de Cultura y Bellas Artes en Moscú. Fue repatriado a España.

Manuel Martínez

?

Apodado «El Gallego», muerto en Poznan (Polonia) durante la ofensiva soviética  camino de Berlín.

Valentín Fernández

?

El libro El Sol sale de noche hace referencia a sus orígenes gallegos (p. 319-320).

 Leopoldo Canitro José

1923, Ourense

De profesión campesino. Canitro José combatió con las fuerzas republicanas españolas enroladas en el Ejército soviético en la localidad de Krasny Bor, en Leningrado, en 1943. Posteriormente, fue detenido y enviado al Gulag de Karagandá, en Kazajstán.

José Abuin Somoza

1905, Pontevedra

Llego a la U.R.S.S. en el barco Cabo San Agustín. En el Partido Comunista desde 1940. Trabajó en Odessa, Voroshilovgrad, Alma-Atá. Voluntario en el ER, obrero en Simferópol, pensionista. Falleció en Simferópol en 1971.

Aparicio Rodríguez Sol

1899, Pontevedra

Mecánico de aviación. Ingeniero. En el PCE desde 1936. Oficial de mecánicos de Cuatro Vientos. Durante la guerra civil fue jefe del aeródromo de Los Llanos (Albacete), jefe de mecánicos  del grupo de aviación soviético en Teruel. En la U.R.S.S. trabajó en Kramatorsk, Tashkent, voluntario en el ER, estuvo en guerrilleros, después mecánico en un garaje del Comité Central del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS) Se fue a México.

Alberto Casal Broullón

1912, Vigo.

Marinero. En el PCE desde 1937. Durante la guerra civil luchó en la flota en el crucero «Miguel de Cervantes». En la U.R.S.S. trabajó en Gorki, voluntario en el ER, teniente mayor de zapadores, condecorado con la orden «Guerra Patria». Después de la guerra salió de la U.R.S.S., estuvo 14 años en la cárcel de Burgos. Trabajó en Cuba. Volvió a Moscú en 1976. Repatriado.

Valentín Fernández González 

1912, Lugo

Albañil. Ingresó en el PCE en 1936. Durante la guerra civil fue comandante en la brigada 100 de la 11 División. En la U.R.S.S. trabajó en Mitichi, Kokand, voluntario en el ER, tornero en la fábrica Krasni Proletari de Moscú. Cayó en las guerrillas en España.

Ezequiel Fernández Moreira

1909, Lugo

Sastre y camarero. Ingresó en el PCE en 1965. Marinero del barco «Cabo San Agustín». En la U.R.S.S. trabajó en Rostov, Alma Atá, voluntario en el ER, obrero en la fábrica 30 de Moscú. Falleció en Moscú en 1970.

Antonio Frians Brions

1899, A Coruña

Marinero en el «Cristóbal Colón». Durante la guerra vino a la U.R.S.S. en el barco «Juan Sebastián Elcano». Trabajó en Kramatorsk, voluntario en el ER, obrero en Crimea, Kíev, pensionista. Se repatrió en 1971.

Francisco Funqueiriño Joves

1904, A Coruña

Marinero, llegó a la U.R.S.S. en el barco «Inocencio Figaredo». Trabajó en Rostov, Ordzhonikidzhe, Aktiubinsk, voluntario en el ER. Obrero en Crimea, Dniepropetrovsk, en el PCE desde 1969-70. Falleció en 1983.

José Gabin Villamarín

1909, A Coruña

Fogonero de barcos. Miembro del PCE desde 1944. Llegó a la U.R.S.S. en el barco «Inocencio Figaredo». En la U.R.S.S. trabajó en Rostov, voluntario en ER, estuvo en guerrilleros, obrero en la fábrica 30 de Moscú. Se repatrió en 1965.

Rafael García Souza

1905, A Coruña

Empleado. En el PCE desde 1935. Durante la guerra civil fue jefe de la 139 Brigada. En la U.R.S.S. trabajó en Kolomná, Kírov, voluntario en el ER, obrero en la fábrica Nº 30 en Litkarino (región de Moscú) traductor en Cuba, pensionista. Falleció en marzo de 1978.

José Antonio Mauricio García  

1917, Pontevedra

Durante la guerra civil fue marinero del «Jaime I». Ingresó en el PCE en 1944. Vino a la U.R.S.S. en misión especial en el barco «Juan Sebastián Elcano», a Odessa. Trabajó en Rostov, Ordzhonikidze, Aktiubinsk, voluntario en el ER, obrero en Moscú. Se repatrió.

José Núñez Edreida

1917, A Coruña

Marinero. Trabajó en Cheliábinsk, Samarcanda, voluntario en el ER. Se repatrió.

Jorge Fernández Anania

1917, Ourense

Artillero en la Armada. En el PCE desde 1936-70. Durante la guerra llegó a la U.R.S.S. en el barco «Cabo San Agustín». En la U.R.S.S. trabajó en Gorki, voluntario en el ER. Obrero en Leningrado.

Gustavo Pérez Bonet

1917, A Coruña

Llegó a la U.R.S.S. a la escuela de pilotos, trabajó en Kolomná, Kokand, voluntario en el ER, Crimea, obrero en Moscú. Fue repatriado

Antonio Prieto Montero

1905, A Coruña

Obrero de la construcción. En el PCE desde 1928-70. Durante la guerra teniente en el Quinto Regimiento, después en el SIM (aviación). En la U.R.S.S. trabajó en Rostov, Ordzhonikidze, voluntario en guerrilleros, educador de jóvenes en la RU de Krasnogorsk, en Izium (Járkov), obrero en Moscú, empleado en la Embajada cubana. Se repatrió en octubre de 1980

Pedro Prado Mendizábal

1902, Lugo

Comandante del crucero «Méndez Núñez», jefe de EM de la Marina, asesor naval del EM, general, coronel, capitán de primer rango en el EM de la flota soviética, empleado en la Editorial de Literatura Extranjera, especialista en Cuba. Se repatrió desde Cuba en 1977.

Avelino Rey Carro

1913, A Coruña

Electricista en la marina de guerra. Durante la guerra civil fue miembro del Comité comarcal de Cartagena. En la U.R.S.S. trabajó en la fábrica Lijachov, voluntario en el ER, estudió en Nagórnaya, obrero en la imprenta del Consejo de Ministros (Gosisdat), en la imprenta de la Universidad de Moscú. En el PCE desde 1938-70. Se repatrió.

