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FOTÓGRAFOS DE GUERRA

Revista Tiempo GNA*

El poderoso efecto que logran las fotos, quedó una vez más demostrado cuando Margaret Thatcher vio la foto donde un grupo de soldados ingleses con las manos en alto, que caminaban bajo las indicaciones de un buzo táctico de la Armada Argentina. No dudó y furiosa decidió que debía recuperar las islas Malvinas para lavar esa afrenta. 

Lo que viajan a los infiernos

Son muy pocos los fotógrafos capaces de trabajar en medio de un combate donde fluye la adrenalina y se huele a deflagración de pólvora. A veces camina por un lugar que parece tranquilo, de pronto escucha un silbido y no tiene ni tiempo de arrojarte al suelo porque el proyectil ya ha explotado; una nube de polvo se le metió en los ojos y le cae encima una lluvia de piedrecillas. Tuvo suerte, está sordo pero ileso, a pocos metros, hay cuerpos destrozados.

Ser fotógrafo de guerra es un estilo de vida, se debe tener coraje y mucha pasión. Existen hombres y también mujeres que realizan este trabajo peligroso, saben que deben estar psicológicamente preparados para enfrentarse a sus pasiones, sus miedos y documentar lo que nadie cuenta. El estrés es tan grande que hacen terapia previa y posterior a una guerra. Actualmente compiten con los miles de soldados que también llevan un teléfono celular y registran hechos de importancia. La única diferencia es que el militar debe ocupar sus manos llevando el fusil, combatir y pensar en sobrevivir; en cambio el fotógrafo de guerra es un profesional que sólo lleva una o dos cámaras. Sabe que debe acercarse a límites peligrosos para que la foto pueda valer muchos dólares (algunos murieron por eso) por lo que un teleobjetivo es muy necesario. A los fotógrafos de guerra les suelen disparar al tratar de tomar imágenes durante un combate, en especial por guerrilleros y en menor grado por soldados del otro bando. La Resolución 1738 del Consejo de Seguridad de la ONU exige a los Estados que garanticen la seguridad de los periodistas en situaciones de conflicto y reclama a los medios de comunicación su neutralidad. Por ello, los corresponsales de guerra jamás deben vestir el uniforme de ningún bando en conflicto. Si van a una zona de guerra debe conocer como desenvolverse con los militares y como proceder en un combate. Tendrá que hacerlo con un equipo básico de chaleco antibalas y casco, en el que se vea claramente que se trata de un fotógrafo civil. Exhibir todo el tiempo credenciales de periodista o fotógrafo puede significar que no lo maten ni lo secuestren. Durante la guerra los políticos afirman cosas mientras que los fotógrafos suelen mostrar una realidad totalmente diferente.

Los militares siempre tratarán de interferir con las informaciones que recogen los periodistas. Pero la censura nunca funcionó en ninguna de las guerras: tarde o temprano se sabe la verdad.

Hoy la tecnología miniaturizada ayuda a romper el aislamiento. En el conflicto Irak-Afganistán, los periodistas ocultaban los teléfonos satelitales en cualquier hueco para que no les sean confiscados. Hay una gran diferencia entre un fotógrafo “freelance” con otro que trabaja para una agencia periodística muy importante. Éstas equipan a sus fotógrafos con teléfonos con conexión a internet de alta velocidad, cuentan con dinero para el transporte, tienen contactos locales y traductores, incluso seguro médico y de vida.

Son pocos los fotógrafos independientes que pueden competir con ellos.

Mujeres fotógrafas de guerra

Las mujeres también se sumaron a esta profesión, como la francesa Catherine Leroy (21), quien cubrió gran parte de la guerra de Vietnam. Fue paracaidista y con la 173˚ División Aerotransportada tuvo saltos de combate obteniendo buenas fotos. Cuando fue capturada, los jefes militares de Vietnam del Norte se sorprendieron con esta joven rubia de 50 kilos, porque no coincidía con el perfil masculino de un corresponsal de guerra, la liberaron y le devolvieron sus cámaras.

Más adelante cubrió otros escenarios bélicos como Afganistán, Somalia, Irán, Líbano e Iraq y murió de muerte natural.

Dickey Chapelle fue una pionera mujer estadounidense fotógrafa de guerra. Su joven presencia en la IIGM causó sorpresa porque no era una profesión para mujeres, vestía uniforme militar y usaba grandes aretes con perlas para que no la confundan con un soldado.

Con gran temple documentó las sangrientas batallas de Iwo Jima y Okinawa. En 1965 desembarcó en Vietnam con una unidad de infantería de marina de los EE.UU. y murió cuando un proyectil le atravesó el cuello. Chapelle fue la primera periodista estadounidense que fue muerta mientras cubría una guerra.

