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LUZ, CÁMARA, ACCIÓN – A LA BÚSQUEDA DE AMIGOS Y SOCIOS

Iris Speroni*

¿Quiénes son nuestros amigos? ¿Quiénes nuestros socios? ¿Quiénes deberían serlo? Esas son las preguntas a hacernos.

 

Nuestra clase dirigente tiene la mente fija en un pasado que no existe más. No sólo es una visión obsoleta, sino contraproducente. El noratlantismo (EEUU+Unión Europea) no es más el centro del universo.

Comentario previo: el artículo tiene varias notas al pie, que explican (o tratan) las afirmaciones vertidas. Sin perjuicio de ello, se puede leer sin recurrir a las mismas.

 

La Argentina debe pensar su comercio exterior en el marco de su política general de relaciones exteriores. O al revés. Pensar sus relaciones exteriores en base a sus intereses comerciales.

Los intereses políticos e ideológicos y los comerciales no siempre coinciden, por lo cual es una línea fina que se debe sortear. Hay que pensar y pensar mucho, para no equivocarse.

Argentina durante un siglo tuvo de principal socio comercial a Europa [1]. Por razones culturales y lazos comerciales del siglo XIX y primera mitad del siglo XX, la dirigencia argentina siempre ha mirado a Europa como socio político y comercial. Hace mucho que eso no es verdad.

Durante los viejos buenos años de intercambio comercial argentino con Europa (1890-1950), los argentinos supimos transformar esa riqueza en:

    • enriquecimiento de las familias (no de la oligarquía como erróneamente expone la izquierda, sino los pequeños patrimonios personales: la casita, el almacén de ramos generales, la fábrica de ladrillos, la flota de camiones, mandar al hijo a la facultad, comprar el campo si se arrendaba, genética animal, maquinaria agrícola, maquinaria metalmecánica, etc.) y,
    • gran inversión pública: miles de escuela-palacio en todo el país, hospitales que eran de punta en su momento, el Instituto Malbrán (1916), universidades, fundación de ciudades, edificios públicos, palacios de tribunales, teatros, FFAA bien pertrechadas y formadas.
El divorcio

A partir de la década del ‘50, la entonces Comunidad Económica Europea decide autoproveerse de alimentos [2].

Es por todo esto que la segunda mitad del siglo XX es, en comercio exterior, un largo peregrinar en el desierto para nosotros, los argentinos. Inventamos lo imposible e intentamos todo. Encerrarnos sobre nosotros (substitución de importaciones), en una reproducción especular de la demencia europea. No funcionó. Buscar nuevos mercados (exportamos carne a Sudáfrica y Rusia); funcionó a medias.

Mientras Henry Kissinger explicaba que quien controla los combustibles y los alimentos, controla el mundo, los gobernantes argentinos se abocaron a reducir las producciones de ambos [3].

Y de repente todo cambió

A principios del siglo XX China ingresó como compradora al mercado mundial de alimentos en particular y de materias primas en general (combustibles, minerales). Con sus excedentes de exportación compró (y compra) oro y bonos de los tesoros norteamericano y europeos.

Al tiempo ingresaron al mercado mundial como demandantes India, Indonesia, Viet Nam, Pakistán.

Empujaron a la suba los precios de alimentos, forraje, combustibles y minerales. Es un ciclo largo que está para quedarse. Y gran parte del comercio y el poder internacional mutó del Atlántico Norte (EEUU+Europa Occidental) a Asia.

En ese lugar estamos.

Nos quedamos en el andén

Argentina ya desperdició 20 años de bonanza, con la cual hubiéramos podido construir nuestro capital privado y público.

En el siglo XXI la clase política no dejó que los privados se armaran de su capital y no invirtió en bienes públicos [4].

Todo ese dinero desapareció.

El superávit comercial de 189 mil millones de dólares 2000-2022 se esfumó.

El Futuro

Según los intercambios comerciales de 2022, nuestro principal socio comercial como grupo es el Mercosur y como individual, Brasil. Esto sucede, en gran parte, porque al tener arancel cero, el comercio se desvía a Brasil [5].

El segundo socio es China, con quien tenemos un gran déficit. Dos razones: exportamos poco (no tenemos excedentes de carne de cerdo, el gobierno deja exportar carne vacuna con cuentagotas, otros productos no son competitivos por el tipo de cambio —vino fino—, o sin inversión suficiente —cereza, frutas finas, acuicultura—) y subvencionamos las importaciones con un tipo de cambio barato, lo que hace que el mercado nacional se inunde de baratijas donde el Estado pone la mitad del precio. Sin un tipo de cambio subsidiado, si el importador pagara el precio real, gran parte de las importaciones chinas de productos terminados bajaría notablemente. De todas formas la apuesta tiene que ser a crecer y no a caer. Deberíamos exportar U$D 4.000 millones de carne porcina [6], U$D 4.000 de quesos, ver que la pesca sea exportación local y no captura por izquierda. Con dos o tres toques podemos compensar la balanza comercial.

El tercer socio comercial es EEUU. Exportamos varias cosas, desde aluminio, petróleo crudo a carne vacuna (!). Es un muy buen indicio. Históricamente el intercambio entre nosotros fue pequeño. Es una relación comercial que hay que cultivar y las oportunidades para crecer, de ambas partes, son abrumadoras.

Los países de la Unión Europea no tienen peso en forma individual pero el bloque constituye un poco más del 20% del intercambio total de nuestro país. Con la tesitura extremadamente restrictiva del bloque, parece difícil acrecentar los volúmenes, y tal vez ni valga la pena la energía que esto implica. Están llenos de requisitos, desde dominar sobre el Amazonas hasta cómo tratamos a los pueblos indígenas. Tal vez sea mejor destinar toda esas horas-hombre de negociación a mercados más benignos, como son Medio Oriente, el Magreb y la estrella: el sudeste asiático. Eso no quita que uno cumpla con las formalidades y los protocolos, en caso de que los europeos bajen un poco las pretensiones.