Manuel Rodeiro Pereira 

1911, Ferrol

A la U.R.S.S. llegó en 1937 en el barco mercante «Cabo San Agustín» y hasta 1939 trabajó en la flota del Mar Negro. Obrero en Odessa, Rostov, voluntario en el ER, especialista en explosivos, jefe de sección en la fábrica de Riazán y residió en Moscú, pensionista. Falleció en 1987

José Rodríguez Casanova

1917, Lugo

A la U.R.S.S. llegó en el barco «Cabo San Agustín» el 24 de septiembre de 1937. Trabajó en Járkov, Cheliábinsk, Samarcanda, Voluntario en el ER, obrero en Moscú. Se repatrió

Ramón Silva González

1886, A Coruña

Contramaestre en el barco «Cabo San Agustín» en el que llegó a la U.R.S.S. Obrero en la producción, sargento mayo en el ER, obrero en el sovjós de Crimea. Falleció en 1963.

José Trigo Rey

 

1897, Vilaxoán (Pontevedra)

Marinero mercante, llegó a la U.R.S.S. en el barco «San Agustín». Trabajó en Odessa, Kramatorsk, Tashkent, voluntario en el ER, obrero en Tashkent, Crimea, Simferópol. Ingresó en el PCE en 1947. Falleció en Simferópol en 1967.

El libro El Sol sale de noche también hace referencia a otros nombres de republicanos españoles enrolados en las fuerzas soviéticas cuyos apellidos pueden sugerir la posibilidad de origen gallego. Son estos los de José Estrela, Juan Otero, Freixas (peleó en el frente de Rzhev), Freire, Cartabón, Meroño, Secundino Pozo y Celestino Alonso, este último Comisario del Comisariado Popular de Asuntos Interiores (p. 253 del libro de Elpátievsky). No obstante, no ha sido posible verificar la autenticidad del posible origen gallego de todos ellos.

Un nombre frecuente en ambos libros es el del Comandante Joaquín Feijóo Fernández, del Ejército Obrero Rojo y Campesino. Si bien Elpátievsky confirma su origen sevillano (p. 245) y de su desaparición física durante la ofensiva soviética en Crimea (p. 260), es de destacar que el apellido Feijóo revela una posible ascendencia gallega.

Los combatientes españoles, y por tanto los gallegos involucrados en las filas del Ejército Rojo participaron en misiones y frentes de combate en Bielorrusia, Rusia Central, Krasnodar, Ucrania (Járkov), así como la defensa de Leningrado, Stalingrado, Smolensk, la cabeza de puente del Kubán (en el Cáucaso), Krasny Bor (donde pelearon contra la División Azul) y Crimea (Shúbino). Estos republicanos estuvieron enrolados en la 4º Compañía y la 989º Regimiento del Ejército Rojo.

Con respecto a los gallegos que se encontraban en la URSS durante el conflicto, sea como «niños de la guerra» o exiliados[6], pero que no fueron combatientes aunque algunos de ellos contribuyeron con el «esfuerzo de guerra», podemos identificar los siguientes:

Nombre

Año y lugar de nacimiento

Trayectoria

Ramón Barros Santos

1910, A Coruña

Ingresó en el Partido Comunista Español (PCE) en 1936. Electricista. Durante la guerra civil fue dirigente de la Juventudes Socialistas Unificadas (JSU) en el Ejército del Centro y responsable de cuadros de la Comisión Ejecutiva de la JSU. En la U.R.S.S. trabajó en la fábrica Lijachov. Fue repatriado.

Ernesto Lamarca Rafales

1912, Vigo

Telegrafista. En el PCE desde 1937 y en el Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS) desde 1957. Durante la guerra civil fue oficial de transmisiones, jefe de Estado Mayor de la 60ª División, comandante. En la URSS educador en la casa de niños de Járkov, Instituto de Maquinaria, candidato y doctor en ciencias técnicas, jefe de laboratorio en Voroshilovgrad.

Nieves Álvarez González

1905, Ourense

Maestra. En el PCE desde 1931. Durante la guerra directora de una guardería en Barcelona. En la U.R.S.S. trabajó de maestra en Pirogóvskaya, en la fábrica Lijachova, Kokand, Crimea, Dniepropetrovsk, pensionista en Yalta. Casada con Francisco Barbado. Se repatrió en diciembre de 1958.

José Aparicio Pérez

1913, Vigo

Marinero. En el PCE desde 1946. Vino a la U.R.S.S. en el barco Cabo San Agustín. Trabajó en Odessa, Voroshilovgrad, Alma-Atá, Crimea y Kíev. Falleció en Kíev en 1978.

Talin Barbado Álvarez

1936, Ourense.

Moscú, Kokand, Dniepropetrovsk, agrónomo en Crimea.

José Conde Galinanes

1905, Pontevedra

Marinero. En el PCE desde 1957-70. Durante la guerra cabo artillero en el acorazado «Jaime I». Fue a la U.R.S.S. en el barco Juan Sebastián Elcano. Trabajó en Rostov, Ordzhonikidze, Kazajstán, Crimea y Kíev. Falleció en en mayo de 1989.

Esther Cruz Gil

1911, Lugo

Miembro del PCE desde 1936. Esposa de Antonio Muñoz Díaz. Vivían en el Lux. Se repatrió.

Juan Del Río García

1898, Pontevedra

Marinero del barco «Inocencio Figadero». Kramatorsk, Kíev. Se repatrió.

Manuel Fernández Cortinas

1905, Lugo

Campesino. En el PCE desde 1928. Encarcelado en 1931, 1933 y 1934. Condenado a muerte en 1935. Organizador de comités de radio en Madrid, dirigente de las MAOS de Madrid. Durante la guerra comandante, teniente coronel, miembro del CP de Madrid, condecorado con 3 medallas: del Valor, de sufrimiento por la patria y del Deber. En la U.R.S.S. estudió en Kusnarienko, obrero en Crimea y Dniepropetrovsk, pensionista. Falleció en Dniepropetrovsk el 22 de junio de 1978.

Manuel Fernández Soto

1912, Ferrol

Cabo de artillería de la Marina. Ingresó en el PCE en 1937. Tomó en el asalto al crucero «Miguel de Cervantes», luchó en el Ciscar y miembro del CP de Murcia. En la U.R.S.S. Estuvo en guerrilleros. Regresó a España.

José García Pérez

1894, Pontevedra

Marinero del barco «Juan Sebastián Elcano», Odessa, Rostov. Falleció en Aktiubinsk en 1943.