Consejos para principiantes

Aquellos que han pasado muchos años de su vida registrando impactantes imágenes de conflictos armados en todo el mundo aconsejan que se debe tener temple de acero y algo de conocimientos militares.

Ud. debe saber que sólo la guerra en Siria se ha cobrado a la fecha, la vida de 25 periodistas. Si aún tiene decisión tomada, debe iniciar una carrera periodística enfocada a la fotografía. En todos los casos es preferible trabajar para un buen periódico o agencia que tenga el servicio de un satélite para enviar el material y tener muchos contactos útiles. Las cámaras deben poder tolerar el polvo, arena y humedad. Debe saber que una vez que se inicia un combate, no hay vuelta atrás y hasta puede ser peligroso alejarse. Nunca se debe intentar revisar las fotos obtenidas en medio de un tiroteo porque es muy peligroso. Se supone que un cronista debe enviar fotografías con una buena composición de alta calidad, pero en un combate donde los proyectiles silban cerca de la cabeza, no suele ser posible y una foto de acción algo tenue, tendrá igual o más valor que una artística. Las agencias solicitan que se les envíe cada 24 horas el contenido de la memoria de la cámara y es algo que se debe hacer, haya o no temas bélicos. Algunos fotógrafos con teleobjetivos superiores a los 400 mm los pintan de rosa para evitar que lo confundan con un lanza misiles. José Couso Permuy, era un periodista español que el 8 de abril del 2003 en Bagdad, estaba tomando fotos desde el piso elevado de un hotel, con un gran teleobjetivo. Presumiblemente su cámara fue confundida con un lanza misiles y desde un blindado norteamericano le dispararon, muriendo en el acto.

Debe conocer la cultura y el idioma de la zona. Nunca debe llevar armas, es necesario que tenga conocimientos de supervivencia y de primeros auxilios. Tendrá que saber conducir un vehículo y tener la habilidad de descubrir un campo minado le puede salvar la vida. No deberá correr riesgos innecesarios, un cronista muerto no le sirve a nadie. En los lugares de acción se camina mucho y tener buenas piernas es imperioso. Siempre debe vestir de civil, llevar credenciales y dinero. En un bolso-mochila deberá llevar un mini botiquín de primeros auxilios y nada comprometedor.

Si el reportero es veraz y ético, todos sus informes serán creíbles y estarán en los diarios; es la única forma para que los hechos no queden en el olvido. Si Ud. hace buen uso de su sentido común y tiene algo de suerte, los consejos leídos podrán hacerlo regresar salvo a casa.

La experiencia indica que éste es un trabajo donde la vida de la persona está en riesgo las 24 hs. y es muy traumatizante. Son testigos del horror, no es para personas sensibles y si uno tiene consideración por la vida humana, los recuerdos vividos lo perseguirán hasta el último de sus días.

Las fotos del incidente armado de Lago del Desierto, el 6 de noviembre de 1965 entre Chile y Argentina, fue documentado de manera muy profesional por un corresponsal de guerra de la revista argentina “Gente y la actualidad” que acompañó a los efectivos de la GNA. Fue una acertada decisión de la superioridad.

 

Más información sobre fotografía amateur en revista TIEMPO GNA Nº 06. 

* Artículo publicado en la Revista Tiempo GNA nº 69, abril de 2022.

GUAYANA ESEQUIBA: INCERTEZA DE COMPARECER ANTE LA CORTE

Abraham Gómez R.*

En los constantes intercambios de opiniones y conjeturas que he venido haciendo en mis intervenciones públicas, y en las conferencias en las universidades; pareciera, según la apreciación de algunas personas, que es muy lejana la fecha —08 de marzo del próximo año 2023— concedido por la Corte Internacional de Justicia a nuestro país, para que consignemos por escrito el memorial de contestación a la demanda que nos interpuso la excolonia británica.

La experiencia nos señala que los lapsos para los arreglos de pleitos interestatales conllevan implícitos sus propios ritmos y dinámicas. Nosotros ni aceleraremos ni retrasaremos un proceso de tal naturaleza.  Lo que si considero y estamos seguros es que no tenemos tiempo que desperdiciar. Contrariamente, hay que aprovechar al máximo todo cuanto esté a nuestro alcance para reforzar los argumentos de probanza; obviamente, con la siguiente condicionante: siempre y cuando el Jefe de Estado determine —conforme al artículo 236, de la Constitución Nacional— que la delegación venezolana asistirá a la cita jurídica en ese Alto Tribunal de la ONU.

