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CAMBIO CLIMÁTICO Y TERRORISMO EN IRAK EN TIEMPOS DE COVID

Estefanía Belén Ducasse*

 

 Imagen de David Peterson en Pixabay 

Introducción

La pandemia ocasionada por el covid-19, popularmente conocido como coronavirus, es el tema que centralizó los focos de atención en la primera mitad del año 2020. No obstante, incluso antes de que la pandemia se expandiera hacia Europa, Antonio Guterres, Secretario General de la Organización de Naciones Unidas (ONU), ubicaba al cambio climático como uno de los puntos más importantes para tratar el presente año. A esto se suma la advertencia de parte de la ONU, en febrero del 2020 sobre el rearme del Estado Islámico (ISIS) para abordar a Irak y Siria.

Irak cuenta con el antecedente de haber experimentado una simil guerra por el agua en el año 2014 mientras se conformaba como campo de batalla del Estado Islámico. Cuatro años más tarde, este grupo terrorista se ve disgregado y pierde varios territorios que había conquistado a lo largo del país. Sin embargo, la situación iraquí podría cambiar con el reagrupamiento de ISIS en busca de su revancha en el establecimiento del califato en Siria e Irak que advierte la ONU. Esto se presenta en el 2020 dentro de un escenario de disconformidad política de la población iraquí y una nueva ola de sequías en su territorio y pone nuevamente como foco de conflicto al agua. De esta forma, Irak se enfrenta con múltiples dificultades para garantizar la seguridad humana de su población. Como resultado, el cambio climático puede contribuir con las condiciones para la nueva conquista de un grupo terrorista en el territorio de Irak. Esto en un contexto de retiro de las tropas de las Fuerzas Armadas pertenecientes a la coalición anti Daesh ubicadas en Irak ante el pedido del parlamento iraquí en enero e impulsado, también, por el riesgo de la pandemia.

Escenario de Irak

La República de Irak se caracteriza por ser un área relativamente fértil dentro de Medio Oriente, una región conocida por su suelo árido. En el siguiente mapa se puede observar la geografía de Irak en la que las llanuras del Tigris y del Éufrates componen un terreno cultivable y con agua abundante. La zona de Chatt el-Arab, donde desembocan los ríos, forma un área pantanosa con abundancia de agua que riega grandes palmerales. Una condición similar la tiene la meseta de Al-Jazeerah que dispone de terreno cultivable pero, a diferencia de las zonas anteriores, sufre problemas de sequía. En contraposición con esto, el norte y noroeste se caracterizan por ser regiones montañosas en correlación con el oeste y suroeste que es desierto[1]. Sin embargo, el aceite crudo de petróleo es la exportación principal del país acaparando casi la totalidad de las exportaciones, Irak posee la quinta mayor reserva de petróleo del mundo y es el segundo mayor productor de la OPEP.

Mapa 1. Geografía de la República de Irak

Fuente: Maps Iraq (https://es.maps-iraq.com/irak-geografía-mapa)

Uno de los factores que tiene gran influencia en las problemáticas y la toma de decisiones de Irak es la amplitud de composición étnico-religiosa de su población. La religión preponderante es el Islam que concentra el 95% de los habitantes del país siendo en su mayoría chií (60-65%), y le sigue la rama sunni (32-37%), el 5% restante se divide en cristianos caldeos y asirios, yazidíes, sabeanos. Cabe destacar que a raíz de la diversidad poblacional del país, desde el año 2005 existe un acuerdo por el que el presidente debe ser kurdo, el presidente del Parlamento suni y el primer ministro shii[2]. A su vez, la población iraquí convive con fuerzas internacionales asentadas dentro de su territorio como las bases estadounidenses y personal de la coalición anti-Daesh, formada por un grupo de países europeos y Estados Unidos para combatir al Estado Islámico.