Antonio Lago Santos

1910, A Coruña

Fue a la U.R.S.S. en calidad de marino en el cañonero «Dato». Trabajó en un koljós de la región de Rostov, Crimea, Azov. Ingresó al PCE en 1978. Falleció en 1987.

José López González

1916, A Coruña

Trabajó de armador metálico para el cementerio de Artiómovsk. Falleció en marzo de 1984.

Carmen Martínez Aguyón

1930, Pontevedra

Óbninskoye, Sarátov, Tarásovka, EO de Noguinsk y Krasnogorsk, costurera en Moscú. Repatriada en 1992.

Pepita Martínez Aguyón

1928, Pontevedra

Óbninskoye, EO de Krasnogorsk. Se repatrió.

Teófilo Martínez Aguyón

1932, Pontevedra

Óbninskoye, Sarátov, Tarásovka. Se repatrió.

Antonio Méndez Fernández

1928, A Coruña

Odessa, Sarátov, EO de Podolsk, casa de inválidos N.6 (región de Moscú). Se repatrió.

Justo Nogueira Gordaliza

(190?) Monforte de Lemos (Lugo)

Trabajó de maestro en Eupatoria, Sarátov, Najávino. Instituto de Lenguas Extranjeras. Ingresó en el PCE en 1931. Se repatrió en 1972.

Serafín Noche López

1916, Villalba (Lugo)

Marino. Fue a la U.R.S.S. en el barco «Juan Sebastián Elcano». Ingresó en el PCE en 1961. Trabajó en Odessa, Rostov y Aktiubinsk. Se repatrió en diciembre de 1979.

José Juan Pena Seigido

1928, A Coruña

Pravda, Sarátov. Murió en 1947 en Noguinsk.

Andrés Pena Seigido

1928, A Coruña

Pravda, Sarátov, Bolshevo, Universidad. Actualmente trabajó en la revista Tiempos Nuevos. Falleció en Moscú en junio de 1990.

Amparo Pena Seigido

1930, A Coruña

Pravda, Sarátov, Tarásovka, Schólkovo. Actualmente reside en Cuba a donde fue después de repatriarse en 1957.

Darío Pena Seigido

1932, A Coruña

Pravda, Sarátov, residió en Moscú trabajando de traductor. Falleció en Moscú en 1989.

María Pérez Pérez

1926, A Coruña

Járkov, Stalingrado, Ufá, técnico de medicina de Sérpujov, enfermera en Stúpino, Instituto de medicina de Yaroslavl, médica en Tula y Cuba, en el P. desde 1960. Volvió en 1974 a la U.R.S.S. Falleció el 20 de enero de 1998.

Manuel Rial Formoso

1894, Pontevedra.

Marinero en el barco «Juan Sebastián Elcano». Navegó en el Mar Negro hasta 1944, fogonero en el combinado Karagandá úgol. Se repatrió.

José Manuel Ríos Amigo

1910, Vigo

Marinero, fue  a la U.R.S.S. a Sebastópol en 1939 en un barco. Trabajó en los barcos «Armenia» y «Kursk» hasta 1942, cargador en Buzuluk (Chkálov) y en Kúybyshev. En el PCE desde 1959-70. Falleció en octubre de 1980.

Marina Sendín López

1916, Lugo

Mecanógrafa, miembro del PCE desde 1935. En la U.R.S.S. trabajó en la fábrica Lijachov, en la IC, Instituto 205 y en ediciones, falleció en Rumania en 1974.

Rogelio Trillo Caneda

1907, Corcubión (A Coruña)

Marinero. En el PCE desde 1934. Lllegó a la U.R.S.S. en el barco «Inocencio Figaredo». En la U.R.S.S. trabajó en Odessa, Tuapse, Krasnovods, Poblodar, sovjós Feodosiski (Crimea), Dniepropetrovsk, pensionista. Se repatrió en 1970.

Gallegos en el Gulag

A diferencia de los combatientes gallegos en el Ejército Rojo, sí existen mayores registros sobre gallegos deportados a los Gulag, algunos de ellos combatientes de la División Azul, y otros no combatientes que formaban parte de las listas de españoles que pasaron por los campos de trabajos forzados soviéticos.

Según el historiador Secundino Serrano, unos 185 republicanos españoles fueron enviados a los Gulag por las autoridades soviéticas[7]. Entre ellos estarían algunos de los considerados «niños de la guerra» así como marinos y pilotos republicanos.

Debe destacarse que varios de estos gallegos tuvieron contacto con la URSS (y posteriormente quedaron a vivir allí) gracias al envío de material de guerra y de víveres desde puertos soviéticos hasta la España bajo dominio republicano durante la Guerra Civil. Esta ruta se hacía por el mar Mediterráneo y llegaban a puertos del mar Negro.

La ruta debía sortear la costa italiana, bajo control del régimen fascista de Benito Mussolini, aliado de Franco en la guerra civil, así como el Norte de África, en particular Libia, entonces bajo dominio italiano. A la mayoría de ellos, el final de la guerra civil española les sorprendió estando en la URSS como parte de estas labores de transporte de mercancías.

Una fuente imprescindible para rastrear la huella de los republicanos españoles en el Gulag es la historiadora Luiza Iordache Cârstea[8], profesora de la Universidad Autónoma de Barcelona y de la UNED. La profesora Iordache facilita el listado de 21 marinos gallegos detenidos en Odessa en junio de 1941. Fueron internados en los campos de concentración de Norilsk, Karagandá (Spassk y Kok Uzek), Odessa y en otros campos occidentales de la URSS.

La lista de gallegos deportados a los Gulag aportada por la profesora Iordache es la siguiente:

Nombre

Año de Nacimiento y localidad (Provincia)

Profesión

Incidencias

Pedro Armesto Saco

1912. Pobra de Brollón (Provincia de Lugo)

Alumno náutica

Repatriado el 2 de abril de 1954

Ángel Castañeda Ochoa

1909. Catoira (provincia de Pontevedra)

Mozo

Repatriado el 2 de abril de 1954

José Castañeda Ochoa.

1901. Catoira  (Pontevedra)

Marinero

Repatriado el 2 de abril de 1954

Juan Antonio Castro López

1906. Pobra do Caramiñal (provincia de A Coruña)

Engrasador

Repatriado el 2 de abril de 1954

José Diz Rivas

1904. Vilaxoán (Pontevedra)

Marino

Internado en el Gulag desde junio de 1941 a 1948. Fallecido en el campo de Odessa, el 22 de agosto de 1948.