En el marco de una Política de Estado, que concite la solidaridad de todo el país, una vez más sugiero a nuestra Cancillería (recibidas las debidas instrucciones desde la Presidencia de la República, en su condición de Jefe de Estado, porque es su atribución constitucional) insistir en todo lo atinente a un Referendo Consultivo, con dos o tres preguntas muy precisas, considerando que es una materia de especial trascendencia, conforme al artículo (73) de nuestra Carta Magna; con lo cual se logra aglutinar a todo el país en torno tan histórico objetivo.

A partir de un Referendo Consultivo el pueblo venezolano se expresará libremente, y dirá si está de acuerdo que vayamos a la sede del Alto Tribunal donde se dirime nuestra contención y hagamos las alegaciones que en justicia nos asisten.

Para que lo tengamos presente, debo señalar, también, que cuando analizamos la Constitución de la República Cooperativa de Guyana de 1980, nos conseguimos con la auto asignación y la distribución político-territorial que ellos han establecido, precisamente en la Guayana Esequiba, en flagrante violación del Acuerdo de Ginebra del 17 de febrero de 1966. Asunto que estamos obligados a recomponer y reinstitucionalizar una vez recuperada esa inmensa extensión territorial que nos despojaron con añagaza y vileza.

En atención con lo señalado arriba, los gobiernos guyaneses —de manera ilegal y atrabiliaria— delimitaron la Zona en Reclamación, haciendo denominaciones a tal contexto geográfico según su conveniencia. Así entonces, nos encontramos con las regiones: Guainía-Baruma, Poomeron-Supenam, Cuyuní-Mazaruni, Potaro-Siparuni, AltoTúkutu- Alto Esequibo. Dejamos sentado, sin embargo, que para nosotros la única manera geohistórica de denominarla es Guayana Esequiba.

La inocultable intención que tal vez están calculando en perspectiva, conforme al Derecho Internacional Público, sería la invocación de Prescripción adquisitiva; con la aviesa finalidad de transformar todos los actos de hecho, en que han venido incurriendo, en resoluciones de derecho; o quizás, —ni remotamente— que se produzca una decisión jurídica, que tome en cuenta el Principio —ius cogens— de la libre determinación de los pueblos.

Sépase que poseemos respuestas densas, suficientes y a tiempo para cada una de los ardides que pretenda practicar la contraparte en este asunto litigioso.

En la Zona en Reclamación —nuestra indiscutida Guayana Esequiba— hay asentadas importantes ciudades, conglomerados de varios tipos y clases sociales; cuyo registro censal, más reciente, arroja una población que sobrepasa las 300.000 personas, incluyendo a las etnias Waiwai, Makushi, Arawakos, Akawayos, Saraos, Patamonas, Caribes y Wapashi.

Con plena fe que cuando recuperemos esa séptima parte de nuestra geografía venezolana, nos corresponderá concretar mayor relacionamiento con todos esos grupos humanos, porque también han sido nuestros compatriotas.

Por lo pronto una debida y oportuna advertencia: el Estado venezolano debe ofrecer un trato más igualitario y decoroso a los Esequibanos que viven en Tucupita, San Félix, Ciudad Bolívar, Tumeremo, El Callao etc.

Reiteramos una denuncia, por todos ya conocida, nos referimos a la negativa, desde hace muchos años, para instrumentar seriamente por parte del Estado Venezolano un proceso de cedulación de los Esequibanos. Es verdad que ha habido algunos esporádicos e inconsistentes asomos en tal sentido, sin concretarse nada. Pura retórica.

Resulta triste tener que reconocer que mientras reclamamos la Guayana Esequiba, por otra parte, a los compatriotas que proceden de esa zona, que conviven aquí entre nosotros, los ignoramos y negamos sus derechos.

Porque así lo he percibido al visitar esa zona, por mi particular y propia experiencia puedo mencionar que los Esequibanos que están residenciados en varias ciudades venezolanas, aún conservan algunas tradiciones religiosas, medicinales, experiencias innovadoras en cuanto al cultivo de la tierra y explotación piscícola, creatividad en procesos de manufactureras, actividades gastronómicas, metodologías educativas, en fin, técnicas productivas en general.

Preguntémonos. Acaso no podemos nosotros aprovechar esos conocimientos, al tiempo que, en tal intercambio de saberes, los compatriotas Esequibanos recibirían las necesarias asistencias que refuercen el carácter identitario de la venezolanidad; con la intención de que repliquen tales eventos hacia sus familiares, que aún viven en la Guayana Esequiba.

Mientras vamos acoplando tareas de estrechamiento social con los Esequibanos y el pleno reconocimiento de sus derechos, en estos momentos está gravitando —en todas partes del país— la incerteza de que si vamos a hacernos partes del juicio abierto y en proceso, por ante la Corte Internacional de Justicia, a causa de la Acción interpuesta en contra nuestra por Guyana, sin que ellos posean la menor sustentación jurídica, histórica o cartográfica.