La economía en Irak progresó luego de la derrota del Estado Islámico por los esfuerzos de reconstrucción, demanda interna y mejores condiciones de seguridad así como mejoró el clima social y político. A pesar de estas mejorías, según UNICEF, uno de cada 4 niños son pobres y el acceso a la electricidad, combustible y agua es muy limitado. La tasa de desempleo es alta, especialmente en mujeres y jóvenes adultos, en un contexto en el que el Estado es el principal empleador[3]. En adición, con la llegada del coronavirus, la economía iraquí se vio estancada por la baja de la producción y la caída del precio del petróleo, con lo que las protestas políticas se mantienen latentes. 

Cambio climático y terrorismo

A pesar de que con el desarrollo de la pandemia se ha hablado sobre el efecto positivo en el cambio climático con la rotura de la “normalidad” en varios Estados, este fenómeno sigue existiendo y continuará avanzando. Diversos expertos enfatizan en el presente y el futuro del cambio climático junto con las consecuencias negativas sobre el suministro de agua y alimentos, sector agrícola y bienestar social, especialmente en Medio Oriente.

Una prueba de los efectos del cambio climático es la situación que tiene Irak respecto al agua. Ya para mediados del 2019 los niveles de los ríos iraquíes se redujeron a menos de una tercera parte de su capacidad normal. Dos de los ríos más importantes del país, Tigris y Éufrates, contienen el 98% del suministro de agua usado para saneamiento, irrigación y como bebida, y se espera que disminuyan su descarga en un 50% hacia el 2030. A su vez, el segundo lago más grande de Irak, el Lago Milh, prácticamente ya no existe[4]. Por ende, los suministros de agua más importantes del país de Medio Oriente están en peligro de agotarse dejando toda el área dependiente de formas secundarias de abastecimiento. Sumado a esto, la calidad del agua restante está deteriorada debido a la salinización que deviene, junto con la evaporación el agua, en la desertificación de un valor estimativo de 92% del territorio iraquí y en la pérdida de 100 km2 de tierra fértil por año[5].

Como consecuencia de la escasez y salinización del agua que viene de la mano de la degradación de la tierra, las tormentas de arena se vuelven más usuales lo que repercute en diversas áreas. Esta situación perjudica, por un lado a la industria de la aviación cuyos vuelos se tornan dificultosos y cuya maquinaria requiere mayor mantenimiento y, por el otro, afecta a la biodiversidad generando pérdidas en la vida silvestre y agricultura.

De esta forma, nuevamente confluyen en el escenario iraquí las amenazas del cambio climático y el terrorismo que, si bien fue en gran parte derrotado en el año 2018, la ONU advirtió sobre el posible resurgimiento de las actividades del Estado Islámico. Se debe considerar que con la aparición de la pandemia algunos grupos terroristas pudieron no hacerse visibles lo que no significa que desaparecieran sino al contrario, estos grupos se verán fortalecidos con el contexto actual. El Estado Islámico incrementó su presencia en redes sociales a causa del retraimiento de las actividades y desde abril recrudeció sus ataques en el territorio iraquí.

Aquí se considera terrorismo a aquellos “actos de violencia cometidos contra personas inocentes o no combatientes, con la intención de obtener fines políticos a través del terror y la intimidación”[6]. En este sentido, el Estado Islámico encontró en Irak un campo susceptible para implantar el califato utilizando las vulnerabilidades causadas por la diversidad en la composición poblacional, por la inestabilidad política y por los antagonismos entre los mismos habitantes.