José García Santamaría

1913. Palmeira (A Coruña)

Ayudante de cocina

Repatriado en 1954.

Juan Gómez Mariño

1911. Ribeira (A Coruña)

Marinero

Repatriado en 1954.

Antonio Leira Carpente.

1912. Pontevedra

Marinero artillero. Cargo: sirviente alza

Repatriado en 1954.

José López González.

1916. A Coruña

Mozo artillero

Internado en el Gulag (27 de junio de 1941-agosto de 1948); destino desconocido.

José Pérez Pérez

1897. De Pobra do Caramiñal (A Coruña)

Marinero

Repatriado en 1954.

Enrique Piñeiro Díaz

1912. Buenos Aires (Argentina) De padres gallegos.

Apuntador

Repatriado en 1954.

Manuel Rodríguez Tejeiro

1910. Ferrol (A Coruña)

Cabo de artillería. Cargo: apuntador.

Liberado en agosto de 1948, fallecido de tuberculosis en Alupta el 2 de agosto de 1954.

Joaquín Trigo Sayans

1906. Figueirido (Pontevedra)

Marino

Liberado en agosto de 1948, repatriado en 1956.

José García Gómez

1911. Palmeira (A Coruña)

Marinero

Repatriado en el buque Semíramis, el 2 de abril de 1954.

Vicente García Martínez.

1893. Pobra do Caramiñal (A Coruña)

Marinero

Repatriado en el Semíramis, el 2 de abril de 1954.

Manuel Dávila Eiras

1900. De Pobra do Caramiñal (A Coruña)

Tripulante del vapor Rosa.

Marinero repatriado en 1954.

Manuel Dópico Fernández

Ferrol. Año desconocido

Desconocida

Fallecido en el campo de concentración de Karagandá (actual Kazajstán) en 1945.

Ricardo Pérez Fernández

1893, en Pobra do Caramiñal (A Coruña)

Marinero

Fallecido en el campo de Odessa, en 1949.

José Plata Loira

1904. Pontevedra

Fogonero

Falleció en Norilsk, en 1941.

Domingo García Meitas

1910. Pobra do Caramiñal (A Coruña)

Maquinista

Detenido en 1940

José Núñez Edreira

1917. A Coruña

Marino

Acusado de espionaje. Repatriado en 1957.

En 2013, durante una visita a Kazajstán por parte del entonces presidente de gobierno español Mariano Rajoy, su anfitrión el presidente kazajo Nursultan Nazarbayev entregó unos cuadernos con las fichas de españoles recluidos en uno de los cuatro gulags de Karagandá, en el número 99, de Spassk. De los 152 españoles de la lista, catorce son gallegos.

En este sentido, las investigaciones realizadas hasta ahora concluyen que en la relación de presos españoles se diferencian dos «grupos». Si eran redirigidos desde Odessa, se trataba de republicanos: marinos o pilotos, entre otras profesiones. Por el contrario, si procedían de Kolpino, Krasny Bor o Leningrado (actual San Petersburgo) y Nóvgorod, eran de la División Azul, ya que esos fueron frentes de guerra donde lucharon.

En esa lista, facilitada igualmente por la Embajada de Kazajstán en Madrid, figuran tres gallegos republicanos: el marinero-motorista José Trole Castelo (A Coruña, 1912); el piloto y también carpintero y chófer José Carreira Romero (Ourense, 1917); y el marinero-artillero Manuel Rodríguez Tegueiro (Ferrol, 1918). Los tres habían ingresado en el año 1948 en el campo de Odessa.

Además de los tres gallegos republicanos, en este listado figuran también once combatientes gallegos de la División Azul, que fueron enviados al Campo Nº 99 en Karagandá. Fueron posteriormente repatriados a España entre 1954 y 1959, tras la muerte de Stalin y durante el mandato de Nikita Jrushchov.

Esta lista de once personas se divide así:

Nombre

Fecha nacimiento, localidad (Provincia)

Profesión

Detención

Juanín Gullón Antonio

1923, Mondariz (Pontevedra)

Mecánico

Detenido en 1943 por el Ejército Rojo en Kolpino (región de Leningrado).

José Manuel Ferreiro

1921 (Pontevedra)

Campesino

Detenido en Kolpino.

Vicente Román Constante

1916. A Guarda (Pontevedra)

Hornero

Capturado en 1943 cerca de Leningrado.

Federico Dobal del Río

 

1923. Vilagarcía de Arousa (Pontevedra)

Zapatero

Capturado en Krasny Bor en 1943. Desde 1954 trabajó como carpintero. Se afilió al Partido Comunista en 1966.

Domingo Pérez Elisio

San Juan de Ourense (Ourense)

Mercader

Detenido en Kolpino.

Graña Rebociño

1924 Ourense (Ourense)

Peón

Detenido en Kolpino.

Leopoldo Canitro José

1923. Ourense

Campesino

Combatió en Krasny Bor (Leningrado), donde fue detenido.

Manuel Bousa Carias

1924, Monforte de Lemos (Lugo)

Desconocida

Desconocida

Eusebio Calavio Belicillo

1917, Lugo.

Mercader

Detenido en Nóvgorod.

José García Eugenio

1921. Ferrol (A Coruña)

Carpintero

Detenido por el Ejército Rojo en Kolpino

Vicente Calvo González

1913. Betanzos (A Coruña)

Radista

Detenido en Kolpino.

Deben igualmente destacarse otros casos de gallegos a los que la II Guerra Mundial les sorprendió en la URSS y posteriormente fueron reenviados a diversos Gulags y campos de trabajos forzados, considerados por las autoridades soviéticas como posibles «espías» y «traidores a la URSS», sospechosos de ser agentes internacionales. Son ellos:

José Ramón Carreira, natural de Ourense, dirigente de la Unión General de Trabajadores (UGT), piloto de aviación que llegó a Leningrado en 1938 en un buque mercante. Durante la guerra fue enviado al Gulag de Norilsk hasta su repatriación a España en 1954.

Julián Fuster Ribó, natural de Vigo, cirujano, enviado al Gulag de Kengir y que fue repatriado a España en 1959. El Premio Nobel Alexander Soljenitsin menciona en su obra maestra Archipiélago Gulag al «español Fuster».

José Calvo, enviado por la República española a formarse de aviador en Kirovabad y posteriormente enviado al Gulag durante la guerra.

Ricardo Pérez Fernández, tripulante de buques, enviado al Gulag de Odessa en febrero de 1949.