Chile es un muy buen cliente nuestro y hay que conservarlo.

Las niñas bonitas de nuestro comercio exterior, con quien tenemos superávit, además de Chile, son el Magreb, Medio Oriente, India, Vietnam más el resto del sudeste asiático. No sólo eso, sino que lo que exportamos actualmente es sólo una fracción de nuestras posibilidades.

Dos mercados posibles con poco volumen actual: países asiáticos de la órbita norteamericana (Japón, Corea del Sur, Taiwán) y África sub-sahariana. Podrían ser grandes clientes nuestros. Es cuestión de ponerse el mameluco. En el caso de alimentos con los países asiáticos citados, tienen altos estándares sanitarios. Paraguay ya está en proceso de verificación. En el caso de África, es saber qué necesitan y mejorar la oferta. Es un mercado en crecimiento (algunos son petroleros, otros exportan a China e India y cuentan con recursos).

Resumen

La nueva política de Relaciones Exteriores y Comercio Exterior necesita un cambio de la estructura mental de los gobernantes. O un cambio de gobernantes.

Necesitamos que quien esté al frente de los destinos de la Nación se saque el embeleso por los países del Atlántico Norte (EEUU+Unión Europea). Dejar de ser alcahuetes abyectos. Por varias razones:

    1. porque un país de la OTAN tiene ocupado parte de nuestro territorio,
    2. porque la UE es un cliente difícil y nuestro intercambio es deficitario,
    3. porque existe un mundo mucho más grande ahí afuera.

Debemos ingresar a los BRICS. El futuro está ahí. Son nuestros clientes, nos apoyan en la ONU por nuestros reclamos en Malvinas, creen que somos gente valiosa (lo dijo con claridad el presidente chino hace unos meses). Con cautela y sin casarse con nadie, es por ahí.

Continuar el intercambio con países de América Hispana (Chile y Perú son muy buenos clientes).

Aumentar las exportaciones a Medio Oriente y Magreb. Tener representaciones comerciales sólidas, permanentes y con recursos, asistir a todas las ferias, dar a conocer nuestros productos, entender sus necesidades, fomentar en lo posible.

Abrir África.

Aumentar el comercio con Japón. Las nuestras son economías complementarias con enorme potencial, tenemos una historia de amistad desde la segunda presidencia de Roca a hoy. Es un mercado para cortejar.

Pero uno no puede entender el comercio exterior en el vacío sino con sus limitantes geopolíticas, culturales, religiosas, militares.

Por lo tanto creo que la base debe ser volver a las fuentes de política internacional que estableció el presidente Roca: amigos de todos, casados con nadie. ¿Nosotros? Neutrales. Esta línea internacional nos permitió sobrevivir relativamente indemnes ambas guerras mundiales.

Objetivos comerciales

Plantearse como primer objetivo llegar a los U$D 300.000 millones anuales de exportaciones, para luego aspirar a U$D 500.000 millones. 

Lograr amplios excedentes de balanza comercial. Invertirlos en oro y plata (reservas), infraestructura y pertrechos para las FFAA, las cuales deberán estar en su mejor nivel posible por una sola razón: no ser arrastrados a ninguna guerra que las potencias provoquen.

No van a ser las actuales autoridades (FdT o JxC) quienes planteen esto a la población. Hacerlo requiere enormes cambios internos que no están dispuestos a promover. Para llevar las exportaciones de carne de U$D 4.000 millones anuales a U$D 40.000 millones, tenemos que triplicar el rodeo. Para poder hacerlo hay que:

    • Reactivar FFCC.
    • Dejar que el sector privado invierta en frigoríficos en todas las localidades del interior.
    • Que los privados tengan rendimientos suficientes los cuales justiquen el riego e inversión en instalaciones.
    • Tener un dólar competitivo.
    • Invertir dineros públicos en caminos rurales. Sacar los impuestos al combustible.

Son una gran cantidad de cambios concatenados que los actualmente enquistados en el poder no van a realizar.

Podemos ir caso por caso con las aberturas de aluminio, las cerezas, muebles de madera, arvejas, miel, o material quirúrgico. Todo requiere un ordenamiento distinto del país opuesto al que ambas coaliciones gubernamentales nos ofrecen: tipo de cambio atrasado, alta tasa de interés (Leliqs), emisión para cubrir gasto público, planes sociales para mantener a la mitad de la población en negro, no invertir ni una moneda en infraestructura, controlar el precio de los alimentos para que la población no los ahorque. Esta película la conocemos. Es la que vemos desde hace décadas.

Otra Película

¿Y si filmamos esta otra, la que yo propongo, aquélla en que exportamos el triple, la gente gana U$D 1.400 mensuales de promedio, hay pleno empleo, poblamos el interior; hay caminos rurales, FFCC, puertos, flota; y somos todos felices?

Luz, cámara, ¡Acción!

* Licenciada de Economía (UBA), Master en Finanzas (UCEMA), Posgrado Agronegocios, Agronomía (UBA).

 

Notas

[1] Contrariamente al mito popular de que el único destino de las exportaciones era Gran Bretaña, ésta recibía aproximadamente el 50% del total. El destino del otro 50% era mayormente Europa Continental y Brasil.

[2] Varios factores influyen en esa decisión. El miedo al hambre sufrido en la segunda guerra mundial, la necesidad de apaciguar a los votantes del interior agrícola francés, darle un mercado cautivo a la industria química de fertilizantes y a la metalmecánica de maquinaria agrícola alemana. Así De Gaulle logró consolidar una parte de su base electoral y Alemania alambró un mercado cautivo. Ganar-Ganar.