Con la retirada de las tropas de la coalición anti Daesh a raíz del cese de actividad terrorista percibida en la zona y el coronavirus como valor agregado, el Estado Islámico tiene mayor libertad de acción. Según un informe de Adelphi, el cambio climático funciona como un “multiplicador de amenazas”, es decir, da lugar a un contexto en el que el terrorismo puede crecer debido a dos mecanismos principales: primero, contribuye a crear un ambiente frágil que permite al grupo terrorista operar en forma más libre y, segundo, impacta en forma negativa sobre el sustento de la población local de manera que facilita el reclutamiento de personas a estos grupos[7]. La reducción abrupta del caudal de agua genera la necesidad de abastecerse de este insumo elemental en formas alternativas de manera que ante un Estado que no logra saciar la demanda, un grupo terrorista puede ocupar el vacío de poder. De la misma forma, el impacto del cambio climático sobre el suelo junto con la proliferación de las tormentas de arena dificultan la actividad económica de los sectores más precarios, elemento que los grupos terroristas usan para conseguir integrantes a cambio de solventar sus necesidades.

Estos dos mecanismos se vinculan con tres tipos de relaciones causales entre el cambio climático, terrorismo y radicalización: las “causas instigadoras” se fundan en causas profundas del terrorismo que refieren a la pobreza, desigualdades entre grupos sociales, entre otros; los “factores permisivos” refieren a elementos que facilitan los actos de violencia como los vacíos de poder de un Estado; y los “eventos precipitantes” son los desencadenantes finales del acto de violencia, por ejemplo, un desastre natura[8]. Por ende, estos mecanismos y relaciones causales aglutinan los fundamentos por los que Irak se conforma como un escenario ideal para la proliferación del terrorismo en un contexto de cambio climático. Este Estado de Medio Oriente presenta una inestabilidad política instalada junto con profundas desigualdades económicas y sociales, condiciones que se ven exacerbadas por la vulnerabilidad ocasionada por la falta de agua y la pérdida de recursos y por un Estado que no garantiza la seguridad humana de sus habitantes. Estas causas componen las condiciones propicias para que un grupo terrorista ocupe el vacío de poder, sacie necesidades y aumente sus filas. De esta forma se puede ver que la confluencia de variables que caracterizan la realidad iraquí proporciona las bases para que el Estado Islámico se asiente y busque continuar con su objetivo de establecer un califato.

Tanto el cambio climático como un grupo terrorista como el Estado Islámico no quedan restringidos a límites políticos sino que son amenazas transnacionales. Esto conlleva a que puede tener repercusiones en el ámbito doméstico e internacional, es decir, la realidad producto de los efectos ocasionados por estas amenazas puede generar migraciones masivas hacia otros países e incluso conflictos a raíz de la lucha por los recursos perdidos a causa del deterioro ambiental, por ejemplo el agua. 

Conclusiones

La República de Irak atraviesa una situación doméstica propicia para la proliferación de grupos terroristas y esto se debe, en parte, a los efectos que tiene el cambio climático en el país, lo que no solo afecta al suelo y recursos naturales como el agua sino que repercute en los habitantes. A raíz del cambio climático, se ven truncadas algunas actividades económicas, sumado a la dificultad de obtener insumos básicos como el agua. Por otro lado, la debilidad estatal no garantiza la seguridad humana de su población. En este contexto, los grupos terroristas hacen uso de la disconformidad, necesidades insatisfechas y vacíos de poder para conseguir seguidores al grupo.

Esta condición se ve reforzada con la figura del coronavirus siendo que como efecto colateral de las decisiones tomadas durante la pandemia el precio del petróleo cayó y las actividades del país junto con él. La retirada del Estado Islámico en 2018 junto con el repliegue de las tropas anti Daesh sumado a que la pandemia ocasionó que la población en general se resguarde, devino en el fortalecimiento de este grupo terrorista y el retorno a sus ataques.

En conclusión, el cambio climático junto con un Estado que no puede responder a las necesidades de la población generan las condiciones propicias para la actuación y crecimiento de grupos terroristas. Por otro lado, se da lugar a estudiar otra línea dentro consecuencias de la relación entre ambas amenazas transnacionales como es la generación de un conflicto entre países limítrofes por los recursos y las migraciones masivas en pos de mejores condiciones de vida.

 

* Investigadora en CEMOC – CARI.