Durante el año 1937, estas personas realizaron transportes de material de guerra y víveres entre la España republicana y la URSS, pero debido a las dificultades del tráfico marítimo por el Mediterráneo y otras circunstancias bélicas, el final de la Guerra Civil les sorprendió a varios de ellos en distintos puertos soviéticos.

 

* Analista de geopolítica y relaciones internacionales. Licenciado en Estudios Internacionales (Universidad Central de Venezuela, UCV), Magister en Ciencia Política (Universidad Simón Bolívar, USB) Colaborador en think tanks y medios digitales en España, EE UU y América Latina. Analista Senior de la SAEEG.

 

Fuentes utilizadas y lecturas recomendadas:

  1. Ensayos y artículos:

Alted Vigil, Alicia; Nicolás Marín, Encarna; Gonzalez Martell, Roger. Los niños de la guerra de España en la Unión Soviética. De la evacuación al retorno (1937 – 1999). Madrid, 1999.

Alted Vigil, Alicia. «El exilio español en la Unión Soviética». Revista Ayer. Ver en:http://www.revistaayer.com/sites/default/files/articulos/47-6 ayer47_ExiliosEspanaContemporanea_Lemus.pdf.

Encinas Moral, Ángel Luis. Fuentes históricas para el estudio de la emigración española a la URSS (1936-2007), Exterior XXI, 2008.

Arasa, Daniel. Los españoles de Stalin. Barcelona, 2005.

A.V. Elpátievsky. La emigración española en la URSS. Historiografía y fuentes, intento de interpretación, Exterior XXI, 2008.

Carmen Calvo Jung. Los últimos aviadores de la República. La cuarta expedición a Kirovabad. Coeditado por el Ministerio de Defensa y la Fundación Aena.

Eusebio Cimorra, Enrique Zafra, Isidro R. Mendieta. El Sol sale de noche. La presencia española en la Gran Guerra Patria del pueblo soviético contra el nazi-fascismo. Moscú: Editorial Progreso, 1970.

González Martínez, Carmen y Nicolás Marín, María Encarna. «’Rojos y azules’ españoles en la Unión Soviética», Historia Actual online, 40, (2), 2016, p. 7-28.

Iordache Cãrstea, Luzia. Cartas desde el Gulag. Juan Fuster Ribó, un español en la Unión Soviética de Stalin. Alianza Editorial, 2020.

Iordache Cãrstea, Luzia. Republicanos españoles en el Gulag (1939-1956). Institut de Ciències Polítiques i Socials, 2008.

Iordache Cãrstea. Luzia, En el Gulag. Españoles republicanos en los campos de concentración de Stalin. RBA, 2014.

Juárez, Javier. Patria. Una española en el KGB. Barcelona: Random House Mondadori, 2008.

Secundino Serrano. Españoles en el Gulag. Republicanos bajo el estalinismo. Península, 2011.

Torres, Francisco. Cautivos en Rusia. Los últimos combatientes de la División Azul. Editorial Actas, 2018.

    1. Medios de comunicación

Faro de Vigo:

https://www.farodevigo.es/sociedad-cultura/2013/10/16/gallegos-gulag/896958.html  

https://www.farodevigo.es/sociedad-cultura/2014/09/14/fuerza-gallega-reto-stalin/1093792.html

La Voz de Galicia

https://www.lavozdegalicia.es/noticia/galicia/2019/08/19/29-gallegos-gulags-stalin/0003_201908G19P6994.htm

https://www.lavozdegalicia.es/noticia/cultura/2013/10/12/gulag-estuvieron-presos-22-gallegos-cuatro-fallecieron/0003_201310G12P42991.htm

https://www.lavozdegalicia.es/noticia/santiago/2011/08/21/diecisiete-anos-bajo-yugo-stalin/0003_201108SX21P2992.htm

El País (España)

«El hombre del siglo”, El País (España), 16 de abril de 2007. Ver en: https://elpais.com/diario/2007/04/16/galicia/1176718702_850215.html

Nueva Tribuna (España)

“Españoles en el Ejército Rojo”

https://www.nuevatribuna.es/articulo/cultura—ocio/9mayo-victoria-nazismo-europa-espanoles-ejercito-rojo/20200508084414174600.html

Diario de León (España)

“Rusia envió a 185 republicanos españoles al gulag sin juzgarlos”, Diario de León, 20/10/2011. Ver en: https://www.diariodeleon.es/articulo/cultura/rusia-envio-185-republicanos-espanoles-gulag-juzgarlos/201110200400021208855.html

    1. Otros ensayos de interés

Luis Reyes. Españoles en la II Guerra Mundial. Ilustraciones de Dionisio Álvarez Cueto. Audaba Ediciones, 1990.

Antonio Vilanova. Los olvidados. Los exiliados en la URSS, Ruedo Ibérico, 1960.

Eduardo Pons Prades. Republicanos españoles en la II Guerra Mundial. La Esfera de los Libros, 2000.

Roque Serna Martínez. Heroísmo español en Rusia. 1941-1945, 1981.

José Gros, Relatos de un guerrillero comunista español, A.T.E, 1977.

 

Referencias

[1] Debe destacarse que el profesor Ángel Luis Encinas Moral obtuvo la convalidación de su título de Master of Arts en Historia por la Universidad Lomonósov de Moscú en 1987. Es Doctor en Geografía e Historia, y profesor de Historia y Cultura de los Pueblos Eslavos, de Literatura Rusa y de Relaciones Literarias Hispano-Rusas de la Titulación de Filología Eslava en la Universidad Complutense de Madrid. Domina con fluidez idiomas de interés científico como el ruso, ucraniano, búlgaro, ruso y eslavo antiguo y eslavo eclesiástico.

[2]En 2016, el Instituto de Estudios Vigueses (https://www.ievigueses.com/gl), bajo la dirección de su presidente Xosé Carlos Abad, comenzó una investigación para recopilar información sobre vigueses que lucharon en la II Guerra Mundial, principalmente bajo la División Azul. Se estimaron cifras de unos 216 vigueses que lucharon en las fuerzas alemanas y algunos en las fuerzas soviéticas. Se estima igualmente que medio millar de gallegos fueron enrolados por la División Azul para combatir en el frente ruso. Más información en: https://www.lavozdegalicia.es/noticia/vigo/vigo/2016/07/24/instituto-estudios-vigueses-busca-testimonios-miembros-division-azul/0003_201607V24C5995.htm. Debe mencionarse igualmente la existencia de la Hermandad Gallega de la División Azul Spansky Jarasho, fundada en 1960 en A Coruña, y que sigue en funcionamiento en una segunda etapa. Ver en: https://www.adiantegalicia.es/costa-da-morte/2019/09/23/la-hermandad-gallega-de-la-division-azul-condecora-a-un-ex-militar-de-vimianzo.html

[3] Esta es la cifra que podemos encontrar en el libro del profesor Encinas Moral, Ángel Luis, Fuentes históricas para el estudio de la emigración española a la URSS (1936-2007), Exterior XXI, 2008.