El 08 de marzo de este año —recientemente— los coagentes de la excolonia británica se presentaron una vez más en el Alto Tribunal de La Haya y ratificaron todos y cada uno de los elementos contentivos en su petitorio.

Cuyo contenido se resume (y sintetiza) de la manera siguiente: ellos insisten en pedirle a la CIJ que confirme la validez legal y efecto vinculante del Laudo Arbitral de París, dictado el 3 de octubre de 1899, documento que siempre ha sido considerado por Venezuela como írrito y nulo; dos adjetivaciones calificativas adosadas desde sus orígenes.

Eso es todo lo que —en esencia— piden a la mencionada Sala Juzgadora de la ONU.

Es que no tienen nada más que soporte tan extravagante pretensión procesal, por cuanto el citado Laudo —de ingrata recordación— quedó desechado cuando se firmó, el 17 de febrero de 1966, el Acuerdo de Ginebra.

El citado Laudo quedó inválido y sin eficacia jurídica, por lo que este litigio (contrario a lo alegado por ellos) se encuentra en condición de imprejuzgado. La contraparte se vuelve torpe al insistir con ese adefesio ante la Corte.

En lo que a nosotros concierne, otro elemento a considerar es la fecha que nos ha fijado la Sala sentenciadora de la ONU para que nos hagamos presentes o invoquemos, una vez más, la no comparecencia en el juicio. Vamos o no vamos. Aspecto que debe determinarse cuanto antes, para saber a qué atenernos. En el supuesto que, mediante decisión afirmativa del Jefe de Estado, nos dispongamos a hacernos parte del juicio en La Haya, debemos —con prontitud y diligentemente—conformar el más idóneo equipo multidisciplinario y preparar los alegatos de los verdaderos hechos y la fundamentación de derecho que nos asiste.

 

Miembro de la Academia Venezolana de la Lengua. Miembro del Instituto de estudios fronterizo de Venezuela (IDEFV). Miembro de la ONG “Mi mapa de Venezuela”. Asesor de la Fundación Venezuela Esequiba.

 

RUSIA. HISTORIA E HIPÓTESIS DE CONFLICTOS.

Marcos Kowalski*

Imagen de WikiImages en Pixabay

Para estudiar un país y su proyección geopolítica, en este caso Rusia, debemos comenzar por conocer sus orígenes históricos, las variadas etnias de su pueblo, su clima, su geografía, como elementos de influencia telúrica en sus habitantes, elementos que determinaran su sentido de nación, las amenazas que perciben los rusos hoy y las respuestas que proyectan para contrarrestar las mismas.

El colapso de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, URSS, provocó la pérdida de siglos de expansionismo territorial conseguido casi siempre mediante guerras. Por eso el actual presidente de la Federación de Rusia, Vladímir Putin se refirió a ese colapso como la mayor de las catástrofes para Rusia; es y fue muy difícil para los rusos asimilar el desmembramiento en diferentes naciones que significó dicho evento.

Para conocer la historia de esta Nación, debemos remontarnos a hacia el siglo VI a. C., con el asentamiento de pueblos eslavos en Europa oriental. Siglos después, tras la caída del Imperio Romano de Occidente (476 d. C.), estos asentamientos comenzaron a tener relaciones comerciales con Bizancio por un lado y con los pueblos nórdicos, llamados Varegos, de la península de Escandinavia.

En un punto medio entre la civilización bizantina y la escandinava, entre los siglos V y VI se fundó la ciudad de Kiev que sentaría las bases para la construcción del primer Estado eslavo oriental, conocido como la Rus de Kiev. El príncipe varego Oleg de Nóvgorod, unificó a los eslavos en el año 882. Pero recién con la llegada de los misioneros Cirilo y Metodio, fue que gran parte de la población adoptó la fe cristiana de la iglesia ortodoxa de Oriente que imperaba en Bizancio.

Con el bautismo de Vladimiro el Grande, (año 980) la religión cristiana ortodoxa de Oriente se hizo oficial, del nombre Cirilo proviene el actual alfabeto ruso, el alfabeto cirílico. Recordemos que desde entonces y salvo el interregno comunista, hasta hoy Rusia es el país más influyente de la Iglesia Cristiana Ortodoxa.

En 1240 es cuando se produjo la decadencia del rus de Kiev como consecuencia del descubrimiento de nuevas rutas para el comercio y por la invasión de vastos territorios por los pueblos mongoles llamados tártaros, quienes fundaron el Kanato de la Horda de Oro imponiendo el vasallaje en los estados eslavos, haciendo que, por el desplazamiento de estas poblaciones, aparecieran nuevos principados.