Esa decisión fue catastrófica en varios frentes. Los primeros damnificados fueron los países proveedores de alimentos a los países de la CEE (EEUU, Argentina, Uruguay). La cantidad de damnificados se amplió cuando el Reino Unido ingresó a la Comunidad. Por esa acción quedaron afuera, además, Canadá, Australia y Nueva Zelanda; los que fueron beneficiados por un período de adaptación de 10 años en el cual gozaron de cuotas decrecientes. 

Debido a los altos subsidios a la producción, la zona de CEE comenzó a tener excedentes (granos, manteca, aceites, carnes) los cuales vendieron a precio dumping en el mercado, generando distorsiones; o lo “donaron” a África vía organismos internacionales.

En el primer caso el precio dumping perjudicó aún más a los países productores genuinos, ya nombrados. Tuvimos (EEUU, CAN, AUS, NZ, ARG, URU) no sólo que salir a buscar nuevos mercados sino a competir con productos europeos subsidiados. Una pesadilla.

En el segundo caso, lo que en un primer momento puede verse como un gesto de buena voluntad y caridad cristiana (“donamos alimentos a los países pobres de…”), en realidad provoca una ruptura gravísima y a veces irreparable de las estructuras productivas internas de los lugares de destino. ¿Qué hace un labriego congoleño cuando el gobierno reparte trigo/maíz gratis entregado por FAO/UNICEF/etc.? Quiebra. Pierde su tierra. Debe emigrar a la ciudad.

A EEUU no le fue mejor. Los estados productores de alimentos se vieron largamente perjudicados por la política europea. Tuvo enormes consecuencias internas que resurgieron brutalmente durante la campaña electoral de 2016 la cual dio por ganador a Trump. Sin embargo se trata de movimientos internos de décadas de maduración. Los estados productores de alimentos perdieron importancia política y económica dentro de la Unión, al sufrir una retracción del precio relativo de su producción. El gobierno de EEUU, a través de la influyente Secretaría de Agricultura, ensayó diferentes soluciones para evitar las quiebras masivas de productores: subsidios directos, biodiésel y alconafta como forma de estimular la demanda y así subir el precio, compras para el sistema de seguridad social (en 2016 los EEUU tenían 50 millones de planes sociales). Aún, a pesar de todas las políticas aplicadas, esos estados perdieron (hasta ahora irreversiblemente) el poder que mantenían hasta mediados del SXX. Esto fortaleció a las aristocracias de Nueva Inglaterra y la Costa Oeste y desplazó a la insignificancia al Sur y al Medio Oeste.

[3] Por más de 70 años no hubo ninguna política seria de aumentar la producción agropecuaria y las políticas energéticas fueron más que volubles, llenas de marchas y contramarchas.

El presidente Perón, en 1973, en la presentación del Plan Trienal, sostuvo que debíamos abrazarnos a la actividad agropecuaria y ser líderes mundiales en la exportación de alimentos. Llevar riego a las zonas áridas, convertir todo el Chaco en una zona fértil y regada (un tomo entero del Plan Trienal está dedicado al Chaco), triplicar los rodeos vacunos, ovinos y caprinos. Generar excedentes exportables de carne vacuna mediante la sustitución en el mercado doméstico con carnes rojas de otros animales. En fin, todo se dijo en tiempo y forma.

[4] Ni siquiera hay caminos rurales. Ni siquiera compran forraje para la vaca que les da la leche y que tienen atada.

[5] Ejemplo: si un VW en Brasil sale U$D 12.000 y en Alemania U$D 10.000, pero en el primer caso tengo arancel cero y en el segundo 30%, entonces tengo que el brasileño cuesta U$D 12.000 [U$D 12.000 x (1+0%)] y el alemán U$D 13.000 [u$D 10.000 x (1+30%)]. Termino comprando a Brasil cuando es un producto más caro (y probablemente de peor calidad). En situación no deformada de comercio compraría el auto en Alemania. Gran parte del comercio con Brasil se explica por este “desvío”.

[6] Hecha por productores locales en granjas de no más de 200 madres y si es posible 50, para darle lugar al pequeño y mediano productor.

 

Notas relacionadas

2022: el año que no estuvimos en peligro

https://restaurarg.blogspot.com/2023/02/2022-el-ano-que-no-estuvimos-en-peligro.html

Una ventana al mundo

http://restaurarg.blogspot.com/2022/10/una-ventana-al-mundo.html

Exportar es el único boleto a la prosperidad

http://iris-speroni.blogspot.com/2018/12/exportar-es-el-unico-boleto-la.html

 

Fuente

INDEC – Comercio exterior – Vol. 7, n° 1. Intercambio comercial argentino – Cifras estimadas de diciembre de 2022

https://www.indec.gob.ar/uploads/informesdeprensa/ica_01_23044100BE61.pdf

 

Artículo publicado originalmente el 11/02/2023 en Restaurar, http://restaurarg.blogspot.com/2023/02/luz-camara-accion-la-busqueda-de-amigos.html

2022: EL AÑO QUE NO ESTUVIMOS EN PELIGRO

Iris Speroni*

Visita oficial de Cristina Fernández a Viet Nam.

La decisión de continuar con la deuda pública, rifar las reservas, emitir a lo loco y tener dólar atrasado artificialmente tiene enormes consecuencias en la vida real.

 

El INDEC publicó los datos de las exportaciones e importaciones argentinas del 2022 (1).

En 2022 logramos el máximo histórico de exportaciones: U$D 88.446 millones.