[4] «El hombre del siglo», artículo publicado en El País (España), el 16 de abril de 2007, con motivo del homenaje a Enrique Líster. Ver en: https://elpais.com/diario/2007/04/16/galicia/1176718702_850215.html.

[5] Alted Vigil, Alicia. «El exilio español en la Unión Soviética», Revista Ayer. p. 140-141. Ver en: http://www.revistaayer.com/sites/default/files/articulos/47-6-ayer47_ExiliosEspanaContemporanea_Lemus.pdf

[6] Utilizamos como fuente principal el libro de Encinas Moral, Ángel Luis, Fuentes históricas para el estudio de la emigración española a la URSS (1936-2007), Exterior XXI, 2008.

[7] «Rusia envió a 185 republicanos españoles al gulag sin juzgarlos». Diario de León, 20/10/2011. Ver en: https://www.diariodeleon.es/articulo/cultura/rusia-envio-185-republicanos-espanoles-gulag-juzgarlos/201110200400021208855.html.

[8] La historiadora Luiza Iordache es autora de libros sobre los españoles en la URSS como Cartas desde el Gulag; Republicanos españoles en el Gulag (1939-1956), y En el Gulag. Españoles republicanos en los campos de concentración de Stalin. Correo electrónico: luiza.iordache@gmail.com.

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¿ES VIABLE LA EUROPA DE LA DEFENSA?

Roberto Mansilla Blanco*

Imagen: centaur60 en Pixabay.

 

Tras las negociaciones directas en Arabia Saudita entre delegaciones de EEUU y Rusia con la finalidad de alcanzar un acuerdo en Ucrania, lo cual ha permitido entre otras disposiciones la reapertura del tráfico de mercancías en el mar Negro, París acogió una Cumbre por Ucrania el 27 de marzo entre los 27 países miembros de la Unión Europea (UE) y la OTAN y en la que se reafirmó el «compromiso europeo» para asistir militarmente a Ucrania.

La UE, concebida y construida a partir de 1950 como un espacio de paz, convivencia y estabilidad, ingresa en este 2025 en la discusión sobre su rearme y su capacidad defensiva. De «territorio de paz», Europa pretende súbitamente posicionarse como actor de guerra. La denominada «amenaza rusa» tras la invasión de Ucrania y el desinterés del presidente estadounidense Donald Trump en seguir prestando ayuda militar incluso vía OTAN son los argumentos más utilizados por los líderes europeos para justificar este rearme.

Puede que en Bruselas las élites europeístas, tan acomodadas en su espacio de confort, comiencen ahora a enterarse de la «nueva realidad» donde la carrera armamentista condiciona y presagia un cambio tectónico en los equilibrios geopolíticos globales así como en los programas de desarrollo y en las iniciativas tecnológicas aplicadas al ámbito militar. En todas estas variables, Europa aún no está a la altura de EEUU, de China o de Rusia.

En España observamos un áspero debate parlamentario sobre el Plan de Defensa presentado por el presidente de gobierno Pedro Sánchez, muy seguramente una reproducción del enviado desde Bruselas por la cada vez más todopoderosa presidenta de la Comisión Europea, Úrsula von der Leyen, convertida junto con el presidente francés Emmanuel Macron en la más entusiasta impulsora de esta carrera armamentista y de la deriva belicista europea contra Rusia. Dentro de la coalición de gobierno en Madrid, partidos políticos como Sumar y BNG no sólo rechazan este gasto militar sino que también exigen la salida española de la OTAN. Simultáneamente en Madrid se celebraba un Foro sobre la Defensa en la que un experto informaba que Rusia «produce en tres meses más artillería que Europa y EEUU juntas durante un año».

Más allá de los datos hay un hecho indiscutible: Rusia está militarmente más preparada para una eventual confrontación militar, sea contra la nueva Europa «militarista» o contra la OTAN, básicamente porque mantiene intacto su poderío nuclear, experiencia de combate y una serie de recursos militares, industriales y de recursos humanos concentrados en consolidar su defensa y seguridad nacional.

Si bien Moscú busca evitar cualquier clima de tensión con Occidente sin por ello renunciar obviamente a mantener firmes sus imperativos de seguridad ante cualquier provocación exterior, Europa parece apostar por la carrera militarista contra Rusia, de consecuencias imprevisibles, en vez de poner en marcha iniciativas diplomáticas de resolución de conflictos.

 

El razonamiento europeo: del «enemigo conveniente» a las «expectativas de conflicto»

A diferencia de Europa, visiblemente dividida en cuanto el compromiso de asistencia militar a Ucrania, la posibilidad de «resetear» las relaciones con Rusia y la necesidad de rearme, el Kremlin se muestra decidido a la hora de aumentar el gasto militar: se espera que para este 2025, Moscú aumente un 13,5% el gasto en armamentos. En China ocurre lo mismo: el presidente Xi Jinping anunció un aumento del 7% en defensa para este año.

A nivel europeo sólo Francia y Gran Bretaña, por ser potencias nucleares que cuentan con un importante conglomerado militar-industrial, tienen esa capacidad de defensa contra una amenaza exterior. No obstante, en la cumbre de París, el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, advirtió que ni Francia ni Gran Bretaña poseen por ahora la capacidad de sustituir a EEUU como líder de la Alianza Atlántica.

No obstante, el complejo militar-industrial francés y británico necesita ampliar su cartera de clientes y el rearme contra la «amenaza rusa» propicia esa expectativa. En el caso francés es más visible esta necesidad de búsqueda de clientes tras perder peso geopolítico, económico y militar en el Sahel francófono (Mali, Níger y Burkina Faso), países cuya reorientación estratégica se ha focalizado hacia Rusia y China. Por otro lado, este contexto de rearme europeo alienta a otros actores como Polonia, observada cada vez más como un socio estratégico clave para la defensa europea y atlantista contra esa presunta «amenaza rusa».