Como consecuencia, gran parte de la población eslava, se fue aglomerando en el principado de Moscú (Moscovia) pero no fue hasta la caída del imperio mongol, hacia 1368, que Moscovia adquirió el protagonismo en la región fundando los cimientos del futuro Estado ruso.

Durante el siglo XV, hasta mediados del siglo XVI el principado de Moscovia fue gobernado por diversos príncipes, como Ivan III, quien inició una guerra contra Nóvgorod, otro estado surgido de la disolución de la Rus de Kiev, anexando su territorio. También inició la guerra contra el Kanato de Kazán.

El gobernante que siguió a Iván III, fue Basilio III, que adicionó varios principados hasta entonces autónomos, además de emprender una guerra contra la alianza polaco-lituana y acciones contra el Kanato de Crimea.

El Zarato ruso se fundó en 1547 con Ivan IV el Terrible, quien se proclamó como primer zar (recordemos que zar, proviene de la palabra César) con la intención de convertir a Rusia en un imperio. Iván IV sentó las bases de la expansión rusa hacia Siberia: fue el primer gobernante ruso en cruzar los montes Urales convirtiendo a Rusia en un país euroasiático.

Sus sucesores seguirían conquistando Siberia paulatinamente hasta que en 1613 accedió al poder Miguel I de Rusia, el primer zar de la dinastía Romanov que gobernaría Rusia ininterrumpidamente hasta la primera guerra mundial y la revolución comunista.

De esta dinastía, la Romanov, hay que destacar a Pedro I (Pedro el Grande), quien dio a Rusia el estatus de potencia mundial, propiciando un desarrollo tecnológico y cultural en todas las áreas, con la modernización del ejército y la creación de la fuerza naval rusa y fundando el Imperio ruso en 1721.

Entre los sucesores de Pedro el Grande no podemos omitir destacar a Catalina II (Catalina la Grande), quien venció al Imperio otomano y a la comunidad polaco-lituana; expandió el territorio hasta el mar Negro por el sur y a Europa central por el oeste, llegando a conquistar Alaska, en América, en 1784.

Alejandro I fue quien enfrentó a los ejércitos napoleónicos; aliado de Francia mediante el tratado de Tilsit de 1807, al principio, cuando el pacto fue roto por Napoleón, enfrentó con el ejército ruso a la ”Grande Armé” que tuvo su más desastrosa campaña. La invasión de Rusia en 1812, donde a pesar de haber llegado a Moscú, ante una política de éxodo y destrucción de sus propiedades e incendio de sus campos por los rusos, Napoleón se vio obligado a retirarse en el pantanoso barro del otoño y el terrible invierno ruso. Luego de este triunfo los rusos anexaron Finlandia, Moldavia y parte del gran ducado de Varsovia.

Durante los siguientes gobiernos la expansión rusa continuó hacia Asia central, anexando los territorios de Kazajistán, Uzbekistán y Turkmenistán; la expansión de Rusia fue frenada en la guerra de Crimea, donde los británicos apoyaron a los otomanos.

En el aspecto social debemos destacar la reforma emancipadora de 1861 con la abolición de la servidumbre, para muchos marcando el fin del feudalismo en Rusia; pero debemos consignar que el imperio ruso se mantuvo al margen de la denominada primera revolución industrial, quedando retrasado tecnológicamente con relación a las potencias de la época.

Con el advenimiento de Nicolás II, último de los Romanov y último de los zares de Rusia, quien llevó a Rusia a desastrosas campañas militares, como la guerra ruso japonesa de 1905 o el ingreso a la Primera Guerra Mundial, dejando una Rusia devastada y en una profunda crisis social y política.

Ese descontento social, más la promoción externa de algunos líderes marxistas exiliados, hizo surgir las dos revoluciones rusas de 1917, la primera en febrero, que derrocó al zar y formó un gobierno provisional presidido por los “Soviets”, dirigidos por grupos socialistas de extrema izquierda de ideología marxista.

La segunda revolución fue la de octubre, en la que el partido bolchevique, liderado por Lenin, derrocó al gobierno provisional ruso y tomó el poder, fundando la Republica Socialista Federativa Soviética de Rusia. Esto desencadenó la guerra civil rusa, entre el ejército rojo, bolchevique y el movimiento blanco del gobierno; la guerra terminó con una victoria de los bolcheviques.