 

Referencias

[1] Oficina de Información Diplomática del Ministerio de Asuntos Exteriores (2017), Ficha país: Irak, <http://www.exteriores.gob.es/Documents/FichasPais/IRAQ_FICHA%20PAIS.pdf>.

[2] Ibídem.

[3] Nordea Trade. Iraq: Economic and Political Overview. Nordea, <https://www.nordeatrade.com/fi/explore-new-market/iraq/economical-context>.

[4] Karasik, T. y Spezia Depretto, J. “Climate Change Is Exacerbating Iraq’s Complicated Water Politics”. ECC Platform Library, 14/08/2019, <https://www.climate-diplomacy.org/news/climate-change-exacerbating-iraq%E2%80%99s-complicated-water-politics>.

[5] Ibídem.

[6] Bartolomé, M. La Seguridad Internacional en el año 10 D.G.(después de la Guerra Fría). Buenos Aires: Instituto de Publicaciones Navales, 1999.

[7] Adelphi. Climate change will see terrorism thrive. 2016, <https://www.adelphi.de/en/publication/insurgency-terrorism-and-organised-crime-warming-climate>.

[8] Telford, A. “A climate terrorism assemblage? Exploring the politics of climate change-terrorism-radicalisation Relations”. Political Geography, volume 79, May 2020, 102150, <https://doi.org/10.1016/j.polgeo.2020.102150>.

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LA MADRE DE TODOS LOS MALES BOLIVIANOS: LA CORRUPCIÓN

Franklin E. Alcaraz Del C.*

 

Imagen: by Getty Images

No es nuevo. Todos los bolivianos estamos asqueados de la corrupción. ¿Por qué persiste? Aparece un candidato que jura, rejura y requetejura que luchará contra la corrupción…y sus dependientes, con la señal de la cruz y la mano en la Biblia, jurando por la Patria y “lo más sagrado” … roban, extorsionan, mienten, engañan… en fin. ¿Que antes “también había corrupción”? ¡Claro que sí! ¿Quién lo niega? Que la corrupción del MAS fue descarada, sucia, cínica y probablemente la más grande de la historia de Bolivia. Claro que sí. ¿Alguien puede meter la mano al fuego por ese conglomerado de corruptos? No creo. Ni los mismos masistas. Entonces ¿qué falta? ¿Leyes contra la corrupción? Tampoco creo. Tenemos, por ejemplo, desde el 7 de febrero de 2009, un Ministerio de Transparencia Institucional y Lucha contra la corrupción” (DS N.º 29894) o, desde el 22 de julio del mismo año, tenemos también una Política Nacional de Transparencia y Lucha contra la corrupción (DS N.º 0214); tenemos la Ley 004 del 31 de marzo de 2010 de Lucha contra la corrupción, enriquecimiento ilícito e investigación de fortunas ´Marcelo Quiroga Santa Cruz’. Paradójicamente, el gobierno probablemente más corrupto, promulgó todas las leyes y disposiciones anteriormente mencionadas, que además las cita para dejar establecido que fue el gobierno que luchó más contra la corrupción. Para aclararlo: no funcionó. Punto. Hay más disposiciones anteriores que, a la luz de los hechos, tampoco funcionaron. ¿Qué falla entonces?

No hace mucho, hacíamos nuestras compras, con mi esposa, en el mercado Abasto de Santa Cruz. Delante de nosotros, iba una pareja con un niño de unos 11-12 años de edad. De pronto el niño levantó un walele (plátano) de una vendedora distraída. Le mostró a su papá: “Papá, papá, mirá, mirá, me levanté este walele de acá…” Y el papá: “Qué bien hijito, comételo”. El padre, y la madre que miraba con indiferencia, sabían que el niño había robado el walele, pero lo que dijeron fue estremecedor: “Qué bien hijito…” ¿Se darían cuenta que estaban (¡están!) formando un corrupto en potencia? ¿No era su deber hacer que el niño, por nimio que parezca, devuelva el walele pidiendo disculpas? ¿No debían los padres decirle al niño, por lo menos: “Hijito eso no se hace”?