Ahora bien, ¿qué le espera a la Europa de la Defensa? Quizás aquí deberíamos analizar dos variables hipotéticas que pueden explicar el repentino viraje militarista y belicista de Europa: una de esas variables podría denominarse el «enemigo conveniente»; la otra podría definirse como la de «expectativas de conflicto».

¿Qué significa un «enemigo conveniente»? Como lo fue en el caso de la URSS durante la «guerra fría», para Occidente esta condición supone un actor con las siguientes características:

  • entidad política y estatal con legitimidad y capacidad de control de un vasto territorio;
  • suficientes capacidades militares, económicas, tecnológicas, de recursos humanos y naturales;
  • capacidad geopolítica y de alianzas internacionales para contrarrestar y desafiar las pretensiones hegemónicas occidentales, alterando así los equilibrios de poder y el estatu quo.

Para Occidente, Rusia y China entran claramente en estos parámetros sin menoscabar que otros actores de menor rango como Irán y Corea del Norte pueden igualmente ser incluidos en esta lista pero focalizados en contextos geopolíticos determinados, en este caso Oriente Medio y Asia Oriental. En este sentido, el concepto de «enemigo conveniente» determina la justificación por parte de Occidente de armarse ante una supuesta amenaza que ponga en riesgo no sólo su seguridad sino sus expectativas de equilibrio de poder.

La hipótesis del «enemigo conveniente» implica observar la segunda variable, la de las «expectativas de conflicto». La capacidad de amenaza de ese presunto «enemigo» supone calibrar inmediatos escenarios de tensión permanente con capacidad suficiente para convertirse en un conflicto armado.

En el caso de Rusia, esos escenarios serían:

  • Ucrania y el pulso ruso-occidental por mantener sus respectivas esferas de influencia;
  • Polonia y los países bálticos, miembros de la UE y de la OTAN;
  • Transnistria como república de facto dentro de Moldavia. La reciente e ilegal detención de la presidente de Gagauzia, Yevgenia Gutsul por parte de las autoridades moldavas presididas por la europeísta Maia Sandu podría explicarse como una provocación avalada desde la UE para profundizar las tensiones con Rusia;
  • las tensiones en torno al control sobre el mar Negro como paso estratégico hacia el Mediterráneo;
  • el Cáucaso y el espacio euroasiático, donde Moscú mantiene firmes sus esferas de influencia.

Para China, los escenarios de expectativas de conflicto para Occidente se resumen en:

  • Taiwán y las pretensiones soberanistas tanto de Taipei como de Beijing;
  • el sureste asiático y las controversias soberanistas en el Mar de China Meridional;
  • las expectativas de remilitarización de Japón y sus controversias históricas con China;
  • la península coreana;
  • Asia Oriental y los nuevos organismos geopolíticos y de defensa como el AUKUS (2021) impulsado por EEUU, Gran Bretaña y Australia.

Todos estos escenarios suponen conflictos potenciales donde se pondrán a prueba esas hipótesis del «enemigo conveniente» y de las «expectativas de conflicto» que, como en el caso de la «guerra fría», puede que nunca lleguen a materializarse en una confrontación directa.

Objetivo 2030

Para no perder peso ante sus respectivas poblaciones, las élites europeas necesitan justificar ese gasto militar condicionando a la población a seguir ese esfuerzo e incluso avivando el miedo social. La Comisión Europea ya anunció este 25 de marzo la aplicación de un manual de supervivencia para la ciudadanía en caso de emergencia por «crisis bélica, pandemias o desastre natural».

Desde Bruselas, Úrsula von der Leyen ansía una Europa militarmente potente para el año 2030. Rusia avanza precisamente en esa dirección para consolidar su gasto en defensa y sus imperativos en materia de seguridad. En esa dirección, Moscú está reorganizando recursos y planificando estratégicamente su doctrina de seguridad nacional.

Por otro lado, Rusia concibe el contexto actual con los mismos parámetros de «amenaza» (mucho más visibles en este caso) contra su soberanía y seguridad por parte de la OTAN y ahora de la propia UE, los cuales han venido expandiéndose hacia las fronteras rusas desde 1997. China comienza a fomentar igualmente esa idea con respecto a Taiwán, peón estratégico occidental en el contexto asiático cuyo objetivo es reducir la capacidad de influencia de Beijing.

Visto este panorama, el año 2025 anuncia el final de la UE tal y como la habíamos conocido hasta ahora. Con escasa experiencia militar, Bruselas observa ahora como imprescindible reagrupar todo tipo de capacidades militares, políticas, tecnológicas, científicas, económicas e incluso de formación académica para alcanzar la «autonomía estratégica» en materia defensiva.

El «rearme» europeo anuncia nuevos tiempos que algunos expertos califican como «post-normales», los cuales requieren de capacidad de anticipación para acometer escenarios volátiles y de incertidumbre. Pero este propósito aborda interrogantes inevitables: ¿tiene Europa realmente capacidad efectiva para acometer los retos estratégicos que se abren en materia militar, de seguridad y geopolítica para este siglo XXI?; o, por el contrario, ¿seguirá siendo un actor expectante y una mera comparsa dependiente de un EEUU que busca unilateralmente afianzar una hegemonía que se prevé en declive? En perspectiva, ¿tiene futuro la Europa de la Defensa?

 

* Analista de geopolítica y relaciones internacionales. Licenciado en Estudios Internacionales (Universidad Central de Venezuela, UCV), Magister en Ciencia Política (Universidad Simón Bolívar, USB) Colaborador en think tanks y medios digitales en España, EE UU y América Latina. Analista Senior de la SAEEG.

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BLASCO VÍSTEME DESPACIO, QUE TENGO PRISA

F. Javier Blasco*

Aunque algunos, y no pocos, lo hemos repetido hasta la saciedad, parece que nuestro mensaje no cala en los próceres ni en los medios de comunicación de toda Europa.

A pesar de llevar ochenta años viviendo de la sopa boba y esperando que el «primo» del otro lado de Atlántico aparezca en nuestra ayuda cada vez que nos veamos amenazados interna o externamente, y de que diversas fuentes de peso nos lo vienen avisando por activa y por pasiva, no hemos aprendido nada y ni siquiera hemos puesto los hitos fundamentales para solventar por nosotros mismos una situación de grave crisis.

Europa ha vivido el periodo más lago de paz en toda su historia, la guerra era algo lejano, ya casi olvidado, que no nos afectaba; ni siquiera cuando sus tambores y cañonazos retumbaran en los mismos oídos o en las propias fronteras. Pensábamos que el Tío Sam estaría al quite para cercenar cualquier pretensión externa o un expansionismo desmesurado por parte de algún socio cercano o perteneciente al mismo club de amigotes.