También como resultado de la misma, se produjo la independencia de Polonia, Finlandia y los Estados Bálticos, además los bolcheviques modifican el nombre por el de Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) o Unión Soviética, integrada en primera instancia por doce repúblicas. Tras la muerte de Lenin en 1924, tomó el poder Iósif Vissariónovich Dzhugashvili, más conocido como Iósif Stalin.

Personaje controversial en la misma Rusia, Stalin, por un lado, llevó a Rusia al estatus de potencia mundial, pero también a costa de la vida de una infinidad de rusos, empleados como esclavos para realizar sus proyectos de obras de infraestructura, además de ser acusado del genocidio de miles de polacos, ucranianos, alemanes prisioneros de guerra, en campos de concentración como consecuencia de la Segunda Guerra Mundial.

La Segunda Guerra Mundial causó a Rusia bajas por aproximadamente 25 millones de personas pero, junto con los denominados aliados, Rusia logró triunfar sobre la Alemania de Hitler.

Previamente a la finalización de la Segunda Guerra Mundial, en la Conferencia de Yalta se acordó prácticamente la división del mundo en dos grandes zonas de influencia, Alemania sería desmilitarizada y dividida en cuatro zonas de ocupación por parte de la URSS, EEUU, Reino Unido y Francia y estaría sujeta a fuertes reparaciones financieras y perdería la Prusia Oriental y parte de Pomerania.

En la zona de influencia de la URSS quedarían el sector oriental de Alemania —que daría origen a la República Democrática Alemana—, Polonia, Checoslovaquia, Hungría, Rumania y Yugoslavia. A poco de implementarse esto se dio inicio a la denominada Guerra Fría que se extendió desde 1945 a 1991, cuando se produjo el colapso de la URSS, que se inició con la caída del muro de Berlín en 1989 y siguió con la reunión cumbre de Malta que fue la antesala de la disolución de la URSS.

La Rusia de hoy, que se extiende de oeste a este, es sin dudas un país gigantesco con 17,13 millones de km² y más de 144 millones de habitantes; es un importantísimo protagonista en el escenario geopolítico mundial, posee unos 20.000 kms de fronteras con 16 países limítrofes, 12 de los cuales formaban parte del territorio de la URSS.

La Rusia propiamente dicha se extiende desde San Petersburgo hasta Kazán y Volgogrado, donde reside aproximadamente un 80% de la población rusa; es la zona que más preocupa a los responsables de tomar decisiones políticas para Rusia. Rcordemos sin embargo que el corazón de la Unión Soviética lo componían también otras seis repúblicas, Moldavia, Ucrania, Bielorrusia, Lituania, Estonia y Letonia.

Es innegable que tener semejante extensión de territorio y 20.000 kms de áreas fronterizas representa un riesgo de seguridad muy importante, aun cuando la geografía rusa le otorga algunas ventajas para protegerse, como la corona de hielo del Ártico que puede disuadir los intentos de una invasión terrestre desde el norte; además, un acercamiento naval a Múrmansk o al puerto de Arcángel resulta muy difícil para cualquier fuerza naval en la actualidad.

De intentar un ataque naval a estos puertos, debería sortearse la brecha de Giuk (Groenlandia, Islandia y Reino Unido) y la brecha del OSO (entre Svalbard y el norte de Noruega) que Rusia puede defender fácilmente mediante el uso de sus submarinos; vale recordar que cuenta con un importante número de estos sistemas de combate y que actualmente está desarrollando drones submarinos como el Poseidón.

Actualmente, las pruebas de submarinos de ataque de nueva generación como el submarino Khabarovsk, (proyecto especial 09851), que es una evolución de los de la clase Borei con capacidad de portar hasta 6 Poseidón, capaces de efectuar ataques nucleares o convencionales según su la misión.

Con un importante componente militar en la península de Kamchatka y en las islas Kuriles, Rusia está en condiciones de reprimir acciones hostiles en los mares de Ojotsk y Japón. Como se puede apreciar, gran parte de las fronteras rusas ofrecen para los rusos una gran ventaja en cualquier enfrentamiento, como el caso de la cordillera de Stanovói y los montes Sayanes en el lejano Oriente.

La Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN o NATO, por sus siglas en inglés) que tiene sus orígenes en la firma del Tratado de Washington de 1949 como respuesta a la Unión Soviética y para prevenir y contrarrestar cualquier acción militar de la misma contra los estados que lo componían, es decir fundamentalmente en el marco de la denominada Guerra Fría.

La contra parte soviética a la NATO era el Pacto de Varsovia, disuelto como resultado de la desintegración soviética, pero en Occidente en lugar de poner fin a la alianza atlántica se la utilizó para su expansión hacia los otrora países bajo la influencia de los soviéticos

Recordemos que Vsévolod Kóchetov dijo en cuanto a la expansión de la NATO que “Occidente en realidad nunca ha luchado contra el marxismo, el comunismo, el totalitarismo, el socialismo soviético, sino que luchó contra el imperio euroasiático de Rusia, sin importar su nombre en diferentes tiempos históricos”.