Vamos a desmenuzarlas un poco. Pero antes, un poco de historia.

Exportaciones 2000-2021

Fuente: INDEC.

Como verán, en azul, el máximo de exportaciones se dio en el año 2011 (reelección de Cristina Fernández) con U$D 82.981 millones. Desde entonces no pararon de caer (hasta 2020), o simplemente no crecer, debido —a mi entender— por un tipo de cambio retrasado que desestimula las exportaciones.

Dicho de otra manera, si el gobierno, a través del BCRA, no manipulara el tipo de cambio, éste sería más alto y las exportaciones llegarían a triplicar o quintuplicar el volumen actual. 

A partir del 2021 suben las exportaciones nuevamente, parte por caída del consumo local, parte porque se abrieron nuevos mercados en Asia, parte porque hay que compensar el enorme déficit comercial que tenemos con China, (la exportación de carne puede ser parte de esa solución), parte porque mejoraron los precios internacionales por la guerra en Ucrania.

Fuente: INDEC.

En estas más de dos décadas, Argentina tuvo superávit de la balanza comercial. Sólo tres años fueron de déficit (en rosa en el cuadro). Por lo tanto tendríamos que tener el BCRA reventando de dólares. Al menos con U$D 183.482 millones más que hace 20 años.

Deberíamos estar en la misma situación que Paraguay, Bolivia, Uruguay y Brasil, que como nosotros tienen crecimiento de las exportaciones y superávit comercial; con la diferencia que ellos sí poseen reservas crecientes en sus bancos centrales; a diferencia nuestra, que brillan por su ausencia.

Además, no tienen inflación.

¿Cómo es posible que esos cuatro países tengan macroeconomías estables -sin inflación, con crecimiento de reservas, con caída de deuda externa -; más crecimiento del PBI y mejora de la calidad de vida de sus habitantes, mientras que nosotros seamos los únicos que no? 

Creo que ése y no otro debería ser el principal reclamo a nuestros gobernantes. ¿Por qué no pueden hacer lo que todos los otros integrantes del Mercosur – a veces con menos recursos que nosotros – sí pueden?

Exportaciones 2022

El país exportó U$D 88.446 millones en 2022, el máximo en la historia de nuestra Patria.

Es para celebrar.

Cierto que con otro manejo macroeconómico por parte de las autoridades, hubiéramos, con mucha facilidad, podido superar ese número. La omisión no es menor: mayores exportaciones es más trabajo y más prosperidad para la población. La decisión (bipartidaria) de continuar con la deuda pública, rifar las reservas, emitir a lo loco y tener dólar atrasado artificialmente (para que a los amigos le aproveche) tiene enormes consecuencias en la vida real: atraso, pobreza, estancamiento, vulnerabilidad, falta de infraestructura.

Aun así, contra toda traba instalada por quienes gobiernan nuestro país —los que dan la cara y los otros—, el país produce, el país exporta. Detrás de ambas acciones hay millones de argentinos que se levantan a las cinco de la mañana, que aprenden un oficio, que perfeccionan su arte, que diseñan, que invierten, que arriesgan, que sueñan y que venden. A todos ellos, mi homenaje y agradecimiento.

Argentina, durante el gobierno de Alberto Fernández, logró su máximo histórico de exportaciones [1].

De esos U$D 88.446 millones, nada queda en el BCRA. Gran parte se fueron en importaciones (verdaderas o simuladas) de productos subsidiados por el dólar a mitad de precio; parte en pagar intereses de deuda y los “préstamos” del BM y BID; parte en viajes subsidiados al exterior para beneficio de las clases medias, en su mayoría empleados públicos; parte para manipular el mercado cambiario paralelo —el precio del blue lo controla la mesa de dinero del BCRA—; y parte, simplemente, se fue.

Nuestros socios comerciales

Nuestro principal cliente es Brasil. Hasta acá no hay novedades. El segundo es China. Con ese país tenemos un fuerte déficit y hay que reconocer que ha hecho un gran esfuerzo por equilibrar el comercio entre ambos países al incorporar nuevos productos al comercio bilateral.

El tercero es EEUU. Es una buena noticia. Históricamente fue un país reacio a comprarnos. Esa tendencia cambió en el último tiempo. Aun así tenemos déficit neto (importamos más que exportamos).

Chile es un tradicional cliente nuestro. Países Bajos es la puerta de entrada a la Unión Europea. Manzanas y peras con destino final a Grecia o Italia pueden entrar por los puertos holandeses.

India, Indonesia y Vietnam son mercados nuevos que no paran de crecer. Empezó con el viaje de la presidente Cristina Fernández a Vietnam y se consolidó con los tratados comerciales firmados por el presidente Mauricio Macri. Lo que demuestra que si hay políticas de Estado, no hay límite.

Corea es un cliente que puede crecer (es destino de exportaciones de carnes paraguayas).

Dentro del “Resto” está el norte de África (Magreb+Egipto). Es un destino con enorme potencial. Uruguay provee al Magreb y a Medio Oriente de carne de oveja (que nosotros casi no exportamos). Tanto el norte como el África Subsahariana podrían ser grandes clientes de maquinaria agrícola, insumos pecuarios (alambre, bebederos, molinos, bombas, tanques australianos); farmacéutica veterinaria, y servicios veterinarios y de ingeniería agrónoma. En África hay una revolución productiva y ya existen grandes lazos, en particular en el renglón servicios (asesoría de ingenieros agrónomos y veterinarios; software de uso agronómico). A eso se le puede sumar gran cantidad de productos finales. Pero, para que eso sea posible, el tipo de cambio debe hacer competitivas nuestras exportaciones.

INDEC – Comercio Exterior – Vol. 7 nº 1, pág. 27.