Poco a poco y por degeneración interna, la tantas veces cacareada y llamada UE se ha convertido en realidad en un club económico y social, dedicado a gastar dinero a espuertas, a legislar hasta como deben colgar los tapones de plástico de las botellitas de dicho material, a hablar de desnuclearización, de energías limpias, del coche eléctrico, de la protección del mundo animal y del rural en general y a freírnos de impuestos para todo aquel que ose mover su cabeza o salirse de la foto.

Han sido muchas las voces e iniciativas de diverso pelaje en materia de seguridad y defensa las que se han venido poniendo sobre el tapete desde hace más de una década. Iniciativas que, por diversos motivos, no han encontrado ni el eco ni el apoyo mínimamente necesarios para fructificar y convirtiese en algo real o al menos en el embrión de un ente fácilmente convertible en una organización o alianza militar mucho mayor que, en cualquier caso, fuera propia, exclusivamente europea y dotada de material más que suficiente y que no precisara de tecnologías o apoyos externos para su empleo y dirección. Materias estas que, de no asegurarse previamente, resultan muy engorrosas ya que siempre, y sin remedio, se traducen en grandes problemas si no se solventan de antemano.

Recuerdo que cuando era un joven comandante, estudiante de Estado Mayor en la Escuela de su nombre, los profesores de organización y de táctica siempre recurrían a hacernos resaltar y pensar en la conveniencia y exigencia de definir correctamente y en rellenar adecuadamente lo que se conoce como un Plan-Programa-Presupuesto.

En la fase primera del plan hay que definir concretamente las amenazas que debemos cubrir, identificar sus posibles avenidas y modos de actuación, cuantificarlas y enfrentarlas con nuestras posibilidades y capacidades tras una larga y detallada confrontación y comparación de unas capacidades contra las otras.

En esta fase es muy importante definir tanto los objetivos, como la doctrina de empleo y sobre todo la cadena de mando propia y, fundamentalmente, los puntos de no retorno.

Fase que si se hace de verdad y con toda sinceridad, nos dará muchas pistas sobre las posibilidades de éxito, ayudará a cuantificar nuevas necesidades en medios y material y, sobre todo, pistas sobre el grado de preparación y adiestramiento requerido a las fuerzas propias. Ni que decir tiene que es fundamental que al definir el material a emplear, también hay que fijar si es nuevo y quien lo va proporcionar, si unos pocos, o todos de forma conjunta.

Dichos planes derivaran en una serie variopinta de programas de selección y adquisición del material necesario, de búsqueda selectiva y entrenamiento de las topas necesarias y de sus reemplazos de sustitución, nos ayudaran a cuantificar el tiempo para la acumulación del material necesario y sobre la ubicación de los centros de instrucción y adiestramiento para simular de forma efectiva y conjunta operaciones de dicho nombre en cada país o combinadas con participación de fuerzas de varios países.

Una vez completadas y redefinidas, si fuera preciso, ambas fases, se llega al punto doloroso de comprobar que presupuesto es necesario y/o si debiéramos ajustarnos a uno ya definido previamente (como en este caso) y entonces ver si se cubren todas las necesidades en las cuantías requeridas, que puntos quedan en el aire, teniendo presente que si los posibles desajustes resultantes fueran insalvables, será preciso iniciar un proceso de nuevo, ajustarlo o desecharlo completamente.

Todo esto definido y dicho de forma esquemática y bastante sencilla, no es nada sencillo en realidad, tampoco hay que esperar a que se cumpla o cubra rápidamente y de dos plumazos. Si no se traza con limpieza, sinceridad y sin chovinismo alguno, el fracaso está servido sobre la mesa a la espera de los comensales. No se puede pretender usar material obsoleto en unos combates modernos, ni esperar a que el Primo Donald, se apiade de nosotros y cuando nos vea con el agua al cuello, acuda en nuestro rescate porque, sinceramente, yo no le veo muy decidido a hacerlo.

Cada miembro no puede aportar un material de todo tipo de calibre, dudosa precisión, variopinto modo de empleo y, sobre todo, si no contamos con ellos en las cantidades precisas y suficientes para alimentar combates de larga duración. En la actualidad Europa cuenta, aún en producción, con varios modelos de carros de combate y transportes oruga de tropas de diversa antigüedad, grado de protección, precisión de sus armas y tipos de ellas y sus calibres. Igualmente sucede con algunos modelos de helicópteros de ataque y de transporte; cosa que también ocurre con los medios aéreos de combate, transporte y con los de inteligencia cibernética y de guerra electrónica. Y, por último, pero no menos importante, en piezas de artillería y lanzacohetes,

¿Necesitamos una fuerza militar europea? Sí, pero no a cualquier precio; no se puede ni debe formar por aluvión como ha ocurrido con las ayudas europeas a Ucrania hasta la fecha ―de tan nefasto recuerdo y resultado―. Es de muy dudosa eficacia fijar una cantidad de millones al azar por muy desorbitada que parezca; hay que llevar, aunque sea de forma primaria y a falta de posteriores y sucesivas redefiniciones y refinos un plan-programa-presupuesto completo y eso como ya empezamos a ver y tal como dicen los británicos «no es una simple taza de café».

Las prisas nunca fueron ni son buenas consejeras y para ir a la guerra contra un coloso, que, aunque venido a menos, cuenta con apoyos directos e indirectos internos y externos de cierta enjundia y que, además, ha pasado a ocupar un lugar preferente en las relaciones con EEUU, hay que tener bien claro que es lo que queremos hacer y, lo que es más importante, si con los medios y la voluntad de combate que dispongamos, lo podemos hacer con suficientes garantías de éxito sin pillarnos los dedos.

Una ignominiosa derrota frente Putin sería el peor resultado de esta aventura, imposible de borrar; de ahí que se precise un buen planeamiento, medios suficientes y poca o nula precipitación. No vaya a ser que dicho resultado es lo que están esperando alguno o algunos en la complicada arena internacional.

 

* Coronel de Ejército de Tierra (Retirado) de España. Diplomado de Estado Mayor, con experiencia de más de 40 años en las FAS. Ha participado en Operaciones de Paz en Bosnia Herzegovina y Kosovo y en Estados Mayores de la OTAN (AFSOUTH-J9). Agregado de Defensa en la República Checa y en Eslovaquia. Piloto de helicópteros, Vuelo Instrumental y piloto de pruebas. Miembro de la SAEEG.