La presión de la NATO para expandirse a los países del este de Europa y su relación sobre todo con Ucrania en la actualidad, provoca en el espíritu ruso una profunda preocupación. No debemos olvidar los lazos históricos que unen a rusos y a ucranianos, pues Rusia nació en Kiev y después se trasladó a Moscú. Para los rusos Ucrania forma parte de su Patria, son sus hermanos desde siempre.

Tras el colapso soviético, en muchos de estos países se produjeron las llamadas revoluciones de colores, el nombre colectivo que han recibido una serie de movilizaciones políticas en el espacio exsoviético llevadas a cabo contra líderes comunistas acusados de prácticas dictatoriales o de amañar las elecciones o de otras formas de corrupción.

La península de Crimea, siempre fue rusa, hasta que el entonces líder de la URSS, Nikita Jrushchov la regaló a Ucrania en 1954. Por eso Rusia en 2014 volvió a ocuparla en el marco del conflicto ruso-ucraniano que ha tenido varias etapas, conflicto surgido en el año 2014, en el que podemos destacar la mencionada anexión de Crimea a Rusia y la guerra en el Donbáss, que comenzó en el mismo año y que aún continúa.

Crimea significa para Rusia asegurar su presencia en el mar Negro, así como Kaliningrado, la antigua Königsberg prusiana, una ciudad portuaria de Europa oriental perteneciente a la URSS desde 1945. Es una de las principales bases militares del Mar Báltico. Tras la disolución de la URSS y la independencia de Lituania en 1991, el territorio quedó bajo soberanía rusa y le aseguran su permanencia en el mar Báltico.

La zona más complicada para las hipótesis de conflicto de Rusia es la llamada llanura europea, que se extiende desde los Países Bajos hasta los montes Urales, una especie de embudo que se va ensanchando hacia el oeste alcanzando más de 2.000 kms cuando llega a la frontera rusa, convirtiendo dicho límite en una zona expuesta de grandes dimensiones.

El terreno llano de este espacio lo hace de difícil defensa, siendo los tanques de guerra la protección más adecuada para este tipo de terreno. Rusia actualmente cuenta con alrededor de 13.000 tanques de guerra, aun cuando ninguna cantidad de armamento puede defender con eficiencia tan extensa frontera, máxime cuando ese tipo de condición de suelos se extiende por 750 kms hasta la ciudad de Astrakán en el mar Caspio. 

Es esta la llamada brecha de Volgogrado, que es la zona fundamental para la defensa del Estado ruso; si fuerzas enemigas cerraran esta brecha, imposibilitarían el control de Rusia sobre el Cáucaso, el Mar Negro y el Mar Caspio. En ambas guerras mundiales del siglo XX, el ejército alemán intentó cerrar la brecha de Volgogrado y en ambas tentativas la supervivencia de Rusia se vio muy amenazada, incluso hasta mucho después de haber repelido la invasión.

En el pasado, hubo numerosos intentos de llegar a Rusia a través de los países bálticos. Tras el colapso de la URSS estos países cambiaron su enfoque político y se integraron a la posición de Occidente, para contrarrestar la influencia de Rusia.

Algunos, incluso se aliaron con la NATO. Una postura muy preocupante para los rusos, que elaboran hipótesis de conflicto donde incluyen a estos países, en conjunto con la alianza atlántica, mientras avanzan con la aplicación en los mismos de la doctrina elaborada por el Gral. Gerasimov en un intento de retomar su influencia.

Si bien la pérdida de su prevalencia en Europa del este le costó caro a Moscú, tanto política como financieramente al verse obligada a proveer la seguridad de una enorme frontera, contra los mismos ejércitos que entrenó para enfrentarse a Occidente durante el auge de la URSS.

Para minimizar su exposición y aumentar el efecto disuasorio de sus fuerzas, necesita establecer como línea a no sobrepasar por un eventual enemigo el Mar Báltico y los montes Cárpatos en el oeste de Ucrania. Por esa razón para Rusia es muy importante controlar los países bálticos para reducir de esa manera su flanco expuesto en la llanura europea un montón de kilómetros.

La cuestión es avanzar hacia el oeste tanto como puedan; la Europa del este es para Rusia como un gran tablero de ajedrez, donde se debe maximizar la posición de los peones colocándolos estratégicamente para tratar de ganar terreno y salir de la encerrona y frenar los empujes de la NATO, en el convencimiento que cuanto más empuja esta organización, la NATO, hacia el este, más flexible se vuelve su estrategia, pero también aumenta su margen de error.