En resumen: podemos venderle más a nuestros clientes tradicionales y conquistar nuevos mercados. Para eso necesitamos mejorar la calidad; pero por sobre todas las cosas, estabilidad macroeconómica.

 

Las cosas que vendemos

El INDEC divide los productos exportados en “primarios” (minerales, animales en pie, granos), manufacturas agropecuarias (aceite, lácteos, carnes procesadas), manufacturas industriales (cajas de cambio, cubiertas, material quirúrgico) y combustibles.

Es una división con la que no estoy de acuerdo. La inventaron los soviéticos y la usan todos en el mundo (incluido los EEUU). Me parece obsoleta y que no representa la realidad. Ejemplo: ¿Cuánta urea se necesita para producir una tonelada de semilla de girasol? ¿Qué tiene de primario lo que requiere una enorme inversión en insumos? ¿Cuántos dólares en transporte hay invertidos en una tonelada de algodón del Chaco? Pero vaya uno a explicar esas cosas a los cabezas de piedra que siguen colgados en la década del ’50 del siglo pasado.

A continuación presento el cuadro del INDEC donde muestro los principales rubros de exportación.

Casi el 25% de las exportaciones son granos y oleaginosas. U$D 1500 millones en pescados y mariscos. Casi el 10% del total son aceites (Argentina es uno de los principales exportadores del mundo), más de U$D 4.000 millones en carnes (es un buen avance respecto a las épocas de prohibición de exportar), tortas y pellets de soja (forraje para animales, es lo que queda luego de extraer el aceite) U$D 13.000 millones. Han mejorado las exportaciones de lácteos y quesos. Es sólo una fracción de nuestro potencial pero estamos mejor que años anteriores.

En los industriales, casi U$D 8.000 millones de la industria automotriz y autopartes (altamente deficitario), U$D 2.600 millones oro y otros, U$D 6.000 millones en productos químicos.

En cuanto al combustible, aumentaron las exportaciones, no lo suficiente para compensar las importaciones, pero en franca mejora respecto a años anteriores. Hago notar que exportamos crudo e importamos refinados. Conclusión: hay que invertir en refinerías de petróleo: las que tenemos no son suficientes [2].

Propuesta

Existen numerosos rubros que pueden crecer y mucho: lanas procesadas; algodón, hilados y tejidos de algodón; frutas; carnes no bovinas; pesca; maquinaria agrícola; autopartes; industrias del vidrio, metalmecánica y química. Las exportaciones de cuero son irrisorias e inexistentes sus manufacturas (marroquinería, calzado, talabartería). Con la fama que la Argentina tiene en deportes ecuestres, principalmente polo, deberíamos exportar fortunas en monturas, aperos, botas. Son trabajos especializados muy bien pagos (o deberían). Nuevamente, con un dólar a $ 180 es imposible. Retomar la senda de las exportaciones de vino. Ofrecer a contraestación frutas y carnes de animales pequeños. Invertir en refinar combustibles. Repensar todo el negocio de la pesca, la estructura actual no nos sirve. En cuanto a los lácteos, sólo en queso el objetivo debe ser U$D 4.000 millones anuales. Nuevamente, casi no exportamos maquinaria agrícola, cuando podríamos hacerlo en magnitudes de miles de millones. Incentivar la industria farmacéutica veterinaria.

Es cuestión de analizar renglón por renglón, hablar con las cámaras de cada sector e idear un plan. Nada de subsidios o créditos o exenciones impositivas caso por caso. Ésa es la solución De Mendiguren/Massa que sólo sirve para crear peajes en la secretaría de Producción.

A los que producen y venden hay que dejarlos en paz. Sólo preguntar qué necesitan. Verán que las respuestas serán dos en todos los casos: tipo de cambio e infraestructura de transporte. Otros agregarán reducción de impuestos.

En menor medida, si son pequeños, ayudarlos a presentarse en las ferias comerciales en el exterior.

Con tipo de cambio competitivo e infraestructura de transporte que ande, caminan solos.

Futuro

Vivimos un ciclo largo favorable a la Argentina. Tenemos por delante 50 años de crecimiento si lo sabemos explotar. Producir lo que el mundo pide y está dispuesto a pagar buenos precios. Producir y exportar: alimentos (agropecuarios y pesca), combustibles y cuidar el agua y el medio ambiente, tal como nos aconsejó el presidente Perón en 1973. Si finalmente hacemos eso, llevamos el rodeo a 200 millones de animales, cuidamos la pesca y renovamos toda la infraestructura de transporte de cargas: nadamos todos en prosperidad.

Museo del Prado, Pedro Pablo Rubens, «Tres ninfas con el cuerno de la abundancia».

* Licenciada de Economía (UBA), Master en Finanzas (UCEMA), Posgrado Agronegocios, Agronomía (UBA).

 

Referencia

INDEC– Comercio exterior – Vol. 7, n° 1. Intercambio comercial argentino – Cifras estimadas de diciembre de 2022

https://www.indec.gob.ar/uploads/informesdeprensa/ica_01_23044100BE61.pdf 

 

Notas

[1] Lo que voy a comentar a continuación es totalmente anecdótico, pero llama la atención la falta de habilidad del gobierno para usar a su favor lo que debería ser razón de festejo. Debe ser por su sesgo antiexportador y pro financiero. El negocio del gobierno es el BCRA, no la producción. No valoran el trabajo —más allá de los discursos públicos— y por lo tanto, no entienden la importancia de este hito.

El otro tema por el que creo que no hacen mucha alharaca es porque todo ese dinero entró al país y así como entró, salió.