No son solo las leyes las que nos sacarán de la corrupción. Es, pero tampoco solo, la educación también.  Y no solo la educación digo, porque, si la educación se la aprende en casa, debe consolidarse con la instrucción en la escuela. Porque la presión de grupo en la escuela (de los amigos) en los colegios y universidades es increíblemente fuerte, como lo saben psicólogos y psiquiatras. La presión de pares (así se llama técnicamente) es capaz de destruir lo aprendido en la familia.

¿Y en el colegio y las universidades? ¿Se aprende ética, por ejemplo? Ah, no. ¿Los abogados? ¡Ups! Creo que ahí toco un tema sensible y sin decir absolutamente nada, creo que todos saben de lo que hablo. Y otra vez, no solo los abogados. Todos los profesionales. ¿Qué falla entonces? Ya va apareciendo la mayor deficiencia. Sí, la educación y la instrucción son la mayor deficiencia que tenemos.

Así que, si el sistema de justicia es lo más podrido que tenemos, su completa reestructuración no va a solucionar el problema, si no va acompañado de un fuerte programa de educación e instrucción a todo nivel. Pero sobre todo en los hogares, las familias, la escuela, el colegio, las universidades, las instituciones, en fin, todo y en todas partes. Lo que frenó, frena y frenará el progreso del país, es la corrupción. La corrupción es la madre de todos nuestros males.

 

* Médico, investigador, ensayista y escritor. 

Tomado de El Deber, Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, https://eldeber.com.bo/187472_la-madre-de-todos-los-males-bolivianos-la-corrupcion

 

DAR A CADA UNO LO SUYO

Marcos Kowalski*

 

De todas las definiciones que se han dado de Justicia, quizá, la más conocida es aquella expresada en el siglo III de nuestra era por el jurista Ulpiano, quien decía que “la justicia es la constante y perpetua voluntad de dar a cada uno su propio derecho”. Una máxima que también fue defendida por Santo Tomás de Aquino en la elaboración tomista a la Filosofía del Derecho, es preciso destacar ante todo el carácter estricto y explícitamente universal que adquieren los principios de justicia en su ética. Basadas en las enseñanzas de Aristóteles acerca de lo justo por naturaleza donde ya es posible encontrar las bases teóricas de un cierto universalismo de la justicia, un universalismo que no se encuentra explicitado en cuanto tal y menos desarrollado. Cosa que si realizara Santo Tomás de Aquino.

Cuando Tomas, al comentar el passus aristotélico en el que se hace referencia a lo justo natural, desarrolla la doctrina de los principios prácticos en materia de justicia, escribe que Aristóteles “muestra lo justo natural según su causa cuando dice que dicho justo natural no consiste en lo que a uno le parece o no le parece; es decir, no se origina a partir de alguna opinión humana sino de la naturaleza. Pues, en lo operativo hay ciertos principios naturalmente conocidos, a modo de principios cuasi indemostrables y lo que está próximo a ellos, tales, como hay que evitar el mal; que nadie debe ser dañado injustamente y otros similares” pero, ¿es posible evitar el mal? ¿es posible entender el problema del mal y el dolor desde la sola razón fuera de la teología? Cornelio Fabro, quien ha sido y sigue siendo una de las voces más ilustres del pensamiento tomista, trata el misterio del mal en la vida de los hombres y, entre otras cosas, dice: “Respecto a lo que el hombre espera de la vida, la existencia le ofrece balance negativo, o se sufre por los propios males o se sufre por los problemas de los otros o se sufre doblemente, por los unos y por los otros. Se trata de males de todo género y a todo nivel de la existencia: males que afectan a los pequeños y a los jóvenes, a los adultos y a los ancianos, a los inteligentes o a los vivos, a los obtusos y a los simples, a los santos y a los malvados… La avalancha de males no conoce barreras ni distinciones, aun cuando afecte de diverso modo a unos y otros”.