Los rusos vienen realizando una importantísima inversión en tecnología militar, están impulsando su industria bélica a la que han llevado a una posición de liderazgo en cuanto a tecnología y capacidad, con una inteligente gestión minimizando sus costos mediante la exportación de armamento de última generación. Sin embargo, saben que la utilización del aparato militar es la última alternativa para contrarrestar la influencia de Occidente e invierten en otras técnicas, como cibernética y otras acciones tanto de promoción como comerciales e incluso fomenta intercambios culturales utilizando hasta competencias deportivas en todos los niveles.

Recuperar la influencia, por lo menos de las naciones que componían la URSS parece ser el objetivo hoy de Moscú, con acciones como la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC) que es una organización político-militar entre varios países de Europa y Asia Central promovido principalmente por Rusia. Son sus Integrantes Armenia, Bielorrusia, Kazajistán, Kirguistán, Tayikistán, y por supuesto Rusia.

En el Cáucaso, plantea una situación diferente para el plan de defensa ruso la cordillera del gran Cáucaso, que se extiende desde Sochi por el mar Negro hasta Bakú; le otorga a Rusia una barrera natural para su defensa, sin embrago el norte del Cáucaso que forma parte de la Federación de Rusia, está plagado de movimientos extremistas, donde los rusos aplican los principios de la guerra híbrida para mantener el control.

Para Rusia es imprescindible hacer valer su influencia en las montañas del Cáucaso menor y en el rio Aras, en los límites de Georgia y Armenia y Azerbaiyán, naciones que componen el Cáucaso sur; el control sobre ellas proporcionaría a los rusos resguardo sobre el Cáucaso norte en una línea firme para separar a Rusia de Irán y de Turquía.

Más al este, en el flanco de Asia central, sin lugar a dudas es hoy, con los hechos acaecidos en Afganistán, la frontera más endeble, al este de las montañas de Altái, los picos se reducen a simples colinas, pastizales y praderas, con un persistente viento, las estepas kazajas y pónticas se extienden a través de las fronteras rusas, este terreno es históricamente indefendible. Por eso resulta imprescindible para los rusos volver a controlar el interior de Asia Central.

Rusia está separada de China por el macizo de Altái con cumbres de 4.000 metros, la cordillera de Tian Shan y las montañas de Pamir con elevaciones de más de 7.000 metros, lo que ofrece a ambos países un gran muro de protección para sus respectivas influencias, al igual que el desierto de Karakum, separa el Asia central de Irán.

La rivalidad actual y sus hipótesis de conflicto pueden ser el resultado de las riquezas de un territorio inmenso, riquezas que van desde las vetas de gas natural del mar Caspio, hasta la agrícola del valle de Fergana, otrora explotados por la URSS que, tras el colapso, es ambicionado por potencias extranjeras y una infinidad de organizaciones supranacionales.

De particular importancia es la entrada de China a través de la ruta Belt and Road que proporciona a los Estados de Asia Central un socio alternativo muy atractivo para el desarrollo económico de la región. China está avanzando mediante el uso de tecnología, diplomacia e inversiones. Esta situación pone en riesgo a Rusia de pasar a ser una potencia de segundo nivel en Asia Central.

Rusia sabe que la forma más rentable de mantener su hegemonía es mediante el uso de la doctrina Gerasimov, explotando las diferencias étnicas, la mediación de conflictos, la venta de armamento, los ciberataques allí donde les sea posible y sobre todo explotar los errores y debilidades de sus oponentes, tanto de EEUU como de la NATO.

El 3 de julio de 2021, El actual presidente de la Federación de Rusia, Vladímir Putin, aprobó la estrategia de la seguridad nacional de Rusia y el documento entró en vigor a partir de la fecha de su firma. Se trata de un documento básico de planificación estratégica que define los intereses nacionales y las prioridades estratégicas del país, así como los objetivos y medidas en el campo de la política interna y externa en aras de fortalecer la seguridad nacional y garantizar el desarrollo sostenible de Rusia a largo plazo.

En este nuevo instrumento se ve reflejada claramente que la estrategia de Defensa de los rusos se basa en la doctrina Gerasimov toda vez que prioriza en el mismo la colaboración cívico-militar, sobre todo en materia de información, ciberguerra, comunicaciones, incluyendo acciones en casi la totalidad de los organismos rusos, incluida la salud pública.

 

* Jurista USAL con especialización en derecho internacional público y derecho penal. Politólogo y asesor. Docente universitario. Aviador, piloto de aviones y helicópteros. Estudioso de la estrategia global y conflictos. 

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