Explicarle a la población que exportamos “un montón” pondría al gobierno en una posición incómoda: ¿entonces dónde está el dinero? En particular, porque el BCRA no lo controla ni el kirchnerismo ni el albertismo, está en manos de la UCR capital desde Alfonsín hasta hoy con excepción del gobierno de Menem (Pou y Roque Fernández). El gran negocio de la Argentina no es producir y exportar; es controlar el BCRA.

[2] Como simple curiosidad, los principales compradores de petróleo crudo son: Estados Unidos, Emiratos Árabes Unidos, Brasil, Países Bajos, Chile. EEUU, Emiratos (todos exportadores de combustible) nos compran crudo.

 

Lecturas relacionadas

Una ventana al mundo, http://restaurarg.blogspot.com/2022/10/una-ventana-al-mundo.html

Exportaciones – pidamos a los reyes magos, http://restaurarg.blogspot.com/2021/08/exportaciones-pidamos-los-reyes-magos.html

Estrategia, http://restaurarg.blogspot.com/2021/04/estrategia.html

Estrategia II, http://restaurarg.blogspot.com/2021/04/estrategia-ii.html

Vendemos proteínas,http://restaurarg.blogspot.com/2019/10/vendemos-proteinas.html

 

Artículo originalmente publicado el 04/02/2023 en Restaurar, http://restaurarg.blogspot.com/2023/02/2022-el-ano-que-no-estuvimos-en-peligro.html

UNA VENTANA AL MUNDO

Iris Speroni*

Argentina acumuló un superávit comercial externo de U$D 183.482 millones en lo que va del siglo.
 ¿Dónde está ese dinero?

Veamos los números del comercio exterior argentino. A quién le vendemos. A quién le compramos. Qué cosas. Por cuánto dinero. Quiénes son nuestros socios. Con quien interactuamos y definitivamente, cuán importantes —o cuán poco importantes— son otros para nosotros.

¿Es importante Francia? ¿Quién es más importante para la Argentina, Francia o Viet Nam? ¿Podemos mandar a freír espárragos a Macron? ¿A qué costo? Nos sirve de algo firmar el acuerdo Mercosur-Unión Europea. Es lo que trataré de dilucidar.

La verdadera política es la política internacional. La base, —si bien no es la única razón a tener en cuenta—, es el comercio entre naciones.

Para poder saber cómo hay que votar en la ONU cuando Juancito quiere sancionar a Pedrito, tenemos que conocer con quién tratamos y qué gravitación tiene cada país respecto a nosotros.

Acá hay dos temas a tener en cuenta: a quién le exportamos y si ese comprador es fácilmente sustituible en caso de desacuerdos. Por lo general, la venta de “commodities”, (ventas a granel), se hace al mercado en general y si alguien se ofende y no compra, otro lo hará. Distinto es cuando se trata de productos específicos. Ejemplo de esto último: las ventas del INVAP. No cualquiera compra un reactor nuclear para uso medicinal. Tiene un largo proceso de preventa, venta y postventa y complicados contratos. Si uno es tachado de la lista de proveedores, va a costar —aunque no es imposible— encontrar un comprador sustituto.

Con todo este preámbulo en mente, entremos a los datos.

Nuestros principales compradores

Exportaciones 2021 principales socios en millones de dólares y porcentaje respecto al total. Fuente: INDEC, elaboración propia.                  

País Comprador          Millones US$                     %

Brasil                             11.777                    15,1%

China                              6.299                      8,1%

Estados Unidos                 4.999                      6,4%

India                              4.301                       5,5%

Chile                              4.182                       5,4%

Viet Nam                        3.226                       4,1%

Países Bajos                    2.986                       3,8%

Perú                              1.998                       2,6%

Indonesia                       1.866                       2,4%

España                            1.849                      2,4%

Resto                            34.451                     44,2%

Total                                 77.934                      100,0%

Viet Nam es nuestro sexto cliente en importancia. Francia no figura.

Las exportaciones argentinas han crecido a paso sostenido en lo que va del siglo XXI (desde US$ 26.543 MM en el 2001 a US$ 77.934 veinte años después, en el 2021). Ha sido consecuencia de los cambios en el comercio internacional entre otras razones por el ingreso de China como gran importador de materias primas, alimentos y forraje.

Brasil conserva el lugar de primer comprador. China es nuestro segundo cliente, si bien nuestro comercio con ellos es altamente deficitario. La novedad es EEUU como cliente nuestro e India y Viet Nam como nuevos mercados. La relación con Chile es de larga data.

Figuran los Países Bajos (Holanda) como destino de poco menos del 4% de todas nuestras exportaciones. El puerto de Rotterdam (Holanda) es uno de los puntos de ingreso a la Unión Europea y de ahí se distribuye por tierra por todo el subcontinente. Europa es básicamente un comprador de forraje para sus animales. Voy a repetir algo, a riesgo de aburrir: Europa decidió no comprarnos más alimentos a partir de la década del ‘50 del siglo pasado. Ese es el origen de nuestros problemas de falta de divisas de la segunda mitad del siglo XX —que ahora no tenemos—, porque no pudimos substituirlos como destino de las exportaciones. En esa época lo que era la Comunidad Económica Europea decidió producir su propio alimento y no importarlo. El problema —de ellos— es que objetivamente no tienen las condiciones necesarias para autoabastecerse. Comenzaron a ser importadores de forraje (*) para sus animales mientras prohibían —mediante altos aranceles— la importación de carne a Europa. Nos perjudicó a nosotros, pero también a Uruguay, Australia, Nueva Zelanda, Canadá y EEUU. DELICATESSEN.

Nuestro desafío para la próxima década es substituir a Holanda, Alemania y España como proveedores internacionales de carne de cerdo y lácteos. En ese camino ya está invirtiendo fuertemente Brasil (**).

¿Qué exportamos?