Cornelio Fabro, desde Kierkegaard, encuentra en sus textos un sentido de abandono a la suerte como la forma más alta en que el hombre puede relacionarse con Dios. Admite con insistencia que la filosofía no resuelve, no puede resolver, el problema del mal, peor aún, la filosofía, ha hecho de todo para oscurecerlo confiándolo al no ser.

Pero en lo que a justicia se refiere, el ser dispone de su libre albedrio, aun afectado como dice Fabro por el mal, la búsqueda del bien en el reparto de potencia e impotencias para dar a cada uno lo suyo se manifiesta en la libertad.

La libertad revela así al ser humano como trascendente, coincide con la personalidad y por consiguiente con la esencia misma del hombre. La libertad no es algo que se posea, una simple “propiedad” de la naturaleza humana, ni tampoco un principio al cual se llegue o reconozca por deducción. La libertad es aquel inicio absoluto y radical del cual emergen y convergen —como su primer núcleo y su fondo último— todas las actividades humanas. Sin la libertad los actos del hombre carecerían de figura, fisonomía, significado y valor.

Y es a partir de esa libertad, ejercida mediante el libre albedrio que la humanidad construye la justicia, a partir de lo justo por naturaleza, que es de donde surge la moral del hombre. Kierkegaard comprende que la justicia busca afianzar lo “suyo” en cuanto “suyo”, asumido bajo la forma de una exigencia. La justicia sirve para reclamar y defender lo “propio”. En la justicia hay algo de “egoísmo”, pero como se asienta en lo debido, en lo justo por naturaleza, lo “propio” resulta legítimo.

Pero ¿cómo se construye en la sociedad moderna la Justicia? Se buscan diseñar instituciones que puedan hacer realidad la emancipación del género humano que, según Fichte, es un imperativo para todo ser racional. La propuesta de Fichte es novedosa para su época porque fundamenta una concepción de la justicia en el sentido que adquirirá esta palabra en el siglo XIX. Es decir que Fichte entiende que el Estado debe redistribuir los bienes según el criterio de las necesidades vitales, pero teniendo en mente el derecho inalienable de los ciudadanos a llevar su vida privada según la concepción de la buena vida que quieran sostener en cada caso.

Como diría Jorge Biturro, el hombre busca llevar su cuerpo por un lugar seguro, con sus cosas y en miras a desarrollarse, a dimensionarse en una sociedad justa, busca diseñar instituciones que puedan hacer realidad la emancipación del género humano que, según Fichte, es un imperativo para todo ser racional y que sucede con el agotamiento de las energías utópicas y la eventual aparición de un contexto mucho más conservador en el plano político.

Estas instituciones, se reúnen en el Estado que es la forma de administrar las sociedades humanas, que organizadas, constituyen “el pueblo”. Conforme a esto se define al pueblo como un ente cuyo modo de ser es el Estado, entendiendo así que el pueblo también existe entre la retención del pasado y la expectación del futuro. La presencia del pueblo ha de concebirse como existiendo siempre desde el pasado hacia el futuro. La manera mediante la cual el pueblo retiene el pasado y espera el futuro es el Estado, que tiene, el deber de dar lugar a la tradición.

Por lo tanto, en la teoría fichteana el Estado debe garantizar que los ciudadanos no lleguen a padecer una situación tal de pobreza que los lleve a depender del arbitrio de los demás, para poder sobrevivir. De este modo, Fichte argumenta que quienes estén en una situación de vulnerabilidad estarán a merced de las interferencias arbitrarias de los demás. Fichte intenta también reducir la posibilidad de que algunos ciudadanos acumulen tal cantidad de poder o de riqueza que los habilite para reducir la libertad de los demás, estableciendo relaciones de dominación.

El ser humano como dice en su famosa encíclica Libertas el Papa León XIII, donde definía a la libertad del hombre como ese “don excelente de la Naturaleza, propio y exclusivo de los seres racionales que confiere al hombre la dignidad de estar en manos de su albedrío y de ser dueño de sus acciones”. Esto es lo principal de la libertad, el ser dueño de sus actos, cosa que sucede sólo con el hombre y no con el resto de los animales.

Es también solo el hombre el que se organiza socialmente con instituciones que regulan la interacción de esa libertad constituyendo los Estados, organizándose en Pueblos, superando el amontonamiento de las manadas o masas desorganizadas, estos Pueblos con sus Estados constituyen las Naciones, que aseguran que el pueblo comparta su historia, costumbres y tradiciones, en definitiva, que reciba “lo suyo” que no es otra cosa que la nacionalidad.

Hemos dicho en montones de oportunidades que el hombre tiene un sentido de trascendencia que, como dice Luigi Giussani, constituye su sentido religioso, pero también influenciado por su tierra, su territorio, por el amor al suelo del rincón geográfico en el que habita un sentido patriótico, un sentido Nacional, un sentido de pertenencia a la Patria.

Pero ¿qué es la Patria? El mismo León XIII, en la Encíclica Sapientiae Christianae, luego de afirmar que “el patriotismo pertenece a los deberes del orden natural”, enfatizaba que: “…la ley natural nos impone la obligación de amar especialmente y defender el país en que hemos nacido y en que hemos sido criados, hasta el punto de que todo buen ciudadano debe estar dispuesto a arrostrar incluso la misma muerte por su patria […]. Hemos de amar a la patria que nos ha dado la vida temporal”.

Este común denominador esencial de la Patria, está dado, pues, por una objetividad natural y por una objetividad ética, es decir, por el orden natural y la moral. Y ambas objetividades adquieren en el cristianismo la plenitud de su significado. Y lo adquieren hasta tal punto que el Papa San Pío X pudo decir que “si el catolicismo fuera enemigo de la Patria, no sería una religión divina”.

En su último discurso público antes de ser asesinado Jordán Bruno Genta decía: “cuál es la Nación que yo quiero. Es una Nación como aquella que ya existió”. Y la nación que ya existió, la que existe y la que existirá es la Patria, para los argentinos, negada por nosotros mismos, a veces rechazada por creer que es responsable del mal reparto de potencias e impotencias que realizan los gobernantes de turno, porque pensamos que no recibimos en nuestra Nación lo “nuestro” la sentimos, nos duele y hasta la rechazamos.

Hoy debemos reconquistar nuestra Patria, debemos volver a sentirnos reflejados en sus símbolos, debemos volver a enarbolar con orgullo la bandera argentina y debemos hacer primar la Justicia que proporciona la Libertad del Pueblo.

En efecto, la Nación como unidad social depende de un sinfín de factores algunos materiales como la geografía, la economía; otros formales como la religión, un ideal histórico común, y la lengua, que nos une a todos, la convivencia reclama una ligazón colectiva y ésta es fruto de una emoción común bajo el influjo de un ideal. La adhesión a una particular visión del mundo es el elemento espiritual que hace posible la fusión social o unión de los ánimos, Nos hace posible constituirnos en Nación y consolidarnos con nuestros ascendientes y descendientes, con nuestra Historia y con nuestro devenir en una Patria de argentinos.

Como decía Lucio Anneo Séneca,

Todo lo que por ley universal se debe sufrir, se ha de recibir con gallardía del ánimo; pues al asentarnos en esta milicia, fue para sufrir todo lo mortal, sin que nos turbe aquello que el evitarlo no pende de nuestra voluntad. En reino nacimos, y el obedecer a Dios es libertad.

Ese es el sentimiento que debe primar en todo patriota al propender una Patria justa, donde cada uno reciba lo suyo.

 

* Jurista USAL con especialización en derecho internacional público y derecho penal. Politólogo y asesor. Docente universitario.

Aviador, piloto de aviones y helicópteros. Estudioso de la estrategia global y conflictos. 

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