Nuestros productos fueron mutando en los últimos 20 años. Por ejemplo, EEUU en las últimas décadas nos compra aluminio y cítricos, como novedad.

Debido al retraso cambiario, no mejoran las exportaciones de nuestros productos industriales. Un claro ejemplo es el de maquinaria agrícola, que hoy sólo exporta una mínima fracción respecto a años atrás.

Imaginen qué haríamos los argentinos si el gobierno no jugara en contra.

Si tuviéramos un tipo de cambio sincerado, las exportaciones industriales superarían ampliamente las agroindustriales.

Qué vendemos.
Qué cosa le vendemos a cada uno. Principales clientes, por producto, 2021.
Principales destinos de los cinco rubros citados.

Exportaciones 2021 productos y participación en el total

                  

Complejo Exportador            Millones de US$          Participación (%)

Soja                                          23.841                             30,59%

Maicero                                       9.295                              11,93%

Automotriz                                   7.100                               9,11%

Petrolero-químico                           5.208                               6,68%

Carne y cuero bovinos                    3.608                               4,63%

Triguero                                       3.488                               4,48%

Oro y Plata                                   2.908                               3,73%

Pesquero                                      1.990                               2,55%

Girasol                                          1.334                               1,71%

Lácteo                                          1.164                              1,49%

Siderúrgico                                     1.117                              1,43%

Farmacéutico                                 1.062                              1,36%

Uva                                             1.053                              1,35%

Maní                                             1.042                              1,34%

Cebada                                            943                               1,21%

Forestal                                            861                              1,10%

Aluminio                                            664                              0,85%

Textil                                                487                              0,62%

Limón                                               463                               0,59%

Porotos                                             410                               0,53%

Avícola                                              340                               0,44%

Peras y Manzanas                               331                               0,42%

Tabacalero                                         252                               0,32%

Papa                                                 243                               0,31%

Miel                                                   223                               0,29%

Azucarero                                           217                               0,28%

Arrocero                                             215                               0,28%

Litio                                                   207                               0,27%

Olivícola                                              172                               0,22%

Resto sector frutícola                             163                               0,21%

Ajo                                                     146                               0,19%

Resto sector hortícola                               94                               0,12%

Cítricos excluido limón                               85                               0,11%

Té                                                        81                               0,10%

Yerba Mate                                            79                               0,10%

Equino                                                   70                               0,09%

Arándanos y frutos similares                       68                               0,09%

Garbanzos                                              34                              0,04%

Otros minerales metalíferos                        28                                0,04%

Plomo                                                    18                                0,02%

Resto de exportaciones                          6.828                                8,76%

 Total                                                         77.932                                  100,00%

Algunas consideraciones: el complejo exportador de un producto abarca todo lo relacionado con el mismo. Cuando se habla de soja, comprende el poroto (del 10% al 20% del total, según el año), el aceite de soja y las “tortas” o “pellets”. Estos últimos se usan de forraje —lo que importan nuestros no amigos europeos para sus animales—; se trata del desecho de la prensada de la fabricación de aceite.

Pellets de soja. Forraje.
Torta de soja. Forraje.
Exportaciones mundiales de Aceite de Soja. Argentina principal exportador mundial. 2020.

De igual forma el complejo maicero incluye maíz en grano, aceite, burlanda (residuo luego de la prensada), alcohol, etc.

Aunque las exportaciones automotrices (productos terminados y autopartes) sean voluminosas, el complejo es altamente deficitario (importa más de lo que exporta).

En algunos casos se podría quintuplicar o más la producción y exportación respecto a los volúmenes actuales en diversos rubros sin demasiado esfuerzo: carne, lácteos, trigo (trigo, harina, fideos, galletitas, etc.), girasol. Si eso no sucede es exclusivamente por trabas que imponen los gobiernos, los cuales crean un embudo hacia la soja.

El sector siderúrgico podría exportar mucho más si el tipo de cambio no estuviera falsamente subvaluado. Aun así superó los mil millones de dólares el año pasado.

Entre el maní y la cebada se exportan US$ 2.000 millones. El maní es en más de un 70% proveniente de Córdoba; es uno de los más valorados del mundo por su calidad. El principal destino de la cebada es China.

Si bien el oro y la plata casi llegaron a los US$ 3000 millones de exportaciones el año pasado, no guarda relación con otras producciones que: a) son renovables, b) no tienen externalidades negativas, c) no requieren de importación de insumos (químicos y maquinaria), d) pueden ser auditadas para evitar el fraude fiscal, e) demandan mano de obra. La minería se caracteriza por: i) burlar los controles aduaneros, ii) falsificar las DDJJ para los pagos de impuestos provinciales, iii) dejan tierra arrasada cuando terminan, iv) dan poca mano de obra, v) alto coeficiente de importación de insumos. Sin embargo los políticos aman la minería aurífera. ¿Por qué será?

Podríamos exportar carne, queso y cuero de cabra con relativa facilidad como alternativa para el NOA, Cuyo, norte de la Patagonia Andina, Santiago del Estero y Córdoba (***). Se trata de un recurso renovable que daría miles de puestos de trabajo y prosperidad a gran cantidad de propietarios minifundistas. Sin embargo, los políticos privilegian la minería. Es una pena.

Las exportaciones de té de 2021 fueron US$ 81 MM. La mayor parte proviene de Misiones. El BCRA se quedó con la mitad (US$ 40 MM). El BCRA le roba a los más vulnerables de la Argentina, a los misioneros. Mal rayo los parta a todos.

Saldos comerciales

¿Cuántas veces escucharon “faltan dólares”? ¿Cuántas veces escucharon “necesitamos los dólares para crecer”? ¿Cuántas veces escucharon la expresión “restricción externa” de la boca de nuestros políticos?

Ahora bien ¿existe esa “restricción”. Es más, ¿Faltan dólares en Argentina? Veamos los números del siglo XXI.

Como verán del 2000 al 2021 el excedente de balanza comercial fue de US$ 183.482 millones de dólares. Sí, más de la mitad de la deuda externa. Si hay algo que sobra en Argentina, son dólares. No hay razón alguna para que exista deuda externa ni deberle dinero al FMI, ni al Club de París ni a nadie.

Considerando que tenemos un superávit acumulado de US$ 183 mil millones, creo que es hora de que metamos presos a unos cuantos. Por mentirosos. Por ladrones.

Este es el superávit del siglo XXI, año a año.

Como se puede observar, excepto 2015, 2017 y 2018 que fueron deficitarios, todo el resto de los años presentaron superávits comerciales.

Observaciones. Hubo déficit en el último año de Cristina Fernández (cuando el BCRA vendía dólares a $ 10 que en realidad valían $ 15) y en el gobierno de Macri (que nos endeudó en dólares para poder malvenderlos en el mercado local y así “controlar” el dólar).

Probablemente esa política es la que hizo perder a Scioli y no renovar a Macri.

Los asesores les aseguran que “hay que controlar” el dólar para ganar elecciones y sucede todo lo contrario. Que sirva de aprendizaje. El déficit comercial hace perder elecciones.

Resumen

Entender el comercio argentino internacional es lo que nos va a dar la pauta para pensar el país futuro. También para desenmascarar mentiras de nuestros gobernantes. Lloran impotencia, “no se puede”, “el mundo nos juega en contra”, “faltan dólares”, para justificar su inoperancia o corrupción.

Argentina es un país rico. Argentina es un país poderoso. Argentina es un país lleno de posibilidades, próspero y fecundo. No hay razones objetivas para estar endeudados ni que haya pobres.

Son datos puros y duros. No es relato. No es fantasía.

Nuestro único problema son nuestros gobernantes.

 

Notas

(*) Europa importa el 70% de su forraje, lo que los hace altamente dependientes del exterior. Si los países que les venden (EEUU, Brasil, Argentina, Paraguay, Ucrania, Rusia) dejaran de hacerlo, deberían sacrificar millones de animales.

(**) En Argentina el negocio, en cambio, es perjudicar a los productores, ya sean tamberos o criadores de cerdo. El negocio es siempre chiquitito: quedarse con parte del margen del otro, por lo general el pequeño y atomizado. En vez de exportarle leche, yogur, leche en polvo y quesos al mundo, el negocio es pagarle monedas al tambero y además a 30, 60 y 90 días. El negocio, en vez de faenar y exportar miles de millones de dólares de carne fresca de cerdo al mundo es importar carne de cerdo de Brasil a mitad de precio (porque compran el dólar a mitad de precio al BCRA —y de paso algo de sobrefacturación de importaciones, digamos todo—) y así mandar a la ruina a los criadores de cerdo locales que reinvirtieron millones de dólares en crecer al 8% en el último lustro.

Es la diferencia entre una visión estratégica (Brasil) y un gobierno de hombres grises y mediocres (Argentina).

¡Qué falta de hambre de gloria que tienen! ¡Caramba!

(***) El comercio mundial de carne de cabra en el 2020 fue de US$ 320 MM. Sus principales compradores son los países de Medio Oriente (con Arabia Saudita a la cabeza), Extremo Oriente y EEUU (US$ 73 MM). Los exportadores principales son Australia y Nueva Zelanda (40%), Kenia y Etiopía (35%) y Francia y España (10%). Con poco esfuerzo podríamos estar ahí. El comercio de lana de cachemira (de cabra) es de 429 MM US$ (Mongolia) y los compradores son Italia y Reino Unido. El comercio mundial de cuero de cabra es de US$ 368 MM. El de queso de cabra azul es de US$ 628 MM.

Sólo para dar una idea de cuánto podría crecer el NOA si pusiéramos energía en eso, en lugar de otorgar exenciones impositivas a la minería.

Comercio de carne fresca de cabra, 2020.
Comercio mundial de lana de cachemira, 2020.
Comercio Mundial de piel de cabra, 2020.

Comercio Mundial de queso azul (cabra), uno solo de las numerosas variedades existentes. 2020.

Fuentes

Comercio Exterior, Volumen 6, Número 4, Complejos Exportadores, INDEC.

https://www.indec.gob.ar/uploads/informesdeprensa/complejos_03_22BE7DF71128.pdf

Comercio Exterior, Volumen 6, Número 1, Intercambio comercial argentino, INDEC.

https://www.indec.gob.ar/uploads/informesdeprensa/ica_01_223173EDC303.pdf

Comercio Exterior, Volumen 6, Número 16, Intercambio comercial argentino, INDEC.

https://www.indec.gob.ar/uploads/informesdeprensa/ica_09_22F5409DE21E.pdf

Comercio Exterior, Volumen 6, Número 15, Origen Provincial de las Exportaciones , INDEC.

https://www.indec.gob.ar/uploads/informesdeprensa/opex_09_22C981250541.pdf

INDEC. Sistema Georreferenciado. Origen Provincial de las Exportaciones

https://opex.indec.gov.ar/index.php?pagina=mapa_dinamico

 

 

Notas relacionadas:

DELICATESSEN

http://restaurarg.blogspot.com/2021/11/delitatessen.html

DEUDA PÚBLICA

http://restaurarg.blogspot.com/2022/08/deuda-publica.html

 

Artículo publicado originalmente el 01/10/2022 por Restaurar.org, http://restaurarg.blogspot.com/2022/10/una-ventana-al-mundo.html